Está en la página 1de 9

La interdisciplina

desde la teoría de los sistemas complejos


En las relaciones interdisciplinarias se puede esperar la llegada
de una etapa superior que sería “transdisciplinaria”, la cual no
se limitaría a alcanzar interacciones o reciprocidades entre
investigaciones especializadas sino que ubicaría estas relaciones
en un sistema total sin fronteras estables entre las disciplinas.

J. PIAGET

Para los jóvenes de hoy es difícil concebir un mundo sin tamaño; hoy, las computa d o ras comerciales se constru-
computadoras; los procesadores de texto, los controlado- yen con chips de silicio. Las sorpresas —o maravillas— del
res de la inyección de carburante en los automóviles y la futuro están más cerca de lo que pensamos; ya se ha plan-
web p a recen haber estado siempre aquí. Cuesta tra b a j o teado la posibilidad de hacer pro c e s a d o res moleculare s,
creer que hubo una época en la que no había correo elec- basados en las propiedades de complementariedad del
trónico o c h a t s. La generación que presenció la migración ADN, los cuales tendrían una capacidad de cómputo en pa-
de las computadoras de los laboratorios a las universidades ralelo tan masiva que, en principio, sería capaz de resol-
y los hogares es testigo de como éstas se fueron transfor- ver problemas combinatorios cuya solución pertenece
mando de enormes cajas que ocupaban salas entera s, con hoy al mundo de las ilusiones. Pero las posibilidades de
aire acondicionado y control de humedad, a las laptops o transformar lo imaginario en realidad no conoce límites,
pdas que cualquier yuppie o ejecutivo lleva consigo hoy en un futuro lejano —pero no ta n to como para que los jó-
día, y que multiplican por varios factores de magnitud la venes de ahora no tengan esperanza de atestiguarlo— ha-
capacidad de cómputo de sus ancestro s. Indudablemente, brá computadoras cuánticas cuya base será la naturaleza
la reducción del tamaño de las computa d o ras es posible discreta de los estados posibles de la materia a nivel ultra-
gracias a los avances tecnológicos y a la propiedad esen- microscópico.
cial de que la capacidad de cómputo no depende de los Lo anterior merece una reflexión más profunda; si la
materiales de los que está hecha la computadora. propiedad de cómputo no depende de la naturaleza mate-
En los años cuare n tas del siglo pasado, el modelo 13 rial de los dispositivos que la sustentan, entonces ¿de qué
de la UNIVAC estaba construido principalmente con elemen- depende? Entendemos dicha propiedad como la capacidad
tos electromecánicos como relevadores y bulbos; luego, se de implementar y llevar a cabo las instrucciones de cual-
prescindió de las partes mecánicas y se utilizaron única- quier algoritmo finito —un algoritmo es una serie de ins-
mente dispositivos eléctricos. En la siguiente generación trucciones que nos dice cómo se deben de ejecutar opera-
de computa d o ra s, en los años sesentas, los procesadores ciones aritméticas y lógicas secuencialmente.
se fabricaron con compuestos de estado sólido —transisto- Toda información, en particular los algoritmos y los
res— como base material, lo que redujo drásticamente el datos que procesarán, se puede representar en forma de

