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Los escritos clásicos sobre la relación entre la burocracia y la política afirman que la administración y la
política son ámbitos separados, que las demandas impuestas a los burócratas y a los políticos difieren
marcadamente y que se requieren diferentes habilidades y orientaciones para cada rol. Siguiendo con
esta línea Max Weber observó que el funcionario burocrático "funciona con más precisión, desde un
punto de vista técnico, porque ... es más probable que puntos de consideración y cualidades puramente
funcionales determinen su selección y carrera", mientras que el reclutamiento político da "peso decisivo
no a las consideraciones de expertos sino a los servicios" que el funcionario presta a su organización
política. De esta manera Weber expresa de manera concisa la distinción entre el burócrata, que
responde a los hechos (facts) y el político, que responde a intereses y actúa en nombre de ideales.
Sin embargo, la noción de que la actividad burocrática y la actividad política pueden separarse
marcadamente entre sí se ve cada vez más desafiada por la creciente complejidad de las actividades
gubernamentales, por el aumento de las demandas de los electores recientemente movilizados y por el
consiguiente requisito de que los burócratas desarrollen apoyo político en nombre de políticas de tipo
intervencionistas. Lo más probable es que tanto los administradores como los políticos estén
involucrados en actividades de formulación de políticas y, por lo tanto, en actividades inherentemente
políticas----> Lo que distingue críticamente a burócratas y políticos es que están involucrados en
la formulación de políticas en diferentes escenarios vinculados a diferentes bases electorales.
Además, las características que distinguen el entorno del burócrata del del político electo
deberían conducir a diferentes formas de ver las políticas y diferentes estilos de
comportamiento/toma de decisiones. El político da a la política una dirección general inspirada en
principios o intereses o, a veces, en ambos. El burócrata, en cambio, da a la política un significado
concreto derivado en parte de la comprensión de sus aspectos técnicos y en parte de la negociación
con aquellos intereses inmediatamente afectados por la interpretación administrativa.
La pregunta ppal que guía el estudio de Aberbach es, entonces, la siguiente: ¿en qué aspectos los
burócratas y los políticos piensan y actúan de manera distinta o similar?
(por ende---->Aberbach viene a intentar ofrecernos evidencia empírica sobre en qué convergen y
disienten políticos y burócratas. Si bien la literatura clasica enfatizaba la diferencia entre ambxs y sus
roles, esta distinción no está tan clara en las democracias contemporáneas donde hay políticos más
profesionalizados y burócratas más politizados; por consiguiente necesitamos DATOS DUROS xd para
poder afirmar si hoy en día son mas las cosas en las que se diferencian que en las que se parecen.
La aberración americana
(jajaja es el titulo de la
sección posta)
Aunque hemos subrayado
las diferencias genéricas
entre los roles de los
burócratas y los políticos
parlamentarios en las
democracias industriales
contemporáneas, en
América no estamos frente
al mismo panorama que en
Europa (obvio que por
America habla de USA
pues onvres blancos
occidentales). La distinción
en el enfoque de roles entre
los funcionarios públicos y
los legisladores en toda
Europa está notoriamente
ausente en América --->
mientras que los burócratas
y los políticos en Europa conciben sus roles de manera bastante diferente, los burócratas y los políticos
en América conciben sus roles de manera bastante similar.
¿Cuál es la causa de este #solapamiento de roles? En primer lugar, las instituciones son en gran parte
responsables de esta notable fusión. Los burócratas estadounidenses, hasta un grado incomparable en
otros lugares, son responsables de apuntalar sus propias bases de apoyo político. La rendición de
cuentas fragmentada obliga a los burócratas estadounidenses a tomar riesgos y a defender
enérgicamente los puestos que ocupan en privado (osea necesitan encontrar #aliados para mantenerse
en sus puestos y conseguir recursos--->es una política descentralizada más de tipo clientelar, no hay
líneas directas de rendición de cuentas, y por ende tienen un rol bastante más partisano).
Ahora bien, los políticos estadounidenses también se diferencian de sus pares europeos---->
comparados con los legisladores de otros lugares, el proceso legislativo estadounidense los ha
convertido en especialistas. Los burócratas estadounidenses son claramente más partisanos en su rol
que sus contrapartes europeas, y los políticos del Congreso estadounidenses tienden a tener una
orientación más técnica que los políticos parlamentarios europeos. La naturaleza frágil e incierta de la
autoridad política en Estados Unidos genera orientaciones burocráticas que enfatizan la construcción de
apoyo político. Pero las responsabilidades de definición de políticas otorgadas al cuerpo legislativo en el
sistema de gobierno estadounidense ayudan a que los legisladores sean más sensibles a los detalles
técnicos de la política. En este sistema de responsabilidades fragmentadas cada actor institucional
juega un papel importante y cada uno, hasta cierto punto desconocido en Europa, ha llegado a hablar el
idioma del otro. (osea en USA ambas funciones se solapan, la división del trabajo no es tan clara).
