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HOMEO EXPERT & REMEDY MASTER

BRUCE COPEN

TESTIMONIO CLÍNICO DE LA EFICACIA DE LOS REMEDIOS

PREPARADOS POR EL MÉTODO DE BIORRESONANCIA.

Dra. M. Gloria Alcover Lillo

Dir. de la Escuela Italiana Hahnemanniana P.S.Ortega.

Italia.
INTRODUCCIÓN
Yo misma he propuesto la elaboración de este opúsculo a la Dirección de Bruce Copen por
el motivo concreto de haber comprobado durante más de 3 años su absoluta eficacia. Durante
estos 3 años no he usado medicamentos elaborados a la manera clásica - a mano o con
instrumentos sustitutivos del "hecho a mano" más industrializados - que son los que se usan
habitualmente en todas las casas farmacéuticas que se ocupan de la Homeopatía. El motivo inicial
no fue otro que la necesidad derivada del hecho de ser un médico itinerante. Al viajar mucho, en
gran parte de los sitios donde visito a mis pacientes no es posible encontrar los remedios o las
potencias necesarias. Este hecho concreto hizo que me decidiera a usar el HomeoExpert, más
tarde Remedy Master) 5 años después haberlo comprado, para comprobar si podía resolver
satisfactoriamente el problema. La respuesta fue: ¡Si, desde el primer momento!

Un poco de historia: Hace ya 20 años me había ofrecido una casa inglesa esta posibilidad.
Me pareció muy interesante pero demasiado increíble. Yo provenía de un mundo clásico donde
durante años, desde 1980, había hecho los remedios a mano junto con mi maestro, el insigne Prof.
P.S. Ortega y me parecía una fantasía poder sustituir todo aquel trabajo extraordinario con "un
golpe de tecla". Entonces, no lo consideré… aunque me quedó en la memoria. Hace diez años más
o menos, cuando vi el primer HomeoExpert de la Bruce Copen, lo compré como algo posiblemente
útil pero no lo usé. Tiempo atrás había comprado el equipo Mars III por un motivo fundamental.
Pretendía evitar a mis pacientes graves todo el proceso devastador de radiaciones recibidas a
través de las pruebas clásicas como el escáner, etc… y encontrar un método que permitiese a los
pacientes " poder ver" su propia situación, evolución y cambios producidos con el remedio
homeopático sin necesidad de tormentos y, si fuera posible, contrarrestar su tendencia a aceptar
quimioterapias y radioterapias. Hoy más que nunca, influidos por el sentido mecanicista de la
medicina oficial, el paciente tiene necesidad de tocar con la mano lo que le diagnostican, aunque
no sepa mucho más. El nombre de su enfermedad sólo adquiere realidad a través de una imagen
externa. Un nombre tiene que adquirir realidad a través de una imagen exterior. Y una imagen
exterior, síntoma o lesión, tiene que tener un nombre. El paciente medio hoy, es un ser pasivo,
una víctima del comercio del dolor, que vive aterrorizado. Sigue creyendo todavía, como
antiguamente, que la enfermedad es una desgracia fortuita que no tiene nada que ver con su
persona. Que le "cae" como un castigo divino o por un caprichoso destino indiferente a su
sufrimiento.
El paciente medio vive obsesionado, escrutándose continuamente para encontrar algún
indicio de lesiones, tumores o anuncios de la muerte irremediable. Vive aterrorizado por los
millones de gérmenes, bacterias y virus que abundan en nuestro cuerpo y que, mutando de forma
impredecible, amenazan ser letales para el hombre.

Compré la MarsIII de Bruce Copen después de haber comprado el equipo Biolaz - Oberon
ruso y el SCIO americano, y haber visto sus ventajas y límites. Intentaba encontrar un modo de
diagnóstico accesible al paciente medio, pero más avanzado que los derivados de estos tristes
prejuicios comentados, para que, a través de la armonización energética progresiva, por medio de
la aplicación a distancia de los programas individuales de biorresonancia, se pudiera reponer el
estado de la Fuerza Vital - algo semejante a la sensación de volver regenerado y con nuevas
fuerzas después de unas vacaciones, con la sensación de que todos los males han quedado atrás...
aunque los síntomas y causas sigan presentes. No pretendía que fuesen curativos - y no lo son -,
sino que favorecieran el estado de bienestar general y evitaran daños en la medida de lo posible.

Quise, añadiendo los input personalizados e individuales, favorecer la respuesta "precisa"


que el organismo necesita para cumplir plenamente con lo que Hahnemann señala: la respuesta
curativa de la totalidad del individuo. Una respuesta que, como todo homeópata clásico sabe, es
como la carambola de un billar, que libera en un sólo impulso eficaz la totalidad del desequilibrio
del paciente en ese momento de su vida. Una respuesta que tiene condiciones y parámetros
definibles y precisos que acompañan a la desaparición de los síntomas, tal como está bien
establecido en la doctrina y método Hahnemanniano.

Debo decir que, pese a mis buenas intenciones el resultado fue un fracaso por varias
razones. Por una parte, los pacientes que todavía no han hecho un proceso personal de
crecimiento, que no son conscientes de que todo lo que viven les pertenece y tiene significado,
necesitan el respaldo del colectivo social. La enfermedad no es un hecho sólo individual sino que
tiene un lenguaje colectivo. Aunque un paciente pudiera aceptar mi propuesta, si la familia no lo
hacía, éste terminaba sometiéndose a todos los protocolos de la habitual "medicina de la
evidencia mecanicista", por trasnochada y fatal que esta fuera. Aunque los nuevos
descubrimientos revolucionarios de la física cuántica lo demuestran abundantemente, este
conocimiento no está al alcance de la cultura del paciente medio, y por otra parte también se lo
impide el estado de terrible aprensión continua en la que vive. El paciente medio hoy está educado
para "huir de la muerte" y para no enfrentarse a nada "sin permiso". Se está pidiendo incluso una
ley general que regularice el permiso para suicidarse, para matar… lo que el hombre ha hecho
siempre "por su propia cuenta y riesgo". Se está pidiendo en el fondo algo mucho más sutil: ser
acompañados en el final de la vida, en la muerte misma, ser aceptados y respetados sin ser
excluidos por haber ejercitado el derecho a la libertad de escoger el momento y manera
oportunas. Un mensaje fuertemente conmovedor, si se considera la fragmentación social y la
soledad brutal que el hombre de hoy vive.

Por otra parte, aceptar una propuesta tan innovadora presenta una apariencia ilusoria,
apta solo para crédulos, que no tiene ningún respaldo “serio” y es por lo tanto decididamente
impopular. Al someterse a estas pruebas “políticamente incorrectas” el paciente se siente ridículo y
se siente en el deber de justificarse ante los demás, porque la sociedad, aparte de tratarle de
ingenuo, le hace sentir culpable y, por supuesto, dispone de los medios para amenazarle de
diversas formas.

En este estado de cosas, el paciente para legitimar sus decisiones, debe poder "demostrarse
a sí mismo” (y a los demás), el valor que tiene lo que hace y eso generalmente pasa por pagar una
gran cantidad de dinero por sesión. Como los pacientes generalmente no pueden afrontar un gasto
fuerte y menos en la situación actual, decidí incluir este tratamiento dentro de mis visitas normales
sin aumentar el precio. Aunque sin duda esta actitud altruista contribuyó al fracaso de mis buenas
intenciones, sin embargo me permitió conocer la eficacia y los límites del uso de los programas de
biorresonancia en el respeto más absoluto a la doctrina Hahnemanniana. En el fondo fue una
investigación mía personal, orientada a confirmar la capacidad real de estos métodos para indicar
las patologías potenciales y realizar diagnósticos provisorios certeros, así como la oportunidad de
su uso.

