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Minjus - El Fenómeno Crimininólogico PDF
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El Fenómeno Criminológico y la
Política Criminal en las Regiones
I Convocatoria Nacional de Artículos
Responsables de la publicación
Diseño de portada
Luis Ccucho Acurio
Diagramación
Julio Domínguez Hamada
ÍNDICE
Presentación Pág. 5
Introducción pág. 6
La muerte
de infantes: un análisis desde la data Pág. 8
internacional y nacional
Lizana Watanabe, Víctor David;
Casimiro Dionicio, Russell Laudrup
PRESENTACIÓN
El presente libro “El fenómeno criminológico y la política criminal en las regiones” compila
los artículos seleccionados de autores y autoras que postularon de La Libertad, Lambaye-
que, Lima región, Lima Metropolitana, Junín, Ica, Arequipa y Puno, abordando diferentes
fenómenos criminales. De ellos, el presente libro seleccionó 6 textos: El primero explora
las muertes infantiles a partir de un marco comparativo nacional e internacional. Luego,
con una entrada que escudriña en los resultados del último Censo Penitenciario, nos acer-
camos a la realidad de los presos que padecen VIH en el Perú. De mismo modo, continúa
el artículo que propone un recorrido al problema de la criminalidad en la ciudad de Trujillo
durante los últimos 30 años, retratando el paso del hurto a la extorsión. Posteriormente,
nos trasladamos hasta Arequipa, donde se analizan las relaciones del delito en el contexto
de la Región Arequipa durante la colonia, tratando de ofrecer una perspectiva histórica al
fenómeno criminal, para luego pasar hacia la problemática de los adolescentes infracto-
res desde un esquema alternativo. Por último, la mirada se traslada hasta el norte con la
finalidad de ver de cerca la dinámica de la delincuencia más inmediata, vinculada al robo
de celulares y el mercado que ha generado este delito patrimonial.
Introducción
Los artículos que esta edición recoge, nacieron del interés que el equipo de la Dirección
General de Asuntos Criminológicos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos posee
por incentivar y difundir la práctica de la investigación científica criminológica en la ciuda-
danía, con un enfoque regional.
En este proceso ha sido interesante apreciar cómo, desde las diferentes regiones, se pre-
sentaron 20 artículos que discuten y buscan un replanteamiento del quehacer criminoló-
gico desde 7 regiones postulantes del Perú, en especial, La Libertad, Lima, Ica, Arequipa,
Lambayeque, Junín y Puno. Como resultado de ello, fueron seleccionados cinco artículos
de La Libertad, Arequipa y Lima, junto a un artículo sobre el análisis de la evolución de la
extorsión regional.
Visto de ese modo, la convocatoria presentó resultados concretos que estamos seguros
serán provechosos para la generación de evidencia, empero presentan de manera impre-
vista, otras cualidades que no pueden apreciarse en su real dimensión sin que se empiece
con la lectura atenta de cada uno de los textos. Esas cualidades que destacamos emergen
al analizar cada artículo como ejercicio individual, como rasgos que desbrozan la particu-
laridad de su tiempo y localidad, en donde la acción delictiva tiene su escenario y el inves-
tigador como intérprete de esa realidad, dota de comprensión al hecho, manifestándolo
como problemática.
Aquella característica, que es virtud patente en todos los textos seleccionados, sólo ter-
mina de completarse con una segunda propiedad que procede de la mirada en conjunto
del lector que, a través de los relatos, comprende la diversidad de experiencias provenien-
tes de las regiones y con la asistencia de las distintas técnicas de investigación aplicadas
integra el todo en un conjunto compresivo, cuyo lenguaje común es la revelación de la
complejidad del fenómeno criminal.
A partir de esta noción, se hace comprensible que la investigación denominada “La muer-
te de infantes: un análisis desde la data internacional y nacional” contenga un interés so-
bre un hecho del que no se guardan muchos datos, y cuya desatención tiene consecuen-
cias en la población más vulnerable.
cer y que el lugar de reclusión podría actuar como trasmisor de enfermedades mortales
como el VIH. Los hallazgos de estudio son interesantes y más porque explotan una fuente
de datos que no ha sido del todo aprovechada como es el censo penitenciario. El resultado
final del ejercicio es una advertencia de que el riesgo de contagio puede extenderse desde
las personas recluidas hasta el total de la sociedad; por lo que hay que analizar a mayor
detalle los protocolos de gestión de riesgo epidemiológico en nuestras cárceles.
Otra de las investigaciones que han permitido trazar una ruta de la criminalidad es la que
nos sitúa en Trujillo, la misma que se llama “Evolución de la criminalidad en Trujillo. Del
hurto a la extorsión, 1993 – 2018”, y muestra cómo esta ciudad ha transitado desde la
delincuencia común hasta la aparición de organizaciones criminales, nutriéndose en su
momento de los incipientes grupos pandilleros de la zona. La leyenda e historia de estos
grupos son narradas por el autor a través de las portadas de los diarios, desde grupos me-
nores que usaban la violencia en los setenta, hasta estructuras delictivas consolidadas que
extorsionan a los negocios de la creciente ciudad norteña.
Por otro lado, desde el sur del Perú, emerge el artículo titulado “Crimen y castigo en la
Ciudad Blanca. Criminalidad y represión en Arequipa colonial (S.XVI)”, el cual ha recurrido
a los archivos documentarios para remontarnos a la época colonial, en especial, entre 1540
hasta el año 1600, describiendo cómo era el tratamiento de los reclusos en las cárceles,
que por una parte ejercían el control punitivo, y por otro la instrucción moral-religiosa. En
ese trayecto de generaciones, quedan aún muchos decenios por explorar sobre la evolu-
ción institucional de los sistemas de reclusión, y de las formas en las que han variado los
discursos y protocolos, y del cómo otras prácticas han permanecido en el tiempo hasta
llegar a nosotros.
El siguiente estudio, que lleva por título “Aproximación al perfil cognitivo de los adoles-
centes en conflicto con la ley penal desde la terapia de esquemas”, es resultado de una
investigación cuantitativa con una muestra de 316 adolescentes recluidos en el Centro
Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación y Anexo II, pero que provienen de distintas partes
del Perú, se enfoca en las creencias de los adolescentes en conflicto con la ley penal, así
como en las maneras en las que determinadas configuraciones de esquemas pueden dis-
torsionar su evaluación de la realidad e inducir a un proceder inadecuado.
De regreso al norte del Perú, en la Libertad, se cuenta con el documento “Más allá de la
legalidad: una aproximación al mercado ilícito de celulares en Trujillo”, la cual brinda un
panorama del funcionamiento del sistema de venta ilegal de teléfonos móviles a partir del
acuerdo tácito entre actores estatales y no estatales para perpetuar el negocio ilegal.
En definitiva, esta compilación de artículos es una verificación de que el país cuenta con
investigadores de calidad que, preocupados por la situación de la seguridad, dedican
tiempo y esfuerzo al estudio de la criminalidad, elaborando aportes que podrán ser cana-
lizados para vincular a la ciudadanía con la construcción de nuevas políticas acordes con la
realidad de cada una de nuestras regiones.
LA MUERTE DE INFANTES:
UN ANÁLISIS DESDE LA DATA INTERNACIONAL Y NACIONAL
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
Esto a razón de que la salud debe ser comprendida bajo un carácter multidimensional,
debido a que puede verse alterada por el contexto histórico y el marco situacional,
es entonces que la Organización Mundial de la Salud la define así: “un estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones
o enfermedades” (OMS, 2006, p.1). En tanto, Landone (1981) plantea cuatro
determinantes que condicionan la salud de la persona, siendo estas la biología
humana, el medio ambiente, los estilos de vida y los sistemas sanitarios. (Citado por
Herrero, 2016).
Esta definición contempla los actos de violencia que no causan muerte, pero que
ocasionan efectos a nivel personal, familiar, comunitario y en los sistemas de
asistencia sanitaria; tal es el caso de personas vulnerables como ancianos, mujeres
y niños que pueden padecer problemas físicos, psíquicos y sociales que no dan
lugar a lesión, incapacidad o muerte (Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi y Lozano, 2002).
Sin embargo, comprender la violencia implica una serie de dificultades, mediadas
principalmente por la cultura; que incluye comportamientos que son admisibles
como prácticas dentro de una sociedad que, no obstante, pueden ser considerados
como actos de violencia, dadas las consecuencias perjudiciales para la salud y vida
de la persona.
entendida solo como la acción, también la omisión de conductas para con el otro,
debiendo incluirse, d) el abandono y la negligencia, ya que existen ciertos grupos
que necesitan protección y cuidados por su naturaleza vulnerable (Aleaga, Louro y
Ortiz, 1999, p.286).
Por otra parte, no todas las personas están expuestas a los mismos tipos de
violencia, debido a que las misma varían de acuerdo a riesgos y necesidades que se
diferencian según edad, grupo social, nivel económico y lugar donde se desarrolla
(Castellanos, 1995); lo que permite identificar elementos distintivos en relación al
grado de exposición y magnitud frente a una problemática, que puede interferir en el
desarrollo adecuado del individuo (Cardona, 2008). Una problemática que somatiza
los elementos anteriores de acuerdo a las características de la población, es el
caso de los menores de edad, que según los indicadores presentados en el reporte
del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2014); evidencia que la
probabilidad de morir se incrementa dependiendo del grupo etario, presentando
sus indicadores más elevados en la adolescencia tardía (14-17 años) y en los infantes
(menores de 5 años).
Dentro de las tasas de mortalidad presentadas por UNICEF (2014), partiendo del
análisis de la data de la OMS, aborda distintas causas de muerte, contemplando
dentro de ellas las que son producto de violencia, como el homicidio; representando
el último eslabón y máxima expresión de la violencia (Híjar-Medina, López-López y
Blanco-Muñoz, 1997), manteniéndose en la actualidad como un problema global que
impacta y conmociona a la sociedad, provocando un mayor estremecimiento cuando
la víctima de tal acción es un infante.
Preocupados por los resultados, UNICEF –a través del Informe “Ocultos a Plena
Luz” – reportó que para el 2012, la muerte de niños y adolescentes menores de 20
años víctimas de homicidio llegó a 95 000, de los cuales, el 89% vivían en países de
ingresos medios y bajos.
Felzen, en el artículo “Death from child abuse and neglect” (2000) se cuestiona si
los homicidios contra infantes son reconocidos como tal, y si son reportados como
formas de abuso, llegando a la conclusión de la necesidad de profesionales en el
reconocimiento y reporte de denuncias sobre maltrato y abandono infantil, debido
a la cantidad de muertes a temprana edad que suscitan. Por otra parte, Herman-
Giddens (1999), explica que el verdadero número de incidencia de abuso infantil en
Estados Unidos es desconocido.
Esto expone la necesidad de contar con bases de datos confiables, que a su vez
permitan abordar el fenómeno. Por este motivo, el presente trabajo tiene como
objetivo el identificar los reportes relacionados a la muerte de niños por actividades
de violencia, principalmente la violencia interpersonal, para lo cual se recurrirá a los
informes de instituciones nacionales e internacionales.
Delimitación Conceptual
Erickson, dentro de su teoría del desarrollo psicosocial, divide los tres primeros años en
dos estadios: la del “infante” hasta el primer año, la “infancia” que va los dos a tres años y
la edad “Pre-escolar” que ocupa desde los tres a cinco años (Bordignon, 2005, p.54.); para
Piaget la niñez temprana corresponde a la etapa pre operacional, siendo desde los dos
hasta los siete años (Campo, 2009); y en el caso de Vigotsky, agrupa las edades de acuerdo
a “periodos de la crisis”, teniendo la niñez temprana entre el primer y tercer año, la edad
pre escolar entre los tres y siete años, y la edad escolar entre los ocho y doce años (Tolstij,
1989). Por su parte, Wallon amplía el espectro de la infancia, desde los cero a cinco años,
a lo cual Rice (1997) menciona que existe una línea de desarrollo que inicia con la niñez
hasta llegar a la adolescencia, teniendo a la “Infancia (0-2 años), niñez temprana (3-5 años)
y niñez intermedia (6-11 años)” (p. 6-7); y Papalia (2010, p.12) los divide en “primera infancia
(0-3 años), segunda infancia (3-6 años) y tercera infancia (6-11 años)”.
En el caso del derecho, recurriendo al Diccionario del Español Jurídico (DEJ, 2019), se
entiende por infante como el menor, que antes de cumplir los siete años, se le considera
3. METODOLOGÍA.
U n id a d d e E n fo qu e d e la I n s tru mento
Autor Pa ís D is e ñ o H a lla zgo s
I nve st ig ac i ó n I nve s ti ga c i ó n U ti li za d o
Registro de
Cuantitativo, muertes; empleando
WHO & Tasa de mortalidad
Reportes y data Estudio Transversal, Unidireccional, el Modelo Vital
MCEE Varios infantil, según edad
oficial a nivel país Muestra poblacional Muestra Nacional de Registro de
(2018) y causa de muerte
representativa Múltiples Causas
(VRMCM)
Cuantitativo, Encuestas a
Tasa de mortalidad
UN IGME Naciones Reportes y data Estudio Transversal, Unidireccional, hogares, Censos y
infantil, según
(2018) Unidas oficial a nivel país Muestra poblacional Muestra Nacional Registros Vitales de
edades.
representativa cada país
Base de datos
Comisarías con información
Cuantitativo,
INEI y Unidades Registro Nacional estadística con
Estudio Transversal, Unidireccional,
(2011- Perú Especializadas de Denuncias de indicadores de
Muestra poblacional Muestra Nacional
2017) de Investigación Delitos y Faltas denuncia de delitos
representativa
Criminal y faltas según tipo y
modalidad.
13
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
U n i d ad d e E n fo qu e d e la I n s tru mento
14
Autor Pa í s D is e ñ o H a lla zgos
I nve s ti ga ció n I nve s ti ga c i ó n U ti li za d o
Registro
información sobre
denuncias, numero
Policía Nacional de imputados
Sistema Integrado
del Perú, Ministerio Cuantitativa, de acuerdo a
INEI de Estadísticas de
Publico, Poder Estudio Transversal, Unidireccional, delito y ubicación
(2011- Perú la Criminalidad
Judicial, Ministerio Muestra poblacional Muestra Nacional geográfica de la
2017) y Seguridad
de Justicia y representativa denuncia, aunque es
Ciudadana
Derechos Humanos necesario destacar
los amplios rangos
de edad que
manejan.
29 mil 941
Tasa nacional de
viviendas del país,
mortalidad infantil,
entrevistando a Cuantitativa,
Encuesta áreas donde se
INEI 10 mil 16 niños, 24 Transversal, Estudio
Bidireccional, Demográfica y de concentran las
(2011- Perú mil 800 mujeres Transversal,
Muestra Nacional Salud Familiar – muertes, edad y
2017) en edad fértil y 27 Muestra poblacional
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
ENDES características de la
mil 633 mujeres y representativa
madre en relación al
hombres de 15 y
infante.
más años de edad.
Cuantitativo, de SINADEF y
Tasa de mortalidad
MINSA diseño ecológico, Unidireccional, estimación de
Perú MINSA, INEI infantil, según causa
(2018) de tipo transversal Muestra Nacional defunciones por
de muerte.
analítico año (INEI)
En este punto, es necesario señalar que los registros de muertes que manejan las
instituciones de Essalud y las del Ministerio de sa ludtrabajan de forma aislada a las de
Medicina Legal del Ministeri Pùblico.
Otra de las limitaciones, parte de la dificultad para diferenciar entre los tipos de
homicidios comprendidos en la legislación nacional, siendo una labor que requiere
la limpieza de la data de los registros de denuncias de la Policía Nacional del Perú. No
obstante, aquel ejercicio está fuera de los alcances de esta investigación, por ser una
tarea compleja y tener un limitado acceso a los registros de la Fiscalía de la Nación.
