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ABSTRACT: The present contribution analyzes, in a first part, the di- RESUMEN: El presente artículo repasa, en su primera parte, las
fferent institutional conceptualizations of landscape, mainly in Euro- diferentes definiciones institucionales de paisaje, principalmente
pe, with special reference to European Landscape Agreement, also, en Europa, con especial referencia al Convenio Europeo del Paisaje.
study of landscape character, in relation with the British experience. También aborda el estudio del carácter del paisaje, fundado en la
The second part of the paper studies the instruments of urban and experiencia británica. La segunda parte está dedicada al estudio de
territorial planning in Spain referred to the landscape, with a brief los instrumentos de ordenación territorial y urbanística de actuación
reference to two study cases: Menorca Island and the Campo of sobre el paisaje en España, para detenerse en los casos de la isla de
Criptana landscape mills. Menorca y los molinos del Campo de Criptaza.
KEY WORDS: Landscape, sustainable territorial development, terri- PALABRAS CLAVE: Paisaje, desarrollo territorial sostenible, terri-
tory, Spain, Europe. torio, España, Europa.
1. EL PAISAJE, CARÁCTER Y PERCEPCIÓN porque –con palabras de Roberto Gabino– “no se salva el
DEL TERRITORIO. LA CONTRIBUCIÓN
paisaje si no se salva el ‘país’” (Gambino, 2002: 56).
DEL CONVENIO EUROPEO DEL PAISAJE
El paisaje atraviesa hoy una situación paradójica y crítica. La territorialización del paisaje, es decir, el reconocimiento
El deterioro de conjuntos paisajísticos valiosos, la pérdida de que cada territorio se manifiesta paisajísticamente en
de tramas construidas del pasado y su sustitución por una fisonomía singular y en plurales imágenes sociales,
configuraciones repetidas y banales, sin integración en hace del paisaje un aspecto importante de la calidad de
el espacio heredado, o la difusión en la publicidad y en vida de la población; porque el paisaje es, ante todo, re-
los medios de comunicación de soberbios escenarios sin sultado de la relación sensible de la gente con su entorno
nombre y sin lugar, imágenes de consumo de una globali- percibido, cotidiano o visitado. Por eso mismo, el paisaje
zación desterritorializada, coinciden con una demanda so- es también elemento de identidad territorial, y manifesta-
cial creciente de paisajes de calidad y con la reivindicación ción de la diversidad del espacio geográfico que se hace
cada vez más extendida del derecho a vivir en entornos explícita en la materialidad de cada paisaje y en sus repre-
paisajísticamente dignos. sentaciones sociales. Se trata de una diversidad que resulta
de la articulación de lo físico, lo biológico y lo cultural en
Ciertamente el aumento del interés ciudadano por el paisaje cada lugar, un patrimonio valioso y difícilmente renovable,
hay que incardinarlo en el avance general de la conciencia que no debe quedar eclipsado por esa otra diversidad, la
ambiental; pero el eco que la cuestión paisajística está biológica, políticamente más asumida hasta ahora e inte-
alcanzando en los últimos tiempos tiene mucho que ver grada en el todo paisajístico.
con la creciente importancia de los problemas territoriales,
no sólo porque el deterioro del paisaje va estrechamente Desde el punto de vista de la acción pública, el emergen-
unido al consumo abusivo e imprudente del territorio, sino te entendimiento territorial del paisaje implica, frente a
planteamientos pasados que asociaban su tratamiento y humanos y de sus interrelaciones”. Se trata de una de-
defensa de modo casi exclusivo a iniciativas de protec- finición basada en preocupaciones a la vez ambientales
Nº 729
ción de la naturaleza, un compromiso político con todos y culturales, con una motivación eminentemente social y
los paisajes, con los más notables, singulares o exóticos, que, implícitamente, plantea la necesidad de superar los
pero también con paisajes más habituales, con los paisajes desencuentros disciplinares inherentes a la polisemia del
EL PAISAJE, PATRIMONIO Y RECURSO PARA EL DESARROLLO TERRITORIAL SOSTENIBLE. CONOCIMIENTO Y ACCIÓN PÚBLICA
rurales, con los periurbanos, con ese amplio repertorio de paisaje –concretamente los derivados de la contraposición
“paisajes ordinarios”, como se los ha llamado recientemen- objetivo-subjetivo–, de aprovechar todas las potencialida-
te (Dewarrat y otros, 2003), que constituyen el escenario des de una noción abierta e integradora, y de avanzar des-
de la vida cotidiana de millones de ciudadanos. De ahí de un instrumento jurídico como es el Convenio hacia la
que no pueda disociarse la salvaguarda de los valores del construcción de un proyecto transdiciplinar que responda
paisaje del gobierno del territorio; de ahí también la impor- al derecho al paisaje de la gente y al compromiso político
tancia, para el futuro de los paisajes, de la incorporación con la acción paisajística.
