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A lo largo de nuestras vidas nunca nos percatamos, ni imaginamos situaciones difíciles incluso

desagradables. Ocupamos tanto nuestras mentes en busca de la felicidad eterna, que olvidamos
que la vida nos espera con sorpresas muy poco esperadas. Pero, esta historia no fue contada para
darles el secreto de la felicidad ni mucho menos para alarmarles sobre la posibilidad de tal suceso.
El motivo de este relato es parte de nuestras vidas, tanto tuya como la mía. Como la vida nos
brinda sus peores batallas cuando aún creemos ser invencibles bajo un mundo de tecnología,
edificios altos, carros costosos y vanidades. Piensa en los tiempos remotos, cuando el comer era
un reto diario, cazar, cuidar del hogar y de los hijos.

Bastantes comodidades se nos presentan hoy, se ha de entender. El hombre creo una especie de
vida centralizada en el centro de su universo que ha olvidado quien está a cargo. Dios y su
creación: La naturaleza.

¨Marcos date prisa, quieres llegar con la tormenta¨ suplicó Anthony.

¨Ya enciende el coche, sólo un último laso¨. Marcos, ya a sus 23 años, no encontraba el sentido de
un viaje a escalar cuando podía quedarse en casa y tomarse el chocolate de Camila, su querida
esposa, que siempre le daba en estas mañanas de invierno.

¨Vamos dormilón, ya te lo dije, otra oportunidad no tenemos. Además, pronto voy a Hawái y con
quien vas a compartir otra aventura, eh?¨. Anthony, de 25 años siempre ha estado ahí para
Marcos, incluso, es gracias a él que Camila se enamoró de Marcos en primer lugar. Marcos jamás
le ha preguntado nada a una chica y Anthony, la clase de chico que toda doncella desea tener,
decidió ayudar a su mejor amigo con unas lecciones en base al código de la mujer. En pocos años,
Anthony asistió la boda de ambos e incluso llevo a Camila al hospital cuando ya hiba a dar a luz.
Desafortunadamente, la criatura no sobrevivió y esto aparto la amistad.

En el camino a
¨Refugiémonos al otro lado de la montaña, ya la tormenta está en nuestras cabezas.¨
Anthony se encontraba ya preocupado, habían dejado una calurosa cabaña y tiempo en
familia detrás de una aventura riesgosa.

¨Sabes, no me había dado cuenta, en verdad he estado muy ocupado pensando en cómo
lograste convencerme a acompañarte a esta locura¨.

¨Necesitas tiempo fuera de casa amigo, además, tenemos 4 semanas de vacaciones,


tendrás tiempo suficiente para pasar la tormenta dentro. Pero tienes razón, debí
confesarte que mis intenciones eran pasar esta tormenta en la cima.¨

¨Porque a lo mejor no le enviaste una carta. Imploró Marcos.

Marcos ha acompañado a Anthony durante todas sus travesías, seguro aquella deuda
seguía vigente debido a que su esposa sabe que existe gracias a él. Pero ya acababa de
rebasar los límites. A pesar de que el pesimismo no era su fuerte, Marcos ansiaba bajar y
abrazar su esposa.

¨Amigo, creo que se me quedó algo importante en el coche, parte del equipo esencial, voy
a bajar y…¨

¨Creo que mi abuelita se las ingeniaría mejor que tú, si tanto deseas bajar; puedes
hacerlo.¨

¨ ¿Lo dices porque estamos a mitad de camino?¨

¨Espérame dentro del auto.¨ continuó, ¨Esto es algo que quise realizar desde mucho
tiempo y se presentó la oportunidad, solo quería compartir el triunfo con mi gran amigo.¨

¨Está bien, pero solo porque estamos a mitad de camino.¨ Marcos respondió.

¨Llegamos a un trecho, cuidado no mires hacia abajo no quiero que bajes lastimado,
Camila no me lo perdonaría.¨

¨Se cuidarme solo.¨ exclamo Marcos.

Marcos, sin opción se veía obligado a pasar aquel estrecho inseguro, resbalando cientos
de veces, lo último que pudo escuchar fue la voz de Anthony apoyándolo que continuara
cuando sucedió.

Te tengo, no mires hacia abajo, mírame… mírame todo está bien te tengo.

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