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 Literatura Argentina I

 Profesorado de Lengua y
literatura
 Profesora Stella Córdoba
 Alumnas: Tania Lozano
Boselli Carla Bega
 Año 2019
Introducción

La novela Zama escrita por Antonio Di Benedetto fue una de las más celebres
producciones de la nación Argentina en el año 1956. Esta novela fue considerada
para muchos críticos literarios como una de las mayores demostraciones de lo que
se trataba la literatura argentina en el siglo XX. Su originalidad reside en como el
autor dibuja al personaje protagonista. Diego de Zama es un personaje sin filtro que
cuenta sus pensamientos internos en donde sus vivencias plasmadas en cada
apartado muestran al lector diferentes trazos adoptados desde las consideraciones
de la novela histórica así como de la corriente literaria de la nueva novela. En el
presente trabajo se expondrá entonces todos aquellos aspectos que hacen de Zama
una novela excepcional en una época tan particular para la literatura nacional desde
una postura de análisis y reflexión profunda de lectura.
Desarrollo

Biografía del Autor

Antonio Di Benedetto fue un periodista y escritor argentino nacido el 2 de Noviembre


de 1922 en la provincia de Mendoza, aunque su labor estaba regida por el
periodismo, siendo director del diario Los Andes comenzó su tarea de escritor donde
por primera vez redacta sus primeros cuentos como por ejemplo Mundo Animal
(1953), El pentágono (1954), si bien no fueron muy conocidos en su época con el
transcurso del tiempo se convirtieron en dignos de admiración por el culto literario.
Su obra más destacada fue escrita en el año 1956 titulada como Zama. En el año
1974 recibió la beca Guggenheim. Durante la dictadura militar de Jorge Videla y así
como otros escritores y artistas argentinos fue secuestrado y torturado sufriendo
cuatro intentos de fusilamiento hasta ser excarcelado el 4 de septiembre de 1977
motivo por el cual decide refugiarse en diferentes países como Estados Unidos,
Francia y España. Regreso a su país natal en 1985 donde muere un año después
producto de un de un derrame cerebral.

Argumento de la novela

La novela Zama fue reconocida como una de las más grandes obras literarias del
siglo XX por diversas cuestiones pero sin duda lo más notorio de ésta tiene que ver
en como el argumento gira en un ambiente del siglo XVIII contando en primera voz
la permanencia de un joven de 35 años que cumplía con su labor de funcionario
trabajando para la corona, lejos de su familia Diego de Zama busca un lugar
reconocido laboralmente llevando a cabo su mandato sin quejas, su trabajo le
permitía enviar dinero a su esposa Marta y a sus hijos. Si bien el autor no nombra el
lugar específico donde transcurren los sucesos se puede aducir que se trata de un
pueblo ubicado entre la frontera de Asunción de Paraguay y argentina. Al novela se
divide en tres apartados 1790, 1794, 1799 en ellos se muestran los más profundos
sentimientos del protagonista junto a la agonía de querer retornar a sus lugar natal
junto a su esposa e hijos, pero así también estos pensamientos a lo largo de la
historia revelan una fuerte autocrítica sobre su vida así como sus temores y
aborrecimientos como sucede con lo que siente por las mujeres negras y aquella
paranoia que sufre con la presencia de ese niño rubio que se le aparece a lo largo
de los años. Lo más llamativo de la vida de Zama tiene un eje central: el sueño
lejano de querer volver junto a sus seres queridos y como esa imposibilidad de
retorno a su patria lo lleva sin querer a establecer relaciones nuevas que en vez de
contribuir para que se dé ese traslado laboral tan anhelado, lo alejan y lo atan aún
más a ese pueblo donde esta varado.

