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HISTORIA
DELA
DOMINACIÓN ESPAÑOLA
E N JSL
URUGUAY
T O M O P R IM E R O
M O N T E V ID E O
A .B A R R E IR O Y R A M Q S e d i t o r em
m
DOMINACIÓN ESPAÑOLA EN EL ÜRUGUAY
F R A N C IS C O B A U Z .Í
HISTORIA
DE LA
DOMINACION ESPAÑOLA EN EL
U R U G U A Y
SEGUNDA KDTCJÓN
REFUNDIDA CON AUXII. iO U£ NUKVOS D0CUMKVT09
TOMO P R IM E R O
M O N T E V ID E O
A . B A R R E I R O Y R A M O S , E d ít o k
L IBRE RÍ A NACIONAT.
1895
Dcrechos reservados
Imprenta ArtfBÜca, de Domnlecbo y Beyes, 18 de Julio 77 y 79
UONTRV1DVO
reseña p r e l im in a r
Dom . E bp . — i .
RESEÑA PRELIMINAR
del libro (§ 14), «que ninguna de las naciónos que cita hft sido
extermiunda, porque menos don, existen todas los que vieron los
conquistadores», y eso no obstante, extermiua en el Uruguay
toda tribu ó nación, según é] las llama, que escapa ií una ubi
cación precisa en el momento de calificarla.
Pero esto es nada, comparado cou las afirmaciones indecibles
y las negativas rotundas que sienta por cuenta propia. Hablando
del cronista Antonio de Herrera, dice textualm ente: « Yo no
he. leído á H errera; pero crco que uo pudo tener suficientes co
nocimientos locales para escribir con puntualidad » (Prólogo, §9).
Refiriéndose sí la relación que hace el P. Lozano de los tra
bajos cvangólicos llevados á término en estas provincias por San
Francisco Solano, desm iente ese hecho conocido y comprobado
hasta la saciedad, estableciendo que « San Francisco Solano jamás
llegó al Río de la Plata » (Tom o ir, § 150). Como ;í la muerte de
Garay se r/iblevasen grandes agrupaciones de indígenas, á las
cuales contuvo valerosamente Rodrigo Ürtiz de Zárate, alcalde
de Buenos Aires, no quiere que tal cosa haya sucedido, y se
funda para negarlo, en que habiendo dicho Centenera « que es-
tabau confederados los minuanes, queraudís, guaranís, quiloasas,
etc., que es cosa increíble atendidas sus costumbres y situaciones,
yo no creo tal rebelión-» (Ib íd, § 148). Ahora bien, las confe
deraciones de queraudís y guaranís contra los españoles, eran
frecuentes desde los comienzos de la conquista, según el mismo
Azara lo ha narrado { Ibíd, §§ 2 1 y 2 3 ), y las de estas dos
parcialidades oon algunas de las nombradas, constan de la re
lación de Uldcrieo Schmidel, testigo presencial y autor primi
tivo, único á quien Azara dispensa cierta benevolencia.
1 ianzado en semejante camino, bien poco debía curarse de caer
eu inexactitudes, y aún parece que las buscaba para sentar plaza
de original en todo. H oy narraciones suyas que desafían la más
candorosa credulidad. Para desmentir á Rui Díaz de Guzmrfn,
antiguo historiador :í quien profesa igual ojeriza que á todos los.
de esa procedencia, cuenta Azara de un modo nuevo y bajo la
autoridad de \m contemporáneo suyo de fines del siglo x v m ,
el conocido rapto de Lucía Miranda en 1532, y concluye cou
XXXVI R E S K S A rR K L IM JN A R
estas palabras triunfales: «el sitio del fuerte y las cercanías lle
van aún el nombre de Rincón de Gabotto, y Dom ingo Ríos,
que las ha heredado de sus antepasados, me hizo la relación de
este suceso según lo he escrito, diciendo haberle oído contar mu
chas veces á su madre, que m urió m u y v ieja s (Tom 11, § 14).
Otro caso de visión retrospectiva tri- secular, es la retirada de
los compañeros de D . D iego de Mendoza, que siempre con el
fin de agredir el crédito de Rui Díaz, cuenta Azara por boca de
Schmidel, agregando haber los derrotados construido nn fuerte
en medio del camino, y como nada hay que justifique esta aser
ción inverosímil respecto de hombres que solamente se detu
vieron para pescar, á fin de no morirse de hambre, exclama: «Rui
Díaz cuenta la batalla como <51 se la figuró, haciendo morir en
ella ií todos los españoles menos ochenta, y sin dejar ninguuo
en el nuevo fu e rte ; pero yo sigo al testigo Schmidel, sin a ñ adir
sitió la construcción del fuerte, porque lo he visto, y porque la
tradición dice ser de aquel tie m p o » (Ibíd, § 2 1 ).
Sería largo enumerar la cantidad de ejemplos similares á los
ya citados, que se encuentran á cada ptfgina del libro, y de los
cuales hemos tomado al acaso los que aeabun de leerse. N o
es de admirar, pues, que con tal menosprecio al criterio admi
tido, sustituyese Azora contra los hechos mejor comprobados,
sus apreciaciones antojadizas. A sí, respecto al descubrimiento
del Río de la Plata, invierte los términos del viaje de Solís,
señalando á su primer itinerario una excursión novelesca al tra
vés de las islas del Paraná, y haciendo que el segundo viaje
dé fin entre Montevidoo y Maldonado, donde supone que halló
la muerte el descubridor. N o menos antojadiza es la seguri
dad con que desmiente las tempestades, peligros y desastres
soportados por la expedición de Juan Ortiz de Zarate en el
Uruguay, ui el silencio que guarda sobre aquella gran resisten
cia de los indios de M isiones á entregarse á Portugal, cuando
incidentalmcnte se refiere á la expulsión de los jesuítas cu el
capítulo que habla de las Reducciones.
