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LA MUSICA POPULAR VASCA «*

Por R. M. d e Azkue

No acostumbrado á dirigiros la palabra inscripciones, que no están escritas en


ni en este ni en otro recinto en que á nuestra lengua, ni por sus efigies que no
diario me ocupo en asuntos (los de mi cá- representan tipos de nuestra raza; al paso
tedra) muy propios, aunque, por desgracia, que estas melodías, tanto por su letra co-
muy poco apropiados de Centros Vascos, mo por su música, son ó bien suspiros ó
experimentaba al aceptar este compromi- bien sonrisas del espíritu de nuestro pueblo.
so cierta sensación muy semejante á la que Para prevenir reparos que alguien pu-
experimentamos al entrar en el mar á to- diera poner á este sello de originalidad,
mar el primer baño de la temporada. confieso que aun no hace un año oí de la-
Pero empujado por mano amiga (y por bios más autorizados que los míos, que la
lo mismo irresistible) y fascinado y atraí- música baskongada no existe; pues á su
do por esa dulcísima poesía musical, que juicio la que pasa por tal, está acuñada en
ha sido durante generaciones enteras el extraños troqueles. Cierto es que si por
alimento de nuestro pueblo, no pude me- música baskongada debiera entenderse esa
nos de aceptar la invitación. balumba de zortzikos habanerescos que na-
Imaginaos el gozo que sentían nues- cen del fecundísimo seno de la vulgaridad
tros paisanos al sacar á la luz de sus ojos, con la misma fácil espontaneidad que bro-
del fondo de sus graneros ó del corazón ta la mala hierba, ni sembrada ni deseada,
mismo de sus arcones, aquellas onzas de tenía razón la docta persona á que me re-
oro, fruto de sus continuos trabajos y des- fiero: esa no es música baskongada, es el
velos, cristalización de su honradez. Pues, poso de la música universal medido en cin-
tan grande, sin duda, ha sido el gozo que co por ocho. Pero esto, puesto que es asun-
he sentido cada vez que de las arcas de la to que lo merece, espero explanar más de-
Tradición he sacado alguna de las subli- tenidamente en el transcurso de la confe-
mes melodías que esta noche habéis de oir rencia.
entro mis pobres comentarios. Tienen por Debo advertir que sin intención de mo-
lo menos estas melodías sobre aquellas mo- lestar á nadie, vengo dispuesto á decir ver-
nedas, la, ventaja, de ser más nuestras, pues dades, algunas de ellas acaso amargas; con-
jamás h a habido entre nosotros moneda vencido de que la crítica honrada ó deja de
característica del país, por lo menos en la serlo, no saliendo del capullo dol silencio, ó
mayoría de las regiones, ni por su materia, de ponerse á hablar, prefiere herir con la
(¡ue no procede de nuestro suelo, ni por sus verdad á lisonjear con la mentira. No que-
(*) Conferencia dada por el autor el 15 de febrero de 1901 en Bilbao, con catorce ejemplos armonizados por el mismo.
rréis hacer de los conferenciantes, á quie- racteristica, que la música religiosa «debe
nes invitáis, revisteros de salones, á cuyo expresar con verdad los sentimientos de la
juicio toda caricatura es elegante ó sim- letra». Claro está que, aunque no lo dice el
pática ó bella ó distinguida. Y aún aparte maestro, quien escribe música profana de
de las exigencias de la crítica, se explica canto también debe procurar esto mismo
que se recurra á la ficción cuando la cosa con ahínco. Las otras diferencias que esta-
que se trata de encomiar carece de dotes blece se refieren al acompañamiento, no á
positivas ¿pero que necesidad tenemos de la melodía, de que aquí exclusivamente
engañarnos, soñando ver en nuestro país tratamos.
lagos encantadores como los de Suiza, vol- Según he venido rebuscando y recogien-
canes colosales que sirvan de faro á los do melodías de diversos géneros he notado
viajeros que el siglo XX lance al espa- que allende el Bidasoa abundan más las
cio; climas arrancados del Paraíso, no solo religiosas y las profanas de canto, sobre to-
privilegiados por la Naturaleza, sino hasta do las amorosas; al paso que á este otro
respetados por la muerte con su ausencia? lado hay más profusión de música de baile.
Al hablar en serio, nunca finjamos nada, pe- Allí además hay más poesía, como que aquí
ro especialmente cuando la realidad pueda generalmente no había ni idea de ella en-
satisfacernos. Conozcamos nuestra verdade- tre los autores de las letrillas, no siendo la
ra música popular, no la fingida, y sabremos letra (excepción hecha del género satírico)
amar á nuestro pueblo, no ya sólo por su más que un pretexto para cantar. La gente
aspecto físico, sino principalmente por su culta, que bien pudo inculcar al pueblo la
aspecto estético; como sabríamos amarlo por idea de la poesía, harto que hacer tenía
su aspecto moral, si conociéramos sus ge- con vivir mirando hacia el Sur.
nuinas costumbres, haciendo lo posible por Antes de comentar ninguna de las pie-
restaurar las que se han perdido, y vivífi- zas que he elegido como modelo, me per-
car las amenazadas de muerte y desterrar mitiréis dos advertencias que juzgo de
las que les son dañinas. oportunidad y de cierto interés. La una
Advierto también, que no espero envol- acerca del conocimiento de nuestra música
veros en el tecnicismo de acordes disonan- y es que asi como no llega la palabra a
tes y notas dominantes y sensibles; pues describir la fisonomía ó el carácter ó la voz
más que á profesores de arte, me dirijo á de los individuos hasta el punto de darlos
personas de gusto, congregadas con el ob- sin más á conocer, así es imposible por la
jeto de conocer el alma de su pueblo, el sola palabra, no digo mía, del más ilustre
sentimiento de sus honrados ascendientes. crítico, dar á conocer con toda exactitud
La música popular baskongada, tal co- el carácter de las melodías. Para conocer
mo ha llegado hasta nosotros, está dividi- la fisonomía de los individuos es preciso
da en religiosa y profana, y esta última en verlos y verlos con más ó menos frecuen-
música de canto y de baile, encerrándose cia y fijeza, según sea más ó menos hábil
en cada uno de estos dos géneros, va- fisonomista el observador. De igual manera
rias especies que iremos analizando. para distinguir el carácter de nuestra mú-
Hace algún tiempo me asaltó la idea sica, el mejor y acaso el único medio ade-
de que la buena música religiosa y la bue- cuado es oirla y oirla también con relativa
na música profana no se distinguen más frecuencia. La otra advertencia se refiere
que en el ritmo: idea que aparece en relie- al carácter mismo; pues de la misma mane-
ve á poco que se examine nuestra música ra que en algunas razas (no ciertamente
popular. Abrigaba yo, sin embargo, ciertos en la amarilla y negra) hay individuos no
temores para empezar mi discurso plan- bien definidos, sino que parece que parti-
teando una idea, por lo menos chocante, cipan de algunos caracteres de otra ra-
entre gentes cuyo gusto artístico está por za, así también hay melodías que con
lo general más depurado que el mío, y de cierta amplitud de lenguaje podríamos
cuya ilustración mucho pudiera yo apren- llamarlas híbridas en su musical etnogra-
der. Y sabiendo, aunque muy vagamente, fía, y es probable que sean de este linaje
que el maestro Eslava, gloria de nuestro algunas melodías populares nuestras.
país, desenvolvía este asunto en uno de sus La primera melodía que habéis de oir es
muchos tratados, quiso leerle para escudar- popnlarísima en Lekeitio. Es una de las
me en el, si así él opinase, ó en caso con- que con menos vacilaciones y triviales flo-
trario para deponer mi juicio ó por lo me- reos he oído allí. La letra se refiere á la
nos suspenderlo, pasando por alto el asunto. adoración de los Reyes Magos. Es induda-
Asienta él, además, como diferencia ca- ble que el acompañamiento podía haber
sido más fácil, rítmico y asequible á la ge-
neralidad; pero acaso notaréis también que Maite ukhen dereitzut He amado
munduko erhokeriak; las locuras del mundo;
corresponde al género melancólico y medi- orai ikhusten tizut ahora estoy viendo
tadibundo de la melodía haren ilusimentiak; sus ilusiones;
Podría sostenerse, examinando bien el sobera badakizut demasiado sé ya
zer dadukan zekuriak: lo que contiene el siglo:
metro inusitado del verso, que este es poste- ¡a! orhit zite odola ¡ah! acordaos de que la sangre
rior y aplicado á la música. He aquí la letra: oro isuri duzula toda habéis derramado.
Iru Errege datoz Tres Reyes vienen
Orientetikan del Oriente Izan zakitzat ezti Sedme dulce
