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CABALL LOCO,

CAMPEÓ N DEL UNDO


Caò ałfo foco, Campeón del ñ fundo
O Luis Albeno Tomayo

Primer premio Novela corta


Concurso de Narrativa edebé - Editorial Don Bosco

O 1998 EDITORIAL DON BOSCO S. A.


General Bulnes 35
Santiago
Chile
CABALLo Loco,
www.edebe.cl
docentesß edebq,c1 CAMPEÓ N DEL UNDO
Inscripciõ n N° 104.187
ISBN: 956-18-0375-5

Séptima reimpresió n de noviembre de 2010


Impresa en Salesianos Impresores LUIS ALBERTO Theo
General Gana 1486, Santiago de Chile

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IMPRESO EN CHILE/PRINTED IN CHIDE

Editorial Don Bosœ


“Caballo Loco, Campeón del Mundo ¡Saltó dos
metros 47 centímetros!” Ese debió de haber sido el
titular de los diarios chilenos al otro día del 5 de
febrero de 1949. “Huaso”, un caballo loco y
valiente, montado por un jinete porfiado y soñador,
y ambos dirigidos por un maestro de la equitación,
habían batido el récord mundial de salto alto,
hasta ese momento en poder del italiano Antonio
Guttiere y su caballo “Ossopo”. Plan pasado los
años y ese brinco tmpresionante sigue ahí:
A Rafael imbatido.
Montti, a Alberto El caballo “Huaso” saltó sobre los años, sobre
Larraguibel, la historia. El caballo “Huaso” y su jinete alado
a “Huaso”. saltaron sobre el “no puedo”, juntaron sueño y
realidad, vencieron todas las dificultades
imaginables. Dibujaron un arco iris en el cielo.
¡Qué tremendo salto!
Un arco fort de alegría y opiimfá Mo, de
sacrificio y amor del bueno.
¿Cómo pudo llegar a ocurrir?
Esta es la historia del caballo “Huaso”. Esta es
la increíble historia de un caballo que jamás ganó
una carrera, al que echaban de todas partes, que
vivió sus íiltimos años como un re y y que, al morir,
- /ue enterrado con honores mflitares.
Capítulo 1
1 médico veterinario bajó raudo de la
camioneta y saludó con un gesto a
una dama que lo observaba nerviosa desde una
ventana de la casa. A paso ligero se internó por
el caminito de adoquines. Era la primavera del
año 1933. En la maternidad del haras “La
Mañana” lo esperaba la yegua “Trémula”,
campeona de campeones a punto de parir. El
veterinario estaba desconcertado. Aún no era la
fecha para que se produjera el nacimiento.
Desde el potrero conti- guo, el padre de la
criatura, el gran“Henry Lee”,
lo reprobó con un bufido por su tardanza.
Al entrar sintió un pequeño relincho. El
potri- llito ya había nacido. Era un mulato
colorado de patas muy largas. La madre lo
limpiaba con su lengua y lo envolvía con la
mirada.
Mi hijo será un gran campeón —pensó
1 “Trémula”.
—Yo no estaría tan seguro —pensó el veteri-
nario—. El caballlito es un tanto despaturrado.
“Trémula” no se ofendió. Con su cuello hizo —Es muy divertido —pensó su madre—, es
girar la cabeza de su hijo y lo volvió hacia el divertido y es porfiado, no se da por vencido
médico. El recién nacido lucía una mancha fácilmente.
blanca en la frente. —No tiene fuerza en sus patas traseras —
pensó el veterinario—. Pobre “Henf y Lee”, se
—Mi hijo será un gran campeón —volvió a
pensar “Trému1a”—, tiene en la frente la señal va a querer morir cuando lo vea.
de los que vienen al mundo para hacer grandes Finalmente, el potrillito, ayudado por su
cosas. madre,1ogró ponerse de pie. El médico
Eso era verdad, una gran verdad. El recién terminó de examinarlos, les dio de alta a
nacido tenía una estrella en la frente. ambos y fue
—Esto puede ser terrible —pensó el médico a llamar al propietario del haras. Éste vino
mientras examinaba a “Trémula”—. Es acompañado por su esposa; traía de la brida al
primera vez que veo a un potrillo con una orgulloso “Henry Lee”.
estrella en la frente, pero esto es casi un chiste, ¿Qué fue? —preguntó “Henry Lee”.
porque este caballito, y perdóname, “Trémula”, —Varón —respondió “Trému1a”—. Es pre-
no tiene facha de campeón. ciOsO.
El recién nacido buscó las tetas de su madre “Henry Lee” frotó su cuello contra el de su
y mamó un rato largo, luego intentó ponerse de hijo y luego le chocó nariz con nariz.
pie, pero se cayó. Se caía una y otra vez, pero ¡Hola, hijo!, bienvenido al mundo —luego
volvía a intentarlo. se volvió al dueño del haras para ver en sus
ojos qué impresión le causaba el pequeño
campeón.
—Esta más o menos no más tu hijo, “Henry
Lee” —dijo el hombre—, pero tiene una
preciosa mancha en la frente.
—Será un campeón de verdad —pensó “Tré-
mula”—, y deberás morderte la lengua.
—Quizá no tenga facha de campeón —dijo
la mujer—, pero tiene una cosa rara que no he
visto nunca en otro caballo. Es hermoso, de tan
feíto llega a ser hermoso.
—Se llamará “Faithful” —dijo el hombre.
—Hola, “Faithful” —dijo “Henry Lee”—,
vamos a conocer a los tíos. Capítulo 2
Pero su hijo estaba otra vez en el suelo, dio
un resoplido con la nariz y se quedó dormido. 1 haras “La Mañana” era un her-
“Trémula” tomó un poco de heno en su hocico moso lugar. Árboles verdes, pasto
y se lo echó sobre la cabeza. verde, nubes blancas en un cielo
El hombre y la mujer salieron junto al vete- azul.
rinario. Sol y viento fresco. Atrás, una cordillera de
—Parece que nuestro hijo no le gustó al piedra pura con manchas de nieve blanca,
dueño blanca. Allí vivía “Faithful”, junto a sus
—dijo “Henry Lee”, preocupado. padres, primos y amigos. Pasaron dos años y el
—Tiene una estrella en la frente —dijo “Tré- caballito “poCO satisfactorio” se convirtió en
mula”—, no te olvides de eso. un caballo grande
‘Henry Lee” miró las patas traseras de su y juguetón.
hijo. “Faithful” era capaz de estar en todas partes
—Quizá el chico es un poco débil porque no a la vez. Corría y revoloteaba por todo el haras.
completó su tiempo de gestación —pensó. Nunca estaba quieto. Corría de un lado a otro
! zigzagueando, corría y frenaba, corría y saltaba,
—¿Qué piensas, “Henry”?
corría y volvía a correr.
—Pienso que será un gran caballo —dijo
—Hola, mamá —le decía a su madre en la
“Henry Lee”.
oreja, mas cuando ésta volvía la cabeza para
mirarlo, “Faithful” ya estaba en el otro
extremo
del potrero parado en sus patas traseras molestoso, inquieto. En un solo instante podía
comiendo hojas tiernas de acacio. morder una flor, sacudir la cola, alzar sus patas
De
traseras, relinchar y perseguir una mosca.
Esa primavera nacieron siete fina sangre en
haber sido cachorro de humano, lo habrían
la maternidad del haras“La Mañana”: man- dado al psicólogo y este le habría
“Daring”, “Constipado”, “Bony”, “Gypsy”, diagnosticado síndrome de déficit atencional y
“Anastasia”, “Girl Friend” y “Faithful”. Al seguramente le habría recetado “Ritalín” para
poco tiempo de nacer, cada potrillo o yegua calma£ÍO
tomó conciencia de su papel en el mundo: eran ayudarlo a concentrarse.
caballos de carrera y, por lo tanto, debían “Faithful” era un caballo acelerado y
prepararse desde ya para ganar en las pistas. Al regalón. Todos los otros caballos de su edad ya
alba se podía ver a los cachorros de caballo estaban
siendo entrenados para hacer sus debut
practicando entusiastas, metódicos, mejorando en el Hipódromo o en el Club Hípico.
el paso, elongando, forta- leciendo músculos “Faithful” no, él no se dejaba poner montura.
bajo la atenta mirada de sus Apenas veíavenir a Pedro, el mozo de las
padres. Todos se preparaban a conciencia para caballerizas, arrancaba
el gran día, todos, menos “Faithful”. a perderse.
Él solo corría, bromeaba, andaba por todas —Hay que dejarlo — el dueño del
pensaba
partes haciendo cabriolas y saltando. haras—, hay que darle tiempo al tiempo, ya se
—Es un inmaduro —decían sus primos. calmará.
—Es un torbellino —decía su padre. “Trémula” miraba correr a su hijo y recono-
cía que no tenía mucho estilo, pero era rápido,
—Será un gran campeón —pensaba su rapidísimo. Su hijo llegaría a ser un
madre. campeon.
Lo cierto es que “Faithful” era distinto. grandes que las del común
No tenía una caminata elegante. Era un poco de los caballos. Su estampa
despaturrado. Sus patas traseras eran algo más era la de un fina sangre, un
fina sangre Todos los otros
caballos progresa-
banen sus
aprontes para ir a
correr a

