FACULTAD DE

CIENCIAS EMPRESARIALES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE

ADMINISTRCION

ENSAYO:
LA DIGNIDAD HUMANA, UN VALOR SINGULAR
VISIBLE QUE NI SE OTORGA NI SE QUITA

Autor:
VALQUI LOPEZ, ELVIA ROSA

Trujillo, 23 de Marzo del 2020

ENSAYO: LA DIGNIDAD HUMANA, UN VALOR SINGULAR VISIBLE

QUE NI SE OTORGA NI SE QUITA

INTRODUCCION

La historia de la humanidad manifiesta a los humamos como agentes

que se enfrentan con la finalidad de poseer poder, que ambicionan

estar en el penaculo del dominio y creen inconcientemente que su valor

consiste en méritos logrados por esfuerzos superfluos, como por

ejemplo , poseer un poder económico y politico. Esto revela que el

hombre aun no ha entendido la esencia de su dignidad. Por ello, no nos

sorprenda ¿por qué se gastan 450 mil millones de dolares en armas

cada año?, ¿Por qué el hombre equivocadamente cree que su valor

está en relación a sus logros o méritos?. Sin lugar a dudas, la injusticia,

inequidad y violencia, son reflejos de un hombre ciego, sin conciencia

de la dignidad innata que posee, que ni siquiera lo puede ver en su

prójimo más cercano y necesitado.

La dignidad del hombre está en su ser, su existencia misma de ser

humano lo hace merecedor de respeto; está en su naturaleza racional y

libertad, por ser un Ser con voluntad. La dignidad del hombre está

presente desde el momento que inicia su existencia como ser; por lo

tanto, su valor no se adquiere, ¿por qué? porque su procedencia es de

creación divina; por ende, es inteligente pero con buen grupo de

emociones, lo que lo hace humano al hombre.

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DESARROLLO

El valor de la persona humana es de una jerarquía mayor con

respecto a los demás seres del universo. La creación divina del

hombre no fue con palabras; Dios, como Ser supremo, hiso uso de sus

manos y de su propio aliento para que el hombre fuera un ser viviente,

a eso le denominamos “dignidad humana”. Esto es una razón justa

para respetarnos incondicionalmente y por absoluto. La dignidad

humana nos debe separar del orgullo y egocentrismo. Nuestras

acciones e intenciones hacia los demás, en todo momento deben

revelar el respeto que les corresponde por su dignidad y valor como

personas.

No podemos comparar el valor humano con el valor de un objeto,

porque estos tienen un gran abismo de diferencia. El valor humano es

Ilimitado e irremplazable mientras que el valor de un objeto es limitado

e intercambiable. El ser humano posee identidad y es capaz de elegir,

cualidades que hacen de él, un ser único y superior a los animales.

El hombre, al ser poseedor el aliento de vida del Creador significa que

lleva impregnada la imagen y semejanza de Dios en su ser, razón por

la cual, todo ser humano tiene noción de la existencia de un Ser

supremo, aunque muchas veces intente negarlo. La dignidad humana

busca el bienestar de todos los humanos como sociedad, y como

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buenos humanos conscientes de lo que somos debemos enfocar

nuestros comportamientos a este fin.

La valía del hombre está en el potencial de su inteligencia y en la

magnitud de su libertad. La trascendencia del hombre y la del mundo,

es por la inteligencia del cual ha sido dotado. Cuando hablamos de

trascendencia, nos referimos a cómo el hombre ha venido surgiendo a

través de los tiempos y cómo éste a hecho de un mundo con un orden

social. Sin embargo, cabe resaltar que el hombre al hacer uso de su

inteligencia no solo ha hacho cosas interesantes y valiosas, sino

también cosas denigrantes a la raza humana. Pero nada de eso,

eliminará el valor humano, aunque toda la sociedad decidiera por

consenso dejar de respetar la dignidad humana, ésta seguiría siendo

una realidad presente en cada ciudadano. Aún cuando algunos fueran

relegados a un trato indigno, perseguidos, encerrados en campos de

concentración o eliminados, este desprecio no cambiaria en nada su

valor inconmensurable en tanto que seres humanos.

El hombre no pierde su dignidad como ser inteligente, por más que viva

inmerso a las marginaciones, como consecuencia de las clases

sociales; ni mucho menos, por vivir bajo una realidad de falta de

integración sociocultural, a lo que llamamos inequidad. Tampoco pierde

su dignidad, así sea victima de la violencia, lamentablemente existen

grandes grupos humanos que creen que la manera correcta de

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solucionar conflictos es mediante la fuerza, generando profundas

divisiones y donde los más perjudicados son los pobres.

La dignidad del ser humano se refleja en su deseo constante de

amor y felicidad. A esto le llamamos bienestar, el amor y la felicidad

son emociones que todo ser humano desea experimentar siempre.

Todos deseamos esto, sin importar la posición social a la que se

pertenezca. Sin embargo, es duro y doloroso saber como el hombre

insensible, por la búsqueda incesante de intereses egoístas, ha

opacado el amor que posee, mostrándose como un ser despreciable,

deshonroso y cruel hacia los débiles e indefensos. Es increíble, como

muchos gobiernos legalizaron en aborto, cuando no hay derecho a

quitar la vida; no cabe en la mente de un racional que es consciente del

inicio de su vida.

El desinterés al pobre, muchos de ellos mueren por falta de

alimentación; existen lugares en áfrica que ni siquiera agua tienen para

beber. Sumergirnos a estas realidades, debería ser el desafío de los

que no afrontamos situaciones como aquellas. Ellos tienen dignidad al

igual que todo ser humano. Sin embargo, los intereses de los gobiernos

siguen focalizados en el poder. Si fuéramos más humanos, conscientes

de la dignidad que poseemos, uniéramos esfuerzos para ver sonreír a

nuestros semejantes que por sus circunstancias dadas no conocen una

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experiencia de amor y felicidad. Esto es demostrar, lo dignos que

somos y que nuestro valor sea visible en los demás.

CONCLUSION:

En conclusión, comprender la dignidad humana bloquea todo tipo de

pensamiento malévolo que conlleva a considerar al ser humano como

animal o cosa y nos hace seres que luchan por el bienestar de los

demás, no actuando con egoísmo o indiferencia, adoptando

comportamientos que nos hace únicos e irremplazables por nuestra

solidaridad y bondad.