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INFECCIÓN DE LAS VÍAS URINARIAS RECURRENTES

La infección del tracto urinario (ITU) es


considerada generalmente como la existencia
de microorganismos patógenos en el tracto
urinario con o sin presencia de síntomas. Las
infecciones del tracto urinario (ITU) son las
más frecuentes de todas las infecciones
bacterianas en el ser humano.(1)
Es importante reconocer la siguiente terminología:
- Infección del tracto urinario recurrente: Más de tres episodios de infecciones
del tracto urinario demostrado por cultivo en un período de un año.
- Recidiva: Nueva infección por el mismo agente causal, con mayor frecuencia en
los varones. Siendo habitual la existencia de un foco prostático o renal no
erradicado de forma satisfactoria
- Reinfección: Recurrencia causada por un agente causal diferente al primer
episodio, con mayor frecuencia en el sexo femenino.
Etiología
En más del 95% de los casos, un único microorganismo es el responsable de la ITU. El
agente etiológico más frecuente de ITU en ambos sexos es la Escherichia coli,
responsable del 75% a 80% de casos; el 20% a 25% restante incluye microorganismos
como: Staphylococcus saprophyticus, Proteus mirabilis, Proteus vulgaris, Klebsiella
sp., Streptococcus faecalis, Pseudomonas aeruginosa.
Durante el embarazo los agentes causantes de ITU son los mismos en frecuencia que los
hallados en las mujeres no embarazadas; sin embargo, es posible detectar en menor
medida Enterococcus sp, Gardnerella vaginalis y Ureaplasma Urealyticum. Los
pacientes sondados suelen presentar infecciones polimicrobianas. Hongos, como
Candida sp., suelen ser encontrados en pacientes diabéticos, inmunosuprimidos o que
están recibiendo antibióticos de amplio espectro; más raros y, principalmente, en
pacientes inmunodeprimidos pueden ser aislados Aspergillus o Criptococcus en orina.
Patogenia
el ascenso de las bacterias periuretrales por las vías urinarias causan la mayor parte de
las infecciones urinarias. Casi todos los casos de pielonefritis se deben al ascenso de
bacterias desde la vejiga a través del uréter y el parénquima renal. Es por ello, que las
mujeres su uretra combinada con su proximidad al vestíbulo vaginal y el recto
predisponen que sea más frecuente que en los varones.
La dispersión hematógena puede ocurrir en pacientes inmunocomprometidos, en cuanto
a la extensión bacteriana de órganos adyacentes a las vías urinarias puede ocurrir en
pacientes con abscesos intraperitoneales, fístulas vesicointestinales o vesicovaginales.
Criterios Diagnósticos
Bacteriuria sintomática
- Presencia de fiebre >38°C, tenesmo, polaquiuria, disuria o dolor suprapúbico,
cultivo de orina con >105 UFC/ml con no más de dos especies de organismos
- Presencia de dos de los siguiente signos o síntomas: fiebre >38°C, tenesmo,
disuria, polaquiuria, nitratos o leucocito-estearasa positivo, piuria >10
leucocitos/ml , dos urocultivos con >103 UFC/ml del mismo agente causal.(2)
Pruebas de diagnóstico
- Urocultivo+antibiograma: para identificar el agente causal.
- Sedimento urinario: detección de piuria, hematuria, pH urinario y nitritos (+).
- Ecografía abdominal y pélvica: En caso de shock séptico, IRA, dolor cólico,
hematuria franca o persistencia de fiebre al tercer día de tratamiento antibiótico
activo frente al microorganismo aislado.
- Cistoscopia: sólo en el caso de cistitis febriles de repetición.
- Urografía intravenosa: al igual que la cistografía retrógrada permite descartar
anomalías urológicas responsables de la infección, especialmente las que cursan
con retención postmiccional o reflujo vesicoureteral
Tratamiento
Fluoroquinolonas
- Norfloxacino 200 mg/día
- Ciprofloxacino 250 mg/día
Nitrofurantoína 50 a 100 mg/día
β-lactámicos
- Cefalexina 125 o 250 mg c/día.
Profilaxis antimicrobiana post-coital
- Cotrimoxazol 40/200 mg
- Ciprofloxacino en dosis de 125 mg al día
Terapia de reemplazo estrogénico en la mujer postmenopáusica.
- Aplicación tópica vaginal de 0,5
mg/día de estriol durante dos
semanas.
PROSTATITIS BACTERIANA
AGUDA

Es la inflamación de la próstata
relacionada con una infección uretral
ascendente o de reflujo de orina de la
vejiga hacia los conductos prostáticos. Es
el diagnóstico urológico más común en hombres menores de 50 años y el tercer
diagnóstico más común en hombres mayores de 50 años, se asocia con factores
predisponentes como la hiperplasia prostática benigna o la inmunosupresión.