de criterios y objetivos paisajísticos en la planificación
territorial y el urbanismo (Zoido Naranjo, 2002), que, a La definición de la CEP se refiere en primer lugar al te-
distintas escalas, tienen encomendada la misión de for- rritorio, a “cualquier parte del territorio”. El paisaje tiene,
mular modelos territoriales en los que sean reconocidos pues, una base material concreta, referida no a nociones
y gestionados los valores del paisaje en sinergia con las más abstractas como espacio, área o suelo, sino a territo-
actuaciones sectoriales. rio, es decir, al espacio geográfico entendido como marco
de vida, como espacio contextual de los grupos sociales.
La territorialización del paisaje así entendida es, desde Asimismo, como hecho territorial el paisaje tiene también
el punto de vista político y jurídico, un hecho relativa- escalas diferentes, que afectan tanto a su estudio, como
mente reciente. La Estrategia Territorial Europea (ETE) al sentido y alcance de las determinaciones de ordenación
(Comisión Europea, 1999), acordada por los ministros y de proyecto paisajístico. La política de paisaje que el
responsables de ordenación del territorio de la UE en Convenio preconiza incumbe además a todo el territorio, a
1999, constituye un paso importante en el proceso de “cualquier parte” del mismo. Ahí reside de hecho la innova-
apertura del interés social y político por el paisaje a ción mayor del CEP y las implicaciones que se derivan para
espacios cada vez más extensos. Cuando la ETE trata la política del paisaje, una política que no puede reducirse
de las “amenazas sobre los paisajes culturales” y de la ya a la protección y a la tutela de lo notable, sino también
necesidad de una “gestión creativa” de los mismos como a la gestión de los cambios y a la ordenación de tantos
objetivo y opción política para el territorio de la Unión, paisajes no sobresalientes.
está refiriéndose de hecho a muchos de los paisajes rura-
les y urbanos de Europa, y no sólo al catálogo de los más Por eso mismo el Convenio no define lo que es bello o
notables o mejor conservados. Sin embargo, la Estrategia feo, y no asocia, como ha escrito Ricardo Priore (Priore,
no entiende todavía el paisaje como una cuestión que 2002), paisaje a una experiencia estética necesariamente
implica a todo el territorio. positiva. Las diferencias con la consideración del paisaje
en las normas de conservación de la naturaleza vigentes
Es la Convenio Europeo del Paisaje (CEP) (Conseil de o en la propia legislación urbanística saltan a la vista.
L’Europe, 2000) el que asume plenamente el sentido terri- Como evidente resulta también la capacidad de inter-
torial de la cuestión paisajística, es decir, la idea innovado- venir con objetivos de calidad paisajística en los terri-
ra desde el punto de vista jurídico y político, de que todo torios llamados “intermedios”, es decir, en las dilatadas
territorio es paisaje, de que cada territorio se manifiesta extensiones de suelo comprendidas entre lo protegido y
en la especificidad de su paisaje, independientemente de la ciudad, ámbito hoy de los cambios territoriales más
su calidad y del aprecio que merezca. intensos y de la experiencia paisajística cotidiana de
buena parte de la población. Aquí radica probablemente
Paisaje es, según el Convenio, “cualquier parte del terri- la potencialidad mayor de este concepto de paisaje para
torio, tal y como es percibida por las poblaciones, cuyo un diagnóstico crítico de los procesos insostenibles de
carácter resulta de la acción de los factores naturales y consumo de suelo y para una política comprometida con
cionario de la Lengua Española, “señal o marca que se de la historia del mundo que se expresa estéticamente en
imprime, pinta o esculpe en algo” y, asimismo, “conjunto el sentido de cada lugar. En los paisajes –señala Venturi
de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una Ferraiolo– “son individualizables las mutaciones sociales,
persona o de una colectividad, que las distingue por su la modificación de los modos de producción, de las formas
modo de ser u obrar, de las demás”. De hecho “character” urbanas, de los modos de vida, de la actividad laboral y
es el término que la Countryside Agency inglesa utiliza económica, sobre todo de la visión del mundo y de la vida”
para denominar a sus unidades de paisaje (character (Veturi Ferraiolo, 1999: 59).