Belenera, á Belén, zure dikezut bihotza; á vos os doy el corazón;
aurreti dakarrela trayendo por delante nahi nikezu bethi quisiera siempre
izar argi eder bat. una estrella clara hermosa gaztigatu ene beitha; corregirme á mí mismo;
bidea erakustera. á mostrar el camino. zeren beitu mereis pues he merecido
Eldu zireanean Cuando llegaron untsa zehadoi garratza: bien la tremenda guadaña;
Belengo erriko del pueblo de Belén ¡a! orhit zite odola ¡ah! acordaos de que la sangre
portalera, al portal, oro isuri duzula. toda habéis derramado.
Jauna adoratzera á adorar al Señor
auzpaz iausi zirean cayeron de bruces ( M Ú S I C A NÚM. 2)
belauniko lurrera. de rodillas á tierra.
La melodía que sigue es ó por lo me-
( M Ú S I C A NÚM. 1)
nos era popular en el valle de Léniz, hacia
La segunda melodía que váis á oir, no Mondragón. Como es tan corta me he to-
tan severa como la primera, aunque qui- mado la libertad de repetirla varias veces
zas tan bella, es de una placidez y melan- cambiándola de harmonía y usando la le-
colía encantadoras; es popular en Suberoa, tra tradicional, candorosa, que representa,
la región más oriental y acaso la más poé- un diálogo entre la Santísima Virgen y
tica de las siete del país baskongado. L a una doncella acerca del Niño Jesús. (1) Es
letra se refiere á Jesús crucificado. música del género de Villancicos, de subi-
Es notable la expresión de aquella ex- dísimo sabor popular; siendo su nota saliente
clamación final ¡a! orhit zite odola oro isuri la de alegría campestre, retozona y sencilla.
duzula.
L A DONCELLA:
He aquí las estrofas:
Orriak aidez aidez Aireando las hojas
l ifartxu dulzea, el dulce cierzo,
Ene arrerosteko Para redimirme landa-mintz ederrean el arroyo que vá
kruzifikatu zirena vos que fuistéis crucificado, doan errekea. en hermosa planicie.
ene gastigatzeko para castigarme Antxe topatu neban Allí encontré
sobera suiet duzuna, vos que tenéis sobrado motivo, Birjiña Maria, a la Virgen María,
ingrat niz zuretako soy ingrato para con vos, orraztuten zebala peinando
bena, othoi, parka Iaona buruko ulea, la cabellera.
más, suplico, perdonad Señor
¡a! orhit zite odola Etzan a ulea, ez, Aquello no era cabello, no,
¡ahí acordaosdeque la sangre
oro isuri duzula. ezpada urrea. sino oro,
toda habéis derramado. ulondo bakotxeko por cada hilo de pelo
zerion perlea. manábanle perlas.
Zure maitetarzunak Vuestro amor NUESTRA SEÑORA:
ezpanai Iaona salbatzen, si no me salva, Señor, Urreratu zakidaz.
nihaoren bekhatuak mis pecados Aproximaos á mi,
arima maitea, alma querida,
suiala nizu egoizten; me arrojan al fuego; benetan maitatzen dot amo profundamente
lotseria handiak grande temor
hanits nizu duluratzen, nik zure fedea. yo vuestra fé.
me conmueve sobre manera Eskintza orregaitik (2)
¡al!orhit zite odola Por esa oferta (2)
¡ah! acordaos de que la sangre zeuk, neure alabea,
oro isuri duzula. vos, hija mía,
toda habéis derramado. artu izango dozu habréis recibido
zeruko koroea. la corona del Cielo.
Behar nintzan behatu Debí atenerme L A DONC.
ene kreatzaleari! á mi Creador,
bena behatu nuzu pero me he atenido ¿Nun dago, Amandrea, ¿Dónde está, Señora Madre
gaistoki kreaturari. malvadamente á la criatura; zerorren semea, vuestro Hijo,
nik meresi nikezu yo merecía zeruti iatsiriko nuestra merced
ifernuala erori: caer al infierno gure mesedea, del Cielo descendida,
¡a! orhit zite odola ¡ah! acordaosde que lasangre berak argitu daidan para que él me ilumine
oro isuri duzula. toda habéis derramado. neure arimea, mi alma,
ikusi daian gero y vea luego
zeruko bidea?. el camino del Cielo?
Deitu naizu ardura Llamadme con frecuencia NTRA. 3RA.
zure grazia saintuaz con vuestra santa gracia,
liluratu sobera del falso mundo que me ha Or goiko munatsuan En el ribacito de ahí arriba
nunduzun mundu fal- lisonjeado en demasía; oiñak ortotzean, los pies descalzos,
- tsuaz, keriza emoten deutsan en el espino de la cima
untsa konbertitzera á convertirme bien ganeko arantzean. que le dá sombra.
herabe nizun egiaz: sentía verdadera repugnancia (1) Tengo entendido que esta letra debe de tener algún retoque de un
¡a! orhit zite odola ¡ah! acordaos de que la sangre sacerdote durangués. Salió á luz en la Revista Euskal-erria, XVIII, 498.
oro isuri duzula. toda habéis derramado. (2) Por este verso puede deducirse que originariamente precedió algu-
na otra estrofa en que se hacía esta oferta.
An dago bada neure Allí, pues, está mi alma, como se envuelve el gusano en la
arantz-larrosea, rosa de espino, seda que va produciendo, tenía para las
zuri ta gorria da es blanco y rojo
neure amorea. mi amor. necesidades del culto exclusivamente el
Begiak ditu baltzak, Tiene los ojos negros, canto llano. Más hoy que en los templos
urrezko alea, cabello de oro, se canta con frecuencia letra no litúrgica,
aoa txit ederra la boca muy hermosa
ta zoragarria. y deleitable. en idioma vulgar, no hay razón de que no
A maite eztabenak Quien no le ama resuene en ellos la música popular religio-
bere biotzean en su corazón sa. Si no se oye, no es porque haya trabas
¿zer maitatu daike ¿qué puede amar
damurik bagean? sin pesadumbre? en el templo, sino sencillamente porque el
Bere ondoren dabiltz En pos de el andan gusto artístico por punto general está es-
zeruko aingeruak, los ángeles del Cielo, tragado y el conocimiento de nuestras co-
ibarrak apainduten hermoseando las vegas
lora nsaintsuak. flores olorosas. sas es nulo. Y vaya otra verdad amarga.
Txoriak bere pozez También los pájaros regó- | Fuera de las poblaciones mayores, el pue-
(cijados : blo no recibe otro alimento musical, que el
soñu alegrean alegres sones
kantau daroakez le cantan que se lo dan el organista en la iglesia y
guztiak batean. todos á coro. en la calle los murguistas. De estos últi-
Irri-barrez diardutso Sonriendo le está mos ¿qué queréis que os diga? Algunos por
landako loreak la flor del campo,
iantzirik bere ondran vistiendo en su honor ahí opinan que destrozan el arte. Nada de
soiüeko barriak. vestiduras nuevas. eso. El arte huye por lo general de los
Lurreko abereak Los animales terrestres kioscos de los pueblos; no dá lugar á que
bere mesedean también en merced (sic)
iaio ta arrazkero después de haber nacido lo sacrifiquen. Y así como en pasadas eda-
dagoz ardurean (1) están al cuidado. (1) des eran degolladas en efigie personas que .
Zeuekaitik bakarrik Sólo por vosotros no eran habidas por la justicia ó la tiranía,
zeruti lurrera del cielo á la tierra
iatxi da nire Jesus ha bajado mi Jesús así hoy en los pintorreados patíbulos, que
gizon egitera. á hacerse hombre. el vulgo sin duda cree que son templos del
Agaitik, neure alaba, Por ello, hija mia, arte, lo públicamente ejecutado no es el
kantau daigun kanta cantemos, cantemos
berari emoteko para darle arte, sino su caricatura
betiko alabantza. alabanza eterna. De los organistas voy á permitirme de-
LA DONC. cir en voz clara (por supuesto con .in-
Agur, Jesus laztana, Adiós, Jesús amado, tención sanísima) lo que todos los músicos
Iainko ta gizona, Dios y hombre, que me escucháis, profesores ó aficionados,
Zu beti izango zara Vos siempre seréis
gure zoriona. nuestra felicidad. decís en la intimidad, cada vez que la opor-
Zeureak gara guztiz Vuestros somos por entero tunidad os brinda á ello. Tenemos en nues-
gorputz eta ariman, en cuerpo y alma, tro país muchísimos más órganos que or-
izango gara bere también lo seremos
bizitza guztian. toda la vida. ganistas. No se puede achacar esto á que
Izan gaitezan zngaz Seamos con vos les falte aptitud para el arte: son baskon-
Aitaren etxean, en la casa del Padre, gados y basta. ¿Podrá achacarse á que no
Espiritu dontsuaz con el Espíritu Santo
Iainkotasunean. eu la Divinidad (sic). es suficiente la educación artística, que re-
ciben en sus casas ó en los centros á que
( M Ú S I C A NÚM. 3) acuden, por ejemplo Madrid, en cuyo Con-
Acaso, tratándose de música religiosa, servatorio todo el mundo sobresale y lo
echaréis de menos piezas litúrgicas, es de- verdaderamente notable puede contarse
cir escritas en latín y adoptadas por la con los dedos de una mano? Yo bien sé que
Iglesia para la celebración de los divinos de los centros de enseñanza, llámense es-
oficios, como son misas, motetes, himnos, etc; tos Seminarios ó Universidades, Acade-
más ninguna de esta clase ha caído en mis mias ó Conservatorios, no salen sabios; co-
manos en las muchas pesquisas que llevo mo de los viveros no brotan gigantescos
hechas; y no tengo noticia de que exista árboles: crecen en ellos vástagos más ó mé-