Hace 3 años comencé a usar habitualmente con todos mis pacientes los remedios "hechos
a mano pero a golpe de teclado", con HomeoExpert. Era una curiosa mezcla de lo que hacía al
inicio pero súper-modernizado, y me sorprendió con varias interesantes e importantes ventajas
que tienen valor para todos los homeópatas, y que siento el deber de testimoniar por si desean
seguir el ejemplo:

 Proporcionar el remedio directamente, cosa que a través del sistema oficial habitual ya era
algo imposible, y que ha tenido importantes consecuencias negativas para los pacientes. No
por actuar eso que despreciativamente los mecanicistas llaman sugestión, (lo cual sería
lícito terapéuticamente si fuese demostradamente eficaz), sino porque, dándolo
personalmente al paciente se aprovecha mejor su momento y disposición terapéutica, su
disposición a la curación. Es el momento mejor e inmediato al encuentro consigo mismo,
junto al médico homeópata que lo ha acompañado.

 Ejercer la libertad de prescripción y la defensa del paciente. Ni yo ni mi paciente


dependíamos ya de contratiempos desafortunados como por ejemplo no encontrar el
remedio, o que el pedido se confunda o demore, o que le hagan llegar al paciente la idea de
que es un incauto creyendo en la homeopatía, llevándole a olvidar lo que hicimos y lo que
fuimos durante la consulta. Transformando un momento de comunión, de vivencia física y
moral compartida, anímica, exterior e interior entre el médico y el paciente en algo -un
fármaco de última moda- que le sirva tan sólo para sustituir una función.

 La demostración irreversible de la eficacia de las llamadas y discutidas altas diluciones.


Todavía inaceptables para la ciencia oficial por estar atrapada en sus propias convenciones
e intereses acientíficos. (Basta leer la obra de Benveniste: Mi Verdad sobre la Memoria del
Agua para confirmar, con pena, vergüenza y detalle lo que ya se sabe desde hace siglos).

 La posibilidad de producir los remedios excluidos, simplemente por motivos de orden


práctico administrativo dentro de la lógica de la política económica, a quién no preocupa en
absoluto las necesidades específicas del remedio adecuado para la curación de un paciente.
Excluido en términos de venta al público no significa “retirado por demostrados efectos
tóxicos”. En homeopatía jamás se ha venido usando un medicamento durante más de 20
años y, comprobando durante todo ese tiempo sus efectos nocivos, se tiene que acabar
retirando del mercado para poner a prueba otros. Como casi todos los que están
familiarizados con la homeopatía saben, un medicamento homeopático verdadero ha sido
experimentado en grupos de experimentadores de individuos sanos. Se han recogido con
precisión las modificaciones organizadas que ha provocado en los experimentadores, y esa
información, seleccionada y jerarquizada, demuestra sólo su poder medicamentoso
individual. Este medicamento es único por su auténtica especificidad, demostrada en la
alteración organizada de la totalidad de los experimentadores, y no puede ser sustituido
por ningún otro sucedáneo.
 El uso terapéutico de un medicamento homeopático que realmente lo hará pasar a la
categoría de remedio homeopático viene determinado exclusivamente por el conjunto de
signos y síntomas manifestados en el paciente. Es parte de la vida y de la historia
insustituible de ese paciente y la manifestación de la organización de la totalidad de su
sufrimiento. En términos cuánticos podemos decir que es una imagen viviente de una
totalidad, es decir, un fractal, y no deja de ser verdaderamente asombrosa la extraordinaria
anticipación de Hahnemann a los más recientes conocimientos y avances de la ciencia
moderna. El uso del medicamento viene filtrado a través de la Ley de Resonancia y la
aplicación práctica eficaz de la famosa Ley de Similitud, descubierta por Hahnemann, que
precisa no solo la cualidad del estímulo terapéutico (remedio), sino la potencia a la cual
debe ser aplicado y la frecuencia de la suministración, para alcanzar la dosis mínima en el
paciente individual, capaz de desencadenar la definitiva reacción curativa de ese momento
existencial que el paciente está viviendo y necesita.

 La demostración incuestionable de que el medicamento homeopático es vibración


informada. Aunque ya se sabía a través de la observación clínica, no se había demostrado
su mecanismo por falta de lenguaje "ad hoc" y de instrumentos tecnológicos. La
demostración de su eficacia es la alteración de las funciones vitales de los
experimentadores y de los pacientes, tanto físicas como psíquicas, en modo seriado y
organizado, a tal punto que puede referirse un hecho: el antes y el después del contacto
con la dosis mínima del medicamento o remedio: el experimentador o el paciente, no tienen
el mismo modo de ser y funcionar después de la administración del remedio. Algo ha
cambiado. No es un efecto placebo, como algunos presumen. Quienes tienen experiencia
con el efecto placebo saben que éste cambia algún o algunos síntomas desorganizados del
paciente pero no cambia la respuesta organizada de la totalidad de su respuesta
psicofísica. (Me permito recordar que la Observación, en la Epistemología de la Ciencia,
forma parte de las Ciencias Fácticas junto a todas las pruebas empíricas.)

 La verificación de que las distintas potencias actúan con poder muy diferente. Son
capaces, como en el uso de remedios hechos a mano, de provocar intensas agravaciones
inmediatas si la potencia es más fuerte de lo que necesita el paciente. Queda por lo tanto
evidenciada la sutileza del cambio de vibración y su efecto inmediato con los medicamentos
elaborados por el sistema de bio-resonancia de Bruce-Copen, que es el que he usado.
EL SALTO DE TRANSFORMACIÓN. L A DESINTEGRACIÓN DE LA MATERIA. DEL PONDERABLE AL
IMPONDERABLE. DE LA ESTRUCTURA MATERIAL A LA VIBRACIÓN INFORMADA. ALQUIMIA,
HOMEOPATÍA, FÍSICA CUÁNTICA.

Sobre estos temas he decidido dar el título de unos cuántos libros de actualidad que, sin
duda, satisfarán la necesidad de saber del lector interesado y aportarán claridad más que
suficiente sobre el tema que nos interesa, el de la biología digital y su evolución.

1. Las ilusiones de la ciencia, de Rupert Sheldrake.

2. Ma Vérite Sur La Mémoire de L'Eau, de Jacques Benveniste.

3. Homeopatía y Bioenergética, de Nicola del Giudice e Emilio del Giudice.

4. La biología de las creencias, de Bruce Lipton.

5. Conciencia Cuántica, de Isauro Puentes.

Por mi parte me parece más oportuno escribir sobre mi experiencia personal tal como fue.
El encuentro, como médico homeópata que aprende a elaborar los medicamentos a mano como
lo hizo Hahnemann, guiada por el ilustre maestro Proceso S. Ortega, con una serie de
conocimientos perfectamente organizados que fueron y son fundamento del gran salto actual que
nos interesa: la eficacia de las señales vibracionales invisibles, es decir, "no moleculares", que
informan, conforman y determinan una respuesta específica, científicamente repetible y
codificable; los nuevos vehículos de transmisión, la biología digital y la eficacia de los
medicamentos elaborados por biorresonancia.

Mi primer descubrimiento fue el proceso alquímico de la "desintegración de la materia" y la


transformación en energía pura (no medible físicamente para nosotros en esos tiempos por falta
de instrumentos adecuados), pero detectable por sus efectos. Es decir, objetivable. Es del todo
inútil que mentalidades mecanicistas se empeñen en negar la evidencia del efecto de las "altas y
sutiles, no moleculares, potencias". Es tan estulto como negar la existencia de la música porque no
se ven las notas. Esta objetivación es el punto final fundamental de toda ciencia y conocimiento.
Es, además, un modo de verificación de la Ciencia Fáctica y por tanto integrable en la
hermenéutica y la epistemología de la Ciencia. Como todos sabemos, el procedimiento de la
farmacopraxia homeopática varía según el elemento material, vegetal, mineral, metal o
substancias animales, y está determinado específicamente con claridad, exactitud científica y
precisión encomiable por Hahnemann, quien nos enseñó cómo desintegrar su estructura material
para liberar plenamente su energía interior. Este proceso tiene antecedentes alquímicos ya
señalados por Paracelso. La virtud o potencia que emanaba del elemento material fue llamada en
su forma original la "quintaesencia", porque contenía la virtud total y substancial del elemento, su
alma en "unión simpatética con el Macrocosmos” Así el concepto fue retomado y usado por los
clásicos, dándole el nombre del "alma del medicamento".

