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V e r a n o 2 0 0 6 . Número 27
XXI.
3 €. S i g l o

ENCUENTROS
José Antonio Pérez Bowie. Rodolf Sirera. Xabi Puerta.
Javier Maqua Lara. José García Templado
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S U M A R I O
3. Tercera [a escena, que empezamos]
(Revista de la Asociación de Autores de Teatro)
DIRIGE LA REVISTA LA JUNTA DIRECTIVA DE LA AAT
Crónica de un encuentro largamente esperado (I)
PRESIDENTE DE HONOR Jesús Campos García
Antonio Buero Vallejo
PRESIDENTE 4. Escritura teatral y nuevas tecnologías
Jesús Campos García José Antonio Pérez Bowie
VICEPRESIDENTE
Domingo Miras Molina
SECRETARIO GENERAL
9. De la televisión al teatro: una contaminación no siempre
Santiago Martín Bermúdez positiva (o un viaje para el que no siempre se consigue billete de retorno)
TESORERO Rodolf Sirera
José Manuel Arias Acedo
VOCALES
Fernando Almena Santiago
13. Memoria de forma (siete tesis sobre la escritura dramática)
Ignacio Amestoy Eguiguren Xabi Puerta
María Jesús Bajo Martínez
David Barbero Pérez
Fermín Cabal Riera
18. El teatro en el cine
Javier Maqua Lara
Poli Calle Soriano
Ignacio del Moral Ituarte
Salvador Enríquez Muñoz 24. El teatro y las nuevas tecnologías:
Miguel Murillo Gómez
Paloma Pedrero Díaz-Caneja
cohabitación o contaminatio
Alfonso Plou Escolá José García Templado
José Sanchis Sinisterra
Virtudes Serrano García
Miguel Signes Mengual
28. Casa de citas o camino de perfección
Rodolf Sirera Turó
CONSEJO DE REDACCIÓN
29. Cuaderno de bitácora
Ignacio Amestoy Eguiguren Yo, Satán
Fermín Cabal
Antonio Álamo
Jesús Campos García
Ignacio del Moral
Salvador Enríquez 31. Libro recomendado
Santiago Martín Bermúdez
Domingo Miras Hilos de tiempo, de Peter Brook
Virtudes Serrano José Henríquez
Miguel Signes Mengual
EDITA
AAT
34. Reseñas
DEPÓSITO LEGAL
Catálogo de Autores Dramáticos Andaluces, de Lola Vargas-Zúñiga.
M-6443-1999 Por Rafael Bonilla
ISSN Castañuela 70 (esto era España, señores). Por Fermín Cabal
1575-9504 Teatro de papel 2, de Manuel Lourenzo e Itziar Pascual.
DISEÑO, MAQUETACIÓN E ILUSTRACIONES
Por Francisco Javier Díez de Revenga
Martín Moreno y Pizarro
www.mmptriana.com
IMPRIME 39. El teatro también se lee
J.A.C. Ruth Miguel Franco
PRECIO DEL EJEMPLAR
3€
SUSCRIPCIÓN ESPAÑA (4 NÚMEROS ANUALES)
40. 1 de junio de 1936. El estreno del Fermín Galán
9€ José Monleón
OTROS PAÍSES
12 €
REDACCIÓN, SUSCRIPCIÓN Y PUBLICIDAD:
C/ Benito Gutiérrez, 27-1.º izq. 28008 Madrid
Tfno.: 915 43 02 71. Fax: 915 49 62 92
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R E A L I Z A S U S A C T I V I D A D E S C O N L A AY U D A D E :
Las puertas del drama
(Cabecera inspirada en una frase de El público
de Federico García Lorca)

Queda rigurosamente prohibida


la reproducción total o parcial
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sin la previa autorización por escrito
de sus autores y de la AAT

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Tercera
[A escena, que empezamos]

o cuando se quiso, sino cuando »5) Pero, sobre todo, debatiremos de las estrategias gre-

N
se pudo, finalmente, volvimos a miales que el colectivo de autores habrá de poner en
Castilla. Doce años después de práctica,o habrá de demandar a otras instancias,con el
nuestro encuentro a la orilla del fin de recuperar la posición que la literatura dramática
Tormes, los autores de teatro española tuvo en nuestra sociedad; sociedad, no lo ol-
nos reuníamos de nuevo —esta videmos,a la que expresa,emociona o divierte,al tiem-
Jesús Campos García vez junto al Duero—, sin más po que se constituye en una de sus más emblemáticas
propósito que el de airear las re- señas de identidad».
cámaras de nuestro oficio, por ver si entre lo que se hace y Curiosamente,y contra lo que era de prever,casi siempre se
lo que aún queda por hacer,podíamos sacar algo en claro. habló de lo propuesto, aunque tal vez se olvidó con dema-
Como en todo Congreso que se precie, también en este se siada frecuencia —es una opinión personal— que el fin úl-
propuso un eje temático,para que los ponentes pudieran sal- timo de todo cuanto se ponía en cuestión era fortalecer el
társelo a la torera,y así la convocatoria rezaba de esta guisa: vínculo entre la literatura dramática y los espectadores.Una
«Vamos al encuentro preocupación que,sin lugar a dudas,siempre está presente
»Vamos al encuentro de nuestros conciudadanos, de aque- en el inconsciente del colectivo, pero que a mí me hubiera
llos con los que compartimos memoria y tradición.Autores gustado ver de forma más explícita.
y espectadores tenemos una cita pendiente; una cita en el En cualquier caso, fueron muchas las ponencias que des-
entendimiento, en la expresión común.Y a los autores nos pertaron un gran interés,alguna de forma aislada y otras en
corresponde el análisis de las causas que la impidieron en el su conjunto.Entre estas últimas,las que trataron temas rela-
pasado o que actualmente la dificultan. Pero, sobre todo, cionados con la literatura dramática y el audiovisual,en sus
nuestra debe ser la iniciativa de propiciar la mutua comuni- distintas modalidades.Así quedó patente,tanto en las expo-
cación.Ese es el objetivo del Congreso que la AAT organiza siciones como en los debates, que estos nuevos soportes,
en Soria,y con ese propósito hablaremos: lejos de sernos ajenos —tal como en otros foros pudo de-

CRÓNICA DE UN ENCUENTRO
LARGAMENTE ESPERADO (I)
»1) Del bagaje,personal y colectivo,sobre el que se sustenta la cirse—,son tan válidos como el escenario para representar
literatura dramática; de la necesidad común de que esta la realidad a través de sus conflictos.Y es que las formas flui-
exista, de los ingredientes de la creación y de las estrate- das provenientes de la narrativa, que durante algún tiempo
gias comunicativas que se establecen en el“Plan Director” predominaron en la ficción audiovisual, parecen perder
del futuro espectáculo que es un texto dramático. presencia frente al mayor vigor de la estructura dramática.
»2) De su representación teatral, de las aportaciones con De hecho, cada día son más los autores teatrales que escri-
que la producción, la dirección y la interpretación enri- ben para estos medios.
quecen nuestra obra.Y también de las tergiversaciones, Y cabe aquí preguntarse cómo es que esos mismos autores
las manipulaciones o las frivolidades que, en ocasiones, que logran en la pantalla audiencias millonarias no consi-
menoscaban los valores del texto. guen estrenar con regularidad en nuestros teatros. ¿Faltan
»3) Y de cuando la literatura dramática se difunde en otros autores, o faltan empresarios, directores y programadores
soportes: los audiovisuales, los libros, la red..., con es- con capacidad para apostar por nuestros textos,sin necesi-
pecial énfasis en los primeros, así como de las influen- dad de que estos ya hayan sido probados en el pasado o en
cias que TV, teatro y cine se ejercen mutuamente. el extranjero? ¿No será que esta sobredosis de repertorio
También podrá abordarse la recepción de los distintos que padecemos es solo la consecuencia de la inutilidad de
géneros dramáticos en función de los soportes en los quienes lo frecuentan? Necesitamos profesionales que
que se realice su comunicación. sepan discernir qué propuestas tienen viabilidad y arries-
»4) Mas no solo de la vertiente creativa de la literatura dra- gar.Arriesgar como se hace en estos nuevos soportes: do-
mática; también de su difusión, de los colectivos a los tando de medios la apuesta —buena técnica, buenos
que se dirige y de los diferentes ámbitos territoriales (au- repartos,buena promoción—,porque,de lo contrario,si se-
tonómico,estatal,comunitario) y lingüísticos en los que guimos jugando siempre a lo seguro, lo que en realidad es-
esta ha de encontrar su interlocutor natural. tamos asegurando es la mediocridad.
[continuará en el número 28]

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Escritura teatral y

[ José Antonio Pérez Bowie ]


Universidad de Salamanca

Considero que el enunciado que antecede, y que se me propuso para mi intervención,


implica la consideración de dos aspectos bien diferenciados: uno, sin duda el más
obvio e inmediato, el de la repercusiones que las nuevas tecnologías pueden tener
sobre el teatro espectáculo; el otro, y supongo que es el que más interesará a ustedes
como gente que escribe para la escena, el de los efectos de esas tecnologías sobre
la propia escritura teatral.

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y nuevas
tecnologías
Comencemos por el primero de ellos y co- el diálogo se desarrollaba.Con la incorpora-
mencemos recordando algo archisabido: la ción de la luz eléctrica comienza a quebrar-
estrecha dependencia que siempre han man- se esa ilusión de verdad,en principio por la
tenido los espectáculos teatrales con la tec- fragmentación del espacio, que pierde su
nología disponible en su momento. Desde la solidez y su estabilidad y, a continuación,
rudimentaria machina del teatro greco-lati- por la consiguiente crisis que experimenta
no, de donde se hacía descender al deus en- la noción de personaje «bien construido»,
cargado de resolver el conflicto que el abordable y explicable en su coherencia
dramaturgo era incapaz de solucionar por psicológica,que desaparece para dar paso a
procedimientos racionales, hasta los escena- sujetos igualmente fragmentarios inconsis-
rios virtuales de la actualidad, el espectáculo tentes, sumidos en una permanente crisis
teatral ha ido perfeccionando e incrementan- de identidad y cuyas conductas obedecen a
do su capacidad de fascinar a la par que in- impulsos inexplicables. La luz eléctrica su-
corporaba nuevos medios técnicos para pone, pues, en la medida en que facilita un
ofrecer al espectador el simulacro de realidad escenario menos constreñido por limitacio-
que demandaba. No es ahora ocasión de tra- nes espaciales y con un gran potencial de La tecnología de la
zar una historia del desarrollo de la tramoya y sugerencia, el factor desencadenante de la imagen no ha dejado de
de la escenografía,pero sí quisiera detenerme crisis de la estética naturalista y la apertura
con brevedad en dos aportaciones cruciales de las nuevas vías por las que transitará el perfeccionarse y el
que entre los años finales del siglo XIX y los teatro a lo largo del siglo XX.
teatro en su dimensión
primeros del XX van a contribuir de un modo Otro nuevo embate definitivo contra la
decisivo a las transformación de la concep- pervivencia del naturalismo escénico lo su- espectacular se ha
ción tradicional del arte escénico. pondrá algunas décadas después la irrup-
La primera de ella es la luz eléctrica; su ción del cine.El potencial de realismo que la servido continuamente
aparición se produce justo en el momento pantalla era capaz de transmitir,la predispo- de ella, como se
en que el naturalismo escénico había alcan- sición de los públicos a asumir como «rea-
zado una perfección absoluta en la mímesis les» las imágenes proyectadas en ella (su sirvió del propio
de la realidad y los personajes de Ibsen «se carácter silente y su ausencia de color pro-
cine en su momento.
sentaban a hablar» («Siéntate, tenemos que porcionaban, sin duda, el «efecto extrañan-
hablar», es —recuérdese— la frase con la te» que las hacía parecer «más reales que la
que, en Casa de muñecas, Nora inicia la realidad»), a considerarlas como la más aca-
conversación en la que planteará a Torwald bada muestra de mímesis, obliga al teatro a
su decisión de poner fin al matrimonio de renunciar definitivamente a sus pretensio-
ambos),a desnudar sus almas ante el espec- nes naturalistas y a retomar estrategias ante-
tador y a analizar pormenorizadamente sus riores: ello se traduce en un proceso de
sentimientos, ofreciendo con ello la ilusión «reteatralización» que se desarrolla a lo largo
de que el intrincado mundo interior del ser de todo el siglo XX (la farsa será un género
humano era cognoscible y expresable a tra- profusamente cultivado) y que conlleva la
vés de la palabra; ilusión tan inconsistente insistencia en el carácter ficcional del uni-
como la del simulacro escenográfico de los verso que se presenta,la exhibición sin com-
confortables espacios burgueses en los que plejos de los mecanismos productores de

Escritura teatral y nuevas tecnologías 5


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esa ficcionalidad e, incluso, en su último una comisaría; y Eva al desnudo (All about
Un campo inquietante tramo, el cuestionamiento del propio dis- Eve, de Mankiewicz), cuya historia no pro-
que se abre ante curso no sólo como medio de producir fic- cede de ningún texto dramático previo,pero
ciones, sino incluso como instrumento de que, al desarrollarse en ambientes teatrales,
nosotros es el de la comunicación. Pienso que, por otra parte, nos induce a interpretar su teatral puesta en
no resulta aventurado conectar ese proceso escena como un homenaje consciente del
relación dialéctica entre
de reteatralización con un proceso de inte- director a ese mundo. Otro momento de re-
imagen viva e imagen lectualización paralelo, cuyo origen está torno del cine a la teatralidad lo estamos vi-
igualmente en el cine:al arrebatar este al tea- viendo en nuestros días en la obra de
virtual, que llevará a la tro los ingenuos públicos populares, aman- realizadores con vocación «culturalista» que
fusión del espectáculo tes de la truculencia, el melodrama y la llevan a cabo en sus puestas en escena fílmi-
aparatosidad escenográfica,los dramaturgos cas una exacerbación de la teatralidad inhe-
teatral y del audiovisual se ven en la obligación de satisfacer las exi- rente al texto de partida a manera de guiño
gencias de un espectador más cultivado y re- intertextual o de homenaje a determinados
trasgrediendo
flexivo. Don Miguel de Unamuno, cinéfobo géneros teatrales; baste citar al respecto fil-
definitivamente recalcitrante,ya lo intuía en 1918: mes como Otón, de Jean Marie Straub y Da-
niel Huillet (1979), Prospero’s books, de
las nociones El éxito del cinematógrafo creo que aca-
Peter Greenaway (1991),a partir de La tem-
bará por influir favorablemente en el arte
convencionales de dramático haciéndole volver a su primi- pestad, de Shakespeare, Dogville, de Lars
tiva severidad de desnudez clásica y von Trier (2002),y en nuestro cine,los musi-
tiempo y espacio. dejando para aquel otro lo que es orna- cales de Carlos Saura o la adaptación de El
mentación escénica. El que vaya a ver y a perro del hortelano, de Lope de Vega, lleva-
oír un drama ha de ir a verlo y a oírlo, y da a cabo por Pilar Miró en 1995. En todos
no a ver decoraciones, mobiliarios, indu- ellos, la puesta en escena artificiosa y deci-
mentaria y acaso tramoya y a oír algo
didamente antinaturalista, que potencia las
externo al drama mismo1.
imágenes confiriéndoles un valor sustanti-
Cabría referirse también, aunque sea de vo, hay que interpretarla, sin duda, como
pasada,al proceso inverso que experimenta reacción frente al proceso de devaluación
el cine,que supeditado por completo en sus que han experimentado en una sociedad
inicios al modelo de la representación tea- bombardeada de modo agobiante por ellas.
tral a causa de sus limitaciones técnicas (cá- Pero retornando a nuestro tema, tras el
mara inmóvil, escenario único), acabará cine la tecnología de la imagen no ha dejado
pronto alcanzando su propio lenguaje y con- de perfeccionarse y el teatro en su dimen-
virtiendo la mostración primitiva en narra- sión espectacular se ha servido continua-
1 En la revista España, n.º 155, ción.Pero en determinados momentos de su mente de ella, como se sirvió del propio
23.3.1918; el texto es una carta
historia,la perfección alcanzada por sus me- cine en su momento2.Respecto de esas nue-
dirigida por Unamuno a los
miembros del Ateneo de Madrid dios expresivos le permite beber de nuevo, vas tecnologías habría que distinguir, como
con motivo de la representación en sin complejos,de las fuentes teatrales.Uno de en el caso del cine, entre su utilización al
sus locales de Fedra, que don Miguel
había intentado estrenar en vano
esos momentos corresponde a los años 50, servicio de la escenografía o como nuevos
en salas comerciales. cuando la incorporación de los objetivos de cauces para la divulgación de los textos tea-
gran angular permite una filmación en pro- trales.En el caso de la televisión y del vídeo,
2 Suele citarse a Piscator como el
pionero en la incorporación de las fundidad y la capacidad del cargador de la por ejemplo, mientras que en este segundo
proyecciones cinematográficas a cámara posibilita el rodaje de planos largos; plano ha de reconocérsele una contribu-
escena, aunque conviene recordar
que ya en España las había utilizado
el cine de Hollywood se inclina a menudo ción innegable para fomentar el acceso de
con anterioridad, en 1912, Muñoz por historias «teatrales», filmadas casi total- las obras dramáticas al gran público (excep-
Seca, intercaladas en su sainete mente en interiores y con una puesta en es- to cuando se ha dedicado a emitir grabacio-
Trampa y cartón; y que en 1917
recurriría a ellas Gregorio Martínez cena que,sin ser deudora de la teatral,remite nes realizadas directamente sobre una
Sierra proyectando fragmentos del directamente a ella por su insistencia en el representación), en el primero sus logros
filme Christus, del italiano Giulio
Antamaro en su montaje del auto
matiz psicológico, en el análisis de caracte- no dejan de ser discutibles; existen ejem-
religioso Lucero de salvación. res. Basten dos ejemplos: Brigada 21 (De- plos de montajes teatrales en los que las
(Vid. Pérez Bowie: Materiales para un tective story, de William Wyler), basada en imágenes televisivas están perfectamente
sueño. En torno a la recepción
del cine en España, Salamanca, una obra teatral de Sidney Kingsley que integradas por constituir una exigencia de
Cervantes, 1996, p. 21). transcurre en su totalidad en el interior de la trama (por ejemplo, en Santa Isabel del