12

sin mucho esfuerzo, la saltó, y luego llegó a una reja alta,


la cludad, todos menos “Faithful”. Una retrocedió unos pasos, tomó vuelo y la saltó. Luego llegó a un
mañana, lo subieron a cuatro camiones y se los cerco de alambres de púas. Corrió cinco metros y arriba...
llevaron. “Faithful” se quedó solo. Aburrido,
corría por el potrero. De pronto vio algo a lo
lejos. Allá, al final de tres pottetos, había otro
caballo. Un caballo distinto, un caballo más
gordo y no tan alto. “Faithful” relinchó y
preguntó.
—¿Quién eres tú, amigo?, nunca te había
visto.
—Soy “Centella” —le respondió el caballo
desde lejos—. No soy un caballo fina sangre
como tú, yo trabajo duro.
—¿Qué haces, amigo?
—Tiro una carreta y voy con mi amo cada
día de la parcela a la ciudad a vender verduras;
también tiro el arado y cada año salgo a correr
a Cristo Rey para la fiesta de Cuasimodo.
—Podríamos ser amigos —dijo “Faithful”.
—A la distancia —respondió “Centella”.
“Faithful” emprendió una carrera y llegó
hasta una empalizada que le cerraba el paso;
—¡Nunca había visto saltar toda la parcela dijo “Centella”—, nunca he
así! —dijo “Cen- tella”—. tenido un amigo.
¿Cómo te llamas? Tú serás el primero.
—“Faithful”. Y no te “Centella” y “Faithful” chocaron las herra-
admites: saltar es muy fácil, duras de la pata derecha y del golpe salió una
cualquiera puede haceflo. pequeña chispa que selló el inicio de una buena
—Qué nombre más raro tienes... amistad. “Centella” le iegalaba atados de zana-
horias, repollos y cáscaras de
—Significa fie1, en inglés. choclos.“Faithful”, por su parte, le obsequió
—Eso está mejor, si eres cuatro herraduras
fiel podrás ser un buen amigo,
de aluminio de esas que usan los caballos de
un leal amigo, un amigo que carrera.
nunca traicione.
“Centella” quería y admiraba a“Faithful”.
—Yo soy fiel y leal y buen Le sorprendían su rapidez, su agilidad, lo bien
amigo —dijo “Faithful”—, que saltaba, lo brillante de sus crines y su
además, nunca miento. capacidad de no vanagloriarse de
—Soy el único caballo de nada.“Faithful” quería y
admiraba a “Centella”. Le habría gustado tener —Chao, amigo, cuidado con los camiones
un poco de su capacidad de trabajo, de su sen-
en las calles, no aceptes que te carguen mucho,
tido del humor, le habría gustado tener aunque aliméntate bien, nos vemos.
fuese un poquito de su capacidad de gozar con
A “Henry Lee” no le parecía muy bien que
los detalles simples de la vida.
su hijo fuera amigo del caballo de un vendedor
—Tú serás un gran caballo de carreras —le
decía “Cente11a”—. Te he visto correr y eres de hortalizas, pero en fin, debía reconocer que
era algo especial, un tipo algo excéntrico.
muy bueno.
“Faithful” llegó ala ciudad y trató de
No me gusta correr, hermano, es siempre portarse lo mejor que pudo. Se dejó ensillar,
lo mismo, no tiene gracia. cambiar herraduras y aceptó que le pegaran
—¿Y qué tiene gracia? con la huasca. Solo hacía lo que le dijo
—Andar por las calles como tú, eso sí es “Centella”: apretaba los
entretenido, tirar una carreta y doblar por las dientes y corría.
calles y frenar en la luz roja de los semáforos. —Este colorado dará que hablar —dijo el
—No te lo creas, “Faithful”, todas las cosas preparador de caballos de carrera.
tienen su lado bueno y su lado no tan bueno. —Es un poco mañoso —contestó el jinete
Eran buenos amigos. —, además, no tiene un paso muy elegante.
“Cente11a”1eregaló una sandía cuando el —Yo creo que sí —porfió el preparador—,
amo de “Faithful”, ya cansado de esperar que pero es una elegancia distinta.
éste se tranquilizara, lo mandó al Hipódromo Y llegó el gran día.
para que terminara su entrenamiento y
Siete fina sangre entraron al partidor. El
participara en su primera carrera, un año justo
después de que lo habían hecho los otros jinete de casaca verde se acercó a la oreja de
caballos nacidos en 1933. “Faithful” y le dijo:
—Suerte, “Faithful”..., te irá bien... solo —Vamos, mulatito, pongo mi vida en tus
aprieta los dientes y corre; de seguro ganarás. patas.