Quien haya hecho los medicamentos a mano habrá comprobado que las reglas de
desestructuración de la materia o de liberación de la energía dejadas por Hahnemann son tan
exactas que, si uno no las sigue con precisión, se encuentra con un problema: la desestructuración
de la materia no llega a su punto límite, y no se puede seguir el proceso de potentización (sucusión
y dinamización) propio del medicamento homeopático, a través del cual la energía vibracional se
encuentra libre de obstáculos para poder seguir su proceso de expansión. Por otra parte, esta
emanación tiene necesidad de un vehículo portador capaz de hacer de mensajero, de cartero
confiable. Si se desintegra la materia sin añadir un vehículo elemental, como elemental es el agua y
la fructosa, substancias que todo organismo recibe y asimila sin quejas, si no se usa este vehículo
en una proporción matemática justa, que es un “arché”, la materia a través de la trituración o
dilución se desintegra y simplemente se pierde. Estos elementos primordiales son capaces de
absorber límpidamente la materia desestructurada y mantener, a través de la memoria de su
quintaesencia impregnada, su vibración específica, su señal irreducible e insustituible y su virtud
completa. Es decir toda la potencia de lo que “es”.

La objetivación científica de la transformación viene codificada a través de la


experimentación pura en el hombre sano. Este “Hombre Sano” se convierte en el laboratorio
viviente más complejo y completo que existe, el cual, al ser sometido a la prueba del efecto de la
droga, a cualquier potencia, ponderal o imponderable, da una respuesta codificable y reconocible.
Incluso considerando que el observador – coordinador de las experimentaciones - no conozca ni
crea en la totalidad constitutiva del Hombre. Es decir, el observador puede creer o no que el ser
humano esté dotado de una esfera espiritual; que tenga constitutivamente un "élan vital", ki,
energía vital, o no. Puede creer o no que esta energía es elemento indispensable de su "ser”. E
incluso creer o no que el ser humano sea algo más que mecánica fisicoquímica y un puñado de
sales minerales, como se ha dicho en el ápice del positivismo científico. Crea lo que crea, el
receptor responde con todo lo que es en su totalidad, en modo seriado y armónico. Lógicamente
es de esta respuesta de donde se sacan conclusiones, incluso repetidas y demostrables, respecto a
la constitución trascendente del ser humano.

Nos encontramos, por tanto, con el hecho irrefutable de que el instrumento por
excelencia es el ser humano, con su capacidad de manifestar y referir los cambios objetivos y
subjetivos que percibe en su estructura total, cómo se desarrollan y, lo que es más importante aún,
como información verdadera y completa: su significado. Convendremos todos en que sin duda
alguna es mucho más exhaustiva y significativa que un microscopio o que un escáner. Como en
todos los procesos experimentales son los efectos y el lenguaje de la totalidad quienes determinan
la comprensión última del proceso. Actualmente la medición de los mecanismos de acción se
podrá constatar por termoluminiscencia, por Micro-cromatografía, por conductimetría y
espectrografía, por métodos fisicoquímicos moleculares y de partículas, por métodos de
cristalización, por métodos biofísicos, por electroforesis, etc. Pero el instrumento por excelencia, el
verdadero campo experimental sigue siendo el ser humano, receptor genuino del fenómeno, tal
como lo descubre Hahnemann.

VEHÍCULOS DE LA ENERGÍA: DE LA FRUCTOSA Y EL AGUA A LOS LOGARITMOS MATEMÁTICOS. CAMPO


MÓRFICO. EMISORES Y RECEPTORES.

Esta es la gran dificultad que hemos de superar todos los médicos homeópatas clásicos: el
aceptar la intromisión del "cambio de vehículo" a partir de la materia prima. ¿Es acaso el miedo a
la alteración de la información de la Experimentación Pura hecha con los medicamentos
Hahnemannianos? ¿La impureza del vehículo en su transmisión biodigital? Sin duda. Y además,
algo que tiene un peso y densidad específicos: el sentido de "profanación" que representa pasar
por encima de todo el ritual preparatorio del medicamento y de la absoluta y total aplicación de
los operantes. La transmisión de la vibración vital, ¡que es insustituible! Es entrar en el mundo de
la "virtualidad" y querer igualar la vivencia.

Nunca se podrá sustituir con ninguna imagen el efecto total que el contacto directo con la
materia y la carnalidad de la vida con todos sus sentidos produce sobre nuestra alma, atravesando
nuestro espíritu. La afirmación de los científicos cuánticos , quienes aseguran que la fuerza de la
imagen como impacto en el cerebro, es equivalente a su vivencia real, de tal manera que
imaginarse en el Caribe es igual que pasarse diez días de vacaciones allí, no es convincente para
todos, por más que lo repitan insistentemente. Obviamente, sustituir las relaciones humanas con
todo su calor y complejidad por las frías y distantes comunicaciones telefónicas, sea por Skype,
Hangout ò Twitter, Chating, WhatsApp, o Facebook da escalofríos. Sin embargo el mundo ha
cambiado de tal forma que la distancia se ha interpuesto entre los hombres y el contacto con la
vida elemental ha cedido su lugar al mundo "sin hilos". No se han acortado las distancias, se ha
creado un gran océano de ruido. De comunicación incomunicada. Se ha desarticulado el alma.
Cada vez más personas miran angustiadas a su alrededor buscando otras dimensiones. Cada vez
más gente está intentando desarrollar la telepatía y utilizar los campos mórficos, aun sin saber
hacerlo. La humanidad sigue evolucionando a pesar de sí misma y va hacia adelante

Dejando bien claro esto, y con ello la afirmación de la comprobada eficacia del
medicamento homeopático hecho a mano, el cual, según mi experiencia clínica, se comporta en
forma mucho más compacta, y tiene la consecuencia para el médico y para el paciente de que es
más estable y duradero en su acción y necesita potencias menos altas, dosis menos frecuentes e
incluso menos cantidad de glóbulos, para obtener los resultados óptimos, el problema real de
cualquier médico homeópata clásico hoy es la imposibilidad de encontrar remedios hechos a
mano.

Hemos tenido que enfrentarnos a la industrialización de los medicamentos homeopáticos,


con todos los cambios pertinentes en su modo de acción, probablemente imperceptibles para
quien no tiene experiencia clásica antigua, como la que se hacía desde Hahnemann hasta las
escuelas del último siglo, ya desaparecidas, desde Kent, Schmidt, H.G. Pérez, P.S. Ortega, y otros
clásicos en Brasil, India, Ecuador, Colombia etc., pero identificables por quienes llevamos años en la
práctica. Por tanto, querámoslo o no, el verdadero problema con el que nos encontramos los
médicos homeópatas clásicos y los pacientes hoy en día, sólo se supera gracias a la homeopatía
biodigital, a la homeopatía por biorresonancia. Lo determina la necesidad Anánke (la Necesidad, lo
ineludible.

La genialidad de Hahnemann permitió destacar varios aspectos:


1. Desintegración de cada elemento material en el modo justo para liberar su "quintaesencia".
(Y me permito recordar las 13 reglas de la Farmacopraxia Homeopática clásica).

2. Identificación del vehículo como tercer elemento, de tal manera que sea capaz de absorber
cualquier tipo de información de cualquier tipo de materia e incorporarse al ser vivo -
hombre en nuestro caso - sin provocar alteraciones impuras, es decir, tanto en el emisor
como en el receptor. Aquí nos encontramos con los elementos puros: agua, alcohol y
fructosa.

3. La desintegración y liberación progresiva de la energía informada de la "matriz" del


elemento a través de la dilución y sucusión de la sustancia llevada ya a un punto de ruptura
primordial, bien por sedimentación, bien por trituración, según la naturaleza de la
substancia de que se trate. Todo ello con la consecuencia propia del método
Hahnemanniano llamada potenciación: la liberación del "alma" de la substancia; es decir,
de su información vital, hoy reconocida como vibración informada, correspondiente a su
individualidad medicamentosa.

4. La impregnación justa del vehículo de manera que todos los glóbulos hayan absorbido
plenamente esta información, es decir, la transmisión, el paso del poder de la Tintura
Madre o de la substancia a cualquier potencia, ya diluida y potentizada en modo adecuado
según la escala elegida, decimal, centesimal, cincuenta milesimal... Nosotros lo hacíamos
por contacto directo, y dentro de nuestra lectura positivista, eso nos daba garantías.