Como respuesta a la invasión bacteriana, se observan leucocitosis (leucocitos


polimorfonucleares, linfocitos, células plasmáticas y macrófagos) dentro y alrededor de
los acinos de la próstata. Con frecuencia se desarrolla edema e hiperemia del estroma
prostático, la prolongación de la infección ocurre necrosis y abscesos.

Clasificación de NIDDK/NIH

I Prostatitis bacteriana aguda


II Prostatitis bacteriana crónica (infección recurrente del tracto urinario o infección crónica
de la próstata)
III Prostatitis abacteriana crónica/síndrome de dolor pélvico crónico (dolor en la región
pélvica durante 3 meses con micción variables, disuria)
IIIA Sx de dolor pélvico crónico inflamatoria (Leucocitos en semen, secreciones prostáticas,
VB3)
IIIB Sx dolor pélvico crónico no inflamatorio (Sin leucocitos en semen, secreciones
prostáticas, VB3)
IV Prostatitis inflamatoria asintomática (inflamación en muestras de biopsia, semen, VB3,
secreciones prostáticas pero sin síntomas)
Anatomía

La próstata es un órgano extra


peritoneal que rodea el cuello de la
vejiga y la uretra. En un adulto, este
órgano se divide en cuatro zonas o
regiones distintas: periuretral, central,
de transición y periférica. El carcinoma
de próstata surge con mayor frecuencia
en la zona periférica que las otras
zonas. Sin embargo, la distribución de
la inflamación prostática entre las
diversas zonas no está clara.
Una glándula prostática normal tiene aproximadamente 20 g de volumen, 3 cm de
longitud, 4 cm de ancho y 2 cm de profundidad. A medida que los hombres envejecen,
la glándula prostática a menudo se agranda debido a la hipertrofia prostática benigna.
Fisiopatología
El reflujo urinario intraprostático es causa más común; la orina infectada refluye hacia
los conductos eyaculatorio y prostático que desembocan en la uretra posterior. Debido a
la anatomía de la glándula prostática, los conductos que drenan las glándulas en la gran
zona periférica se colocan más horizontalmente que otros conductos prostáticos y, por
lo tanto, facilitan el reflujo de orina hacia la próstata. En consecuencia, la mayoría de las
infecciones ocurren en la zona periférica.
En los hombres más jóvenes, la infección uretral ascendente puede ocurrir después de
las relaciones sexuales. La inoculación de meato puede ocurrir durante el coito anal sin
protección, la instrumentación y el cateterismo prolongado.
Etiología
 E. coli  Salmonella
 Proteus mirabilis  Neisseria gonorrhoeae
 Klebsiella  S. Aureus
 Enterobacter  M. tuberculosis
 Pseudomona aeruginosa

Factores de Riesgo

 Reflujo ductal intratrastático

 Fimosis y prepucio redundante

 Coito anal sin protección

 Infecciones del tracto urinario

 Epididimitis aguda

 Sonda de Foley permanente y sonda de preservativo

 Cirugía transuretral

 Secreciones prostáticas alteradas

 Biopsia reciente de aguja de próstata guiada por ecografía transrectal.


Cuadro Clínico

Los pacientes con prostatitis bacteriana aguda suelen presentarse con un inicio abrupto
de síntomas constitucionales como fiebre, escalofríos, malestar general, artralgia,
lumbalgia, dolor rectal o perineal. Se acompaña también de síntomas urinarios como
tenesmo vesical, polaquiuria, disuria, retención urinaria por la inflamación de la
próstata. La exploración rectal digital se debe realizar con precaución ya que ante este
examen físico se puede encontrar glándulas dolorosas a la palpación, hipertróficas,
irregulares y cálidas.