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vídeo, de Rodolfo Santana), pero en la ma- creativo en su fase estrictamente indivi-


yoría la recurrencia a ellas carece de justifi- dual; y pienso que la respuesta a esa pre- Hasta cierto punto
cación, pues se limitan a ampliar sobre una gunta ha de ser doble en cuanto el efecto podría hablarse de la
pantalla el rostro de los actores que están in- de las nuevas tecnologías puede traducir-
terviniendo; recuérdense al respecto el se en un proceso de devaluación o, por el continuidad e
montaje de Yo Claudio (sobre la novela de contrario de enriquecimiento.
intensificación de
Robert Graves),interpretado por Héctor Al- Por lo que respecta al primer efecto,resul-
terio,que se estrenó hace algunos años en el ta obvio que la primacía de los elementos es- tendencia
Festival de Mérida,o el que el grupo La Fura cenográficos (y las nuevas tecnologías tienen
dels Baus presentó en 2002 sobre La filoso- en este sentido el peligro de su fascinante y «reteatralizadora»
fía del tocador, del marqués de Sade. avasallador potencial) o la dependencia ex- común a gran parte de
Por lo que respecta a la utilización de las cesiva de los mismos puede traer como con-
nuevas tecnologías digitales aplicadas al tra- secuencia una devaluación del texto, que las propuestas
tamiento de la imagen, su contribución al llega a convertirse en un elemento secunda-
escénicas de la primera
desarrollo de las posibilidades de la esceno- rio al servicio de la puesta en escena.Esto nos
grafía es indudable y abren un horizonte podría llevar a enzarzarnos en la vieja discu- mitad del siglo XX.
cuyo alcance no podemos prever:un campo sión,nunca del todo resuelta,entre la opción
inquietante que se abre ante nosotros es el teatro-espectáculo o y la del teatro-texto,pero
de la relación dialéctica entre imagen viva e vamos,prudentemente,a evitarla consideran-
imagen virtual, que llevará a la fusión del do que todos ustedes tienen, sin duda, pues-
espectáculo teatral y del audiovisual tras- tas sus preferencias en la primera.
grediendo definitivamente las nociones Pero la escritura dramática es la base de
convencionales de tiempo y espacio. O el otros variados soportes además del espectá-
desarrollo pleno de un ciberteatro en el que culo teatral: guiones de cine, ficciones tele-
resulte viable la posibilidad de entornos de visivas de diverso formato e,incluso (y cada
consistencia virtual y de actores igualmente vez más, pues el volumen de negocio que
virtuales3. Menos interés parecen ofrecer generan ha superado ya el de la industria ci-
las sitcoms interactivas,de las que ya existen nematográfica) videojuegos. El peligro de
ejemplos y en las que, a través de la red, los trivialización de la escritura es mucho más
receptores pueden intervenir directamen- evidente en algunos de estos soportes que,
te, actuando, dialogando e intercambiando aunque pese a su condición perecedera y al
informaciones.Otra posibilidad a la que hay carácter masivo e indiferenciado del públi-
que referirse es la de la transmisión vía in- co al que se dirigen, tienen que partir ne-
ternet de espectáculos teatrales (el Liceo de cesariamente de un texto previo, pues la
Barcelona ya permite esta posibilidad con construcción de cualquier situación dramá-
muchos de sus montajes operísticos),lo que tica,por mínima que sea,requiere su concu-
tendería a convertir en realidad ese «espa- rrencia como punto de partida. Piénsese,
cio ecuménico de interacción e intercam- por ejemplo,en las servidumbres a que es-
bio cultural permanente» del que habla Ulf tá sometido el guionista de las sitcoms
Hannerz, aunque, afortunadamente, parece televisivas (que, por lo general, suele es-
que estamos aún lejos de la profecía de una tar integrado en un nutrido equipo), cuya
homogeneización cultural sustentada sobre «creatividad» ha de supeditarse a unos es-
la amenaza del pensamiento único. trictos paradigmas que determinan la con-
Centrémonos ahora en la otra dimen- currencia de varias tramas con sus puntos
sión que planteaba el título asignado a mi de giro hábilmente dosificados para mante-
intervención y que pienso puede resultar ner permanentemente la atención del es-
de mayor interés para un público integra- pectador y con una cronología milimétrica
do básicamente por escritores de teatro de los «actos» regida por las obligadas pau-
3 Sobre esta cuestión véase
como son ustedes. Se trataba, como apun- sas publicitarias. Todo ello, unido a la exi- José M.ª Paz Gago: «Ciberteatro:
té más arriba, de interrogarse sobre las re- gencia de conectar con un público lo más Teatro y tecnologías digitales»
percusiones de las nuevas tecnologías amplio posible, desemboca directamente en J. Romera Castillo (ed.):
Teatro, prensa y nuevas tecnologías
sobre la escritura teatral,de reflexionar so- en la banalización de los temas,que además (1990-2003), Madrid, Visor, 2004;
bre la medida en que afectan al proceso han de buscarse en la actualidad más inme- pp. 81-88).

Escritura teatral y nuevas tecnologías 7


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diata (lo que les confiere, por tanto, un ca- Koltès,etc.(junto a muchos compatriotas,al-
La escritura teatral rácter efímero),en la estereotipación de los gunos presentes en esta sala, a quienes re-
consciente es ante todo personajes y de los modelos de conducta y, nuncio a citar para evitar olvidos): en ellos
consiguientemente, en la renuncia a cual- encontramos historias cuyo soporte narrati-
una lucha denodada quier escritura mínimamente problema- vo ha sido debilitado hasta un grado consi-
tizadora. Los guiones para videojuegos derable, sumiendo así al espectador en una
con el lenguaje, un constituyen otro ejemplo de trivialización de total incertidumbre respecto de los perso-
esfuerzo permanente la escritura dramática,más flagrante aún que najes presentados y de la situación en que se
el anterior en cuanto sus destinatarios suelen hallan inmersos, pero estimulando a la vez
por superar unos ser públicos infantiles o adolescentes; ya se su imaginación y obligándola a rellenar los
moldes expresivos trate de guiones originales o de «adaptacio- numerosos agujeros que horadan cada his-
nes» de obras literarias,suelen caracterizarse toria y a tratar de reconstruir los soportes de
a los que el uso por la aplicación de unos parámetros narra- la coherencia que han sido previa y sistemá-
tológicos elementales, limitándose a la reite- ticamente dinamitados. Fragmentariedad,
continuado ha revestido ración de una serie de situaciones básicas,de elipsis, huecos textuales, serían rasgos muy
de trivialidad. unos desarrollos argumentales previsibles y frecuentes en un teatro, que, alejado cada
de unos personajes de comportamientos es- vez más de la necesidad de satisfacer a pú-
tereotipados al máximo;su formato exige esa blicos mayoritarios, busca un espectador
simplificación y, consiguientemente, la re- cómplice al que le propone una reflexión de
ducción de la complejidad de lo real a una hondo calado sobre las posibilidades expre-
planitud sin dobleces ni resquicios en la que sivas del medio, la cual alcanza, en muchos
no tiene cabida ninguna actuación que con- casos,una dimensión metaficcional en cuan-
tribuyese a dotarla de «densidad». to cuestionan los propios mecanismos enun-
Frente a esta devaluación de la escritura ciativos,transgreden los límites entre ficción
dramática puesta al servicio de determinados y realidad o proponen una reflexión sobre el
soportes ficcionales,pienso que resulta facti- espectáculo desde su propio interior. Hasta
ble hablar de un fenómeno de signo opuesto cierto punto podría hablarse de la continui-
y que cabe entender como una reacción fren- dad e intensificación de tendencia «retea-
te al proceso descrito:me refiero a la proble- tralizadora» común a gran parte de las
matización que experimenta la escritura en propuestas escénicas de la primera mitad
manos de autores conscientes que tratan de del siglo XX a la que antes me refería;pero du-
superar esa ola de trivialidad y de planitud, rante esa etapa el teatro continuó fiel a las
de apartarse de los públicos masivos e indife- exigencias del público burgués que lo sus-
renciados para ir en busca del lector inteli- tentaba, por lo que resultaban impracti-
gente al que intentan convertir en cómplice. cables los «experimentos» que atentasen
En el caso concreto de la escritura dra- contra la exigencia de «confortabilidad» con-
mática, es cada vez más frecuente la refle- sustancial a dicho público; las rupturas se
xión paralela al texto o implícita en él, en producían,así,en el nivel de la historia,pero
torno al agotamiento de las fórmulas «narra- no en el del discurso, como sucede en las
tivas» sobre las que el teatro se ha sustentado obras a las que me estoy refiriendo.
desde sus orígenes.Ello conduce a propues- En definitiva, ese empeño demuestra
tas escénicas que, sin abogar por la disolu- que la escritura teatral consciente,como su-
ción completa de la «historia», admiten la cede con toda la literatura auténtica,es ante
conveniencia de una línea acción destinada todo una lucha denodada con el lenguaje,
a debilitar el peso de la misma,no tanto para un esfuerzo permanente por superar unos
potenciar el de los «elementos discursivos» moldes expresivos a los que el uso conti-
como para forzar una participación menos nuado ha revestido de trivialidad;sólo así es
pasiva del espectador mediante una drama- posible penetrar cada vez más hondo en el
turgia que se articule discursivamente en la conocimiento del hombre y de la realidad
incertidumbre, la duda, la angustia o lo no en que estamos inmersos. Como decía Max
dicho.Basta con pensar en los nombres más Aub, y permítaseme concluir con esta frase
4 «Prólogo para una edición popular
de El Quijote», en Pruebas, Madrid, significativos del teatro de la segunda mitad suya,«en literatura,la rebelión es el único ca-
Ciencia Nueva, 1967; pp. 118-119. del siglo XX, como Pinter, Bernhard, Mamet, mino hacia la revelación»4.

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De la televisión
al teatro:
una contaminación no siempre positiva
(O UN VIAJE PARA EL QUE NO SIEMPRE SE CONSIGUE BILLETE DE RETORNO)
[ Rodolf Sirera ]

Si hasta hace pocas décadas aún se podían entregar los teóricos a profundas y reflexivas discusiones
sobre las relaciones entre palabra e imagen, un debate estético que tiene sus orígenes en la aparición
del cine —recordemos cuántos libros se han publicado sobre este particular desde las primeras déca-
das del pasado siglo hasta hoy mismo—, la realidad es que, en los últimos tiempos, hemos asistido a una
radical y acelerada transformación del contexto en que se generó dicho debate. La recepción de la fic-
ción audiovisual ha dejado de depender de la voluntad del espectador potencial, un espectador que
hasta hace poco no tenía otra opción que la de ir a un cine para consumir sus productos —como el
espectador de teatro o el melómano, que tienen que seguir desplazándose al lugar de la representación
o a la sala de conciertos para asistir, en vivo y en directo, al hecho de la creación artística—, para pasar
a ofrecérsele, de modo inmediato y directo, en su propia casa, y sin mayor esfuerzo que pulsar un botón.
Esta oferta, además, se ha diversificado, ha crecido hasta extremos inimaginables, y continuará cre-
ciendo, de manera acelerada y avasalladora, en el futuro. Primero fueron las televisiones privadas, el
negocio videográfico; después las televisiones por satélite; ahora ya las televisiones por cable, y quién
sabe qué más nos deparará el día de mañana...

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En un principio, una parte de los espa- inglés de los sesenta, llegó a convertirse en
cios de ficción de las programaciones tele- un signo característico.
visivas se cubrían con la proyección de En Europa, donde las cadenas de televi-
películas cinematográficas, pero el control sión,al contrario de lo que sucedía en los Es-
que ejercían las productoras sobre los per- tados Unidos, eran de titularidad pública,
misos de exhibición condenaba a los espec- por lo menos en sus inicios,y aún no habían
tadores al visionado casi exclusivo de surgido las guerras por la audiencia,se vivió
películas antiguas. Por ello, y simultánea- un especial esplendor durante esas mismas
mente,aparecieron productos de ficción es- décadas. Fueron pocos los novelistas y dra-
pecíficamente adaptados a las necesidades maturgos de prestigio que se resistieron a
y las limitaciones de la pequeña pantalla, y intentar la aventura televisiva. Y no hablo
fueron consolidándose los géneros televisi- sólo de las adaptaciones de textos literarios,
vos denominados «clásicos» (comedias de algunas de las cuales se han convertido en
situación, series dramáticas, thrillers, tele- míticas, sino de la creación de productos
novelas, etc.). Pero la proliferación de cana- concebidos de manera exclusiva para te-
Fueron pocos los les hizo crecer, en pocos años y de manera levisión (como ocurrió en España con las
desmesurada, la demanda de este tipo de series escritas para TV-1 por Adolfo Marsi-
novelistas y productos, a la vez que la tiranía de las au- llach, Antonio Gala, Fernando Fernán-Gó-
dramaturgos de diencias obligaba a la emulación de aque- mez, Ana Diosdado y tantos otros).
llos que habían alcanzado el éxito y a la La décadas posteriores vieron cómo en
prestigio que se resistencia consiguiente a la exploración de la mayor parte de países europeos se ponía
nuevos caminos, o de propuestas más fin al monopolio de las televisiones públi-
resisitieron a intentar arriesgadas.Y, además, se tenía que trabajar cas. En el Estado español la primera televi-
la aventura televisiva. deprisa y barato, para ganarle terreno, aun- sión —aún pública, pero no dependiente
que fuese efímeramente, a la competencia. del gobierno central— que comenzó a emi-
Premisas,todas ellas,como se ve,poco favo- tir fue TV3, luego la televisión vasca, y la ga-
recedoras para la realización de productos llega, a las que siguieron las televisiones
dignos.Y, sin embargo, en algunos lugares, privadas —tanto en abierto como en codifi-
en determinadas circunstancias, esa digni- cado— y el resto de las televisiones autonó-
dad fue posible alcanzarla. micas: había, por tanto, más cadenas que
En la época clásica de Hollywood, como ver, pero el número de espectadores conti-
es de sobra conocido, los grandes estudios nuaba siendo el mismo. Pero fue con la
tenían amplios departamentos de guionis- aparición de las cadenas privadas, depen-
tas, contratados fijos, que trabajaban en la dientes,para su supervivencia,de la publici-
elaboración de nuevas propuestas argu- dad, cuando se instauró la lucha por la
mentales o en el desarrollo de proyectos de- audiencia, lucha encarnizada y en cierto
cididos por la productora.Tras las mesas de modo irracional, que enseguida influyó en
estos despachos tomaron asiento algunos el comportamiento de las televisiones pú-
nombres destacados de la literatura nortea- blicas, que, en muchos casos, olvidaron, sin
mericana contemporánea, y muchos de los excesiva mala conciencia, cuando no con
autores más reconocidos del género negro poco encubierta satisfacción, sus objetivos
trabajaron allí muchos años a sueldo de las fundacionales y aceptaron entrar —y en
productoras. Este sistema de trabajo fue muchos casos a saco— en el juego de la
abandonado en la década de los cincuenta, competencia. La gran revolución, sin em-
cuando el cine libró su gran primera batalla bargo, se produjo en el momento en que
contra la televisión, forzándola a combatir unos determinados productos de ficción,
en un terreno en que la competencia era im- de fabricación propia,se empezaron a mos-
posible: productos espectaculares, colores trar competitivos en las preferencias del
deslumbrantes,pantallas enormes,recursos público con las hasta aquel momento to-
humanos y técnicos sin límite, etc. Pero la dopoderosas propuestas generadas por las
presencia de escritores importantes en los televisiones extranjeras,en especial las nor-
créditos de las películas se continuó mante- teamericanas. Y no sólo competitivos; en
niendo,y en algunos casos,como en el cine pocos años las acabaron desplazando, de

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manera prácticamente generalizada,de nues- la secuencia es,ella misma,una unidad narra-


Un dramaturgo no
tras pantallas. tiva, como las escenas o los cuadros de una
Este éxito estimuló, sin duda, la produc- representación teatral. especialmente brillante
ción propia, a la que cada vez se dedicaba Así las cosas, considerada la falta de inte-
más y más tiempo,en especial en las franjas rés demostrado por los guionistas cinema- puede resultar un
de más audiencia. Eso significó, por una tográficos hacia el medio, y teniendo en magnífico guionista de
parte, la demanda urgente de nuevos pro- cuenta la urgente necesidad de inventar,
ductos para llenar las parrillas, productos desarrollar y escribir horas y horas de fic- televisión, del mismo
que eran consumidos a gran velocidad,y ne- ción televisiva, hubo que recurrir en mu-
modo que un destacado
cesitaban inmediatamente ser substituidos chos casos, y pareció natural así hacerlo, a
por otros nuevos.Y, por otra, de gente que gentes que venían básicamente del mundo dramaturgo puede no
preparara este nuevo material,que lo ideara del teatro,o relacionados con él.Y,en menor
y lo escribiese. medida, a narradores. Quizá es que las pro- funcionar a la hora de
Esta circunstancia dejó obsoleto el siste- ductoras no tenían a mano nada mejor y, ponerse a escribir para
ma de creación utilizado hasta entonces por como suele decirse,la necesidad hace mila-
las televisiones públicas: ya no era posible gros.Pero lo cierto es que en las listas de los la pequeña pantalla.
dirigirse a una firma importante,a un «crea- principales guionistas de televisión en acti-
dor», con nombre y prestigio, y pedirle que vo hay un número bastante elevado que
escribiera, él solo y a su ritmo, una serie procede del mundo de la escena. ¿Quiere
completa, para la que no habría restriccio- esto decir que un buen dramaturgo se con-
nes de tiempo a la hora de grabarla, ni tam- vierte automáticamente en un buen guio-
poco de medios. Pero es que tampoco nista de series? De ningún modo. En esto
existía ya una nómina lo suficientemente pasa como en todo:un dramaturgo no espe-
amplia de escritores especializados,que pu- cialmente brillante puede resultar un mag-
diesen satisfacer la gran demanda de mate- nífico guionista de televisión, del mismo
rial que estaba empezando a producirse.Y, modo que un destacado dramaturgo puede
como no existía, hubo que improvisarla o, no funcionar a la hora de ponerse a escribir
en muchos casos,sacarla de la nada. para la pequeña pantalla. Depende, en gran
Y aunque tratándose, como se trataba, de medida, de la capacidad de adaptación y
suministrar historias para la pequeña panta- aprendizaje de cada uno.Y del aguante y la
lla, hubiera parecido más lógico recurrir a resistencia ante las críticas —que en el
aquellos que ya lo hacían para la grande, es mundo del guión son constantes y demole-
bien sabido para todos los que se dedican a doras—.Y de la aceptación de que este es
este oficio que a los guionistas de cine no les un trabajo que no se hace en solitario.Y,por
suele gustar, por regla general, escribir para lo tanto, uno tiene que ser capaz de inte-
un medio que conceptúan decididamente grarse en equipos, interactuar con ellos, y
menor. Y la verdad es que, consideraciones generar una buena dinámica creativa. Por-
profesionales aparte, cuando lo hacen casi que la manera actual de trabajar,acelerada y
nunca acaban de sentirse totalmente cómo- contra reloj, la demanda constante de nue-
dos.El lenguaje de la televisión,la manera de vos productos, la fugaz permanencia en
«contar», la forma en que se estructuran imá- pantalla de muchos de ellos,derrotados por
genes y diálogos,se encuentran bastante más la falta de audiencia, harían hoy inviables
alejados de lo que la mayoría de la gente se —por muy difíciles— las series de autoría
imagina. Pondremos algunos ejemplos: en el estrictamente individual. Dicho de otra ma-
cine,es la acción la que determina el espacio, nera,la escritura de una serie es hoy un pro-
la que lo genera; en la ficción televisiva es el ceso industrial,en el que prima la eficacia y
espacio —set— el que determina la acción. la productividad sobre el talento. Lo cual
En el cine, es la imagen la que lleva a la pala- entra en abierta contradicción con uno de
bra, y la palabra la complementa, la contradi- los aspectos más característicos de la crea-
ce,la desarrolla;en la televisión,es la palabra ción teatral, que es, justamente, su condi-
la que lleva a la imagen y/o la determina. ción artesanal.
Por último,en el cine,la secuencia es un paso Por otra parte,si bien es cierto que el dra-
narrativo dentro de la historia;en la televisión, maturgo acostumbra a ser un buen inventor

