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Petrobras y Flota La Milagrosa
Petrobras y Flota La Milagrosa
Magistrado Ponente
SC2068-2016
Radicación n° 11001-31-03-013-2007-00682-01
ANTECEDENTES
A. La pretensión
B. Los hechos
D. La providencia impugnada
Como fundamento de su decisión, el ad quem sostuvo que la demandada
debía responder por los perjuicio s causados como consecuencia de la
exploración petrolera en la finca «Villa Claudia», en la medida en que «el
conjunto del acervo probatorio demuestra que los daños se presentaron
sólo en el lote El Aceituno, que no en todo el terreno», la tasación
efectuada por el juzgador de la primera instancia fue errada y carecía del
debido soporte probatorio.
Por otra parte, dicha peritación desconoció el hecho atinente a que «la
venta del banano realizada por el demandante estaba inmersa en una
cadena integrada, entre otros, por el proceso de producción», por lo que
-indicó- no era viable reconocer al demandante un valor «libre de los
costos de producción y venta que lo circundan», a lo que se adiciona que el
experto estimó en forma equivocada la «cantidad de kilos de cada racimo»,
pues al solicitar la práctica de la probanza, el peticionario indicó que eran
cuatro kilos por racimo, y el auxiliar de la justicia incluyó ocho.
De los primeros documentos citados se infiere que «la finca Villa Claudia
los surtió de banano bocadillo tipo exportación y nacional entre 2001 y
2005» y los valores pagados en cada uno de esos años, de donde se
establece que el promedio de venta «equivale a $3.118,6», y con
antelación al hecho dañoso, la producción en el lote «El Aceituno»
equivalía a 14.295 kilos anuales, los cuales hubieran reportado la cantidad
de $44’580.387 por año.
2. LA DEMANDA DE CASACIÓN
CARGO ÚNICO
De ahí que «las cifras del dictamen y lo expresado por las certificaciones
de Cidela son totalmente realistas y apegadas a la verdad procesal»; por
consiguiente, constituye yerro fáctico haber desconocido los resultados
plasmados en el dictamen «para entrar a desarrollar teorías brumosas
respecto de lo que no dicen las certificaciones de marras o de lo que
podrían decir».
Por último, el reproche del Tribunal por la falta de exhibición de los libros
de contabilidad resulta carente de soporte legal, toda vez que precisamente
en atención a la división de los sectores económicos, el legislador incluyó
dentro de los actos no mercantiles conforme al numeral 4º del
artículo 23 del Código de Comercio «la enajenación que hagan
directamente los agricultores y ganaderos de los frutos de sus cosechas o
ganados, en su estado natural», sin que por el hecho de empacar el
producto se transforme en una actividad empresarial, ya que ello hace
parte de las exigencias para su comercialización.
El lucro cesante, por su parte, estaría representado, verbi gratia, por las
ganancias dejadas de percibir en el proceso de comercialización del
banano bocadillo desde la época de generación del daño hasta por lo
menos la primera cosecha de la plantación de reemplazo, y en el evento de
no darse tal situación, cabría tomar en cuenta el período en que de acuerdo
con el ciclo de crecimiento de esa especie vegetal, llegaría a la etapa
productiva.
‘Luego, aun cuando las partes tengan unas legítimas y serias expectativas
de salir triunfantes en el juicio, con apoyo en determinadas pruebas que
consideran de capital importancia, el juez no está obligado a seguir
aquellos razonamientos o a compartir su mismo grado de convicción frente
al análisis de los elementos materiales, sino que posee la prudente libertad
para escoger los medios que le reportan mayor persuasión en torno a la
verdad de los hechos que se debaten en el proceso; sin que a tal facultad de
valoración pueda considerársele, per se, violatoria de la ley por incurrir en
yerros fácticos (se resalta).
IV. DECISIÓN
RESUELVE
PRIMERO
NO CASAR la sentencia de 11 de octubre de 2012, proferida por la Sala Civil
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, en el proceso ordinario
referenciado.
SEGUNDO
Condenar al impugnante a pagar las costas correspondientes al presente
trámite extraordinario. La secretaría efectúe la correspondiente liquidación,
incluyendo como agencias en derecho la suma de seis millones de pesos
($6’000.000), por cuanto la demanda de casación fue replicada por la
demandada y la llamada en garantía.