Para el año 2002, el Reporte Mundial sobre Violencia y Salud señala a los niños y lactantes
como la población que presenta el mayor nivel de riesgo de morir víctimas de abusos y
maltratos, “con tasas de homicidio en el grupo de 0 a 4 años de edad que equivalen a más
del doble de las observadas en los niños de 5 a 14 años”. (OPS, 2003, p. 66). Asimismo,
el informe reporta que la tasa de homicidios para niños menores de 5 años en países
con ingreso económico alto, oscila entre 1.8 y 3.2 por 100 000, para mujeres y varones,
respectivamente; y en países de ingreso medio o bajo, la tasa es de dos a tres veces más
alta; siendo 5.1 y 6.1 por 100 000, para los niños y niñas, respectivamente.
En consecuencia, resulta indispensable el empleo de registros que permitan la
visibilización del fenómeno de la violencia interpersonal en menores de edad.
No obstante, es una realidad que la información estadística de muchos países
concerniente a daños y muertes no son sistemáticamente recogidas, los cuales
pueden no ser accesibles o no ser adecuadamente compiladas en sus registros y
fuentes (UNICEF, 2014).
Para hacer visible las limitaciones de la información y lo reportado por los propios
organismos internacionales, exponemos los hallazgos de los informes trabajados
por las distintas instituciones. En primer lugar, el Grupo Interinstitucional para las
Estimaciones sobre la Mortalidad Infantil (UN IGME) dirigido por el UNICEF y la OMS,
que se encarga de compartir y sistematizar los datos sobre mortalidad infantil a nivel
mundial, ha reportado que la probabilidad de muerte infantil en Perú se ha reducido
gradualmente, y en comparativa a los indicadores regionales y mundial, se encuentra
debajo de los promedios. (Ver tabla 2).
Lat in o a m ér ica y e l
Pe rú Mundo
Ca r ib e
Añ o
<5 <5 <5
< 1 mes < 1 año < 1 mes < 1 año < 1 mes < 1 año
años años años
2011 9.4 15.1 19.4 10.7 17.2 20.3 21.4 35.8 49.1
2013 8.7 13.7 17.7 10.2 16.2 19.2 20.1 33.3 45.2
2016 7.6 12.1 15.5 9.9 15.5 18.3 18.5 30.3 40.5
Fuente: United Nations Inter-Agency Group for Child Mortality Estimation – UN IGME (2018). Elaboración
Propia.
Por otra parte, tenemos la data reportada por la Organización Mundial de la Salud en su
proyecto “Estimación de la Epidemiología Materna e Infantil – MCEE” (WHO, 2018) , el
cual es apoyado por la Fundación Bill y Melinda Gates, que reportan los indicadores con
respecto a la mortalidad según la causa de muerte, especificando la condición de lesiones
o daños. De manera complementaria se tuvo acceso a la data de la Organización Mundial
de la Salud, de interacción mediante la plataforma de la revista “The Lancet”, que permite
diferenciar entre los distintos tipos de homicidio, para el caso se seleccionó la muerte por
violencia interpersonal. (Ver tabla 3).
Perú Po r Vi o l e n c i a I nte r pe r s o n a l
WHO & MCEE LANCET
Añ o
< 28 días < 5 años < 28 días < 5 años
2011 61 895 6 43
2012 59 872 9 58
2013 57 848 6 38
2014 55 817 9 50
2015 52 781 7 27
2016 50 753 - -
2017 48 734 - -
Fuente: World Health Organization & Maternal and Child Epidemiology Estimation (2018); World Health
Organization (2017). Elaboración Propia.
Para el ámbito nacional se cuenta con el informe del Ministerio de Salud del Perú (MINSA,
2018) reportando que para el 2015 las defunciones se concentraron el 27% en personas
mayores de 80 años mientras que, en los menores de 5 años alcanzaron el 8%; esta cifra
representa una inversión comparada con los datos de 1986, donde las muertes de menores
de 5 años alcanzaban el 31%, y en los mayores de 80 años el 11%.
superiores a 20 muertes por cada mil en la poblacion infantil en los ultimos 8 años,
seguidos de la poblacion Neonatal (Ver tabla 4).
R u ra l U r ba n a
Est a do
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Mortalidad
13 11 14 13 12 12 13 14 6 8 11 11 10 10 8 9
Neonatal
Mortalidad
13 11 10 12 11 11 9 9 5 5 5 5 5 5 4 4
Post Neonatal
Mortalidad
26 22 24 25 23 23 22 22 11 14 16 16 15 15 13 13
Infantil
Mortalidad
9 7 8 7 8 8 6 6 3 3 4 2 2 2 3 3
Post Infantil
Total general 61 51 56 57 54 54 50 51 25 30 36 34 32 32 28 29
Fuente: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES 2011-2018. Lima, Perú. INEI. Elaboración propia.
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Estado Nivel Educativo
Sin educación 16 18 19 19 17 17 15 11
Primaria 10 11 16 13 12 12 14 13
Superior 7 8 11 10 7 7 7 7
Totales 40 45 56 53 48 48 45 41
Sin educación 23 14 16 13 13 13 7 5
Primaria 10 9 8 10 12 12 9 8
Mortalidad post
Secundaria 6 5 5 6 6 6 5 5
neonatal
Superior 6 8 6 4 2 2 3 3
Totales 45 36 35 33 33 33 24 21
Sin educación 39 32 34 32 30 30 23 16
Primaria 20 20 24 24 23 23 24 22
Superior 12 16 17 14 9 9 10 10
Totales 84 82 90 87 79 79 71 63
Sin educación 2 7 12 9 13 13 9 6
Primaria 9 7 7 6 7 7 7 7
Mortalidad post
Secundaria 4 4 4 3 3 3 3 2
infantil
Superior 1 1 2 1 1 1 1 2
Totales 16 19 25 19 24 24 20 17
Total general 185 182 206 192 184 184 160 142
Fuente: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES 2011-2018. Lima, Perú. INEI. Elaboración propia.
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Estado Edad de la Madre
< 20 13 13 14 11 13 13 14 10
20 - 29 8 9 11 11 9 9 7 8
Mortalidad neonatal 30 - 39 7 9 12 12 10 10 11 12
40 - 49 9 8 18 19 17 17 10 15
Totales 37 39 55 53 49 49 42 45
< 20 8 7 8 12 11 11 9 6
20 -29 7 7 6 5 6 6 5 5
Mortalidad post
30 – 39 8 7 7 7 6 6 5 5
neonatal
40 – 49 12 11 8 7 5 5 10 5
Totales 35 32 29 31 28 28 29 22
< 20 8 6 7 5 5 5 6 4
20 -29 3 3 4 3 4 4 3 3
Mortalidad post
30 – 39 6 6 6 4 4 4 4 4
infantil
40 – 49 13 8 6 5 5 5 5 5
Totales 30 23 23 17 18 18 18 16
< 20 21 20 22 23 24 24 23 17
20 - 29 15 15 18 16 16 16 12 13
Mortalidad infantil 30 - 39 16 16 19 19 16 16 16 16
40 - 49 22 19 26 25 22 22 21 20
Totales 74 70 85 83 78 78 72 66
Total general 176 164 192 184 173 173 161 148
Fuente: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES 2011-2018. Lima, Perú. INEI. Elaboración propia.
100
98 89
2011 2013 Total
80
60
40
20 18
11 11 10
8 8 7 6 7 7
0
187 29 19 18 13 14
0 años 1 año 2 años 3 años 4 años 5 años
Fuente: Registro Nacional de Denuncias de Delitos y Faltas 2011-2017.
Buscando una explicación para el fenómeno, Schuiling (2001) menciona que los
conflictos entre los padres e hijos se amparan en un origen biológico, por lo que
no debería considerarse anormal el enfrentamiento entre estos; como producto
de estas disputas de acuerdo al autor, se desencadenan fenómenos como el abuso
infantil, el infanticidio y el incesto. Por su lado, Temrin manteniendo la misma postura,
realizó un estudio en casos de infanticidio comparando parejas de padres (dos
padres biológicos; un padre biológico y un padre adoptivo; dos padres adoptivos)
teniendo como resultado que el 79% de incidentes se daba en familias con dos
padres biológicos (Temrin, Buchmayer y Enquist, 2010, p.944-945).
También se han observado en otros contextos, que en determinados casos las mujeres “no
deseaban el embarazo” (Altemeier III, O´Conor, Vietze, Sandler y Sherrod, 1982; D’Orban,
1979), “lo mantuvieron oculto” (Mendlowicz, Jean-Louis, Gekker y Rapaport, 1999;
Saunders, 1989) o “negaban la existencia de éste” (Bonnet, 1993; Green y Manohar, 1990;
Mitchell y Davis, 1984). Kalinsky (2012) en una entrevista comentó: “quizá esa muerte se
convierta en una expresión del no-deseo; el impulso por deshacerse de algo no querido las
lleva a desubicarse/equivocarse moralmente en referencia a valores sociales, comunitarios
y familiares declamados, pero de total abstinencia en ese momento”(p.394).
perpetrados con mayor facilidad por personas cercanas a la víctima (Vega, González,
Muñoz, Valle, Cabrera y Quintero, 2003, p. 112).
Las variables que pueden influenciar en los niveles de violencia, incluyen factores personales
y biológicos como las características demográficas, desórdenes de personalidad, abuso
de sustancias, y experiencia e involucramiento en conductas violentas (Krug, Dahlberg,
Mercy, Zwi y Lozano, 2002; Krug, Mercy, Dahlberg y Zwi, 2002).
Entre las características que se han presentado en los victimarios, se ha encontrado una
serie de factores que podrían influir en su accionar como: 1) el estado mental y emocional;
los agresores cuentan con al menos una psicopatología (Somander y Rammer, 1991;
D’Orban, 1979), en la madre, se identifica depresión (Bourget y Gagné,2002; Kotch,
Browne, Dufort y Winsor, 1999; Zuravin, 1989) y baja autoestima (Altemeier III et al., 1982;
Lesnik-Oberstein, Koers y Cohen, 1995), que ha podido relacionarse con la violencia hacia
los hijos, y en los padres se identificó ira impulsiva, consumo de alcohol y drogas (Farooque
y Ernst, 2003); 2) la presión económica, un factor que ha contribuido al abandono de niños
con consecuencia de muerte; y 3) la falta de apoyo social, que ha logrado inducir a mujeres
jóvenes a matar a su hijo y ocultar el embarazo.(Marleau, Poulin, Webanck, Roy y Laporte,
1999; McKee y Shea, 1998).
7. IMPACTO ECONÓMICO
En la actualidad es más que conocido que la violencia no solo afecta a la persona que
la sufre sino también a la sociedad en su conjunto, incrementando el gasto social
Para el año 2012, Fang, Brown, Florence & Mercy estimaron que el coste por víctima
de abuso no fatal asciende a $210,012; y $1.3 millones por víctima que muere, que
implica gastos médicos, y principalmente productividad pérdida. Estimando que los
costos por maltrato infantil en USA in 2008 son aproximadamente $124 billones.
Para el caso de Perú, la expectativa de vida al nacer es de 81.9 años para las mujeres
y 78.7 años para los varones; en cuanto a los años de vida saludables, para las
mujeres es de 71.3 años y para los varones de 69.3 años (GBD 2017 DALYs and HALE
Collaborators, 2018). Ante este escenario, los YLL por muerte prematura resultan más
dañinos para la sociedad y su economía, en cuanto menor sea la edad de la persona,
tal es el caso de los infantes. Sin embargo, es tan bien sabido que existen periodos
en la vida que resultan de mayor producción, tal es el caso de un adulto joven que
se encuentra en la cúspide de su actividad laboral, alcanzado su pico a la edad de 25
años (Murray y Acharya, 1997).
La data elaborada por la OMS (2018) reporta los indicadores estimados para los YLL,
para Perú se señala una leve disminución con respecto a la violencia interpersonal,
sin embargo, este representa casi en su totalidad el valor de los años perdidos por
lesiones intencionadas; constituida por daño hacia uno mismo, la violencia colectiva,
y la violencia interpersonal.
8. CONCLUSIONES
Por otra parte, las repercusiones de las muertes de niños no solo impactan el medio
social, sino también al potencial económico futuro. Tal es el caso de la cuantificación
de los YLL y posterior cálculo de los DALY, como medida del coste económico de la
violencia en nuestro país, particularmente la referida a muertes de infantes, que en
su totalidad son prevenibles. Lo cual deviene en una imperante necesidad dado el
incremento poblacional de adultos mayores proyectado para la siguiente década;
que implica la inversión de la pirámide poblacional.
9. REFERENCIAS
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Resumen
Mundialmente las prisiones son lugares de alto riesgo para la transmisión de enfermedades
infecciosas como el VIH. Para evaluar y mejorar las estrategias de prevención-control de
nuestro país, es esencial comprender el estado actual del VIH en los reclusos peruanos,
así como variables asociadas a esta condición como la orientación sexual e identidad de
género, abuso de drogas y enfermedades conexas. No obstante, los casos documentados
de su transmisión en la cárcel son poco comunes debido a las dificultades para acceder
a estas. Bajo esta idea el objetivo de nuestro estudio fue estimar la prevalencia del VIH
auto-reportado en todos los reclusos peruanos y examinar sus correlaciones con las
principales características de estos, las comorbilidades y factores de riesgo. Mediante el
Censo Nacional de Población Penitenciaria 2016, donde se censaron 76 180 reclusos (tasa
de cobertura: 98,8%). Los resultados permitieron visualizar que la prevalencia del VIH auto-
informado es del 98% en los reclusos de 36-55 años de edad (PRp=1.64, 95%CI 1.24-2.19),
64% en aquellos sin pareja estable (PRp=1.64, 95%CI 1.24-2.19), 155% con tuberculosis
(PRp=2.55, 95%CI 1.82-3.58), 34 veces mayor con enfermedades de transmisión sexual
(PRp=34.49, 95%CI 24.94-47.70), 91% con registros de abuso de drogas (PRa=1.91, 95%CI
1.43-2.56) y cuatro veces mayor en prisioneros homosexuales (PRp=4.16, 95%CI 2.50-6.90).
1. INTRODUCCIÓN
Las cárceles son entornos con una gran carga para la transmisión de enfermedades
infecciosas en todo el mundo (Joint United Nations Programme on, 2003). La
prevalencia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), el Virus de Hepatitis C
(VHC), el Virus de Hepatitis B (VHB) y la tuberculosis (TBC) es mayor en las poblaciones
carcelarias que en la población general en todo el mundo (HIV/AIDS, 1997). De un
total estimado de 10,2 millones de personas encarceladas en todo el mundo en 2013
(Walmsley, 2010) , el promedio de personas infectadas era de 389 000 con VIH (3,8%),
1 546 500 con VHC (15,1%), 491 500 con infección crónica por VHB (4,8%) y 286 000
con tuberculosis activa (2,8%). En general, la prevalencia de todas las infecciones es
sustancialmente mayor en las poblaciones carcelarias, especialmente cuando hay
epidemias generalizadas de VIH, como en América Latina (Dolan, Kite, Black, Aceijas,
& Stimson, 2007). Países como Brasil muestran una prevalencia del 12,5-17,4% de VIH
en las cárceles, Argentina 7%, Honduras 6,1%, Perú 3% (Penitenciaría de Lurigancho),
Uruguay 1,4%; entre los principales (Dolan et al., 2007).