N i como historiador, ni como crítico llega Azara al puesto
en que pretenden colocarlo sus admiradores. Su criterio filosó-
R E SE Ñ A PR ELIM IN A R X X X V JI
argumento.
En la segunda de las cartas enunciadas, que lleva fecha 7 de
Setiembre, cuenta Vasconccllos cierta entrevista suya con el Rey
católico, haciendo mención de mi piloto portugués, cuyo nombre
calla, pero que pudiera deducirse fuese Solís, según las referen
cias que van á leerse: «Cuando le dije (al R ey) de aquel piloto
portugués, minea me dijo que no iría: y pues tengo las manos en
esta materia, daré cuenta á V . A. de lo que me pasó con el piloto.
Mandélo llamar algunas veccs, y hubo de venir aquí á mi posada,
y después do sondear discretamente su ánimo, lo hallé del todo
comprometido con el Rey vuestro padre (es decir, con D. Fer
nando de Aragón, que era suegro de D. Manuel de Portugal, ií
quien V asconccllos escribía); y con él vino un hermano suyo, quo
me dijo se le debía en la Casa de la India trescientos cruzados, y
ni piloto ochocientos, y que V . A . Ies había extendido decretos
para que les pagasen, y nunca les pagaron, y etc., y que se les ha
cían aquí muy grandes partidos. Yo tomé por fundamento deoirle
verdad sobre cuán poco cierto era lo que aquí se capitulaba, y
como nunca se cumplía, y como era muy cierto lo de V . A., y
que yo trabajaría todo lo que pudiese para que V . A. le perdo
nase é hiciese merced; y por aquí: y me dijo que ya V. A. le ha
bía mandado por aquel su hermano uu salvoconducto, pero quo
él uo 03aría ir ullít, ni iría, pues tenía miedo lo mandaseis pren
der y por aquí excusábase diciendo, que si iba allá, lo tendrían
acá por sospeohoso, y etc., y en conclusión, que no iría allá. *
Luego cuenta Vasconcellos cómo el referido piloto denunció la
conversación de ambos al obispo do Falencia, y éste se la dijo al
Rey Católico, lo que obligó al embajador portugués á presentarso
á D. Fernando, contándole lo acontecido, y pidiéndole que no
mandase á tam aña cosa (no dice cuál) tí un hombre tan apasio
nado. E l R ey contestó que iría con el aludido un veador (conduc
R E S EÑ A PR E L IM IN A R X L IX
IN TRO DUCCIÓ N
II
III
IV
VI
V II
V III
H A B IT A N T E S P R IM IT IV O S D E L U R U G U A Y
(1) Relación del viaje do Américo Vespucio á las costas del Bra
sil, hecho en 1501-1502, etc. (ap. Chortou).
L IBRO I. — H A B ITA N TES PR IM ITIV O S D E L URUGUA Y 107
cí) .Fray Gregorio García, Origen (le los ludios del Nuevo Mundo,
liba m y ir.
120 LIBRO I . — H A BITA N TES PRIM ITIVO S D EL UKUGUAY
(1 ) Georgc Bnucroft, Uisioire des Etals Unl% tom iv, cap xxri.
UBRO I. — H A BITA N TES RRIM ITIVOS D E L URUGU AY J.27
(1) Lorenzo Hervite, Catálogo <¡c las lenguas de las naciones r,ono-t
e.idas, etc, tomo i, tral i, cap 11. — Vizconde de Pono Seguro, Historia
yeral do Braxil, tomo i, seco 111.
Dow. E sp .—I.
156 U B R O I. — HABITANTKS PR IM ITIV OS D EL U RUG UAY
(1) Todos estos objetos, y otros á que se alude más adelante, existen
en la colección arqueológica del malogrado americanista D. ('arlos
d'Halewyn Bauza.
16 2 i-runo i. — h a b ita n te s rjmrrri vos d e l u rü g u a v
(1.) Desde el Uruguay hasta el mar — dice Lozano — dcjaavn los cha
rrúas la tieira á la nación de los guenoas, que los españolea de Santa-
Fe y Buenos Aires, suelen llamar, corrompido el vocablo, Minuanes
(Hist de la Conq, tomo i, libro i, crp i).
180 5
liB R O í . — HABITANTES PRIMITIVOS DJ L UBUGUAY
EL D E S C U B R I M I E N T O
( 1500- 1572)
(1) Navarrete, Colección ele Viajes, tom n, Doc clx , tom ni, Secc n.
LIBRO I I .— EL DESCUBRIMIENTO 109
(1) Nnvnrrcta, Col <le Viajen, tomo tii, Not Hiat § 44 y Docs x x x n i
y xxxrv.
IJHRO I I . — EL DESCUBRIMIENTO 203
(1) Y aunque es verdad que cii este año (1~>I2) — ilict* Antonio do
H errera— mandó el fíen que sr aparejase un navio, para que Juan Díaz
volviese tí navegar, con de.sco de hallar cute Estrecho, pareció al ¡ietj
de suspenderlo, por atender á las cosas de la Tierra-fírm e ij proveerlas
como cont enía, por donde tenia esperanza, conforme á lo que el A lm i
rante D. Cristóbal había dicho, que se había también de hallar Estre
cho (D ec i, libro ix , cnp x in ).