areas) y para referirse a la diversidad paisajística de su
territorio: The Character of England (Countryside Com- Pero junto al papel decisivo del tiempo histórico en la
mission, 1998). configuración paisajística, asumir la naturaleza dinámica
del paisaje supone también dirigir nuestra atención a
El sentido de carácter como seña o marca que se imprime los procesos recientes, que hacen del paisaje un sistema
en algo –en este caso en el espacio geográfico–, está muy funcional en permanente movimiento, en el que circulan
próximo a la idea de “huella” que Jean-Marc Besse ha flujos de materiales, de energía, de organismos vivos
destacado recientemente en su ensayo sobre la aportación –incluyendo a los seres humanos– y de información.
geográfica al entendimiento del paisaje como fisonomía Este entendimiento sistémico y funcional, decisivo en la
del territorio explicada ambiental e históricamente (Besse, formulación de una ciencia moderna del paisaje (BOLÓS,
2000: 104-106). El paisaje es, en su configuración formal, 1992), es el que sustenta la aproximación ecológica al
la huella de la sociedad sobre la naturaleza y sobre paisajes conocimiento del paisaje. Para la Ecología “el paisaje no
anteriores, la marca o señal que imprime “carácter” a cada es tan sólo una estructura determinada –la foto fija– que
territorio. De aquí arranca justamente el entendimiento cambia con el tiempo, sino un sistema funcional en el que
del paisaje como patrimonio, un hecho que tanto aproxi- se dan flujos resultantes de procesos naturales o antrópi-
ma hoy, como veremos, a las políticas paisajísticas y de cos” (Rodà, 2003: 43).
patrimonio cultural.
La concepción patrimonial del paisaje a la que nos hemos
La referencia a las relaciones entre lo natural y lo hu- referido antes, implica al mismo tiempo su entendimiento
mano como configuradoras del carácter de cada paisaje como recurso, como elemento “valorizable” en las estra-
incorpora implícitamente otro aspecto esencial tanto tegias de desarrollo territorial (Ortega Valcárcel, 1999;
para la interpretación del hecho paisajístico (realidad Sanz, 2000). Éste es otro aspecto esencial del concepto
material y percibida), como para su ordenación. Me re- de paisaje para la gestión sostenible del territorio que de-
fiero al carácter dinámico del paisaje (porque dinámicas fendemos aquí. En esa línea se manifiesta explícitamente
son tales relaciones) y a la necesidad de considerar el la Estrategia Territorial Europea cuando se refiere a la
tiempo, histórico y reciente, en la compresión de la di- “gestión creativa de los paisajes culturales”. La Estrategia
versidad paisajística y en las propuestas para su gestión. destaca que los paisajes culturales contribuyen “a través
Los paisajes aparecen ante el observador como un magno de su singularidad, a la identidad local y regional”, pero
documento territorial para ser leído e interpretado, he- a renglón seguido se señala su interés como elemento de
rencia transmitida a lo largo del tiempo y memoria de atracción turística, hasta el punto de que “la conservación
cada lugar (Schama, 1995). de estos paisajes es importante, pero no puede obstaculizar
en exceso o incluso hacer imposible su explotación econó-
El contenido histórico del paisaje, es decir, el hecho de que mica”. En una posición similar se sitúa el Convenio Euro-
cada paisaje es lugar de lectura del mundo en su comple- peo, que en su Informe Explicativo incardina la política de
jidad –“el espacio donde contemplar nuestra historia”–, paisaje dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de
con plena autonomía de la primera fase analítica del un tratamiento exhaustivo de las dinámicas y de la calidad
proceso. del paisaje.
