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SEMANARIO ECONÓMICO
SUPUESTOS MACRO DEL PRESUPUESTO 2021: GRAN
INCONSISTENCIA TÉCNICA E INMORAL.
de Iberá
USD 1.373
2180millones. Comparándolo
- Capital Federal - CPen(C1429CMD)
términos interanuales,
TE/Fax:las(5411)
exportaciones crecieron 17% y las
7509-0012
importaciones cayeron 28%. Para evaluar
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Semanario Económico N°439
18 de Septiembre de 2020
Además, el Presupuesto plantea los supuestos macroeconómicos, los cuales son “inputs” de la
política fiscal, o sea; terminan determinando los ingresos y de ahí (manteniendo el gasto fijo) el
resultado fiscal. Paralelamente, con ingresos determinados a partir de las variables macroeconómicas,
si se pretende cumplir con el resultado fiscal estipulado en el presupuesto, el gasto público debe
quedar endógeno y reducirse si los ingresos fiscales son menores a lo planeado originalmente.
En este marco, el análisis de los supuestos macroeconómicos del Proyecto de Presupuesto 2021 es
crucial para ver la consistencia, analizar la viabilidad y, sobre todo, anticipar los resultados del plan
económico que el Gobierno Nacional pretende poner en práctica desde el 1 de enero de 2021.
De acuerdo con el Mensaje del Proyecto enviado al Congreso Nacional, el Presupuesto 2021 tiene dos
principios fundamentales:
ii) La (in) Sostenibilidad fiscal: se plantea un déficit primario objetivo de -4,5% del PBI como
herramienta fundamental para garantizar una recuperación sostenible de la actividad y el empleo;
y un fortalecimiento de la inversión pública en áreas estratégicas.
De acuerdo con este Mensaje, en 2021 el Estado tendrá un rol activo en el proceso de reconstrucción
de la economía. Por un lado, se plantea una recuperación robusta de los ingresos fiscales; o sea, un
aumento de la presión tributaria. Es decir, un sector privado pagando más impuestos. Por el otro, se
proyecta un aumento del gasto público en términos reales. De acuerdo con los números en los
“papeles”, el gasto primario real crecerá un +7,6% y un +10,1% interanual en términos reales contra
2020 (sin las erogaciones extraordinarias por COVID-19) y 2019; respectivamente. En pocas palabras,
y en línea con lo que venimos anticipando, el proyecto Presupuesto 2021 proyecta más Estado y
menos sector privado, lo cual es la madre de todos los problemas que tiene Argentina hace años.
Como venimos explicando, el aumento del tamaño del Estado es el “padre” tanto de todos los
problemas macro y microeconómicos, como de la inestabilidad monetaria en materia de tipo de
cambio e inflación. Hace años que el aumento del tamaño del Estado es el que genera la destrucción
del capital y por ende, el empobrecimiento de la economía real, la caída de la generación de riqueza,
el desplome del PBI per cápita, el derrape de la producción y la pérdida de empleo. Paralelamente,
el aumento del tamaño del Estado es el que también genera, en la tendencia, cada vez más suba del
dólar y más inflación. Es fácil de ver.
El aumento del tamaño del Estado, que es cada vez más difícil de financiar, ahoga al sector privado
con cada vez más impuestos, regulaciones, impuesto inflacionario, devaluación y elevado costo de
capital. Como resultado de este incremento del Estado y sus resultados, al sector privado le cuesta
cada vez más esfuerzo poder hacer negocios y ganar dinero, con lo cual primero deja de invertir y
después des invierte. En consecuencia, en una primera etapa se deja de invertir capital, después se
desinvierte. La producción se estanca, luego se contrae. Se deja de acrecentar la generación de riqueza,
después se la destruye. En el mercado laboral, la generación de empleo (primero) se estanca y
(después) se destruyen puestos de trabajo. El desempleo crece cada vez más mientras que la pérdida
del poder adquisitivo del salario cada vez es mayor. En este sentido, en el gráfico 1 mostramos el
tamaño del Estado y el PBI per cápita, la desinversión y el nivel de actividad del sector privado.
Gráfico 1: tamaño del Estado, nivel de actividad del sector privado y PBI per cápita.
En este marco, si el problema es que el sector privado y la economía se achican porque el Estado se
agranda, el Presupuesto 2021 comete un grave error intelectual pretendiendo impulsar el
crecimiento mediante un aumento del tamaño del sector público. Por el contrario, al hacer más de
lo mismo de lo que se viene haciendo sostenidamente desde 2008, el Presupuesto 2021 va a lograr
exactamente lo opuesto a lo que pretende, es decir; en la tendencia 2020/2023 la economía se va
achicar más, no va a crecer.
