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Carta a una amiga que sufre por infidelidad

Hoy se dice que las mujeres están buscando a hombres que todavía no existen y los hombres a las
mujeres que una vez existieron, ya desde ahí comenzamos mal, ambos entran con expectativas
contradictorias.

Por consecuencia, el hombre educado dentro del machismo, que aunque se hable en el hogar de
la equidad de género, el ejemplo o la transmisión, termina siendo de una herencia de conductas
machistas, entre la que destaca como se califica la infidelidad en la mujer y en el hombre, hay una
frase popular que viene a cuento, “lo que en mi es virtud en el otro es defecto”. Se aplica
perfectamente a los casos en los cuales el hombre ve su propia infidelidad como algo placentero,
divertido, travieso, propio de su género, pero si la infidelidad corresponde a la mujer los daños son
peores que los de un volcán en erupción, ahí la infidelidad se une a palabras como afrenta, ofensa,
golpe, daño y se olvidan las palabras positivas. Vivimos en un país en el que todavía la violencia
sexual, psicológica, económica, estructural y física no se ha resuelto.

Muchas mujeres siguen viviendo en la época representada en el cine mexicano, en el cual el


hombre se equivoca, daña a su mujer y encima la manipula para que se sienta culpable y todavía
hace que le pida disculpas. La mujer se siente culpable y puede ceder en muchos aspectos, cuando
lo que se necesitaría sería que ella pusiera límites y condiciones para que una relación pueda
continuar.

Detrás de toda esta problemática muchas veces encontramos una mujer con baja autoestima, es
por eso que podríamos decir que la autoestima no es un lujo, sino un artículo de primera
necesidad.

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