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Víctor Jara – Te recuerdo Amanda

Viernes, 31 enero 2014, 17:53

Víctor Jara es sinónimo de cultura popular y de lucha suicida contra la dictadura,


pero sobre todo un artista inmenso que, por desgracia, apenas pudo exportar al
mundo nada más que una canción de su buen repertorio. ‘Te recuerdo Amanda’
es internacional, porque el tiempo la ha convertido en una historia de lucha de
clases.

Desbordó su objetivo inicial para convertirse en un tema que ilustra el combate


de los chilenos contra el régimen de Augusto Pinochet, del que fue víctima el
propio Víctor Jara. Sin embargo, la composición es anterior. Data de cuando
Chile estaba gobernada por el Gobierno progresista de Eduardo Frei Montalva,
época en la que surgieron fuertes movimientos sociales que anhelaban una
mejora en las condiciones laborales y de vida.

La creación más famosa de Jara representa a la lucha de la clase obrera a través


de la historia de amor de una muchacha llamada Amanda y de un obrero que
respondía al nombre de Manuel. Él trabajaba duramente en una fábrica, donde
ella la visitaba durante los cortos descansos, cinco minutos escasos hasta que la
sirena indicara el regreso al trabajo. Un día su rutina cambió radicalmente,
porque Manuel faltó a la cita, víctima de la injusticia del sistema explotador y la
codicia de los patronos.

‘Te recuerdo Amanda’ denuncia la vida gris del proletariado a través de una
pareja a la que el autor conocía personalmente, aunque sus nombres reales no
eran los que nos presenta la canción. El de Amanda lo cogió de su madre y de su
hija, y el de Manuel, de su padre. El amor, en este caso, adquiere otras
dimensiones, convirtiéndose en drama social. El tema es, sin duda, el mejor
ejemplo de que lirismo y lucha social pueden caminar juntos.

Hay quien sostiene que el cantautor chileno dedicó esta obra a su amada madre
unos meses después de que muriera tras un infarto. Otra versión dice que la
composición surgió durante un viaje a Londres invitado por el British Council
por sus logros como director teatral. Durante su transcurso, su hija Amanda, de 3
años, se puso enferma y, ante la imposibilidad de comunicarse por carta con su
esposa por una huelga de correos para conocer el estado de la niña, escribió su
mayor clásico en la soledad de su hotel. Desde entonces, 1969, la letra y música
que surgieron de su guitarra solitaria deambulan por el planeta esparciendo
sentimientos. A pesar de que la dictadura la censuró.

No obstante, Joan, esposa del cantautor, señaló en una ocasión que «la gente se
pregunta si la escribió por su madre o por su hija. Creo que no la dedicó
específicamente a ninguna de las dos, si bien contiene la sonrisa de la madre y la
promesa de juventud de su hija».

¿Una canción de amor o un manifiesto social? Da igual. Lo cierto es que la


repercusión de ‘Te recuerdo Amanda’ fue tal en los setenta y en los ochenta que
fueron muchas las niñas bautizadas con este nombre.

Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,


no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él
Son cinco minutos,
la vida es eterna en cinco minutos
suena la sirena de vuelta al trabajo,
y tú caminando, lo iluminas todo
los cinco minutos te hacen florecer

Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,


no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él

Que partió a la sierra


que nunca hizo daño, que partió a la sierra,
y en cinco minutos quedó destrozado
suena la sirena, de vuelta al trabajo
muchos no volvieron, tampoco Manuel

Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,


no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él

VERSIONES
La veterana cantautora estadounidense JOAN BAEZ fue de las primeras en
hacer uso de ‘Te recuerdo Amanda’.

http://youtu.be/2X0JH05MbH8

El trovador cubano SILVIO RODRÍGUEZ realizó una gran interpretación.

Nuestro JOAN MANUEL SERRAT y PRESUNTOS


IMPLICADOS compartieron el tema de Víctor Jara.

La argentina MERCEDES SOSA dar a la canción su toque personal.

Más reciente es la revisión de ISMAEL SERRANO.

VÍCTOR JARA (1932-1973) fue más poeta que cantante, además de profesor,


director de teatro, activista político y miembro del Partido Comunista. Bebió
siempre de la crónica social para crear sus obras e hizo suyos los problemas de
obreros y campesinos, participando en el proyecto político de justicia social del
presidente Salvador Allende, abortado por el golpe que el general Augusto
Pinochet encabezó el 11 de septiembre de 1973.

Una de las víctimas del baño de sangre que siguió a la asonada fue el propio
cantautor, con quien se ensañaron particularmente. Fue asesinado con 44 disparos
en un vestuario del estadio Chile, donde estaban hacinados unos cinco mil
simpatizantes de Allende. Previamente le torturaron durante días y jugaron con él
a la ruleta rusa. Tenía 41 años.
Todavía le quedaban muchas cosas
por contar.

El trovador incuestionable se erigió


por derecho propio en el mayor
exponente de la Nueva Canción Chilena con temas inspirados en la cultura
popular. Hijo de una familia de campesinos, en él germinó la semilla musical
sembrada por su madre, Amanda Martínez, cantora popular. La planta que nació
la regó Omar Pulgar, un músico de los arrabales de Santiago. Él le enseñó a tocar
la guitarra. Sus estudios musicales los completó en el coro de la iglesia de Blanca
Encalada.

Luego se introdujo sin medida en el renacimiento cultural que vivió Chile en la


década de los años sesenta, compartiendo territorio con Pablo Neruda o Violeta
Parra, que regentaba un local conocido como la Peña de los Parra, dónde Víctor
Jara ofreció numerosas actuaciones con canciones comprometidas políticamente,
junto a otros músicos como Quilapayún.

Se significó demasiado contra el fascismo y, cuando le sorprendió el golpe de


estado, fue objetivo inmediato de los militares. Dicen que un periodista le
recomendó que cambiara la guitarra por el fusil, pero el cantante contestó: “No,
compañero, yo no sé disparar. La guitarra siempre sirve, aunque sea para animar
a los combatientes”. Fue detenido en la Universidad Técnica de Santiago, donde
impartía clases. La siguiente noticia se refería a su muerte.

Víctor Jara encarnó un ejemplo de valentía, dignidad, solidaridad y compromiso


con un mundo más justo. A través de su canto nos permitió conocer la cruel
realidad del Chile de aquella época. Su espíritu y su lucha por la justicia social ha
pervivido en su obra.

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