16
Dieron la largada y “Faithful” salió como
una flecha, los dejó a todos atrás; luego empezó
a zigzaguear, y en eso pasó un avión allá en
lo alto del cielo. “Faithful” nunca había visto
un avión... lo siguió con la vista y lo siguió, y
el pobre jinete se desesperaba huasquéandolo.
“Faithful” no sentía los golpes, él se imaginaba Capítulo 3
allá arriba volando...
“Quinta carrera: primero, “Mecedora” a
medio cuerpo; segundo, “Saltimbanqui”; ter- manecía en el haras “La Mañana”.
cero, a cuatro cuerpos, “Rubia Mía”; cuarto, Un camión frenó en el camino de
“No Me Olvides”; quinto, “Café Cargado”; tierra y
sexto, “Periquillo”, y último, el número cinco... doshombres bajarondelabrida aun caballoflaco,
“Faithful”...” desaliiíado, ojeroso y triste. Era “Faithful”, que
volvía de la ciudad. Su cabeza no había
El jinete lo retó, el preparador lo condenó a
conocido de laureles. Los apostadores que
una hora más de entrenamiento cada día, pero
no hubo caso. “Faithful” participó en quince habían jugado boletos a su nombre, lo miraban
carreras y lo que mejor hizo fue llegar cuarto con odio cada
una vez que persiguió una mariposa que mila- vez que volvía a las caballerizas.
grosamente corrió hacia la meta. “Faithful” estaba triste. Las últimas cuatro
carreras corrió como nunca, con ganas, con los
Tiene velocidad, pero se distrae, no le
dientes apretados,pero nada,siempre habíaotfos
gusta entrenar. Definitivamente, este caballo
caballos más rápidos que él; verdaderas flechas
no tiene futuro en las carreras.
con cuatro patas. Él quiso ganar e hizo todo lo
Las palabras del preparador fueron
posible: sintió pasar aviones y no los miró, vio
lapidarias. “Faithful” debió volver al haras sin
mariposas y no las siguió con la vista, él quería
conocer la victoria. ganar al menos una vez. Deseaba, aunque fuese
una vez en la vida, recibir aplausos y miradas
de cariño de los apostadores que, gracias a él,
habrían hecho engordar sus billeteras. Pero y vio a “Trémula”, su madre, que lo saludaba
no,él no era un caballo campeón. Ahora había regalándole un manojo de pasto tierno.
vuelto al haras. Solo, sin que nadie lo fuera a También estaba allí su padre, “Henry Lee”.
esperar. Los hombres lo dejaron en su Hijo, tranquilo, no pasa nada, nada es tan
pesebrera, le pusieron un poco de agua en un
grave... —dijo “Henry Lee”.
balde y se marcharon. Arriba el sol aún
tardaría en salir. —Una carrera es solo una carrera —dijo
“Trému1a”—. Eres muy joven, ya cruzarás la
“Faithful” se echó en su rincón y con su
meta primero que los otros.
nariz olió su entorno. Sintió olor a alfalfa y
heno, olor a flores, margaritas y dengues. Ese No fue una sola carrera, mamá, fueron
era el olor de su infancia, margaritas y varias —dijo “Faithful”.
dengues. Quiso ser niño otra vez, volver a ser —Las que hayan sido, no tiene importancia
un potrillito sin responsa- bilidades, pero ya no —dijo “Henry Lee”—. Tú eres nuestro hijo
era posible, ahora era un caballo. “Faithful” y te queremos por lo que eres, no por lo que
sabía que pronto vendría el dueño del haras y haces...
su esposa y determinarían qué hacer con él. Lo “Faithful” regaloneó tres días seguidos al
único claro es que un caballo de carreras que cuidado de sus padres. Recuperó el ánimo,
no gana, no sirve, y no puede estar comiendo y volvió a correr y a saltar por los potreros. Al
gastando sin producir nada. “Faithful” tenía los cuarto día sintió que lo llamaban desde lejos:
ojos cerrados y dos lágri- mas le mojaban la era“Centella”, que venía lento por el camino
mandíbula. Sentía ganas de relinchar de pena, con su carretela cargada de zapallos. “Faithful”
patear el suelo maldiciendo su suerte. Tenía echó a correr y saltó la empalizada y la reja, y
ganas, pero no tenía fuerzas. De pronto sintió cuando enfilaba rumbo a la alambrada de púas
un beso en la frente. Abrió los ojos se dio cuenta de que, si saltaba un portón de
lata verde, podía acortar camino y llegar más
rápido a la calle. “Faithful” midió la distancia
con la mirada, tomó velocidad y voló por los
aires saltando el
portón y ganando la calle. Un metro cincuenta —¿Cómo está mi bueno para nada? —dijo
centímetros medía de alto el portón de lata. Él con cariño.
lo saltó. Esa era una gran altura para un caballo
Era una broma, pero a “Faithful” le dolió en
sin entrenamiento en saltos, pero “Faithful” no
los huesos.
pensó en eso: para él saltar era algo natural,
algo fácil, algo sin importancia. —A veces se gana, otras se pierde. Tú,
“Fai- thful”, no ganaste nunca, pero tu
“Faithful” llegó al camino y corrió al
primo“Gypsy” nos ha hecho ganar cerros de
encuen- tro de su amigo.“Centella” venía
dinero.
cansado,tenía la cabeza y el lomo mojados de
sudor. Los zapallos eran muy pesados. “Faithful” se alegró por“Gypsy”,eraunbuen
“Faithful” se puso detrás de la carretela y, caballo, un buen amigo.
apoyando en ella la frente, comenzó a caminar La mujer examinó las patas traseras de
empujándola. “Fai- thful”.
—¿Sientes que va más liviana, “Centella”? —Es simpático este “Faithful”, lástima que
—Sí, amigo fiel, muchas gracias. A mi no corra...
amo le ofrecieron muy poco precio por los Bueno, que no corra es apenas un detalle,
zapallos, entonces no quiso venderlos. Los tomando en cuenta que es un fina sangre de
llevaremos de nuevo la próxima semana, a ver carrera —dijo el hombre con ironía...
si logramos que los paguen mejor. La pareja estaba de buen ánimo. “Gypsy”
había ganado todos los premios más
Al atardecer, el matrimonio dueño del haras importantes del país y ahora lo enviarían a
inspeccionaba las caballerizas. correr a Estados Unidos.
—Todo está bien —dijo el hombre—. “Faithful” quería preguntar qué pasaría con
Tener buenos empleados, esa es la clave del él, quería pedir otra oportunidad, pero no dijo
éxito. nada, porque sabía que los humanos no
entienden el idioma de los caballos.
La mujer abrió la puerta de la pesebrera de
“Faithful”.
—En cuanto a ti, “Faithful”, tendrás otra
oportunidad, pero no corriendo.
—¿Qué harás con él? —preguntó la mujer.
—Mi primo Gonzalo me ha pedido un
caballo para su equipo de polo y le voy a
mandar este.
¿Pero “Faithful” no es demasiado alto Capítulo 4
para caballo polero?
—Sin duda que lo es —dijo el hombre—, onzalo era un tipo grande, muy alto,
pero a caballo prestado no se le mide la altura. nariz un tanto puntiaguda, pelo rubio
La mujer rió y “Faithful” se quedó pensando muy corto. Llegó al haras manejando un gran
qué sería eso de ser un caballo polero. camión. Usaba un jockey sobre su cabeza y, en
sus piernas, largas botas de montar. Gonzalo
caminó hacia la empalizada que separaba la
casa de las pesebreras y se quedó un rato
fumando pipa y mirando.
—Ese es el hombre que se llevará a nuestro
hijo —le dijo “Trémula” a “Henry Lee”.
“Faithful”, por su parte, andaba por ahí sal-
tando y revoloteando. Corría y jugaba a no
pisar las sombras de los álamos. Corría y
saltaba, corría y saltaba ejecutando un extraño
baile.
Pedro, el cuidador de las pesebreras, llamó
a “Faithful” y lo bañó y ensilló. Una vez que
estuvo listo, Gonzalo lo montó y comenzó a
hacerlo correr, caminar, trotar, girar de
izquierda
a derecha y luego de derecha a izquierda. “Fai vio cómo Gonzalo la golpeaba con elegancia.
— thful” se estaba cansando, se estaba Jinete y caballo hacían una pareja perfecta.
mareando con tanta vuelta, estaba a punto de Parecía que Gonzalo y “Faithful” se
pararse en sus dos patas traseras, sacudir su conocieran de años. Estuvieron casi media
lomo y lanzar al jinete por los aires. Lo iba a hora corriendo y golpeando la pelota.
hacer, pero su madre lo estaba mirando; solo “Trémula” y “Henry Lee” estaban alegres,
eso lo contuvo. orgullosos. Al fin su hijo había encontrado su
Gonzalo evaluaba a “Faithful”. vocación.
Concentrado, le daba órdenes apretando sus Será un gran campeón de polo —dijo
piernas, soltándo- las. Al parecer, estaba “Trémula”.
conforme con lo que este era capaz de hacer.
—Lo encuentro un poco alto para caballo
De pronto, Gonzalo desmontó, fue hasta su
polero —dijo “Henry Lee”, preocupado.
camión y trajo una pelota pequeña y un bastón
de jugar polo. Puso la pelota en el suelo y Tiene el tamaño justo para el jinete —
volvió a montar. A “Faithful” le gustó la dijo “Trému1a”—. Gonzalo, con su metro
pelota, era hermosa y rodaba, se movía como si noventa de estatura, se vería ridículo montado
estuvieraviva. Rodaba más rápido que un en un caballito de poca alzada.
conejo huyendo de un perro. Gonzalo alzó con Lo que“Trémula” dijo era verdad. Gonzalo
elegancia y fuerza el bastón y golpeó la era un tipo muy alto, necesitaba en verdad un
pe1ota,1anzándola hasta el centro del potrero. caballo grande para formar un conjunto
“Faithful” la vio y se lanzó a pillarla. Tan armónico.
rápido corrió, que cuando trató de frenar no Gonzalo dio por terminada la prueba de
pudo y se pasó de largo. Ese fue el instante que “Faithful”.
Gonzalo aprovechó para golpear la pelota otra Con un par de meses de entrenamiento,
vez y con más fuerza que antes, haciéndola este caballo va a quedar O.K. —pensó.
volar y caer a más de doce metros de allí. Pedró llevó a “Faithful” a descansar y luego
“Faithful” la vio caer y rodar y corrió otra vez a le regaló un balde de avena tierna.
pillarla, y otra vez tomó demasiada velocidad y
En el interior de la casa,1os dueños del
pasó sobre ella.“Faithful” giró sobre sus patas
26traseras y, al volver a buscar la pelota, haras almorzaban junto a Gonzalo.
Me lo llevo —dijo Gonzalo—, es un “Faithful” les dio a ambos un resoplido en
buen caballo, un poco grande para el polo, la oreja y luego dijo: “Ya vengo”, y emprendió
pero es bueno. una loca carrera hacia los límites del haras.
Es muy nervioso —dijo la mujer—, es —¿Adónde va? —preguntó “Trémula”.
muy joven todavía, pero esa es una
—Seguramente se va aa despedir de su
enfermedad que se le va a ir quitando con el
amigo, el caballito del campesino.
tiempo.
Sin duda que “Henry Lee” conocía bien a
Yo no quiero a “Faithful” en calidad de
su hijo. “Faithful” saltó dos alambradas y una
préstamo —dijo Gonzalo—. Yo se lo compro.
muralla y ya conversaba con “Centella”.
—No hay para qué —dijo la mujer—, te
—Me van a probar en el polo —dijo feliz.
lo prestamos por tiempo indefinido, es casi
tuyo... —Me parece bien —dijo “Centella”—.
Hay buena comida, cuidados, médico... Me
Gonzalo agradeció y brindaron con una
parece una buena noticia.
copa de vino y miraron por la ventana hacia el
campo. A lo lejos “Trémula”, “Henry Lee” y —Voy a ser campeón de polo.
“Faithful” paseaban a paso de despedida. —Yo no pediría tanto, amigo. Solo con
—Hagas lo que hagas, hijo, siempre trata formar parte de un equipo ya estaría feliz.
de hacerlo bien. Pon todo tu empeño, aunque Adiós, “Centella” —dijo “Faithful”—,
te duelan los huesos y pienses que el próximo has sido siempre un buen amigo. Me acordaré
minuto te mueres. Da todo, esfuérzate al de ti.
máximo, solo así sabrás algún día cuánto Adiós, amigo —dijo “Centella”—, por ahí
realmente eres capaz de dar —lo aconsejó nos veremos.
“Henry Lee”. —Seguro que sí —dijo “Faithful”—. En
—Te irá bien en el polo, hijo, es un bello todo caso, vas a tener noticias mías por los
deporte y ya verás cómo te aplauden —dijo diarios, pero no en las páginas de hípica, sino
“Trémula”. en las deportivas.
Capítulo 5
onzalo se echó dos panes de azúcar
en cada mano y las estiró hasta tocar
el
hocico de “Faithful”. Este vio el azúcar y
sonrió con un relincho que hizo vibrar los
vidrios de la casa. Ya eran amigos. “Faithful”
se comió el azúcar y subió por un puente de
tabla hasta lo alto del camión. Luego, Gonzalo
sacó el tablón y cerró la puerta, asegurando los
cerrojos laterales. “Faithful” alzó su cabeza y
se despidió del haras y sus potreros. Olfateó el
aire, capturó fragancia de avena, rosales y
dengues. Bebió una tajada de aroma de pasto
recién cortado y dijo adiós en voz baja.
El camión partió hacia la ciudad.
“Trémula” y “Henry Lee” no estaban tristes.
—Será un gran caballo polero —dijo “Tré-
mula”—. Él triunfará, tiene una estrella en la
frente.
Gonzalo guiaba alegremente su camión por “Faithful” reconoció la voz de “Gypsy”, el
la carretera. En el vehículo, “Faithful” iba
gran campeón.
muerto de la risa y chacoteando. Cuando al
camión tomaba una curva,“Faithful” relinchaba Voy a la ciudad —dijo—. Como nunca
y dejaba que su cuerpo se estrellara contra la gané una carrera, me convertiré en un caballo
baranda. Si el camión frenaba, él se dejaba polero. Y tú, ¿cómo estás?
llevar por la inercia hasta tocar la cabina; si el —Vengo de California —dijo “Gypsy”—.
camión partía, él dejaba que su cuerpo llegara Acabo de barrer con todos los caballos gringos.
hasta la puerta misma, haciendo crujir los Estoy aquí en plan de vacaciones por quince
postigos y tintinear las cadenas. días, luego iré a correr a la Argentina.
Otro camión de transporte de caballos venía Gonzalo y el chofer del otro camión dieron
en sentido contrario por la desierta carretera. por terminada su conversación, se despidieron
Gonzalo saludó al otro conductor encendiendo estrechándose las manos y emprendieron la
en pleno día las luces altas. Ambos vehículos marcha haciendo rugir al unísono sus motores.
se sss
detuvieron. Desde el otro camión
“Faithful” trabajó duro, tal como se lo había
un relincho cariñoso saludó
prometido a sus padres. A las seis de la mañana
alegre.
ya estaba desayunando, y a las siete andaba
—Buen día, “Faithful”, por la cancha de polo practicando giros, carre-
¿para dónde te llevan? ras, frenadas, medias vueltas, vueltas enteras,
carreras pegadas a la raya, cruces en diagonal
a toda velocidad. Giraba su cuello, seguía con
la mirada la trayectoria de la pelota. Gonzalo
le daba órdenes y él se esmeraba en cumplirlas.
Había aprendido a hacer un gran número ocho
en el suelo con su caminata. Caminar y girar y
volver a girar y luego estar otra vez en el punto “Faithful” estaba triste. Los otros caballos
de partida. eran poleros profesionales. Lo miraron con
Un domingo a las once de la mañana, “Fai- aire de curiosidad y sorpresa.
thful” estaba listo para jugar su primer partido Y empezó el partido. Un equipo de jinetes
de polo. Se sentía ansioso, inquieto. El día con camisetas verdes y franjas amarillas en el
había comenzado con sorpresas. La primera pecho, contra otro de azul y blanco. Gonzalo
ocurrió cuando lo habían bañado: lo cepillaron inició su juego en un caballo ya viejo, pero un
y peina- ron, luego le trenzaron su cola y se la gran sabio del
amarraron en un moño pequeño y polo.“Faithfu1”,embe1esado,1omirabacorrer,
ridículo.“Faithful” miraba su sombra y trataba frenar, girar, ayudar de mil formas a su jinete
de ver su cola mocha en movimiento. Nada. para que le pudiera dar con el bastón a la pelota
Prácticamente no tenía cola. Después le movediza. El caballo era muy bueno,
adornaron la cabeza y le pusieron canilleras en “Faithful” lo miraba y trataba de aprender. Lo
sus cuatro patas. observaba con admiración, sin envidia. Pasaron
Su segunda sorpresa fue ver llegar a tanto unos pocos minutos y el caballo maestro ya
caballo. Él creía que el polo era un deporte de estaba mojado en sudor. Empezó a perder en
pocos caballos, pero se equivocó. Llegaban y todos los piques frente a otros caballos.
llegaban camiones con caballos, además del Gonzalo, entonces, lo mandó a descansar y
público que se instalaba en las graderías. Su montó otro. El equipo de Gonzalo iba ganando
tercera sorpresa fue ver que Gonzalo no solo fácilmente. Tanentretenido estaba , que no se
disponía de él como cabalgadura: tenía cuatro dio cuenta del paso del tiempo. De pronto, un
caballos más, y “Faithful” solo era el quinto. caballo sudoroso se paró a su lado: Gonzalo
Eso le molestó. Él sería uno más dentro del desmontó como un celaje y de un salto trepó a
equipo y ni siquiera jugaría todo el partido, “Faithful” y le apretó los tacos en las costillas.
sino apenas un rato. Era su oportunidad, “Faithful” ya estaba en la
cancha. Alzó la vista y vio la pelota allá lejos.
Corrió como una bala, frenó casi junto a la
pelota, pestañeó y, cuando abrió los ojos,
estaba rodeado de caballos y hombres que en
34
un tumulto, en medio de
voces y maldiciones, gritos, el gõlpe de la caída de un caballo, pero
trataban de darle a una pelota que se ocultaba
él ya estaba lejos del peligro.
bajO l?tS ca balgadura s. La orden de Gonzalo Gonzalo desmontó. Estaba asustado. Su caba-
era qe retrocediera;
“Faithful” trataba, pero un
caballo gordo le cerraba el paso. Empujó llo había botado a dos jinetes con cabalgadura.
hacia
atrás y sintió cómo su cola “Faithful” se miraba su pata y se buscaba la
mocha se hundía en
la piel de otro animal. Escuchó herida. No había herida, era un dolor ciego, un
un relincho y machucón con hemorragia interna. Lo que
muchos tacos que se alzaban en busca del
vio corría por su pierna era un río de sudor, no
y rajaban el aire en su feroz bajada. Se
cielo sangre.
iban a estrellar contra el suelo en un intento
vano
darle por
a la pelota, que ya no estaba allí. “Faithful” estaba solo en un rincón de la
Caballos
y
jinetes entodoel Faithful”, cancha de polo. Al fin su piel respiraba aire.
horizonte. encerrado
en medio de un todO COmpacto de ancas,
culos y piernas de jinetes. Llevaba apenas Nunca había soportado las aglomeraciones.
müs- Afor- tunadamente, no hubo heridos en la
mlfltitos dentro de la cancha, pero ya sentía
unos rodada, pero “Faithful” no volvió a la cancha.
su corazón golpeaba fuerte adentro. El
que Gonzalo había terminado el partido montando
físico era grande. De pronto, algO
esfuerzo a sus caballos de siempre.
el aire y un dolor se clavó en su
chasqueó en —Bastante nervioso tu colorado —le dijo a
tr
mano derecha aspasándole el dolor de la Gonzalo un polero joven de su mismo equipo.
canillera. Me equivoqué —dijo Gonzalo—. Este
polo le dioUn detaco de lleno
punta,
Un palo lanzado con toda de maldición y odio.
el alma no le pegó
a la pelota sino a su pata. ‘Faithful” supo que caballo no sirve para el polo.
había que salir de ahí, que “Faithful” no entendía qué había hecho mal.
eso era el interno.
Cerró los ojos y arremetió contra todo lo que Hubiera querido preguntárselo al propio Gon-
tenía enfrente. No le importó jinete ni pelota ni hierro. Sintió
nada. Solo pensó en su pierna, que creyó
36
herida. Arremetió y rompió el círculo de
zalo, pero sabía que los humanos son sordos al
idioma de los animales.