Elke Köppen, Ricardo Mansilla y Pedro Miramontes

CI E NC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


CI ENC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005
Entonces, ¿a qué área de la ciencia pertenece la com-
p u tación? La re s p u e s ta es tan categórica como ambigua:
a todas y ninguna. La primera computa d o ra reconocida
como tal data de 1834, la Máquina analítica del ingeniero
mecánico Charles Babbage. Casi un siglo después, los in-
g e n i e ros eléctricos diseñaron computa d o ra s, como la
ENIAC de 1943, de arquitectura totalmente electromecánica
y cuya primera tarea fue hacer los cálculos para fabricar
la bomba de hidrógeno. Después, se pasó a la ingeniería
electrónica y, como hemos apuntado, llegará el día en que
veamos ingenieros biomoleculares e ingenieros cuánti-
cos que nos maravillarán con computa d o ras cada vez más
pequeñas y veloces.
Si hacemos a un lado los detalles de los fierros —hard -
ware— y atendemos sólo al control y funcionamiento de
las computa d o ra s, entonces la ciencia de la computación,
por derecho propio, es distinta de las tradicionales. Ha
surgido una disciplina que se brinca las trancas de las de-
más, tiene su propia dinámica y la articula a través de un
lenguaje común con las otras, la matemática. Tan es así
que, en la década de los treintas, el eminente matemático
inglés Alan Turing sentó las bases de la computación mo-
derna de manera totalmente independiente de la naturale-
za material de los dispositivos. En resumidas cuenta s, para
hacer computadoras puede que sea necesario ser ingenie-
ro, pero para hacer computación es indispensable recurrir
a la matemática, ese lenguaje unive rsal y abstra c to que
el intelecto humano ha desarrollado.
¿Es esto un ejemplo de interdisciplina?, gente con di-
versas formaciones trabajando en un mismo problema ¿es
cadenas binarias. En un sistema binario los números se re- un caso de práctica interdisciplinaria?, ¿tiene la interdisci-
presentan como una sucesión de ceros y unos, de la misma plina un lenguaje propio diferente de las disciplinas que
manera que en nuestro sistema numérico decimal se usan entran en juego? Para estar en condiciones de responder
diez dígitos. Cualquier dispositivo que pueda alternar en- estas preguntas es necesario un viaje por la historia y otro
tre dos estados —prendido-apagado, falso-verdadero, etc é- en torno al debate contemporáneo acerca de la interd i s-
tera— permite hacer operaciones entre números binarios. ciplina.
Todo esto hace que el dígito binario —bit— sea la unidad
básica de almacenamiento y transmisión de información Las disciplinas
en una computadora. En 1847, George Boole desarrolló en
Inglaterra el formalismo matemático, el álgebra booleana, Después de casi mil años de oscurantismo en los cuales,
el cual sustenta el diseño de apara tos que reciben info r- generación tras generación, la mayoría de los habitantes
mación como cadenas de ceros y unos, la procesan y la del mundo que hoy llamamos occidental vivían para ren-
d e v u e l ven también como cadenas binarias. Por esto, en dir vasallaje y pagar impuestos a sus señores locales y diez-
principio, cualquier conjunto de dispositivos que puedan mos y primicias a los representantes terrenales de un dios
conmutar entre dos estados —como los bulbos, los transis- vengativo y violento que todo lo ve desde los cielos, en la
tores de estado sólido, las biomoléculas y los espines de Europa del siglo XVIII, el Siglo de las Luces, el Renacimien-
los electrones— tendrá la capacidad de cómputo. to tiende un puente entre la Antigüedad clásica y la edad

