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–Propuesta de texto para El corregidor de Arroyondo de DG partiendo del boceto colectivo-

El corregidor de Arroyondo

Corista : ¿Nada que aparece el general?

Corista : La operación se le está viniendo abajo, general. Deje de perder el tiempo, entre
más días pasen…

Corista : ¡Cuándo no vos gritando a cuatro vientos! Quien no te conociera diría que estás
loco.

Corista : No hay nada qué hacer, el general está empecinado en acabarnos, seguirá
insistiendo, así deje toda la vereda desolada.

Corregidor: Todo quedó patas arriba en las casas de los campesinos, los sembrados que no
estaban ahogados fueron arrasados.

Corista : Se hizo una lista de sospechosos que, sometidos a torturas, sólo confesaron las
deudas que tenían cada uno con el pueblo.

Corista : Dizque doña Juana le debe 300 mil pesos a…

Corista : Silencio, quien revela una deuda más tarde le toca pagarla.

Corista : (A público) En la radio informaron que el fin de la insurgencia ha llegado con la


quizque operación Anaconda, que sería la operación más exitosa, jamás vista… Y
de eso ya pasaron varios días.

Infiltrado : Esa operación no llegará ni a Ana (Ríen). Ya ha pasado un mes enterito y nada de
nada, no se preocupe mi comandante.

Corista : No llegará ¿a qué?

Infiltrado : A Ana. ¿No entiende? Ana-conda (Ríe).

Corista : No faltan tus chistes malos.

Infiltrado : (A público) ¿Alguno de ustedes podría brindarme información? ¡Usted! ¿Acaso no


sabe si…?

Corista : ¿Con quién hablás?

Infiltrado : Emm, con nadie, sólo pensaba en voz alta.

Corista : ¡Charlatán! Vamos no te quedés atrás.

Infiltrado : (Aparte) ¿Por qué? Si la retaguardia es el lugar más seguro para la huida. (Ríe
maliciosamente).
Corista : Nos creyeron presa fácil, que así de simple podían rodearnos con la Anaconda esa,
e ir estrechando sus anillos.

Corista : Se equivocaron.

Infiltrado : (A uno) ¿Se equivocaron? Nos van a matar de hambre ¿no creés?

Corista : ¿No dizque no llegará ni a Ana?

Infiltrado : Es un decir, todos sabemos cuál es la situación. Esa culebra nos va a envolver por
completo…

Corista : Si es así, quedaremos en puro cuero.

Infiltrado : En ese caso, prefiero ser cuero de anaconda.

Corista : ¡Se equivocaron!

Corista : Nunca nos van a cazar, si acaso son capaces de llegar hasta acá, ya mañana
estaremos en otro lugar.

Infiltrado : ¿Otro lugar? Yo ya estoy cansado de caminar y caminar, me imagino vos también.

Corista : Yo no.

Corista : Yo tampoco.

Corista : Por mí, me la pasaría caminando.

Infiltrado : Está bien, está bien, ya entendí, sigamos. (A otro) Para mí que estamos
embolatados.

Corista : No, no lo estamos.

Infiltrado : No hablaba con vos, con permiso. Camarada, vos que manejás las comunicaciones
¿hacia dónde vamos?

Corista : ¿Por qué?

Infiltrado : No es que no sepa para dónde vamos, sólo quisiera saber la ubicación exacta.

Corista : ¿Para qué?

Infiltrado : Emm, simplemente quiero poner al tanto a mi comandante.

Corista : ¿Mi comandante? ¿A qué comandante te referís? Porque el nuestro lo sabe muy
bien.

Infiltrado : No se altere compañera, no olvide la camaradería.

Corista : No me digás qué hacer.

Infiltrado : Recuerde que hombre precavido dos veces vale por tres y hasta por cuatro (Ríe).

Corista : ¡Qué pretendés!


Infiltrado : Nada. Estoy viendo que aquí sobro yo.

Corista : Más te vale.

Infiltrado : (Aparte) Estas mujeres revolucionarias son más tocadas.