Los burócratas estadounidenses están mucho más orientados a roles tradicionalmente políticos como la
defensa (advocate), la representación (facilitator) y el partidismo que sus pares europeos. Las líneas de
autoridad inciertas alientan a los burócratas estadounidenses a desempeñar papeles políticos.
Curiosamente, sin embargo, mientras los burócratas estadounidenses se enfocan en facilitar los
intereses en un grado mucho mayor que los burócratas en otros sistemas, los políticos estadounidenses
también se enfocan en representar intereses específicos en un grado mucho mayor que los políticos
legislativos en otros sistemas.
¿Qué pasa en Europa? En Europa, los partidos políticos son las estaciones de cambio para transformar
opiniones, descontentos y demandas en “premisas” de la política programática. Los partidos dirigen,
pero también reorientan energías hacia programas amplios y el desarrollo de una voluntad organizada
dentro del parlamento. En ausencia de esta capacidad, la política se vuelve sin rumbo, personal y
empresarial. Esto explicaría el "conflicto sin rumbo" estadounidense. (In Europe, political parties are the
switching stations for transforming opinions, discontents, and demands into programmatic political
current. Parties direct, but also redirect, energies toward broad programs and the development of
organized will within parliament. In the absence of this capacity, politics becomes rudderless, personal,
and entrepreneurial. Thus, the American "directionless conflict.") ---> Los congresistas estadounidenses
son aquellos menos partidistas dentro de la muestra total de legisladores y esto es consecuencia de los
partidos políticos débiles del sistema norteamericano que no permiten canalizar las oleadas
momentáneas de opinión o las demandas sociales en principios y programas partidarios.
Todos los sistemas políticos deben prever tanto la articulación de intereses como la mediación de los
mismos----> En general los políticos ayudan a la articulación de estos mientras que los burócratas son
quienes gestionan su reconciliación. En Estados Unidos, sin embargo, ambas élites son inusualmente
activas en el lado "político" de esta ecuación. (osea tanto burócratas cómo políticos están enfocados en
la articulación de intereses - xq los burócratas tmb tienen constituencies- más que en su reconciliación).
Winner-Take-AII Systems
A la debilidad partidaria se suma que, en USA, rige un sistema electoral del tipo “el ganador se lleva
todo”. Esto conduce a que cada candidato se preocupe por producir una imagen personal favorable
entre sus electores. En el caso británico,si bien rige el mismo sistema, los comités de partidos locales
son de especial importancia en el proceso de nominación; por tanto, el diputado británico, a diferencia
de su homólogo estadounidense, también es un partidario entusiasta. -----> De esta manera, el diputado
británico debe ser tanto un partidista (para complacer a quienes controlan su nominación) como un
facilitador de demandas particulares (para complacer a quienes controlan su elección).
En USA, sin embargo, este sistema solo fomenta aún más la desalineación: a la debilidad partidaria se
le suma este sistema en el que los candidatos buscan ser visibles y destacarse frente a su constituency
particular, dificultando aún más la existencia de partidos políticos programáticos.
Imágenes y reflejos
Al analizar las formas en que los burócratas y los políticos conciben sus roles, vemos que cada uno de
ellos se percibe como parte clave del proceso de formulación de políticas, aunque de formas distintas y
filtradas a través de constituencies alternativas. Debido a que los burócratas poseen recursos
especiales de experiencia y conocimiento detallado, los políticos pueden temer amenazas a su propia
autoridad en el proceso político frente a las ventajas tácticas de los burócratas. Por lo tanto, podríamos
esperar que los políticos definieran un papel más pasivo y dócil para los burócratas de lo que los
burócratas aceptan para sí mismos. Por otra parte, los burócratas pueden considerar que los políticos
interfieren irracionalmente con sus decisiones informadas, y pueden definir los roles de los políticos de
forma tal que se limite su participación en la formulación de políticas del día a día.