Diagnóstico

El análisis de orina suele mostrar leucocitos y en


ocasiones hematuria, en cuanto al análisis de suero
sanguíneo también muestra leucocitosis. Los
valores del PSA específico suelen estar elevadas,
si se obtiene el nivel de PSA y se encuentra
elevado, el estudio debe repetirse 30-60 días
después del tratamiento adecuado. Los estudios
han demostrado que un tratamiento de 2 a 4
semanas con antibióticos disminuyó los niveles de
PSA 

El cultivo de orina nos permitirá identificar el


agente causal, mientras que el cultivo del expresado prostático (antes y después del
masaje prostático) contiene leucocitos con macrófagos cargados de lípidos. Cabe
recalcar que el masaje prostático no es muy recomendado ya que la próstata se
encuentra dolorosa a la palpación o puede conllevar a una bacteriemia.(3)

La biopsia de próstata está contraindicada en pacientes con sospecha de prostatitis


bacteriana aguda debido a la complicación potencial de sembrar la infección bacteriana
en órganos adyacentes y el riesgo de sepsis gramnegativa.

En cuanto a la ecografía abdominal y pélvica resulta útil para determinar la cantidad de


orina residual, mientras que la ecografía transrectal está indicada sólo para los pacientes
que no responden al tratamiento convencional.(4)

Tratamiento

El tratamiento dependerá si es prostatitis no


complicada (clínica precoz, sin abscesos) con una
duración de 2 semanas, si es complicada (síntomas
persistentes, abscesos) duración 4 semanas, con los
siguientes antibióticos:(5)
Tratamiento empírico:

- Ciprofloxacino 500 mg v.o c/12 horas


- Ofloxacino 400 mg vo c/12 hrs
- Trimetoprim + sulfametoxazol v.o 800 mg
c/12 horas
- Ampicilina 2 g iv c/6 hrs
- Gentamicina 5mg/kg iv c/8 horas
- Ceftriaxona 1g iv o im c/día
- Clindamicina 600 mg iv c/8 horas

Si el paciente se encuentra con sonda


vesical se debe administrar:

- Ceftazidima 2 g iv o im c/día
- Piperacilina+tazobactam 4 g iv
c/8hrs

PROSTATITIS BACTERIANA
CRÓNICA

Tiene un inicio insidioso (> 3 meses), por infección de vías urinarias recurrentes y
recidivantes, causada por la persistencia del agente causal en el líquido prostático a
pesar del tratamiento con antibióticos. Se caracteriza por presentar cultivos positivos de
la secreción prostática y urocultivos negativos. Representa del 5 % al 10% de las
prostatitis.(4)

Etiología

Los patógenos son los mismos que en las prostatitis agudas, siendo el más frecuente el
E. Coli y los grampositivos como el Staphylococcus Aureus, Streptococo faecalis y el
Enterococo.
Clínica

La mayoría de los pacientes suelen presentarse con disuria, tenesmo vesical,


polaquiuria, nicturia, chorro débil y lumbalgia o dolor perineal. En cuanto al tacto rectal
la próstata puede estar de tamaño normal o ser muy dolorosa a la palpación, los cálculos
prostáticos rara vez son palpables en el examen de la próstata porque generalmente se
encuentran en las profundidades de la glándula prostática. Si los cálculos son palpables,
son una pista significativa de la causa de las recurrencias, ya que pueden ser un foco
para la infección.

Diagnóstico

- Urocultivo: identifica el agente causal ya sea grampositivos o gramnegativos.


- Análisis de orina: presencia de leucocitosis.
- PSA: los niveles específicos se encuentran elevados, no se recomiendan las
pruebas de PSA de rutina durante un episodio de prostatitis. En pacientes con
prostatitis bacteriana que tienen un valor de PSA elevado, se recomienda una
reevaluación del valor de PSA 6-8 semanas después del tratamiento adecuado
para garantizar que el valor disminuya a niveles normales.
- Cultivo de semen: El semen es un conjunto de secreciones en el que la porción
de origen prostático representa alrededor del 30% del volumen total. Ello le
convierte en un medio idóneo para evaluar la capacidad funcionante de esta
glándula, así como las alteraciones de la misma, ya que durante la eyaculación la
próstata se contrae de forma generalizada vertiendo el contenido de sus acinis a
la uretra prostática. (6)
- Cultivo de secreción prostática: Para poder realizar el masaje prostático se
cumplir los siguientes requisitos: no haber tomado antibióticos en el mes previo;
no haber tenido una eyaculación en los días previos, vejiga llena pero no
distendida. Se aplica el análisis de las cuatro copas.