Corista : ¡Mirá! ¡Cómo iza el corpachón arrastrándolo entre los árboles!

Corista : ¡Están como locos! Esos chulos hijueputas no están dejando entrar ni salir del
pueblo.

Corista : y ¿qué necesidad tenés de insultarlos? Son combatientes como nosotros.

Corista : Eso sí, el guarapo está carísimo.

Corista : Era de esperarse, tras la desaparición del general vienen sucediendo cosas muy
extrañas.

Infiltrado : ¿Extrañas? ¿Cómo cuáles? Contáme con detalles.

Corista : Son muchas las voces que aquí se escuchan…

Corista : Pues si hablan todos al tiempo…

Corista : Digo que uno no sabe ni a quién creer.

Infiltrado : Aquí entre nos, no creo ni en la sombra del comandante.

Corista : ¿Qué decís?

Infiltrado : Que le digás al comandante que hay mucha sombra.

Corista : ¿Nada que aparece el general?

Corregidor: Llevan camillas, partes de cuerpo, heridos, mesas, asientos, mapas, montones de
latas de coca-cola, cajas de licor… van y vienen los médicos y las enfermeras con
sábanas llenas de sangre…

Corista : Parece un enorme animal.

Corista : Es el cadáver de un gordo fofo.

Corista : ¿A quién habrá matado ese viejito?

Corista : ¿Viejito? Pero más arriesgado y laborioso que vos, gordito perezoso.

Infiltrado : ¿No le digo? Uno con hambre, sin dormir toda la noche, caminando kilómetros
para arriba y para abajo y el dizque comandante glotoneando todo el día.

Corista : Envidioso.

Infiltrado : Envidioso no, equitativo.

Corista : ¡Mirá! ¡Cómo iza el corpachón arrastrándolo entre los árboles!

Corista : Sí, tenés razón, es un cadáver.


Corista : Mirá las enormes nalgas blancas y los pliegues de grasa colgando por todas partes.

Corista : ¡Lo enterró!

Infiltrado : Ya era hora porque está amaneciendo.

Corista : Borró todas las huellas y se desapareció.

Corista : ¿A quién habrá matado?

Infiltrado : ¡Es un asesino!

Corista : ¿Qué?

Infiltrado : Las cosas como son, es un asesino.

Corista : Es un baquiano, porque por esa trocha si uno no conoce, lo desaparecen a uno.

Corista : Si no las fieras del monte, las bestias al servicio del general.

Corista : Los ordenanzas del general.

Corista : ¿Será que el viejito mató al general?

Corista : ¿Lo mató?

Corista : Sí.

Corista : Qué bueno.

Corista : ¿Por qué?

Corista : El ejercitó invadió el caserío, no se salvaron ni los potreros.

Coro : Coca-cola va
Whisky viene.

Coca-cola pal general


Whisky pal combatiente. (Bis)

Corista : No soportó más. Le arrancó la cabeza a la Anaconda.

Corista : Y lo hizo a tiempo, ya estaban acabando con todo el pueblo.

Infiltrado : Pero qué dramáticos. ¿Siempre somos así de dramáticos?

Corista : Es un hombre responsable, ¿quién será?

Corista : Yo como que lo he visto.

Corista : Dime algo que no sepa.

Corista : Si lo mató, es muy ingenioso. Pero ¿quién es ese viejito?

Corista : Es el corregidor, el corregidor de Arroyondo.

Corista : Le estaban volviendo trizas los acuerdos que tenía con el pueblo, se cansó.
Corista : El general abusó de la hospitalidad.

Corista : Según parece, ocupó la habitación y propia cama del corregidor.

Corista : Eso le agota la paciencia a cualquiera.

Corista : Antes se demoró.

Corista : Sí, es él… lo reconoz… cof… cof… cof…

Corista : Mejor seguí atragantándote (Ríen).

Corista : Finalmente, al general, después de cavar tantas tumbas, por fin le cavaron la suya.

