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¿Es rentable la formación universitaria en el mercado laboral sin experiencia?

Para mí no es rentable la formación universitaria en la vida laboral ya que las empresas sugieren
experiencia laboral y en unas se pasan de sugerir esa experiencia y aparte de esto el pago no es muy
atractivo para un universitario recién salido, ya que el universitario tiene las prácticas y la
formación que para mí es suficiente ya que son 5 o más años en la universidad más las practicas,
dependiendo de la carrera, por tal razón tenemos las habilidades y capacidades para ingresar fácil al
mercado laboral sin tener esa experiencia que requiere dicha empresa.

Por otro lado el capital humano que se generalizo principales aportes de Mincer (1958 y 1974),
Schultz( 1961 y 1968) y Becker ( 1964 y 1983), quienes consideran la educación en cualquiera de
los niveles ( básica media y superior) como una inversión que realizan los individuos para
incrementar no solo su capacidad productiva, sino también sus ingresos futuros.

En consecuencia, surge una relación causal entre capaciada productiva y nivel de estudio lo cual a
nivel macroeconómico trae mejoras en la eficiencia y la productividad de los distintos factores de
producción.Ademas, a nivel microeconómico los trabajadores cualificados recibirán un salario
superior, frente a los no cualificados, debido al coste de oportunidad que asumieron al decidir
incrementar sus cualificaciones. Tradicionalmente, los economistas suelen estimas los retornos de la
educación a través de la ecuación de Mincer(1974), que expresa que los ingresos de los indiduos
dependen, principañlmente, de los años de estudio y la experiencia laboral; sin embargo, lo
novedoso del planteamiento de este documento es que toma en cuenta la evidencia que indica que
hay otras variables ( aparte de las de Mincer) como género, cultura, región, entre otras,que explican
las diferencias entre los niveles de ingresos de los individuos(Heckman et al.,2003).

En este documento se estiman los retornos individuales por la obtención de un


título universitario en Colombia, con datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares
(GEIH), de 2015, contemplando variables como género y región. En la siguiente sección, se
muestran resultados de trabajos que estimaron el retorno que proporciona la
educación universitaria en algunos países de América Latina, que permiten cimentar la
metodología del presente estudio. Luego, se interpretan los resultados de la estimación
de los retornos de la educación, junto con los datos obtenidos del análisis costo-beneficio
para determinar la rentabilidad de estudiar una carrera universitaria en Colombia. El documento
concluye que sí es beneficioso para los colombianos invertir en educación universitaria; sin
embargo, no se pueden desconocer la existencia de brechas salariales por: nivel educativo,
género o región, que se explican principalmente por las particularidades de los mercados laborales,
así como por los costos en que deben incurrir los individuos para ingresar a la educación superior.

El análisis de la educación en economía se clasifica en dos grupos: Por un lado, la relación


entre educación y productividad; por otro, el efecto de la educación en los ingresos individuales.
En el primer grupo, Schultz (1961), demuestra que el aporte de la educación sobre el crecimiento
económico de Estados Unidos de 1929 a 1957, estuvo alrededor de 16,5% al 20%. En
Latinoamérica, Martín (2007), observó que la evolución del nivel educativo de la población
entre 1985 a 2000, ayudó a que la tasa promedio anual de crecimiento fuera de 2,4%,
mientras que la de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), fue de 1,5%.

La OCDE (1998), ha reconocido que la educación contribuye a aumentar la


productividad del trabajo y a obtener mejores niveles salariales. Ordaz (2007),
encontró en México que a mayor formación menor la pobreza. Además, comenta que
México, a diferencia de otros países de la OCDE, incrementó la inversión en educación mucho más
que el resto de los países de este grupo; lo cual, según Canudas (2006), favorece el
crecimiento de la productividad industrial de largo plazo en México.

En el segundo grupo de trabajos, se resaltan algunos resultados para Latinoamérica. En


Chile, Contreras et al. (2005), usando datos panel para el periodo 1996 a 2001, estimaron
que el retorno de la educación en Chile fue del 13% mensual. Los autores indican que su
resultado es acorde con las múltiples estimaciones obtenidas por otros estudios sobre el
retorno de la educación que ha fluctuado, en promedio, entre un 10% y 14% mensual; sin
embargo, muestran que el retorno de los hombres fue de 14% mientras que el de las mujeres fue
del 11% mensual.

Paz (2009), comenta que los estudios realizados sobre el impacto que tiene la educación
sobre los salarios de los argentinos, demuestran que mayores niveles educativos van
acompañados de salarios más altos. Además, Borraz et al. (2010), evidenciaron que el salario de
los individuos que terminan secundaria aumenta entre 60% y 110%, en comparación con los que
completaron primaria. Igualmente, el ingreso de los que terminan el pregrado crece entre 55%
y 110%, frente a los que finalicen secundaria.