Análisis de la Novela

El narrador de la novela Zama es un tipo de narrador protagonista ya que desde un


comienzo se percibe claramente el uso de una primera voz para contar lo que va
sucediendo: “Yo había seguido con viciada curiosidad esta historia que no creí. Al
considerarla, recelaba de pensar en el pez y en mí a un mismo tiempo”. A medida
que avanza el relato de Diego de Zama surge un particular momento en el apartado
de 1790 en cual él mismo se auto cuestiona y habla de sí mismo a raíz del
encuentro con un capitán y el hijo de éste: “Diego de Zama con el homenaje,
imprevisible y tocante, de un mozuelo de doce años. Ese reconocimiento hacía
contrapeso a tantos olvidos y disminuciones soportados en días y días hasta
aquella tarde. ¡El doctor don Diego de Zama!… El enérgico, el ejecutivo, el
pacificador de indios, el que hizo justicia sin emplear la espada. Zama, el que
dominó la rebelión indígena sin gasto de sangre española, ganó honores del
monarca y respeto de los vencidos. No era ése el Zama de las funciones sin
sorpresas ni riesgos. Zama el corregidor desconocía con presunción al Zama
asesor letrado, mientras éste se esforzaba por mostrar, más que un parentesco,
cierta absoluta identidad que aducía. Mostrábale antiguo la asesoría, en rango
segundo en toda la extensión de la provincia, exactamente luego de la gobernación.
Pero, al hacerlo, Zama asesor sabía, sin que pudiera esconderlo, que en este país,
más que en otros del reino, los cargos no endiosan, ni se hace un héroe sin
compromiso de la vida, aunque falte la justificación de una causa. Zama asesor
debía reconocerse un Zama condicionado y sin oportunidades .A esta altura del
duelo, Zama el menguado podía sospechar que Zama el bravío quizá no tuvo tanto
de aguerrido y temible: un corregidor de espíritu justiciero puede seducir fácilmente
la voluntad de esclavos estragados por meses de represión más que violenta cruel.
Yo fui ese corregidor: un hombre de derecho, un juez, y esas luces, en realidad, sin
ser”. El narrador protagonista relata de manera cronológica y casi simultánea lo que
va ocurriendo en su vida como funcionario, asistente de un gobernador asi como
también habla de sus pasiones internas que refieren al deseo sexual, el deseo
carnal desaforado que lo atormenta por hallarse lejos de su esposa Marta: “Puedo
apiadarme de mí, sin la vanidad de la maceración, si el temor no es ya de
avergonzarme ante los demás, sino de exceder la medida que sin avaricia me
concedo. Si admito mi disposición pasional, en nada debo permitirme estímulos
ideados o buscados. Ninguna disculpa cabe frente al instinto que nos previene y no
respetamos”.

Otra característica importante en cuanto al narrador es que utiliza un estilo directo e


indirecto ya que no solo se expresa en forma de monologo si no que admite la voz
de otros personajes que participan dentro de ese relato en una relación de ida y
vuelta con quien es el personaje protagonista que cuenta sus vivencias: “-Yo era un
tenaz fumador. Una noche, con espanto, observé que me había nacido un águila de
murciélago…Se interrumpió. Con la escasa declaración nos inquietó lo suficiente
como para desear que no enmudeciera de nuevo. No lo hizo. Había advertido que
las palabras no respondían enteramente a su pensamiento y procuraba, mediante
un repaso mental, una justa coordinación. Muy luego, recomenzó y compuso su
discurso: -Yo era un tenaz fumador. Una noche quedé dormido con un tabaco en la
boca. Desperté con miedo de despertar. Parece que lo sabía: me había nacido un
ala de murciélago. Con repugnancia, en la oscuridad busqué mi cuchillo mayor. Me
la corté. Caída, a la luz del día, era una mujer morena y yo decía que la amaba. Me
llevaron a prisión. No habló más. Compartimos su silencio. Con los ojos indiqué al
guardián que podía conducirlo de regreso.”

Profundizando sobre los rasgos psicológicos del narrador protagonista sin duda
llama la atención, además del constante deseo sexual o abstinencia de sexo, el odio
manifiesto de don Diego de Zama por las mujeres de color mezclado con el deseo
sexual oculto que tenía en realidad por éstas: “Alguien propuso, en la rueda
masculina, que al cabo de la cena, devueltas las mujeres al hogar, se hiciera una
reunión con mulatas libres en cierta casa de las afueras. Como la mayoría aprobó
con lascivia evidente en la comisura de los labios, un hombre de iniciativa, un
organiza-dor consagrado, preguntó de a uno en uno quiénes irían, para echar
cálculos y disponer todo en una escapada inmediata. Yo me hacía fiera violencia en
la vacilación, hasta que llegó mi turno y me excusé. Entonces, uno de ellos, como
muchos ya al tanto de mi conducta, me preguntó sin malicia:-¿Sólo blanca ha de
ser?