ni una siquiera. Esto parece que tiene ex- tos lozanos que trasplantados y bien nu-
plicación obvia en el hecho de que cuando tridos llegan por asimilación propia á su
nuestro pueblo en su aislamiento, girando completo desarrollo. Y á nuestros organis-
sobre sí mismo, sirviéndole de eje la raza, tas (claro es que hay excepciones) les falta
producía música envolviendo en ella su este ambiente, estos medios de desenvol-
miento y perfección. Se exije de ellos que
(I) Cnn esta ligera variante (acaso más conforme al original) hace per- sean artistas y se les trata peor que á ar-
fecto sentido. tesanos.
Lurreko abereak Los animales terrestres, Una prueba bien reciente y palmaria
bere mesedea después de haber nacido
iaio ta arrazkero su merced nos ofreció anoche mismo el telégrafo, co-
dauke ardurea. tienen (su) cuidado. municándonos que en un puerto no muy
lejano al nuestro cargadores de los mue- melodía me he permitido añadir una nue-
lles habían rechazado por mezquino el sa- va estrofa del mismo sabor que la primera.
lario de cinco pesetas al día. ¿Qué organis-
ta tiene de asignación más de dos diarias? Itsasoa laiño dago El mar está cubierto de
(niebla
Leed las condiciones de los concursos, Baiona-ko barraraiño: hasta la entrada de Bayo-
cuando los puestos, más que al mérito no (na:
se dan al favor ó á la intriga, y veréis que nik zu zaitut maiteago yo te amo más
tsoriak beren umeak baiño. que los pájaros sus crías.
la asignación anual de la mayor parte de
los cargos de organista no pasa de tres
mil reales. Y luego el artista, para soste- Gure oroiz aita dago Acordándose de nosotros
(está el padre
nerse con el decoro debido, se vé obligado laiüopean gaberaiño: bajo la niebla hasta la no-
á ir de casa en casa á que chiquillas im- (che:
pertinentes les empalaguen su gusto artís- nik zn zaitut maiteago yo te amo más
tico, haciéndoles oir cien veces el mismo arraintxoak ura baiño. que los peces el agua.
chabacano bailable. No diré que todos los ( M Ú S I C A NÚM. 4.)
organistas están obligados á ser composi-
tores; pues para ello, además de las reglas El ejemplar que os propongo de can-
de arte, que están á disposición de todos, ciones elegiacas es notable no solo por su
es necesario el numen que, á modo de luz música sino hasta por su letra. Muchos de
de aurora boreal, solamente de pocos, re- vosotros habréis leído la leyenda Gau illa
lativamente pocos, se deja ver. Mas si que- de Araquistaia, primera de sus tradiccio-
remos que nuestros organistas desarrollen nes vasco-cántabras. Creo que no os moles
sus facultades artísticas y se dediquen á tará su relato muy compendiado. Había en
tocar el órgano como órgano y lean revis- las inmediaciones de Deba una antigua
tas musicales y adquieran las piezas de mé- casa-torre llamada Alostorrea, cuyos ci-
rito que el genio vaya produciendo, en una mientos fueron removidos el año de 1844,
palabra, sigan al arte en sus progresos, no para edificar en su solar una nueva casa.
les retribuyamos con el mezquino suel- Ea uno de aquellos siglos en que España
do de hace cincuenta, cien ó más años. lidiaba con la morisma vivía en Alostorrea
Tratémosles como deben ser tratados: co- un caballero llamado Beltrán Perez de
mo artistas. Alós, el cual hubo de su primer matrimo-
Pasemos ya á la segunda parte de la nio una hija apodada por sus buenas pren-
conferencia, á hablar de melodías popula- das Alos-usoa, la paloma de Alós, y de su
res del género profano. Las de canto que segundo matrimonio dos hijas más. Cuando
expondré primeramente, se especifican en Beltrán se disponía á casar á su hija mayor
canciones cuneras, elegiacas, satíricas, épi- por librarla de la tiranía de la madrastra, tu-
cas, festivas, marciales y amorosas. De vo que volar á romper lanzas con los moros.
canciones cuneras tenemos un manojito A su regreso zumbaban en sus oídos
escogidísimo. No tengo necesidad de habla- rumores de infidelidad de parte de su es-
ros del Lolo bizkaino, pues todos lo sabéis posa y hasta se decía que había nacido un
de memoria. El Lolo guipuzkoano lo cono- bastardo, testigo irrecusable del crimen.
céis de habérselo oído al orfeón Euskeria Beltrán fluctuaba entre las aseveraciones de
en el poutpourri basko del maestro Arín. su hija, casada ya y ausente de Alostorrea
Conocéis el Chalopin chalo de haberlo oído por espacio de siete años, y la astucia de
algunos á las añas de vuestros hijos, otros su pérfida mujer, que no pudiendo negar
en una casa situada en esta misma calle de la asistencia del hijo natural atribuyó su
Jardines, humilde nido de humildes pro- maternidad á la misma mayorazga, á
ducciones mías, humildísima cuna de esta Alos-Usoa. En esto, cuando menos se es-
vuestra pujante sociedad. Hay otras me- peraba, corrió la noticia de la muerte de
nos conocidas, entre ellas quizás la más Beltrán. Antes del sepelio, precisamente
bella, la que ahora se os va á cantar, sen- cuando en torno del féretro velaban los pa-
cillísima, candorosa y tierna como brota- rientes y allegados de Beltrán, llegó su hi-
da de angélicos labios. La aprendí no ja mayor.
hace dos años, de un anciano de San Se- Era costumbre que cada cual entonase
bastián, el cual recordaba haberla oído una illeta ó elegía en loor del difunto.
cantar al mecer á niños de su familia; y la Alos-Usoa al entonar la suya dijo entre
creía procedente de Fuenterrabía ó Hen- otras estrofas la siguiente (que es la letra
daya. La letra misma dá algún indicio de de la melodía que váis á oir á continua-
esta procedencia. Para poder repetir la ción):
¡Alostorrea, bai, Alosto- ¡Alostorrea, sí, Alostorrea, ¡Ai nok leukezan urrezko ¡Ay quién tuviera aguja
(rrea (orratza, (de oro,
Alostorre-ko eskailera lu- cuán larga es la escalera urre-miesa ta aria, tela ó hilo de oro,
(zea! de Alostorrea! urrez asi ta amaituteko para empezar y terminar
Alostorrean nengoanean cuando estaba yo en Alos- (de oro
(goruetan (torrea hilando seintxu onentzat iantzia! el vestido para este infan-
bela beltza kna kua kua el negro cuervo graznaba (tillo!
(kua leioetan (en las ventanas. Larrosatxuak b o s t o r r i La rosita tiene cinco ho-
(daukaz, (jas
Con el nombre de negro cuervo aludía kabeliñeak amabí; (1) el clavel doce; (1)
al adúltero que estaba presente, como alle- gure umea gura dabenak quien quisiere nuestro ni-
gado á la familia, pues era hijo natural de (ño
eskatu bere amari. pídaselo á su madre.
un primo de Beltrán. Fueron tan graves Neure leioko inzirrituak, Rendijas de mi ventana,
las revelaciones que siguió haciendo Alos- ilunabarran begiak, ojos del crepúsculo ves-
usoa en su illeta que la madrastra se levan- -pertino,
ene umea lo datzan arte mientras yazga durmien-
tó furiosa, hizo seña á su cómplice y éste -do mi niño
había ya asido de la cabellera á la acusa- lo egin bei eguzkiak. duerma el sol.
dora para matarla cuando Beltrán Pérez Argi goiztarra betor gure- Venga á nuestra casa la
(ra, (luz matutina,
de Alós, conseguido el objeto que le llevó betoz izartxu gautarrak, vengan las nocturnas es-
á fingir su muerte, saltando del féretro se (trellitas,
avalanzó contra el malvado y le dejó ba- ezpeiz lotsatu or ikusiaz no se avergüencen de ver-
(se ahí
ñado en sangre y muerto a sus pies. buruak ilun da zaarrak. á sí mismas oscuras y vie-
El sacerdote que me enseñó esta melo- (jas.
día conoció en Elgóibar á una anciana que Begi bik ikuskizun bat Dos ojos tienen una vi-
(dauke, -sión,
la cantaba. Yo mismo conocí en Lekeitio belarri biak sentzun bat, los dos oídos un sentido,
á otra anciana que cantaba esto mismo, usain bakarra sur-zulo biak único olfato las dos fosas
pero bastante modificado aún en su letra.
bat zeru-lurrak iaubetzat. la tierra y el cielo á uno
Esta decía: (por dueño.
Batu beiz orain beti betiko Júntense ahora para siem-
Alostorrean nengoanean Cuando estaba yo en Alos- (pre jamás
(torrea nire biotza ta irea, mi corazón y el tuyo,
irra goruetan. hilando irra, (1) seme maitea, maite izan hijo amado, para que ame-
etorri iatan erroitzarra me vino el cuervazo graz- (daigun (mos
(drauetan. (nando. ire ta nire Egilea. á tu Criador y mío.
Basa-txoritxu mustur - lu- Pajaritos selváticos de pi-
L a versión de la anciana elgoibarresa, (zeak (co largo
que es la que vais á oir, tiene caracteres ez igan zerura bila; no subáis al cielo en busca:
aingerutsurik bearrezkero si queréis angelitos
de verdadera canción trágica. orra or nire mutila. hé ahí á mi muchacho.
( M Ú S I C A NÚM. 5)
(MÚSICA NÚM. 6)