LIBRO ir. — E l, DESCUBRIMIENTO 211
(1) Herrera, H istoria de ¡as Indias, Doc íí, libro 1, cap v 11.—Oviedo,
H istoria general // natural, libro x x m , cap I.—Gomara, Tlispania Vir-
trix, Part 1.—Lobo y Riudiivots, M am ad de la narrgaeión drl /íío de
la Plata, cap 1 (2a edición).
222 LIBRO n . — EL DESCUBRIMIENTO
( 1 ) En todos estos dios — dice Las Casas — como el lien era Ion
micro, no soto r n s u reñida, ¡ ic io también en su edad, ítem, asim ism o
en la nación, y huhiu cometido todo el gobierno de aquellos reinos d
los /himeneos susodichos, y ellos no cognosciesen las personas grandes
y chicas, y oyesen y entendiesen los negocios con mucho tiento y tar
dasen en los despachos, y no se confiaban de ninguna persona te
miendo ser engañados con falsas informaciones (y tenían mucha ra
zón, jM/rquc las relaciones que oían de muchos eran dirersas), por
todas estas rir.ones estaban todos los oficios y las cosas de aquellos
reinos suspensos, y mucho unís las cosas tocantes á estas Indias como
nuis distantes y menos cognoscidas* (Fray Bartolomé de L as Casa?,
H istoria de las Indias; tomo iv, libro iu, cap c).
LLBHO I I . — EL DESCUBRIMIENTO 225
(1) Podro Mártir do Anghiern, De Jíebus Orean iris e.l Xoro Orbe:
Doc v, libro vn, cap I.—Relación ilcl áltimo Viaje al Estrecho de Ma
ya/lunes ¡tur la ¡rayala - Santa María ■, elo, Parí 11.
U B R O n . — EL DESCUBRIMIENTO 235
(1) Herrera, Historia de las Indias, Déc m, libro iv, caps xiv y
x x ; libro vi, cap i.
D om . E s p . — I. 20.
236 LIBRO i r . — EL DESCUBRIMIENTO
ceses, contra los cuales había sido inútil todo mecho con
ciliatorio 6 persuasivo. Resolvió entonces el Gobierno por
tugués enviar al Brasil yna escuadrilla compuesta de seis
naves á órdenes de Cristóbal Jaques, para hacer la policía
de los ríos. Habiendo arribado á fines de 152G á su des
tino, Jaques fundó una factoría en Pernambueo, y de ahí
se hizo á la vela para el Río de la Plata, recomcndo sus
costas. Para mejor orientarse de los indígenas, tomó por
len gu a ó intérprete ií Melchor Ramírez, quien le acom
pañó en toda aquella exploración. Después de internarse
hasta donde lo juzgó prudente, retrocedió muy satisfecho
de lo que había visto, despidiéndose de Ramírez con pro
mesa de volver en breve.
Nada de esto se sabía en la España oficial, donde preo
cupaciones gigantescas tenían absorbidos los ánimos. Por
otra parte, el deseo de no reñir con la parentela portu
guesa, siempre tan consentida como exigente, aflojaba toda
inspección y vigilancia hacia aquellos puntos donde no
asomasen motivos de querella. Y como quiera que se hu
biesen tranzado amigablemente las dificultades originadas
por el último viaje de Solís, desde entonces no había
vuelto á hablarse más de ello. Pero el interés privado, que
tenía expertos representantes en la Península, 110 debía
abandonar la conquistu del Plata, sobre cuyas supuestas
riquezas hacían los más seductores cálculos, Diego García,
piloto que acompañara á Solís en su primer viaje, y Cris
tóbal de Haro, dominado por un espíritu comercial que 110
era ajeno á propósitos de venganza.
Mientras zarpaba la segunda expedición á las Molucas,
detenida hasta entonces con motivo de la Junta de Bada
joz, proyectó Cristóbal de Haro enviar de propia iniciativa,
LTBRO II. — EL DESCUBRIMIENTO 243
(1) Herrera, Historia de las Indias, Déc iir, libro IX, cnp III.—
Oviedo, Historia yrncral y natural, libro jjxiii, cap u.
250 I.IBltO ir. — KL DESCUBRIMIENTO
1
25 4 LIBRO n . — EL DESCUBRIMIENTO
(1) Carina de Indias, nrtm (ív . — Nicolás del Techo, Hiatora ()í P T a~
yuag, etc (npChurchill, tomo ív .).—Guzmán, La Argentina; libro i, cnpx.
Dom. E a r .—I.
268 U B R O II. — EL DESCUBRIMIENTO
(1) Herrera, Historia de las Indias; Dec v iii, libro IV, cap ll.—
Gorciluso de la Vega, Comentarios Reales; Part n, libro vi, cap vi.
280 LIBRO I I . — EL DESCUBRIMIENTO
L A C O N Q U IS T A
(1572 — 1024 )
(1) Guevara, Historia del Paraguay, etc; loe cit. — Lozano, Histo
ria de la Conquista, etc; loe cit.
LIBRO III. — LA CONQUISTA 331
sejo de Indias la proposición, y encontrándola acertada,
hizo al Rey las advertencias del caso. Entonces Felipe III
replicó á Saavedra en 5 de Julio de 1G08, aprobando su
plan de conquista pacífica, y de este modo tomaron nuevo
sesgo los proyectos de ocupación del Uruguay.
Pero la proverbial lentitud de la administración espa
ñola, las intrigas de los émulos del Gobernador y las malas
pasiones de la gente á sus órdenes, no le dejaron adelantar
su plan más allá de los primeros pasos. El Rey había es
crito al Superior de los jesuítas del Perú, que destinase C
de sus religiosos para cooperar al nuevo plan. Mientras és
tos llegaban, mediaron circunstancian poco propicias para
anticiparse á su caritativa labor.