1. Preparación
- Requerir que el paciente tenga la vejiga llena
- Retraer el prepucio
- Limpiar el glande con jabón y agua o povidona iodada.
2. Recolección
- Recolectar los primeros 10 ml orinados
- Descartar los siguientes 100 ml
- Recolectar los siguientes 10 ml orinados
- Masajear la próstata y recolectar el expresado de la próstata (EPS)
- Recolectar los primeros 10 ml orinados después del masaje(VB3)
- Cultivar de inmediato y explorar al microscopio toda la muestra
3. Interpretación
- Todas las muestras <103 CFU/ml sin prostatitis bacteriana
- VB3 o EPS >10 x CFU de VB3  prostatitis bacteriana crónica
- VB3 >otras muestras uretritis o contaminación de la muestra
- Todas las muestras >103 CFU/ml  Tratar y repetir la prueba

- Uretrografía retrógrada: La uretrografía retrógrada se realiza para ayudar a


confirmar la presencia de una estenosis uretral y evaluar su gravedad, si hay una
estenosis, se observa un estrechamiento del calibre uretral.
- Ecografía transrectal: La ecografía transrectal de la próstata no se puede utilizar
para diagnosticar formalmente la CBP. Aunque las lesiones hipoecoicas que
representan calcificaciones dentro de la próstata pueden sugerir la infección y la
inflamación asociadas con la CBP, estos hallazgos son altamente inespecíficos.
- Biopsia prostática: La prostatitis de categoría IV a veces se diagnostica
mediante biopsia de próstata; aunque esta suele cursar de forma asintomática,
pero puede ser responsable de elevaciones en los niveles de PSA, lo que resulta
en la necesidad de una biopsia de diagnóstico para ayudar a excluir el cáncer de
próstata.
- Cistoscopia: solo está indicada para pacientes con preocupación por malignidad
del tracto urinario inferior (hematuria), cálculos, estenosis uretrales, anomalías
del cuello de la vejiga u otras anormalidades corregidas quirúrgicamente.(7)

Tratamiento

El tratamiento dura aproximadamente entre 3 a 4 meses

Analgésicos

- Paracetamol 650 mg vo c/6 horas


- Diclofenaco 50 mg vo c/8 horas
- Ibuprofeno 600 mg vo c/8-12 horas

Quinolonas

- Ciprofloxacino 500 mg vo c/12 horas por 28 días


- Ofloxacino 400 mg vo c/12 horas por 28 días
Trimetoprim/sulfametoxazol 160/800 mg vo c/12 horas por 28 días
Cefuroxima 500 mg vo c/ 12 horas por 28 días
Ampicilina 2g iv c/ 6 horas
Gentamicina 5 mg/kg iv c/ 8 horas
α-bloqueantes
- Terazosina 2-10 mg c/día por 28 días.

PIONEFROSIS

Pionefrosis alude a una infección bacteriana de un riñón hidro nefrótico, obstruido, que
lleva a destrucción supurante del parénquima renal y a posible pérdida de la función del
riñón. Es una colección purulenta que se desarrolla dentro de la vía excretora obstruida
y contaminada por un germen.

Debido a la extensión de la infección y a la presencia de obstrucción urinaria, puede


presentarse septicemia con rapidez, lo que requiere diagnóstico y tratamientos
inmediatos.

ETIOPATOGENIA

Desde este punto de vista debemos considerar dos tipos de pionefrosis: la infección
secundaria de una hidronefrosis preexistente, y la transformación purulenta de una
pielonefritis previa, generalmente en relación con algún estado patológico obstructivo.
En el primer caso, lo que prima inicialmente es la obstrucción y a la estasis urinaria que
determina, ya que la infección es un proceso sobreañadido posteriormente
(hidronefrosis infectada). En el segundo caso, existe un proceso infeccioso previo, que
se complica después por la retención purulenta producida a consecuencia de drenaje
deficiente, el que puede estar determinado por cualquier factor obstructivo que se añade
a la pielonefritis preexistente.