37
u real
“Faithful”volvió a los entrenamientos y
tuvo a las afueras de la ciudad, comprendió s
dos oportunidades más. Corría con el alma tras
situación: otra vez había fracasado. NO había
la pelota, corría y frenaba, corría y frenaba; laureles sobre su cabeza. No había sido campeÓn
eso llegó a hacerlo bien, pero a veces su jinete ni vicecampeón de nada. No le habían
quería cambiar de dirección y lo llevaba hacia aplaudido ni le hablan regalado ninguna copa.
un rincón vacío de la cancha adonde él debería DOS Hgrimas corrían por su cara de cab allo
esperar el pase certero de un compañero, y triste. Quiso creer
que eran lágrimas Causadas pOr el dolor de sus
desde ahí marcar el punto; pero no, “Faithful”
no entendía patas apaleadas, pero en verdad lloraba porque
de estrategias de juego y desobedecía al jinete. le dolía el alma.
Sabía que el juego consistía en perseguir la Bajó del camión como un sonámbulo. No
pelota
y solo a eso se dedicaba con toda su alma. quiso ver a nadie. Caminó hástá su pesebrera
Por empeño no se quedaba. Corría y corría guiado por el olor de la alfalfa. Se tiró en un
con ganas, pero de pronto se encontraba rincón y deseó con todas sus fuerzas que esto
se
rodeado de caballos y jinetes y él, fuera solo un sueño. Con este pensamiento,
definitivamente, no soportaba las durmió. Al despertar y abrir los ojos, vlO á su
aglomeraciones, no soportaba las confusiones madre y a su padre junto a él.
de no saber si esa pata era suya o del vecino. —Buen día,“Faithful”, qué bueno que viniste
Además, volvió a recibir un tacazo, esta vez —dijo “Trémula”.
en el pecho. Entonces, no le dio pena cuando No sirvo para nada —contestó “Faithful”
tú eres un
Gonzalo dijo en tono definitivo: con pena—. Soy tu vergüenza, papá,
—No, caballito “Faithful”, el polo no va campeón y yo no soy nada.
contigo.
Como era un caballo prestado, a la semana —Tú eres nuestro gran hijo —dijO “Henry
siguiente el mismo Gonzalo lo fue a dejar al dos buenos amigos. Mas cuando iba en la
haras “La Mañana”. “Faithful” subió alegre al carretera rumbo
camión, volvería a estar con sus padres,
38
volvería a ver a “Centella” y a “Gypsy”, sus
Lee”—, eres bueno, trabajador, alegre. Eres
un n caballo.
“Faithful” se demoró esta vez mucho ma
en recuperarse de este fracaso. Se sentía
ma

39
GORSÍ8 O ÍS Se puso a entrenar en velocidad,
mo.
por si le daban otra oportunidad en
las carreras,
pero no fue así. Él nunca llegaría
a correr como
Gypsy”, que sí era un campeón.
“Centella” le regalaba repollos, Zanahorias
y también espinacas para que tuviera
músculos
de hierro.
Faithf ul” mirabael suceder
se de los días.
Capítulo 6
cumpleaños mas
Dos pasaron y sopló siete
sobre un fardo de heno.
margaritas Estabit orría el año 1940. “Faithful” ya tenía
corriendo y siete años. Vivía en el haras junto a
Siempre por ahí, saltando, pero no
era feliz. sus padres. No hacía grandes actividades, salvo
algunos fines de semana, cuando llegaba un
grupo de muchachos, sobrinos de los dueños, y
lo ensillaban para ir a las cercanías del pueblo.
“Faithful” estaba preocupado. No se sentía
como parte de esta vida. Se pasaba las tardes
mirando las nubes, las mariposas, los aviones.
Quería volar. Una vez, en la ciudad, vio en la
capota de un auto un caballo de metal, de porte
pequeño, con alas. Él vio un pegaso y quiso ser
un gran caballo alado. Miraba cada mañana los
costados de su lomo, por si algún día le empe-
zaban a nacer alas. Pero nada. Y, sin embargo,
no estaba muriéndose de tristeza. Esperaba
algo. Algo vendría, de eso estaba seguro, pero
no sabía qué.
Una tarde que volvía de charlar con “Cen- que tenías mal paso y que eras defectuoso solo
tella”, saltó despreocupadamente la verja y ate- . porque de seguro te quiere y, al encontrarte
rrizó con sus manos y siguió corriendo. Llegó puntos negativos, pretende pagar un menor
a su pesebrera y allí el matrimonio dueño del precio por ti.
haras lo estaba esperando. Junto a ellos había
“Faithful” le creyó a su madre,
un militar. ella nunca le había mentido, pero
“Faithful” lo reconoció por el sable. igual le quedó un gusto amargo
—Éste es “Faithful” —dijo el hombre. en su garganta.
—No ganó nunca una carrera, Capitán. “Trémula” tenía razón. El
Lo probamos en polo y tampoco dio resul- Capitán Liege hizo una oferta
tado —dijo la mujer. por “Faithful” y lo compró.
El militar era el Capitán de Ejército Gaspar —Es verdad que no corre
Liege. Se quedó mirando a “Faithful”. dijo—, pero puede que en
No tiene un buen paso —dijo luego de adiestramiento dé...
un breve silencio—, no es avanzados, tiene los —Me voy, mamá —
músculos posteriores muy poderosos... pero dijo“Fai- thful”—, me
sus manos son débiles. compraron para adiestramiento.
—A este legusta saltar —dijo la mujer. —Te irá bien —dijo “Henry
—¡Claro que salta! —dijo el Capitán—. Lo Lee”—. Un hermano de mi
acabo de ver, y era que no, si para eso sí tiene abuelo fue campeón en
capacidad instalada. Alemania...
Los tres se echaron a reír y siguieron viendo —Papá, perdona, pero ¿qué es
caballos. adiestramiento?
—No te preocupes, hijo —susurró “Tré- —Es elegancia, hijo, armonfa, es como
mula” al oído de “Faithful”—, ese militar dijo bailar...
— t, No se producen aglomeraciones?, ¿no
me aplastarán ni pegarán?
,

’’

;'
—No, hijo —dijo“Trémula”—,cada caballo Caminata más rápida, caminata rapidísima.
y su jinete tienen un tiempo pafa demostrar Trote, galope, carrera. Eso era lo básico. “Fai-
todo lo que son capaces de hacer solos en el thful” se esforzó. Odiaba a cada una de sus
picadero. patas cuando se equivocaban.
Otra despedida. Su madre le dio un beso en Antes deque el sol saliera,
su estrella de la frente. Su padre le acarició la yaestaba“Faithful” en su gimnasia diaria.
casquilla con las crines de su cola. “Centella” Caminar, trote con saltito, marcha con
le regaló un saco de hojas de choclo. balanceo, trote con pataleo, caminata con
No te pongas tan triste —le dijo “Cente- saltito y cruce de patas delanteras.
11a”—, nos seguiremos viendo, porque no te El Capitán tenía un caballo maestro, un
irás tan lejos. viejo caballo que había sido campeón de
“Faithful” se sorpendió con las palabras de adiestra- miento. Ese caballo danzaba, hacía
“Centella”. ballet sobre el picadero. Sus pies parecían no
—¿Cómo lo sabes, amigo? —preguntó. tocar el suelo, era como si levitara a cinco
—El militar que te compró no vino en un centímetros del piso. Su cuerpo era armonía
camión y no solo te compró a ti, sino a dos pura, cada músculo se movía, marcando el
caballos más. Además, a él yo lo he visto. pulso de un reloj perfecto, absolutamente
Tiene un campo muy cerca de aquí. sincronizado. Caballo y jinete en un solo
respirar. Caminaba alzando las rodillas, luego
Y era verdad. “Faithful” se fue caminando a
caminaba alzando el cuello y deslizando sus
su nueva pesebrera. Allí, antes de acostarse,
patas como si fuera en patines. Lo que más le
dio un relincho largo de buenas noches y el
gustaba a“Faithful” era verlo marchar a
viento arremolinado le trajo de respuesta las
gallardo paso militar. Cada pestañeo estaba
buenas noches de sus padres.
controlado.
Comenzó entonces un riguroso plan de tra-
bajo. El Capitán Liege y sus ayudantes se —¿Cómo lo haces? —preguntó “Faithful”.
dieron a la tarea de adiestrar a los nuevos Con perseverancia —dijo el caballo—.
alumnos. Caminar paso lento disfrutando del Esa es la única fórmula.
paisaje. El caballo maestro seguía con la
demostración a los alumnos nuevos. Trotar sin
doblar rodillas.

45
Luego, caminata de robot, caminata de caballo Una mañana llegó un camión que venía a
dormido. Después, caminata de modelo en la buscar caballos para el Campeonato Nacional
pasarela. Bello. “Faithful” lloraba de emoción de Adiestramiento. Todos los compañeros del
y aplaudía chocando sus patas contra el suelo. curso de “Faithful” se fueron a competir. Él no,
se quedó solo en el campo. Solo, una semana
Pasaron dos años y “Faithful” progresaba
completa. Solo y triste. Después comprendió
muy poco, lentamente; sin embargo, él estaba
que la competencia no era para aprendices, y él
contento, ese era su trabajo. Pero divertirse, ser
aún estaba en el primer escalón de ese arte. Lo
feliz de verdad, era otra cosa: cada atardecer,
entendió con su cabeza, pero no con su
cuando nadie lo estaba mirando, emprendía
corazón. Practicaba todas las mañanas, todas
una carrera loca, saltaba cercos y muros, y
las tardes, aunque sabía que sus compañeros
seguía saltando, hasta que llegaba donde sus
hacían lo mismo que él, pero mucho mejor,
padres y les decía:
mucho más armónico: a ellos no se les notaba
—¡Mamá, papá, miren cuánto puedo saltar preocupación en el rostro mientras
ahora! danzaban,e11os dejaban que sus cuerpos se
Después les enseñaba los nuevos pasos que movieran solos, libres; estaban en otra etapa,
había aprendido. “Faithful” caminaba tenían talentos que a él le habían sido negados.
danzando para sus padres. Al fin había A “Faithful” le gustaba el ballet, pero
dominado todos los pasos básicos del comprendió que nunca sería campeón en ese
adiestramiento. arte. Había caballos con muchas más con-
—Mira, papá, paso de matar cucarachas, diciones que él.
paso de caminar sobre azúcar... paso de Los caballos volvieron al cabo de dos
marcha elegante. sema- nas. No traían premios, pero sígrandes
Y lo hacía bien, muy bien, pero solo era lo aplausos: era la delegación de principiantes
básico. Para convertirse en un caballo campeón que había acaparado más elogios. El Capitán
de adiestramiento, había que hacer mucho más Liege estaba contento.
que eso. Bien, muchachos —les dijo—, a seguir
trabajando.

