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UNIVERSIDAD DEL CARIBE

ASIGNATURA:
Derecho Internacional Público Americano

TEMA:
El fallo de la corte internacional de la halla con
relación a la demanda interpuesta por Bolivia contra
Chile por su salida soberana al mar.

SUSTENTANTE:
Clara Esthel Báez Román
2008-1691

PROFESOR:

Santo Domingo D. N. República Dominicana


Octubre 2018
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ....................................................................................................1

JUSTIFICACIÓN ....................................................................................................2

EL FALLO DE LA CORTE DE LA HAYA EN 2012 SOBRE EL LITIGIO ENTRE


NICARAGUA Y COLOMBIA ...................................................................................3

CHILE Y BOLIVIA EN SU CONFLICTO POR EL MAR .........................................4

LA HAYA (CONFLICTO POR LA SALIDA AL MAR) .............................................5

Las Relaciones Bolivia-Chile ..................................................................................6

CONFEDERACIÓN PERÚ-BOLIVIANA, BOLIVIA Y EL LITORAL .......................7

Tratados de 1866 y 1878 .......................................................................................7

GUERRA DEL PACÍFICO ......................................................................................8

EFECTOS DEL FALLO ........................................................................................10

CONCLUSIÓN ......................................................................................................11

RECOMENDACIONES ........................................................................................12

BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................... 13
INTRODUCCIÓN

A lo largo de la década del setenta del siglo XX la por entonces República de Bolivia
y la República del Perú se enfrentarán a Chile luego de que éste último invadiera
territorios bolivianos y el sistema de alianza defensiva establecido entre los dos
primeros se activara, desencadenando lo que la historia conocerá como al Guerra del
Pacífico (1879-1833).

La derrota de la Confederación Peruano-Boliviana determinará severas


consecuencias para los perdedores, entre las que destaca la pérdida del acceso
soberano boliviano al Océano Pacífico, con todo lo que ello implica en términos de
potencialidad de desarrollo para un pueblo, que a partir de entonces, deberá sufrir las
restricciones que supone la condición de mediterraneidad. De allí en adelante, se
suscitan una serie de acuerdos, desacuerdos y enfrentamientos diplomáticos y se
alternan períodos de rispideces y tensiones junto con acercamientos y acuerdos
temporales entre los ex contendientes.

El juego cruzado de tratados entre Chile y Bolivia y Chile y Perú se sellará en 1904 y
1929, respectivamente. Pero, lo que parecía cerrarse de manera definitiva para
Chile, representa una herida abierta para el pueblo boliviano que ha persistido en
reclamar con mayor o menor insistencia, pero de manera permanente a lo largo de
su historia, aquello que consideran arrebatado por la fuerza de la imposición. Esto ha
permitido que dos países vecinos vivan a espaldas, pese a acercamientos
esporádicos y fracasos recurrentes.

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JUSTIFICACIÓN

El presente trabajo se propone abordar éstas preguntas a través de un detenido


análisis de los antecedentes históricos, de la evolución de la agenda de política
exterior de ambos países y una desagregación de las variables que intervinieron e
intervienen en la disputa, de cara al desarrollo de tres posibles escenarios futuros.

¿Por qué una proyección a no más de cinco años? Habiendo considerado la


limitación constitucional que constriñe al actual Ejecutivo en relación a la revisión de
aquellos acuerdos desfavorables para el interés nacional boliviano, la definición del
problema debería tomar forma en 2013.

Sin embargo, evaluamos la posibilidad de que, independientemente de la cuestión


estrictamente legal, la política pueda interceder, demorando de esta manera la
resolución de un diferendo que, luego de una existencia centenaria, podría tardar
más tiempo del que dispone y expresa la norma escrita. Un análisis detenido del
diferendo, nos concede esa posibilidad. Es por ello que el trabajo también barajará
las posibilidades de un cambio de gobierno en uno y otro país.

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EL FALLO DE LA CORTE DE LA HAYA EN 2012 SOBRE EL LITIGIO ENTRE
NICARAGUA Y COLOMBIA

Es una sentencia dictada por la Corte Internacional de Justicia el 19 de noviembre de


2012,12 mediante la cual se procedió a resolver la cuestión de fondo del caso sobre
la disputa territorial y de delimitación marítima entre la República de Nicaragua y la
República de Colombia en el mar Caribe sudoccidental, iniciado por aquella en el
2001.