CUADRO CLINICO

Es compartido con la pielonefritis aguda. Debe considerarse la pionefrosis abierta y la


pionefrosis cerrada:

 Abierta: cuando permanece permeable el uréter.


 Cerrada:  si el uréter se encuentra obliterado.

Síntomas Generales:

 Fiebre de intensidad variable, muy elevada y persistente en los casos de


pionefrosis cerrada y generalmente menos elevada, en los casos de pionefrosis
abierta
 escalofríos, náuseas, vómitos, cefaleas
 Astenia, toma del estado general, taquicardia.
 Deshidratación.
 en los casos no agudos es frecuente constatar una alteración más o menos
importante del estado general del paciente, dada por astenia, anorexia, palidez y
estado nauseoso, que puede llevar al vómito, en ocasiones y a la pérdida de peso.

Síntomas Renales y Urinarios:

 Dolor Lumbar mantenido y gravativo, pocas veces intenso, con ligera irradiación
hacia el flanco y fosa ilíaca correspondiente y que puede agudizarse por la
retención del contenido purulento

 Por lo general no suele haber síntomas en las vías inferiores

 es probable que no estén presentes bacteriuria ni piuria cuando hay obstrucción


completa del riñón afectado.

 Riñón doloroso, palpable, no movible, ni peloteable. Superficie regular.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico positivo se lleva a cabo valorando los datos siguientes: el antecedente de


la afección renal previa; los síntomas referidos de fiebre elevada, dolor lumbar y orinas
turbias con el sedimento característico; los signos encontrados durante el examen físico,
riñón palpable y doloroso, fundamentalmente, así como alteraciones radiográficas que
se descubren mediante el examen simple y contrastado del tracto urinario. En el examen
simple se comprueba un aumento de volumen del riñón, así como la posible existencia
de cálculos renales o ureterales . Igualmente, puede observarse un borramiento del
contorno renal, así como del músculo psoas. En los negativos radiográficos de
eliminación o contrastados se evidencia la deficiencia funcional del riñón afectado, y se
constata en muchos casos la ausencia total de eliminación del contraste.

Pueden obtenerse imágenes con ecografía renal para diagnosticar pionefrosis de manera
expedita. Entre los datos ecográficos se incluyen ecos persistentes en la parte inferior
del sistema colecto, cantidad de líquidos – desechos con ecos dependientes que se
desplazan con cambios en la posición, ecos fuertes con sombras acústicas del aire en el
sistema colector y ecos débiles a través de un sistema colector dilatado. También
pueden identificarse cálculos renales o ureterales en la ecografía.

El examen de orina determina la existencia de piuria, sospechada desde la realización


del examen físico, por lo cual se indica urocultivo para determinar el germen infectante
y su sensibilidad antibiótica. En el hemograma se halla leucocituria con desviación a la
izquierda, según la agudeza de la infección, además, la eritrosedimentación es elevada.
EVOLUCIÓN Y COMPLICACIONES

Diagnosticada la afección correctamente y tratada con los procedimientos médicos y


quirúrgicos adecuados, el enfermo evoluciona por lo general hacia la curación. No
tratada, la pionefrosis evoluciona progresivamente hacia un cuadro toxico infeccioso
grave. En el curso de este proceso pueden surgir las complicaciones siguientes. absceso
perínefrítico, por infección del tejido celular perirrenal: fistula lumbar, por drenaje
espontáneo al exterior del absceso perinefrítico, raramente, puede abrirse la pionefrosis
en la cavidad peritoneal y producir un cuadro de peritonitis o bien originarse fístulas en
los órganos vecinos: estómago, colon, duodeno, etc e incluso pleura y pulmón.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la pionefrosis requiere instauración inmediata de tratamiento con


antibióticos y drenado del sistema colector infectado. Los antimicrobianos de amplio
espectro están indicados para evitar septicemia mientras que se identifica el
microorganismo causante; los antibióticos deben iniciarse antes de la manipulación de
las vías urinarias. La realización del drenado de la obstrucción a través de las vías
urinarias inferiores debe reservarse para pacientes sin septicemia. La manipulación
extensa puede producir con rapidez septicemia y toxemia. En el paciente enfermo se
prefiere el drenado del sistema colector con un catéter de nefrostomía percutánea. Una
vez que se ha tratado la infección, se requiere la evaluación de imágenes adicionales
para identificar la causa de obstrucción urinaria, como uro litiasis u obstrucción de la
unión uteropelvica.

