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INTRODUCCION
En esta época de nuestra bella Guatemala, podemos encontrar diversas maneras, en las
cuales fue afectada en gran parte de su historia.
Durante el tiempo se fueron dando ciertos cambios en los mandos que vinieron desde
tierras lejanas a invadir nuestras tierras. La política agraria colonial y los orígenes del
latifundismo, Es cosa bien sabida que el problema primordial de la sociedad guatemalteca
es la mala distribución de su riqueza primaria, la tierra, la cual se halla concentrada en
pocas manos mientras carece de ella la gran mayoría de la población delicada a la
agricultura, ya porque no la tenga en absoluto o porque sea poca y mala la que posee.
Esta verdad, reconocida de antiguo, es proclamada en distintas formas por censos y
estudios recientes.
Sobre las tierras de los pueblos de los indios es preciso haber algunas indicaciones en
relación con los orígenes coloniales del latifundismo, a reserva de volver varias veces
sobre el tema en otros lugares, y especialmente al estudiar la estructura del pueblo de
indios. Como decíamos arriba, de manera general, las leyes y disposiciones de la
monarquía en relación con la disponibilidad de tierras por los indios se cumplieron. Los
pueblos tuvieron sus tierras –salvo rarísimas excepciones– Los documentos crean
confusión al denominar con mucha imprecisión esas tierras, pero a la larga pueden
distinguirse con claridad los tres tipos de tierras de indios existentes. En primer lugar, las
que propiamente recibían el nombre de ejidos, que de manera más explícita suelen llamar
algunos documentos ejidos o pastos, y también montes y pastajes.
Era ésta la tierra indispensable y de uso común en los alrededores del pueblo: tierra y
montes para recolectar madera y otros materiales de construcción, madera y hojas secas
para leña, espacios para exponer el aire y al sol hilos y telas, y principalmente para soltar
algunos animales de propiedad particular a fin de que pacieran en ellos.
LA PATRIA COMO PAISAJE
La recordación florida, es junto a muchas cosas, un total paisaje. Podría pensarse que la
descripción de un país configura siempre un paisaje, pero no siempre es así.
Para que la descripción de un país llegue a ser un paisaje tienen que darse condiciones
muy especiales.
La simpatía del narrador para el trozo de mundo a que hace referencia no es, empero, la
compenetración del trabajador que vive en contacto directo con la tierra. El campesino
sabe que la tierra es dura, que tiene pedruscos y espinas, que hiere y cansa; la ve como
algo necesario y entrañable, pero no la idealiza.
En 1591 fueron despachadas por Felipe II las dos. Cédulas que definitivamente pusieron
en acción el principio de la composición de tierras en el reino de Guatemala –y parece
que lo mismo ocurrió en todas las colonias en ese año–. Es del mayor interés para
nuestro estudio transcribir unos fragmentos de esas Cédulas, ya que su lectura atenta es
ilustrativa, en forma inmejorable, de los criterios que presidieron el principio de
composición de tierras desde sus inicios.
La Cédula que hemos citado ordena recuperar para el rey todas las tierras usurpadas. No
ofrece ninguna posibilidad de retenerlas con base en arreglos. Es una orden tajante. Pero
en la segunda Cédula de esa misma fecha se le dice al Presidente que, no obstante lo
ordenado en la anterior, se puede entrar en arreglos con los usurpadores si éstos se
muestran dispuestos a pagar lo justo y razonable.
Resumamos para terminar. De los cinco principios que se revelan como básicos de la
política agraria colonial, cuatro fueron generadores y estimuladores del latifundismo. Sin
embargo, por sí solos no hubieran llevado el latifundismo colonial a los extremos que este
fenómeno alcanzó. La estructura de la colonia y la esencia de la clase criolla fueron
factores que obligaron a esta clase, por los motivos ya indicados, a aprovecharse de
aquellos principios para ampliar su dominio, cerrado y excluyente, sobre la tierra.
Para comprender cómo la tierra sin el indio no valía nada, y cómo la búsqueda del control
del trabajo del indio estimuló el afán de acaparar la tierra, conviene señalar dos hechos
importantes.
Primero, que durante la colonia el valor de una hacienda incluía su derecho a un número
determinado de indios de repartimiento, y que en las operaciones de venta siempre se
especificaba ese valor.
TIERRA DE INDIOS
Sobre las tierras de los pueblos de los indios es preciso haber algunas indicaciones en
relación con los orígenes coloniales del latifundismo, a reserva de volver varias veces
sobre el tema en otros lugares, y especialmente al estudiar la estructura del pueblo de
indios.
En los orígenes coloniales es importante hacer mención de cómo estaban distribuidas las
tierras de los pueblos, que posteriormente dieron origen a los latifundios. Existieron tres
tipos de tierras que correspondían a los indios.
Pueblos de Indios no Indios: llamados también indios ricos, eran indios pertenecientes a la
clase media rural y no a la clase servil tenían sus propias tierras, aunque no tuvieron gran
parte en el desarrollo del agro colonial, como las tierras comunales.