Todos sabemos, sin duda, que una caricia es un acto físico, un hecho. Sin embargo, todos
los poetas (anunciadores del mundo superior invisible) nos han enseñado siempre que se
puede sentir la caricia con una mirada, y eso era también un hecho. Y es sabido que se
podía morir de pena por una mala palabra, y eso era también un hecho. Lo que hoy se
desarrolla bajo nombres identitarios diferentes, tales como campos mórficos o telepatías
(tele-pathos), ha sido conocido naturalmente y usado siempre de forma habitual por la
humanidad. Nuestros indios animistas ven a distancia y a distancia modifican las
vibraciones de la vida de otro ser humano o viviente, hacia el bien o hacia el mal. Eso ha
existido siempre. Paracelso ya deja este aspecto bien codificado. ¡Se trata de hechos!

Hoy, abandonada ya, huérfana y desencantada del mito racionalista-positivista, la


humanidad, sin sentido trascendente ni comunicación con el Macrocosmos, aunque
incrédula y engañosamente autocrática, está intentando volver a los lenguajes animistas y
alquímicos por cuenta propia.

Hecho se desarrollan mil caminos para comunicarse a distancia, es decir "sin hilos",
actuando continuamente la comunicación biodigital, presionando sólo las teclas de la
“fuerza vital", "imaginación, voluntad, corazón". Teclas que todos tenemos dentro como
motor fundamental de nuestra existencia y que nadie nos puede quitar sin matarnos, ni
comercializar sin vendernos a nosotros mismos. El problema es saber encontrar la vibración
informada justa y la impregnación justa del mensaje que libremente queremos dar. Eso que
pertenece a la ciencia y al arte, al conocimiento del camino y sus misterios para que se
cumpla el “hecho”, es decir, que sea eficaz, repetible y demostrable dándonos autonomía,
placer y conciencia de ser persona. De hecho se desarrollan mil caminos para comunicarse
a distancia, lo que implica el uso de la comunicación biodigital, basada en “la fuerza vital” y
el dominio de sus resortes: imaginación voluntad y corazón. Estas son nuestras “teclas
interiores”, el problema es saber encontrar la vibración informada y justa, proceso este que
es a la vez una ciencia y un arte que debe ser dominado para ser eficaz, repetible y
demostrable.

Eso que Hahnemann descubre y sistematiza al punto de dejar bien establecido un método
científico en relación a la enfermedad, la salud y la sanación.

5. Comprobación de la eficacia de la transmisión de la información: la experimentación pura


en el Hombre Sano. Con la experimentación Hahnemanniana se da el paso fundamental
para levantar la catedral de la doctrina y método homeopáticos. Se demuestra que la
información extraída de cada substancia, como "quintaesencia" de toda la Materia Médica
Hahnemanniana, pasa al vehículo sin alteraciones desde su estado más material -
molecular- como se comprueba en la escala decimal y bajas potencias centesimales- hasta
su estado más imponderable – vibracional - como se comprueba en todo el resto de
medicamentos a medias, altas y altísimas potencias. Desde este momento, con el
nacimiento de la Materia Médica Pura y sus amplificaciones a lo largo de toda la historia de
la homeopatía, se acumulan una infinidad de potencias curativas del Universal, invisible
pero demostrable, es decir "sin hilos", pero eficaz por los resultados: la transformación del
receptor de acuerdo a las exigencias de la ciencia, es decir, en modo claro, exacto y preciso,
y libre. En nuestro caso, el experimentador y el conjunto de experimentadores; o el
paciente y cada uno de los pacientes. Una doctrina vitalista que presupone y demuestra la
vida en cada elemento vital; que presupone y demuestra la existencia de un alma mineral,
vegetal, animal, solar, lunar... Decir “vivo” o “viviente” en lenguaje Hahnemanniano es decir
capaz de emanar vida y recibir vida, de estar en el fluir continuo de la vida impulsados hacia
la conservación y la realización de cada ser. Es decir “emisor” y “receptor vital” de la
sinfonía universal y los mensajes visibles e invisibles que mantienen esta vida y la empujan
en su evidente evolución cósmica. Todo ello implica asumir como un hecho invisible e
ineludible lo que más tarde denominaremos con otros nombres: vibración informada,
efectos onda, universo holográfico, fractales, etc.

¿Qué ha cambiado definitivamente desde el novecientos en modo irreversible? : La


“tèchne" y todos sus corolarios. Los instrumentos para recibir, emitir, comunicar, modificar o viajar
en los distintos espacios cósmicos. De hecho, una consideración fundamental sobre nuestro tema
es ese: el cambio de instrumento, de vehículo que nos obliga a un planteamiento innovador pero
no distinto. Innovador porque tenemos la posibilidad de usar un instrumento antes desconocido
como vehículo de la información. No distinto, porque se trata exactamente de un receptor-emisor
y de una impregnación de la información contenida en cada substancia y en cada potencia. Un
traductor vibracional, biodigital, pero con comprobación verificable de sus efectos, por lo tanto
perteneciente a la Ciencia Fáctica y con pruebas empíricas que satisfacen las exigencias
epistemológicas.

A partir de la antena de Tesla, (descubridor de la comunicación sin hilos y que supuso el


inicio de la gran revolución que nosotros estamos viviendo), la posibilidad de recoger, archivar,
organizar y sistematizar el registro individual vibracional de resonancia de cualquier elemento de la
naturaleza, permite tener a disposición un arsenal de informaciones vibracionales no alteradas,
utilizables a distancia en cualquier momento. Su transmisión "sin hilos" utilizando las redes del
Campo Mórfico, permite actuar a distancia ilimitada y a velocidad de lo que hoy llamamos "tiempo
real" (como cuando nos comunicamos por la red con la otra parte del mundo y oímos y vemos a
nuestro interlocutor como si estuviera frente a nosotros, en casa).
Las dificultades de naturaleza económica que han obligado a los laboratorios homeopáticos
a limitar la comercialización de numerosos medicamentos absolutamente necesarios para el
homeópata, (por ej. nosodes, remedios semi-policrestos, remedios agudos secundarios, etc.) y a
eliminar muchos medicamentos a altas potencias, ha creado una nueva dificultad para el ejercicio
de la homeopatía, con los consecuentes daños para los pacientes. Esto es lo que me ha llevado a
tomar la decisión de señalar este camino, abriendo así las puertas a una autonomía magnífica y
liberadora para todo médico homeópata clásico. La ética de su utilización estará en la ética
individual de su usuario.

Casos Experimentales y Casos Clínicos Agudos y Crónicos.

Hablar en este opúsculo de casos experimentales significa, como ya dije antes, que al
principio partí de la incógnita: “a ver qué pasa". Lógicamente ese " a ver qué pasa", dentro de la
comprobación del efecto terapéutico adecuado, tiene que ver con la comprobación del proceso de
curación. No basta con que se modifiquen los síntomas, cosa que se puede obtener de muchas
formas, sin verificar un efecto terapéutico verdadero. Es decir, no basta con la satisfacción
insuficientemente fundada de ver que los síntomas desaparecen. Una satisfacción superficial, que
se resuelve con la frase clínicamente ingenua que tantas veces se oye: “Si. Es verdad. No tiene
fundamento…pero funciona". Este "funciona" no es aceptable para un médico y menos para un
médico homeópata clásico. La demostración seria y científica tiene que comprobar el movimiento
total de los síntomas y la evolución del paciente en el sentido curativo. Por tanto, se hace
imprescindible aplicar bien el método Hahnemanniano, distinguiendo bien entre el conflicto
existencial y el conjunto de signos y síntomas que debe modificar el remedio, dando como
resultado un cambio en la conciencia del individuo respecto a su realidad y una modificación de la
totalidad de los síntomas en el sentido de la Ley de Hering o, al menos, un inicio de transformación
en este sentido. Verificar que los síntomas cambien en el sentido de su intensidad, frecuencia,
duración, armonía y bienestar del paciente.
Casos Agudos

1.

Paciente femenina de 30 años que me llama por una ciática de la pierna izquierda
dolorosísima debida a un pinzamiento lumbar 5L-1S que la atormenta desde hace una semana. Ha
ido al osteópata, ha hecho ejercicios, se ha quedado en reposo... y no puede resolverlo. Sus
palabras exactas son:

"¡Esto es insoportable!