– El énfasis en el potencial de uso del paisaje a diferentes La Countryside Agency ha reconocido, en relación con la
escalas. propuesta tipológica de The Character of England, que se
trata de estudios top-down (de arriba a abajo), pero con
– La necesidad de incorporar a los agentes sociales impli- la virtualidad de ofrecer una panorámica de la diversidad
cados en la construcción y el uso del paisaje. paisajística para un gran territorio y de servir de marco
a estudios de identificación de mayor detalle, concre-
Los métodos de estudio del paisaje para la acción pai- tamente a los Landscape Character Assessments de las
sajística, tanto los dedicados a la ordenación y gestión de demarcaciones subregionales y locales (The Countryside
sus valores, como los de naturaleza más proyectiva o de Agency-Scottish Natural Heritage, 2002, capítulos 2 y
diseño –tradicionalmente asociados a la arquitectura del 6). Un procedimiento similar ha guiado la obra Regional
paisaje– coinciden hoy en la necesidad de leer y entender Distribution of Landscape Types In Slovenia (Marusic, J. y
el carácter de cada paisaje. La lectura comprensiva se lle- M. Jancic 1998) o el Atlas de los paisajes de España (Mata
va a cabo a través del conocimiento de los componentes Olmo y Sanz Herraiz, 2003)4.
y las reglas que rigen su materialidad evolutiva –reglas
históricas en muchos casos–, y mediante la identificación Este último, publicado por el Ministerio de Medio Am-
y caracterización de las configuraciones que expresan, a biente tras un trabajo de varios años de identificación y
diferentes escalas, la diferencia de un paisaje respecto de caracterización sistemáticos del paisaje del conjunto del
sus vecinos. territorio español permite, a la escala adoptada (1:200.000
para la Península y 1:50.000 para los archipiélagos), una
La tarea de caracterización, en la que debe sustentarse lectura sistemática de la diversidad del paisaje de España.
cualquier proyecto de paisaje, adquiere, pues, un papel La caracterización y clasificación paisajística del Atlas se
central, porque la intervención paisajística ha de velar construye de abajo a arriba, es decir, a partir de las 1.262
por el mantenimiento, la mejora y el realce del carácter unidades de paisaje o simplemente paisajes, que se han
de cada paisaje, y, en el caso de una actuación creativa, identificado y cartografiado. Esas “unidades” se definen, a
concebirla y desarrollarla sobre la base del conoci- la escala de trabajo adoptada, por su homogeneidad rela-
miento profundo de los mecanismos de producción y tiva (que no excluye en numerosos casos, sobre todo en los
de transformación de los paisajes afectados (CEPAGE, paisajes de montaña, cierta heterogeneidad morfológica
2004: 20). y funcional internas) y sus diferencias con respecto a los
paisajes contiguos. La singularidad es, por ello, su rasgo
El énfasis en el carácter del paisaje como objeto de la más característico y resulta de las relaciones particulares
acción paisajística, de todo aquello que hace a cada parte que se establecen en cada caso entre las comunidades
del territorio distinta de otra y le otorga identidad, está locales y su territorio.
promoviendo estudios sistemáticos de caracterización del
paisaje. En este aspecto la escala condiciona grandemente Ese millar largo de paisajes se agrupan en “Tipos de paisa-
la naturaleza del estudio paisajístico. A escalas pequeñas, je” –el segundo nivel de la taxonomía– , de los que se han
para el tratamiento de territorios grandes, los métodos identificado, cartografiado y descrito un total de 116. Cada
están dirigidos, preferentemente, hacia la identificación, Tipo resulta de la agrupación de unidades cuyas estructu-
caracterización y expresión gráfica y cartográfica de la ras se repiten en el territorio. A la escala de trabajo del
diversidad paisajística del territorio. Por su escala, son Atlas y teniendo en cuenta sus objetivos, los tipos aportan
y complejo en el que las aspiraciones de la gente ponen en general, a integrar sus objetivos y determinaciones
también de manifiesto contradicciones e incoherencias de paisaje en los instrumentos reglados de ordenación
que es preciso contrastar con el juicio experto (Fernández del territorio subregionales y sectoriales. Así han venido
Muñoz y Mata Olmo, 2004). funcionando distintos tipos de Landscape Character As-
sessments en el Reino Unido con respecto a diferentes
La escala y el tipo de documento en el que ha de plasmarse figuras de planificación territorial y urbanística, o las
el proyecto de paisaje son, como acabamos de decir, deci- Cartes Paysagères en Francia en relación con la planifica-
sivos a la hora de concretar el desarrollo de los objetivos ción de los parques naturales regionales y otros espacios
de calidad paisajística. No interesan aquí los instrumentos supramunicipales.
