LA DEFINICIÓ N DE LA IGLESIA Bienvenidos a la Iglesia Mars Hill. Hoy la gran pregunta es: ¿Qué es una iglesia? ¿A cuá ntos de ustedes les preguntaron esta semana: «¿Qué hiciste esta semana?», y contestaron: «Fui a la iglesia»? Si les preguntaran ¿qué es una iglesia? ¿Có mo responderían? ¿A dó nde los referirían en la Biblia? A decir verdad, hay muchas iglesias, hay muchos cristianos, y la mayoría de los cristianos no saben realmente qué es una iglesia. He escuchado definiciones raras, pienso yo, a través de los añ os, de lo que es una iglesia. Hace unos añ os noté que había unos hombres solteros… siempre son los solteros. Siempre hacen las mejores ilustraciones. Unos hombres solteros que asistían a la iglesia no venían en temporada de verano. Y les pregunté: «¿Por qué no vienen a la iglesia en el verano?». Me dijeron: «Oh, es que asistimos a otra iglesia». Y les dije: «¿Y a qué iglesia asisten?». «Nos levantamos y pasamos el tiempo juntos como hermanos cristianos. Llevamos nuestro bote al lago y hacemos esquí acuá tico todo el día en la gloriosa creació n de Dios. Y en el verano, esa es nuestra iglesia». ¿Eso es una iglesia? No, son unos tipos solteros en un lago. Eso no es una iglesia. Otros me decían: «Sabe, tenemos una cafetería, salimos a comer, vamos a un bar y pasamos el tiempo juntos, y nos visitamos, y la responsabilidad, ¿sabe? Pasamos un tiempo agradable juntos. Esa es mi iglesia». ¿Eso es una iglesia? No, no es una iglesia. Algunos dicen: «Pues tenemos una paraiglesia. Mamá tiene un estudio cuasi bíblico para las mujeres, y después llevamos a los niñ os a lo suyo, y los jó venes de preparatoria van a lo suyo, y los jó venes universitarios van a lo suyo, y tenemos una colecció n variada de ministerios paraeclesiales. De modo que en realidad no tenemos iglesia, pero escuchamos canciones de alabanza en la radio, y descargamos unos podcast, y revolvemos todas esas cosas en un guisado enorme, y para nosotros eso es una iglesia». ¿Eso es una iglesia? No, eso no es una iglesia. ¿Son malas estas cosas? No, no estamos contra el café, el esquí acuá tico, que los niñ os se reú nan a estudiar la Biblia. Todas esas cosas pueden estar perfectamente bien, pero no son la iglesia. ¿En dó nde encontrarían la la definició n de la iglesia, para explicar la iglesia, para articular qué es la iglesia? ¿Cuá ntos de ustedes irían a Mateo 18 donde dice−y esta es la definició n má s comú n de la iglesia que he escuchado, y está mal, así que no la repitan confiadamente− pero en Mateo 18 dice: «Porque donde está n dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos», dice el Señ or Jesú s. Y después llega la gente y dice: «Eso es. Dondequiera que dos o má s creyentes estén congregados, el Señ or está con ellos. Eso es una iglesia». ¿Lo es? No, Mateo 18 habla de la disciplina en la iglesia. Si una persona tiene un conflicto con otra persona, necesita presentarlo ante dos o tres testigos para ayudar a desatar el nudo. LOS QUE MENOS PROBABILIDAD TIENEN DE PARTICIPAR EN UNA IGLESIA Así no se define una iglesia, ese es el nú mero de testigos que la iglesia requiere para desenredar cualquier nudo relacional pecaminoso. Acudimos má s bien a Hechos 2:38– 47. Pueden encontrarlo en sus Biblias o en la Biblia simulada de su teléfono, y vamos a estudiarlo juntos; vamos a ver qué pasa cuando el Espíritu Santo aparece y despierta al pueblo para que amen la salvació n de Jesú s, y lo que sucede cuando el Espíritu Santo está presente entre el pueblo de Dios. Este evento que vamos a examinar, ocurrió justo después del sermó n de Pedro, y solo quiero mencionar una cosa sobre ese sermó n. Dice varias veces en ese sermó n: «Varones, varones, varones». Está hablando a todos, pero hace hincapié en los hombres, y dice que esta buena noticia de Jesú s es para ustedes y para sus hijos. Quiero que todos escuchen, pero sobre todo los hombres. Los que menos probabilidad tienen de participar en una iglesia son los hombres jó venes, solteros, de veinte a treinta añ os de edad. Necesitan asistir a la iglesia para aprender a ser hombres piadosos, para que cuando Dios les conceda la oportunidad de ser esposos y padres estén preparados para eso. Para los que somos esposos, una de las decisiones má s importantes que tomamos, también si somos padres, es escoger la iglesia donde vamos a participar, porque ahí estará n nuestros amigos que nos dará n consejo y a quienes daremos consejo. Ahí estará n las amistades de nuestras esposas, con las que hablará n y de las que aprenderá n, y mediante las cuales recibirá n buenos o malos consejos. Ahí estará n las amistades de nuestros hijos, y el modelaje familiar que experimentará n, e incluso podrían estar las personas con quienes podrían casarse. Veo un error comú n de los hombres que escogen una ciudad o un trabajo sin considerar: «¿Habrá una iglesia buena, piadosa, que crea en la Biblia, y que ama a Jesú s, a la que pueda pertenecer, y a donde podamos participar, adorar, y crecer juntos, y servir y dar juntos, para el bienestar y el legado de las generaciones futuras?». Quisiera sugerir que una de las decisiones má s importantes que tomará n, es escoger una iglesia que consideren su hogar, así que les damos la bienvenida a Mars Hill. Si nos está n visitando, quiero que por la gracia de Dios encuentren una buena iglesia cerca de su casa. También, cuando hablen con otras personas, quiero que les ayuden a encontrar una buena iglesia. UN IMAGEN DE LA IGLESIA DEL NUEVO PACTO Así que vamos a leer juntos lo que eso significa. Hechos 2:38–47—nos gusta la Biblia, ¿verdad? Vamos a leer una porció n de la Biblia juntos: «Y Pedro», ese es el líder, «les dijo», es un sermó n. «Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdó n de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo». Ahí está el cristiano. Recibe el Espíritu Santo, cuando se arrepiente de su pecado y cree en Jesú s, y lo demuestra por medio del bautismo. Continú a diciendo: «Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos», o sea, es un legado, «y para todos los que está n lejos, para tantos como el Señ or nuestro Dios llame. Y con muchas otras palabras», expliquemos esto. Es parte del sermó n de Pedro, y lo que tenemos en la Biblia son resú menes de sermones, ¿de acuerdo? Generalmente los sermones eran má s largos que la transcripció n misma en la Biblia, o sea que este es un resumen selectivo de la transcripció n. Algunos de ustedes al leer la Biblia piensan: «Hombre, qué sermones tan cortos. Los de Mark no son muy cortos. Entonces, Mark no es bíblico». Oh, no, Mark, aquí mismo en la Biblia, con mucho gusto les mostrará que los sermones eran muy largos. Porque Pedro usó ¿cuá ntas palabras? Muchas . . . horas. Eran sermones largos, ¿verdad? Sermones largos, amén. Soy bíblico, a sus ó rdenes. Bien, verso 40: «Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generació n. Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añ adieron aquel día como tres mil almas. Y se dedicaban a—» Quiero que presten mucha atenció n a esta palabra. Es un estilo de vida constante, habitual, continuo, ¿verdad? No es como la escuela secundaria, que dura un par de añ os y se acaba, y después uno sigue con su vida. El cristianismo es un estilo de vida continuo, de estudio bíblico, de arrepentirse del pecado, de generosidad, de adorar a Jesú s, y de amistad con el pueblo de Dios. Todas las cosas que vamos a examinar hoy juntos, eran constantes, habituales, un nuevo estilo de vida. «Y se dedicaban»—esa es la palabra—«continuamente a las enseñ anzas de los apó stoles, a la comunió n, al partimiento del pan y a la oració n. Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señ ales eran hechas por los apó stoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en comú n; vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, segú n la necesidad de cada uno. Día tras día continuaban uná nimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazó n, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señ or añ adía cada día al nú mero de ellos los que iban siendo salvos». Jesú s muere por el pecado. Jesú s resucita por los pecadores. Jesú s asciende al cielo. Jesú s envía la presencia y el poder de Dios y la Persona del Espíritu Santo, desde arriba, y cuando llega el Espíritu Santo, la iglesia surge a la existencia. Las personas renacen y juntos se vuelven el pueblo de Dios. Y eso es lo que vemos aquí en la Iglesia del nuevo pacto, así que vamos a ver la iglesia de Jesú s empoderada por el Espíritu. Un par de cosas. Ante todo, la iglesia es de Jesú s. La iglesia pertenece a Jesú s. No a usted, no a mí, no a nosotros; pertenece a É l. Por eso queremos escucharle, seguirle, obedecerle, y amar y seguir a la iglesia, porque Jesú s amó a la iglesia y É l sirve a la iglesia. Ademá s, la evidencia del Espíritu Santo, las marcas que deja la iglesia no son las tradiciones religiosas de lo que hacemos por Dios, sino el Espíritu Santo que coloca la vida de Jesú s en nosotros y nos llama y nos constriñ e con gran entusiasmo y gozo a tener ciertas evidencias de esta nueva vida en Jesú s. PRINCIPIOS Y MÉ TODOS También quisiera distinguir entre principios y métodos, y esto es muy importante. La Biblia tiene principios para todas las iglesias, y a las iglesias les corresponde determinar sus métodos. La Biblia dice que prediquemos. ¿Significa que debemos predicar sobre este libro de la Biblia, o ese libro de la Biblia, o sobre un tema particular? ¿Lo hacemos con video, o no? Esos son métodos. La Biblia dice: «Prediquen la Palabra». Ese es el principio, pero hay métodos. La Biblia dice que cantemos salmos e himnos espirituales. Ese es el principio. ¿Cuá les cantos? ¿Qué clase de mú sica? ¿Con cuá les instrumentos? Depende de la nació n o cultura donde estemos. En China será diferente que en la India, será diferente que en Estados Unidos, será diferente que en las Filipinas. Alabado sea Dios, sus canciones será n diferentes, su mú sica será diferente, sus instrumentos será n diferentes, su idioma será diferente; el principio no cambia. Quiero que sepan esto. Hoy examinaremos los principios. Veremos algunos métodos de có mo hacer esto Mars Hill, pero hay otras iglesias con los mismos principios que emplean un método diferente y no los juzgamos, no los menospreciamos, no los criticamos, debemos amarlos, ¿amén? Amamos a todas las iglesias que aman a Jesú s y que se adhieren a los mismos principios bíblicos. Por ú ltimo, una persona puede ser cristiana, pero se necesita el pueblo de Dios para ser la iglesia. Si usted tiene una relació n personal con Jesú s, pero es parte de la familia de Dios, y ambas cosas son importantes. Y el mundo en que vivimos es muy individualista. Las personas se preocupan má s por su relació n personal con Jesú s que por participar en la familia de Jesú s. Usted puede ser cristiano por sí solo, pero no puede ser la iglesia por sí solo. LAS MARCAS DE LA IGLESIA DE JESÚ S Lo que vamos a hacer ahora es ver: ¿Qué es la iglesia de Jesú s? ¿Cuá les son las marcas de la iglesia de Jesú s? ¿Cuá les son las evidencias de que el Espíritu Santo ha hecho surgir a la existencia la iglesia de Jesú s? ¿Saben por qué estoy emocionado? Porque los amo y amo a la iglesia, y estoy muy emocionado por lo que Jesú s hizo y lo que hará en nuestro futuro; y los ú ltimos diecisiete añ os han sido de dolor y gozo para mí al tomar parte en la Iglesia Mars Hill. A veces ustedes son difíciles, pero Dios siempre es bueno, y tenemos las mejores personas, y yo los amo, y necesito que sepan qué es una iglesia, y quiero que amen nuestra iglesia. Así que aquí tienen su acró nimo. Para los campeones de deletreo, es un gran día para ustedes. Su acró nimo es "_Jesus’ Church_” (La Iglesia de Jesú s) J-E-S-U-S, espacio, C-H- U-R-C-H. Y sé que hay puntuació n ahí, pero no hay que ser tan detallados, ¿de acuerdo? “La iglesia de Jesú s”. Escríbanlo, tomen notas, está n muy emocionados. Bien, uno de ustedes es− empecemos. Bien, ya empezamos. J – PREDICACIÓ N Y ENSEÑ ANZA DE LA BIBLIA CENTRADA EN JESÚ S La primera es: La predicació n y enseñ anza de la Biblia centrada en Jesú s. En Hechos 2:14, «Pedro»—ese es nuestro líder—«alzó la voz». ¿Qué está haciendo? ¿Qué está haciendo? ¿Qué está haciendo? Está gritando. Me encanta eso, me encanta mucho. Ahí está en la Biblia. «Pedro… alzó la voz y les declaró ». Es un sermó n. Está a punto de predicar. Así es la predicació n. Y en Hechos 2:42: «Y se dedicaban continuamente a las enseñ anzas de los apó stoles». O sea que hay predicació n y enseñ anza de la Biblia, centradas en Jesú s, y toda marca de la iglesia, toda evidencia del Espíritu Santo que hace que la iglesia surja a la existencia, tiene a Jesú s como su fundamento. De lo que estamos hablando aquí es la Palabra de Jesú s. Estamos hablando de las Escrituras, las cuales revelan a Jesú s. Mars Hill, somos una iglesia que cree en la Biblia, ¿amén? Si son nuevos, creemos que la Biblia es el ú nico Libro que Dios escribió . Creemos que es perfecto, que está en autoridad, que todo lo demá s está sujeto a su verdad, y que la idea central de la Biblia es la Persona y obra de Jesucristo; que la Biblia no se trata de nosotros, sino de Jesú s. Es para nosotros, pero se trata de Jesú s. Quiero que vean que por medio de la predicació n y la enseñ anza, la iglesia surge a la existencia. Las personas no nacen con un entendimiento innato de la Persona y obra de Jesú s. Eso tiene que predicarse y enseñ arse. Tenemos que aprender quién es Jesú s y lo que hizo, y todo eso está registrado para nosotros perfectamente gracias al ministerio del Espíritu Santo en las pá ginas de la Escritura. Quiero que la iglesia nace por medio de un sermó n. Donde no hay predicació n y enseñ anza de la Biblia, sobre Jesú s, no hay iglesia. Podrá ser un club social, o una organizació n cívica, o algú n grupo orientado a una causa, pero no es la Iglesia de Jesucristo. Así como el mundo fue creado por medio de la Palabra de Dios, la iglesia fue creada por medio de la predicació n de la Palabra de Dios. Y aquí Pedro acude al Antiguo Testamento, y expresa con claridad profecías del Antiguo Testamento, refiriéndolas todas a Jesú s para mostrarles a todos que en ú ltimas se trata, como nos gusta decir en Mars Hill, solo de Jesú s. PREGUNTA En cada uno de estos puntos voy a hacerles una pregunta. En la iglesia Mars Hill—esta es la primera— ¿Predicamos y enseñ amos la Biblia? Sí, lo hacemos. Creemos que todo empieza ahí. Puede que haya otros aspectos y elementos de la iglesia, y veremos once de ellos, pero finalmente la predicació n y enseñ anza de la Biblia es lo primero. La predicació n y enseñ anza de la Biblia son lo primero. Les pido que oren por mí para que por la gracia de Dios predique bien la Biblia. Ese es el grueso de mi responsabilidad. Tenemos otros predicadores y muchísimos maestros de la Biblia, clases, grupos pequeñ os, a los que llamamos grupos comunitarios, grupos de redenció n, días de entrenamiento, consejería, y mucha enseñ anza; pero siempre queremos que sea sobre la Biblia y Jesú s. Ese es el primero punto. E – ADORACIÓ N EMOTIVA Segundo, la E significa adoració n emotiva. Hechos 2:43: «Sobrevino temor a toda persona». Entienden, la gente dijo: «Qué maravilla. Alguien fue sanado, Dios contestó la oració n, alguien fue salvo. Dios está obrando, no estamos solos, vean esto. Dios está aquí y está haciendo cosas en la vida de las personas», y eso los asombraba y los llenaba de alegría. «Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señ ales eran hechas por los apó stoles». Creemos que Dios todavía sana, por eso le pedimos sanidad, y hemos visto a Dios sanar a su pueblo. Creemos que los oprimidos por espíritus inmundos pueden ser librados. Lo experimentaron en Hechos y lo experimentamos hoy. Vemos que Dios contesta oraciones. Vemos que Dios ayuda, sirve, ama, sana, y provee a su pueblo; y cuando lo hace, nos sobrecoge una sensació n de asombro. «¡Qué maravilla! ¡Dios nos ama y está aquí con nosotros!» Mars Hill, no vamos en pos de señ ales y prodigios, pero sí creemos que las señ ales y los prodigios siguen al pueblo de Dios que va en pos de Jesú s. No estamos buscando lo má s novedoso, le buscamos a É l, y esas cosas nos siguen a nosotros. Jesú s dijo: «Una generació n perversa y adú ltera busca señ al». No vamos en pos de las señ ales y prodigios, vamos en pos de Jesú s, y las señ ales y prodigios siguen a los que van en pos de Jesú s. Después dice en Hechos 2:47 que estaban: «Alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo». Alabando a Dios, ese es el lenguaje de la adoració n, ¿verdad? Y aquí estamos hablando de lo digno que es Jesú s. Nadie es má s digno de adoració n que Jesú s. Nada es má s digno de adoració n que Jesú s. Nadie se compara con Jesú s. Nadie hace lo que hace Jesú s. Nadie es como Jesú s. Solo É l es digno de nuestra adoració n. La verdad es esta: aú n los que no son cristianos van a adorar. Van a adorar a alguien, a un novio, a una novia, marido, mujer, hijos. Van a adorar algo: el trabajo, la salud, la belleza, su mascota, un equipo deportivo, su promedio académico. Van a adorar. Van a dar sus vidas, su energía, su tiempo, sus talentos su tesoro. Van a darse ustedes mismos, quizá s solo para sí mismos. Aquí, cuando alabamos a Dios, y reconocemos la grandeza de Jesú s, estamos reconociendo que solo É l es digno de nuestra adoració n, ¿amén? Es genial cuando los equipos deportivos se juntan y aclaman y los hinchas se juntan y aclaman a su banda. Es genial cuando algo pasa y las personas se emocionan, y hablan, y se deleitan, y y se regocijan en eso. Pero nosotros nunca dejamos de reconocer que Dios nos ama en Cristo, que Dios vino por nosotros en Cristo, que Dios murió por nosotros en Cristo, que Dios resucitó por nosotros en Cristo, que Dios nos