Corista : ¡Cuidado alguien viene!

Corista : ¿Acaso ese no es el corregidor?

Corista : Sí, se ve fatigado.

Corista : Hay que dar aviso al comandante.

Infiltrado : ¡Comandante! ¡Comandante! (A público) No, este comandante está más borracho.

Corista : ¿Qué dijo el comandante?

Infiltrado : Lo siento mucho, no creo que el comandante esté en condiciones para sacarnos de
esta.

Corista : Ninguna pregunta inoportuna, o serán castigados.

Canción Marulanda

Corregidor: ¿Tienen espacio para uno más?

Corista : ¿No ve que estamos hacinados?

Corista : El otro campamento está a 30 kms. Si se pone pilas, puede llegar antes del
anochecer.

Corista : Nada de eso, miramos cómo nos acomodamos, si aquí cabe hasta el general. (Ríen)

Corista : Ah bueno, entonces sí.

Corista : Pase, póngase cómodo.

Corista : Unos tragos para calentarse del frío de luna llena.

Corregidor: Veo que leen mucho, hasta teatro hay aquí.

Corista : Sí, son textos de Enrique Buenaventura, Shakespeare, Brecht, Dostoievski...

Corregidor: Por ahora leeré este de Mao, ya estoy cansado de tanto teatro con esa operación
Anaconda.
Corista : Allí está la hamaca, vaya, descanse.

Corista : ¡Vos!

Corista : ¿Yo?

Corista : Sí vos, ¿a dónde vas?

Corista : A ver cómo está el corregidor.

Corista : No te hagás, estás enamorada de él.

Corista : Qué va, si este no es como los comandantes, los otros ven unas piernas y se
emboban, los tiene uno bailando, este no, sólo veré si necesita algo… ¿Se-ñor?

Corregidor: No tengo interés en acostarme con nadie.

Corista : Piénselo.

Corregidor: Ahora sólo quiero leer. No quiero pensar en nada.

Corista : ¿Ni en el general? ¿Qué tal este viniendo para acá?

Corista : No creo, estaba como enfermizo cuando me vine. Estos montes no son pa’ todos.

Corista : El que no conoce se lo traga el monte.

Infiltrado: O el comandante que sólo piensa en tragar y tragar.

Corista : Déjenlo leer tranquilo. No ha podido pasar de la primera página.

Corregidor: Tranquilo comandante. (Lee) La despiadada explotación económica y la cruel


opresión política de los campesinos por parte de los terratenientes, los forzaron a
alzarse en numerosas rebeliones contra la dominación de esta… las luchas de clase
del campesinado, los levantamientos campesinos y las guerras campesinas fueron
la fuerza motriz del desarrollo histórico de la sociedad feudal china.

Corista : Ay, qué sueño, dejemos descansar al corregidor porque sino aquí nos tiene
escuchando a Mao toda la noche. Que pase buena noche señor corregidor.

Corregidor: ¡Me conocen!

Corista : Hombre claro, sino jamás hubiera llegado hasta aquí.

Corregidor: (A público) Seguro me han visto desde el desembarcadero, será mejor cambiarles
el tema. (A un corista) Ese libro se ve interesante, préstemelo.

Corista : Señor corregidor, un placer.

Infiltrado : Eso me suena muy sospechoso comandante ¿no creés que esto del corregidor sea
una trampa o decíme vos cómo dio con nosotros?
Corista : Cosas de la vida. No se preocupe por eso camarada (Al corregidor) Y ¿el general?

Corregidor: Bien, descansando, nunca ha estado mejor (Ríen. A público). Insisten en preguntar,
trataré de salir por la tangente… Nunca había leído Robinsón Crusoe.

Corista : Es suya esa biblioteca señor corregidor.

Corista : Descansemos como el general.

Corregidor: No diga eso.

Corista : ¿Por qué?

Corregidor: Porque el general suele tener pesadillas y a nadie le gustaría despertar a mitad de
noche asustado.

Corista : ¿Cómo sigue el señor corregidor? ¿Encaletado con Robinsón Crusoe?