Un acontecimiento político de trascendencia general, iba
entre tanto á realizarse. Desde el año de 1012 habíase
enviado de estos países á la Corte un Procurador general,
para tratar diversos asuntos concernientes al bien público,
y entre ellos, muy especialmente, la conveniencia de divi
dir en dos gobiernos las vastas provincias que formaban
el del Paraguay y Río de la Plata. La persona á quien se
cometiera este delicado encargo era el capitán Manuel de
Frías, que desde la época citada andaba en diligencias ten
dentes á conseguir tan importante fin. Escribió un largo
memorial para demostrar la conveniencia de su propuesta,
consiguiendo que en 15 de Octubre de 1015 se diese trá
mite á la petición, y que informase favorablemente el Con
sejo de Indias en 14 de Septiembre de 1017. Aprobó el
Rey este dictamen en cuanto á la creación del Gobierno
del Río de la Plata, y por lo que respecta á la provisión
de persona que lo desempeñara, eligió entre los tres candi
datos propuestos por el Consejo, al primero de ellos en or
Doji. Esp . — I. 20.
332 LIBRO III. — LA CONQUISTA
(1) Ésta fué, según confesión (le. los historiadores jesuítas, la pri
mera aplicación que. se hixo d la Compañía por los Gobernadores del
Río de la Plata, resultando el 1'rnyuaij ln primera de las provincias
plateases donde ejercieron oficialmente su dominación.
L IllR O III. — LA CONQUISTA 335
Fué más feliz aún con los chanás. Instados éstos pol
los misioneros, abandonaron sus guaridas del Río Negro
bajando á la tierra firme, en la cual comenzaron la fabri
cación del pueblo de Santo Domingo de Soriano, á la
misma altura más ó menos de donde hoy se halla. Ele
vóse la iglesia de acuerdo con lo que sobre el particular
prevenían las leyes de Indias, y hecho q\ie fué el repar
timiento de solares, tomó aire de población el moderno
establecimiento fundado por la civilización europea con
elementos de la raza primitiva. Fueron, pues, habitantes
del actual Departamento de Soriano, los miembros de la
primera tribu uruguaya que se incorporó al dominio espa
ñol, sustituyendo los pueblos edificados á las tolderías, y
recibiendo la unción del cristianismo en la pila bautismal
de una iglesia levantada por sus propios esfuerzos. Acon
teció este hecho en el año de 1624.
Comenzóse á notar hacia estos tiempos, que el país
era dueño de un elemento de riqueza muy considerable.
Los primitivos vecinos de Buenos Aires habían destinado
la banda septentrional del Plata para proveerse de leña,
carbón y maderas gruesas de que carecían en su ribera; y
á fin de no privarse de tan lucrativo comercio, se opusie
ron siempre al establecimiento de población alguna en tie
rras uruguayas (1). Este deseo elevado á la categoría de
medida administrativa y hasta de razón política, fomentó
el ánimo de sucesivos gobernadores á no poblar nuestras
costas, permitiendo solamente la entrada á leñadores y car
boneros que procuraban el aprovisionamiento de la capi-
L O S J E S U ÍT A S
(1025 - 1878)
sensibles á percibir las ideas por los ojos que por los oídos,
así es que acompañaban su predicación con demostracio
nes prácticas: llevaban consigo pinturas del cielo y el in
fierno, cuya visión superaba con éxito el efecto de los dis
cursos. También solían emplear otros medios ingeniosos
para tocar el corazón de los infieles: tomaban nota, con
gran cuidado, de las razones que individualmente les daba
cada indígena para no quererse convertir, y luego en la
plática que hacían al conjunto, aplicaban esos raciocinios
á los pecadores empedernidos y los rebatían como uua
doctrina sugerida por el demonio. Los indígenas, escu
chando sus propias palabras prohijadas por Satanás, que
daban aterrados. Sin embargo, la dificultad de expresarse
en los idiomas de ellos, no era pequeña en los primeros
tiempos. Bien que el Padre González, á quien llamaban
sus compañeros el Domóstcnes guaraní por la maestría
con (pie lo hablaba, y alguno que otro misionero gozasen
ese privilegio, no era común á todos tal facultad. Para
subsanar el mal, se establecieron escuelas á fin de en
señar á los curas doctrineros las lenguas indígenas, cou
lo cual se adelantó mucho; fundándose igualmente en las
reducciones, escuelas para la enseñanza castellana de los
catecúmenos (1).
La experiencia de los hechos fué sugiriendo á los jesuí-
LO S P O R T U G U E S E S
(107N — 1730)
(1) Gio, Istoria dalle, gucrre del Regno del Brasile e la República di
Olanda, parte 11, libro 1.
39-1 LIDRO V. — LOS PORTUGUESES
(1) Funes, E nsayo, etc; tomo ií, lib ív, cap ív.
452 UBRO V . — LO S P O R T U G U E S E S
(1) El diaño de, Zavala dice que esta noticia se recibió el día 4 de
Enero, pero debe haber equivocación en la fecha, pues recién el día 7
estuvo Vega con su caballería sobre los portugueses.
LIBRO V. — LOS PORTUGUESES 475
T om . E sp . — L 87.
D O C U M E N T O S DE P R U E B A
» .• i
C A R T A D E D IE G O G A R C ÍA
Memoria de la navogneioa <ine hice estu viuje un lu parto dol mar Occano dende qne salí
do la Ciudad de 1h Común, qno nlll me fnc entregada la armada por los Oficíales do
8. M. qnc ftic en el año du
1526 ( 1 )
(1) Aunque portugués di origen ( Hmwn, tv, i, i ), Divio García estaba avecindado en
KspaSUi, donde tenia familia. Stt dtniioilio tro. iíoguer, citando tom6 e l.mando de esta expe
dición, tieffiín lo «xjirtxa el contrato res¡Kclivo (Aivh do Ind xxn). Algunos uño* más tarde,
se trasteló con su mujer c hijos á Sevilla, como él mismo lo expresa en wto jtcliviún al Em-
peradar, enumerando ¡tasados servicios, »/ suKtitando ayuda de costa para librar de la misrria
á los svyos (Arch do Ind xm ).
