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#1 / Septiembre 2012 ISSN 2313-9242

Diana Wechsler

¿De qué hablamos cuando


decimos Arte Latinoamericano?
Exposiciones y perspectivas
críticas contemporáneas (1)

¿De qué hablamos cuando decimos Arte Latinoamericano? Exposiciones y perspectivas críticas contemporáneas. / Diana Wechsler
#1 / Septiembre 2012

al son de las imágenes de las manifestaciones de


la Puerta del Sol, surge la pregunta de ¿porqué
la otredad es siempre nuestra? ¿Porqué no es
posible relocalizar las preguntas y ensayar la in-
¿De qué hablamos cuando deci- versión de su sentido, al menos como ejercicio
para pensar y pensarnos?
mos Arte Latinoamericano?
Exposiciones y perspectivas Dejo aquí abierta esta cuestión como un posible
críticas contemporáneas (1) horizonte de relectura desde el que avanzar sobre
aspectos más específicos.
Diana Wechsler
Una pregunta que abre otras…
La cuestión elegida como título para este ensayo
es sin dudas muy ambiciosa, por lo que he de
aclarar desde el comienzo, que no busco respond-
erla, sino más bien, identificar algunos parámet-
Re-localizando el horizonte
ros y aportar indicios para seguir transitándola.
Observaba en los noticieros las manifestaciones Elegí, para pensar la noción de Arte Latino-
de los Indignados en diferentes ciudades euro- americano, centrarme en las exposiciones y pre-
peas. Las imágenes que aparecían, resultaban en sentaciones en escenarios como las Bienales
primera instancia ajenas a los escenarios en los como espacios privilegiados en los que se reve-
que se estaban produciendo. Habitualmente, la la el pensamiento crítico contemporáneo sobre
Puerta del Sol de Madrid, las calles de Roma o el las artes visuales. Creo necesario aquí hacer esta
Parlamento alemán y el nuevo paisaje berlinés de delimitación ya que como sabemos, la noción de
la unificación, se presentan en las noticias como crítica de arte, puede ser aprehendida de difer-
íconos silenciosos, en los que se sobreimprime entes maneras: desde aquellos textos que publi-
una voz en off que narra algún debate parlam- cados en los medios gráficos (diarios, revistas,
entario, algún hecho político, social o cultural de hoy también en sus variantes digitales) se ocupan
relieve que remite a esos espacios. Sin embargo, de promover, hacer circular y aportar algunos
las fotos del sábado pasado mostraban en esos términos a partir de los cuales pensar las obras,
escenarios fuertemente identificados como íco- las acciones de los artistas, las instituciones, has-
nos de dichas ciudades y éstas a su vez de sus ta los ensayos teórico-críticos que aportan desde
países, regímenes y formas de vida, imágenes que sus proposiciones herramientas para pensar las
remitían a otros escenarios. Suele ser habitual artes modernas o contemporáneas. Dentro de
que manifestaciones y confrontaciones callejeras este arco de posibilidades, considero que son las
se muestren en los noticieros, por ejemplo, en exposiciones itinerantes y las presentaciones de
la Plaza de mayo de Buenos Aires, o concentra- colecciones de arte latinoamericano las que con-
ciones y corridas se exhiban en las calles de Río tribuyen fuertemente hoy día, en la construcción
de Janeiro o de la ciudad de México. de la imagen de lo latinoamericano, y particu-
Este cruce de imágenes y sentidos, me llevó a re- larmente desde su arte, tanto en nuestros países
pensar algunas cuestiones que están implicadas como en el exterior. Es por eso que esta present-
en la pregunta que elegí para titular esta present- ación transitará a manera indiciaria, por algunas
ación, ya que si un concepto ronda las referencias exposiciones de los últimos tiempos que creo que
culturales a América Latina es el de los conflic- aportan elementos para nuestro análisis. (2)
tos, la diferencia, la otredad, y en este sentido, y