recibió en Cristo, que Dios volverá otra vez, y su nombre es Jesucristo. Nunca nos repusimos de eso, por eso cantamos y celebramos y nos regocijamos. Esto incluye la adoració n privada, en la que cantamos y celebramos. Incluye la adoració n en pú blico, en la que nos congregamos y cantamos juntos y celebramos. Y sé que la adoració n no es solo cantar, pero ciertamente incluye cantar. Ciertamente incluye cantar. NO SE VAYAN Y CONTRISTEN Nuestra cultura no está muy familiarizada con el canto, pero alrededor del mundo es má s comú n. Los faná ticos del balompié en todo el mundo, cuando van a un partido, creo que así los llaman, ¿qué suelen hacer? Cantan todo el tiempo. Pues nosotros los cristianos, cantamos. Así que después del sermó n, por favor no se vayan y contristen al Espíritu Santo. No lo contristen yéndose. Al contrario, quédense y canten. Y para los que está n aquí y entienden esto, ustedes son como esas personas, dicen: «Me gusta cantar. Me gusta levantar las manos. Jesú s me emociona», y si ven que alguien se va, agá rrenlos de la mano y levá ntenla para que canten con usted, ¿amén? Está bien, a la orden, será divertido. LA ADORACIÓ N PRIVADA Y EN PÚ BLICO Bien, ¿qué aspecto tiene la adoració n privada y en pú blico para ustedes? ¿Son personas que cuando Dios contesta la oració n, cuando Dios les enseñ a algo, cuando Dios salva a alguien, cuando Dios aparece, paran y se llenan de asombro, y lo ú nico que quieren hacer es alabar a Dios? «Oye, Señ or, gracias. Quiero hablar contigo. Quiero cantar, quiero celebrar. Quiero decirles a otros para que ellos puedan cantar y celebrar». Cuando vienen los domingos, ¿buscan motivos para alabar a Dios, motivos para dar gracias a Dios, motivos para celebrar a Dios? Algunos al contemplar sus circunstancias dirá n: «Pero Pastor Mark, la vida es dura». Entiendo eso, pero imagínese si no tuviera a Jesú s. Imagínese si no conociera a Jesú s. Imagínese si pensara que esta vida es lo ú nico que hay, y que está abandonado y solo, y se muere y deja de existir. O sea, podría ser peor. Cualquier cosa que estemos atravesando es peor si no sabemos que Jesú s está con nosotros y por nosotros. Siempre hay motivos para alabar y celebrar. Así es adoració n emotiva. Algunas iglesias lo hacen muy bien, otras son un poco má s descafeinadas. Tenemos que despertarlas, ¿verdad? Algunos servicios en varias localidades de nuestra iglesia, son muy entusiastas; en otras, no tanto, ¿cierto? Es bueno emocionarse. Jesú s está vivo: ¿son buenas o malas noticias? Me emociono mucho. S – MIEMBROS SALVOS DE LA IGLESIA Bien, la que sigue: J-E-S, «Miembros salvos de la iglesia». Hechos 2:38–39, «Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdó n de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo». Jesú s viene a vivir en nosotros por medio del Espíritu Santo. «Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que está n lejos, para tantos como el Señ or nuestro Dios llame». Esto se trata del pueblo de Jesú s. El mundo está lleno de personas, ¿verdad? El mundo está lleno de personas, pero no todas son el pueblo de Jesú s. No todas esas personas aman a Jesú s. No todas esas personas sirven a Jesú s. No todas esas personas creen en Jesú s. No todas esas personas pertenecen a Jesú s. No todas esas personas obedecen a Jesú s. O sea que hay una raya en la Biblia entre lo que se llama el mundo, o sea las personas que aú n no pertenecen a Jesú s− algunos será n salvos, no es demasiado tarde− y la iglesia, los que pertenecen a Jesú s, son los cristianos nacidos de nuevo. Esto es importante. Esto es muy importante. Los domingos, todos son bienvenidos. En los grupos comunitarios, todos son bienvenidos. En los días de entrenamiento, todos son bienvenidos. Para la comunió n, no todos son bienvenidos, solo los que son cristianos. Para el bautismo, no todos son bienvenidos para ser bautizados, solo los cristianos. Para hacerse miembros de la iglesia, no todos son bienvenidos; para hacerse miembros necesitan ser cristianos. Para ser líder de la iglesia, no todos son bienvenidos, necesitan ser cristianos. Amamos, servimos y damos la bienvenida a todos, pero trazamos la raya para los que han pasado de muerte a vida, de incredulidad a fe. Para ser miembro de la Iglesia Mars Hill, necesitan ser cristianos. No añ adimos muchas condiciones a esa, solo queremos que sean cristianos. PREGUNTA Mi pregunta para ustedes es: «¿Son miembros de nuestra iglesia?». O sea, no asisten y observan ú nicamente, sino que son miembros de la familia. De eso estamos hablando, miembros de la familia. La iglesia es una familia. No es como ser miembros de alguna organizació n cívica. Es ser miembros de una familia. «Voy a amar a mis hermanos y hermanas, y voy a cuidar a mi familia, y voy a averiguar qué tarea tiene el Padre para mí en nuestra familia proverbial. ¿Qué quieres que haga? Aquí estoy para ayudar y servir». Esto es muy importante porque las iglesias que no requieren que sus miembros sean cristianos, se meten en toda clase de problemas porque después empiezan a dejar que los no cristianos voten sobre asuntos doctrinales, disciplinarios, y de direcció n. Hacerse miembro es una puerta al liderazgo, por eso sus líderes de grupos comunitarios y de redenció n, sus líderes de los equipos de adoració n, sus líderes en los equipos de servicio, sus diá conos, sus ancianos; si no tienen miembros cristianos, pronto tendrá n líderes que no son creyentes. De hecho, conozco iglesias donde el pastor no es creyente. De alguna manera, la denominació n permitió a uno que no es cristiano ser el pastor. O sea, es impensable lo que ocurre a veces. Tenemos clases para hacerse miembros, un proceso para hacerse miembros, y quisiéramos preguntarles: ¿son miembros? Si no, por favor há ganse miembros y ú nanse a nuestra familia de la iglesia. Y si no se unen a nuestra familia de la iglesia, por favor encuentren otra familia en otra iglesia y há ganse miembros allá . Esto es importante, porque lo que sucede es que la gente suele escoger aspectos y elementos y distintivos de la iglesia. «Voy a descargar unos sermones». Eso está bien, pero no, eso no es la iglesia. «Escucharé mú sica cristiana de alabanza y cantaré en mi casa o en mi carro». Eso está bien, pero eso no es la iglesia. ¿Pertenece a la iglesia? ¿Es miembro de la iglesia? ¿Está conectado con la iglesia? Jesú s ama la iglesia. Jesú s murió por la iglesia. Jesú s viene otra vez por la iglesia. Las epístolas del Nuevo Testamento fueron escritas a las iglesias. ¿Es usted miembro? Es una pregunta importantísima, y nos gustaría que se uniera a nosotros, por lo tanto, sí los invitamos. U – BAJO UN LIDERAZGO PIADOSO La siguiente es la U, Bajo un liderazgo piadoso. Esto demuestra que Jesú s es nuestro Líder Principal. 1 Pedro 5 nos recuerda que É l es el Príncipe de los Pastores. É l es nuestro Pastor Principal. Los líderes siguen a Jesú s, el Líder Principal, y las personas deben seguir a sus líderes, los cuales siguen a Jesú s; pero lo má s importante es que todos debemos seguir a Jesú s. Esa es la idea principal. Y aquí verá n a los apó stoles, como Pedro. Si siguen leyendo el libro de Hechos, y les recomiendo que vayan leyendo el libro de Hechos por su cuenta, conocerá n unas personas llamadas ancianos, o pastores. Esas palabras son sinó nimas. Conocerá n hombres y mujeres llamados diá conos y diaconisas, líderes de la iglesia; algunos eran asalariados y otros no recibían pago. Conocerá n solo líderes, para nosotros serían como los líderes de nuestros grupos comunitarios, líderes de grupos de redenció n, líderes del ministerio para niñ os, líderes de nuestro ministerio estudiantil, líderes de nuestros equipos de adoració n. Tenemos varias clases de líderes en Mars Hill que lideran segú n sus dones. PREGUNTA La gran pregunta para ustedes es esta: ¿Está n sometidos a alguna clase de liderazgo en sus vidas? Sé que no es una pregunta muy popular. Vivimos en un día en que: «No, yo seré mi propia autoridad». ¿En realidad piensa que usted es la persona má s inteligente de su vida? ¿En realidad piensa tener la mejor perspectiva de su vida? ¿En realidad piensa que carece de prejuicios y tendencias para justificarse a sí mismo? Todos necesitamos estar bajo autoridad. Yo estoy bajo autoridad. No sé si sabían esto, pero hay pastores que tienen autoridad sobre mí. Ni siquiera está n en la nó mina, ni siquiera los que está n bajo mi autoridad. Tengo que someterme a ellos y tomar ó rdenes y directrices de ellos. Todos necesitan estar bajo autoridad, sobre todo nosotros los que estamos en autoridad. La Trinidad lo demuestra. Jesú s viene y ejerce autoridad y está bajo autoridad. Dice que el Padre le dice lo que debe decir, y É l hace lo que el Padre le dice que haga, y dice cosas como: «Há gase tu voluntad», en deferencia a esa autoridad. Mientras el Señ or Jesú s estaba en autoridad, también estaba bajo autoridad, y É l es