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LO ESENCIAL

DE LA HIPNOSIS
Psicología
Psiquiatría
Psicoterapia
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154. S. McNamee y K. J. Gergen - La terapia como construcción social
155. B. Inhelder y J. Piaget - De la lógica del niño a la lógica del adolescente
156. E. Torras de Bea - Grupos de hijos y de padres en psiquiatría infantil psicoanalítica
157. R. A. Neimeyer y M. J. Mahoney - Constructivismo en psicoterapia
158. G. Caplan y R. B. Capían - Consulta y colaboración en salud mental
159. K. E. Asen y R Tomson - Intervención familiar
160. D. N. Stern - La constelación maternal
161. R. Dallos - Sistemas de creencias familiares
162. E. B. Hurlock - Psicología de la adolescencia
163. J. W. Worden - El tratamiento del duelo: asesora miento psicológico y terapia
164. J. Poch y A. Ávila - Investigación en psicoterapia
165. E. Giacomantone y A. Mejía - Estrés preoperatorio y riesgo quirúrgico
166. J. Rojas-Bermúdez - Teoría y técnica psicodramáticas
167. R. Sivak y A. Wiater - Alexitimia, la dificultad de verbalizar los afectos
168. H. Bleichmar - Avances en psicoterapia psicoanalítica
169. E. López y P Población - La escultura y otras técnicas psicodramáticas aplicadas en psicoterapia
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173. A. Gesell y otros - El niño de 5 a 10 años
174. A. Gesell y otros - El adolescente de 10 a 16 años
175. M. A. Caudill - Controle el dolor antes de que el dolor le controle a usted
176. F. Casas - Infancia: perspectivas psicosociales
177. E. Forman - Dilemas éticos en pediatría
178. D. Greenberger y Ch. A. Padesky - El control de su estado de ánimo
179. J. Corominas - Psicopatología arcaica y desarrollo
180. J. Norzeszowicz - Psicopatología psicodinámica
182. A. Eilis - Una terapia breve más profunda y duradera
183. M. D. Yapko - Lo esencial de la hipnosis
184. W. R. Müler v S. Rolnick - La entrevista motivacional
Michael D. Yapko

LO ESENCIAL DE
LA HIPNOSIS

1
PAIDÓS
Barcelona
Buenos Aires
México
Título original: Essetitials o/Hypnosis
Publicado en inglés, en 1995, por Brunner / Mazel, Inc., Nueva York

Traducción de Angelina Aparicio

Cubierta de Víctor Viano

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo
las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y 1 distribución
de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

© 1995 by Michael D. Yapko


Por acuerdo con Brunner / Mazel Inc. and Mark Paterson ©
1999 de la traducción, Angelina Aparicio © 1999 de todas las
ediciones en castellano,
Ediciones Paidós Ibérica, S.A.,
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós, SAICF,
Defensa, 599 - Buenos Aires

ISBN: 84-493-0661-2
Depósito legal: B. 1.606-1999

Impreso en Novagráfik, s.l.


Puigcerda, 127 - 08019 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain


SUMARIO

Agradecimientos .......................................................................................... 9
Prefacio ........................................................................................................ 11

Primera parte
Principios

1. Perspectivas .......................................................................................... 15
2. Ampliar perspectivas ............................................................................ 19
3. Los orígenes del mito ....................................................................... 25
4. Responder a los conceptos erróneos ..................................................... 29
5. La hipnosis teóricamente hablando ..................................................... 39
6. Contextos de la hipnosis ....................................................................... 47
7. La sugestibilidad humana ..................................................................... 55
8. Aspectos de la mente ............................................................................ 63
9. Susceptibilidad a la hipnosis ................................................................. 69
10. La experiencia de la hipnosis ............................................................. 79
11. Condiciones para realizar hipnosis ....................................................... 87

Segunda parte
Práctica

12. Estructura de las sugestiones ............................................................ 93


13. Patrones de comunicación hipnótica ..................................................... 109
14. Test de sugestionabilidad ................................................................. 117
15. Inducción del estado hipnótico formal .................................................. 123
16. Inducciones hipnóticas naturalistas ..................................................... 131
''.. Fenómenos hipnóticos y su inducción .................................................... 139
18. La autohipnosis y el sí mismo del terapeuta ......................................... 159
19. La utilización terapéutica del estado hipnótico .................................... 163
8 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

20. La hipnosis en el tratamiento de trastornos comunes .......................... 173


21. Muestra de la transcripción de un trance: construir límites .... 185
22. Recuerdos, sugestionabilidad y controversia sobre los recuerdos reprimidos 193
23. Resistir a la resistencia .......................................................................... 203
24. Riesgos de la hipnosis y aspectos éticos .............................................. 209
25. Profundizar en la hipnosis ................................................................ 217

índice de nombres ........................................................................................ 00


índice analítico ............................................................................................. 00
AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Mark Tracten, mi editor en inglés y amigo, su apoyo y su ayuda


para que mi trabajo vea la luz. Natalie Gilman, la directora de la colección inglesa
Serie de principios básicos aplicados a la práctica, es alguien con quien resulta
magnífico trabajar. Le doy las gracias por incluirme en su colección.
Tengo muchos amigos y colegas profesionales que merecen una mención
especial por sus valiosas contribuciones. Todas las personas mencionadas a
continuación, y cada uno a su manera, son especiales para mí. El debate animado,
las conversaciones inteligentes, el respeto profesional y la amistad marcan mi
relación con estas personas estupendas que tanto han influido en mi trabajo:

Brian Alman Norma y Phil Barretta John Koriath


Mary Beth Chruden Stephen Doris Murphy
Gilligan Marian Richetta
Jeff Zeig
Mi compañera de trabajo más cercana es Linda
Griebel, una mujer íntegra que realiza una labor encomiable para conseguir que
las cosas vayan bien. Después de muchos años y muchos proyectos, mi aprecio
por Linda no cesa de aumentar.
En el ámbito personal, quiero dar las gracias a mi familia y amigos. Las
familias Yapko y Harris me han dado apoyo y afecto sin igual. Wendy y Richard
Horowitz, a quien pertenece la increíble Megan Leigh (la persona que ha
conquistado mi corazón), son los mejores amigos imaginables. Con un toque de
humor, pero con sinceridad, quiero dar las gracias a: 1) la Ghirardelli Chocolate
Factory en San Francisco. Si dieran Premios Nobel al chocolate, esta gente lo
ganaría fácilmente; 2) Captain Jean-Luc Picard, de la Starship Enterprise, por
personificar metafóricamente la claridad y la inte-
10 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

gridad; 3) Café Starbucks, por los incomparables cafés; 4) Jethro Tull y Eric
Clapton, por los exquisitos placeres auditivos; y, finalmente, 5) al inventor de los
helados.
Por último y más importante, a mi esposa, Diana. Simplemente la mejor. De
verdad.
PREFACIO

Cuando Natalie Gilman, la veterana e inteligente editora de Brunner/ Mazel


me llamó para hablar de una nueva colección de libros, llamada «Principios
básicos aplicados a la práctica», que querían publicar, la describió como la
creación de una colección de libros introductoria sobre diferentes temas en el
campo de la psicoterapia. Éstos servirían no sólo de guía básica para los
principiantes, sino también como cursos para refrescar a los profesionales en
activo. ¡Qué gran idea! Existe tanta información disponible en cualquier área
concreta sobre la que uno quiere aprender, que un enfoque que dé una visión
general parece ser una manera estupenda de dar a las personas nuevas en dicho
campo una idea clara de lo que allí ocurre sin desbordarlas. Y, sí alguien se
interesa en ahondar en ello, encontrará referencias actualizadas que le indicarán la
dirección a tomar.
¡Así es como surgió este libro! Es breve pero está lleno de información.
Ofrece una perspectiva sobre el campo de la hipnosis clínica. Plantea muchas
cuestiones clínicas y anima al lector a pensar en ellas de forma crítica. Sugiere
métodos y aplicaciones. Informa en todo momento de la gran cantidad de in-
vestigaciones y material práctico escrito disponible en la extensa bibliografía
existente sobre el campo de la hipnosis. También explica dónde se puede en-
contrar gran parte de dicho material. De hecho, las secciones de referencia que
aparecen al final de cada capítulo son una de las características más importantes
de este libro, puesto que todos los capítulos son expresamente breves y generales
para dar a conocer simplemente el tema en cuestión.
Buena parte de este libro procede de mi exhaustivo manual Trabajo con el
trance. En gran parte se trata de una adaptación, aunque se han añadido secciones
nuevas, y el adjetivo que las define a todas es "sucintas". Se trata de un texto muy
limitado, de acuerdo con el objetivo de la colección «Principios básicos aplicados
a la práctica» de Brunner/Mazel.
La hipnosis es un tema intrínsecamente fascinante. Cualquier cosa que el
lector ya haya visto o leído sobre el tema probablemente habrá picado su-
12 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

ficientemente su curiosidad como para conducirle hasta este libro. Cuando uno
supera las absurdas connotaciones mágicas que evoca la hipnosis en la mayoría de
la gente y se instruye en este campo, viéndola como una herramienta de amplia
aplicación en contextos clínicos, creo que este método se vuelve todavía más
interesante. Es realmente increíble ver como uno puede decir y hacer cosas con el
propósito de generar respuestas sorprendentes en la gente, como revivir claros
recuerdos o percibir la distancia suficiente del propio cuerpo como para sufrir una
intervención quirúrgica sin anestesia química. El campo de la hipnosis es
dinámico, diverso y está en continuo crecimiento. Espero que lleguen al lector
todas sus perspectivas verdaderas —y también todo el asombro.
PRIMERA PARTE

PRINCIPIOS
CAPITULO 1

PERSPECTIVAS

Este libro no pretende tratar la hipnosis de forma sensacionalista ni afirmar


que es la respuesta a todos los cuestionamientos de la vida. Más bien presentaré la
hipnosis clínica como un sistema de comunicación hábil e influyente que enseña
cómo pueden curar las palabras. La hipnosis clínica ofrece formas de
conceptualizar cómo construyen los seres humanos sus realidades individuales, y
las percepciones nuevas respecto a la manera de interactuar con los demás de
manera más efectiva. Adquirir habilidades hipnóticas es una manera de aumentar
las habilidades clínicas, y puede ayudar a obtener resultados más duraderos en el
trabajo terapéutico realizado. Quizá lo mejor de todo sea que la hipnosis puede ser
una forma poderosa de promover autosuficiencia e independencia en los clientes a
los que se trata, ayudándoles a tener más seguridad en sí mismos y a valorarse
más.
La hipnosis clínica es la habilidad para usar las palabras y los gestos de
manera particular y conseguir resultados específicos. El énfasis se centra, a lo
largo de todo el libro, en el uso de procesos hipnóticos como agentes de
comunicación y cambio efectivos. Esta orientación minimiza el uso de encan-
tamientos y rituales y, en su lugar, enfatiza la evaluación rápida y la respuesta
sensible a las necesidades individuales del cliente.
Pocos campos han tenido los altibajos de la hipnosis, que ha viajado mucho,
en diversas formas, durante cientos de años. Su aceptación ha variado de
moderada a nula. Las personas que la practicaban tenían sus rituales (técnicas) y
supersticiones («esta inducción funcionó bastante bien con el último cliente que
tuve con pecas...»), pero muy poca comprensión a nivel cognitivo de lo que
estaban haciendo. Al aumentar el ámbito de aceptación y aplicabilidad de los
procesos hipnóticos, la necesidad de un enfoque sensible y comprensible parece
mayor de lo que nunca antes había sido.
Cuando la gente descubre que uso la hipnosis como herramienta de trabajo
en mi práctica clínica se siente fascinada y escéptica. Casi todo el mundo ha
tenido alguna experiencia directa o indirecta con la hipnosis y
16 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

supone de manera equivocada que haga lo que haga con ella básicamente debe ser
lo mismo que hacen todas y cada una de las personas que la utilizan. Pocas
personas se han expuesto suficientemente a ella para poder diferenciar los
distintos tipos de aplicaciones que tiene. La hipnosis clínica no es lo mismo que la
investigación sobre hipnosis o que la hipnosis del deporte o del entretenimiento.
Incluso entre los clínicos que la utilizan cada uno lo hace de manera muy
diferente a los otros. Éste es un pequeño inconveniente de su práctica; el público
general supone, con demasiada frecuencia, que la «hipnosis es hipnosis», y que
todo lo que tienen que hacer como consumidores es buscar en todas las tiendas y
comparar hasta encontrar la que resulte menos cara y que resuelva mayor cantidad
de promesas. ¡Y algunas de las promesas son bastante indignantes!
Sin embargo, si se utiliza de manera habilidosa este problema se puede
convertir en un recurso. Al explorar con el consumidor que busca información
sobre la hipnosis en general o sobre mi trabajo en particular, puedo ayudarle a que
tenga la información suficiente como para tomar algunas decisiones significativas.
En mi opinión, en la práctica profesional es básico asegurarse de que los clientes
tienen la información necesaria para tomar una decisión elaborada respecto al
tratamiento. Que alguien no haga preguntas no quiere decir que no tenga ninguna
sino que generalmente no sabe qué preguntar.
Implicando a los clientes en una breve discusión sobre sus necesidades y la
naturaleza de la hipnosis clínica como herramienta de trabajo se les puede
proporcionar información que les ayude a evaluar de una forma más realista sus
necesidades y la manera de satisfacerlas. Con frecuencia, la hipnosis formal que
pretende simplemente eliminar el síntoma (como los anuncios de los periódicos
que aseguran «¡Deje de fumar en una sesión!») no es una alternativa de
tratamiento deseable ni realista. Sin embargo, es lo que desean las personas que
buscan «magia» y la manera de evitar el malestar de otros enfoques de tratamiento
más amenazadores o que exigen una mayor implicación personal. A veces dichos
enfoques superficiales funcionan exactamente de la forma que dicen que lo harán.
¿Por qué? Continúe leyendo...
El hecho de que la hipnosis se use como espectáculo en los medios de
comunicación (sobre todo en espectáculos en directo pero también en el cine y la
televisión) contribuye a mantener los estereotipos populares que la representan
como una forma mágica de solucionar los problemas de forma
PERSPECTIVAS 17

instantánea mediante poderosas sugestiones. Desearía tener una moneda de 5


centavos por cada persona que me ha pedido una «sugestión rápida» para acabar
con algún mal hábito. Las explicaciones racionales sobre por qué el trabajo que
deben realizar puede que les haga implicarse un poco más de lo que piensan se
acoge con miradas extrañadas y con la pregunta: «Entonces, ¿cómo logra un
hipnotizador en el escenario, al chasquear los dedos, conseguir que el sujeto haga
lo que él quiere?». La gente cree a veces que puedes solucionar problemas
complejos con un simple chasquido de dedos. Los conceptos poco realistas
pueden llevar a la decepción y desilusión de dichos clientes.
Casi siempre es beneficioso explicar a la gente los propósitos y la capacidad
de la hipnosis como herramienta terapéutica. La clarificación de las expectativas
normalmente lleva al cliente a afrontar el hecho de que no se pueden prometer
curas milagrosas. Esto significa aceptar la responsabilidad personal de los propios
problemas y ser activo en su resolución.
A la hora de promover concepciones equivocadas es igual de peligroso el
hipnotizador de espectáculos que el que, a causa de la ignorancia o la avaricia, usa
la hipnosis de manera que ofrece ideas falsas al público. Dichas personas
normalmente tienen escasa o ninguna formación oficial en hipnosis y en las
ciencias de la educación, pero saben lo suficiente como para engañar a la gente
afirmando falsamente que poseen un poder sensacional.
Éstas son algunas percepciones de los problemas a los que se enfrenta la
hipnosis clínica como campo. Otras se comentarán en secciones subsiguientes de
este libro. A lo largo de todo el volumen se insiste en que sí se ha de considerar la
hipnosis como un tratamiento alternativo serio, se debe fomentar de manera
sensible teniendo en cuenta los aspectos que preocupan tanto a los clientes como a
otros profesionales de la salud. El interés del lector en aprender cosas sobre la
hipnosis es un buen comienzo. Mi meta es guiar dicho interés para que se
aprecien formas diversas e innovadoras en que se puede usar la hipnosis en la
práctica clínica para ayudar a aquellos que lo necesitan.

BIBLIOGRAFÍA

Las obras siguientes son textos generales que proporcionan buenas y di-
versas visiones de conjunto del campo de la hipnosis:
18 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

ARAOZ, D. (1985), The new hypnosis, Nueva York, Brunner/Mazel. BARBER, T.


(1969), Hypnosis: A scientific approach, Nueva York, Van
Nostrand Reinhold. BROWN, D. y FROMM, E. (1986), Hypnotherapy
andhypnoanalysis, Hillsdale,
NJ, Erlbaum. CHEEK, D. Y LECRON, L. (1968), Clinical hypnotherapy,
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Springer. FROMM, E. y NASH, M. (comps.) (1992), Contemporary
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Nueva York, Guilford. GlLLIGAN, S. (1987), Therapeutic trances: The
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sonian hypnotherapy, Nueva York, Brunner/Mazel. HAMMOND, D.
(comp.) (1990), Handbook of hypnotic suggestions and meta-
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Nueva York, Harcourt, Brace
and World. KlNG, M. y ClTRENBAUM, C. (1993), Existential
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York, Norton. SARBIN, T. y COE, W (1972), Hypnosis: A social
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SPIEGEL, D. (1987), Trance and treatment: Clinical uses of hypnosis,
Washington, DC, American Psychiatric Press. WEITZENHOFFER, A. (1989), The
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York, Guilford. YAPKO, M. (1990), Trancework: An introduction to the practice
of clinical hypnosis (2a ed.), Nueva York, Brunner/Mazel. ZEIG, J. (comp.)
(1982), Ericksonian approaches to hypnosis and psychothe-
rapy, Nueva York, Brunner/Mazel.
CAPITULO 2

AMPLIAR PERSPECTIVAS

La palabra hipnosis se ha usado en exceso, hasta el punto de que se le ha


robado todo significado real. Cuando una palabra llega a describir tantas
experiencias diferentes como ésta es muy probable que se produzcan equi-
vocaciones, falsas etiquetas y conceptos erróneos que, en última instancia, lleven
a la confusión. Hasta la fecha no existe una definición comúnmente aceptada de
hipnosis ni parece que vaya a aparecer ninguna próximamente. Como se verá más
adelante, tampoco existe una teoría única que unifique y represente sus diferentes
facetas. Algunos teóricos, investigadores y clínicos destacados han señalado esto
con frustración y han pedido que se prestara más atención a la necesidad que
existe de mayor claridad y a la naturaleza de la hipnosis (Hall, 1989; Hilgard,
1973, 1991; Lynn y Rhue, 1991; Rossi, 1993).
Como la hipnosis es una palabra que expresa tantas experiencias diferentes,
la persona media llega a creer que «hipnosis es hipnosis» independientemente del
contexto en el que se aplique. Incluso los profesionales bien formados que no han
recibido entrenamiento en hipnosis son muchas veces escépticos respecto a su
utilización en contextos clínicos. Se preguntan si difiere considerablemente de las
tonterías que han visto hacer en los escenarios.
Los defensores de la hipnosis se han dado cuenta de esta tendencia hace
tiempo, sintiéndose generalmente más incomprendidos como grupo que otros.
Aun así, el término sigue prácticamente sin alteraciones en el uso común.
Al menos hay que decir que organizar los conceptos y técnicas de la hipnosis
para establecer una definición útil es una tarea difícil. En este sentido, pueden ser
útiles los puntos de vista de otras personas para ilustrar la amplia gama de
perspectivas sobre la hipnosis que existen en el campo. Si se revisan diversas
definiciones de hipnosis, normalmente se encuentran algunas como éstas:
20 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

1. La hipnosis es una imaginación guiada. El hipnotizador, ya sea otra


persona (heterohipnosis) o uno mismo (autohipnosis) actúa como una guía para
ver la experiencia como fantasía (Barber, 1979; Barber, Spanos y Chaves, 1974).
2. La hipnosis es un estado alterado de conciencia que es natural. La persona
entra en un estado hipnótico, un estado claramente diferente del estado «normal»,
a través de un proceso natural que no implica la ingestión de ninguna sustancia ni
de otros tratamientos físicos (Ludwig, 1966; Ludwig y Levine, 1965; Tart, 1969).
3. La hipnosis es un estado relajado e hipersugestionable. La persona entra
en un estado muy relajado de mente y cuerpo, y posteriormente responde más a la
sugestión (Edmonston, 1991; Miller, 1979).
4. La hipnosis es un estado de intensa concentración, que se centra y
maximiza en una sola idea o estímulo sensorial cada vez (Spiegel y Spiegel,
1987).

El proceso de la intervención clínica se puede describir como series de co-


municaciones intercambiadas entre el clínico y el cliente (Araoz, 1985;
Watzlawick, 1978). Independientemente de la orientación terapéutica del cliente,
éste está usando las comunicaciones de su cliente para evaluarle y sus propias
comunicaciones como vehículo para la terapia. Una comunicación terapéutica es
aquella que influye de alguna manera en la persona que se siente mal para que se
sienta o se comporte de una forma diferente considerada adaptativa o beneficiosa
(Zeig y Rennick, 1991).
La esencia de lo que estoy explicando aquí es la comunicación y la influencia
interpersonal, que es precisamente donde se impone la hipnosis. Si se rechaza la
visión pasiva de la hipnosis como un simple estado subjetivo interno de la
persona, y se considera la dinámica de la comunicación interpersonal que emplea
el clínico para influir en el cliente y lograr que tenga una experiencia hipnótica
inducida, entonces se abre un nuevo mundo rico y complejo. Algo en la
comunicación del hipnotizador y del psicoterapeuta tiene componentes específicos
que permiten alterar la experiencia subjetiva del cliente y que tenga lugar la
influencia terapéutica (Watzlawick, 1985). Acercarse a la hipnosis desde este
punto de vista interaccional pone el énfasis en el hecho de ser un comunicador
eficaz. Eso significa ser capaz de reconocer los estilos de pensamiento de los
demás y organizar las propias comunicaciones de manera competente para
maximizar las posibilidades de ser
A.MPLIAR PERSPECTIVAS 21

entendidas a uno o más niveles, y de ser integradas de forma que resulten be-
neficiosas (Gilligan, 1987).
Cuando se cambia la manera de pensar respecto a la hipnosis (y a la terapia
también, a ese respecto) para centrarse en dimensiones de comunicación que
aumenten el potencial de influir en la experiencia de otra persona, 1 el énfasis se
centra mucho menos en el ritual y en conseguir un nivel de hip-/ nosis particular y
más en el uso de palabras y gestos de manera específica (Haley, 1973). Así, los
elementos de cualquier secuencia de comunicación! pueden tener cualidades
hipnóticas (por ejemplo, absorbentes e influyentes)/ sin ser formalmente hipnosis
(Watzlawick, 1985). Este punto en particular permite que el estudio de la hipnosis
tenga incluso un valor potencial mayor para cualquiera que trabaje con personas.
Incluso si uno elige no ser un experto en realizar hipnosis formal, se puede
beneficiar en gran medida del aprendizaje de diversos aspectos de la comunicación
efectiva. Después de todo, una palabra o frase usada de manera insensible puede
entorpecer e incluso impedir un resultado positivo en el tratamiento. De la misma
manera, una palabra o frase usada de manera sensible puede fomentar una creencia
positiva que mejore de manera espectacular las oportunidades de un resultado
exitoso.
Creo que es importante reconocer la naturaleza siempre presente de la in-
fluencia interpersonal. En un curso en el que he dado clase muchas veces de psi-
cología social normalmente afirmo al principio de la clase que «haréis cosas
cuando estéis solos que no haríais si hubiera alguna persona cerca».* Reconocer
los elementos hipnóticos de las situaciones cotidianas es una habilidad que puede
permitir ver la hipnosis de manera más flexible y con mayor éxito (Erickson,
1958).
Al defender la hipnosis clínica como un proceso de comunicación influyente,
estoy eliminando el énfasis en la necesidad de representar rituales hipnóticos
estructurados para obtener la hipnosis que es lo que yo llamo «hipnosis formal».
La creciente popularidad de técnicas de hipnosis indirectas para

* El hecho, por supuesto, es que la mera presencia de otra persona altera nuestra con-
ducta. No es cuestión de si uno influye en la gente (uno indudablemente lo hace) sino que la
pregunta es cómo se influye. Aprender a usar los patrones de influencia de manera responsa-
ble y al mismo tiempo respetar la integridad de aquellos con los que trabajamos es un
cuestio-namiento agotador. Por supuesto que los patrones de influencia no sólo existen en los
contextos de la terapia o la hipnosis. Si se es observador se pueden ver literalmente en
cualquier lugar en el que surja una interacción social.
22 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

llevar a cabo métodos más directos es el resultado directo del reconocimiento de


que la experiencia de una persona se puede guiar hipnóticamente y que son
posibles las respuestas hipnóticas sin que tenga lugar ninguna inducción formal
(Wagstaff, 1991; Watzlawick, 1985). Puesto que la hipnosis es, en algunos as-
pectos, una experiencia cotidiana, lo que hace todo buen hipnotizador es crear
fenómenos hipnóticos deliberadamente en vez de esperar a que ocurran de manera
azarosa. Ningún hipnotizador crea experiencias fuera de la esfera de lo que ocurre
rutinariamente a la gente en otros contextos. Cuando describa los fenómenos
hipnóticos más adelante, este punto quedará mucho más claro.
Definir la hipnosis como un proceso de comunicación influyente es una
definición extremadamente general, incluso en exceso. Tal como ocurre con
frecuencia cuando uno intenta definir conceptos abstractos, sólo se puede ofrecer
una definición más precisa cuando se pueden considerar las variables de un
contexto específico. Estoy sugiriendo definiciones de hipnosis flexibles y
situacionales. En dichas definiciones se incluirá la experiencia subjetiva del
cliente, claramente ausente de los comentarios que he hecho hasta ahora y que se
comentará ampliamente más adelante.

BIBLIOGRAFÍA

ARAOZ, D. (1985), The new hypnosis, Nueva York, Brunner/Mazel.


BARBER, J. (1972), «Suggested "hypnotic" behavior: The trance paradigm vs. an
alternative paradigm», en E. Fromm y R. Shor (comps.), Hypnosis: Research
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BARBER, T., SPANOS, N. y CHAVES, J. (1974), Hypnotism: Imagination and hu-
man potentialities, Elmsford, NY, Pergamon.
EDMONSTON, W. (1991), «Anesis», en S. Lynn y J. Rhue (comps.), Theories of
hypnosis: Current models and perspectives, Nueva York, Guilford, págs.
197-237.
ERICKSON, M. (1958), «Naturalistic techniques of hypnosis», American Journal
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Ericksonian hypnotherapy, Nueva York, Brunner/Mazel.
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AMPLIAR PERSPECTIVAS 23

HlLGARD, E. (1973), «The domain of hypnosis, with some comments on


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CAPITULO 3

LOS ORÍGENES DEL MITO

En la práctica de la hipnosis clínica, las ocasiones en las que uno se enfrenta


a la desinformación son constantes. Muchos conceptos erróneos son predecibles,
lo que hace su identificación y corrección más fácil. La mayoría de la gente tiene
una visión estereotipada de la hipnosis, como una forma poderosa de control
mental, y la mayoría de concepciones equivocadas se basan en dicha noción
(Levitan y Jevne, 1986; Mann, 1986; Udolf, 1981; Wester, 1984).
Para implicar al cliente en una discusión sobre sus creencias y expectativas
respecto a las experiencias hipnótica y psicoterapéutica es necesario asegurarse de
que sabe lo suficiente como para tomar decisiones sensatas respecto al
tratamiento. Puesto que la comprensión que el cliente tiene del proceso es
probable que sea imprecisa, incompleta o ambas, el profesional ético y
competente puede proporcionar a la persona tanta información como requiera para
que participe en el proceso de manera cooperativa y positiva. Se observará que he
dicho que se debe dar tanta información como la persona «requiera», lo que
implica que en muchos casos la cantidad de información dispensada puede ser
marginal, mientras que en otros casos es esencial. Las necesidades individuales
difieren, y sólo comunicándonos claramente con el cliente descubriremos cuáles
son las suyas. Sin embargo, generalmente un cliente bien informado está en una
posición mucho mejor para conseguir una colaboración significativa en la terapia
(Kirsch y Council, 1992).
Sólo implicando a la persona que busca ayuda en una exposición sobre sus
creencias y expectativas se puede descubrir cuánto sabe y cuánto de lo que sabe
no es así. Hay tres preguntas básicas que a mí me han resultado muy útiles en esta
situación: ¿ha tenido alguna vez una experiencia con la hipnosis?, ¿fue una
experiencia personal o es algo que vio, leyó o sobre lo que oyó hablar?, ¿qué
impresiones se formó?
Si el cliente ha tenido alguna experiencia personal con la hipnosis, sería
bueno poder hacer algunas preguntas como: ¿cual fue la situación en la que
26 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

la experimentó?, ¿quién era el hipnotizador y cuáles eran sus títulos?, ¿cual fue la
explicación que le dieron?, ¿qué técnicas utilizaron con usted?, ¿fue una
experiencia exitosa?, ¿por qué o por qué no?, ¿cómo se sintió respecto a la
experiencia?, ¿por qué razón —o razones— busca más experiencias con la
hipnosis? La información recogida será vital para determinar el enfoque del
terapeuta. A veces hacer muchas preguntas puede ser amenazador y aburrido para
el cliente, y se debe realizar de forma amable; no se recomienda hacer
interrogatorios policiales (Erickson y Rossi, 1979; Moore, 1982).
Si la persona no ha tenido ninguna experiencia personal, se le podrían hacer
preguntas como: ¿ha visto alguna vez una demostración de hipnosis?, ¿había oído
hablar de ella?, ¿en qué contexto?, ¿cómo había oído que se debía usar?, ¿conoce
personalmente a alguien que la haya experimentado?, si conoce a alguien, ¿cómo
le describió esa persona la experiencia? Al hacer algunas de estas preguntas se
puede descubrir cuáles son las experiencias y actitudes del cliente. Se pueden
afrontar las ideas falsas, aliviar los miedos poco realistas y estimular un sistema
de creencias positivo (Weitzenhoffer, 1957; Zilbergeld, 1986).
Es especialmente importante preguntar sobre técnicas hipnóticas específicas
que el cliente pueda haber experimentado previamente. Si ha experimentado un
procedimiento que fue ineficaz o desagradable, usar una técnica similar es una
forma de asegurarse un fracaso similar. Si no se pregunta específicamente sobre
experiencias anteriores, se corre el riesgo de duplicar sin saberlo experiencias
pasadas negativas.
Si el cliente no ha tenido experiencias personales con la hipnosis pero está
indirectamente familiarizado con ella a través de programas de entretenimiento en
los medios de comunicación o de la experiencia de algún conocido, todavía es
más importante descubrir sus creencias y actitudes. Las historias de segunda o
tercera mano procedentes de amigos «entendidos» suelen llegar distorsionadas y
pueden ser tan engañosas como la versión de la hipnosis que tiene el artista.
Muchos clientes tienen miedo del potencial «control de la mente», pero buscan
una «varita mágica» que les ofrezca resultados rápidos (Thompson, 1988).
El aspecto más importante que plantea la mayoría de la gente, hayan ex-
perimentado la hipnosis o no, es el del «control». El miedo del cliente a perder el
control es un gran obstáculo con el que es probable que se encuentre uno. De una
forma u otra, casi todas las ideas erróneas están relacionadas con este miedo. Si
no se reconoce y se trata de una manera positiva, induda-
LOS ORÍGENES DEL MITO 27

blemente dificultará o incluso impedirá el logro de resultados terapéuticos. La


creencia de que la hipnosis tiene el poder de reducir el autocontrol de la persona
es algo que se ha fomentado de todas las maneras mencionadas antes. Hasta que
no se tiene una experiencia hipnótica terapéutica en una atmósfera de cuidado y
profesionalismo, el miedo puede parecer realista (Murray-Jobsis, 1986).

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CAPITULO 4 RESPONDER A

LOS CONCEPTOS ERRÓNEOS

Tomarse el tiempo de identificar y corregir los conceptos erróneos puede


ayudar a evitar la cuestión del control, sobre todo si se enfatiza el aspecto
naturalista de la hipnosis mediante ejemplos cotidianos tomados directamente de
la experiencia rutinaria del cliente (Erickson y Rossi, 1979; Golden, 1986).
Además, se puede reforzar al cliente diciéndole que la persona hipnotizada
mantiene un autocontrol prácticamente total durante la experiencia. Los clínicos
tienen que ser sensibles a la cuestión del control y responder a ella de manera
significativa, ya sea directa o indirectamente. Evitar este asunto puede producir
ansiedad en el cliente que ya no está seguro y crear una fuerza («resistencia») que
va en contra de los propósitos del tratamiento. Si el cliente tiene la sensación de
que perderá el control de forma inmediata, el resultado típico será una lucha de
poder con el clínico. ¿Desearía alguien que le hipnotizaran si pensara que iba a
perder el control de sí mismo? El objetivo es hacer todo lo que se pueda para
evitar dicha lucha de poder y para definir la relación como de cooperación
(Gilligan, 1982; Grinder y Bandler, 1981). Después de todo, realmente no hay
manera de ganar una lucha de poder con el cliente; ¡para ganar, todo lo que él o
ella tiene que hacer es nada!
Hay una paradoja que está presente en la hipnosis y en la psicoterapia. Jay
Haley (1963) la describió en términos del mensaje aparentemente contradictorio
del hipnotizador: «Sólo le puedo hipnotizar si usted se hipnotiza a sí mismo; sólo
le puedo ayudar si usted se ayuda a sí mismo». Esencialmente el mensaje enfatiza
la responsabilidad y el control del cliente, que éste comparte con el clínico. Si yo
le digo a alguien: «Aquí te estoy dando mi control», ¿quién controla realmente? Si
yo tengo el control, todo lo que estoy haciendo es suspender mi decisión de
ejercitar mis elecciones y usar en su lugar las de la otra persona. Sin embargo,
sigo estando libre para empezar a ejercitar mis elecciones de nuevo en cualquier
momento si tengo que hacerlo o quiero.
Identificar y corregir los conceptos erróneos alivia el miedo y la
incerti-dumbre, y estimula las expectativas realistas. Las expectativas poco
realistas, ya
30 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

sean en el extremo de querer que la hipnosis sea una «varita mágica» que efectúe
curas instantáneas para problemas complejos o, por el contrario, sentir que el
problema no tiene solución, en general es probable que reduzcan la eficacia de la
terapia. Dichos obstáculos son innecesarios: se pueden evitar proporcionando una
información correcta y asegurándose de que los clientes están informados al
aceptar el tratamiento (Kroger, 1977; Spiegel y Spiegel, 1987).
En este capítulo se describen los conceptos erróneos que se encuentran con
más frecuencia respecto a la hipnosis clínica. A medida que uno se familiariza
más con este campo, responder a ellos se vuelve algo automático. Es sorprendente
saber cuántas personas, incluidos los «hipnotizadores», creen en algunos de ellos.

CONCEPTO ERRÓNEO: LO QUE CAUSA LA HIPNOSIS ES


EL PODER DEL HIPNOTIZADOR

En el contexto clínico, el hipnotizador es capaz de usar sus habilidades de


comunicación para que el cliente acepte sugestiones, pero no hay otro control
sobre el cliente que el que él da al hipnotizador. Si permites que alguien te guíe a
través de una experiencia sugerida, ¿quién es el que tiene el control? El
hipnotizador puede dirigir la experiencia del cliente, pero sólo en la medida en
que éste lo permita. Se trata claramente de una relación de respuesta mutua
(Gilligan, 1987; Stanton, 1985).

CONCEPTO ERRÓNEO: SÓLO SE PUEDE HIPNOTIZAR A


CIERTOS TIPOS DE PERSONAS

En la práctica existen personas en las que resulta claramente más difícil


inducir la hipnosis que en otras. Dichas personas no suelen ser menos capaces que
las demás, sino que son menos reactivas por una amplia gama de razones como:
tener miedo a perder el control, tener dificultad para distinguir entre estados
internos ambiguos (para ellos) como la tensión o la relajación, tener miedo a los
cambios inminentes, ser conscientes de factores situado-nales negativos, etc.
Cuando se identifica y se resuelve la causa de la resistencia, la persona «difícil»
puede pasar de ser un sujeto poco hipnotizable a uno razonablemente hipnotizable
(Araoz, 1985; Barber, 1980).
RESPONDER A LOS CONCEPTOS ERRÓNEOS 31

CONCEPTO ERRÓNEO: CUALQUIERA QUE SEA HIPNOTIZABLE DEBE


TENER UNA MENTE DÉBIL

Puesto que prácticamente todo el mundo entra en estados hipnóticos es-


pontáneos y regulares con cierta frecuencia, la capacidad para ser hipnotizado no
se correlaciona de manera fiable con rasgos de personalidad específicos. Esta idea
errónea en particular se refiere a la imagen del hipnotizador todopoderoso, y se
basa en la creencia de que para que éste controle a alguien, la persona debe tener
poca o ninguna voluntad propia (Weitzenhoffer, 1989).

CONCEPTO ERRÓNEO: UNA VEZ QUE ALGUIEN HA


SIDO HIPNOTIZADO NO PUEDE RESISTIRSE

Esto se refiere a la idea de que el hipnotista controla la voluntad de los


sujetos y que una vez que uno «sucumbe a su poder» está para siempre a su
merced. Por supuesto, nada más lejos de la verdad puesto que el proceso
hipnótico es una interacción clínica basada en el poder mutuo compartido para
conseguir cierto resultado terapéutico deseado. Si un cliente, por cualquier razón,
elige no continuar con la hipnosis, no continuará. La naturaleza del proceso
hipnótico siempre está determinada por el contexto. Incluso los clientes más
sensibles pueden decidir no seguir adelante con la sugestión de un hipnotista si es
eso lo que quieren. La experiencia previa, sea buena o mala, no es el único factor
determinante para lograr la hipnosis o no. La comunicación y los factores de
relación del contexto particular en el que se lleva a cabo son las variables clave
que ayudarán a determinar el resultado (Barber, 1991; Diamond, 1987).

CONCEPTO ERRÓNEO: SE PUEDE HIPNOTIZAR A ALGUIEN PARA QUE DIGA


O HAGA ALGO EN CONTRA DE SU VOLUNTAD

Éste es uno de los aspectos más acaloradamente debatidos en el campo de la


hipnosis. La capacidad para influir en las personas y para que hagan cosas en
contra de su propia voluntad existe. Apenas hay dudas respecto a que se puede
manipular a una persona negativamente para que haga cosas apa-
32 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

rentemente incoherentes con sus actitudes y creencias anteriores. Para decirlo de


una manera simple, el lavado de cerebro y otras influencias funestas existen. Sin
embargo, la condición necesaria para efectuar dicha influencia poderosa no suele
emerger en el contexto terapéutico. En otras palabras, es posible controlar a otra
persona bajo ciertas condiciones, pero dichas condiciones no son en sí mismas
hipnosis, y están bastante lejos de las aplicaciones éticas y juiciosas de la misma,
que promueve este libro (Weitzenhoffer, 1989).

CONCEPTO ERRÓNEO: SER HIPNOTIZADO PUEDE SER PELIGROSO PARA


LA SALUD

Esta idea fomenta, de manera intensa, el miedo de la gente. De hecho existe


una base legítima para preocuparse por el uso de la hipnosis, pero la preocupación
no debería ser respecto a que la experiencia haga daño a nadie, sino respecto a
quién practica la hipnosis y a cómo lo hace. La hipnosis en sí no es perjudicial,
pero un profesional incompetente o poco ético puede hacer daño mediante una
ignorancia absoluta de la complejidad de la mente de la persona o mediante una
falta de respeto por la integridad de cada ser humano (Frauman, Lynn y Brentar,
1993; Kleinhauz y Eli, 1987; MacHovec, 1986).
En términos de daño emocional potencial, la hipnosis en sí no puede causar
daño; las dificultades pueden surgir debido al contenido de una sesión o a la
incapacidad del clínico para guiar de manera efectiva al cliente. Por supuesto,
existen las mismas condiciones en cualquier relación de ayuda en la que una
persona siente malestar, vulnerabilidad y busca alivio. Un profesional de la ayuda
sin experiencia o sin formación puede ofrecer inadvertidamente un mal consejo
(no es frecuente, y si ocurre no es intencional), desinformación, hacer promesas
grandiosas, equivocarse en el diagnóstico de un problema o en sus dinámicas, o
no hacer nada y desperdiciar el tiempo y el dinero del cliente.
La otra cara de este tema y la razón para desarrollar habilidades en técnicas
hipnóticas es el considerable beneficio emocional que puede generar. La hipnosis
tiene la capacidad de aumentar los sentimientos de autocontrol en las personas y,
por lo tanto, su confianza en sí mismos y de esta manera puede ser un medio
poderoso para resolver problemas emocionales y para sentir bienestar. Es esencial
que el clínico tenga conocimientos y habilidades
RESPONDER A LOS CONCEPTOS ERRÓNEOS 33

suficientes para utilizarlos con ese fin, puesto que es evidente que cualquier cosa
que tiene la capacidad de curar también tiene la capacidad de hacer daño.

CONCEPTO ERRÓNEO: LA PERSONA SE VUELVE


INEVITABLEMENTE DEPENDIENTE DEL HIPNOTISTA

La hipnosis, como herramienta terapéutica, en sí misma no produce ningún


tipo de dependencia mayor del que pueda producir cualquier otra como un
contrato conductual, la asociación libre analítica o un test de inteligencia. La
dependencia es una necesidad que todos tenemos en cierto grado. En mayor o
menor medida todos dependemos de otros para cosas que sentimos que son
importantes para nuestro bienestar. En el contexto de las profesiones asistenciales
especialmente, las personas buscan ayuda en un momento en el que son fáciles de
herir y vulnerables. Dependen del clínico para que les ayude, les consuele y les
cuide. El terapeuta sabe que una de las metas últimas del tratamiento es ayudar a
la persona a tener independencia y confianza en sí misma. En vez de fomentar la
dependencia animando indirectamente al cliente a que vea al clínico como la
fuente de respuestas a todos los infortunios de su vida, la hipnosis usada de
manera adecuada puede ayudar a la persona que sufre a que mire hacia dentro y
use las muchas experiencias que ha adquirido a lo largo de su vida y que se
pueden usar terapéuticamente. Con la meta de la confianza en uno mismo y el uso
del poder personal es coherente la enseñanza de la autohipnosis para todos
aquellos con los que se trabaja (Alman y Lambrou, 1992; Fromm y Kahn, 1990;
Sanders, 1991; Simpkins y Simpkins, 1991).
Hay un viejo dicho, «si das a un hombre un pez le has dado una comida. Si le
enseñas a pescar le has dado un medio de vida». Enseñar autohipnosis puede
permitir el surgimiento de un mecanismo autocorrector que asegure a aquellos con
los que se trabaja que tendrán mayor control sobre sus vidas, y da al terapeuta la
seguridad de que ha hecho bien su trabajo.