De melodías del género satírico, de que Como modelo, verdadero modelo, de


se valen nuestros bertsolaris en sus impro- canción épica os propongo la hermosa me-
visaciones, he oido muchas, indecisas, poco lodía que váis a oir. Llegó á mis manos al
precisadas, como rúbrica de anciano tem- leer las poesías presentadas á concurso en
blón; y si bien la que he elegido es de las el certamen abierto por la señora viuda de
más conocidas, tiene la ventaja de la preci- Abbadie en las Fiestas euskaras de Ara-
sión, por más que corre por ahí alguna otra maiona. Es popular allende el Bidasoa. La
versión que no la creo tan legítima. Parece llamo épica, más bien por su carácter que
música de dulzaina. La letra no es tradicio- por la letra. La original debió de ser reli-
nal. Procede de una leyenda mía, en que gioso-litúrgica, el alleluia de un gradual.
una madre invita á pajarillos selváticos á Los suletinos le aplican la poética letra
que vengan á ver á su niño tendido en la cu- sori khantazale eierra. Esta otra es de un
na, cuyas bellezas son el objeto de su canto. poeta guipuzkoano de nuestros días, don
José Artola. Por ser corta la melodía, la
Basa - txoritxu mustur-lu- Pajaritos selváticos de pi- he repetido hasta cuatro veces, seguro de
(zeak --o largo que cuanto más se oye gusta más; pues á
ez igan zerura bila: no subáis al cielo en busca:
aingerutxnrik bearrezkero si queréis angelitos la primera audición choca por su severidad
orra or nire mutila. hé ahí á mi muchacho. y extraña contextura.
Bere musua edurra da ta Su labio es nieve y
sua biotza ta ezpanak, fuego el corazón y los la- (MÚSICA NÚM. 7)
(bios,
berton urturik biziko dira derretidos ahí vivirán
nire bularra ta zanak. mi pecho y venas.
Una curiosísima melodía os presento
como muestra de canciones festivas. Con
(1) Es onomatopeya del hilo que se forma al salir do la rueca. (1) Estos dos versos de la rosita y el clavel son populares.
ella nuestros antepasados se divertían en Batak zion besteari La una decía á la otra
«Haurra ire graziari; «Niña, á tu gracia;
sus reuniones dominicales. Mientras uno arnoño hunek alegeratzen este vinillo me alegra
de ellos movía sobre la mesa sus dedos al- ditan bihotzñoa niri; á mí el corazoncito;
ternativamente, los demás cantaban en co- ene plazerra hona luken mi placer sería bueno
banu zonbait ogi-posi si tuviese unos pedazos de
ro las propiedades del dedo agitado. Por (pan
ejemplo al agitar el dedo meñique decían arno ezti hunekin.» con este dulce vino.»
los circunstantes: Katisa eta Katalin Katisa y Katalin
auzo biak elgarrekin las dos vecinas juntas
Lenengotxu ori Ese primerito arno edaten ari ziren estaban bebiendo vino
punta-beatz ori ese dedo extremo koraje handi batekin; con gran coraje;
beste guztien artean entre todos los demás gero ondoan bazuten luego á poco tenían
txikarra dok ori es pequeño. gibel-aldean zeregin qué hacer allí detrás
beren fanfarriarekin. con sus fanfarronerías.
La letra variaba poco al agitar los de- Hirurgarrenak éderki La tercera muy bien
tantoatzen omen daki: dicen que sabe tantear;
más dedos: del anular decían que era pere- hamarrekoak harek zituen aquella los amarrekos
zoso, largo el del corazón, fuerte el del ín- omen markatzen orori; parece que marcaba a to-
dice, grueso el pulgar. Digo que decían, (dos;
porque no sé si la actual generación se hundarrekotz nahasi zen al fin se confundió
eta lurrerat erori; y cayó á tierra:
reúne en la taberna para divertirse movien- orduan etzen egarri. entonces no tenía sed.
do los dedos. Los ancianos casi todos re- Laurgarren hori ¡zer pheza! Esa cuarta ¡qué pieza!
cuerdan esta canción. Conozco una versión
Maria zapatainesa; María la zapatera;
muy distinta de la que váis á oir, inferior huntsa esplikatzen zituen bien se explicaba (en)
en calidad á esta, popularísima en la parte heskuara eta frantsesa; baskuence y francés;
baja de Guipuzkoa. Esta otra versión es bai eta ere aisa egiten y también fácilmente hacía
bide handian esa: (sic) eses en la carretera:
popular en Bizkaia y en la parte alta horixe da haren letra. esa es su letra.
de Guipuzkoa. ¿Bosgarren hori zoin othe- ¿Esa quinta quien será?
(da?
La música es de la especie vulgarmen- phentsatzeko ezta phena: no es penoso el pensarlo:
te conocida con el nombre de arin arin, Zerafina gaiso orrek, Esa pobre Serafina,
acerca de la cual espero ocuparme más nola ezpaituke lehena, como no es la primera (vez)
tarde. «Benedika dakiola, dio, «Bendígasele, dice,
mahatsari aihena, á la uva el sarmiento
arno ekhartzen duena.» que produce vino.»
(MÚSICA NÚM. 8) Ahuntzez iokatu eta Jugando a cabras
hasi ziren kolpeka. empezaron á golpearse.
Kaston deitzen guarda gaz- Un joven guarda llamado
Las melodías marciales medidas en seis (te bat (Gastón
por ocho, tiempo vivo, están muy en boga kanpotik jinik lasterka viniendo á prisa de fuer»,
hok partitu izan zituen este las separó
entre los dulzaineros, siendo este sin duda ez uste bezain aísa no tan fácilmente como
el ritmo de que más se valen. De las can- (creía,
ciones populares de este género la más arrazoinik ezin phasa. no podían pasar á razo-
vulgarizada entre nosotros y quizás tam- nes (sic)
Zuk ere Etxekanderia, También vos, señora ama,
bién la más trivial es Artola tauko (Artolak erran beharzu egia: debéis decir la verdad:
dauko). La más aceptable que yo conozco iolas hortan zu othe zinen si en esa diversión eráis vos
es una que aprendí no sé en cual de las horien buruzagia? la jefe de esas?
Bortz emaztek egiteko Para hecha por cinco mu-
tres regiones baskas de allende el Pirineo. (jeres
Su letra es satírica. horixe da komedia! esa si que es comedia!
hurran baizen zahagía. como tan cerca estaba el
Mendekoste-bes tetan Durante las fiestas de Pen- (pellejo!
-tecostés
aurthen Arnegiko errekan ogaño en el arroyo de Ar-
(negui (MÚSICA NÚM. 9)
istorio bat gerthatu izanda, ha pasado una historia,
kasik ezpeitirot erran: que á penas me atrevo á
(decir: En Lekuine, aldehuela de Lapurdi, oí
bortz emaztekedan tuzte cinco mujeres han bebido de una mujer, ya entrada en años, la can-
amalau pinta bepetan catorce pintas consecuti- ción amatoria que propongo de mues-
(vamente
iokhaturikan kartetan. jugando á las cartas. tra. H a y en aquella misma región una
Jokoa zuten florian Tenían en flor (?) el juego canción Txoriñoa, el pajarito, con dos ó
Arnegin Madrilenian, en Arnegui en casa de Ma- tres versiones á cual más linda.—Se dice
(drid,
atso gaisoak usté zuten las pobres ancianas creían de este pajarito que á pesar de su buena
zirala zeruko lorian que estaban en la gloria alimentación canta tristemente en la jaula
(del cielo ¡tan hermosa es la libertad!. Esta otra me-
saindu ororen erdian, en medio de todos los san-
(tos,
lodía sirve de contestación á Txoriñoa y
beren botoilak aldian cerca sus botellas pone en boca del pájaro enjaulado estas
bai eta plazer handian. sí y en gran placer. palabras:
Barda amets egín dut
ciendo cadencias, precisamente al cabo de
Anoche he soñado
ikhusirik maitea. tantos ó cuantos compases; y luego de
que veía al amado.
¡Ikhusten ezin mintza! ¡Verle y no poder hablar-
constituida la melodía fluida, natural y es-
¿Ezteia bada phena han- (le!
(dia?
pontánea, venga el arte á adornarla con
¿No es acaso gran pena
¡Eta ezin bertzea! las galas de la armonía que son espléndidas.
el no poderlo?
Desiratzen dut hiltzea. (1) Deseo morir.(1)
Esta expresión natural del sentimiento,
no amoldada á preceptos de un mal funda-
La melodía es un puro lamento. Ad- do rigorismo, se advierte en algunas melo-
vertid con qué naturalidad y sentimiento días que habéis escuchado, sobre todo en
está hecha la pregunta ezteia bada phena la que acabáis de oir y en otras de nuestra
handia: y notad también la espontaneidad música popular.
y verdad con que termina la canción in-
Otra curiosidad que se advierte en esta
vocando á la muerte.
nuestra música es la amalgama de compa-