nuestra Autoridad Suprema, queremos estar bajo su autoridad, y É l ha establecido líderes en la iglesia, queremos respetar su autoridad. Para los que somos líderes, también queremos estar bajo autoridad. Es muy importante, porque todos somos pecadores, todos cometemos errores, todos tendemos a descarriarnos, y necesitamos que quienes nos aman nos ayuden a estar cerca de Jesú s. ¿Le ha cargado Dios el corazó n para que sea líder? Pablo lo dice así en otra parte: «Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer». El deseo, este deseo innato. La Biblia dice en otra parte que los líderes no deben servir por obligació n. «Pues hicieron la votació n. Me forzaron. El comité me nombró . Mi madre me forzó a asistir al instituto bíblico. Ahora supongo que debo ser pastor». Que no sea por obligació n, sino por su llamado Aú n recuerdo cuando yo era un cristiano nuevo en la universidad, tenía 19 añ os de edad, y pensé: «Caray, siento que Dios quiere que yo sea pastor». Mi primera intenció n no fue: «Quiero ser pastor». Definitivamente esa no fue mi primera intenció n, y pensé, «Siento que Dios quiere que yo sea pastor». Entonces fui con el líder de la iglesia y le dije: «Pastor, siento un deseo de ser líder». Me dijo: «Estoy de acuerdo, pero no está preparado». Le dije: «Ya me lo imaginaba». Le dije: «¿Y có mo me preparo?». Me dijo: «Tomará algú n tiempo». «Sí, me lo imaginaba también». Me dijo: «Necesito que leas la Biblia y que estudies, y que tomes estas clases, y que hagas estas cosas, y que vayas a este grupo, y que te hagas miembro de la iglesia, y necesito que sirvas», y me lo dijo todo, y le dije: «Está bien, suena fabuloso». Y me trazó un rumbo sobre el cual yo podía andar, y eso ayudó mucho. O sea, ayudó muchísimo. Alabo a Dios por ese pastor, y alabo a Dios por esa iglesia, y Dios me tenía en el lugar idó neo sin duda. PREGUNTA Nosotros queremos ser ese lugar para ustedes. ¿Se sienten llamados al liderazgo? Si está n en un grupo comunitario y sienten el llamado de liderar un grupo comunitario, díganle al líder de su grupo comunitario para que pueda ayudarles a prepararse. Si está n en un grupo de redenció n, y sienten el llamado de liderar un grupo de redenció n, díganles para que les ayuden a prepararse. Si sirven en un equipo, díganle a los líderes de equipo para que les ayuden a prepararse a servir como líderes de equipo. Si aspiran al diaconado, hablen con un diá cono e investiguen có mo es eso y si es la senda correcta para ustedes. Si sienten la necesidad de servir como ancianos, por el llamado de Dios, encuentren a un pastor de la iglesia y pasen tiempo con él, y permítanle evaluarlos a ver si está n listos para emprender un proceso preparativo formal, o incluso informal, para llegar a ese punto. Puede ser un cargo remunerado o voluntario. No todos son remunerados, algunos lo hacen solo porque aman a Jesú s, aunque tienen una carrera vocacional diferente, y decimos: «Alabado sea Dios» a todo eso, pero está n bajo un liderazgo piadoso. S – SE ARREPIENTEN DE PECADO J-E-S-Ú -S, la siguiente es la S. “Se arrepienten de pecado”. No me inventé eso. Está en Hechos 2:38, ¿la gran palabra es? «Arrepentíos». Sé que no los emociona mucho, está bien. Hechos 2:38: «Arrepentíos». Después Pedro dice en Hechos 2:40: «Sed salvos de esta perversa generació n». Lo principal aquí es que la gente del mundo está viviendo en pecado, rebeldía e insensatez. Son perversos, no son bondadosos. No son como deberían ser. Entonces lo que hacemos por la gracia de Dios es arrepentirnos. Nos arrepentimos. El arrepentimiento es un cambio de parecer, ¿cierto? Uno vive a su antojo y de repente el Espíritu Santo nos convence de pecado como Jesú s prometió que lo haría, y uno dice: «Esto está mal. Simplemente está mal». Eso conduce a un cambio de corazó n. «No quiero volver a hacer esto. Esto tiene que cambiar». Conduce a una vida cambiada. «Haré las cosas de otra manera». La idea principal es esta: «O vamos hacia Jesú s, o hacia el pecado», ¿no es así? Esa es la trayectoria de cada una de nuestras vidas. Y no podemos decir que vamos hacia Jesú s y el pecado. Nunca conocí a alguien que dijera: «Entre má s me acerco a Jesú s, me volví peor y cometí má s pecados». Porque Jesú s y el pecado está n en direcciones opuestas. Es reconocer: «He dado la espalda a Jesú s y mi rostro, al pecado; y ahora, por la gracia de Dios, me doy vuelta. Doy la espalda a mi pecado y viro mi rostro hacia Jesú s, y me acerco a É l para que me perdone y para que me ayude constantemente a no regresar a ese patró n de vida». Y esto nos recuerda la justicia de Jesú s, que Jesú s es santo, que Jesú s es sin pecado, que Jesú s murió en nuestro lugar por nuestro pecado para que hiciéramos morir nuestro pecado. Mars Hill, consideren que uno de los grandes temas de la Biblia es el tema del arrepentimiento. Los profetas del Antiguo Testamento, predicaron una y otra vez sobre el arrepentimiento. El ú ltimo profeta del Antiguo Testamento Juan el Bautista, preparando el camino de Jesú s, vino predicando arrepentimiento. Jesú s viene predicando arrepentimiento. Pedro se pone de pie en el Día de Pentecostés y predica el sermó n que hace nacer a la iglesia neotestamentaria como la conocemos, y empieza con la palabra arrepentimiento. Esto es muy controvertido en nuestros días y fue muy controvertido en los días de ellos. Pedro fue crucificado boca abajo por predicar el arrepentimiento. Jesú s fue crucificado por predicar el arrepentimiento. Juan el Bautista fue decapitado por predicar el arrepentimiento. Los profetas del Antiguo Testamento no tuvieron que preocuparse por su cuenta de retiro porque los mataron temprano por predicar el arrepentimiento. El arrepentimiento siempre encuentra resistencia. Escú chenme. El arrepentimiento siempre encuentra resistencia. Resulta que, al tratar de remover a los que predican el arrepentimiento, hay resistencia contra ellos. Y en este mundo es muy difícil, por eso les pido que oren por mí, ¿no es cierto? Tengo que predicar, tengo el privilegio de predicar el arrepentimiento, pero hay una reacció n y una respuesta a eso que no siempre resulta en una fiesta de cumpleañ os con pasteles y gorros y mirlitones. No siempre la pasamos bien, ¿de acuerdo? A veces es un poco difícil, un poco duro, y un poco complicado, y a veces agravo con mi tono, mi temperamento, y ustedes saben. De todas maneras, él predica el arrepentimiento. Pero escú chenme: Siempre que el arrepentimiento no se predica, y contristamos al Espíritu Santo, la Biblia se ignora, y deshonramos a Jesú s. Porque lo que pasa hoy es que la virtud má s grande es la tolerancia, la diversidad, el amor, y si le dice a las personas que está n equivocadas, lo consideran intolerante. Está rechazando su diversidad. No lo consideran amoroso. Dios es tolerante. Está soportando muchas cosas ahora mismo, ¿amén? En la tierra Dios soporta. Es muy tolerante. Es diverso. Acoge a todas las personas de toda lengua, tribu, idioma, nació n, derrotero, género, orientació n sexual, trasfondo socioeconó mico, nivel educacional, capacidad. É l es muy diverso. Llama a todos ¿a qué? Al arrepentimiento. Eso es muy amoroso porque la gente que vive en pecado está n rebelá ndose contra Dios. Y si Dios dice que algo está mal, es porque está mal, y si Dios dice que no, la respuesta es no, y si Dios dice que paren, la respuesta es paren, y si no lo hacen, morirá n y comparecerá n ante Dios, y dará n cuenta de sus vidas eternas, y podrían sufrir para siempre en los eternos y conscientes tormentos del infierno. Realmente creemos eso. Jesú s habló de eso má s que cualquier persona en la Biblia. Creemos que es muy amoroso decir: «Arrepiéntete, está s en peligro». El infierno es caliente. Para siempre es mucho tiempo. Jesú s es el Juez de los vivos y de los muertos. Hoy es el día de la salvació n. Si escuchan su voz, por favor, por favor, no endurezcan el corazó n, ¿amén? Como cristianos es muy importante que practiquemos el arrepentimiento, que confesemos nuestro pecado, que pidamos perdó n por nuestros pecados a Dios y a otros, pero también que proclamemos arrepentimiento y que soportemos la reacció n que viene a la luz del llamado al arrepentimiento. Dios no está de acuerdo con todos. Dios no está de acuerdo con todo, y no les va ir bien a todos para siempre. Esa es la verdad. Esa es la verdad. Ahora ustedes deben decidirse. «¿Voy a arrepentirme? ¿Confesaré mi pecado? ¿Recibiré la justicia de Jesú s? Tiraré los dados proverbiales y moriré esperando que no haya Juez, o si hay un Juez, que apruebe de mí». Les ruego que no sean así de insensatos. Cuando el Espíritu Santo aparece, la gente toma conciencia de su pecado y se arrepienten de él, y reciben la justicia de Jesú s. Esto incluye la disciplina en la iglesia para los que son creyentes cuando se rebelan contra Dios constantemente. Por amor, tratamos de traerlos de vuelta, como un padre que