De la televisión al teatro 11
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de historias, y que tiene buena mano para como su único y verdadero hogar. La nece-
El dramaturgo crear personajes y hacerlos dialogar, no lo sidad de crear constantemente argumentos
convertido en guionista es menos que, a veces, esa facilidad se con- y situaciones para las series televisivas deja
vierte en un obstáculo, y su diálogo resul- exhausta la mente; muchas veces nos hace
debe aceptar que su ta excesivamente teatral. O, lo que es lo repetirnos y caer en constantes clichés.Y es
mismo, retórico: no en balde proviene del que no podemos, por mucho que quera-
trabajo es una pieza
reino de la palabra,de una palabra reducida mos, exigirnos más. Resulta inevitable que,
más de una cadena, y muchas veces al único medio con que cuen- en este contexto, la escritura personal
ta sobre un escenario para desarrollar los —este es su precio— vaya dejando de sen-
que, en consecuencia, conflictos que desea mostrarnos. Por eso, tirse como algo necesario, se vea como una
el resultado de ese conviene que el dramaturgo convertido en cosa que puede ser aplazada para tiempos
guionista vuelva de cuando en cuando la mejores, cuando consigamos una pequeña
trabajo se verá vista al cine, y acepte —y esté dispuesto a pausa en medio de la vorágine.Y cuando esa
adquirir— una parte de su economía dialó- pausa llega —si llega—, el dramaturgo re-
sometido a cambios,
gica.Y,sobre todo,el dramaturgo convertido convertido en guionista descubre que le es
modificaciones y en guionista debe aceptar que su trabajo es imposible escribir nada.Que tiene la mente
una pieza más de una cadena,y que,en con- saturada,estragada;que son tantos los perso-
constantes reescrituras. secuencia, el resultado de ese trabajo se najes y situaciones que pueblan su cerebro,
verá sometido a cambios, modificaciones y que difícilmente acaba reconociéndose en
constantes reescrituras. ¿Cómo casa esto ninguno de ellos. O, dicho de otra manera: a
con el sentimiento de la autoría,tan querido fuerza de mirar a su alrededor para inventar
por todo creador literario? ¿Sería imagina- personajes o situaciones,el dramaturgo pier-
ble un dramaturgo que aceptara, sin la de la facultad de mirar a su interior,de mirar-
menor resistencia, que se modificaran sus se a sí mismo.Y cuando se llega a este punto,
textos para la escena y se les sometiera a no vale decirse:«No pasa nada,quizá es que no
análisis y crítica constante, como ocurre es el momento;vendrán tiempos mejores,se-
con cualquier guión televisivo? Y,sin embar- guro que vuelvo a escribir dentro de poco».
go, si el dramaturgo quiere seguir creando Pero ese poco se sigue demorando, y la ten-
para la pequeña pantalla, tendrá que acep- sión y la inquietud del dramaturgo crece.Al
tar estas injerencias. final, se impone escribir como una obliga-
Pero no es este, a mi entender, el princi- ción.Para demostrarse que todavía puede ha-
pal problema que va a marcar, quizá no a cerlo.Y si lo logra,a menudo el resultado está
todos, pero sí a una parte muy importante muy lejos de alcanzar las expectativas que
de los dramaturgos que se dedican a la fic- uno había puesto en él. Es un texto general-
ción televisiva:en especial a los que ya hace mente contaminado por prácticas propias de
años que se dedican a ella con relativa in- la escritura televisiva;es un texto lleno de tru-
tensidad. Y es que muchos de estos viajes cos.Salir de este pozo resulta difícil;muy des-
son viajes sin retorno, en los que resulta di- alentador a veces. Se puede conseguir, claro
fícil no dar por perdidas las cartas de nave- está.Pero no hay que bajar nunca la guardia.Y,
gación y renunciar a encontrar el camino de en este caso, no bajar la guardia es no dejar
regreso a puerto.Al puerto de un dramatur- nunca, bajo ninguna circunstancia, de seguir
go que sienta su escritura para la escena escribiendo regularmente para la escena.

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Memoria
de forma
(siete tesis sobre la escritura dramática)
[ Xabi Puerta ]

Esta breve ponencia que yo he redactado para su presentación en nuestro tercer congreso luce el
título en su portada de «Memoria de forma» y se presenta bajo el aspecto de pequeño muestrario de
tesis sobre la escritura dramática: siete tesis, para ser exactos, que versan sobre la escritura tea-
tral y el medio audiovisual, su relación, sus ámbitos de encuentro, sus posibilidades de vecindad o
convivencia. Son tesis modestas que no vienen acompañadas de la voluntad de erigir inabordable cas-
tillo conceptual o novedoso edificio teórico alguno, pero sí son tesis al fin y al cabo escritas y pro-
pugnadas por alguien que lleva ya muchos años habitando en esa región en que colindan el país del
teatro por una parte y el del cine y la televisión por otra, con sus pies plantados uno a cada lado de
esa raya que forzadamente los separa y empeñado en, cuando nadie le mira, dedicarse a frotarla
enérgicamente con la suela de sus zapatos hasta hacerla desaparecer; muchos años, en fin, habi-
tando en esa mestiza tierra de frontera, con sus amores repartidos y suplicando por un buen trata-
do de doble nacionalidad. Son mis tesis para hoy, para aquí y ahora, pero si no os gustan, no hay pro-
blema, puedo cambiarlas por otras, pues, en lo tocante a tesis, yo, como Groucho Marx principios,
tengo muchas… y todas ellas son mutables. De momento, vamos a escuchar estas.

La primera tesis versa sobre el concepto entenderse que el acto de creación inhe-
de escritura dramática y afirma que debería- rente al proceso de escritura no se ha visto
mos entender por escritura dramática —o realizado en la completitud que anhelaba,
al menos es así como yo la entiendo— toda no ha conseguido, en fin, coronar la meta
aquella que no considera que su fin último que se había propuesto alcanzar.
se haya visto alcanzado cuando las palabras Hasta aquí la primera tesis,y no se puede
que la alimentan y sostienen han quedado decir que hayamos empezado mal,pues ésta
plasmadas sobre un papel, una pantalla de ha sido cortita.Seguro que luego se alargan.
ordenador o cualquier otro soporte que la La segunda tesis, acerca de las distintas
tecnología al uso tenga a bien facilitar, sino manifestaciones posibles de la escritura dra-
que persigue dar un paso más allá, alcanzar mática, dice: escritura dramática es, por
un escalón ulterior, cual es el de la repre- supuesto, la que nosotros practicamos
sentación, sin cuya materialización podría cuando, anticipadamente, plasmamos por

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escrito lo que sucederá, lo que deberá, o Por su parte Anne Ubersfeld,al desmenu-
mejor aún,debería suceder,cada vez que se zar en su ya mítico Lire le Théâtre —Semió-
acometa una nueva representación de nues- tica Teatral, según su traducción española—
tro texto sobre un escenario teatral. Pero lo lo que ella llama «la ilusión de la coinciden-
es también la que se lleva a cabo —y algu- cia entre texto y representación», ilumina
nos de nosotros,quizá no la mayoría,pero se- aún más lo que hoy he venido yo aquí a re-
guro que cada vez más, habitamos en ese saltar cuando apunta:«La actitud que privile-
híbrido vecindario en el que se juega sin com- gia el texto literario como lo primordial del
plejos a las dos bandas— cuando se concibe hecho teatral se identifica con la ilusión de
y se plasma por escrito una historia que pos- una coincidencia (por lo demás nunca lleva-
teriormente deberá ser también representa- da a cabo) entre el conjunto de los signos del
da, aunque, eso sí, no directamente ante el texto y el de los signos representados». Ay,
público, sino ante un dispositivo de captura que me parece que ya nos va sonando esta
de imágenes que las retendrá para, tras los música. Pero concluye Ubersfeld: «El mayor
consiguientes montaje y manipulación, con- peligro de semejante actitud reside sin duda
vertirla en un producto de emisión, recep- en la tentación de fijar el texto,de sacralizar-
ción y consumo audiovisual almacenado, de lo hasta el extremo de bloquear todo el sis-
nuevo,en cualquier tipo de soporte de que la tema de representación y la imaginación de
tecnología disponible haya provisto y recu- los —de nuevo con comillas autorales— ‘in-
perable del mismo a voluntad del usuario. térpretes’, esto es, el director y los come-
Voy a Patrice Pavis, a su Diccionario del diantes; reside aún más en la tentación
Teatro, subtitulado Dramaturgia, estética, (inconsciente) de taponar todas las grietas
semiología, y leo en la entrada correspon- del texto, de leerlo como un bloque com-
diente a «escritura dramática» que «el drama pacto que solo puede ser reproducido con
se concibe como estructura literaria que re- la ayuda de otros instrumentos, impidien-
posa en ciertos principios dramatúrgicos»,y do la producción del objeto artístico».
enumera Pavis: «separación de papeles, diá- A esta a veces dolorosa cuestión, que es
logos, tensión dramática, acción de perso- un eficaz refrigerante de muchas vanidades,
najes». Con arreglo a esos principios todos nos enfrentamos los guionistas cotidiana-
nosotros trabajamos —o lo intentamos— mente, cada vez al menos que uno de nues-
cuando escribimos nuestros textos escéni- tros guiones alcanza el por otra parte
cos, pero son exactamente los mismos deseado estadio de su rodaje y producción,
principios los que yo y otros tantos como yo pero que dé un paso al frente aquel escritor
ponemos en juego cuando pergeñamos el teatral al que,en el trance de ver llevada a es-
guión de una película o una serie televisiva, cena una de sus obras,no le haya afectado la
cuando practicamos,en fin,la escritura dra- misma controversia. ¿Nos servirá este com-
mática para el medio audiovisual. plementario detalle para empezarnos a
En nuestros tiempos se Sigo con Pavis y me encuentro con que en creer un poco más que es mucho lo que nos
la entrada relativa a «texto dramático» aclara: une y poco lo que nos separa a guionistas y
alumbra, en términos
«Excepto en el caso límite del monólogo, el dramaturgos, a escritores dramáticos para
tanto absolutos como texto está repartido entre los protagonistas; el medio escénico y escritores dramáticos
el diálogo ofrece a cada uno la ‘misma’—las para el medio audiovisual?
relativos, más escritura comillas son del propio Patrice— oportuni- Y hasta aquí la segunda tesis.Ya lo adver-
dramática que en dad de expresarse; los diferentes discursos tí: esta me ha salido bastante más larga que
son distribuidos casi espacialmente en el la primera. Doy las gracias en todo caso a
cualquier otra época de mismo plano; […] los parlamentos o répli- Pavis y a Ubersefeld por haberme ayudado a
cas se presentan como independientes de apoyarla y paso sin más dilación a la tercera,
la Historia, solo que una
un narrador o de una voz organizadora y una tercera tesis que lo es sobre la eventual
parte de ella, sin duda la centralizadora».Así, con esta técnica y estas vigencia de la escritura dramática y que ase-
directrices, procedemos en nuestro queha- gura que, entendida en los términos que en
mayor, no se muestra cer los dramaturgos,pero esto se sigue pare- mis dos primeras tesis he pretendido esta-
sobre las tablas. ciendo demasiado a lo que hacemos los blecer, hoy en día la escritura dramática
guionistas en nuestro trabajo. tiene probablemente mayor vigencia que

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en cualquier otra etapa de nuestra cultura. no restringiese tanto nuestro campo de ac-
Lejos de la fascinación por una tan supuesta tuación como la que ahora exhibimos. Pro- Dos industrias, la teatral
como manida conciencia colectiva crepus- pondría, así, el uso del término escritores y la audiovisual, que por
cular y más lejos todavía de la propensión al para aludir a nuestro oficio,en lugar de esa,
llanto y a la jeremiada, efectivamente man- en mi opinión, tan etérea etiqueta de auto- lo general se dan
tengo que sin lugar a dudas en nuestros res, y propondría también sustituir la deno-
la espalda y viven
tiempos se alumbra, en términos tanto ab- minación de nuestro ámbito de actuación
solutos como relativos, más escritura dra- —hoy en día el teatro— por otro más vasto ignorándose la una a la
mática que en cualquier otra época de la y de mayores variantes posibles para su ma-
Historia,solo que una parte de ella,sin duda terialización, cual es el del drama.Y acto se- otra, cuando muchas
la mayor, no se muestra sobre las tablas de guido, ya que todavía no he aprendido a cosas buenas podrían
un escenario, sino que se transmuta en fic- callarme a tiempo,debería rápidamente po-
ciones de lenguaje audiovisual degustadas nerme el casco, si por lo menos sí hubiera derivarse, tanto para las
por los espectadores sobre todo tipo y ta- aprendido a tomar precauciones —que
industrias en sí como
maño de pantallas,desde las más panorámi- tampoco—, para protegerme de las previsi-
cas, legendarias y colectivas de las salas bles pedradas que, si fueseis tan maleduca- para sus respectivos
cinematográficas hasta las más diminutas, dos como yo —que a buen seguro no lo sois
emergentes y privadas de esos teléfonos ce- y por mi integridad no espero otra cosa de profesionales,
lulares que,guarecidos en el bolsillo de cada vosotros—, me propinaríais por hacer una de la mutua admiración
uno,viajan con nosotros allí donde vamos y propuesta semejante, ¡tan abstrusa!, en el
se activan bajo nuestro particular dictado. fastuoso marco de nuestro Tercer Congreso y colaboración.
Esta forma preferencial de consumir las fic- estatal. Pero en fin, qué le vamos a hacer,
ciones dramáticas está lejos de ser,queridos llevo tiempo esforzándome en atreverme a
amigos y amigas, anticipo de un futuro avi- decir lo que verdaderamente pienso de las
zorable, sino que se trata más bien de un cosas y a veces puedo cometer excesos de
presente ya plenamente constatado. converso. Como ahora el de pensar que la
Y si es cierto que se produce hoy más es- autoría en el teatro —y,qué duda cabe,tam-
critura dramática que nunca —vuelvo a bién en el medio audiovisual— es clara-
decir,en el sentido que yo le aplico a la con- mente colectiva, mientras que es la de la
junción de esos dos términos—, no puede escritura la parcela específica en la que
dejar de serlo a su vez que,lejos también de nosotros intervenimos, la que por derecho
cualquier síntoma de crisis de vocaciones nos corresponde defender. En cuanto a la
—dejemos eso para los cuarteles y los semi- conveniencia de recurrir, en lugar de al tér-
narios—,existen hoy más escritores dramá- mino «teatral», a la más amplia y versátil eti-
ticos que nunca,solo que una gran parte de queta de «dramática» para aludir al tipo de
ellos,de nuevo la mayor,dirigen los produc- escritura que nos significa,creo haber argu-
tos de su escritura hacia el cine o la televi- mentado ya lo bastante al respecto para las
sión y en su mayor parte no se encuentran posibilidades que la lógica limitación de
presentes este fin de semana en esta sala tiempo de exposición en un contexto con-
porque el nombre de nuestra asociación no gresual nos otorga.
les invita a pensar que pudiera haber sido Sigo adelante, pues, y me planto ya en
creada también para acogerlos a ellos. una quinta tesis acerca de las barreras que
Dejaré que esta última reflexión me lleve establece la industria. Antes de exponerla
a mi cuarta tesis, acerca precisamente del me pregunto un tanto retóricamente: ¿por
nombre por el que se conoce a nuestra qué,si las cosas respecto a nuestro carácter
asociación. Si yo tuviera ganas suficien- unitario están tan claras como a mí me lo pa-
tes —que no las tengo— o fuerzas bastantes rece,formamos los escritores teatrales y los
—pero no me sobran—, emprendería tal guionistas audiovisuales dos colectivos tan
vez, en consonancia con lo hasta ahora distintos y en ocasiones tan distantes? ¿Por
dicho, la batalla por cambiarle el nombre a qué para pertenecer a ALMA (Autores Lite-
nuestra nunca bien ponderada asociación, rarios de Medios Audiovisuales) y a la AAT
promoviendo para ella una etiqueta que, (Asociación de Autores de Teatro) tengo
dado que todas ellas limitan, por lo menos que pagar dos cuotas…,bien es verdad que

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bastante más elevada la primera que la se- tirse en arte,de lo cual Pinter dio soberanas
Hablemos, así, gunda? Y yo mismo me respondo: porque, lecciones en ambos terrenos de actuación.
de literatura basura, de más allá de ciertas prevenciones y prejui- De literatura,solo que no encuadernada,
cios que indudablemente afectan a miem- reputaba Jean Claude Carrière, uno de mis
periodismo basura, bros de nuestro colectivo específico, este fugaces pero inolvidables maestros,a la que
que hoy se reúne aquí,en el Centro Cultural palpita en los buenos guiones. ¿Quién po-
de arte basura y
del Antiguo Palacio de la Audiencia soriano, dría dudarlo tras visionar ciertos episodios
hablemos también, es sobre todo la industria la que nos separa; de Six Feet Under (A dos metros bajo tie-
o las industrias,mejor dicho,dos industrias, rra) o The West Wind (El ala oeste de la
por supuesto, nos la teatral y la audiovisual,que por lo general Casa Blanca),por poner dos ejemplos tele-
cueste y nos guste más se dan la espalda y viven ignorándose la una visivos recientes sobrada y probadamente
a la otra cuando muchas cosas buenas po- solventes; quién podría negarlo tras con-
o menos reconocerlo, drían derivarse, tanto para las industrias en templar obras maestras del guión —de la li-
sí como para sus respectivos profesionales, teratura dramática, por tanto— como son
de teatro basura.
de la mutua admiración y colaboración, del Ciudadano Kane, All About Eve (Eva al
mutuo aprendizaje y respeto, de la ósmosis desnudo), El padrino, Betrayal o Ese oscu-
entre esos dos universos artificial y forzada- ro objeto del deseo, por señalar algunos
mente aislados, de la permeabilidad, mul- pocos ejemplos cinematográficos elegidos
tidisciplinariedad y polivalencia de sus a vuelatecla, respectivamente escritos por
correspondientes creadores que, al menos Orson Welles y Herman Mankiewicz el pri-
por lo que a la vertiente literaria de ambos mero de ellos, otro Mankiewicz probable-
se refiere, podríamos llegar a constituir «un mente más conocido que Herman, Joseph
mismo cuerpo».Precedentes los hubo,y glo- Leo, el segundo, Mario Puzo y Francis Ford
riosos, en el teatro español (es cosa sabida Coppola al alimón el tercero,nuestro queri-
que López Rubio y Jardiel,entre otros,dedi- do Harold Pinter, de nuevo, el cuarto de
caron parte de su tiempo y de su oficio a es- estos títulos, y el propio Carrière, junto con
cribir nada menos que para Hollywood) y Luis Buñuel,el quinto y último de ellos? Jean
también es cierto que, hoy en día, una por- Claude Carrière, de quien recientemente
ción minoritaria quizá, pero visible, de pudimos ver en los escenarios de Madrid su
miembros de nuestra asociación —de mo- Controversia de Valladolid, pieza teatral
mento, y a la espera de que mi cuarta tesis que a su vez fue rodada como película para
triunfe, la dejaremos en AAT, Asociación televisión que él mismo dirigió. Jean Clau-
de Autores de Teatro—, nos desenvolve- de Carrière,tan buen dramaturgo como exi-
mos con asiduidad y con razonable soltura mio guionista…, o al revés. Jean Claude
en ambos ámbitos, pero este caso dista Carrière,en fin:otro de los nuestros.
mucho de ser el general.Y es una pena. Vamos con una sexta y tal vez contro-
¿Me acusaréis de ventajista si recurro al vertida tesis que versa sobre el concepto
último Premio Nobel de Literatura, Harold de «basura» aplicado en nuestro campo. Me
Pinter, para reforzar mi teoría de que, en el diréis,y con razón,que no todos los guiones
fondo, la escritura dramática es una así se que se escriben son como el de Ciudadano
encamine hacia la escena o se produzca Kane, que no todos los guionistas son como
para el audiovisual? Harold Pinter, tan buen Carrière y, ni mucho menos, todos quienes
dramaturgo como guionista de cine y televi- ejercemos como escritores a la vez en el tea-
sión… ¿O debería decirlo al revés? A mí me tro y en el audiovisual alcanzamos el nivel
da igual, pues lejos de parecerme dos face- de excelsitud en ambas dedicaciones que
tas complementarias del personaje, me pa- exhibe Harold Pinter. ¡Y cuánta razón ten-
recen, ya digo, una misma cosa. Harold dréis! Porque es bien cierto que se escriben
Pinter, a quien, muchos años antes del muchos guiones intrascendentes, prescin-
Nobel, yo ya tenía por indicio y por emble- dibles,flojos,carentes de toda elevación,va-
ma de que esos dos oficios que yo practica- cíos de toda trascendencia. Se escriben, sí,
ba, el de dramaturgo y el de guionista, eran muchos guiones malos, lamentables inclu-
en realidad uno solo, un oficio que en oca- so. En el caso de la televisión, pródiga en
siones —solo en ocasiones— podía conver- ellos,suelen englobarse bajo esa etiqueta de