-Definición de normas de roles (role norms): Para determinar cómo los burócratas y los políticos definen
el papel de los demás, así como el suyo propio, se le pidió a cada uno que describa las cualidades que
creen que debe tener un administrador y las que creen que debe poseer un político. Los doce rasgos
resumidos empleados para caracterizar las características deseables del rol de un administrador son (1)
habilidades organizativas y gerenciales; (2) habilidades de mediación, negociación y conciliación; (3)
sociabilidad y relaciones personales; (4) habilidad intelectual; (5) carisma y liderazgo; (6) representación
y capacidad de respuesta; (7) carácter personal y conciencia; (8) intereses de formulación de políticas;
(9) compromiso e incidencia ideológicos; (10) habilidades técnicas; (11) asesoramiento y asesoramiento
de superiores; y (12) ejecución neutral de las leyes. Los primeros diez rasgos también se utilizaron para
caracterizar los atributos deseables en un político. A diferencia de los datos de enfoque de rol
empleados anteriormente, esos datos son más normativos: están destinados a identificar cómo los
encuestados caracterizan cada rol de manera prescriptiva. Nuestra atención ahora debería dejar de lado
cualquier criterio personal para pasar a algo más genérico.
NORMAS DE En general, existe un fuerte acuerdo entre burócratas y políticos sobre los rasgos que son
ROL DE LOS deseables para el papel burocrático. Primero, tanto los burócratas como los políticos creen
BURÓCRATAS que participar en la formulación de políticas es una parte importante del papel del burócrata.
(acá Sin embargo, ninguno apoya la idea de que los administradores de alto nivel deben
básicamente emprender actividades más tradicionalmente asociadas con el papel del político. Los
se le pregunta políticos en particular, si bien aceptan la idea de que los burócratas deberían participar en la
a políticos y formulación de políticas, sugieren con más fuerza que los burócratas deberían aportar
burócratas principalmente habilidades intelectuales al proceso, pero llevar a cabo las decisiones
cómo creen gubernamentales. Por consiguiente, estos están dispuestos a conceder un papel a los
que debería burócratas en la formulación de políticas bajo un conjunto de reglas básicas que les niega la
ser el rol de un discreción---->Los políticos aparentemente quieren burócratas que los ayuden a tomar
burócrata decisiones pero al mismo tiempo quieren limitar la libertad burocrática en la administración
profesional y de esas decisiones. Por ende si bien los políticos aceptan un papel político para los
qué funciones burócratas, ellos reclaman el centro del escenario para ellos mismos.
debería Por otro lado, los burócratas tienen una concepción más “activa” de sus propios roles en
desempeñar)--- relación a cómo los ven los políticos------> Los mismos enfatizan que el
>fijense en el policymaking/formulacion de politicas, es una actividad fundamental a la hora de pensar en
cuadro que hay sus propios roles. También, aunque los políticos no hagan énfasis en las habilidades de
un ranking de negociación, intermediación y conciliación de los burócratas, estos últimos sí suponen que
atributos así es estas habilidades también son cruciales para ejercer sus funciones. Como los
más fácil leerlo parlamentarios, los burócratas valoran las cualidades intelectuales en los administradores,
aunque están menos inclinados a creer que la inteligencia por sí sola es necesaria para ser
un administrador eficaz. Los burócratas viven en un mundo de organización grande y
compleja, un mundo generalmente ajeno al de los políticos parlamentarios.
En resumen, los burócratas y los políticos generalmente están de acuerdo sobre los
atributos que definen el rol de un burócrata, aunque los políticos son escépticos sobre las
tendencias que aumentan la independencia/discrecionalidad de sus funciones. Si bien existe
un acuerdo de que los burócratas deberían participar en la formulación de políticas, los
políticos son más reacios a otorgar a los burócratas poderes de negociación y discreción.
NORMAS DE Los políticos enfatizan dos elementos clásicos de sus roles: su función en la formulación de
ROL PARA políticas y su función de representación. A su vez, los burócratas enfatizan los aspectos de
LOS mediación, negociación y conciliación de ambos roles más que como propios de los
POLÍTICOS políticos. Este contraste parece reflejar una diferencia básica en el modelo mental de
(acá políticos y representación que sostienen los burócratas y los políticos--->Los burócratas suelen
burócratas ocuparse de intereses establecidos y organizados, y su relación con dichos intereses implica
responden negociación y mediación. Los políticos tratan más a menudo con corrientes amplias de
cuáles son los opinión, clases sociales e intereses a gran escala y difusos, por lo tanto, es probable que
atributos que pongan el énfasis en sus capacidades de respuesta a elementos de la sociedad menos
deben organizados o más vagamente definidos. Cada actor bien puede proyectar su propio modelo
caracterizar a de vinculación con actores no gubernamentales sobre el otro. Los políticos habitan en un
un políticos) mundo de presiones políticas difusas, mientras que los burócratas viven en un entorno en el
que las presiones se filtran a través de representantes de grupos de interés. Uno requiere
una capacidad de respuesta amplia y, a menudo, simbólica; y el otro mediación y
negociación.