510 DOCUMENTOS DK PRUEBA
( t ) Semejante cargo excede toda ponderación. Por otra parte, ol examen comparado de ambo»
navegaciones, reduce el palabreo de García d meras jactancias. Gabotio salió en 3 de Abril de
1526 de San T.fa&r, llegó el 10 á Canariax, domlt estuvo 17 dios; el 28 de Abril se hizo á
la vela de alli, naugamlo todo Mayo con tiempo variable, hasta franquear la línea equinoccial,
y en 3 de Junio avistó las costas del Brasil, dirigiéndose al caito Je San Agustín, donde
ancló durante dos iliak. En cambio García salió de Fbiisterrt el 16 de Enero de 1526, se
tletuvo en Canarias hasta el 1* de. Reptietnbre y tino á presentarse en San Vicente por Enero
de 1527, empleando en llegar ai Drasil casi mi año, mientras Gabotto empleó tíos meses.
512 DOCUMENTOS DE PRUEBA
grant calma que da la linea quinucial, por sor la casa del Sol
prencipal la tiene el Sol mui caliento de contino, y esta es la
causa porque de contino ay gnrpadas en ella.
D e aqui íuemos adelanto e llegamos al cabo de Sant A gos
tin e tome mi navegación la vuelta, del cabo Frió, que están
veinte e tres grados e medio de la vanda del Sur donde el
Sol Lace el mayor dia a 13 de Diciembre e de alli torna la
buelta de la linea quinucial, y esta costa dende el cabo de San
Agostin hasta el Cabo Frió se corre en el susuducstc y ay
deste cabo de San Agostin hasta el Cabo Frió trescientas
e cincuenta leguas basta los diez c siete grados esta ima baya
quo se llama de todos Santos, en ella y en toda esta costa
hasta el Cabo Frió muy mala gente perfera e comen carne
umana e andan desnudos, y esta baya están diez e siete gra
dos hasta veinte e dos grados que esta un cabo que se llama
Cabo hermoso, están muy muchos arracifes e machos plazcles
e arena e salen en la mar veinte e cinco leguas, e duran es
tos baxos de luengo de costa noventa leguas, c llamanse los
baxos de abre el oso y en este rny descubrimiento a la venida
sobre esta baya de Todos Santos estau x v h grados, halle una
Isla en la mar bien 35 leguas en la mar que avia muchos
baxos e peñas e arracifes al derredor della tres o quatro le
guas de la banda del norte, porque ningund eristiano las ha
hallado hasta oy porque no esta puesta en ninguna carta hasta
oy, e porque no miramos ni provamos por la vanda del Sur
a entrar en ella, porque traíamos un navio solo o no quería
mos ponernos en riesgo, hasta otro viaje que tornando alli se
sabra el secreto della, porque me parece una Isla muy verde,
e terna 3 leguas de derredor e una do largadura, porque avia
en ella agua c leña e mucha pesquería, c uo terna los navios
tanto peligro por amor la gente Salvaje e la costa mala.
DOCUMENTOS DE PRUEBA 513
1527
(1) E l tlcspecho cegaba tí García al hablar do esto modo. Qití mérito podía roinbulicar por
haber navegado y dcsoubiorto, como ¿l dice, en 27 diax, n» trayecto ya franqueado y expío-
rodo por Gabotto on einco meso» de trabajos y combates 9
5 18 DOCUMENTOS DE PRUEBA
D iego G arcía ,
CnplUtu General.
('1) Oreo que este pasaje es condmjcnit, )>ara probar que Solis hizo su primer viaja al rio
de la Piala m el año de 1512. Diego Qarcía que le acompañó recuerda el hecho eon exuda
fidelidad. Otro testigo presencial debía comprobarlo, hablando con D. Rodrigo de Acuña en
1526 ( Navarrcto, v 0 y Doc x ).
DOCUMENTOS DE PRUEBA 519
N.o 2
C A R T A D E L U IS R A M ÍR EZ
(1) Los párrafos finales de esta carta, y ¡a despedida, indican que Litis RanUrex la escri
bió á su padre.
520 DOCUMENTOS DE PRUEBA
( l ) Loa ilinUtrbios promovidos por Ion armadores de Oabotlo, y la urgencia onn que á iste
se le mantlS jiartir al socorro de los espttHoles maltratados en las ¿fotutas, influyeron para
que se deseuüluse la provisión de la escuadra (Hcrreru, m , IX, ni).
