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LA VERDADERA REALIDAD

El taxista juró que se vengaría de Rafael (un hombre decoroso y poseedor de una
gran fortuna), por el daño que le había ocasionado. Aquella noche, al regresar del
trabajo, transitó por las mismas calles oscuras y solitarias de la ciudad hasta llegar
a su hogar, una modesta casa, que había adquirido en un remate judicial unos 20
años atrás, gracias a la generosidad de un amigo que le había prestado el dinero a
muy bajos intereses. Justo en el momento que sube el andén de su casa, un
hombre en estado de embriaguez lo estruja y lo hace caer. Nicolás quien se
caracterizaba por ser un hombre tranquilo y solidario, se levantó sin ningún
problema, igualmente observó que el hombre también se había caído y decidió
ayudarlo. Cogió su brazo, lo puso encima de sus hombros y con un ángulo de
noventa grados lo puso en pie, notó que al hombre se le cayó la billetera con sus
documentos personales y el dinero. Finalmente llamó un compañero para que
llevara a Rafael a su hogar.

Después de lo sucedido, se acercó y le pareció muy extraño que la puerta de su


casa estuviera abierta, además golpeada y los vidrios rotos, como si alguien
hubiera entrado por la fuerza. Allí solo habitaba él con Teresa, su madre de 83
años, que se encontraba bastante enferma. Sin embargo, nunca se imaginó lo que
le había ocurrido en su ausencia.

Al ingresar, llamó a su mamá en repetidas ocasiones con un gran sentimiento de


angustia y desesperación, pero no obtuvo respuesta. Todo estaba desordenado,
los cuadros de los santos que antes colgaban tranquilamente en la pared estaban
desplomados igual que las sillas y aquella mesita donde se exhibían las fotos
familiares. Mas allá, al lado de la cocina, yacía el cuerpo de su madre, golpeada y
emanando sangre. Con la esperanza de que estuviera viva, llamó a emergencias
pero ya no existía ninguna posibilidad, había muerto por un fuerte golpe en el
cráneo según le informaron a Nicolás días después con el resultado de la
necropsia. Él hizo todo lo que estaba en sus manos para saber quién le había
destrozado la vida y descubrió que aquel hombre era Rafael Montilla un
prestigioso empresario de la ciudad, que para su desgracia fue visto por un vecino
aquella fatídica noche.

Él estaba seguro de que tenía todas las pruebas para llevarlo a la cárcel, porque
tenía dos testigos (el vecino y el amigo taxista). Aunque también sabía que era
una persona muy rica y tendría muchas influencias para salir bien librado de esta
situación. Entonces decidió que lo haría sufrir como ningún ser humano ha sufrido.

Indagó acerca de la vida de Rafael, su trabajo, su familia, sus amigos y se enteró


de que tenía dos hijas, una niña de 7 años y otra mayor de 29. Decidió vengarse
haciéndole daño a su familia, entonces diseño un plan para secuestrarlas.

Un día cualquiera, él vio la oportunidad de raptar a la hija pequeña de Rafael


cuando salía del colegio. Se acercó a ella y lo único que se le ocurrió en ese
momento fue decirle que era amigo de su hermana, por consiguiente, le habían
pedido el favor de recogerla. La niña inocente al ver la cara gentil del hombre,
decidió seguirlo. Al parecer, se llevaron perfectamente en el camino, ya que
entablaron una conversación hasta llegar a la casa del taxista. La niña
desconcertada porque no estaba en su hogar empezó a amedrentarse, pero él con
un tono de serenidad le explicó que sus padres le habían pedido la ayuda de que
la cuidara por unos días, la niña aceptó

Al enterarse Rafael de la desaparición de su hija, sufrió mucho, pero el plan de


Nicolás no había culminado, debía sentir tanta aflicción que lo llevaría al punto de
la locura.

Con la hija mayor era más complicado, pero sentía tanto deseo de vengarse que
decidió conseguir un trabajo de mensajero donde ella laboraba. Pasados 20 días y
con la pequeña aun en su poder, su plan estaba a punto de irse a pique, ya que él
era una persona buena. Ahora tenía otro dilema se estaba enamorando de Beatriz
la otra hija. Y sabía las consecuencias que le acarrearía el secuestro de su
hermana. Aun así siguió con su desesperada estrategia.
Cuando estaba a punto de secuestrar a Beatriz se despertó de un tremendo susto,
todo había sido un sueño, un engaño de su mente, su madre estaba allí
profundamente dormida.

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