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«basura» que para algunas mentes apocalíp- clividad, perspectiva, empatía, capacitación
Hemos aprendido
ticas se ha convertido ya en sinónimo del y destreza que es necesario poner en juego
propio sustantivo al que alude y califica: para escribir guiones, esos buenos guiones mucho pensando,
esto es,en sinónimo de «televisión».Bienve- que se esperarían de nosotros, son de los
nida sea la etiqueta, siempre y cuando se que, por así decirlo, están en nuestra natu- madurando, escribiendo
haga extensiva a otros tantos productos raleza. Hemos aprendido mucho pensan- y corrigiendo obras de
igualmente merecedores de la misma,otros do, madurando, escribiendo y corrigiendo
tantos productos basura, que se generan y obras de teatro, y eso, no lo dudéis, nos fa- teatro, y eso, no lo
producen con no poca asiduidad en ámbi- culta para, al igual que esos materiales de
dudéis, nos faculta para,
tos tenidos por más nobles,como son los de moderna tecnología que exhiben excepcio-
la literatura,el periodismo o el arte en gene- nales propiedades elásticas, conservar lo al igual que esos
ral.Hablemos,así,de literatura basura,de pe- que yo llamo memoria de forma. Debería-
riodismo basura, de arte basura y hablemos mos confiar en ella, pues a buen seguro dis- materiales de moderna
también, por supuesto, nos cueste y nos ponemos de esa fantástica capacidad, y, tecnología que exhiben
guste más o menos reconocerlo, de teatro orillando la tentación de considerar con
basura, categoría muy bien alimentada por una mezcla de desdén y altivez las posibili- excepcionales
espectáculos que, por muy teatral que sea dades que el medio audiovisual ofrece, de-
propiedades elásticas,
su puesta en escena, están basados en la- beríamos, deberíais, poner en práctica en
mentables ejemplos de escritura dramática dicho terreno esa memoria de forma de la conservar lo que yo
(aunque desde luego no vaya a ser hoy, y que os aseguro que disponéis, pues eso os
mucho menos aquí, cuando cometa yo la ayudaría a dotar de más salidas a los segura- llamo memoria de forma.
torpeza de enumerar las obras que, según mente abundantes frutos de vuestro prolífi-
mi criterio, se han hecho concienzudas co talento y a dar más entrada de cifras
acreedoras a esa etiqueta; sello mi boca y negras a vuestras desconozco cuán necesi-
dejo eso para otro foro y para otro día).Mas tadas cuentas corrientes.
¿me daréis la razón vosotros a mí, igual que Y con esta,se acabaron las tesis por hoy:
yo os la di antes, si afirmo que todas esas hasta aquí han dado de sí.Antes de despe-
otras muestras de, por así llamarla, basura dirme, solo quiero aclarar que a lo largo de
creativa se manifiestan aproximadamente mi disertación he hablado reiteradamente
en la misma proporción en que se hace ba- de escritura dramática y me he contenido
sura en la televisión? en muchas ocasiones las ganas de referirme
La televisión,en fin,no es necesariamente a ella como literatura: como literatura dra-
ese leviatán arrollador y destructor o ese sa- mática, por supuesto. Es tentador y resulta-
turno devorador de sus hijos que a menudo se ría cómodo convertir ambas categorías en
quiere hacer ver; tampoco es forzosamente equivalentes, en homólogas…, pero eso
portadora o emisaria del apocalipsis.En todo sería tanto como ignorar temerariamente el
caso,y puestos a jugar con analogías mitológi- ineludible salto de calidad, trascendencia y
cas,podría yo atreverme a decir que muy bien perdurabilidad que hay que dar para que la
podría ser el ave fénix de los dramaturgos, una devenga la otra. ¿Cuándo llega la escri-
esto es,el ámbito de su renacimiento. tura a ser literatura? Interesantísima cues-
Y llegamos por fin a la séptima y última tión que podría y debería ser objeto de otras
tesis, que parecía lejana en el momento de diez o diez mil tesis más afortunadas que las
empezar,y que viene a encontrarse con el tí- mías, pero esas son ya —y nunca mejor
tulo para mi intervención de hoy. Efectiva- dicho— «palabras mayores».
mente, son —o somos— los dramaturgos Muchas gracias por vuestra atención.
los profesionales más esencialmente prepa-
rados para escribir buenos guiones, porque
más allá de ciertos rudimentos técnicos es-
pecíficos que —como ante indiscretos mi-
crófonos le decía Jordi Sevilla a Zapatero en
tiempos de oposición refiriéndose al catón
Texto de la ponencia presentada por Xabi Puerta en el marco
de la economía— pueden sernos explica- del III Congreso de la Asociación de Autores de Teatro, cele-
dos «en un par de tardes», los tipos de pro- brado en Soria entre los días 28 de abril y 1 de mayo de 2006.

Memoria de forma 17
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El teatro
en el cine

[ Javier Maqua Lara ]

Se ha escrito ya mucho del cine en el teatro, de lo que el cine hizo y hace con el teatro, de su influen-

cia en el texto y en su representación, qué modificó, qué degradó, qué añadió al teatro. Solo recordar

con Pero Grullo que el cine y el teatro ya no son los mismos que eran cuando el cine reventó y se empe-

zó a escribir de las relaciones entre uno y otro. Son distintos ahora y distintas también serán sus rela-

ciones. Y entre los dos se ha instalado la televisión, cuya voracidad, autorreferencialidad y flexibilidad

lo ha modificado todo. Ahora habría que hablar, más bien, de la televisión en el teatro, de lo que la tele-

visión hizo y hace con el teatro, de su influencia en el texto y en su representación, qué modifica, qué

degrada, qué añade al teatro.

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Del teatro en el cine, de lo que el teatro identidad, que ese cine nos propone es
regaló al cine,se ha escrito menos. una comunidad de ciudadano del mundo,una El teatro podrá perder
El tema sugiere distintos enfoques. identidad global, de una globalidad, por influencia y encogerse,
Podríamos detenernos y reflexionar so- cierto,todavía virtual,una promesa elabora-
bre lo que del teatro ha tomado el cine,pero da en los despachos de los que pueden con pero es seguro que
ya sabemos que es mucho. Lo dejaremos la ayuda de sus profetas contables. En sus
permanecerá, por los
para otra ocasión. ficciones,por regla general,no se trata ya de
Tampoco me extenderé en cuanto al cine suspender la incredulidad (suspensión ab- siglos de los siglos, en
que adapta el teatro, en las adaptaciones de solutamente imposible, dado que todo lo
tal pieza teatral o tal otra,en las películas ba- que sucede en la pantalla lo es y, por lo el cine, en la novela, en
sadas en obras de teatro. Ese es asunto en el tanto,es increíble),sino de abolirla y abolir- la televisión, en la red,
que entraré levemente y que se halla bien nos dejándonos a merced de cualquier im-
servido,me parece,en el cine español.Quie- posible y sus efectos especiales. Y en su en todas partes,
ro decir: hay una circulación real entre el espejo solo encontramos superhéroes y su-
como metáfora.
cine y el teatro en España, no solo de obras peración,super todo.Para mí lo universal es
que se adaptan al celuloide, sino, última- lo local sin puertas, como decía Torga. La
mente, en dirección contraria, de películas verdadera grandeza es la de lo pequeño, lo
que sirven de base a espectáculos teatrales. cual no quiere decir apostar por el costum-
Esta última tendencia,sin duda,puede inter- brismo, sino por el pensamiento, que siem-
pretarse como un desprecio a los autores de pre parte del detalle, del matiz pequeño
teatro, incapaces de escribir textos tentado- para hacerse pensamiento; el teatro sigue
res,pero seguramente solo es consecuencia siendo un vehículo privilegiado para el de-
de la cobardía, falta de imaginación y com- sarrollo libre de las ideas, para el debate de
plejo de inferioridad ante el cine de los em- ideas,para el pensamiento.
presarios o emprendedores teatrales, solo Decía que el cine, el poco cine local (na-
atentos a un fácil aprovechamiento del éxito cional–popular, en el sentido de Gramsci)
ajeno, a menudo saldado con el propio fra- que todavía se hace y la mayoría de las fic-
caso.Lo demuestra la abundancia de autores ciones televisivas echan mano de las perso-
de teatro que guionizan o dialogan no solo nas del teatro, de sus intérpretes y de sus
telecomedias de mayor o menor éxito, sino autores.Tanta que, a veces, en el terreno de
notables películas. Piezas teatrales origina- la autoría y la interpretación,las escuelas de
les, haberlas haylas, pero no están probadas teatro parecen tan solo un trampolín, una
y el riesgo de levantarlas da miedo y pereza. etapa inevitable que hay que pasar para,tras
Vivimos acogotados en unos años que pri- un periodo más o menos largo de calvario
man la «seguridad» por encima de todas las escénico, acceder a la televisión y el cine y
cosas y en todos sus aspectos,en una época ganarse al fin la vida o una piscina más o
de publicitación y tatuaje del miedo. menos duradera. Así que, laboralmente,
Hoy en día, la tendencia general es redu- como cuerpo social, el de los autores y los
cir todas las ficciones audiovisuales locales intérpretes me parece que no tiene motivos
y nacionales al espacio de la televisión. Los para la queja en lo que a cine y televisión se
relatos de historias vecinas,cercanas,donde refiere. Defender la pureza teatral, en ese
podemos reconocernos, de personajes con sentido,puede ser,lo es,una majadería.
quienes podemos identificarnos,espejo ne- En fin, en lo que deseo entretenerme, de
cesario para sentirnos miembros de una co- lo que quiero hablar un poco más, es del
munidad concreta, quedan, en casi su cine cuyo tema es el teatro, del cine que
totalidad,reservados al televisor.Por el con- trata del teatro,de las películas que colocan
trario, las pantallas gordas se reservan, casi el teatro en el centro de su discurso.
en exclusiva, para el cine global, que es lo Porque el teatro podrá perder influencia
mismo que decir, para el cine hollywoo- y encogerse, pero es seguro que permane-
dense (provenga de donde provenga, del cerá, por los siglos de los siglos, en el cine,
propio Hollywood o fuera del bosque en- en la novela, en la televisión, en la red, en
cantado, tanto da, se trata de un modelo todas partes, como metáfora; necesitamos
universal). La única comunidad, la única de la metáfora de la vida que es el teatro para

El teatro en el cine 19
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entenderla;el teatro —desdoblamiento,viaje, En realidad,de las cinco películas,solo El


Aspecto notable a representación—, en todos sus aspectos, es viaje de los comediantes se aleja del «mo-
resaltar es la presencia un crisol de metáforas, provee de fábulas sin delo Hollywood». Se trata de un filme que
parar a los otros medios de expresión. engarza la historia particular de una troupe
de la voz en off. Alguien El teatro, el amor al teatro, la esencia del de teatro popular griego —que evoluciona
teatro, lo que hace del teatro un aconteci- a través de la geografía y el tiempo— con la
cuenta la película, una miento insustituible, se conserva muchas historia política reciente de Grecia. Un
o varias voces en off veces más y mejor en las películas que en el filme, por decirlo de alguna manera, brech-
propio teatro. Quizá deberíamos preocu- tiano, más atento a la reflexión que a la
puntúan el relato. parnos menos del estado actual y el futuro ilusión de realismo y los mecanismos de ve-
del teatro y preocuparnos un poco más de rosimilitud que siempre han caracterizado
vender el teatro al cine o, dicho de manera al modelo Hollywood.
más cruda,de vender el teatro en las pelícu- Del viaje, del camino, de la gira, de la fa-
las; al cine, a pesar de las apariencias, le rándula,de sus bolos,hablan,curiosamente,
gusta el teatro, hace teatro en cuanto todas ellas y la mayoría se centra en esa me-
puede; y el cine es un poderoso instrumen- táfora:el ir y venir de los comediantes como
to de propaganda más o menos encubierta; trasunto del tránsito por la vida.Lo hace ex-
publicitemos el teatro a través del cine. plícitamente y en su totalidad El viaje a
Películas que tienen el teatro como tema ninguna parte, pero, parcial o implícita-
o han colocado el teatro en el centro de la mente, lo tratan todas las demás. La refle-
reflexión y me vienen a la cabeza: xión sobre el camino nunca falta.
Eva al desnudo, por supuesto.Noche de Otro aspecto notable a resaltar es la pre-
estreno, de Cassavettes. Qué ruina de fun- sencia de la voz en off. Alguien cuenta la
ción, de Bogdanovich. Viaje a ninguna película, una o varias voces en off puntúan
parte, de Fernán Gómez. El viaje de los co- el relato.
mediantes, de Angelopoulos... Podríamos En Qué ruina de función, la voz en off
seguir, teatrófilos y cinéfilos, regodeándo- pertenece al director de la pieza,que se pre-
nos en el recuerdo. Es probable que olvide senta a sí mismo, absolutamente histérico,
la mejor. Sin embargo, para una muestra, sumido en la angustia, saliendo del teatro
estos botones bastan. donde al fin su puesta en escena va a estre-
De las cinco, ay, la más reciente, Qué narse; lo que viene después es el relato, en
ruina de función, es ya de hace muchos flash back, de los enredos durante los bolos,
años, Supermán aún volaba. Quizá sea falta de la desastrosa gira de la comedia antes de
de atención;la memoria próxima se debilita ese estreno, nada menos que en Broadway.
con la edad,la lejana se consolida.Pero tam- Como es fácil imaginar,tratándose del mode-
bién puede ser que ya no haya películas lo Hollywood, el relato acaba volviendo al
como las de antes.Seguro que no las hay;las presente con el éxito de la representación.
películas son otras, el teatro es otro. Algo, La voz en off de El viaje a ninguna parte
siempre,se pierde. es la de Carlos Galván, un viejo actor que
A bote pronto, apunto que el recuerdo cuenta su vida, primero a un estudioso y
me ha traído a la memoria tres películas es- pulcro entrevistador,y luego,en un asilo de
tadounidenses (dos, por decirlo así, de ancianos, la continúa contando a otro actor
Hollywood,y una independiente) y solo dos retirado.Lo que vemos en la película,se nos
europeas, una de ellas española. Es natural, dice, no es siempre la verdad, por dos razo-
Hollywodd ganó la partida casi desde el prin- nes: la primera, que la memoria es traicio-
cipio y,en su época dorada,pergeñó películas nera, baila fechas y reúne en un mismo
extraordinarias y un modelo de espectáculo episodio acontecimientos distintos; la se-
difícilmente superable desde cualquier gunda, que la fantasía del relator inventa y
punto de vista que se mire.Somos hijos de él narra no lo que sucedió, sino lo que quiso
y,a través de él,del modo de vida americano. que sucediera. Acaba melancólica, Carlos
Calderón y Alfonso Paso también nos envol- Galván muere,la voz en off se apaga,un pre-
vieron,pero,a su lado,son ya pecata minuta. gonero anuncia en el pueblo su defunción.
O se globalizan o caput. La voz en off de Eva el desnudo es coral.

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Todos, el director, la estrella, el guionista, el obras que se representan,sino en otro sitio.


crítico,el autor,la ambiciosa sustituta tienen En El viaje de los comediantes, para lle- El teatro es efímero y el
derecho a su voz en off. Todo en él se viste var una vez más la contraria, se repite una y cine, duradero; o,
de sublime.La diva es un ser aparte,la estre- otra vez el mismo fragmento de una obrilla
lla pertenece a otro mundo donde todo le del folclor griego, lejanamente emparenta- mejor aún, que la
está permitido como sacerdotisa de la sa- da con su mitología.
representación teatral
grada Talía.A veces se olvida el carácter de En Qué ruina de función y Noche de es-
fábula moral que mueve de principio a fin el treno, por el contrario, se va viendo, a lo es efímera a fecha fija y
relato y se interpreta literalmente, como si largo del relato, la evolución de una obra
de una película realista se tratara. Nada más que se ensaya, se pone en provincias y fi- las películas duran unos
falso. Pero tengo la sensación de que este nalmente se estrena en teatro principal. años más, menos de los
extraordinario filme ha confundido a nume- Fragmentos de esas representaciones van
rosos intérpretes, que, para acceder, como sucediéndose, repitiéndose e intercalándo- que creíamos.
Eva,a la sublime burbuja de la diva conside- se en el guión.Se trata en Qué ruina de Fun-
raron imprescindible acabar con el próji- ción de una comedia escrita para el teatro,
mo. Es un tema —el del egoísmo, la falta de anterior a la película, que el guión del filme
generosidad,la maldad de los actores— que trabaja y manipula para sus propios fines;su
también se ha tratado a menudo. contenido es ligero y baladí, pura carpinte-
No hay voz en off en El viaje de los co- ría al servicio del gag, con un toque de co-
mediantes, pero sí algo parecido.A veces,el media de taller. En Noche de estreno, sin
relato que estamos viendo se detiene para embargo, el entrelazamiento del contenido
que un personaje se vuelva a cámara y,seca- de la representación con el del resto de la
mente, vaciándose de toda emoción, nos película es nuclear. Lo que se dice y hace
suelte un largo párrafo, nos cuente una his- sobre el escenario está en íntima relación
toria, saque conclusiones. La distancia, el con lo que sucede fuera de él,en la película.
extrañamiento, Brecht nos vienen inmedia- En ambas, en esas secuencias, se combi-
tamente a la cabeza. nan a menudo sucesos que tienen lugar en
Es así que solo Noche de estreno, de Cas- tres espacios diferentes y que se engarzan
savetes, prescinde de cualquier voz en off; en el montaje de la película: el espacio del
solo ella no recurre a la impostura de colgar escenario propiamente dicho donde tiene
un relato visual de la voz fantasmal de un de- lugar la representación; entre cajas, en la
miurgo creador que está a la vez dentro y chácena, en los camerinos, en los alrededo-
fuera de las imágenes, que entra y sale de res ocultos del escenario; y, por último,
ellas cuando le conviene,comentándolas. entre el público.La combinación de los tres
Repasemos el lugar que ocupan en estas es un campo fertilísimo para las ideas fílmi-
películas las obras de teatro que, durante el cas y ha dado momentos gloriosos en la his-
transcurso del guión, representan sus prota- toria de la cinematografía.
gonistas. Casi siempre, la pieza en sí y su re- Sin embargo, al comienzo de Noche de
presentación ocupan un lugar significante estreno, la primera vez que vemos un frag-
subsidiario,puramente catalítico o indicial.A mento de la representación de la pieza,Cas-
menudo, son piezas anónimas o escenas es- savetes coloca la cámara en el patio de
critas para la película,como en Eva al desnu- butacas como un espectador más; vemos a
do. Pocas veces son piezas reconocibles y los actores en el escenario lejano y la cabe-
menos aún obras maestras;las obras maestras za del espectador que está delante de no-
pesan demasiado en el discurso. Pequeños sotros estorba a menudo nuestra visión
momentos de la representación aparecen de como en el teatro mismo.
tanto en tanto en la película,pero,en general, Todo es cuestión de distancia. El cine, se
son solo transiciones,sintagmas de paso.Sue- ha dicho muchas veces, es dueño, como la
len hacer referencia,más o menos tangencial, televisión,del primer plano,al que el teatro
al tema general de que trata el filme,pero no no puede acceder.Cuando el cine filma una
ocupan un lugar nuclear. representación de teatro es habitual recurrir,
Así sucede, desde luego, en Viaje a nin- como hemos señalado,a un montaje de pla-
guna parte: el tema central no está en las nos de lo representado y planos del público

