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SEAMOS DIGNOS DE ENTRAR EN EL TEMPLO

Los templos son literalmente casas del Señor. En el templo concertamos sagrados convenios o promesas con Dios; estos
convenios nos son necesarios para estar con Él en el grado superior de la gloria celestial (véase D. y C. 131:1–4) y nos
conducen a las mayores bendiciones que podemos recibir por medio de Jesucristo.

No se nos pide que seamos perfectos para entrar en el templo; más bien, el propósito de lo que aprendemos
en el templo y de los convenios que concertamos allí es facilitar nuestro progreso hacia la perfección. Lo que sí
se nos requiere es que seamos dignos de entrar en el templo.
Una recomendación para el templo significa que hemos sido hallados dignos en una entrevista con un miembro
del obispado o con el presidente de rama, seguida de una entrevista con un miembro de la presidencia de
estaca o de misión. Las entrevistas para la recomendación para el templo nos dan la oportunidad de evaluar
nuestra dignidad. En cada una de las entrevistas, nuestros líderes del sacerdocio harán preguntas acerca de
nuestra conducta y fe personales. Ellos mantienen estas entrevistas en forma privada y confidencial.
Si nuestros líderes del sacerdocio determinan que somos dignos de entrar en el templo, recibiremos la
recomendación correspondiente, y firmamos nuestra propia recomendación para confirmar nuestra dignidad
para entrar en él. Nuestros líderes del sacerdocio también firman la recomendación como testimonio adicional
de nuestra dignidad. Esa recomendación nos permitirá entrar en el templo durante los dos años siguientes,
siempre y cuando sigamos siendo dignos.
Las preguntas que se hacen en la entrevista de recomendación para el templo proceden de la Primera
Presidencia y son las mismas para todos.
A continuación se indican algunos de los aspectos acerca de los cuales le preguntarán sus líderes del
sacerdocio:
1. Su testimonio del Padre Celestial, de Jesucristo y del Espíritu Santo.
2. Si sostiene al Presidente de la Iglesia.
3. Si vive la ley de castidad, paga el diezmo, es honrado con los demás y guarda la Palabra de Sabiduría.
4. Si se esfuerza por asistir a la Iglesia, por cumplir con los convenios que ha concertado y por mantener su
vida en armonía con los mandamientos del Evangelio.
Véase Principios del Evangelio, 2009, págs. 244–246; y Leales a la fe, 2004, “Templos”, págs. 186–189.
El Señor ha establecido las normas de dignidad para entrar en el templo, como lo expresó el salmista:
“¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
“El limpio de manos y puro de corazón” (Salmo 24:3–4).
Jóvenes
Tu recomendación para el templo
Al cumplir los doce años, podrás asistir al templo para llevar a cabo bautismos por los muertos (los jóvenes
varones deben poseer el sacerdocio). Para obtener la recomendación, programa una entrevista con tu obispo o
presidente de rama.
Las recomendaciones para los jóvenes se conocen como recomendaciones de uso limitado, y existen dos
tipos: de grupo e individuales. Se puede agregar tu nombre a una recomendación de grupo si visitas el templo
con tu barrio o rama. Esa recomendación sólo es válida para una visita. Si vives cerca de un templo y puedes
participar frecuentemente en bautismos por los muertos, puedes pedir una recomendación individual a tu
obispo o presidente de rama; ésta es válida durante un año, siempre y cuando permanezcas digno.

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