No obstante, los casos documentados de transmisión del VIH en la cárcel son poco
comunes (Centers for Disease, 1986; Macher, Kibble, & Wheeler, 2006; Mutter, Grimes,
& Labarthe, 1994; Patterson, 2010; Taylor et al., 1995). Esta falta de pruebas se debe a
que la transmisión de VIH sea un problema insignificante, sino a las dificultades para
acceder a poblaciones carcelarias para el recojo de datos (Dolan et al., 2007).
Por lo tanto, el propósito de este estudio es estimar la prevalencia del VIH auto-
reportado en todos los reclusos y examinar sus correlaciones con las principales
características de los internos, las cormobilidades y los factores de riesgo.
2. METODOLOGÍA
Se censó 76 180 reclusos (tasa de cobertura: 98,8%) de los cuales el 94% fueron
hombres y el 6% fueron mujeres. Los 906 presos restantes (1,2%) no fueron
censados porque estaban asistiendo a audiencias o en clínicas(12). El censo tuvo
134 preguntas divididas en cuatro capítulos. El capítulo 1 incluye 58 preguntas
sobre las condiciones sociales, de salud y familiares de los reclusos. El Capítulo
2 incluye 28 preguntas sobre los antecedentes penales. El capítulo 3 incluye 22
preguntas sobre las condiciones de vida en la cárcel. El capítulo 4 incluye tres
preguntas sobre el papel de las instituciones.
Para el análisis se utilizaron las siguientes variables: VIH, edad, sexo, lugar de
nacimiento, nivel educativo, estado civil, reencarcelación, encarcelamiento
previo de adolescentes, parientes en prisión, estado legal, hacinamiento en
las cárceles (>20% índice de hacinamiento), tuberculosis, diabetes mellitus,
depresión, ansiedad, adicción, hepatitis viral, abuso de drogas antes de la prisión,
abuso de alcohol y abuso de tabaco. Nuestro análisis se centró principalmente
en los reclusos varones, pero también se presentan resultados para las mujeres.
Evaluamos la asociación entre el VIH auto-reportado y sus covariables usando
pruebas de Chi2 o la prueba exacta de Fisher para variables categóricas y la
prueba T de Student para variables numéricas.
2.3. Limitaciones
Las prisiones representan una valiosa oportunidad para obtener altas tasas de
tratamiento de cumplimiento e intervenciones preventivas exitosas como el uso
compartido gratuito de preservativos, la prevención de la violencia sexual y la
prevención de la violencia sexual (Organización Mundial de la Salud & Oficina
de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), y cambios estructurales e
institucionales para remediar el hacinamiento.
3. RESULTADOS
En general, el 0,38% de los hombres (n=268) y el 1,06% de las mujeres (n=48) reclusas
peruanas reportaron tener VIH con confirmación médica. Entre ellos, el 82% de los
hombres (n=220) y el 81% de las mujeres (n=39) estaban recibiendo tratamiento. En
el 60% de los hombres (n=160), y en el 73% de las mujeres (n=35) los diagnósticos se
recibieron antes del encarcelamiento (Tabla 1).
Tanto los hombres como las mujeres declararon que las principales razones para no
recibir tratamiento eran los bajos ingresos, el desconocimiento de la gravedad de la
enfermedad y los retrasos en la atención de la salud (Tabla 2).
Realizando la comparación entre aquellos hombres que tienen o no la condición las tasas
significativamente más altas de VIH se asociaron con enfermedades de transmisión sexual
autoinformadas (18,4% vs. 0,3%); autoidentificadas como homosexuales (homosexuales o
transexuales) (7,9% vs. 0,4%) o bisexuales (4,2% vs. 0,4), infección de tuberculosis (2,3% vs.
0,3%); drogadicción antes de la cárcel (0,9% vs. 0,3%); parientes en prisión (0,6% vs. 0,3%),
reclusos sin pareja estable (0,6% vs. 0,3%) y reclusos de 36 a 55 años de edad (0,6% vs. 0,3%)
(Tabla 3). Entre las mujeres, las tasas más altas de VIH se asociaron con enfermedades de
transmisión sexual autoinformadas (13,6% vs. 0,9%), autoidentificadas como lesbianas (8,1%
vs. 1,1%) o bisexuales (3,7% vs. 1,1%), abuso de drogas antes de ir a la cárcel (5,2% vs. 0,7%), y
haber nacido en Lima (2,1% vs. 0,8%).
El modelo anidado para las mujeres seleccionó cuatro variables en el siguiente orden:
enfermedades de transmisión sexual (ETS), identidad de género, abuso de drogas y
lugar de nacimiento. Entre las afecciones médicas, la prevalencia del VIH sr es cinco
veces mayor en mujeres reclusas (PRp= 5,49; IC del 95%: 2,51 a 12,02) con ETS. Si
se consideran las conductas de riesgo, el VIH sr aumenta un 246% en las reclusas
autoidentificadas como lesbianas (PRp = 2,46; IC del 95%: 1,01 a 5,96), y es cinco veces
mayor en las reclusas con uso indebido de drogas antes de la cárcel (PRp = 5,41; IC
del 95%: 2,73 a 10,74). Entre las condiciones socioeconómicas, la prevalencia del VIH/
sida aumenta en un 21% entre las reclusas nacidas en Lima (PRp = 1,21; IC del 95%: 0,61
a 2,40). (Tabla 4).
4. DISCUSIÓN
El primer censo carcelario peruano revela una prevalencia del 0,42% (n=316) del
VIH entre los reclusos con confirmación médica. A nivel mundial, la prevalencia
del VIH en las cárceles es entre dos y diez veces superior a las estimaciones
mundiales (Organización Mundial de la Salud & Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito). En el escenario peruano, esta brecha podría
representar incluso 20 veces más presencia entre los presos peruanos de 18 a 35
años (0.41%) que entre los jóvenes adultos peruanos de manera general (0.02%).
del Programa peruano de control del VIH. De la misma manera, una evaluación
del objetivo en la prisión con mayor población e índice de hacinamiento, el centro
de San Juan de Lurigancho, reportó el 3% de los casos confirmados de VIH (Dolan
et al., 2007). En la actualidad, ésta sigue siendo la cárcel con mayor número de
casos de VIH (0,77%) y 200% de hacinamiento, muy por encima del límite del 20%
de hacinamiento permitido en las cárceles peruanas (Penitenciario, 2018).
Se debe prestar especial atención al hecho de que el 38,3% de los reclusos por
VIH (n=121) no tienen confirmación previa al encarcelamiento. Esta condición
amenaza el control de la propagación en el medio carcelario si los reclusos
no tienen una carga viral detectable en el primer examen (Ministerio de Salud,
2012). Hoy en día, la prueba rápida del VIH se usa para el análisis de los casos
sospechosos o no consistentes utilizando ELISA de 4ª generación y suero
sanguíneo para la detección del VIH. Este diagrama de flujo de diagnóstico
genera una brecha de cuatro meses de retraso para confirmar el diagnóstico
cuando se consideran escenarios de riesgo empeorados por las barreras sociales
y del sistema de salud (Álvarez-Carrasco, 2017).
La prevalencia del VIH entre los homosexuales (LGT) y los bisexuales (B) se
cuadruplicó (PRp=4,59; IC del 95%: 2,94 a 7,15) y se duplicó (PRp=2,51; IC del 95%:
1,54 a 4,09) en los reclusos. Investigaciones recientes en Perú sugieren que entre
el 12,4 y el 22,3% de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres
(HSH) (UNAIDS, 1997) y el 30,0% de las mujeres transgénero están infectados
con el VIH, especialmente en la capital de Lima. Este escenario alienta a revisar
las estrategias de prevención existentes para los grupos vulnerables de LGTB en
las cárceles peruanas.
5. CONCLUSIÓN
6. REFERENCIAS
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7. ANEXOS
Diagnóstico previo al
160 59.70 35 72.92
encarcelamiento*
* N hombres=268, N mujeres=42
Tabla 2. Razones por las que los reclusos con VIH auto-reportado (srHIV) reportan
no haber recibido tratamiento, 2016
Hombres Mujeres
Razones
N=47 % N=8 %
Situación socioeconómica
Edad
Sexo
Lugar de nacimiento
Educación
Socio estable*
No 38,153 50.11
Sí 37,989 49.89
Condiciones de encarcelamiento
Encarcelamiento previo
Sí 9,833 16.70
No 49,037 83.30
Nº de encarcelamientos previos
3+ 1,674 2.84
2 2,216 3.76
1 5,942 10.09
0 49,037 83.30
Encarcelamiento de adolescentes
Sí 5,750 7.63
No 69,651 92.37
Familiares en prisión
Sí 22,442 29.78
No 52,924 70.22
Condición jurídica
Cárceles superpobladas
Masculino 24 36.36
Femenino 13 19.70
Ambos 29 43.94
Registros médicos
Tuberculosis
Sí 3,267 4.32
No 72,331 95.68
Sí 647 0.86
No 75,021 99.14
Hepatitis viral
Sí 673 0.89
No 74,888 99.11
Depresión
Sí 7,321 9.68
No 68,283 90.32
Ansiedad
Sí 6,581 8.71
No 68,999 91.29
Adicción
Sí 2,174 2.88
No 73,400 97.12
Conductas de riesgo
Sí 12,316 16.21
No 63,647 83.79
Alcohol
Sí 35,521 46.76
No 40,442 53.24
Consumo de tabaco
Sí 17,917 23.59
No 58,046 76.41
Identidad de género
* Con pareja estable: casado o pareja. Sin pareja estable: soltero, viudo, separado o divorciado.
** Total de prisiones encuestadas = 66
Abreviaturas: LGT, lesbiana, gay o transexual.
Lima (Capital Perú) 19,189 19,061 99.33 154 0.67 1,222 1,196 97.87 26 2.13
Otra 51,898 51,721 99.66 203 0.34 3,304 3,278 99.21 26 0.79
Sin educación 1,447 1,436 99.24 12 0.76 210 209 99.52 1 0.48
Primaria 40,277 40,097 99.55 208 0.45 2487 2459 98.87 28 1.13
51
Superior 4,223 4,209 99.67 15 0.33 - - - - -
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres srHIV en mujeres
52
Población Población
penitenciaria Valor penitenciaria Valor
Características Sin srHIV ConsrHIV Sin srHIV Sin srHIV
masculina P* femenina P*
(N=75,256) (N=357) (N=75,256) (N=357)
(N=75,613) (N=75,613)
n (%) n (%) n (%) n (%)
Condiciones
Penitenciarias
Encarcelamiento
<0.001 0.170
previo
N° de
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
Sentenciado 55,837 55,594 99.56 243 0.44 3,242 3,204 98.83 38 1.17
Hacinamiento en las
0.055 0.067
cárceles
>20% 67,219 66,913 99.54 306 0.46 3,324 3,280 98.68 44 1.32
53
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres srHIV en mujeres
54
Población Población
penitenciaria Valor penitenciaria Valor
Características Sin srHIV ConsrHIV Sin srHIV Sin srHIV
masculina P* femenina P*
(N=75,256) (N=357) (N=75,256) (N=357)
(N=75,613) (N=75,613)
n (%) n (%) n (%) n (%)
Registros Médicos
Enfermedades de
<0.001 <0.001
transmisión sexual
Conductas de
Riesgo
Abuso de drogas
(30 días antes de <0.001 <0.001
prisión)
Consumo de alcohol
(30 días antes de 0.458 0.051
prisión)
55
No 36,841 36,691 99.59 150 0.41 3398 3365 99.03 33 0.97
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres srHIV en mujeres
56
Población Población
penitenciaria Valor penitenciaria Valor
Características Sin srHIV ConsrHIV Sin srHIV Sin srHIV
masculina P* femenina P*
(N=75,256) (N=357) (N=75,256) (N=357)
(N=75,613) (N=75,613)
n (%) n (%) n (%) n (%)
Consumo de tabaco
(30 días antes de <0.001 <0.001
prisión)
Heterosexual 53,096 52,904 99.64 192 0.36 3,104 3,069 98.87 35 1.13
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres
Edad
Lugar de Nacimiento 1
Educación 2
Sin educación 2.29 1.04 - 5.04 0.039 - - - 1.93 0.76 - 4.95 0.169 -
Título de licenciatura
Ref. Ref.
o superior
57
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres
58
Características Modo parsimonioso de regresión Modelos**
Regresión bivariada (1) Modelo parsimonioso ajustado (2)*
múltiple (2)
PRc IC 95% Valor P PRp IC 95% Valor P PRa IC 95% Valor P
Pareja estable**
Sí Ref. Ref.
Encarcelamiento
3
previo
No ref. ref.
N° de
encarcelamientos 4
previos
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
0 ref. Ref.
No Ref. Ref.
Familiares en prisión 6
No Ref. Ref.
Estado Legal 7
Hacinamiento en las
8
cárceles
59
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres
60
Características Modo parsimonioso de regresión Modelos**
Regresión bivariada (1) Modelo parsimonioso ajustado (2)*
múltiple (2)
PRc IC 95% Valor P PRp IC 95% Valor P PRa IC 95% Valor P
Tuberculosis
No Ref. Ref.
Enfermedades de
transmisión sexual
No Ref. Ref.
Hepatitis viral 9
No Ref. Ref.
Depresión 10
No Ref. Ref.
Ansiedad 11
No Ref. Ref.
Adicción 12
No Ref. Ref.
Abuso de drogas
13
antes de prisión
No Ref. Ref.
Alcohol 14
No Ref. Ref.
61
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
srHIV en hombres
62
Características Modo parsimonioso de regresión Modelos**
Regresión bivariada (1) Modelo parsimonioso ajustado (2)*
múltiple (2)
PRc IC 95% Valor P PRp IC 95% Valor P PRa IC 95% Valor P
Tabaco 15
No Ref. Ref.
Identidad de Género
Homosexual (LGT) 21.96 14.36 - 33.60 <0.001 4.16 2.50 - 6.90 <0.001 - - - -
(2) Poisson’s modelo de regresión con varianza robusta dentro del análisis multinivel.
* El modelo de regresión múltiple parsimonioso fue ajustado de forma independiente por cada una de las siguientes variables.
** Los modelos 1A-10 y 2A-2N fueron ajustados por un modelo parsimonioso para hombres y mujeres, en consecuencia.
Abreviaturas: PRc, Tasa bruta de prevalencia; PRp, Tasa de prevalencia del modelo Parsimonioso; PRa, Tasa de prevalencia parsimoniosa ajustada; GT, gay o
transexual.
srHIV en mujeres
18 - 35 años - - - - - - - - - -
36 - 55 años - - - - - - - - - -
>55 años - - - - - - - - - -
Lugar de Nacimiento
Educación
Sin educación 1.44 0.09 - 22.87 0.797 - - - 2.28 0.13 - 39.88 0.572 16
Título de licenciatura
Ref. Ref.
o superior
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Características Modo parsimonioso de regresión Modelos**
Regresión bivariada (1) Modelo parsimonioso ajustado (2)*
múltiple (2)
PRc IC 95% Valor P PRp IC 95% Valor P PRa IC 95% Valor P
Pareja estable**
Sí Ref. Ref.
Encarcelamiento
previo
No ref. ref.
N° de
encarcelamientos
previos
El Fenómeno Criminológico y la Política Criminal en las Regiones
0 ref. Ref.
No Ref. Ref.
Familiares en prisión
No Ref. Ref.
Estado Legal
Hacinamiento en las
cárceles
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srHIV en mujeres
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Características Modo parsimonioso de regresión Modelos**
Regresión bivariada (1) Modelo parsimonioso ajustado (2)*
múltiple (2)
PRc IC 95% Valor P PRp IC 95% Valor P PRa IC 95% Valor P
Tuberculosis
No Ref. Ref.
Enfermedades de
transmisión sexual
No Ref. Ref.
Hepatitis viral
No Ref. Ref.
Depresión
No Ref. Ref.
Ansiedad
No Ref. Ref.
Adicción
No Ref. Ref.