CI E NC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


de la razón. Hasta entonces, las supersticiones habían ha-
llado en la ignorancia su mejor caldo de cultivo, propician-
do que el poder político, anclado y confundido con el de
las jerarquías religiosas, avasallara a los individuos y los so-
metiera a los peores excesos, sobre la base del miedo ge-
neralizado a lo sobrenatural. Mediante la violencia y el cri-
men cotidiano, el aparato de poder había creado un estado
de terror para someter a la gente. La exaltación de la razón
por encima de los dogmas en el siglo XVII y su implaca-
ble ejercicio crítico fueron un fermento subve rsivo cuya
acción desencadenó una re volución de las conciencias y
produjo el racionalismo como doctrina filosófica y como
actitud ante la vida.
En Francia, Denis Diderot y Jean le Rond d’Alembert
e n c a b e za ron el pro y e c to intelectual más ambicioso de
cuantos se habían concebido, La Enciclopedia. Diecisiete
tomos —en su primera edición— que recogen todo el saber
y las ideas de la época. En la monumental obra se hace una
clasificación exhaustiva de las artes, las ciencias y los ofi-
c i o s. A partir de ese momento quedan establecidas las
f ro n t e ras entre distintos aspectos del conocimiento y es
posible hablar de disciplina con la connotación moderna,
como sinónimo de campo o área de trabajo. Con el tiem-
po, esta noción se ha transformado y evolucionado de tal
forma que en nuestros días conlleva un factor institucio-
nal, de gremios académicos —cuando no de mafias—, de
intereses y de poder.
Hoy, las disciplinas forman un conjunto abigarrado de
ciencias y campos de conocimiento y, en torno a cada una,
se aglutinan grupos de profesionales que se identifican
corpora t i vamente con ellas. No obstante, las fronteras dis- man un grupo aparte de los que trabajan teoría de repre-
ciplinarias son borrosas. Por ejemplo, la pregunta acerca sentaciones de grupos y los físicos cosmólogos no se en-
de qué son, con precisión, la biología y la sociología, no tie- tienden con los acústicos.
ne respuesta. Si tomamos al azar un ejemplar de la pres- El fenómeno de la especialización excesiva y la fra g-
tigiosa revista Science, encontraremos artículos de biología mentación del conocimiento parece haber convertido la
estructural computacional, de ecología del bentos marino, intención interdisciplinaria en la búsqueda utópica o nos-
de evolución molecular y de biofísica de membranas celu- tálgica de la unidad de las ciencias. Para muchos científi-
lares. ¿Se puede hablar de la existencia de la biología cuan- cos, la ciencia interdisciplinaria es, si acaso, una metáfora.
do ningún especialista en cada uno de estos temas puede Por su parte, los funcionarios académico-administrativos
discutir los últimos avances de su campo con los colegas usan intensamente el término, pero su propósito es mu-
de los otros? En una ocasión, uno de nosotros tenía urgen- cho menos altruista, lo incorporan al discurso de reforza-
cia de saber cuáles de los nucleótidos son purinas y cuáles miento del poder y del reparto de prebendas entre grupos
pirimidinas, le preguntó al primer biólogo que encontró influyentes de administradores de la ciencia o para reducir
—que resultó ser un ecólogo de vegetación tropical— quien presupuestos con el argumento de la falta de recursos.
con gran honestidad respondió que no tenía idea de que La discusión acerca de la interdisciplina tuvo su auge
son las purinas y las pirimidinas. Otro ejemplo, los mate- en los años setentas del siglo XX y se refleja en la vasta lite-
máticos especialistas en teoría de sistemas dinámicos fo r- ratura publicada después de esta fecha. En 1970, la Orga-

