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El desarrollo sostenible

A partir de 1950, muchas organizaciones internacionales y Estados percibieron


la necesidad de conciliar el progreso económico y el cuidado del
medioambiente. Para esto, han propuesto disminuir las emisiones de gases de
invernadero que generan el cambio climático, desarrollar tecnologías limpias y
mejorar las condiciones sociales y económicas de las distintas sociedades.

Responde esta pregunta en el cuaderno

¿De qué manera el desarrollo sostenible ayuda a mitigar el deterioro ambiental?

¿Puede descontaminarse el aire del planeta?


La contaminación del aire es un asunto que preocupa a gobiernos, científicos y
ciudadanos. En la última década, los niveles de contaminación del aire han
superado los registros históricos. Por ejemplo, en 2017 las emisiones de

dióxido de carbono ( ), derivadas de la quema de combustibles fósiles,


fueron de 37.000 toneladas, cifra récord que evidencia el deterioro en la
calidad del aire que se respira en el planeta. Otro indicador señala que, en

2016, se encontraban 440 partículas de   por millón, cifra que aumenta por
el incremento del parque automotor y de las motocicletas.

Así mismo, la situación de calidad del aire de nuestro país es preocupante. Los
departamentos de Antioquia, Cundinamarca y La Guajira reportan altos índices

de contaminación por la emisión de  .

La región del Valle de Aburrá, donde se sitúa Medellín, también declaró la


alerta roja a nivel ambiental y ha comenzado a implementar medidas de
protección para reducir las micro-partículas que producen las industrias, los
buses y los automóviles. Las mediciones de contaminación en esta zona del país
superaron los estándares permitidos por la Organización Mundial de la Salud.

El incremento del   es preocupante, ya que no solo contamina el aire sino


también causa el efecto invernadero. Por ello, organizaciones ambientalistas,
gobiernos y científicos han comenzado a crear instrumentos tecnológicos que
limpian y descontaminan el aire.

A nivel gubernamental, se han propuesto políticas para desincentivar el uso de


vehículos que funcionan con combustible fósil y promover el uso de
biocombustibles; sin embargo, estás medidas han probado ser insuficientes
para solucionar el problema.

Ante tal situación, otras alternativas se han materializado para extraer el


dióxido de carbono del aire. En Suiza, la compañía Climeworks desarrolló una

máquina que es capaz de capturar las partículas de   de la atmósfera


utilizando una serie de ventiladores de gran tamaño que absorben el aire y, por
medio de filtros, retienen el dióxido de carbono. Esta máquina es capaz de

extraer 900 toneladas de   al año, lo que la convierte en una de las pioneras
en el mundo en materia de descontaminación.

El dióxido de carbono capturado es utilizado nuevamente como combustible y


una parte es vendida a invernaderos que utilizan el gas para el cultivo de
plantas y la industria del cemento. Aunque este invento es importante, su
masificación podría demorarse décadas y el costo para países en vías de
desarrollo sigue siendo muy alto.

Por otra parte, organizaciones ambientalistas sugieren que la forma más barata
para limpiar el aire es la siembra de árboles, pues debido a sus características

físicas y químicas absorben   de la atmósfera y, además, producen oxígeno.

Con el actual ritmo de deforestación mundial, los niveles de   en el aire
aumentan, puesto que no hay elementos naturales que puedan limpiar la
atmósfera de contaminantes. Estas mismas organizaciones proponen la
necesidad de replantear el modo de vida actual que utiliza los combustibles
fósiles de manera masiva.

Una nueva forma de relacionarnos con


la naturaleza: el desarrollo sostenible
El desarrollo económico de las sociedades modernas ha traído aparejado el
deterioro ambiental y la destrucción de ecosistemas junto con la contaminación
a gran escala. Desde la década de 1980, se ha venido planteando la necesidad
de armonizar el crecimiento económico, el respeto y el cuidado del
medioambiente y la biodiversidad.

Para lograr este objetivo, se creó el concepto de desarrollo sostenible, en el


cual se trata de incorporar la visión del ser humano como especie consciente de
su poder para generar transformaciones profundas en el planeta, y con ello,
asumir la responsabilidad colectiva e individual de conservarlo como espacio
vital de las sociedades y de la vida para asegurar la supervivencia de las
generaciones futuras y su disfrute de la naturaleza.

El desarrollo sostenible tiene su origen en una toma de conciencia y la


experiencia de diferentes personas a lo largo del mundo que han sido
afectadas aceleradamente por el desarrollo económico, en especial por la
producción industrial que inició en el siglo XIX.

Desde la perspectiva de los grupos ambientalistas, el sistema económico


capitalista surge como un modelo en el que las personas crean empresas y
buscan un aumento desenfrenado de las riquezas y el consumo, destruyendo
ecosistemas y realizando proyectos que agotan la fertilidad del suelo,
contaminan el agua y el aire. La dinámica de este modelo económico lleva a
concebir los recursos naturales como mercancías que necesitan ser explotados
y comercializados.

A raíz de esto, en las últimas décadas se han venido gestando movimientos y


grupos de personas que se oponen al deterioro progresivo del medioambiente.
En la década de 1970, parte de esos reclamos comenzaron a hacer parte de las
agendas gubernamentales, y distintos Estados comenzaron tomar conciencia de
la gravedad de la contaminación ambiental e impulsaron políticas públicas de
preservación y recuperación de los ecosistemas afectados por el desarrollo
industrial.

En 1992, en Río de Janeiro, Brasil, la comunidad internacional realizó la


Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el
Medioambiente y el Desarrollo para tratar el tema. Fruto de este encuentro,
surgió un documento conocido como “Agenda 21”. En este documento se define
el desarrollo sostenible como el uso adecuado de los recursos naturales por
parte de las sociedades para evitar poner en riesgo la posibilidad de las
generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.

Un proyecto a largo plazo

El desarrollo sostenible no se consigue en un tiempo corto y tanto Estados


como empresas deben comprometerse con una serie de objetivos para alcanzar
las metas propuestas:

 Hacer un uso eficiente de los recursos, promoviendo la reutilización y el


reciclaje de los productos que se consumen.
 Conservar el medioambiente y mejorar las condiciones de vida de los
ciudadanos.
 Incentivar el uso de energías eólica y solar.
 Prevenir el deterioro de los ecosistemas y recuperar aquellos que están
afectados.
 Impulsar entre las comunidades el consumo de productos nacionales tanto los
industriales como los agrícolas.
 Comprender la importancia del cuidado de los ecosistemas para preservar la
vida.
 Utilizar de forma racional los recursos que proporcionan los sistemas
ambientales buscando no alterar su correcto funcionamiento.

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