CONCEPTO ERRÓNEO: EN LA HIPNOSIS UNO PUEDE QUEDAR «BLOQUEADO»

La hipnosis es un estado de atención centralizada, ya sea dirigida hacia


dentro o hacia fuera. La controla el cliente, quien puede iniciar o terminar la
34 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

experiencia en el momento en que él o ella elijan (Kirsch, Lynn y Rhue, 1993;


Watkins, 1986).

CONCEPTO ERRÓNEO: LA PERSONA ESTÁ DORMIDA o


INCONSCIENTE DURANTE LA HIPNOSIS

¡Estar hipnotizado no es estar dormido! La experiencia de la inducción


formal de la hipnosis se parece la sueño desde el punto de vista físico (dismi-
nución de la actividad, relajación muscular, enlentecimiento de la respiración,
etc.) pero desde el punto de vista mental el cliente está relajado aunque alerta.
Siempre está presente cierto nivel de consciencia de actividades, incluso en los
estados más profundos de hipnosis (Weitzenhoffer, 1989). En el caso de los es-
tados hipnóticos espontáneos e informales, la consciencia es incluso más marcada
puesto que la relajación física no tiene que estar presente.
Puesto que la hipnosis no es el sueño, e incluso el cliente profundamente
hipnotizado está orientado en cierta medida hacia la realidad externa, el uso de
frases arcaicas como «duerma profundamente» no son apropiadas para la
experiencia del cliente y por eso no se deberían usar.

CONCEPTO ERRÓNEO: LA HIPNOSIS IMPLICA SIEMPRE UN


MONÓTONO RITUAL DE INDUCCIÓN

Si se consideran los aspectos de comunicación de la hipnosis se puede ver


que, hasta cierto punto, ésta se produce cuando alguien dirige y centra la atención
en las ideas y sentimientos que desencadena la comunicación del guía. Mientras la
atención de una persona se dirige de manera absorbente ya sea internamente hacia
alguna experiencia subjetiva o externamente hacia algún estímulo externo (que a
su vez crea una experiencia interna) se está experimentando cierto grado de
hipnosis.
Para que se produzca la hipnosis, ésta no necesariamente tiene que ser
inducida formalmente. De la misma manera, los diversos fenómenos hipnóticos
clásicos pueden producirse (y se producen) de manera rutinaria fuera de la
experiencia hipnótica formal (Kirsch y Council, 1992). La comunicación tiene
propiedades de condicionamiento, y si se usa en forma de ritual de inducción
monótono o en forma de comentario informal, tiene la capacidad
RESPONDER A LOS CONCEPTOS ERRÓNEOS 35

de influir en las experiencias de los demás y, por lo tanto, de tener efectos


hipnóticos.

CONCEPTO ERRÓNEO: SE DEBE ESTAR RELAJADO PARA PODER SER


HIPNOTIZADO

Se ha descrito la hipnosis como un estado de atención concentrada que varía


de intensidad en función de las características individuales y contextúales.
También se mencionó antes la idea de que la hipnosis se puede producir
espontáneamente mientras se está conversando, leyendo y en un número
incontable de casos en los que se fija la atención. Se puede estar ansioso, incluso
sentir un profundo suspense y aun así estar centrado, como «atrapado en un
misterio». Así, la relajación física no es un prerrequisito necesario para que se
produzca la hipnosis (Banyai, Zseni y Tury, 1993; Malott, 1984).

CONCEPTO ERRÓNEO: LA HIPNOSIS ES UNA TERAPIA

La hipnosis no es una terapia. Más bien es una herramienta terapéutica que se


puede utilizar en una variedad infinita de formas, no se alinea con ninguna
orientación teórica o práctica. En un sentido amplio, es una parte de todas las
psicoterapias y, por dicha razón, una parte de todas las interacciones en las que
una persona se acerca a otra y le influye (Kirsch, Lynn y Khue, 1993;Lankton,
1982).

CONCEPTO ERRÓNEO: LA HIPNOSIS SE PUEDE USAR PARA RECORDAR CON


PRECISIÓN TODO LO ÓUE LE HA PASADO A UNA PERSONA

Es necesario que los clínicos entiendan cómo funciona la memoria para tratar
mejor este aspecto tan importante de la persona. Algunos han comparado la mente
con un ordenador en el que todos los recuerdos están almacenados con precisión y
están disponibles para una recuperación posible. Sin embargo, la metáfora del
ordenador es imprecisa, ha mente no recibe la información simplemente y la
almacena de forma exacta para recordarla después
36 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

deforma precisa. De hecho, los recuerdos se almacenan en base a las percep-


ciones, y por lo tanto están sujetos a las mismas distorsiones que las percepciones.
Las personas pueden «recordar» cosas que realmente no ocurrieron, pueden
recordar fragmentos seleccionados de una experiencia y pueden tomar trozos de
múltiples recuerdos y combinarlos en un falso recuerdo (McConkey, 1992; Orne,
1984; Yapko, 1994). Este tema está en el centro de un rabioso debate que divide
amargamente en estos momentos a la profesión de la salud mental. Trataré este
tema con más profundidad en un capítulo posterior.

CONCLUSIÓN SOBRE LOS CONCEPTOS ERRÓNEOS

La manera en que uno conceptualiza la hipnosis y la mente determina casi


totalmente los límites que le pone la utilización de la primera y a sus clientes. Se
recomienda a los lectores que reflexionen cuidadosamente sobre lo que piensan de
la hipnosis como herramienta de tratamiento, y que revisen la bibliografía
existente para clarificar sus creencias.

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CAPITULO 5

LA HIPNOSIS TEÓRICAMENTE HABLANDO

La manera como uno conceptualiza la hipnosis tiene profundas implicaciones


en sus aplicaciones potenciales. Durante las últimas décadas, ha habido muchas
perspectivas que diferían bastante respecto a qué es esa misteriosa fuerza llamada
«hipnosis».
Todas las teorías de la hipnosis desarrolladas a lo largo de los años son útiles
a la hora de describir uno o más aspectos de la misma, pero ninguna se puede
considerar que tenga la última palabra para describir el proceso o la experiencia
de la hipnosis. Los siguientes son algunos de los modelos y perspectivas más
destacados.

1. La hipnosis como disociación. El supuesto subyacente es que hay múl-


tiples sistemas cognitivos que normalmente trabajan de forma sinérgica bajo un
control primario o ejecutivo. Durante la hipnosis, los subsistemas normalmente
integrados se disocian entre sí a diversos niveles y son capaces de dar respuestas
independientes y multinível ante las sugestiones del hipnotis-ta (Bowers y
Davidson, 1991; Evans, 1991; Hilgard, 1977, 1979, 1986, 1991).
2. ha hipnosis como regresión psicológica. Es vista como una forma especial
de regresión psicológica caracterizada por un cambio a procesos de pensamiento
primarios más primitivos y por un aumento de la transferencia hacia el hipnotista
como figura de autoridad casi arquetípica (por ejemplo, parental) (Fromm, 1992;
Nash, 1987).
3. La hipnosis como relajación. La relajación se considera como la fuente de
la que derivan todos los fenómenos como la regresión y la disociación
(Edmonston, 1977, 1981, 1991).
4. La hipnosis como fenómeno sociocognitivo. Las perspectivas
sociocog-nitivas sostienen que la hipnosis no es una experiencia particular o
única, sino que está definida sólo por el contexto social en el que se produce y a
través de la manera en que los participantes consideran las respuestas hipnóticas
etiquetándolas como tal (Kirsch, 1991; Spanos, 1991a, 1991b; Wagstaff, 1991).
í
40 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

5. La hipnosis como estado permisivo. El enfoque autoritario que tienen los


clínicos con una orientación más tradicional es la base para la descripción que
hace esta teoría de la conducta del cliente como pasiva y permisiva.
Específicamente, un cliente permisivo se caracteriza por permitir que el clínico
dirija su experiencia, expresando pocos o ningún deseo propio. Se espera que el
cliente responda tanto como pueda a la guía del clínico, y así opere en un rol
secundario y reactivo en la relación. En esencia, se ve al cliente como un
receptáculo pasivo de las sugerencias autoritarias del clínico. La incapacidad del
cliente para responder a las sugestiones directas del clínico y satisfacer así a éste
último, es la base de lo que en este modelo se ha catalogado como «resistencia»
(Weitzenhoffer, 1989).
6. La hipnosis como role playing. Existe una gran cantidad de confusión y de
especulación respecto a si la realidad es una condición de la experiencia humana
que se puede llamar «hipnosis». Los gráficos de ondas cerebrales, las medidas de
cambios bioquímicos en el cuerpo, y las lecturas objetivas de la actividad en el
sistema nervioso son, en el mejor de los casos, ambiguas para ayudar a definir el
fenómeno. La naturaleza de la hipnosis es extremadamente subjetiva y, hasta la
fecha, se ha resistido a las mediciones objetivas. De hecho, hay algunos teóricos
(Coe y Sarbin, 1991; Sarbin y Coe, 1972) que han adoptado una perspectiva
sociocognitiva particular sugiriendo que la hipnosis como entidad de conciencia
única y separada no existe realmente. Desde su punto de vista sólo hay hipnosis
cuando alguien desea representarla. En otras palabras, el cliente no entra
realmente en una dimensión de conciencia que difiera de forma apreciable de
ninguna otra. Más bien la persona desempeña el papel de cómo se supone que es y
actúa y del aspecto que tiene un sujeto hipnotizado, y cumple las sugerencias del
hipnotizador a este respecto.
El apoyo a esta perspectiva proviene de diversas investigaciones que
normalmente implican a un grupo de sujetos a los que se les da la instrucción de
que se comporten «como si» estuvieran hipnotizados y se mezclen con un grupo
de sujetos formalmente hipnotizados. Se desafió a unos cuantos «expertos» para
que descubrieran qué personas estaban realmente hipnotizadas y cuáles no. Los
sujetos que representaron la conducta hipnótica fueron extremadamente
convincentes y lograron confundir a los expertos.
7. La hipnosis como un estado de conciencia alterado. La experiencia de
la hipnosis se ha conceptualizado también como un estado de conciencia al
terado (Fromm, 1992; Tart, 1969). Desde esta perspectiva se considera el es-
LA HIPNOSIS TEÓRICAMENTE HABLANDO 41

tado hipnótico como un estado único y separado distinto del normal. A partir de
este punto de vista la hipnosis es un estado creado artificialmente mediante el
proceso de inducción, que altera la experiencia fenomenológica de la persona
limitando la atención a las sugestiones que se le ofrecen.
Esta perspectiva ha sido popular a lo largo de la historia debido a que re-
conoce que las personas hipnotizadas pueden experimentar cosas que superan su
capacidad normal. La idea de un estado de conciencia alterado permite dicha
posibilidad, y también permite que la proporción variable de personas que pueden
experimentar dicho estado se describan en las estadísticas de susceptibilidad.
La pregunta clave es ésta: si la hipnosis es un estado alterado de conciencia,
¿de dónde proviene la alteración? Claramente, el estado que surge a partir de una
interacción hipnótica formal en el que una persona hipnotizada experimenta su
cuerpo como insensible, por ejemplo, no es una experiencia cotidiana.
Obviamente algo ha cambiado ¿pero qué? ¿ycómo? Esto sigue siendo un misterio.
Se ha señalado antes que los intentos de medir objetivamente la existencia del
estado hipnótico a través de niveles químicos y eléctricos no ha tenido éxito. Por
lo tanto, ha surgido una visión de la hipnosis relacionada con ésta, es decir, la de
las dimensiones naturalistas y cotidianas de la experiencia hipnótica (Erickson y
Rossi, 1979; Zeig, 1991).
8. La visión de la hipnosis como contrastación con la realidad. Obtener
re-troalimentación ifeedback) de los sentidos respecto a nuestra relación con el
mundo que nos rodea es un proceso llamado «contrastación con la realidad». Este
proceso normalmente es tan inconsciente que lo damos por supuesto.
Esta visión de la hipnosis teoriza que, cuando se entra por primera vez en un
estado hipnótico, el proceso continuo de contrastación con la realidad es
marcadamente reducido. Cuando uno suspende el proceso de obtener
re-troalimentación del mundo que le rodea centrándose en sus procesos internos,
que es lo que caracteriza a la mayoría de las experiencias hipnóticas (aunque la
hipnosis se puede centrar en aspectos externos), uno pierde cualquier orientación
que esté fuera de su experiencia interna. Al suspender la contrastación objetiva
con la realidad la persona es libre para aceptar cualquier realidad que se le sugiera.
La realidad sugerida, independientemente de que sea verdadera o falsa,
determinará la calidad y la cantidad de las respuestas emocionales y conductuales
de la persona (Lynn y Rhue, 1991; Shor, 1959).
42 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

9. La propiedad condicionadora de las palabras y las experiencias. El lector


está leyendo esta página llena de marcas negras con diversas configuraciones. Los
patrones de configuración establecen lo que uno llega a reconocer (tras años de
aprendizaje y experiencia) como palabras. A medida que uno lee cada palabra en
una secuencia fija de izquierda a derecha, la asimila y la vincula a la experiencia
que tiene de lo que significa para él/ella. Las palabras de esta página no significan
nada para un lector hasta que éste no les da un significado, y el significado sólo
puede provenir de su propia experiencia de saber lo que representan las palabras.
Lo más importante es que uno use su propia experiencia individual para dar
significado a una palabra. Por lo tanto, una misma palabra significará ine-
vitablemente cosas diferentes para diferentes personas. Cuanto más abstracta sea
una palabra, más cierto será esto.
Las palabras son estímulos condicionados que representan experiencias
internas. También los gestos son estímulos condicionados que surgen a partir de
experiencias repetidas de aprender lo que significan. Así, el significado está en la
persona, no en las palabras. Las personas son individuos y cada uno se comunica a
su manera. La comunicación hipnótica eficaz permite a las personas interpretar y
responder de formas propias y únicas a las posibilidades sugeridas por el clínico
(Bandler y Grinder, 1975, 1979; Grinder y Bandkr, 1976; Lankton, 1979).
10. hipnosis es un resultado interaccional. En los métodos hipnóticos más
tradicionales la inducción hipnótica era algo que el terapeuta «hacía a» un sujeto.
En un enfoque estandarizado y no individualizado, era algo que un sujeto se hacia
a sí mismo en respuesta al enfoque impersonal de las sugestiones del hipnotizador.
En el enfoque de la utilización, la responsabilidad de la experiencia de la hipnosis
la comparten el clínico y el cliente, en el sentido de que deben estar atentos y
responder al otro. El clínico, para tener éxito, debe responder a las necesidades del
cliente y adaptar su enfoque a ellas para que el cliente responda a las posibilidades
de cambio sugeridas por él. La relación es de mutua interdependencia y en ella
cada uno sigue la iniciativa del otro y al mismo tiempo, paradójicamente, toma la
iniciativa (Erickson y Rossi, 1979; Erickson, Rossi y Rossi, 1976; Zeig, 1991).
El punto de vista interaccional enfatiza la sensibilidad y el respeto por el
cliente, lo que resulta ideal en los contextos terapéuticos. Sin embargo, es
evidente que esos factores no han de estar necesariamente presentes para que se
produzca la hipnosis. Después de todo, el hipnotizador de espectácu-
LA HIPNOSIS TEÓRICAMENTE HABLANDO 43

los no tiene ninguna relación especial con sus sujetos y, desde luego, no es
sensible ni responde a sus características personales únicas.
11. Perspectivas biológicas de la hipnosis. La fuerte relación existente entre
la mente y el cuerpo es claramente evidente en las interacciones hipnóticas y ha
llevado a formulaciones teóricas que defienden la existencia de una base biológica
en la predisposición a la hipnosis. Spiegel y Spiegel (1987) describieron la calidad
de la interrelación entre los dos hemisferios cerebrales como la base de la
sensibilidad a la hipnosis. Rossi (1982, 1991) postuló un ciclo biológico natural
que alterna la atención y la relajación y que psicológicamente se produce en ciclos
que oscilan entre 90 y 150 minutos como componentes del ciclo corporal de 24
horas (llamado ritmo circadiano). El «ritmo ultradiano» o alternancia entre
atención y relajación se considera como el marco biológico para el estado
hipnótico. Watzlawick (1978) describió la hipnosis como producto de la asimetría
hemisférica, sugiriendo que su inducción distrae al hemisferio izquierdo (es decir,
la parte «racional») mientras que los procesos intuitivos e impresionistas del
hemisferio derecho se vuelven dominantes en la propia experiencia.

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i
CAPÍTULO 6 CONTEXTOS DE

LA HIPNOSIS

Muchas veces la gente me pregunta «¿se puede usar la hipnosis para llenar
espacios en blanco?». Mi respuesta es promover la idea de que la hipnosis se
puede usar como herramienta para el tratamiento de cualquier estado humano en
el que la actitud de la persona es un factor importante.
Cuando la mente de la persona está implicada en un problema particular, que
es algo que, por lo que yo sé, ocurre siempre en mayor o menor medida, se puede
obtener un beneficio potencial mediante la aplicación de patrones hipnóticos. Con
esta idea en mente, consideremos los contextos específicos en los que se puede
usar la herramienta de la hipnosis para lograr los resultados deseados.

HIPNOSIS MÉDICA

En general la hipnosis puede ser un accesorio útil para los tratamientos


médicos tradicionales por varias razones, la primera de las cuales tiene que ver
con la relación mente-cuerpo y el papel de la mente (actitudes y emociones re-
lacionadas) en los trastornos médicos (Barber, 1984; Cohén y Williamson, 1991;
Levenson /Bemis, 1991).
Una segunda razón para usar la hipnosis es su énfasis, por su propia na-
turaleza, en que cada persona es responsable de su propia salud y bienestar. Usar
la hipnosis da a la persona la sensación de tener cierto control sobre sus
experiencias internas (Brown, 1992; Brown y Fromm, 1987).
Las implicaciones específicas de la hipnosis en los contextos médicos son
muy variadas, pero generalmente se pueden describir como una forma de tener un
grado de control significativo sobre los procesos físicos. Una posibilidad es la
reducción o la eliminación del dolor sin el uso de medicación (Chaves, 1993;
Spanos, 1989).
48 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Los métodos de control del dolor mediante la hipnosis suelen ser bastante
sofisticados y se aconseja tener una formación sólida y una gran experiencia en
hipnosis antes de trabajar en esta área. Trabajar con pacientes que sufren dolor
presupone tener una licencia médica apropiada o, al menos una supervisión
médica en cada caso.
La hipnosis se usa normalmente en trastornos por estrés y se considera un
tratamiento muy efectivo. Enseñar al paciente técnicas para prevenir el estrés
negativo cuando sea posible, técnicas para identificar bien el estrés antes de que
alcance un nivel en el que es probable que cause síntomas debilitadores y técnicas
para relajarse y controlar el estrés de manera positiva son todos ellos elementos
para que un paciente hipersensible aprenda a afrontar su estado de manera positiva
y responsable (Hammond, 1990).
La hipnosis, tomada como ayuda y no como sustituto para el tratamiento de
trastornos graves en los enfoques más tradicionales, ha demostrado que es
necesario tratar las necesidades emocionales del.paciente al mismo tiempo que se
usan sus recursos mentales como parte integral del tratamiento. Esto ocurre
incluso en enfermedades que parecen, y probablemente son, de naturaleza
totalmente orgánica. El mecanismo exacto por el que un clínico puede pronunciar
unas pocas frases hipnóticas y efectuar cambios en el paciente es desconocido,
pero se cree que la respuesta reside en el sistema inmunológico de la persona. La
investigación actual en esta área sugiere que es más probable que las personas
desarrollen una enfermedad grave durante o poco después de un período muy
estresante de sus vidas. Se cree que el estrés reduce la capacidad de las defensas
naturales del organismo, el sistema inmunológico, permitiendo que los
organismos que transmiten enfermedades se multipliquen en la persona debilitada.
Se cree que la hipnosis puede fortalecer las funciones inmunológicas del
organismo y ayudar a vencer la enfermedad (Rossi, 1993; Wickramasekera,
1993).
Es necesaria mucha investigación para descubrir las soluciones a los
misterios de la mente, pero la falta de explicaciones precisas para los mecanismos
de acción no deberían inhibir el uso de técnicas que pueden ayudar claramente a la
curación del cuerpo humano. La hipnosis puede facilitar el proceso de
recuperación, y puede ser otra herramienta útil en el repertorio del médico que
puede compartir con sus pacientes. La hipnosis no reemplaza a otros tratamientos:
se suma a ellos.
CONTEXTOS DE LA HIPNOSIS 49

HIPNOSIS DENTAL

La poderosa relación mente-cuerpo, evidente en las aplicaciones médicas de


la hipnosis, se puede aplicar también al contexto dental.
Ayudar al paciente a reducir la ansiedad frente al tratamiento dental mediante
unas pocas afirmaciones bien escogidas puede marcar una gran diferencia en el
resultado. Además, una buena experiencia dental se puede usar de forma hábil
como prototipo para futuras experiencias similares. Tal vez la persona no espere
entusiasmada la siguiente cita pero tampoco tendrá que estar llena de miedo
(Finkelstein, 1984, 1991; Hammond, 1990).
Un segundo uso positivo de la hipnosis en este contexto son las técnicas de
control del dolor. Las técnicas hipnóticas que crean la experiencia de analgesia o
anestesia pueden permitir que el paciente reduzca el grado de malestar a un nivel
más fácil de controlar. Muchas son capaces de eliminar el malestar totalmente.
Un tercer uso se debe a su capacidad para ayudar a dirigir el torrente
sanguíneo. Muchos pacientes pueden responder a las sugestiones para reducir el
flujo de sangre en el área bajo tratamiento. El resultado es una experiencia menos
traumática para el paciente y una mayor claridad para que el dentista vea lo que
está haciendo (Banks, 1985).
Otra utilización de la hipnosis en el contexto dental está relacionada con el
desarrollo del proceso de curación tras el tratamiento. Usar técnicas que implican
imaginarse la curación (por ej. imágenes, sentimientos y sonidos asociados a la
reconstrucción, reparación y fortalecimiento) pueden reducir el período de
recuperación y permitir un mayor confort durante ese tiempo (Rossi y Cheek,
1988).

HIPNOSIS EN LA CIENCIA FORENSE

El uso de los testimonios obtenidos mediante hipnosis en las salas de los


tribunales se ha restringido severamente (Scheflin y Shapiro, 1989). Los expertos
no están de acuerdo con dichos testimonios debido a la conocida capacidad de la
hipnosis y la sugestión para contaminar recuerdos. Algunos expertos sostienen
que la información obtenida de una persona hipnotizada se puede usar y merece
tanta confianza como cualquier otra, y que la hipnosis no distorsiona
necesariamente los recuerdos. En la otra cara de la cuestión están aquellos que
defienden que la hipnosis puede alterar los recuer-
50 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

dos, que los testigos hipnotizados pueden mentir con facilidad, y que es probable
que rellenen detalles ausentes con material de la fantasía o con información
contenida en las sutiles preguntas del investigador (Sheehan y McConkey, 1993;
Yapko, 1994). Este asunto se trata de manera más amplia en otro capítulo
posterior.

HIPNOSIS EN EDUCACIÓN

Enseñar y aprender son habilidades muy refinadas que requieren una gran
cantidad de procesamiento de información a diversos niveles. Enseñar es una
experiencia de aprendizaje: aprender cómo captar el interés y la atención de los
alumnos (una habilidad necesaria para la inducción de la hipnosis), aprender a
presentar la información de tal manera que el estudiante pueda utilizarla (una
habilidad también necesaria para utilizar el estado hipnótico), y aprender a
enseñar a los estudiantes a asimilar de forma autosufi-ciente (una habilidad
necesaria para consolidar los resultados de la terapia), de manera que puedan ser
competentes y estar motivados a aprender en ausencia del profesor/a. La
enseñanza eficaz, independientemente de que se imparta a preescolares o a
candidatos doctorales, implica estos pasos que son paralelos a los patrones
hipnóticos.
Muchos profesores creativos están usando la hipnosis en todos los niveles de
enseñanza, muchas veces guiando a los alumnos con relajación formal y
procedimientos de imaginación, por ejemplo. Muchos alumnos están
desarrollando habilidades a la hora de estudiar con ejercicios de au-tohipnosis,
aprendiendo a controlarla mejor y a aumentar su capacidad para prestar atención y
organizar sus materias de estudio. La hipnosis en el contexto educativo, ya se use
de manera formal o informal, puede aumentar tanto las habilidades de estudio
como las ejecuciones del estudiante (Stanton, 1993; Wolf, 1986).

HIPNOSIS EN LOS NEGOCIOS

En el contexto de los negocios, la hipnosis formal (el uso de procedimientos


de inducción abiertamente hipnóticos) es menos aplicable que el uso de patrones
informales de sugestión. La definición de hipnosis que hace de guía en este libro
es la de comunicación que ejerce cierta influencia; en el
CONTEXTOS DE LA HIPNOSIS 51

contexto de los negocios, los principios de la comunicación efectiva pueden crear


o destruir una empresa.
La persona que es capaz de comunicar sus ideas de manera clara y flexible a
los otros tiene muchas posibilidades de tener éxito a todos los niveles.
Interacciones como la presentación de un plan de mercado, el manejo estratégico
de un empleado o un supervisor problemático, la entrevista de trabajo eficaz,
realizar evaluaciones significativas del desempeño laboral, clarificar las
expectativas de trabajo, mejorar la atmósfera de trabajo, y controlar muchas otras
dimensiones del mundo laboral, en última instancia implican interacciones
interpersonales en las que inevitablemente se produce la comunicación y la
influencia. La cuestión no es si uno se comunica e influye en los otros, puesto que
es imposible no hacerlo, sino si los patrones de comunicación que existen influyen
a los participantes de forma deseable (Alman y Lambrou, 1992; Korn, Pratt y
Lambrou, 1987).

HIPNOSIS EN LOS DEPORTES

Dedicarse al atletismo, sea cual sea el nivel de intensidad, implica una gran
cantidad de control físico y de concentración mental. La hipnosis como
herramienta puede facilitar ambos aumentando su rendimiento.
La hipnosis, además de incorporar la concentración y el control físico, puede
ayudar a controlar mejor la tensión o las dudas personales inherentes en la
competición. Además, establecer unas expectativas positivas y una buena
comunicación con uno mismo a través de la autohipnosis puede mejorar la
ejecución de manera espectacular. Muchas veces el atleta que ha sufrido un bajón
tiene imágenes mentales de fracaso, que se pueden traducir con mucha facilidad
en un fracaso real. Construir imágenes positivas mediante la hipnosis y la
autohipnosis puede cambiar completamente su ejecución. Es cierto que la hipnosis
no ofrece un talento extra al atleta; simplemente amplía el que ya tiene,
proporcionándole el mayor acceso posible al mismo. Como se puede imaginar hay
muchos atletas que valoran esto (Liggett y Hamada, 1993; Masters, 1992;
Morgan, 1993; Ward, 1992).

HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA

Todas las psicoterapias implican influir de alguna manera en una persona que
tiene dificultades para sentirse mejor. El cliente que busca ayuda no
52 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

puede dejar de responder a las comunicaciones del psicoterapeuta; la


sofistica-ción de un buen terapeuta es conseguir una respuesta terapéutica
deseada.
La hipnosis es una herramienta, no una terapia. Su principal ventaja en
psicoterapia reside en su capacidad para aprovecharse de los muchos recursos de
la mente inconsciente. Los sentimientos, valores, conductas, recuerdos,
comprensión y todas las percepciones que guían las elecciones del cliente son
subjetivas y, por lo tanto, pueden cambiar. La hipnosis que implica simplemente
una inducción formal y sugestiones directamente relacionadas con el problema es
la utilización más superficial y menos sofisticada de la misma. Este tipo de
hipnosis se usa para tratar aspectos sintomáticos y la practican casi todos los
hipnotistas y muchos psicoterapeutas. A pesar de su superficialidad, puede ser
eficaz con un porcentaje considerable de individuos.
Otras utilizaciones más complejas y habilidosas de la misma implican la
utilización de técnicas que pretenden la resolución de conflictos más profundos
(que se lleven con ellos los síntomas, o sino no es un verdadero éxito). Este tipo
de hipnosis implica un enfoque más interaccional y funciona en múltiples
dimensiones de la persona, no sólo en las más superficiales.
La flexibilidad de la hipnosis como herramienta psicoterapéutica permite a
los clínicos usarla a un nivel tan superficial o intensivo como consideren
apropiado en cualquier trastorno que se esté tratando. Los métodos hipnóticos nos
recuerdan continuamente que la experiencia es negociable (Araoz, 1985; Brown,
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CAPÍTULO 7

LA SUGESTIBILIDAD HUMANA

El campo de la psicología social ofrece diversos acercamientos valiosos a las


dinámicas de la influencia social que son relevantes en el uso de la hipnosis. La
conducta de una persona cambia en presencia de otra, con frecuencia de forma
sistemática y predecible (Cialdini, 1985; Sherman, 1988).

LA INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD

¿Por qué compra la gente los productos que compra? ¿Por qué elige uno una
marca y no otra?
La publicidad es una industria que utiliza muchas técnicas hipnóticas para
influir en que la gente compre un producto. Los publicistas empiezan creando la
necesidad de un producto (durante siglos la halitosis o el olor corporal no estaban
en el primer plano de la conciencia de la gente), usando técnicas como promover
la identificación del consumidor con la persona del anuncio para que resuelva el
problema usando el producto de la misma manera que él/ella han modelado.
Luego fortalecen su hábito de compra del producto diciéndole lo (brillante,
masculino, femenino o lo que sea) que es el consumidor por haber hecho una
elección tan acertada. Los anuncios intentan generar sentimientos que lo vinculen
al producto, asociaciones que influyan en que el consumidor elija una marca
respecto a otra y la compre. En el campo de la publicidad se utilizan palabras e
imágenes para influir en las conductas de compra de los consumidores. ¡Y
funciona!
¿Qué es la sugestionabilidad? Es una apertura a aceptar y responder a ideas e
información nuevas. A medida que se adquiere esta información, dependiendo de
su valor subjetivo, puede alterar la experiencia de la persona en todas las áreas en
mayor o menor grado. En el contexto de terapia el cliente es sugestionable en un
grado que desconocemos; quiere adquirir nueva información o experiencias que le
permitan aliviar el malestar. La perso-
56 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

na no se siente bien con algún aspecto de sí misma y busca la ayuda de otra


persona que pueda decir o hacer algo que establezca una diferencia positiva. La
mayoría de las personas no son totalmente acríticas a la hora de aceptar
información, y por ello existe una destacada diferencia entre sugestionabili-dad y
credulidad. La hipnosis no hace a las personas crédulas.

LA NECESIDAD DE CLARIDAD Y CERTIDUMBRE

El viejo dicho «allí donde fueres haz lo que vieres» refleja la confianza que se
deposita en otras personas como modelos de lo que hay que hacer cuando uno se
enfrenta con la incertidumbre de si una conducta es o no apropiada. Dichos
modelos pueden tener una poderosa influencia en nosotros. Un terapeuta tendrá
cierta influencia en el cliente, que proviene de la creencia de este último de que
está controlando mal cierta porción de su vida. Los síntomas parecen estar fuera
de su control. Los intentos de auto-corrección anteriores han fracasado, así que la
persona tal vez busque fuera a alguien, aparentemente más entendido, del que
aprender.
Si el lector ha intentado cambiar el patrón de algún hábito y ha fracasado
(¿quién no lo ha hecho alguna vez?) puede aceptar la sugestión de que alguien que
tiene un entrenamiento profesional en dichos temas podrá ayudarle. Al profesional
de la ayuda se le ve como una autoridad en el tratamiento de problemas personales
porque está formado para reconocer las causas y los tratamientos. La persona que
busca ayuda ya ha aceptado su propia ignorancia y su impotencia respecto a la
situación, y con una fuerte sensación de esperanza busca al terapeuta como la
persona que puede lograr que el dolor desaparezca (Coe, 1993; Eisen, 1990).

EL PODER DEL TERAPEUTA

Cuando una persona viene en busca de ayuda para tratar algún problema que
le angustia, está invistiendo al terapeuta como figura de autoridad y espera que sea
una fuente de cura. El poder no es algo que el terapeuta tenga dentro de sí; por el
contrario, es una propiedad que adquiere a partir de la reacción que tiene la
persona respecto a éste (Barber, 1991; Diamond, 1984; Strauss, 1993).
LA SUGESTIBILIDAD HUMANA 57

Al menos hay cinco tipos diferentes de poder: a) coercitivo (proviene de la


capacidad de castigar), b) recompensa (proviene de la capacidad de ofrecer
beneficios que van de los monetarios a los psicológicos), c) legítimo (que proviene
de la posición, tanto elegida como asignada), d) experto (proviene de un mayor
conocimiento en un área) y e) poder atribuido (que proviene de características
personales como la simpatía o la amabilidad). Todos estos poderes son
operacionales en casi todos los contextos en un grado u otro, pero son
especialmente prevalentes en el contexto terapéutico. El papel del terapeuta puede
ser muy poderoso. La capacidad para influir mediante la utilización de principios
y técnicas de hipnosis clínica quizás lleve al profesional al plantearse
cuidadosamente la cuestión del poder en las relaciones si se quiere usar de manera
juiciosa y respetando totalmente la integridad del cliente (Aronson, 1992;
Frauman, Lynn y Brentar, 1993).

*
LA NECESIDAD DE ACEPTACIÓN

La persona que busca ayuda o información se siente, en algún aspecto,


deficitaria o incompleta. Una necesidad básica que parece tener la gente, y que es
la piedra angular de la sociedad, es otra gente. Cuando se combina el sentimiento
de deficiencia con la necesidad de otras personas, empieza a emerger la necesidad
de aceptación. Una de las cosas que producen mayor miedo al típico cliente que
busca ayuda es: «Si me sincero con usted, con todos mis miedos, dudas e
imperfecciones, ¿le gustaré y me aceptará? ¿O me encontrará débil, repulsivo y de
algún modo, poco humano?» (Bates, 1993).
La necesidad de aceptación y de pertenencia son factores que están también
presentes en la relación hipnótica. Evitar las confrontaciones con la autoridad,
hacer cosas para agradar al terapeuta (que van desde generar resultados
terapéuticos a hacerle un jersey de punto) y ajustarse al estilo de lenguaje, valores
e ideas teóricas del terapeuta son formas de descubrir esta necesidad en la relación
terapéutica. Respecto a la discusión sobre el poder, aquí es donde el poder de
recompensa se convierte en una fuerza importante en el proceso.

EXPECTATIVAS

El papel de las expectativas en la experiencia es muy profundo, tal como se


ha demostrado en muchos lugares, y se le han dado muchos nombres. Pro-
58 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

bablemente el término que se ha usado más es el de «profecía autocumplido-ra»,


que describe la probabilidad de que ocurra lo que se espera que ocurra y, a la
inversa, que no ocurra lo que se espera que no ocurra. (Inconscientemente
ponemos nuestra conducta del lado de nuestras expectativas.)
Las ideas que tiene una persona sobre sus experiencias futuras guiarán sus
experiencias del presente en dicha dirección. Cuanta más implicación emocional
tiene la persona en dicha expectativa, menos probable será que experimente nada
que la contradiga (Coe, 1993; Torem, 1992; Zeig y Rennick, 1991).

LA NECESIDAD DE ARMONÍA INTERNA

Los seres humanos generalmente desean aliviar la confusión y las con-


tradicciones que tienen dentro. Normalmente lo hacen omitiendo las porciones de
información que son contradictorias o dándoles vueltas hasta que encajen de
manera cómoda. Suelen tener un fuerte deseo de certidumbre y, cuando sienten
incertidumbre, quizá debido a la novedad o a la ambigüedad de la situación, se
vuelven a los otros para descubrir qué es lo correcto. Si la explicación encaja con
sus necesidades personales, se asimilará a un nivel más profundo (Festinger, 1957;
Sherman, 1988).
Por ejemplo, la necesidad de consistencia cognitiva puede surgir, en mayor o
en menor medida dependiendo de la persona, como la necesidad de exigir algún
beneficio por haber pagado la ayuda profesional que ésta ha recibido. Cuando las
personas invierten dinero, esperanzas y tiempo en algo, desean desesperadamente
que funcione, incluso «aunque sea sólo un poco». Quizá necesiten justificar su
propia implicación, convirtiendo a un perdedor en ganador para sentirse mejor.
Esta necesidad es evidente en los testimonios de las personas que han comprado
productos que son prácticamente inútiles y cuyo único beneficio para ellos
derivaba de sus propias expectativas.
Hay que considerar el papel de las expectativas y la necesidad de consistencia
cognitiva cuando un cliente se considera como un caso imposible e intenta
demostrarlo. El cliente que ha ido a todos los médicos de la ciudad y está
orgulloso de la imposibilidad de ser ayudado es un ejemplo perfecto; el cliente que
pasa años en psicoterapia yendo de un terapeuta a otro es otro ejemplo (Schoen,
1993).
LA SUGESTIBILIDAD HUMANA 59

CONCLUSIÓN

No hay reglas establecidas respecto a qué es lo que contribuye a una co-


municación más influyente. Lo que interesa a una persona no interesa a otra.
Algunos valoran la ayuda profesional y la buscan mientras que otros buscarían
antes el consejo de un vecino amable. Algunas personas quieren que se les diga lo
que tienen que hacer despacio y paso a paso y siguen dichas indicaciones felices;
otras luchan contra esas indicaciones de remedios y quieren que se les deje solas
para solucionar las cosas por sí mismas. Algunas responden mejor si se les pide
algo para alcanzar una meta (por ejemplo, un terapeuta con lista de espera es
frustrante para un cliente nuevo, que puede percibir a ese terapeuta como mejor de
lo que es cuando obtiene finalmente la entrevista). Otras ni siquiera se plantearán
posponer tales demandas (si se enfrentan a una lista de espera, simplemente irán a
otro terapeuta). Algunas necesitan evidencia para todo lo que oyen, otras
sospechan de la ciencia y de aquellos que promueven sus métodos. Algunas
personas están abiertas a las ideas de otros cuando se sienten confusas, mientras
otras se cierran y resuelven la confusión dentro de sí mismas (incluso con
información equivocada I.
Para ser realmente influyente, la tarea del clínico es descubrir dónde está
abierta una persona a la sugestión y no si lo está o no (la mayoría de las personas
lo están en alguna medida). La sugestionabilidad de cada persona es lo que hace
que el cambio sea posible y permite el crecimiento personal. El proceso de
descubrir lo que quiere un cliente y cómo alcanzarlo de la mejor manera es el
proceso de adquirir rapport* que surge cuando el cliente siente que el terapeuta le
entiende y es empático con su experiencia (Ber-trand, 1989; Gfeller, 1993; Kirsch
y Council, 1992; Sheehan, 1991).

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CAPITULO 8 ASPECTOS DE

LA MENTE

Una de las variables más significativas a la hora de determinar la eficacia de


la comunicación hipnótica es la manera en que las mentes consciente e
inconsciente responden a un mensaje. Las comunicaciones a las que uno responde
se experimentan, hasta cierto punto, a un nivel consciente donde son procesadas
de una forma que es característica del patrón de la mente consciente. Sin embargo,
las mismas comunicaciones se procesan simultáneamente a nivel inconsciente de
una forma diferente. Al usar los patrones hipnóticos, las sugestiones se forman
deliberadamente para transmitir significado en la mente inconsciente del cliente
mientras su mente consciente está preocupada con otras cosas. Reconocer las
diferencias entre las características conscientes e inconscientes tiene una
relevancia inmediata en la formulación de sugestiones efectivas (Hilgard, 1986;
Kihlstrom, 1987; McConkey, 1991).

CARACTERÍSTICAS CONSCIENTES E INCONSCIENTES

Las mentes consciente e inconsciente tienen algunas funciones diferentes,


pero también comparten un número considerable de ellas. El solapa-miento les
permite trabajar juntas, mientras que las diferencias pueden sacar a la superficie, y
con frecuencia lo hacen, conflictos internos y respuestas disociadas. La mente
consciente está definida de manera amplia como aquella parte que nos permite ser
conscientes de las cosas; cuando se presta atención a algo o uno se da cuenta de
algo, es consciente de ello. Las cosas que están en la conciencia inmediata están
en la mente consciente. Esta mente tiene la capacidad de analizar cosas, de razonar
y de hacer juicios sobre lo que es correcto o equivocado y también decide
racionalmente (o al menos eso es lo que racionaliza) qué es posible hacer y qué
no. Por consiguiente, las limitaciones en la propia vida son, en parte, limitaciones
basadas en la valoración
64 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

crítica de la experiencia que hace la mente consciente. Evitar la mente consciente


del cliente y su naturaleza crítica es fundamental para utilizar de manera exitosa
los fenómenos hipnóticos más complejos (Dixon y Laurence, 1992; Kihlstrom,
1984; Zeig, 1980).
La mente inconsciente es aquella que sirve de depósito a todas las ex-
periencias adquiridas a lo largo de la vida. La experiencia, el aprendizaje, la
manera de interactuar con el propio mundo (impulsos, motivaciones, necesidades),
y el funcionamiento automático en un número incontable de conductas de cada día
son, todos ellos, evidencias de las funciones inconscientes. La mente inconsciente
es, comparada con la consciente, menos rígida y analítica y, lo más importante de
todo, menos limitada. Responde a las comunicaciones experienciales, es capaz de
realizar interpretaciones simbólicas y suele tener una visión más global (Brown,
1991; Ornstein, 1991).