CISTITIS AGUDA

Alude a infección de las vías urinarias inferiores, sobre todo vejiga. Afecta con mayor
frecuencia a las mujeres en relación con los hombres. El modo primario de infección es
ascendente a partir de la flora peri uretral, vaginal, fecal, o cualquier combinación de
ellas.

ANATOMIA PATOLOGICA

La cistitis es, por regla general, una inflamación superficial de la pared vesical,
caracterizada por la aparición de un infiltrado inflamatorio, edema e hiperemia de la
mucosa. Si la infección progresa, pueden aparecer hemorragias focales o difusas y
exudado purulento.
ETIOLOGIA

E. coli es el microorganismo causal de más del 80% de las IVU no complicadas. Otras
bacterias gram negativas (Klebsiella y Proteus spp.) y gram positivas (S. saprophyticus
y enterococos) son patógenos poco comunes. Diabetes y antecedentes de por vida de
UTI son factores de riesgo para cistitis aguda.

PATOGENIA

En condiciones normales la orina y las vías urinarias son estériles. Solo la uretra distal
esta colonizada por flora cutánea y/o vaginal constituida por Staphylococcus coagulasa-
negativa, difteroides, estreptococos del grupo viridans y Lactobacillus. Ocasionalmente,
y de forma transitoria, puede encontrarse un escaso número de Escherichia coli o de
otras enterobacterias. La mayoría de los episodios de IVU se preceden de la
colonización peri uretral significativa por estos microorganismos. Varios factores
capaces de reducir la población de Lactobacillus de la flora vaginal temporal o
permanentemente, tales como el empleo de cremas espermicidas que contienen
nonoxinol 9, el tratamiento con antibióticos y la falta de estrógenos en la mujer
posmenopáusica, facilitan la aparición de E. coli en la flora vaginal. En el varón, la falta
de circuncisión, el coito anal y, ocasionalmente, el coito con una mujer colonizada por
una cepa de E. coli uro patógena pueden originar la colonización de la uretra distal.

A partir del meato urinario los microorganismos pueden ascender a la vejiga. La uretra
femenina es corta y el paso de microorganismos al interior de la vejiga es
probablemente un fenómeno frecuente, en especial durante el coito. En cambio, en el
varón, la mayor longitud de la uretra y la presencia de una sal de cinc con actividad
antibacteriana, secretada por la próstata normal, evita el ascenso espontaneo de
microorganismos a través de la uretra. En el varón, la cistitis obedece con frecuencia a
la manipulación instrumental de la uretra o a la existencia de una prostatitis crónica o de
una anomalía urológica anatómica o funcional. Una vez los microorganismos han
alcanzado la vejiga, el posterior desarrollo de infección esta en relación con la densidad
de población bacteriana presente en la orina y los factores de virulencia del
microorganismo (especialmente, con su capacidad de adherirse al urotelio).

El mecanismo de defensa de la vejiga más eficaz es la dilución de la población


bacteriana por efecto del flujo urinario y la eliminación periódica de las bacterias con
cada micción. El efecto dilucional del flujo urinario es elevado cuando el volumen de
orina vesical es pequeño, pero disminuye rápidamente a medida que este aumenta. En
condiciones normales, el vaciado completo de la vejiga con cada micción elimina los
microorganismos que han penetrado en ella. Si, por el contrario, después de la micción
queda un residuo de orina, la presencia de microorganismos se auto perpetua y el efecto
beneficioso de la dilución disminuye o desaparece y, en pocas horas, la densidad de
bacterias en la orina alcanza el umbral crítico, por encima del cual se produce la
invasión de la mucosa vesical.
El valor de este umbral varia en función de la adherencia de la cepa y de la presencia de
otros factores de virulencia como la producción de aerobactina, hemolisina o el factor
de necrosis citotoxica, entre otros.