CI ENC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


nización para la Cooperación y el Desarrollo Económico Si algún hipotético presidente de la República Mex i c a-
(OCDE) convocó a un gran seminario sobre el tema y pro n- na decidiera resolver los problemas del estado de Chiapas,
to muchas unive rsidades cre a ron áreas o centros de estu- entonces mandaría diseñar un proyecto que contemplara
dios interdisciplinarios por excelencia, como los estudios mejorar los caminos, la agricultura, la educación, los ser-
de género, los ambientales y los regionales. Aunque han vicios de salud, etc é t e ra. Para ello se ocuparían ingenie-
pasado tres décadas, la búsqueda de una definición única, ros, médicos, agrónomos y pedagogos —o militares, para
aceptable para todos, que incluya todas las formas en que no perder el control. El proyecto global es multidisciplina-
se practica, sus motivos y propósitos, y que sirva para de- rio en su conjunto porque invo l u c ra la participación de
limitar claramente entre lo que es y lo que no es interd i s- trabajadores de muchas disciplinas distinta s, pero cada
ciplinariedad ha resultado infructuosa. campo mantiene su método, lenguaje y perspectivas. La
Podemos partir de una certeza, la interdisciplina no multidisciplina representa una yuxtaposición de discipli-
existe sin las disciplinas y tampoco se puede prescindir de nas que es meramente aditiva y no conlleva la integración
los especialistas. Es más, el desarrollo de las ciencias ha es- ni el enriquecimiento mutuo.
tado marcado por un continuo proceso de diferenciación e En cambio, en la interdisciplina la colaboración tra s p a-
integración que genera cambios constantes. Muchos cam- sa las fro n t e ras disciplinarias y, aunque los especialistas
pos interdisciplinarios constituyen formas de especializa- participantes mantienen la identidad de sus ramas, existe
ción que poseen el potencial de, eventualmente, convertir- la disposición de estudiar lo necesario de las otras con el
se en nuevas disciplinas. Asimismo, la interacción de varias propósito de sentar las bases para una comprensión mu-
disciplinas, característica común en la mayoría de las de- tua. Un médico aprende el sentido de modelar con ecua-
finiciones de interdisciplina, puede pre s e n tar toda una ciones diferenciales y un matemático entiende cómo se
gama de posibilidades cuyos casos extremos son la multi- propaga una epidemia, el resultado —la epidemiología ma-
disciplina y la transdisciplina. temática— trasciende tanto la medicina como la teoría de
ecuaciones diferenciales. Surgen interrogantes nueva s
que no se les ocurrían a los investigadores por separado, y
se crean o redefinen viejos conceptos como complejidad,
Hay polémica y poco consenso cuando se habla de leyes de la naturaleza. caos o frustra c i ó n, hasta eventualmente llegar a la crea-
El término y su adjetivo natural provocan fuertes debates entre los científicos ción de nuevas especialidades institucionalizadas. La inter-
de las áreas biológicas, físicas, matemáticas y de los campos sociales. Para diciplina puede considera rse como el resultado de un pro-
los últimos, la naturaleza es lo que queda una vez que se sustrae la sociedad ceso de sinergía que requiere el concurso de las partes y
y sus manifestaciones, y natural es el opuesto de artificial; consecuentemen- propicia la emergencia de cosas nuevas.
te, las leyes de la naturaleza no alcanzan a las sociedades. En cambio, para los Así como en la multidisciplina los campos del saber
primeros, naturaleza es un sinónimo de todo o de universo y, consecuentemen- marchan en conjunto pero sin revolve rse y en la interd i s-
te, incluye al mundo de la materia inerte, de lo vivo y también de lo social. ciplina la colaboración permite saltar los muros que sepa-
Puestas así las cosas, se ve difícil que una parte convenza a la otra ran las disciplinas, en la transdisciplina, como su nombre
—naturaleza tiene diez y ocho entradas en el diccionario de la Real Acade- lo indica, las metas son mucho más ambiciosas: la desapa-
mia— por lo que lo mejor es dejar en claro que existen diferencias. Sin em- rición de las fronteras. Por ahora, esta propuesta es la más
bargo, el ánimo conciliatorio no debe de impedirnos hacer algunas precisio- progresista y la más cercana de aquella unidad perdida o
nes. Las leyes de la naturaleza física son universales y son obedecidas por nunca alcanzada de las ciencias. La transdisciplina penetra
todos, incluyendo a los humanos y sus agrupaciones. Por ejemplo, no hay el sistema entero de la ciencia y, al eliminar la fragmenta-
quien o quienes se sustraigan de los efectos de las leyes de la gravita c i ó n , ción arbitraria, lleva a la búsqueda ya no de leyes particu-
del electromagnetismo o la termodinámica. Con estas leyes no existe posi- lares de la física, la biología o la sociedad, sino de leyes de
bilidad de cohecho, extorsión o influyentismo. No hay juez, jurado o apelación la naturaleza (cuadro 1).
posible. La transdisciplina suena bien, pero en la práctica no
funciona. Nadie sabe cómo hacer para que las barre ras en-
tre las disciplinas desaparezcan. Hay una extensa biblio-
Cuadro 1 La naturaleza de la naturaleza.
grafía de pensadores que han trabajado mucho esta pro-
p u e s ta pero, como suele suceder cuando los concepto s