-¡Y española! –respondí con arrogancia. Lo terminante de mi réplica cortó cualquier


posibilidad de comentario. El organizador prosiguió tomando lista. Sólo el hombre
de la pregunta no cejó en su curiosidad y, con respeto y discretamente, se atrevió a
llamarme aparte para decirme que estaba asombrado de mi preferencia excluyente.
Me pidió el honor de confiarle si al proceder de tal modo estaba dando cumplimiento
a un voto de carácter religioso. Le contesté la verdad:-Temo el contagio del mal
gálico. Temo perder la nariz, comida por la enfermedad. Me dejó en paz. No había
confesado la totalidad de mis razones, sí una principal. Nunca, hasta hacerlo, pude
prever que descubriría así mis aprensiones y un móvil de mi conducta a una
persona ajena a mi intimidad.”

Como último rasgo de este narrador protagonista se resalta la idea del sueño que
persigue: volver a su hogar con su amada mujer y sus hijos ya que si bien se ve
como la soledad lo hace sucumbir ante deseos carnales, deja muy en claro que su
corazón pertenece a Marta al principio mientras se deja fascinar por las virtudes de
otras mujeres como Rita, Luciana o Emilia pero aun así lo que más anhela es ese
traslado de trabajo que nunca llega y es posible decir que es ese fracaso el
mayormente lo frustra como hombre y profesional en el desarrollo de la novela,
viéndose así muchas veces en un lugar sin salida y con nada más que una triste
resignación: “El gobernador procedió por su cuenta, sin consultarme, y como en
realidad me había favorecido, yo no podía permanecer mudo después de saberlo.
Pero no acerté a abrir la boca más que para preguntarle esto: -¿Él ha elegido nuevo
sitio de residencia?. Desconcertado, el gobernador, por mi sequedad y lo que él
consideraría ingratitud, me con-testó apenas que sí, que Santiago de Chile. En
consecuencia, Santiago de Chile se borraba como posibilidad de un puesto vecino a
la tierra de mi esposa y mi madre”. “Soporté el enojo; pero de noche, en el lecho,
prescindiendo ya de los reproches con que podía atormentarme, caí víctima de una
desesperación de otro tipo.” “Yo era un animal enfurecido, rabioso. Ignoro qué
animal, sólo sé que de cuatro patas y muy forzudo. Necesitaba escapar y todo el
obstáculo era una roca. La embestía y en cada embestida me partía más una herida
en medio de la cara. Seguí embistiendo, cada vez más débil, más débil, más…Era,
después, un hombre, aunque siempre con la necesidad de superar cierta limitación.
Nada tenía ya por delante, sino una extensión lisa sonde estaban abolidas las
necesidades. Sólo debía avanzar y avanzar. Pero tenía miedo del final, porque,
presumiblemente, no había final.”

Personajes:

Lo largo de la novela se evidencia la participación de múltiples personajes terciarios


que tienen una breve aparición como por ejemplo en hombre que asesinó a una
mulata por confundirla con un murciélago o la esposa Marta quien solo aparece en
los pensamientos y cartas de Zama, dicho esto se debe tener en cuenta también
que toda la novela tiene un solo personaje protagonista y es don Diego de Zama ;
Es por eso que se considera a personajes como Luciana Piñares de Luenga,
Ventura Prieto, Rita, Emilia, el gobernador, Manuel Fernández, Domingo Gallegos
Moyano, Vicuña Porto, Hipólito Parrilla como aquellas figuras relevantes en la
interacción con el protagonista, sin embargo es el género femenino a quien Zama
dedica principal atención: El primer encuentro con aquellas mujeres desnudas en el
rio en donde reconoce a Luciana y abofetea a una mulata, el peculiar interés que
tiene por Rita contando así la desventura que sufre por involucrarse con el oficial
Bermúdez, Emilia con quien pasado el tiempo tiene un hijo bastardo. Sin embargo el
personaje femenino de mayor peso para Zama es Luciana ya que en ella ve su lado
gentil, sensual e intelectual, junto a ella siente un grata y dulce compañía pero a su
vez Diego ve en ella una posible solución a su problema de traslado debido al poder
que tenía el marido de esta dama, el protagonista pensaba en favores de su parte.
Aunque ese único favor se ve disuelto por la muerte de quien sería el ejecutor del
traslado el señor Feliz Ordoñez, el personaje de Luciana desaparece junto con el de
Bermúdez y el interés que tenía Zama por ella al darse cuenta que ellos eran
amantes.