¡Cuán dulce poesía y cuán plácida le ses distintos dentro de una misma melodía;
rebosa á esta hermosa melodía! alternando, por ejemplo, uno de tres tiem-
( M Ú S I C A NÜM. 10) pos con otro de dos ó de cuatro y siguien-
do esta alternativa más ó menos perió-
Antes de pasar á la tercera parte de la dicamente. La amalgama en boca de nues-
conferencia he de hacer nuevas indicacio- tro pueblo es ordinariamente melodía á
nes acerca de nuestras melodías populares, ratos contraída, á ratos dilatada. El pue-
aunque me sea sensible tener que expone- blo á veces se cansa de esperar dos tiem-
ros mis ideas como en una labor de marque- pos de silencio y anticipa la entrada de la
tería, por haber de intercalar ejemplos en- siguiente idea: hed aquí convertida una
tre ellas. medida de cuatro tiempos en una de
Al examinar al fraseo de algunas me tres ó de dos. Otras veces se empeña en
he acordado del mote con que críticos de prolongar una nota, acaso sin razones que
hace treinta años satirizaban á Wagner justifiquen esta prolongación. Y se vé un
apellidando sus melodías, melodías del por- compás de tres tiempos convertido en uno
venir. Tal vez si hubieran analizado las de cuatro.
nuestras, hubieran calificado las del genio De esta clase de melodías son la prime-
alemán de melodías de lo pasado. Hace ra de nuestro aurresku (que un tiempo fué
cuarenta ó cincuenta años se enseñaba co- zortziko tan determinado como cualquiera
mo dogma de arte que el discurso musical otro), una de las piezas de los ezpatadan-
ha de tener tantas partes, subdividiéndose tzaris de Bérriz (1), la popularísima y muy
cada parte en tantos periodos, cada perio- linda melodía Ai ori begi ederra y otras. En
do en tantas frases, cada frase en tantos esta pequeña colección de melodías escogi-
miembros, cada miembro en tantos com- das que me sirven de ejemplos podéis no-
pases. tar más ó menos la amalgama en los nú-
Hay escuelas en las que el arte vive meros 8, 5, 7 y algunos otros.
envuelto en añeja atmósfera, como hay Si no por hacerme demasiado extenso,
edificios vetustos en los cuales tarda en en- podría mostraros una misma melodía pri-
trar la temperatura exterior; y por lo mis- mero entera y luego amalgamada. Entera
mo todavía quizás se enseñará á urdir de la recogió Mr. Charles Bordes (2) en Urru-
esta manera la trama musical, confundien- ña pueblo inmediato á Hendaya; amalga-
do con la melodía en general la melodía mada tuve yo el gusto de recogerla en San
italiana de Bellini y Donizzeti. ¿Que diríais Sebastián.
(y apelo á un caso bien reciente) (2) si á las No puedo resistir á la tentación de ci-
diez y seis mujeres, á quienes el mar ha taros aquí la letra de la versión por mí re-
dejado viudas, se les exigiese, para excitar cogida. Se retrata en ella el alma candoro-
la caridad, que se alineasen como coristas sa de un guipuzkoano muy ilustre, aunque
en escena y expresasen simétricamente su poco ilustrado, como hombre verdadera-
dolor? ¿No os parece que sería burlarse del mente del pueblo: Iztueta. La lengua le de-
sentimiento el no dejarle brotar libre y be mucho por su Guipuzcoaco provinciaren
espontáneo? Pues si la melodía es el len- condaira edo historia, más recomendable
guaje del sentimiento, dejad que brote li- ciertamente como obra literaria que histó-
bre también, sin obligarla á que vaya ha-
(I) Creo que la amalgama de esta melodía no procede ni de contracción
(1) Hay otra versión algún tanto distinta de ésta, tanto por la letra como ni de dilatación, sino que es natural.
por la música. f2) Este joven, ilustre músico, organista de St. Gervais de París, reco-
(2) Se refiere a! naufragio de la lancha Iturríno de Motrico. acaecida rrió el departamento de los Bajos; Pirineos por encargo del gobierno fran-
días antes- de la conferencia. cés paro recoger música popular baskongada.
rica. La arqueología le debe más que á nin- Txakolin Txakolin
gún otro por lo que trabajó para que no des- txakoliñak ON egin, etc.
aparecieran los bailes típicos de la noble El segundo ejemplar de esta especie lo
Guipuzkoa, publicando su Guipuzcoaco dant- aprendí en Hasparren: su música no es
za gogoangarrien condaira edo historia. La ciertamente de las más típicas. Este baile
música le debe gratitud suma por la colec- consiste en que un hombre, para probar su
ción de cantos populares que recogió y pu- mucha resistencia ó la poca potencia del
blicó en San Sebastián el año de 1826. Al vino que ha bebido, salta al rededor de una
gunas melodías de esta colección os las hizo luz, formando también cruces al caer, mien-
oir no hace un año el Orfeón bilbaíno. Ter- tras otros cantan esta humorística letrilla:
mina así la extensa composición religiosa Ihaz il zerautan senarra El año pasado se me mu-
métrica escrita por Iztueta sobre esta melo- (rió el marido
día de amalgama (no incluida en su colección): nik nahi nuen bezela: tal como yo lo deseaba:
konkortu zen, makurtu zen se encorvó, se agachó,
Ar gaiztoa da guztiz Mal gusano es en absoluto zahartu zen, itxustu zen: se envejeció, se afeó:
animako kezka; el remordimiento del alma; deusik etzuen balio. (bis) no valía nada, (bis)
pekatuan beiñ ere jamás en el pecado
bizi bear ezta. se debe vivir. El tercer ejemplar de esta especie de
Aisa il genezake Podemos morir tranquilos melodía es popular en San Sebastián, don-
maíz konfesatuta, confesándonos con f r e - de yo pude confirmarlo tal como me lo en-
(cuencia,
orain degu denbora ahora tenemos tiempo señó un sacerdote amigo mío. Por cierto
baita ere beta:_ y basta ocasión: que existe un zortziko popular (y no malo)
kanta oien egile el autor de estas canciones fundado en la misma letra.
ni naiz: Iztueta. soy yo: Iztueta.
Tiene también por objeto probar la resis-
Aparte de la preciosa colección de Iztueta tencia de un hombre no ayuno, haciéndo-
hay otras como la de Santesteban, Echebe- le estar sobre un pié mientras los compa-
rría y Guimón, Sallaberry de Mauleon y ñeros cantan esta lindísima estrofa, análo-
del citado Bordes, el cual sólo ha dado á ga en cierto modo á la postura del bailarín.
conocer algunas de su numerosa colección.
Y pasemos ya á exponer el objeto de la Aldapeko sagarraren ada- En la punta de la rama del
(rraren puntan (manzano de Aldape,
tercera y última parte de la conferencia: puntaren puntan en la punta de la punta
música de baile. Hay también varias espe- txoria zegoen kantari estaba cantando el pájaro
cies dentro de este género, á saber: el mu- tsiruliruli. tsiruliruli: tsiruliruli, tsiruliruli:
¡Nork dantzatuko oteda ¡Quién podrá bailar esa
thiko, el ingurutxu, el gimnástico, el contra- (soiñutxo ori! ongi (1) musiquita: bien (1)
pás el arin arin y el zortziko. El aurresku,
( M Ú S I C A NÚM. 11)
la ezpata dantza y otras de nuestras com-
parsas están musicalmente comprendidas De contrapás, que es música propia de
eu algunas de las sobredichas. El muthiko tamboril, hay varios lindísimos ejempla-
es un baile suletino: su aire es muy marca- res. Os recordaré solamente la melodía que
do y vivo; recuerda algún tanto nuestra se oyó en todos los bailes de aurresku,
ezpatadantza. Conozco una sola melodía de cuando el principal bailarín saluda dan-
esta especie, puramente instrumental y po- zando á la mujer que le presentan; y otra
pularísima allende el Bidasoa. El ingurutxu melodía que nos dió á conocer la comparsa
apenas lo conozco más que de nombre: sé de bailarines de Durango. El contrapás que
que se baila en la Alta Nabarra y por váis á oír copié de un cuaderno muy vie-
grandes grupos. La melodía, de la cual no jo, procedente de un caserío de Begoña.
supieron darme más que el comienzo, me La letra, muy posterior sin duda á la mú-
recuerda nuestro contrapás. sica, es chabacanísima; se refiere á un mo-
El gimnástico (no acierto á llamarle lesto insecto. En vez de esta letra le he
de otra manera más propia) es un baile aplicado una tomada de la colección Par-