DOCUMENTOS DE PRUEBA 521
a las vezes venían con tiempo e otras con calmorias, que nos
cletubieron algunos dias, donde pasamos mucho trabajo de sed
a cabsa de ser la ración mui pequeña, e plugo a D ios de nos
dar bivcn tiempo cou que pasamos la lina equiuocial caminando
por nuestra derrota fasta tres dias del mes de Juno que des
que vimos tierra, e vistas por los que savian reconocieron es
tar eu la costo del Brasil al cavo de Sant Agustín tierra de
Portugal. En este pasage cstobiinos dos dias, al cabo de los qna-
les tornamos hazer vela pava salim os a la mar y apartamos mas
de la costa y seguir nuestro viage. Quando otro dia pensamos
aber navegado adelante, nos hallamos atrás mas de 12 leguas
en que por el altura nos hallamos en el paraje do Pernam-
buoo en la misma costa junto a tierra y esto lo causo ser
nos el viento algo escaso, y la com ente mucha; y el Sfir. Ca-
pitan General viendose en la costa, y el viento contrario,
acordo de proveer la armada de agua, que tenia mucha ne
cesidad de pasar adelante, y para esto le fue forzado emviar
la caravela y con ella al piloto de la nao capitana y un ba
tel, y que fuesen a buscar por la costa algún río d ulce; y
estando en esto vino a la nao capitana de esta armada una
canoa de Indios en la cual venia un christiano, y el señor Ca
pitan General fue informado del que tierra ova donde estába
mos, e dixo como se llamaba Paranabuco, c aquel R ey de
Portugal tenia alli una íatoria para el trato del Brasil, en la
qual había fasta trezc ohrístiauos portugueses de nación, de los
qlíales fue bien servido el señor Capitan General en las cosas
que para la armada tovimos necesidad, que sin que a causa
de los tiempos contrarios que siempre tovimos, estovimos en
la dicha costa sin tener una ora de tiempo para poder salir;
y en el tiempo que aqui estovimos tomamos algo de la manera
de la gente y tierra de clin. A y en la tierra muchos manteni
mientos de maiz, mandio que son unas raizes de que se hace
mucha buena harina blanca, comenla con pau hecha harina tos
tada. Ay otras raizes que se dicen patacaom, comense cocidas
y asadas, son muy buenas: muchas calabazas, frísoles, havas, ga
llinas, papagayos mui buenos: de todo osto levo la gente mu
522 DOCUMENTOS DE PRUEBA
(1 ) Antes de concederle tan /"oreado reposo, el prisionero era sometido á las pnicJian más
enteles. El historiador Hans Staden, que hubo de ser devorado j m los 'JHipi - «oiiiM í de
S. Vicente, ha hecho un acabado relato de esa bárbara jjíiiolidad.
DOCUMENTOS DE PRUEBA 523
( 1 ) Roto el original.
D ou. E sr. — I.
524 DOCUMENTOS DE PRUEBA
19 del dicho mes que llegamos a surgir eu una isla tras a una
gran montaña a causa de parecer al Sñr. Capitan General ser
aparejada de madera para hacer batel para la nao capitana
porque como digo en la tormenta pasada habia perdido el suyo.
Y estando en esto vimos venir una canoa de ludios la cual
vino a la nao capitana, y por señas nos dio a entender que
habia alli christianos, lo qual aun uo acabamos de entender:
el Sur. Capitan General les dio a estos Indios algún rescate,
los quales fueron muy contentos en que estos indios según
parece fueron por la tierra adentro y dieron nuevas de nuestra
venida, de manera que otro dia de mañana vimos venir otra
canoa de Indios y un christiano dentro della, el qual dio nue-
bas al Sñr. Capitan General como estaban en aquella tierra
algunos christianos que eran hasta 15, los quales habían que
dado de una nao de las que hibau a la cspcccria de que hiva por
Capitan General el Comendador Loaysa, y quellos hivan en
una nao de que hiva por Capitan D . Rodrigo de Acuña, y
porque la dicha armada se habia desvaratado en el estrecho, y
ellos no quisieron bol ver a España, su Capitan los habia de
jado alli; y también dijo de otros dos christianos, que se de
cían Melchor Ramírez vecino de L epe y Henrique Montes, los
quales dijo havian quedado de una armada de Juan D iez Solis
quo en este rio donde agora nosotros estamos los Indios habían
muerto y desvaratado, y que habia mas de treze años o ca
torce que estavan en aquella tierra y que estavan 12 leguas
de alli ( 1 ) los quales dichos christianos como de los Indios
supieron estar alli armada de cristianos, y luego el Henrique
M ontes vino a la nao capitana y hablando en muchas cosas
con el Sñr. Capitan General de como habia quodado en aquella
tierra, bínieron a decir lo que dicho tengo, y también la gran
riqueza que en aquel rio donde mataron a su Capitan h$via,
de lo qual por estar mui informados a causa de su lengua de
(1 ) Más adelante llama el aulor 'puerto tic Iva ratos » al loeal donde rexitlían Melchor Jíamí-
rrx y Enrique Montea, gcneralixatulo asi la aplicación de dicho nombre A parajes que ya no
lo llevaban. Desde el arrito de D. Uodrigo de Acufla, el puerto de los Putos se llamaba <puerlo
de D. Rodrigo», sioiido su ubicación 26° 1¡4 (Soaros, Jivteiro do Brasit, I, lx ix ).
DOCUMENTOS DE PRUEBA 525
(1) Esta relación concuerda con la del mismo D. Rodrigo dt Acuña, hedía en dos cariaI
á diferentes jmsuma (Nnvurreto, v, Doc u y iu ) ,
DOCUMENTOS DE PRUEBA 527
(1) ]torrada* las tetras <k cuta vox., quedatulo otaras sólo la* que van yutslas.
DOCUMENTOS DE PRUEBA 529
( L) Sijfún se ha atirertido en las anotaciones d Diego OaroUi, « Santa Catalina > ai lla
maba «lila de ios Patos». Atribuíase á tos expedicionarios tic Ixxujsa haberle dado ol nombre
que hmj lleva, pero la afirmación de Luis Ramiro*, establay, sin réplica que fxé Gabotto quien
se lo dió.
530 DOCUMENTOS DE PRUEBA
(1) lie aquí una prueba incontestable <!<' la boiulad tle los indígenau uruguayos pam con
sus huésjtcdts ¡xteíficoa. Ramiro*, abandmuítulosr. á ellos, ti aity a el rio en busca de provisio
nes, sin tenor que lamentarse <U la nuinor infracción á ha debern* del hospedaje.