Abuso de drogas
antes de prisión
No Ref. Ref.
Alcohol
No Ref. Ref.
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srHIV en mujeres
68
Características Modo parsimonioso de regresión Modelos**
Regresión bivariada (1) Modelo parsimonioso ajustado (2)*
múltiple (2)
PRc IC 95% Valor P PRp IC 95% Valor P PRa IC 95% Valor P
Tabaco
No Ref. Ref.
Identidad de Género
Homosexual (LGT) 7.14 3.26 - 15.62 0.046 2.46 1.01 - 5.96 0.047 - - - -
(2) Poisson’s modelo de regresión con varianza robusta dentro del análisis multinivel.
* El modelo de regresión múltiple parsimonioso fue ajustado de forma independiente por cada una de las siguientes variables.
** Los modelos 1A-10 y 2A-2N fueron ajustados por un modelo parsimonioso para hombres y mujeres, en consecuencia.
Abreviaturas: PRc, Tasa bruta de prevalencia; PRp, Tasa de prevalencia del modelo Parsimonioso; PRa, Tasa de prevalencia parsimoniosa ajustada; GT, gay o
transexual.
Resumen
1. Una versión anterior formó parte del libro Esta bala lleva tu nombre (Nureña, 2018).
1. INTRODUCCIÓN
Trujillo es una de las ciudades en el norte del país más golpeadas en las últimas dos décadas
por la criminalidad a causa de una serie de factores: económico-sociales e institucionales
(Nureña, Jorge, 2018). Es por eso que surge el interés de estudiar a la criminalidad2 en
Trujillo como un proceso partiendo de las bases metodológicas de la “historia vivida”, que
comprende el análisis de procesos en curso donde la escritura de esa historia es coetánea
con la memoria de los propios hechos y donde actores como testigos coexisten con el
propio investigador (Aróstegui, 2004) con ello se brindará un enfoque histórico del proceso
de evolución de la criminalidad desde 1993 hasta el 2018.4
Se tiene como fuente principal del estudio el Diario Vespertino Satélite, que cubre
las principales noticias policiales–criminales acontecidas en Trujillo. Por el lado de las
estadísticas, se utiliza las cifras que proporcionan el Instituto Nacional de Estadística
e Informática (INEI) y la Policía Nacional del Perú a nivel de denuncias e incidencia
criminal; por parte de la historia oral se procedió a la realización de entrevistas a
personas vinculadas o afectadas por el crimen.
2. Entendemos por criminalidad aquel fenómeno de masas constituido por el conjunto de las infracciones que se
cometen en un tiempo y espacio dado (Rico, 2007).
3. El marco temporal inicia en 1993 debido a que la criminalidad en el Perú al igual que en Trujillo desde la década de
los ochenta hasta 1992 estuvo aunada al accionar de los grupos subversivos como el MRTA y Sendero Luminoso;
pero desde la captura de Abimael Guzmán, las acciones subversivas empezaron a disminuir y a segregarse de la
delincuencia común.
4. Abigeato, apropiación ilícita, receptación, estafa, fraude, usurpación y daños, son los otros.
un 70%. En efecto, esto otorga una referencia clara de la magnitud que representó el hurto
y robo en la incidencia de delitos en la etapa de 1993-2018, en la ciudad de Trujillo, sobre
todo porque son delitos que se cometen en el área urbana.
2.1.1. Hurto
El Código Penal del Perú de 1991 tipifica como hurto aquella acción en la que un
individuo se apodera ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente
ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra, teniendo una pena (privativa
de libertad) no menor de uno ni mayor de tres años. Se convierte en hurto
agravado, si se comete en una casa habitada, de noche o si se escala o rompe
obstáculos, bajo esas circunstancias se incrementa la pena, la misma que se
agrava hasta 15 años, si el delincuente pertenece a una organización o si es
cabecilla de esta. Están enmarcados dentro de este delito, modalidades leves,
sin la utilización de armas blancas o de fuego.
6. El hurto se encuentra tipificado del art. 185 - 187 y el robo del art. 188 y 189 (CP).
b. Maquinero, según Pérez Guadalupe, “es aquel que roba metiendo la mano
al bolsillo y sacando el dinero inmediatamente; lo hace con gran velocidad”.
Casos
7. El Diario local Satélite, en ocasiones el nombre que le atribuye a las modalidades no coincide con las
descritas por Pérez Guadalupe, no obstante, las características son similares.
8. Satélite, 11 de mayo de 1998.
9. Satélite, 26 de junio de 1997.
Casos
d. Sueñero, es el delincuente que roba casas durante horas de la noche cuando los
propietarios están durmiendo. Suele actuar en grupo o al menos de a dos. “[...]
Sueñear = robar cuando la gente duerme”.
Casos
2.1.2. Robo
El delito de robo tiene una mayor penalidad que el hurto, ya que al momento
de su comisión se utilizan mecanismos más violentos, como el uso de armas.
Según el Código Penal (1991) es el que se comete cuando una persona se apodera
ilegítimamente de un bien mueble total o parcialmente ajeno, para aprovecharse
de él, sustrayéndolo del lugar en que se encuentra, empleando violencia contra
la persona o amenazándola con un peligro inminente para su vida o integridad
física. Se estipula una pena privativa de la libertad no menor de tres años ni mayor
de ocho años. La penalidad se agrava: si el delito es cometido en casa habitada,
en horas de la noche, a mano armada, si es cabecilla de una organización, si la
víctima sufre lesiones graves o si le provocaba la muerte.14
Casos
b. El roba carros o “peinero”, para Pérez Guadalupe, los peineros son los “que
roban carros, utilizando una llave maestra o desarmador (peine). Rompen
la chapa del carro y luego prenden el motor haciendo contacto directo.
Algunos sólo roban accesorios o lo que hay dentro del carro. Actúan solos o
en grupo”. No obstante, en los casos analizados se ha encontrado que esta
modalidad está muy ligada a los asaltantes o “apretones”, ya que muchos
utilizan armas de fuego.
Casos
La incidencia de esa modalidad era muy frecuente durante esos años. La Prensa
difunde el 10 de diciembre de 1993, un informe del Servicio de Investigación de
Robo de vehículos (SIROVE) de la Policía Nacional en el que se da cuenta que en
el período comprendido entre el 1 de junio y el 30 de noviembre de 1993 se había
reportado la pérdida de 90 medios de transporte, 60 de los cuales fueron automóviles,
de preferencia nuevos, y de las marcas Toyota y Volkswagen. Asimismo, el informe
oficial afirmaba que se efectuaban dos tipos de robos vehiculares: el que aprovecha el
descuido del propietario o conductor para sustraer la unidad estacionada o algunas
de sus piezas y, el más audaz que involucra un robo por asalto al piloto que maneja un
automóvil. Se detalla además que los delincuentes del rubro, comúnmente codician
en su accionar el robo de piezas como carburadores, cajas de cambio, radiadores,
llantas, aros, faros y adornos, que con frecuencia, no dudan en sustraer. 17
c. Fierrero, “es aquel que roba casas o negocios rompiendo la puerta”. También
roban de noche, pero por lo general a establecimientos comerciales.
Casos
d. Apretón es la escala más alta dentro de la jerarquía delictiva. Son los “que asaltan a
mano armada, generalmente de día y en grupo. Hay muchas modalidades: asalto
a domicilio, asalto a fábricas o negocios, asalto a entidades bancarias”. Además,
se ha encontrado el asalto a ómnibus, empresas, a camiones distribuidores de
gaseosa o cerveza, entre otros.19
Casos
En esta primera parte se han descrito los robos de menor jerarquía y riesgo. A
continuación, se presentan los asaltos a entidades bancarias:
Casos
Casos
Casos
Otra modalidad de robo registrado, durante los primeros años de la década del
2000, era “el tarjetazo”, que surgió a consecuencia de la proliferación de cajeros
automáticos bancarios, siendo las avenidas Larco y Húsares de Junín las zonas
predilectas para delinquir. Al respecto, el diario Satélite informa lo siguiente:
“Los tarjeteros operan entre Chiclayo, Chimbote y Trujillo, para no ser detenidos.
Una de las formas más utilizadas por los tarjeteros en la actualidad, es el
cambiazo. Muchos han sucumbido a esta ingeniosa forma que en parte tiene
como cómplice el desconocimiento en el manejo del cajero y la confianza en un
tercero desconocido”.28
Hasta aquí se ha podido ver las diferentes modalidades de delitos, partiendo del
estudio de jerarquías delictivas de Pérez Guadalupe (1994), desde el “arranchón”
hasta el apretón, o desde el atorrante hasta el faite; que son dos escalas
totalmente opuestas jerárquicamente dentro de la cultura delincuencial. A nivel
de cifras, estas modalidades han tenido pequeñas variaciones.
Con esta breve descripción se ha querido demostrar que en esta primera etapa
determinados delitos como la extorsión, no se cometían ni de manera individual ni
a nivel de bandas delincuenciales ya que no se habían dado las condiciones sociales
ni económicas para su comisión; pero lo que si se ha podido percibir es que a
mediados de los noventa empiezan a desarrollarse las pandillas (que se expandirían
entre fines de los 90 y primeros años del 2000), y que con algunas de estas y otras
bandas delictivas que cambiaron de modalidad inició la comisión de “nuevos” delitos.
Abordaremos este aspecto en los siguientes acápites.
De otro lado, se menciona que durante esta etapa han existido una serie de
bandas delincuenciales dedicadas a diferentes modalidades de robo y asalto,
entre las que cabe mencionar: “Los Clavos del Alambre”, “Los Griferos”, “Los
Tarjeteros”, “Los Pepes”, “Los Marcadores de Lima”, “Los Injertos de Trujillo”,
“Los Limeños”, “Los Adefesios”, “Los Malditos de Chicago”, “Los Encapuchados
de Moche”, “Los Encapuchados de Laredo”, entre otras. Resulta sorprendente
que estas bandas, muchas veces desarticuladas por las capturas policiales,
lograban ser recompuestas luego de las decisiones judiciales que devolvían a los
delincuentes a las calles.29
2.1.3. El Pandillaje
En los primeros estudios sobre el pandillaje juvenil se describe a estos grupos muy
ligados a la violencia a partir del vínculo que poseen con el territorio, en el que a la
vez se enfrentan con grupos rivales provenientes de los barrios colindantes. Federico
Tong (1998) afirma que la principal diferencia marcada entre una pandilla y una
banda delincuencial es que el delito “no constituye la razón de ser de las pandillas.
Además, que los eventos perpetrados resultan de actos delictivos de menor cuantía.
Así también, aun cuando existen pandillas que roban y se enfrentan en verdaderas
batallas campales, que suelen terminar con cortes y heridas graves causadas
por verduguillos y chavetas, con casos en los que incluso existe un desenlace de
muerte, dichos enfrentamientos surgen a consecuencia de sus actividades triviales y
legalmente consideradas solamente como infractores de la ley”.
Martín Santos (2002) analiza los elementos que constituyen a una pandilla, entre ellos
el territorio (son vecinos o viven en un área cercana), la violencia (entre integrantes
de una misma pandilla o con otras), la ambivalencia en su accionar (trabajan y roban,
pero a la vez ayudan a sus amigos) y la organización (presentan una estructura a cargo
de un líder).
Llegado a este punto, habría que aclarar que los grupos juveniles o pandillas juveniles
no se empezaron a constituir después de la captura de Abimael Guzmán y el retroceso
de Sendero Luminoso. Muchos habían existido de forma simultánea con la subversión,
sino que no se evidenciaron porque la violencia era hegemonizada por los grupos
subversivos y el Estado, razón por la cual no tuvieron mucha trascendencia. En Trujillo
no hay trabajos sobre grupos juveniles o “pandillas” juveniles antes de la década de los
90. No obstante, Strocka, en su estudio sobre las manchas en Huamanga relata que, a
mediados de la década del 80 existía un grupo juvenil llamado “Vampiros” acusados
de haber cometido una serie de delitos, pero la mayoría de sus integrantes fueron
ultimados por Sendero Luminoso al considerarlos individuos sin conciencia política.
De otro lado, para Matías Viotti (2010) el término “pandillero” o fenómeno del
“pandillaje” ha sido estigmatizado en los primeros estudios, ya que han abordado el
análisis de estos grupos desde una perspectiva negativa que junto con los medios
de comunicación, reprodujeron a los “pandilleros” como sinónimo de delincuentes,
asesinos, drogadictos, vagos, de naturaleza violenta, que cometían delitos para
satisfacer fines lúdicos u otras necesidades; siendo una situación que terminó por
Antes de finalizar este breve análisis sobre las pandillas, se aclara que en esta
investigación se utilizaron los términos pandillaje y pandillas para no disonar
con las fuentes documentales.
Casos
El 2 de enero 1997, “El Satélite” informaba que una familia del distrito El
Porvenir había sido atacada por una pandilla de delincuentes conocidos
como “Los Pulpos”. El saldo de la agresión fue un muerto y tres heridos. El
hecho que motivo la agresión de la pandilla, según relatan los familiares,
fue negarle cerveza y la entrada a la casa de los agraviados en Año Nuevo.
No obstante, al día siguiente, el periódico relató que el verdadero motivo
fue la negación de 10 nuevos soles para la compra de “quetes” de Pasta
N°1 Básico de Cocaína (PBC), por parte de Carlos Miñano Rodríguez, que terminó
acuchillado. Uno de los integrantes de la pandilla, capturado por la policía,
narró que, “[...] los 10 soles fueron la razón para que Parihuela se le cargará
e iniciáramos una pelea con verduguillos y cuchillos. Solo intentamos
amenazarlos. Pero se pusieron bravos y se armó la bronca en la calle”.31
En este caso, se observa el accionar violento de la pandilla “Los Pulpos”,
producto del alcohol y las drogas; el diario cubrió lo sucedido como la noticia
principal del día.
30. En el año 1996 el diario Satélite reportó cuatro noticias sobre pandillas (23 de abril, 26 de octubre, 17 y
23 de noviembre).
Casos
Ese mismo día la prensa informó con el siguiente titular: “Pandillas asesinas.
Hasta el momento han cometido dos crímenes. Grupos juveniles siembran
terror en La Esperanza”. Así mismo, relató que la pandilla “Los Chancheros”, muy
conocidos en La Esperanza, habían cometido una serie de asaltos a camiones
que trasladaban cerveza o gaseosas, señalando lo siguiente:
Casos
Casos
Casos
Este suceso brinda más evidencia sobre el nacimiento del delito de la extorsión, cuyo
registro de comisión fue casi imperceptible durante la primera etapa del proceso
estudiado en esta investigación.40 Así mismo, estos dos últimos casos dan sustento
a la hipótesis principal de este capítulo, es decir, la evolución del delito a partir del
fenómeno de las pandillas juveniles. Dentro de las características de las pandillas
está la comisión de delitos, tales como el asalto o el robo de pertenencias a peatones
y vehículos de transporte público para satisfacer una serie de necesidades. Parece
ser que en esta dinámica se valieron de su principio de “territorialidad” para hacer
prevalecer sus condiciones y cobrar una especie de peaje o cupo a las unidades de
transporte público que circulaban por sus zonas de influencia.
Por otra parte, tampoco se cuenta con un registro estadístico del número de
pandillas durante esta etapa. Sin embargo, Afronicio Grados (1999), en una
investigación sobre pandillas juveniles en El Porvenir, encontró que en el año
1999 existían 39 pandillas, incluyendo “Los Pulpos”. A partir de este dato, sumado
a la información reportada por la prensa que se ha podido observar líneas arriba,
se puede afirmar que el pandillaje fue un fenómeno extendido por todos los
distritos de la ciudad de Trujillo.