trata de apartar a un niñ o rebelde y descarriado de su camino antes que destruya su propia vida. Se trata de trazar una raya entre el mundo y la iglesia. El pueblo de Dios está integrado por los que se arrepienten. PREGUNTA Mi pregunta es esta: ¿De qué necesitan arrepentirse? ¿Qué pecado hay en su vida? ¿Se volverá un cristiano hoy, y si ya es cristiano, ¿qué pecado hay? Usted dirá : «Sí, de veras necesito confesar eso, y pedir perdó n a Dios o a otras personas, o a ambos, y necesito invitar al Espíritu Santo a ayudarme para que pueda apartarme de esto, porque esto no está funcionando, esto no honra a Dios». C – COMUNIÓ N Continuemos con la que sigue. Es la C de comunió n. «Y se dedicaban . . . al partimiento de pan y a la oració n». Aquí damos reconocimiento a la cruz de Jesú s. La comunió n tiene dos elementos: el pan y el vino. También usamos jugo para no forzarlos a violar su conciencia, pero tienen libertad en Cristo. Esto se remonta a la Ú ltima Cena que Jesú s tuvo con sus discípulos, «Y tomó el pan y lo partió , diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; y tomó el vino y dijo: Esta es mi sangre, derramada por vosotros». Cuando participamos en la comunió n, recordamos la Ú ltima Cena de Jesú s, recordamos que el pan representa el cuerpo quebrantado, y el vino representa la sangre derramada, y recordamos el sacrificio de nuestro Salvador. En Mars Hill hacemos esto cada domingo. Llevamos mucho tiempo haciendo esto cada domingo. Cuando empezamos la iglesia, no hacíamos la comunió n cada semana hasta que empecé a predicar sobre el libro de É xodo, y después estudié la Pascua, y la apliqué a la Ú ltima Cena de Jesú s, y después al Nuevo Testamento, a la Mesa del Señ or o Fiesta de Comunió n, y me di cuenta que histó ricamente hasta la Reforma, en la mayoría de las tradiciones cristianas, el pueblo de Dios había celebrado la comunió n cada semana, y decidimos hacerlo cada semana hace muchos añ os. Lo haremos después del sermó n, y es una oportunidad para que ustedes vean si hay pecado en sus vidas que quieran confesar a Dios antes de participar. Para los que no son cristianos, es una oportunidad para volverse cristianos. Y es una oportunidad para que se pongan a cuentas con el Señ or Jesú s y recuerden su cuerpo quebrantado, y su sangre derramada que fue dada por amor a ustedes para que sus pecados fueran perdonados, ¿amén? ¿A cuá ntos de ustedes les gusta tomar comunió n en Mars Hill cada semana, y es algo relativamente nuevo para ustedes, pero en realidad es algo que tiene sentido? Porque en la predicació n escuchamos el evangelio, pero en la comunió n mostramos el evangelio; por tanto van juntos, y es una oportunidad para que se identifiquen con Jesú s pú blicamente. Por eso hacemos eso los domingos. También lo hacemos en los grupos comunitarios, o grupos que se reú nen en las casas, condominios, dormitorios, y apartamentos entresemana, y la gente se reú ne para cenar juntos, y esas son cenas de comunió n. Hacen memoria de la cena que Jesú s comió con sus discípulos, y nos recuerda que el cielo se tipifica… va encantarles esto; a los aficionados de Food Network les va encantar esto, que el cielo se tipifica por ¿qué? Porque habrá un banquete, una fiesta asombrosa y eterna. Viva, ¿no es cierto? ¡Viva! El concepto aquí es el de una enorme celebració n donde el pueblo de Dios se reú ne a celebrar un banquete y Jesú s está ahí con nosotros. Y cuando comemos estamos diciendo: «Vamos a cenar con estas personas para siempre, así que vamos a cenar con ellos cada semana, como ensayo para el banquete má s grande de todos los tiempos», y en parte eso es lo que hace el pueblo de Dios. En la Biblia lo llamamos comunió n. PREGUNTA Y mi pregunta para ustedes es esta: ¿Participan en la comunió n los domingos si son creyentes, y está n en un grupo comunitario disfrutando una cena de comunió n con el pueblo de Dios cada semana? Es un gran honor hacerlo y los invitamos si no pertenecen a un grupo comunitario, para que se integren a uno esta semana. Hay má s de 600, y puede que haya uno cerca de donde usted vive. H – GENEROSIDAD ENORME La siguiente es la [E] de generosidad enorme. Hechos 2:44–45: «Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en comú n», o sea, sus posesiones. «vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, segú n la necesidad de cada uno». Al ser generosos recordamos que Jesú s es el el Dador má s generoso. Jesú s es el Dador má s generoso de siempre. Dios nos dio la tierra. Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Pecamos contra Dios, Dios nos dio a su Hijo. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito. Ahí viene Jesú s. Jesú s vive sin pecado. Jesú s da su vida y muere. Jesú s resucita y nos da su justicia. Asciende al cielo. Nos da el Espíritu Santo. Nos da la Palabra de Dios. Nos da el pueblo de Dios. Nos está preparando un lugar. Tiene má s dones para nosotros. Tiene una herencia para nosotros en su reino que durará para siempre. Nuestro Jesú s es sumamente generoso. Cuando conozcan a Jesú s y reciban el Espíritu Santo, a no ser que resistan el Espíritu Santo, É l despertará en ustedes un deseo de ser generosos. Dirá n: «Hombre, he recibido tanto, que ahora quiero dar». Saben, solo uno de los discípulos de Jesú s no era generoso. ¿Có mo se llamaba? Judas. Era codicioso. Jesú s es generoso, los discípulos de Jesú s son generosos, Judas era codicioso. El pueblo de Dios tiene el Espíritu Santo. Esos son los generosos, no son codiciosos. Vivimos en un mundo lleno de gente codiciosa, hay pocos generosos. Aquí, vemos al pueblo de Dios volverse sumamente generoso. Está n regalando sus posesiones a otras personas. Algunos de ellos venden sus posesiones y regalan sus ganancias a otras personas. En unos cuantos capítulos ustedes verá n que la gente vendía sus tierras y regalaban las ganancias a la iglesia como una gran ofrenda. Es una generosidad enorme. Ahora permítanme aclarar esto. Inmediatamente no falta la persona, al menos una en cada iglesia, que al escuchar esto piensa: «¡Viva el comunismo!». No, no es comunismo. Esto no es comunismo, ¿cierto que no? Dicen: «Pues vea, ni siquiera eran poseían sus propias cosas. Era todo un solo fondo y cada cual sacaba lo que quería». No, no funciona así, porque el comunismo no permite tener propiedad privada, ¿verdad? El gobierno es el propietario de la tierra, el gobierno es dueñ o de su casa, el gobierno se adueñ a de todo. La Biblia enseñ a que podemos tener propiedad privada ¿sí o no? Sí, por eso dice: No hurtará s. ¿Saben por qué dice eso? Porque no le pertenece. No es suyo. Pertenece a otro, no a usted; no lo tome, eso es robar. Eso es robar. La Biblia no cree en el comunismo sino en la generosidad. Su casa, su carro, sus ingresos, sus riquezas, sus posesiones le pertenecen a usted. Son suyas, vienen del Señ or. La iglesia no tiene ningú n derecho a ellas. No puedo ir a su casa y decir: «Estaba leyendo Hechos 2, deme las llaves. Deme las llaves. Deme las llaves. Siempre he querido un Audi Quattro. ¡Viva!». Usted diría: «No, no, no, esto es mío». No tenemos derecho a tomar, pero los invitamos a dar. ¿Ven la diferencia? Esta es la diferencia entre los impuestos y el diezmo. El impuesto es cuando el gobierno hace ¿qué? ¿Han notado esto? Ellos toman. ¿Estamos de acuerdo con eso? No. ¿Podemos negociarlo? Puede intentarlo. Podría empezar un ministerio de cá rceles desde adentro, pero puede intentarlo, sabe. El gobierno solo toma. «Eso es nuestro. Eso es nuestro». La iglesia no cobra impuestos. No cobramos un porcentaje. No nos pertenece. En cambio, tenemos el diezmo. Ahí es cuando damos, y si está lleno del Espíritu Santo, y ama a la iglesia, y ama a las personas, usted va a dar. El gobierno no hace lo que hacemos porque imagínense, imagínense si el gobierno pasara el plato de las ofrendas. Imagínense si el gobierno escribiera en su pá gina de Internet: «Decidimos abolir el impuesto. Queremos que oren a ver cuá nto les dice Dios que deben dar». ¿Piensan que nuestro ingreso pú blico disminuiría? Oh, sí. La gente diría: «Oré y el Señ or dijo… para que lo sepa». El gobierno no confía que personas con corazones regenerados den generosamente motivados por amor y preocupació n por otros. Por eso toman. La iglesia no tiene derecho a tomar, pero tenemos todo derecho a invitar a otros a dar, a dar. Inmediatamente algunos de ustedes dirá n: «Oh, ya empezó . La iglesia hablando de dinero otra vez». No, estamos hablando de su dios, ¿entiende? Si su dios es diferente, mi trabajo no es acercarme a su dios y decir: «Oh, ¿có mo le va? Quiero ser amable». No mi trabajo es llegar y aplastarlo y arrollar a su diosito el dinero. Jesú s dice que el dios de algunos son las riquezas, o sea el dinero. Oh, y ese dios puede salvarlos y mantenerlos saludables, y hacerlos hermosos, y darles una vida segura, y cuidar a sus familias, y darles el cielo en la tierra, y