cuyo único objeto parece el de mostrar nasorako bidea de mi padre.
la agilidad de las piernas del que lo ejecu- Por cierto que Zamácola en su His-
ta. Conozco tres melodías de esta especie. ria de las Naciones Bascas dice hablan-
Una lleva el nombre de Txakolin y es co- do de las canciones de baile «cuando bai-
nocidísima de todos vosotros por haberla laban había corros de jóvenes bascos, de
repetidas veces oído de nuestros orfeones. uno y otro sexo, que entonaban canciones
Para efectuarlo se colocan en el suelo dos en la plaza. La composición era siempre
pilos en cruz y el bailarín salta colocando por tono menor.... etc. (2) Alude sin duda
sus pies, al caer, alternativamente en los á los contrapases. Veréis por la siguien-
huecos de la cruz; mientras los circunstan-
tes cantan: (1) Este ongi es de la versión donostiarra al repetirse la segunda parte
(a) Edición de Bilbao año de 1898; pág 448.
te melodía, que el diligente y famoso es- fundir la medida con lo medido. El zortzi-
cribano de Dima no estaba muy en lo cier- ko, estrictamente hablando, no es música,
to al afirmar el carácter del tono. como no lo es el compasillo, sino medida
musical. Y esta verdad que parece trivia-
( M Ú S I C A NÚM. 12.)
lísima é indigna de citarse en una confe-
Era yo jovenzuelo cuando aprendí la rencia, sin embargo no ha sido general-
primera versión y la más incorrecta de la mente comprendida, por lo menos en la
canción del mai-ganeko; la segunda leí más práctica; hasta el punto de que se le tiene
tarde en la sinfonía de la ópera Pudente, como especie de lámpara maravillosa que
de Santesteban. (1) La tercera la cantan con sola una leve fricción de sus cinco cor-
entre Otros muchos pueblos bizkainos en cheas produce todo elevado sentimiento
las cercanías de Markina: y es á mi juicio capaz de cautivar el alma: energía y dul-
la más genuina; por lo cual os la propon- zura, entusiasmo y melancolía... y todo
go. Llámase mai-ganeko esta melodía porque cuanto se ha dicho en almibarados artícu-
se baila individualmente sobre una mesa los de nuestras hojas literarias.
y pertenece á la especie fecundísima de mú- ¿Qué diríais de uno que con ansia bus-
sica de baile, vulgarmente conocida con el case un trozo de pan y más aprecio que
nombre de arin arin, que quiere decir lige- del pan mismo luciese de solo ver el cuchillo
rísimo. Es ritmo que resuena mucho aún de acero, hierro, plata ú oro con que se lo
en casi todas las músicas populares. La cortasen? El zortziko será, no lo dudo, pre-
melodía es hasta elegante, siendo muy de cioso cerno el oro; pero más precioso y so-
notar la delicadeza y verdad de la expre- bre todo más provechoso es el pan, la me-
sión musicalde orra or goiko. Quizá su segun- lodía, pártase como se parta.
da parte contenga algún remiendo, a pesar Es ciertamente su ritmo curiosísimo,
de su conclusión, que es una especie de epi- original, airoso, agreste; pero difícil, absor-
fonema musical ó estribillo con que termi- vente, avasallador. Esto habrá influido (y
nan gran parte de nuestros aires de baile. no solo el atraso grande en que por lo ge-
Orra or goiko De allí arriba neral vivimos en materia de arte) para que
ariztitxu baten en un pequeño robledal entre cien zortzikos sea difícil escoger cin-
kukuak umeak el cuclillo crías co verdaderamente aceptables, de meollo
egin iozak aurten; ha hecho este año;
kukuak egin, hacerlas el cuclillo, sabroso y tierno, digerible y sustancioso.
amilotxak ian: comerlas el amilotxa: El segundo error ha sido el de creer
axe bere kukuaren aquello del cuclillo
zori txarra zan. infortunio fué.
que las melodías así medidas constituyen
ellas por sí solas la música baskongada; y
( M Ú S I C A NÜM. 13)
en este error han incurrido preceptistas
Por fin ha llegado la ocasión de ha- por otra parte respetabilísimos.
blaros del zortziko. Procuraré, al hablar de No merece el zortziko (hablando aún en
él, ajusfarme ceñidísimamente á la verdad, sentido lato) esta calificación de música no
aunque para ello luchen dentro de mí el co- solo única ni siquieramente antonomásti-
razón y el cerebro. Es una medida musical camente baskongada, ni por su cantidad
de amalgama periódica y continua en que (pues zortzikos verdaderamente populares
alternan tiempos de tres y de dos cor- no son tantos como se cree) ni por su cali-
cheas. Eslava y su buen discípulo el malo- dad. El fraseo más ó menos libre, los dise-
grado músico elorriano Ambrosio Arriola, ños y las cadencias que constituyen la
fundados en que más fácilmente se mide esencia de la melodía ordinariamente apa-
así, lo escribieron á —; mas la casi totalidad recen más en relieve en los contrapases, en
de los mil y un zortziqueros que ha produ- los arin arin y en los aires elegiacos, mar-
ciales, amatorios y aún satíricos, que no en
cido el gran siglo diez y nueve han medido
los zortzikos. Hay sí la notable circunstancia
á dos tiempos en -jj-. (2) Es compás exclu-
de que si no las melodías mismas, por lo
sivo del país baskongado, especialmente de
menos los aires que he citado se encuen-
aquende el Bidasoa; por lo cual es muy na- tran en otros países: el aire del zortziko es,
tural que se le mire con cariño. como todos lo sabéis y os he dicho ya, ex-
En mi concepto ha habido dos erro- clusivamente nuestro. ¿No os parece que
res en su apreciación; el primero en con- podría justamente resentirse una madre de
(1) Parece tomada de la colección de Iztueta, modificada con insulsas que de su numerosa familia sólo un hijo
progresiones en su segunda parte, En ella figura con el nombre de Belaun-
ehingoa. Eu la segunda edición de Guipúzcoako dantza, pág. 37) le han da- fuese conocido, acaso por estar marcado,
do el nombre de Billancicoa, sin duda por descuido do los cajistas.
(Si Iztueta Ó su amanuense D. Pedro Albéniz. pretendió escribir a dos y los demás, tan buenos por lo menos, fue-
por cuatro y seis por ocho; llamando iniciales a los primeros zortzikos
azierako zortzikoak). saltativos á los segundos (salto kakoak). sen ó desconocidos ó desdeñados? Recono-
ced en esa madre nuestro país y en esos pasar Wagner entre sus composiciones.
hijos desdeñados los aires musicales, ejem- Entre los zortzikos populares verdade-
plos de los cuales habéis oído esta noche; ramente notables, conozco el magnífico ez-
y proceded en consecuencia. pata-dantza, el bordon-dantza á mi gusto más
Víctimas de estos errores son no solo notable todavía; y aparte de otros creo
la gente que nos viene á visitar, sino aún también digno de figurar entre las melo-
los mismos de casa; pues en las expedicio- días que os he propuesto esta noche un
nes domingueras de los bilbainos, el aldea- zortziko popular en Lekeitio, formado de
no sencillo que detrás de todo bigote vé una variedad de la tercera parte del ezpa-
siempre un hombre y debajo de un sombre- ta-dantza mezclada con otra melodía. L a
ro un inteligente en toda clase de conoci- letra sencilla, como la de casi todas las
mientos y dentro de todo gabán un poten- composiciones populares (pues os previne
tado, al oir aquellos zortzikos cuya segunda que muchas veces la letra era mero pre-
parte en tono mayor está pidiendo baile texto para cantar) es la siguiente:
agarrado (y permitidme que así lo ridiculi- Ni Mendixara San Pedro- Yo á Mendeja en las fies-
ce), cuyo final está precedidode un calderón (etan - t a s de San Pedro
teatral, de un calderón que yo llamaría banoa zezenetara: voy a los toros:
calderón de candilejas, ese calderón con ¡arek bai neskatxak ¡aquellas son muchachas
ederrak, galantak hermosas, gentiles
que cantantes italianos han infestado el Lekeitiarren aldean en comparación de las le-
gusto universal; el sencillo aldeano cree (keitianas
que las canciones que por tradición cono- Mendixan elizaldean! en la anteiglesia de Men-
(deja!
ce, nada valen en comparación de aquellos Da San Dxoan, da San Y San Juan, y San Juan;
habanerescos zortzikos.. Luego ¡si canta- (Dxoan;