de naturaleza territorial y urbanística, especialmente los
de ámbito subregional y municipal, sin perjuicio de los de La política catalana del paisaje parece optar también por
carácter sectorial (por ejemplo, los de ordenación de los esta vía, mediante la incorporación con carácter norma-
recursos naturales o defensa del patrimonio cultural). La tivo de las denominadas Directrices de Paisaje a cada uno
escala subregional, más o menos próxima según comu- de los siete Planes Territoriales Parciales, así como a los
nidades autónomas a las comarcas histórico-naturales o Planes Directores Territoriales, a partir de los resultados
a las áreas funcionales, ha sido consagrada por todas las analíticos y proposititos de los llamados Catálogos de
normas de ordenación del territorio autonómicas como Paisaje; los Catálogos son definidos por el artículo 9 de
ámbito de planificación territorial entre la comunidad la Ley de 2005 como “documentos de carácter descriptivo
autónoma y el municipio. Desde el punto de vista de la y prospectivo que determinan la tipología de los paisajes
ordenación del paisaje, constituye una escala adecuada de Cataluña, identifican sus valores y estado de conser-
para la concreción de objetivos de calidad y de líneas de vación y proponen los objetivos de calidad que han de
actuación (con el alcance normativo que corresponda en cumplir”. Lo interesante –y lo positivo– de la opción cata-
cada caso), entre otras razones porque es a esa escala a lana es que se garantiza la coordinación y la integración
la que suelen fraguarse las identidades paisajísticas y a la del instrumento paisajístico –el Catálogo– en la figura
que es pertinente actuar con coherencia, por encima de los reglada de planificación subregional –el Plan Territorial
límites en general más arbitrarios de los municipios. Parcial– en forma de Directrices de Paisaje; se le reconoce
especificidad a la ordenación del paisaje, pero dentro de y
Por su parte, los ayuntamientos tienen también atribuida a la misma escala de la planificación territorial integral,
en la tradición urbanística española la misión de ordenar con una proyección muy necesaria también hacia las
sus respectivos territorios municipales a través de planes políticas sectoriales de incidencia territorial a través las
urbanísticos; el paisaje ha sido, desde la primera Ley de recomendaciones paisajísticas para los Planes Directores
Suelo de 1956, objeto de atención por parte del legislador Territoriales.
con un objetivo eminentemente proteccionista y un con-
tenido sobre todo morfológico y visual, de aplicación tanto La otra posibilidad es abordar el análisis y la ordenación
al espacio urbano como al suelo rústico o no urbanizable del paisaje dentro de los instrumentos reglados de plani-
(Martínez Nieto, 1993). Junto a las normas de aplicación ficación territorial de ámbito subregional. Así se ha hecho,
directa, la legislación urbanística establece también desde por ejemplo, en los planes territoriales de Andalucía (hay
1956 la planificación especial; tanto las normas directas aprobados hasta el momento un total de cinco y otros
como las especiales han dado poco juego hasta la fecha, nueve en fase de redacción), o en los Planes Territoriales
pese a que uno de los objetivos de los Planes Especiales Insulares de las Illes Balears, como el ya mencionado Plan
es justamente “la protección del paisaje, para conservar Territorial Insular de Menorca, y al que ahora me referiré,
determinados lugares y perspectivas”. o en algunos de Canarias5. Aunque hay diferencias en los
La clasificación de suelos rústicos de especial protección terio para la declaración de suelos rústicos o no urbaniza-
por sus altos valores ecológicos y paisajísticos y buen bles protegidos. La normativa urbanística y de ordenación
estado de conservación del territorio del Estado y de las comunidades autónomas
señala el paisaje, sin excepciones, como razón declarativa
Además de incorporar y de diferenciar internamente, con- de aquel tipo de suelo, siguiendo ya una tradición de la
forme a la DOTIB, las Áreas Naturales de Especial Interés legislación urbanística española de los últimos decenios,
(ANEI) y las Áreas Rurales de Interés Paisajístico (ARIP), bien es cierto que muy poco utilizada.
