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Jean Piaget - La Psicologia de La Inteligencia (1999) PDF
Jean Piaget - La Psicologia de La Inteligencia (1999) PDF
La psicología
de la inteligencia
CRÍTICA
Barcelona
Primera edición en BIBLIOTECA DE BoLSILLO: junio de 1999
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Título original:
LA PSYCHOLOGIE DE L'INTELLIGENCE
]. P.
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1
J
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICiúN
J. P.
Octubre de 1948.
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1
1
PRIMERA PARTE
LA NATURALEZA
DE LA INTEtiGENCIA
CAPÍ.TULO 1
DEFINICIÓN DE LA INTELIGENCIA
LA INTERPRETACIÓN DE B. RUSSELL
LóGICA Y PSICOLOGÍA
=
o y - x' x. 3. Asociatividad: (x + x') + y' = x + (x' + y') = (z).
0
EQUILIBRIO y GÉNESIS
l nuevamente trazadas.
62 LA PSICOLOGÍA DE LA INTELIGENCIA
LA INTELIGENCIA
Y LAS FUNCIONES SENSORIO-MOTRICES
CAPÍTULO 3
. LA INTELIGENCIA Y LA PERCEPCióN
HISTORIA
~
INTELIGENCIA Y PERCEPCIÓN 67
LA TEORÍA DE LA FORMA
Y SU INTERPRETACIÓN DE LA INTELIGENCIA
r':?-d o d~-r.
' 0
r= - d + Prd o d= - r + Prd
3. Además, ninguna composición de relaciones perceptivas es inde-
pendiente del camino recorrido (asociatividad), sino que cada relación
82. LA PSICOLOGÍA DE LA INTELIGENCIA
Supongamos así que las Hneas precedentes A y A' sean ahora va-
lores muy próximos o iguales. Si son iguales, la centración sobre A di-
lata a A y desvaloriza a A', luego la centración sobre A' dilata a A'
y desvaloriza a A en las mismas proporciones: de ahí la anulación de
las deformaciones. Por el contrario, si son ligeramente desiguales, pero
su desigualdad es inferior a las deformaciones debidas a la centración,
la centración sobre A da la percepción A > A' y la centración sobre A'
la visión A' > A. En ese caso hay contradicción entre las estimaciones
(contrariamente al caso general en que una desigualdad, común a los
dos puntos de vista, aparece simplemente más o menos .fuerte según se
observe a A o a A'). Esta contradicción se traduce entonces en una
especie de balanceamiento (comparable a la resonancia en .física) que no
podría concluir en el equilibrio perceptivo sino por el igualamiento
A = A'. Pero este dgualamiento se mantiene subjetivo, y es, pues,
ilusorio: que es como decir que dos valores casi iguales quedan confun-
didos por la pe-rcepción. Ahora bien, esta indiferenciación es, precisa-
mente, lo que caracteriza la existencia de los <<Umbrales diferenciales>>
y, como es proporcional (en virtud de la ley de las centraciones relati-
vas) a las longitudes de A y de A', nos encontramos nuevamente aquí
con la ley de Weber.
La ley de Weber, aplicada a los umbrales diferenciales, se e:x;plica,
pues, por la de las centraciones relativas. Además, como se extiende
igualmente a cualesquiera diferencias (sea que 1as semejanzas priven
sobre las diferencias, como en el interior del umbral, sea a la inversa,
como en el caso discutido más arriba), puede considerársela en todos
los casos como expresando simplemente el .factor de proporcionalidad
inherente a las relaciones de centraciones relativas (y para el tacto y
el peso, etc., como para la visión).
(cap. 1 y fin del cap. 2) la escasa importancia que tiene una pre-
gunta de ese género. Sin embargo, puede decirse que, en su punto
de partida, rlas acciones que consisten en coordinar las miradas
en el sentido de la descentración, en transpol.'ltar, comparar, anti-
cipar y sobre todo en transponer, se hallan en estrecha solidari-
dad con la inteligencia sensorio-motriz de que hablaremos en el
capítulo siguiente. En particular, la transposición, interna o ex-
terna, que resume todos .los demás actos de orden perceptivo, es
perfectamente comparable con la asimilación que caracteriza los
esquemas sensorio-motores y especialmente con Ja asimilación ge-
neralizadora que permite el traspaso de estos esquemas.
Pero, si se pueden aproximar la actividad perceptiva y la in-
teligencia sensorio-motriz, el desarrollo de [a primera sólo la con-
duce hasta el umbral de las operaciones. En la medida en que las
regulaciones perceptivas debidas a las comparaciones y transpo-
siciones tienden hacia la reversibilidad, constituyen uno de los
soportes móviles que permitirán la iniciación del mecanismo ope-
ratorio. Este último, una vez constituido, reaccionará en seguida
sobre ellas, logrando integra.vlas mediante un choque de retroceso
análogo a aquel del cual acabamos de citar un ejemplo a propó-
sito de las transposiciones de igualdades. Pero antes de esta reac-
ción, las regulaciones perceptivas preparan la operación, introdu-
ciendo siempre mayor movilidad en los mecanismos sensorio-mo-
tores que constituyen su subestructura: bastará, en efecto, que
la actividad que anima la percepción sobrepase el contacto inme- ., .
diato con el objeto, y se aplique sobre distancias crecientes en el
espacio y en el tiempo, para que desborde el campo perceptivo y
se Hbere así de las limitaciones que :le impiden alcanzar la movi-
lidad y la reversibilidad completas.
Pero la actividad perceptiva no es el único medio de incuba-
ción de que disponen en ·su génesis las operaciones de Ja inteli-
gencia; hay que examinar .todavía el papel de las funciones mo-
trices productoras de hábitos, y ligadas, por lo demás, de muy
cerca a la percepción misma.
CAPÍTULO 4
EL HABITO Y LA INTELIGENCIA
SENSORIO-MOTRIZ
EL HÁBITO Y LA INTELIGENCIA
2) Tanteo y estructuración
LA ASIMILACIÓN SENSORIO-MOTRIZ
Y EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA EN EL NIÑO
EL PENSAMIENTO INTUITIVO
1-
BIBLIOGRAFíA
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 4
CAPÍTULOS 5 y 6
Prefacio . 7
Prefacio a la segunda edición . 9
PRIMERA PARTE
LA NATURALEZA DE LA INTELIGENCIA
TERCERA PARTE
EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO
68 Bibliografía . 191
73
79.
91
99
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106
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