El teatro en el cine 21
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o entre cajas; la cámara se mete en el esce- en ciudad ajena y que quizá ya nunca vere-
En casi todas las
nario o en el patio de butacas, la cuarta mos. Cuando hablamos de memoria del
grabaciones de obras pared desaparece, el proscenio y los hom- montaje de Yerma, de Víctor García,los más
bros se evitan, las distancias se acortan. A jóvenes no tienen ni puta idea de qué habla-
teatrales el público es veces,todo sucede en el interior del escena- mos; les tienen forzosamente que bastar las
un fantasma; no sé rio y, si la escenografía es realista, nos olvi- fotos, los comentarios de los testigos y pro-
damos del teatro, lo teatral se esfuma, la tagonistas, la sanción de la historia, que,
por qué, demasiado doble representación es un fantasma. como se sabe, es siempre la sanción de los
Cassavetes decide lo contrario: filma el vencedores de la historia.
narcisismo me parece.
teatro en su escenario,desde fuera,en plano Lo único que queda vivo,que permanece
general,como si fuera un espectador más en incólume en el teatro es el texto.Chejov per-
el teatro.A veces,desde el punto de vista de manece en sus textos, como permanece La
un espectador anónimo e invisible (que no venganza de don Mendo. Y cada época
sabemos quién es; no hay contraplano), y tiene la oportunidad de releer esos textos,
por tanto en un solo plano fijo y lejano. admirarlos o despreciarlos,reinterpretarlos,
Otras, desde el punto de vista de varios es- representarlos u olvidarlos.Lo que se volati-
pectadores anónimos e invisibles, y eso le liza de inmediato en el teatro es la represen-
permite cambiar el emplazamiento de cá- tación,la puesta en escena,el montaje.
mara,que haya varios planos. Pero ¿por qué dejar que todo se pierda,si,
¿Cómo filmar una función? hoy por hoy, sería ya posible, con pocos me-
Este asunto de cómo filmar una repre- dios y escaso desembolso,dejar memoria gra-
sentación de teatro le atañe al teatro, nos bada —y bien grabada— del hecho escénico?
atañe y mucho. Ante la nostalgia que en los trabajadores
Sabemos que el cine se celebra en la au- del teatro produce la última función, la re-
sencia e intangibilidad de sus protagonistas, presentación final de un montaje,algunos re-
fijos ya para siempre, bellos insectos clava- currieron y recurren a su grabación en vídeo
dos en el corcho de la película por toda la analógico primero,y digital después,cuando
eternidad que el negativo consienta.Y que el ello fue posible.En ocasiones,se hace lo pro-
teatro,por el contrario,cuenta con la presen- pio con fines de distribución para enviar un
cia y tangibilidad de sus protagonistas, al DVD o vídeo a los programadores y permitir-
albur de un dolor de cabeza,un mal de amo- les que se hagan una idea. Una idea bien
res,la indignación y entusiasmo del público, pobre,y las más de las veces contraproducen-
un terremoto,el efecto mariposa.El objetivo, te,pues aquella chapuza ni se ve ni se oye ni se
en el teatro,es hacerlo todos los días igual,re- entiende,o se ve,se oye y se entiende mal.
petir idéntica la función, congelar la puesta Conservación de la memoria y promoción
en escena, pero sabemos que no es posible. son dos buenas razones para filmar/grabar un
Todo es felizmente perturbador en la repre- montaje. Pero ese trabajo secundario podría
sentación teatral, vida que vive. Todo es, al ser aprovechado sin mayores gastos y con ma-
contrario, felizmente indiferente al devenir yores réditos para algo más. O por lo menos
de la propia película durante su proyección. para hacerlo un poco mejor de lo habitual.
En fin, sabemos sobre todo que el teatro No hace todavía un año,en un lugar de la
es efímero,y el cine,duradero;o,mejor aún, Mancha de cuyo nombre no quiero acordar-
que la representación teatral es efímera a me, vi anunciado en su salón de bodas el
fecha fija y las películas duran unos años montaje de Animalario, parodia del matri-
más,menos de los que creíamos. monio de la hija de un presidente de bigo-
Han muerto hace mucho los últimos tes- tes. Naturalmente, no me lo perdí; para el
tigos de una puesta en escena de Stanislavs- pueblo era un acontecimiento. Alrededor
ki. No vimos el Mahabarata de Brook. De de las mesas se sentaban familias enteras,
Meyerhold sabemos lo que hemos leído. todo el pueblo. Los actores evolucionaban
Cuando votamos (los que votan) los Pre- entre las risas y las bocas abiertas de las
mios Max, o votamos a ciegas y de oídas, o mesas.Tenían delante a Richard, podían to-
tenemos que limitarnos a lo visto en nuestra carlo, era como un milagro. Nadie se refería
ciudad y renunciar a lo que no pudimos ver a Guillermo Toledo por su nombre,sino por

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el de su personaje en «Siete vidas».Esos que jes sobre un escenario, con la cuarta pared
estaban allí, en el pueblo, de cuerpo pre- italiana o polivalente. Cualesquiera. Caro o
sente eran los mismos que se asomaban a barato, espectacular o íntimo, tanto da.
menudo,intocables,inalcanzables,por el te- Todos ellos podrían grabarse y todos ellos se
levisor. Las relaciones entre el público y los deberían grabar de distinta manera.Al servi-
intérpretes eran vivísimas. Una fiesta, un cio del montaje —de su memoria y su pro-
acontecimiento. Lamenté no poderlo gra- moción—, desde luego, pero sin olvidar
bar. Si hubiera podido, habría enviado, por que la grabación tiene sus propias exigen-
un lado, los micrófonos, para que registra- cias técnicas y creativas; son dos lenguajes
ran con nitidez el texto de los actores, pero diferentes y hay que traducirlos.Hay mil ma-
la cámara la hubiera empleado en su casi to- neras de grabar y montar una puesta en
talidad para grabar los rostros del público, escena, pero algunas serán más adecuadas
los pequeños sucesos que tenían lugar en que otras; cada puesta en escena, en cierto
las mesas,con o sin los intérpretes.Hubiera, modo, permite, favorece, contiene un deter-
para entendernos, hecho un documental minado modo de grabación y se niega a
sobre la representación.Y, quizá, sobre sus otros. Antes de grabar hay que decidir mu-
alrededores, porque el resto de la noche, chas cosas. Lo primero, una estrategia de
cuando los actores, de pronto, se convirtie- grabación.Puedo decidir grabar la represen-
ron en personas,fue también magnífico. tación propiamente dicha y puedo hacerlo
Tiempo después comprobé que Animala- desde el patio de butacas,desde el palco,ha-
rio había comercializado un DVD sobre la ciendo visibles el telón, el escenario, o me-
función. Quizá sea una de las pocas compa- tiéndome en él, sin público o con público,
ñías de teatro que no solo han grabado la obra, con una o varias cámaras,en plano general o
sino que han comercializado la grabación. con primeros planos; puedo privilegiar los
El DVD comienza en los camerinos y se instrumentos del propio lenguaje fílmico
centra luego en los actores que representan para subrayar, realzar o minorizar tal mo-
el texto;el público apenas aparece,es un fan- mento o efecto teatral; o puedo negarme a
tasma.En casi todas las grabaciones de obras ello; puedo grabar las reacciones del públi-
teatrales el público es un fantasma,no sé por co,del espectador,de un único espectador o
qué, demasiado narcisismo me parece. En de un grupo de ellos; o puedo hacerlo de-
cualquier caso, la grabación de Animalario saparecer. ¿Qué busca este montaje teatral
está hecha como se deben hacer las cosas: concreto? ¿Qué es lo más destacable? ¿Có-
bien,se oye,se ve y se sigue (y eso no suele ser mo podría traducirlo al lenguaje fílmico? ¿A
habitual); suficiente, pues, para la conserva- qué nivel de creatividad fílmica me sitúo?
ción y promoción del montaje,quizá también Me gustaría hacerme estas preguntas en
para comercializarla, pero no para constituir concreto y responderlas en concreto,traba-
una pieza fílmica autónoma.No es necesario jar esa ranura entre los lenguajes.Llevo años
ni es la intención,pero podría haberse hecho proponiéndomelo y proponiéndolo, pero
sin demérito para el montaje teatral. aún no ha podido ser. Merecería la pena.Al-
El caso de este montaje de Animalario es guien debería hacerlo. Desde el respeto al
demasiado fácil. Pensemos en otros monta- cine.Desde el respeto al teatro.

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El teatro en el cine 23
Drama27_OK 10/10/06 09:15 Página 24

El teatro y las nuevas tecnologías:

cohabitación
o contaminatio
[ José García Templado ] El teatro siempre ha sido sensible a las novedades técnicas y tenía que
serlo a las nuevas tecnologías, especialmente a aquellas cuya operatividad
comunicativa admite la llamada «diégesis ficcional», narración de la ficción
o ficción que contiene elementos narrativos, entre los que cabe el conflic-
to dramático. La revolución industrial del siglo XVIII transformó los corrales
de comedias, dándoles tramoya, los convirtió en teatros, en competencia
con los cortile, los teatros de corte, que acabaron por desaparecer ante el
empuje de la alta burguesía. Decantadas las novedades técnicas, el teatro
las fue asimilando: telar, ciclorama, ciclorama móvil, iluminación eléctrica,
ascensor hidráulico, escenario giratorio, etc., artilugios que se fueron per-
feccionando, como lo fue el deus ex machina que los romanos tomaron de
los griegos. Lógicamente, el teatro no podía desaprovechar las posibilida-
des que hoy tiene el ordenador. El cine es quizá la más afín de estas tecno-
logías, en correspondencia con las formas dramáticas de la televisión.

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Puede que el primer intento serio de in- inmersión» al hablar del teatro de Buero.
tegrar el cine a la escena teatral sea el de Quiero decir que respondía también a un En este momento,
Piscator, en su adaptación de Olas de tem- principio ideológico. Nos encontramos, se han trivializado las
pestad, de Alfonso Paquet, o Rasputín, de pues, ante lo que podríamos llamar «coha-
Alexei Tolstoi, donde experimentó lo que bitación» de técnicas teatrales y fílmicas nuevas tecnologías
llamó «escenario esférico segmentario»,cu- para lograr un teatro de ambiente (envi-
(en el sentido que la
yas paredes se convertían en pantallas de ronmental theatre).
proyección.Un ensayo en el Teatro Piscator Frente a ello, la perfecta sincronización lingüística da al término
de la Dellenplatz, antecedente del teatro lograda por el grupo La Mama de Nueva
total que pretendía y que proyectó para él York, en su actuación en el «Festival de trivializar); es decir,
Gropius, proyecto que naufragó al disol- Otoño» (no recuerdo el año) de Madrid,pre- se ha generalizado su
ver los nazis la Bauhaus.Y digo que fue el tendía integrar alternativamente ambas téc-
primer intento serio porque no pretendía nicas en el desarrollo de la acción uso, han enraizado
chupar rueda de la popularidad que en los dramática. El núcleo del conflicto se des-
en nuestra forma
años veinte empezaba a alcanzar el cine, arrollaba en el zaguán de una vivienda,
sino que su incorporación se debía a un mientras que las acciones secundarias tení- de ser y de vivir.
principio ideológico:frente al efecto de dis- an lugar en otros entornos a los que accedí-
tanciamiento (Verfrendumsefekt) de Ber- amos por las proyecciones en el anverso de
tolt Brecht, él pretendía utilizar «todos los las paredes.Veíamos la espalda del actor (o
nuevos medios técnicos para introducir al actores) al salir de la escena por la puerta
espectador en la acción dramática», lo que que supuestamente daba a la calle y la cara
Ricardo Doménech denominó «efecto de del actor (o actores) al dar el paso definitivo

El teatro y las nuevas tecnologías: cohabitación o contaminatio 25


Drama27_OK 10/10/06 09:15 Página 26

que le hacía salir de casa para dirigirse al tos estéticos como el funk art, lo que aquí co-
En el polo opuesto, los lugar donde la acción continuaba.La opera- nocíamos como estética del desperdicio,
puristas teatrales optan ción era inversa cuando volvían al zaguán, dando un nuevo sentido en la escena al mate-
que se iluminaba para continuar el conflic- rial de derribo. En cierto modo, agilizaba la
por el texto como único to esencial. Podríamos hablar de contami- imaginación,como ocurría con la inexistente
natio, ya que las escenas filmadas formaban tramoya de los corrales de comedias.
factor del conjunto
parte del desarrollo de la acción, de forma En este momento, se han trivializado las
estético, para ellos no alternativa, al igual que las escenas de co- nuevas tecnologías (en el sentido que la lin-
medias griegas que los comediógrafos la- güística da al término trivializar);es decir,se
cuenta el resto de la tinos utilizaban en sus obras. Algo así se ha generalizado su uso, han enraizado en
puesta en escena. produce también con el vídeo,en Pop Corn, nuestra forma de ser y de vivir. No hablo de
de Ben Elton,en España,bajo la dirección de las adaptaciones cinematográficas o televi-
Juanma Ulloa. sivas, de las que Pérez Bowie podrá hablar
Me fascinó,como al resto de los especta- con más autoridad que yo,aunque sí quiero
dores, la sincronización de La Mama. Sin señalar que gran parte de los que trabajan
embargo,no recuerdo ni el título ni los pro- en narratología y literatura comparada las
blemas que dilucidaba la pieza.No creo que aceptan como objeto de estudio, lo que les
sea solo mi catastrófica memoria. Colabora da un marchamo pseudocientífico pero in-
con ella la absorción cerebral que la nove- teresante. Hablo del uso de las nuevas tec-
dad técnica ofrece. nologías como método de actualización de
En el polo opuesto, los puristas teatrales obras ya convertidas en clásicas, única
optan por el texto como único factor del forma —parece— de despertar en las con-
conjunto estético (August Comte o Barbey ciencias que el conflicto dramático que se
d’Aurevilly, por ejemplo); para ellos no trata nos afecta a todos,hoy.
cuenta el resto de la puesta en escena. O El mito, si responde a un pensamien-
bien optan por el actor como única esencia to/sentimiento colectivo representativo de
del espectáculo teatral, lo que ha desembo- una sociedad, tiene capacidad de adapta-
cado en resultados tan diversos como el Tea- ción.Fausto,por ejemplo,que Marlow elevó
tro Pobre de Grotowski,el Teatro de Arte de a la categoría de mito, ha sido tratado infini-
Moscú de Stanislavski o el Living Theatre de dad de veces como tema de obras de arte.
Julian Beck y Judith Malinas.La convivencia, Quiero citar dos de ellas, como actualiza-
las experiencias de sus miembros y los mé- ción de piezas dramáticas, básicas en la
todos de formación llevados a cabo, lleva- trayectoria del mito:Doctor Fausto, de Gro-
ron a concebir en los años sesenta y setenta towski,que usa el texto de Marlow,modifica
el teatro colectivo. En él, las vivencias de la secuencia de escenas e introduce algunas
todos sus componentes intervenían en el otras. Sigue el criterio o los principios que
proceso de creación del espectáculo, re- informan su «teatro pobre», en cuanto a la
sultado de un trabajo en equipo. Fue un austeridad del montaje y a dar cabida al pú-
proceso acogido ávidamente por el Teatro blico en la representación como invitados
Independiente, pero ya en 1983, año del al banquete papal.Y Fausto 3.0, de La Fura
«Congreso Internacional» que dio origen a dels Baus,en donde el texto de Goethe,par-
la Asociación Española de Semiótica, hacía cialmente conservado y modificado, pre-
tiempo que el teatro de autor había recupe- senta la magia y misterio, el arcano del más
rado la punta de lanza de la vanguardia, y allá, como una réplica del insondable
muchos de los que actuaban como drama- mundo de las nuevas tecnologías.
turgos de los grupos se habían acreditado Podemos ver una cierta genialidad en
como autores (Albert Boadella, Fermín ambas concepciones, aunque el gusto per-
Cabal,Alberto Miralles, etc.). Se lo comenté sonal admita o rechace el resultado, pero
a Betettini y me confirmó que en Italia se lo que esencialmente nos dice es que no
había producido el mismo fenómeno, la puede haber una directriz que radicalice el
misma evolución. uso o el rechazo de esas técnicas. No pue-
La penuria en la que se movía el teatro in- den ser utilizadas como un supuesto bro-
dependiente dio validez a algunos movimien- chazo de modernidad, sino que se utilizan

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porque son necesarias para ahondar en el personajes principales; y una pieza como
problema (o problemas) que encierra el con- Flor de otoño abandona ahora la intrahisto- El público ha sido
flicto dramático. ria,el ambiente que produce el conflicto,en siempre un misterio.
Siempre he defendido que el drama es- cierto modo, el ambiente sainetesco del Pa-
crito es una instancia intermedia en el pro- ralelo barcelonés,del original,para subir a la Responde más al
ceso de creación,que culmina con la puesta escena con ínfulas operísticas.
marketing que a
en escena. El texto escrito tiene autonomía ¿Cuál es el criterio que debe predominar?
como pieza literaria y como tal puede ser El público ha sido siempre un misterio. la calidad, aunque
objeto de estudio, aunque las acotaciones Responde más al marketing que a la calidad,
supongan simples sugerencias de transco- aunque rara vez el boca a boca haya salvado rara vez el boca a boca
dificación en las que caben diversas inter- del naufragio alguna buena pieza (no es iro- haya salvado del
pretaciones. Es decir, la puesta en escena nía). Y no es que el público huya solo del
puede dar al traste con el carácter origina- «teatro pobre».Soy uno de los ocho especta- naufragio alguna buena
rio de la obra, unas veces por el toque ori- dores que un día, en el desaparecido teatro
pieza (no es ironía).
ginal que el director quiera darle, otras, Barceló, presenciamos el fastuoso montaje,
porque vaya a ser utilizada como instru- creo recordar que de Víctor García,de El ce-
mento político, social o reivindique deter- menterio de automóviles, con doce actores
minadas posiciones estéticas, filosóficas, y el morbo de ser la primera obra de Arrabal
tradicionales… Una representación de Don que se presentaba aquí en teatro comercial,
Juan Tenorio, con el texto íntegro de Zorri- y sobre todo el desnudo de una jovencísima
lla, servía para satirizar y poner en candele- Victoria Vera que encarnaba la niña de La
ro la «falocracia» que domina o dominaba primera comunión, obra integrada en un
casi todas las culturas conocidas (se trataba assemblage con El cementerio…
de un montaje del grupo Caterva de Gijón); Probablemente fue el desnudo que ini-
Fuenteovejuna sirvió en Rusia como pro- ció «el destape»,ya que era anterior a Equus.
paganda comunista, con solo suprimir la No es de extrañar, aunque sea lamen-
última escena;una escena de El día y la bru- table, la estadística de estrenos. Los em-
ma, que a mí me pareció interesante desde presarios no se arriesgan y prefieren, para
el punto de vista semiótico, para un trabajo montajes importantes, los garantizados éxi-
sobre «el personaje ausente», cuando pre- tos de otras latitudes o reposiciones de nues-
sencié la representación había desapare- tras obras consideradas clásicas, que alguna
cido, aunque perfilaba el carácter de los vez fueron éxitos.