532 DOCUMENTOS DE PRUEBA
(1) Es notable la identidad de propensiones y costmibros quo resulta entre ciertas tribus de
la cuenca del Piala, consultando los testimonio/: (le b¡¡ primitivos viajeros. Centenera (Canto x)
atribuye d lo* charrúas idéntica# condiciones de velocidad y puntería que Ramirex á los gua
raní*; y nuía adelante se verá que refiriéndose el mismo Ramírez á las mujeres de los tim
bas, afirma, que acostumbraban d cortarse la coyuntura de un dedo del pie ó de la mano por
cada deudo que so leu moría, procedimiento adoptado también por las mujeres charrúas en
ateos similares.
DOCUMENTOS DE PRUEBA 533
los hombres oradan los lavios por la parte vaja: de estos los
Canearais y Timbus siembran abatí y calabazas y habas; y todas
las otras naciones uo siembran, y su mantenimiento es carne y
pescado. Aqui con nosotros esta otra generación que son nues
tros amigos, los quales se llaman Guarenis y por otro nombre
Chandis: estos andan derramados por esta tierra, y por otras
muchas como cosarios a causa de ser enemigos de todas esto
tras naciones, y de otras muchas que adelante dire: son gente
mui trahidora: todo lo que hacen es con trahicion: estos seño
rean gran parte de la India y confinan con los que havitan en la
Sierra. Estos tienen mucho metal de oro y plata en muchas
planchas y orejeras, y en achas con que cortan la montaña para
sembrar: estos comen carne humuna. Nuestro mantenimiento
eu esta tierra es y ha sido desde postrero de Mayo del dicho
año que nos falto el mantenimiento de Spaüa, cardos y pescado
y carne, y estos bentregadas: el pescado de la tierra es mucho
y mui bueno: es tal y tan sano que nunca los hombres vieron
que con benir todos o los mas enfermos y achacados de diversas
maneras de enfermedades con tener dieta con pescado y agua
hasta artar en menos de dos m eses que alli llegamos estabamos
todos tan buenos y tan frescos como cuando salimos de Spafia,
y mientras en esta tierra habernos estado uo adolecido ninguno
de nosotros. E s la tierra mui sana y mui llana sin arboledas: ay
en ella muchas maneras de cazas, como Benados y lobos y rapo
sos, y abestvuccs y tigris: estos son cosa muy temerosa: ay mu
chas ovejas salvajes de grandor de uua muleta de un año, y
llevaran de peso dos quintales; tienen los pequezos mui largos
a manera de camellos, son estraña cosa de ver: Alia im biaelSñr.
Capitan General alguna a S. M .: mientras estuvo aqui el Sñr.
Capitan General hizo calar esta tierra para ver si podría cami
nar por ella, porque dccian era por alli camino mui cerca, y
la relación que trugeron fue que era despoblada y que no habia
agua en toda ella en mas de 40 leguas, y a la causa el Sñr. Capi
tan General mandó a las lenguas se informasen de toda la tierra
y del camino maB cercano a la sierra y eufin que al cavo de ser
aver bien informado de todo dijeron al Sñr. Capitan Genéral que
534 DOCUMENTOS DE TEUEBA
( l ) Loxano (ir, 2, i), siguiendo á Rui DUix, se etnpeña en que el mando de esta fortaleza
recayó en D. Diet/o de Rracamonlt, al frente de 00 soldados; ]>ero las afirmaciones contestes
de (larda y Rantirex, (¡ue hablaron em el capitán Gregorio Caro, comandante dt ella, no
dejan duila del error de Rui Diax y el desacierto do Loxano on hacerlo stajo.
D O CUM ENTOS D E PRUEBA 535
(1) ü?n esta conducía vandálica de Qabotlo y sus gentes, que insinuándose eon los atropellos
de Santa Catalina, fué creciendo á medida que se internaban en los dominios plateases, han
do buscarse íiw causas que retardaron el futuro progreso de la OonquisUi.
534’ DOCUM ENTOS D E P R U E B A
(1) Loxano ( ir, 2, i ), siyititiuh ií Rui Díaz, se cinptña en rjuc el mando tic et/a fortalcxa
recayó en D. Diryo de Uracttmotdo, <d frenie de 60 soldados; jiau Ion afirmaciones contestos
de García y Ramírez, que hablaron con el capitán Gregorio Garó, comandante de tila, no
digan duda del error de R vi Díax y el desacierto de Loxano en hacerlo suyo.
DOCUM ENTOS D E PRUEBA 535
(1) JOn esta conduela vandálica de Gnbntto y sus gentes, que iitsintidndost eon los atropellos
de Sania Catalina, fu6 ercoiendo á medida que se internaban en ¡os dominios plalenses, han
de buscarse las causas quo retardaron el futuro progreso do la Conquista.
536 DOCUM ENTOS D E PRUEBA
1) A remolque.