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Volvamos ahora a la pregunta inicial: ¿de qué Caja para pensar una patria posible / La
hablamos cuando hablamos de arte latino amer- primera, de metal y vidrio, contiene una cantidad
icano? de tierra de algunas partes del territorio nacion-
al. Tierras diversas que aparecen aquí, más allá
Escena 1 de su materialidad, como testigos de las culturas
2010 Nosotros, los otros, en Berlín que en contacto con ellas se desarrollaron. Con
distintas calidades, la tierra se deja ver a través
El año pasado, durante el montaje de Reali-
de las inflexiones que la luz y las diversas textu-
dad y Utopía, una exposición de arte argenti-
ras de la superficie van definiendo. Cantidad de
no contemporáneo en la Akademie der Künste
líneas sinuosas de variados grosores surcan los
de Berlín, tuve la oportunidad de conversar con
planos del vidrio con la exactitud de mapas su-
numerosos colegas, activos –especialmente- en
perpuestos, cuyos nombres indican lugares re-
la escena artística y académica alemana. La ex-
motos que hacen que cada grano de tierra allí
posición presentaba con el subtítulo arte argen-
almacenado cobre sentido. Son mapas que de-
tino desde el presente, un repertorio de obras
scriben y acercan a la vez, en su yuxtaposición,
contemporáneas en las que resonaban distintos
distancias no solo geográficas sino también cul-
pasados que fueron expuestos a la manera de
turales y sociales. Son mapas para leer “desde
bilder cabinet, agrupados en una de las salas bus-
adentro”. Caja para soñar una patria posible,
cando reponer una serie de referencias de la cul-
construida por Teresa Pereda, que crea cruces
tura visual desde la que emergen o con las que di-
de caminos que quizás en la realidad no se cru-
alogan las obras contemporáneas seleccionadas,
zan y, con ellos, habilita la alternativa de materi-
y recuperar a la vez, con estos anacronismos –en
alizar simbólicamente el sueño de una patria de
términos de Didi Huberman- un relato posible
encuentros y convergencias en los que la tierra
más allá de los parámetros canónicos de la histo-
–y su vasta connotación cultural–, más que un
riografía del arte moderno y contemporáneo. La
escenario de disputas, sea un espacio para el de-
muestra presentaba a partir de tres instalaciones
spliegue de las utopías.
las hipótesis sobre las que estaba organizado el
relato curatorial ligado a la posibilidad de expo-
Libros de arena/ En otra caja, esta vez se trata
ner una serie de marcas de lugar, tiempo y diver-
de una realizada íntegramente de vidrio, un met-
sidad cultural en cruce nuevamente de tiempos,
ro cúbico de arena repone la metáfora cultural de
espacios y referencias diversas. Se trataba de tres
Jorge Luis Borges en su Libro de arena. Una luz
instalaciones entendidas como tres Cajas para
señala el centro del plano cuadrado e irregular de
pensar, tres obras como hipótesis de trabajo.
la superficie que espera latente al espectador que
la active. De pronto, una mano que se interpone
Veamos: tres cajas de diferentes tamaños ubica-
entre la luz y la arena hace que una catarata de
das en el espacio delimitan sus lugares. Aunque
textos luminosos de colores diversos se derrame
realizadas recientemente, ellas se ofrecen como
sobre aquel espacio inerte. Es entonces cuando
cofres de reliquias: conservan, silenciosas, unas
la obra va revelando sus secretos. Letras, frases,
claves que invitan a revisar ciertas dimensiones
párrafos en distintas tipografías e idiomas ex-
de la historia y la memoria cultural de nuestro
ponen la expansión de los textos de Borges en la
país. Podría decirse que ellas hacen uso de las
web. Mariano Sardón retoma para su trabajo el
coordenadas espacio-tiempo para convertirse en
título y activa la imagen de la biblioteca infini-
dispositivos significativos capaces de atravesar la
ta en una obra que, a su vez, opera como refer-
historia desde el presente.
ente para pensar sobre las tradiciones culturales,
aquellas tan diversas que dan forma singular a