declaradas por la Ley 1991, al PTI le ha correspondido la
fundamental tarea de definir una serie de categorías de Por la experiencia con la que vamos contando el criterio
suelo rústico de especial protección (artículos 58 a 61; paisajístico tiene, por una parte, la capacidad de excluir
norma de inmediata, directa y plena aplicación) y la orde- de la urbanización áreas del territorio que pueden no
nación urbanística de las mismas. De las cuatro categorías contar con otros méritos de conservación al uso y sí con
definidas, dos son las más importantes tanto desde el unos paisajes característicos y bien conservados; por otra
punto de vista territorial como paisajístico, a saber: parte, los valores del paisaje tienen también la virtualidad
de reforzar otros criterios de protección (como los agrí-
– Las Áreas Naturales de Interés Territorial (ANIT), esta- colas, ganaderos o forestales, habituales en la legislación
blecidas para la salvaguarda de los valores ecológicos urbanística), debilitados frecuentemente en territorios
del paisaje y la conservación de la biodiversidad: teselas sometidos a fuerte presión urbanizadora.
forestales, conectores ecológicos y márgenes de espacios
naturales protegidos (tanto de ANEI, como del Parque En el caso de PTI se han establecido, como ha quedado
Natural de S’Albufera des Grau). dicho, unas “Áreas de Interés Paisajístico” (AIP) entre los
suelos rústicos de especial protección. Este tipo de suelo
– Las Áreas de Interés Paisajístico (AIP), referidas a con- requiere una aclaración para comprender su real significado
figuraciones rurales de singular valor y aprecio social, en el contexto más amplio de los suelos rústicos protegidos
así como a algunos elementos destacados del relieve, no del Plan y su relación con otras iniciativas paisajísticas.
incluidos en uno y otro caso en ANIT.
Leídas fuera de contexto, las AIP podrían hacer pensar que
Algún comentario merece desde el punto de vista metodo- sólo ellas integran los suelos con méritos paisajísticos de
lógico la consideración de la calidad del paisaje como cri- conservación desde el punto de vista territorial. Y nada más
La propuesta del Plan en esta materia, dentro de sus posi- • Indicación desde el PTI de la áreas y aspectos de prefe-
bilidades y teniendo muy presente la carga paisajística que rente orientación de la política sectorial agropecuaria y
presentan ya otras de sus determinaciones sectoriales, se forestal con objetivos de calidad ambiental y paisajís-
han dirigido sobre todo a la gestión y mejora de ámbitos tica.
apantallamientos, contaminación visual y banalización 3.2. La escala local: un Plan Especial para la
del paisaje. defensa del paisaje como “entorno” del
conjunto patrimonial de los molinos
• Establecimiento de medidas específicas de ordenación de Campo de Criptana6
de los frentes urbanos y de sus entornos que eviten la
transformación, el deterioro o el empobrecimiento de La escala municipal constituye, como se ha dicho, otro
los valores paisajísticos. ámbito de interés para la defensa y puesta en valor del
patrimonio paisajístico. La normativa urbanística, tanto
• Desarrollo de criterios y normas de actuación que per- general como especial, lo permite y propicia. Resumimos
mitan la integración de elementos o actuaciones en el a continuación nuestra experiencia derivada de los estu-
entorno de los núcleos. dios previos y de la propuesta de ordenación del paisaje
en el entorno de un Bien de Interés Cultural, que por su
• Tratamiento paisajístico del tejido periurbano de los alto valor patrimonial constituye a la vez un recurso de
núcleos, orientado a la recualificación formal de dichos desarrollo territorial para la localidad y la comarca en la
espacios. está emplazado.