CI E NC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


no son claros, la forma del lenguaje domina al fondo del confusión, peor sucede con lo complejo, que es una de las
asunto. Se elaboran complicados discursos acerca de la ne- p a l a b ras cuyo significado en la ciencia difiere de su uso
cesidad de un metalenguaje, una especie de espera n to in- habitual en el lenguaje cotidiano —otros ejemplos serían
telectual, que borre las fronteras y que permita una espe- gravedad y caos. Complejo no es sinónimo de complicado
cie de libre comercio entre las disciplinas. Lindo ¿no? Pe ro y, por lo mismo, complejidad no lo es de complicación o
a un médico no le vamos a hablar de metafísica si quere- de dificultad. Por complejidad entendemos un estado pe-
mos salir vivos del quirófano. El problema es que aun la culiar de organización de la materia cercano a la transición
gente que cotidianamente trabaja de manera interdiscipli- orden-desorden. Cuando se habla del par dialéctico simpli-
naria, y que sería la indicada para hacer propuestas cons- cidad-complejidad se debe entender que ello ocurre por-
tructivas, le da pere za fundamentarla conceptual y epis- que la complejidad se encuentra en algún lugar entre dos
temológicamente. Una cosa es ser interdisciplinario en la simplicidades; por ejemplo, entre el orden cristalino y el
práctica y otra ponerse a teorizar sobre esta actividad. desorden aza roso. En las discusiones acerca de la comple-
jidad, también es frecuente un uso extremadamente libre
La asociación de interdisciplina y complejidad y erróneo de otros términos asociados. Tal es el caso de
caos. La identificación del caos con el azar, lo aleatorio o
Frecuentemente, los términos de interdisciplina y com- el desorden, es incorrecta y anula su riqueza conceptual y
plejidad están asociados. Pe ro si el primero se presta a dinámica. Justa m e n t e, en la teoría de los sistemas com-

CI ENC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


plejos, la existencia de un comporta m i e n toa la vez deter- Es posible encontrar ejemplos de protectorados en di-
minista y globalmente impredecible es uno de los aspec- ferentes niveles de organización de la materia; desde los
tos más asombrosos y característicos. que mencionan Pines y Laughlin —superconductividad,
Un sistema complejo consta de componentes indivi- superfluidez en líquidos bosónicos, etcétera— hasta algu-
duales que interactúan y, como producto de ello, pueden nos que trascienden el ámbito de la materia inerte para
modificar sus estados internos. El número de componen- adentrarse en el mundo de lo vivo.
tes es suficientemente grande para que su estudio al esti- En adelante, para acentuar el carácter emergente de las
lo de Newton —resolviendo una ecuación diferencial por propiedades protegidas, y también con el propósito de ale-
cada grado de libertad— sea imposible, y suficientemente jarnos de una nomenclatura con un fuerte sabor imperia-
pequeño para que el formalismo de la mecánica esta d í s t i- lista —protectorado fue el nombre usado por los colonialis-
ca —donde promediar pro p o rciona sentido al uso de va- tas europeos durante buena parte del siglo XX para disfrazar
riables macroscópicas— no sea válido. La interacción no su política interve n c i o n i s ta—, los llamaremos clases de
es lineal y, habitualmente, ésta resulta de dinámicas anta- universalidad dinámica. Así, la capacidad de cómputo re-
gónicas. Un sistema complejo es reconocible por su com- sulta ser una de tales clases.
porta m i e n to; en él suele haber autorganización, frustra- Otro ejemplo es el crecimiento fractal. Como se sabe,
ción y evolución hacia la zona crítica, leyes de potencia los fractales son objetos geométricos cuya dimensión topo-
espacio-temporales y, fundamentalmente, emergencia de lógica es diferente de la del espacio de dimensión mínima
patrones. que los aloja —cero para un punto, uno para una curva, dos
La emergencia es el proceso de nacimiento de estruc- para regiones planas y tres para objetos sólidos. De mane-
turas coherentes y discernibles que ocurren como resul- ra que muchos fra c tales tienen dimensión fraccionaria,
tado de la interacción de los componentes individuales de lo que significa que llenan más espacio que el de la unión
un sistema complejo. Es un comporta m i e n to colectivo numerable de sus componentes.
que no se puede deducir de las propiedades o rasgos de Cuando una partícula de polvo se pega a otra, y una ter-
los componentes del sistema. Los fenómenos emergentes cera se agrega a las dos org i n a l e s, y así sucesiva m e n t e,
pueden ser espaciales —emergencia de formas o patro- comienza a formarse un agregado ramificado, pues las ulte-
nes geométricos— o temporales —de conductas o funcio- riores partículas que se suman tienen mayor probabilidad
nes nueva s. A menudo, la emergencia de patrones es el de hacerlo en una rama periférica que de llegar al centro
rasgo distintivo entre un sistema complejo y uno complica- del cúmulo. El cuerpo que se forma es un fractal con una
do. En el primero, es más importante la relación entre sus dimensión que se puede calcular numéricamente con fa-
componentes que la naturaleza material de los mismos. cilidad. Sucede que el objeto así formado es indistingui-
ble de los que resultan del crecimiento de una colonia de
Clases de universalidad dinámica la bacteria Bacilus subtilis en un plato de Petri, o de la mi-
gración de partículas metálicas en un medio coloidal bajo
El hecho de que sistemas de naturaleza muy distinta ex h i- la acción de un campo eléctrico o de la inyección de un
ban el mismo comporta m i e n to, independientemente de líquido en un medio también líquido pero de mayor den-
los detalles particulares de sus componentes —como en sidad —agua en glicerina. Entonces, esto es una clase de
las computa d o ras—, sugiere la existencia de principios u n i ve rsalidad dinámica. Lo más re l e vante del asunto es
o rg a n i za t i vos que actúan en el nivel mesoscópico; esto que el modelo matemático que describe el comporta m i e n-
es, entre la dinámica microscópica y la macroscópica. En to de uno de los integrantes de la clase, describe por igual
el año 2000, David Pines y Robert Laughlin designaro n a los demás. En este ejemplo particular dicho modelo se
como propiedades protegidas de la materia al re s u l ta d o llama agregación limitada por difusión.
de estos principios organizadores, y protectorados al con- El poder epistemológico del concepto de clase de uni-
junto formado por los componentes micro s c ó p i c o s, los versalidad dinámica es algo que vale la pena destacar. Si
principios mesoscópicos y las propiedades unive rs a l e s se puede obtener un comporta m i e n to macroscópico co-
macroscópicas —por cierto, estas nociones coinciden con mún en muchos sistemas, independientemente de sus
la propuesta del principio esclavizador de Hermann Haken composiciones microscópicas, entonces la descripción
en 1978. matemática más parsimoniosa del que sea el más sencillo

