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Critica Herraiz PDF
Critica Herraiz PDF
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Correspondencia: Universidad de Málaga, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Filosofía. Cam-
pus de Teatinos, s/n. 29071 Málaga. España.
174 Crítica de libros
SCIO. Revista de Filosofía, n.º 10, Noviembre de 2014, 173-176, ISSN: 1887-9853
J. Ortega y Gasset: Ideas y Creencias 175
Lo que tienen en común ambos bandos albedrío del hombre decida colmar sus
es la concepción del pensamiento como dudas con reflexiones y con el estudio de
herramienta o recurso vital del hombre la historia de las ideas.
cuando las creencias de este se desbaratan. De modo que esa “vuelta al flujo” del
En el caso del pragmatista estadouniden- pragmatismo estadounidense, o ese “sal-
se Peirce, por ejemplo, encontramos que vavidas” orteguiano, implica una rotura
pensamos cuando nuestros hábitos de ac- irreparable de la creencia. La filosofía no
ción no funcionan, esto es, cuando nues- es una herramienta que usemos para repa-
tro flujo (de acciones) es interrumpido. rar una pieza del vehículo para, ipso facto,
Pensar es pararse a pensar, porque seguir seguir en la conducción anterior. El pri-
con la vida requiere un redireccionamiento mordial saber-que-se-ignora y el dudar de
para volver al estado de flujo. las creencias constituirán una forma radi-
Ahora bien, ¿es suficiente esta expli- calmente nueva de how-to-live que dejará
cación? Nos gustaría aportar una peque- entrever no solo las grietas de lo que fue la
ña matización, un detalle sobre el que, antigua creencia (en el caso de Ortega) o
a nuestro juicio, no inciden lo suficiente hipótesis (en el de Peirce), sino también la
Peirce ni Ortega, y que se localiza en ese prematuridad, ingenuidad e inseguridad
momento en el que “bajo nuestras plan- de las nuevas creencias o hipótesis para
tas falla la firmeza terrestre y nos parece entender la realidad, tanto propias como
caer, estar en el vacío”. Vamos a intentar ajenas.
defender que tras la primera dubitación Todo lo cual no quiere decir que la
radical hay una creencia que desaparece y filosofía sea mala. No se trata de una es-
nunca se vuelve a restaurar por completo pecie de círculo vicioso de dudas e inse-
sino que hemos de conformarnos con una guridades: el pensar es el salvavidas al que
ortopedia que es el pensar. Y pensar no en recurrimos precisamente para no caer en
cualquier cosa, sino en el pragmata, en el un nihilismo improductivo tras la rotura
vivir, en cómo vivir. de la creencia. La filosofía abre un cami-
Desde nuestro punto de vista, se abre no que es necesario para la plenitud del
un nuevo modo de pensar con la duda hombre, de su existencia. Es la búsqueda
radical sobre nuestras creencias, un modo de la razón vital, diríamos con Ortega, y
de pensar sobre el vivir que será difícil ig- si la primera grieta “duele”, lo que abre
norar por mucho que no se mencione en es sin embargo una oportunidad hacia la
la sociedad actual: el filosofar. Reivindica- búsqueda de la verdad.
mos aquí la existencia de una apelación El objetivo de esta matización no es
que hace la mente, en ese momento, a otro que el de dar cuenta de la esencia fi-
nuestro ser filosófico, una suerte de pre- losófica ineludible del ser humano, y del
gunta que implica al hombre todo y que condicionamiento que aquella hace de la
solo se saciará en la medida en que el libre vida de este, componiendo así una res-
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