EL PROCESAMIENTO INCONSCIENTE

Simplemente porque una persona no sea consciente de que está recibiendo


información no quiere decir que no ha absorbido nada. La información integrada a
nivel inconsciente puede ser tan poderosa como la procesada a nivel consciente y,
muchas veces, lo es más. Mientras un cliente está hipnotizado, su mente
consciente inevitablemente deambula de un pensamiento a otro; durante dichos
períodos de tiempo, que pueden ser cortos o largos, la mente inconsciente del
cliente puede seguir asimilando las sugestiones del clínico y seguir siendo capaz
de responder a ellas de manera significativa (Cheek, 1994; Crawford, 1990;
Dixon, Brunet y Laurence, 1990).
La mente inconsciente puede procesar información a un nivel más simbólico
y metafórico que la consciente. Mientras que la última está ocupada en analizar
racionalmente las palabras y en darse cuenta de sus efectos, la primera está más
interesada en los significados subjetivos. Esta es la base de la naturaleza de nivel
múltiple de la comunicación hipnótica, es decir, usar el estilo y la expresión de las
sugestiones para atraer la mente del cliente a un nivel consciente conectando su
conocimiento y sus asociaciones de las cosas, mientras que simultáneamente se le
ofrece la posibilidad de conocer cosas nuevas en la mente inconsciente (Hilgard,
1992: Woody, Bowers y Oakman, 1992).
ASPECTOS DE LA MENTE 65

EN DEFENSA DE LA MENTE

El hecho de que la información se pueda procesar sin tener conciencia


consciente, y de hecho se procese, es un factor esencial para explicar el miedo a
que la información destructiva y perjudicial proveniente del hipnotizador entre en
un nivel inconsciente y cause estragos en la persona. Muchas personas no han
llegado todavía a valorar la capacidad de la mente para protegerse. Todos los
estudiantes de psicología, al igual que cualquiera que haya pasado algún tiempo
en compañía de otra gente, aprende cosas sobre los mecanismos de defensa
clásicos que utilizan las personas para protegerse de las cosas amenazantes que
pueden entrar en la conciencia.
Las defensas son inconscientes, y tienen sus raíces en la necesidad de
autoestima que tiene la persona y en el deseo de evitar conflictos internos si es
posible. Estas defensas son, en efecto, relevantes en la hipnosis, y pueden
demostrar mi punto de vista respecto a la capacidad de las personas para de-
fenderse (Fromm, 1992; Watkins, 1992).

LA DUALIDAD DE LA MENTE

En los últimos años se ha abandonado la caracterización de la naturaleza dual


del funcionamiento mental como «consciente» e «inconsciente» en favor de
explicar las funciones mentales por hemisferios cerebrales. Los dos principales
hemisferios cerebrales tienen, naturalmente, muchas funciones en común, pero a
nivel popular se caracterizan por sus diferencias.
El hemisferio izquierdo del cerebro corresponde más o menos a la mente
consciente. A veces se le llama «hemisferio verbal» y es el responsable de la
mayoría de las funciones del lenguaje. También se le llama «hemisferio lógico»
porque se cree que contiene las funciones de razonamiento, analíticas e
intelectuales. Si uno se centra en él con demasiado detalle es más probable «que
vea los árboles antes que el bosque», metafóricamente hablando.
El hemisferio derecho corresponde, aproximadamente, al inconsciente. Se le
suele llamar el «hemisferio silencioso» y el «hemisferio intuitivo». Se dice que
contiene la intuición y la creatividad de una persona, y se cree que opera a niveles
más simbólicos y globales que el izquierdo. Por lo tanto, la apreciación del arte, la
música y la capacidad para crearlos se consideran funciones del hemisferio
derecho. Se dice también que contiene la visión del
66 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

mundo y la autoimagen de la persona, y ayuda a tener una visión general de las


cosas, «a ver el bosque y no los árboles» (Brown, 1991; Gabel, 1988).
El proceso de la hipnosis en este esquema «cerebro izquierdo-cerebro
derecho» se caracteriza por distraer y ocupar el hemisferio izquierdo del cliente
mientras utiliza los recursos del derecho. El lenguaje, que tiene una base sensorial
y es descriptivo y emocional, atrae más a la parte derecha del cerebro, y por eso
Paul Watzlawick llama a dicho lenguaje El lenguaje del cambio (1978).
Excepto bajo condiciones extremas, la mente tiene la capacidad de
protegerse de las amenazas y del exceso o déficit sensorial. La mente inconsciente
no es un peligro significativo para la persona; más bien tiene el potencial, si se
usa terapéuticamente, de ser un cielo seguro para la parte interna de uno mismo.
Por ejemplo, cuando uno se pierde en sus propios pensamientos mientras conduce
(una experiencia bastante común) la mente inconsciente sigue funcionando para
que se produzca una conducción segura; La mente consciente presta atención sólo
cuando surge alguna situación extraña que requiere su atención. La mente es la
defensa de la mente (Gazzaniga, 1985; Hilgard, 1992).

CONCLUSIÓN

Aunque la mente se conceptualice está claramente presente una multiplicidad


en la que cada componente tiene características únicas y ofrece sus propias
aportaciones a la experiencia subjetiva. La hipnosis, como herramienta, es muy
útil debido a que tiene una mayor capacidad para aprovechar los recursos
mentales del cliente que otros enfoques. Debido a la enorme complejidad de la
mente humana, y a que cada ser humano es único, respetar el poder personal y la
integridad de cada persona no sólo es deseable, sino obligado.

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CAPÍTULO 9 SUSCEPTIBILIDAD A

LA HIPNOSIS

La cuestión de quién puede ser hipnotizado (y quién no) es una de las más
controvertidas en el campo de la hipnosis. Sobre ello han investigado y escrito en
numerosas publicaciones, tanto científicas como de otros tipos, algunas de las
personas más respetadas en este campo. En dichas investigaciones normalmente
se describen tipos de personalidad y otras características de los sujetos (por
ejemplo, inteligencia) que les predisponen a dar respuestas favorables o
desfavorables a los procedimientos hipnóticos." Muchos estudios han publicado,
además, informes estadísticos elaborados a partir de población general mostrando
el porcentaje de personas que pueden ser hipnotizadas en diferentes grados así
como aquellas pocas que aparentemente no pueden ser hipnotizadas.
El asunto de la susceptibilidad se trató brevemente en el capítulo en el que se
abordan los conceptos erróneos respecto a la hipnosis, específicamente en el
comentario que aparecía sobre la idea de que «sólo se puede hipnotizar a cierto
tipo de personas». Este capítulo amplía esta explicación sobre la susceptibilidad
para permitir que los terapeutas tengan un mayor grado de certeza de que el
cliente con el que están trabajando puede experimentar realmente la hipnosis de
manera significativa.

PERSPECTIVAS TRADICIONALES DE LA SUSCEPTIBILIDAD

Muchos investigadores consideran la susceptibilidad a la hipnosis como un


rasgo de personalidad comparable a otros rasgos de personalidad. Desde su punto
de vista no está claro si uno nace con una estructura biológica de «susceptibilidad
a la hipnosis» alta, media, baja o nula, o si éste es un rasgo que se adquiere como
fenómeno aprendido a través del proceso de socialización. A pesar de todo, desde
este punto de vista la presencia o ausencia de este rasgo de hipnotizabilidad es un
estado que permanece relativamente es-
70 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

table a través del tiempo. En otras palabras, si una persona no responde a los
procedimientos de inducción formal de la hipnosis, se la considera un pobre sujeto
que es incapaz de responder adecuadamente a la hipnosis. Los estudios posteriores
que se han realizado para verificar la fiabilidad de esta conclusión la apoyan: los
sujetos poco aptos tienden a seguir siendo poco aptos a lo largo del tiempo (en
intentos repetidos de inducir la hipnosis en la misma persona con los mismos
procedimientos o similares) y los sujetos aptos tienden a seguir siendo aptos a lo
largo del tiempo (Banyai, 1991; Morgan, Johnson y Hilgard, 1974; Piccione,
Hilgard y Zimbardo, 1989).
En la bibliografía tradicional sobre hipnosis aparecen textos en los que se
pueden encontrar comentarios sobre otras dimensiones de la susceptibilidad
hipnótica que son más descriptivos que las simples medias estadísticas que miden
la capacidad de respuesta ante procedimientos estandarizados. Dichas
dimensiones incluyen la edad, la inteligencia, el estado mental, la autoestima, el
grado de predisposición a la fantasía y la capacidad de imaginar, y los factores de
relación entre el clínico y el cliente. Se comentará cada dimensión tanto desde la
perspectiva tradicional como desde la de la utilización.

EDAD E HIPNOTIZABILIDAD

Gran parte de la bibliografía tradicional promueve la idea de que los niños,


especialmente entre las edades de siete y nueve años, son los mejores sujetos
hipnóticos debido a su imaginación activa y su deseo de seguir órdenes. En otros
textos esto se contradice, afirmando que los niños tienen una capacidad menor
para concentrarse y que su pequeño almacén de recursos personales les lleva a ser
sujetos poco aptos.
Una de las razones más normales por las que algunos profesionales dudan
que los niños sean sensibles a la hipnosis proviene de su naturaleza activa. Como
se comentará más adelante, los adultos generalmente inhiben la actividad
voluntaria cuando están hipnotizados pero los niños suelen moverse
nerviosamente y parecen intranquilos aunque puedan estar muy implicados con el
clínico y con lo que éste está haciendo. Si uno tiene expectativas rígidas de cómo
debe parecer y comportarse un cliente hipnotizado, a un niño que se mueve
mucho parecerá que no le han afectado los procedimientos hipnóticos.
SUSCEPTIBILIDAD A LA HIPNOSIS 71

La inactividad absorbente (llamada «catalepsia») como prueba de la hipnosis


es una imposición en el niño que tiene una naturaleza activa y no es necesaria para
que la comunicación tenga un efecto significativo. Los niños pueden ser, y a
menudo son, altamente sensibles a las intervenciones apropiadas (Kohen y
Olness, 1993; Olness y Gardner, 1988).
En general, la edad es una consideración relativamente poco importante al
evaluar la capacidad para ser hipnotizado. Es un factor que ayuda a determinar
cuáles son los mejores métodos de inducción y utilización puesto que es necesario
usar procedimientos que sean apropiados a la historia y educación del cliente
independientemente de su edad (Morgan y Hilgard, 1973).

INTELIGENCIA E HIPNOTIZABILIDAD

Los estudios sobre la hipnotizabilidad muchas veces han sugerido que,


cuanto más inteligente sea la persona, mejor sujeto hipnótico será. Dichos
estudios han hecho descubrimientos claramente ambiguos. Si existe una relación
entre inteligencia e hipnotizabilidad, se cree que se debe a la relación positiva que
existe entre la inteligencia y la capacidad para concentrarse (Spiegel y Spiegel,
1987; Weitzenhoffer, 1989).
Los enfoques se deberían amoldar a la capacidad de la persona. En los casos
especiales es más cuestionador plantear metas y enfoques apropiados para la
capacidad de la persona que inducir a la hipnosis.

ESTADO MENTAL E HIPNOTIZABILIDAD

Una buena parte de la bibliografía antigua que promueve la idea de la


incapacidad de los psicóticos para ser hipnotizados explica su falta de respuesta
como la falta de capacidad para concentrarse. Se afirma que son incapaces de
atender al hipnotista debido a sus alucinaciones, ilusiones, confusión e
incapacidad para establecer rapport. En gran medida esto es cierto. Sin embargo,
las técnicas individualizadas que permiten la construcción de la confianza
(rapport), que no hacen demasiadas demandas inmediatas, y que son
suficientemente indirectas para no provocar miedo y sospechas, pueden entrar
bien y funcionar.
72 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Por supuesto, el grado de psicosis es una variable que hay que considerar:
dudo que a un maníaco depresivo en el punto más elevado de una fase maníaca,
por ejemplo, le pueda influir un buen hipnotista ni ninguna otra persona.
Asimismo, la causa de la psicosis es también un factor para destacar. Por ejemplo,
las psicosis inducidas por el consumo de drogas son difíciles de superar. Las
personas con psicosis de base orgánica, como las asociadas con el envejecimiento,
pueden responder a algunas técnicas hipnóticas de manera exitosa. Muchos de los
ancianos con problemas de senilidad con los que he trabajado no podían recordar
lo que habían hecho cinco minutos antes pero sí recordaban con claridad cosas
que habían ocurrido 50 años atrás. Las técnicas de regresión a experiencias
tempranas pueden tener un efecto calmante y tranquilizador. De la misma manera,
el cuidado básico de éstos y otros pacientes psicóticos, como ayudarles a bañarse
y a vestirse, puede tener efectos muy positivos (Murray-Jobsis, 1993; Spiegel,
Detrick y Frischolz, 1982; Zindel, 1992).

AUTOESTIMA E HIPNOTIZABILIDAD

La autoestima del cliente es una variable muy importante respecto a su


capacidad para responder de manera significativa a las comunicaciones del
clínico. En parte la autoestima determina lo que el sujeto ve como posible para sí
mismo.
La autoestima aparece como un fenómeno totalmente aprendido, no como un
rasgo presente en el nacimiento. Una persona experimenta y las conclusiones que
saca a partir de dichas experiencias determinan cómo se ve a sí misma de capaz.
Confrontar la autoimagen que un cliente tiene en forma de contradicción es una
maniobra que raramente funciona para intentar cambiarla. Normalmente el cliente
se queda con el sentimiento de que el clínico no le entiende.
Una de las metas de la hipnosis es aumentar la autoestima de la gente. ¿Qué
es la autoestima? Es cierto que no hay una definición comúnmente aceptada, pero
está claro que implica tener conciencia, aceptar y valorar cada uno de los aspectos
de uno mismo.
SUSCEPTIBILIDAD A LA HIPNOSIS 73

PREDISPOSICIÓN A LA FANTASÍA, LA IMAGINACIÓN Y LA HIPNOSIS

Las personas varían en su estilo y capacidad para procesar información;


algunas son bastante concretas y requieren descripciones muy detalladas de la
experiencia para experimentar la hipnosis, mientras que otras son capaces de tener
un alto nivel de abstracción en el que la imaginación y la fantasía pueden correr
libremente por sus mentes y generar experiencias significativas para ellas. Lo
concreto o abstracto que es uno en su pensamiento es un factor que influye en la
capacidad de responder a la hipnosis debido a la naturaleza subjetiva de la
experiencia.
Todas las personas tienen imaginación y capacidad para fantasear, pero
algunas tienen más que otras. El poder de imaginación de algunas personas es
muy concreto y el de otras más abstracto. Ésta es una variable más que se debe
considerar al formular el propio enfoque (Hilgard, 1970, 1974; Lynn y Nash,
1994; Lynn y Rhue, 1991).

FACTORES DE RELACIÓN E HIPNOTIZABILIDAD

El rapport entre el clínico y el cliente siempre se ha considerado un factor


destacado en el proceso terapéutico, y realmente lo es. Según mi definición, se
trata de una interrelación positiva entre individuos basada en el entendimiento y la
confianza. Se tiene rapport cuando el cliente se siente entendido, y cuando siente
que el terapeuta aprecia el valor y la complejidad de su experiencia personal
(Barber, 1991; Zeig y Rennick, 1991).
En los métodos de hipnosis antiguos, el rapport probaba la conformidad con
la autoridad del hipnotista. Todavía es posible que algunos consideren este tipo de
relación desigual una posibilidad viable para la interacción hipnótica. Sin
embargo, la relación cooperadora y más equilibrada, inherente al enfoque de la
utilización, suele ser más respetuosa.
Se puede ver la hipnosis como una respuesta que surge de forma natural en
un tipo de relación especial de mutua responsabilidad. Las iniciativas del clínico
están determinadas por las del cliente y viceversa. La hipnosis es un proceso
continuo de ajuste y reajuste entre ambos, aunque en ningún momento parezca
que uno u otro esté estableciendo el ritmo de la interacción. En este enfoque es
esencial un bucle de retroalimentación continuo, de manera que la
retroalimentación del cliente determine la iniciativa del clínico y
74 LO ESE.NCIAL DE LA HIPNOSIS

viceversa. Este tipo de relación difiere de forma destacada de las perspectivas que
consideran que en la relación hipnótica el cliente sigue de forma obediente la
iniciativa del clínico y que el fracaso en lograrlo es una señal de «resistencia». La
capacidad de respuesta del cliente permite al clínico ofrecer sugestiones de una
forma y a un ritmo que maximicen la capacidad del cliente para responder
(Gfeller, 1993; Gfeller, Lynn y Pribble, 1987; Gilligan, 1987; Zeig, 1980).

TEST DE SUSCEPTIBILIDAD A LA HIPNOSIS

Hay diversas escalas disponibles que miden la susceptibilidad hipnótica si se


desea poner a prueba de manera formal la capacidad de respuesta de un cliente. La
mayoría de ellas intentan estandarizar la conducta hipnótica presentando la
hipnosis a una persona y aplicándole luego test para determinar el grado de
profundidad y de respuesta. En dichos test el cliente debe pasar por ellos y el
administrador de la escala anota los resultados para establecer el perfil de su
capacidad hipnótica.
Los siguientes test, ordenados alfabéticamente, se han usado para evaluar
diferentes aspectos de la capacidad de respuesta a la hipnosis de manera
individual:

Escala de sugestionabilidad de Berber (Berber, 1976).


Escala de responsividad a las sugestiones de la Universidad de Carleton
(Spanos, Radtke, Hodgins, Stram y Bertrand, 1983).
Escala de imaginación creativa (Wilson y Barber, 1977).
Escala David-Husband (David y Husband, 1931).
Inventario de Field (autoinforme) (Field, 1965).
Escala de profundidad hipnótica de Friedlander-Sarbin (Friedlander y Sarbin,
1938).
Escala de susceptibilidad hipnótica del grupo de Harvard (Shor y Orne.
1962).
Cuestionario de experiencia hipnótica, forma abreviada (Matheson, Shi
yBart, 1989).
Perfil de inducción hipnótica (Spiegel, 1972; Stern, Spiegel y Nee 1979).
Escala de LeCron-Bordeaux (LeCron y Bordeaux, 1947).
SUSCEPTIBILIDAD A LA HIPNOSIS 75

Inventario de fenomenología de la conciencia (autoinforme) (Pekala, 1982).


Escalas de autoinforme sobre la susceptibilidad hipnótica (autoinforme)
(Tart, 1970).
Escala hipnótica clínica de Stanford (Morgan e Hilgard, 1979).
Escala de susceptibilidad hipnótica de Stanford, formas A y B
(Weitzen-hoffer e Hilgard, 1959).
Escala de susceptibilidad hipnótica de Stanford, forma C (Weitzen-hoffer e
Hilgard, 1962).
Escalas sobre perfil de susceptibilidad hipnótica de Stanford, formas I y II
(Weitzenhoffer e Hilgard, 1963).
Escala de absorción de Tellegen (Tellegen y Atkinson, 1974).

Continúa el debate respecto a la utilidad de las escalas en el tratamien: to. Su


valor en la investigación es incuestionable. Sin embargo, no'está claro lo relevante
que es la respuesta a un test estandarizado y no individualizado respecto a los
resultados clínicos obtenidos.

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CAPÍTULO 10

LA EXPERIENCIA DE LA HIPNOSIS

La hipnosis es una experiencia extremadamente subjetiva, puesto que no hay


dos personas que la experimenten de la misma manera. En este capítulo se
presentan algunas de las características más destacadas de dicha experiencia, tanto
físicas como psicológicas. En la tabla 1 aparece una lista de las características más
normales que manifiesta la persona hipnotizada.
Estas características se han de comunicar de manera diferente a una persona
hipnotizada de como se haría en una interacción más rutinaria.

CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEL ESTADO HIPNÓTICO

Atención selectiva
Si algún lector ha oído o ha usado alguna vez la frase «sólo ve lo que quiere
ver» es consciente de que los seres humanos se dan cuenta de aquello a lo que
eligen darse cuenta. Esto implica que las personas quizás no aprecien aquello de
lo que eligen no darse cuenta. A este fenómeno se le conoce como «atención
selectiva», es decir, la capacidad de centrarse deliberadamente en una porción de
la experiencia mientras que «se desconecta» del resto.
El proceso de la atención selectiva es un factor instrumental en la interacción
hipnótica (Crawford y Gruzelier, 1992; Weitzenhoffer, 1989). El cliente debe
atender selectivamente y de forma gradual a las sugerencias que se le ofrecen y
reducir su atención a cualquier asociación interna que puedan estimular las
sugestiones. El cliente generalmente está centrado en lo interno; incluso aunque se
dé cuenta de los acontecimientos externos y responda a ellos, realmente éstos
representan sólo una mínima parte de la atención del cliente. Se vuelve muy
destacada la capacidad del inconsciente para responder a las cosas que están fuera
del campo atencional consciente de la persona. Con esto acabo de sentar las bases
para la siguiente característica que comentaré: la disociación.
80 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Tabla 1
La experiencia de la hipnosis

Absorción de la atención experiencial y selectiva (Spiegel y Spiegel, 1987).


Expresión fácil (Gilligan, 1987).
Implicación experiencial y no conceptual (Erickson, Rossi y Rossi, 1976).
Deseo de experimentar (Gilligan, 1987).
Flexibilidad de las relaciones espacio/tiempo (Erickson, Rossi y Rossi, 1976).
Alteraciones de la percepción (Erickson y Rossi, 1979).
Fluctuaciones en el grado de implicación (Gilligan, 1987).
Inhibición motriz/verbal (Erickson, Rossi y Rossi, 1976).
Lógica del trance: reducción de la contrastación con la realidad (Shor, 1959).
Procesamiento simbólico (Zeig, 1980).
Distorsión del tiempo (Erickson, Rossi y Rossi, 1976).
Amnesia (total o parcial) (Erickson, Rossi y Rossi, 1976; Rossi, 1993).

Disociación
Mientras la persona está hipnotizada, su atención está centrada de manera
selectiva en las sugestiones del clínico y, como consecuencia, se puede
desencadenar cualquier asociación inconsciente y producirse una división entre la
mente consciente y la inconsciente. La mente consciente se ocupa de los
procedimientos hipnóticos mientras que la inconsciente busca activamente
significados simbólicos, asociaciones pasadas y respuestas apropiadas. Esta
separación de las dimensiones consciente e inconsciente del funcionamiento
durante la experiencia hipnótica se lleva a cabo a diversos niveles con diferentes
personas y se llama «disociación». El hecho de que la mente consciente y la
inconsciente se puedan dividir en cierta medida y utilizar como entidades
independientes aunque sean dependientes, es la piedra angular de la hipnosis.
Facilitar la disociación mediante los enfoques hipnóticos permite tener un acceso
más directo a los diferentes recursos de la mente inconsciente y profundizar en el
conocimiento del funcionamiento interno de la persona.
Otra forma de considerar la naturaleza disociativa de la experiencia hipnótica
es a través de la «conciencia paralela» que se amplifica durante la
LA EXPERIENCIA DE LA HIPNOSIS 81

hipnosis. El cliente hipnotizado tiene múltiples conciencias y cada una de ellas


opera en un nivel separado. Uno de dichos niveles es relativamente objetivo y
tiene una comprensión realista de la naturaleza de la experiencia, una parte de la
persona a la que Ernest Hilgard (1986) llamó el «observador oculto». Éste está
separado (disociado) de la inmediatez de las experiencias sugeridas, y puede
mantener cierto grado de objetividad respecto a la experiencia. Esta característica
disociativa del estado hipnótico permite que el cliente preste atención y responda
a las sugerencias y al mismo tiempo se observe a sí mismo al tener la experiencia
(Hilgard, 1992; Kirsch y Council, 1992; McConkey, 1986).

Aumento de la respuesta a la sugestión


Los factores atencional y disociativo descritos antes llevan normalmente a un
aumento de respuesta ante las sugestiones. La interacción hipnótica se ha definido
como terapéutica y/o educativa para el cliente, y la capacidad de influir está
ciertamente presente. El cliente atiende de manera selectiva a la sugestión del
clínico, y dicha sugestión le produce respuestas y asociaciones. El aumento de la
capacidad de respuesta está evidenciado por un mayor deseo del cliente de ser
guiado por las sugestiones del clínico, probablemente por la expectativa de poder
conseguir algo aceptándolas.
La capacidad de respuesta, por lo tanto, no se ha de confundir con la
credulidad o con la aceptación sin cuestionamientos. El estado hipnótico
amplifica realmente el rango de elecciones de la persona, incluida la elección de
rechazar una sugestión que no tiene coherencia (Hilgard, 1965; Kirsch, Lynn y
Rhue, 1993). El aumento de la capacidad de respuesta a la sugestión es una
elección que realiza el cliente y ha de estar guiada por alguien en quien él/ella
confía y cree que le puede ayudar. Si las dinámicas personal, interpersonal y
contextual no son favorables, la capacidad de respuesta es inexistente. El
resultado es lo que clásicamente se conoce con el nombre de «resistencia».

Interpretación subjetiva
Cómo responderá una persona a una palabra o frase es algo impredeci-ble.
Hay que recordar que cada persona usará su propio marco de referencia (es decir,
experiencias, conocimientos) para dar significado a las palabras del clínico. Lo
mejor que este último puede hacer es usar las palabras con sufi-
82 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

ciente cuidado como para dejar tan poco espacio como sea posible (o tanto, según
sea el caso) a la mala interpretación «errónea». El entrenamiento en hipnosis con
pares permite recibir una retroalimentación honesta sobre el impacto que han
tenido las palabras y frases que es bastante probable que los clientes no den.
Descubrir qué comunicaciones facilitan la experiencia hipnótica y cuáles la
entorpecen son dos de los aspectos más valiosos de la formación en hipnoterapia
clínica con grupos pequeños (Erickson y Rossi, 1979, 1981; Matthews, Lankton y
Lankton, 1993).

«Lógica del trance»


Una característica del estado hipnótico que es totalmente práctica, aplicada a
la clínica se llama «lógica del trance». Esto hace referencia a que el cliente no
tiene necesidad de que su experiencia sea enteramente realista o racional. En otras
palabras, el cliente puede, al menos temporalmente, aceptar la realidad sugerida,
aunque ésta sea ilógica y objetivamente imposible, como si fuera la única
realidad.
La lógica del trance es un estado voluntario de aceptación de las sugestiones
sin que tenga lugar la evaluación crítica que, por supuesto, destrozaría la validez o
el significado de algunas sugestiones. La oportunidad de que el cliente responda
«como si» algo fuera real puede ser la puerta que lleve hacia sentimientos más
profundos y a cuestiones apropiadas para realizar intervenciones terapéuticas
(Lynn y Rhue, 1991; Orne, 1959; Sheehan y McConkey, 1982).

Relajación
Una persona puede estar hipnotizada sin que necesariamente esté relajada,
pero la relajación de cuerpo y mente es una característica que la mayoría de la
gente asocia con la hipnosis. La mayor parte de los procesos terapéuticos tienen
que ver con la relajación como forma de facilitar la disociación de la mente
consciente e inconsciente. La relajación hace que los clientes se sientan bien,
altera su experiencia de sí mismos de manera bien definida, y se les puede
convencer, incluso, de que están hipnotizados (Benson y Carol, 1974; Edmonston,
1991; Mitchell y Lundy, 1986).
La relajación asociada a la hipnosis surge en forma de varios cambios físicos
(descritos en la siguiente sección) y de una pasividad voluntaria en la que el
cliente experimenta que hacer cualquier cosa supone demasiado es-
LA EXPERIENCIA DE LA HIPNOSIS 83

fuerzo. Si se le pide al cliente que hable, se mueva o piense, éste suele reaccionar
con una inactividad aparente, simplemente porque lo que se le ha sugerido
requiere más energía de la que él/ella está dispuesto a gastar. Esta es otra razón
para asumir un enfoque laxo en vez de uno exigente, para que el cliente
experimente la hipnosis a su manera sin tener que «actuar».

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DEL ESTADO HIPNÓTICO

¿Cómo sabe uno que su cliente está hipnotizado?La respuesta es un de-


finitivo... no se sabe. Se desconoce cuál es el momento preciso en el que una
persona ha dejado su estado de conciencia normal y ha entrado en uno más
centrado. Dado que el estado hipnótico difiere de la experiencia mental cotidiana
en el grado y no en el tipo de experiencia, no existen unos límites claros que
separen el estado «normal» del estado hipnótico. Asimismo, tampoco existen
líneas claras que dividan los diferentes grados de profundidad hipnótica. Sin
embargo, con la experiencia, es probable que uno se dé cuenta de las diferentes
características físicas que están asociadas con la hipnosis y las pueda usar como
indicadores generales de su presencia (Erickson, Rossi y Rossi, 1976).
Los indicadores físicos útiles son:

1. Relajación muscular: obsérvese el nivel de tensión que tiene la persona en el


cuerpo y especialmente en los músculos faciales, antes y durante el trabajo
hipnótico, para comparar.
2. Contracciones musculares: a medida que cuerpo y mente se relajan se
producen espasmos totalmente involuntarios que están relacionados con
cambios neurológicos producidos con la relajación.
3. Lacrimación: cuando la persona se relaja, algunas veces puede derramar
alguna lágrima. Algunos suponen automáticamente que la persona está triste y
llora, pero es algo injustificable que puede llevar a una conclusión
posiblemente errónea. Si se tienen dudas, es bueno preguntar.
4. Ojos cerrados y parpadeos: a medida que la persona empieza a cambiar su
centro de atención y entra en la hipnosis, puede empezar a parpadear a gran
velocidad, normalmente sin ser consciente de ello. Además se producen
movimientos oculares rápidos que son observables a lo largo de todo el
proceso hipnótico, y más si los métodos implican mucha visualización.
84 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

5. Cambio en el ritmo respiratorio: es normal el cambio en la respiración, ya sea


porque se enlentece o porque se acelera. Es bueno observar los patrones
respiratorios del cliente antes y durante el proceso para comparar. La
respiración de algunas personas se vuelve más superficial y la de otras más
profunda; algunas tienen una respiración torácica y otras diafragmática.
6. Cambio en el ritmo del pulso: también es normal que el pulso se acelere o se
retarde. Cuando un cliente está sentado cómodamente, se puede observar el
pulso de la arteria carótida en el cuello. Si se prefiere (y se tiene el permiso del
cliente) se puede coger al cliente por la muñeca «para darle apoyo» y tomarle
el pulso.
7. Relajación de la mandíbula: muchas veces la mandíbula inferior cae y,
subjetivamente, parece que pese tanto que cuesta un esfuerzo consciente
cerrarla. (Yo he conocido personas que no participarían en hipnosis de grupo
debido a lo embarazoso que les resulta su tendencia a babear.)
8. Catalepsia: es una inhibición de los movimientos voluntarios que se refleja
únicamente en la absorción que produce la hipnosis. A diferencia del sueño, en
el que se está en movimiento casi constante, la persona hipnotizada se mueve
muy poco, si es que llega a hacerlo. Muchas veces el cliente se siente
disociado de su cuerpo y, por lo tanto, lo olvida.
A veces uno puede encontrar a alguien que se mueve mucho (esto ocurre
sobre todo en los niños). En un curso de formación, yo tenía a un alumno en clase
que tenía el sobrenombre de «el agitador». Cuando estaba hipnotizado, le gustaba
rodar por el suelo y moverse a gran velocidad. Al acabar describía lo bien que se
relajaba su cuerpo a través del movimiento. Aunque el movimiento pueda parecer
excesivo o perjudicial a los ojos del terapeuta, el cliente puede estar igualmente
hipnotizado.

Cada una de las características físicas descritas anteriormente se puede usar


como indicador general de la hipnosis, pero ningún signo, por sí solo, puede
decirnos qué es lo que realmente está experimentando el cliente a nivel interno.
En cierto sentido el clínico es un visitante en el mundo de otra persona y debería
ser un observador cauto y, sobre todo, respetuoso. Gran parte de la evaluación de
cuándo se pasa de una fase de la sesión de hipnosis a otra, por ejemplo ir de la
inducción a la utilización, se basa en lo bien que se observen los cambios en el
cuerpo y la conducta del cliente. Tomar una línea de base de su tensión muscular,
su ritmo respiratorio y pulso y cualquier otra cosa que se encuentre antes de
empezar, puede ayudar a darse cuenta de los cambios que
LA EXPERIENCIA DE LA HIPNOSIS 85

tienen lugar a medida que se progresa y que sugieren el desarrollo de un estado


diferente del que tenía el cliente originariamente. No siempre se puede saber cuál
es el contenido de la experiencia, pero se pueden observar cambios que indican
que la guía del terapeuta ha producido algún impacto. Cuanto más hábil se vuelva
uno en observar dichos cambios, más cómodo se sentirá para adaptar las
sugestiones espontáneamente a la experiencia del cliente (Grinder y Bandler,
1981; O'Hanlon, 1987).

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CAPITULO 11 CONDICIONES

PARA REALIZAR HIPNOSIS

En este capítulo me gustaría explicar algunas de las variables que están fuera
de los patrones de comunicación y de la relación terapéutica y pueden influir en el
trabajo del terapeuta. Estas variables se dividen en «ambientales» y «físicas».

VARIABLES AMBIENTALES

Existen ciertas condiciones ambientales que yo creo que son deseables para
realizar hipnosis, pero no son absolutamente esenciales. Primero, resulta útil
trabajar en una atmósfera relativamente tranquila, libre de ruidos molestos o
desagradables, lo cual, obviamente, distraerá menos al cliente, permitiéndole
centrarse más en las experiencias internas que en las externas. Sin embargo, si
somos realistas, los teléfonos suenan, las puertas golpean al cerrarse, la gente
habla al otro lado de la puerta (si es que hay puerta), se oye el bullicio del tráfico,
pasan aviones, la gente deja caer objetos pesados, se oyen estornudos, los
animales domésticos golpean jarrones, los niños pelean... En otras palabras,
ningún ambiente es totalmente tranquilo y está libre de ruidos externos, ni
tampoco tiene que serlo. La clave para ayudar al cliente a centrarse internamente
sin distraerse con acontecimientos externos estriba en la capacidad del terapeuta
para incluirlos en el proceso (Bandler y Grinder, 1979; Zeig, 1980, 1985).
Otro factor ambiental que puede ser útil es el uso de una iluminación suave y
tranquilizadora, que puede crear una atmósfera cómoda. Yo no recomendaría una
iluminación demasiado débil, ni tampoco estar a oscuras. Para algunos puede ser
útil trabajar a la luz de las velas, aunque para otros (como yo) es demasiado
esotérico.
Un tercer factor ambiental que afecta a la capacidad del cliente para relajarse
es el mobiliario. Las camas o divanes para tumbarse pueden ser dema-
88 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

siado sugestivos y además es más probable que el cliente se duerma. El mobiliario


debería ser cómodo y servir para que el cliente apoye la cabeza y el cuerpo. A
medida que el cliente se relaja, su cuerpo tiende a volverse pesado; el resultado es
muchas veces dolor de cuello y espalda si no se tiene un apoyo físico adecuado.
Por eso las sillas reclinables son bastante buenas (Alman y Lambrou, 1992;
Weitzenhoffer, 1989).
No son tan importantes la iluminación, el mobiliario y los sonidos am-
bientales como la manera de usarlos. Hasta aquí el punto clave es usar cualquier
cosa que ocurra como parte del proceso, enmarcando el acontecimiento intrusivo
como adecuado (Grinder y Bandler, 1981; Kelly, 1993: Stone, 1986).

VARIABLES FÍSICAS

También merece la pena considerar ciertas condiciones físicas cuando se está


realizando hipnosis. No me refiero a la salud física, sino a las experiencias físicas
transitorias que pueden desempeñar un papel en el encuentro terapéutico.
Físicamente es útil que el cliente se sienta cómodo (es decir, que su cuerpo tenga
un soporte adecuado, que la ropa no le apriete ni sea ceñida, que la temperatura
sea agradable y que él no sienta prisa ni le distraigan otras cosas que exijan una
atención inmediata.
Es importante que el cliente no tenga nada en la boca (por ejemplo, un chicle
o un caramelo) que le podría provocar ahogo o atragantamiento a medida que se
relaja. Además, muchas personas usan lentes de contacto y algunas de ellas están
elaboradas de manera que, si el cliente cierra los ojos aunque sea pocos minutos,
producen irritación hasta el punto de volverse dolorosas. Es bueno preguntarle al
cliente si desea quitarse las gafas, lentes de contacto, zapatos o cualquier otra cosa
que pudiera dificultar que se centre en la introspección de manera adecuada.
Otras consideraciones físicas son la influencia de las drogas y el alcohol que
normalmente son contraproducentes para realizar un trabajo eficaz. Se exceptúan
los fármacos prescritos por el médico, aunque incluso éstos pueden dificultar
potencialmente la respuesta hipnótica eficaz. También existen objeciones
similares para el cliente excesivamente cansado o exhausto, que se puede dormir
con facilidad pero es difícil que se centre internamente de manera útil (Beahrs,
Carlin y Shehorn, 1974; Spiegel, 1986).
CONDICIONES PARA REALIZAR HIPNOSIS 89

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CAPÍTULO 12

ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES

El objetivo de este capítulo es tratar algunas de las variables de co-


municación interpersonal que se producen en los patrones hipnóticos, es-
pecíficamente los estilos de comunicación y las estructuras de sugestiones
hipnóticas.

ESTILOS DE COMUNICACIÓN

Uno de los requisitos previos para usar la hipnosis de manera efectiva es


apreciar las diferencias en los estilos de procesamiento de información y en la
habilidad de la mente consciente y la inconsciente. Una de las formas en las que la
hipnosis obtiene su fuerza es formulando sugestiones que puedan incidir en la
visión del mundo de la mente inconsciente.
Existen dos categorías principales de comunicaciones hipnóticas: la directa y
la indirecta. No sólo no son mutuamente excluyentes, sino que dudo que sea
posible (o deseable) realizar un proceso hipnótico eficaz exclusivamente en una
de las dos. En realidad, ambos estilos serán evidentes en distintos momentos de
un mismo proceso. Además, cada sugestión variará en el grado de directividad,
como si se tratara de un continuo en el que un polo es la sugestión «directa» y el
otro la «indirecta». La cuestión de qué estilo usar en un momento dado depende
de la naturaleza de la sugestión (considerando factores como su potencial para
amenazar al cliente) y el grado de respuesta de éste (Alman y Carney, 1980;
Erickson y Rossi, 1979; Zeig y Rennick, 1991).

Sugestiones directas
Las sugestiones directas son aquellas que tratan o bien con el problema que
se tiene entre manos o bien con la respuesta específica deseada de manera abierta
y clara. No se conocen por su sutileza.
94 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Tabla 2
Estructuras y estilos de sugestión hipnótica básicos

Sugestiones positivas
«Puedes hacer X»
Sugestiones negativas
«No puedes hacer X»
Sugestiones directas
«Puedes hacer X»
Sugestiones indirectas
«Conocí a alguien que disfrutaba haciendo X»
Sugestiones de proceso
«Puedes tener un recuerdo especial»
Sugestiones de contenido
«Puedes recordar a tu profesor de tercer grado»
Estilos permisivos
«Puedes permitirte a ti mismo hacer»
Estilos autoritarios
«Harás X»
Sugestiones poshipnóticas
«Más tarde, cuando estés en la situación A, puedes hacer X»

Las sugestiones directas hacen referencia, en gran medida, a la experiencia


consciente de la persona, y normalmente proporcionan soluciones específicas a
los problemas e instrucciones detalladas sobre cómo responder.
Normalmente, para empezar la hipnosis el clínico querrá que el cliente cierre
los ojos. Si el clínico elige un enfoque directo, puede ofrecer alguna de las
siguientes sugestiones directas:

Cierra los ojos.


Por favor, cierra los ojos.
Puedes cerrar los ojos.
Deja que tus ojos se cierren.
Me gustaría que cerraras los ojos.
ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES 95

Las ventajas de las sugestiones directas son: a) su relevancia directa con los
asuntos que se tienen entre manos (reduciendo las preocupaciones conscientes del
cliente respecto a la capacidad del terapeuta para tratar directamente sus
problemas); b) su capacidad para mantener los objetivos del cliente bien definidos
y a la vista; c) la implicación directa del cliente en el proceso de manera activa; y
d) su capacidad para servir de modelo para la resolución de cualquier problema
futuro que surja a través del desarrollo directo de una estrategia consciente de
solución de problemas.
El inconveniente de las sugestiones directas es que confían demasiado en el
deseo consciente de seguir las sugestiones, usando menos los recursos de la mente
inconsciente. Además, es más probable que este tipo de sugestiones susciten
resistencia en el cliente al tratar de manera tan directa sus problemas que,
potencialmente, son una experiencia amenazante. Esta sensación de amenaza que
tiene el cliente aumenta la probabilidad de tener reacciones defensivas, una de las
cuales es el rechazo de las sugestiones.
Es necesario que el terapeuta valore las ventajas y desventajas de usar
sugestiones directas para tomar la decisión pertinente de manera que su uso
produzca una experiencia hipnótica exitosa (Crasilneck y Hall, 1985; Kroger,
1977; Spiegel y Spiegel, 1987; Weitzenhoffer, 1989).

Sugestiones indirectas
Las sugestiones indirectas son aquellas que están relacionadas con el
problema tratado o con la respuesta específica deseada de manera encubierta y,
por lo tanto, no intrusiva. Pueden ser bastante sutiles. Dichas sugestiones
normalmente tienen una relación indirecta y requieren que el cliente las interprete
de manera idiosincrásica para darles significado. El uso de las sugestiones
indirectas puede hacer que el cliente se pregunte a nivel consciente de qué está
hablando el terapeuta y, al mismo tiempo, su mente inconsciente esté asociando lo
que dice el terapeuta con su experiencia interna (procesos dinámicos
subyacentes), preparando el terreno para que se produzcan los cambios.
Estas sugestiones pueden adoptar formas diferentes como contar historias,
analogías, chistes, juegos de palabras, tareas para casa y sugestiones disfrazadas o
entremezcladas. Cualquier forma de comunicación que requiera una respuesta del
sujeto sin pedírsela directamente implica, en cierta medida, una sugestión
indirecta.
96 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Si un terapeuta sospecha, basándose en la retroalimentación que recibe de su


cliente, que le resultaría más fácil la hipnosis a través de métodos indirectos, le
podría ofrecer alguna de las siguientes sugestiones:

Un buen sujeto hipnótico empieza cerrando los ojos.


¿Puedes permitir que tus ojos se cierren?
A muchos de mis clientes les gusta sentarse en esa silla y tener los ojos
cerrados.
¿No es agradable no tener que escuchar con los ojos abiertos?
Me pregunto qué cree que le permitiría CERRAR LOS OJOS cómodamente.
La ventaja de los enfoques indirectos es que están relacionados principal-
mente con una mayor utilización de los recursos de la mente inconsciente en
beneficio del propio cliente. Cuando las sugestiones desencadenan asociaciones
antiguas o nuevas que pueden suponer una experiencia terapéutica, la persona está
totalmente implicada en la terapia a múltiples niveles. Además, al haber una
mayor distancia entre las sugestiones y la emoción o conducta objetivo, la
necesidad de usar defensas resistentes es menor. Dicha distancia puede crear, al
mismo tiempo, confusión en el cliente respecto a cómo se relacionan las
sugestiones con su mejora personal, preparando el camino para que las interprete
de alguna manera que sea útil para él. Al no forzarle a responder a las demandas
arbitrarias del terapeuta, éste demuestra un respeto mayor por el cliente, lo que
supone un enfoque altamente deseable (Brown, 1991; Lank-ton y Lankton, 1983;
Zeig, 1980).
Los inconvenientes del estilo indirecto son la posibilidad de que el cliente
sienta ansiedad o miedo de que el terapeuta no sea capaz de afrontar directamente
el problema: «Si el terapeuta no puede, ¿cómo voy a poder yo?». Se puede ver al
terapeuta como evasivo o incompetente, y el cliente sentirse manipulado e incluso
engañado. Otro inconveniente es que las respuestas inconscientes del cliente
pueden permitir aliviar el problema pero dejar al cliente, a nivel consciente,
preguntándose cómo se produjo el cambio. Quizá se resuelva el problema pero la
solución no permite al cliente acceder a patrones para resolver problemas futuros
(Lehrer, 1986; Yapko, 1983).