De acuerdo con la versión del Gobierno Nacional y su Ministerio de economía, el PBI presentaría
variaciones positivas de +5,5% (2021); +4,5% (2022) y +3,5% (2023). Es decir, el proyecto de
Presupuesto 2021 plantea que Argentina va a tener variaciones de PBI positivas durante los
próximos tres años, lo cual no sucede en los últimos 13 / 15 años.
En este sentido, vale la pena remarcar que la última vez que se registraron tres años seguidos de
variación positiva del PBI fue en 2006, 2007 y 2008. Es más, el Presupuesto 2021 plantea que el PBI
per cápita, que viene cayendo sostenidamente desde 2011 hasta 2020, no sólo dejará de caer este
año, sino que comenzará a crecer vigorosamente y en forma sostenida en 2021, 2022 y 2023 (ver
gráfico 2).
Sin lugar a duda, de acuerdo con la teoría económica y el aval de los datos de la realidad, la proyección
que el Presupuesto 2021 hace para el PBI per cápita en el período 2021/2023 es inconsistente y no
sucederá. No puede pensarse que agrandando el Estado, que es lo que desplomó el PBI per cápita a lo
largo de los años, ahora logrará el resultado opuesto en el período 2021/2023. Si agrandar el tamaño
del Estado ha llevado a menor ahorro, desinversión, desacumulación de capital y desplome del capital,
agrandar aún más el Estado conducirá a más de lo mismo, pero peor. De acuerdo con nuestra visión,
en la película de largo plazo de los tres años, agrandar más el tamaño del Estado generará el resultado
opuesto al planteado por el Presupuesto 2021: en la película completa de 2020/2023 la tendencia
del PBI per cápita será declinante.
Igualmente, vale la pena hacer un comentario a partir del gráfico 2. De acuerdo con nuestro análisis,
ya dejamos en claro que lo que plantea el Presupuesto 2021 en materia de crecimiento del nivel de
actividad y de PBI per cápita no sucederá, y que la realidad será mucho peor. Ahora bien, por un
segundo imaginemos que el mundo de la economía se vuelve irrealmente loco, y viene un hada
madrina y con una varita mágica hace que se cumplan las proyecciones del Presupuesto 2021. Aun
cumpliéndose el delirio que plantea el Presupuesto 2021 en materia de crecimiento, en 2023 cuando
se termine el mandato de AF, el PBI per cápita de Argentina sería -5,5% (2019); -13,0% (2015) y -6,6%
(2011) más bajo que cuando terminaron las presidencias de Macri, CFK2 y CFK1; respectivamente.
Esta anterior comparación pone de manifiesto crudamente la situación que enfrenta el sector privado
argentino. Cada vez se requerirá más creatividad, más imaginación, mejor organización, más eficiencia
y productividad para poder hacer negocios y ganar dinero en Argentina. Hay una oportunidad. Muchas
empresas quedarán en el camino. El desafío será poder tomar parte de ese lugar que queda en el
mercado, ya que es el único espacio que existirá para amortiguar el impacto negativo del entorno
macro.
Tanto la variación del tipo de cambio (devaluación) como la inflación (variación del nivel general de
precios) son la contracara del poder adquisitivo del Peso. Una suba del tipo de cambio implica que se
necesitan más unidades de peso para comprar un dólar. Inflación implica que se necesitan más
unidades de pesos para comprar bienes y servicios, reflejando que el poder adquisitivo del dinero cae.
Como venimos explicando, si la oferta monetaria aumenta más que la demanda de dinero, el
desequilibrio monetario se acrecienta, el desequilibrio cambiario también aumentará y la pérdida del
poder adquisitivo del peso se potenciará, con lo cual el dólar subirá más y la inflación se acelerará.
Justamente, todo esto es lo que sucederá con la política fiscal y monetaria (implícita) en el
Presupuesto 2021, más aún con un CEPO que está condenado a seguir haciéndose cada vez más
férreo.
Paralelamente, proyecta que la inflación interanual se ubicará en 32% (2020); 28% (2021); 24% (2022)
y 20% (2023) en diciembre de cada año, lo cual implica una baja gradual pero sostenida del aumento
del nivel general de precios minoristas de -4 puntos porcentuales por año y todos los años. O sea, a
diferencia de lo que viene sucediendo hace más de diez años, cuando la inflación nunca ha dejado
de tener tendencia alcista en el mediano y largo plazo, el Presupuesto 2021 plantea que la inflación
pasará a tener una tendencia declinante de ahora en adelante durante el período 2021/2023.
Ahora bien, si hay CEPO, dicho tipo de cambio nunca puede ser el tipo de cambio de equilibrio,
porque la mera existencia del CEPO impone un exceso de demanda de divisas que inexorablemente
será que el dólar suba más. Y dicho exceso de demanda de divisas, será indefectiblemente exceso de
oferta en el mercado monetario, lo cual será mayor inflación. No termina acá, dicho exceso de
demanda de divisas también inexorablemente se traduce en exceso de oferta en el mercado de bienes
y de trabajo, lo cual implica menos nivel de actividad, más desempleo y peores salarios, con el correlato
en más pobreza e indigencia.