si algo malo pasara, está bien, porque pueden ir al banco y buscar a su salvador, y pagar para arreglar el problema. ¿Quién es su dios? ¿Cuá l es su prioridad? ¿En qué está invirtiendo? Estas personas tienen una generosidad enorme. Vi este ejemplo hace muchos añ os en la iglesia. Había una pareja que daba fielmente, generosamente, a la iglesia. Era una familia generosa, pero de esas familias que buscan la oportunidad de dar má s allá del diezmo a la iglesia, para ser generosos con otros. Nunca olvidaré que había una mamá soltera con un niñ o muy simpá tico, al que le habían diagnosticado un cá ncer muy agresivo y preocupante. La trajimos al escenario, esto fue hace muchos añ os, oramos por ella y su hijo. Y estaba preocupada porque su hijo tenía que ir a tratamiento, e iba a necesitar mucha atenció n, y ella trabajaba a tiempo completo y no podía cuidarlo. Una familia de la iglesia pasó al frente y dijeron: «El Espíritu Santo nos instó . Acabamos de comprar una camioneta nueva. Nos parece que Dios nos dijo que la devolviéramos y diéramos el dinero a la madre soltera para que no tuviera que trabajar por un añ o y pudiera quedarse en casa cuidando a su hijo». Qué maravilla. ¿No les parece hermoso? Es exactamente lo que sucedió . No supe exactamente qué pasó después. Hace unos meses vi a la mujer, yo estaba enseñ ando en el Ministerio Estudiantil de Mars Hill Shoreline hace tiempo y un niñ o vino, no era un niñ o pequeñ o, era un joven. Hola pastor Mark, estoy mejor, estoy bien, gracias por orar, todo está bien». Pensé: «¿Quién eres? Porque has crecido y no te reconozco». «Oh, yo era el niñ ito por el que usted oró ». Y entonces llegó la mamá . Todavía asisten a Mars Hill. Es una familia grande y hermosa. Ella dijo: «Fue tan agradable. Pude cuidar a mi hijo y ahora está lo má s de bien». Y dijo: «Y conocí un señ or en Mars Hill. Ama a Jesú s, se casó conmigo, adoptó a mi hijo, y ahora tiene papá . Tenemos otros hijos, somos una familia feliz, somos miembros de la iglesia, y somos generosos por la generosidad del pueblo de Dios». ¿Eso es bueno o malo? Hermoso. Es maravilloso. Me encanta eso. Eso es lo que pasa vez tras vez, tras vez, tras vez, en formas innumerables, en formas humildes, en formas calladas, en formas anó nimas, entre relaciones de amor con personas de la iglesia. Y a veces ocurre en The City, nuestra red social en línea, y en el Marketplace. Lo he visto. «Tenemos muebles, ¿necesitan muebles? Tenemos ropa, ¿necesitan ropa? Tenemos artículos para bebés, ¿necesitan artículos para bebés?». He visto personas que dicen: «Tenemos un carro. Pensá bamos venderlo, pero ahora queremos regalarlo. ¿Alguna madre soltera necesita carro? Nos gustaría regalá rselo». Ven, esa es la generosidad enorme. Mars Hill, quiero decirles que ese es el corazó n de Dios. Cuando la Biblia dice que Dios ama al dador alegre, la clave a veces para ser un dador alegre es esta, ¿cuá ntos de ustedes han recibido gozo al regalar algo? ¿Cuá ntos de ustedes en Navidad se emocionan má s cuando ven a alguien abrir un regalo que ustedes le dieron que abrir un regalo que les dieron a ustedes? La generosidad enorme produce una alegría enorme entre el pueblo de Dios. PREGUNTA ¿Có mo está su generosidad? ¿Có mo les está yendo? ¿Son generosos? U – BAUTISMO POR SUMERSIÓ N Ademá s, el bautismo por sumersió n. Sabían que veríamos eso. Hechos 2:41: «Los que habían recibido su palabra fueron bautizados». Metidos en el agua, bajo el agua, ¿cierto? A Jesú s lo sumergieron en un río. Juan el Bautista sumergía a las personas en un río. La Biblia dice que bautizaban en ciertos lugares donde había bastante agua. ¿Cuá ntos de ustedes fueron bautizados cuando eran bebés? Todos ustedes bajen la mano. Ninguno de ustedes fue bautizado cuando era bebé. Será que los mojaron sus padres creyentes bienintencionados, pero no fueron bautizados, ¿verdad? Fue una decisió n que tomaron sus padres, ustedes no la tomaron, y ellos los rociaron. Esta palabra significa sumergir en el agua ¿no es cierto? En la antigua literatura griega usaban esta palabra para hablar de un barco que se hundía. Decían que el barco era bautizado. O sea, bien mojado. ¿Saben por qué no bautizamos a los bebés? Porque es abuso infantil, ¿cierto? Como si yo tuviera ahora mismo un enorme tanque de agua y dijera: «Oh, ¿ven a esta niñ ita con la florecita en su pelo? Jajá , ¡zá s!» [Imita sumergiendo niñ ita en agua.] Usted diría: «¡Ah, caray! ¡Ah, caray! ¡Estamos ahogando bebés!». No, tenemos razones para no bautizar a los bebés. Primero, no está en la Biblia. Segundo, sería pura vileza, verdad, sumergir a un bebé bajo el agua. El bautismo es para adultos. Y algunos de ustedes dirá n: «Otros cristianos no está n de acuerdo». Lo sé, y los amamos, pero está n equivocados, ¿de acuerdo? A mí me bautizaron cuando yo era un bebé. Mi mamá y mi papá eran cató licos bienintencionados, y me mojaron. Fue genial, no me opongo a eso, pero cuando fui salvo a los 19 añ os en la universidad, con mi propia fe fui bautizado como creyente en Jesucristo para mostrar su muerte, sepultura, y resurrecció n por mí, novedad de vida. ¿Han sido bautizados? Esa es la pregunta. ¿Han sido bautizados? Si no, há gannoslo saber. Nos encantaría sumergirlos, y sí, los sacaremos del agua. Y tenemos camisas, pantalonetas y toallas, y nos encantaría bautizarlos. Y la buena noticia, Mars Hill, es que el añ o pasado bautizamos má s de mil personas. Má s de mil personas. El añ o antepasado bautizamos má s de mil personas. El añ o tras antepasado bautizamos má s de mil personas. Estas son evidencias de que el Espíritu Santo está obrando, y nos regocijamos, ¿amén? Nos regocijamos en eso, y nos gustaría sumergirlos. R – REUNIONES REGULARES La siguiente: reuniones regulares. Hechos 2:46: «Día tras día continuaban uná nimes en el templo y partiendo el pan en los hogares». Pero se reunían regularmente. El pueblo de Dios se congrega generalmente los domingos, ¿por qué? ¿Por qué los domingos? Fue el día que Jesú s resucitó de los muertos, y nos reunimos para recordar la resurrecció n de Jesú s. Incluso asistir a una reunió n de la iglesia el domingo indica alguna afiliació n pú blica con la resurrecció n de Jesú s. La iglesia, la iglesia primitiva hacía reuniones grandes, reuniones pequeñ as. Hacemos reuniones grandes generalmente los domingos. Hacemos reuniones pequeñ as llamadas grupos comunitarios por lo general en los hogares, y nos reunimos para comer y partir el pan, ¿de acuerdo? Algunos de ustedes son nuevos en la iglesia y al cristianismo, y dirá n: «¿Por qué hacemos estas cosas?». Porque son parte del primer punto, ¿cuá l fue el primer punto? Está n en la Biblia. Cuando el Espíritu Santo aparece, pasan estas cosas. Está n registradas en las Escrituras. É l está aquí con nosotros y queremos seguirle en lo que É l quiere que hagamos. Hay un mito que necesito desmentir. A veces la gente llega y dice: «Oh, la iglesia primitiva solo hacía reuniones pequeñ as, no grandes. Solo se reunían en los hogares. No hacían grandes reuniones. Solo debemos reunirnos en los hogares, y la iglesia debería ser má s pequeñ a y desorganizada, y no necesitamos todo ese liderazgo, y no necesitamos todas esas predicaciones, y no todos necesitan congregarse. Solo debe haber grupo pequeñ o tras grupo pequeñ o, tras grupo pequeñ o, o dicen; “Esa es la iglesia pura”, o, “Esa es la mejor iglesia”, o, “Esa es la iglesia real”». Y yo les diría: «La Biblia no dice eso». Los patios del templo ¿implica grupos grandes o pequeñ os? Siempre que escuchen las palabras patios del templo, piensen en algo grande, ¿de acuerdo? Son espacios grandes, y no tenían asientos. Los asientos no vinieron sino mucho después. No tenían amplificació n, la gente estaba de pie en las reuniones. Si hay muchas personas en un lugar, que se pongan de pie. ¿Han asistido a un concierto? Hay muchas personas en un lugar. No los siente; pó ngalos de pie. En otras porciones de la Biblia leemos que hacían grandes reuniones. Dice en Efesios, digo, en la ciudad de É feso de donde escribió Pablo, que alquiló la escuela de Tirano y dio conferencias ahí, por lo tanto es una escuela, un espacio grande. Jesú s tenía grandes multitudes de 5.000 hombres, mas mujeres y niñ os, de unas 20.000 personas tal vez. O sea para escuchar a Jesú s hacían enormes reuniones. También hacían pequeñ as reuniones en los hogares, pero permítanme decirles que no todas esas reuniones eran muy pequeñ as. En las colinas cerca de Judea donde Jesú s creció , los hogares son muy pequeñ os. Eran personas campesinas. Sus casas eran del tamañ o de un espacio para aparcar uno de nuestros carros. He ido a estos lugares y he investigado estas cosas. Si uno va a una ciudad como Laodicea, una de las ciudades mencionadas en la Biblia, la gente vivía sobre un altiplano, casi como Mars Hill Sammamish. Eran personas muy pero muy ricas, tenían casas enormes. Excavaciones arqueoló