Elección de estilo
La directriz para elegir un estilo y el grado en el que dicho estilo se debería
usar se basa en dos factores principalmente: el nivel de insight deseable
ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES 97

o necesario para que la intervención funcione y la capacidad de respuesta del


cliente.
Algunos clientes quieren entender a nivel consciente, preguntando muchas
veces «¿por qué?». Otros están más interesados en conseguir que se produzca
algún cambio en el problema, sin importar lo que eso suponga. Cuanto mayor sea
la necesidad de la persona de entender a nivel consciente e intente implicar al
terapeuta en este nivel, más disruptivo será un enfoque indirecto en su patrón
normal, aumentando la probabilidad de cambio. Aunque, al mismo tiempo, una
persona que quiere entender a nivel consciente puede quedar desconcertada por
los métodos indirectos, perder la paciencia y la motivación y rechazar la
experiencia como inútil.
La experiencia es lo único que puede ayudar al terapeuta a evaluar qué estilo
se debe utilizar con cada cliente en concreto.
La segunda variable que cabe considerar al valorar si se usa un estilo directo
o indirecto es el grado de respuesta del cliente (o «resistencia», considerada
tradicionalmente como una falta de respuesta). Una directriz general para decidir
qué estilo hay que usar es ésta: el grado de directividad debería ser directamente
proporcional al grado de resistencia encontrado o anticipado (Zeig, 1980). En
otras palabras, cuanto mayor sea la incapacidad o la falta de ganas del cliente de
seguir las instrucciones del terapeuta, más indirectas deberán ser las sugestiones
de este último.

Comportamiento clínico
Antes del reciente interés que han suscitado los métodos indirectos para
inducir y utilizar el estado hipnótico, su consideración se limitaba a la conducta
del clínico cuando ofrecía sugestiones directas. Los estilos se describían en un
continuo en el que «autoritario» estaba en un extremo y «permisivo» en el otro.
Estos términos todavía pueden ser útiles para describir las relaciones existentes
entre el clínico y el cliente, y por eso se han incluido aquí.
El estilo autoritario es dominante y en él el clínico literalmente ordena al
cliente que responda de una determinada manera. La autoridad y el poder son las
variables en las que confía el clínico y la respuesta del «buen» cliente es la
conformidad.
Los enfoques autoritarios ofrecen sugestiones en forma de órdenes. Las
siguientes instrucciones están estructuradas de forma autoritaria:
98 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Cierra los ojos mientras cuento hasta tres.


Cuando chasquee los dedos tendrás seis años.
Cuando toque tu hombro, entrarás en un profundo estado de hipnosis.
Te resultará imposible encender un cigarrillo.
No recordarás nada de esta experiencia.

En el otro lado del espectro está en enfoque «permisivo», que es mucho más
respetuoso con la capacidad del cliente para hacer elecciones en su propio nombre
respecto a las cosas a las que responderá y a las que no. El enfoque permisivo se
caracteriza por el énfasis que se pone en permitir al cliente ser consciente de las
posibilidades que tiene de dar respuestas significativas, en vez de exigir dichas
respuestas. Las siguientes sugestiones están estructuradas con un estilo permisivo:

Quizás estés interesado en descubrir otra manera de sentirte más cómodo.


Me pregunto si has considerado la posibilidad de aprender dichos métodos
más fácilmente de lo que pensaste en un principio. No sé cuál es para ti la
posición más cómoda al sentarte en la silla. Quizá te podrías centrar con más
facilidad con los ojos cerrados. Puedes decidir escuchar las cosas que yo
describo, si quieres.

El clínico simplemente ofrece sugestiones sobre lo que el cliente puede


experimentar si elige hacerlo. En gran medida es responsabilidad del cliente
utilizar a su manera la información que le ha proporcionado el clínico. Por lo
tanto, el clínico considera adecuada cualquier respuesta, respetando la elección de
la persona. En este estilo, la «resistencia» es un factor mucho menos debilitante
(Gilligan, 1987; Gordon y Meyers-Anderson, 1981: Grinder y Bandler, 1981;
Haley, 1985; Satanton, 1985).

ESTRUCTURAS DE SUGESTIÓN

Además del estilo para ofrecer sugestiones, el terapeuta tiene que elegir
también una estructura particular para la sugestión, que puede asumir diferentes
formas, que describiremos a continuación.
ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES 99

Sugestiones positivas
Las sugestiones positivas son, con diferencia, el tipo de estructura más
común, simple y útil. Proporcionan apoyo y ánimo y están expresadas de manera
que dan al cliente la idea de que puede experimentar o conseguir algo deseable.
Puesto que las palabras nos recuerdan las experiencias que representan (como
símbolos de las mismas), las sugestiones positivas crean respuestas deseables. Las
siguientes sugestiones están estructuradas de manera positiva (y permisiva
también):

Te puedes sentir más cómodo con cada inspiración.


Puedes recordar una vez que te sentías muy orgulloso de ti mismo.
Eres capaz de descubrir fuerzas internas que no te habías dado cuenta
que tenías.
Puedes darte cuenta de lo bien que te sientes relajado.
Puedes darte cuenta de una suave sensación de calidez en las manos.

Sugestiones negativas
Estas sugestiones, cuando se usan de forma habilidosa, utilizan una especie
de enfoque de «psicología inversa». Con ellas se puede obtener una respuesta
sugiriendo a la persona que no responda de la forma deseada.
Cuando se usan deliberadamente y con cierta habilidad, las sugestiones
negativas pueden ser muy útiles. Los siguientes son ejemplos de sugestiones
negativas. Se recomienda al lector que se dé cuenta de cuál es su experiencia
interna a medida que lee lentamente cada uno de ellos:

No pienses en tu color favorito. No te permitas a ti mismo preguntarte qué hora


es. Te recomendaría que no prestaras atención a esa sensación de tu pierna.
Ahora no deberías pensar en tu novio/a del instituto. Por favor, intenta no
pensar en cuál de todos tus amigos es el más materialista.

Con demasiada frecuencia se emplean las sugestiones negativas de forma


ingenua y accidental, generando una respuesta no deseada que deja al profesional
preguntándose qué es lo que ha ido mal. Si el clínico dice (con gran sinceridad y
con la intención de confrontar al cliente): «No se preocu-
100 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

pe por eso, simplemente sáquelo de su mente», es todavía más probable que el


cliente siga preocupándose por «ello».

Sugestiones de contenido
Este tipo de sugestiones contienen detalles muy específicos que describen
sentimientos, recuerdos, pensamientos o fantasías que experimenta el cliente
mientras está hipnotizado. Ofrecer detalles que describen cada dimensión de la
experiencia sugerida puede tener el efecto deseado de ayudar al cliente a tener la
experiencia de forma más completa y, por lo tanto, a un mayor grado de
satisfacción. Algunos ejemplos de sugestiones de contenido son:

Piensa en una rosa roja con unos pétalos suaves y aterciopelados y una
fragancia suave y dulce.
Imagina que estás en la playa en un día claro y brillante, sintiendo como el
sol calienta tu piel, oliendo la sal en la brisa del océano y oyendo el ruido de
las olas al chocar contra la orilla.
¿Puedes recordar lo agradable que es dar un mordisco a una naranja llena de
zumo, cómo se llena de líquido tu boca, cómo corre el jugo por tus dedos, y
su sabor ácido?

Cada uno de los ejemplos anteriores proporciona detalles específicos respecto


a lo que se va a experimentar pensando en una rosa, en la playa o en una naranja.
Quizá dichos detalles permitan tener una experiencia más plena, en cuyo caso son
útiles. Sin embargo, estas frases pueden ejemplificar también el riesgo potencial
de usar sugestiones llenas de contenido, es decir, los detalles que el terapeuta da al
cliente quizá no son los que éste hubiera elegido.
El problema potencial de las sugestiones de contenido es simplemente éste:
cuantos más detalles ofrece el terapeuta mayor es la probabilidad de que algo de lo
que sugiera contradiga la experiencia del cliente (Grinder y Bandler, 1981;
O'Hanlon, 1993).

Sugestiones sobre el proceso


En contraste con las sugestiones de contenido, que son tan meticulosas, las de
proceso se caracterizan por su escasez de detalles, dejando al cliente li-
ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES 101

bertad para prestar atención a aquellos que él mismo ha asociado a (es decir,
proyectado en) la experiencia sugerida.
Las instrucciones sobre el proceso dan a los clientes la oportunidad de usar
su propia experiencia y sus propios detalles en el proceso y, por lo tanto, de hacer
que lo que parece a primera vista demasiado general para ser eficaz, se convierta
en un enfoque muy individualizado. A continuación se incluyen algunos ejemplos
de instrucciones sobre el proceso:

Puedes tener un recuerdo concreto de la infancia, uno en el que no habías


pensado durante mucho, mucho tiempo.
Puedes notar cierta sensación muy agradable en tu cuerpo a medida que te
sientas allí cómodamente.
Te puedes volver consciente de un sonido específico en la habitación.
¿Puedes recordar aquel momento especial en que te sentías tan bien contigo
mismo?

Ninguna de las sugestiones anteriores especifica nada: no dicen qué recuerdo,


sensación, sonido o acontecimiento. El cliente elige ese aspecto de la experiencia.
Obsérvese, sin embargo, que con el uso de calificativos como «concreto»,
«cierta», «específico» y «especial» se puede conseguir que el cliente eluda de
entre todas sus experiencias una en la que centrarse. Esa experiencia concreta es
producto de la interacción entre elecciones conscientes e inconscientes (Erickson
y Rossi, 1979; Zeig, 1980).

Sugestiones poshipnóticas
Las sugestiones poshipnóticas son aquellas que se dan al cliente mientras está
hipnotizado y tienen que ver con conductas o emociones que tendrá en algún
contexto futuro. Estas sugestiones permiten posponer para el contexto deseado las
conductas nuevas o el entendimiento adquirido durante la hipnosis. Las
sugestiones poshipnóticas son una parte necesaria del proceso terapéutico si el
cliente aporta nuevas posibilidades a las experiencias futuras. Sin ellas, el
aprendizaje adquirido durante la sesión de hipnosis es probable que quede limitado
al estado hipnótico en sí. La razón por la que esto ocurre es que las respuestas
hipnóticas son específicas de un estado, están asociadas a un estado interno
concreto. La sugestión poshipnótica permite que el aprendizaje recientemente
adquirido cruce los límites internos y esté disponible en otros estados de
conciencia. Si el cliente puede tener la
102 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

conducta o la emoción sólo cuando está hipnotizado, sigue estando muy limitado.
Estas sugestiones son útiles para asegurarse de que la respuesta deseada
quedará integrada en la vida cotidiana de la persona, reemplazando respuestas
disfuncionales o ausentes. Además, también se pueden usar para facilitar el
trabajo hipnótico futuro ofreciendo la sugestión de que en futuras sesiones el
cliente podría entrar en la hipnosis con más rapidez y profundidad (Erickson y
Rossi, 1979; 1981; Lankton y Lankton, 1983).

SUGESTIONES ESPECIALIZADAS

Mientras que la estructura y el estilo de las sugestiones que acabamos de


describir representan el núcleo de las sugestiones hipnóticas, existen otras formas
derivadas de los componentes nucleares. Algunas de ellas las describiremos en
esta sección.

Preguntas de acceso
Las preguntas que animan al cliente a responder en un nivel experien-cial y
no sólo verbal se conocen con el nombre de preguntas de acceso. Más que
preguntas retóricas, éstas centran al cliente en aspectos particulares de su
experiencia, que se amplifican mediante la manera de formularlas «¿Puedes
recordar vividamente lo suave y relajante que es estar tumbado bajo un cálido sol
y sentir como éste calienta tu piel?». A este tipo de preguntas se les ha llamado
también «postulados conversacionales» (Bandler y Grinder, 1979; Hammond,
1990).

Sugestiones ambiguas
Se puede usar deliberadamente la ambigüedad en una sugestión para es-
timular las proyecciones del cliente testo es similar a las inespecíficas sugestiones
sobre el «proceso»). La ambigüedad puede girar alrededor de la acción deseada
por el cliente o del significado de la sugestión. Por ejemplo, sugerir que «se puede
tener una voluntad férrea y ser práctico en dichas cuestiones» deja abierta la
interpretación de si el clínico está alabando la perseverancia o está criticando la
testarudez (Grinder y Bandler, 1981: O'Hanlon, 1985).
ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES 103

Aposición de opuestos
Al ofrecer sugestiones que crean distintas polaridades sobre la experiencia
del cliente se está usando la aposición de opuestos. Por ejemplo, «mientras su
mano izquierda se vuelve agradablemente fría e insensible, se da cuenta de que su
mano derecha se vuelve cómodamente cálida y sensible» (Erickson y Rossi, 1979;
Hammond, 1990).

Obligatoriedad de alternativas comparables


Al ofrecer al cliente la obligatoriedad de alternativas comparables se crea,
para él, una situación de «elección forzada» en la que ambas elecciones llevan a
un resultado igualmente deseable: «¿Preferiría disfrutar de una experiencia de
hipnosis profunda sentado en esta silla o en aquella}». Mientras el cliente
responda dentro de los parámetros de la sugestión, la obligatoriedad existe
(Hammond, 1990).

Sugestiones confusionales
Se conocen con el nombre de «confusionales» aquellas sugestiones cons-
truidas deliberadamente para desorientar o confundir al cliente y despertar su
interés y para superar una conducta demasiado intelectual y facilitar la diso-
ciación. Por ejemplo, usted puede pensar que entiende conscientemente estas
sugestiones pero su inconsciente también quiere claridad, así que si conscien-
temente cree que eso le funcionará conscientemente en una estructura incons-
ciente de los patrones consciente e inconsciente para saber a nivel consciente e
inconsciente que puede superar la capacidad de alguien para entender, asegúrese
de que usa la confusión cuando sea adecuado hacerlo. Inmersas en la confusión
aparecen algunas sugestiones claras, sensibles y significativas que pueden
oponerse al telón de fondo de la confusión. Ofrezco más información sobre los
métodos confusionales en el capítulo 16 (Erickson, 1964; Gilligan, 1987; Otani,
1986).

Cubrir todas las posibilidades


Una manera de difuminar la resistencia y de mantener la respuesta del cliente
es incluir todas sus posibles reacciones a las sugestiones y, por lo tanto, definir
cada una de ellas como útil y cooperadora: «Puede pensar en un recuerdo
importante... quizá uno de sus primeros años de vida... quizá uno muy
104 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

reciente... o quizá uno de enmedio...». Bien, ¿qué otras posibilidades hay?


Cualquier recuerdo será obviamente de su pasado, ya sea éste reciente, inmediato
o remoto. Así, cualquier recuerdo recuperado está de acuerdo con la sugestión, y
asegura una respuesta positiva (Grinder y Bandler, 1981; Hammond. 1990).

Directrices implícitas
Una forma indirecta de estimular una respuesta es mediante el uso de
directrices implícitas. La primera parte de la directriz es la sugestión indirecta de
hacer algo y la segunda parte de la sugestión sugiere directamente una repuesta.
Por ejemplo: «Cuando sienta que su mano se eleva por un momento (sugestión
indirecta) la notará muy, muy ligera (sugestión directa)» (Bandler y Grinder,
1979; Erickson y Rossi, 1975).

Sugestiones entremezcladas
Este enfoque consiste en la utilización frecuente de palabras o frases clave en
una serie continua de sugestiones. Se puede aplicar para ir a niveles de hipnosis
más profundos, para facilitar la experiencia de un fenómeno hipnótico específico,
para «sembrar» (implantar) ideas para referencias futuras. y para reiterar un punto
importante. Por ejemplo: «Un pensador profundo, es decir, uno que piensa
profundamente, puede desarrollar un profundo entendimiento de sí mismo y
conseguir profundidad en el conocimiento que tiene sobre la sugestión»
(Erickson, 1966; Zeig, 1980).

Metáforas
En la bibliografía sobre hipnosis clínica las metáforas han llegado a sig-
nificar historias. Las metáforas son un método indirecto para conseguir diferentes
objetivos. Se consideran una de las formas más poderosas y suaves para
comunicar información relevante a un cliente, y por ello se comentar,
detalladamente en algunos de los próximos capítulos (Barker, 1985: Gordon,
1978; Wallas, 1985).

Sugestiones paradójicas
Las sugestiones paradójicas contienen lo que parecen ser, a primera vista,
componentes incompatibles dentro de la misma sugestión. Por ejemplo:
ESTRUCTURA DE LAS SUGESTIONES 105

«Puedes tomarte todo el tiempo del mundo en el próximo minuto para completar el
trabajo interno de integrar tu nuevo aprendizaje» (Lange, 1988; Seltzer, 1986).

Presuposiciones
Una presuposición supone la respuesta que se producirá; es simplemente algo
así: «¡Qué sorpresa tan agradable tendrás cuando descubras que entiendes las
presuposiciones!» (Gordon, 1985; Haley, 1973).

Juegos de palabras
Usar el humor como herramienta puede ser una manera valiosa de implicar al
cliente en el proceso y, al mismo tiempo, de establecer una asociación emocional
agradable con la hipnosis. Por ejemplo: «A algunas personas les gusta la hipnosis
de una manera rítmica y predecible pero usted y yo sabemos que el método del
ritmo no es muy fiable» (Erickson y Rossi, 1979; Zeig, 1980).

Perogrulladas
Una perogrullada es una observación de «sentido común» que parece ser tan
evidente como innegable. Se usan para construir una aceptación de la sugestión
que sigue basándose en la aceptación de la perogrullada: «Todas las personas son
únicas (perogrullada), todos sabemos que por eso usted puede experimentar la
hipnosis profunda de manera única» (Erickson y Rossi, 1979; Hammond, 1990).

CONCLUSIÓN

Las palabras son estímulos, y evocan las mismas o similares respuestas que
los objetos o conceptos que representan. Por lo tanto, se han de elegir
cuidadosamente y también la manera de decirlas.

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CAPÍTULO 13 PATRONES DE

COMUNICACIÓN HIPNÓTICA

En este capítulo se ofrecerán directrices generales para elegir las palabras y


frases particulares que uno puede usar en la sesión de hipnosis. Estas directrices
pretenden ayudar a los lectores a formular sugestiones que es muy probable que
acepte el sujeto con el que se está trabajando.

HACER QUE LAS SUGESTIONES SEAN SIMPLES Y FÁCILES DE SEGUIR

Generalmente, cuanto más complicado le resulte a alguien seguir un conjunto


de instrucciones, más confiará la persona en la mente consciente para aclarar las
cosas. Cuanto más confíe la persona en la mente consciente, menos accesible es la
mente inconsciente, dificultando el propósito de hipnotizar. Ofrecer sugestiones
relativamente simples permite al cliente fluir con el proceso sin tener que analizar,
interpretar y juzgar las sugestiones de manera crítica y, por lo tanto, consciente.

USAR EL LENGUAJE DEL CLIENTE

He descrito la manera en que las palabras representan experiencias, y aunque


usamos un lenguaje común, nuestras experiencias internas son necesariamente
diferentes. Si el terapeuta toma las palabras del cliente pero les da su propio
significado, las traslada a su propio lenguaje y se comunica desde su propio estilo
lingüístico, lo más probable es que dé lugar a equívocos.
Al usar el lenguaje del cliente, el terapeuta no ha de suponer ni por un
momento que para él significa lo mismo que para el cliente. El terapeuta debe usar
el mismo lenguaje que el cliente: está tratando el mundo del cliente, no el suyo
propio (O'Hanlon, 1987; Sherman, 1988).
110 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

HACER QUE EL CLIENTE LO DEFINA TODO EN TÉRMINOS EXPERIENCIALES

Puesto que las palabras son símbolos de la experiencia, usar las mismas
palabras no significa que se esté describiendo la misma experiencia. Por lo tanto,
es importante hacer que el cliente explique su experiencia lo mejor posible y no
simplemente usando una palabra o dos para representar la experiencia.
Cualesquiera que sean las palabras usadas, nunca darán al terapeuta una idea de lo
que el cliente está experimentando subjetivamente, por ello cuanta mayor sea la
definición y la descripción de la experiencia que se tiene, más oportunidades habrá
de realizar una intervención significativa (Bandler y Grinder, 1979; Zeig, 1980).

USAR EL TIEMPO PRESENTE Y UNA ESTRUCTURA POSITIVA

Generalmente las sugestiones se deberían formular en presente y en términos


de lo que la persona está experimentando. Por supuesto, la mayoría de las
sugestiones hipnóticas pretenden incluir la conducta futura de alguna manera,
pero la sesión hipnótica es el puente entre lo que es ahora y lo que será luego. La
estructura básica de las sugestiones hipnóticas es unir («encadenar» I lo que está
ocurriendo ahora con lo que se desea: «A medida que experimentas esto, puedes
empezar a experimentar aquello». Es necesario ofrecer una re-troalimentación
continua sobre el estado actual de la persona para que el puente sea efectivo.
En general las sugestiones se deberían formular de manera positiva, respecto
a lo que la persona puede hacer en vez de lo que no puede hacer (Grinder y
Bandler, 1981; Hammond, 1990).

ANIMAR Y REFORZAR AL CLIENTE

Desde mi punto de vista, el proceso de animar a los clientes normalmente


consiste en guiarles a una posición en la que puedan reconocer la fuerza y los
recursos personales que antes ignoraban de sí mismos (Erickson y Rossi, 1979;
Hammond, 1990).
PATRONES DE COMUNICACIÓN HIPNÓTICA 111

DETERMINAR LA PROPIEDAD DEL PROBLEMA

Diferentes enfoques terapéuticos tienen distinta terminología para expresar


este concepto, pero todos ellos tratan la necesidad de guiar al cliente a la
aceptación de cierta responsabilidad por lo que está experimentando. Ayudar a la
gente a descubrir que tienen poder como máximo para controlar los
acontecimientos de sus vidas o, al menos, sus reacciones ante los acontecimientos
de sus vidas, es un componente necesario del trabajo terapéutico (Ellis, 1987;
Walter y Peller, 1992).

DETERMINAR LA MEJOR MODALIDAD PARA LA EXPERIENCIA HIPNÓTICA

Uno de los conceptos más útiles del modelo de programación


neurolin-güística creado por Richard Bandler y John Grinder tiene que ver con el
estilo que prefiere la gente para recoger información, almacenarla, recuperarla y
comunicarla.
Es importante darse cuenta de que todas las personas procesan la experiencia
con todos los sentidos (íntegros) todo el tiempo. Lo importante aquí es saber qué
modalidad es dominante en un contexto dado. Si un clínico logra identificar el
sistema de experiencias sensoriales predilecto de una persona, puede adaptar su
comunicación a dicho sistema y aumentar la probabilidad de influir de manera
significativa a través del logro de un rapport mayor.
El lenguaje que usa una persona, particularmente los predicados (verbos,
adverbios y adjetivos), refleja su modalidad de procesamiento predilecta y los
procesos hipnóticos se pueden trabajar teniendo esto en cuenta (Yapko, 1981).
El lenguaje sensorial que utiliza el terapeuta orientará al cliente hacia uno o
más de sus sentidos. Las principales modalidades del proceso hipnótico son
visual, auditiva y cinestésica. Las experiencias olfativas y gustativas se pueden
integrar en la categoría cinestésica.
Si, por ejemplo, el terapeuta quiere orientar a alguien hacia la porción visual
de una experiencia, entremezclará terminología basada en lo visual, como el
ejemplo siguiente:

Imagínate a ti mismo/a en la playa... intenta tener una imagen clara de la lí-


nea de la costa... mira el horizonte más allá del océano... mira la silueta de los
112 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

veleros en la distancia... disfruta de las relajantes imágenes del sol brillando en


la superficie del agua...

Para orientar al cliente hacia el componente auditivo de la experiencia, se


puede entremezclar terminología basada en el oído, como sigue:

Ahora no sé qué es lo que te dices a ti mismo... cuando te dices cosas a tra-


vés del pensamiento... pero ese diálogo interno desempeña un papel importante
en la calidad global de tu experiencia... y sería agradable oír que te dices a ti
mismo algunas cosas positivas... cumplidos...

La porción cinestésica de experiencias abarca sentimientos, así como


experiencias táctiles. Absorber a un cliente en experiencias cinestésicas significa
usar el lenguaje de los sentimientos, tal como sigue:

Cuando recordabas hace un momento aquel feliz recuerdo... toda tu con-


ducta cambió... era obviamente un sentimiento maravilloso... sentirse querido..
sentirse profundamente apreciado... tan fuerte y tan obvio que casi lo puedes to
car... y que es una poderosa experiencia emocional... que puedes guardar para el
resto de tu vida...

Como principio general, los clientes encontrarán más valioso el proceso


cuanto más capaz sea el terapeuta de conseguir que se centren en aspectos de su
experiencia de los que normalmente no se dan cuenta. La terapia muchas veces
significa desarrollar aspectos poco desarrollados de uno mismo y «sintonizar» con
cosas con las que antes no se sintonizaba.

DAR AL CLIENTE SÓLO LA INFORMACIÓN NECESARIA PARA


LOGRAR LOS OBJETIVOS

Aunque he dado una gran prioridad a dar información relevante a los clientes,
es necesario no dar demasiada información sobre las intervenciones. Dar al cliente
la oportunidad de crear defensas analizando y criticanc: demasiado lo que está
haciendo el clínico puede ser contraproducente para los propósitos de la terapia.
La idea de revelar y ocultar información selectivamente puede ser un dilema
ético. ¿Cómo puede dar el cliente un consentimiento elaborado si no sabe lo
PATRONES DE COMUNICACIÓN HIPNÓTICA 113

que el clínico está haciendo? Aunque, si sabe exactamente lo que está haciendo,
¿cómo pueden funcionar algunas intervenciones, sobre todo las estratégicas? Esta
es una cuestión que se ha de tratar de forma delicada y considerando cada caso de
forma particular (Booth, 1988; Frauman, Lynn y Brentar, 1993).

DAR A LOS CLIENTES EL TIEMPO QUE NECESITEN PARA RESPONDER

Todos hacemos las cosas de acuerdo con nuestro propio reloj interno, a
nuestro ritmo. En la hipnosis esta tendencia se amplifica hasta el punto de ser un
componente básico de la interacción. Si el terapeuta presiona a alguien para que
responda a su ritmo (el del terapeuta) la hipnosis no funcionará. Por el contrario,
hay que permitir al cliente que forme la respuesta deseada a la velocidad que él
elija (Erickson y Rossi, 1979).

PEDIR PERMISO ANTES DE TOCAR A LOS CLIENTES

He visto fracasar en un instante muchas sesiones que iban bien porque el


terapeuta supuso que había una relación terapéutica suficientemente estrecha para
tocar a la persona (si es que lo pensó, puesto que muchos terapeutas «propensos a
tocar» no lo piensan). Es muy importante tener el permiso del cliente para tocarlo
antes de hacerlo, por muchas razones.
La primera de todas, tocar es algo que está relacionado con la intimidad: un
cruce en el espacio personal. Algunos lo agradecen mientras que otros odian ser
tocados por extraños y lo experimentan como una violación del espacio personal.
Con dichas personas, el tacto puede dificultar la relación terapéutica en vez de
favorecerla.
Segundo, en estado hipnótico la persona normalmente está centrada en
experiencias internas. Responder al contacto del clínico significa reorientar su
enfoque en el mundo externo, lo cual suele ser contraproducente para el desarrollo
y mantenimiento del estado hipnótico profundo. Sí un terapeuta usa el tacto
indiscriminadamente, esto puede funcionar en contra suya.
Preguntar antes de empezar la hipnosis o bien en algún momento durante la
sesión es una cuestión de preferencia personal (a mí me gustan ambos).
Asegurándose de tener el permiso del cliente antes de tocarlo, se le demuestra
respeto por su integridad.
114 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

ESTABLECER SEÑALES PARA PREVER

Las señales para prever son afirmaciones de intenciones del terapeuta que
permiten a los clientes conocer de manera efectiva qué acción va a emprender éste
sin que les asuste. También tienen la función de hacer que los clientes se sientan
cómodos y no crean que tienen que prestar atención consciente a todo lo que el
terapeuta está diciendo o haciendo. Dicho análisis consciente es contraproducente.
Las señales para prever toman la forma de afirmaciones simples sobre lo que
va a ocurrir inmediatamente después. Cuando el terapeuta dice: «Dentro de un
momento voy a...» y continúa de una manera coherente con lo que ha dicho que
haría, se puede alcanzar un nuevo nivel de confianza que ayudará en trabajos
futuros. Desde la perspectiva del cliente, es muy difícil estar relajado y en guardia
al mismo tiempo. Las señales para prever son una manera simple y rápida de
establecer confianza en la relación hipnótica.

USAR UNA VOZ Y UNA CONDUCTA COHERENTES CON LOS OBJETIVOS

Es inmensamente útil que el terapeuta tenga control de su voz y de su cuerpo


al comunicarse, y se use a sí mismo como mecanismo para que las sugestiones
lleguen al cliente. Tener la voz tensa mientras se le sugiere a un cliente que se
relaje es una incongruencia evitable. Usar un tono de voz de conversación normal
con alguien a quien se quiere guiar a un estado de experiencia diferente es otra
incongruencia evitable. Usar una voz suave y confortadora también disuade de
realizar un análisis consciente (Bandler y Grinder, 1979; Gilligan, 1987).

ENCADENAR LAS SUGESTIONES DE MANERA ESTRUCTURADA

Con la frase «sugestiones encadenadas» me refiero al encadenamiento de la


respuesta deseada a la experiencia actual del cliente. El principio de «marcar el
ritmo y liderar» de Bandler y Grinder (1979) y el de «aceptar y utilizar» de
Erickson y Rossi (1979) son sinónimos de «encadenamiento». La idea es construir
un vínculo (es decir, «cadena») entre lo que está haciendo el cliente y lo que el
terapeuta querría que hiciera. El mensaje implícito es: «A medida que
experimentas (esto), puedes empezar a experimen-
PATRONES DE COMUNICACIÓN HIPNÓTICA 115

tar (aquello)». Por ejemplo «sentarte aquí y leer estas palabras te permitirá pensar
en tu pie izquierdo».
Estos vínculos son la base para que el proceso hipnótico sea fluido y no
cambiante y desconectado. La formulación hipnótica es una estricta pesadilla
gramatical, pero para la persona hipnotizada el clínico es suave y fácil de escuchar
(Hammond, 1990; O'Hanlon, 1985).

SER ESPECÍFICAMENTE GENERAL

Si el lector consulta la sección sobre las estructuras del proceso de sugestión,


podrá revisar la idea general de que cuantos más detalles se den a alguien para su
experiencia hipnótica, más oportunidades hay para contradecirla. Por ejemplo, es
más fácil que produzca resistencia una sugestión que propone una respuesta
específica como «sientes calor en tu mano derecha» que un proceso de sugestión
más general como: «Nota el cambio de temperatura concreta que se produce en
una de tus manos». En la segunda sugestión no se especifica qué mano es la que
cambia ni si se calienta o se enfría. Sea cual sea la respuesta de la persona se
puede definir como cooperativa, y se reconoce como proyección de las
asociaciones inconscientes de dicha persona (Grinder y Bandler, 1981;
Watzlawick, 1978).

CONCLUSIÓN

Aunque este capítulo abarca algunos de los componentes básicos de la


comunicación hipnótica, obviamente no puede cubrir todas las sutilezas inherentes
en dichos patrones. Se debe recordar que en cada principio general comentado hay
excepciones.

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CAPITULO 14

TEST DE SUGESTIONABILIDAD

Para la mayoría de los clínicos que tienen una orientación tradicional, el uso
de la hipnosis se suele basar en la idea de que sólo algunas personas son
hipnotizables y las personas hipnotizables lo son en diferentes grados. Desde su
perspectiva, los test son una buena manera de evaluar si alguien es hipnotizable y,
si lo es, en qué grado. Yo, en mi práctica no uso test formales de su-
gestionabilidad, sino que asumo la inevitable presencia de sugestionabilidad en
mis clientes. Sin embargo, para el hipnotista que no comparte este punto de vista o
para el que no tiene suficiente experiencia como para evaluar la comunicación
espontánea de dinámicas de sugestionabilidad, estos test pueden ser una
herramienta suficiente.
Los test de sugestionabilidad en la práctica clínica generalmente consisten en
encuentros minihipnóticos en los que se ofrecen al cliente una serie de sugestiones
breves y ritualizadas para que se relaje, seguidas de una sugestión para conseguir
una respuesta específica. Si el cliente responde de la manera sugerida, ha
«pasado» el test. A esto le pueden seguir más test, cada uno de los cuales requiere
(según el pensamiento tradicional) un mayor grado de profundidad hipnótica para
proporcionar la respuesta sugerida. Sí el cliente no responde de la forma sugerida,
ha «suspendido» el test. La calidad de la respuesta del cliente (es decir, opuesta,
mínima, etc.) se debería anotar para tener información sobre el estilo de la
persona; así, se puede obtener información potencialmente importante incluso a
partir de un pobre desempeño en un test de sugestionabilidad (Weítzenhoffer,
1989).

FUNCIONES DE LOS TEST DE SUGESTIONABILIDAD

El principal propósito de estos test es determinar el grado de


hipnotiza-bilidad del cliente, si es que tiene alguno. Sin embargo, también pueden
servir para muchos otros propósitos. Primero, estos test son una medida de la
118 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

capacidad de respuesta hipnótica, lo cual puede dar una información valiosa


respecto a cuál será el mejor enfoque para un cliente concreto.
Específicamente, ¿el enfoque tendría que ser directo o indirecto?, ¿las
sugestiones deberían tener una forma positiva o negativa?, ¿la conducta del
terapeuta tendría que ser dominante y autoritaria o indolente y permisiva? Se ha
puesto mucho énfasis en las dinámicas de relación entre el clínico y el cliente y
los test de sugestionabilidad pueden ser una herramienta para ayudar al primero a
evaluar el estilo que utilizará para tratar a cada cliente en particular.
El segundo propósito de estos test es servir de experiencia condiciona-dora
para ser hipnotizado. Las experiencias hipnóticas posteriores implicarán muchas
de las mismas dinámicas en mayor grado, así que el test puede ser un «ensayo»
útil para el cliente (Spiegel y Spiegel, 1987).
El tercer propósito es la capacidad de llevar a cabo lo que yo llamo
«pretrabajo del trabajo». Si se introduce el test como un trabajo preliminar al
trabajo terapéutico «real», puede ser una oportunidad de coger al cliente
desprevenido y ofrecerle algunas sugestiones hipnóticas que estén menos sujetas
al análisis del cliente (Bates, 1993).

ADMINISTRACIÓN DE TEST DE SUGESTIONABILIDAD

Presentar y administrar test de sugestionabilidad requiere tantas habilidades


de comunicación como cualquier otra dimensión del trabajo con hipnosis. Hay
cuestiones de tiempo (es decir, en qué momento de la relación se introduce), la
explicación de su rol, el estilo en el que se ofrece, la respuesta del clínico ante la
respuesta del cliente, la terminación y la transición a la siguiente fase de la
interacción.
Aquí presentamos algunos de los test de sugestionabilidad más usados

El péndulo de Chevreul
Se da un péndulo al sujeto con la instrucción de que mantenga la cadena
entre los dedos pulgar e índice. Entonces el clínco empieza a sugerir y amplificar
el movimiento involuntario del péndulo. Cuanto mayor sea el grado de
movimiento del péndulo, mayor será la sugestionabilidad.
TEST DE SUGESTIONABILIDAD 119

Levitación del brazo


La levitación del brazo y la técnica de la catalepsia implican ofrecer al
cliente sugestiones de que empieza a sentir su brazo tan ligero y sin peso que éste
se separa de su regazo sin esfuerzo (Kirsch, Lynn y Rhue, 1993).

Las manos asidas


Se pide al cliente que se siente confortablemente con las manos unidas y los
dedos entrelazados. Se ofrecen sugestiones sobre que sus manos están pegadas.
También se sugiere que cuanto más fuerte intente el sujeto separarlas más
fuertemente pegadas estarán. Entonces se cuestiona al cliente para que intente
separar las manos. El fracaso para hacerlo indica sugestionabili-dad (Cohén,
1984).

Cierre de ojos y catalepsia


En esta técnica se utiliza el método «intentar versus hacer» («cuanto más lo
intentes más difícil será... inténtalo ahora... Ahora puedes... Adelante, hazlo...») se
aplica al cierre de ojos. Las sugestiones dadas son que los ojos de la persona son
tan pesados que se cierran, y los músculos de los ojos están tan relajados y sin
fuerzas que no los puede abrir. Cuanto más intente abrirlos, más fuertemente
cerrados estarán (Weitzenhoffer, 1989).

La técnica del objeto caliente


En esta técnica, se le da al sujeto un objeto para que lo tenga en la mano y se
le dice que va a empezar a calentarse. El tiempo necesario para «calen-tarse» y el
grado de sensación de calor asociada son las medidas de sugestio-nabilidad en
este test (Hilgard, 1965).

Ordenes entremezcladas
Este tipo de sugestiones se utilizan para respuestas específicas y están
entremezcladas en el contexto de una comunicación más amplia y, por lo tanto,
pueden escapar a la detección consciente. Por ejemplo, si uso mi voz para
acentuar suavemente (mediante un cambio de voz o de volumen) las palabras en
cursiva de la siguiente pregunta, estoy entremezclando una sugestión para una
respuesta específica.
120 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

«¿No es agradable... cerrar los ojos... al final del día?». Así puedo conseguir
que el sujeto cierre los ojos, lo que sería un indicador obvio de sugestionabilidad.
Las sugestiones de órdenes entremezcladas son más espontáneas, menos
impositivas y arbitrarias y pueden ser un útil indicador de sugestionabilidad
debido a su sutilidad (Grinder y Bandler, 1981; Hammond, 1990).

Cambios no verbales
Parte del logro de rapporí se debe a «ir al ritmo» o «reflejar» las conductas
del cliente sin que éste sea consciente. Sincronizando con el patrón de respiración
del cliente, por ejemplo, se refleja una parte de él que no está en su conciencia. Si
el terapeuta cambia luego su respiración y el cliente le sigue, este último está
respondiendo inconscientemente: se trata de un indicador de rapport y
sugestionabilidad (Zeig, 1985).

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CAPÍTULO 15 INDUCCIÓN DEL

ESTADO HIPNÓTICO FORMAL

Este capítulo trata de la segunda fase de la interacción hipnótica: la inducción


hipnótica y la intensificación («profundidad») del estado hipnótico. La inducción
tiene varios propósitos:

1. Proporciona un estímulo concreto para que el cliente centre la atención,


sirviendo de puente entre el «estado despierto normal» y el hipnótico (Spiegel y
Spiegel, 1987).
2. Ocupa la mente consciente y al hacerlo la disocia a medida que amplifica
las capacidades asociativas de la mente inconsciente. Ésta es la principal función
de la inducción: facilitar la disociación de lo consciente y lo inconsciente. El
grado de disociación obtenido es la medida general de la profundidad de la
experiencia (Watzlawick, 1978; Zeig, 1980).
3. Permite la construcción de un «grupo de respuestas», un patrón carac-
terístico para responder a la guía del clínico (Erickson y Rossi, 1979); Ham-mond,
1990).

La inducción hipnótica, como estímulo de la experiencia hipnótica, ob-


viamente desempeña un papel fundamental en la cualidad total de la interacción.
Existen tantas inducciones como practicantes de la hipnosis y puesto que no es
práctico ni deseable hacer una lista de todas he incluido sólo algunas de las más
útiles y comunes. Las he dividido en dos categorías generales: las inducciones
tradicionales y el enfoque de la utilización. Este capítulo presentará algunas de las
inducciones tradicionales; los enfoques de la utilización se comentan en el
siguiente capítulo.

INDUCCIONES HIPNÓTICAS TRADICIONALES

Al usar el término «tradicional» para describir las inducciones presentadas en


este capítulo quiero expresar dos significados. La primera aplica-
124 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

ción es la de la traducción literal del término «tradicional». Estas técnicas se han


usado de manera efectiva durante mucho tiempo, transmitidas de generación en
generación por los hipnotistas. La segunda se debe a la asociación con el modelo
tradicional de hipnosis descrito antes, en el que el proceso de inducción es muy
directivo y ritualista. El modelo tradicional presupone la necesidad de un ritual
formal para que se produzca la hipnosis, lo que supone una perspectiva
innecesariamente limitadora.
Cada una de estas inducciones tradicionales tiene frases y conceptos clave
que son esenciales para la técnica y deben estar necesariamente presentes para
emplearla. Estas técnicas son inestimables en la práctica de la hipnosis clínica, y
se deberían dominar como habilidades básicas de hipnosis. Al presentarlas aquí,
se supone que se han tenido suficientes oportunidades para desarrollar suficiente
sensibilidad a las variables de comunicación para apreciar que, por muy
estructuradas que estén, se tendrán que variar de un cliente a otro (Weitzenhoffer,
1989).

Inicio de la inducción a la hipnosis


Al inicio de la inducción generalmente habrá ciertas respuestas mínimas que
el terapeuta querrá obtener de su cliente. Sugerir, directa o indirectamente, que el
cliente se ponga en una posición física cómoda es un buen punto de inicio. La
inmovilidad general (catalepsia) y el esfuerzo extra que supone reajustarse a la
posición mientras se está hipnotizado hace que merezca la pena asegurarse de que
la persona está en una posición en la que puede permanecer sin esfuerzo durante
tiempo. Una segunda consideración es sugerir un ritmo de respiración cómodo; el
terapeuta se dará cuenta con la experiencia de que la anticipación y la fascinación
muchas veces llevan al cliente a respirar de manera irregular e incluso a contener
la respiración inconscientemente. Una tercera consideración es sugerirle que
cierre los ojos al principio para empezar a centrarse en su interior (Coe, 1993).
Cuando el cliente ya está cómodo y responde cada vez más al clínico, la
inducción ya está en marcha. Llegados aquí, hay técnicas específicas para facilitar
la hipnosis.