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w w w. a a t . e s

El teatro y las nuevas tecnologías: cohabitación o contaminatio 27


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C a s a d e c i t a s o c a m i n o d e p e r f e c ción
Una selección de S.M.B.

[...] Gustave se queja en esta


carta de los peligros que encie-
rra planificar de forma demasia-
do exhaustiva un proyecto: «Me
parece, ay, que cuando se diseca
tan bien a los niños en cuanto
nacen, no se está lo bastante
cachondo como para crearlos».
Julian Barnes. El Loro de Flaubert.
v Mas un libro debe ser cosa vi-
va, y su lectura revelación mara-
villada tras de la cual quien
leyó ya no es el mismo, o lo es
más de como antes lo era.
Luis Cernuda. Ocnos.

Generalmente, el arte del pue-


blo no es más que un calco del
arte sublime, y los valores que crea raras
El marxismo precisaría quizá un Marx veces guardan una relación apropiada con
redivivo para explicar de modo conclu- la pérdida de calidad artística que experi-
yente por qué la clase media condenaba mentan los modelos en el proceso [...]. En
una guerra imperialista en la última na- sentido lógico, arte del pueblo y arte popu-
ción capitalista, y por qué la aceptaba la lar son a lo sumo conceptos contingentes;
clase proletaria. puede que tengan su origen común en el
Norman Mailer. Los ejércitos de la noche. arte sublime, aunque de ningún modo ma-
nifiestan su validez al mismo tiempo y por
igual y ninguno de ellos lo continúan en
El criterio de la madurez: la facultad de ningún sentido. Evolucionan del arte de los
resistir a los símbolos. Pero la humanidad es magos, sacerdotes y gobernantes en dos
cada vez más joven. direcciones distintas. El arte del pueblo es
Milan Kundera. El arte de la novela. relativamente sencillo, libre y atrasado,
mientras que el arte popular es refinado a
[...] tan ávidos de valores como incapaces su manera, técnicamente avanzado, aunque
de distinguirlos. también vulgar, y cambia de la noche a la
mañana, aunque raras veces para mejor. El
Milan Kundera. El arte de la novela.
arte del pueblo descompone o simplifica
los modelos del arte sublime; el arte popu-
¿Se ha meditado un poco sobre la extraña lar los vulgariza o estropea.
situación que es la de un hombre creador Arnold Hauser. Sociología del arte.
antes de haber creado su creación? Vemos
ahí, delante de nosotros, la obra admirable
No ha existido nadie nunca tan penetrado
del artista y nos es obvio que antes de estar
como Dickens del sentimiento de que toda
ahí, hecha, perfecta, fue una imagen o idea
alegría es, por naturaleza, belicosa. Conocía
en su mente. Pero la idea o imagen en la
muy bien la verdad esencial de que el ver-
mente del artista es, por lo menos en sus
dadero optimista solo puede continuar
componentes principales, lo mismo que la
siéndolo a condición de estar descontento.
obra, salvo que está en la mente y no en el
lienzo. Por eso lo interesante es preguntar- G. K. Chesterton. Vida de Dickens.
se cómo estaba en el creador lo que va a
ser su creación cuando aún no tenía de ella [...] cierta astucia humana innata que le era
ni siquiera la imagen o idea. Esto es lo que propia, como suele acontecer en muchos
estrictamente podemos llamar «situación caracteres inferiores, y en la cual descansa-
del creador antes de crear». ba toda su habilidad.
Ortega y Gasset. Papeles sobre Velázquez y Goya Thomas Mann. Félix Krull.

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Cuaderno
de bitácora
YO, SATÁN de Antonio Álamo

Yo no elijo los temas;escribo sobre lo que no comprendo. una falsa tercera persona que oculta una primera que no es
En 1990 estaba viviendo en Benarés (la India) y acudí a sino Satán,el tentador.El asunto no es baladí.Satán es un ele-
Sarnath,el pueblecito donde supuestamente el Buda tuvo mento esencial en la teología católica. De hecho, sin su
la iluminación y pronunció el sermón de las Cuatro No- presencia todas las definiciones de Dios quedarían en sus-
bles Verdades.Yo fui allí, sobre todo, movido por la curio- penso (Dios como un ser infinitamente bueno, etcétera).
sidad. Había una importante concentración de budistas, No podemos olvidar, asimismo, que se trata del personaje
y el Dalai Lama acudiría y hablaría, así como otras nota- más citado en Los Evangelios,el más admirado,y que si bien
bles lamas. Además había que contar con un aliciente aña- en el Antiguo Testamento es un personaje secundario,en el
dido: el espectáculo de los tibetanos que, semejantes a Nuevo su protagonismo se refuerza extraordinariamente.
gnomos de cuento, cargados con todos sus bártulos, baja- Además,por lo que tiene de arquetípico —¡qué asombroso
ban del Himalaya. resulta que la imagen y los atributos de Satán se reproduz-
Como se sabe,el budismo otorga una gran importancia a can al detalle en tantas culturas distantes en el tiempo y en
la duda.Y en aquella ocasión el Dalai Lama,o al menos eso me el espacio!— resulta muy eficaz narrativamente.A Satán se
pareció a mí,se permitió el lujo de poner en cuestión algunos le adjetiva como el Príncipe de la Mentira,el Gran Tentador,
dogmas del budismo.Para mi sorpresa a nadie le llamó espe- el que Contradice, el Opositor. ¿No es un gran personaje?
cialmente la atención. Los budistas, ya digo, están muy fami- ¿No es,incluso,una idealización del novelista,del fabulador?
liarizados con la duda. Además, supongo que debieron de Mi propósito inicial era construir un thriller teológico,
pensar: qué humilde es nuestro Dalai Lama, que pone en pero se convirtió inesperadamente en otra cosa. Más allá
duda su propia santidad,que pone en duda ser la reencarna- de la elaboración de una trama y una atmósfera, empezó a
ción de un espíritu elevado. En cualquier caso, fuera como urdirse un tema que ya me era familiar, el tema que proba-
fuera,yo me hice esta pregunta:¿qué sucedería si algo seme- blemente se encuentra detrás de todas mis historias: la co-
jante ocurriera en mi contexto religioso? Y entonces imaginé rrupción de la inocencia.
un Papa que,usando de la facultad de hablar ex cathedra, ne- En el verano de 2004 decidí pasar la novela a teatro.¿Que
gara alguna de las verdades esenciales del credo católico y por qué? Aparte de lo más elemental —es una buena histo-
desafiara al mismísimo Espíritu Santo.¿Qué sucedería? ria—, no podía dejar de advertir que Nata Soy guardaba
En 1998 retomé la idea,que desde el primer instante ima- cierta unidad estilística con otras dos obras dramáticas es-
giné en forma de novela. Esbocé un primer capítulo y con- critas anteriormente: Los borrachos y Los enfermos, al
sideré indispensable, si es que quería desarrollar a fondo el punto de que,una vez escrita,Yo Satán podría considerarse
tema, ambientarme un poco sobre el terreno.Aprovechan- parte de una trilogía. En Los borrachos me fijaba en el po-
do una beca de la Academia de España en Roma residí en la der científico;en Los enfermos en el poder político,y en Yo
Ciudad Eterna desde mediados de septiembre de 1998 a fi- Satán en el poder religioso.
nales de febrero del año siguiente. Naturalmente, en ese proceso de traslación de género
En septiembre de 2001 aparecía la novela Nata Soy con tendría que renunciar a ciertas cosas, como a algunas tra-
el sello Mondadori;una segunda edición,para América Lati- mas y personajes, la intimidad del protagonista, las digre-
na, en febrero de 2002; una tercera en noviembre de 2003; siones teológicas o los juegos estilísticos satánicos, pero
una cuarta, en bolsillo, en 2005, y, por último, la traducción también podría aprovechar para reforzar la estructura. En
al ruso en el mismo año. cualquier caso, trescientas páginas de prosa narrativa de-
Un inciso sobre el título que adaptó mi narración:se trata bían convertirse en una obra dramática de hora y media.
de un palíndromo (léase al revés como Yo Satán), curioso A la primera persona que se la dejé fue a Adolfo Fernández,
azar de las palabras, pues la imagen especular de Yo Satán que me llamó al cabo de unas pocas horas:«Vamos a hacerla».
viene a ser una imagen de la tentación,virtud de virtudes si Lo dijo con tal convicción que nunca dudé de que iba en
hablamos como hablamos de Satán.Nata Soy está escrita en serio.La preproducción ya se había puesto en marcha.

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Cuaderno
de bitácora

Yo, Satán
[fragmento]

ESCENA V

Jardines Vaticanos, al lado de la Campana China.


Entran fray Gaspar y el Santo Padre en sendos cochecitos
semejantes a los que se usan en los campos de golf. Esta
mañana el Obispo de Roma parece otro hombre:
se ha puesto el chándal.
Bajan de los cochecitos y se sientan en un banco de mármol
esculpido.

SANTO PADRE. ¿Intrigado? Pero ¿por qué? Escena de Yo satán, de Antonio Álamo.
Interpretada por Ramón Ibarra, Alfonso Lara y Juan Fernández.

FRAY GASPAR. Santo Padre, creo que San Pedro y los demás
apóstoles se quedarían bastante sorprendidos de ver lo que
anda pasando aquí.
La costumbre, el hábito: estas cosas nos ciegan de Dios.
SANTO PADRE. Fray Gaspar, hablemos claro. Todo el mundo, ¡Claro que sus Eminencias se obstinan en ennoblecer la
cuando llega al Vaticano, se siente un poco confuso, inercia en la que nos movemos con pomposos nombres
es lo normal. Pero voy a decirte más: la confusión es el como tradición y hasta sabiduría revelada!
estado previo hacia una fe más profunda. Sin confusión no hay
fe que valga. Yo diría, incluso, que al Espíritu Santo le gusta ir […]
donde hay confusión, donde hay preguntas. Queremos cono-
cer a Dios, es cierto, pero solo lo conocemos cuando lo SANTO PADRE. Bienaventurados los pobres de espíritu,
amamos sin buscar recompensa alguna, cuando lo amamos Mateo, 18, 3. Ese es el secreto: la pobreza de espíritu.
sin desesperación, cuando lo amamos con la alegría clara y De ellos es el reino de los cielos. En cuanto uno lee media
profunda de un niño. No hay nada más profundo que la risa de docena de libros, cataplof, todo se derrumba.
un niño. Es algo tan absoluto que, ante eso, solo podemos ¡Malditos sean los intelectuales! ¡Tanto análisis, tanto análisis!
decir: «Dios existe». Cada vez que se ríe un niño, Dios existe ¿Y de qué diablos nos sirven? Es mejor ser un poco obtuso,
sin argumentos, sin búsqueda, aunque solo sea fugazmente. ¿no te parece?, o al menos eso proclaman los Evangelios.
Porque... ¿A ti qué te parece?... ¿Puede existir un Dios Por cierto, ¿cuál es tu horóscopo?
que sea fugaz? ¿Puede? ¿Realmente?
FRAY GASPAR. ¿Cómo?
FRAY GASPAR. No.
SANTO PADRE. Tu horóscopo.
SANTO PADRE. Sí puede, Gaspar, sí puede. Ese es el misterio
de Dios. Que existe, pero solo a ratos. Asombroso, FRAY GASPAR.No acabo de entender lo que Su Santidad
¿verdad, fray Gaspar? me pregunta.

[…] SANTO PADRE. ¡Vaya! ¿No pretenderás decirme que es esta la pri-
mera vez que alguien te hace esa pregunta?
SANTO PADRE. Nos tienen que hacer unas fotos.
FRAY GASPAR.No; pero jamás habría podido imaginarme
FRAY GASPAR. ¿Unas fotos? ¿Y eso? que Su Santidad...

SANTO PADRE. Es la costumbre. SANTO PADRE. ¿Y por qué no, si puede saberse? ¿Es que no
tengo derecho a una parcelita de sana trivialidad? ¿Es que
FRAY GASPAR. ¡Cuántas costumbres hay en el Vaticano! estoy condenado, en todo momento, a ser profundo?
¿Cuál es el trabajo del Papa actualmente? Decir a un montón
SANTO PADRE. La verdad, fray Gaspar, es que a pesar de todo, de católicos, que ni siquiera son cristianos, que, bueno,
eres un hombre con un gran sentido común. Yo valoro mucho después de todo, este esforzado y loco sprint hacia el hoyo
esa cualidad. La observación que has hecho la considero muy tiene algún sentido. Y, con ese propósito, ¿qué es lo
atinada. Sí, fray Gaspar, estás en lo cierto: es increíble la que hacemos? Nada; encíclicas, nada. ¿No les parece a
proliferación de costumbres que hay en esta Santísima Sus Eminencias que el silencio es preferible? Pues no,
Ciudad. Yo, alguna vez, también he meditado sobre ello... porque somos adictos verbales.

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Libro recomendado

Hilos de tiempo
de Peter Brook
Con la gracia del viejo y sabio cuentero zos, en «hilos entretejidos», las grandes eta- Por José Henríquez
que viene de lejos, Peter Brook empieza su pas del director escénico Peter Brook (Lon-
relato con un anzuelo: «Podría haber llama- dres, 1925), contadas a finales de los años
Hilos de tiempo
do a este libro Recuerdos falsos».Y conclu- noventa, desde sus trabajos de cine y teatro
ye de la misma y entrañable manera: «En un universitario en Oxford, o sus primeros es- de
pueblo africano,cuando un contador de his- trenos profesionales (La máquina infer- Peter Brook
torias llega al final de su cuento, pone la nal, de Cocteau, Pigmalión y Hombre y
palma de la mano en el suelo y dice:‘Aquí superhombre, de Shaw; 1945–46), hasta El Edición
Ediciones Siruela
dejo mi historia’. Y luego añade: ‘Para que hombre que, con su extraordinaria inven-
otro la pueda recoger otro día’». ción del Centro Internacional de Investiga- Traducción
He releído en el pasado verano esta narra- ción Teatral (1993), en su teatro de Les Susana Cantero
ción apasionante,fresca,sorprendentemente Bouffes du Nord, pasando por sus creacio-
Primera edición
cálida,que disfruto como el diario de visiones nes en Londres y París,sus experiencias con
Madrid, 2000
y hallazgos de un investigador aventurero. la RSCH en el redescubrimiento de Shakes-
También constato que es el nervio–bisagra peare para el teatro del siglo XX y en la re-
que enlaza otros dos grandes libros, su histó- formulación de un teatro político integral,
rica serie de conferencias El espacio vacío1 y en Marat/Sade, o los sucesivos experimen-
la reciente antología de entrevistas del direc- tos y hallazgos en los lenguajes e historias
tor con la crítica teatral estadounidense de un teatro intercultural, Orghast, La con-
Margaret Croyden, Conversaciones con Pe- ferencia de los pájaros y Mahabharata.
ter Brook. Es el relato de «un buscador», que Está también la fascinante guía de sus via-
es la única descripción de sí mismo que adop- jes y trabajos en Europa, América, Asia y
ta en estas conversaciones2. África.Otra ruta pueden ser los sabrosos re-
Por puro azar,a falta de tiempo para desci- tratos y encuentros con grandes artistas de
frar ensayos y necesitado de oxígeno,antes de un siglo: Dalí, Brecht, Genet, Grotowsky,
esta relectura había disfrutado con relatos muy Beckett, Marguerite Duras, Orson Welles,
similares de otros dos «buscadores», Federico Lawrence Olivier, John Guielgud, Paul Sco-
Fellini (Fellini por Fellini, Fundamentos, field, Glenda Jackson o Jeanne Moreau, por
1999) e Ingmar Bergman (Linterna mágica, citar algunos.
Tusquets,1988).Entre estas lecturas,descubrí Sin embargo,después de mis lecturas del
otro relato de la misma constelación,en la ex- libro, me queda como alimento una suce-
traordinaria muestra Erice–Kiarostami.Corres- sión de imágenes en movimiento en las que
pondencias, en la Casa Encendida: La Morte Brook plasma con maestría sus preguntas,
Rouge (2005), fascinante película de Víctor crisis,itinerarios,descubrimientos.
Erice,que narra su iniciación cinematográfica,
política y vital en el San Sebastián de 1946.La Primeras imágenes
ondulante sombra de una garra en el cielo raso En estos recuerdos falsos, Brook recons-
de su habitación de niño de cinco años. truye algunas de las preguntas y retos que 1 Brook,Peter. El espacio vacío.
recibió en sus primeros años sobre «la difi- Ediciones de Bolsillo,
Un mapa de imágenes Ed. Península, Barcelona, 1969.
cultad de abandonarse», o de decidir «cuán-
2 Croyden, Margaret. Conversaciones
Hay varias maneras de disfrutar de Hilos do aferrarse a una convicción y cuándo con Peter Brook 1970-2000.
de tiempo. Una es conocer, en grandes tra- darla por superada y soltar». «Toma, huele Alba Editorial, Barcelona, 2005.