DOCUM KNTOS D E P ttO E B A 537
por canoas que le daban, e que dcstas casas dcstcs Indios a los
do los dichos Chauduls por tierra por do ellos van ai seis jorna
das, en que la mitad de este camino es toda alagunas c anega
dizos. El Sñr. Capitan General pudiera aqui resgatar mucho oro
y plata, c no lo hizo porque los Indios 110 tubiesen pensamiento
que la intención de nuestra liida hera cou qudioia del dicho
metal (1), e también porque pensábamos hir a la generación de los
Chauduls que tengo dicho, c Francisco, lengua, se informó que
teniau mucho metal porque según los Indios le decian de las
dichas caserías liiban mugeres y niños fasta la dicha sierra e
traían el dicho metal. Luego el Sñr. Capitan General puso por
obra nuestra partida para subir por el dicho Paraguay a las di
chas casas, pues por tierra era escusado según la información
teníamos. En este Puerto supo el Sfír. Capitan General de ciertos
lu d ios como habian entrado ciertas naos en el rio de Solis e se
babian juntado cxin las nuestras, lo qual el Sñr. Capitan General
ni nosotros uo tullirnos en nada porque pensábamos los Indios
no decirnos verdad, como en la. verdad avian dicho muchas
cosas que nos abian salido mentirosas; e asi salimos dcste
Puerto el sabado de Lazaro que fueron 28 dias de Marzo y estu
bimos en el obra de 30 días.
E stos Indios comeu carne humana y son parientes c de la
misma generación de los questan en la fortaleza de Santispiritus
com nosotros, e asi salidos del dicho puerto de Santana bajamos
el rio de Parana abajo a la dicha boca del Paraguay, a la qual
llegamos postrero dia del díeho mes de m arzo: En el parage de
Santispiritus hasta la dicha Santana hay las generaciones siguien
tes, Meooretaes, Camarns, M epens, y eutrando la dicha voca de
Paraguay hasta lo que por ella aiulubirnos hai las que diré: In-
gatus Bcoyos, Couamengiiaes, Berese, Tendeas, N ogaes; estas las
que confinan con el rio que nosotros bimos, sin las de la tierra aden
tro ques cosa ¡numerable: son de diversos lenguajes, 110 siembran
estos ni los d e Parana; su mantenimiento c b carne y pescado, y
(1.) Pase qiw la precaiicúín indujera (i obrar así, jmee cu cnanto <í Ion Menciones, cierta•
*liento que no eran otras.
D om . E s p . — I . 39.
540 DO CUM ENTOS D E PRUEBA
“(1) No en posible que la* óviMetude.i <lc extus indios tuviesen un fwulamenlo tan remato
como ci que indica Ramírez, sinó i/im debían provenir ite la justificaría protesta contra los
asesinatok y extorsiones cometido* jwr aijiiel misnw Miguel Kifos y sus comjKifleros entre los
timbiín.
542 DOCUM ENTOS D E PRUEBA
Luis R a m ír e z .
N.» 3
C E R T IF IC A C IÓ N S O B R E L A B A T A L L A D E L Y I
(MS. bu N, Archivo)
N.® 1
■Audres Gómez de ln Qulutnua Capitón de unn ele las coiupnülas de Cabullas conizas de
ln tiente pngada de esto Fresidio.
por tierra cou muchos Cavallos, y muías para cargar los bas
timentos no solo para el viage sinó para sustentarse todo el
tiempo del sitio, y gran rodeo de Y acas; venían muy bien
armados, unos con diferentes bocas de fuego con sus frascos,
y bolsas bien proveídos de polvora, y balas; otros cou lanzas,
dardos, arcos con mucha (santidad de flechas, macanas, hondas
y piedras, armas naturales suyas. Venían también sus Cape
llanes! los P es. Joseph de Texedas, Geronimo Horran, Juan de
Anava, y Pedro de Medina, y los Hermanos Pedro de Mon
tenegro, Joachin de Zubelia y Joseph Brassaneli, Cirujanos
para curar heridos. Passaron a incorporarse con el Sargento
Mor. Dn. Balthasar García Eos, cabo Principal de la gente
de guerra que avia passado de Buenos Ayres, y el P°. Pablo
Restivo por su Capellan: y dentro de algunos dias basaron
las tropas de la Ciudad de Sta. Fe, y Corrientes y aviendo-
las passado los rios Uruguay, y Negro, y condueidolas a in
corporarse con dicho exercito, y dado cumplimiento a todas
las ordenes, que traxc a mi cargo, passó al sitio, que se puso
el dia diez, y ocho de Octubre de dicho año, donde llegue a fin
de dicho mes, que so empezavan a poner las primeras Bate
rías, y abrir los Ataques. En la misma ocasion passo de Co
legio de Buenos Ayres el M. R. P°. Joseph Mazó Proc1. Geni,
de M issiones para el govierno, y dirección de materia de tanto
pesso, que mediante su mucha prudencia y maduro acuerdo
se pudo conseguir el buen sucesso; trabajaron los ludios con
mucho valor; unas compañías entrando de guardia en los Ata
ques por su orden; otras de reten; y otras cortaudo, y trayendo
fagina, y estacas haciendo cestones para las Baterías, que se
pusieron en diferentes parages conforme la neccssidad, y la
ocasion lo requería, cabando, y abriendo los ataques, llevaron
a fuerza de sus brazos la artillería, y municiones, y demas
pertrechos, avicndola cavalgado primero en sus cureñas, y la
pusieron en las Baterías, como también los cestones, que aun
que los llenaban de tierra bien passados con todo esso ya con
el exercicio do nuestra artillería, ya con los balazos de la del
enemigo; que dava cu ellos, los rompía, y descomponía de
552 DOCUMENTOS DE PRUEBA
R E S E Ñ A P R E L IM IN A R
i
I N T R O D U C C I Ó N ....................................................................................
LIBRO PRIMERO
U B R O SEG U N D O
E l <1c * c n I» r 1 m i o ií t o
rii«8.
LIBRO TERCERO
La coiiqiiltsf u
LIBRO CUARTO
Loo Jesuíta»
LIBRO QUINTO
Los p o r t u g u e s e s
Prfgs.
APÉNDICE CRÍTICO
DOCUMENTOS DE PRUEHA