La aparición de dos personajes misteriosos llama fervorosamente la atención: en


primer lugar ese niño rubio que se le aparece en un comienzo a Diego en su
habitación y que seguidamente en el final de la novela: “Salió de las sombras, de mi
lecho, me orilló con agilidad y se lanzó hacia la galería sin darme tregua en la
sorpresa. Era un niño rubio, desarrapado y descalzo. Fui hasta la puerta. Se lo
había tragado la oscura galería. Pensé que un niño sólo era poco para tanto
atrevimiento y supuse un cómplice aún escondido. Me volvía hacia el interior, ya
con el estoque desenfundado, y dando grandes voces de amenaza hacia adentro y
de alarma hacia el exterior.”

Según el análisis de Malva e.Filer “ El niño rubio que se mantiene en los doce años
puede representar ese estancamiento que afecta al protagonista Zama. Diego no ha
crecido como ser humano, no ha aprendido a vivir de frente a la realidad. Su vida es
una espera porque lo necesita todo de otros, sin ser capaz el mismo de producir y
dar” (…) “Quise reconstruir el mundo. Despegué los párpados tan pausadamente
como si elaborara el alba. Él me contemplaba. No era un indio. Era el niño rubio.
Sucio, estragadas las ropas, todavía no mayor de doce años. Comprendí que era
yo, el de antes, que no había nacido de nuevo, cuando pude hablar con mi propia
voz, recuperada, y le dije a través de una sonrisa de padre: -No has crecido…A su
vez, con irreductible tristeza, él me dijo: -Tú tampoco.”

El segundo personaje misterioso aparece después de que Zama soñara con una
mujer desconocida, piensa ver a ésta en la calle y al empezar a perseguirla, de
repente ve en una zanja a una aborigen que estaba herida y con toda su bondad
Diego le promete ayuda. Al llegar al despacho pide que alguien vaya a auxiliarla
pero finalmente nadie la encuentra: “A mi paso, tumbada y sin fuerzas para
moverse, encontré en una zanja formada por los raudales a una mujer indígena, de
mediana edad. Me acerqué y ella no sabía con qué objeto, por lo cual sus ojos se
pusieron implorantes como para que no la forzara a salir de allí, para que no le
hiciera daño. Con ese ruego silencioso, con su abandono y su dolor, me causó viva
compasión.” Como Zama se encontraba en un contexto de roles y razas bien
definidas seguidamente y de forma irónica en su trabajo le promete a un anciano el
envio de una gran cantidad de indios para explotar en la finca de éste. Se puede
aseverar que el lado humano de Zama se veía opacado por esas oportunidades que
se le presentaban como funcionario para poder destacarse de manera tal de
ayudarse así mismo para conseguir un ascenso y un posterior traslado.
Conclusión

Como resultado de un profundo análisis de lectura de La creación de Antonio Di


Benedetto titulada con el nombre de Zama podemos afirmar que ésta le brinda al
lector una historia con un sinfín de interpretaciones sobre la vida del protagonista. El
argumento es lo que hace de esta novela algo espectacular para la literatura
argentina. En la obra completa pueden evidenciarse algunos rasgos fuertes y leves
tanto de la novela histórica como de la nueva novela. Es así que el autor deja
conocer los aspectos más profundos de don Diego de Zama que al parecer se ve
ante un sueño imposible de cumplirse en una realidad cercana. Zama nos muestra a
un personaje autentico que conforme avanza el relato de sus vivencias en aquel
pueblo va degradando el ímpetu que tenía a un comienzo de la historia llenándose
de frustración, enojo y desolación. En las relaciones que entabla este desdichado
funcionario con otros personajes podemos ver lo más humano de su ser en tanto su
manera de entablar interacciones con el género femenino se muestra salvaje, tierno,
descarnado, gentil y romántico pero sin lugar a dudas es el lado oscuro el más
atrayente. Es en éste en el que se ve como busca favores de otros por
conveniencia y aun asi no pudiendo lograr sus fines termina herido casi muerto
pero al menos con la satisfacción de ,en último momento, encontrarse con el mismo.

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