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La tauromaquia para los amantes del toreo es una estructura, la cual la constituye
variadas emociones, por lo tanto, también la consideran como una práctica cultural
ya que en esta se encuentran representaciones simbólicas, las cuales han sido
apreciadas y aprendidas de generación en generación, además, la tauromaquia es
una práctica que siempre ha estado con nosotros ya que es un proceso que data
de la humanidad, y que con el paso del tiempo, se convirtió en una identidad
cultural por medio de las creencias de las antiguas civilizaciones, ya que este
animal se conocía y se denominaba como una representación o símbolo de poder
y fuerza, el cual debía ser vencido y a la vez idolatrado.
Las corridas de toros son un fenómeno social que consiste en lidiar varios toros,
tanto a pie como a caballo, en una plaza cerrada y circular. Este espectáculo
incluye: las corridas de toros, la crianza del ganado; las técnicas del toreo, los
trajes de los toreros; el reglamento de la tauromaquia; la danza, la manera de
participar del público, entre otros.
En la antigüedad, las corridas de toros llegaron a ser consideradas como una parte
importante de las fiestas civiles y religiosas, con la cual se festejaba y se
celebraba la elección de presidentes, a los obispos, las coronaciones de los reyes,
etc.
Los animalistas, están en total desacuerdo con las corridas de toros, ya que creen
que es una actividad cruel, en la cual el animal es el que sufre, simplemente por
hacer entretener a un público, el cual disfruta de su muerte.
La mayoría de los defensores de animales son jóvenes que están entre los 19 y
los 25 años de edad.
Los animalistas por varios años han tratado de eliminar las corridas de toros, ya
que a estos animales son asesinados fríamente en la plaza. Estas personas tratan
de proteger y defender la vida de los animales, y por lo tanto luchan para evitar
que actos como estos se sigan practicando.
En las corridas, no solamente los toros son asesinados o heridos, los caballos que
usan los toreros también padecen dolor al sufrir las embestidas o golpes de los
toros, de hecho estos animales también pueden morir en un espectáculo o
después de participar en 4 o 5 corridas aproximadamente.
Los toros, como son animales, no pueden tener sentido de la dignidad, tampoco
del bien o del mal, y mucho menos de la justicia ni de la crueldad, pero lo que sin
duda tienen es capacidad de sufrir y de sentir dolor.
Considerar la tauromaquia como “arte” es carente de fundamentos éticos y
científicos, pues el arte en sí es un proceso de creación y construcción que da vida
a una obra, no que la quita como es en el caso de las corridas donde se quita la
vida al animal.
Los amantes al toreo creen que la muerte de toro es honorable, ya que es el único
animal que puede enfrentarse y que tiene la posibilidad de llevarse la vida del
torero, también es el único animal que después de muerto la gente le rinde tributo
a su nombre, y es recordado en la historia del toreo, además afirman que les
gustaría que el toro no se muriera, pero después la única utilidad que tendían sería
la carne. Así que para ellos es mejor que el animal tenga y goce de una vida plena
y saludable antes de ser llevado a la arena, a que sea encerrado o encadenado
toda su vida en una fábrica de carne, donde el resultado va ser el mismo, la
muerte.
Según Antonio Caballero en un artículo de opinión el cual tiene por nombre “¡Ay,
los toritos…!” dice que “los que mejor vida llevan son los toros de lidia. Cuatro
años de holganza y protegida libertad en el campo, y media hora final de lucha a
muerte. Y la muerte inevitable, pero digna: en la pelea. No en la ejecución infame
y sin defensa a la que son sometidos los cerdos o los pollos, los atunes o las
ratas, o los gusanos de seda.”
De todos los toros que se matan en el mundo el 98% son destinados para el
consumo humano y solo el 2% mueren en los espectáculos taurinos.
El escritor Luis Nieto Manjón describe el toro de lidia como un mamífero rumiante,
de unos dos metros y medio de largo desde el hocico hasta el arranque de la cola
y cerca de metro y medio de altura hasta la cruz (la parte más alta del lomo);
cabeza gruesa armada de dos cuernos, piel dura con pelo corto, y cola larga
cerdosa (con pelo) hacia el remate.
En España, las corridas de toros son denominadas como un acto cultural, el cual
se celebra desde hace siglos.
Varias personas afirman que el toro de Lidia es el animal mejor cuidado, ya que
consume alimento de buena calidad, posee lotes amplios para pastar, protección
contra enfermedades, etc. todo para que llegue en perfectas condiciones a la
arena.
La raza del toro de Lidia posee diferentes tonalidades de pelaje, los cuales son:
dorado, albahío, azabache, barroso, zaino, avinagrado, castaño, colorado,
ensabanado, cenizo, jijón, entre otros, pero el más común en las corridas es el
color zaino y el azabache.
Hay una larga etapa de la historia de Colombia que está asociada con la cultura
taurina, pero con el nuevo proyecto que se está realizando, todo parece indicar
que presenciamos los últimos días de la tauromaquia en nuestro país. Esto da
lugar a que se deje de optar por la agresión física, y así mismo promover acciones
de conciencia y reflexión sobre los valores que están involucrados en esta
práctica.
Si las corridas de toros desaparecen, inevitablemente desaparecerán con ellas todas las
ganaderías de toros bravos, y así mismo, las granjas que cultivan estos animales
quedarían en bancarrota.
En las plazas de San Nicolás, Belmente y Granada, fueron donde los colombianos vieron
por primera vez matadores o toreros con traje de luces, banderillas y lances.