[...] De acuerdo a nuestra fuente (del diario), Juan Huamán Torres (a) “Wantú”
había ido al mediodía a visitar al delincuente Julio Becerra Espejo (a) “Gordo
Julio” (hijo del tristemente célebre “Loco Gera”), quien desde prisión lidera
una de las facciones de la banda “Los 80”. Wantú fue a verle para pedirle
directivas acerca de lo que la banda debía hacer para recuperar una combi de
la empresa a la que ellos dan seguridad la cual había desaparecido, así
como planear nuevos crímenes. “Wantú” salió a la una de la tarde y se dirigió
caminando hacia la carretera Panamericana. Al llegar a una loza deportiva
fue interceptado por cuatro sujetos, uno de ellos identificado como “Malaco”,
integrante de la banda de “Los Clavos del Alambre”, quienes le dispararon
a quemarropa 15 balazos, matándolo de inmediato. Enterados del crimen,
“Maycorth” (cabecilla de Los 80) junto al “Chomba” empezaron a hacer
indagaciones para identificar a los asesinos de Wantú.
Terminada la masacre, Los 80 y Los Chombas huyeron del lugar dejando 7 sujetos
muertos, de quienes hasta el cierre de la presente edición se desconoce si eran
delincuentes”.42
Habría que agregar que, de manera paralela a estas dos bandas existían otras
como “Los Clavos del Alambre”, “Los Chancheros”, “Los Canallas”, “Los Plataneros”,
etc., que en un principio se dedicaban a modalidades como el atraco, sin embargo,
vieron en la extorsión un negocio rentable. No obstante, con la expansión de
la extorsión a empresas de transporte público o taxis, empezó la pugna y el
conflicto de intereses entre ellas, que devino en ajustes de cuentas y matanzas.
Esta matanza tuvo una fuerte repercusión a nivel local como nacional, siendo
cubierto por todos los medios de comunicación, de prensa escrita, de radio y
televisión. Si bien, no se asesinó a los verdaderos responsables de la muerte de
uno de los integrantes de la banda “Los (Ochenta) 80”, ya que les dieron una
mala información, la misma naturaleza del crimen brindó un cierto estatus a
los delincuentes y bandas que lo perpetraron, y según el reporte periodístico
anterior, sólo fue efectuado por “Los 80” y “Los Chombas”, omitiendo la
participación de “Los Pulpos”, que fueron los principales aliados en esta terrible
matanza, que sí se comenta en un informe del Satélite, del 30 de diciembre del
mismo año.
Al promediar las 10 p.m. Los delincuentes que esperaban listos para matar
recibieron la información que “Los Clavos” celebraran la muerte del “Wantú”
en una chichería a la altura del canal La Mochica. Sin embargo, en ese local sólo
estaba un delincuente Juan Castillo Cotrina conocido como “Mono”, quien
paradójicamente sobrevivió a la matanza. (…) cuando estos delincuentes a
bordo de dos station wagon irrumpieron con armas de largo alcance en la
chichería y desataron la orgía de sangre, pronto se dieron cuenta de su error.
Por esto, pusieron precio a la cabeza de “Balan”, quien fue capturado por la
policía y relató lo ocurrido.”43
Durante esta etapa, el delito de la extorsión empezó a consolidarse a través de
las bandas de “Los (Ochenta) 80” y “Los Pulpos”, siendo un caso que terminó
beneficiándolas mediáticamente y brindándoles un mayor estatus ante otras
agrupaciones, tanto como ante sus víctimas. Este suceso no sólo marcó un antes
y un después para estas dos gavillas delictivas, sino también para la criminalidad,
ya que la comisión de asesinatos entre bandas se volvió más común y cotidiana.
Por ejemplo, en la etapa anterior, el riesgo de muerte era menor (a excepción
de los asaltos de bancos que eran custodiados por policías o por las posibles
persecuciones), la jerarquía delictiva era más respetada, no había conflictos de
intereses entre bandas ni delincuentes, ya que el que hurtaba o robaba no sufría
represalias o ajuste de cuentas de otros.
43. Satélite, 30 de diciembre de 2005. Vuelven a reiterar que el número de víctimas han sido ocho, sin
embargo, sólo dan los nombres y edades de siete.
Las primeras referencias de la pandilla “Los Pulpos” datan del año 1996, ubicados
en el sector de la Cruz Blanca, en el distrito de El Porvenir. Pero su desmedido
accionar violento y delictivo, empezó a ser reportado de manera constante desde
el año 1997 como se ha podido apreciar líneas arriba. El nombre “Los Pulpos”
proviene del apodo que le colocaron a Miller, el mayor de los hermanos Cruz
Arce, en el colegio. En una entrevista realizada a “Jhon Pulpo” en abril de 2008
señaló que, “[...] en el 87, en el colegio Francisco Lizárzaburu había un instructor
militar que nos hacía “rampear”. Entonces, él al ver a mi hermano le dijo caminas
como pulpo. Y desde entonces empezó a llamarlo así, Pulpo. Y cuando llegamos
nosotros, los menores, nos decían: allí vienen los Pulpitos”.44
En efecto, parece que el apodo de Miller trascendió a sus hermanos como a los
demás jóvenes de su zona, por ello, su pandilla empezó a denominarse “Los Pulpos”,
bajo el liderazgo de Miller (n. 1973). De igual manera, la integraban sus hermanos:
Jhon (n. 1975), Nilton (n. 1978) y Edy (n.1980) del resto de miembros se desconoce
los nombres. Miller antes de integrar la pandilla ya registraba denuncias por robo y
asesinato. Por ejemplo, en marzo de 1994 asesinó a un joven al asaltarlo,45 por lo que
estuvo preso alrededor de un año. Lo particular de esta pandilla es que en 1997 su
líder se encontraba al límite de la edad promedio de un pandillero, sin embargo, ya
tenía contacto con el crimen de manera directa y había estado preso, del mismo modo
su padre también había tenido problemas con la justicia.46
Por otro lado, parece ser que a fines de los 90 había empezado a practicar la
nueva modalidad de cobro de cupos a los transportistas que circulaban por su
zona o “territorio”, de manera paralela también se dedicaban al asalto y atraco.
En uno de estos asaltos se enfrentaron con la Policía, asesinando al Suboficial
Mervin Colchado a inicios de 2002. Por este crimen Miller fue sentenciado a
20 años de prisión en diciembre de 2004. A pesar de la captura de su líder, la
pandilla que se estaba convirtiendo en una banda delictiva siguió operando,
pero esta vez al mando de Jhon Cruz Arce, alias “Jhon Pulpo” que contaba con
una amplia destreza en el manejo de armas ya que había servido en el ejército.
En el año 2003 se registraron algunas denuncias por asaltos, pero ya en el 2004
empezaron a robar vehículos. Por ejemplo, el 23 de enero dos integrantes, Mervin
Rodríguez, alias “Patón” y César Garrido, alias “Zurdo” fueron capturados en el
momento que extorsionaban a un taxista luego de haberle robado su vehículo.47
Sin embargo, la trascendencia y expansión de “Los Pulpos” vendría el año 2005 a
partir de la Matanza en La Esperanza donde participaron como aliados de “Los 80”.
A partir de este hecho empezaron a ejercer el dominio del robo de vehículos con
la finalidad negociar (extorsionar) su devolución a los propietarios, “acaparando
los atracos, robos de carros y asesinatos, desplazando a bandas más antiguas
como “Los Chancheros”. Planean controlar las extorsiones de todas las líneas de
transporte urbano, quienes pagarían cupos mensuales para poder circular sin
ser atacados”.48
4.1. La extorsión
Los reportes más antiguos sobre la comisión de este delito datan de diciembre
de 1999, cuando varias pandillas juveniles de Alto Trujillo, El Porvenir, Florencia
de Mora y La Esperanza iniciaron el cobro de cupos, en otras palabras, a
extorsionar a los transportistas que circulaban por los “territorios” o cuadras-
esquinas donde operaban estas. No obstante, no parece ser la única explicación
sobre el surgimiento de esta nueva modalidad.50
Desde inicios de los primeros años de la década del 2000 empieza a evidenciarse
el robo masivo de vehículos, pero ya no con la finalidad de desmantelarlos y
venderlos por piezas porque no resultaba muy rentable (parece ser que el
mercado negro se había saturado), sino para solicitar a los propietarios una
cantidad determinada de dinero –cupo u extorsión- para su devolución.
Los transportistas más afectados con esta modalidad fueron los taxistas, ya que
muchos de ellos al oponer resistencia al robo terminaban siendo asesinados. En
Así mismo el diario Satélite, informó en noviembre de 2005 sobre las principales
bandas que se dedicaban al robo de vehículos y las zonas que estas contralaban
en la ciudad de Trujillo. Por ejemplo, en El Porvenir, Sector Cruz Blanca, “Los
Pulpos”; en Río Seco por “Negrasho”; en el sector Gran Chimú, “Chichanga”
y “Loco Maicol”; en Florencia de Mora: “Los 80”: en Trujillo: El Bosque y Santo
Dominguito la banda de “Hernando Villalva Burto”. Por otro lado, en el Alambre,
“Los Plataneros” y Los Clavos de El Alambre”. En La Esperanza Alta, “Los Tacora”
y en la baja por la banda del Chino Socón.53 Estos delincuentes y bandas no
sólo se dedicaban a robar vehículos y venderlos por autopartes sino que
también ejercían la extorsión, es decir, pedían dinero a cambio de la devolución
de los vehículos. Además, claro está, que con el transcurso de los años han ido
desapareciendo ciertas bandas y surgiendo otras.
578
600
498
402 398
435 440 462
300
241
0
00
06
04
09
05
02
03
07
10
96
94
14
95
12
17
11
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
19
19
19
Según algunos ex-reos entrevistados: los delincuentes que iniciaron con esta
modalidad fueron Luis Alberto Varas Alfaro, alias “Negrasho” y Piero Paoli Zavaleta,
alias “Gordo Piero”, que ejercieron el robo a mano armada o atraco, en otras palabras,
habían sido “apretones”,54 al igual que “El Chomba”, descrito en líneas más abajo.
En una entrevista realizada a un chofer de combi, Juan Sánchez,55 de una línea
transporte del distrito de Moche a Florencia de Mora, ilustra de manera notable el
proceso de evolución de la extorsión.
54. También mencionan otros delincuentes: Pedro Haro, Alias “Chato Haro”, “Mateo”, “Oso Yogui”, “Cailengo”,
etc. Refieren que los delincuentes más “ranqueados” (de mayor prestigio) de cada zona empezaron a
tomar la “batuta” (control) de su territorio y a ejercer la extorsión.
55. Se ha optado por cambiar el nombre de la persona nombrada para proteger su identidad. Así mismo,
se hace referencia que se ha entrevistado a más de una docena de choferes, no obstante, sólo se ha
trabajado con esta al ser la más completa y detallada. Realizada: 15-10-2016.
de Seguridad Ciudadana (2018), las pequeñas y micro empresas son las más
afectadas (a nivel nacional), y las empresas más victimizadas están en los rubros
de construcción, comercio y reparación de vehículos automotores, de vehículos
automotores, pesca, y explotación de minas y canteras.
Un caso notorio de las extorsiones desde el penal, fue la realizada en el año 2010 a
Consuelo Obeso, dueña de la empresa de taxis “América” que en una operación de
seguimiento de la línea se descubrió que la llamada provenía de un interno del penal
El Milagro.61 Por otra parte, un grupo de fiscales que participó en un operativo de
requisas en abril de 2014 manifestó a la prensa que, “del total de las extorsiones que
se perpetran en la región La Libertad más del 80% se planifican y ejecutan desde el
penal El Milagro”.62
942
1000
675 657
0
08
09
07
10
6
4
15
2
3
11
1
1
1
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
La extorsión que se comete hoy en día a nivel nacional inicia en Trujillo (y distritos) y
luego se expande a las provincias de Ascope, Pacasmayo, Chepén y Virú. La Libertad,
en el año 2007, era la única región donde se registraba este tipo de delitos, que en los
siguientes años se extendería a Ancash, Tumbes, Lima, entre otras (Willaqniki, 2014).
1000 945
921 997
878 864
800
699
600 561
434
400 356
200
0
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
5. CONCLUSIONES
La extorsión surge entre fines de los 90 e inicios de los años 2000, en la ciudad de
Trujillo, influenciada por el ascenso de pandillas juveniles, además del masivo robo
de autos y la violencia ejercida por las bandas delictivas. Aquí destacan eventos tales
como la “Matanza en La Esperanza”, que marcaron el inicio de este nuevo delito. A
ello se sumaron factores económicos, sociales e institucionales que generaron las
condiciones para que surja esta nueva modalidad (ya que esta se da en un proceso de
crecimiento económico inédito a nivel regional como nacional). Al convertirse en una
modalidad que rinde ingentes cantidades de dinero, fue asimilada y sistematizada
por otras bandas delictivas, que con el transcurso de los años, se ha ido expandiendo
a nivel de cifras como de ciudades.
6. REFERENCIAS
• Aróstegui, Julio. (2004). La historia vivida. Sobre la historia del presente. Madrid:
Alianza Editorial.
• Martínez, Maruja y Tong, Federico. (1998). ¿Nacidos para ser salvajes? Lima: Sur,
Ceapaz.
• Ministerio del Interior. (2018). Cifras de la Extorsión en el Perú. Lima.
• Mujica, Zevallos, López & Prado. (2015). El impacto del robo y el hurto en
la economía doméstica: Un estudio exploratorio sobre los datos de Lima
Metropolitana | Debates en Sociología.
• Nureña, Jorge. (2018). Esta bala lleva tu nombre. Del hurto a la extorsión en
Trujillo, 1993 - 2014. Lima: Ediciones Anónimas.
• Pérez, José. (1994). Faites y atorrantes. Una etnografía del penal de Lurigancho.
Lima: Facultad de Teología Pontificia y civil de Lima.
• Rico, José. (2007). Crimen y justicia en América Latina. México: Siglo XXI editores.
• Strocka, Cardula. (2008). Unidos nos hacemos respetar. Jóvenes, identidades y
violencia en Ayacucho. Lima: Iep - Unicef.
• Viotti, Matías. (2010). Poder y juventud. La experiencia de las pandillas en Lima.
• (Mapas del Delito, 2013-2017) Ministerio Público - Observatorio de criminalidad.
• UPAO – Investiga. (2011). Estudio de opinión: Inseguridad ciudadana y
victimización: distritos
• de Trujillo, La Esperanza y El Porvenir. Trujillo.
• Diarios Consultados
• Satélite (1993-2018)
• El Correo (2014)
Resumen
Desde los primeros años virreinales en la ciudad de Arequipa se originaron una serie
de situaciones y acciones delictivas que fueron reprimidas por las autoridades reales. Al
respecto, un tema poco tratado por la historiografía regional colonial son las instituciones
de represión social del virreinato peruano; por ello, mi interés en la presente investigación
histórica, que tiene como novedad el análisis de manuscritos transcritos con el método
de la Paleografía y Diplomática, para su mejor comprensión e interpretación es el
funcionamiento de la Real Cárcel de la ciudad de Arequipa en la segunda mitad del siglo
XVI, concebida como un lugar de transición o de espera de la sentencia. Este veredicto
era emitido de acuerdo al parecer de la autoridad, el corregidor y justicia mayor quienes
tomaban su tiempo en dar a conocer su decisión y posteriormente el reo pasaba a sufrir
un determinado castigo. El lapso que cubre la investigación es desde la fundación de la
ciudad en 1540 hasta el año 1600. Para lograr un acercamiento a los delitos cometidos
en la ciudad de Arequipa se muestra una detallada tipología de la criminalidad a partir
de la sistematización de todos los expedientes de las causas penales (31) y criminales (5)
cometidas a lo largo de medio siglo, para mostrar un panorama de las variadas conductas
antisociales que recibieron la sanción correspondiente de acuerdo a los tratados carcelarios
de la época, como el de Bernardino Sandoval (1564), el de Tomás Cerdán de Tallada (1574)
y el de Cristóbal de Cháves (1585), los dispositivos de la Nueva Recopilación de Leyes de
Indias, las ordenanzas municipales arequipeñas y el criterio de la máxima autoridad: el
corregidor y justicia mayor de toda la jurisdicción.