Corista : Ya lleva tres días en esas.

Corista : Camarada por aquí tengo un cigarrito.

Corista : Hablando en serio, ¿no cree usted que entre nosotros hay uno que no es de los
nuestros?

Corista : ¿Un infiltrado?

Corista : Si no camina como pato, si no come como pato, si no grazna como pato, entonces
no es pato.

Corista : Sé de quién me hablás, hay que vigilarlo.

Corista : ¡Comandante! ¡El corregidor!

Corista : Sí, allí está, encaletado con Robinsón Crusoe.

Corista : No, no está, la hamaca se mece sola.

Corista : Y ¿a dónde fue?

Corista : Pensé que vos sabrías pues estabas haciendo ronda.

Corista : Emm sí pero…

Corista : Yo entre dormida, escuché un ruido extraño y vi una silueta escurrirse entre los
árboles, pensé que era usted comandante.

Corista : Cuál dormida, si vos le tenés ganas al corregidor, qué dormida vas a estar.

Corista : En todo caso salió enfleta’o pal bosque.

Corista : Vamos a pistearlo.


Corista : Con prudencia.

Corista : Para ojo de lince, acostumbrado a la oscuridad de la noche, con esta luna es difícil.
¡Mirálo!

Corista : Está desapareciendo un cuerpo.

Corista : Sí, es el cadáver del gene…

Corista : Shh. Y cuando volvamos al campamento, nada de comentarios sobre esto.

Corista : Escondéte.

Corista : ¿No ves que hay mucha luna?

Corista : Nos puede descubrir.

Corista : ¿Volverá? ¿Cuánto tiempo se la pasará en estas?

Corista : Vamos a preguntarle. ¡Vos, imprudente!

Corista : Calla (Se escucha el masticar del comandante) y dejá de mascar con la geta abierta,
se escuchan tus mordidas.

Corista : ¡Vámonos ya regresa a encaletarse al campamento!

Delirios del corregidor

Corregidor: Se les veía gritar, reír, llorar, saltar alrededor de él, bailar, cantar, después volver a
saltar, torcerse las manos, pegarse en la cara y en la cabeza, después cantar y
bailar de nuevo, como un hombre que ha perdido el juicio.

¡Oh si tan sólo uno se hubiese salvado!

Corista : Escuchá, alguien se lamenta.

Corista : Sí, son alaridos espeluznantes que vienen… ¿de la caleta del corregidor?

Corista : Desde que llegó, no ha parado de delirar con Robinsón Crusoe.

Infiltrado : Le dije comandante que se iba a enloquecer con tanta aventura y tanta selva.

Corista : No creo que esté bien.

Corista : Pues si te preocupa tanto por qué no entrás y mirás si es muy grave.

Corista : ¡Está sudando!

Corista : Tocále la frente.

Corista : ¡Por Dios, está ardido en fiebre!


Corista : Voy por trapos, agua fría y vinagre para bajarle la fiebre, de lo contrario quién se lo
aguanta con tanto delirio.

Corista : ¿Mando llamar al médico?

Corista : Sí, procure que sea urgente.

Corista : Voy volando.

Corista : ¿Para dónde fue?

Corista : Donde el médico.

Corista : No va a llamar ningún médico, va a dar aviso al enemigo, ella sabía muy bien que
aquí hay radio comunicador.

Corista : Debemos trasladar al corregidor a un lugar más seguro.

Corista : ¡Un momento! Me informan de un inminente ataque del ejército, les va a costar
llegar hasta acá, pero debemos estar preparados.

Corista : Y ¿el corregidor?

Corista : No alcanzamos a llevarlo a otro campamento.

Corista : Si nos movemos quizá podamos despistar al enemigo, vayan unos por el barranco,
otros por el río y dejemos al médico encargarse del corregidor.

Corista : Camuflémoslo aunque sea.

Corregidor: (Aullando de miedo) ¡No… ayuda… socorro! (Aceza como huyendo y termina en un
grito despavorido) ¡Uh… oh… ah… eh… iii…!