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Libro recomendado

estas naranjas»: el niño de cinco años se re- ta a leyes.Por primera vez oí un término fas-
siste a la anestesia en el quirófano. «¡Vamos cinante:‘la Sección Áurea’» .Este encuentro
señor! ¡Suelte la rama!»:el estudiante–reclu- se continuará más tarde con otro descubri-
ta en la instrucción cree equilibrar su cuer- miento, al que dedicará años de estudio y
po sobre un tronco para cruzar un río. una película, la obra del filósofo y esteta
Recuerda la fascinación de sus primeros griego–armenio George I. Gurdjieff, pione-
proyectores de cine, de hojalata y revive su ro del encuentro de las culturas de Oriente
«primera experiencia teatral»: una función y Occidente,para Brook,uno de los grandes
para niños en un escenario de juguete, en buscadores del siglo XX.
cartulina,del siglo XIX.
El caballo de la contradicción
El aprendizaje del ritmo y la tensión En una de sus grandes crisis, en la que
siente el placer y el vértigo de oscilar como
«¿Por qué es el ritmo el factor común de
un péndulo entre diferentes modos de vida,
todas las artes?», le pregunta un día su profe-
entre su mundo interior y el agitado exte-
sor de música,«la única excepción» en su co-
rior, entre países y gentes, viajes y teatro,
legio. «De todos los miles de palabras de
Brook asume su apuesta por la contradic-
crítica,exhortación y guía moral que emplea-
ción («Siempre he recelado de cualquier
ron mis profesores,lo único que ha quedado
credo, de cualquier convicción, de cual-
es esa sola frase.Todavía importuna a mi inte-
quier programa que ignore las contradic-
ligencia [...]» Y esta pregunta la complementa
ciones.»). Y ata esta opción al dibujo que
Brook con una imagen de la tensión artística,
compró a un niño en uno de sus viajes: un
en su primera clase particular con Mrs.Bieck,
caballo de dos cuellos, que salta hacia el
pianista rusa: «Poniendo una sencilla sonata
cielo y al mismo tiempo cae.«¿Me habló a mí
de Mozart en el atril, dijo:‘¡Toca!’, pero antes
tan hondamente la imagen en aquel mo-
de que mi mano pudiera tocar la primera
mento porque en ella coexisten todas las
nota, ya me había parado.‘¡No! ¡Tienes que
posibilidades:el salto,el tropezón,la necesi-
estar preparado! ¿Sabes lo que quiere decir
dad de mirar hacia arriba, la urgencia de
esto?’[...] Sin indulgencia alguna,barrió la no-
volar, la inevitabilidad de la caída, seguidas
ción de que el progreso va viniendo despa-
por el salto renovado?»
cio, paso a paso; es ahora o nunca. [...] Ahora
Años más tarde, en Dinamarca, en otro
sé que aquellas clases de música fueron mi
momento de dudas,tras montar El sueño de
única escuela de arte dramático [...]».
una noche de verano (1970), en vísperas
de un rodaje de El rey Lear, vuelve una ima-
Un libro de inquietudes gen similar, con otra enseñanza, esta vez en
En sus búsquedas,a fines de los años cin- el salto de un caballo que se había hundido
cuenta,en medio de un montaje de Salomé en arenas movedizas. «[El poni] había esta-
con Salvador Dalí,alojado en una cabaña del do recogiendo pacientemente su fortaleza,
pintor,Brook encuentra por azar el libro Es- y hasta que se sintió totalmente preparado
sais sur la proportion, de Matila Ghika,que no hizo su único y logrado esfuerzo. Había
le abre una gran vía de investigación artísti- sabido cómo esperar el momento propicio
ca y vital. «[...] Me llamó la atención la foto y cuándo actuar... Sí, concluí, yo también
de una magnífica pieza de arquitectura clá- tengo que dar un tirón... Era necesario un
sica con una rejilla geométrica superpuesta gran cambio en mi vida».
[...].Hallé un análisis de las relaciones entre Imágenes y visiones como estas son los
los arcos,los vanos y las columnatas,que de- hilos que concentran y entretejen los tiem-
mostraban que eran iguales a las proporcio- pos de Brook, que en este libro, como en
nes de las caras; las distancias de la ceja a la todos los suyos que he leído, no pretende
nariz, de la barbilla al labio se vinculaban a enseñar nada. Comparte sus experiencias
célebres pinturas, que a su vez se vincula- con el lector y, de paso, sea éste artista o es-
ban a la arquitectura,y todas ellas se referían pectador, quizás le contagie el complejo y
a la geometría, siendo su armonía insepara- placentero ejercicio de buscar y convivir en
ble de los números, estando su belleza suje- armonía con las contradicciones.

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Libro recomendado

Fragmento de Hilos de tiempo, de Peter Brook

En la realización cinematográfica, nuestro deseo de perfección fácilmente puede llevarnos a


repetir tomas de la misma escena sin darnos cuenta de que estamos persiguiendo una idea abs-
tracta con la que nos hemos identificado y que puede apartarnos de ver el hecho cierto que está
ocurriendo frente a la lente. Tan solo durante las pruebas —y más tarde en la tranquilidad y la obje-
tividad de la sala de montaje— podemos ver qué pocas veces la toma final es la mejor. Hay una
curva orgánica natural en la secuencia de los planos; el material vivo crece y alcanza su plenitud,
después de lo cual las tomas sucesivas se vuelven un intento de machacar la realidad para confor-
marla con la propia visión de uno, que tantas veces es más estrecha que la contundencia y el espec-
tro de la cosa real.
El dilema se presenta cuando uno reconoce que la no intervención no significa sentarse sin más,
sin hacer nada, y dejando que todo ocurra por sí mismo. Samuel Beckett me explicó una vez que
cuando escribe una función, la ve como una serie de tensiones, en el sentido de alambres de acero
tirantes que enlazan una unidad con la siguiente. De hecho, en la escritura de cualquier función, sea
cual sea el estilo, cada frase debe contener la espoleta que lanza la réplica siguiente. De este modo,
una buena representación es como una partida de ping–pong, y los cinco actos de una obra de
Shakespeare componen una única frase larga, una frase que acelera, reduce velocidad, guarda silen-
cio, pero nunca se detiene. Cuando se ha dicho la primera palabra, empieza a desenrollarse un carre-
te invisible, y la estructura de discurso y silencio debe ya fluir inexorablemente hasta el final de la ulti-
mísima réplica. Sea cual sea el modo en el que está montada, aunque se recomponga el orden de las
escenas o se corte drásticamente el texto, ese pulso tiene forzosamente que estar, porque un arte
de representación es la vida con la debilidad extirpada. En el cine, asimismo, la cadena de imágenes
no debe romperse nunca. Los editores de películas llevan casi un siglo sabiendo que un fundido en
negro tiene que ir rápidamente seguido de un fundido de apertura; con que la duración del oscuro
entre ambos se pase una pizca de larga, se romperá el flujo de las impresiones y se perderá el inte-
rés del espectador. El gran padre del mimo, Étienne Decroux, con un mordaz sentido de la paradoja,
me dijo una vez: «La gente se cree que el mimo es el arte del silencio, pero rara vez es cierto. Por lo
común es interminablemente locuaz, porque el intérprete no se atreve a soltar ni un momento su domi-
nio sobre el público. Tiene que hacer señales continuamente; de otro modo dejan de mirar».
El día, hace mucho, en que empecé a rodar mi primera película, La ópera del mendigo, fui
corriendo a ver a John Huston al solar de los Estudios Shepperton, en donde estaba haciendo Moulin
Rouge. «Haga las películas que haga», me dijo, «el primer día mi dirección es siempre demasiado
lenta. Miro a los actores, les doy movimientos y acciones, y sin darme cuenta sigo en el tempo de
la vida cotidiana. En el plató parece bueno, pero cuando veo las pruebas me conmociono, porque lo
que parecía natural, en pantalla es intolerablemente letárgico. Después encuentro el modo de inten-
sificar mi concentración en la minúscula área del interior del visor, y empiezo a encontrar un tempo
en el que ya no hay baches». Huston estaba describiendo para su propio medio las tensiones del
acero de Beckett. Trabajando entre el teatro y el cine, yo me iba haciendo cada vez más conscien-
te de la importancia de ser sensible a un tempo subyacente, difícil de sacar a la luz, pero siempre
esperando a que se le escuche.
Hace mucho, mi perspicaz maestro de escuela había indicado que el ritmo es el factor común en
todas las artes, pero le había faltado añadir, o me había dejado que descubriese yo en la vida adulta,
que es también el factor común que subyace en toda la experiencia humana. Ahora yo iba reptando
hacia un reconocimiento de que eso es lo que crea o destruye cada instante de nuestras vidas. El vivir
en el «aquí y ahora» es una frase hermosamente difusa, que oculta el hecho de que ambos, «aquí» y
«ahora», siempre están emergiendo de lo que fue y transformándose en lo que será. Forman parte de
una continuidad, y si el tempo se dilata, cualquier sucesión de momentos pierde su sentido.
¿Cómo puede uno vivir un solo día en su auténtico ritmo, un día compuesto de una multitud de
ritmos que se entrelazan sutilmente? Reconocer el problema no es saber la respuesta; solo admitir
que ningún momento desperdiciado volverá jamás.

Hilos de tiempo 33
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reseñas

Catálogo de Autores
Dramáticos Andaluces
de Lola Vargas-Zúñiga

Durante las últimas décadas se han mul- les del siglo XVIII, Madrid,CSIC,1981–1999)
Rafael Bonilla
tiplicado las ediciones y monografías que y María del Carmen Simón Palmer (Escrito-
procuran recuperar nuestra dramaturgia y, ras españolas del siglo XIX, Madrid, 1991;
superando la voluble tradición medieval,sin catálogo informático Chadwyck–Healey);o
Catálogo de Autores duda escurridiza,llevan a cabo una clasifica- la impagable labor del Seminario Edad de
Dramáticos Andaluces ción de sus piezas (genérica,contrastiva,te- Oro que, dirigido por el profesor Jauralde,
mática, cronológica, etc.). Por otra parte, viene catalogando los manuscritos áureos
Dirección
como en todo ejercicio que pretenda fijar de la Biblioteca Nacional de España.
Lola Vargas-Zúñiga
temporalmente un texto,tropezamos con el A la zaga de esta fecunda labor,el Centro
Coordinación grave obstáculo de la dispersión o inaccesi- de Documentación de las Artes Escénicas de
Cristina Pérez Sarmiento y bilidad de la información, y —lo que suele Andalucía, coordinado por Lola Vargas–Zú-
María Jesús Bajo Martínez ser peor— de la pérdida del ejemplar único ñiga, se propuso en 1997 poner a disposi-
Edición en que se conservaba. Cualquier estudioso ción de investigadores, profesionales del
Junta de Andalucía del teatro español conoce y debe haber ma- medio, alumnos y público en general toda
nejado las bibliografías de los polígrafos del nuestra obra dramática. Desafío ciclópeo
siglo XIX y, sobre todo, del XX: Manuel Ovilo que hoy ve la luz bajo la forma de tres volú-
y Otero (Manual de Biografía y de Biblio- menes que —no podía ser de otra manera—
grafía de los escritores españoles del si- se caracterizan por la diversidad metodoló-
glo XIX, París, 1859), Cayetano Alberto de la gica y la especialización conceptual. Catálo-
Barrera (Catálogo bibliográfico español go, en definitiva, que se configura desde el
y biográfico del teatro antiguo español, mismo instante de su publicación como
desde sus orígenes hasta mediados del herramienta inexcusable para cualquier acer-
siglo XVIII, Madrid,1860,Gredos,1969),Bar- camiento al teatro andaluz de los siglos XVI–
tolomé José Gallardo (Ensayo de una bi- XX. Manuel Abad Gómez elige los recientes
blioteca de libros raros y curiosos, Madrid, trabajos de Héctor Urzáiz Tortajada (Catá-
1863–1869), Emilio Cotarelo y Mori (Catá- logo de Autores Teatrales del Siglo XVII,
logo de obras dramáticas impresas, pero Madrid,Fundación Universitaria,2002),Cris-
no conocidas hasta el presente, con un tóbal Cuevas (Diccionario de escritores de
apéndice sobre algunas piezas raras o no Málaga y su provincia, Madrid, Castalia,
conocidas de los antiguos teatros francés e 2002) y Javier Huerta Calvo (Historia del
italiano, Madrid, 1902; Catálogo abrevia- teatro español, Madrid,Gredos,2003) como
do de una colección dramática española punto de partida para su estudio de los si-
hasta fines del siglo XIX y de obras relati- glos XVI y XVII,distribuido en una breve pero
vas al teatro español, Madrid, Ratés, 1930) enjundiosa introducción,180 fichas de auto-
y Antonio Paz y Meliá (Catálogo de las res andaluces —o bien aquellos otros que
piezas de teatro que se conservan en el De- tuvieron vínculos con Andalucía— ordena-
partamento de Manuscritos de la Bibliote- das alfabéticamente (Aguado, Simón; Ville-
ca Nacional, Madrid,1934–1935),por citar gas de la Cruz y Berrio, Diego), seguidas del
los más señeros.Ya a mediados de la pasada lugar de nacimiento,fecha,reseña biográfica
centuria, es de obligada referencia la em- y títulos de sus obras. En todos los casos es-
presa monumental de José Simón Díaz pecifica la posible edición (año e imprenta),
(Bibliografía de la literatura hispánica, si ha sido publicada en Suelta o Partes, los
Madrid, CSIC, 1960–1984), Francisco Agui- datos sobre el espacio escénico donde se re-
lar Piñal (Bibliografía de Autores Españo- presentó, la compañía que la incluyó en su

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repertorio, la fecha de su estreno y el lugar. tañeda (Las ideas literarias en España, Ber-
Fijado el género escénico, concluye con el keley,University Press,1971) o Jesús Rubio Ji-
apartado «notas», cajón de sastre donde se ménez (El teatro en el siglo XIX, Madrid,
vierte la existencia de manuscritos y las bi- Playor, 1983). En los dos tomos que integran
bliotecas o archivos que los albergan. Unos el segundo volumen (1800–1897), Alberto
cómodos y exhaustivos índices de autores, Romero Ferrer cartografía,siguiendo la auto-
obras y geografías natalicias facilitan la con- ridad de Herrero Salgado, Aguilar Piñal y la
sulta de estos tres volúmenes. recopilación de Piero Menarini (El teatro ro-
Jerónimo Herrera Navarro, apoyándose mántico español [1830–1850]. Autores,
en el catálogo de Alberto Romero Ferrer obras, bibliografía, Bologna,Atesa Editrice,
(2002), se ocupa del teatro ilustrado y pro- 1982),así como el proyecto de investigación
fundiza en la dificultad que sufrió su repre- «Historia del teatro representado en España»
sentación:así,en Sevilla solo hubo comedias que, bajo la dirección de José Romera, ha
entre 1767 y 1779,y a partir de 1795;en Cór- dado ya algunos valiosos frutos, los recursos
doba, entre 1769 y 1777; en Málaga y Cádiz y antecedentes bibliográficos, las bibliogra-
parece que existió cierta continuidad a lo fías de bibliografías, las historias de la litera-
largo de todo el siglo, pero sin duda fue esta tura y bibliografías específicamente teatrales
última la capital andaluza del teatro y una de que se han ocupado del siglo XIX.Trabajo ri-
las más importantes a nivel nacional, junto a guroso,pues,y comprehensivo,que se perfi-
Madrid y Barcelona. Su completo prólogo, la en 552 autores andaluces (Abarzuza, Luis
donde da cuenta de la normativa que reguló de; Zafra, Antonio Enrique de) y 5.730 tí-
la puesta en escena, la intervención de un tulos, divididos en dos grandes períodos:
Juez Protector de Teatros, El Corregidor de 1) de 1825 a 1875 (dominio de la comedia de
Madrid, con jurisprudencia en toda España, costumbres,el drama de gran espectáculo,el
la fundación por Pablo de Olavide de una es- sainete y el juguete cómico); 2) de 1876 a
cuela de cómicos en Sevilla,pionera en nues- 1925 (proceso de «industrialización» del sis-
tro país,que promovió el estudio,la reflexión tema teatral).
y la traducción de obras dramáticas que obe- Ramón Espejo Romero cierra el censo
decían a los afanes reformistas de Carlos III,el autobibliográfico con un volumen donde
itinerario dramático en Cádiz de José Con- ha compilado más de 300 autores (1898–
cha,Luis Moncín o José Ignacio González del 1998), de los que recoge 199 (Acosta y
Castillo, las numerosas comedias que por Tovar, Miguel de; Zambrano de Rodríguez,
motivos eclesiales se publicaron sin nombre María).Observa que,en general,muchos de
de autor,o bajo seudónimo,y el auge del tea- los escritores aducidos poseen una forma-
tro religioso, sirve como pórtico a una cata- ción en el ámbito de las humanidades y
logación —cuya estructura no difiere de la ciencias sociales, si bien una cifra muy ele-
elegida para el Siglo de Oro— de 100 autores vada no recibió una cultura teatral exclusi-
(Alonso Montejo, José Vicente; Vargas Pon- va, circunstancia bastante menos frecuente
ce,José de) y 420 obras correspondientes al si- en los nacidos después de 1950. Para afian-
glo XVIII y primer tercio del XIX (1700–1820). zar una tipología prescinde del método ha-
Cuando se aborda el teatro decimonó- bitual —clasificación a tenor del teatro
nico español, convendrá recordarlo, suele cultivado— optando por dos criterios: la
circunscribirse al drama romántico, la alta cronología y el perfil de los dramaturgos.
comedia o los modelos benaventinos, si ex- Así,excluyendo a las grandes luminarias del
ceptuamos los comentarios de José Yxart (El siglo XX (Lorca, Alberti,López Rubio,Martín
arte escénico en España, 1894–1896,ed.fac- Recuerda, Romero Esteo…), entre los ante-
símil, Barcelona,Alta Fulla, 1987) y los traba- riores a 1930 hay un nutrido grupo que
jos de Ermanno Caldera (El teatro español firma un teatro de consumo (Miguel de
en la época romántica, Madrid, Castalia, Acosta, Serafín Alcalá Villalta, Enrique Álva-
2001), Joaquín Casalduero (El teatro en el rez Cuvello, Vicente Chiralt). De la misma
siglo XIX, en José María Díez Borque [dir.], época,aunque en una línea menos festiva,el
Historia de la literatura española, Madrid, poeta y ensayista Manuel Altolaguirre,el crí-
Taurus, III,pp.487–527),Salvador García Cas- tico de arte Cecilio Barberán, el periodista

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Alfonso Contreras y el poeta–fotógrafo thías, Julio Trenas, Juan Rafael Ballester…),


Ángel Gómez Beades ejercitan ocasional- seguida por la segunda (1930–1950) y la ter-
mente la escritura dramática. Un tercer cera (después de 1950),con nombres como
grupo está formado por los nacidos entre Luis Balaguer, el cineasta José Antonio Ba-
1910 y 1935, en su mayoría exiliados: Ma- rrero, el actor Miguel Ángel Rellán, la escri-
nuel Andújar,Andrés Ruiz, José Ricardo Mo- tora Elvira Lindo,Juan Alberto López o María
rales o José Antonio Rial. Entre 1910 y 1930 Manuela Reina. Generaciones y diásporas,
se encuentra la que podría llamarse «prime- resurrecciones sin olvido,tan jóvenes como
ra generación de la diáspora» (Sebastián el siglo XVI,reunidas en la que ya es una cima
Bautista de la Torre, Luis Caparrós, Julio Ma- bibliográfica de los albores del XXI.