paisajes, de los que forman parte y en los que adquieren urbano (barrio del Albaicín) son el resultado, por una parte,
todo su sentido interpretativo los elementos singulares de de la configuración topográfica de la Sierra y del empla-
interés patrimonial. zamiento concreto de los elementos citados en relación
con el relieve; por otra, de la disposición y frecuentación
No es exagerado afirmar que el extenso término municipal de las vías de comunicación, sobre todo carreteras, pero
de Campo de Criptana constituye una valiosa síntesis de los también caminos rurales, más habitualmente utilizadas
paisajes de La Mancha central. En su territorio están presen- para la visita, el paseo o, simplemente, para desplazarse
tes los distintos elementos del paisaje de la planicie man- por el entorno de la Sierra.
chega que, articulados en el espacio geográfico, configuran
al menos cuatro grandes unidades de paisaje, cuatro expre- Sobre estas bases, el Plan Especial ha definido el entorno
siones morfológicas y funcionales distintas dentro de ese del Bien de Interés Cultural con finalidad y criterios pai-
mundo aparentemente monótono de la planicie manchega: sajísticos. Garantizando unas posibilidades de crecimiento
la Sierra de los Molinos, donde está emplazado el BIC; los urbano razonable para la villa manchega, y asumiendo los
viñedos de los llanos del Záncara; las labranzas latifundistas principios y objetivos del Convenio Europeo del Paisaje, el
y laguna del Salicor; y los llanos de Miguel Esteban. instrumento urbanístico establece criterios de protección y
de gestión para un sector del casco urbano estrechamente
Por otra parte, al pie de la Sierra existe una zona, por la que ligado al conjunto monumental de los molinos, pero tam-
se accede a los molinos, formada por un conjunto urbano bién –y ahí reside su novedad y su compromiso con una
de casas populares encaladas, estrechas calles, con tramos nueva cultura del territorio– para una parte significativa
de fuerte pendiente, resuelta en algunos casos con esca- del espacio rural contiguo al perímetro urbano por el hecho
linatas; las viviendas son pequeñas, de una o dos plantas, de constituir el contexto paisajístico (histórico-cultural y
con patios y corrales. Aquí se sitúan también unas típicas visual) en el que se integra, se percibe y se interpreta el
viviendas-cueva, que dan singularidad al conjunto. El in- monumento ya protegido.
dudable interés etnográfico de este conjunto urbano junto
a sus valores escénicos en relación con el Sitio Histórico Junto a la ordenación específica, de naturaleza eminente-
justifican el interés que los estudios previos del Plan Espe- mente urbanística, que se establece para cada una de las
cial le han prestado, analizando su evolución genética, y su zonas integrantes del entorno, el Plan Especial constituye
actual configuración morfológica y funcional, y elaborando también una oportunidad para plantear acciones positivas
un “Estudio tipológico de casas-cueva”. y una estrategia para la puesta en valor del conjunto que
forman el área molinera y el paisaje. Las acciones se con-
Pero el paisaje, además de morfología y de modelado his- cretan, en primer lugar, en la intervención material sobre
tórico del territorio sobre la naturaleza, es también visión, los molinos –el núcleo del BIC–, así como en la ordenación
percepción individual y colectiva de las fisonomías –así de los accesos y de la movilidad interna (un aspecto im-
lo señala acertadamente el Convenio de Florencia–. La portante de la experiencia turística), y en el tratamiento
aproximación perceptiva que este Plan Especial adopta vegetal y ajardinamiento del área molinera.
para el tratamiento, gestión y salvaguarda del entorno
paisajístico del Sitio Histórico de la Sierra de los Molinos Pero el documento urbanístico lanza también y diseña las
no es, por ello, meramente visual, interesado sólo por la líneas básicas de un Plan Estratégico de gestión integral del
“visión” de los molinos, sin perjuicio de la necesidad de Plan Especial, en el que se incluyen así mismo iniciativas
velar por las vistas. El objetivo del Plan en lo paisajísti- para explotación económica y turística, y para la generación
co es además, y sobre todo, contextual e interpretativo, de alianzas con otros productos y servicios turísticos de la
es decir, garante de la capacidad que el paisaje rural y región o del entorno inmediato a Campo de Criptana.
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