Martínez y Fernández (2010), evidenciaron en Ecuador, República Dominicana y Sao


Paulo, una asociación entre los ingresos de los trabajadores, sus años de escolaridad y su
experiencia, que mostró una tendencia de ingresos crecientes hasta llegar a los 40 años de vida.
De ahí en adelante tienden a detenerse e incluso a bajar, salvo entre quienes tienen cuatro o
doce años de escolaridad.

Para Colombia, Tenjo (1993), al aplicar la metodología de descomposición de


Blinder-Oaxaca, sobre diferencias salariales por género, encontró que en la década de los 80, los
retornos de la educación fueron más altos para los hombres que para las mujeres. A la
misma conclusión llegan: Baquero (2001), Bernat (2005), y Abadía (2005), mostrando que
la discriminación salarial de género y laboral persiste en Colombia.

Galvis (2010), estimó las brechas salariales entre regiones de Colombia, con datos de
2009 de la gran encuesta integrada de hogares. Los resultados muestran la existencia
de una mayor brecha salarial en las regiones periféricas, frente a ciudades como Bogotá, Cali,
Medellín, Manizales y Pereira. Esto se explica por la discriminación de género a pesar de
que las mujeres tienen, en promedio, 6% más años de educación que los hombres. Así, los
hombres ganaban un 14% más que las mujeres en las trece principales ciudades

La educación superior se ha caracterizado por dos aspectos en los últimos quince años:
1) Un choqué de demanda dadas las mayores necesidades de trabajadores calificados, como
consecuencia de la apertura económica;
2) una disminución relativa de sus salarios con respecto a los no calificados,

articularmente a partir del 2000, dada una mayor oferta de estos y la crisis
de 1999.
En cuanto al primer punto, desde comienzos de los noventa la brecha entre
trabajadores calificados y no calificados ha estado aumentando, dado el cambio
tecnológico impulsado por la apertura económica. Lo cual implicó un aumento
en los retornos a la educación, pasando de ser negativos, para las personas con
título post-universitario, a comienzos de los ochenta, hasta llegar a 16,2% para
los postgraduados y 18,5% para las personas que tienen pregrado para el año 2000
(gráfico 1).
Gráfico 1. Evolución de los retornos a la educación en Colombia (1982-2000)

A pesar de que se han ido recuperando los salarios después de la recesión


de 1999, los salarios de los profesionales se han estancado e incluso disminuido,
en términos relativos, con respecto a los salarios de las personas que alcanzan
una educación de secundaria, esto debido en parte a los aumentos en los costos
laborales, particularmente para los trabajadores independientes3
, así como el
3 En un principio, las cotizaciones de esta clase de trabajadores se hacían sobre dos salarios
mínimos y luego sobre un 40,0% de sus honorarios, por tanto, muchos de ellos han visto
como sus ingresos han disminuido.
incremento en el nivel educativo de las personas y, como consecuencia, de una
mayor oferta de profesionales calificados (Farné, 2006).
Entonces, a pesar del incremento en el premium de la educación terciaria, la
“fuga de cerebros» ha sido constante a través del tiempo. Carrington y Detragiache
(1998) mencionan como el 8,0% de los emigrantes colombianos a Estados
Unidos tenían educación superior. Posteriormente, Docquier y Abdeslam (2006)
muestran que esta tasa ha aumentado a un 30,0% de los emigrantes colombianos,
esto a pesar de que la demanda interna por trabajadores altamente calificados ha
aumentado constantemente.
En forma particular, el Observatorio ha proporcionado información del
comportamiento del mercado de profesionales en Colombia (Véase Tabla 5).
Para el primer semestre de 2006, había 1.301.728 matriculados en las instituciones
de educación superior del país, de los cuales el 50,0% se concentran en las carreras
relacionadas con negocios (economía, administración, contaduría), ingenierías,
educación, derecho, medicina y psicología. Mientras que las carreras de matemáticas
y ciencias básicas cuentan con menos del 1,9% de la demanda. Adicionalmente,
sólo 56.901 de los matriculados ingresan a estudios de postgrado, aunque, con
respecto al primer semestre del 2005, esta cifra se incrementó en 7,4%.
En conclusión, el Gobierno colombiano con el acompañamiento de todas las empresas colombianas
deberían tener más encuentra a los universitarios nuevos en la vida laboral ya que tienen su
conocimiento actualizado y preparado para laborar y con sus habilidades y capacidades en práctica
pueden aportar mucho a las empresas ya que les sugieren experiencia, iniciar con varias
convocatorias al año para todos los universitarios de Colombia que no tienen experiencia laboral e
implementar pruebas de conocimiento para que tenga una oportunidad y un salario digno para ellos,
por tal razón tener un contrato de periodo de prueba o contrato fijo para que pueda empezar a
crecer laboralmente o con el contrato de aprendizaje para que sea una experiencia laboral para
obtener trabajo en Colombia.
Referencias
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Anexo
https://www.redalyc.org/pdf/205/20521435005.pdf
https://www.riico.net/index.php/riico/article/view/652
https://repositorio.uam.es/handle/10486/4563

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