CI E NC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


de modelar, en principio, es válida para todos. De hecho, tear, desde la teoría de los sistemas complejos, nuevas pers-
esta es la razón por la cual los modelos matemáticos exis- pectivas para la interdisciplina.
ten, funcionan, y lo hacen muy bien; son el re t rato de un Puede ser que eventualmente los sistemas y su estu-
arquetipo, de una clase de universalidad dinámica. dio demanden interdisciplina y que el resultado sea exito-
Por consiguiente, no hay razón para extra ñ a rse de que so, pero la teoría de los sistemas complejos hace desapa-
un modelo matemático originalmente formulado para al- recer las fronteras entre disciplinas, con lo que trasciende
gún problema de dinámica de poblaciones, sea también la interdisciplina. La discusión de inter, multi o transdisci-
efectivo en epidemiología o para la propagación de rumo- plina pierde sentido, no sólo al ser derribados los muros
res; tampoco que las herramientas de la mecánica esta d í s- entre disciplinas, sino por la emergencia de leyes y prin-
tica sean las mismas que las de la economía global, o que cipios generales que se pueden estudiar cobijados bajo
la conducta de agregados neuronales se parezca a la del clases de universalidad dinámica. Entonces, la unidad de
c o m p o r ta m i e n to social de las especies gregarias de in- la ciencia se dará, naturalmente, en la medida en que sea
sectos. posible identificar tales clases y el metalenguaje al que
aspiran quienes proponen la transdisciplina será, desde
Complejidad y disciplinas luego, el de la matemática.
Re s u l ta ingenuo pensar que las especialidades van a
Si los sistemas que integran una clase de unive rsalidad di- desaparecer con esta propuesta —incluso no creemos que
námica son indistinguibles desde la óptica de la matemá- e s to sea conveniente— pero a la luz de la teoría de los
tica que los describe, ento n c e s, las barre ras disciplinarias sistemas complejos las fro n t e ras entre el estudio de lo
son demolidas —al menos demolibles— y es posible plan- vivo y lo inerte, de lo natural y lo social, desaparecen. El