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nuestra cultura de mezcla, como la definió Beat- En su interior, otro más pequeño flota a la deriva
riz Sarlo hace ya tiempo. La experiencia estética al son de la pregunta: ¿cuánto cuesta un metro
propuesta por este Libro de arena se recrea en cuadrado? Sobre la superficie de este cubo-glo-
cada espectador y se diluye con él. Lo que per- bo están impresos los precios del metro cuadra-
siste justamente es lo fugaz, el instante íntimo do en diferentes ciudades del mundo, entre ellas
con la obra, con esos textos escurridizos que se también las nuestras. La obra problematiza con
presentan una y otra vez aunque siempre diver- irónica síntesis las limitaciones contemporáneas
sos. La obra entraña una serie de paradojas ca- al ejercicio del derecho, imaginado por Sacco, de
paces de representar la complejidad de sentidos poder hacer uso de, al menos, un metro cuadrado
que alberga el tiempo presente. Alumbra sobre de tierra.
aspectos diversos de nuestra experiencia con- A partir de considerar que es en ese pequeño espa-
temporánea, signada por la fragmentación y la cio donde todo comienza, de suponer que se tiene
discontinuidad, al tematizar la disolución de los derecho a un metro cuadrado al nacer, ya que en
objetos impresos, que desde hace siglos fueron algún sitio hay que pararse, dirá Sacco, se origi-
los responsables de alimentar el pensamiento y na una reflexión en torno a la medida del deseo
la imaginación. Como contrapartida, Sardón pi- y las dificultades de aprehenderla, y es allí donde
ensa desde su trabajo la expansión a través de la se originan varias de las preguntas que guían el
web de un mundo de textos diseminados en el es- proyecto M2. ¿Cuántos metros hay desde aquí
pacio y en el tiempo, una expansión que permite hasta la línea del horizonte? ¿Cuál es la medida
desarrollar la sensación de acceso ilimitado y, sin del pensamiento? ¿Cuánto es un metro cuadrado
embargo, no deja de inquietar cualquier inten- de saber? ¿Cuánto es un metro cuadrado de en-
to de posesión o de totalidad. El Libro de arena cierro y cuánto uno de destierro? (4)
que describe Borges se lee como prefiguración de El espacio como magnitud infinita y sus límites
una biblioteca infinita –sin paredes ni estantes– sociales, las posibilidades de medir con esta di-
que día a día se va construyendo, esparciendo y mensión otras como el saber, el poder, la prisión,
diluyendo a la vez, y que alcanza en la obra de el destierro, hacen de M2 una metáfora inqui-
Sardón una posible representación. De diferentes etante en la que se encuentran lo individual y lo
maneras, convergen aquí distintos espacios y ti- colectivo dando cuenta de una misma historia.
empos en procura del encuentro de otros senti- En el proyecto M2, el espacio aparece como un
dos capaces de revelar aspectos de una realidad sitio en donde se imprimen y desvanecen a la
inestable. Pasado y presente: desde la configu- vez presencias que quedan como auras de tiem-
ración imaginaria de la biblioteca de Alejandría pos diversos generando la impresión de asistir en
como biblioteca universal, hasta la no menos cada trabajo a un presente continuo.
imaginaria biblioteca que procede de la web; la
memoria de la cultura occidental con la experien- El tiempo, entonces, se muestra de manera pecu-
cia contemporánea; la contundencia material del liar, porque este presente continuo no narra, sino
libro y su desvanecimiento en la pantalla lumino- que es, al ocupar un sitio en el imaginario, y es
sa; Borges con Sardón. (3) desde allí que inquieta y mueve a la reflexión al
hacer presente, visible, aquello que, por exceso
Metro cuadrado/ La tercera caja es la que con- de presencia quizás, se pretende no ver, tenien-
struye Graciela Sacco ocupando tres metros cúbi- do en cuenta, por otra parte, que –en palabras de
cos en el espacio. Tres metros cúbicos delimita- Georges Didi-Huberman– “la imagen, a menudo,
dos por tubos de metal y tensores que dejan ver tiene más de memoria y de porvenir que el ser
de un lado al otro, creando una pantalla visual que la mira”. (5)
que muestra el espacio interno de este gran cubo. Presente y pasado fluyen y las imágenes resultan