Por la sentencia se confirmó la soberanía de Colombia sobre las islas de


Alburquerque, Bajo Nuevo, Sureste, Quitasueño, Roncador, Serrana y Serranilla y,
asimismo, se declaró admisible la petición de Nicaragua en orden a que la Corte
decidiera la forma apropiada de delimitación marítima, en el marco geográfico y
jurídico constituido por las costas continentales de Nicaragua y Colombia, dividiendo
por partes iguales los derechos superpuestos a la plataforma continental de ambas
partes; de esa forma, el fallo estableció una línea de frontera marítima única entre
ambos países, que delimita la plataforma continental y las zonas económicas
exclusivas, según líneas geodésicas que unen los puntos con coordenadas,
indicadas detalladamente y, además, determinó una frontera marítima única
alrededor de las islas de Quitasueño y de Serrana.

En consecuencia, la sentencia determinó que el mapa de los territorios que Colombia


alegaba como propios cambiara radicalmente, pues el anterior deslinde que ese país
basándose en su interpretación del Tratado de 1928, había determinado como
ubicado sobre el meridiano 82º, fue fijado en algunos sectores 531 kilómetros hacia
el este, cerca del meridiano 79º, reconociéndole a Nicaragua soberanía y derechos
marítimos en dichas aguas hasta las 200 millas náuticas contadas desde sus costas.
Como contrapartida, reconoció la soberanía de Colombia sobre las aguas que
rodean las islas y cayos en disputa conforme a las 12 millas náuticas. Asimismo, de
acuerdo al fallo, Nicaragua pasó a tener fronteras oceánicas en el mar Caribe con
Jamaica y Panamá, países con los cuales deberá acordar su frontera marítima. Lo
anterior, sin perjuicio de la implementación de la sentencia.

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Conforme al Derecho internacional, el fallo es obligatorio para las partes, las cuales
están comprometidas a cumplirlo, habiendo quedado sometidas a la jurisdicción de la
Corte Internacional de Justicia en virtud del Pacto de Bogotá. No obstante, conforme
a los procedimientos ante la Corte, existe la posibilidad de presentar recursos de
interpretación o revisión, los cuales Colombia ha expresado que hará uso en su
pleno derecho.

CHILE Y BOLIVIA EN SU CONFLICTO POR EL MAR

El conflicto fronterizo entre Bolivia y Chile por el acceso soberano al mar que solicita
La Paz ha llegado al Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ) después de
que Bolivia pidiera en 2013 a los jueces “que obliguen a Santiago a negociar de
buena fe un acuerdo pronto y efectivo para lograrlo”.

Bolivia perdió la salida al litoral en la Guerra del Pacífico (1879-1884) pero dispone
de libre tránsito de personas y mercancías desde la firma del Tratado de Paz de
1904. Paga los costes del transporte, pero no impuestos, y exporta anualmente 1,6
millones de toneladas de minerales a través de los puertos chilenos. El Tratado fijó
asimismo las fronteras actuales, y dado que ambos países lo han respetado desde
entonces, el Gobierno de Evo Morales invoca una figura legal poco vista por los
jueces de Naciones Unidas.

Cita “las expectativas generadas en las conversaciones mantenidas por el Ejecutivo


chileno a lo largo del tiempo de que acabaría pactándose una solución”. Morales lo
llama “derecho expectaticio”, y considera que basta para que el TIJ fuerce a su
vecina a sentarse a convenir la soberanía reclamada.

Aunque la demandante es Bolivia, los representantes legales de Santiago abrieron


ayer el turno de alegaciones con una idea central: rechazar la competencia del
tribunal. En su opinión, no hace falta entrar en el fondo de la cuestión. El “derecho
expectaticio” no es tal y las discusiones entre las dos capitales tienen solo carácter
político. No producen efectos legales ni generan obligaciones.

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Lo que sigue vigente es el Tratado de 1904, que según Felipe Bulnes Serrano, actual
embajador chileno en Estados Unidos, es el paradigma de lo establecido en este tipo
de textos. “Ha sido observado por los dos Estados durante 111 años, y cuestionarlo
supone un reto para la estabilidad de las fronteras y la soberanía territorial. Sendos
principios son respetados por la República de Chile”.

Luego añadió que Bolivia “pretende que esta Corte diga no solo que Chile está
obligada a negociar, sino que debe conceder una soberanía marítima que de ninguna
manera podemos aceptar”.

LA HAYA (CONFLICTO POR LA SALIDA AL MAR)

Bolivia ha intentado revisar sin éxito el tratado a lo largo del tiempo (en 1920 ante la
Sociedad de Naciones y en 1979 ante la Organización de Estados Americanos), pero
ello “no menoscaba su obligatoriedad”, según la delegación chilena. Durante tres
horas, su equipo, del que también forman parte la jurista argentina Mónica Pinto, y su
colega británico Samuel Wordsworth, ha recordado que la falta de jurisdicción del TIJ
en el contencioso viene dada asimismo por el Pacto de Bogotá de 1948.

