Está en la página 1de 21

TALLER DEL ACTO ADMINISTRATIVO

ASIGNATURA: DERECHO ADMINISTRATIVO

Presentado a:
Dr. JAIDER FREDERICH ACOSTA GUZMAN

Presentado por:
VALENTINA OVIEDO
ALEJANDRA CHAPARRO
DUBAN LONDOÑO
PEDRO ARIAS

SEMESTRE: V

ESAP- CETAP IBAGUÉ

2020
1). Define el acto administrativo
Encaminada a producir efectos jurídicos a nivel general y/o particular y concreto,
se forma por la concurrencia de elementos de tipo subjetivo (órgano competente),
objetivo (presupuestos de hecho a partir de un contenido en el que se identifique
objeto, causa, motivo y finalidad, y elementos esenciales referidos a la efectiva
expresión de una voluntad unilateral emitida en ejercicio de la función
administrativa) y formal (procedimiento de expedición).

Sin tales elementos el acto no sería tal y adolecería de vicios de formación


generadores de invalidez, que afectan su legalidad. En relación con la falsa
motivación, vicio invocado por los demandantes, es de precisar que la misma se
configura cuando los hechos son falsos, bien porque nunca ocurrieron o se
describen de forma distinta a como ocurrieron, y cuando los hechos ocurridos se
aprecian erróneamente, porque no tienen el alcance ni producen los efectos que
les da el acto administrativo, o no corresponden a los supuestos descritos en las
normas que aquél invoca.

En términos de la doctrina, la causal de “falsa motivación” puede consistir en que


la ley exija unos motivos precisos para tomar una decisión, pero el funcionario la
expide sin que esos motivos se presenten, caso en el cual se habla de la
inexistencia de motivos legales o falta de motivos, como también en que los
motivos invocados no han existido realmente, desde el punto de vista material o
jurídico, caso en el cual se habla de inexistencia de los motivos invocados, de
motivos erróneos o de error de hecho o de derecho en los motivos. El error de
hecho ocurre cuando no existe el motivo que soporta el acto administrativo y el
error de derecho cuando el motivo invocado sí existió materialmente, pero fue mal
apreciado o interpretado por el funcionario.

Normalmente se entiende como un acto administrativo a cualquier manifestación o


declaración de los poderes públicos de un Estado dotados de facultades
administrativas, para imponer su voluntad sobre los derechos, libertades o
intereses de otros sujetos públicos o privados que hagan vida en la nación.

Dicho de otro modo, se trata de actos jurídicos, en los que un organismo del
Estado expresa su voluntad de manera unilateral, externa y concreta, para decidir
sobre una materia específica.
Los poderes públicos pueden imponerse en una materia concreta mediante actos
administrativos, siempre y cuando éstos tengan lugar dentro de lo estipulado por el
ordenamiento legal, es decir, que se den según lo establecido por la Constitución.
De allí que los actos administrativos puedan variar de país en país y
de legislación en legislación.

Tipos de actos administrativos

Los actos administrativos se clasifican, según la segmentación realizada por


Gabino Fraga, en los siguientes criterios:

 Conforme a su naturaleza. Tomando en cuenta la voluntad de quien realiza el


acto administrativo, puede hablarse de actos jurídicos (si modifica la ley o
causa un efecto sobre lo que ésta regula) o de actos materiales o de
ejecución (si ejecuta atribuciones no jurídicas de la administración pública).

 Conforme a las voluntades que lo permiten. Tomando en cuenta los


organismos responsables, podremos hablar de actos unilaterales (si sólo
atañen a la institución que los emite), o actos plurilaterales (si expresan la
voluntad de dos o más organismos públicos).

 Conforme a la relación entre la voluntad y la ley. Tomando en cuenta el


modo en que se relación con la ley, los actos administrativos pueden
ser obligatorios o vinculados (se debe acatar lo impuesto por la ley sin margen
para las decisiones individuales), o bien pueden ser discrecionales (se permite
cierto margen de decisión al afectado).

 Conforme a al área de su accionar. Tomando en cuenta este criterio


podemos distinguir entre actos administrativos internos (regulan el
funcionamiento interno de la ley en una administración) y actos administrativos
externos (comprenden el modo en que el Estado ordena y controla los actos
internos).

 Conforme a su finalidad. Atendiendo a la razón por la cual se realicen,


podemos hablar de actos administrativos preliminares (permiten o facilitan el
accionar de la administración pública), actos administrativos de
decisión (declaraciones unilaterales de voluntad donde se deja constancia de
la modificación de una situación jurídica subjetiva y puntual), o actos
administrativos de ejecución (aquellas que obligan al cumplimiento de las
resoluciones tomadas).
 Conforme a quiénes está destinado. Tomando en cuenta sobre quiénes
recae el acto administrativo, podemos distinguir entre aquellos de carácter
general (cuando sus destinatarios no están determinados) y aquellos
de carácter singular (dirigidos a un destinatario específico).

Elementos del acto administrativo

Todo acto administrativo se compone de una serie de elementos que los


distinguen de otros, y que son:

 Sujeto. El órgano específico que formula la declaración de voluntad en


representación del Estado, siempre y cuando ello esté dentro de sus
competencias según lo establecido en la Constitución.

 Competencia. La cantidad de poder que un ente posee dentro del concierto de


los poderes públicos, y que lo faculta para llevar a cabo un acto administrativo,
o no.

 Voluntad. La intención objetiva o subjetiva con la cual se realiza el acto


administrativo.

 Objeto. Aquello sobre lo que recae el acto administrativo, y que debe ser cierto
físicamente y posible jurídicamente.