Existían pueblos lejanos a lo urbanístico, que no les permitía su desarrollo por la
distancia que vivían. Cabe destacar que los criollos les absorbía la mayoría de tiempo
(trabajaban para otros) por lo que no podían trabajar sus tierras fortuitamente, además
que sus ingresos eran pocos preferían invertir en su manutención. Hubo muchas
desigualdades, debido que algunas tierras eran expropiadas y distribuidas a familias
adineradas.
Aunque las leyes abrían la puerta para que cualquier persona pudiera adquirir en
propiedad un trozo de tierra por composición, esa posibilidad era totalmente nula para la
población indígena corriente de los pueblos.
En primer lugar, porque el régimen de trabajo le sustraía a los indios mucho tiempo y
mucha energía, y con lo que de uno y otra les quedaba podían apenas trabajar en las
tierras comunales. En segundo lugar, porque los ingresos del indio corriente eran exiguos,
y si con ellos apenas podía sobrevivir, mal habría podido desembolsar una suma para
comprar tierra. Estos hechos, que aquí anotamos brevemente en relación con la política
general de tierras, serán comprendidos en su dramática realidad cuando los estudiemos
directamente.
Aunque las leyes prescribían que no se admitiera a composición ninguna tierra que
hubiera sido usurpada a los indios, esto no se cumplió a cabalidad. El porqué de hecho
semejante no puede hacerse comprensible mientras no se ha analizado la situación real y
verdadera del indio en el contexto de la sociedad colonial: la explotación a que estaba
cometido; la opresión que pesaba sobre él, la violencia que se empleaba para ahogar sus
más leves expresiones de rebeldía. Una discreta aproximación a aquella realidad puede
obtenerse, por de pronto, resumiendo muy brevemente los pasos de unas “diligencias” –
es decir unos trámites– encaminadas a componer tierras a favor de cierto encomendero.
En la descripción que hace de las tierras que solicita, el interesado declara que pasa por
ellas el camino real de Guatemala a Chichicastenango. (Dato importante. Está solicitando
tierras económicamente bien situadas –que son las que van a ir acaparando los
latifundistas–. Si la proximidad de las vías de comunicación le confiere valor a cualquier
tierra, el hecho de que el camino pase por mitad de ella lo aumenta mucho más. El
camino de referencia ponía en contacto esas tierras con dos centros importantes: nada
menos que con la capital del reino, y con un poblado que había acogido, igual que el de
Totonicapán, a la población fugitiva de la ciudad quiché de Utatlán –o Gumarcaj–
arrasada en tiempos de la conquista).
Según documentos, Alonso Álvarez de Santizo un criollo que surgió con derechos, realizo
diligencias para apoderarse de tierras en Comalapa y Sta. Polonia, enviando sus
intérpretes autorizados por el Presidente. Sin embargo en Santa Polonia no se cumple y
obligados dos escogidos dentro de los indígenas a falta de alcaldes hacen el recorrido en
las tierras que Álvarez desea obtener.
Al final se convoca a reunión donde en descontento los indios dan el visto bueno de poder
hacer uso de las caballerías de tierras al criollo, pero hacen recomendaciones como: no
destrozar sus terrenos o sea respetar sus límites, pero la más importante fue la de no
tener esclavos indios y no trabajar para ellos, mas no sabían que en camino a Guatemala
venia esa nueva imposición, lo que Álvarez y muchos otros criollos ya sabían por eso
realizaban esta clase de usurpaciones.
La política agraria de la colonia, según hemos dicho, defendía las tierras de indios y les
negó tierra a los mestizos, a las capas medias, como las llamaremos con más corrección
cuando examinemos su desarrollo. Aunque todo este tiempo hubo usurpación de tierras
de indios.
Naturalmente, el proyecto tropieza con un grave obstáculo que es precioso remover para
que el reparto rinda los resultados deseados: es el repartimiento de indios que les roba
tiempo y energías y los aparta de sus siembras.
La clase social capacitada para tomar el poder en aquel momento, la clase criolla hubiera
encontrado su ruina en aquella realizaciones y naturalmente no tomo en serio ni una
palabra del proyecto del consulado.
El proyecto demuestra, de manera palmaria, dos o tres cosas que conviene retener.
SEGUNDA: Que las tierras comunales de indios por motivo de las usurpaciones, del
sistema arbitrario de distribución y principalmente por el tiempo que el trabajador perdida
en servicios forzados y gratuitos y Semi gratuitos.
Por qué la descripción de un país llegue a ser un paisaje tienen que darse condiciones
muy especiales, la topografía del país, sus ríos y lagos las calidades de tierra , la
diversidad de los climas, la flora y la fauna, la habitalidad de cada región.
Según documentos, Alonso Álvarez de Santizo un criollo que surgió con derechos, realizo
diligencias para apoderarse de tierras en Comalapa y Sta. Polonia, enviando sus
intérpretes autorizados por el Presidente. Sin embargo en Santa Polonia no se cumple y
obligados dos escogidos dentro de los indígenas a falta de alcaldes hacen el recorrido en
las tierras que Álvarez desea obtener.
En lo relativo a la situación del agro los comerciantes tenían intereses opuestos a lo de los
latifundistas, el bienestar y la prosperidad de los hacendados reposaba sobre el trabajo
Semi gratuito y por ende sobre la miseria de los indios y los ladinos pobres, como lo
demostraremos al estudiar el régimen del trabajo agrícola de pueblos y de rancherías