El concepto de realce puede emplearse de distintas maneras.
El término permite referirse a la brillantez o el esplendor de algo, ya sea en términos físicos o simbólicos. Por ejemplo: “La presencia del cantante uruguayo dio realce al festival”, “El estadio tendrá un mayor realce gracias a sus nuevas torres de iluminación”, “Las autoridades buscan otorgarle realce a la ciudad como destino turístico”. El realce también puede ser la ornamentación que se destaca en un cierto objeto, sobresaliendo de su superficie: “Me gusta el realce que tiene el vestido sobre los hombros”, “En la parte superior del mueble, se destacaba un realce de madera”, “Me gustaría que la mesa tenga algún realce”. Se conoce como bordado de realce o bordado en realce, por otra parte, a una técnica que se desarrolló en el siglo XVII en el Reino Unido. Consiste en generar un efecto de tres dimensiones empleando los puntos tradicionales, a partir del uso de trozos de madera o fragmentos de tela que se superponen para generar un mayor volumen. Dentro del ámbito de la costura, también existe lo que se da en llamar bordado de medio realce, que es más frecuente que el anterior. Para llevarlo a cabo y conseguirlo se pueden utilizar dos elementos diferentes: el cartón amoldado o bien el hilo gordo encerado. La expresión de “bordar de realce” se usa para mencionar que alguien agrega circunstancias o detalles inventados cuando informa algún suceso: “El periodista bordó de realce los hechos”.