 Motivo. El porqué del acto jurídico.

 Mérito. El grado de adecuación del acto administrativo respecto del principio


de proporcionalidad de los medios y los fines.

 Forma. La materialización en sí del acto administrativo, es decir, la formación


externa del acto.

2): Diga qué actos administrativos se notifican y cuáles se


publican
La notificación de los actos administrativos, se realiza según lo consagrado en el
Artículo 66 y siguientes de la Ley 1437 de 2011, Según el artículo 66 antes
mencionado: “…Los actos administrativos de carácter particular deberán ser
notificados en los términos establecidos en las disposiciones siguientes.”, que
consagran lo siguiente:

Personal
Las decisiones que pongan término a una actuación administrativa se notificarán
personalmente al interesado, a su representante o apoderado, o a la persona
debidamente autorizada por el interesado para notificarse. En la diligencia de
notificación se entregará al interesado copia íntegra, auténtica y gratuita del acto
administrativo, con anotación de la fecha y la hora, los recursos que legalmente
proceden, las autoridades ante quienes deben interponerse y los plazos para
hacerlo. (Artículo 67 Ley 1437 de 2011) En todo caso, será necesaria la
presentación personal del poder cuando se trate de notificación del reconocimiento
de un derecho con cargo a recursos públicos, de naturaleza pública o de
seguridad social. (Artículo 71 Ley 1437 de 2011). La notificación personal también
podrá efectuarse mediante una cualquiera de las siguientes modalidades:

1. Por medio electrónico. Procederá siempre y cuando el interesado acepte de


manera expresa ser notificado de esta manera. (Artículo 67 Ley 1437 de 2011
numeral 1) La administración podrá establecer este tipo de notificación para
determinados actos administrativos de carácter masivo que tengan origen en
convocatorias públicas. En la reglamentación de la convocatoria impartirá a los
interesados las instrucciones pertinentes, y establecerá modalidades alternativas
de notificación personal para quienes no cuenten con acceso al medio electrónico.

2. En estrados. Toda decisión que se adopte en audiencia pública será notificada


verbalmente en estrados, debiéndose dejar precisa constancia de las decisiones
adoptadas y de la circunstancia de que dichas decisiones quedaron notificadas. A
partir del día siguiente a la notificación se contarán los términos para la
interposición de recursos. (Artículo 67 Ley 1437 de 2011 numeral 2)

Por aviso
Si no pudiere hacerse la notificación personal al cabo de los cinco (5) días del
envío de la citación, esta se hará por medio de aviso que se remitirá a la dirección,
al número de fax o al correo electrónico que figuren en el expediente o puedan
obtenerse del registro mercantil, acompañado de copia íntegra del acto
administrativo. El aviso deberá indicar la fecha y la del acto que se notifica, la
autoridad que lo expidió, los recursos que legalmente proceden, las autoridades
ante quienes deben interponerse, los plazos respectivos y la advertencia de que la
notificación se considerará surtida al finalizar el día siguiente al de la entrega del
aviso en el lugar de destino. Cuando se desconozca la información sobre el
destinatario, el aviso, con copia íntegra del acto administrativo, se publicará en la
página electrónica y en todo caso en un lugar de acceso al público de la respectiva
entidad por el término de cinco (5) días, con la advertencia de que la notificación
se considerará surtida al finalizar el día siguiente al retiro del aviso. En el
expediente se dejará constancia de la remisión o publicación del aviso y de la
fecha en que por este medio quedará surtida la notificación personal. (Artículo 69
Ley 1437 de 2011)

Por conducta concluyente


Cuando, a pesar de no realizarse ningún tipo de las notificaciones expresadas
anteriormente, “la parte interesada revele que conoce el acto, consienta la
decisión o interponga los recursos legales.” Artículo 72 Ley 1437 de 2011

Publicidad o notificación a terceros de quienes se desconozca su


domicilio.
Cuando, a juicio de las autoridades, los actos administrativos de carácter particular
afecten en forma directa e inmediata a terceros que no intervinieron en la
actuación y de quienes se desconozca su domicilio, ordenarán publicar la parte
resolutiva en la página electrónica de la entidad y en un medio masivo de
comunicación en el territorio donde sea competente quien expidió las decisiones.
En caso de ser conocido su domicilio se procederá a la notificación personal.
(Artículo 73 Ley 1437 de 2011)

NOTA: Cualquier persona que deba notificarse de un acto administrativo podrá


autorizar a otra para que se notifique en su nombre, mediante escrito. El
autorizado solo estará facultado para recibir la notificación y, por tanto, cualquier
manifestación que haga en relación con el acto administrativo se tendrá, de pleno
derecho, por no realizada. Lo anterior sin perjuicio del derecho de postulación. En
todo caso, será necesaria la presentación personal del poder cuando se trate de
notificación del reconocimiento de un derecho con cargo a recursos públicos, de
naturaleza pública o de seguridad social.
3). Diga cuándo opera el silencio administrativo.
R/ El silencio administrativo es un fenómeno jurídico en virtud del cual la ley
contempla que, en determinados casos, ante la falta de decisión de la
Administración frente a peticiones o recursos elevados por los
administrados se le da un efecto que puede ser negativo o positivo,
recuerda el Consejo de Estado.
En ese sentido, para que se configure el fenómeno del silencio positivo se
deben cumplir tres requisitos:
a) Que la ley le haya dado a la Administración un plazo dentro del cual debe
resolver la petición, recurso etc.
b) Que la ley contemple de manera expresa que el incumplimiento del plazo
tiene efectos de silencio positivo (la regla general es el silencio negativo)
c) Que la autoridad que estaba en la obligación de resolver no lo haya
hecho dentro del plazo legal. Por último, es bueno precisar que dentro del
plazo legal no solo se debe emitir la decisión, sino también su respectiva
notificación en debida forma.
Es necesario recordar que el ejercicio del derecho de acceso a la Administración
está limitado por el término de caducidad, pues de no hacerlo los actos adquieren
firmeza y ya no podrán ser ventilados en sede judicial. 