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particularmente ricas en esta condición de situ- La iconografía de Dürer alude a la idea del pintor
arse en el tiempo como iluminaciones –ilumina- geómetra, aquel que logra controlar el mundo de
ciones profanas, diría Walter Benjamin–, destel- lo medible pero al que el saber de la imposibili-
los de realidades que alumbran tiempos diversos, dad de acceder a un universo más allá de lo finito
ofreciéndose como revelaciones formales que lo llena de tristeza, (7) pasando por las recupera-
ponen en común elementos distantes y detonan ciones que de esta misma figura hicieron Gior-
sentidos que son sociales, pero solo posibles des- gio De Chirico y Mario Sironi, (8) en tiempos del
de lo artístico. En este sentido, estos tres cubos, comienzo tangible de la crisis de la razón moder-
realizados por tres artistas argentinos contem- na, y con ellos los usos que de la imagen de Dürer
poráneos –Teresa Pereda, Mariano Sardón y Gra- hicieron Sartre o Agamben, por ejemplo.
ciela Sacco–, se presentan como dispositivos que
detonan varias cuestiones desde las que escribir Rothschild excluye la figura femenina en la que
algunos fragmentos de nuestra historia. Los ma- se centra la iconografía clásica y elige el enig-
teriales elegidos, la tierra y la luz en la primera mático poliedro para volver a pensar con él la
caja, la arena y la luz en la segunda, y el aire y la relación con la cultura clásica, con la tradición
luz como configuradores de sentido en la tercera, europea occidental, pero también para situar
remiten simbólicamente a lo originario y a la vez nuevamente el problema de los límites del saber
al más rotundo presente. En suma, hablan de la humano y la dificultad para encontrar alguna
continuidad de un tiempo y también de la memo- razón capaz de revelar el sentido de la existen-
ria de aspectos de un pasado complejo, signado cia contemporánea. Más allá del abismo que se
por tradiciones diversas, que se combinan una instala con ambas cuestiones, la recuperación
y otra vez, marcado por tensiones que ponen a de este elemento geométrico complejo en una
prueba proyectos imaginados y promesas realiza- versión colorida y grácil que permite el paso del
das que aún merecerían ser cumplidas. espacio real a través de él invita a pensar en una
De distintas maneras, este tipo singular de obje- virtual resignificación vinculada a la posibilidad
tos culturales que son las artes visuales operan de volver a pensar desde algunos de los términos
como agentes activos, constituyendo una forma de la modernidad: aquella lejana del siglo XVI
de conocimiento crítico que abre caminos hacia la con la más cercana del siglo XX, con la que aún
configuración de distintos aspectos de lo real. (6) tenemos algunas cuentas pendientes, algunas
Pero antes de exponer estas tres obras-dispara- promesas por cumplir, algunas utopías por recu-
doras de las cuestiones que planteó la exposición, perar.
elegí otra instalación que estuvo destinada a
funcionar como nexo entre el mundo cultural Europa y América, Alemania y Argentina se pre-
alemán y el que el espectador encontraría en las sentan en esta obra como puntos de encuentro,
salas a partir de los trabajos de artistas argenti- bisagra y prólogo entre dos universos simbóli-
nos, se trata de la obra de 2007 de Miguel Roth- cos en relación. Esto que a mi se me aparecía tan
schild. claramente, a los colegas alemanes les disparaba
rápidamente la pregunta acerca de dónde está
Melencolía, es su nombre y recoge el curioso ele- lo argentino en esta obra. ¿Porqué diríamos que
mento geométrico de la iconografía de la obra del esta y las otras tres obras forman parte del corpus
mismo nombre de Albrecht Dürer, para presen- que podría definirse como de arte latinoamerica-
tarlo nuevamente actualizando su sentido sim- no?
bólico y poniendo ante nuestros ojos la compleja
configuración de la tensión sobre los límites del Una vez más se reeditaba la pregunta, una vez
conocimiento humano. más la necesidad de revisar los parámetros