46
Les dio dos panes de azúcar a cada uno y
se dispuso a ir a su aposento de descanso para
quitarse las botas y dormir. “Faithful” tenía
pena, a él no lo había mirado. Le dio tanta pena
que, sin pensarlo, emprendió una veloz carrera
y saltó una cerca, luego otra„sa1tó un par de
sillas, una mesita de terraza, un muro ancho de
ligustrinas y luego una alambrada, y llegó a la
Capítulo 7
pesebrera de su madre.
El Capitán Liege lo vio saltar desde su la semana siguiente lo trasladaron a
berger de cuero negro y quedó sorprendido. otro sector de la finca. Ocupó otra
Nunca antes había visto que un caballo de los pesebrera y conoció a otro caballerizo y a otro
suyos saltaba tanto. El Capitán se quedó entrenador. En los potreros había empalizadas,
pegado a una ventana, esperando la vuelta de vallas, murallones de verdes plantas...
“Faithful”. Este regresó al cabo de un par de El entrenador montó a “Faithful” y lo hizo
horas, siempre corriendo y saltando. Entonces, correr hacia el primer obstáculo. Una valla de
el Capitán Gaspar Liege lo escoltó hasta su un metro de alto. “Faithful” corrió a todo lo
pesebrera y, acariciándole el cuello, le dijo: que daban sus patas y se elevó a más de un
Tú no eres un caballo para metro y medio, se mantuvo en el aire por unos
adiestramiento, hijo. En el salto está tu futuro. segundos y aterrizó con sus manos y siguió
Desde mañana cambias de rutina de corriendo. Aun gozaba con el sabor a triunfo
entrenamiento y de entre- nador. de su primer salto, cuando se encontró encima
“Faithful” sonrió con su piel y con su de otra valla, esta de un poco menos de un
estrella de la frente. metro, pero más gruesa. Saltó con la valla
—Saltar es como volar —pensó—, y eso es encima y sintió cómo su pata izquierdatocaba
una vara. La sintió caer, y su cuerpo se
lo que yo quiero hacer. Gracias, Capitán.
desequilibró y estuvo a punto de desplomarse.
—Malo, malo —dijo el jinete—. Saltaste
muy alto el primer obstáculo y ya viste qué te mente saltaba más alto de lo necesario, por ese
pasó con el segundo. motivo se demoraba en recuperar carrera luego
“Faithful” se había dañado su pata de tocar tierra otra vez, y cuando debía saltar
izquierda, le dolía. Adolorido y todo, lo intentó de nuevo, el salto lo pillaba en un mal paso y
otra vez, pero ahora se fijó bien en saltar solo se quedaba pegado a la tierra, rehusaba y no
lo justo y no tomar mucha velocidad si el saltaba, para evitar caer de vientre sobre el
obstáculo siguiente estaba muy cerca. Saltó obstáculo.
bien los primeros cinco, pero en el sexto y Pero el Capitán le tomó la rienda y le dijo:
séptimo su pata derecha se quedó un poco atrás Tú también vas, “Faithful”. Eres bueno,
y botó las varas.“Faithful” se dio cuenta de que pero tienes que concentrarte más en los obstá-
saltar así no era cosa fácil. culos que saltas.
Siguió aprendiendo con tesón, con “Faithful”, sorprendido y feliz, subió al
paciencia. Ahora sí era uno de los caballos camión decidido a que esta vez sí haría las
adelantados de la clase, pero siempre había cosas bien. Una vez arriba del vehículo, dio un
algo que hacía mal. Casi nunca terminaba su largo relincho que era un adiós a sus padres y a
recorrido con cero falta, siempre había algo, un sus amigos. A la distancia le
detallito, que le manchaba el diploma. respondieron“Trémula”, “Henry Lee”,
“Faithful” se enojaba con los diseñadores “Gypsy” y “Centella”.
del jardín de saltos.Los obstáculos, según su El propio Capitán Gaspar Liege lo montó
opinión, deberían ser más altos, más altos... en la competencia. “Faithful” iba con los ojos
Una tarde llegó el Capitán y seleccionó muy abiertos, concentrado en la velocidad de
caba- llos para llevarlos a una competencia de su paso, en el impulso de su salto, en la
saltos. “Faithful” ya no se hizo ilusiones, respiración, en la altura del obstáculo, en la
prefirió pensar que no formaría parte de los distancia que tenía antes de llegar al siguiente,
elegidos. Al fin y al cabo, tendrían razón en no inquieto por la curva, pero por sobre todo,
llevarlo: él rara vez completaba el circuito con preocupado de oír si lo iban a aplaudir cuando
cero falta. General- saltara bellamente, cuando volara sobre los
obstáculos. “Alguien tendrá que darse cuenta
de que nadie salta con
50
tanta fuerza como yo —pensaba—. Yo padres su pequeño triunfo. El viento llevaba y
sa1to,1os otros apenas se elevan del suelo”. traía relinchos. “Trémula” y “Henry Lee” feli-
Hizo un primer recorrido con cero falta y el citaron a su hijo. “Centella” y “Gypsy”
público lo premió con un prolongado aplauso. también lo felicitaron a relincho batiente.
“Faithful” sintió que la cabeza se le ponía Pero“Faithful” no estabatan feliz. Eraverdad
caliente: lo estaban aplaudiendo, gritaban por que había llegado en segundo lugar, pero ese
él, estaba triunfando y eso le daba vergüenza. no era un gran triunfo. Él saltó, corrió y se
“Faithful” miró sin perderse detalle de elevó una y otra vez, midió con la mirada,
cómo saltaban los otros participantes. Solo uno graduó sus esfuerzos para pasar la valla, solo
pasó como él, cero falta. “Faithful” inició el eso, apenas eso. El jinete no lo dejó tratar de
segundo recorrido sobre obstáculos nuevos. volar. Si la valla medía un metro veinte, debía
Tenso, aun rojo por la turbación que le habían saltar un metro treinta, apenas sobre el
producido los aplausos, saltó primero, voló y obstáculo, pero él quería elevarse, cortar el aire
sintió nueva- mente los aplausos espontáneos. con su cuerpo, permanecer tendido en el
Saltó la segunda valla y la tercera y la cuarta, espacio, quería sentir que el tiempo se hacía
pero en la quinta tocó la vara con su pata lento en sus orejas, quería eternizarse en un
izquierda. Ese error le costó llegar en segundo levitar, un volar, un planear alegre. Tocar la
puesto. Él quería ganar el primer premio, no el tierra con sus patas solo para beber energía y
segundo, pero se alegró de todos modos. Era luego volver a salir disparado, pero hacia
primera vez que ganaba algo en su vida. arriba, muy arriba, bien arriba, él podía saltar
más alto. Pero no lo dejaban. Sabía que llegar
Volvió a la finca con el alma pintada de
arriba no era fácil, había visto cómo los otros
anaranjado. Esa noche relinchó y contó a sus
caballos en competencia se ponían nerviosos
cada vez que debían enfrentar una empalizada
alta. Una empalizada que no era una barrera
real para “Faithful”. Él la pasaba sin sentir ni
un poco de miedo siquiera. ¡Por qué no
52
se daban cuenta de que él era un caballo para 54
volar, no para correr!
Por fin algo le estaba resultando en la vida.
El Capitán Gaspar Liege le sacó trote, lo hizo
practicar y practicar, y duro. Lo preparaba para
el Concurso Nacional de Saltos.“Faithful”
progre- saba. Saltaba las vallas anchas, en las
que el salto debía ser más largo que alto, tenía
dificultades y las pasaba sin ganas. No le
interesaba volar a ras de suelo, él quería ir a
tocar las estrellas con su nariz.
A veces “Faithful” amanecía con ánimo y
asombrabaatodosenlosentrenamientos,haciendo
cinco o seis recorridos con cero falta. Otros
días andaba nervioso, desconcentrado,
calculaba mal, enredaba sus patas y botaba
barreras, tocaba los obstácu1os,se arañabael
vientre. A veces noquería salir de la caballeriza,
se quedaba inmóvil, pegaba sus ancas a la
muralla del fondo y se negaba a salir. Debían ir
entonces a tirarle agua con una manguera,
mostrarle la fusta, ofrecerle azúcar. Y nadie
podía entender que “Faithful” estuviera sin
ánimo, deprimido, a causa de que no quería
hacer algo que no le gustaba.
Participó en el Campeonato Nacional
montado por su propio amo y no le fue bien. En
su primer recorrido asombró a los jueces y al
público. En el
segundo y el tercero lució altura. No era una prueba exquisita de preci-
descoordinado, lento, y cuando el jinete sión y saltos y resaltos, ni de correr y saltar,
le pidió que se concentrara, él entendió no.
que debía hacer las cosas bien y se
preparó para algo espectacular. Hizo su
recorrido rápido, pero sin técnica.
Cometió muchos errores, no le
importaba; pero cuando ya salía de la
pista tomó vuelo y enfrentó un quiosco
de venta de bebidas. Lo saltó riendo y
con su jinete aterrado. Un magnífico
salto que no estaba en el programa. Un
salto de dos metros diez que asombró a
todos y arrancó aplausos y vivas. Pero
ese triunfo duró apenas unos
minutos.Fue un magnífico salto, pero
las copas y las medallas se las
entregaron a otros caballos, a otros
jinetes, no a él, y volvió a la finca y
nunca más lo sacaron a competir. Como
caballo
desalto,tambiéneraunfracaso.Otravez“F
aithful” estaba en la nada. Pasaba su
tiempo practicando los pasos básicos
que aprendió durante su período de
adiestramiento. Hacía gimnasia cada
mañana. Se preparaba para algo, pero
no sabía para qué.
s
*
Un día, el Capitán Liege se enteró
de que la Federación de Salto había
incluido dentro de su programa anual
un par de competencias de saltos de
Lo que el caballo ganador debía hacer era saltos vieron llegar a “Faithful” bien bañado y
saltar, solo eso, saltar, saltar lo más alto que cepillado, se preguntaron a qué venía ese pobre
pudiera. El Capitán Gaspar Liege sonrió. Pensó caballo que había fracasado en todo lo que
en su caballo bueno para nada y comenzó a había hecho en su vida. Se realizó la
entrenarlo. Ahí empezó la felicidad para competencia de adiestramiento y “Faithful”
“Faithful”. Su día entero era una fiesta. pudo apreciar cómo habían progresado sus ex
Levantarse y saltar, saltar, a cada intento a más compañeros de curso. Eran verdaderos artistas.
altura, a más altura, más, más, más arriba, Jinetes y caballos eran un todo de armonía y
donde el aire era más caliente, donde el miedo belleza. Pasos elegantes, graciosos, caminatas
no existía, ni existían el dolor ni el cansancio, y trotes increíbles, a dife- rentes tiempos,
solo la verdad de volar, ser parte del viento por diferentes ritmos, caminatas dia- gonales,
un segundo, un segundo que se partía en horas, laterales, marcha atrás. Todo perfecto.
en días, en años de vuelo. “Faithful” lloraba mirando, pero no lloraba de
Al cabo de un mes, “Faithful” se empinaba pena, sino de alegría, de alegría al ver algo
sobre los dos metros y quince. Un salto bien hecho. No tenía pena por no ser un
enorme, magnífico. Sus poderosas patas campeón de adiestramiento, simplemente
traseras lo cata- pultaban, lo elevaban como a aceptaba que él había nacido para otra cosa.
un cohete, como si sus tobillos y rodillas Pasó la competencia de adiestramiento y el
tuvieran resortes ocultos entre los huesos. Él ptiblico se fue al jardín de saltos y allí
saltaba. Y las patas delan- teras sabían caer al asistieron a una magnífica y reñida
otro lado, flectarse, recibir el peso del cuerpo y competencia de salto de obstáculos. Y al final,
la velocidad y resistir y despegarse del suelo y como broche de oro para una jornada
salir corriendo otra vez; a veces elegantemente, espectacular: el salto alto. Cuatro caballos se
las más, de cualquier modo, pero “Faithful” preparaban para la competencia de altura. Eran
saltaba alto, más de dos metros, más que la cuatro caballos de alta alzada, de magnífica
altura de la puerta de una casa cualquiera. Dos musculatura,1a piel se les hacía estre- cha para
metros. Y sus patas no rozaban siquiera la tanto músculo, tanto nervio. Un grito de
última vara. Llegó el día de la competencia y, admiración escapó de los asistentes cuando las
cuando los otros caballos de vallas fueron alzadas hasta un metro ochenta.
56