Su artículo VI excluye asuntos que hayan sido resueltos en acuerdos anteriores,


como sucedería en el actual diferendo. Para Pinto, “en el pacto bogotano, los dos
Estados reafirmaron este tipo de solución pacífica para sus diferendos (…) Permitir
otros nuevos sobre asuntos resueltos contradiría el objetivo mismo del artículo VI”. El
TIJ fue establecido en 1945, y carecería a su vez de jurisdicción para tratar un
conflicto que cuenta con un texto legal fechado antes.

Samuel Wordsworth se ocupó de recalcar “el régimen no soberano de acceso al mar


de Bolivia fijado por el tratado de 1904, aunque La Paz alegue que este extremo no
se trató entonces”. El abogado dijo que Bolivia “no intenta negociar; solo quiere
obtener un resultado, que es la concesión del acceso marítimo soberano”.

El énfasis puesto por Chile en el blindaje de los tratados y las bondades de la


diplomacia para resolver conflictos fue también señalado por fuentes

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gubernamentales del país en La Haya, sede del TIJ. “Todos los diferendos
fronterizos tienen un componente legal, pero acudir a los tribunales no es siempre la
solución. No puede ser un sustituto de la falta de diplomacia. Hay que saber manejar
la situación, crear las condiciones para ello y ser fiable”, aseguraron.

Para Bolivia, la demanda no es “inamistosa”. La Paz asegura que “la salida soberana
al mar no está establecida en el tratado”. “Aparece en múltiples acuerdos y
declaraciones unilaterales que durante las últimas décadas han dado reconocimiento
a la obligación de negociarlo como una materia independiente al texto de 1904”.

Por otro lado, la Constitución de 2009 declara “el derecho irrenunciable e


imprescriptible del pueblo boliviano sobre el territorio que le dé salida al océano
Pacífico y su espacio marítimo”.

La fase preliminar se prolongará hasta el viernes, y de la decisión judicial sobre la


competencia (que llegará este mismo año) depende que el caso progrese.

Las Relaciones Bolivia-Chile

Se refieren a las relaciones entre la República de Chile y el Estado Plurinacional de


Bolivia. Estos dos países de Sudamérica han tenido relaciones estiradas después de
la independencia a principios del siglo XIX, debido a la disputa del Corredor de
Atacama.

Las relaciones se tornaron agrias después de que Bolivia perdió su costa a favor de
Chile, a finales del siglo XIX, durante la Guerra del Pacífico, convirtiéndose en un
país sin salida al mar. Sin embargo, Bolivia todavía reclama una salida soberana al
Océano Pacífico. En la actualidad ambos países comparten una frontera de 942 km
de extensión.

Chile y Bolivia han mantenido relaciones solamente consulares desde 1978, cuando
fracasaron las negociaciones territoriales que buscaban una solución a la
mediterraneidad boliviana.

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Con la asunción de Michelle Bachelet en Chile, las relaciones mejoraron; sin
embargo, en 2012 la disputa territorial se tornó más grave y el presidente Evo
Morales demandó a Chile ante la Corte Internacional de Justicia en 2013, iniciando
un nuevo proceso de tensión entre ambos países.

CONFEDERACIÓN PERÚ-BOLIVIANA, BOLIVIA Y EL LITORAL

En 1836, se constituyó un Estado denominado Confederación Perú-Boliviana, a partir


de la colación de Perú, dividido en dos Estados el Estado Nor-Peruano y el Estado
Sud-Peruano, y Bolivia. Para aquel entonces Bolivia adquirió los buques de guerra
Yanacocha y Confederación, a los que se sumaron los bergantines La Fallete y
Congreso y la corbeta Libertad, integrando la armada de la Confederación Perú-
Boliviana.

En 1839, el presidente José Miguel de Velasco elevó el rango de la provincia del


Litoral a distrito con un prefecto.

Para resguardar las costas bolivianas, posteriormente se adquirieron las naves


Sucre, María Luisa y Morro. Al carecer de una estructura sólida, la escuadra naval
boliviana fue disuelta antes de 1879.

Las constituciones bolivianas de 1834, 1839, 1843, 1851, 1861, 1868, 1871, 1878,
1880 fueron aprobadas por senadores y diputados representantes por Cobija y
Mejillones.

Tratados de 1866 y 1878

El origen de este tema, se encuentra, para algunos historiadores como el chileno


Luis Emilio Rojas, algo confusa.12 Sus comienzos se remontan a antes de la Guerra
del Pacífico, iniciada en 1879 y que finalizó en 1883 con la pérdida definitiva de
Bolivia del departamento del Litoral (en la actualidad, parte de la región chilena de
Antofagasta).