CI ENC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005


principio unificador es la matemática de los sistemas no tingente, es aprender a reconocer las relaciones estruc-
lineales. t u rales o dinámicas entre sus dive rsos elementos para
Existe un rechazo injustificado de ciertos círculos aca- deducir lo que no es evidente”.
démicos hacia la matemática. Se afirma, con más descono- El éxito de la matemática como lenguaje de la ciencia
cimiento que mala fe, que ésta constituye una serie de mé- está directamente vinculado con su inagotable capacidad
todos cuantitativos cuando es también una ciencia de las para descubrir pautas y estructuras donde la observación
cualidades. Es verdad que el medir es una de las operacio- dire c ta y la estadística —justificadora de prácticamente
nes primarias para relacionar la realidad física con el mun- cualquier cosa— sólo puede acumular datos. Es cierto que
do de abstracciones que forman el universo matemático, la matemática también sirve para contar y medir, pero di-
pero restringir los alcances de esta ciencia a la búsqueda chas tareas no son sino una ínfima parte de la enorme ri-
del rigor en las mediciones corresponde a la visión positi- queza que tiene como método, herramienta y lenguaje.
vista baconiana según la cual sólo es objeto de estudio lo
que puede registrarse empíricamente —es decir, medirse. Colofón
Las grandes teorías de las ciencia se han construido so-
bre bases matemáticas y esto no tiene que ver con la pre- En la época del positivismo de los albores del siglo XX, se
tensión de exactitud en las mediciones sino con las posi- emprendieron en México campañas alfa b e t i za d o ras por-
bilidades de plantear hipótesis sobre cómo ocurre algo que se consideraba que todo individuo debería saber leer
en la naturaleza, de construir un esquema mental imagi- y escribir para tener acceso a la cultura y a las líneas del
nativo que abra la puerta a la teorización y llevar las con- progreso de su tiempo, en pocas palabras, para ser un hom-
secuencias en el ámbito de los formalismos matemáticos. bre de su tiempo. Ahora, en los albores del XXI, eso ya no
En palabras de José Luis Gutiérrez, “matematizar una dis- basta, es necesario que todo individuo que quiera vivir su
ciplina es […] penetrar los objetos de estudio con las he- tiempo conozca las herra m i e n tas mediante las cuales la
rramientas para el pensamiento que nos pro p o rciona la naturaleza nos revela sus secretos, los cuales se encuen-
matemática, es buscar en ellos lo esencial y acotar lo con- tran cifrados en lenguaje matemático.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Sta n l e y, E. 1999. “Scaling, universality, and nor-


Álvarez, R. 2003. Los protectorados en la naturaleza: malization: three pillars of modern critical phenomena”,
el caso de la filotaxia. Tesis de licenciatura en física. en Reviews of Modern Physics, núm. 71, pp. S358-
Elke Köppen, Ricardo Mansilla Facultad de Ciencias, UNAM, México. S366.
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias Cocho, G. y P. Miramontes. 2000. “Patrones y pro- Ramírez, Santiago (coord.). 1999. Perspectivas
en Ciencias y Humanidades, cesos en la naturaleza. La importancia de los protec- en las teorías de sistemas. Siglo XXI Editores-CEIICH,
Universidad Nacional Autónoma de México. torados”, en Ciencias, núm. 59, pp. 12-23. UNAM, México.
Klein, Julie Thompson. 1990. Interdisciplinarity;
Pedro Miramontes theory, and practice. Wayne State University, Detroit. I MÁGENES
Facultad de Ciencias, Laughlin, R. B. y D. Pines. 2000. “The theory of P. 5: Josef Istler. Fokalk, 1945. Pp. 6 y 12: Milos Ko-
Universidad Nacional Autónoma de México. everything”, en Proceedings of the National Ac a d e m y recek. Fokalk, 1945 y 1944. Pp. 7 y 9: Hugo Ta-
of Sciences USA, núm. 97, pp 28-31. borsky. Autorretrato I II, II y I, 1933. P. 11: Frantisek
Mainzer, K. 1994. Thinking in complexity. Springer- Povolny. Fotográfico, 1933.
Verlag, Berlin.

CI E NC I AS 79 JULIO SEPTIEMBRE 2005

También podría gustarte