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canónicos desde los que habitualmente se leen “Desde hace siglos, los artistas de Europa han
las producciones culturales realizadas por artis- pintado, esculpido y debatido a orillas del Sena.
tas de nuestros países. Así se forjó la fama intelectual de París, y con
A partir de estas cuestiones, Johannes Odenthall, la afluencia de artistas de diversos acentos, se
el curador de la Akademie, decidió organizar un transformó en capital de la cultura universal.
seminario que bajo el título How to curate a cul- Hoy una nueva ola, la de los latinoamericanos,
ture? agrupó al curador de la muestra O desejo ha impuesto el español, el portugués y una obra
de forma con obras concretas y neo contretas de formidable, a la vez ibérica e india, negra y mula-
artistas brasileños, que en paralelo a Realidad y ta, con la fuerza, frescor y ritmo del Nuevo Mun-
Utopía se exhibía en la otra sede de la Akademie, do, según describe el corresponsal de Time Life
al curador de la muestra Contemporary Istam- en París, Roger Stone. Ahora, la adjudicación
bul que había presentado el arte contemporáneo del Premio Nobel al guatemalteco Miguel Angel
turco en Berlín el año anterior y a una curadora Asturias, (…) pone ante los ojos de Europa y los
israelí que llevaba adelante un proyecto con ar- EEUU el gran florecimiento cultural latinoamer-
tistas palestinos e israelíes. Con la coordinación icano que está produciéndose en París. Como los
de Odenthall, los “otros” hablábamos entre no- artistas y escritores británicos y norteamericanos
sotros, de nosotros mismos. Esto que parece un de antes de la Segunda Guerra Mundial, los lati-
trabalenguas ilustra en parte la situación. Estu- noamericanos están plasmando imágenes e ideas
vimos allí reunidos pensando desde cada una de con los colores y la magia de sus países. Y con la
nuestras posiciones relativas sobre los modos perspectiva de la distancia, su obra adquiere una
que cada uno había elegido para presentarse ante dimensión de excelencia universal.”
el público alemán y con esto, inevitablemente la Después de un extenso desarrollo sobre las pres-
cuestión de la identidad rondó todas las interven- encias de diferentes artistas y escritores en París,
ciones y debates. el cronista llega a una primera conclusión: “el-
los han establecido en París la capital cultural
Llegamos así a otro de los parámetros sobre los de América Latina.” (Una afirmación en la que
que necesitamos pensar: ¿porqué nosotros, que curiosamente –o no tanto- resuena aquella de
para los europeos y los norteamericanos funcio- la Gaceta Literaria de Madrid cuando en 1925
namos como los “otros” -en tiempos de global- se autoproclamaba como “meridiano cultural de
ización, supuestos borramientos de fronteras y Hispanoamérica”) Y prosigue:
trasnacionalizaciones culturales mediante-, debe-
mos responder a cuestiones identitarias? ¿De “además han brindado a París un punto de
quién es la demanda de esta marca de identidad: apoyo intelectual en un momento en que la Ciu-
propia o ajena? dad Luz parecía contristada. Pero quizás lo más
importante sea el hecho de que están probando
Veamos brevemente algunos indicios del pasado que sus países pueden alcanzar la más alta jer-
cercano. arquía cultural (…). Se han incorporado con éxito
a movimientos internacionales que se consideran
Escena 2. importantes. Su prominencia en París imprime
1967 Latinoamericanos en París un sello de lozana capacidad creadora a un mun-
do que por razones geográficas y de comunica-
ciones, ha preferido con frecuencia desconoc-
El 4 de diciembre de 1967, la Revista Time Life, erlas. Hoy las casas editoriales y las galerías de
desde París titulaba: “A orillas del Sena se hace arte –y el público- empiezan a conocer mejor a
arte en español. Latino América brilla en París”. los latinoamericanos. Ya no buscan en ellos sol-
A continuación: amente lo arcaico y lo folklórico, las novelas de