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Luis Emilio Rojas señala que desde el momento de la fundación del Estado boliviano
(1825), este no tenía mar. No obstante, tal como indica el historiador Roberto
Querejazu Calvo en su libro "Guano, Salitre, Sangre", Bolivia es heredera del
territorio de la Audiencia de Charcas y, por lo tanto, no le corresponde territorios en la
costa del Pacífico.

Sin embargo, los intereses económicos existentes de la época obligaron a la firma


del tratado de 1866 que, entre sus complejas disposiciones, aclaraba la supuesta
frontera no ratificada:

El límite internacional sería el paralelo 24° latitud sur.

Se repartirían en modo equitativo las ganancias provenientes de la explotación del


guano y minerales comprendidos entre la zona de los paralelos 23° a 25° de latitud
sur.

Bolivia debía abrir una Aduana en Mejillones, posibilitando la captación de los


derechos de exportación.

GUERRA DEL PACÍFICO

Plano provisorio frontera Chile-Bolivia 1904

En 1883, el Tratado de Ancón puso fin a la guerra entre Chile y Perú, en el que se
otorgaba el dominio de Tarapacá y una administración temporal de Tacna y Arica por
10 años y luego la realización de un plebiscito para definir su estatus final.

Las relaciones entre Chile y Bolivia, en tanto, serían restablecidas por el Pacto de
tregua de 1884, que fijó un régimen temporal a la espera de la celebración de un
tratado definitivo de paz. La posesión a perpetuidad del territorio de Antofagasta fue
una de las exigencias de Chile, mientras que Bolivia aceptaba y renunciaba sin
presiones y a perpetuidad a poseer un puerto o territorio alguno en el Océano
Pacífico, esto ratificado por los Congresos de ambos países y; teniendo en

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consideración las argumentaciones de Chile en las negociaciones ante Perú. De esta
forma, se restablecía las fronteras coloniales originales entre las repúblicas del Perú
y Chile, definidas de acuerdo al principio de Utis Possidetis de 1810. Los cuales
quedarían modificados nuevamente por la anexión de la provincia de Tarapacá y
formalizado por ambos países en el Tratado de 1929.

Acuerdos alternativos sin soberanía

Acceso al océano Pacífico: (Arica, Iquique y Antofagasta-Chile) Para afrontar su


mediterraneidad, Bolivia ha firmado acuerdos con Argentina y Perú, que le permiten
tener acceso tanto al océano Atlántico como al océano Pacífico:

Acceso al océano Atlántico: Río Paraná (Rosario-Argentina)

Bolivia posee instalaciones portuarias en la "Zona Franca de Bolivia" en Rosario,


desde 1964, pero en total estado de abandono. Dada la necesidad urbana, se
impulsa su traslado a Villa Constitución, dentro de la provincia de Santa Fe, u otro
puerto ya bonaerense. Hasta fines de la década de 1980, era común vislumbrar las
siluetas de naves de guerra de Bolivia.

Acceso al océano Pacífico: Boliviamar (Ilo, Maratani, Grau y Mollendo-Perú)

Durante una visita diplomática al Perú, el presidente Jaime Paz Zamora y su


homólogo peruano, Alberto Fujimori, llegaron a un acuerdo con esta nación para la
cesión de 5 kilómetros de costa y una extensión territorial de 163,5 ha (1,635 km²)
llamada Boliviamar23 por un periodo de 99 años renovables desde 1992, después de
los cuales toda construcción y el territorio pasa nuevamente al Perú.

En el acuerdo, Bolivia utilizaría una zona franca del puerto de Ilo para su
administración y funcionamiento. Boliviamar es una playa que forma parte del
proyecto de desarrollo turístico firmado entre el Perú y Bolivia el 24 de enero de
1992, se encuentra exactamente a 17 kilómetros de la ciudad de Ilo, a un costado de
la vía costanera que une los departamentos de Tacna y Moquegua.

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Para más información remitirse al "Protocolo Complementario al Convenio entre los
Gobiernos del Perú y de Bolivia sobre la participación de empresas bolivianas en la
Zona Franca Industrial de Ilo" que crea la Zona Económica Especial para Bolivia en
Ilo (ZEEBI), que amplía en su máximo alcance las facilidades que el Gobierno del
Perú otorgó a favor de Bolivia en los Convenios de 1992.

