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Reserva cognitiva y

cerebral: cómo
aumentarlas
La capacidad del cerebro para compensar el deterioro asociado al
envejecimiento depende en parte de la reserva cognitiva y cerebral. Descubre
cómo ejercitarlas para aumentarlas y prevenir demencias como el alzhéimer.

Escrito por:
MARINA GARCÍA
Periodista, experta en salud y tercera edad

Reserva cognitiva y cerebral en los


adultos mayores
La reserva
cognitiva es la capacidad del cerebro de compensar el deterioro del paso de los
años.
 Reserva cognitiva y cerebral en los adultos mayores
 10 claves para aumentar tu reserva cognitiva y cerebral
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Actualizado: 4 de septiembre de 2020
El nivel de deterioro que sufre el cerebro con el paso de los años, o el hecho de
padecer una enfermedad neurodegenerativa, como la demencia o el alzhéimer,
pueden venir determinados por ciertos parámetros como la reserva cognitiva y la
cerebral, que pueden contribuir a que experimentemos un envejecimiento cerebral
más lento que tenga un menor impacto sobre nuestras capacidades mentales o,
por el contrario, caundo es baja, hacer que suframos de forma prematura pérdida
de memoria, falta de concentración e incluso algún tipo de demencia.

La buena noticia es que podemos conseguir que la reserva cognitiva aumente,


aunque para ello debemos adoptar lo antes posible unos hábitos saludables. A lo
largo de este artículo te daremos las claves para lograrlo.

Qué es la reserva cognitiva


La reserva cognitiva de una persona es la capacidad que tiene su cerebro de
compensar el deterioro relacionado con el paso de los años, daños que ha podido
sufrir por diferentes motivos, o por los efectos de una enfermedad física o mental.
Esta capacidad viene determinada en gran medida por la actividad que haya
tenido el cerebro previamente, los conocimientos que haya adquirido, y los buenos
o malos hábitos que ha adoptado la persona a lo largo de su vida, entre otros
factores.

Y es que, los adultos mayores que han ejercitado este órgano durante toda su


vida, han mantenido activas sus neuronas, y han evitado ciertos agentes tóxicos,
muestran una menor atrofia cerebral y presentan una mejor reserva cognitiva que
aquellos que han dejado que sus neuronas se mueran. Ante esta situación, el
cerebro de los primeros es menos vulnerable al paso del tiempo, mientras que al
cerebro de los segundos le afecta más la vejez y tienen más riesgo de padecer
una enfermedad neurodegenerativa. Esta es la razón por la que personas con la
misma edad, incluso aunque hayan sufrido los mismos daños cerebrales, no
muestran el mismo deterioro cerebral, la demencia no es tan acentuada, o
los síntomas del alzhéimer no son tan evidentes.

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El papel de las neuronas en la reserva cognitiva


Las neuronas son las protagonistas al hablar de reserva cognitiva, ya que
dependiendo de cómo reaccionen ante ciertos estímulos y de cómo se conecten
entre ellas, nuestra reserva será mayor o menor, y por tanto nuestras habilidades
mentales serán mejores o peores. Por esto es tan importante llevar unos hábitos
de vida saludables que permitan ejercitar la mente continuamente. Las neuronas
que se mantienen activas son capaces de establecer nuevas conexiones con otras
neuronas cuando mueren aquellas a las que estaban conectadas; pero las que no
se ejercitan no pueden crear una nueva conexión, así que también acaban
muriendo y ya no se pueden recuperar.
La muerte neuronal conlleva la pérdida de diferentes habilidades como son el
control de los movimientos, la capacidad de concentración, la memoria, e incluso
el habla. Esto ocurre porque el cerebro pierde información con la muerte neuronal
que ya no puede recuperar.

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Algunos factores que aceleran la pérdida de neuronas (y que deberías evitar si


quieres proteger tu reserva cognitiva) son:

 La falta de actividad física y mental.

 El consumo de bebidas alcohólicas y drogas.

 El tabaquismo.

 Padecer ciertas enfermedades, como la diabetes o la hipertensión.


 Haber sufrido algún accidente cerebral, como un ictus.

 Seguir una dieta desequilibrada, tanto por déficit nutricional como por el
consumo excesivo de comida, especialmente de productos procesados.

 El estrés y el insomnio.

Qué es la reserva cerebral


La reserva cerebral también influye en cierta medida en nuestra reserva cognitiva,
ya que hace referencia a las características, composición y estructura que tiene
nuestro cerebro, así como a su fortaleza y resistencia para evitar daños
ocasionados por la vejez o una enfermedad.

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Aunque se puede pensar que es un aspecto relacionado con la genética, el


tamaño del cerebro, y el número de neuronas y la comunicación que se establece
entre ellas, estos factores también están influenciados por nuestra actividad
cerebral, los acontecimientos que experimentamos, o nuestra forma de vida, que
pueden favorecer que nuestro cerebro sea más resistente y nuestras neuronas
vivan más tiempo.

De hecho, se ha observado que las personas que tienen una mayor reserva
cerebral presentan menos daños y una mayor parte de su cerebro sigue
funcionando correctamente tras enfrentarse a un accidente cerebrovascular, en
comparación con quienes sufren el mismo problema pero su reserva cerebral es
menor.

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