gicas muestran fontanería y bebederos interiores y exteriores, casas de má s de 275 metros cuadrados. Esa gente vivía muy bien. O sea que por el hecho de vivir en una casa no significa que hayan tenido grupos pequeñ os de personas. Estuve en una excavació n arqueoló gica en la ciudad de É feso y había grandes espacios de entretenimiento en los hogares y las personas má s acomodadas fá cilmente podían alojar a cientos, cientos de personas. Estuve en esas casas. Cuando fuimos a la ciudad de Corinto, muchas de las casas eran de forma cuadrada, y construían las casas con un enorme patio interior abierto porque el clima permitía pasar mucho tiempo afuera, como en el sur de California. En una excavació n arqueoló gica, descubrieron que sobre una de estas casas había una menorá , que representa el judaísmo, y una cruz, que representa el cristianismo, mostrando que probablemente le pertenecía a un judío creyente y que ahí era donde se congregaban, y en ese patio interior cabían cientos de personas. Quiero que se olviden del mito de que el cristianismo siempre fue un movimiento pequeñ o de un par de personas que se reunían en las casas y nada má s. Hacían reuniones grandes y reuniones pequeñ as, e incluso algunas de las reuniones que hacían en las casas no eran necesariamente reuniones pequeñ as. Algunas eran reuniones muy grandes también, porque al pueblo de Dios le encanta reunirse. PREGUNTA Mi pregunta para ustedes es: ¿Está n asistiendo a nuestras reuniones grandes? ¿Se congregan con nosotros regularmente los domingos? ¿Está n participando en nuestras reuniones pequeñ as, o grupos comunitarios, que se reú nen en las casas? Esos forman parte de nuestra iglesia. No creemos en asistir solamente a un grupo comunitario sino en participar plenamente en una iglesia bíblica. Es un aspecto de la iglesia. Los que solo vienen a los grupos comunitarios o solamente escuchan los sermones en línea reciben solo un aspecto de la iglesia, pero no está n participando en la plenitud de lo que significa ser la iglesia del Nuevo Testamento. ¿Está n participando regularmente en nuestros grupos grandes y pequeñ os? Si no, los vamos a apuntar hoy. Probablemente hay uno cerca de donde viven. Distintos días, diferentes horarios, diferentes localidades, y si no les gusta el primero, encuentren otro. Simplemente vincú lense al pueblo de Dios. Las reuniones regulares nos muestran la reconciliació n de Jesú s, que É l nos reconcilia con Dios y nos reconcilia unos con otros. C – COMUNIDAD La C significa comunidad. Hechos 2:42: «Y se dedicaban continuamente…a la comunió n». La hospitalidad significa que acogemos a desconocidos. La comunió n significa que acogemos a los creyentes. Por tanto, la hospitalidad es cuando acogemos a los desconocidos, y la comunió n es cuando acogemos a los creyentes a compartir el pan y la oració n. En esto vemos el concepto de comunidad. Se reú nen, se conocen, se aman, se sirven unos a otros, comparten la vida juntos. Hechos 2:44: «Todos los que habían creído estaban juntos». Hay una comunidad ahí. Hechos 2:46: «Partiendo el pan en los hogares». El lenguaje que usa aquí en su mayoría es lenguaje de comunidad. Estamos hablando de un reflejo del reino de Jesú s. En el reino de Jesú s, todo el pueblo de Jesú s viven juntos para siempre. En el reino de Jesú s, vamos a comer juntos con alegría. Se tipifica como una cena enorme para celebració n a Jesú s. Cuando nos reunimos en comunidad, eso se llama estar en comunió n con el pueblo de Dios, eso es comunidad, amistad, vida, gozo, y unidad. En realidad es sombra, es un anticipo de la venida del reino de Jesucristo en el cual comeremos con É l para siempre. Quiero decirles que a veces en comunidad van a enloquecerse unos a otros. Lo hará n, así que no tengan un concepto idealizado por favor. El cielo será genial y esas personas será n mejores en el cielo de lo que son en su grupo comunitario. Por tanto, cuando vayan a su grupo comunitario, no piensen: «Oh, que maravilla. Estas personas será n perfectas. Será como el cielo». No, para nada. Usted va a volverlos locos, ¿entiende? Va a volverlos locos. Bienvenido a familia de Dios. Y nos las arreglamos. Resolvemos nuestro pecado, resolvemos las cosas juntos, y reconocemos: «Hombre, tengo que cambiar algunas cosas, tú tienes que cambiar algunas cosas». Pero no idealicen esto má s de la cuenta, por favor. No lo idealicen má s de la cuenta. El pueblo de Dios se pelea, pero como familia, no como enemigos. Peleamos como familia, no como enemigos. PREGUNTA Repito, ¿está n en comunidad? ¿Está n en un grupo comunitario? Así ponemos en prá ctica estas cosas como iglesia. H – COSECHAR CON EVANGELISMO Y PLANTACIÓ N DE IGLESIAS Por ú ltimo, la H significa cosechar con evangelismo y plantació n de iglesias. Nuestra misió n siempre ha sido: «Oigan, nosotros plantamos iglesias y hacemos discípulos», ¿verdad? Queremos que las personas conozcan a Jesú s, porque los que conocen a Jesú s se asemejan má s a Jesú s, y cuando esto sucede, necesitamos má s iglesias porque habrá má s personas, por eso plantamos iglesias. Hechos 2:41: «Se añ adieron aquel día como tres mil almas». ¿Cuá ntas personas tenía la iglesia antes de eso? Entre 120 y 3.000. No tenían suficientes líderes, ya no cabían en el edificio, los sistemas eran insuficientes. Todo se vino abajo. Era un desorden, porque la gente llegaba a la iglesia y decía: «Caray, todo ha cambiado. Qué frustrado estoy. Ese es mi asiento. ¿Por qué no puedo pasar tiempo con los apó stoles?». Estaban muy frustrados. ¿Có mo lo sé? Porque lo escribieron en un blog. Escribieron opiniones en Yelp. La gente estaba muy frustrada con todas esas transiciones. Pero ¿saben qué? Eso está bien. Está bien cuando la familia crece, ¿verdad? Está bien cuando la familia crece. Hay má s niñ os, má s trabajo, má s problemas, má s gozo. ¿Saben qué? Prefiero tener una familia grande que una que nunca cambia. Me encanta la idea. Tengo cinco niñ os, obviamente me encanta la idea de tener una familia grande. Lo que quiero decirles, Mars Hill, es que ellos tenían una familia pequeñ a que se volvió una familia grande, y eso estaba bien. Esa pequeñ a familia se volvió una familia grande, y eso estaba bien. Fue lo que hizo el Espíritu Santo. Y como vemos, tres mil almas fueron añ adidas. Vinieron una cantidad de cristianos nuevos. Hechos 2:47: «El Señ or añ adía cada día al nú mero de ellos los que iban siendo salvos». ¿Saben qué me sorprende, Mars Hill? Hace casi veinte añ os, leí este verso y oré: «Señ or Jesú s, sé que no será pronto, pero un día de estos por favor permítenos ver a las personas ser salvas cada día. Cada día, todos los días, permítenos llegar al punto en que podamos ver a las personas ser salvas». Falso o verdadero, ¿esa oració n ha sido contestada? Tres añ os seguidos hemos promediado tres bautismos diarios. Tres bautismos diarios, ese ha sido nuestro promedio por má s de 3 añ os, de personas que se vuelven cristianas vez tras vez, tras vez, tras vez, tras vez. La semana pasada, en un aeropuerto una señ or llegó y me dijo: «Fui salva y me bautizaron en Mars Hill», le di un abrazo. Les juro, estaba en una tienda y alguien llegó y me dijo: «Pastor Mark, fui salvo y me bautizaron en Mars Hill», y me abrazó . En verdad les digo, voy a una cafetería y alguien viene y me dice: «Pastor Mark, fui salvo y me bautizaron en Mars Hill», y me abraza. Voy a salir má s. Me siento muy alentado. Muchas personas está n volviéndose cristianas, ¿es bueno o malo? Es bueno. Como iglesia nos emocionamos cuando crece la iglesia. Y algunos de ustedes dicen: «Oh, solo le importan las cifras». Tres mil, alguien estaba contando ¿verdad? Un tipo con un portapapeles se puso a contar: «Uno, dos, tres, cuatro, cinco. ¿Hay má s personas mojadas?». Está contando, ¿cierto? Contamos a las personas porque las personas cuentan. ¿Saben cuá ntos niñ os tengo? Cinco. ¿Saben có mo lo sé? Porque los cuento, ¿no es cierto? Cuando vamos de viaje y abordamos un vuelo, «¿Todos los niñ os está n aquí? No lo sé, no cuento. No me importan las cifras». No, los cuento, ¿verdad? Contamos a las personas porque las personas cuentan. No queremos tener que decir: «¿Se nos olvidó alguien?». ¿Verdad? ¿Hay alguien aquí que está espiritualmente Solo en Casa? ¿Có mo está n en ese aspecto? Por eso creemos en el evangelismo, las personas deben conocer a Jesú s. Creemos en plantar iglesias. Entre má s personas conozcan a Jesú s, debemos plantar má s iglesias. La idea principal es esta: reyes y reinos aparecerá n y desaparecerá n, los negocios y sus sedes aparecerá n y desaparecerá n, los equipos y los estadios aparecerá n y desaparecerá n, las bandas y los locales aparecerá n y desaparecerá n, pero la iglesia de Jesucristo perdura para siempre. Es lo má s grande en la tierra. Es lo má s grande en la historia de la tierra. Es la ú nica cosa que Jesú s empezó , es la ú nica cosa por la que Jesú s