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CRITON.

Critón es un diálogo muy corto, supuestamente previo a la «apología» en el cual


Sócrates poco antes de ser juzgado ante el tribunal ateniense, mantiene una
conversación con Critón, amigo y discípulo desde hace largo tiempo de Sócrates,
que lo visita en la cárcel para indicarle el modo como puede escapar del juicio sin
peligro para su vida. La respuesta, o mejor dicho, la «propuesta» de Sócrates es
tajante: examinemos si lo que antes decía ha cambiado, si han variado las
afirmaciones sobre la vida que, en circunstancias favorables, fueron hechas.
¿Pueden, en definitiva, cambiar las afirmaciones y creencias en función del
contexto, o las verdaderas «convicciones» serán siempre más fuertes que éste?
¿Lo que antes se creyó bueno puede ser desmentido por miedo? 

Lo que va a defender es que si sus razonamientos eran ciertos, es decir, que lo


que antes dijo era verdad porque había sido examinado y pensado y sentido con
detenimiento y no «poco juicio», ahora también debe mantenerse aunque hayan
cambiado sus expectativas. Y más aún, no sólo debe mantener su posición sino
que tampoco debe temer a nada. ¿Por qué? Porque si en un momento de
tranquilidad pensó bien, ahora que aparecen dificultades aquel pensamiento y
razonamiento asegura que se está en buen camino, y que dejarse llevar por
impulsos sería lo más erróneo de todo. 

Ese es, mas o menos, el resumen del tema y del desarrollo del diálogo. 

1) Creo que el objetivo es el de hacer comprender las causas por las que Sócrates
no rehuyó al juicio ni a la condena a muerte, ni aceptó los medios legales e
ilegales de los que dispuso para salvar su vida, haciendo prevalecer en un
momento «determinante» un profundo respeto a la polis, por sus leyes y -sobre
todo eso- demostrando un indomable espíritu de fidelidad a sí mismo. 

2) Como toda la obra platónica, en forma de diálogo, con un único interlocutor en


este caso, su amigo Critón. 
3) No da una conclusión unívoca de un tema en particular, excepto reafirmar una
coherencia de vida en Sócrates, por lo que -entre muchas otras- esta obra permite
rescatar el importante rol que le cabe a la educación de los ciudadanos y al
diálogo como esencia de la filosofía y de la virtud políticas. 

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