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El Sistema Nacional de Orquestas en Venezuela como modelo pedagógico

musical en Colombia

María Fernanda Rubiano Pulido

Desde mi práctica como violista y profesora de música me doy cuenta de la


dificultad que enfrenta el campo musical en un país como Colombia, ya que, en
primera instancia, encuentro un modelo musical estructural académico deficiente
macro a nivel nacional, otra razón, es la carencia de ambición por parte de las
directivas que gestionan el área musical del país, por otro lado la falta de difusión
de la música sobretodo académica en la población y por último la falta de interés
en querer mejorar la situación actual.

Viendo el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e infantiles que


Venezuela tiene como propuesta, es evidente que es un verdadero modelo a
seguir, pues, esta además de ser una población que no cuenta abundancia de
recursos económicos, demuestra, que es posible tener una buena escuela de
música y que puede resultados bastante buenos no solo a nivel nacional sino que
a su vez tienen bastante reconocimiento a nivel internacional.

Colombia, a lo largo de los años ha tomado iniciativas de crear proyectos similares


y asimismo, con ayuda de Venezuela han logrado crear propuestas bastante
buenas como Tocar y Lucha, en donde se ha querido seguir en mismo modelo
Venezolano, también, con ayuda del sector privado y parte del sector público se
ha creado la Fundación Nacional Batuta pero aun así estas no han tenido tanta
relevancia como es hasta ahora lo ha tenido El Sistema.

Encuentro esta, como una oportunidad para observar este modelo pedagógico
usado en Venezuela, ver los pros y contras al que este se enfrenta si estuviese en
Colombia y ver por qué estos proyectos que ya tenemos aquí en el país no han
llegado a tener tanto reconocimiento como ha llegado a lograr la academia musical
venezolana.

Según la página oficial, describen “El Sistema Nacional de Orquestas y Coros


Juveniles e Infantiles de Venezuela es una obra social y cultural del Estado
venezolano. También conocido como El Sistema, fue concebido y fundado en
1975 por el maestro y músico venezolano José Antonio Abreu para sistematizar la
instrucción y la práctica colectiva e individual de la música a través de orquestas
sinfónicas y coros, como instrumentos de organización social y de desarrollo
humanístico.” (El Sistema, 2018) asimismo ellos plantean a los músicos
integrantes del Sistema como embajadores de la paz, como una alternativa real y
sustentable de educación, progreso, un modelo de paz y progreso para la
humanidad. Con esta descripción, encuentro que posicionan este proyecto en un
lugar en donde le brinda esperanza y fe no solo a los músicos sino como ellos
dicen, a la humanidad, lo que me da a entender, que creer firmemente en el
Sistema como un proyecto social pues, este va a dirigido a toda comunidad en
donde la mayoría es un población de bajos recursos. Por otro lado aquí
demuestran que la comunidad orquestal es un espacio para formarse como
personas y por ende como sociedad. De esta manera y a respuesta de tan
excelentes resultados demostrados, el gobierno también ha apoyado en distintos
aspectos a este proyecto, lo cual es otro motor, además, del sentido de pertenecía
que naturalmente los venezolanos sienten por este. Contrario, al concepto que la
población colombiana tiene hacia la música, en Colombia existe un pensamiento
que supone que la música clásica nos es para todo el mundo, sino para los que
tienen las posibilidades de comprase un buen instrumento, pagar un profesor, un
academia, una universidad, salir de país a participar en festivales y demás
factores que aparentan a este campo como algo externo al contexto, es decir, no
hay ningún tipo de sentido de pertenencia ni cercanía hacia la musica.

