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VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

¿Por qué ocurre la violencia contra las mujeres y cómo podemos prevenirla?

Cuando hablamos de violencia contra las mujeres con frecuencia tendemos a


señalar víctimas y culpables, pero esta problemática es más compleja de lo que
parece y es necesario entenderla para poder combatirla.

Resulta legítimo que las personas se sientan indignadas y omnipotentes ante


los hechos de violencia explícita sobre las mujeres (femicidio), que cada tanto
se instala ferozmente en nuestra sociedad. Pero es claro que no es la única
violencia que viene sufriendo, ya que existe toda una historia de dominación
sobre ella. Y esto no solo ha sido negándoles derechos, sino también una
subyugación a nivel psicológico.

El patriarcado es en gran parte el culpable, la prioridad, el predominio que tiene


lo masculino por sobre lo femenino. Es observable en la vida cotidiana, en las
relaciones en la familia, en la pareja, con los hijos/as, en las organizaciones, en
la educación, en la política, en la explotación de los animales y el medio
ambiente, en las religiones y hasta en la relación con nosotros mismos.

¿Y de dónde surge todo esto?

Si nos remontamos a la antigua Roma, sabemos poco de la mujer romana: la


historia se ha escrito por varones. Una civilización basada en firmes estructuras
patriarcales, con hombres en todas las posiciones de poder.

El pater familias era el único que tenía la potestad y dominio legal del hogar y
de cada uno de los miembros que la componían. El mismo era la máxima
autoridad en la familia debido al poder otorgado denominado como «patria
potestas», que quiere decir patria potestad, es la ley dentro de la familia, entre
ellos la mujer (alieni iuris) siendo la misma junto con los demás miembros de la
familia debían rendirle pleitesía y obediencia en cuanto a sus decisiones(Sui
iuris).

La mujer puede llegar ser mater familias siempre y cuando sea de buenas
costumbres. Este poder podía se dividía en: -manus: sobre la esposa y las
esposas de sus descendientes.

- patria potestas: sobre los descendientes.

- dominica potestas: sobre esclavos y esclavas. La mujer, sin embargo, no


pertenecía a la familia sino estaba casada ad manus.

La patria potestad además de ser un hecho jurídico fue considerada como


sagrada por los romanos puesto que como todo en la Antigua Roma era parte
de la tradición. Pero la importante ley de las XII tablas le atribuía también al
pater el poder de vida o muerte o “vitae necisque potestas”, sobre sus hijos,
esposa y esclavos que estaban bajo su potestad.

Y es aquí importante mencionar a las esclavas ya que eran las peor paradas en
Roma, las mismas consideradas objetos como una cosa, puesto que, además
de tener pésimos trabajos, debían complacer a sus dueños en sus relaciones
extra matrimoniales. Incluso si estas se negaban, ellos abusaban sexualmente
de las mismas. Siendo así que en lo sentimental los hombres compartían
afecto por la esposa por una parte y las bajas pasiones por otro.

No fue hasta la edad media, se acentuó la visión de la mujer como un ser


“inferior”. Esta visión no comenzó a disolverse hasta el Renacimiento, tomando
a la mujer como ejemplo de pureza y honestidad, pero aún sin derechos
sociales.

La Revolución francesa marcó un punto de inflexión, pero no fue hasta entrado


el siglo XX cuando hubo una verdadera intención de eliminar diferencias entre
hombres y mujeres.

Aun así, a mediados del s.XX, el papel de las mujeres todavía se limitaba a
tareas domésticas y cuidar de los hijos, sin grandes avances respecto a la
antigua Roma.
Hay quienes pensarían que en pleno siglo XXI la equidad de género es un
tema resuelto a nivel laboral, que las mujeres tienen la oportunidad de
prepararse y trabajar en una gran diversidad de industrias y que el camino por
recorrer es cada vez más corto, sin embargo se trata de un concepto que aún
dista mucho de la realidad en México y en el mundo, ya que aún hoy no existe
ningún país que haya logrado cerrar la brecha de género por completo.

En aquellas naciones con mayor nivel de desarrollo, los problemas que


enfrenta el género femenino son sumamente distintos, pero existen. La brecha
salarial y el sesgo de género en los puestos de liderazgo es algo que
gobiernos, empresas y organizaciones deben comprometerse a erradicar por
completo y para ello, muchas voces se han alzado con el objetivo de combatir
toda clase de problemas sociales que las mujeres enfrentan en la actualidad.

El feminismo es para muchos la cuna del inconformismo, la pretensión del


matriarcado, y la imposición del mismo frente al patriarcado; no se trata de
querer imponer un modelo basado en violencia contra el género opuesto, se
trata de establecer una equidad entre ambos, sin ver a los hombres o las
mujeres como enemigos naturales o seres irremediablemente inferiores.

Entonces cada vez que veo todo ese odio sin sentido hacia el feminismo me
doy cuenta la gravedad de la misoginia que existe en el mundo, ya que todas
esas personas se sienten tan amenazadas  por las mujeres que piden ser
tratadas como personas, que se sienten en la obligación de acabar con este
movimiento, de atacarlo con furia y con mentiras. Y no es un simple odio de la
manera en la que muchos odian la cebolla, no, estas personas que odian a las
mujeres las odian en verdad, tanto que no pueden tolerar que estas se sientan
bien consigo mismas, o que busquen ser tratadas con respetos, o que no se
odien y se ataquen unas a otras, o que se sientas hermosas y seguras.

La violencia contra las mujeres, es la expresión de que la cultura patriarcal


sigue viva y se sigue reproduciendo en nuestras conductas, en los dichos
machistas, en la educación, en nuestro descuido de las emociones, de nuestro
cuerpo sensible (que quiere placer y movimiento).Violentando a las mujeres,
como violentamos a nuestros aspectos sensibles y amorosos.

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