Así las cosas, el término de caducidad de las acciones, como la nulidad y


restablecimiento del derecho, es de cuatro meses desde el día siguiente a la
publicación, notificación, comunicación o ejecución del acto, según el caso.  

En efecto, el silencio administrativo negativo tiene el efecto de suspender la


prescripción respecto de derechos laborales, concretamente la regulada por el
Decreto 3135 de 1968 y el Decreto 1848 de 1969; debe tenerse en cuenta que la
presentación de la petición ante la Administración interrumpe la prescripción y,
desde entonces, el interesado cuenta con tres años para su reclamación en sede
judicial. 

Cabe terminar precisando que la inactividad en este tiempo implicará la extinción


de su derecho y, por ende, no será posible acceder al restablecimiento, pues si
bien la caducidad no corre en su contra la ley lo habilita para presentar la
reclamación judicial del derecho cuyo reconocimiento se pretende, sin que ello
implique la suspensión del término de caducidad para ejercer las acciones
procedentes (C. P. Stella Jeannette Carvajal).
 CE Sección Cuarta, Sentencia 73001233300020140021901 (21805), abril. 25/18

4) Indique las clases de silencio administrativo.


R/ Para abordar este tema me permito hacer un breve recuento del significado
del concepto de SILENCIO ADMINISTRATIVO, SILENCIO ADMINISTRATIVO
NEGATIVO y SILENCIO ADMINISTRATIVO POSITIVO. Así mismo, explicare
cada uno de estos términos, tanto en el
nuevo Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo
(Ley 1437 de 2011), como en el actual Código Contencioso Administrativo
(Decreto 01 de 1984), junto con algunos pronunciamientos jurisprudenciales de las
diferentes cortes, al igual que la interpretación doctrinante que hacen los
estudiosos del derecho en estos asuntos.

Silencio administrativo
El Silencio Administrativo es una presunción o ficción legal en virtud de la cual,
transcurrido cierto plazo sin resolver las administraciones públicas y producidas
además determinadas circunstancias, se entenderá denegada u otorgada la
petición o el recurso formulado por los particulares u otras administraciones.
Desde mi punto de vista personal y de una forma más sencilla puedo manifestar
acerca del silencio administrativo lo siguiente: "Hay silencio administrativo en los
casos en los que la administración calla cuando tiene algo que decir"

Silencio administrativo negativo


El silencio administrativo negativo o llamado también desestimatorio es no
pronunciarse dentro de un determinado plazo acerca de algo solicitado, por lo cual
la ley le da efecto desestimatorio a la petición. Si la administración no resuelve una
petición del administrado su abstención o silencio equivale por mandato de la ley a
una denegación o negativa.