Técnicas de relajación muscular progresiva


La relajación muscular progresiva implica ofrecer sugestiones de relajación
de los diferentes grupos musculares del cuerpo de manera secuencial.
INDUCCIÓN DEL ESTADO HIPNÓTICO FORMAL 125

El cuerpo se divide en tantos o tan pocos grupos musculares específicos


como uno desee, dependiendo de lo corto o largo que piense el terapeuta que ha de
ser el proceso (Kirsch, Lynn y Rhue, 1993).
Con el tiempo se establece una asociación con la relajación a la mera
mención del terapeuta de la relajación corporal; así, con poco tiempo de práctica,
el cliente puede obtener la respuesta de relajación muy rápidamente.
Una segunda variación de la técnica de relajación muscular progresiva
implica el mismo principio. Usando la cuenta atrás (asociando un número a cada
grupo muscular, por ejemplo «10... relaje sus pies... 9... relaje las pantorillas y
espinillas...») como parte del proceso, en sesiones posteriores se puede contar
simplemente hacia atrás en la secuencia condicionada y cada número provocará la
respuesta de relajación asociada para dicho grupo muscular particular.
Una tercera variación de esta técnica se llama «relajación muscular pro-
funda». En esta técnica, la progresión a lo largo del cuerpo es la misma, pero se
instruye al cliente para que tense deliberadamente los músculos del grupo
específico que se está trabajando. Se hace que el cliente mantenga la tensión
durante unos 10 segundos y que los relaje luego. La relajación de los músculos es
inmediata y considerable.

Experiencia de una escena relajada


Esta técnica consiste en ofrecer sugestiones a los clientes para que se
imaginen en algún lugar especial en el que se sientan muy relajados, seguros y
felices. Como se describen los detalles del lugar, los clientes pueden experimentar
más y más la sensación de estar allí.
Cualquier lugar en el que los clientes se sientan cómodos es suficiente para
que esta técnica sea eficaz. En el caso de que los clientes no tengan en su
experiencia un lugar en el que se sientan bien para ir, lo pueden imaginar; casi
todo el mundo tiene algún lugar en la fantasía al que les gustaría viajar (Smith y
Wester, 1984).

Fijación ocular
Si no es la técnica más vieja para inducir la hipnosis, ciertamente la «fijación
ocular» sí es una de las más viejas. Esta técnica implica hacer que el cliente fije la
mirada en algún estímulo específico. El estímulo puede ser prácticamente
cualquier cosa; un punto en el techo o la pared, el pulgar del
126 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

clínico, un reloj suspendido o una bola de cristal, un fuego en la chimenea, una


vela, un acuario, un reloj de arena, etc., cualquier cosa que pueda absorber la
atención del cliente el tiempo suficiente para que responda a las sugestiones de
relajación simultáneas que satisfagan esta técnica.
A medida que el cliente mira fijamente al estímulo, se le ofrecen sugestiones
para que se dé cuenta de cualquier detalle observable y, al fijar la mirada, se va
relajando cada vez más.
Hacer observaciones acerca del parpadeo del cliente, acompasar las palabras
al ritmo de su parpadeo e incluso modelar el cierre de los ojos pueden sugerir
otras respuestas deseadas (Coe, 1993).

Métodos de contar
Los métodos de inducción de contar generalmente consisten en contar hacia
atrás (a medida que se entra en niveles de hipnosis más profundos) al mismo
tiempo que se ofrecen sugestiones de relajación y comodidad entre los números
(Miller, 1979).

El método del «como si»


Generalmente es un buen método para los clientes más «difíciles» y es un
patrón que no implica dar sugestiones directas a los clientes para que respondan
de una manera concreta, sino sugestiones para actuar «como si» estuvieran
respondiendo de la manera deseada. En términos de resultados, el límite de dónde
acaba el actuar y dónde empieza la realidad es ambiguo puesto que ambas
respuestas son idénticas.
Se debe sugerir que el cliente actúe «como si» estuviera cómodo, relajado,
pensando en un momento agradable o cualquier cosa que prepare el terreno para
que el cliente experimente realmente las sugestiones sin que se haga ninguna
petición personal real (Grinder y Bandler, 1981).

TÉCNICAS DE INTENSIFICACIÓN (PROFUNDIZACIÓN)

Las técnicas que se presentan en esta sección se han usado tradicional-mente


para intensificar el estado hipnótico del cliente después de administrar la
inducción formal.
INDUCCIÓN DEL ESTADO HIPNÓTICO FORMAL 127

Las escaleras (o el ascensor) que bajan


En esta técnica se le dice al cliente que se imagine (vea, oiga, sienta) a sí
mismo en el tramo más alto de unas «escaleras especiales» o en un «ascensor
especial». A medida que baja las escaleras experimenta que se va relajando con
cada paso, y puede sentirse más profundamente hipnotizado. O, a medida que pasa
por cada piso al descender en el ascensor, nota que se siente más profundamente
hipnotizado (Smith y Wester, 1984).

Compuestos de palabras
En el capítulo sobre patrones básicos de comunicación en hipnosis, co-
mentamos el «encadenamiento», también llamado «compuesto verbal», que
consiste en enlazar una sugestión con otra de acuerdo con la fórmula «A medida
que usted X, puede Y» (por ejemplo, «a medida que lee esto, empieza a entender
los compuestos de palabras»). El compuesto verbal sirve para profundizar
construyendo continuamente respuestas nuevas en el marco de respuestas pasadas
y, así, intensificando la experiencia hipnótica.
El «compuesto manual» consiste en enlazar sugestiones verbales con la
experiencia física. Como técnica para profundizar en el estado hipnótico, puede
tomar la forma de sugestiones de entrar en un estado hipnótico más profundo a
medida que se experimentan sensaciones físicas que refuerzan las sugestiones (por
ejemplo, «mientras que su brazo cae lentamente hacia un lado, usted entra más
profundamente en la hipnosis»).

Cerrar el ojo de la mente


Esta técnica implica ofrecer sugestiones respecto a la presencia del «ojo de la
mente» como esa parte de la mente que permanece activa pensando e imaginando
a medida que avanza la hipnosis. Con sugestiones para el «párpado de la mente»,
similar a las sugestiones de la «fijación del ojo» de que «los párpados se vuelven
pesados», el cliente puede eliminar lentamente el acceso a los pensamientos e
imágenes dispersos y experimentar un estado de hipnosis más profundo.
Esta técnica tal vez sea una manera efectiva de «apagar» buena parte del
diálogo interno que fluye continuamente en cada uno de nosotros, haciendo que la
hipnosis sea más fácil de experimentar.
128 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Silencio
El silencio es una técnica útil para profundizar en la hipnosis si se utiliza
bien. Después de la inducción, se ofrecen sugestiones con el efecto de que el
cliente ahora puede «tener un tiempo de silencio para disfrutar de la relajación de
la hipnosis, a la vez que profundiza en la experiencia».

Inducciones poshipnóticas y reinducción


Esta técnica, también llamada «refracción» consiste en dar al cliente
previamente hipnotizado una sugestión poshipnótica para que, al volver a inducir
la hipnosis, ésta sea más profunda y más rápida. El clínico guía a la persona hacia
dentro y hacia fuera de la hipnosis varias veces en la misma sesión (Gilligan,
1987; Werner, 1984). Esta es una técnica excelente para aquellos que, por
cualquier razón, tienen dificultades de atención (esto es, un trastorno de déficit de
atención, dolor físico, depresión o cualquier otra cosa que dificulte la capacidad
para centrarse).

RESUMEN

En este capítulo se han presentado algunos de los métodos más comunes y


útiles para inducir y profundizar en el estado hipnótico de acuerdo con los
enfoques tradicionales y estructurados. Cualquier cosa que haga que la persona
centre la atención y facilite sentimientos de confort y bienestar se puede usar
como inducción. Los métodos que hemos presentado aquí pretenden ofrecer una
base sobre la que poder construir.

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CAPÍTULO 16

INDUCCIONES HIPNÓTICAS NATURALISTAS

Las inducciones hipnóticas estructuradas presentadas en el capítulo anterior


se basan en el supuesto general de que la hipnosis es un estado especial, o incluso
artificial.
En el enfoque de la utilización se considera que la hipnosis no es ni un
fenómeno extraordinario ni uno creado artificialmente. Más bien se ve la hipnosis
como una experiencia natural que ocurre rutinariamente en casi todo el mundo. Al
adoptar esta perspectiva, el clínico hábil debe reconocer las respuestas hipnóticas
tal como ocurren de forma natural en el curso de la interacción clínica y utilizarlas
como base sobre la que construir de manera significativa. En otras palabras, el
clínico puede crear respuestas hipnóticas a partir de patrones hipnóticos de
comunicación que capten la atención del cliente y la centren en experiencias
terapéuticamente significativas. Las instrucciones del cliente en este enfoque
normalmente están más orientadas en el proceso que en el contenido. Muchas
veces no hay un inicio, mitad y final claros como en las inducciones utilizadas en
las transiciones, más claras, de los enfoques más estructurados y orientados al
contenido del capítulo anterior (Erickson, 1958; Haley, 1973).
Conseguir y mantener la atención del cliente es un punto de inicio para la
interacción hipnótica. Hablar de manera significativa de qué es lo que llevó a la
persona a buscar tratamiento, contar historias absorbentes que sean paralelas a la
experiencia del cliente, y comportarse de maneras inesperadas son tres técnicas
muy comunes para atraer la atención. Se empieza a construir a medida que la
atención del cliente se va dirigiendo al clínico, y se hace utilizando dicha atención
y a partir de las experiencias del cliente, reconociéndolas y sugiriéndole (directa o
indirectamente) que puede expandirse más. Cuando el clínico se da cuenta de las
respuestas hipnóticas (absorción, cambios en la respiración, postura fija,
disipación de la tensión muscular, etc.) puede empezar a implicar a la persona en
el proceso de inducción hipnótica y entrar en estados más profundos mediante las
técnicas naturalistas
132 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

descritas en este capítulo (Lynn, Neufeld y Matyi, 1987; O'Hanlon, 1987; Otani,
1989a; Zeig y Rennick, 1991).

INDUCCIONES NATURALISTAS

Utilización de experiencias hipnóticas pasadas


La técnica de inducción de «usar experiencias hipnóticas pasadas» implica
las siguientes categorías generales de experiencias previas sobre las que se
construye: a) experiencias informales con la hipnosis que la gente puede tener
durante el curso normal de la vida diaria sin darse cuenta de que son hipnóticas; b)
experiencias formales con la hipnosis, específicamente las ocasiones anteriores en
las que el cliente experimentó la hipnosis de manera exitosa. Cualquiera de las dos
se ofrece tanto desde la estructura orientada al proceso como desde la estructura
llena de contenido, que se describirá más adelante en esta sección.
En el enfoque de construir a partir de experiencias informales con la hipnosis,
la fase de absorción atencional normalmente implica ciertos comentarios de
preinducción sobre la naturaleza de este fenómeno a medida que se explora la
asociación del cliente con él. En algún punto, el clínico puede empezar a modelar
la atención, la inmovilidad y el enlentecimiento de la respiración, y describir
hipnóticamente una o más situaciones naturales en las que se produce la hipnosis.
Dichas situaciones pueden incluir conducir durante períodos de tiempo largos,
quedar absorto leyendo un libro o viendo una película, un masaje o un jaccuzi,
soñar despierto, rezar y cualquier otra situación en la que la persona ha tenido la
experiencia de quedar absorto o centrarse fijamente. El cambio no verbal de un
tono de voz y ritmo conversacionales y rutinarios a uno más lento, más bajo y
articulado de manera más significativa es fundamental para guiar a la persona
hacia el recuerdo sugerido del estado hipnótico natural que había experimentado
previamente. Mediante la absorción en dicho recuerdo, las respuestas hipnóticas
(es decir, las ideodinámicas) empiezan a surgir en el aquí y ahora y el cliente se
puede dar' cuenta, las puede aceptar y utilizar de acuerdo con la fórmula del enca-
denamiento «a medida que usted experimenta esto, puede notar aquello». El
cliente no necesita tener los ojos cerrados para experimentar la hipnosis, pero el
clínico, si lo desea, puede sugerirlo mediante una sugestión directa para que lo
haga.
INDUCCIONES HIPNÓTICAS NATURALISTAS 133

En el enfoque de la construcción a partir de la experiencia formal con


hipnosis, la fase de preinducción normal puede centrar la atención del cliente en
un rango de posibilidades que la hipnosis permite y en cómo la experiencia previa
con la hipnosis logra que las experiencias futuras sean más satisfactorias y
exitosas. Merece la pena reiterar un punto mencionado en un capítulo anterior
sobre la exploración de la naturaleza y la calidad de las experiencias hipnóticas
previas del cliente. Si éste ha tenido experiencias positivas y significativas con la
hipnosis, el clínico tendrá una base sólida sobre la que construir. Si ha tenido
experiencias negativas (es decir, una que fue como mínimo poco exitosa y como
máximo dolo rosa), el clínico tendrá que ser prudente y hacer las menores
referencias posibles a dicha experiencia durante el curso de la hipnosis. Plantear
preguntas sobre las técnicas usadas e identificar las variables situacionales e
interpersonales que operan al mismo tiempo evitará al terapeuta duplicar
inconscientemente experiencias previas negativas.
Si el cliente ya ha tenido antes una experiencia positiva con la hipnosis, un
enfoque lleno de contenido usando la experiencia hipnótica formal puede consistir
en implicarlo en un relato detallado y cada vez más enlentecido de dicha
experiencia. Este enfoque normalmente implica un alto grado de interacción a
medida que la inducción progresa, en la que el clínico simultáneamente hace
preguntas al cliente, le sugiere posibles respuestas y construye a partir de éstas a
medida que se producen. El mecanismo de inducción es estructuralmente el
mismo que al usar experiencias hipnóticas informales previas: a medida que la
persona va quedando absorta por el recuerdo, las respuestas asociadas al mismo se
vuelven más pronunciadas en el aquí y ahora. El clínico reconoce, acepta, y utiliza
dichas respuestas, estableciendo la meta de la interacción.
Usar las experiencias previas del cliente con la hipnosis, ya sea formal o
informal, es uno de los procesos de inducción más eficaces y de más
profun-dización. Es un enfoque espontáneo y estructurado de manera laxa que ge-
nera poca resistencia porque «no estamos hablando de ahora, estamos hablando
de entonces». La distancia psicológica extra marca una diferencia. En suma, las
técnicas que implican el uso de experiencias hipnóticas pasadas son de confianza
y flexibles y, bien practicadas, pueden contener una porción significativa del
repertorio de inducción del terapeuta (Grinder y Bandler, 1981; Zeig, 1988).
134 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Lograr que el cliente se centre en aspectos internos


El proceso de inducción para que el cliente se centre en aspectos internos
consiste en ofrecer afirmaciones a cierto ritmo sobre los estímulos externos de los
que el cliente puede ser consciente en el momento, y al mismo tiempo ofrecer
afirmaciones que definan las respuestas internas que el cliente llega a expe-
rimentar. Esto se obtiene en cualquier proporción al ofrecer afirmaciones que se
consideren útiles. En otras palabras, el número de sugestiones externamente
orientadas que se ofrece por cada sugestión orientada a la experiencia interna
depende únicamente de la capacidad de respuesta del cliente.
Una vez realizada la evaluación respecto a si el cliente está centrado interna o
externamente en el momento en el que el clínico desee empezar su inducción, se
puede decidir qué proporción entre pasos externos e indicaciones internas sería
eficaz, modificándola tanto como sea necesario en función de las respuestas del
cliente. Algunos clientes al principio están tan internamente centrados que el
clínico sólo tiene que hacer inducciones como «usted puede quedar hipnotizado
ahora». Otros estarán tan centrados en lo externo que quizá requieran cinco o
incluso diez pasos antes de ofrecer ninguna indicación interna. A medida que
avanza la inducción, se hacen cada vez menos afirmaciones orientadas hacia lo
externo mientras que se ofrecen cada vez más sugestiones orientadas hacia lo
interno.
Los aspectos internos y externos, juntamente con diferentes combinaciones
de distintas modalidades, estilo y estructura, ofrecen una amplia gama de
posibilidades (Grinder y Bandler, 1981).

Inducciones metafóricas con sugestiones entremezcladas


En vez de usar la experiencia personal del cliente como base para la in-
ducción se pueden emplear metáforas que describan la experiencia de alguna otra
persona, animal o cosa en cualquier otro momento y lugar. De esta manera, el
grado de separación es incluso mayor y, por lo tanto, hay mayor posibilidad de
reducir la amenaza personal.
La explicación de las dinámicas específicas para la construcción de me-
táforas significativas podría llenar libros; aquí las presentamos sólo de forma
superficial. Cuando se formula una metáfora para la inducción de la hipnosis es
útil saber algo sobre los intereses, valores y aficiones de la persona. Es más
probable que capten y mantengan el interés del cliente aquellas metáforas
construidas en torno a cosas que ya forman parte de su estilo de vida. Por
INDUCCIONES HIPNÓTICAS NATURALISTAS 135

supuesto, también lo harán las cosas que tengan una naturaleza intrínsecamente
fascinante. Cuanto mayor sea la base de conocimiento y experiencia que tiene el
clínico, más sofisticadas serán sus metáforas. La metáfora como método de
inducción puede presentar las experiencias de otros clientes, construir un rapport
con el cliente, identificarse con el personaje de la historia, y confundirlo respecto a
la razón por la que se está contando la historia. Esto estimula la búsqueda de
significado y relevancia, consiguiendo que el cliente se centre en aspectos internos
y sea receptivo a las siguientes intervenciones (Barker, 1985; Brown, 1993; Eisen,
1993; Hammond, 1990; Lankton y Lankton, 1989; Mills y Crowley, 1988).

Inducción a través de sugestiones negativas


En aquellos clientes en los que el control es un aspecto personal fundamental,
es frecuente encontrar una tendencia a responder negativamente o de manera
contraria. Si el clínico dice «es de día», el cliente responderá con un estilo polar
de desacuerdo diciendo «es de noche».
En la interacción hipnótica, el estilo de respuesta negativa se puede aceptar y
utilizar al servicio de la inducción y de su utilización. El principio subyacente al
uso de las sugestiones negativas es «vencer al otro con sus propias armas».
Cuando se ofrecen sugestiones negativas al cliente crítico y controlador él puede
rechazarlas de forma natural y responder de manera opuesta. Conociendo la
tendencia del cliente a responder de dicha manera, el clínico puede usar
sugestiones negativas que el cliente rechazará para conseguir las respuestas
opuestas realmente deseadas. Sin embargo, hay que ir con cuidado porque ofrecer
dichas sugestiones puede parecer un truco muy obvio a no ser que se ofrezcan de
una manera muy congruente y significativa.
El uso de sugestiones negativas en la fase de inducción de la interacción
hipnótica pretende usar la resistencia del cliente para ayudarle a entrar en la
hipnosis. Llegados a un cierto punto el cliente se da cuenta de que todas las
sugestiones respecto a que no se relaje, no se deje llevar, no se centre interna-
mente, etc., han tenido el efecto de facilitar el logro de la hipnosis. Esto puede ser,
y normalmente es, un momento decisivo en la relación. El cliente se dejó guiar por
el clínico y no sólo sobrevivió sino que encontró la experiencia agradable y
relajante. El alivio que produce no tener que luchar para mantener el control tiene
un profundo impacto en el cliente, que ha aprendido de la experiencia que todavía
puede tener el control sin tener que enfrentarse a los demás. Esto sirve como base
para futuras experiencias hipnóticas realiza-
136 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

das en un marco más positivo (Grinder y Bandler, 1981; Erickson y Rossi, 1979;
Johnson, 1988).

Inducción mediante técnicas de confusión


Las técnicas de confusión se encuentran entre los patrones hipnóticos más
complejos de aprender porque tienden a confundir. Estas técnicas rompen
deliberadamente la organización mental cotidiana para aumentar la probabilidad
de que funcione una sugestión.
Cuando las personas están confusas se DETIENEN. Y entonces se centran en
lo interno (un estado hipnótico autoinducido) a medida que organizan rápidamente
todo lo que saben para resolver la confusión. Mientras que la mente consciente de
la persona está tan preocupada por dar sentido a algo, la inconsciente está más
disponible para las sugestiones.
Las técnicas de confusión pueden tomar gran variedad de formas, pero
generalmente entran dentro de una de estas categorías: las técnicas de interrupción
y las de sobrecarga. Las de interrupción consisten en decir y/o hacer algo para
interrumpir el estilo de respuesta rutinaria de la persona en una área determinada.
La sobrecarga sensorial implica sobrecargar la mente consciente de la
persona con información proveniente de múltiples fuentes que no se pueden
sostener; así la inconsciente está implicada en un mayor grado.
Las técnicas de confusión con el propósito de realizar una inducción re-
quieren una presentación clara por parte del clínico, que debe saber lo que está
haciendo en cada momento. También requieren cierta disociación por parte del
clínico para no quedar atrapado por la confusión que él mismo está creando
(Erickson, 1964; Gilligan, 1987; Otani, 1989b).

CONCLUSIÓN

Los enfoques presentados en este capítulo se encuentran entre los medios


más espontáneos y eficaces para inducir a estados hipnóticos de una manera
naturalista. La incapacidad de poder ser descritos palabra por palabra es uno de
sus puntos fuertes. Los clínicos que desarrollan habilidades en el uso de estos
enfoques lo lograrán sólo a través de múltiples sesiones de práctica observando
cuidadosamente las respuestas del cliente al mismo tiempo que desarrollan
flexibilidad para transformar cada respuesta obtenida en otra que intensifique la
calidad de la intervención.
INDUCCIONES HIPNÓTICAS NATURALISTAS 137

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CAPÍTULO 17 FENÓMENOS

HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN

Los diferentes fenómenos hipnóticos clásicos que se describirán y definirán


en este capítulo son los ingredientes básicos para las aplicaciones terapéuticas de
la hipnosis. Además, son también los elementos básicos para construir cualquier
experiencia; las estructuras de la hipnosis se pueden reunir para ayudar o para
dañar, según sea su contenido.
A continuación presento los fenómenos hipnóticos clásicos en orden al-
fabético para que sean una referencia más sencilla.

ALUCINACIONES Y ALTERACIONES SENSORIALES

Descripción
Las alucinaciones creadas hipnóticamente son experiencias sugeridas que el
cliente puede tener y que se apartan de la realidad normal, más objetiva.
Una alucinación es, por definición, una experiencia sensorial que no surge a
partir de la estimulación externa. Las alucinaciones se dividen en «positivas» o
«negativas». Estos términos no hacen referencia al impacto emocional que tienen
en la persona que las experimenta, sino a la estructura de las mismas.
Una alucinación positiva se define como la experiencia (visual, auditiva,
cinestésica, olfativa, gustativa) de algo que no está objetivamente presente. Una
alucinación negativa es no experimentar sensorialmente algo que está
objetivamente presente (es la otra cara de la alucinación positiva).
Al facilitar las alucinaciones, el clínico está alterando la conciencia de la
entrada sensorial. Guiar a los clientes a situaciones en las que se pueden ex-
perimentar a sí mismos o al mundo de manera diferente obviamente aumenta la
gama de experiencias y puede infundir nuevos recursos valiosos (Bandler y
Grinder, 1979; Hilgard, 1986; Weitzenhoffer, 1989).
140 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Enfoques
Las alucinaciones pueden surgir expontáneamente y, de hecho, muchas veces
lo hacen. Para facilitar la experiencia deliberadamente, funciona bien tanto un
enfoque directo como uno indirecto.
Una sugestión directa para experimentar algo suele ser suficiente; nor-
malmente, cuando el clínico intenta facilitar las alucinaciones, ya se han es-
tablecido el rapport y la responsividad.
Las sugestiones para experimentar alucinaciones, ya sean éstas positivas o
negativas, se deberían ofrecer en una estructura de sugestiones positiva, de manera
que los clientes supiesen lo que deberían experimentar y no lo que no deberían.
También se pueden usar sugestiones indirectas. Sugerir al cliente que sea
consciente de su brazo es una manera indirecta de que no se dé cuenta de su pierna
(Bandler y Grinder, 1979; Erickson, Rossi, y Rossi, 1976; Spanos y Coe, 1992;
Young, Bentall, Slade y Dewey, 1987).

AMNESIA

Descripción
La amnesia es una pérdida de la memoria; descrita de manera simple, es la
experiencia de olvidar algo. El clásico mecanismo de defensa llamado «represión»
es el mecanismo primario de la amnesia hipnótica o estructurada.
Al inducir al cliente a olvidar conscientemente las diferentes sugestiones y
experiencias proporcionadas, se permite que su inconsciente forme su propia
respuesta única, libre de usar la experiencia hipnótica tan creativa e idio-
sincrásicamente como se desee. Además de ofrecer sugestiones terapéuticas a la
mente inconsciente para que actúe de una manera considerada correcta, se puede
usar la amnesia de manera más directa con el propósito de reprimir recuerdos
dolorosos. Las sugestiones de amnesia en dichos casos es probable que sólo sean
aceptadas cuando se ha producido primero algún tipo de curación (es decir,
resolución, catarsis).
La amnesia en la hipnosis no es automática como muchos creen erróne-
amente. Si se motiva a un cliente a recordar sugestiones y experiencias, las
recordará (Erickson y Rossi, 1974; Zeig, 1985).
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 141

Enfoques
La amnesia, más que cualquier otro de los diversos fenómenos hipnóticos, es
menos probable que se obtenga cuanto más directamente se sugiere. Sugerirle a
alguien que «olvide todo lo que tuvo lugar durante este tiempo» puede ser muy
amenazador en ciertos niveles, incluso para un cliente sensible y obediente. Por lo
tanto, para facilitar la amnesia al cliente, los enfoques indirectos son más
aceptables, según mi experiencia.
Hay más probabilidades de que sea aceptado un enfoque directo para la
amnesia si se ofrece de una manera más permisiva. Los enfoques permisivos
pueden tener diversas formas: sugestiones indirectas, cambios atencionales y
confusión (Cooper, 1979; Evans, 1986; Hilgard, 1968; Zeig, 1985).

ANALGESIA Y ANESTESIA

Descripción
La analgesia y la anestesia hipnóticamente inducidas están en un continuo de
disminución de la sensación corporal. La analgesia hace referencia a una re-
ducción de la sensación de dolor que permite notar sensaciones asociadas (por
ejemplo, presión, temperatura, posición) que mantienen la orientación corporal del
cliente. La anestesia hace referencia a la eliminación completa o casi completa de
sensaciones en todo el cuerpo o en una parte del mismo.
El potencial para reducir el dolor a un nivel manejable es un tributo genuino a
las capacidades de la mente humana, y constituye una de las aplicaciones más
significativas de la hipnosis terapéutica. Para trabajar con clientes que sufren dolor
se requiere una amplia base de conocimientos de los principios hipnóticos, de la
fisiología humana, de las motivaciones psicológicas, del procesamiento de
información humano y de las dinámicas interpersonales. En ciertos aspectos es
fácil trabajar con clientes que sufren dolor porque (normalmente) tienen un nivel
alto de motivación, aunque en otros aspectos es excepcionalmente difícil trabajar
con ellos debido al impacto del dolor en todos los niveles de sus vidas. Además,
uno se debe acercar a la persona con dolor de manera sensible, apreciando que ese
dolor es frecuentemente algo más que dolor: puede ser una fuente de ansiedad,
sentimientos de impotencia y depresión, aumento de la dependencia y restricción
del contacto social.
142 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Incluso el dolor que proviene de causas claramente orgánicas tiene


componentes psicológicos, sobre todo relacionados con cómo experimenta la
persona el dolor y sus consecuencias. Esta dimensión psicológica resulta más
abiertamente influida por la hipnosis por diversas razones, y todas ellas parecen
proceder del mayor autodominio que ésta permite. El miedo y la ansiedad, los
sentimientos de impotencia y las expectativas negativas se pueden reducir usando
la hipnosis y también tratar los componentes físicos del dolor, como se puede ver
en las diversas estrategias de curación que utilizan patrones hipnóticos.
Utilizar la hipnosis para controlar el dolor es ventajoso por diferentes
razones. Primero y principal, en mi opinión, es que permite un mayor autocontrol
y, por lo tanto, una mayor responsabilidad personal por el propio nivel de
bienestar. Sentirse victimizado, ya sea por el dolor o por otras personas, lo pone a
uno en una posición de indefensión desde la que es difícil llevar a cabo una
curación real. Tener autocontrol es extremadamente importante para una persona
con dolor, y la hipnosis facilita su adquisición.
Segundo, debido a que la capacidad para experimentar la hipnosis es algo
natural que existe en la persona, se puede reducir o incluso eliminar la medicación
para el dolor. La hipnosis no tiene efectos secundarios ni crea adicción. El dolor
se reduce en diferente grado en distintas personas, pero sea cual sea el resultado,
éste se obtiene de manera segura y natural.
Tercero, la hipnosis permite un nivel más alto de actuación e intensifica el
proceso de curación. Es importante, a todos los niveles, mantenerla tan activa
como la condición de la persona permita, para, así, establecer una diferencia
significativa en el curso del problema. La expectativa de bienestar, la experiencia
de comodidad y la disminución del miedo y la ansiedad son todos ellos factores
importantes a la hora de facilitar la recuperación o, como mínimo, de retardar el
empeoramiento (Brown y Fromm, 1986, 1987; Chaves, 1989, 1993; Crasilneck y
Hall, 1985).

Enfoques
La analgesia surge muchas veces de manera espontánea durante la hipnosis
en el cliente que está suficientemente absorto en la experiencia. Está asociada con
la inhibición del movimiento voluntario (catalepsia) que es evidente en la persona
hipnotizada y consiste en la disminución de la conciencia del propio cuerpo. Por
lo tanto, cualquier enfoque que elimine de manera exitosa las sensaciones del
cuerpo que se están considerando puede tener
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 143

un efecto analgésico indirecto. Con sesiones de entrenamiento y de práctica


reforzada, el cliente con dolor aprende a distraerse y volver a centrarse en ideas,
sentimientos y recuerdos positivos o en cualquier cosa en la que elija. La
enseñanza de la autohipnosis es esencial para que este enfoque del control del
dolor funcione (véase el capítulo 18).
Las sugestiones directas de analgesia consisten en ofrecer sugestiones para la
reducción o la eliminación de la sensación en la parte específica del cuerpo en la
que el cliente siente dolor. Otro enfoque directo, aunque no tanto, es la «anestesia
de guante». En este proceso de alteración sensorial se dan sugestiones al cliente
para que experimente anestesia en una o en ambas manos. Cuando se ha logrado
dicha anestesia, se ofrecen sugestiones respecto a que ésta se puede transferir a
cualquier parte del cuerpo que la persona elija.
La disociación física como enfoque para facilitar la analgesia consiste en
guiar a los clientes hacia una experiencia subjetiva en la que su mente y su cuerpo
existen en dos niveles de experiencia diferentes y separados. Puede haber una
distancia suficiente entre ellos como para que el cliente no se dé cuenta de lo que
está experimentando su cuerpo.
Otros enfoques para la analgesia incluyen: a) amnesia, en la que se ofrecen a
los clientes sugestiones para que olvide que tiene dolor. Esto impide que la
experiencia de dolor sea continua y establece una forma de conseguir períodos
intermitentes y cada vez mayores de bienestar; b) disminución gradual, en la que
se ofrecen sugestiones de que el malestar disminuye lentamente a lo largo de
algún ciclo temporal específico; c) pseudoorientación en el tiempo, en la que se
lleva al cliente a una progresión en el tiempo hasta un momento posterior a la
recuperación; d) distorsión temporal, en la que se amplía la percepción subjetiva
de los momentos de bienestar (véase la última sección de este capítulo sobre
distorsión temporal); y e) regresión, en la que la persona retrocede en el tiempo a
un período anterior al surgimiento del dolor (Barber, 1977; Barber y Adrián,
1982; Erickson, 1966; Erickson, 1983; Hammond, 1990; Hilgard e Hilgard,
1994).

CATALEPSIA

Descripción
La catalepsia se define como la inhibición del movimiento voluntario
asociada al hecho de centrarse intensamente en un estímulo específico. El
144 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

grado en el que el cliente está centrado en las asociaciones desencadenadas por el


clínico señala el nivel en el que puede mostrar respuestas catalépsicas. Dichas
respuestas incluyen mirada fija, inmovilidad general, la «flexibilidad cérea»
asociada normalmente al paciente catatónico que mantiene los miembros en
cualquier posición en la que el clínico los coloca, rigidez muscular, movimientos
inconscientes y el enlentecimiento de los procesos físicos básicos como la
respiración, el parpadeo y tragar saliva. Los signos de la cata-lepsia se pueden
considerar, en gran medida, como indicadores de hipnosis (tanto la inducida
formalmente como la expontánea) y por razones terapéuticas específicas se
sugiere que se describan brevemente.
La catalepsia se debe considerar como una de las características más básicas
de la hipnosis, puesto que está, directa o indirectamente asociada, prácticamente
con todos los demás fenómenos hipnóticos. La catalepsia es el resultado de
centrarse en una realidad nueva y diferente, sea la que sea, y establece el camino
para permitir distanciarse de la «vieja» realidad el tiempo suficiente como para
crear una experiencia terapéutica de regresión temporal, analgesia, distorsiones
sensoriales, o cualquier otra.
La catalepsia consiste en una gran implicación a uno o más niveles, de
manera que existe un alto grado de actividad y receptividad a la guía del clínico a
otros niveles. Por eso un cliente centrado en un nivel puede tener un brazo
colocado en cierta posición y dejarlo allí porque está más preocupado con otras
cosas que con pensar en moverlo.
Las razones terapéuticas para obtener la catalepsia son numerosas, pero se
pueden dividir en dos grupos generales. Tal vez sea una respuesta objetivo en sí
misma o servir para facilitar una implicación hipnótica posterior al reconocer el
cliente la capacidad de su mente inconsciente para responder de manera
automática. La catalepsia como respuesta objetivo se usa, por ejemplo, para
ayudar a cualquier paciente cuyos movimientos deban ser mínimos para
recuperarse con mayor rapidez y comodidad. Como facilitadora de una
experiencia hipnótica posterior, la catalepsia es la base para atraer la atención y
mantenerla, facilitando así una mayor actividad independiente de la mente
inconsciente y aumentando el grado de implicación o concentración del cliente
(profundización) (Erickson y Rossi, 1976, 1979; Weitzenhoffer, 1989).

Enfoques
Cualquier cosa que capte con intensidad el interés del cliente puede facilitar
las respuestas catalépticas, incluyendo historias interesantes, sorpresas
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 145

o sobresaltos y confusión (Bloom, 1990; Rossi, 1973). La catalepsia del cliente se


logra de manera directa o indirecta, verbalmente o no verbalmente, según se
desee. La forma más común de estimular la catalepsia es ofrecer simplemente
sugestiones generales para la relajación y la inmovilidad.
Probablemente el ejemplo mejor y más práctico para facilitar la hipnosis o la
catalepsia con procedimientos no verbales de sugestión es la técnica de
modelamiento indirecto. Usando su cuerpo como modelo el terapeuta puede
cambiar deliberadamente los patrones animados de conversación rutinaria y
mostrar al cliente la inmovilidad potencial del estado hipnótico (Erickson, 1983,
1985; Gilligan, 1987).

DISOCIACIÓN

Descripción
La disociación se define como la capacidad para romper una experiencia
global en las partes que la componen, ampliando la conciencia por una parte y
disminuyéndola por otras. Desafortunadamente, la mayoría de los terapeutas
parecen conocer solamente la disociación en sus formas patológicas y no han
aprendido a facilitar sus aplicaciones terapéuticas.
A través de la disociación, las personas no tienen que estar unidas a su
experiencia inmediata, implicadas y «presentes». Pueden «experimentar a través
de los movimientos» sin estar realmente «allí». La mente consciente se deja llevar
hacia algún lugar, preocupada por cualquier otra cosa que llame su atención y,
entonces, la mente inconsciente es libre de responder de cualquier manera que
elija. Cuanto más profundo sea el estado hipnótico, mayor será el grado de
disociación y también la oportunidad de obtener respuestas inconscientes.
La hipnosis implica necesariamente disociación y por eso se ha comentado
anteriormente en este libro la disociación como característica hipnótica básica. La
disociación permite que se produzcan en el cliente respuestas automáticas o
espontáneas; los recuerdos reprimidos u olvidados se pueden recordar, la mano
elevarse inconscientemente, el cuerpo olvidar moverse o darse cuenta de las
sensaciones, etc. (Cárdena y Spiegel, 1991; Hilgard, 1986; Spiegel, 1993).
146 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Enfoques
Las sugestiones que facilitan la división de la experiencia son sugestiones de
disociación. Por ejemplo, cada una de las inducciones hipnóticas descritas
anteriormente generará una disociación consciente-inconsciente debido al énfasis
que aplican en la capacidad del cliente para experimentar y aprender cosas sin
esfuerzo y de manera automática. A la mente consciente se le dan ideas y
experiencias en las que poder centrarse, mientras que a la inconsciente se le anima
a responder de otras maneras y a aprender a niveles que están fuera de la
conciencia.
Las sugestiones directas de división permiten al cliente descubrir (o re-
descubrir, según sea el caso) que es posible tener experiencias en diferentes
niveles, y que esas experiencias se pueden producir espontánea y automáti-
camente, sin planearlas deliberadamente.
La disociación se sugiere de manera indirecta cuando se ofrecen sugestiones
sobre un fenómeno hipnótico particular. El uso de metáforas, confusión y otras
formas de sugestión indirecta facilita la disociación (Bandler y Grinder, 1979;
Gilligan, 1987; Grinder y Bandler, 1981; Hammond, 1990; Watkins y Watkins,
1993).

DISTORSIÓN TEMPORAL

Descripción
La experiencia del tiempo es puramente subjetiva, y significa que uno
experimenta el paso del tiempo a su manera en cualquier momento dado. El paso
del tiempo puede parecer más rápido o más lento de lo que es objetivamente
cierto, dependiendo del foco de antención. Dichas distorsiones del tiempo tienen
lugar en la «hipnosis cotidiana» que todas las personas experimentan; y, al igual
que todas las experiencias que son subjetivas, la del tiempo se puede alterar
deliberadamente mediante la hipnosis (Cooper, 1952; Cooper y Erickson, 1982;
Erickson y Erickson, 1958; Zeig, 1980).

Enfoques
Los enfoques para facilitar la distorsión temporal pueden oscilar entre
«apartarse simplemente del camino» o dejar que la distorsión temporal surja
espontáneamente ante las sugestiones directas o indirectas para que se de-
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 147

sarrolle. La distorsión temporal tiende a aparecer sin sugestiones, puesto que una
vez que alguien cierra los ojos y queda absorto en la experiencia interna (por
ejemplo, pensamientos, recuerdos, sensaciones, etc.) el mundo externo queda en
un segundo plano y las posibilidades de hacer una evaluación realista de cuánto
tiempo de reloj ha pasado son menores.
Las sugestiones directas inducidas para que se produzca una distorsión
temporal, especialmente si se ofrecen de forma permisiva, pueden facilitar bien la
experiencia.
Las sugestiones indirectas de distorsión temporal plantean de manera amable
la noción de que la experiencia del tiempo se puede alterar. Las sugestiones
indirectas, las historias que contienen ejemplos de experiencias en las que el
tiempo se distorsionó, los postulados conversacionales y los dobles vínculos son
todos ellos capaces de facilitar la distorsión temporal (Alman y Lambrou, 1992;
Erickson y Erickson, 1958; Hammond, 1990; Lankton y Lankton, 1983; Spiegel y
Spiegel, 1987).

FINALIZACIÓN DEL ESTADO HIPNÓTICO (DESCONEXIÓN)

Por muy bien que se sienta uno en el estado hipnótico, al final ha de


desconectar. La desconexión es la fase final de la interacción hipnótica. El cliente
puede indicar que está preparado para desconectar mediante una disminución de la
concentración de la atención, al empezar a moverse e incluso a estirarse. El
clínico, en el momento que observe dichos signos, debe tomar la decisión de si el
trabajo está acabado por esa sesión o el inicio de la desconexión del cliente es una
forma de evitación que debe ser tratada terapéuticamente.
Cuándo y cómo desconectar es una cuestión de juicio individual, basado en
el plan de tratamiento general y en los logros de la sesión específica.
La mayoría de los enfoques directos de la desconexión (tradicional-mente
llamada «despertar») han empleado el método de contar: «Voy a contar hasta tres
y a chasquear mis dedos y al finalizar usted estará completamente despierto...».
Dicho enfoque no es particularmente respetuoso con las necesidades del cliente de
desconectar del estado hipnótico a su propio ritmo. Esperar que un cliente
responda al hecho de que el terapeuta cuente y salga de la hipnosis simplemente
porque éste quiere que así ocurra no da al cliente el tiempo que necesita para
acabar la experiencia cómodamente.
148 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Si el estado hipnótico ha sido informal y espontáneo, el clínico puede decidir


ser coherente con su enfoque ofreciendo sugestiones indirectas para la
desconexión.
La forma de acabar la experiencia hipnótica tiene un impacto significativo en
el cliente, puesto que la memoria humana suele ser mayor para los
acontecimientos más recientes (el «efecto de recencia»). En otras palabras, el
sentimiento que los clientes tienen de la finalización de la hipnosis es el que más
asociarán a la experiencia hipnótica. Permitir a los clientes que desconecten a su
propio ritmo les dará la oportunidad de sentirse relajados y sin prisas bajo el
cuidado del clínico (Erickson y Rossi, 1981; Kirsch, Lynn y Rhue, 1993; Watkins,
1986).

PROGRESIÓN TEMPORAL

Descripción
La progresión temporal consiste en hacer proyecciones hacia el futuro, en
guiar al cliente hacia el futuro, donde tiene la oportunidad de imaginar las
consecuencias de los cambios o experiencias del presente, de integrar los sig-
nificados a niveles más profundos y de obtener una visión general más clara de su
vida de la que le ofrece normalmente el día a día. Así, él puede imaginar como
estimular una visión retrospectiva cuando todavía es una visión previa.
La progresión temporal se puede usar, al menos, de dos maneras que son
complementarias. Una es como verificación del trabajo del clínico y la otra es
como intervención terapéutica. Ambas aplicaciones consisten en guiar al cliente a
una orientación futura pero con diferentes propósitos.
Utilizar la progresión temporal para verificar el trabajo del clínico es una
manera de evaluar dos dimensiones muy importantes de la intervención tera-
péutica. Específicamente se puede evaluar si los resultados de la intervención
serán duraderos y qué impacto tendrán en última instancia en el sistema de vida
del cliente (Erickson, 1954; Havens, 1986; Phillips y Frederick, 1992).