Médico : Cálmese.

Corregidor: No me toqués, no me toqués con tu maldita peste general.

Médico : Está delirando.

Corregidor: El maldito general me contagió.

Médico : El general desapareció.

Corregidor: Yo lo desaparecí. Por ahí andan caminando los últimos huesitos de ese gordiflón,
pero irán a dar al río… ¿Oye el río? Se escucha el tronar de los fémures azotados
contra las rocas. ¡Ah, soltáme cerdo, inútil, te voy a desbarrancar una y otra vez,
dejaré podrir tus carnes, tus grasas y tus huesos hasta los tuétanos y nunca nadie
volverá a saber de vos!

Médico : Ya mucha gente sospecha que vos lo desapareciste. Te estás volviendo famoso.
Corregidor: ¡Dios me ampare y me favorezca!

Corista : ¿Qué ha dicho el médico del señor corregidor?

Corista : No sabemos, lo está atendiendo.

Corista : De la caleta todavía no salen.

Corista : ¿Estará mal de la cabeza?

Corista : Claro, se le corrió la teja.

Corista : Nada de eso, lo del corregidor no es sino una de tantas enfermedades de la selva.

Corista : La fiebre le hace decir y hacer cosas sin sentido.

Corista : Si lo picó la siete patas de mañana no pasa.

Corista : ¿La siete patas?

Corista : ¿Cuál es esa?

Corista : La tarántula que mató al camarada Gaspar, ella que lo pica y él que le alcanza
arrancar una pata.

Corista : ¡Ustedes! ¡Qué hacen! Se la pasan comadreando todo el día.

Corista : Aquí atentas al informe del médico, comandante.

Corista : Qué informe ni qué médico, lo único importante ahora es dormir. En la mañana
nos movilizamos.

Médico : ¿Corregidor?

Corregidor: El escándalo fue mayúsculo. A pesar del mal tiempo arremolinaron a la gente en la
plaza del caserío.

Médico : Me dijeron que desde el otro campamento lo vieron caer como fulminado,
pensaban que lo habían herido, el comandante me mandó a llamar con urgencia.
(A público) Y aquí estoy lidiando con este enfermo que tiene la fuerza de tres
normandos. ¿Corregidor?

Corregidor: ¡Dieron voz de alarma! Se acuarteló la tropa en el colegio que le servía de


alojamiento.

Médico : ¡Le arde el cuerpo como un demonio!


Corregidor: Se ordenó una minuciosa requisa en el perímetro urbano.

Médico : Tómese esto, le bajará la fiebre, dejará de delirar o por lo menos podrá disfrutar
de un buen trago de whisky, tiene doce años; en estos bosques húmedos rodeado
de toda clase de mosquitos y tarántulas, es mejor subir las defensas con este buen
licor.

Corregidor: Deme más.

Médico : Eso sí, debe saber dónde pisar, no sea se quede sin una de las piernas o las dos.

Corregidor: No sea tan trágico doctor y alcánceme ese libro. Para morir habrá tiempo.

Médico : ¿El libro rojo?

Corregidor: No, el de las aventuras de Robinsón Crusoe.

Médico : Se va sintiendo mejor por lo visto.

Corregidor: Un buen whisky levanta al más difunto. ¿Lo ha leído alguna vez? Es la cuarta vez
que lo leo, fascinante.

Médico : Tendrá que leerlo en otro momento, la tropa no demora en atacar. Levántese.

Corregidor: Hasta aquí está bien. Buenas noches y muchas gracias.

Médico : ¡La botella!

Corregidor: No se preocupe, yo sé desaparecer.

Corista : En marcha.

Corista : ¿Y el corregidor?

Corista : Si es necesario llevarlo cargado…

Corista : ¡No está!

Corista : Allí viene el médico.

Médico : El ejército sobrevuela la montaña, yo de ustedes ya me hubiera ido. El corregidor


se desapareció.

Corista : Gracias.

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