CUADRO CLINICO
La cistitis se caracteriza por la aparición de disuria, polaquiuria y micción urgente
(síndrome miccional irritativo o síndrome cistitico). Con menor frecuencia se observa
incontinencia, tenesmo y dolor supra púbico, que puede aumentar con la miccion
(estranguria). La fiebre y otras manifestaciones sistémicas son muy raras. Su aparición
indica la existencia de pielonefritis o de prostatitis. La orina puede ser maloliente y
turbia y ocasionalmente puede haber hematuria macroscópica (cistitis hemorrágica).

DIAGNÓSTICO
El diagnostico de cistitis aguda es clínico. Un análisis microscópico de orina, revela
piuria microscópica, bacteriuria y hematuria. Las pruebas indirectas con tiras reactivas
para detectar bacterias (nitritos) o piuria (esterasa leucocitaria) también pueden ser
informativas y más prácticas, aunque son menos sensibles que el examen microscópico
de la orina. Las tiras reactivas son más exactas cuando el hallazgo de nitritos o de
esterasa leucocitaria se considera un resultado positivo. El urocultivo sigue siendo la
prueba para el diagnóstico de certeza y, en pacientes sintomáticos, el hallazgo de 102
ufdrnL o más de orina suele indicar una infección. No obstante, a menudo no se
considera necesario realizar urocultivos sistemáticos. Por lo general, se considera más
rentable manejar a muchos pacientes con síntomas y hallazgos característicos de cistitis
no complicada en el análisis de orina sin solicitar un urocultivo inicial, porque las
decisiones terapéuticas se suelen tomar y el tratamiento suele completarse antes de
conocer los resultados de los cultivos
En infección vesical sin complicaciones, por lo general no se necesita la evaluación
radiológica.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Si la paciente presenta urgencia miccional, incontinencia o polaquiuria, es muy probable
que tenga una cistitis. El problema diagnostico se plantea cuando el síntoma principal o
único es la disuria con leucocituria. En el varón, el diagnóstico diferencial debe incluir
la uretritis y la prostatitis. La disuria en la mujer puede proceder de una cistitis, una
uretritis o cervicitis (gonococica por Chlamydia trachomatis, Mycoplasma genitalium o
herpesvirus) o una vulvovaginitis (por Candida, Trichomonas o vaginosis bacteriana).
TRATAMIENTO
El tratamiento empírico inicial de un episodio de cistitis no complicada puede hacerse
con: nitrofurantoína 100 mg. VO. c. 12 hrs. por 5 a 7 días. El cotrimoxazol se indica en
dosis de 160/800 mg. VO. c. 12 hrs. por 3 días y tiene una mayor tasa de resistencia
microbiana. Debe evitarse si la tasa de resistencia local es mayor al 20%. En pacientes
con patología urológica de base se recomienda un tratamiento por 7 días.
Si la paciente no ha recibido tratamiento antibiótico en los últimos 3 meses, puede
emplearse una cefalosporina oral de tercera generación (ceftibuteno o cefixima 200
mg/12 h o 400 mg/24 h) durante 3-5 días o una fluoroquinolona (ciprofloxacino 500
mg/12 h o levofloxacino 500 mg/24 h) durante 3-5 días. No es aconsejable el empleo de
amoxicilina-clavulanico en la mujer porque el riesgo de reinfección es superior,
probablemente debido a su actividad frente a Lactobacillus de la flora vaginal. En
cistitis complicadas puede emplearse el mismo tratamiento antibiótico empírico inicial,
ajustándolo después al resultado del uro cultivo y manteniéndolo durante 7 días. Si la
evolución es favorable, la sintomatología desaparece en 24-48 h
En pacientes con molestias leves a moderadas es seguro indicar únicamente un
analgésico hasta iniciar el antibiótico.
Tratamiento Sintomático
El cuadro clínico debe responder en las primeras 48 hrs. posterior al inicio del
antibiótico. La disuria disminuye apenas unas horas después. Sin embargo, en pacientes
con disuria grave puedes indicar un analgésico urinario como la fenazopiridina c. 8 hrs.
por razón necesaria por dos días. Este último fármaco no debe usarse de manera crónica
ya que puede enmascarar el cuadro clínico.

BIBLIOGRAFÍA

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