Castañuela 70
(esto era España, señores)
de Tábanos y Las Madres del Cordero

En el verano de 1970, cuando la mayor Un grupo de facciosos, probablemente po-


Fermín Cabal parte de los madrileños se solazaba en las licías, distribuyó un panfleto ridículo, su-
playas o en las piscinas municipales, en el puestamente firmado por una organización
Teatro de La Comedia, que un día viera al comunista prochina, entre el público que
Castañuela 70 fundador de la Falange española , José Anto- acudía a la función,y acto seguido la misma
(esto era España, señores) nio Primo de Rivera, arengar a sus partida- Policía se apresuró a clausurar el local «por
rios, un grupo de jóvenes con pinta de jipis motivos de orden público».
de
presentaron un divertido espectáculo a base Explicar al lector de hoy, a la vista del
Tábanos y
Las Madres del Cordero de sketches y canciones, una especie de re- texto de esta famosa, casi legendaria obra,
vista popular, o quizá más bien una parodia que hoy vuelve a publicarse, en qué radicó
Edición de aquel sufrido genero teatral que por en- el éxito incontenible de la pieza es tarea casi
Santiago Trancón tonces no había iniciado aún su declive y imposible. Los treinta y seis años que nos
Editorial hacía las delicias de las masas.La obra,como separan se convierten en treinta y seis mil
Rama Lama Music, 2006 puede comprobar el lector de este libro, no leguas de viaje submarino,una tarea inabor-
contenía graves alegatos subversivos,ni pre- dable para quienes estamos ya un poco ba-
tendía tampoco alcanzar alturas poéticas de queteados por la vida.
vértigo, pero conseguía hacer llegar al es- Castañuela es, sin duda, un excelente
pectador con extraordinaria eficacia una ejemplo de la distancia que hay entre un
premisa latente que resultaba bien persuasi- texto y un espectáculo. Quienes pudimos
va: esto es España, señores,una mierda de la presenciar en directo el fenómeno pode-
que hay que reírse.Y como a buen entende- mos testimoniar la sorprendente capacidad
dor con pocas palabras basta,no eran pocos de esta obra para desatar pasiones y risas.La
los que también leían: y la culpa de todo la extraordinaria eficacia de este producto hi-
tiene el franquismo, esa nauseabunda y fe- larante arrebataba al público y le lanzaba,
mentida construcción social, cuya fetidez poseído por Dionisos, a una catarsis purifi-
nos tiene a todos hasta las pelotas. cadora que le hacía más valiente,más fuerte
Y, claro, con semejante recado, la res- y hasta (daba la impresión, seguramente
puesta de la autoridád no se hizo esperar. falsa a juzgar por lo que vino después) más

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inteligente.Y, sin embargo, cuando hoy re- importantísimo,de las píldoras anticoncep-
pasamos las escasas páginas del texto, nos tivas sobre la juventud española de enton-
pasma la levedad del asunto.Apenas un pe- ces. Finalmente,Trancón hace un repaso de
queño hatillo de ingeniosidades, chisteci- lo que era la escena musical y teatral de la
llos, alusiones vagamente reconocibles… y que surge el estruendoso repiqueteo de
un montón de hojarasca reseca. esta sin par Castañuela, que nos permite
Y,no obstante,los hechos están ahí. Cas- situar el espectáculo tabanero en el en-
tañuela marcó un hito en el teatro español. torno de los movimientos culturales anti-
Por primera vez un grupo independiente fascistas, y, en especial, el autor trata de
accedió a un teatro comercial y, para más explicar las bases teóricas y la práctica del
inri, lo llenó hasta los topes de un público llamado movimiento de Teatro Indepen-
entusiasmado. El asunto pilló despreveni- diente, un capítulo de nuestra historia tea-
dos a los casposos jerarcas del pútrido ré- tral sorprendentemente abandonado por
gimen, que vieron como aquella «broma los historiadores y estudiosos,y que sin em-
escolar» se les iba de las manos y se conver- bargo resulta de imprescindible conoci-
tía en un acontecimiento político. miento para entender el teatro español
Por suerte, el libro que hoy nos ofrecen contemporáneo.
los Tábanos y Las Madres del Cordero, pro- El libro se completa con numerosos tes-
genitores de la criatura,viene reforzado por timonios de quienes fueron protagonistas
un numeroso cuerpo de artículos que tra- del evento, encabezados por su director,
tan de recuperar y explicar el notable su- Juan Margallo, que rememora con su parti-
ceso.Y a la cabeza de todos, un excelente cular humor cómo fueron los ensayos,el es-
ensayo (más de cien páginas que se leen de treno,la prohibición de la censura y las giras
un tirón) de Santiago Trancón, que trata de europeas. Manu Aguilar completa esta evo-
recuperar para el lector de hoy el contexto cación recordando las incidencias de la gira
en el que se produjo el espectáculo. Unos americana con la que terminó la explota-
años, los comprendidos entre 1969 y 1973, ción del espectáculo,y analizando con luci-
que califica como «un período decisivo de dez las razones de la crisis que vivió el
la historia reciente española, años en los grupo,en parte como consecuencia de esta
que se va a poner de manifiesto la necesidad experiencia. Luis Matilla nos da su particu-
de un cambio político y social irreversible». lar visión de lo que era la vida interna del
Trancón nos recuerda, y hace bien por- grupo,y nos ofrece un emocionante recuer-
que a más de uno se le ha olvidado, cómo do de cómo vivieron el golpe de Estado con-
era la vida política y cultural del tardo- tra Salvador Allende, que sorprendió a los
franquismo, el desamparo creciente del tábanos en el «Festival Colombiano de Ma-
régimen, desacreditado ya a los ojos de la nizales», así como una entrañable semblan-
mayoría de los jóvenes españoles,el desper- za de la personalidad de Margallo,el director
tar de las organizaciones de la oposición,los de la compañía.Y después, en fin, muchos
disparates de la censura, las andanzas de más testimonios complementarios que faci-
aquella impresentable comparsa en la que litan la visión de conjunto,de músicos,acto-
lucían inefables espantajos como el sinies- res,críticos y colaboradores en el esfuerzo.
tro Arias Navarro, «el carnicero de Málaga», En conjunto, un libro emocionante para
el soplapollas de Sánchez Bella, el incom- quienes vivimos aquellos hechos, escrito
bustible Manuel Fraga Iribarne, y tantos con serenidad y sin complacencia en la
otros.Volvemos a pasar, leyendo estas pági- nostalgia, aunque no exento, supongo que
nas, por aquellos momentos dolorosos, el era inevitable, de cierta melancolía.Y creo
Juicio de Burgos,el Proceso 1.001,el fusila- que también hay que anotar en su haber el
miento de jóvenes antifranquistas… Ana- acierto de incluir el ensayo de Trancón,
liza también las fuerzas que ve-nían que probablemente facilitará el acceso a
acorralando a las viejas estructuras: el des- los lectores jóvenes, que lógicamente no
arrollo económico creciente, la democrati- van a entender a la primera esos ejercicios
zación de la enseñanza, el impacto de los de doble lectura a los que nos habituó el
modelos foráneos, de la música, la ropa y, franquismo.

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El teatro de papel 2
de Manuel Lourenzo e Itziar Pascual

La revista Primer Acto, con el apoyo del En las partes dedicadas a cada dramatur-
Francisco Javier Ayuntamiento de Madrid (Área de las Artes) go, se ofrecen textos complementarios de
Díez de Revenga
y la colaboración de la Asociación de Au- referencia en torno a los autores y sus obras.
tores de Teatro, ha publicado el volumen 2 Además de una reseña biobibliográfica de
El teatro de papel 2 de su colección «El teatro de papel»,dedica- cada uno de ellos,en el caso de Manuel Lou-
do a Manuel Lourenzo, dramaturgo gallego renzo se incluyen,antes de las dos versiones
Obras y autores de reconocido prestigio,nacido en 1943,y a de la pieza,dos textos suyos,el primero titu-
El glaciar, Itziar Pascual, escritora teatral nacida en lado Un espacio vital para el teatro,y el se-
de Manuel Lourenzo
1967.De ambos se editan piezas:de Louren- gundo, Morrenas. Mientras que aquel es un
Voces de mujer: zo la titulada O glaciar, en versión original discurso teórico sobre la significación que
Nana y Despedida,
de Itziar Pascual en gallego y traducción al castellano, reali- para el autor tiene el teatro hoy,en el segun-
zada por el propio autor.Y de Itziar Pascual, do elabora una iluminadora introducción a
Edición dos piezas cortas,Nana y Despedida, reuni- su propia pieza, de la que revela su enfren-
Primer Acto das bajo el título común de Voces de mujer. tamiento realidad–fantasía, para compren-
El conjunto,por tanto,no puede ser más re- der la parábola encerrada en el diálogo de
velador de dos generaciones y dos tenden- los dos personajes.
cias dentro del teatro español reciente. Por En el caso de Pascual,los dos textos aduci-
un lado, un dramaturgo que ha desarrolla- dos, previos a las dos piezas dramáticas, son
do su obra en gallego,pero que ha sido reco- su ponencia en un congreso en la Universi-
nocido en toda España no solo por su dad de Ohio, organizado por la revista Estre-
dramaturgia, sino también por sus numero- no, titulada «El poder invisible» y un texto
sos trabajos y actividades teatrales. Y, por sobre las obras editadas,titulado «Del secreto
otro, una generación más joven, aunque ya origen de las palabras»,en el que aclara el ori-
consagrada en el teatro actual, la de una gen y los propósitos de ambas obras, como
mujer que trata de mujeres,y que plantea,en teatro de mujeres,habitual ya en el teatro con-
estas piezas elegidas, acuciantes problemas temporáneo, aunque ahora intentado con
de mujeres en una sociedad contemporánea. nuevos propósitos y perspectivas.
Se abre el volumen con una introducción, Naturalmente, el plato fuerte de este volu-
realizada por «El teatro de papel»,sobre los au- men son las tres piezas recogidas. El lector
tores recogidos. Sigue un texto de Santiago podrá advertir, en su lectura, cuanto hay en
Martín Bermúdez, Disfraces de la muerte, y, ellas de experimental, de avanzado, y cuanto
finalmente, otro texto de José Monleón, di- también de acercamiento a la convivencia de
rector de la colección,sobre Idealidad y glo- seres humanos en perspectivas muy diferen-
balización. Es el texto de Martín Bermúdez tes.En el caso de Lourenzo,enfrentamiento de
el que ofrece una información más detallada vida y muerte,y en el caso de Itziar Pascual,rei-
de los dos escritores acogidos en el volumen, vindicación de conductas y superación de los
situándolos en sus generaciones y valorando tiempos dramáticos, aspecto este último
su trabajo como representación de dos for- compartido en cierto modo por el drama de
mas muy distintas de hacer teatro en la Espa- Lourenzo. Mientras que este es un macabro
ña contemporánea,porque si bien Lourenzo diálogo de muertos, más allá de la vida y del
supone una nueva representación de la van- tiempo,las piezas de Pascual formalizan un diá-
guardia más clásica, a través de un experi- logo de mujeres por encima del propio tiempo
mento dramático emprendedor y agresivo, y de la realidad vital de sus criaturas escénicas.
Pascual crea un teatro de mujeres menos tran- El lector debe enfrentarse a estas propuestas
sitado, por lo que ambas experiencias valen dramáticas y sacar sus propias conclusiones,
como avance, con significado de innovación como anhelan sus autores en las palabras pre-
y de búsqueda de nuevos caminos. vias.Una experiencia,sin duda,positiva.

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El teatro también se lee

(Todas las descripciones deberían ir siempre entre paréntesis o en cursiva y reducirse a un máximo tres líneas.
La luz es más simple que la palabra y el ojo no necesita otra cosa para ver.)

dospuntos: fuera del paréntesis, ver la historia con las palabras de los actantes aplica y muestra en
ella la medida de lo humano.Se busca en la memoria un escenario,un rostro y al evocarlos nos
salta a la vista la razón por la que aún los recordamos. Las voces que prestamos a los que que-
dan antes de los dos puntos pertenecen al mundo que hemos visto y justifican el modo en el
que pasó por nosotros, el modo en el que funcionaba con nosotros dentro, mientras nosotros
pensábamos estar fuera.Segismundo es un frutero romano que repetía todo es sueño,todo es
sueño con una expresión a medio camino entre el descaro y el cansancio y te pesaba los melo-
cotones con seriedad de psicostasis. Con sus nuevas palabras, en su nuevo papel, los persona-
jes que vemos cada día adquieren una dimensión mitológica. La sacralización o reducción al
absurdo del mundo es más fácil mediante este cambio de contexto,este verlos con su balanza
o su sonrisa agria mientras se leen sus palabras tras el nombre que no es suyo y los dos puntos
que sí les pertenecen. Es más fácil ver en la tragedia del prójimo la dignidad de Edipo o la re-
nuncia cansada del viajero sin maletas tras haber sustituido con rostros conocidos el misterio
de la lista de nombres que precede a la obra que leemos. Los nombres se vuelven motivados,
como casi cada palabra en el texto,y asignamos con toda razón una cierta caída de ojos a Enri-
que V y un tono de piel a Antígona; las acotaciones solo matizan lo que hemos decidido saber
de ellos,de dónde y cómo se mueven.Leer teatro no solo muestra la marioneta sino que enfati-
za especialmente los hilos,su número y su textura.No es fácil sentir a partir de la nuca el esca-
lofrío de la convulsión grosera de la Lust de Valery,pero la medida de lo humano nos ofrece el
espectáculo lamentable a veces,a veces glorioso de los hilos que movieron los músculos para
el escalofrío:son pocos y compartidos y reconocerlos es exactamente lo que nos permite adi-
vinar en el frutero al filósofo o poner en sus labios discursos en los uersus quadratus de Plau-
to.El lector se queda de la parte de allá de la frontera de los dos puntos y observa.Lugares para
ver (repito:ver) teatro leído:un coche aparcado,detrás de la barra de un bar,un balcón que da
a una plaza. Lugares para ver teatro: un bar, una cena familiar, una sala de espera. Los primeros
tienen en común la separación física que equivale al sangrado y los dos puntos.Los segundos tie-
nen en común la conciencia que tienen los que son vistos de estar siendo vistos,la conciencia
que las voces tienen de estar siendo oídas.Leyendo teatro las palabras nos utilizan para buscar
a través de nosotros un rostro al que pertenecer.Del mismo modo,las voces que no saben que
las escuchamos son ciegas como la tinta en el papel.En la convención ortográfica se resume y
concreta la tensión del reconocimiento de aquello que hay detrás de un rostro,la extrañeza al
descubrirlo y viceversa,que es la necesidad de asignar a las palabras una boca que las produz-
ca,de saber quién ha hablado,de ver las palabras,no de oírlas.

Ruth Miguel Franco. Universidad de Salamanca

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1 de junio de 1936:
EL ESTRENO DEL FERMÍN GALÁN
José Monleón

uñón de Lara concluye así su relato del final de la su- estaba planteada. Era una forma muy cinematográfica, con

T blevación de Jaca,en el monasterio de Cillas,cuando


las tropas de Fermín Galán y García Hernández fue-
ron cercadas por las fuerzas gubernamentales: «Las ame-
diez o doce cuadros en los que se desarrolla un poco la vida de
Fermín Galán. Luego metí por mi cuenta cosas populares
como el hacer a la Virgen capitana de las tropas.Cuando llegó
tralladoras comenzaron a disparar. No había opción; los la escena,los republicanos anticlericales y comecuras afirma-
sublevados se desplegaron en guerrilla. La lucha era de- ron que era absurdo que la Virgen interviniera a favor de la Re-
sigual, y, al final, las fuerzas de Galán se desorganizaron y pública. Paralelamente, se produjo la protesta de toda una
eran ya sesenta las bajas. Galán marchó en el estribo de un derecha monárquica, que estaba en el teatro esa noche.Así
camión hacia la pequeña ciudad de Biscarrués. Pudo huir que avanzó la gente y hubo que echar el telón metálico,el de
tranquilamente y pasar la frontera,pero creyó que su deber los incendios.Yo di las gracias, pero Margarita no tuvo tiem-
era entregarse y salvar así otras vidas.Y se entregó al alcalde po...Días después,paseando Margarita en el Retiro,se le acer-
del pueblecito». Miguel Maura, uno de los ministros del pri- có una dama y le dio una bofetada».
mer gobierno provisional de la República,juzgaba así a Fer- El revuelo de la crítica fue enorme y desplegó en muchos
mín Galán: «Hacer de Galán el protomártir de la Segunda casos una violencia inusitada. En Nueva España, Antonio
República es quizá muy emocionante y muy poético, pero Obregón escribía: «Los periódicos han dicho —algunos—
es una falsedad histórica.Galán no fue otra cosa que un anar- que en el teatro hubo división de opiniones:monárquicos y
quista suelto y desbocado». Palabras en las que no es difícil republicanos. Protesto. En el teatro hubo únicamente per-
adivinar la referencia al Fermín Galán de Rafael Alberti.Es- sonas de buen o mal gusto.Yo, por saber lo que es teatro,
tábamos,sin embargo,ante unos datos básicos ciertos —su pasé por reaccionario».Araujo Costa,en La Época, resumía:
sublevación, su derrota, su entrega voluntaria y su fusila- «La obra estrenada anoche en el Español,aprovechando cir-
miento—,y lo demás lo recrea la sensibilidad «republicana» cunstancias políticas favorables al tema,está fuera de la lite-
según sus necesidades emocionales.Y lo que Alberti inten- ratura, del arte, del teatro y de la poesía». Disonando de la
ta, aliado con Margarita Xirgu, es ver si el solemne Español línea general, Manuel Machado afirmaba en Libertad: «La
puede ser ocupado por esa naciente mítica.Si le sale al paso vida entera de Fermín Galán constituye el argumento de la
el «romance de ciego» es porque,históricamente,la vida de obra de Alberti, dividida en cuadros, como los carteles con
los personajes como Fermín Galán, soñadores, generosos y que los ciegos juglares acompañan sus ‘pobres’ y sabrosos
ajusticiados, ha solido contarse en plazas y mercados, lejos romances. De estos cuadros, unos están más logrados que
del público y de la poesía cultos. Lo explicaba así el propio otros y,en general,todos tienen bellezas considerables».
Alberti en su El poeta en la España del 31: «En España Aquel texto y aquel estreno,en los umbrales de la II Repú-
desde el 73 hasta 1931 conocemos mejor la actitud de la blica, revelan hasta qué punto las transformaciones sociales
poesía anónima, colectiva, que la del poeta con nombre al no siguen el compás de las proclamas institucionales.Hay en
pie de cada uno de sus poemas.No hay que buscar grandes todo lo que rodeó a la obra un primitivismo humoral,una cris-
poetas cívicos en España.Las musas liberales de un Quinta- pación, una ausencia de serenidad y, por supuesto, de volun-
na o un Espronceda pierden su voz hasta el tajante y des- tad de entender las razones estéticas de aquel «romance»,que
piadado Romancero del destierro, de Unamuno». revela la distancia entre el proyecto de convivencia republi-
¿Cómo respondió el público del estreno ante aquel Fer- cana y la sociedad legada por décadas de silencio.
mín Galán? Hoy gozamos ya de un cuarto de siglo de democracia con-
En una entrevista que le hice en París,en el 76,antes de su tinuada,al amparo de una constitución progresista y aprobada
regreso a España,Alberti recordaba:«Con el levantamiento de en referéndum.Hoy tenemos numerosos autores y obras que
Fermín Galán y García Hernández,que les valió ser fusilados, quisieran hacer del escenario el espacio sereno de la interro-
y con la leyenda que se formó en unos meses —más que con gación.Pero ¿tenemos ya una sociedad dispuesta a ello?
la historia real— hice yo un «romance de ciego»,que puede de- Sería gratificante acabar diciendo que 30 años de demo-
cirse que es la primera y casi única obra que se ha hecho así cracia nos han cambiado.Pero ¿tenemos un teatro que se in-
para la República,un teatro político con muchos errores,por- terrogue sobre el alcance de esos cambios? ¿No resuena en
que mi formación era débil,con una técnica teatral muy lige- ciertos discursos políticos y comentarios de prensa el gri-
ra, pero que creo que sigue siendo interesante tal y como terío de aquella noche del Español?

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