Silencio administrativo positivo


El silencio administrativo positivo o también llamado estimatorio da lugar al
nacimiento de un acto presunto, por cuanto se entiende concedido lo que se ha
solicitado.
De otra parte, en el actual Código Contencioso Administrativo podemos observar y
encontrar a la vez en el Capítulo IX (Silencio Administrativo) del Título I
(Actuaciones Administrativas) en el artículo 40 el silencio negativo en los
siguientes términos:
Artículo 40. Silencio negativo. Transcurrido un plazo de tres meses contados a
partir de la presentación de una petición sin que se haya notificado decisión que la
resuelva, se entenderá que ésta es negativa.
La ocurrencia del silencio administrativo negativo no eximirá de responsabilidad a
las autoridades ni las excusará del deber de decidir sobre la petición inicial, salvo
que el interesado haya hecho uso de los recursos de la vía gubernativa con
fundamento en él, contra el acto presunto.
Asimismo, el artículo 41 trae consigo el silencio positivo, así:
Artículo 41. Silencio positivo. Solamente en los casos expresamente previstos en
disposiciones especiales, el silencio de la administración equivale a decisión
positiva.
Se entiende que los términos para decidir comienzan a contarse a partir del día en
que se inició la actuación.
El acto positivo presunto podrá ser objeto de revocatoria directa en las condiciones
que señalan los artículos 71, 73 y 74.
Finalmente, el artículo 42 se refiere al procedimiento para invocar el silencio
administrativo positivo, y su punto fundamental es una declaración bajo la
gravedad del juramento donde manifieste no haberle sido notificado (a) de
respuesta alguna.
Ahora bien, en lo que respecta del nuevo Código de Procedimiento Administrativo
y de lo Contencioso Administrativo (Ley 1437 de 2011), lo vamos a hallar en el
Capítulo VII (Silencio Administrativo) del Título III (Procedimiento Administrativo
General) del artículo 83 al 86; el nuevo texto del artículo 83 es el siguiente:
Artículo 83. Silencio negativo. Transcurridos tres (3) meses contados a partir de
la presentación de una petición sin que se haya notificado decisión que la
resuelva, se entenderá que ésta es negativa.
En los casos en que la ley señale un plazo superior a los tres (3) meses para
resolver la petición sin que ésta se hubiere decidido, el silencio administrativo se
producirá al cabo de un (1) mes contado a partir de la fecha en que debió
adoptarse la decisión.
La ocurrencia del silencio administrativo negativo no eximirá la responsabilidad a
las autoridades. Tampoco las excusará del deber de decidir sobre la petición
inicial, salvo que el interesado haya hecho uso de los recursos contra el acto
presunto, o que habiendo acudido ante la jurisdicción de los contencioso
administrativo se haya notificado auto admisorio de la demanda.
En este artículo es importante señalar que se hicieron dos precisiones muy
importantes:
 1. Se señaló que en los casos en los que la administración tiene tres (3)
meses para tomar una decisión; el silencio administrativo negativo se entenderá
un (1) mes después en que debió pronunciarse, es decir, al cabo de cuatro (4)
meses.
 2. Se dice que la ocurrencia del silencio administrativo negativo no exime
de responsabilidad a las autoridades y que tampoco las excusara del deber de
decidir sobre la petición inicial, pero se precisó lo siguiente: "salvo que el
interesado haya hecho uso de los recursos contra el acto presunto, "o que
habiendo acudido ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo se haya
notificado auto admisorio de la demanda""
Asimismo, el nuevo texto del artículo 84 es el siguiente:
Artículo 84. Silencio positivo. Solamente en los casos expresamente previstos en
disposiciones legales especiales, el silencio de la administración equivale a
decisión positiva.
Los términos para que se entienda producida la decisión positiva presunta
comienzan a contarse a partir del día en que se presentó la petición o recurso.
El acto positivo presunto podrá ser objeto de revocación directa en los términos de
este código.
Este artículo prácticamente quedo igual, lo importante aquí es que hace alguna
aclaración como "disposiciones legales especiales" mientras que el actual
solamente dice "disposiciones especiales". También es más preciso en referirse a
"petición o recurso" y finalmente la revocatoria directa "en los términos de este
código".
Ahora bien, el artículo 84 se refiere al procedimiento para invocar el silencio
administrativo positivo y también, su parte importante es una declaración bajo la
gravedad del juramento donde manifieste no habérsele notificado de respuesta
alguna.
Por último, incorporó el Silencio administrativo en recurso en el artículo 86 cuyo
texto es el siguiente:
Artículo 86. Silencio administrativo en recursos. Salvo lo dispuesto en el
artículo 52 de este código, transcurrido un plazo de dos (2) meses, contados a
partir de la interposición de los recursos de reposición o apelación sin que se haya
notificado decisión expresa sobre ellos, se entenderá que la decisión es negativa.
El plazo mencionado se suspenderá mientras dure la práctica de pruebas.
La ocurrencia del silencio negativo previsto en este artículo no exime a
la autoridad de responsabilidad, ni le impide resolver siempre que no se hubiere
notificado auto admisorio de la demanda cuando el interesado haya acudido ante
la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
La no resolución oportuna de los recursos constituye falta disciplinaria gravísima.
Es importante señalar en este artículo las siguientes apreciaciones:
 1. Van muy ligados con el silencio negativo, con la salvedad de que este
artículo se refiere a recursos.
 2. Que el plazo de los dos (2) meses para resolver dichos recursos no se
cuenta mientras se estén practicando pruebas.
 3. Y finalmente importantísimo señalar que la no respuesta oportuna de los
recursos constituye una falta disciplinaria gravísima para el servidor público
encargado de resolver dicho recurso, lo cual indica que puede ser destituido del
cargo e inhabilitado para ejercer cargos públicos, y eso quiere decir que le van
a prestar más importancia a dichas solicitudes y a hacer mejor su trabajo que
es un función pública y un servicio que deben prestar todos sus empleados.
Así las cosas, y desarrollados estos temas en los dos códigos. A continuación
traeré a colación algunas jurisprudencias que han tratado estos temas desde
diferentes perspectivas, tanto la Corte Constitucional como el Consejo de Estado,
y finalmente algunos doctrinantes que han tratado, analizado y expresado sus
puntos de vista de estos conceptos.
 El agotamiento de la vía gubernativa y el silencio administrativo
negativo. "De manera general puede decirse que la necesidad de agotar la vía
gubernativa como presupuesto para acudir a la jurisdicción constituye un
privilegio de la administración, derivado del principio de auto tutela
administrativa y por virtud del cual debe brindarse a los entes públicos la
oportunidad de pronunciarse sobre sus propios actos antes de que las
controversias que hayan surgido en torno a ellos sean planteadas ante los
tribunales.
En la medida en que la reclamación que el administrado presenta a la
administración como presupuesto para agotar la vía gubernativa, no obstante su
especial regulación legal, es una expresión del derecho de petición, la figura del
silencio administrativo negativo, si bien habilita al administrado para dar por
agotada la vía gubernativa y acudir directamente a la jurisdicción, no significa que
la administración pueda sustraerse de su obligación de dar una respuesta a la
solicitud que le ha sido presentada. Esto significa que en los eventos de silencio
administrativo negativo, el administrado puede optar por acudir a la jurisdicción o
por esperar una respuesta efectiva de la administración, sin que esta última
opción, que es un desarrollo del derecho de petición, pueda acarrearle
consecuencias adversas, como sería la de que a partir del momento previsto para
la operancia del silencio administrativo se contabilice el término de prescripción o
de caducidad de la respectiva acción"
 El silencio administrativo negativo y el acto presunto de
petición. "Transcurrido un plazo de tres meses, contados a partir de la
presentación de una petición, sin que se haya notificado decisión que la
resuelva, se entenderá que esta es negativa. Si frente a una petición se da el
silencio administrativo negativo por mandato legal y no se interpone contra este
acto recurso alguno, la administración tiene el deber de resolver en forma
"expresa" tal petición mientras el interesado no haya hecho uso de los recursos
en vía gubernativa contra el acto presunto. Pero bien puede ocurrir que contra
el acto solo proceda el recurso de reposición, que no es obligatorio y el
interesado decida no proponerlo; en ese caso, cabe concluir que la
administración no pierde competencia para resolver esa petición mientras no se
haya acudido ante la jurisdicción contenciosa administrativa"
 Silencio administrativo negativo. "Como presupuesto para incoar