1. INTRODUCCIÓN
Las referencias más antiguas de cárceles o prisiones en la historia del Perú se remontan a
la primera mitad del siglo XVI cuando el inca Atahualpa ordenó la reclusión de su medio
hermano Huáscar tras vencer las guerras por la sucesión del poder incaico; la segunda
referencia es en la habitación de Cajamarca, en la cual los conquistadores hispanos
mantuvieron cautivo al flamante Inca. En ambos casos, los prisioneros fueron asesinados
porque prevalecieron los intereses políticos de sus captores.
En el caso del virreinato peruano, son escasos los estudios sobre las instituciones punitivas
coloniales, con lo que respecta al caso de Arequipa y focalizado en el siglo XVI son nulos
por ello el interés en estudiar la criminalidad y los recursos correctivos implementados
por las autoridades coloniales como rezago del sistema judicial y penal post medievales
aplicados en la Ciudad Blanca.
Las interrogantes que guiaron la presente investigación son las siguientes: ¿Cómo fue
el origen, funcionamiento y problemática de la cárcel arequipeña, desde la fundación
de la ciudad en 1540 hasta 1600?, ¿Qué disposiciones legales fueron empleadas por
las autoridades para ejercer la justicia, y cuáles fueron sus repercusiones? ¿Cómo se
caracterizó la criminalidad en la ciudad de Arequipa y cuáles fueron las sanciones
aplicadas?
Por ende, el objetivo general del estudio es analizar la criminalidad y castigos que
sucedieron en la ciudad más importante del sur del virreinato peruano en la segunda
mitad del siglo XVI, Arequipa colonial, a partir del examen del funcionamiento de la cárcel
y la tipología criminal que fue procesada judicialmente. Los objetivos específicos del
estudio son analizar las disposiciones legislativas carcelarias y tratados de la época que
regulaban el funcionamiento de la cárcel en el siglo XVI en Hispanoamérica; en segundo
término, describir el funcionamiento y problemática de la prisión a partir de las ordenanzas
municipales emanadas del cabildo civil, y finalmente, elaborar y analizar una tipología de
las causas civiles y las causas criminales; tanto de mujeres como varones, de los diferentes
segmentos sociales que fueron procesados.
Los siglos del XVI al XVIII son las centurias que configuraron una nueva forma de entender
el mundo, la sociedad y al hombre: la episteme clásica, la razón que clasifica y ordena
(Foucault, 1975) en el tema carcelario y de la criminalidad.
En aquella época hubieron tres figuras clave cuyas obras constituyeron un aporte a la
modernización en el tema carcelario y al estudio de la criminalidad desde una óptica
cristiana o humanista, ellos fueron: Bernardino de Sandoval, maestre escuela de la catedral
primada de Toledo., autor del “Tractado del cuydado que se debe tener de los presos
pobres, en que se trata ser obra pía proveer a las necesidades que padecen en las cárceles,
y que en muchas maneras puedan ser ayudados de sus próximos y de las personas que
tienen obligación a favorecerlos y de otras cosas importantes a este propósito”, publicado
en la ciudad dicha en 1564. Al autor le preocupaba estrictamente la situación de los presos
pobres.
La doctrina jurídica hispana elabora entre los siglos XVI y XVIII, una definición
del delito, que implica a su vez la definición de otros conceptos afines, como los
de crimen y pecado. En la definición del delito se aprecia, la tensión entre los
planteamientos jurídicos intelectualistas y voluntaristas, en el siglo XVIII se produce
un cambio en la interpretación del intelectualismo, que abandona el fundamento
de la teología para asumir la razón de los derechos naturales sociales (Álvarez Cora,
2016). El delito, ha sido definido como cualquier acción que atenta contra el sistema
normativo vigente, y por ello detectada, perseguida y castigada por una institución
determinada (Sharpe, 1982). El autor advierte una dificultad en el intento de definir
qué es delito, ya que no ha sido interpretado de la misma forma en todas las épocas.
Por ello tal definición pone de manifiesto la mutabilidad del crimen, siempre definido
por las reglas de una u otra sociedad.
A inicios de 1537 el valle del río Chili fue recorrido y ocupado por Diego de Almagro y sus
soldados, quienes regresaban de su fracasada expedición al reino de Chile. La expedición
arribó por el camino incaico del sur, cruzaron el río Tambo, siguieron por Linga, la zona
de Yarabamba, Socabaya y finalmente establecieron su campamento en la margen
izquierda, en el área ocupada por los indios yarabayas. Allí permanecieron cerca de un
mes recuperando fuerzas y la salud de los enfermos, al poco tiempo llegó un chasqui
con la noticia que Francisco Pizarro estaba sitiado en el Cusco a punto de ser vencido por
miles de guerreros al mando de Manco Inca; Almagro ordenó que todos se alisten y partió
probablemente un 12 de marzo, dejando como legado una ermita advocada a San Lázaro
Sometidos los indios, los Pizarro y los Almagro iniciaron una sangrienta disputa por los
territorios que se estaban repartiendo, la disputa acabó el 6 de abril de 1538 festividad de
San Lázaro, con la decapitación de Almagro en el campo de batalla de Las Salinas en las
afueras de la ciudad del Cusco.
Pizarro necesitaba tener una salida al mar lo más cercana del Cusco. Para ello nombró a
los cordobeses Díaz Arias y Gómez de León para que ubiquen en el extenso litoral del
Contisuyo un lugar como embarcadero apropiado, visitaron, recorrieron y escogieron el
sitio llamado por los indios: Huacapuy, en el valle de Camaná, y posteriormente fundaron
Villa Hermosa en noviembre de 1539, en consideración a las tierras de cultivo, fertilidad
y fácil embarcación. El cabildo el 3 de abril de 1540 se reunió y otorgó un poder a García
Manuel de Carbajal, para que solicite las mercedes a Pizarro; sin embargo, el gobernador
tenía otros planes para la flamante villa, el 6 de junio Carbajal que ya actuaba como
teniente de gobernador . En presencia del escribano andaluz Alonso de Luque, ordenó
una consulta a los principales vecinos sobre un posible traslado a otra ubicación con
condiciones más favorables, la consulta fue efectuada el 20 de julio y registrada por Luque,
quien anotó la decisión de los vecinos de trasladarse al valle del Chili por ser más ventajoso,
inmediatamente se organizó la movilización de todos los habitantes.
Como afirma el religioso fray Bernabé Cobo ([1653]1964) De ser muy grande
la pureza y serenidad del cielo que goza aquella ciudad todas las noches del
año. Causan la hermosura y claridad de este cielo, primeramente, los signos
del zodíaco, que nos caen más vecinos que a los de Europa; lo segundo, y más
principalmente, la parte de la Vía Láctea que en él se comprehende, con dos
constelaciones particulares y otras estrellas grandes y ciertas partes del cielo
resplandecientes, que acá descubrimos.
Las instalaciones eran amplias y casi nunca estuvieron acabadas. En los años cuarenta
hay acuerdos ediles para que se teche la cárcel, mientras que a fines de los cincuenta
se dispuso que algunos indígenas se encarguen de barrerlo adecuadamente, porque
el portero no lo hacía eficazmente. El local fue muy precario, en seis décadas casi
nunca estuvo con techo y las instalaciones carecían de comodidades, salvo la casa del
corregidor que estaba al centro de las instalaciones y muchas veces por la ausencia
de gente presa, la autoridad ocupaba dichas instalaciones para su beneficio, por lo
que, en 1564, el cuerpo edil acordó que los corregidores no se adjudiquen dicho
inmueble, sino que paguen un alquiler anual.
En 1596 el alguacil mayor, presentó una petición ante el cabildo solicitando que el
corregidor devuelva las instalaciones de la cárcel, que ocupaba en calidad de vivienda
hace 12 años. Parte de dichas habitaciones estaban arruinadas desde el terremoto de
1582, la autoridad para quedarse tanto tiempo arbitrariamente había trasladado la cárcel
a las tiendas de los indios cabanas, en la parte posterior de dicha manzana. Al respecto,
el cuerpo edil sustentó que el virrey Martín Henríquez había otorgado una provisión
que cede a la ciudad, todo el valor anual del tributo de los indios de Characato, para la
reedificación de las casas municipales y la cárcel, y que dicho corregidor no realice el
desembolso; además, que los presos desocupen las tiendas de los indios cabanas y sean
devueltos a sus respectivas celdas.
La real cárcel arequipeña, contó con un personal integrado por un alcaide, asistido
por dos alguaciles y un carcelero o portero, en las seis décadas que abarca el presente
estudio, en base a los manuscritos municipales se ha podido conoce quienes fueron
los alcaides de la segunda mitad del siglo XVI, ellos fueron: Gerónimo de Vega, alguacil
Como vemos, el cargo de alcaide fue desempeñado a partir de las disposiciones de los
acuerdos de los cabildantes, los primeros años hay una ausencia de información por
no existir las actas de acuerdos ediles desde 1540 a 1545. De acuerdo a la información,
fueron 12 los alcaides, de los cuales Juan de Herrera en dos oportunidades desempeñó
el cargo; no existe un acuerdo edil, que establezca el período de trabajo del alcaide,
por lo que los lapsos son irregulares, desempeñaron su función sólo por 3 meses o
hasta por 15 años.
El apoyo espiritual era fundamental, a inicios de los años sesenta el cuerpo municipal
acordó que se oficie misa todos los domingos, por esos años se desempeñaba como
capellán el padre Juan Zamorano y percibía un salario de 75 pesos anuales. Algunas
veces, el salario no era pagado a tiempo porque no hubo reclusos que solventaran
su estadía, por lo que el cabildo civil tenía que asumir la deuda que era pagada
de las multas que iba aplicando diariamente, así fue el caso del padre Zamorano
que renunció a ser capellán, a pesar de que se dieron algunas disposiciones para
sacar recursos económicos, como por ejemplo, cuando en 1550 se ordenó que las
panaderías den 18 ocho panes de a libra por cada peso. En caso de infringir dicha
ordenanza, la pena ascendía a 20 pesos y todo el pan para los pobres de la cárcel. En
1564 se nombró capellán de la cárcel al licenciado Martín de Vergara con un salario
de 150 pesos, pero al poco tiempo fue revocado su nombramiento porque estaba
pendiente la deuda de su antecesor y no se podía pagar inmediatamente.
Transcurrieron algunos años y los presos estuvieron sin servicios religiosos hasta que en
1568 se nombró capellán al clérigo Juan de Alarcón, y se le designó un salario de 100 pesos
anuales.
El corregidor y el cabildo civil establecieron que las audiencias con los presos sean
los sábados por la mañana después de la misa. Si el corregidor ordenaba, se podía
realizar dicha audiencia en la tarde en su posada; además, era obligación que los
El control social colonial impuesto por las autoridades reales, a través de las ordenanzas
municipales, disponía que ningún negro/a, mulato/a, berberisco/a, ingrese a los campos
de cultivo, a robar parte de la cosecha ajena e intenten venderla en los alrededores de
la ciudad, no debían circular de noche ni de día portando armas y luciendo capas. A los
desobedientes los encarcelarían y luego atado a la picota recibirían la flagelación con
50 azotes, y además pagarían 1 peso de oro para el alguacil. También dispusieron que
ninguna persona camine de noche, después de tocada la campana, so pena de ser recluido
y al pago de 2 pesos de oro para el alguacil. Sin embargo, se estableció que se haría una
excepción con los negros que llegaban de viaje a altas horas de la noche avalados por una
autorización de sus amos. En este caso, la multa la pagarían los propietarios de los africanos.
Estos esclavos tenían prohibido portar armas y vestir capa, salvo al estar acompañando a
su amo.
El l virrey Toledo realizo una Visita General a Arequipa y dispuso, mediante ordenanza, que
la infrastructura de la carcel de este lugar esté edificadacompletamente de acuerdo a las
disposiciones reales, que cada quince días verifique un regidor o alcalde que no falte agua
potable para los internos. En caso de desobediencia la multa sería de 50 pesos para el
sostenimiento de los presos pobres. Para el auxilio espiritual, ordenó que haya un capellán
los domingos y todas las fiestas religiosas para que oficie misa a los presos e imparta la
doctrina cristiana a los indios y negros recluidos.
En el caso de los africanos y afroperuanos, Toledo dispuso que ningún negro comercialice
productos al menudeo a extra muros de la ciudad en los caminos, ni en las rancherías de los
indios, so pena de 50 azotes y 2 días en la cárcel y pague el carcelaje. Los negros cimarrones
de otras jurisdicciones que estén por la ciudad, debían ser puestos en la cárcel con cepo y
el alguacil mayor los vigilará y facilitará los alimentos y que no les falte lo necesario, luego
intente localizar al amo en un lapso de cuatro meses, si aparece a reclamarlo el amo debe
pagar 20 pesos, sino, debe ser vendido y el dinero quede para el sostenimiento de los
reclusos. Además, ordenó que ningún negro ande ocioso por las calles de la ciudad, “entre
semana ni los domingos por la mañana”, hasta después de la misa mayor, so pena de 100
azotes y dos días en la cárcel y en el cepo.
La ciudad de Arequipa, a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, fue afectada por un
devastador movimiento de tierra en 1582, los edificios del cabildo civil que incluían la real
cárcel se desmoronaron y así quedaron por buen tiempo, hasta 1597 en que el procurador
Luis Peralta Cabeza de Vaca dio inicio la edificación del complejo edil, obra que no fue
concluida por dos terremotos ocurridos en el mismo día, causados por la erupción del
volcán Huaynaputina, el 19 de febrero de 1600, por ello la Audiencia de Lima y el virrey Luis
de Velasco y Castilla dispusieron una provisión de 1 000 pesos para la reconstrucción de la
cárcel y casas municipales.
En todo este lapso hay información muy escueta de la única fuga de la real cárcel, hecho
que ocurrió el 11 de agosto de 1589, cuando se escaparon Juan Ramírez de Sosa y Diego
Sarmiento, presos por estar acusados de la muerte de Francisco de Quiroz; por ello, ante tal
negligencia se inició un proceso contra el alcaide de turno.
De los años sesenta, figuran 3 casos: del 18 de agosto de 1563, el doctor Marcos
Núñez, en la causa contra Diego Rodríguez Solís sobre la nulidad de la venta de una
esclava negra llamada María; el segundo, data del 10 de julio de 1566, el procurador
de causas Martín Álvarez en nombre de Antonio Hernández y Cristóbal de Peña
contra la testamentaria de Antonio García, por las deudas de 69 y 50 pesos de
unas mercaderías; finalmente, del 15 de diciembre de 1570, el defensor de naturales
Francisco de Santander en nombre de Isabel García, hija del clérigo difunto Alonso
García, sobre el nombramiento de un tutor y curador para administrar sus bienes, y
cobranza de 500 pesos a Francisco Navarrete, que le dejó en su testamento a través
de un codicilo.
De la década del gobierno del virrey Francisco de Toledo, hay cuatro causas: la primera
del 13 de junio de 1573, Diego de Vargas en nombre de Martín López de Carvajal y de
Francisco Bosso, en la causa contra Juan de Salazar, sobre la posesión de chacra en
Uchumayo; la segunda del 10 de diciembre de 1575, Francisco de Samillán en nombre
de la viuda Leonor Méndez - curadora de Baltazar Cornejo- contra los bienes y
herederos de Marcos Retamozo, por la deuda de 700 pesos de la renta de un censo;
la tercera, data del 30 de setiembre de 1579, Melchor Cansino contra Juan de Arze,
por la deuda de 369 pesos, y del 22 de marzo de 1580, Baltazar de Torres contra Juan
de Salazar, por la deuda de unas botijas de vino.