Enfoques
Los enfoques directos que ayudan a facilitar la progresión temporal están
estrechamente relacionados con los descritos para la regresión: un «ve-
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 149

hículo especial» para ir al futuro, una pantalla de cine en la que se pueda ver una
película del futuro, un libro en el que leer sobre el futuro, y una colección de
fotografías sobre acontecimientos futuros son todos ellos enfoques estructurados
para facilitar la orientación o la proyección hacia el futuro.
Las sugestiones indirectas para orientarse hacia el futuro son: a) enfoques
metafóricos («me gustaría hablarle de un cliente con el que trabajé que se podía
imaginar claramente a sí mismo dos meses después de nuestra sesión haciendo
exactamente esto de lo que estamos hablando nosotros ahora y cuando se vio a sí
mismo de esa manera descubrió...»); b) órdenes entremezcladas <<a veces me
gusta mirar a mi alrededor y preguntarme qué ocurrirá en el futuro cuando usted
pueda mirar atrás y sentirse bien respecto a los cambios que ha hecho...»); c)
presuposiciones («me pregunto dónde estará usted exactamente y qué es lo que
estará haciendo cuando se dé cuenta felizmente de que no ha fumando en días...»);
y d) preguntas indirectas entremezcladas («Puede hablarme de cómo describirá a
sus amigos la manera en que resolvió este problema ¿no es cierto?»). Cada uno de
estos enfoques son ejemplos que demuestran la capacidad para guiar al cliente
hacia una orientación mental para desarrollar expectativas positivas para el futuro
(deShazer, 1978; Hammond, 1990; Lazarus, 1984; Torem, 1992; Yapko, 1988,
1992).

REGRESIÓN TEMPORAL

Descripción
La regresión temporal es una utilización experiencial intensa de la memoria.
Las técnicas de regresión temporal consisten en hacer que el cliente retroceda en
el tiempo a alguna experiencia para revivirla (llamada «revivificación») como sí
estuviera ocurriendo en el aquí y ahora, o hacer simplemente que la persona
recuerde la experiencia tan intensamente como sea posible (llamada
«hipermnesia». En la revivificación el cliente está inmerso en la experiencia,
volviéndola a vivir exactamente tal como se incorporó el recuerdo en el momento
en que realmente ocurrió. En la hipermnesia la persona está en el presente y,
simultáneamente, recuerda vividamente los detalles del recuerdo (Edgette y
Edgette, 1995).
La regresión temporal, como categoría de técnicas, ofrece la oportunidad de
retroceder en el tiempo, reciente o remoto, para recuperar recuerdos olvidados y
reprimidos de acontecimientos significativos y para «elaborar»
150 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

viejos recuerdos y llegar a conclusiones nuevas (Spiegel, 1993; Weitzenho-ffer,


1989).

Estrategias para la regresión temporal


Si se usa la regresión temporal clínicamente, se pueden emplear al menos dos
estrategias, cada una de las cuales suscita diversas técnicas. La primera estrategia
general tiene que ver con el uso de la regresión para retroceder a experiencias
negativas y traumáticas. Su intención es permitir al cliente liberar sentimientos
reprimidos ofreciéndole, al mismo tiempo, formas nuevas de ver la situación que
le ayuden a liberar cualquier influencia destructiva de dicha experiencia que pueda
persistir en su vida. En esta estrategia se emplea tanto la revivificación como la
hipermnesia, dependiendo del juicio del clínico respecto a lo inmerso o distante
que ha de estar el cliente de la experiencia para recibk el máximo beneficio.
La segunda estrategia general es compatible y se puede integrar fácilmente
con la primera. Consiste en usar las capacidades y recursos del cliente que han
sido útiles en situaciones pasadas pero que no se están usando en el presente,
desafortunadamente, en su propio detrimento. Muchas veces las personas tienen
capacidades pero no se dan cuenta de que las tienen, y debido a que no son
conscientes y no tienen acceso a ellas, éstas permanecen dormidas. Al usar la
regresión el clínico puede ayudar a los clientes a redescubrir en su propia
experiencia personal aquellas capacidades que les permitirán afrontar las
dificultades del presente de una manera más adaptativa (Edelstein, 1986; Lankton
y Lankton, 1983).

Enfoques
Cualquier patrón de comunicación que permita al cliente retroceder en el
tiempo es un enfoque de regresión temporal. Un grupo de patrones de regresión
utilizan las sugestiones que implican usar la propia imaginación como
desencadenantes para recuperar experiencias pasadas. Otros utilizan enfoques más
naturalistas y cotidianos para sumergirse en el recuerdo. Ambos grupos de
enfoques pueden ser buenos: depende del cliente.
Los patrones que utilizan la imaginación del cliente incluyen «vehículos
especiales» (por ejemplo un tren, un avión, una máquina del tiempo, una nave
espacial, un ascensor y cosas por el estilo) que pueden transportar al cliente hacia
atrás en el tiempo hasta el acontecimiento que se está
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 151

tratando. El vehículo especial es un medio artificial, concreto y orientado hacia un


contenido que sirve para estructurar la experiencia y, por lo tanto, requiere que se
dé al cliente una considerable cantidad de detalles para facilitarle el proceso
regresivo.
Los enfoques más naturalistas de la regresión temporal consisten en ofrecer
sugestiones indirectas para conectar con el recuerdo sin la formalidad de decir
«ahora puedes retroceder al pasado». Los patrones incluyen hacer preguntas
experiencíales para orientar a la persona hacia su propia historia personal y
compartir aspectos de sus experiencias personales o profesionales (por ejemplo,
«¿puedes recordar lo bien que te sentías cuando te graduaste?»). Hacer preguntas
para orientar a la persona hacia sus propias experiencias del pasado es un enfoque
que implica que el cliente busque en su pasado y recuerde los acontecimientos
apropiados para responder significativamente. Dicha búsqueda puede empezar
como un recuerdo más distante porque se recuerda sólo cognitivamente, pero con
hábiles preguntas se logra que el cliente se sumerja en su memoria y vuelva a
experimentarlo.
Para conseguir que la experiencia de retroceder al pasado sea menos
amenazante, el clínico puede facilitar indirectamente la regresión describiendo sus
propias experiencias relevantes del pasado, o las experiencias de otras personas.
Cuando se describe la experiencia de otros, el cliente tiende a proyectarse de
manera natural en la situación que se presenta, imaginándose cómo se sentiría o
actuaría él en dicha situación. Por ejemplo, hablar de la experiencia de otros
cuando eran niños hará que el cliente se identifique basándose en sus propias
experiencias de niño. Por lo tanto, la regresión se produce de manera indirecta
mediante la identificación y la proyección, y el cliente retrocede en el tiempo para
recordar o revivir recuerdos importantes (Erickson y Rossi, 1979).
Otras técnicas de regresión temporal incluyen: a) establecer un puente
afectivo o somático para unir los sentimientos que el cliente tiene en el presente
con la primera o una de las primeras veces que tuvo ese mismo sentimiento o
conciencia («...y mientras continúe siendo consciente de ese "sentimiento
abandonado" que ha descrito, puede retroceder en el tiempo y recordar la primera
vez que tuvo ese mismo sentimiento»); b) desorientación temporal, en la que se
emplean sugestiones confusionales para desorientar al cliente del «ahora» y
reorientarlo al «entonces» («Lo que ocurre ahora y entonces es que recordar ahora
el entonces le recuerda ahora el entonces y cuando entonces es tan importante y
cuando entonces se convierte en ahora
152 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

porque el ayer llevó al hoy y usted puede recordar el ayer como si-fuera im-
portante ahora...»); y c) la progresión y la regresión temporal en la que se guía al
cliente primero hacia el futuro, al momento en el que recuerde las cosas que
ocurrieron en el último año («mira hacia el futuro, al momento en el que puedas
mirar hacia atrás...»). Al orientar hacia el futuro primero, se crea una distancia
emocional todavía mayor respecto a las experiencias pasadas, haciéndolas más
fáciles de recuperar y usar terapéuticamente (Erickson, 1954; Gilligan, 1987;
Hammond, 1990; Watkins, 1971).

RESPUESTAS IDEODINÁMICAS

Descripción
Las funciones automáticas de los humanos pueden existir al menos a tres
niveles diferentes: motor, sensorial y afectivo. Colectivamente se llaman
«respuestas ideodinámicas» que significa «conversión de una idea a una di-
námica». Individualmente las respuestas se llaman «respuesta ideomotriz»,
«respuesta ideosensorial» y «respuesta ideoafectiva». Cada una de ellas es una
respuesta automática generada a un nivel inconsciente como reacción a un
estímulo externo o interno.
La respuesta ideomotriz es la manifestación física de la experiencia mental o,
en otras palabras, las reacciones inconscientes del cuerpo ante los pensamientos
de la persona.
Las respuestas ideosensoriales son experiencias automáticas de sensación
asociada al procesamiento de las sugestiones. La base para la respuesta
ideosensorial es tener la gama normal de sensaciones y una memoria anestésica de
la experiencia de la sensación.
Las respuestas ideoafectivas son las reacciones emocionales vinculadas a las
diferentes experiencias que tiene cada persona. Es difícil, si no imposible, sentirse
totalmente neutral respecto a algo. Por lo tanto, a medida que el cliente
experimenta las sugestiones del clínico inevitablemente salen a la superficie
diferentes sentimientos asociados a las ideas contenidas en las sugestiones.
En la hipnosis, las ideodinámicas son variables importantes por dos razones.
Primera, porque reflejan la experiencia interna del cliente a los niveles en los que
se pretende realizar un cambio. Segunda, porque forman parte de la experiencia
terapéutica actual y serán los componentes de la te-
FENÓMENOS HIPNÓTICOS Y SU INDUCCIÓN 153

rapia basados en la acción, los sentimientos y las sensaciones en los que confiará
la persona como base para los cambios en el futuro (Cheek, 1994; Erickson y
Rossi, 1979, 1981; Gilligan, 1988; Lankton y Lankton, 1983; Weitzenhoffer,
1989).

Enfoques
A diferencia de la mayoría de los otros fenómenos hipnóticos, las
ideo-dinámicas se producirán con independencia de lo que haga el clínico. Es
prácticamente imposible que el cliente evite los movimientos corporales in-
conscientes, o que se abstenga de reexperimentar sentimientos y sensaciones
asociados a las cosas de las que el clínico habla. Para facilitar las respuestas
ideodinámicas hipnóticamente, la cuestión se convierte en si el cliente responde
bien o no a las sugestiones para tener respuestas automáticas específicas.
Preocupar al cliente con el contenido de la sugestión facilita las respuestas
ideodinámicas, puesto que mientras que el cliente se proyecta a sí mismo en la
situación descrita e intenta darle significado, su inconsciente ya está respondiendo
(Erickson y Rossi, 1981; Gilligan, 1987).

CONCLUSIÓN

Las intervenciones clínicas implicarán siempre a todos o a alguno de los


fenómenos hipnóticos. Por lo tanto, es indispensable que el terapeuta sea claro
respecto a qué es realmente cada una de las experiencias subjetivas que la persona
es capaz de experimentar. Antes de aplicarlas de las formas significativas
descritas, lo más útil es observarlas tal como surgen en la vida diaria, intentando
descubrir qué estímulos del acontecimiento observado actuaron como
desencadenantes del fenómeno hipnótico.

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CAPITULO 18 LA AUTOHIPNOSIS Y

EL SÍ MISMO DEL TERAPEUTA

¿Cómo es su medio interno? ¿Es cómodo? ¿Estresante? ¿Generalmente se


acepta a usted mismo o es autocrítico? A lo largo de este libro he enfati-zado el
papel de la comunicación (incluyendo la comunicación con uno mismo) ya sea
para intensificar o para disminuir la propia experiencia.
En ciertos aspectos, gran parte de lo que trata la psicopatología es de que las
personas piensan en cosas que les hacen daño (sobre sí mismos, sobre los otros,
sobre la vida o sobre lo que sea) y cometen el error de creer realmente en sí
mismos. Por eso cuando alguien se dice a sí mismo «nunca tendré una buena
relación», si acepta que esto es cierto se convertirá fácilmente en una dolorosa
profecía autocumplidora. Ernest Hilgard, una figura muy importante dentro del
mundo de la hipnosis, una vez llamó a la hipnosis la «imaginación creída». Si las
personas llegan a creer en cosas útiles se dicen a sí mismos («puedo hacer esto,
incluso aunque me intimide un poco»), éstos no se identifican o presentan como
síntomas. Los terapeutas sólo oyen hablar de las cosas dolorosas que la gente se
dice a sí misma, y de las consecuencias asociadas.
Yo creo que es una vergüenza que los terapeutas tiendan a centrarse sólo en
la patología y la debilidad en vez de en los puntos fuertes y las habilidades. Creo
que cuanto más se sabe sobre las experiencias internas de la gente que hace algo
bien, más se aprende sobre cómo corregir o volver a centrar a aquellas personas
que están actuando mal en esa misma área. Por ejemplo, las personas que tienen
miedo a hablar en público crean vividas imágenes visuales (normalmente a través
de la imaginación) de sí mismas hablando delante de un auditorio lleno de
personas (o incluso delante de unas pocas) que parecen aburridas, irritadas y
antagónicas. Se visualizan a sí mismos con detalle echando a perder su
presentación, y pareciendo tontos a los ojos de los presentes. Entonces tienen
todos los sentimientos ansiosos y aterradores (respuestas ideoafectivas) como sí
esa imagen fuera real. Las personas que no tienen miedo a hablar en público no
visualizan el fracaso. Los análisis más amplios sobre
160 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

«por qué» alguien tiene miedo a hablar en público son totalmente irrelevantes si
continúan generando esas imágenes tan dolorosas. Ningún proceso de relajación
puede competir con el poder de las imágenes que provocan dicha ansiedad si se
les permite continuar. La terapia tiene que interrumpirlas.

LOS PUNTOS FOCALES Y LA CALIDAD DE LA VIDA DEL TERAPEUTA

Gran parte de lo que he dicho sobre la hipnosis se puede resumir su-


cintamente con dos palabras: punto focal. Dónde se centra la atención y a qué
aspectos de la experiencia se les presta atención y en cuáles se implica uno
determinan en gran medida cómo responde y, finalmente, cómo se siente uno
consigo mismo. Todas las situaciones tienen muchos puntos focales. Por ejemplo,
al hacer hipnosis uno puede centrar su atención en cómo se siente a medida que
realiza la sesión, que palabras dirá y las imágenes que hay en su mente a medida
que las describe. El terapeuta está centrado, por lo tanto, principalmente a nivel
interno. Si es así, está realizando la hipnosis bien. Si la atención no está centrada
en el cliente, el terapeuta perderá la oportunidad de observar y utilizar respuestas
espontáneas a medida que éstas surjan.
En otro ejemplo, si alguien está preocupado y absorto en algún problema
(centrado en lo interno) pero se siente obligado a ir a una fiesta, si no puede
cambiar los puntos focales y orientarse externamente para unirse a los otros, será
visto como inaccesible (los demás lo interpretarán como arrogante, malhumorado
o tímido) y conseguirá retroalimentación negativa como resultado. No será una
buena experiencia.
En otro ejemplo, si yo me centro en satisfacer las necesidades del otro, y
raramente en satisfacer las mías, me vuelvo dependiente del otro para tener
autoestima, tengo miedo a ser abandonado, y tristemente, falto de conciencia de
mí mismo como persona.
La hipnosis tiene que ver con el cambio de los puntos focales. Consiste en
dirigir a las personas en una dirección o en otra, para que se centren en ideas que
pueden facilitar sus circunstancias. Implica ayudar a la gente a construir el
«encuadre mental» para que hagan cualquier cosa que intenten hacer, para que
conecten con los recursos que necesitan para alcanzar sus objetivos. Por lo tanto,
para ser un profesional hábil uno tiene que saber qué puntos focales hay que tocar
para que el cliente tenga éxito.
LA AUTOHIPNOSIS Y EL SÍ MISMO DEL TERAPEUTA 161

Ahora ampliemos esta idea al lector. La autohipnosis consiste en aplicarse los


mismos principios a uno mismo. Usando las inducciones que aparecen en este
libro, el lector puede aprender a introducirse en la hipnosis, a dirigir su atención
hacia aspectos de la experiencia a los que normalmente no presta demasiada
atención. Uno se puede hablar a sí mismo a través de los pensamientos, de las
cosas que quiere realizar y de cómo las va a realizar. Se puede usar la imaginación
para visualizar el manejo exitoso de circunstancias difíciles, estableciendo la
expectativa de que el éxito puede pasar de ser posible a ser probable. Se puede
construir sobre la base de los sentimientos de deseo y recordar intensamente los
sentimientos que van asociados al hecho de asumir un riesgo inteligente y
superarlo; luego se amplían dichos sentimientos respecto a las preocupaciones que
se tienen a mano.
¿Cómo se puede iniciar el aprendizaje de la autohipnosis? La sección de re-
ferencias que aparece al final de este capítulo contiene algunas fuentes de infor-
mación excelentes para ampliar la lectura. Yo recomiendo empezar grabando
cintas de uno mismo como si fuera el cliente. Se elige una cuestión sobre la que
trabajar, y se graba una cinta de cásete en la que aparece el proceso (el capítulo 21
contiene un ejemplo de un proceso orientado a los objetivos desde el principio
hasta el final, que se puede usar como modelo) que trate de los propios intereses.
Sugiero que se empiece por una cinta por varias razones. La primera es que ¿quién
sabe cómo hablar con usted mejor que usted mismo? Segunda, cuando empiece a
practicar la autohipnosis, al principio su atención se puede distraer. El hecho de
tener la cinta como guía externa le permitirá que su atención vague pero vuelva a
centrarse en la cinta. Con la práctica, la atención se distrae cada vez menos y uno
aprende a estar «en camino» durante períodos cada vez mayores de tiempo. Y por
supuesto, se puede acabar la sesión cuando se quiera reorientándose hacia el
«estado despierto» normal y continuando con la agenda diaria. Finalmente el
cásete se vuelve irrelevante a medida que uno aumenta la capacidad para entrar y
permanecer hipnotizado sin necesidad de usarlo. Hay que practicar muchas
sesiones sin cásete hasta poder realizar una sesión mentalmente sin necesitarlo.
La autohipnosis permite a la persona utilizar cualquier parte de sí misma que
le ayude a beneficiarse más de una situación dada. Define la relación con uno
mismo como cooperativa y respetuosa y no como con un conflicto interno y
devaluado.
Para actuar bien como persona, al igual que como terapeuta, el «ambiente
interno» se debe desarrollar y proteger. Es muy cómodo saber que
162 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

uno puede usar sus habilidades hipnóticas para mejorar no sólo las vidas de los
clientes sino también la propia.

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CAPITULO 19 LA UTILIZACIÓN

TERAPÉUTICA DEL ESTADO HIPNÓTICO

La esencia de la hipnosis clínica es utilizar la capacidad que tiene cada


persona para experimentarse a sí misma de manera diferente, deliberadamente,
para alcanzar objetivos personales. ¿Qué recursos tiene la gente que les pueden
resultar útiles? ¿Qué encuadre mental necesitan para alcanzar dichos objetivos?

ESTRUCTURA DEL SÍNTOMA Y FENÓMENOS HIPNÓTICOS

Anteriormente he descrito los fenómenos hipnóticos clásicos como los


bloques sobre los que se construye la experiencia. Dichos fenómenos, en di-
ferentes combinaciones y grados de pureza, componen la experiencia, ya sea ésta
buena o mala.
En el contexto de la terapia, tener la capacidad de identificar los diferentes
fenómenos hipnóticos asociados a los síntomas del cliente, permite al terapeuta
entender de manera rápida y exhaustiva su problema. Saber la serie de pasos
internos que sigue el cliente para crear los síntomas da al terapeuta la oportunidad
de elegir en qué punto de la secuencia cabe introducir una interrupción que la
altere de manera beneficiosa.
El aspecto disociativo de los síntomas es un punto especialmente importante
que cabe valorar. Los clientes normalmente describen los síntomas como algo que
«simplemente ocurre», queriendo decir con ello que no es una respuesta
voluntaria. Al definir la terapia como un patrón de interrupción y uno de
construcción, como prácticamente todas las terapias hacen, queda claro que el
papel del terapeuta es establecer nuevas asociaciones respecto a las conductas,
pensamientos y sentimientos disfuncionales o autoli-mitadores del cliente. Dichas
asociaciones se construyen mejor a través de la experiencia directa como los
procesos hipnóticos o los enfoques experien-ciales tales como la asignación de
tareas o las prescripciones conductuales.
164 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Utilizar los fenómenos hipnóticos como punto de referencia puede ser una
buena manera de entender la estructura de los síntomas. Cuando dichos
fenómenos son evidentes en la estructura del problema, la solución será establecer
nuevas asociaciones usando fenómenos hipnóticos complementarios. El terapeuta
deberá identificar qué fenómenos hipnóticos son evidentes en los trastornos que
trata con más frecuencia (Araoz, 1985; Gilligan, 1987, 1988; Zeig, 1988).

PATRONES DE INTERVENCIÓN

Las aplicaciones de la hipnosis son tan diversas y tan creativas como el


número de clínicos que trabajan con ella. No existe ningún problema humano que
se pueda resolver en todas las personas mediante una fórmula única. Las
sugestiones simples y directas se consideran un tratamiento posible puesto que
funcionan con un porcentaje relativamente pequeño de población, y los patrones
descritos aquí son una respuesta al reconocimiento de que la mayoría de la gente
necesita algo más multidimensional. Es necesario individualizar el tratamiento y
normalmente eso significa adaptar patrones generales de intervención a las
necesidades específicas del cliente. Este proceso es similar al aprendizaje de la
gramática y el vocabulario en el lenguaje, que no impiden que la persona se
exprese a su manera. Por lo tanto, los patrones oscilan entre relativamente simples
y muy complejos y sutiles. Los siguientes son algunos de los más simples y
comunes que se suelen usar para intervenir en los problemas de los clientes.

CAMBIAR LA HISTORIA PERSONAL

Cambiar la historia personal, como intervención terapéutica, puede implicar


regresión o progresión temporal, catalepsia, disociación, alucinaciones y
distorsión temporal. Es apropiado usar esta estrategia cuando un cliente presenta
un problema cuyos orígenes se remontan a una decisión, tomada en un momento
vital temprano, que está demostrando ser desadaptativa. Una decisión crea muchas
experiencias que la mantienen, aunque sea doloroso hacerlo. Por ejemplo, si un
cliente sufrió abusos en la infancia y entonces tomó la decisión (es decir,
estableció la generalización) de que el mundo es
LA UTILIZACIÓN TERAPÉUTICA DEL ESTADO HIPNÓTICO 165

un lugar abusivo y que no se puede confiar en la gente, el clínico puede hacer que
el cliente retroceda a sus primeros recuerdos y facilitar la experiencia (imaginaria)
de sentirse querido, cuidado y protegido por los demás. Cuando se han
proporcionado estos recursos de afecto y cuidado y se guía a la persona otra vez
hacia adelante en el tiempo teniendo presentes esos recuerdos olvidados de forma
subjetiva, pueden cambiar los sentimientos que tiene hacia sí mismo y hacia los
demás en una dirección más sana.
Algunas personas integran la nueva experiencia sugerida como si fuera su
historia real (jurando incluso su autenticidad). Otras simplemente están agra-
decidas por haber tenido la experiencia y los cambios internos que la acompañan
aunque reconozcan que esto formaba parte de la sesión hipnótica.

PROCESO DEL INCIDENTE DECISIVO (TRAUMÁTICO)

Nadie escapa a las experiencias dolorosas y nadie saldrá de esta vida vivo.
Hay accidentes de coche, la gente muere, hay guerras, etc. A pesar de esas duras
realidades, muchas veces traumas «cotidianos» tienen un mayor impacto: el
muchacho cruel que se reía de tus pecas, la carrera en las medias en el momento
más embarazoso, y aquel comentario estúpido e insensible que no se debería haber
hecho son ejemplos de «traumas cotidianos» que pueden tener un impacto
increíble en la vida de la gente. Años más tarde dichos traumas parecen
intelectualmente tontos e irracionales pero aun así pueden seguir teniendo un gran
impacto emocional. En las personas que han sufrido algún tipo de trauma (aunque
al clínico le parezca suave, el indicador de la magnitud son los sentimientos del
cliente) este acontecimiento supone un punto decisivo en la vida de la persona. Si
lo es en sentido negativo, que no todos los traumas lo son, el proceso del incidente
decisivo puede ser una estrategia de tratamiento apropiada.
El proceso del incidente decisivo implica revivificación, catalepsia, diso-
ciación, progresión temporal y alucinaciones. Es un proceso emocionalmen-te
poderoso que pretende, en primer lugar, liberar las emociones reprimidas
asociadas al acontecimiento traumático («catarsis») y luego reformular
(rein-terpretar) su significado. Si el cliente tiene un recuerdo consciente del conte-
nido del incidente decisivo, se puede trabajar de una manera relativamente directa.
Si dicho incidente se ha olvidado o se ha reprimido parcialmente, el proceso es un
poco difícil puesto que el inconsciente del cliente puede haber
166 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

elegido (protectoramente) mantener la información fuera de la conciencia. En tal


caso se puede usar la misma técnica pero teniendo cuidado de que el cliente
trabaje a su propio ritmo y sin obligarlo a trabajar directamente algo que él/ella no
quiere, excepto cuando se trate de un último recurso. Aquí serán muy útiles las
preguntas ideomotrices para evaluar si el inconsciente del cliente está preparado,
quiere y puede afrontar la experiencia traumática y las consecuencias que tendrá
en su vida (Cheek, 1994; Erickson y Kubie, 1941; Feldman, 1985; Spiegel, 1993;
Spiegel y Spiegel, 1987; Yapko, 1992).

TAREAS PARA CASA

Muchos enfoques terapéuticos utilizan las tareas para casa que el cliente ha
de realizar entre sesiones y que pretenden ampliar los pensamientos emociones y
conductas que el clínico considere que son importantes para la terapia. Estas
tareas operan en el nivel de la experiencia directa, que muchas veces es más
poderosa que el verbal (el que normalmente se aborda en terapia). Es hipnótico en
el sentido de que se puede ver como una metáfora ex-periencial en el proceso de
tratamiento. En otras palabras, si se presenta de manera adecuada, tratará las
dinámicas inconscientes del problema. Cuando el cliente se implica en una
actividad que hace que se vea a sí mismo de manera diferente a la vez que
confronta sus pensamientos, sentimientos y conductas limitadores, se puede llevar
a cabo el cambio deseado (Haley, 1973; Lankton, 1988; Madanes, 1981, 1984;
Yapko, 1988).
Un tipo de tareas consiste en pedir al cliente que realice un experimento para
comprobar que la creencia dolorosa que mantiene no es cierta. Por ejemplo, yo
tuve un cliente que era terapeuta y no había tenido vacaciones en más de ocho
años de práctica clínica. Tenía miedo de que les pasara «algo terrible» a sus
pacientes si él estaba fuera. Le señalé la importancia del tiempo libre y la
necesidad que tenían sus pacientes de ser suficientemente independientes para
soportar que él se ausentara durante breves períodos de tiempo. Estuvo de acuerdo
y se decidió a experimentar con unas breves vacaciones. Informó a sus pacientes
de sus planes con bastante antelación y les dio el nombre y el número de teléfono
de dos terapeutas a los que podrían llamar en su ausencia. Se le animó a evaluar y
predecir todos los problemas con los que realmente se podrían encontrar sus
pacientes hasta que creyó que lo había preparado todo lo mejor que había podido.
No hubo inciden-
LA UTILIZACIÓN TERAPÉUTICA DEL ESTADO HIPNÓTICO 167

tes ni problemas. Se dio cuenta de que podía volver a repetirlo en el futuro


reconociendo que «yo lo preparo todo, pero luego el resultado depende de mis
clientes».

REFORMULACIÓN

La habilidad clínica relacionada con la reformulación es dejar en suspenso el


sistema de creencias del cliente el tiempo suficiente como para que considere un
punto de vista alternativo. Convertir el vaso «medio vacío» en uno «medio lleno»
es un ejemplo obvio de cómo se puede transformar un punto de vista negativo en
uno positivo. La reformulación también puede funcionar en sentido contrario:
alguna actividad que realizaba el cliente y con la que se sentía bien hasta que el
clínico dijo: «¿Cómo se puede permitir hacer esto?», puede transformar
rápidamente el bienestar en dolor.
La mayoría de las intervenciones, sin embargo, pretenden transformar el
dolor en bienestar. El supuesto subyacente a la reformulación como estrategia de
intervención es que cualquier experiencia (pensamiento, sentimiento, conducta)
tiene algún valor positivo. Tomando la experiencia que el cliente ve como
negativa y comentando cómo y por qué esa misma experiencia es positiva en el
contexto adecuado, el terapeuta cambia la actitud del cliente hacia dicha
experiencia y se puede descargar la negatividad (Bandler y Grinder, 1979, 1982;
Gilligan, 1987; Watzlawick, Weakland y Frisch, 1974).
Considérese alguien que cree que la vida es un fenómeno bien definido entre
blanco o negro. Pensando en extremos tan rígidos, la persona piensa en términos
de «debo», «debería» y cuál es la «manera correcta» de hacer algo. Como
reformulación puedo ofrecer sugestiones como las que siguen:

Casi todo el mundo ha visto los test de manchas de tinta que usan algunos
psicólogos... el cliente ve una mancha de tinta... un estímulo ambiguo... y le da
significado... desde dentro de él mismo... es una proyección... después de
todo... la mancha de tinta no significa realmente nada... solamente lo que uno
cree que significa... ¿y cuál es el estímulo más ambiguo al que se enfrenta cual-
quier ser humano?... ¡la vida!... la vida es una mancha de tinta... en la que se
vive cada día... y algunos ven la vida como una aventura... una oportunidad... y
otros como un problema que hay que soportar hasta la muerte...
168 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Reformular la «vida como una mancha de tinta» para contrarrestar la «vida


como blanco o negro» redefine su significado. Reformular significa redefinir.

PRESCRIPCIÓN DEL SÍNTOMA

La prescripción del síntoma como estrategia terapéutica implica estimular


directa o indirectamente los síntomas del cliente. Cuando se anima al cliente a
hacer algo que ya está haciendo pero de una manera prescrita que es ligeramente
diferente, puesto que contiene algún cambio (como el momento o el lugar de la
conducta sintomática), el síntoma se experimenta de manera diferente. Deja de ser
algo extraño que «simplemente ocurre» y surge en respuesta a las instrucciones
del cliente. El aspecto espontáneo del síntoma se convierte en deliberado y se
interrumpe el patrón del problema. En consecuencia, pierde su significado y sus
asociaciones originales.
Las aplicaciones del paradigma de la prescripción de síntomas son muchas.
Animar a una persona «resistente» a «ser resistente» redefine la resistencia como
cooperación. Animar a un cliente a tener una recaída la redefine como una parte
aceptable y necesaria del tratamiento (a no ser que la persona se resista que es
mejor aún). Estimular a un cliente para que haga algo que ya hace puede dar a lo
que parece un síntoma incontrolable unos límites definidos que le faciliten su
afrontamiento. El síntoma que estaba fuera del control del cliente está ahora bajo
el del terapeuta, que lo puede alterar de manera beneficiosa (Haley, 1973; Seltzer,
1986; Weeks, 1991; Zeig. 1980a, 1980b).

METÁFORAS TERAPÉUTICAS

Las metáforas terapéuticas son historias que se pueden crear de form¿


paralela a los problemas de los clientes y pueden contarse de manera que absorban
profundamente su atención. Muchas veces el cliente puede proyectar significados
en la historia que el terapeuta no pretendía comunicar y que quizá tengan un gran
impacto en el significado que pretendía transmitir el terapeuta.
Aprender a contar historias de manera hipnótica (es decir, significati-
vamente, utilizando las respuestas del cliente, entremezclando sugestionenes
LA UTILIZACIÓN TERAPÉUTICA DEL ESTADO HIPNÓTICO 169

etc.) es una habilidad de un valor incalculable. La necesidad de inducir a un


estado hipnótico formal disminuye a medida que se obtienen respuestas hipnóticas
con la presentación y el desarrollo de la historia. La capacidad natural del cliente
para dejarse llevar dentro y fuera de la hipnosis a medida que escucha al clínico se
puede utilizar y ampliar si el clínico quiere usar un enfoque metafórico. Con este
enfoque a veces el cambio puede suponer muy poco esfuerzo, algo que el clínico
ha de tener en cuenta. Después de todo, algunos cambios se producen bastante
«espontáneamente» (Barker, 1985; Brown, 1993; Gordon, 1980; Haley, 1973;
Hammond, 1990; Lankton y Lankton, 1983, 1986, 1989; Mills y Crowley, 1986;
Rosen, 1982; Spiegelman, 1990; Zeig, 1980c).
El siguiente es un ejemplo de metáfora terapéutica apropiada para alguien
rígido a quien le cuesta adaptarse a las circunstancias vitales cambiantes a las que
se tiene que amoldar (por ejemplo, cambio de trabajo o similar):

...Y alguna vez en su vida ha tenido la experiencia de ir al zoo... un lugar


estupendo para aprender sobre los seres vivos... si piensa en ello... porque el
zoo contiene tal diversidad de vida... y de riqueza... criaturas únicas con dife-
rentes características que les sirven de alguna manera... y descubre que algunos
animales sobreviven desarrollando un gran tamaño, otros prosperan desarro-
llando un tamaño pequeño... algunos se alimentan por la noche... y otros por el
día... algunos son sumisos y se asustan con facilidad... otros son agresivos y ata-
can a otros mucho mayores que ellos... algunos cambian de color... algunos ha-
cen madrigueras bajo tierra... mientras que otros vuelan... qué maravilloso es
elevarse por encima de todo... y la lección de la naturaleza es profunda... uno se
puede adaptar a un clima... a una región... a un lugar concreto... y desarrollar la
capacidad de prosperar a lo largo del tiempo... y la lección puede parecer tam-
bién cruel... adaptarse o extinguirse... pero no hay nada escondido... respecto al
valor de adaptarse exitosamente... y disfrutar de todo para hacerlo posible...

CONCLUSIÓN

Al trabajar con la hipnosis el clínico asume un papel activo a la hora de


facilitar experiencias que le resulten terapéuticas al cliente. En la bibliografía de la
hipnosis y de la psicoterapia existen miles de estrategias terapéuticas disponibles.
Las que aparecen en este capítulo se encuentran entre las más comúnmente
usadas.
170 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

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CAPÍTULO 20

LA HIPNOSIS EN EL TRATAMIENTO DE TRASTORNOS COMUNES

En la práctica clínica uno se encuentra con una amplia gama de problemas.


Algunos son bastante raros y otros bastante comunes. En este capítulo se ofrece
una consideración breve y superficial sobre algunos de los problemas clínicos más
comunes y algunos de los más frecuentemente asociados al tratamiento hipnótico.
Se comenta cómo se puede usar la hipnosis, ya sea directa o indirectamente, en el
tratamiento.

TRASTORNOS DE ANSIEDAD (ANSIEDAD, ESTRÉS, FOBIAS,


TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMATICO)

La hipnosis como herramienta de trabajo puede ayudar a crear habilidades


para relajarse y dar una sensación de autocontrol. Yo creo que enseñar a los
clientes la autohipnosis (inducciones hipnóticas y utilizaciones que pueden llevar
a cabo ellos mismos cuando quieran) es una parte necesaria del trabajo hipnótico
en contextos clínicos. El simple hecho de saber que uno puede relajarse
profundamente y reconocer sus pensamientos, sentimientos y conductas puede
tener un efecto poderoso a la hora de controlar el estrés y la ansiedad. Después de
todo, el estrés suele estar en la interpretación que hace el cliente de los acon-
tecimientos, no en los acontecimientos mismos. La hipnosis puede facilitar pers-
pectivas alternativas y, por lo tanto, respuestas alternativas (Bandler, 1985; Brown
y Fromm, 1987: Crawford y Barabasz, 1993; Habeck y Sheikh, 1984; Spiegel,
1993a; Yapko, 1989).

DEPRESIÓN

La depresión es un problema multidimensional muy complejo que prác-


ticamente todo el mundo experimenta de vez en cuando en diferentes gra-
174 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

dos. Tratar los problemas de relación de la persona deprimida, sus distorsiones


cognitivas, sus atribuciones de culpa y otros patrones depresógenos con métodos
hipnóticos puede ser un enfoque eficaz.
La hipnosis se puede usar a nivel superficial para aliviar la ansiedad, in-
terrumpir la rumiación negativa, aumentar la capacidad de respuesta y establecer
expectativas positivas. Se puede usar a un nivel más intenso para fle-xibilizar
patrones de pensamiento o interpretar acontecimientos rígidos y distorsionados,
reformular los significados vinculados a experiencias que tienen su raíz en
sistemas de creencias de culpa y construir marcos de referencia positivos para
responder a la vida desde un encuadre más efectivo (Burrows, 1980; Havens y
Walters, 1989; Havens, 1986; Miller, 1984; Torem, 1992; Yapko, 1988, 1989,
1992a, 1992b).

TRASTORNO DE PERSONALIDAD MÚLTIPLE (TPM)

En algún momento se consideró un trastorno extermadamente raro, pero ha


sido descrito en alguna bibliografía clínica como un trastorno mucho más
frecuente de lo que algunos clínicos imaginan. Es un diagnóstico muy
controvertido puesto que, aunque ha sido incluido en la cuarta edición del Manual
Diagnóstico y Estadístico (DSM-IV), hay muchos clínicos que todavía se
cuestionan abiertamente si la disociación evidente en dichos casos no puede ser un
producto, al menos en algunos de ellos, de los métodos del clínico.
Generalmente se cree que el TMP tiene su origen en graves traumas in-
fantiles (por ejemplo, abuso físico o sexual) y las reacciones disociativas
(«fragmentación») se emplean como mecanismos de afrontamiento. Las personas
con TMP han demostrado ser muy hipnotizables y con propensión a la fantasía
(Frankel, 1990; Frischholz, 1985; Lynn, Rhue y Green, 1988).
Se utiliza la hipnosis con los TMP para explorar la amplitud y la cualidad de
las disociaciones del cliente, para reformular el trauma, trabajar con los recuerdos
traumáticos, facilitar la integración y tratar síntomas relacionados (Bliss, 1986;
Braun, 1986; Horevitz, 1993; Kluft, 1985; Kluft y Fine, 1993; Putnam, 1989;
Ross, 1989).
LA HIPNOSIS EN EL TRATAMIENTO DE TRASTORNOS COMUNES 175

DOLOR, ENFERMEDAD, CURACIÓN

A partir de una sección anterior en la que se trató la analgesia y la anestesia


el lector tiene cierta familiaridad con el hecho de que la hipnosis se puede usar
para reducir o eliminar el dolor o el sufrimiento. La idea errónea más común que
tiene la gente es que se puede alterar la percepción del dolor que uno tiene con la
hipnosis, como si el dolor no fuera «real», queriendo decir que debía ser
«psicológico» (es decir, psicógeno). De hecho, la hipnosis se puede usar como
anestésico único o principal incluso en operaciones importantes, cuando el daño
del tejido es claramente evidente y tiene una base física. Todo el mundo conjetura
cómo pueden crear las inducciones y la utilización de alguna de las docenas de
estrategias de control del dolor un estado que permita tolerar una operación sin
anestesia (éste es el objetivo de buena parte de la investigación), pero, aunque
resulte sorprendente, es un fenómeno real.
Da igual que el dolor sera agudo o crónico, debido a una enfermedad or-
gánica conocida o desconocida, quizá psicógena; la fuente de éste no tiene mucho
que ver con el uso eficaz de la hipnosis para reducir el sufrimiento (Brown y
Fromm, 1987; Chaves, 1993; Erickson, 1959, 1966; Hammond, 1990; Hilgard e
Hilgard, 1994; Spanos y Chaves, 1989).
La hipnosis se ha aplicado exitosamente en el tratamiento de una amplia
variedad de problemas médicos como quemaduras, cáncer, asma, alergias,
zumbidos, hipertensión, verrugas, y casi cualquier otro en el que se pueda pensar.
Aumenta la calidad y la velocidad de la recuperación, y puede ayudar a mantener
la sensación de control sobre el propio estado (acortando la depresión y la
ansiedad), o tener simplemente un efecto placebo que sea útil.
¿La hipnosis cura el cáncer, el SIDA o cualquier otra enferme-dad?¿Qué pasa
con la hipnosis y la curación? Esta es una área muy controvertida dentro del
mundo de la hipnosis clínica. Existen muchos informes anecdóticos sobre
remisión de cáncer y aparentes curas tras un tratamiento hipnótico. Cada vez
existe mayor evidencia objetiva respecto a su efecto en el desarrollo de un sistema
de defensas naturales del propio organismo, el sistema inmunitario (Spiegel,
1993b). El mensaje «usted se puede curar a sí mismo si tiene la actitud apropiada»
es popular por razones obvias, y tiene un poderoso atractivo para los enfermos y
los moribundos. Los profesionales éticos tienen claro que no pueden decir «yo
curaré su cáncer» (o lo que sea), pero también está claro que potencialmente se
176 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

puede ganar mucho intentándolo. Encontrar el equilibrio entre fomentar una falsa
creencia en la cura y mantener una actitud positiva respecto a las posibilidades de
curarse es un cuestionamiento diferente para el profesional que usa métodos de
curación cuerpo-mente (Benjamin y Trubo, 1987; Chopra, 1991; Jevne y Levitan,
1989; Pearsall, 1987; Rossi, 1993; Rossi y Cheek, 1988; Siegel, 1986; Simonton,
Henson y Hampton, 1992).

PROBLEMAS DE RELACIÓN (PAREJAS, FAMILIAS)

Muchas veces, las personas que participan en una relación tienen habilidades
de comunicación o expectativas inadecuadas o mal definidas, falta de autoestima,
miedo a la intimidad o al compromiso y otras barreras que impiden tener una
relación efectiva.
Las estrategias hipnóticas se pueden usar para clarificar las expectativas,
aumentar el nivel de motivación para resolver las diferencias en las relaciones,
desarrollar habilidades de comunicación y resolver conflictos inconscientes
respecto a la intimidad y el compromiso. Los enfoques metafóricos, la
prescripción de síntomas y la reformulación son patrones que resultan eficaces en
el asesoramiento en estas áreas. Cambiar la experiencia personal es una buena
estrategia cuando se trabaja individualmente con alguien que tiene problemas de
relación, creando los recursos necesarios para relacionarse con la otra persona.
Ayudar a la persona a clarificar qué es lo que realmente quiere y valora es un buen
punto de inicio para tratar cualquier problema clínico, pero esto es especialmente
necesario en el contexto de las relaciones (Haley, 1973; Kershaw, 1992; Lankton
y Lankton, 1986; Protinsky, 1988; Ritterman, 1983, 1985).