demanda de nulidad y restablecimiento del derecho. Tiene esa figura dos
propósitos fundamentales, el primero sancionar a la administración ineficiente,
omisiva y retardada y el segundo, concederle la garantía al administrado
de poder acudir a la jurisdicción en demanda contra actos particulares. Se
convierte así esta figura administrativa en un instrumento para que un particular
a quien no se le han resuelto los recursos por la vía gubernativa pueda dar
inicio a un control jurisdiccional de los actos administrativos que considera le
han lesionado sus derechos y pueda de esta forma presentar la demanda de
nulidad y restablecimiento del derecho, es decir que es una forma de agotar la
vía gubernativa, presupuesto de procedibilidad de esta acción"
 Silencio administrativo negativo. En un presupuesto de procedibilidad
para incoar la acción de nulidad y restablecimiento del derecho contra un acto
administrativo definitivo y de carácter particular, el previo agotamiento de la vía
gubernativa por acto expreso o presunto por silencio negativo. Tanto el silencio
negativo frente a los recursos, como en relación con la primera petición, agotan
la vía gubernativa. Por la ocurrencia de uno u otro fenómeno la autoridad
administrativa pierde competencia, por el factor temporal, para pronunciarse
sobre la petición y sobre los recursos, quedando así habilitado el administrado
para instaurar la acción de nulidad. Termino de caducidad para incoar dicha
acción"
 Silencio administrativo. "No es necesario pedir la nulidad del acto ficto
producido por el silencio administrativo, precisamente porque no existe
manifestación de la administración. Se trata solo de una ficción legal cuyo
objeto es dar por agotada la vía gubernativa para que con este presupuesto
procesal se pueda acudir a la vía jurisdiccional"
 El profesor y tratadista García-Trevijano, incida: "El arraigo de
las instituciones y la convivencia jurídica habitual con ellas las hace que en
ocasiones nos planteemos la cuestión de cómo se ha podido vivir –
administrativamente hablando, por lo que ahora interesa- sin tal institución. Este
es el caso del silencio administrativo, en particular tras la consolidación del
carácter revisor de la jurisdicción contencioso-administrativa.
Actualmente es impensable, en tanto en cuanto se mantenga tal carácter revisor,
la desaparición del silencio administrativo (al menos del silencio negativo),
institución que, sin embargo, no fue objeto de una formulación con vocación de ser
aplicada de una manera general hasta tiempos recientes, posteriores, por
supuesto, a la consolidación del citado carácter revisor. En el estado actual es, en
mi opinión, inconcebible el abandono de la institución. Para ello sería preciso
romper con esquemas jurídicos tradicionales, cuya pervivencia impide la
desaparición.
Por lo tanto, el fundamento del silencio (nos referimos al silencio negativo) hay que
buscarlo precisamente en la exigencia de un acto previo para acceder la
jurisdicción contencioso-administrativa. Es más, podría decirse que la
trascendencia del silencio administrativo es directamente proporcional a la rigidez
con que se configure el carácter revisor de la jurisdicción contencioso-
administrativa. No tanto facilita como posibilita el ejercicio del derecho a
la tutela judicial efectiva reconociendo en el artículo 24 de la Constitución.
Interesa destacar en este sentido que los efectos del carácter revisor se han visto
disminuidos y están siendo objetos de una moderna revisión. Influyen en esta
tendencia las siguientes circunstancias:
 1. El actual ataque de que está siendo objeto por parte de la doctrina
científica, de forma similar a la influencia que tuvo en su surgimiento. El ataque,
sin embargo, no se dirige normalmente contra la configuración misma de la
jurisdicción contenciosa-administrativa como revisora, sino ms bien contra su
interpretación rígida. Excepto posiciones extremas, suele confirmarse por la
doctrina científica la utilidad del carácter revisor, pero se critican sus excesos.
 2. La jurisprudencia se muestra favorable a abrir en determinados casos la
posibilidad del enjuiciamiento de cuestiones concretas no planteadas en vía
administrativa y sobre las que, en sentido estricto, no ha habido
pronunciamiento administrativo previo a la vía contencioso-administrativa.
Es cierto que la jurisprudencia mantiene como principio fundamental el carácter
esencialmente revisor de la jurisdicción contencioso-administrativa, entendiendo
que se incurre en desviación procesal si se plantean cuestiones nuevas en sede
jurisdiccional respecto a las planteadas en vía administrativa. Sin embargo, no es
absolutamente exacto que se exija una total identidad entre cuestiones suscitadas
ante la administración y posteriormente en sede jurisdiccional".
Su finalidad intrínseca responde a la necesidad de dar agilidad administrativa a
determinados sectores, y que, por falta de medios, decidía o por las razones que
fueren, no existe tal legalidad. En tales casos, el ordenamiento jurídico establece
la técnica del silencio positivo, que tiene un doble efecto inmediato:
 a) Por un lado, incentiva a la administración para que resuelva de manera
expresa si no quiere ver cómo el administrado, por el mero transcurso de un
plazo (reuniendo los demás requisitos precisos), pasa a estar legitimado para
actuar en sentido pedido.
Esta afirmación, no obstante, debe ser hoy adecuadamente matizada, habida
cuenta de que los limites intrínsecos impuestos al silencio positivo, en particular la
imposibilidad de adquirir por tal vía más de lo que hubiera podido otorgarse de
manera expresa, tienen el efecto de que la administración competente se verá
segura de que en ningún caso el peticionario estará legitimado, a través del
silencio administrativo positivo, para actuar de manera disconforme con el
ordenamiento jurídico, lo que con seguridad le hará perder de alguna
manera interés en resolver en forma expresa. Ello tendrá el perjuicio añadido de
que el interesado se verá en la tesitura de decidir unilateralmente, y sin la ayuda
de la administración, si actúa o no, y, en definitiva, si ha nacido el acto presunto
por silencio positivo.
 b) Por otra parte, no obstante, las inseguridades expuestas, permite que el
interesado actué, al menos cuando sea claro que la petición no contradice el
ordenamiento jurídico, de acuerdo con lo solicitado, por lo que tendrá la
garantía de que, al tratarse de un acto (presunto) declarativo de derechos, no
podrá ser retirado del mundo jurídico sino a través de los causes legalmente
establecidos.
El silencio positivo es concebido con carácter excepcional, frente a la regla general
del silencio negativo, y como tal es de interpretación restrictiva".
 Según el tratadista Enrique Sayagués Laso "Los poderes jurídicos dados
a la administración tienen como objeto permitirle cumplir eficazmente sus
cometidos. Por lo tanto, sus órganos están en la obligación de proceder
conforme a las necesidades del servicio. De ahí deriva, como principio general,
el deber de pronunciarse sobre las cuestiones que se le plantean …"[7].
 Sobre este particular nos recuerda el profesor y
tratadista español Sabino Álvarez-Gendín "La administración puede dejar de
resolver o de notificar una resolución. Esta falta de resolución o de notificación
se llama silencio administrativo. Habrá que averiguar si respecto del silencio
administrativo hay una forma que interprete en sentido afirmativo o negativo. En
la legislación francesa los cuatro meses del silencio de la administración se
interpretan como denegación. Primeramente (Decreto 2, noviembre 1864) se
introdujo para los recursos gubernativos ante el ministro y posteriormente (Ley
17 de julio de 1900, art. 3º) para todas las decisiones administrativas,
iniciándose el transcurso de los cuatro meses la apertura del recurso
contencioso, sentando la jurisprudencia del Consejo de Estado, de que
mientras no se dicte el acto expreso se otorga un plazo indefinido para recurrir
contra la decisión tácita" [8]
 Silencio administrativo positivo. "Se configura cuando transcurrido el
plazo de que dispone la administración para pronunciarse no ha notificado
decisión alguna. En consecuencia, se consideran resueltas favorablemente al
administrado sus peticiones. La exigencia de documentos no esenciales para
resolver la petición no interrumpe el plazo para que se configure el silencio
administrativo. Cómputo del plazo para su operancia. Incompetencia de la
administración para decidir en forma expresa cuando se configura el silencio.
La existencia y los defectos del silencio administrativo no dependen de su
formulación"
En este estado de las cosas, me podría quedar transcribiendo muchísimas
jurisprudencias y doctrinas que se han pronunciado sobre este asunto.
Lo importante aquí señalar es la jerarquía de esta norma jurídica legal, y que
podemos ejercer o solicitar en cualquier momento en que la administración no
responda a nuestras peticiones en el debido tiempo o plazo que ella tiene para
hacerlo.