Las metódicas que son utilizadas para el aprendizaje musical en Venezuela van
desde: la interacción pedagógica que se imparte desde que los niños cumplen sus
2 años, ellos desde esa edad empiezan a aprender sobre teoría y práctica
instrumental. Por otro lado, ellos conceptualizan la convivencia de manera que
sientan que el grupo con el que están es una segunda familia, “ya que además de
los ensayos generales diarios, se hacen seminarios intensivos por semanas
internados en algún lugar completamente apartado de los núcleos familiares, lo
que posibilita el estrechar lazos de amistad y compañerismo entre los músicos en
formación y entre estos y sus profesores” [ CITATION Car07 \l 9226 ]. Además, la
interpretación se aprende por medio de profesores estrictamente seleccionados
que deben cumplir con requisitos tales como haber pertenecido al sistema por más
de 20 años, ser músicos activos del Sistema de Orquestas, haber sido parte del
núcleo de directivos o ser miembro fundador de alguna orquesta. Esto nos deja
mucho que pensar, en Colombia las academias o institutos no formales de música
generalmente contratan estudiante que en ocasiones ni siquiera cuentan un título
universitario de música, no se es requerida una audición para poder acceder al
cargo.

Por otra parte, el fundador de El Sistema, José Antonio Abreu El Maestro José
Francisco del Castillo (Méndez, 2007, p. 2) describe a Abreu como “un tipo
bárbaro”. Destaca la habilidad para ganarse la voluntad de todos los gobiernos
(Méndez, 2007, p. 5). Por esa razón gente de todas las disciplinas y tendencias
políticas reconocen su obra, incluso la ven como una verdadera revolución. La
pasión del líder por el proyecto y su vínculo personal es otra fuerza detrás del
éxito. Alfredo Rugeles (Méndez, 2007, p. 5) considera que Abreu ha hecho de su
vida un apostolado dedicado enteramente a “El Sistema”. [ CITATION Fre07 \l 9226 ].
En este sentido ¿a quién podríamos considerar aquí en Colombia un José Antonio
Abreu? Probablemente, cada uno de nosotros ha pasado por manos algún
profesor que no ha marcado tal como Abreu marcado a tantos venezolanos, pero
¿Quién ha sido capaz de entregar su vida a un proyecto como tal aquí en
Colombia?
Finalmente, todas estas son muestras de que la clave del éxito del Sistema de
Orquestas y Coros Juveniles e infantiles que Venezuela es gracias al interés, y
dedicación colectiva en pro a este proyecto. Probablemente, en Colombia
podríamos tener algo similar como de hecho ya tenemos con Tocar y Luchar o La
Fundación Nacional Batuta pero ¿qué es en realidad lo que nos detiene para
despegar a tal nivel como lo hizo El Sistema? Una respuesta podría ser, la
motivación por alcanzar algo o un interés en llegar a algo o un sentido de
pertenencia. Muchos músicos Colombianos que sienten inconformidad con la
educación musical que nos brindan acá deciden seguir formándose en el exterior
para llegar a ser mejores intérpretes, compositores, directores, y finalmente
quedarse fuera del país, pero a fin de cuenta ¿Qué están haciendo estos
personajes por Colombia teniendo tan buena formación musical? ¿Qué estamos
haciendo los músicos colombianos por este país? Estos son cuestionarios a los
que probablemente nunca encontraremos respuesta y asimismo son una invitación
como labor te todos los músicos colombianos a incentivar un sentido de partencia
colectiva hacia nuestra música colombiana y así algún día sentirnos orgullosos de
la formación musical que recibimos en este país.
Bibliografía

Carvajal, B. C. (2007). El Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de


Venezuela. La escuela que aprende. Venezuela: Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado.

Sánchez, F. (2007). El Sistema Nacional para las Orquestas Juveniles e Infantiles.


La nueva educación musical de Venezuela. Venezuela: Instituto
Universitario de Estudios Musicales.

Sistema, E. (2018). El Sistema musica para todos.

Méndez, Carmen Victoria. Así es el maestro Abreu. Tal Cual, Caracas, 17 abr.
2007. Segundo cuerpo: los Músicos. p. 2.

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