Tengo el dolor fijo en la nalga y casi no puedo andar, la pierna tensa por dentro y al
andar hasta me falla (se nota claramente el pinzamiento) también las lumbares me
duelen y parecen inflamadas. Hoy el dolor no se me ha quitado por la noche como
suele pasar. ¡Socorro!".

Viene a la consulta. La zona esta inflamada y contracturada. Le doy HYPERICUM 200k 3 gr cada 3
horas alejando en cuanto siente mejoría. Al día siguiente me dice:

"Todo mejoró con Hypericum. ¡Ya no me duele! Sigo notando tirantez, pero el dolor
no es ya casi nada. Ayer tuve una extrasístole de las mías pero muy larga y rara.
Pero ya estoy en la línea de lo normal. ¿Qué hago?”.

2.

Mujer de 52 años con muchos problemas familiares que tiene que tragarse, porque no
puede separarse y dar una solución real a la situación. No trabaja y no puede encontrar un trabajo
autónomo a su edad. Tiene dos hijas y están completamente a su cargo ya que el marido es
irresponsable y vividor. La conclusión es que ella lo rechaza silenciosamente con todas sus fuerzas
y no puede hablar ni discutir nada. Está llena de una ira violenta que no puede exteriorizar con él
ni con la familia política. El resultado es que le sale una erupción pustulosa dolorosísima en la
comisura de la boca. Sus palabras son:
" ¡AY, AY... estoy asustada! Me ha salido un grano dolorosísimo en la comisura de la boca.
Está todo hinchado y feísimo. ¿Qué hago?- He estado esta mañana en urgencias porque cada vez
va a peor, está más hinchado y me duele mucho. Me han recetado antibiótico porque ven una
gran infección. No tengo ganas de escribir. Estamos de viaje. ¿Paso un momento y me das algo?”.

La paciente viene y le doy HÉPAR 30ch 3-4 globulitos cada 3 ó 4 horas, alejando en cuanto
vea la mejoría, como siempre digo a todos los pacientes. Dos días después me escribe desde sus
vacaciones:

"Buenas noches Gloria, la verdad es que el Hepar me ha sentado de maravilla: está


supurando poco a poco. El calor de esa zona ha desaparecido, también la febrícula y mi malestar.
Tengo de repente una alegría interior inexplicable. ¡Estoy contenta! Ha cedido el malestar. ¿Hasta
cuándo puedo seguir tomándolo? ¡Me ha gustado mucho! Vaya, vaya, con la homeopatía… un
beso.”

3.

Varón de 50 años. Me llama y me dice:

“A ver cómo te explico bien cómo me encuentro. Estoy triste, con ganas de llorar pero sin
hacerlo. Con lágrimas de desesperanza contenidas y una especie de nudo en la garganta. Como que
todo lo que tengo que procesar y digerir fuera demasiado para mí, como que la vida me fuese
demasiado grande. Con una gran sensación de desamor y angustia. Como "recociéndome en mi
propio caldo". La condición de mi madre me afecta bastante y, por otra parte, no quiero perderla,
no quiero que se muera, ni me resigno a verla en este estado. También sigo sin saber cómo actuar
respecto a la mujer de la que te he hablado, respecto ella no tengo tanto resentimiento (después del
Natrum), pero tampoco sé dónde estoy. Esto puede ser, más o menos lo que hay. ¿Qué hago, nos
vemos?”.

Le hago venir a la consulta y le doy IGNATIA 6L.M. 3 glob. una sola vez y espero su
respuesta. Al día siguiente me escribe y me dice:

“Hola Gloria. Tomé Ignatia 6L.M. Anoche y estoy mucho mejor. ¿Cómo sigo? Un abrazo”.
4.

Paciente mujer de 50 años. Se trata con homeopatía desde hace 20 años y tiene un
botiquín hecho por mí que se lleva en los viajes. Es acordeonista y en los últimos meses ha tenido
muchísima actividad concertista, trasportando el acordeón, muy pesado, con considerable
esfuerzo. Tiene cansancio muscular y se ha accidentado. Me escribe:

"Glorita, desde el domingo, en que me golpeé el dedo pequeño del pie izquierdo con la pata
de una mesa y se puso negro e hinchado con un dolor horrible, he estado tomando Árnica y ya
estaba casi bien. Sin embargo, dos días después, accidentalmente he apoyado el peso porque el
otro lado estaba contuso y no podía sostener mi peso y el del acordeón, y he sentido un desgarro
dolorosísimo que parecía pasar. Una hora después se ha hinchado y todavía esta hinchado ahora
pero el dolor ha cambiado de lugar no sé cómo, pero no puedo apoyarlo en absoluto y sólo mejora
si está inmóvil. Si pruebo a moverlo va mucho peor. Y así está desde ayer… ¿Tengo que hacerme
una radiografía? (en el hospital es imposible. Estoy sola y no sé cómo llegar. Además me tendrían
24 horas allí, y estoy aterrorizada e incapaz de soportarlo. Podría ir a un centro privado pero es
muy caro... ¿qué hago? Espero tu consejo. ¡Estoy aterrorizada! “.

Le pregunto si tiene en el botiquín Brionia. Me dice que sí, XMK. Le digo que tome 3 glob
mañana y noche durante 3 días y que me llame. Tres días después:

"¡Santa homeopatía! Todavía está algo hinchado, pero ya no me duele casi. De 1 a 10 diría
que ha mejorado 8. Puedo mover el pie y viajar sin gran problema. ¡Gracias, gracias, gracias!”.

5.

Paciente varón de 52 años. Me manda un correo antes de vernos:

“Cara Gloria, excusa por el horario pero no te encontraba en ningún teléfono y estoy lleno
de pánico. Desde hace dos días siento inflamación en el intestino con ruidos continuos y necesidad
de eructar sin satisfacción. Como bloqueado en todo el movimiento intestinal. Sensación de
plenitud casi inmediatamente nada más empezar a comer, con hinchazón del estómago y nausea.
En cuanto me acuesto, como he hecho después de medianoche, obligatoriamente me tengo que
levantar hacia las 3 de la madrugada, debido a la hinchazón de estómago, y tengo la impresión de
que sentado estoy mejor. He sentido la necesidad de evacuar ya dos vece, pero la sensación de
hinchazón y pesadez no me mejora. A este punto la ansiedad y el pánico me sobrecogen de tal
manera que quisiera gritar y correr. Pedir ayuda. Me lleno de pensamientos de enfermedad, y de
que estoy por morir y no me doy cuenta. Imagino tener algo en el tubo intestinal, desde un pólipo a
una masa tumoral, o pienso que tengo algo grave en el hígado que me impide el funcionamiento
del intestino y que voy a morir. En fin, aterrorizado pienso de todo y te busco. Estoy poseído por el
miedo de que me pueda agravar. Miedo de tener que ir a Urgencias al Hospital, que me encuentran
algo devastador... En fin ¡una noche horrible! Por eso te he buscado temprano. ¿Nos podemos ver?
Esto no me deja vivir dignamente todo lo que hago y lo que está a mi alrededor. Yo sé que tú me
comprendes y por eso te hablo con sinceridad y te lo agradezco. Dime qué hago".

Obviamente no se trata de un cuadro agudo simple sino de la agudización insoportable de


un cuadro crónico, de una neurosis crónica de angustia y miedo a la enfermedad, acompañada de
todos los síntomas físicos ya señalados. Pero la cosa que a nosotros nos interesa en este momento
es la eficacia del remedio elaborado por medio de la biorresonancia, que en este caso va dirigido a
suavizar los síntomas de pánico, claramente manifiestos y desproporcionados en relación a las
molestias que el paciente refiere (añadiendo que, como habitualmente, trabaja mucho durante el
día, comiendo poco o nada hasta la noche, generalmente las cenas son demasiado copiosas
aunque sean equilibradas). Por otra parte el paciente vive solo desde hace 5 años, y no soporta la
soledad, especialmente en la noche. Durante el día lo supera con una hiperactividad que lo agota).
Viene a la consulta por la mañana y le prescribo su remedio de fondo. Pero le doy un tubito con
ACONITUM 30 ch. glob. para que tenga siempre a mano de tal modo que, cuando le viene una
crisis aguda intensa, pueda tomar inmediatamente 3-4 globulitos en la boca. Puede repetir la dosis
después de 1, 2,3 horas si siente todavía que fuera necesario. Diez días después me llama para
decirme:

"Buff... ¡menos mal! ¡El Aconitum ha funcionado! Me tomé los granulitos y me calmé en
seguida. No he tenido necesidad de repetirlos después. Sólo cuando me viene uno de esos horribles
ataques… porque si estoy trabajando no me puedo ni concentrar. Mando a la gente que se vaya, y
¡es un desastre! Gracias. ¡Menos mal! ¡Qué agobio!...Gracias.”