5). Explique En qué consiste la discrecionalidad y cómo se aplica


La discrecionalidad administrativa hace referencia a los márgenes de apreciación,
opción y decisión de la Administración en aquellos supuestos en que no todos los
elementos de la potestad administrativa vienen concretados por la norma que la
atribuye, pudiendo optar entre varias soluciones, todas ellas justas.

Aproximar al lector al concepto de la "discrecionalidad", que precisamente resulta


ser uno de los términos más relevantes del Derecho Administrativo, puede
demandar la realización de algunas precisiones previas a modo de
encuadramiento. Esas precisiones nos ayudarán a entender incluso por qué nos
referimos a la "discrecionalidad" desde el concreto ángulo de ataque desde el que
lo hacemos. Y es que el lector ilustrado y con conocimientos de la realidad en la
que vive puede sentir la tentación de situar la discrecionalidad -a partir de sus
propios pensamientos- como algo externo y previo al Derecho; algo así como una
emanación originaria y por tanto libre del poder público. "Discrecional" podría ser,
en esa concepción, algo así como el "poder en estado puro", el "poder" antes de
ser limitado por las leyes. Pero no ocurre de esa manera. Ese aparente "poder"
previo a las leyes sencillamente no existe en los modernos Estados de Derecho.

No nos adelantemos sin embargo y procedamos al encuadramiento de la


"discrecionalidad" desde la perspectiva correcta. Pues bien, para entender lo que
es la "discrecionalidad" puede ser oportuno dejar sentado, aunque sea
telegráficamente:

 a) Lo que significa el Estado de Derecho;


 b) Qué es lo que queremos decir cuando hablamos del "poder ejecutivo" como
uno de los tres grandes poderes del Estado;
 c) Qué comporta el principio de legalidad al que las Administraciones Públicas
están sujetas;
 d) La manera en la que todas estas variables previas se materializan en la
asignación de unas concretas potestades (véase "potestades administrativas");
potestades de entre las cuales hay algunas que son "regladas" y otras que
son "discrecionales".