murió , es la ú nica cosa que Jesú s ama, y es la ú nica cosa que se acabará cuando todo lo demá s se acabe. El pueblo de Dios marcha unido hacia el reino de Dios para cantar las alabanzas de Dios, porque son el pueblo de Dios, ¿amén? ¡Amén! UNA OPORTUNIDAD PARA OBEDECER No sé si lo habrá n notado, pero amo mucho a nuestra iglesia, ¿amén? Y Jesú s ama mucho a nuestra iglesia, y al Espíritu Santo le encanta mucho estar presente en nuestra iglesia, por eso me complace mucho compartir con ustedes lo que está pasando en nuestra iglesia. Y mientras les dan un pequeñ o vistazo de lo que sigue, vamos a recolectar los diezmos y las ofrendas. Es una oportunidad para que ustedes obedezcan, sí. Es una buena oportunidad para que obedezcan. Si no son cristianos, aquí lo que deben dar es su pecado a Jesú s y volverse cristianos, y vamos a tomar comunió n para que puedan obedecer. Vamos a cantar para que puedan obedecer. Vamos a cantar para que puedan servir e integrarse a un grupo comunitario, para que puedan obedecer. Vamos a invitarlos a que se amen y se sirvan unos a otros, para que puedan obedecer. No escuchen la Palabra solamente engañ á ndose a ustedes mismos, hagan lo que dice, ¿amén? Esto me gusta. Bien, veamos qué sigue. VIDEO DE VISIÓ N [Video] Por eso estamos aquí. La religió n no salva, la filosofía no salva, la espiritualidad nos salva, la moralidad no salva, la fe de sus padres no salva, la fe de sus abuelos no salva. Solo Jesú s salva. Necesitamos un Salvador. La buena noticia es que tenemos un Salvador. Saben, por primera vez en muchos añ os, nos removimos de la lista de las iglesias má s grandes y de má s rá pido crecimiento en toda América. Creo que entre el Viernes Santo y la Pascua, acogimos como 28.000 personas en nuestras iglesias Mars Hill, y tuvimos má s de 1.000 bautismos el pasado añ o, má s de 1.000 bautismos el añ o anterior, y má s de 1.000 bautismos el añ o anterior a ese. O sea, Dios sigue salvando a las personas, y como ancianos ejecutivos que vamos a removernos de esa lista, solo para nosotros. Es cuestió n de conciencia, y no queremos de ninguna manera que la gente piense que lo ú nico que nos importa es cuá ntos miembros y no cuá ntos rostros tenemos. Si estoy orando—y siempre tengo metas, mis metas no escasean, pero puede ver a Mars Hill en su plena madurez, en cincuenta localidades, con cincuenta mil personas. Puedo verlo, pero prefiero tener salud que crecimiento. Si tuviera que escoger entre un niñ o muy saludable y un niñ o muy grande, sería como escoger entre una iglesia grande y una saludable; pero si tuviera que escoger entre la grande y la saludable, escogería la saludable. Quiero que sea fuerte. Quiero que tenga líderes, pastores, y diá conos amorosos, comprometidos, estables que amen y cuiden a esa familia. Quiero que los grupos comunitarios no se conformen con nada menos que resolver los asuntos difíciles de la vida juntos haciendo lo que una familia de la iglesia debe hacer junta, en misió n en su comunidad. Saben, no quiero una cantidad de podcasters que asisten cincuenta y dos veces al añ o a una conferencia. Queremos una iglesia. Queremos una iglesia piadosa y saludable. El énfasis aquí está en tener una familia saludable donde los grupos comunitarios tengan má s importancia que nunca, y los grupos de redenció n que nos tienen muy emocionados, para ayudar a los que sufrientes y dolidos, añ adiendo cosas nuevas también en el pasado añ o, como el Ministerio de Damas que ha tenido mucho éxito permitiendo y capacitando a las damas a usar sus dones y reunirse en comunidad, al igual que el Ministerio Estudiantil Mars Hill, que ha tenido un comienzo grande y fuerte. Lo importante son las personas. Lo importante es que las personas conozcan a Jesú s. Que las personas sean amadas por Jesú s. Que las personas amen a Jesú s. Que las personas se amen unas a otras. Que las personas compartan juntos la vida como familia, atravesando tiempos difíciles, estando presentes para celebrar los buenos tiempos; cuando hay problemas o pecado, ayudar a otros a desatascarse y a enmendarse; cuando las personas crecen en sabiduría, instarlos a que se vuelvan líderes para que ayuden a los má s jó venes de la familia. Esas son las cosas sú per importantes que tengo en mi corazó n ahora. Tenemos tantas personas. Algo que aprendimos en el trascurso de los añ os es que la iglesia que se planta en zona urbana tiende a volverse una iglesia regional. La gente viene de muchas millas a la redonda y empiezan grupos comunitarios en un á rea particular, y con el tiempo, si inician suficientes grupos comunitarios, se plantan má s iglesias en esos lugares específicos. Para nosotros histó ricamente, las ciudades han sido increíblemente importantes. Así ha sido en Mars Hill por 17 añ os. La Biblia termina con un cuadro del reino eterno de Dios representado por una gran ciudad, la ciudad de Jerusalén que baja del cielo. En las ciudades se forjan las culturas. En ellas se ve el vaivén de los viajeros, es donde las ideas se forman y se amoldan. Es donde encontramos estudiantes, los medios de comunicació n, y los creativos culturales. Por tanto, cuando piensen en Mars Hill, oren por nosotros ya que siempre estamos buscando oportunidades, tanto en las á reas urbanas donde podamos recuperar viejos edificios de iglesias, como en el caso de Mars Hill Downtown donde estoy parado, Mars Hill West Seattle, Mars Hill U-District. En torno a nosotros, en el á rea de Seattle, hay otros viejos edificios de iglesias urbanas que hemos podido recuperar y reutilizar para la causa de Jesú s. Lo mismo está pasando en Mars Hill Portland. Igual que en nuevas á reas urbanas a donde acuden muchas personas, sobre todo personas jó venes, creativos culturales, y los que dará n forma a la cultura que sigue. O sea, lugares como Mars Hill Orange County, y Mars Hill Bellevue. En esas localidades, generalmente no hay tantos edificios histó ricos de iglesias que podamos readaptar y reutilizar, por lo cual buscamos nuevas bodegas, u otros espacios para readaptarlos y recuperarlos en esas nuevas á reas urbanas. Nuestra gran visió n, al ir avanzando, al contemplar el futuro lejano, es seguir siendo pioneros de iglesias en las zonas urbanas, y a partir de ahí capacitar a esas iglesias para que lleguen a las zonas suburbanas. Lo mismo que hicimos cuando plantamos una iglesia en Seattle: plantamos una iglesia y la dejamos crecer para que fuera saludable, fuerte, y regional, y a partir de ahí, plantamos otras iglesias; eso es lo que estamos haciendo en Orange County, es lo que estamos haciendo en Albuquerque, es lo que estamos haciendo en Portland, como parte de la visió n de largo plazo. También pueden orar con nosotros mientras consideramos otras oportunidades en lugares como Austin, L.A., y Phoenix, que son quizá s siguientes oportunidades que aparecen en nuestro radar, aunque si se presentan otras cosas, también les echaremos un vistazo. La verdad es que amo mucho nuestra iglesia, y por la gracia de Dios quiero pastorear una iglesia toda mi vida. Siento que conjuntamente nuestras localidades son como una familia grande con catorce niñ os. Todos son diferentes y tenemos que invertir en cada una de ellas, amarlas, cuidarlas, velar por ellas y corregir cada una diferentemente. Y este añ o y el añ o que viene esto es lo que tengo en mi corazó n: Jesú s lo dijo así: El buen á rbol produce buen fruto. Nuestro enfoque, en realidad, es ser solamente un buen á rbol, amar a Jesú s, amarnos unos a otros, amar a las personas que sufren, a los rebeldes, caray, y amar a nuestros enemigos mientras tanto porque Jesú s nos dijo que lo hiciéramos para que quizá s se unan a nuestra familia. Ese es mi corazó n para el añ o pró ximo. Pienso que todavía estamos montados en la escalera eléctrica de la gracia de Dios, como lo hemos hecho durante diecisiete añ os. Creo que vamos a ver crecer esta iglesia, pero lo que quiero implorarles en esta pró xima temporada es algo muy sencillo, muy profundo, muy importante, aunque no muy medible, que nos amemos unos a otros, que ustedes amen al Señ or, que se amen unos a otros, que amen a las personas en su grupo comunitario, que amen el liderazgo en su iglesia local, que amen a las personas en su familia y en su familia espiritual; y cuando haya conflicto, problemas, o pruebas, que nos amemos unos a otros y resolvamos las cosas para que seamos la familia de Dios y sigamos madurando juntos. Ahora mismo, me encantaría contarles las cosas maravillosas que tenemos preparadas y alineadas, que tenemos por delante, y Dios nos ha abierto unas puertas increíbles y sería muy temprano hablar de ellas ahora pero cualquier cosa que Jesú s tenga para nosotros, sé que si estamos amá ndonos unos a otros, cualquier cosa que tenga para nosotros, estaremos listos para recibirla. Y si no estamos amá ndonos unos a otros, no estaremos listos para ninguna oportunidad que É l nos dé.