6.
Paciente mujer 62 años con historia de tres pancreatitis secundarias por cálculos de
vesícula.

“Cólico de vesícula violento en mitad de la noche después de un día de mucha tensión


emotiva y viaje largo en coche. Dolor que se irradia hacia los puntos hepáticos debajo del
omóplato y hacia arriba de la columna lado derecho. LYC CLAV 30ch repetido cada 30 minutos. No
actúa y se pasa a 3 globulitos de LYCOPODIUM CLAVATUM 6L.M. Todo termina en 5 minutos.”

En este caso se confirma también que con los medicamentos elaborados con
biorresonancia existe distinción evidente entre las potencias y cambio verificable de su poder de
acción.

Casos Clínicos Crónicos

N°1

Paciente mujer 50 años. Jefe de empresa.

A los 19 años tiene un accidente de moto y le hacen una transfusión de sangre. Como
consecuencia de la transfusión le diagnostican una Hepatitis 2°. Le dan los fármacos habituales y se
enferma con molestias continuas, agotamiento y alteraciones difusas que intenta resolver con
Naturopatía, consiguiéndolo en bastante medida, pero en cierto modo, dice, su cuerpo cambia.
Tiene dos hijos a los 22 y 27 años. Tanto los embarazos como los partos fueron bien pero los
indicios de hepatitis continuaban. A los 33 años se acerca a la homeopatía pluralista y mejora,
pero está siempre muy agotada. Trabaja mucho y además ha tenido problemas familiares que
terminaron en el divorcio a los 40 años. Según dice, fue ella quien echó fuera al marido por
irresponsable y poco participativo. Lo sentía muy alejado. Le pregunto cómo ha sido siempre, y me
refiere que está bien. Que siente todo lo que ha pasado pero ella no quiere aceptar sus culpas. No
habla con el marido desde hace 10. Habla sólo lo justo por los hijos. Siente que es a él a quien
corresponde reconocer sus errores y cambiar, porque ella no considera que deba cambiar nada.
Reconoce que ella tiende a dominar la situación siempre. Que es muy seria y de no muy buen
humor. Se contraría fácilmente y grita. Se impone. Viene a la homeopatía clásica porque quiere
resolver y cuidar su problema hepático y además, quiere prevenir las posibles dificultades
derivadas de la menopausia y tener un seguimiento médico. La exploración no presenta ninguna
particularidad. Hígado de medidas normales sin molestias. El cuadro no es muy complicado desde
el punto de vista de la prescripción. Es más complicado desde el punto de vista de la curación
verdadera porque es una mujer segura de sí y que difícilmente está dispuesta a revisar sus puntos
de vista aunque lo que vive le haga sufrir. Sufre con orgullo, ¡que considera dignidad! Sin más
conversación sobre sus síntomas le explico cómo actúa y debe actuar el remedio. Le doy el consejo
habitual de comprar un cuadernito para apuntar los cambios que sienta en positivo o negativo,
incluso los sueños, si son significativos. Y le doy LYCOPODIUM CLAVATUM 6LM. Considerando que
es un cuadro muy estable y que físicamente está bastante fuerte, le recomiendo que tome 3.4
globulitos cada 3 días...máximo 7 veces. Si se siente mejor primero que vaya alejando e incluso
suspender si se siente bien de su cansancio y de su humor. Viene dos meses después y me dice:

“Realmente no me lo puedo creer. Estoy muy bien y además he abierto la puerta a mi


marido. Después de nuestra conversación empecé a tomarme el remedio. No sé qué pasó. De
repente me di cuenta de que estaba haciendo algo indigno, absurdo. Que además yo estaba
sufriendo y haciendo sufrir a todos. Desde hace un mes, todavía mi marido no ha vuelto a casa,
pero hablamos mucho de todo y es como si empezáramos un nuevo noviazgo. Estoy ansiosa y
lógicamente con temor de que algo haga que no volvamos a estar juntos definitivamente. Es un
cambio que nunca hubiera pensado que fuera posible..."

Yo le digo que también yo estoy sorprendida. A pesar de llevar 35 años ejerciendo la


homeopatía clásica, no dejo de asombrarme en ocasiones. Le pregunto por los síntomas o las cosas
que ella cree que debería cambiar y me dice:

“La impaciencia. Voy siempre como una moto. Llena de prisa y tensión. Me duelen los
hombros y la espalda, el cuello... Voy al osteópata pero me dura poco la mejoría. Me siento muy
rígida. Reconozco que soy muy exigente y quiero todo a mi manera y bien hecho y rápido. Trabajo
20 horas al día y nunca me basta. Llego a casa deshecha y enojada, irascible... aunque no lo puedo
descargar con nadie. Vivo sola. Me voy a correr, correr, correr al atardecer... y así me relajo. Pero
duermo mal, inquieta. Me despierto pronto y se me llena la cabeza de todo lo que tengo que hacer...
quisiera cambiar eso.”
Tomo los últimos síntomas que me refiere y le doy NUX VOMICA 6L.M. Le digo que tome 3-
4 globulitos cada 2, 3, 4 días y que los vaya espaciando, pero que se mantenga una vez a la semana
hasta que nos veamos (ya que el stress que vive es un obstáculo para la recuperación total). Viene
dos meses después y me dice:

"¡Muy, muy bien! Una mejoría total de 70-80%. Siento todo el cuerpo mucho más relajado.
No me duele casi el cuello y la espalda. No grito más. Estoy mucho más capacitada para escuchar a
los otros y para dialogar. He decidido ir a hacer yoga. Me siento mucho más gusto con todo.
Quiero empezar a descubrirme “hoy". Pienso que en esta vida no he hecho más que hacer deberes
y correr. Siempre con un sentido de culpa si no llegaba a hacer las cosas bien a tiempo. Así era mi
madre, y mi padre era muy duro. Yo me parezco a él... pero no quiero. Quiero ser de otra forma.”

Le prescribo NUX VOMICA 12 L.M. 3- 4 globulitos cada semana 3 veces. Nos veremos tras
los nuevos análisis de las pruebas hepáticas para poder comparar resultados desde el punto de
vista del laboratorio. En este caso, nos encontramos con una paciente, podemos decir, fácil desde
el punto de vista de la complejidad patológica. Quizás esta facilidad ha permitido ver con tanta
claridad el buen resultado de los remedios en cuanto a su acción similar y en cuanto a su
transformación integral y total, tanto del cuadro morboso del momento existencial, que presenta
dos rotaciones, como desde el punto de vista del salto en el nivel de conciencia con la integración
individual y social de la paciente.

2.

Paciente varón de 65 años. Viene por las molestias de prostatitis que sufre desde hace 6
años y desde entonces toma los fármacos habituales. Se ha interesado por la homeopatía clásica y
quiere probar. También toma pastillas para la hipertensión (140/100). Me describe las molestias:

“No descanso porque me levanto casi 6 veces por la noche para orinar. A veces tengo que
esperar para empezar a orinar. El chorro es débil y sale lentamente. Tengo que esperar y goteo
después de que termino, así que tengo que esperar. Conclusión me vuelvo a la cama ya enojado
porque sé que además dentro de poco tendré que volver a levantarme. Un martirio. ¡No puedo
más! ¡Me dan ganas de cortarme todo! ¿De humor?... exasperado. Impaciente. Apresurado. Grito o
callo pero furibundo. ¡Quisiera escapar! ¡No soporto ni a mi madre, ni a mi mujer, ni nada! ¡Una
vida de asco! Grita una, grita otra, gritan las dos...Insoportable. No hay una cosa que les vaya
bien".