De fines de los ochentas, del 4 de mayo de 1589, Pedro de Celiorigo, en la causa contra
Luis Cornejo, por deuda de 286 pesos de 30 botijas de miel de Quilca; la segunda es
del 10 de junio, una probanza de testigos del presbítero Antonio de Mendoza, contra
Francisco Madueño defensor de los bienes de doña María de Mendoza, difunta. Del
8 de agosto, Juan López Manzano en nombre del secretario Álvaro Ruiz de Navamuel,
albacea testamentario de Francisco Ruiz de Navamuel, y tutor y curador de doña
Inés de Navamuel, contra Bartolomé de Pradanos, sobre la rendición de cuentas de
los bienes que dejó su padre; del 24 de diciembre, Diego Álvarez Gayoso contra Luis
Luque de Vega Sarmiento, por la deuda de 518 pesos y 6 reales. De fines de la década,
del 14 de mayo el tesorero de la hacienda real Agustín Hernani de Santa Cruz y su
esposa doña María Gutiérrez, como cesionarios de don Alonso Díez de Ledesma,
contra Antonio de Paz y su mujer doña Jerónima Tello, por la deuda de 1,154 pesos.
Del 29 de octubre, el alguacil mayor don Melchor Dávalos de Castillo, en nombre de
don Pedro de Córdova Mejía, como cesonario de Vicente Adriano, contra Jerónimo
de Vedigal, por deuda de 321 pesos de unas mercaderías.
En el umbral del siglo, de 1599, figuran cuatro procesos, del 13 de agosto, Alonso de
Medina como cesonario de Francisco Pinto y Diego de Noreña, contra Luis de Aguirre
y sus fiadores: el clérigo presbítero vicario de la ciudad padre Pedro Alonso Bajo y el
mercader Alonso Caro Crestín, por la deuda de 1,000 pesos de la venta de una recua de
mulas. La segunda causa es del 17 de setiembre, Francisco de Sanmillán, en nombre de
Juan Antonio Corzo de Calvi, contra Andrés de Herrera y Castilla, por la deuda de 3,000
botijas de vino del valle de Vítor; la tercera causa data del 10 de noviembre, Baltazar de
Torres como cesonario de don Diego Teves y Manrique, contra Domingo de Zavalaga,
por la deuda de 580 pesos. Finalmente, del 6 de diciembre, Domingo López contra
Cristóbal Rodríguez Zamorano, por la deuda de 67 pesos por 80 botijas de vino.
Finalizando la centuria, del 4 de agosto, doña Tomasina de Maraver, viuda de don
Francisco de Acuña, contra Miguel Jerónimo del Carpio por la deuda de 8,000 pesos,
como ganancias de una compañía que tenían; del 2 de octubre, Juan López Manzano
en nombre de doña Juana de Padilla, viuda de don Luis Cornejo, como madre y tutora
de doña Petronila y heredera de sus hijos difuntos: don Luis y don Alonso, contra
don Miguel y don Lorenzo Cornejo y los hijos menores de doña María de Paz, difunta,
sobre la partición y división de bienes. Y la última causa civil, data del 14 de diciembre,
doña Jerónima de Velasco, en nombre de su marido don Luis de León y Mendoza,
contra el botijero Pedro Ruiz, por la deuda de 430 pesos.
Como vimos, las causas civiles son 31 casos, divididos por la frecuencia, son 9 casos
por deuda por dinero, 5 por deuda por botijas de vino, 2 por deuda por mercaderías,
2 por rendición de cuentas por herencia, y un caso de cada uno de los siguientes
delitos: administración de bienes de menores, bienes de difuntos, cancelación de
censo, deuda por botijas de miel, deuda por ropa, deuda por dinero de compañía,
deuda por renta de censo, deuda por mulas, entrega de provisión real, nulidad de
venta de esclava, remate de 2 chacras, partición de bienes, posesión de chacra.
Las causas criminales en relación a las anteriores son pocas, suman sólo cinco. De los
años cincuenta son tres: del 15 de setiembre de 1550, Hernando de Rivera, en nombre
del licenciado Juan Fernández fiscal de la Audiencia Real de Lima, sobre la recepción y
obedecimiento de una provisión real e interrogatorio, para la causa criminal contra
Guinesa Guillén por complicidad en la rebelión de Gonzalo Pizarro; la segunda, data del
30 de setiembre de 1553, son los autos judiciales del interrogatorio y declaraciones sobre
el desafío a muerte, que hizo Miguel Rodríguez Zamorano, en nombre de Adrián Coronel,
contra Felipe de Mendoza. Y la tercera causa, data del 15 de setiembre de 1555, el indio
mitimae Sulcaavi de la encomienda de Camaná de Juan de la Torre, en la causa criminal
contra Alonso Díaz, por la violación de su mujer.
Los dos últimos procesos datan del 19 de abril de 1561, el encomendero de la ciudad de
La Plata, Gómez de Solís en la causa criminal por envenenamiento contra Inés Yumire
india natural del poblado de Tapacarí, en las afueras de Cochabamba; y, finalmente,
el último proceso data de agosto de 1569, la india Juana en la causa criminal contra
el indio sastre Jorge Hernández, por el delito de haberla agredido y causado severas
lesiones.
5. CONCLUSIONES
6. REFERENCIAS
Fuente primaria:
Fuente secundaria:
• Ortega Gil, P. (1998). “La pena de vergüenza publica (siglos xvi-xviii)”. Teoría legal
castellana y práctica judicial gallega. Galicia: Anuario de derecho penal y ciencias
penales, 51, 153-204.
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• (1957). El Estado español en las Indias. México: Fondo de Cultura Económica.
• Piñeiro, M.E. (2000). Las medidas en la época de Felipe II. La uniformación de las
medidas. http://museovirtual.csic.es
• Rodríguez Sánches, A. (1994). “La soga y el fuego. La pena de muerte en la España
de los siglos XVI y XVII”. Madrid: Editorial Complutense. Cuadernos de Historia
Moderna, 15, 13-39.
• Sánchez Michel, V. (2008). La cárcel colonial a través de las leyes. Colegio de
México. Boletín Editorial, 132, 127.
• Sandoval, B. (1564). Tratado del cuidado que se debe tener con los presos pobres.
http://www.cervantesvirtual.com
• Segura Urra, F. (2003). “Raíces historiográficas y actualidad de la historia de
la justicia y el crimen en la Baja Edad Media”. Anuario de historia del derecho
español, 73, 577-678.
• Solórzano Pereira, J. (1947). Política indiana. Madrid: Breviarios del pensamiento
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• Testas, G y Testas, J. (1990). Los conquistadores 1492-1556. Madrid: Edaf.
• Tomás y Valiente, F. (1973) La tortura en España. Barcelona: Ariel.
• Yanzi Ferreira, A. (1997): “La visita de cárcel en Córdoba del Tucumán. Siglo XVIII”.
Buenos Aires: XI Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho
Indiano.
Resumen
Esta investigación tiene como objetivo principal explorar el perfil cognitivo, desde la
Terapia de esquemas, de los adolescentes en conflicto con la ley penal internados en
los Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación (CJDR). Se empleó un diseño no
experimental, de tipo descriptivo y se utilizó el Cuestionario de Esquemas de Young- versión
reducida (YSQ-SF). La muestra fue estadísticamente significativa y estuvo formada por 316
adolescentes del CJDR de Lima y Anexo II de Ancón, las edades de estos adolescentes
oscilan entre los 15 y 22 años, se encontró que el 86.1% de los adolescentes consumían
sustancias psicoactivas antes del internamiento, de los cuales el 50% consumía marihuana.
En cuanto a la aproximación del perfil cognitivo tenemos tres Esquemas Disfuncionales
Tempranos (EDT) de mayor prevalencia y que podrían caracterizar, a nivel cognitivo, a los
adolescentes del CJDR Lima: Estándares inflexibles con 87.3%, Dependencia con 78.5 %
y aislamiento social con 70%. En el caso de las adolescentes del Anexo II de Ancón, que
alberga a los adolescentes que cometieron infracciones consideradas de alta gravedad,
presentan mayores prevalencias en: Aislamiento social con 53.6%, dependencia con 50.0%,
y vulnerabilidad con 48.2%. Estos resultados permiten aproximarnos a un perfil cognitivo
que caracterizaría a cada población en estudio, tomando en consideración las variables
sociodemográficas analizadas.
1. INTRODUCCIÓN
La delincuencia juvenil es uno de los problemas de alta prioridad que tiene el mundo
por enfrentar. A pesar de los esfuerzos institucionales y legales por disminuir la
conducta delincuencial de adolescentes, así como las cifras de la delincuencia en
general, los casos tienden a aumentar cada día.
Desde la psicología existe la denominada “Criminología del desarrollo”, una línea actual
de análisis de la delincuencia que se orienta en el estudio de la evolución en el tiempo de
las carreras delictivas (Redondo y Pueyo, 2007). En este campo se analiza la secuencia de
delitos cometidos por un individuo y los “factores” que se vinculan al inicio, mantenimiento
y finalización de la actividad delictiva, siendo su principal foco de atención los factores
de riesgo: factores estáticos (como la precocidad delictiva de un sujeto, su impulsividad
o su psicopatía), que contribuyen al riesgo actual pero que no pueden –generalmente–
modificarse, y factores dinámicos, o sustancialmente modificables, como sus cogniciones,
tener amigos delincuentes, o el consumo de drogas (SENAME, 2009).
En este marco, una de las propuestas teóricas más importantes es el modelo Riesgo-
Necesidad-Responsividad, en donde se establecen tres grandes principios: el
principio de riesgo, que asevera que los individuos con un mayor riesgo en factores
estáticos (históricos y personales, no modificables) requieren intervenciones más
intensivas; el principio de necesidad, que afirma que los factores dinámicos de riesgo
directamente conectados con la actividad delictiva (tales como hábitos, cogniciones
y actitudes delictivas) deben ser los auténticos objetivos de los programas de
intervención, y el principio de individualización, que advierte sobre la necesidad
de ajustar adecuadamente las intervenciones a las características personales y
De allí que los objetivos principales del tratamiento de estas personas deben ser
sus factores de riesgo directamente relacionados con sus actividades delictivas
(necesidades criminógenas). Andrews y Bonta (2006) se han referido a estos
como los “cuatro grandes” factores de riesgo: a) cogniciones antisociales; b) redes
y vínculos pro delictivos; c) historia individual de comportamiento antisocial y d)
rasgos y factores de personalidad antisocial.
En el marco de la Terapia Cognitivo Conductual, Jeffrey Young (1999, citado por Young,
Klosko y Weishaar, 2003) desarrolla la Terapia Cognitiva centrada en Esquemas y
define a los Esquemas Disfuncionales Tempranos como temas extremadamente
estables y permanentes que se desarrollan durante la niñez y son elaborados a
lo largo de la vida del sujeto, los cuales son fortalecidos por el procesamiento de
experiencias posteriores.
2. DIMENSIONES
10. Grandiosidad. - La creencia de que uno es superior a los demás; de que tiene
derechos y privilegios especiales; o de que no está obligado por las reglas de
reciprocidad que guían la interacción social normal.
11. Autocontrol/Autodisciplina Insuficientes. - Se expresa en la dificultad
generalizada o la negación a ejercer un autocontrol y una tolerancia a la
frustración suficientes como para lograr las propias metas, o limitar la expresión
excesiva de las emociones y los impulsos.
Cuarto Dimensión: Orientación hacia los otros, está fomentada por experiencias
tempranas en las que las necesidades del niño son secundarias a las necesidades
de los demás. En sus interacciones en la vida adulta se preocupan más del bienestar
de los demás y de ganar su aprobación que de sus propias necesidades. Esquemas
como el de subyugación sería un buen ejemplo de esta dimensión (Young,1990). Está
conformado por los siguientes esquemas:
12. Subyugación.- Sujeción excesiva al control de los demás, porque uno se siente
obligado, generalmente para evitar reacciones de ira, retaliación o abandono.
13. Auto sacrificio.- Concentración excesiva y voluntaria en la satisfacción de las
necesidades de los demás, en situaciones cotidianas, a expensas de la propia
satisfacción.
del Centro de Reflexión del Municipio de Caldas Antioquia. Los resultados mostraron
que los esquemas de mayor predominio son los esquemas son vulnerabilidad al daño,
inhibición emocional y grandiosidad; y en baja frecuencia autocontrol /insuficiencia
y autodisciplina.
Dentro de la literatura peruana son escasos, por no decir nulos, los estudios desde
una perspectiva cognitiva sobre adolescentes en conflicto con Ley Penal. Hasta
nuestro conocimiento no hay estudios que hayan identificado los esquemas
disfuncionales tempranos en esta población. El aproximarnos a un perfil cognitivo
nos permitirá identificar mecanismos psicológicos que explican o facilitan este
tipo de comportamientos y en consecuencia proponer intervenciones basadas en
evidencia para prevenir, tratar y rehabilitar a esta población. Por lo anteriormente
mencionado, la presente investigación busca comprender este fenómeno desde
una perspectiva cognitiva, planteándonos la siguiente pregunta: ¿Cuál es el Perfil
cognitivo de los adolescentes infractores internados en los Centros Juveniles, desde
la Terapia de Esquemas?
3. METODOLOGÍA
3.3. Variables
3.3.1.4. Instrumentos
–– Ficha Socio-demográfica
Permite registrar algunas características relevantes de los sujetos
estudiados: sexo, número de internamientos, edad, grado de instrucción,
consumo de drogas.
–– Cuestionario de Esquemas de Young-Versión reducida (Young Schema
Questionare – Short Form: YSQ-SF).
Esta escala fue construida por Young y Brown en 1994, su objetivo es evaluar
15 Esquemas Disfuncionales Tempranos (EDT), los cuales están organizados
Para usar una escala psicométrica elaborada en otro país es imprescindible adaptarlo
a las características de la población que se va a estudiar y demostrar su validez y
confiabilidad en esta nueva población, Matesanz (1997), motivo por el cual se realizó el
análisis de confiabilidad del cuestionario YSQ-SF a través del método de consistencia
interna, mostrando un coeficiente de Alfa de Crombach de 0.816 para la escala total,
lo cual significa una adecuada confiabilidad del instrumento, porque supera el punto
de corte de .70, generalmente aceptado para los instrumentos psicológicos (Miech,
2002).
En cuanto a la validez del cuestionario YSQ-SF, se optó por realizar una validez
de constructo a través del análisis factorial por componentes principales, con
rotación de tipo varimax. En primer lugar, se utilizó el índice de adecuación de la
muestra de kaiser meyer olkin (KMO = 0.757) y la prueba de esfericidad de bartlett
(X2 = 9037.714, p< 0.000), los cuales corroboraron un adecuado tamaño muestral
y la pertinencia de aplicar el análisis factorial. En segundo lugar, se analizaron los
factores del cuestionario YSQ-SF, en donde la solución factorial del instrumento
arrojó quince factores, los cuales explicaron el 53.107% de la varianza, para
dicho análisis se quitaron los autovalores inferiores a 1.5, ya que solo aportaban
menos del 5% de la varianza total. Estos quince factores predominantes serían
los quince esquemas disfuncionales tempranos planteados en el cuestionario.