Es oportuno insistir de todas maneras en que sobre todo esto pasaremos


telegráficamente pues a cada a uno de esos elementos de encuadramiento se han
dedicado innumerables volúmenes de pensamiento jurídico y de Derecho
Constitucional o Administrativo, y justificaría, cada uno de ellos, cumplidas tesis
doctorales. Somos pues conscientes de emplear en este encuadramiento una
superficialidad en el análisis que puede ser tenida por afrentosa por los
especialistas en cada una de las materias. Esperamos, no obstante, ganar en
claridad y valor pedagógico lo que perdemos en rigor dogmático. Vamos allá.
 - "Estado de Derecho" significa un amplio conjunto de realidades
amalgamadas. Y no tanto por lo que los vocablos evocan directamente (Estado
y Derecho) sino por todo lo que consigo lleva el modelo organizativo que
hemos aceptado denominar de tal manera. En lo que ahora nos interesa, sin
embargo, y orillando todo lo demás, decir Estado de Derecho implica la
prevalencia de la ley; implica que todos, ciudadanos y poderes públicos, se
encuentran sujetos al ordenamiento jurídico; implica que la ley se impone a
todos y que por tanto no existen ni vacíos ni inmunidades del poder.
 - Referirnos al Poder "ejecutivo" es por otra parte hablar de función ejecutiva,
de función de ejecución de las normas. Unos, por tanto, hacen las normas y
otros las ejecutan. Los Parlamentos son los primeros en esa relación. Estos
aprueban las leyes. Y los poderes ejecutivos son los segundos y están
encargados de llevarlas a efecto. Ésta es, por tanto, la función que
corresponde al conglomerado organizativo formado por el Gobierno y la
Administración.

El Gobierno tiene una evidente sustancia política de la que carece la


Administración, pero el papel de ambos es "ejecutar". El juego político del primero
se produce, por tanto, dentro de lo permitido por la ley.

Ciertamente el fulgor de la función política y del liderazgo democrático, así como el


empuje de los Partidos y sus cúspides, nos pueden hacer perder de vista -y con
ello engañarnos- el verdadero reparto de tareas en una sociedad democrática, y
puede también llevarnos creer que el "poder" está ahí, en esas personas, en su
liderazgo carismático, en los Partidos...

Pero reiteramos que no es así, y que, aunque al liderazgo no le hayamos dedicado


los juristas demasiadas energías (pues seguimos repitiendo, como un "mantra", la
afirmación revolucionaria de que estamos ante un gobierno de las leyes, no de los
hombres), hay que insistir, pese a todo: al poder ejecutivo le corresponde ejecutar
las leyes y sus márgenes de acción están legitimados y acotados por las leyes.

 - Si "todos están sujetos a la ley" en un Estado de Derecho y si al Poder


Ejecutivo (conformado por el conglomerado Gobierno-Administración) le
incumbe ejecutar las leyes, no necesitamos profundizar en exceso en el
concepto del principio de legalidad. Ese principio significa, como nuestro texto
constitucional expresa, que los ciudadanos y los poderes públicos se
encuentran sujetos a la constitución y al resto del ordenamiento jurídico.

Ese principio de legalidad, proyectado sobre las Administraciones Públicas se


traduce en el llamado principio de "vinculación positiva". Tal principio no implica
otra cosa que las Administraciones Públicas no son como las personas, que
pueden hacer todo lo que las leyes no prohíban, sino justamente, al contrario:
que sólo pueden hacer las cosas que las leyes les han encargado.

 - La escala de ideas que antecede a la que ahora pretendemos desarrollar nos
lleva inexorablemente al concepto de las "potestades". Las potestades son
como los "haces" de poderes que las Administraciones reciben de los
ciudadanos para el cumplimiento de sus respectivas misiones. Son los
agregados de mandatos, con trozos "empaquetados" de poderes, que los
ciudadanos proporcionamos a nuestras Administraciones.

Una vez sentado lo anterior quisiéramos haber conseguido llevar al lector a la


conclusión deseada: que la "discrecionalidad administrativa" no es una
manifestación de poder extrajurídico y originario, sino que es una concreta
manifestación de poder legalizado; un poder que las Administraciones ostentan
en la manera en la que las distintas normas jurídicas se lo han asignado; un
poder articulado a través de unas concretas y específicas potestades.

6). Diga En qué consiste la derogatoria de un acto administrativo


y su diferencia con la revocatoria por vía gubernativa o
revocatoria directa
La derogatoria es aquel efecto de una ley, determinante de la pérdida de vigencia
de otra ley anterior, la cual puede ser expresa o tácita. Este último evento tiene
lugar al menos en dos hipótesis: (i) cuando una norma jurídica posterior resulta
incompatible con una anterior, o (ii) cuando se produce una nueva regulación
integral de la materia. Así lo ha entendido la jurisprudencia de esta Corporación al
señalar que la derogatoria de una ley puede ser expresa, tácita o por
reglamentación integral (orgánica) de la materia, sucediendo la primera cuando la
nueva ley suprime formal y específicamente la anterior; la segunda cuando la
nueva ley contiene disposiciones incompatibles o contrarias a la de la antigua, y la
tercera cuando una ley reglamenta toda la materia regulada por una o varias
normas precedentes, aunque no haya incompatibilidad entre las disposiciones de
éstas y las de la nueva ley.
Una de las diferencias transcendentales de la revocatoria y la derogatoria la
constituyen los efectos de la decisión; el acto administrativo que contiene una
revocatoria tiene efectos ex tunc, genera efectos hacia el pasado, es decir, a partir
de la existencia del acto que se revoca y la derogatoria tiene efectos ex nuc, hacia
el futuro, es decir, siempre a partir del momento que queda en firme la decisión de
derogación.