57
“Faithful” estaba tranquilo. Él fue el último en volaba. Saltó dos metros veinte centímetros y
saltarla. Y recibió los aplausos del público. por primera vez ganó en algo y fue coronado y
Luego subieron las barreras a los dos metros. todos los otros caballos lo miraron con respeto
Los dos primeros caballos tocaron las varas y y cariño.
las derri- baron, pero “Tiiolés”.y “Faithful” la
Entre el público se encontraba el Capitán
pasaron. Y se fueron saltando y saltando felices
Rafael Montti, un jinete formidable, maestro
hasta llegar a dos metros veinte. El Capitán
de jinetes, que había sido alumno del gran pro-
Gaspar Liege acarició la oreja de “Faithful” y
fesor de equitación Eduardo Yáñez. Montti era
le dijo:
un hombre que sabía de caballos, un maestro
—No te preocupes, muchacho, te apuesto de verdad, y ocupaba por entonces el cargo de
un fardo de alfalfa a que la pasamos. Director de la Escuela de Caballería del
“Tirolés” saltó primero. Elevó todo su Ejército de Chile.
cuerpo y pasó sus manos y su vientre, pero su ¿Quién es ese caballo? —preguntó.
pata derecha tocó la vara y la botó.
“Faithful” —le respondieron—. Es del
“Faithful” sacudió su cabeza, relinchó e Capitán Gaspar Liege.
inició una carrera impresionante, bella,
Eso fue todo. El Capitán Montti sacó su
perfecta. De pronto elevó sus manos y despegó
libreta y anotó algo.
del suelo. El Capitán Liege sintió que su
cabeza iba a ser tragada por el cielo azul. Dos semanas más tarde, el Capitán Gaspar
“Faithful” sintió el cosquilleo del viento en su Liege recibió una nota del General señor
vientre. Se mantuvo extendido en el aire y Víctor Granifo de la Jara, quien le ofrecía
luego bajó su nariz e inició el aterrizaje. comprar a “Faithful” para el Ejército. El
Cuatrocientos cincuenta kilos de caballo más Capitán Liege lo vendió de buen grado, con el
los setenta del jinete, bajando casi en picada. compromiso de que lo siguieran entrenando en
Tocó el suelo con su mano derecha y la hizo salto.
avanzar y tocó el suelo con la izquierda y luego “Faithful” llegó entonces a la Escuela de
las alzó, al momento que las patas traseras Caballería del Ejército. Allí siguió
tocaban tierra. “Faithful” siguió corriendo y las participando
gentes gritaron y aplaudieron. Era un caballo
L'58
que
en competencias y ganándolas todas. Ahora
saltaba dos metros treinta.
Este es un gran caballo —pensó el
Capitán Rafael Montti—. Tiene algo que me
gusta, pero no sé aún qué es.
—¿Inscribimos a “Faithful” en la próxima
competencia de salto de altura? —preguntó el
ordenanza.
Capítulo 8
—No —respondió el Capitán Montti—, es
mejor no distraerlo en competencias. Hay que aithful” saltaba, y bien, pero
seguir entrenándolo duro, yo creo depronto se deprimía, le faltaba ánimo, se des-
queestemulato está para cosas más grandes. concentraba, medía mal los pasos de la carrera
y botaba las vallas de eucaliptus.
—Es raro este animal —pensaba el Coro-
nel Montti—, es bastante temperamental, tai-
mado...
—Es que no está acostumbrado a ganar —
dijo el ordenanza—. Yo conozco la vida de
este caballo: no sirvió para carreras, ni para
polo, ni para adiestramiento, ni para
competencias de obstáculos. Creo que le pesa
tanto fracaso. Debe de estar como dañado en
su psicología.
—Puede ser —dijo el Capitán Montti—,
puede ser...
Entonces tuvo una idea.
Empecemos todo de cero —dijo.
Puso una mano sobre la frente del caballo y su formación y dejarlos convertidos en jinetes
se dirigió a él: e instructores de equitación a la vez.
—No te llamarás más “Faithful”,esa No había mucho tiempo. Los oficiales
historia de fracasos queda atrás. Ahora serás debían desfilar montados en la próxima Parada
otro, con otro nombre, un nombre triunfador. Militar. Llamó a su ordenanza y salió con él
—¡No me diga que le va a cambiar el a inspeccionar las pesebreras. En una planilla
nombre al caballo, mi Capitán! iba anotando los nombres de los caballos que
—Eso estoy haciendo. Ya, ordenanza, servirían en el curso. Escribió varios nombres,
inscrí- balo para la próxima competencia. Por todos hermosos caballos fina sangre. Al llegar
el Ejército de Chile saltará el caballo “Huaso”. junto a la pesebrera de “Huaso”, se detuvo. Lo
“Huaso” —repitió “Faithful” mental- contempló con cariño.
mente—... Bueno, tengo un nuevo nombre, Es bastante inquieto este mulato —pensó
una nueva vida. Una página blanca que todavía —, pero por eso mismo será un buen material
está por escribirse. de trabajo para un oficial que pretenda aprobar
A “Huaso” le gustó su nombre. Por lo el curso.
menos Recordó el genio endemoniado de “Huaso”,
era castellano y no tendría que andar con sus depresiones y fracasos. También
traducién- dolo a cada caballo nuevo que recordó su tincada de que ese caballo podía dar
conociera. más, por sus tremendas potencialidades para
qg saltar altura. “Huaso” lo miró con sus ojos
serenos.
En su oficina de Director de la Escuela de
Caballería del Ejército, el Capitán Rafael Ya estás más calmado, “Huaso” —pensó
Montti redactó un memorándum oficializando Montti—, ya estás en edad de calmarte, ya no
el cambio de nombre del caballo “Faithful”. eres un jovencito. Catorce años ya es una
Después se dedicó a repasar los contenidos y buena edad para entrar en vereda.
actividades del programa del curso de A la mañana siguiente, un soldado
equitación para ofi- ciales. Al día siguiente le caballerizo limpió a “Huaso” y lo cepilló. A
llegaría una nueva promoción de veinte él y a veinte
hombres y deberíaempezar
62
caballos más los sacaron al picadero y allí los la Escuela. Escogió al Teniente Larraguibel
amarraron a una vara. Desde el casino llegó por sus cualidades de fuerza, perseverancia y
marchando un grupo de oficiales jóvenes. Un amor por los caballos. Este era un gran jinete
militar leía el nombre de un oficial y le desde antes de hacer el curso.
asignaba un caballo.
Además, Montti pensó que un jinete de
—Teniente Fernando Parraguez Urrutia, buen porte como era Larraguibel se
monta a “Chillán Viejo”; Teniente Alberto complementaría bien con ese caballo poderoso
Larraguibel Morales, monta a “Huaso”. y de buenaalzada. Incluso, tenía otras ideas en
El teniente Alberto Larraguibel dio un paso su cabeza.
al frente y clavó la mirada en “Huaso”. Le El encuentro en verdad fue algo mágico,
gustó el caballo, hacía rato que lo estaba como si jinete y caballo se hubieran presentido
mirando. siempre, y se hubiesen estado esperando el uno
“Huaso” contempló al oficial. Algo sintió, al otro.
algo adivinó, porque lo invadió el sentimiento A los tres meses de trabajo,“Huaso” y
de que algo especial estaba empezando a Alberto Larraguibel se complementaban
suceder. Alberto Larraguibel también sintió su perfectamente. “Huaso” era un caballo al que
corazón alegre. Él sabía que el ver su curso de le gustaba rega- lonear, y el Teniente
jinete coronado con éxito dependía en mucho Larraguibel era un queren- dón de los caballos.
de la empatía entre animal y hombre, y la Trabajaban duro. “Huaso” mejoró su paso,
verdad era que ese caballo hablaba con los mejoró su trote, sacó del baúl de los recuerdos
ojos. todas las destrezas aprendidas durante su paso
—Vamos, “Huaso” —le dijo tomándolo de por adiestramiento, carreras de obstáculos y
la brida—, hay varias cosas que tendremos que polo.“Huaso” se propusodestacar de entre los
hacer juntos. otros caballos. Se acercaba septiembre y él
La selección de caballos y cabalgaduras la quería desfilar en la Parada. Nunca antes lo
hacía el propio Capitán Montti, basándose en habían llevado, nunca.
su conocimiento de los oficiales alumnos, El Teniente Larraguibel dejó de estar solo:
como de los más de trescientos caballos de que ahora tenía un amigo. Algo lo impulsaba a ir
disponía
64
todas las noches a despedirse de “Huaso”. Ese Me dedicaré a mejorar su salto, Capitán,
caballo tenía algo triste en el fondo de la para mí será un honor.
mirada, y eso lo supo leer el joven Teniente.
—Será un honor para nuestro Ejército si
Una tarde, el Capitán Montti lo citó a su logramos conquistar el récord sudamericano de
oficina. salto alto, y creo que “Huaso” tiene capacidad
—Veo que usted y “Huaso” han hecho muy para intentarlo.
buenas migas, Teniente. —¿En cuánto está el récord sudamericano,
—Sí, Capitán, es un caballo extraordinario. Capitán?
Tiene mucha fuerza. —Dos metros treinta y seis, Teniente,
—Mucha,demasiada —rióMontti—.Teniente, estamos a un paso. “Huaso” está cerca, pero de
quiero proponerte algo especial. aquí para adelante cada centímetro hay que
Lo escucho, Capitán. trabajarlo a lágrimas y sudor.
—Verá, Teniente, hace tiempo que tengo —Cuente conmigo, Capitán. Ya estoy sal-
una idea y se la quiero plantear a usted, por si tando.
le interesa... —No estamos solos en esto, Teniente. Hay
El Teniente Alberto Larraguibel no sabía rumores de que los argentinos y los uruguayos
adónde iba a llegar esa conversación; el tono intentarán batir el récord sudamericano. Hace
de confidencia que el Capitán Montti le daba a meses que se preparan.
sus palabras lo inquietaba. —Lo que más le gusta a “Huaso” es saltar,
—El caballo“Huaso” —continuó—, su mi Capitán, y para mí saltar es lanzar el
caba- llo, tiene condiciones extraordinarias corazón al otro lado del obstáculo e ir a
para saltar altura. Ya va en los dos metros buscarlo...
treinta. El Capitán Rafael Montti sonrió.
Larraguibel adivinó lo que seguiría en la —Sabía que usted se iba a entusiasmar,
conversación y se apresuró a contestar. Teniente —le dijo golpeándole1aespalda—.
¡Ah, y un detalle! —agregó como al pasar,
como no dándole importancia a sus palabras—,
el récord
mundial lo tiene el italiano Antonio Guttiere Y así fue. Nunca más “Huaso” se quedó
montando a “Ossopo”, con dos metros pegado en las pesebreras. No, él era el primero
cuarenta y cuatro... en salir al encuentro de su amigo jinete. ¡A
El Teniente Larraguibel entendió de inme- trabajar!, parecía decir cada mañana con
diato cuál era la idea. Ambos militares estre- entusiasmo. Horas de gimnasia para fortalecer
charon sus diestras. Así sellaron un pacto de y desarrollar múscu-
trabajo. El pacto de intentar una locura, apostar orar el trote,la carrera
a una fantasía... En secreto, el plan ya estaba para alcanzar el impulso suficiente y saltar.
en marcha. Meses de saltar y caer al otro lado
livianamente, como si la fuerza de gravedad
Empezó,entonces,afraguarseel más fuese la mitad de la real. Saltar y medir, subir
hermoso de los sueños. Perseguir un la vara, luego más y más, centímetro a
imposible. Llegar a volar más allá de los dos centímetro. Saltar y caer. Entonces, el jinete se
metros cuarenta y cuatro. iba a la enfermería y el caballo era examinado
Fueron horas y horas de trabajo del en terreno por el veterinario.
Teniente Alberto Larraguibel y “Huaso”. El Teniente Larraguibel salía tarde de sus
clases. Era un Teniente alumno. Todos sus
Vamos a intentar algo grande —le dijo el
com- pañeros se iban después al merecido
Teniente Larraguibel al oído.
descanso. Él no. Él tenía un compromiso. Al
“Huaso” entendió. Estaba más sereno. Tenía caer el sol,
yaquince aííos y muchas penas
acuestas.Ahoraé1 quería hacer algo bueno, algo
de lo que pudieran estar orgullosos sus padres,
sus amigos. Quería hacer algo por él.
—Hay que trabajar, “Huaso”, nada es
gratis.
montaba a “Huaso” y saltaban. Cualquiera que —Desde aquí debes apurarlo —señaló a
los mirase habría pensado que cada mañana y Larraguibel—. Primero déjalo libre, aquí lo
cada tarde hacían lo mismo, pero ellos sabían apuras y te lanzas.
que progresaban, afinaban detalles,
“Huaso” elevó su mirada hacia el cielo y
movimientos minúsculos, cambios
recordó otro cielo azul, el de su haras natal.
imperceptibles para los otros. Para todos,
Recordó a su madre y a su padre, “Henry
menos para ellos y el Capitán Montti, que
observaba cada jornada de trabajo y tomaba Lee”.
notas. Pensaba. Conversaba con el Teniente El Teniente Larraguibel miró el obstáculo,
Larraguibel, discutía con el veterinario, se encasquetó la gorra y dio la orden de trote.
escuchaba propuestas y otra vez a los saltos. “Huaso” se sentíafeliz ,1iviano.Corrió, y
Una y otra vez, arriba, arriba, más arriba. cuando el Teniente le ordenó darlo todo en
El veterinario pensaba que “Huaso” estaba carrera y luego saltar, lo hizo con la sencillez
en óptimas condiciones, pero había que tener de quien da los buenos días. Su vientre pasó
cuidado con un tic extraño en su pata cerca de la vara, pero no la rozó siquiera.
izquierda, un movimiento involuntario que,tan Estuvo detenido en el aire, luego bajó a tierra y
pronto como aparecía, dejaba de manifestarse. siguió corriendo elegantemente.
El Teniente desmontó y corrió a la barrera.
“Huaso” estaba feliz. Comía bten, se sentía
querido y respetado. Ninguno de los más de ¿En cuánto estaba, Capitán?
trescientos caballos de la Escuela de Caballería —En dos treinta y siete, ¡el récord sudame-
del Ejército era capaz de saltar tanto como él. ricano ya es nuestro!
Cada tarde “Huaso” y su jinete vieron subir
lentamente la vara, hasta que llegó el día de un
gran desafío. “Huaso” miró la valla desde lejos
y la vio, como siempre, alta, pero salvable. El
Capitán Montti hizo una señal en el suelo:
71
Capítulo 9
n mes más tarde, en una competen-
cia oficial y con jueces venidos del extranjero,
el Teniente Larraguibel y el caballo
“Huaso”batieron oficialmente el récord
sudame- ricano de salto alto: dos metros
treinta y siete
centímetros.
La Escuela de Caballería era una fiesta.
“Huaso” era el centro de todo.
—¡Gran caballo! —decía todo el mundo—,
¡gran caballo y gran jinete!
Ahora vamos tras la marca mundial —
dijo el Capitán Montti.
¡Vamos! —dijo el Teniente Larraguibel
—. Yo no arrugo, yo apechugo nomás, como
buen soldado de caballería.
“Huaso” descansaba una mañana. Había
trabajado hasta tarde el día anterior y le dolían
las patas y el cuello. El veterinario vino a verlo Esa voz le era conocida, pero no podía ser...
de urgencia. El Capitán Montti y el Teniente y sí era.
Larraguibel estuvieron conversando junto a él.
Era“Centella” que, tirando su
“Huaso” sabía que no era nada serio, solo carreta,entraba con su amo hasta la puerta de
un resfrío y cansancio, pero los humanos se servicio del Casino de Oficiales. “Huaso” dio
preocupaban. un brinco y saltó la empalizada y,enseguida, un
—Debe parar por un par de semanas —dijo muro de ligustrinas, y llegó junto a su
el veterinario—. Es una medida de precaución. camarada.
“Huaso” se apenó. Un par de semanas sin —¡“Centella”, mi amigo! —exclamó.
correr ni saltar era mucho. Él debíabatir el —Ya ves que los caminos de la amistad
récord mundial de salto alto, creía que podía
son complejos y alegres.
hacerlo, pero para eso había que trabajar,
—¿Supiste lo que hice?
trabajar y tra- bajar, mejorar cada ínfimo
detalle. —Todos lo saben.“Gypsy”1o supo en
Estados Unidos y, al volver, nos contó a todos.
Y de nada sirvió que se escapara y tratara
de ir a saltar solo, sin jinete. Siempre venía el ¿Cuánto saltaste?
ordenanza y lo llevaba a su caballeriza. —Oficialmente, dos metros treinta y siete,
pero en entrenamiento he saltado más.
Solo, aburrido y preocupado, “Huaso” se
paseaba por el picadero. Comía, lo cuidaban, —Querido “Huaso”, tu madre te envía este
lo querían, pero no lo dejaban saltar. Cada manojo de heno y tu padre te mandó un abrazo,
tarde y cada mañana venían a verlo: el Capitán está feliz contigo, pero furioso con los que te
Montti, el Teniente Larraguibel y el doctor cambiaron el nombre.
Pérez, su veterinario. En eso andaba “Huaso” —Dile a mi padre que yo estoy contento
cuando un día sintió un relincho conocido. con mi nuevo nombre, dile eso y se calmará.
—Salud y gloria al Campeón “Centella” y“Huaso”compartieron dos
Sudamericano de salto alto. doce- nas de zanahorias y once betarragas.
Hicieron
74
recuerdos del haras, dela finca del Capitán de esta Escuela, todos han puesto un poco de
su ilusión en mis patas... no les puedo fallar.
Liege, de los amigos en común.
—¿Qué te pasa, “Huaso”?, me dijeron que En eso estaba la conversación cuando llegó
el ordenanza y se llevó a “Huaso” de la brida.
estabas enfermo.
—No es nada —dijo “Huaso”—. El —Este caballo no madura nunca... tan
infantil que es, tiene de la mejor comida y se
próximo lunes vuelvo a trabajar duro para
poder botar el récord mundial. viene a robar betarragas de la cocina.
—Note sientas obligado —
dijo“Centella”—. Con lo que has hecho es más El lunes siguiente volvió a los
que suficiente, nadie te obliga, nadie te exige entrenamientos. Lentamente empezó a saltar.
nada. Tú eres un gran caballo, el campeón más Le costó superar la barrera de los dos metros.
grande que ha nacido en el haras “La Mañana” Dos semanas inactivo habían dejado huellas.
y sus alrededores. Se sentía sano, poderoso, descansado, pero
—Lo sé, “Centella”, pero esto no lo hago estaba fuera de ritmo, fuera de tiempo, falto de
por nadie, lo hago por mí. Deseo hacer algo ejercicio.
bien en la vida, y si no lo logro, quiero estar Jinete y caballo intentaron los dos metros
tranquilo sabiendo que lo intenté con todas mis cinco y botaron una vara. En ese momento sin-
fuerzas. Ya tengo quince años, amigo, media tieron aplausos. En el otro extremo de la
vida de caballo... cancha de obstáculos, un jinete y su
—Que tengas suerte, hermano. Siempre cabalgadura aca- baban de saltar dos metros
esta- remos orgullosos de ti. treinta. El Capitán Larraguibel y “Huaso”
—¿Sabes una cosa,“Centella”?,estode llegaron a ver de qué se
llegar a Campeón del mundo no es una trataba.
chifladura solo mía, aquí somos varios los que —Este caballo sí —dijo el Teniente Luis
estamos en esto: mi Capitán Montti, el Riquelme—, este caballo está para cualquier
Teniente Larraguibel, el doctor Pérez, el cosa.
ordenanza, todos los militares
“Huaso” sintió miedo. Ante él estaba dos buenos jinetes, dos buenísimos caballos,
parado un caballo al que no había visto nunca pero “Gaucho” era más joven. “Huaso” tenía
prac- ticando, nunca, y ahora, de la nada, ya dieciséis años.
aparecía saltando dos metros treinta, Cada mañana, cada tarde, luego de las jor-
acercándose peli- grosamente a su récord nadas de estudio, los dos tenientes y sus cabal-
sudamericano. gaduras, más el Capitán Montti, el estratego e
“Huaso” se aproximó al recién llegado. inventor de toda esa secreta
—Hola, yo soy “Huaso”, soy el Campeón 1ocura,e1veterinario y los ordenanzas y
Sudamericano de salto alto. ¿Tú quién eres?, caballerizos, trabajaron duro. “Huaso” y
saltas bastante bien... “Gaucho” se respetaban, pero sus relaciones
fueron solo cordiales; Larraguibel y Riquelme
—Y bueno —dijo el recién llegado—, yo
también se respetaban, pero ninguno de los dos
soy argentino, ¡che! Mi nombre es “Gaucho” y
quiso ceder un milímetro de ventaja al otro. En
soy el regalo que el Comandante en Jefe del
un mes de trabajo la competencia dio sus frutos
Ejército Argentino le mandó al Comandante en
y ambos binomios se empinaron regu-
Jefe del Ejército Chileno.
larmente sobre los dos metros treinta.
—¿Entonces ahora eres chileno? “Gaucho” tenía un trote elegante, y el Teniente
—Y bueno, soy un regalo, claro está... Riquelme era tozudo y batallador.
Dejémoslo en que soy argentino-chileno... Jinetes y cabalgaduras no se dieron tregua.
El Teniente Luis Riquelme se sentía feliz, a Llegaba la noche y las dos parejas aún perma-
él también le obsesionaba el salto de altura, necían practicando. Montti mandó las cartas
pero en toda la Escuela no había un caballo a la Federación Internacional Ecuestre anun-
apropiado para él. Ahora había aparecido este ciando que dos jinetes chilenos intentarían
como caído del cielo. batir el récord del italiano Guttiere. Las cartas
Desde ese momento fueron dos binomios de respuesta informaron que ya había fecha y
los que buscaron quebrar el récord mundial de lugar: el 5 de febrero de 1949 en el Regimiento
salto alto. “Huaso” y el Teniente Larraguibel, Coraceros de Viña del Mar. Los jueces habían
y “Gaucho” y el Teniente Luis Riquelme. Eran

