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N D I S C I P L I N A R I A S
C A P E R N T Y U N B V F I L
M D N Y A C S X N F U M N N Z
D L G G A L P O N P Ñ M O O F
P A S B M U I O R E J I I M T
A U T F C S O N D D C P T E A
R G I X U I P Z N A A T Y G R
M I E L D O E T Z R T T N E A
A C C R D N R I Z O N S E H R
R X A E E A N O U B R A E E S
E X R T D T A G A R U T L U C
T D V Y E R C V H K M D F G V
1-Estado: El sistema educativo moderno comienza a construirse junto con el Estado nación. La historia de
la escuela es en gran parte la historia del Estado moderno. El Estado nacional capitalista moderno surge
mediante la constitución de un monopolio en materia de uso o amenaza de uso de la violencia física
legítima.
Existe un Estado nacional cuando determinados agentes se apropian de forma exclusiva del poder,
socialmente reconocido.
Para ejercer este monopolio construyó una serie de aparatos represivos institucionalizados: el ejército y la
policía (violencia física).
Las élites dominantes de los Estados modernos muestran un interés por la constitución de otro aparato: el
aparato educativo del Estado. (Violencia simbólica).
2-Poder: Según Parsons “El poder es una ventaja generalizada o un recurso dentro de la sociedad. Es la
capacidad de movilizar los recursos de la sociedad para el logro de fines para los cuales ha habido, o
puede haber, un compromiso 'público' general".
Según Poulantzas “... se designará por poder la capacidad de una clase social para realizar sus intereses
objetivos específicos”.
En uno y otro caso, la función de la escuela guardará relación con los respectivos conceptos de poder: será
un recurso de la sociedad para el cumplimiento de fines y objetivos que derivan de un “compromiso público
general”, o un instrumento que contribuye a la legitimación de las relaciones de dominación, etc.
El poder es la capacidad de una clase para realizar sus intereses objetivos (no representados). También
implica una relación entre clases o fracciones de clase, en consecuencia las relaciones de clase son
relaciones de poder. Estas últimas, se verifican en los campos económico, político e ideológico y, por lo
tanto, es legítimo hablar de poder económico, político e ideológico.
Para construir poder es necesaria la organización.
Las instituciones y organizaciones públicas y privadas son a la vez centros de construcción y de ejercicio
del poder.
El sistema educativo (tanto público como privado) constituye un importante centro de poder ideológico.
3-Hegemonia:La hegemonía consiste en el logro y mantenimiento del consenso activo de las clases
subordinadas en pos de un proyecto nacional, en beneficio de toda la nación o de todo el pueblo.
La hegemonía se construye y se mantiene mediante la acción de organismos públicos y privados.
La escuela, los medios de comunicación, las instituciones culturales, científicas, los partidos políticos, los
sindicatos, etc., son centros de poder ideológico y en su gran mayoría campos de lucha ideológica.
La escuela y los medios de comunicación constituyen aparatos de hegemonía de mayor relevancia
5-Galpon: Las instituciones ya no son las mismas, ya que sin meta-regulación estatal quedan huérfanas de
la función que el Estado-nación les transfirió. Tampoco son las mismas porque las condiciones generales
con que tienen que lidiar no son estatales sino mercantiles, no son estables sino cambiantes. De esta
manera, se transforman en galpones. Esto es, en un tipo de funcionamiento ciego a la destitución de la
lógica estatal y a la instalación de la dinámica de mercado. Esta ceguera compone un cuadro de situación
donde prosperan suposiciones que no son tales, subjetividades desvinculadas, representaciones e ideales
anacrónicos, desregulaciones legitimadas en nombre de la libertad, opiniones varias, etcétera. Se trata, en
definitiva, de configuraciones anómicas que resultan de la destitución de las regulaciones nacionales, de
reductos hostiles donde la posibilidad de producción vincular deviene, a priori, imposible.
7-Etnizacion: Los procesos de etnización pueden ser definidos como tipos de marcación de alteridad
basados en divisiones en la cultura y construidos históricamente. Las etnicidades así como los movimientos
etnopolíticos en torno a los que se organiza las experiencias políticas de muchos pueblos originarios, se
construyen también allí a través de la experiencia histórica de lucha, oposición y diferenciación social.
En este sentido, “ese conjunto de personas socialmente desiguales y culturalmente diferentes que se
consideran miembros de una nación comparten experiencias históricas marcantes que son constitutivas de
modos de imaginación, cognición y acción.”
No puede hablarse de etnicidad en singular sino de etnicidades en plural, como puntos de emergencias,
sentidos, dispersiones y trayectorias específicas de la experiencia y contingencias históricas. En ese
sentido, entendemos también que esas etnicidades, como un tipo de construcción histórica de “identidad”,
atraviesan procesos de sedimentación, que determinan también que no “todos los caminos sean
imaginables, legitimables y, por lo tanto, posibles”
9-Inclusión: La inclusión es un proceso democrático integral que involucra la superación efectiva de las
condiciones políticas, económicas, sociales y culturales que producen históricamente la exclusión.
La inclusión educativa es un proceso que se construye en oposición a las fuerzas y tendencias que
históricamente han producido y aún producen la negación del derecho a la educación de los más pobres y
excluidos.
10-Igualdad: La DHDH le otorga al derecho a la educación un alcance universal, esta fue probablemente
una de las proclamas más poderosas y ambiciosas en la lucha por la igualdad y la justicia social.
La afirmación del derecho a la educación como un derecho humano fundamental estaba asociada al
reconocimiento de las condiciones indispensables para la construcción de una sociedad más justa e
igualitaria.
La educación es un derecho humano fundamental porque es la base, el inicio y, al mismo tiempo, la
aspiración, el punto de llegada, de toda lucha por la justicia social y la igualdad, de toda lucha contra la
humillación y el desprecio a los que son sometidos millones de seres humanos por haber nacido pobres.
La importancia que la Declaración Universal de los Derechos Humanos posee para el diseño de una
política educativa democrática no siempre ha sido debidamente reconocida y ponderada, particularmente
por aquellos grupos, movimientos y organizaciones que luchan por la defensa del derecho a la educación
en los países más pobres, tampoco por aquellos gobiernos que en América Latina, han iniciado procesos
de reforma y reestructuración que aspiran a revertir la herencia de exclusión y desigualdades que dejaron
sus antecesores neoliberales y conservadores.
El derecho a la educación, como derecho humano fundamental, pertenece a todos o no pertenece a nadie.
Y si no pertenece a nadie, el principio democrático sobre el cual debe sustentarse cualquier proyecto de
sociedad igualitaria y emancipada de poderes arbitrarios y totalitarios se debilita o desvanece. Esto es lo
que diferencia el valor público y político de la educación como derecho de todos, del principio
mercantilizado y privatizador de la educación como un derecho individual que sólo adquiere relevancia en
la medida en que es capaz de crear valores en el mercado.