ran con naturalidad! pero el toque está, en beti zankadaz gogoan. siempre os tengo en la me-
que tales, cosas han de cantarse poniendo (moría.
la mano en el pecho, como queriendo con- Igaztik ona urtebete da De antaño acá ha pasado
tener el corazón que de puro entusiasmo (un año
¡denpora onen luzea! ¡qué largo es este tiempo!
se les agita; enseñando á las nubes lo blan- arik onako gau-egunetan De entonces acá en los
co de los ojos; convertidos, en suma, en es- (días y noches
tatuas de San J u a n de Viernes Santo. aldatu leike gaztea. (bis) puede mudarse el joven
(bis)
Por si os hubiere chocado mi afirma- Da San Dxoan, da San Y San Juan, y San Juan;
(Dxoan
ción de que el 9B por 100 de los zortzikos beti zaukadaz gogoan. siempre os tengo en la me-
que por hay corren no son aceptables por (moria.
falta de meollo, voy á explicaros mi manera ( M Ú S I C A NÚM. 14)
de pensar. Hay en el fondo de todo hom-
bre en lo moral un pozo negro de donde P a r a evitar acaso torcidas interpreta-
salen las rencillas, rencores, envidias, mi- ciones y en todo caso para ilustrar más la
serias y crímenes; y necesita uno estar materia, debo advertir que es preciso no
muy sobre aviso para que no se le agite confundir la música popular con la popu-
ese fondo y le salga á la superficie. Asi- larizada. No porque una melodía sea do
mismo en lo artístico hay en el fondo de memoria sabida por todo el pueblo, merece
todo hombre un pozo negro de vulgarida- desde luego llamarse popular. Populariza-
des, de donde salen á flote con facilidad dos están algunos cánticos que resuenan en
pasmosa la mayor parte de las piezas mu- los templos en loor del Divino Corazón,
sicales que se producen á diario en todas mazurquitas con goterones de agua bendi-
partes. Y así como tratándose de líquidos ta pero que sin embargo el decoro del tem-
acontece que aún los más apreciados ocul- plo exige que se destierren.
tan más ó menos heces en su seno, asi del Popularizadas quedan cada año can-
sedimento de vulgaridad no están exentos ciones extrañas de alguna zarzuela de mo-
ni los más grandes genios. Por lo cual asi da, pero que tampoco pueden aspirar á ser
como el que escancia un líquido debe cuidar- incluidas entre las páginas de la música
se de que no se remueva el fondo, sobre to- popular. Popularizados corren por ahí mu-
do cuanto el frasco está medio vacio; así los chos zortzikos que si por su metro piden
genios, especialmente en el ocaso de su vida acentos de la dulcísima y de nadie como
artística, ponen sumo cuidado en no verter se debe apreciada lengua baskongada, por
vulgaridades en sus composiciones. No tie- su melodía reclaman letra del idioma de
nen otra explicación los muchos borradores Dante; y por lo mismo nunca alcanzarán
que hacía Beethoven antes de dar por ter- en justicia el dictado de música popular
minada una pieza y el tiempo que dejaba baskongada. Porque para alcanzar este
dictado es preciso que una melodía esté Entre los artistas de mañana, mucho
sellada con el sello que puso nuestro pue- espero de un joven que nos hizo oír en los
blo á sus melodías, cuando allá en su rela- albores de sus conocimientos musicales mo-
tivo aislamiento se oreaba libremente su desta pero simpática ópera baskongada, y
espíritu en estas montañas. que antes de terminar sus estudios ha sido
Mas ya que he sido como al primero en laureado en público é importante certa-
decir verdades amargas, no sea yo el últi- men. En quien especialmente tengo con-
mo en decir las que nos halaguen. Conoz- centradas mi esperanzas es en ese porten-
co colecciones de música popular inglesa, toso niño, espléndido regalo de las Musas,
irlandesa, escocesa, francesa, alemana, ita- que en fecha muy reciente nos dejó asom-
liana, tcheque, noruega, rusa; la nuestra brados. (1)
puede figurar dignamente al lado de las He dicho que lo primero importa recopi-
dos ó tres que descuellan sobre las demás. lar y difundir las melodías populares. ¿Más
La importancia de la música popular cómo, si al que se dedica á labores como
no está en hacer pasar ratos más ó menos ésta por punto general le abandonáis?
entretenidos y agradables (ignoro hasta Los que estamos acostumbrados á pronun-
qué punto lo habré conseguido esta noche.) ciar otra clase de discursos, difícilmente
Tampoco está solo en excitar el amor á un nos sustraemos á la costumbre que tene-
pueblo que tal alma tenía como para hablar mos contraída de procurar sacar una mo-
el sublime lenguaje de estas melodías. raleja, como objeto principal del discurso.
Voy á ver si en dos palabras consigo Y confieso que al aceptar el compromiso
haceros ver la importancia que tiene en de pronunciar éste, antes que en la distri-
general la música popular y en particular bución de la materia pensó en la moraleja.
para nosotros la nuestra. Mirad cual es. Un buen amigo mío me es-
Hoy que la Cultura, hastiada sin duda cribió de Pamplona por aquéllos días di-
de la inacción meridional, se vá refugian- ciéndome que esperaban crear allí una es-
do en países del Norte, está trazando en la cuela bien cimentada para enseñar á los
vieja Europa un Mapa artístico en el cual niños la lengua del país (pues es vergon-
también nosotros estamos llamados á for- zoso que para cultivar lenguas al fin extra-
mar nuestra nacionalidad musical. La tie- ñas tengamos hermosas casas en abundan-
nen ya los rusos, la tienen los noruegos y cia y para cultivar la nuestra no tengamos
los alemanes y los belgas y los franceses y apenas ni una choza) y pedía me acercase
también los tcheques, los baskos del impe- á millonarios de Bilbao, amigos míos. Os
rio austro-húngaro. Y precisamente la mú- confieso la verdad: no me atreví, porque
sica popular ha sido elegida por la cultura para tantas cosas como de cuando en cuan
para ser la base de estas nacionalidades, do salen, solo hay tres ó cuatro (cuyo nom-
Cultivemos nosotros nuestra música, bre omito por su modestia) á quienes uno
vístanse de sus colores las composiciones de puede confiadamente acercarse. Y enton-
nuestros artistas, sus diseños y cadencias ces me ocurrió explanaros aquí la necesi-
resuenen siempre en nuestros oídos y estad dad de que para obras semejantes se cree
seguros de que si bien hoy en la longeva una magna asociación de baskongados en
ancianidad de nuestro pueblo no hemos que el último labriego ó pescador pueda
llegado á la infancia de nuestra nacionali- figurar con la cuota de diez céntimos men-
dad musical (pues aún no hemos nacido á suales, y los demás puedan contribuir con
ella,) no expirará quizás el siglo XX sin la cuota que les parezca conveniente.
haberla visto crecer y formarse entre las Cread esta asociación, fundando ramifica-
que ha amamantado el siglo XIX. ciones en todas partes y prosperarán en
Para esto recopílense y difúndanse las poco tiempo nuestra magnífica lengua y
melodías populares y aliéntese á los jóve- bellísima música. Que este nuestro queri-
nes en cuya inteligencia ha encendido Dios dísimo país cual un día la Grecia, den-
la llama de la inspiración. Y al llegar á es- tro de su pequeño territorio, llegue á lle-
te punto envío á nuestra Excma. Diputa- nar el mundo con la fama de su cultura.
cíón, que con tan generosa mano sabe fo- Sembrad arte y veréis cuántos artistas y
mentar el arte, mi entusiasta aplauso. Oja- de qué calibre produce el siempre fértil y
lá pudiera yo enviar le otro más entusiasta to- fecundo suelo baskongado.
davía, por haber creado ó contribuido á que
se cree una buena escuela (que tan de menos H E DICHO.
se echa) de buena música, con escogido
aunque acaso todavía reducido profesorado. (1) Jesús Guridi y Bidaola, niño de 13 años, que tanto llamó la aten-
ción en el concierto de la Sociedad Filarmónica el día 10 de Enero de 1901
mañana, mucho
is hizo oír en los
os musicales mo-
i baskongada, y
estudios ha sido
nportante certa-
ente tengo con-
)s en ese pórten-
lo de las Musas,
) nos dejó asom-