NOTIFÍQUESE
Presidente de Sala
2011-06
ANTECEDENTES
1. Solicita la parte actora se declare que Efraín Ramírez Herrera y Alcides
de Jesús Dávila en calidad de propietarios del vehículo de placas TPM
702; la Flota La Milagrosa S.A., como empresa afiliadora, y la Compañía
de Seguros Agrícola de Seguros S.A., son civilmente responsables
solidariamente los primeros, y la última hasta por el monto asegurado, de
todos los perjuicios morales ocasionados a Luz Amparo, María Cecilia,
Juan José, Arnulfo de Jesús, Álvaro León, Carlos Mario y Oscar de Jesús
Villada Marulanda. Que como consecuencia se ordene pagar en su favor
como hijos de la víctima y a cargo de los demandados, el pago total de la
indemnización por los perjuicios morales equivalentes a 100 salarios
mínimos mensuales legales vigentes para cada uno de aquellos; condenar a
los accionados al pago del interés legal previsto en el artículo 16147 del
Código Civil a la tasa del 6% anual, causado desde la fecha del fallo inicial
y hasta el pago de las sumas reconocidas, y por las costas generadas en el
juicio.
b. LA SENTENCIA APELADA
c. LA IMPUGNACIÓN
Inconforme con la decisión la sentencia fue recurrida por el procurador
judicial de los demandantes para que la misma fuera revocada
íntegramente con sustentación en esta instancia. Expresó, luego de
efectuar exposición sobre la jurisprudencia nacional y la doctrina en
materia de actividad peligrosa, la necesidad de probar que la culpa fue
exclusiva de la víctima pues que de tal aspecto no existía prueba
fehaciente en el plenario que permitiera arribar a esa conclusión; como
que tal análisis debe descartar absolutamente cualquier participación
del agente que lo produjo, que en el caso recae en el conductor del
rodante. En relación con la presunción de responsabilidad, indica que
este era un caso de responsabilidad extracontractual derivada del
ejercicio de actividades muy decantada por la jurisprudencia la cual
considera que el artículo 2356 del C. C., que contempla una presunción
de culpa en contra de quien despliega esas actividades a quien se le
exige demostrar una causa extraña que rompa el nexo causal; y, del
aspecto que resaltó: concurrencia de culpa y disminución de la
indemnización, puesto que si los demandados alegan en su defensa que
el occiso fue imprudente en su actuar, que de llegarse a tener en cuenta
esta situación por el Despacho, para achacarle responsabilidad a la
víctima, sea también aplicada la sanción que ampara el artículo 2357
Ib., pues operaría válidamente una reducción de la responsabilidad y
compensación de culpas, en razón también del actuar imprudente del
conductor del vehículo causante del hecho dañoso.
d. CONSIDERACIONES
Luz Amparo Villada Marulanda por su parte dijo que el padre salió de sus
casa en horas de la mañana, pero pensó al momento del sancocho que
estaba al frente, y que a las 5:30 horas del día domingo, la llamó su sobrina
a informarle sobre la ausencia del abuelo (fls. 4 y 5, C-5).
Álvaro León Villada Marulanda narró que el papá salio a comprar agua
bendita a las 3 de la tarde y que no volvió hasta el otro día que se dio
cuenta. Como tenía que trabajar, sólo se entero del accidente a las 5 de la
tarde del domingo cuando regresó del trabajo, ya que no llamó durante el
día para averiguar por la suerte de su ascendiente (fl. 6 y 7, Ib.).
e. DECISIÓN.
Siguen firmas en S.O. No. 004. Ordinario Juan José, Luz Amparo, María
Cecilia, Arnulfo de Jesús, Álvaro León, Carlos Mario y Oscar de jesús
Villada Marulanda, contra Efraín Ramírez Herrera, Alcides de jesús
Dávila, Flota La Milagrosa S.A., y la Compañía Agrícola de Seguros S.A.
Rdo. No. 05001 31 03 002 2006 00368 02 (Rdo. Int. No. 2011-06).
NOTIFIQUESE
Magistrado
Magistrado
Magistrado