PROBLEMAS DE AUTOESTIMA

Cuando se trabaja hipotéticamente con problemas de autoestima se puede


animar al cliente a asumir el control de situaciones planeando y ejecutando el
curso de la acción de manera efectiva. Los clientes muchas veces se censuran a sí
mismos con un flujo ininterrumpido de autocríticas. Tener una buena autoestima
no significa que no exista la «crítica interna», sino que la persona no acepta que es
cierta ni queda absorto en ella como si ésta fue-
LA HIPNOSIS EN EL TRATAMIENTO DE TRASTORNOS COMUNES 177

ra la suma total de su ser. La autoestima permite minimizar o ignorar la im-


portancia de la crítica interna y no confundir quién eres y qué haces. La primera
reformulación para tratar la autoestima es decir «no eres tú, es la manera como
intentas hacer X». Cuando la persona encuentra estrategias exitosas para hacer X,
su autoestima aumenta.
Se puede atraer la atención del cliente con metáforas al tiempo que descubre
las experiencias de otras personas: cómo la persona de la metáfora tenía los
mismos problemas o éstos eran estructuralmente similares, cómo los manejó y
cuáles fueron las consecuencias. A través de una metáfora terapéutica el cliente
puede adquirir conocimientos de gran impacto. La metáfora puede encajar en el
grado que el clínico desee con el marco de referencia, sentimientos, nivel de
experiencia y dinámicas inconscientes del cliente. Una vez se ha establecido la
identificación, la metáfora terapéutica continúa, sugiriendo soluciones, esti-
mulando acciones y aportando sugestiones entremezcladas (Alman y Lambrou,
1992; Hammond, 1990; Lankton y Lankton, 1983; McNeal y Frederick, 1993).

DlSFUNCIONES SEXUALES

Las personas con problemas sexuales tienen muchas veces un estado di-
sociado respecto a su funcionamiento sexual. Hay una parte de ellos que intenta
implicarse en actividades sexuales, y otra que observa y critica la ejecución. El
resultado es una concentración difusa e insuficiente para tener un buen
funcionamiento sexual. La hipnosis se puede emplear para facilitar el proceso de
reintegración de manera que la persona en su totalidad pueda estar en el «aquí y
ahora», experimentando y empleando la actividad sexual. Una intervención
consiste en alterar la conciencia sensorial aumentando las sensaciones cinestésicas
hipnóticamente. Ésta es una técnica de ampliación del enfoque sensorial que
utilizan los sexólogos más tradicionales para el tratamiento de las disfunciones
sexuales.
La ansiedad relacionada con el desempeño es un objetivo fundamental en
estos casos. La ansiedad produce un mal desempeño que, a su vez, produce más
ansiedad, que entonces aumenta la probabilidad de un mal desempeño y se
convierte en un círculo vicioso. Un buen modelo para usar durante la actividad
sexual es aprovechar la tranquilidad que ofrece la hipnosis para permitir que el
cliente se «deje ir», algo fundamental para disfrutar de la actividad. Enseñar a los
clientes autohipnosis para ayudarles a afrontar la
178 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

ansiedad permite generalizar la relajación al contexto en el que quieren tenerla.


Reformular el sexo como una función natural y sana es uno de los patrones
hipnóticos más usados en la terapia sexual. Dar órdenes paradójicas como «evitar
el sexo a toda costa esta semana» puede facilitar la actitud del cliente de «ahora te
enseñaré: lo practicaré más todavía». Cambiar la historia personal para volver a
enseñar una actitud positiva respecto al sexo es también una estrategia de
tratamiento viable. La progresión temporal en la que el cliente se ve a sí mismo
sexualmente activo y satisfecho es otra aplicación potencial de la hipnosis.
Ambas, hipnosis y terapia sexual, son muy compatibles y se pueden integrar con
facilidad en el tratamiento de las disfunciones sexuales (Araoz, 1982, 1984;
Crasilneck, 1982; Erickson, 1973; Hammond, 1990; Zeig, 1980).

ABUSO DE SUSTANCIAS (TABACO, PESO, DROGAS)

La hipnosis se puede usar para volver a cultivar la conciencia corporal y


aumentar la autoestima y una sensación de independencia que permita afrontar
cualquier situación sin necesidad de recurrir al abuso. El clínico puede hacer que
la experiencia de abuso de sustancias sea muy desagradable, resolver cualquier
depresión subyacente, un fenómeno tan común entre los que abusan de sustancias
pero tan pocas veces diagnosticada (muchas veces la sustancia de la que se abusa
se usa como automedicación para tratar la ansiedad asociada a la depresión), e
incluso se pueden recrear hipnóticamente las sensaciones positivas de la sustancia
sin tomarla realmente.
Resolver los problemas de abuso de sustancias puede ser un proceso de
reintegrar los elementos disociados y reformular tanto el significado de la con-
ducta autodestructiva como las implicaciones del sistema de creencias del cliente
(Alman y Lambrou, 1992; Hammond, 1990; Levitt, 1993; Lynn, Neufeld, Rhue y
Matorin, 1993; Orman, 1991; Page y Handley, 1993; Spiegel y Spiegel, 1987;
Zeig, 1985).

CONCLUSIÓN

Aprender cómo, cuándo y dónde aplicar las diferentes experiencias te-


rapéuticas disponibles a través de la hipnosis requiere años de práctica y es-
LA HIPNOSIS EN EL TRATAMIENTO DE TRASTORNOS COMUNES 179

tudio. Este capítulo ha expuesto al estudiante algunas de las muchas formas en


que se puede aplicar la hipnosis de manera creativa y significativa. Cuanto
mayores sean los conocimientos que tenga uno sobre los componentes que forman
parte de todos y cada uno de los síntomas, mayor será el respeto que sentirá por
toda la integridad del sistema perfectamente equilibrado llamado «cliente».

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CAPITULO 21

MUESTRA DE LA TRANSCRIPCIÓN DE UN TRANCE:


CONSTRUIR LÍMITES

El proceso hipnótico de este capítulo tiene que ver con aspectos asociados al
establecimiento y mantenimiento de una sensación clara de los límites personales.
Lo bien que uno define dichos límites constituye uno de los componentes clave de
la experiencia personal. Cuando hablo de límites hago referencia a la capacidad
para separar la propia experiencia de la de los otros y para dividir las experiencias
globales en las partes que las componen. La claridad respecto a lo que separa a
una persona de otra o una experiencia de otra nos permite centrarnos de forma
selectiva en una dimensión particular de la experiencia y amplificarla y, por lo
tanto, minimizar la conciencia que se tiene de otra dimensión de la experiencia
diferente.
Un patrón de pensamiento común que subyace a muchos problemas es la
tendencia a tener lo que se llama «pensamiento global»: el pensador global,
metafóricamente hablando, ve el bosque pero no ve los árboles, puede ver una
gran imagen pero no ve los elementos pequeños que la componen. En
consecuencia, tiene dificultades para separar su experiencia en diferentes
componentes y poder centrarse en ellos secuencialmente y con cierto orden de
prioridad. Por ejemplo, por eso algunas personas se sienten desbordadas.
Normalmente tienen una conciencia global (aparentemente simultánea) de todos
los problemas a los que se enfrentan en la vida y esto es algo que desbordaría a
cualquiera. Por lo tanto, una meta específica del tratamiento es enseñar a la
persona no sólo a identificar todos los problemas sino a alcanzar cierto sentido de
la prioridad y establecer una secuencia para abordarlos y crear estrategias
específicas para ello.
Existe una habilidad cognitiva concreta conocida como
«compartimen-talización» que consiste en poder separar elementos de la
experiencia de forma eficaz, que puede ser útil para la persona de muchas
maneras. Significa, por ejemplo, que en la relación consigo misma la persona es
capaz de separar sus pensamientos de sus emociones, o sus impulsos de sus actos,
o su vida personal de la profesional. Al establecer límites definidos que expliquen
186 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

claramente cada parte de la persona, ésta es más capaz de elegir qué parte de sí
misma va a responder en una situación particular. Si uno piensa que el tipo de
problemas que experimenta o ve experimentar a otra gente muchas veces ocurren
porque la persona queda absorta en un elemento de la experiencia que no
funciona. Considérese, por ejemplo, la persona que va a coger un avión para
viajar a algún lugar y empieza a generar en su cabeza imágenes terribles y
detalladas de accidentes aéreos, que no son las más útiles en esos momentos. El
hecho de que la persona tenga dichas imágenes no es el problema: muchas
personas se planterarían algunas posibilidades negativas (aunque sólo sea porque
el asistente de vuelo reclama nuestra atención mientras revisa los procedimientos
de emergencia antes de despegar), pero difieren en cómo se centran en ellos y los
amplifican.
Considérese otro ejemplo: ¿qué ocurre cuando uno se siente atraído por otra
persona que sabe que no es buena para él/ella, o cuando desea algo muy caro que
no se puede permitir comprar?; ¿qué ocurre cuando el corazón dice claramente
«sí» pero intelectualmente y a un nivel más lógico no es consciente de que la
situación es demasiado arriesgada y que debería dejar pasar la oportunidad? En
otras palabras, ¿qué pasa cuando el corazón dice «sí» y la cabeza dice «no»? La
compartimentalización y los límites claros nos permiten separar los sentimientos
de los pensamientos y los actos y hacer lo que parece mejor a largo plazo: algo
de lo que uno se sentirá contento. Está claro que la compartimentalización está
relacionada con una orientación hacia el futuro, y subyace a la habilidad conocida
como «control de impulsos».
De la misma manera que los límites son muy importantes a la hora de definir
la relación con uno mismo a nivel interno, también lo son para regular la relación
con los otros. Puede parecer obvio que la experiencia de otra persona no es la
propia pero lo que ocurre muchas veces es que reaccionamos a otra gente como si
fueran nosotros mismos o una extensión nuestra. Uno tiene que ser capaz de
separar claramente quién es él de quiénes son los demás. Por ejemplo, si yo le
digo a alguien «creo que eres una persona demasiado agresiva», ¿eso significa que
la persona es realmente agresiva?; ¿por qué diría yo eso de alguien? Desde luego,
la persona tendría que considerar, al menos por un momento, mi reacción de que
quizá es demasiado agresiva. Tendría que detenerse y revisar nuestras
interacciones y pensar si mi observación es válida. Pero, además, tendría que dar
un paso más en su pensamiento y clarificar los límites entre ella y yo. Ha de ser
capaz de preguntarse a sí misma cosas como ¿por qué habrá dicho Michael que
soy demasiado
MUESTRA DE LA TRANSCRIPCIÓN DE UN TRANCE: CONSTRUIR LÍMITES 187

agresivo/a?, ¿hay algo en su experiencia (independiente de mí) que le lleve a decir


eso? Simplemente con la segunda pregunta la persona empieza a establecer
distinciones entre ella y su experiencia y yo y la mía. Por una parte ha de
considerar que es demasiado agresiva pero por otra que quizá yo soy un pobre
hombre al que se intimida con facilidad y por eso la considero demasiado
agresiva.
Ahora vamos a analizar la diferencia entre esas dos interpretaciones. En la
primera la persona se define a sí misma como demasiado agresiva, aceptando mi
observación sin hacer ninguna crítica. En la segunda se da cuenta de que mi
comentario es una información sobre mí mismo y mis sentimientos hacia ella,
aunque lo que yo dije era respecto a ella. La tarea consiste en buscar evidencias
para validar una interpretación sobre el otro en vez de aceptar lo que otra persona
dice de uno mismo sin ninguna crítica.
Los límites separan y definen las relaciones. Esto quiere decir que los roles
que tenemos en un momento dado definen más claramente lo que es posible y lo
que no entre nosotros. Yo puedo ser el psicólogo clínico de alguien pero si lo soy,
¿puedo ser también su amigo personal? ¡no! Existe una línea que separa
claramente dos relaciones tan diferentes. Si soy el psicólogo de alguien no puedo
ser su amigo personal porque la primera es una relación personal que requiere que
yo tenga claridad para poder dar un feedback objetivo sin las consideraciones
emocionales y el tipo de familiaridad que acompañan a las amistades personales.
Imagínese que la persona es padre o madre: ¿le gustaría ser el padre de su hijo?,
¿le gustaría ser amigo de su hijo? Hay una línea que separa ambos roles y uno no
puede desempeñar los dos de manera eficaz.
La meta del proceso hipnótico que aparece a continuación, y que no implica
interacciones, es ayudar a dibujar líneas claras y a protegerlas, que es lo mismo
que establecer límites y protegerlos. Ciertamente uno ha de saber que otras
personas intentarán hacer presión y romper dichos límites. La gente quiere
siempre tu tiempo, tu dinero, tu cuerpo, tus conocimientos, tu apoyo, tu lo que
sea... Y por eso es probable que uno se encuentre con un jefe que quiere una
relación personal, o un maestro que quere ser tu padre o un padre que quiere ser tu
amigo. El hecho de que los límites de las otras personas sean tan débiles que
intentarán romper los límites entre tú y ellos será algo difícil de notar.
Las personas se utilizan entre sí para obtener beneficios personales. Cuando
se produce una situación equilibrada entre ambos esto puede ser
188 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

bastante sano, pero cuando alguien usa al otro en su propio beneficio y en


detrimento del otro la situación ya no es sana. Por lo tanto, en este proceso es
importante el objetivo adicional de aprender a reconocer los intentos y tácticas de
los otros para manipular. Los métodos que utilizan los demás para conseguir que
uno rompa sus límites y controlarle son tácticas como la culpa, el halago, la
seducción, el enfado y la intimidación o el rechazo. Obviamente existen más
tácticas para conseguir que alguien cumpla con los propios deseos y rompa el
sentido de los límites personales que tenía. Cada uno es el único que se puede
proteger a sí mismo de la manipulación de los otros. Pero esto sólo se puede hacer
si se tiene un sentido claro de los propios límites.
El proceso hipnótico que se presenta aquí pretende ayudar al lector a tener
una sensación de quién es él/ella y cuáles son sus diferentes partes y cómo usarlas
de manera eficaz en cada situación que se tenga que afrontar. Cada parte de uno
mismo es valiosa, y a veces uno puede hacer caso a su corazón y otras a su
cabeza. En ocasiones uno sigue los propios impulsos y otras los puede dejar pasar
y pensar. No existen fórmulas para vivir y sentirse bien; lo que uno puede hacer es
valorar qué es lo que mejor le funciona en cada situación, basándose en los
resultados.

Ahora vamos a empezar... se puede poner en una posición cómoda y em-


pezar a orientarse... en lo que probablemente ahora es una experiencia fami-
liar... permitiéndose relajarse cómodamente... permitiendo que le absorban di-
ferentes ideas... y diferentes maneras de experimentarse a sí mismo/a... se da
cuenta gradualmente... de lo claro que empieza a ser para usted... lo interno...
lo que le define a usted como que es usted... y lo que está fuera... que sigue es-
tando en el mundo externo... del que usted siempre forma parte... pero del que
paradójicamente siempre está separado/a... Por lo tanto, ahora y al inicio de
esta experiencia... a medida que deja que sus ojos se cierren... y deja que su
atención vague sin rumbo en su interior... puede ser consciente de que hay di-
ferentes elementos en la experiencia... que puede centrar su atención en... una
parte de quién es usted... está representada por los diferentes pensamientos que
pasan por su mente... Cualquier cosa en la que piense... que se le ocurra... en
respuesta a lo que yo describo... y también en respuesta a sus propios pensa-
mientos... a medida que un pensamiento provoca otro, que a su vez provoca
otro... a medida que su mente salta de un pensamiento a otro, y de un lugar a
otro... Toda esa experiencia mental... experiencia consciente... que es una parte
muy importante de quién es usted... También hay otra parte de usted que vale
la pena reconocer... es decir, el aspecto físico de su experiencia... la sensación de
MUESTRA DE LA TRANSCRIPCIÓN DE UN TRANCE: CONSTRUIR LÍMITES 189

su cuerpo... mientras se relaja cómodamente en la silla... ¿qué parte de su cuer-


po... parece relajarse primero?... ¿y en qué momento empieza a darse cuenta...
de que su respiración se vuelve más lenta... de que su pulso se enlentece?... ¿qué
parte de su cuerpo empieza a sentir más distante?... ¿y qué parte más cerca-
na?... Hay tantos aspectos diferentes de la experiencia física... Y otra parte va-
liosa de usted... es la parte que tiene sentimientos... respecto a lo que estoy di-
ciendo... curiosidad respecto a lo que va a poder descubrir... y usar... para su
propia satisfacción... Sus sentimientos de bienestar... y de ser capaz de adaptar-
se... y disfrutar... de los momentos tranquilos como éste... sin tener que pensar...
sin tener que analizar... un momento para poder «estar» simplemente...
Sentimientos de bienestar... de orgullo por lo que sabe... de confianza de poder
aprender... de relajación por no tener que decir nada... ni hacer nada... ¿y cuán-
tas partes de usted están allí?... Hay partes optimistas... y partes pesimistas...
partes que quieren trabajar... y otras que quieren jugar... algunas que les gusta
pensar en el futuro... y otras en lo que pasó... algunas a las que les gusta estar
con los demás... y otras a las que les gusta estar solas... partes que piensan... par-
tes que sienten... y tantas otras que podría nombrar cientos de ellas... y lo que
va a descubrir ahora... es que cada parte de su experiencia... tiene un maravi-
lloso potencial... de ser valiosa... alguna vez... en algún lugar... Saber que puede
entrar... y quedar abierto/a a una parte de la experiencia... es un conocimiento
valioso... es como si la luz de su conciencia... encendiera una parte concreta de
sí mismo/a... en una situación... en la que pudiera controlar habilidad...
También está descubriendo... la facilidad con la que el mal acoplamiento entre
una parte suya y una situación... puede generar problemas... Sabe, por ejemplo,
que si va a ir a una fiesta... es importante que pueda ir a su interior y sacar su
parte social... la parte a la que le gusta la gente y disfruta estando con otras per-
sonas... que le gusta reír y bromear... y oír las perspectivas de otras personas... y
compartir las experiencias de otros... éstas son las cosas que pueden hacer que
una fiesta sea divertida... pero ¿qué ocurriría si alguien fuera a ir a una fiesta...
y estuviera muy absorto en su experiencia interna... como el mal humor... sepa-
rándose de manera efectiva... a sí msmo/a de los demás?... Y ahora se da cuen-
ta... de que a veces esta absorto en cosas internas... introspectivamente... y que
a veces está absorto en cosas externas... estar absorto internamente en una fies-
ta... no encaja mucho... y los sentimientos serán dolorosos... y negativos... al eva-
luarse a uno mismo... de camino a casa... al volver de la fiesta... preguntándose
de forma autocrítica... por qué no pudo entrar... en el encuadre mental de la
fiesta... Hay muros en todas las personas... que uno puede construir... y que uno
puede derribar... cuando se da cuenta... Muros que separan... diferentes partes
de su experiencia entre sí... como si cada una estuviera en un compartimento...
Y se puede imaginar con facilidad que camina por un vestíbulo... que tiene mu-
chas puertas a ambos lados... de manera que si abre una puerta en particular
190 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

puede entrar en sus pensamientos... o si abre una puerta diferente puede entrar en sus
sentimientos... e incluso si abre otra puede entrar en sus vulnerabilidades... o si abre
otra puede entrar en sus puntos fuertes... Qué extraordinaria sensación de control... de
poder personal... cuando conoce y valora todas las partes de usted mismo... y sabe
cómo... entrar y salir de cada una... ¿Y no es valioso poder aprender de la experiencia
de los demás?... Recuerdo que no hace mucho tiempo trabajé con una persona... que
describía que vivía con una mujer a la que quería mucho... pero se daba cuenta de que
muchas veces por la mañana... antes de irse a trabajar... y dirigirse hacia caminos
diferentes durante el día... tenían pequeñas discusiones... conflictos simples como
quién recogería la leche al volver a casa... o quién se pararía y compraría el periódico
antes de volver... Y se decían entre sí cosas que no eran particularmente agradables ni
educadas ni cariñosas... Estaba hundido... y estaba tan triste que decía que ni siquiera
podía ir a trabajar... y estaba tan confuso respecto a cómo podían tener esas
discusiones... y su novia podía seguir yendo a trabajar... Qué importante fue que
aprendiera... a separar su vida personal... de su vida laboral... sus sentimientos
personales... de su capacidad para funcionar... en el trabajo... E incluso dentro de sí
mismo... necesitaba aprender a separar su frustración y su enfado... de las cosas que
decía a su novia... para afrontar las diferencias entre ellos... sean grandes o pequeñas...
de manera respetuosa... Los sentimientos internos de rabia se pueden separar de...
decir cosas que son mezquinas o destructivas... Hay un muro que separa las
emociones de las acciones... la rabia de la violencia... los sentimientos de deseo o
atracción de las conductas irresponsables... y usted está descubriendo ahora... que
puede separar diferentes partes de su experiencia... que incluso puede separar la
experiencia que tiene normalmente de usted mismo de la que tiene cuando está
hipnotizado... y puede separar todas las cosas que tiene que hacer más tarde hoy... de
esta experiencia que está teniendo ahora... de relax... y escucha... y aprendizaje...
Ahora sabe... que todos los países... todos los Estados... tienen sus fronteras... Existe
una línea... que separa... Estados Unidos de Canadá... y Estados Unidos de México...
Hay una línea que separa... el Estado en el que usted vive... del Estado vecino... y la
ciudad en la que vive... de la ciudad de al lado... Estados Unidos... incluso tiene...
patrullas de aduanas... que tienen la tarea de mantener la integridad de nuestras
fronteras... para dejar dentro lo que debe quedar dentro... y dejar fuera lo que se debe
quedar fuera... Y una de las misiones de nuestra nación... es ser capaz de proteger
nuestras fronteras... para que nos puedan definir a nosotros... como nosotros... A
cualquier lugar que vaya... cada país tiene sus fronteras... y su propia manera de
definirse... su cultura... su lenguaje... sus costumbres... Ahora, usted sabe tan bien
como yo... con cuánta frecuencia... un grupo de personas invade a otro grupo... y
cruza los límites... e intenta imponer sus deseos y su forma de vivir... No es diferente
a nivel individual... usted puede em-
MUESTRA DE LA TRANSCRIPCIÓN DE UN TRANCE: CONSTRUIR LÍMITES 191

pezar a ver claramente... las personas que le buscan... las cosas que quieren... Y
ahora está usted... y sus límites... y su capacidad para proteger dichos límites...
que impiden que le absorban los planes de otra persona... siendo capaz de re-
sistir con facilidad... sus tácticas de culpabilizar... o de intimidación... o de lo
que sea... para poderse proteger... de manera hábil... cuidadosa... poderosa... Y
está aprendiendo... más deprisa de lo que es consciente... que cada parte es va-
liosa... en algún lugar... en algún momento... Ya sea una parte enfadada... o una
parte alegre... una parte afectuosa... o una crítica... tiene un propósito valioso...
cuando la usa bien... Y lo que está aprendiendo ahora... es que puede tener la
capacidad... de entrar deliberadamente en una parte de usted mismo... esto es
siempre una elección suya... Así que cuando hace algo que no va muy bien...
puede encontrar su parte compasiva... y quedar absorto en ella... Y cuando ex-
perimenta tensión... puede encontrar la parte de usted que sabe cómo relajar-
se... Y cuando descubra que está siendo autocrítico... puede encontrar la parte
que es paciente... y aceptar... y deleitarse en ella... Su experiencia es suya y de
nadie más... Y cuando se da cuenta de que... no importa cuánto le quiera al-
guien... si se rompe una pierna... usted tendrá que llevar la escayola... nadie más
la llevará por usted... siempre hay... un límite que le separa a usted de los otros...
Y qué afortunado es de que la vida sea así... de manera que usted puede ser us-
ted... y puede desarrollar todas las partes de usted mismo plenamente... Saber
cómo y cuándo usar cada una de ellas... de maneras que le hagan sentir bien...
Y así, disfrutar... de los sentimientos de bienestar... y tomarse algún tiempo para
procesar la experiencia... integrando nuevos conocimientos... y usando dicha
experiencia de manera hábil... y cuando se sienta preparado, puede cerrar esta
experiencia cómodamente... reorientándose gradualmente cuando se sienta
preparado,., y reorientándose plenamente y abriendo los ojos cuando le parez-
ca un buen momento para hacerlo...

Esta transcripción figura en el vídeo Using hypnosis in the treatment of depression,


reali-por Michael D. Yapko (Brunner/Mazel, 1992).
CAPÍTULO 22

RECUERDOS, SUGESTIONABILIDAD Y CONTROVERSIA


SOBRE LOS RECUERDOS REPRIMIDOS

Considérese a una mujer que acude a psicoterapia y nos indica que sufre
pesadillas terribles, desórdenes alimentarios, así como dificultades en las
relaciones interpersonales, especialmente con hombres. Dice no tener ninguna
idea acerca del origen de estos síntomas, pero su psicoterapeuta le sugiere
directamente que puede que «haya sido objeto de un abuso sexual y haya
reprimido los recuerdos alrededor de este hecho». Ella no recuerda nada, ni
siquiera leves indicios de ningún acontecimiento de ese tipo.
A través de la hipnosis y otras técnicas de regresión temporal basadas en la
hipnosis (como la visualización, o la imaginación guiada), recupera con rapidez
algún recuerdo que le sugiere un abuso sexual ocurrido a una edad muy temprana.
¿Sucedieron realmente estos episodios de abuso? ¿Es posible que se hayan
fabricado estos recuerdos con el fin de acomodarse a las expectativas y
sugerencias del psicoterapeuta? ¿Es posible llevar a alguien a creer que ha sido
objeto de un abuso sexual cuando este episodio tal vez no tenido lugar nunca?
Hoy, todas estas difíciles preguntas se encuentran todavía en el corazón de
las más importantes controversias en el mundo de la psicoterapia actual. Por un
lado, nos encontramos con clínicos e investigadores que creen que los traumas
reprimidos relativos al abuso sexual pueden y deben identificarse a partir de una
revisión exhaustiva de la lista de síntomas conocidos del paciente (Blume, 1990;
Fredrickson, 1992). Creen además que el tratamiento debe incluir en primer
término una eliminación de la represión, a través de técnicas de recuperación de la
memoria, seguido de un profundo trabajo con el material traumático
recientemente recuperado, con el fin de ayudar al cliente a encontrar soluciones
que no conlleven la aparición del síntoma. Les preocupa asimismo que los
perpetradores de abusos sexuales puedan encontrar nuevas formas para evadir su
responsabilidad alegando que el abuso es producto de unos recuerdos falsos. Y,
para acabar, creen que los recuerdos que se recuperan en el proceso de terapia son
esencialmente verdaderos,
194 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

y deben ser considerados como tales antes de que el tratamiento se lleve a cabo.
En el otro extremo de la controversia se hallan aquellos clínicos e inves-
tigadores que se muestran escépticos ante la habilidad de algunos para diag-
nosticar que alguien presenta recuerdos reprimidos por un trauma ante conjuntos
de síntomas que pueden explicarse bajo otras hipótesis (Ganaway, 1991; Loftus,
1993). Después de todo, no es posible estudiar la represión de una forma directa,
tan sólo puede llegar a inferirse. (No se le puede preguntar a alguien: «¿Está usted
reprimiendo recuerdos acerca de un abuso sexual?», ya que si él o ella tienen
conciencia del hecho, querrá decir que no lo están reprimiendo.) Estos clínicos e
investigadores creen además que al llegar a la conclusión de que el cliente ha
sufrido un abuso y que está reprimiendo los recuerdos que tienen que ver con este
acontecimiento, los psico-terapeutas pueden, ya sea de una forma consciente o
inconsciente, estar influyendo en el cliente para que llegue a la misma conclusión,
cuando ésta quizás no sea cierta. Les preocupa mucho el hecho de que gente
inocente pueda verse acusada falsamente, y que, como consecuencia de ello, se
puedan llegar a destrozar sus vidas. Reconocen que la gente, especialmente en
situaciones de alta vulnerabilidad como puede ser una situación de psicoterapia, se
ve influida a pensar que se han producido actos desagradables cuando éstos tal vez
no tuvieron lugar.
Se han hecho numerosos esfuerzos para estudiar el grado de
sugestio-nabilidad a que se pueden someter los recuerdos. Investigaciones como
las de Laurence y Perry (1983); Orne (1979); Sheehan, Statman y Jamieson
(1991); Lyyn, Milano y Weekes (1992); y Loftus (1993) apoyan la hipótesis de
que la memoria es reconstructiva, no reproductiva. Así pues, la precisión de la
memoria se puede ver influida por diversos factores, entre los que se incluyen la
sugestión y la falta de información (Bower, 1981; Labelle, Laurence, Nadon y
Perry, 1990; Loftus, 1980; Lynn, Weekes y Milano, 1989; Sheehan y Grigg,
1985).
Otro de estos factores, la represión, constituye una variable especialmente
complicada ya que todavía no se conoce del todo la influencia que puede ejercer
en la precisión de la memoria que se recupera (Loftus y Yapko, 1995).
Concretando, no se sabe muy bien la forma en que la represión puede disminuir o
aumentar la precisión de los recuerdos enterrados hace bastante tiempo (ni
siquiera si llega a hacerlo), ni tampoco el grado en que diversos procedimientos
centrados en la sugestión (hipnosis) empleados
RECUERDOS, SUGESTIONABILIDAD Y CONTROVERSIA 195

para recuperar estos recuerdos reprimidos pueden estar contaminando los


recuerdos que se derivan de su utilización (Dywan y Bowers, 1983; Kihlstrom y
Evans, 1979; Laurence, Nadon, Nogrady y Perry, 1986; Loftus y Hoffman, 1989;
Watkins, 1989).
En el momento en que los psicoterapeutas empiezan a sospechar y pasan a
buscar de forma intencionada una historia de abuso que pueda haberse visto
reprimida en un cliente determinado, sus creencias sobre los recuerdos y su
respectiva toma de conciencia (así como su falta de ella) bajo influencias
sugestivas se van a hallar directamente implicadas en la misión que el terapeuta
emprende de «búsqueda y captura» de estos recuerdos. Por ejemplo, la creencia de
que alguien puede almacenar y recordar posteriormente recuerdos de
conversaciones y experiencias ocurridas en los primeros instantes de vida puede
llevar al psicoterapeuta a usar técnicas psicotera-péuticas totalmente diferentes de
las que usaría si no tuviera esta creencia (Yapko, 1990).
Desgraciadamente, muchos psicoterapeutas creen en vidas pasadas, en la
reparación y precisión de los recuerdos infantiles, y en la infalibilidad de la
hipnosis como herramienta para recuperar recuerdos precisos (Yapko, 1994a).
Muchos de ellos continúan manteniendo la rígida e infundada creencia de que
deben existir, en algún sitio o manera, recuerdos exactos de las experiencias
vividas, y que todo lo que a uno le hace falta es conseguir la «llave» correcta para
«abrir» este recuerdo. Recuerdos falsos vivamente detallados y expresados de
forma dramática pueden aceptarse como verdaderos debido simplemente a las
creencias preexistentes del psicoterapeuta (Scheflin y Shapiro, 1989).
Sin la evidencia objetiva de una cámara fotográfica o de vídeo que lo co-
rrobore, ¿cómo va a poder distinguir entre un recuerdo real y una confabulación?
Esta pregunta va directa al fondo de la cuestión, y la respuesta resulta del todo
desalentadora: no existe ningún método objetivamente demostrable que sea capaz
de llevar esto a cabo. Esta conclusión representa la respuesta unánime dada desde
ambas partes de la controversia (Yapko, 1994a, 1994b).
La ciencia de la salud mental no conoce todavía demasiadas cosas acerca de
la represión de recuerdos traumáticos. De hecho, hay quien cuestiona la existencia
misma de la represión (Holmes, 1990). ¿Existe realmente la represión? La
evidencia sugiere con fuerza que, efectivamente, sí existe. Pero en todo caso, lo
que los clínicos todavía no han descubierto es cómo funcio-
196 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

na realmente la represión que existe en torno al abuso sexual en la infancia.


Todavía no se conoce la autenticidad de recuerdos que han permanecido en-
terrados durante veinte o treinta años y que de repente emergen en la superficie de
forma dramática, como consecuencia de una lectura, de un libro de autoayuda o de
una sesión psicoterapéutica. No sabemos si cada vez que encontramos un síntoma
pueden haber recuerdos reprimidos detrás, o si están esperando a ser descubiertos
para considerarlos la fuente de los problemas del cliente, ni siquiera si sería
posible que estos mismos síntomas existieran independientemente de las
experiencias negativas que hayan podido verse reprimidas. No sabemos desde qué
edad pueden haberse estado reprimiendo recuerdos. No sabemos si el trauma hace
que los recuerdos reprimidos sean más o menos precisos en un individuo en
concreto. No sabemos qué técnicas destinadas a recuperar recuerdos reprimidos
los van a alterar de forma significativa simplemente por hacer uso de ellos. No
sabemos por qué algunas personas reprimen un tipo especial de traumas y otras
personas no lo hacen. No sabemos por qué hay gente que nunca presenta
recuerdos traumáticos, aunque se sepa desde un punto de vista objetivo que haya
ocurrido algo en sus vidas, mientras que otros presentan recuerdos que van y
vienen de sus vidas. Todos estos interrogantes representan áreas de investigación
que todavía no han sido enfocadas con profundidad.

IMPLICACIONES CLÍNICAS

Tratar estos asuntos a nivel clínico es difícil. El resto de este capítulo está
dedicado a ofrecer algunas indicaciones de cómo tratar estos aspectos tan
delicados. Esta sección se reimprime con permiso de un artículo que escribí para
un número de The Family Therapy Networker (Yapko, 1993a).
¿Cómo van a navegar los terapeutas entre los oscuros terrenos de la mentira
y la innegable realidad que abarca gran parte de la terapia? Supongamos que un
cliente me dice: «Me hipnotizaron (o hice un "trabajo de imaginación" o una
"meditación guiada") y el terapeuta descubrió algunos recuerdos aparentemente
reprimidos que indican que sufrí abusos sexuales en la infancia». Suponga
también que, aunque el cliente no sospechaba el abuso hasta que se le diagnosticó,
sus síntomas hacen que dicho diagnóstico sea posible. ¿Cómo puede estar seguro
el terapeuta de las necesidades del cliente y abierto a la posibilidad de que el
abuso fuera real sin confabu-
RECUERDOS, SUGESTIONABILIDAD Y CONTROVERSIA 197

larse con un diagnóstico cómodo que puede mostrar más evidencia de sugestión
que de realidad y de observación terapéutica? (Sheehan y McConkey,
1993;Yapko, 1993a, 1993b).
Primero y principal, un terapeuta no debe llegar demasiado rápido a la
conclusión de que hubo abuso simplemente porque es verosímil. Los síntomas no
son evidencia de un abuso. Si el cliente nunca antes ha mencionado que le hayan
molestado y nunca se ha identificado antes como la víctima de un abuso, el
terapeuta no debería ser quien lo sugiriera. Por supuesto, hay ocasiones en las que
el terapeuta tiene buenas razones para sospechar y cree necesario mencionar la
posibilidad al cliente. Sin embargo, si hay resistencia el terapeuta no lo debería
patologizar como «negación» sino que debería esforzarse por crear una atmósfera
en la que el cliente finalmente tome la decisión de seguir adelante o no con el
tema.
Un terapeuta no debería suponer que un cliente que no puede recordar
muchas cosas de su infancia está reprimiendo recuerdos traumáticos o está
negando. Se crea o no, hay personas orientadas al futuro o a experiencias del aquí
y ahora cuya experiencia subjetiva es que los recuerdos de la infancia son bastante
pobres porque no los cuidan mucho o no se molestan en recordarlos. Además,
aceptar la teoría de una amnesia de base traumática como explicación de la falta
de recuerdos de infancia o la primera juventud se opone abiertamente a la
investigación sobre la maduración cognitiva. La investigación muestra que los
recuerdos son, cuanto más, inciertos hasta los dos años; antes de dicha edad los
niños, aparentemente, no tienen estructuras mentales para formar recuerdos
coherentes a largo plazo. La idea del «recuerdo corporal» es un constructo
cómodo para mantener la creencia en los recuerdos objetivos, pero es poco
objetiva.
En cualquier caso, ningún terapeuta debería sugerir nunca, ni directa ni
indirectamente, la existencia de un abuso fuera de un contexto terapéutico es-
pecífico: desde luego nunca a un cliente que llama por teléfono para pedir una
primera cita. Tampoco debería hacer preguntas inductivas que implicaran una
respuesta deseada o correcta. Por ejemplo, no hacer preguntas como: «¿Cuándo
sufrió un abuso? ¿Cómo se abusó de usted?». En el contexto hipnótico, dichas
preguntas sugestivas se basan en lo que llamamos presuposiciones: presuponen
que el abuso realmente ocurrió y todo lo que se ha de determinar es cuándo y
cómo. Las presuposiciones son útiles en terapia; preguntar a un cliente: «¿Cómo
se sentirá cuando descubra que puede tener el tipo de relación que quiere?»,
genera expectativas de cambio positivo en terapia.
198 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Pero, por otro lado, las presuposiciones respecto a la realidad de un abuso pueden
crear la verdadera patología que el terapeuta supuestamente está tratando.
El cliente es más vulnerable a las sugestiones y a la influencia adversa de las
preguntas inductivas cuando la terapia empieza a ahondar en situaciones dolorosas
del pasado, sobre todo de la infancia. En estos momentos el terapeuta es probable
que pregunte: «¿Cuántos años tenía?, ¿dónde estaba?, ¿qué estaba pasando?,
¿había alguien por allí?, ¿qué se dijo en la interacción entre tú y esa persona?».
Tales preguntas son necesarias cuando sirven para determinar lo que estaba
experimentando el cliente, pero los terapeutas deberían tener cuidado de no
deslizar más preguntas inductivas como: «¿Se sintió incómoda con la
interacción?, ¿recuerda lo avergonzado/a y asustado/a que le hizo sentir?».
Incluso si después de haber formulado preguntas neutrales el cliente tiene un
recuerdo claro de abuso, el terapeuta debería estar abierto a otras posibles fuentes
de influencia externa en la vida del cliente. Por ejemplo, ¿ha leído mucha
bibliografía sobre incesto, o ha estado presionado por un hermano, o ha
colaborado activamente con un grupo de víctimas?
Cuando se planifica una sesión con el propósito de descubrir información
importante, incluidos recuerdos reprimidos de abuso, el terapeuta debería
plantearse grabar la sesión e incluso transcribir las preguntas formuladas. Este tipo
de autocontrol permite al clínico determinar mejor si él en algún momento sugirió
inadvertidamente la posibilidad de abuso, provocando «recuerdos» ficticios en un
cliente cumplidor y motivado por la tarea. Dado el daño que pueden causar las
acusaciones sobre abuso sexual no fundamentadas, los terapeutas deberían
infundir en su práctica un poco de tolerancia a la ambigüedad y a lo que realmente
ocurrió, sobre todo cuando el cliente informa que sus recuerdos han aparecido de
repente en grupos de apoyo para víctimas de abusos, por ejemplo, o después de
leer libros sobre el tema. En estos casos tan ambiguos, lo sabio probablemente es
corroborar la información con informes médicos y escolares de la infancia del
cliente, y entrevistando a la familia y a los amigos respecto a los incidentes: será
mejor cuanta mayor evidencia externa se tenga.
Los terapeutas también deberían ser cautos y no sugerir a sus clientes que
corten la comunicación con sus familias. Uno de los aspectos más destructivos de
la epidemia de abusos es la ruptura de familias a raíz de las acusaciones realizadas
por un hijo o una hija. Los miembros de la familia
RECUERDOS, SUGESTIONABILIDAD Y CONTROVERSIA 199

no necesariamente están mintiendo ni negando si rechazan las acusaciones. No se


debería descartar la posibilidad de que estén diciendo la verdad o que
experimenten ellos mismos dudas dolorosas y confusión respecto a lo que
realmente ocurrió. Ciertamente, las dudas son inherentes al contexto,
especialmente en los miembros de la familia no abusadores. Se han de preguntar
si el abuso ocurrió realmente o no; y si ocurrió, llegarán a aceptar la verdad sólo a
través de una comunicación abierta. Incluso si ha habido abuso, es una
irresponsabilidad encuadrar las dudas predecibles y la incredulidad como
negación tóxica e insistir precipitadamente para que el cliente abandone a sus
padres y hermanos. Separar a la familia innecesariamente en pro de la «curación»
es como curar una enfermedad matando al paciente.
Finalmente, los terapeutas deberían reconsiderar la filosofía de tratamiento
«si no hay dolor no hay curación». Parte de la presión para recuperar recuerdos a
cualquier precio proviene de la creencia común de que se ha de recordar y
elaborar cada detalle doloroso del abuso para que el cliente pueda empezar a
mejorar. Esta teoría no funciona para todo el mundo, sobre todo no para las
víctimas de abusos. Hacer un trabajo de recuerdos inexorablemente durante
períodos largos de tiempo puede hacer empeorar a algunos clientes. Se ven
forzados a sacar a la luz más de lo que se sienten capaces de manejar. Los
enfoques que enfatizan la búsqueda de recursos en vez del trabajo de recuerdos
pueden ir mejor y se deberían tener en cuenta al formular un plan de tratamiento
para un individuo en particular.
Como terapeutas predispuestos a agradar y creer a nuestros clientes, a
empatizar con su dolor y a ponernos de su parte, podemos estar también
predispuestos a permitir que se deslice lo que nos dicen nuestras facultades
críticas cuando se llega a la verdad literal de lo que nos están contando. Puesto
que el abuso infantil es tan terrible, no queremos estar en la posición de dudar de
las personas que los han sufrido de manera horrible. Al mismo tiempo, las falsas
acusaciones no se pueden rechazar simplemente porque van en contra de nuestras
inclinaciones terapéuticas, o porque son políticamente incorrectas, sobre todo
cuando las consecuencias de dichas acusaciones (sean ciertas o falsas) son tan
calamitosas.
Como terapeutas nos gusta pensar en nosotros mismos como si fuéramos
buena gente. Podemos suponer que algunos terapeutas son dañinos, pero es duro
pensar que podemos hacer daño a nuestros clientes inadvertidamente. No
obstante, si con el objetivo de combatir el abuso infantil ne-
202 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

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CAPÍTULO 23 ■

RESISTIR A LA RESISTENCIA

Desde siempre, la literatura referente a la hipnosis clínica ha tenido algo que


decir con respecto al tema de la resistencia del cliente. Mayoritariamente se
consideraba que la resistencia era la manifestación de sus defensas a la hora de
tenerse que enfrentar a sus conflictos intrapsíquicos. El tratamiento «adecuado»
consistía en la formulación confrontativa respecto a la resistencia, pasando
primero por intentar tomar conciencia de ella, para descubrir su origen y función y
finalmente colaborar a su resolución. Desde este punto de vista se consideraba
siempre como un problema del cliente, que actuaba como un mecanismo de
enfrentamiento intrapsíquico que requería del análisis y de la interpretación.
Cuando ésta interfería en el proceso de terapia, cosa que suele suceder
inevitablemente, se acusaba al cliente de saboteador. Se vertían diferentes
acusaciones e interpretaciones contra él, quien, desde luego, «en el fondo no
deseaba cambiar», o quizás era «demasiado resistente al progreso».
En todo caso, la resistencia es un fuerza que actúa en contra del objetivo
terapéutico. Se la reconoce ampliamente como un componente integral e
inevitable de dicho objetivo terapéutico, y prácticamente la totalidad de enfoques
que conozco reconocen la existencia de algún equivalente aproximado. Lo único
que difiere de un enfoque a otro es el aspecto racional que justifica su existencia y
las técnicas y tratamiento utilizados para su toma de conciencia.
Definir la resistencia como fuerza que actúa en contra de los intereses de la
terapia no sitúa la culpa ni en el ciente ni el terapeuta. En lugar de ver a la gente
que dice venir voluntariamente (si se hallan en terapia de forma no voluntaria el
caso cambia sustancialmente) en busca de ayuda sin desearla realmente, parece
mucho más práctico percibir la resistencia como la forma que el cliente tiene de
comunicarnos sus dificultades para relacionarse con el mundo (del cual el clínico
es también una parte). En otras palabras, visto así, la resistencia no constituye una
propiedad fija por parte del cliente, sino más bien un intento de comunicación que
nos indica los límites de lo que el clien-
204 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

te puede y no puede hacer. Y más que culpar al cliente, se haría mejor en aceptar
esta comunicación como un indicador válido de la experiencia que la persona
tiene de sí misma.
Situando esta perspectiva general en el contexto de la hipnosis, la resistencia
no se ve necesariamente como indicador de un sabotaje inconsciente por parte del
cliente. Frecuentemente lo que está pasando es que el cliente opta por no
responder de la manera deseada a la sugestión, por muy diversas razones, las
cuales tienen todas un denominador común: la sugestión no encaja bien en la
experiencia del cliente, llegando, de hecho, a contradecirla. La resistencia podría
verse entonces como la afirmación interpersonal de que las estrategias y
maniobras terapéuticas que se están llevando a cabo en el contexto de terapia no
son aceptadas en alguno de sus niveles por parte del cliente.
La resistencia constituye una fuerza bien real, y puede relacionarse a alguna
o a las dos principales áreas de tratamiento: resistencia a la hipnosis en sí misma,
y/o resistencia ante el progreso terapéutico (Brown y Fromm, 1986; Erickson y
Rossi, 1979; Grinder y Bandler, 1981; Yapko, 1984).

