Está en la página 1de 4

Hipertensión Arterial

¿Qué es?
La hipertensión arterial es un trastorno en el que
los vasos sanguíneos tienen una tensión
persistente alta, lo cual puede ocasionar que se
dañen. La tensión arterial es la fuerza que ejerce
la sangre contra las paredes de la arteria, esto se
mide a nivel de pulsaciones, mientras más fuerza o más tensión, el corazón debe
realizar más esfuerzo para bombear la sangre por todo el organismo.
Clasificación
La tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg1 cuando el corazón
late (tensión sistólica) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión
diastólica). Cuando la tensión sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la
tensión diastólica es igual o superior a 90 mm Hg, la tensión arterial se considera
alta o elevada.
La OMS/ SIH 1999, clasifica la hipertensión en la siguiente forma:
Categoría sistólica (mm Hg) diastólica (mm Hg)
 Optima <120 y <80
 Normal <130 y <85
 Normal—Alta 130-139 / 85-89
 Grado I 140-159 / 90-99
 Grado II 160-179 / 100-109
 Grado III 180 ó + / 110 ó +
 Hipertensión sistólica aislada 140 ó + / 90 ó -
Si ambas mediciones caen en categorías distintas, se emplea la más alta.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas
(consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e
ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de
tabaco y alcohol, y el sobrepeso o la obesidad.
Por otro lado, existen factores de riesgo no modificables, como los
antecedentes familiares de hipertensión, la edad (más de 65 años) y la
concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.
Signos y síntomas
La mayoría de personas hipertensas ignoran que lo son, pues la
enfermedad no siempre va acompañada de síntomas o signos de
alerta, por lo que se dice que mata silenciosamente.
Pueden presentarse síntomas como cefaleas matutinas,
hemorragias nasales, ritmo cardiaco irregular, alteraciones
visuales y acúfenos. La hipertensión grave puede provocar
fatiga, náuseas, vómitos, confusión, ansiedad, dolor torácico y temblores
musculares.
La única manera de detectar la hipertensión es recurrir a un profesional
sanitario para que mida nuestra tensión arterial. Se trata de un proceso rápido e
indoloro que también podemos hacer nosotros mismos con un dispositivo
automático, si bien es importante que un profesional valore el riesgo existente y
los trastornos asociados.
Prevención
La prevención es a través de la medición de la tensión arterial
periódicamente, más si es una persona adulta, las mejores
formas de prevenir la hipertensión es con hábitos de vida
saludables como abandonar el consumo de tabaco, adoptar una
dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad y evitar el uso nocivo del alcohol. La
reducción de la ingesta de sal también puede ayudar. Las personas con
hipertensión que también tienen un alto nivel de azúcar en sangre,
hipercolesterolemia o insuficiencia renal corren un riesgo incluso mayor de sufrir
un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Por tanto, es importante
hacerse revisiones periódicas de la cantidad de azúcar y de colesterol en sangre y
del nivel de albúmina en la orina.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico se impondrá desde un principio junto
al no farmacológico en todos los pacientes clasificados como grado
II y en aquellos de grado I con riesgo cardiovascular. El uso de
drogas antihipertensivas debe ir siempre acompañado de las
medidas para el cambio del estilo de vida del paciente.
Principales drogas usadas en el tratamiento de la hipertensión arterial
Los medicamentos hipotensores más usados en el tratamiento de la
hipertensión arterial son: los diuréticos, la beta bloqueadores, los bloqueadores de
los canales del calcio, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina
y más recientemente los antagonistas de los receptores de la angiotensina II.
Otros medicamentos como los alfa bloqueadores, los simpaticolíticos centrales, los
antagonistas adrenérgicos periféricos y los vasodilatadores directos, se consideran
de segunda o tercera línea en el tratamiento de la hipertensión arterial y algunos
de ellos reservado para situaciones muy específicas.
Tratamiento no farmacológico: modificaciones en el estilo de vida
Todos los pacientes deben ser debidamente estimulados y
convencidos de la importancia de esta forma terapéutica, por
cuanto es la principal medida a emprender en todo caso y en
muchos de ellos, la terapia más apropiada. Es importante el
conocimiento y convencimiento del personal de salud sobre tal proceder. Se
aplican las mismas medidas recomendadas en el acápite “Modificación del estilo
de vida”. Se considera que todos los hipertensos son tributarios de modificaciones
en el estilo de vida. Se debe comenzar con estas medidas para todos los
pacientes clasificados como Grado I y mantenerlo, como única medida
terapéutica, por espacio de tres meses, si no existen en el paciente algunas de las
condiciones consideradas como riesgo cardiovascular.
Las modificaciones en el estilo de vida se resumen en:
• Control del peso corporal.
• Reducción de la ingesta de sal.
• Realizar ejercicios físicos.
• Aumentar el consumo de frutas y vegetales.
• Dejar de fumar.
• Limitar la ingestión de bebidas alcohólicas

También podría gustarte