7). Cuando se extinguen los actos administrativos


Los Actos administrativos se extinguen cuando se han cumplido con todos los
elementos, requisitos y modalidades que señala la ley, cuando han producido sus
efectos sus jurídicos conforme a objeto y finalidad perseguidos, así las cosas
podemos decir que hay actos administrativos que se extinguen por determinación
simple, de haber cumplido su objeto, el plazo de su vigencia y generalmente se les
conoce como terminación normal, sin embargo, hay algunos que se extinguen por
determinación judicial o por determinación de las propias autoridades
administrativas y es así como han surgido la revocación , rescisión, la
prescripción, la caducidad, el termino, la condición y la nulidad absoluta o relativa.
Este decaimiento se produce cuando las disposiciones legales o reglamentarias
que le sirven de sustento desaparecen del marco jurídico. En el momento en el
cual se declara la nulidad de un acto administrativo o la in exequibilidad de una
norma legal en que se funda un acto administrativo, se produce la extinción y la
pérdida de fuerza ejecutoria del mismo. De tal manera, el acto que emana de
aquel declarado nulo o inexequible no puede seguir surtiendo efectos hacia el
futuro en razón precisamente, de haber desaparecido el fundamento legal o el
objeto del mismo. 

8. ¿Cuándo se dice que un acto administrativo es de servicio y


cuando no?
Los actos administrativos son la expresión unilateral de la voluntad de la
Administración capaz de producir efectos jurídicos y vincular a los administrados;
es distinto de otro tipo de actos, como las circulares de servicio, cuyo alcance es
instruir, orientar o coordinar a la administración, pero no tienen la virtualidad de
obligar. No obstante, puede que, por extralimitación de funciones, o por error de
técnica administrativa, a través de un acto de servicio, -circular o carta de
instrucción- se expidan decisiones, que son verdaderos Actos Administrativos, los
cuales pueden ser demandables por vicios en su formación. La producción de
efectos frente a particulares, constituye el punto medular de la existencia del acto
administrativo.
Hay que tener en cuenta que existen otras expresiones de la Administración que,
en la medida que no tienen por objeto producir efectos jurídicos no son verdaderas
decisiones o actos administrativos sino actos de servicio que son instrumentos de
los que se vale el mismo para cumplir las tareas administrativas. Las circulares o
instrucciones que expide la Administración para dar a conocer el pensamiento o
política del Gobierno sobre determinada materia, tienen por objeto ilustrar tanto a
los funcionarios públicos como a los administrados sobre una determinada
gestión. Estas instrucciones, como la que se demanda, contienen un conjunto de
reglas de carácter interno, emanadas del superior, expedidas en ejercicio de sus
atribuciones legales y destinadas a los funcionarios de la Administración para que
ajusten determinada actividad a lo que en ellas se establece.
El Estado realiza numerosos actos jurídicos para cumplir sus fines, debiendo
diferenciarse los que realiza como persona jurídica de derecho privado, como por
ejemplo, la venta de tierras públicas, que se regirán por las normas del Derecho
Civil, pues las partes, vendedor y comprador en el ejemplo expuesto, están en
igualdad de condiciones, y las que realiza como poder público, que caerán en la
órbita del Derecho Administrativo, que es una rama del Derecho Público. Hay
otros actos del Estado que son políticos, como la declaración de guerra o de paz,
el estado de sitio, la intervención a una provincia, que no pueden ser recurridos
ante el poder judicial, salvo si son inconstitucionales.

Los actos administrativos son las declaraciones formales que realiza el Estado,
unilateralmente, luego de un procedimiento específico, a través del Poder
Ejecutivo, como órgano administrador, en su carácter de persona pública, y en
relación a las funciones y servicios públicos, cuyo objeto es crear, modificar o
extinguir derechos u obligaciones administrativas, que afectan a sujetos
particulares, y que se rigen jurídicamente por el Derecho Administrativo.

La persona particular tiene el derecho subjetivo de exigirle al Estado, como poder


administrador, una prestación de dar, hacer o no hacer, y el Estado debe darla,
hacerla o abstenerse, en forma de actos, dentro del marco legal. Para tener
efecto, los actos administrativos deben se comunicados a los interesados. Estos
actos administrativos pueden recurrirse ante el Poder Judicial.

Ejemplos de actos administrativos:

*Conceder o negar jubilaciones

*Designar empleados

*Funcionarios públicos
*Otorgar concesiones para explotar servicios públicos

*Otorgar licencias o exoneraciones

No son actos administrativos:

*Asfaltar una calle

*Construir un puente

*Redactar un oficio

Bibliografía:
Fuente: http://www.consejodeestado.gov.co/documentos/boletines/PDF/11001-03-27-000-
2013-00007-00(19950).pdf

Fuente: https://concepto.de/acto-administrativo/#ixzz6Op3MZa32

Fuente: http://web.anla.gov.co:85/Portals/0/documentos/comunicaciones/ABC-
Licenciamiento/tipos_de_notificaciones_y_sus_requisitos_con_sugerencias_13_de_octubre
.pdf

Fuente:https://www.ambitojuridico.com/noticias/general/administrativo-y-contratacion/estos-son-los-
elementos-que-configuran-el-silencio#:~:text=El%20silencio%20administrativo%20es%20un,recuerda
%20el%20Consejo%20de%20Estado.

Fuente: https://www.monografias.com/trabajos83/silencio-administrativo-positivo-negativo/silencio-
administrativo-positivo-negativo.shtml

También podría gustarte