RESISTENCIA A LA HIPNOSIS

El origen de la resistencia a la hipnosis puede ser diverso. Una de las causas


más comunes está en el miedo ante lo que pueda suceder durante el proceso
hipnótico. Cuando el cliente no está informado de la naturaleza de este proceso,
puede empezar a sentir un gran temor.
También puede aparecer una cierta resistencia a la hipnosis cuando se
asocian fracasos hipnóticos del pasado, provengan éstos de una experiencia
personal o de algún ser cercano y creíble. También puede aparecer a partir de los
sentimientos negativos que el cliente tiene con respecto al terapeuta (aunque se
enfatice el valor de la alianza). Y la resistencia también puede tener su origen en
diversas variables contextúales, como el entorno inmediato, el estado de ánimo
del cliente, su salud o incluso el tiempo.
Ahora bien, la mayor parte de la resistencia puede atribuirse a la cualidad de
las sugestiones, en especial a lo bien que se adecúan a la experiencia del cliente.
El cliente opta por no someterse a la sugestión si se le imponen algunas técnicas
para que experimente algo que el terapeuta desea que experimente (por ejemplo,
hacer levitar un brazo), lo cual tiene muy poco que ver con lo que
RESISTIR A LA RESISTENCIA 205

realmente está experimentando o desea experimentar (Erickson y Rossi, 1981;


Fezler, 1986; Haley, 1973; Hilgard, 1991; Levitan y Jevne, 1986; Lynn y Rhue,
1991).

RESISTENCIA AL PROGRESO TERAPÉUTICO

La resistencia ante los objetivos terapéuticos coincide en muchos aspectos


con la dinámica de la resistencia a la hipnosis.
Son numerosos los posibles puntos de origen de esta resistencia al progreso.
Los bloqueos pueden aparecer debidos a los conflictos intrapsíquicos del cliente,
como por ejemplo el caso de las ambigüedades, tal y como se ha descrito con
detalle en numerosos escritos psicodinámicos.
También puede atribuirse al tipo de intervención empleada, en el caso de que
ésta contenga estrategias y maniobras inaceptables para el cliente. Más aún,
cuando el clínico trabaja a un ritmo mayor o menor de como trabaja el cliente, la
resistencia no tardará en salir a la superficie. También se da como consecuencia
de los sentimientos negativos hacia el clínico, o justo todo lo contrario,
sentimientos románticos o de idealización del terapeuta, que lo colocarán en un
pedestal del cual tarde o temprano acabará cayendo. Finalmente, debemos decir
que las variables ambientales también juegan un papel importante, incluyendo en
ellas las condiciones ambientales, la disposición y el estado de salud del cliente, y
cosas por el estilo. Es evidente que toda la sensibilidad que esté jugando un papel
relevante en la hipnosis también lo está haciendo en el proceso terapéutico en
general, ya que se aplican los mismos principios (Booth, 1988; deShazer, 1984;
Watzlawick, 1978; Zeig, 1980).

RESPONDER A LA RESISTENCIA

Está claro que la manera de enfrentarse a esta forma de comunicación


considerada como «resistente» está en función de cómo se conceptualice. El modo
en que se defina esta resistencia, y de quién se considere responsabilidad
determinará sí su concepción de la resistencia tiene que ver con una propiedad del
cliente o con una propiedad el clínico (por ejemplo, Bandler y Grinder [1979] han
afirmado rotundamente que no existe nada llamado re-
206 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

sistencia, sino que se trata únicamente de la existencia de malos terapeutas), o


bien como resultado de una interacción entre ambos.
Aceptar la resistencia como una forma válida de comunicación por parte del
cliente evita tener que culpar a alguna de las dos partes de la relación terapéutica
(Erickson, 1959, 1964, 1965).
Aquí se podría aplicar la fórmula básica de «acepta y usa». En la práctica, se
lleva a cabo siendo capaz de aceptar plenamente la respuesta del cliente como
respuesta válida, mientras se halla la manera de utilizar esta respuesta en servicio
de futuras sugestiones.
Una vez se acepta la reacción del cliente como válida, puede empezar a
construirse la respuesta. Y esto lleva a redefinir la resistencia como una conducta
cooperativa. Si el clínico pasa a redefinir todo lo que haga el cliente como una
actitud colaborativa, ¿dónde está la resistencia? Encontrar la manera en que la
conducta no conformista del cliente se convierte en una ventaja puede cambiar el
sentimiento asociado a ella de forma sustancial.
Responder a las resistencias del cliente de una forma aceptadora y no
confrontadora requiere una gran dosis de flexibilidad y de respeto por la in-
tegridad del cliente. La flexibilidad hace referencia a la habilidad de disponer de
diferentes formas para llegar a un mismo punto sin tener que obligar al cliente a
romperse la cabeza intentándolo. La flexibilidad conlleva estar dispuesto a salvar
la distancia para trabajar al mismo nivel que el cliente, yendo a su realidad en
lugar de esperar o exigir que él o ella acuda a la del terapeuta. También implica no
tener procedimientos y expectativas tan rígidos que no le permitan buscar un tipo
de respuestas más individuales y únicas (Dolan, 1985; Erickson y Rossi, 1979,
1981; Erickson, Rossi y Rossi, 1976; Gilligan, 1987; Hammond, 1990).

CONCLUSIÓN

La resistencia al cambio es un rasgo constitutivo del ser humano. Invertimos


gran parte de nuestras vidas intentando construir un patrón ri-tualizado de
conductas para consumir la menor cantidad posible de energía mental y física. Y
una vez hallado ese patrón, nos quejamos de «estar anclados en la rutina».
La resistencia no siempre se muesta de una forma evidente (algunas de estas
resistencias son inconscientes y sutiles), y no siempre se usa al servicio
RESISTIR A LA RESISTENCIA 207

de un cambio. Algunos clientes acabarán no cambiando, otros lo harán de una


forma muy superficial. Mi intención al proponer el tema de la resistencia en este
capítulo reside en presentar la idea de que la mayor parte de la resistencia es
interpersonal, y que aparece como consecuencia de un enfoque exigente y poco
sensible. Es más, otras resistencias hacen referencia a la falta de apreciación y de
valor del papel que el síntoma está jugando en la vida de la persona. Cuando el
clínico sea capaz de llegar a un mismo punto utilizando diversas maneras de
aproximarse, observará como gran parte de sus intervenciones tendrán éxito,
utilizando la información que la persona le dé como guía de lo que conviene o no
conviene hacer.

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CAPITULO 24 RIESGOS DE LA

HIPNOSIS Y ASPECTOS ÉTICOS

En un capítulo anterior en el que se trataban los conceptos erróneos sobre la


hipnosis, uno de ellos tenía que ver con el daño potencial que podía sufrir un
cliente que siguiera un tratamiento hipnótico. En dicho comentario señalo que la
hipnosis es una herramienta, no una terapia, y que se puede aplicar de manera
hábil o se puede usar mal y dañar al cliente. Esto otorga una responsabilidad total
al clínico, que la ha de usar manera juiciosa y precavida.
Al tratar la mente inconsciente del cliente y sus dinámicas intrapsíqui-cas
más directamente, el clínico tiene la oportunidad de acceder a un mundo interno
que tiene un equilibrio delicado. Si uno es insensible a las poderosas emociones
que puede desencadenar lo que tradicionalmente se llama «abreacción», puede
poner al cliente en peligro y perder la oportunidad de llevar a cabo una curación
real. Si el clínico se siente incómodo tratando fuertes asociaciones emocionales
que quizá han sido provocadas por lo que inicialmente pretendía ser una
experiencia hipnótica tranquila, puede elegir entre intentar sentirse cómodo o
evitar realizar cualquier trabajo que tenga un impacto realmente emocional (es
decir, hacer terapia en un estilo totalmente intelectual).
En este capítulo me gustaría comentar algunas de las posibles reacciones
inesperadas provocadas por la hipnosis que exigen que se le tenga un respeto sano
por dicha técnica.
Antes de que el lector empiece a fantasear posibilidades horribles e
inexplicables permítanme asegurar un par de cosas. Primera, si el terapeuta es
respetuoso con la integridad de su cliente, se evitarán prácticamente todos los
peligros potenciales. Segunda, si el terapeuta puede apreciar que las abreacciones
tienen un gran valor terapéutico puesto que alivian el insight y la emoción si se
guían de forma hábil, no les tendrá miedo. Eso tampoco significa que se tengan
que potenciar, pero se pueden ver como una ventana abierta a una poderosa
experiencia terapéutica.
210 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

No existen peligros que se puedan atribuir al estado hipnótico en sí mismo.


Cualquier tipo de dificultades que surjan como resultado de la experiencia
hipnótica tienen que ver con las asociaciones que provocan los elementos de
comunicación que están presentes en la interacción. Éstos incluyen la relación
entre el clínico y el cliente, el estilo de comunicación empleado, el contenido de la
sugestión específica utilizada, las variables contextúales y, lo más importante de
todo, la comunicación intrapersonal del cliente (Frauman, Lynn y Brentar, 1993;
Judd, Burrows y Dennerstein, 1985; MacHovec, 1986).
Surgirán problemas si se hace un uso indiscriminado de la hipnosis debido a
algunas de las razones que comentaré ahora al identificar las dificultades
potenciales y su resolución.

SUSTITUCIÓN DEL SÍNTOMA

Uno de los argumentos más comunes que se utilizan contra la hipnosis tiene
que ver con la «sustitución del síntoma». Esto hace referencia al surgimiento de
un nuevo síntoma, no necesariamente peor, que sustituya al anterior que se
eliminó durante el tratamiento. Para que uno otorge a la hipnosis esta potencial
labilidad, ésta debe verse como un tratamiento sintomático y no como un enfoque
dinámico que aborda las causas subyacentes. La teoría dinámica dice que la
energía psíquica asociada a conflictos internos se alivia mediante el desarrollo de
un síntoma: una salida para la energía. Al eliminar dicha salida, la energía se ha
de volver a dirigir a algún otro lugar y hay que buscar otra salida. Otros enfoques
«sintomáticos», el más destacado de los cuales es el conductismo, han sufrido esta
misma acusación.
En el caso de la hipnosis, existe un rasgo peculiar que hace que la respuesta a
la crítica sea algo más compleja. La hipnosis se puede usar sintomáticamente
(estandarización del enfoque) y, en mi opinión, se usa de esta manera con
demasiada frecuencia, debido parcialmente a la falta de leyes que regulen una
formación y una práctica competentes. Las sugestiones simples y directas
dirigidas al síntoma objetivo las pueden usar personas legas y sin formación que
desconozcan las cuestiones que aparecen a lo largo de este capítulo en particular y
de todo el libro en general. Sin entender el papel del síntoma en la vida de la
persona y las dinámicas relacionadas, su sustitución puede ser (pero no
necesariamente) un resultado inesperado y no deseado.
RIESGOS DE LA HIPNOSIS Y ASPECTOS ÉTICOS 211

Lo característico es que, aunque la hipnosis se puede usar sintomáticamente,


uno de sus puntos fuertes deriva de su capacidad para ser usada de una manera
más compleja, por ejemplo tratando las dinámicas y consecuencias subyacentes al
síntoma. Éste es el tipo de ideas que yo quería promover a lo largo del libro al
abordar los diferentes aspectos y conceptos asociados a la práctica responsable de
la hipnosis clínica (Rosen, 1960; Spiegel y Spiegel, 1987; Weitzenhoffer, 1989).

FRACASO A LA HORA DE ELIMINAR LAS SUGESTIONES

Uno de los miedos más frecuentes a los que hacen referencia mis alumnos
tiene que ver con el fracaso al eliminar las sugestiones. Con la cantidad de cosas
que ocupan la mente del clínico cuando está realizando hipnosis (formular
sugestiones significativas al mismo tiempo que se observan de cerca y se utilizan
las respuestas del cliente), ¿qué ocurre si el clínico olvida eliminar una sugestión?
La respuesta a este estado aparentemente peligroso es relativamente simple.
Las sugestiones dadas para conseguir respuestas particulares en la persona
hipnotizada son específicas del estado hipnótico. En otras palabras, sólo son
operativas mientras la persona está hipnotizada. Las respuestas obtenidas
mediante la hipnosis no se pueden trasladar al estado «despierto» del cliente a
menos que se le haya dado una sugestión para hacerlo. De hecho éste es el
principal propósito de la sugestión poshipnótica: permitir que las respuestas
obtenidas en la hipnosis se generalicen a otros contextos. Sin sugestiones
poshipnóticas (ya sea del cliente a sí mismo o por parte del clínico) que permitan
trasladar una respuesta a otro contexto, ésta sólo se puede observar durante la
hipnosis. Por lo tanto, si el clínico olvida, al final del proceso, eliminar
sugestiones que ha dado durante la hipnosis es bastante probable que desaparezcan
automáticamente al salir del estado hipnótico. Si se produce una excepción y el
cliente continúa experimentando una sugestión que no pretendía ser poshipnótica,
es probable que él mismo se haya dado una sugestión para hacerlo. La hipnosis se
puede introducir y eliminar si se desea (Brentar, Lynn, Carlson y Kurzhals, 1992;
Kleinhauz y Beran, 1984; Orne, 1965; Weitzenhoffer, 1989).
212 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

REGRESIÓN ESPONTÁNEA Y ABREACCIÓN

Los términos «regresión espontánea» y «abreacción» no son sinónimos pero


están tan relacionados que he decidido explicarlos juntos en esta sección. Una
regresión espontánea es la acción en la que aparecen en la conciencia experiencias
del pasado reprimidas. La abreacción aparece definida al inicio de este capítulo
como la expresión de emociones reprimidas. Ambas explican las emociones
inesperadas que hacen que la hipnosis sea una herramienta tan poderosa. Cuando
se está haciendo algo aparentemente tan simple y general como un procedimiento
de relajación, un cliente puede asociarlo con una palabra o imagen que tenga una
gran carga emocional para él, provocándole sentimientos de dolor, enfado o cosas
similares.
La regresión espontánea ante algún recuerdo desagradable es un indicador de
lo que normalmente se llama «asuntos pendientes», que son experiencias que
están pendientes de ser resueltas. A veces la represión es tan grande que el
material permanece fuera de la conciencia incluso durante la hipnosis, y la
persona se queja de dolor de cabeza o algún otro tipo de molestia después de la
experiencia hipnótica.
Incluso el clínico más hábil no sabe qué minas hay en el inconsciente del
cliente esperando a que uno tropiece con ellas durante la terapia o la hipnosis.
Cada ser humano tiene una historia personal única y hace asociaciones
idiosincrásicas con las palabras y las experiencias. Lo que parece un término
neutral para una persona puede desencadenar alguna experiencia personal intensa
en otra. Por lo tanto, la idea de hacer hipnosis sin producir nunca una abreacción
es bastante improbable. Por otra parte, hay algunos clínicos que las promueven
mediante una especie de «voyeurismo psicológico», suponiendo que las
emociones intensas son terapéuticamente necesarias así como fascinantes de
observar.
Las abreacciones se pueden manifestar de muchas maneras como llorando,
con hiperventilación, con temblor corporal (o de partes específicas del cuerpo),
mediante conversiones histéricas, desconexión prematura de la hipnosis,
alucinaciones, delusiones y movimientos de balanceo similares a los auristas.
Estas conductas no indican automáticamente la existencia de abreacción pero se
debería responder a ellas con precaución y de forma sensata. Lo más importante
que hay que recordar es esto: el terapeuta se puede sentir cómodo pidiendo al
cliente que describa su experiencia. Es útil dar sugestiones protectoras y apoyar
su experiencia usando la fórmula general de aceptar y
RIESGOS DE LA HIPNOSIS Y ASPECTOS ÉTICOS 213

utilizar. La persona ha empezando con alguna información delicada y no hay que


desperdiciar la ocasión de permitir que se produzca una abreacción y ser útil al
cliente ayudándole a tener una nueva perspectiva de dicha experiencia. Después
de todo para esto sirve la terapia, ¿no es cierto? No se puede cambiar el pasado
pero sí las actitudes que se tienen respecto al mismo.
Algo que ayuda es usar sugestiones que calmen e incluso, si la reacción es
totalmente inesperada, el terapeuta sabe, a partir de ahí, que se puede encontrar
con lo inesperado. Hay que asegurarse de que la voz sea suave y dé confianza. En
general, lo mejor que se puede hacer es usar la hipnosis para resolver la situación
y cerrarla. Incluso si ha acabado la hora de visita, la responsabilidad del terapeuta
todavía no ha acabado. Hay que asegurarse de que el cliente se marcha de manera
tranquila.
Si un cliente empieza con alguna información delicada que el terapeuta no se
siente preparado para controlar por alguna razón, sugiero que se asegure de que lo
va a derivar inmediatamente a un profesional apropiado que le pueda ayudar (es
importante tener una buen listado de profesionales para hacer derivaciones)
(Crasilneck y Hall, 1985; Feldman, 1985; Hammond, 1990; Kroger, 1977; Spiegel
y Spiegel, 1987; Spiegel, 1993; Yapko, 1992).

DIRECTRICES ÉTICAS

Las descripciones anteriores sobre las dificultades potenciales que pueden


surgir al usar la hipnosis señalan indirectamente la necesidad de tener una
formación oficial sobre las dinámicas del comportamiento humano, de respetar la
integridad de todo ser humano y de conocer los propios límites al realizar
intervenciones terapéuticas.
Se supone que el terapeuta, como profesional de la ayuda, tiene sólo las
mejores intenciones para sus clientes y que usará sus conocimientos sobre la
naturaleza humana y la capacidad para influir a nivel interpersonal de manera
constructiva. Por lo tanto, a continuación aparecen sólo unas cuantas directrices
éticas tratadas de manera superficial:

1. La principal prioridad es ayudar, no hacer daño. Si uno siente que, por


cualquier razón, es incapaz de trabajar bien con una persona o con el problema
que ésta plantea, ha de evaluar honestamente si sería mejor derivarla (y hacerlo
cuando sea apropiado).
214 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

2. La responsabilidad del profesional es educar, no ostentar; la hipnosis tiende a


ambos y espero sinceramente que los fenómenos hipnóticos que está
aprendiendo el lector los utilice y/o demuestre sólo en los contextos clínicos o
educativos apropiados.
3. Hay que intentar definir la relación con el/los cliente(s) lo más claramente
posible, incluyendo la naturaleza de la intervención, la duración, el costo, las
expectativas, los puntos de evaluación, etc. Implicar y educar al cliente hará
que la relación sea mejor y más productiva.
4. No es bueno ir más allá de las propias posibilidades ni falsificarse a uno
mismo. Los problemas humanos son muy complejos y no se pueden reducir a
un párrafo de dinámicas. Si uno siente que no se puede con un problema es
mejor derivar a la persona a alguien que pueda afrontar mejor sus necesidades.
5. La información errónea y/o el uso de técnicas indirectas se pueden juzgar a
veces como el mejor enfoque. Hay que tener cuidado porque pueden ayudar al
cliente pero también puede salir el tiro por la culata. Hay que tener estrategias
preparadas para cada paso del camino pensando en la intervención.
6. Hay que incluir, siempre que se considere apropiado, a los profesionales
adecuados que tengan la cualificación necesaria. Por ejemplo, cuando se
trabaje con síntomas de base orgánica, a menos que uno sea médico, habrá que
derivar a un médico y contar con su acreditación para trabajar el problema.
Practicar la medicina (psicología, nutrición, etc.) sin la licencia o los
conocimientos adecuados es una falta de responsabilidad.

Lo más importante de todo, repito mi advertencia, es no ir nunca más allá de


la propia capacidad. Usar técnicas hipnóticas sin el conocimiento adecuado es
peligroso y hacer daño a alguien debido a la ignorancia es imperdonable
(Frauman, Lynn y Brentar, 1993; Gravitz, Mallet, Munyon y Gerton, 1982;
Sheehan y McConkey, 1993; Steere, 1984; Wall, 1991; Zeig, 1985).

CONCLUSIÓN

Los conceptos y técnicas presentados en este capítulo figuran entre los más
importantes del libro. Espero que ayuden a sensibilizar al lector respecto a los
aspectos asociados a la práctica responsable de la hipnosis.
RIESGOS DE LA HIPNOSIS Y ASPECTOS ÉTICOS 215

La hipnosis como herramienta tiene un gran valor y éste puede aumentar a


gran velocidad en la comunidad profesional cuando todos los que la usen lo hagan
de una manera juiciosa.

BIBLIOGRAFÍA

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216 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

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Struc-tures, Nueva York, Brunner/Mazel, págs. 459-473.

\
CAPITULO 25 PROFUNDIZAR EN

LA HIPNOSIS

No se quién fue el que dijo «cuanto más sabes más cuenta te das de lo poco
que sabes». Fuera quien fuera, me pregunto si hablaba de la hipnosis cuando hizo
este comentario. Bien, probablemente no. Pero en cualquier caso esto es cierto en
el estudio de la hipnosis. Espero que cuando el lector llegue a este último capítulo
haya descubierto la riqueza y complejidad que ofrece la hipnosis como
herramienta de comunicación.
Una de las cosas más frustrantes para los profesionales que trabajan en el
campo de la hipnosis clínica es que hay personas que tienen menos formación en
el tema de la que aparece en este libro introductorio que ofrecen servicios al
público para los que no están cualificados. Una segunda fuente de frustración
radica en la observación de que muchas de las personas que hacen cursos de
hipnosis, al acabar el curso no utilizan las habilidades adquiridas y éstas se
desvanecen pronto. Yo creo que cuando la práctica de la hipnosis se reducía a las
técnicas ritualizadas que consumían mucho tiempo, ésta era una herramienta con
una eficacia y aplicabilidad limitadas. También creo que la hipnosis ha ampliado
sus «objetivos limitados» a un modelo de comunicación deliberada y efectiva, y
cada vez es mayor el número de profesionales que pueden integrar los patrones
hipnóticos en su trabajo. Mi meta no era ni es convertir a los lectores de este libro
en «hipnotistas oficiales» sino más bien proporcionar una introducción a este
campo dinámico y en constante evolución y que ofrece una valiosa fuente de
insight sobre la gente y la terapia. Incluso aunque el lector no realice una
inducción hipnótica formal en el resto de su vida mi propósito es que piense dos
veces antes de decir algo como «no piense en las cosas que le preocupan». A
partir de esta introducción a este campo espero que al lector le intrigue
suficientemente la gama de posibilidades que le ofrece la hipnosis como para
continuar desarrollando sus habilidades al respecto. Hay muchas maneras de
hacerlo.
Existen muchos libros y publicaciones que abordan el tema de la hipnosis
clínica. Las numerosas referencias que aparecen en este volumen son
ÍNDICE DE NOMBRES

Adrían, C, 143 Bowers, K., 24, 153


Alman, B., 33, 51, 88, 93, 147, 177, Braun, B., 174
178 Araoz, D., 20, 30, 52, BrentarJ., 32,57,113,210,211,214
164, 178 Aronson, E., 57 Brown, D., 47, 52, 64, 66, 96, 135,
Atkinson, G., 74 142,169,173,175,204
Brunet, A., 64 Burrows, G.,
Bandler, R., 29,42, 85, 87, 88, 98,100, 174,210
102, 104, 110, 114, 120, 126,
133, 134, 136, 139, 140, 146, Cárdena, E., 145
167,173,204,205 Carlin, A.,88
Banks, W., 49 Carlson, B., 211
Banyai, E., 35, 70 Carney, R„ 88
Barabasz, A., 173 Carol, M., 82
BarberJ.,30,47,56, 73, 143 . ChavezJ.,20,47, 142, 175
Barber, T.,20, 74 Cheek, D., 49, 64, 153, 166, 176
Barker, R, 104, 135, 169 Chopra, D., 176
Bart, C.,74 Cialdini,R.,55
Bates, S., 57, 118 Coe, W., 40,56, 58, 124, 126, 140
BeahrsJ.,88 Cohén, S., 47, 119
Bemis, C, 47 Cooper, L., 141, 146
Benjamin, H., 175 CouncilJ.,25,34,59,81
Benson, H., 82 Crasilneck, H., 52, 95, 142, 178,213
Bentell, R., 140 Crawford, H.,64,79,173
Beran, B.,211 Crowley,R., 135, 169
Bertrand, L., 59, 74
Bliss, S., 174 Davidson, T., 39 Davis,
Bloom, R, 145 L., 74 Dennerstein, L.,
Blume, E., 193 210 De Shazer, S.,
Booth, R, 113,205 149,205 Detrick, D., 72
Bordeaux, J., 74 Dewey, M., 140
Bower, G., 194 Diamond, M.,31,56
222 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Dixon, M., 64 GÜligan, S., 21,29,30, 74, 80, 98,103,


Dolan, Y., 206 114, 128, 136, 145, 146, 152,
DywanJ., 195 153,164,167,206
Golden,W.,29
Edelstein, M., 150 Gordon,D.,98, 104, 105, 169
Edgetteja., 149 Gravitz, M.,214
Edgettejo., 149 GreenJ., 174
Edmonston, W.,20,39, 82 Grigg, L., 194
Eisen, M.,56,135 Grinder, J., 29, 42, 85, 87, 88, 98,100,
Eli, I., 32 102, 104, 110, 114, 115, 120,
Ellis, A., 111 126, 133, 134, 136, 146, 167,
Erickson, E., 151,146, 147 204, 205
Erickson, M., 21, 26, 29, 41, 42, 52, Gruzelier, J., 79
80, 82, 83, 93, 101, 102, 104,
105, 110, 113, 123, 131, 136, Habeck, B., 173
140,143, 144, 146-148, 151-153, Haley, J., 21, 29, 98, 105, 131, 166,
166,175,178,204-206 168, 176, 205
Evans, E, 39, 141, 195 HallJ., 19,52, 142,213
Hamada, S., 51
Feldman, S., 166, 213 Hammond, D., 48, 49, 52, 102, 103,
Festinger, L., 58 Fezler, 104, 105, 110, 115, 120, 123,
W., 205 * Field, 135, 143, 146, 147, 149, 152,
P.,74 Fine, C, 174 169,175,177,178,206,213
Finkelstein, S., 49 Fisch, Handley, G., 178
R, 167 Frankel, E, 174 Hampton, F, 176
Frauman, D.,32,57, 113,210,214 Havens, R., 148, 174
Frederick, C, 148, 177 Frederickson, Henson, R., 175
R., 193 Friedlander, J., 74 Frischolz, Hilgard, E., 19, 39, 63, 64, 66, 70, 71,
E., 72, 174 Fromm, E„ 33, 39, 40, 47, 73, 74, 81, 119, 139, 141, 143,
65, 142, 173,175,204 145, 175,205
Hilgard, J., 143,175
Gabel, S., 66 Hodgins, D., 74
Ganaway, G., 194 Hoffman, H, 195
Gardner, G., 71 Holmes, D., 195
Gazzaniga, M., 66 Horevitz, R., 174
Gerton, M.,214 Husband,R.,74
GfellerJ.,59,74
Jamieson, G., 194
Jevne,R, 25, 176,205
Johnson, D., 70 Johnson,
L., 136
ÍNDICE DE NOMBRES 223

Judd,F.,210 Matheson, G., 74


Matosin, A., 178
Kahn, S., 33 Matthews, W., 82
Kelly, S., 88 Matyi, C, 132
Kershaw, C, 176 MacConkey, J., 36,50,63, 81, 82,197,
KihlstromJ.,63,64, 195 214 McNeal, S., 177
Kirsch, L, 25, 34, 35, 39, 59, 81, 119, Meyers-Anderson, B., 98
125,148 Milano; M., 194 Miller, M.,
Kleinhauz,M.,32,211 20, 126, 174 Mills, J., 135,
Kluft,R., 174 169 Mitchell; G., 82 Moore,
Kohen,D.,71 Korn,E.,51 M., 26 Morgan, A., 70, 74
Kroger, W., 30, 95, 213 Morgan, W., 51 Munyon,
Kubie, L., 166 P.,214 Murray-Jobsis, J., 27,
Kurzhals,R.,211 72

Labelle, L., 194 Nash, M., 39, 73


Lambrou, R, 33, 51, 88, 147, 177, 178 NeeJ.,74
Lange, A., 105 Neufeld, V., 132, 178
Lankton, C, 82, 96, 102, 135, 147, Nogrady, H., 195
150, 153, 169,176 LaurenceJ. R.,
64, 194, 195 Lazaras, A., 149 LeCron, Oakman, J., 64
L., 74 Lehrer, M., 96 Levenson, J., 47 O'Hanlon, W., 52, 85, 100, 102, 109,
Levine,J., 20 Levitan, A., 25, 176,205 115,132 Olness, K.,71
Levitt, E., 178 Liggett, D.,51 Loftus, Orman,D., 178 Orne, M., 36, 74,
E., 194 Ludwig, A., 20 Lundy,R.,82 82, 194,211 Ornstein, R., 64
Lynn, S., 19, 32, 34, 35, 41, 57, 73, 74, OtanLA., 103,132, 136
81
Page, R., 178
Madanes, C, 166 Pearsall, R, 176
MallotJ.,35,214 Mann, Pekala, R., 74
H.,25 MacHovec, PellerJ., 111 Perry,
F.,32,210 Masters,K,51 C, 194, 195
Phillips, M., 148
Piccione, C, 70
Pratt, G.,51
Pribble,W.,74
224 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Protinsky, H., 176 Stanton, H., 30,50, 98


Putnam, E, 174 Statham, O., 194 Steere,
J.,214 Stern, D., 74
Radtke, H., 74 Stone,J., 88 Stram, H.,
Rennick, P., 20, 58, 73, 93, 132 74 Strauss, B., 56
RhueJ., 19,34,35,41, 73, 81, 82,119,
125,148,174,178,205 Ritterman, Tart, C, 20, 40, 74
M., 176 Rosen, S., 169,211 Ross, C, Tellegen, A., 74
174 Rossi, E., 19,26,29,41,42,43,48,49, Thompson, K., 26
52,80,83,93,101,103-105,110, Torem,M.,58, 149, 174
113, 123, 136, 151, 140, 144, Trubo, R., 176 Tury, E,
153,148, 176,204,206 Rossi, 35
S., 42, 80, 83, 140,206
Udolf, R., 25
Sanders, S., 33
Sarbin, T.,40, 74 Wagstaff, G., 22, 39
Scheflin, A., 49, 195 Wall, T, 214
Schoen, M., 58 Wallas, L., 104
Seltzer, L., 105,168 WalterJ., 111
ShapiroJ.,49, 195 Walters, C, 174
Sheehan, P.,50,59, 82, 194, 197, 214 Ward,W.,51
ShehornJ.,88 Watkins, H., 146
Sheikh,A., 173 Watkins, J., 34, 65, 152, 146, 148, 195
Sherman, S.,55,58, 109 Watzlawick, P, 20, 21, 43, 66, 115,
Shor,R.,41,74,80 123,167,205 WeaklandJ., 167
Shu, K., 74 WeekesJ., 194 Weeks, G., 168
Siegel, B., 176 Weitzenhoffer, A., 26, 31, 32, 34, 71,
Simonton, O., 176 74, 79, 88, 95, 117, 119, 124,
Simpkins, A., 33 139,144,150,153,211
Simpkins, C, 33 Werner, T., 128 Wester, T.,
Slade, P, 140 25, 125, 127
Smith,A., 125, 127 Wickramasekera, I., 48
Spiegel, D., 20, 30, 43, 52, 71, 80, 88, Williamson, G., 47 Wilson,
95, 118, 123, 150, 145, 147, 166, S., 74 Wolf, T, 50 Woody,
173,175,178,211,213 Spiegel, E., 64
H., 20, 30, 43, 52, 71, 74, 80,
95,118,123,147,166,178,211,
213 Spiegelman,
E., 169
ÍNDICE DE NOMBRES 225

Yapko, M., 36, 50, 96, 111, 149, 167, 110, 120, 123, 132, 133, 140,
173,174,194-197,204,213 146,164,168,169,178,205,214
Young, H., 140 Zimbardo, P., 70
Zilbergeld, B., 26
Zeig, J., 20, 41, 42, 52, 58, 64, 73, 74, Zindel, P, 72
80,87,93,96,97, 101, 104,105, Zseni, A., 35
ÍNDICE ANALÍTICO

Abuso de sustancias, 178 Compuesto manual, 127 Compuestos


Abreacción, 209,212-213 Aceptar de palabras, 127 Compuestos verbales,
y utilizar, 206 Alteraciones 127 Conceptos erróneos, 25, 29-36
sensoriales, 139-140 Condicionamiento, 42, 118 Confusión,
Alucinaciones, 139-140, 164 58-59, 103, 136, 151, 146 Conjunto de
negativas, 139 respuestas, 123 Consentimiento
positivas, 139 Ambiente, 87-88 informado, 30, 96,
American Society of Clinical Hypno- 112 Consideraciones éticas,
sis(ASCH),218 Amnesia, 213-214 Contrastación con la realidad,
140-141 Analgesia-anestesia, 49, 41 Control del dolor, 47-49,
141-143 Anestesia de guante, 143 141-143,
Ansiedad, 49, 159-161, 173, 178 175-176 Control mental, 12-13
Aposición de opuestos, 103 Asimetría Cubrir todas las posibilidades, 103-
hemisférica, 43, 65-66 Aspectos de 104
control, 25-27,29-30,135 Atención
selectiva, 79 Autoestima, 72, 176-177 Dependencia, 33 Depresión, 173-174
Autohipnosis, 20, 159-161 Disfunciones sexuales, 177-178
Directrices implícitas, 104
Cambiar la historia personal, 164-165, Disociación, 40, 79-81, 123, 136, 145-
178 Cáncer, 175 Catalepsia, 71, 146, 163-165 Distorsión
84, 124, 142, 143-145, temporal, 143,146-147,164
164,165 Catalepsia
ocular, 119 Catarsis, 165 Edad e hipnotizabilidad, 70, 71 Efecto
Cerrar el ojo de la mente, 127 placebo, 175 Encadenamiento, 110,
Ciclos ultradianos, 43 Construir 114, 127, 132 Escala sobre perfil de
límites, 185-191 Construir un foco susceptibilidad
interno, 134 hipnótica de Stanford, 74 «Las
Compartimentalización, 186 escaleras que bajan» Profundizar,
127 Estado mental e
hipnotizabilidad, 71-72
228 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Estados de conciencia alterados, 20, Insight, 96


40-41 Estilo autoritario, 97-98 Inteligencia e hipnotizabilidad, 71
Estilo permisivo, 40,97-98 Estructuras Interrupción del patrón, 163-164
de sugestión, 93-105 Expectativas,
25,57-58, 149 Experiencia de una Juegos de palabras, 105
escena relajada, 125
Levitación del brazo, 119
Finalización, 147-148 «Lógica del trance», 82
Fobias, 173 Lucha de poder, 29
Formación e hipnosis, 50
Formación en hipnosis, 82, 217-219 Manos asidas, 119 Mecanismos de
Fundación Milton H. Erickson, 219 defensa, 65 Mente consciente, 63-64,
109 Mente inconsciente, 64 Metáforas,
Hipnosis 64,104,134-135,146,168-
fenómeno del trance clásico, 169, 177 Método de «como
139-153 si», 82, 126 Métodos de contar,
patrones de comunicación y, 126 Modelado, 145
109-115
contextos de, 47-52 Negocios e hipnosis, 50-51
inducciones formales y, 123-128 Niños e hipnosis, 70-71
peligros de, 32, 165-215
definiciones de, 19-22 Obligatoriedad de alternativas compa-
recuerdo y, 35-36 rables, 103 «Observador oculto», 81
mitos e, 29-36 Ordenes entremezcladas, 119-120
inducciones naturalistas y, 131-136 Orientación futura, 149
autohipnosis y, 159-161
teorías de, 39-43 Peligros, 32
terapia y, 35, 51-52,163-191 Péndulo de Chevreul, 118
Hipnosis dental, 49 Hipnosis en el Pensamiento global, 185
deporte, 51 Hipnosis en el espectáculo, Perfil de inducción a la hipnosis, 74
16 Hipnosis forense, 49-50 Hipnosis Poder, 56-57,111
médica, 47-48,174-175 Preguntas de acceso, 102
Hipnotizabilidad, 69-74, 117-123 Preguntas inductivas, 197
«Preelaboración del trabajo», 118
Imágenes y metáforas, 159-161, 193 Prescripción del síntoma, 168, 176
Inducción no verbal, 145 Inducciones, Presuposiciones, 105
123-136 Problemas de relación, 176-177
formal, 70, 123-128 Proceso de incidente crítico, 165-166
naturalista, 73
ÍNDICE ANALÍTICO 229

Profundidad del trance, 80-81 ideoafectiva, 152, 160


Programación neurolingüística, 111- ideomotora, 152, 166
112 Progresión temporal, ideosensorial, 152
148-149, 152, Riesgos, 32,209-214
164-165, 178 Promover la Ritmo circadiano, 43
resistencia, 205-206 Proyección, 153 Role playing, 40
-Psicología social, 55 Psicosis, 71-72
Psicoterapia e hipnosis, 51-52, 173- Señales de anticipación, 114
179, 185-191 Psicóticos Silencio, 128
e hipnosis, 71-72 Publicidad, Sincronía, 120, 134
55 Puente afectivo, 151 Sistema inmunitario, 48, 175
Puente somático, 151 Sobrecarga sensorial, 136
Profecía autocumplidora, 58 Society for Clinical and Experimental
Hypnosis(SCEH),218
Rapport, 11-14, 120 Recuerdos, Sugestibilidad, 55-59 Sugestiones
35-36, 49, 193-200 ambiguas, 102 Sugestiones de
recuerdos falsos, 36, 49-50, 193-200 contenido, 100, 131 Sugestiones
Reformulación, 165, 167, 176 directas, 93-95, 140, 143,
Refracción, 128 Regresión, 39 146, 147, 148-149, 151
Regresión temporal, 149-152, Sugestiones entremezcladas, 104
143, 164-166, 193 hipermnesia, 150 Sugestiones indirectas, 95-96,
revivificación, 150, 165 espontánea, 140,
212-213 Relación cuerpo-mente, 143, 146-147, 149, 151
47-48, 175 Relajación, 20, 35, 39, Sugestiones negativas, 99, 135-136
82-83 Relajación muscular profunda, Sugestiones paradójicas, 105, 178
125 Relajación muscular progresiva, Sugestiones positivas, 99 Sugestiones
124- posthipnóticas, 101-102,
125 Represión, 145, 128 Sugestiones de proceso,
165, 193-200 Resistencia, 100-101,
203-207 131 Sugestiones para
a la hipnosis, 29-30, 81, 97-98, 168, profundizar, 126-128 Susceptibilidad a
204-205 a la terapia, 204 Respuestas la hipnosis, 69-74 Sustitución del
idiosincráticas, 132, 152-153 síntoma, 210-211

Tareas para casa, 166-167 Técnica de


fijación ocular, 125-126,127 Técnica
del objeto caliente, 119 Tendencia a la
fantasía e hipnotizabili-
dad,73,174 Teoría biológica, 43
Teoría de la neodisociación, 39, 80-81
Teoría sociocognitiva, 40
230 LO ESENCIAL DE LA HIPNOSIS

Terapia familiar, 176 Test de Truismos, 105


sugestibilidad, 117-120 Trance
cotidiano, 146 Trance informal, 21, 34 Utilización de experiencias hipnóticas
Trances sintomáticos, 163-164 pasadas, 132- 133
Trastorno de la personalidad múltiple,
174 Variables físicas, 88
Vídeos, 161

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