En pocas palabras, la economía argentina estará en las antípodas del equilibrio, tendrá por un lado,
gran exceso de demanda en el mercado cambiario, y por el otro, gran exceso de oferta en todos los
demás merados. Hay que esperar mucho más dólar y más inflación que lo planteado por el
Presupuesto 2021.
Además, en materia de política des inflacionaria, el Proyecto de Presupuesto 2021 también contradice
todas las recomendaciones de la teoría monetaria tendientes a bajar la inflación en forma exitosa.
En el caso de un país como Argentina, que no tiene moneda y registra quince años consecutivos de
elevada y creciente inflación con un aumento acumulado de precios mayor a +5400% entre 2002 y
2019, la teoría monetaria es muy clara, y recomienda política de shock para bajar la inflación. Por el
contrario, sin moneda, y con un track récord de Argentina, la teoría monetaria explica que la inflación
puede ser bajada sólo con política monetaria de shock, que en el caso de Argentina no sería otra
cosa que una reforma monetaria y bancaria.
Por el contrario, sin moneda y sin demanda de dinero, la teoría monetaria explica que la política
monetaria des inflacionaria gradual, como la que aplica Argentina desde hace años, está condenada
al fracaso como instrumento para bajar la inflación. De hecho, durante el gobierno pasado fracasaron
tanto el sistema de metas de inflación (controlar la cantidad de dinero y dejar libre la tasa de interés),
como el sistema de metas de agregados monetarios (controlar la tasa de interés y dejar libre la
cantidad de dinero). Es decir, hasta que no haya política monetaria des inflacionaria de shock, con
reforma monetaria y bancaria, la inflación no va a bajar “en serio”. Por el contrario, sin reformas de
fondo y sin política monetaria de shock, la inflación bajará sólo circunstancialmente y por un lapso
acotado de tiempo, para luego acelerarse más fuerte, exactamente como está sucediendo en la
actualidad.
Es más, el BCRA ha emitido a mansalva en los primeros ocho meses del año. No sólo eso, de aquí a fin
de año, si es que no se procura dejar libramientos impagos, se deberá emitir algo similar a lo que ya se
emitió. Como si esto fuera poco, el Presupuesto 2021 también promete que se emitirá a mansalva el
año próximo.
De hecho, el BCRA viene emitiendo pesos para financiar al Tesoro en forma creciente y acelerada
desde 2008. Y en 2019 y 2020 más que nunca (ver gráfico 4), lo cual seguirá a todo vapor en 2021 y,
probablemente, en 20222 también. En este marco, no puede sorprender que el dólar y la inflación
tengan tendencia alcista en la película de 2021, 2022 y, tal vez, 2023. De hecho, cada vez se hace más
de lo mismo, pero cada vez más intensamente, con lo cual no puede sorprender que los resultados
también sean más de lo mismo, pero cada vez peores.
1) Sin reformas estructurales pro ideas de la libertad y mercado, estos 10 meses últimos han sido lo
mejor que el gobierno de AF nos podrá dar en materia de estabilidad e inflación.
2) Lo que emitieron hasta ahora, lo que falta emitir en 2020 y lo que van a tener que emitir en 2021
asegura tendencia de dólar e inflación alcista en 2020; 2021 y 2022.
4) El dólar de mercado va a empezar con 2 más rápido de los que casi todos creen.
5) Hace un año, el dólar de Convertibilidad estaba $134 cuando el dólar estaba $45. Hoy está $1.312.
6) Este gobierno nos está conduciendo a una hiperinflación moderna de tres dígitos anuales.
8) Los números del Presupuesto 2021 son un dibujo que aseguran que ninguno de estos objetivos
sean alcanzados. Están mal los números de dólar, inflación y PBI; todos y cada uno.
10) El Presupuesto dice que vamos a tener tres años seguidos de variación positiva del PBI, lo cual no
pasa desde 2005; 2006 y 2007
11) El Presupuesto 2021 es tan irreal, que asegura que en materia de dólar e inflación se alcanza el
equilibrio real en diciembre 2020 y se mantiene ahí quietito ahí hasta 2023.
12) El Presupuesto 2021 está peleado con la teoría desinflacionaria, plantea todo lo contrario a lo que
hay que hacer para bajar la inflación en un país que no tiene moneda.
13) No hay plan para estabilizar el dólar y la inflación, sino que hay plan para hacerlos volar por los
aires: emitir y seguir emitiendo a mansalva.
14) Si seguimos así, en 2025 vamos a estar de mitad de tabla para abajo, cómodos, considerando
todos los países de la región.