Finalmente, observamos en las Tablas 4-4 y 4-5 que ambas muestras califican a los
funcionarios públicos relativamente alto y a los parlamentarios/políticos relativamente bajo
en rasgos técnicos y gerenciales. En otras palabras, existe un amplio acuerdo en que el
diseño y la implementación de políticas detalladas son competencia de los funcionarios
públicos.
Conclusión
Nuestra evidencia destaca importantes similitudes y diferencias entre burócratas y políticos. En
contraste con las austeras simplicidades de la dicotomía política / administración, ahora está claro que
los burócratas se involucran en la formulación de políticas. Por otro lado, la distinción weberiana entre
las habilidades técnicas del burócrata y la capacidad de respuesta del político a los intereses sociales
amplios y la defensa de los principios políticos sigue siendo relevante. Sin embargo, esta es una
descripción incompleta de los roles contemporáneos de los funcionarios públicos y los políticos
parlamentarios----> En muchos aspectos, la competencia técnica e intelectual es una fuente importante
de influencia que los funcionarios públicos pueden ejercer en la estructuración de opciones políticas.
Además de las distinciones clásicas de las que encontramos mucha evidencia (excepto en los Estados
Unidos), descubrimos simultáneamente una convergencia de funciones entre políticos y burócratas y
algunas disimilitudes en sus entornos, enfoques y perspectivas. En la medida en que los burócratas han
llegado a estar íntimamente involucrados en la formulación de políticas, necesariamente ayudan a
moldear decisiones que son inherentemente políticas y, en este sentido limitado, no pueden evitar ser
actores políticos. Pero su "juego político" difiere dramáticamente del que juegan los políticos
parlamentarios. Si bien la estrecha participación de los grupos de interés en la administración del estado
requiere habilidades políticas por parte de los administradores, estas son las habilidades de mediación y
negociación: la capacidad de negociar intereses en conflicto en términos específicos. Los ajustes
incrementales entre los intereses establecidos implican habilidades y características temperamentales
fundamentalmente diferentes de las que los parlamentarios aportan a sus funciones. La política de los
burócratas es una política que equilibra cuidadosamente los intereses de grupos clave; por lo general,
no presenta amplios reclamos al gobierno. Eso, al menos en Europa, es en gran medida competencia
de los políticos.
A diferencia de los políticos, los burócratas aportan criterios diferentes a la toma de decisiones y los
intereses de los que tratan están más claramente definidos y establecidos. Los sesgos de los burócratas
los llevan hacia soluciones técnicamente definidas y administrativamente viables y hacia la negociación
con intereses bien definidos, mientras que los sesgos característicos de los políticos los llevan a definir
los problemas primero en términos de ventaja política y principio político.
Por otro lado, los diferentes estilos y enfoques que los burócratas y los políticos aportan al gobierno
tienen amplias implicancias. Los políticos comercian con generalidades a las que los burócratas deben
dar una expresión concreta. Es más probable que los políticos se preocupen por la forma en que una
propuesta afectará a un grupo constituyente importante, mientras que es más probable que los
burócratas se preocupen por los aspectos técnicos y administrativos de la implementación de las
propuestas. Los políticos están más inclinados a preguntar: "¿A quién beneficiará esto?" Los burócratas,
por otro lado, están más inclinados a preguntar: "¿Qué es un resultado eficiente?" .A partir de las
preguntas que hacen, los políticos parecen especialmente sensibilizados con temas relacionados con la
distribución y redistribución de beneficios; los burócratas, por otro lado, por sus preguntas parecen
especialmente sensibilizados con las cuestiones que involucran bienes colectivos.
Incluso si los tiempos evocan los criterios de prudencia y experiencia (criterios que parecían menos en
boga hace una década), es poco probable que los burócratas por sí solos proporcionen una dirección
integral o que sean sensibles a los costos de asignación. Sin embargo, mientras se concentran en un
panorama más amplio, los políticos se arriesgan a impulsar agendas sin prestar atención a los detalles
operativos. Para pensar en las democracias industriales contemporáneas sería apropiado pensar
entonces cómo es que ambos, en sus roles y funciones que convergen pero también disienten, se
complementan.