3 importa recopi-
populares. ¿Más
á labores como
le abandonáis? » P
irados á pron un-
ios, difícilmente
imbre que tene- ¡P^^üfl
V
r sacar una mo-
pal del discurso,
el compromiso
que en la distri-
3 en la moraleja,
nigo mío me es-
quéllos días di-
rear allí una es-
a enseñar á los
3ues es vergon-
guas al fin extra-
isas en abundan-
*tra no tengamos
día me acercase
imigos míos. Os
atreví, porque
cuand> en cuan
ratro (cuyo nom-
k) á quienes uno
•carse. Y entou-
i aquí la necesi-
rhejantes se ci ee
¡ baskongados en
pescador pueiia
3Z céntimos men-
in contribuir con
;ca conveniente,
idando ramifica- e.ÚJi&'zi
prosperarán en
gnifica lengua y Castillo de Arteaga propiedad que fue de
e nuestro queri- la Emperatriz Eugenia de Montijo
la Grecia, den-
irio, llegue á lio-
na de su cultura,
ántos artistas y
siempre fértil y

H E DICHO.

!ÍOH, que tanto llamó la aten


ca el ;li.i id de Enero de llhH
»••"«**»!

Barítono
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Plano

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ANTIGUO PALACIO PROVINCIAL DE LA PLAZA NUEVA DE 8IIBAO.

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IRU ERREGE
Melodía religiosa
BIZKAINA

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ENE ARREROSTEKO
Melodía religiosa
SULETINA
NUN DAGO, AMANDREA
Villancico bizkaino
ITXASOA
MELODÍA CUNERA
GUIPUZKOANA Ó L A B O R T A N A
ALOSTORREA
MELODÍA ELEGIACA
GUIPUZKOANA
_ BASA-TXORITXU
MELODÍA SATÍRICA

BIZKAINA
EUSKALERRIA
MELODÍA ÉPICA
LETRA GUIPUZCOANA.
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LENENGOTSU ORI
MELODÍA FESTIVA
BIZKAINA

Allegro non troppo

Tenor

Piano
MENDEKOSTE-BESTETAN
Melodía marcial
LABORTANA
BARDA AMETS
MELODÍA AMATORIA
LABORTANA
ALDAPKKO
MELODÍA DE BAILE GIMNÁSTICO
GUIPUZKOANA
MARKIÑA ETXEBARRIKO
CONTRAPÁS
MELODÍA BIZKAINA
ORRA OR GOIKO
MELODÍA BIZKAINA
NI MENDIXARA
ZORTZIKO

MELODÍA BIZKAINA

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