El niño que mató al perro de su vecina y luego se suicidó

Ocurrió que un día Liudmila llevó a casa un cachorro al que llamó Nicolás. Hanta el
vecino, la miró por la ventana de su casa, mientras apretaba fuerte, muy fuerte, los dientes.
Luego de un mes de espiarla todas las tardes cuando ella jugaba con Nico, decidió que
odiaba al perro y la sonrisa de los dos. Pues los niños ya no jugaban juntos. Esa noche
Hanta estranguló a Nico, luego se fue a la cama. Al día siguiente Liudmila lloraba
desconsolada. Al verla así, destrozada, Hanta advirtió un dolor en su corazón parecido al
que había sentido el día que murió su madre. Esa noche no durmió pensando en cómo
reparar el daño. Al día siguiente, a modo de resolución, tomó, del armario de su padre, la
escopeta calibre dieciséis.

La cura del mundo

Hace un año, a mediados de octubre se publicó la noticia de que Rusia tomaba la delantera
en la carrera por encontrar la vacuna contra el Covid-19. El presidente Putin anunciaba el
éxito de las pruebas en humanos. Y al mismo tiempo la producción en serie del antídoto.
Algo salió mal. Hoy los osos de ese país, y de cualquier otro, tienen más comida que nunca.
En el mundo hay un silencio absoluto y la población de abejas se recuperó en un 90 %.

El escritor que planeó su muerte y le dejó comida al perro.

La mañana que Hanta se voló la cabeza con la escopeta calibre dieciséis, decidió antes
encarar al autor de su historia. Averiguó, durante la noche, que vivía a unas cuadras de su
casa. Guardó el arma en una alforja vieja y cargó con ella. Al llegar a casa de Boris, un
escritor de medio pelo que publicaba una columna a la semana en el periódico local. El
niño le preguntó por qué había muerto su madre y por qué tuvo que matar a Nico. Boris se
encogió de hombros. Antes de abrir la puerta llenó de comida el plato de su perro.

Siento que permea un ambiente muy ruso. Le veo potencial al juego de ir

“encadenando”los cuentos, es decir que el que sigue se conecte con el de “La cura del

mundo”, y en otro vuelva a aparecer Luidmila y luego en otro se regrese al asunto del

fin del mundo pero con el escritor... Hasta llegar a un cuento final que clausure todo.
Igual y al final el del fin del mundo es el último y no encaja con nada más pero podría

ser que sí. Tambiénesto me recordó a unos chistes que contaba una prima mía, no me

acuerdo muy bien, creo que iba así: “Estaba un pirata que tenía un garfio bien feliz

comiéndose una dona en su barco y en eso que se le cae la dona”. Y ahí acababa y

todos nos quedábamos con cara de keh? Y luego seguíamos contando chistes y cosas y

luego volvía a decir ella que nos contaba otro chiste y decía: “Estaba una pareja en un

restaurante y él de pronto saca un anillote grandototote con un mega diamante y le pide

matrimonio y ella pues encantada le dice que sí. Pero entonces ella va al baño y como

le quedaba grande el anillo se le va por el drenaje. Pero su novio le dice que no importa

que no pasa nada, que era sólo algo material. Total se casan y se van de luna de miel al

mar y van paseando en un bite y de repente ve algo circular flotando en el agua, ¿qué

creen que era?” Y de mensos decíamos que el anillo y ella contestaba: “¡La dona del

pirata!” Nos daba mucha gracia, es medio sonzo el asunto pero creo que se podría

aprovechar ese juego.

P.D. No sé por qué se puso este formato con el recuadro, sorry.