Le quito poco a poco los fármacos y le empiezo a dar NUX VOMICA 200k globulitos. 3-4
globulitos mañana y noche... y que me diga cómo está al menos dentro de una semana. Después
de 15 días el paciente empieza a estar más sereno y a levantarse solo cuatro veces Un poco menos
agitado, pero sigue el cuadro en un 70 por ciento. La presión alta pero con momentos de
normalización. Sigue tomando la Nux Vómica otros 15 días. Se le acaba y no toma más por 1 mes.
Viene a la consulta y le vuelvo a dar la Nux Vómica 1000 k, unos 3-4 globulitos por la mañana cada
2, 3 días. Y que me vaya avisando. Un mes después hay una neta mejoría de 85 por ciento estable
de todos los síntomas. Se levanta a orinar 1 ó 2 veces por la noche, pero más normal. Más
descansado y mucho menos exasperado aunque los motivos familiares no faltan. De hecho la
madre, con 92 años, aunque decrepita y en mal estado es muy exigente y manipuladora, como ha
sido siempre, pero ahora en modo insoportable y continuo. Se ha caído y se ha roto una pierna.
Todo esto ha supuesto una gran complicación para el paciente, pero no se ha agravado de sus
síntomas y se ha enfrentado a todo con bastante entereza. Ha reconstruido la casa para traer a su
madre a vivir con él y su mujer, estableciendo una especie de dependencia.

Le vuelvo a ver y esta vez le veo con su mujer. Su mujer se lamenta diciendo que él, desde
que ella se enfermó hace 30 años de Ca al seno, no quiso tener casi más relaciones afectivas ni
sexuales. No han tenido hijos. Él no se relaciona afectivamente con nadie. Tiene muchos amigos
pero son amigos un tanto superficiales aunque los ve con gusto. El paciente reconoce esto muy
taciturno, pero no da más explicaciones. Respecto a sus síntomas físicos me refiere su bienestar
pero añade que se le escapa la orina fácilmente y comenta su falta de deseo sexual y falta de
respuesta. Atendiendo a estos síntomas: apatía afectiva hacia la vida, falta de imperativo sexual,
disminución del deseo y de la erección, mejoría por continuos trabajos y esfuerzos, taciturno,
todo ello condicionado a la falta de reacción viril que manifiesta frente a la vida y el mundo
femenino (madre y esposa), me lleva a prescribirle SEPIA 6LM. 3-4 globulitos cada 3 días,
espaciando las dosis si se siente mejor.
Mi experiencia me ha enseñado, que los pacientes están acostumbrados a la medicina
convencional y a tomar algo frecuentemente y para toda la vida. Por este motivo es difícil que
sepan regularse con el remedio homeopático y frecuentemente toman demasiado. Yo observo
agravaciones medicamentosas leves pero frecuentes en mis pacientes por este motivo. Sin
embargo, al mismo tiempo, debido a la estabilidad de los cuadros crónicos, es necesaria la
repetición del remedio. Se hace complicado darles las dosis justas. Yo lo he resuelto dándoles un
límite de dosis y la posibilidad de que me informen por mail, cosa que obviamente es un aumento
de trabajo para mí enorme, pero no he encontrado otro modo de controlarlo. Si no se da la dosis
mínima, es decir, el remedio similimun a la potencia adecuada y el número indispensable de
suministraciones que hagan desencadenar la reacción curativa, el cuadro morboso no se moverá y
el paciente se decepcionará y se irá. No se puede olvidar que hoy el paciente está habituado al
"fast-food", una reciente infraestructura mental que impide algo necesario y fundamental: saber
observar, saber esperar, estar atento, dar tiempo a su vida para que se manifieste y desenvuelva y
darse tiempo a sí mismo para recuperar el equilibrio perdido. Dos meses después viene y me dice:

" Esta Sepia muy bien, eh? Bien, bien... mucho mejor. Casi, casi me siento con ánimo y todo.
Más sereno y si las cosas fueran mejor…con mi madre en casa es todo un manicomio. Pero yo estoy
mejor. Sólo que si dejo de tomar el remedio, es como que me quisieran volver un poco los síntomas.
No me vuelven pero ahí, ahí… como si estuvieran a la puerta.”

Por este motivo y por la naturaleza de la patología con sus síntomas, su cronicidad etc.,
decido darle MEDORRHINUM 10MK 3 globulitos una sola vez y espero sus noticias. Dejo de ver al
paciente durante más de 5 meses. Lo encuentro por accidente y me dice:

“Ese Miedo… no sé qué.. ¡SUPER! No tengo ya problemas. Me levanto alguna vez y casi me
parece imposible. Le digo a todo el mundo ¡que me has curado!… y que ¡viva la homeopatía tuya!”

3.

(Mayo 2013 / Marzo 2015). Casi 2 años de evolución

Varón de 51 años.
Me refiere que ha sido diagnosticado de un Adenoma Hipofisario hace 20 años con el
natural aumento considerable de la prolactina. (21) Me dice también que desde que era joven ha
tenido molestias nasales por la poliposis. (2)

"Más o menos desde entonces empecé a padecer de crisis de pánico fuertísimas que no me
permiten hacer nada (231). Antes viajaba, tenía ansia pero era controlable (su madre ha sido muy
ansiosa siempre). El inicio de todo lo recuerdo a partir de un día que, estando con una mujer con la
que tenía relaciones sexuales muy pasionales, de repente sentí que tenía pánico a esa pasión y a ir
más allá. (31) Dejé a la mujer. Me inhibí completamente aterrorizado. (13) Un año más tarde
conocí a mi actual mujer. Se quedó embarazada de una niña, y desde entonces estoy sereno pero
con muchos síntomas de impotencia (13). Me asusto si pienso lo que estoy haciendo (21) y pierdo
la erección durante el coito (31). Si no pienso, las cosas pueden ir bien, pero no tengo que pensar.
Cuando pienso algo de lo que tengo que hacer me pongo fatal y sudo (212), siento que me va a
pasar algo y me bloqueo completamente (23), y además siento continua angustia (31) y crisis de
pánico para todo. Tengo miedo a la muerte (23), miedo a una enfermedad grave (23). Con
claustrofobia (23). Y me siento muy confuso y confundo palabras cuando hablo (313). Todo se
incrementó cuando hace 6 años mi socio tuvo un infarto y murió. Desde entonces todo es intenso,
continuo, no duermo nada. (3) De noche (3) ceno mucho, como loco. (32) Me lleno de angustia. (3)
No puedo vivir del sentimiento de culpa (31) y el miedo de que alguien llegue de fuera para
decirme que tiene la culpa de algo, que ha quebrantado alguna Ley (31). Cada vez que quiero
disfrutar de algo natural, por ejemplo la sexualidad, un viaje, siento que algo me lo impide y me
bloqueo, lleno de miedo a la vida y a la muerte. Siento muchísima ansia entre la multitud, (113) en
supermercados grandes, en teatros, en los espacios públicos y en los sitios cerrados. Tengo miedo
de volverme loco. (23) Estoy hipocondríaco. (21) Me veo con todos los males que tienen los demás, y
tengo miedo de morir violentamente. (23).

Hasta aquí su primer relato. Obviamente estamos frente a un Diagnóstico Nosológico de


Neurosis de Angustia Fóbica - Pánica. Un Diagnóstico Sincrónico que comprende los síntomas ya
escritos más algunos corolarios digestivos de naturaleza común y poco significativos, como la
pesadez y el ardor de estómago - después de los ataques bulímicos- prurito en el ano , más
ragades. Síntomas antiguos comunes y mecánicos, como obstrucción crónica de ambos lados de la
nariz. Un Diagnóstico Miasmático que pone en evidencia la predominancia Syphilitica (21)-psórico
(15) sycósica (13) con un carácter muy intrincado, (entrelazado) de los miasmas, lo cual nos remite
ya a la enorme complejidad y dificultad de resolución. El Diagnóstico Integral no se precisa bien en
esta primera consulta pero se comprende que la patología viene por línea materna y ligada a la
vivencia materna. El Diagnóstico Individual nos pone de frente a un hombre aterrorizado por la
culpa y, como todo fóbico, deseando salir de una prisión interior revelada por la patología
focalizada en el cuerpo. Es decir, el significado de los pólipos nasales y del adenoma hipofisario:
pólipos nasales, no respirar y sentirse con la boca abierta; adenoma hipofisario, o dificultad de
ocupar su lugar como individuo.