3.4. Procedimiento
La aplicación se llevó a cabo en los ambientes con los que cuenta el Centro, ya sea
el salón de clase, las oficinas de los psicólogos que laboren en el mismo, etc. La
aplicación del cuestionario fue de manera individual, por lo que al inicio de cada
sesión, el encargado de la aplicación aplicó un consentimiento oral; es decir, se les
explicó las pautas y se les indicó que podían abandonar la prueba en el momento
que deseasen si lo encontraban necesario. Posteriormente, orientó el llenado
de la ficha de datos sociodemográficos y, finalmente, leyó las instrucciones
del cuestionario YSQ-SF para que el adolescente proceda a completarlo. Cada
aplicación (consentimiento informado oral, ficha de datos sociodemográficos y
cuestionario YSQ-SF) se realizó en una hora aproximadamente por adolescente
y fue aplicada por 5 profesionales capacitados en la aplicación de dichos
instrumentos.
4. RESULTADOS
5. DISCUSIÓN RESULTADOS
6. CONCLUSIONES
• Los esquemas disfuncionales tempranos tienen gran influencia sobre los estudios
de conducta criminal debido a la metodología científica que maneja; permitiendo
así el acercamiento a la comprensión de dicha problemática, sin embargo, es posible
pensar que la conducta criminal influye en el mantenimiento de los esquemas
debido a la percepción y al procesamiento que se tienen de estos desde la niñez y
a lo largo de la vida a partir de experiencias vividas, lo cual no permite realizar un
cambio o mejoramiento de estos esquemas disfuncionales por unos adaptativos,
pues existen mecanismos cognitivos que distorsionan la realidad de estos individuos
impidiéndoles un positivo procesamiento y percepción de la información.
• Los esquemas disfuncionales tempranos pueden calificarse como factor de riesgo
preponderante en el desarrollo funcional de los adolescentes en conflicto con la
ley penal en los aspectos social, familiar, emocional, psicológico entre otros.
• Los esquemas disfuncionales tempranos que caracterizan a la población del
CJDR Lima son: Estándares inflexibles (87.3%), dependencia (78.5 %) y aislamiento
social (70%); mientras que en el Anexo II de Ancón, tenemos: Aislamiento social
con (53.6%), dependencia con (50 %), y vulnerabilidad con (48.2%).
• En siete esquemas disfuncionales tempranos (abandono, aislamiento social,
privación emocional, dependencia, vulnerabilidad, yo dependiente y estándares
inflexibles) presentan diferencias estadísticamente significativas, de los cuales
la población que se encuentra en el CJDR tiene las mayores prevalencias de
estos esquemas que los internados en el Anexo II-Ancón.
• En cuatro esquemas disfuncionales tempranos (dependencia, abandono,
estándares inflexibles y desconfianza) presentan diferencias estadísticamente
significativas según nivel educativo, la mayor prevalencia de estos esquemas se
encuentra en la población con estudios incompletos.
7. RECOMENDACIONES
8. REFERENCIAS
Lima, Perú.
• Ortega, A. y Ortega, A. (2013). Esquemas maladaptativos tempranos asociados
a la conducta criminal. Revista Internacional PEI: Por la Psicología y Educación
Integral, 2(4). Recuperado de http://www.peiac.org/Revista/Numeros/No4/
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la valoración del riesgo de violencia. Papeles del psicólogo 28(3), 157-173.
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• Sename (2009). El Observador. Revista especializada en temas de infancia y
adolescencia del Servicio Nacional de Menores 4,11-30.
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Overlap with early maladaptive schemas. Personality and Individual Differences,
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• Tremblay, P. y Dozois, D. (2014). Otra perspectiva sobre el rasgo agresivo:
superposición con esquemas maladaptativos tempranos. Revista de
Toxicomanías, 72, 14-22.
• Tsukame, A. (2010). Deserción Escolar, Reinserción Educativa y Control Social del
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• Vázquez, C. (2003). Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías.
Madrid: Colex.
• Young, J. (1990). Cognitive therapy for personality disorders: a schema -focused
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• Young, J., Klosko, J. y Weishaar, M. (2003). “Schema therapy: A practitioner´ guide”.
New York: The Guilford Press.
• Young, J., Klosko, J. y Weishaar, M. (2013). Terapia de esquemas: Guía práctica Guide.
Bilbao: Desclée de Brouwer.
9. ANEXOS
TABLAS
15 años 2 0.8 0 0 2 .6
20 años 7 7 15 26.8 22 7
Nivel de estudios
Estado civil
Motivo de ingreso
Consumo de drogas
Droga de consumo
Presencia significativa
Esquemas disfuncionales tempranos
N %
*P<0.05
Estudios Secundaria
incompletos Completa
EDT X2
% N % N
*P<0.05
Sin consumo de
Consumo de SPA
SPA
EDT X2
% N % N
*P<0.05
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
La violencia en América Latina tiene diferentes aristas. Desde los homicidios hasta los
delitos patrimoniales, la región ha ido, progresivamente, aumentando sus niveles de
criminalidad e inseguridad ciudadana. Esto es posible conocer gracias a la medición
del nivel de victimización en muchos países, incluido el Perú, a través de encuestas de
victimización65, que se han posicionado como “(…) la principal fuente de información
sobre los niveles de delincuencia (…)” (Pérez & Sánchez, 2013, pág. 3) Por ello, según
Costa (2012) - realizando un análisis de los resultados del Latinobarómetro entre los
años 1995 y 2010 para el indicador de victimización de los delitos contra el patrimonio
(hurto y robo, principalmente) - en América Latina se experimentó cierta estabilidad
en los indicadores de dichos delitos desde el año 2006 (32%) al 2010 (31%).
Por otro lado, cuando se observan las cifras de denuncias, referentes a delitos
patrimoniales en el Perú – según la Policía Nacional –, estas representan el mayor
número de casos en comparación con otros tipos de delitos66: 2015 (242,697), 2016
(242,653) (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2017a) y en el 2017 (265,219)
(Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2018).
En los casos del robo y hurto es crucial atender a la situación de los celulares.
Esto debido a los datos que se manejan respecto a este delito67. Según el Órgano
Supervisor de Inversión Privada de Telecomunicaciones (OSIPTEL) en el año 2015,
se reportaron un total de 2 277 043 celulares que habían sido robados o hurtados
(Órgano Supervisor de Inversión Privada de Telecomunicaciones - OSIPTEL, 2015),
para el 2016 se reportaron, en la misma condición, un total de 2 300 277 celulares
(Órgano Supervisor de Inversión Privada de Telecomunicaciones - OSIPTEL, 2016),
mientras que hasta septiembre del año 2017 se reportaron 1 855 535 celulares entre
robados y hurtados (Órgano Supervisor de Inversión Privada de Telecomunicaciones
- OSIPTEL, 2017). Aunque del total de dichos celulares, junto con los declarados como
“perdidos”, se recuperaron algunos, la cifra de celulares en las categorías de “robado”
o “hurtado” no desciende del millón68.
Un punto a tomar en cuenta, es el valor que poseen los celulares en una cadena de
actores cuyas acciones ilícitas se encuentran en un espacio conocido como mercado
ilícito.
65. Según Costa (2012), esta encuesta responde a la siguiente pregunta: “¿Ha sido usted o algún pariente
asaltado, agredido o víctima de un delito en los últimos doce meses?” (Pág. 5)
66. Según el Ministerio del Interior, las denuncias ante la Policía Nacional del Perú por delitos patrimoniales
alcanzaron, para noviembre del 2013, un 27.52%; en tanto que las denuncias por delitos en contra de
la persona, para el mismo periodo, oscilaba el 20,95% de las denuncias (Consejo Nacional de Política
Criminal, 2014)
67. Estos datos no corresponden a fuentes de denuncias registradas en la Policía Nacional del Perú, sino a los
datos suministrados por las empresas operadoras de servicios móviles al órgano supervisor de inversión
privada de telecomunicaciones (OSIPTEL)
68. Ver Anexo N° 01.
2. ANÁLISIS
Los delitos patrimoniales intentan ser explicados desde diversas teorías que
han dado lugar a enfoques que permiten enfrentar el crimen y la delincuencia.
Algunos autores postulan la relación delito patrimonial y factores estructurales.
Un ejemplo es la teoría económica desarrollada por Gary Becker (1974). Esta parte
de un análisis económico de costo-beneficio al perpetrar un determinado delito;
es decir, la búsqueda del lucro y las escasas consecuencias de un costo, trae
69. Cabe aclarar que, al ser medidas nacionales las adoptadas para enfrentar los mercados ilícitos de celulares,
su aplicación es en todo el territorio de la nación. Esto debido a las características de centralización de
algunas fuentes de información como, por ejemplo: los registros de “lista blanca” o “lista negra” elaboradas
por OSIPTEL en coordinación con el Ministerio del Interior y las empresas operadoras de telefonía móvil.
74. El mercado de Tacora era, y en algunos casos sigue siendo, visto como el punto obligado de visita si te
robaban o hurtaban el celular.
“(…) allí existe un gran problema en la adquisición de equipos que uno realiza
a través de digamos internet, en realidad muchos de estos equipos que se
comercializan en OLX o en otras plataformas que existen tienen origen ilícito
en muchos de los casos (…)”
Otros espacios que se han vuelto populares para la venta de celulares robados o
hurtados son las discotecas. En dichos lugares el delincuente o reducidor puede
negociar directamente con el comprador la venta de un equipo de alta gama por
un precio que beneficie a ambos. Otros espacios de venta de celulares robados
o hurtados también son los puestos formales de venta. Es así que en puestos de
venta autorizado en el Centro Histórico de Trujillo se pueden encontrar celulares
“de segunda mano”. En este proceso, según Mujica (2007), “(…) el ladrón debe
vender el celular robado a un acopiador de mercadería robada en el barrio, que
lo puede vender a un técnico o buscará a algunas personas que trabajan en
centros de venta” (Pág. 76)
celular determinado que es solicitado, en tal caso puede realizarse por dicha vía
o a través del contacto con otros vendedores finales; esto gracias a la conexión
por redes que existe en el mercado, punto que se tratará más adelante.
Esta relación entre “dueños de stand” y actores estatales, puede ser explicada
desde las interacciones propuestas por Mahoney y Thelen (s.f.), sobre la
relación Estado-desafiantes. Estos autores postulan las siguientes categorías:
oportunista, insurreccionista, simbiótico y mutualista. La primera habla sobre
organizaciones ilegales que toman el control territorial de un Estado que se
encuentra ausente, la segunda se da entre la confrontación de un Estado que
quiere recuperar control territorial frente a organizaciones ilegales, la tercera
trata sobre una especie de cooperación y la última versa sobre los desafiantes
como sustitutos del Estado. En el caso del mercado ilícito de celulares en Trujillo,
podemos ubicar la relación “dueños de stand”-actores formales en la interacción
“simbiótica” a través de la cooperación. Esta se materializa en la compra de
protección estatal para el cometimiento de sus actividades.
La protección informal puede ser explicada a través de los vínculos que los unen.
Estos se forman a partir del barrio o responden a nexos familiares. El negocio
implica un “cierre”87 en dicho sentido debido al trabajo de inteligencia policial
que los puede afectar. Así mismo, una característica que salta a la luz es que este
no sería el único negocio al cual se dedican. Sus acciones pueden diversificarse
a la exportación de celulares o la extorsión.
“(…) Los de Tacora lo mandan a otros países ya que afuera sí funcionan, por
los buses el chofer pasa por los controles migratorios porque son débiles.
Para transar un negocio de exportación debes hablar con el chofer”
“(…) el que vende celulares no solo se dedica a eso, sino que se dedica a
extorsionar.”
En este sentido, para hacer frente a este tipo de delitos, se identifican ciertas
oportunidades que posibilitan la comisión del delito patrimonial. Tal es el caso
de los mercados de bienes ilícitos y de dudosa procedencia91, debido a que “(…)
funcionan como espacio idóneo para el procesamiento de los bienes obtenidos
y vienen a reproducir y extender la cadena de la delincuencia.” (Consejo
Nacional de Política Criminal, 2014, pág. 118). Ante ello, el lineamiento general
592 de la Política Nacional contempla el enfrentar dichos mercados. En la misma
tendencia, el lineamiento 6 establece medidas para fortalecer las capacidades
de las autoridades frente a los delitos patrimoniales.
Estos dos últimos párrafos permiten tocar un punto que, a decir de las
propuestas que a nivel nacional se han planteado, es abordado someramente: la
actuación del municipio en la intervención de mercados ilícitos de celulares. En
el caso de Trujillo, son dos las gerencias que tendrían mayor protagonismo en
este proceso: la Gerencia de Desarrollo Económico y la Gerencia de Seguridad
97. Las sanciones administrativas se contemplan en la Ordenanza Municipal N° 003 – 2008 – MPT:
Ordenanza que regula el régimen de infracciones y sanciones administrativas de carácter provisional y el
procedimiento administrativo sancionador aplicable por la Municipalidad Provincial de Trujillo.
98. Se debe tener en consideración que, al existir una considerable carga administrativa, como se mencionó
líneas arriba, debe establecerse como prioridad atender los casos de los espacios donde se desarrolla el
mercado ilícito de celulares. Esta cuestión pasa por una coordinación estrecha entre policía, ministerio
público y municipalidad.
telecomunicaciones (…)” (Ibíd.). En tanto que la “lista negra” incorpora “(…) los
equipos terminales móviles reportados como perdidos, sustraídos (hurtados o
robados) e inoperativos; y que, por lo tanto, se encuentran inhabilitados para
operar en la red del servicio público móvil de telecomunicaciones.” (Ibíd.)
99. Se logra identificar esta situación debido al uso de la línea móvil de forma constante.
Esto se relaciona con lo que menciona Mujica (2008) debido a que encuentra
que “(…) la paradoja mayor resulta en que este margen (para obtener celulares
por el mercado informal) no es contraprudecente para las grandes compañías
formales, sino más bien un campo en el que se incrementan sus ganancias gracias
a que se expande el número de receptores y, por ende, de los consumidores
de minutos prepago.”100 (Mujica, 2008, pág. 20). Se encuentra, en todo caso, un
mercado ilícito que compatibiliza muy bien con el mercado formal.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES:
El distrito de Trujillo, como otros distritos y ciudades del Perú, ha sufrido en los
últimos años un aumento de los índices por delitos patrimoniales. Estos delitos se
relacionan mayormente al robo o hurto de carteras, dinero o celulares. Se sabe que
la comisión de este ilícito responde a cuestiones de índole económica por parte del
delincuente que termina encontrando en el mercado ilícito de celulares un espacio
en donde transformar en dinero el bien robado.
5. REFERENCIAS
6. ANEXOS:
ANEXO N° 01:
CONDICIÓN*
AÑO RESULTANTE
Robado o hurtado Recuperado
Fuente: OSIPTEL. Reportes de las empresas operadoras de servicios móviles sobre los equipos robados,
hurtados, perdidos y recuperados en los años 2015, 2016 y 2017
ANEXO N° 01:
Gráfico N° 01: Dinámica del proceso del mercado ilícito de celulares en el distrito
de Trujillo
Cobran cupos para proteger, asisten a Cobran cupos para proteger, asisten a
mercados para comprar mercados para comprar
Venta de mercados
DUEÑOS DE STANDS (Tacora, Hermelinda,
PROVEEDOR (Revendedores, vendedores La Unión, etc.)
(Delincuente) finales o reducidores)
Venta en internet
Roba o hurta el
(Redes sociales o
equipo móvil Protección mutua e
mercados online)
intercambio de información
ante operativos o equipos
solicitados Venta en otros
espacios
Solicita equipo requerido (Discotecas, puestos
de venta formales o
“quema”)
ANEXO N° 03:
Lineamientos específicos
ANEXO N° 04:
Ministerio Público
Paso N° 02: Elaboración del Plan de Policía Nacional del Perú
Intervención SUNAT
Poder Judicial