EFECTOS DEL FALLO

Por medio de este fallo se pondría fin a la disputa territorial entre Colombia y
Nicaragua en el mar Caribe suroccidental, si bien esto no ha ocurrido todavía. En
efecto, la delimitación aún queda abierta y sin definir más allá de las 200 millas
náuticas contadas desde las costas continentales, zona sobre la cual los magistrados
se abstuvieron de pronunciarse.

Si bien el fallo es de carácter definitivo, uno o ambos países litigantes eventualmente


podría interponer un recurso de revisión ante la misma corte, si es que entiende que
han aparecido nuevos y determinantes elementos, los que al ser desconocidos no
fueron presentados en las fases previas. Si se diera este escenario, la Corte debería
evaluarlo, disponiendo para ello de un amplio plazo de 10 años.

Los territorios en disputa: Cayo Sureste; Cayo Roncador; Vista satelital del mar
Caribe occidental, mostrando en rojo el banco Serranilla.

Cayo Serrana; según el fallo de la Corte de La Haya, este cayo y sus aguas
envolventes se transformaron en uno de los dos enclaves colombianos insertos en
las aguas nicaragüenses.

Los territorios en disputa sobre la plataforma marítima fueron repartidos por la corte
de la siguiente manera: Los territorios insulares y una porción marítima quedaron
para Colombia; Gran parte del área marítima en disputa fue asignada a Nicaragua
(hasta el día de la sentencia esas zonas eran explotadas por Colombia).

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CONCLUSIÓN

Como hemos podido corroborar a lo largo del presente trabajo, la cuestión marítima
es un conflicto irresuelto que, pese a que una de las partes intente consolidar la idea
de su inexistencia, está allí y atenta contra una verdadera integración regional, una
idea invocada con asiduidad pero generalmente incomprendida.

En este sentido, la cuestión marítima excede al mejoramiento de las condiciones de


desarrollo del pueblo boliviano y se transforma en un claro ejemplo de la necesidad
de consolidar un proyecto político que abarque al sub‐continente, necesario frente a
un mundo sumido en una crisis económica financiera que ofrece un escenario
adverso al desarrollo del conjunto pero que aisladamente se percibe difícilmente
superable.

Asimismo, la resolución del diferendo manifiesta de forma expresa la necesidad de


profundizar la solidaridad regional en pos del beneficio de un país que se ubica en el
corazón del sub‐continente con todo lo que ello implica en materia de conectividad e
integración, ofrece enormes potencialidades en materia de recursos naturales y
manifiesta una diversidad cultural que nos invita de manera permanente a recuperar
lo mejor de nuestra historia, en sentido amplio y plural.

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RECOMENDACIONES

Particularmente, entendemos que se trata de un diferendo complejo de más de un


siglo de duración, que ha adquirido una dinámica paradigmática en la última década,
y, específicamente, una tensión puntual en los últimos dos años.

No obstante, también consideramos que, de consolidarse la posición de ambas


partes y mantenerse irreconciliables, la resolución del mismo a través de la decisión
de un Tribunal Internacional se hace cada vez más palpable una vez que Bolivia
cumplimente con lo que viene poniendo de manifiesto en sus intervenciones en el
ámbito internacional, bilateral, regional y/o global. Las posibles decisiones en este
sentido, la actitud de los involucrados al respeto y sus consecuencias exceden al
presente trabajo.

Asimismo, y como pudimos anticipar oportunamente, hemos puesto énfasis en la


posición boliviana, sin descuidar por ello el posicionamiento de su contraparte o de
terceros. De este modo, la actividad y participación de los mismos fue evaluada a
través de sus acciones concretas pero también a través de sus comportamientos
simbólicos y discursivos, permitiendo complementar el análisis a través de las
percepciones existentes al respecto.

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BIBLIOGRAFÍA

Abelardo Ramos, Jorge; “Historia de la Nación Latinoamericana”, 2ed., Buenos Aires,


Senado de la Nación, 2006.

Aramayo Arze, Fernando Javier; “Nuevas tendencias y Perspectivas del Comercio


Exterior Boliviano. Fundación Konrad Adenauer, Bolivia, 2009.

Araníbar Quiroga, Antonio; “Memora corta de un antiguo diferendo”, Revista Nueva


Sociedad N°190, marzo‐ abril de 2004.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); “La República


Popular China y América Latina y el Caribe: hacia una relación estratégica”,
Santiago de Chile, Mayo de 2010.

Fuentes, Claudio; “La apuesta por el "poder blando". Política exterior de la


Concertación 2000‐2006” en:

Funk, Robert. “El gobierno de Ricardo Lagos: La nueva vía chilena hacia el
Socialismo”. Editor, Santiago, Editorial Universidad Diego Portales.

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