78
79
sido seleccionados y solo esperaban el verano El primero de febrero de 1949, el Capitán
para viajar a Chile. Montti y los Tenientes Larraguibel y
Toda la Escuela de Caballería estaba atenta Riquelme, más “Huaso”, “Gaucho” y el
y. los oficiales ya habían comenzado a cruzar veterinario Pérez, fijaron su cuartel general en
apues- tas. Algunos a “Huaso”, otros a el Regimiento Cora- ceros de Viña del Mar.
“Gaucho”. La suerte ya estaba echada.
Faltaba aún medio año para el intento de Antes de salir de Santiago, “Huaso” recibió
alcanzar el cielo. El Capitán Montti la visita de “Centella”, que le traía noticias de
teníapegado en una muralla de su oficina un sus padres y de sus amigos.
cronograma con la progresión de actividades
Todos estamos contigo —le dijo—. Lo
para que caballos y jinetes llegaran en óptimas
que estás intentando es una de esas empresas
condiciones al gran día. Los veterinarios
que se cruzan por las cabezas de muchos, pero
entregaron partes diarios de la salud de los
solo los de corazón grande se atreven a hacer
animales. Se acercaba septiem- bre y “Huaso”
un intento serio por concretarlas. Batas o no el
abrigaba la esperanza de que ese año lo
récord, ya eres de los elegidos.
seleccionaran para desfilar en la Parada. Y otra
vez se vieron frustradas sus esperanzas.
“Gaucho” sí desfiló con su paso gallardo y su
pelaje negro intenso.“Huaso”estuvo todo ese
día de mal humor y, a la mañana siguiente,
inició su práctica de salto con los dientes
apretados.
Pasaron los meses y tanto “Huaso” como
“Gaucho” compartieron la íntima convicción
de que uno de los dos debía batir el récord
mun- dial. Los aprontes eran buenos, pero
también se recibían noticias de lo bien que
andaban los argentinos, uruguayos y
brasileños.
81
Capítulo 10
ran las cinco dela tarde de15 de
febrero de 1949 en el jardín de saltos
del Regi-
miento Coraceros de Viña del Mar. Unas cinco
mil personas estaban ubicadas en las tribunas.
Entre e11as,e1Presidente de la República,
Gabriel González Videla, y la tripulación
completa del buque escuela francés “Jean
D’Arc”, compuesta por bulliciosos marineros
que lo miraban todo para poder contarlo en
detalle cuando volvieran a su patria. Era una
bonita fiesta de sol y colores, protagonizada
por hermosos caballos que rea- lizaban en la
pista pruebas de adiestramiento y saltos de
obstáculos. Más tarde, empezó a rodar el
acontecimiento esperado por todos.
Los competidores fueron recibidos con
aplausos.“Huaso” estaba serio,
tenso.“Gaucho” parecía acostumbrado a los
aplausos.
Por los parlantes anunciaron que los dos público y se tranquilizara. Ante tanta
binomios chilenos intentarían batir el récord tnsistencia, no me quedó más que subir a mi
mundial de salto alto, de dos metros y cuarenta cabalgadura, lo que hice con toda calma.”
y cuatro centímetros. La barrera de una valla Cuando se dio comienzo a las pruebas,
fue puesta a esa altura y mucha gente pensó hubo gran silencio.
que esos dos y sus caballos debían de estar Luis Riquelme y “Gaucho” saltaron
locos. De todas partes continuaba llegando primero; luego, Alberto Larraguibel y
público que trepaba a los árboles, techos y “Huaso”. Salvaron sin dificultad las alturas
murallas. Todos estaban ansiosos por ver qué más bajas. Los jinetes y los caballos tomaban
pasaba. Los mari- nos franceses sacaron sus confianza. En pocos minutos ya se disponían a
cámaras fotográficas. Querían perpetuar en ir sobre los dos metros treinta.
ellas un gran salto o un gran costalazo.
El Capitán Montti fue de un lado a otro,
Años más tarde, el entonces Coronel atento a cualquier detalle. Todo iba perfecto,
Alberto Larraguibel recordaba de este modo todo iba como se suponía que debería ir.
ese momento:
El caballo “Gaucho” inició su carrera, tomó
“Me dirigí a la cancha y en su entrada noté velocidad y saltó, voló elegantemente, pasó
mucho nerviosismo, todos me apuraban. Me sus manos y el vientre; y la cabeza de Luis
/ui a la nave y ordené al soldado caballerizo, Riquelme fue allá arriba, cerquita de las nubes.
que ya tenía a ’Huaso’ ensillado como para la Iba a producirse un estruendoso aplauso para
más importante gala: ’Sígueme con el caballo premiar un salto maravilloso, cuando una pata
y haz solo lo que yo te ordene. Dale una vuelta de “Gaucho” se enredó en una de las varas y
al caballo alrededor de la pista y déjalo si el caballo perdió su precario equilibrio y cayó
quiere comer algunas hojas’. Así lo hizo, y el a tierra con la vara entre sus patas. Caballo y
caballo, también nervioso, le dio tarascones a jinete se incorporaron de inmediato, no tenían
las matas de cardenal que adornan el recinto. daños de seriedad, pero estaban golpeados. No
Dimos ann vuelta más, mientras todos podían seguir en competencia.
insistían en que yo montara. Yo deseaba que
.,. el caballo viera al