El Diagnóstico Medicamentoso nos hace pensar provisoriamente que tendremos que dar un
medicamento de acción profunda y constitucional (capaz de cambiar una constitución). Dosis
repetidas, por la estabilidad del cuadro. Potencias altas, según la regla derivada de la
Experimentación Pura (es decir, superior a una 30ch). Con una cantidad de remedio muy diluida
por la extrema sensibilidad personal del paciente. Una vez hecho esto podemos repertorizar y el
resultado de la repertorización a través del Synthesis (Radar) es: Argentum Nitricum.

Le prescribo Argentum Nitricum 200ch porque la escala centesimal es más duradera en su


acción y más estable. Prescribo 3-4 globulitos cada 2,3 días y cuando tenga una crisis el remedio
"inerte". Propongo que me diga cómo va dentro de 15 días. Pasado ese tiempo el paciente me
dice que está más sereno. Después de un mes tomando el remedio, siente una mejoría de un 30%
y se siente con más energía.

Le aumento la potencia a 1000ch y le prescribo 3-4 globulitos cada 3, 4, 7 días más el


"inerte" cuando sienta una agudización, en cualquier momento incluso por la noche. El paciente
alterna con melatonina para dormir porque no consigue dormir bien, aunque algo ha mejorado. Ya
no come compulsivamente, los miedos disminuyen y son menos fuertes. Tanto es así que después
de 6 meses el paciente empieza a viajar otra vez, a tomar aviones, a ser activo, aunque persiste el
ansia pero mucho menos acusada. Va evolucionando y cambiando el predominio de los síntomas;
empiezan rotaciones de grupos totalitarios de síntomas y se van cambiando los remedios.
Progresivamente va tomando Calcium Silicatum 6LM, después 12LM, después pasa a Silícea 6LM y
el paciente reconoce que ha recuperado sus fuerzas y su vitalidad. Cuando paso a darle Silícea
12LM sufre una fuerte agravación medicamentosa que dejamos pasar y no toma nada por un
tiempo. Se presentan, y de forma más dominante todavía, el sentimiento de culpa y la sensación
de no tener derecho a la vida, a la felicidad, más la obstrucción nasal. Decide separarse de su
mujer, cosa que los dos hacen de común acuerdo. Los miedos a la muerte a la enfermedad etc.,
van progresivamente disminuyendo. Inicia otra relación y se siente muy enamorado. Tanto que la
nueva mujer le pide tener un hijo y él acepta. Cuando ella está embarazada, a los dos meses,
empieza a contarle cosas horribles de droga, prostitución y mafia y él, horrorizado y
desconcertado, deja la relación. De frente a esta nueva situación, sin embargo no retrocede
demasiado en su patología. Se agrava un tanto y le viene una gran sensación de inseguridad, culpa.
Se agudiza la impotencia y lógicamente tiene miedo de retomar una relación. Siente que vuelven
los ataques de pánico, pero disminuidos. El 5 de marzo 2015 viene a la consulta. Ha hecho pruebas
generales y han descubierto que ha desaparecido el adenoma hipofisario. Tiene todavía 2 pólipos
nasales y le han vuelto, después de los problemas con la última pareja, los síntomas de pánico en
un 30%. Vuelvo a darle Argentum Nitricum 200ch.

CONCLUSIONES.

En esta historia larga, aunque no está completamente desarrollada, se pueden ver varias
cosas muy interesantes que nos importan por cuanto el contenido del opúsculo:

a) el efecto absolutamente evidente de los remedios dados en cada momento incluso cuando
han sido inadecuados, como la Silícea 12LM que ha provocado agravaciones. Este hecho
vuelve a verificar la sensibilidad de transmisión de potencia del programa de
biorresonancia y la selectividad e individuación de las diferentes informaciones
vibracionales.

b) el proceso curativo y, por lo tanto, la corrección de la totalidad sintomática en modo suave


y progresivo, que se traduce, como bien escribe Hahnemann en el Órganon, en un estado
progresivo de salud individual y social. Como vemos, el paciente ha sido capaz, no obstante
su estado inicial fóbico y de cobardía, de volver a su actividad profesional, de separarse de
una mujer a la que ya no amaba, de rehacer su vida (aunque por desgracia ha ido mal por
parte de la pareja). Y con todo no ha recaído fuertemente en el estado de pánico inicial.

c) Ha desaparecido el adenoma hipofisario y con él su significado.

d) El paciente es capaz de atravesar el periodo de soledad que le corresponde en este


momento de su vida, lo cual indica un salto en el nivel de conciencia espiritual y de
madurez como persona, como hombre, así como un respeto a su genuina y legítima
dignidad. Todo ello necesario para poder emprender una nueva etapa con mayores
posibilidades de una moderada felicidad.

También quiero hacer notar que, ante la sorpresa y la curiosidad lógicas de los pacientes al
asistir “en directo y en vivo” a la preparación de los remedios por biorresonancia, se derivan varios
beneficios:

 Conversar con el paciente respecto a la homeopatía en todos sus aspectos.

 La sorpresa de la “súper-modernidad" y tecnología que les permite tocar con mano que
están frente a una ciencia de vanguardia y no frente a una ciencia retallada de cualquier
excéntrico alquimista medieval.

 La gratuidad del remedio puesto que, como está bien establecido legalmente, el médico no
puede vender los remedios. Los puede dar regalados. Y así es como debe ser.

 El paciente no se siente obligado a dividir su experiencia terapéutica en dos momentos


diferentes, la mayor parte de las veces discrepantes: el momento del encuentro con el
médico y el momento de hacer cola en la farmacia, ordenar el remedio, esperar que se lo
traigan preocupado por que no se confundan y que le traigan lo que ha pedido, o evitando
también las discusiones frecuentes con el dependiente quien le asegura que Aconitum es lo
mismo que Aesculus Hipocastanum, solo que tienen dos nombres diferentes, y que la
potencia 30ch o 10MK es igual porque ya se sabe, la homeopatía si no hace bien al menos
no hace mal. Si no es que el dependiente decide cambiarle la prescripción y recomendarle
algo "mucho mejor" guiñándole el ojo en secreto y dando a entender que el médico no
entiende bien.

 La importancia de recibir de manos del médico el remedio justo y completar así, en el


momento justo, la disposición terapéutica que se ha madurado durante todo el encuentro
de la consulta.

Sin duda, para nosotros, médicos homeópatas clásicos, las ventajas son múltiples: libertad,
seguridad, coherencia, posibilidad de sentir el bien del acto terapéutico completo, tanto desde el
punto de vista del arte - momento médico - como del método científico -momento prescriptivo -,
sabiendo con certeza que se ha cumplido sin interferencias todo el trabajo clínico. A mi entender
pues, en esta mi experiencia con el Homeo- Expert y con el nuevo sistema RemedyMaster, sólo
cabe la conclusión de que es un éxito.
Tenía pensado exponer 5 historias clínicas de casos crónicos. Sin embargo me parece
suficiente para satisfacer el objetivo de este pequeño opúsculo: la demostración de la eficacia
impecable de los medicamentos elaborados por medio del equipo de biorresonancia Bruce Copen.

He querido hacer partícipes de mi experiencia a todos los homeópatas clásicos del mundo,
para que puedan encontrar solución a tantas dificultades como se están verificando
cotidianamente en nuestra práctica médica, y para ayudarlos a que pierdan el temor de
experimentar el nuevo mundo que se está desarrollando en relación a instrumentos, ciencia y
saber. Haciéndolo así podremos conformar un criterio con base para saber científicamente lo que
es válido y lo que no lo es. También para qué sirve cada instrumento y discernir cuándo y cómo es
oportuno usarlo, e incluso si es o no oportuno usarlo en cada caso individual, tal y como se nos
transmitió en las enseñanzas Hahnemannianas.

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