84
“Gaucho” salió de la cancha con una tre-
velocidad, se iba a lanzar con todo, pero no, a
menda pena a cuestas. Su última mirada fue
último momento el caballo rehusó, disminuyó
para “Huaso”.
su velocidad de carrera, se desvió y frenó.
—Te la dejo, hermano —pareció decirle.
“La culpa fue mía —dijo después Larragui-
Larraguibel y “Huaso”, apenados por la bel—. Calculé mal la distancia, por eso no usé
caída de “Gaucho”, redoblaron su la huasca para obligarlo a saltar. Se habría
concentración. Saltaron brillantemente los dos puesto nervioso, porque un animal se da
metros treinta. “Huaso” estaba sudoroso, tenía cuenta altiro cuando le están pidiendo algo
la boca llena de espuma. superior a sus fuerzas.”
Ahora se disponían a atacar la altura de Vino el segundo intento con una distancia
quiebre del récord. Intentarían saltar dos mayor de carrera. “Huaso” no tenía miedo y se
metros cuarenta y siete. Tres centímetros más elevó al cielo y se quedó en el aire volando,
que la marca mundial. pero la altura era mucha y su vientre rozó en la
Tenían tres oportunidades para hacerlo, así vara y una pata la tocó, derribándola.
lo estipulaba el reglamento. Allí estaban los Entonces apareció el Capitán Montti.
jueces internacionales, atentos a que todo se
—Queda un intento —dijo—. “Huaso” está
cumpliera de acuerdo con lo establecido. El
cansado, pero estuvo muy cerca de lograrlo.
Capitán Montti se mantuvo sereno, habló con
Este es el punto en que debe apurarlo,
Larraguibel, aunque solo de detalles, porque
Teniente.
ambos tenían muy claro lo que había que
hacer: saltar. El Capitán marcó un punto en el suelo, se
apartó unos metros hacia un lado y se quedó
El obstáculo era un muro majestuoso. Una
parado allí, como señuelo.
muralla gris infranqueable. Un muro que
cerraba el paso a la razón y solo podía ser El Capitán Montti sabía lo que
vencido mon- tado en la desmesura. estabadiciendo, su cabeza había procesado toda
la información recogida a lo largo de una vida
Y partió corriendo el caballo “Huaso”, se
dedicada a la equitación, más todo lo que sus
acercó a esa valla impresionante... aumentó su
ojos habían bebido en esos minutos eternos de
volar en
86
busca de un sueño. Todo en su cabeza era una recordó cada uno de sus fracasos. No más,
ecuación delirante para decir: Teniente, este es dijo, no más.
el punto clave.
Mientras“Huaso” caminaba a tomar
El Coronel Larraguibel recuerda: posición para intentarlo por última vez, fue
“Me quedaba una sola oportunidad, la repitiendo en su conciencia las palabras de
final: vuelvo a desmontar y a medir las todos los que alguna vez habían creído en él.
distancias, una y dos veces: el Capitán Montti, “Centella”, “Gypsy”, el Capitán Montti y, por
a su vez, se coloca en un lugar determinado último, el hombre que en ese momento lo
para dar el ’ya’ desde donde debía empezar a montaba, su buen amigo, el Teniente
apurar a ’Huaso’, para transmitirle la Larraguibel.
decisión firme y resuelta de salvar el En ese lapso de caminata, “Huaso” sintió
obstáculo.” nacer un volcán en sus entrañas. Un volcán de
Larraguibel continúa: amor. Sintió que por sus venas corría sangre
“Lo conduje por última vez Jrente al salto, nueva, fresca. Ahora o nunca, se dijo. Y se res-
le hablé, lo acarició, le transmití toda mi Je pondió: Ahora.
y mi fuerza, le dije: ’Huaso’, esta es nuestra Eran casi las seis de la tarde.
oportunidad, ahora o nunca.” “Huaso” corrió como una saeta y, en el
“Huaso” lo escuchó. Estaba cansado; la punto preciso, inició el vuelo... y esta vez no
espuma de su boca sabía amarga. Una pata, la sintió que su vientre tocara nada. El Teniente
que había golpeado la vara, le dolía. Recordó Larraguibel aguzó su oído, pero no escuchó
toda su vida en ese instante. Recordó a su caer las varas.
madre, “Trémula”; a su padre,“Henry Lee”;1os El vuelo fue perfecto, el cuerpo de “Huaso”
imaginó al momento de recibir la noticia de pasó un par de centímetros sobre la última
que tenían un hijo Campeón del Mundo. Todo vara.
estaba ahí, era cosa de llegar y saltar, saltar, ir
El universo se detuvo.
arriba, liviano, resuelto. Recordó su primer
nombre: “Faithful”, “Huaso” tocó el suelo y siguió corriendo
cuando ya 91 publico gritaba enfervorizado.
Los marinos franceses lanzaron sus gorras al
aire y
abrieron las botellas de champán. Todo el
mundo celebraba la hazaíía de ese caballo.
Larraguibel se abrazó a “Huaso” y se quedó
un instante solo junto a él, solos en medio de
cinco mil almas.
Un caballo loco y un jinete alado unidos en
un abrazo en el límite de la realidad y la
fantasía. El Capitán Montti caminó como
aturdido.
La locura ya estaba hecha, ahora podía vivir el
resto de su vida disfrazado de cuerdo.
“Huaso” miró a las gentes. Una nube de
humanos se le abalanzó y comenzó a
arrancarle las crines como recuerdo.
—¡Qué va! —pensó “Huaso”—, es el
precio de la fama.
¡Lo hice! —se dijo mirando el obstáculo
—, nunca más podrán decir que soy un bueno
para nada y que no le he ganado a nadie.
Hubo felicidad en sus ojos mansos de
caballo, toda la alegría del mundo se concentró
en su mirada y rodó como una ola por su cara
hasta su cuello. El universo entero dio vueltas
como un carrusel de estrellas en sus ojos tristes
de caballo, en sus ojos profundos como lagos.

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