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bandidos de parajes remotos o las pinturas prim- proceso del arte latinoamericano al promediar
itivas de colores brillantes, el ritmo del samba o los ‘90- a Le Parc, se le habría reconocido “como
el tango. Buscan la excelencia que puede medirse participante en una práctica general, que no tiene
por cualquier patrón, viejo o nuevo, y saben por necesidad que exponer el contexto, y que en
que pueden hallarla. Puede decirse que si la in- ocasiones refiere al arte mismo”. (9)
tegración económica de la América Latina está Sin embargo, esto que observamos en aquellos
aún por lograrse, en París existe ya un mercado años y que al parecer hasta el periodista de Time
común de capacidad creadora.” Life lo habría intuido, no podemos decir que haya
sido la tendencia dominante. Los artistas lati-
Me permití incluir esta extensa cita ya que aporta noamericanos siguieron estando bajo la presión
desde el optimismo de finales de los años ’60 una del pronunciamiento identitario y me cuesta dis-
serie de paradojas que continúan hoy día rondan- cernir cuánto hay de propia demanda y cuánto de
do la cuestión que estamos situando. Según la demanda externa en esta cuestión.
nota de Time life, los artistas latinoamericanos Abandonemos ahora esta referencia histórica y
cumplen una doble misión en el París de aquel- avancemos sobre nuestros días.
los años: resucitar a la ciudad luz, a partir del
movimiento que ellos aportan y obtener en ella Escena 3.
una visibilidad que de ninguna otra forma alca- Latinoamericanos entre Venecia y Sao
nzarían en las metrópolis de las que cada uno de Paulo
ellos procede. Por otra parte, se señala que esta Son numerosas las nociones utilizadas para definir
nueva situación habría permitido que los artis- a América latina, su arte, su cultura. Todas ellas
tas latinoamericanos se incorporaran a los mov- buscan encontrar patrones comunes que resulten
imientos internacionales y a su vez que esta nue- totalizadores. Entre ellos, el rescate del concepto
va condición llevara a la crítica a desactivar las reapropiado por la vanguardia modernista bra-
lecturas folklóricas y pintoresquistas habituales sileña de Antropofagia resulta especialmente sig-
para pasar a valorar el arte latinoamericano con nificativo ya que una vez más permite reenlazar
otro tipo de patrones. tiempos y espacios.
Resulta interesante poner en línea con esta lec- Recordemos rápidamente, en 1998, Paulo Her-
tura de la revista del ’67, dos premios de las bi- kenhoff tituló a la XXIV Bienal de Sao Paulo con el
enales de Venecia cercanos: en 1961 lo obtiene potente término de ANTROPOFAGIA, una noción
Antonio Berni con su serie de Juanito Laguna altamente significativa para pensar la dinámica
y en 1966 Julio Le Parc con su trabajo cinético. cultural del continente ya que admite la inclusión
Si en el primer caso el premio podría aparecer de cuestiones claves para nuestros procesos cul-
sospechado de contaminaciones políticas a la vez turales como la de apropiación, resignificación así
que, la imagen podría haber sido identificada con como también, la validación de la copia, algo que
las propuestas del Nuevo realismo y la Figuración a su vez resulta convergente con las consignas del
narrativa franceses, también estaban presentes posmodernismo.
los presupuestos de las marcas de lo regional; en Apropiaciones, resignificaciones pueden ser leídas
el segundo, en cambio, lo que se valora es una claro, como gestos de resistencia cultural, pero a la
propuesta estética no menos política quizás, pero vez, son también parte de la dinámica de recono-
estrictamente alineada con la vanguardia ab- cimiento de la existencia de otra matriz cultural.
stracta contemporánea. Retomando a Mosquera, se trata no sólo de que lo
Si a Berni parecería que se le hubiera exigido ajeno se impone sino que también se asume. (10)
“declarar el contexto” – extrapolando las pal- La reactivación antropofágica de la bienal del ’98
abras de Gerardo Mosquera cuando se refiere al buscó derribar el viejo canon derivativo desde el

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que estaba escrita la historia del arte latinoamer- la lógica del capitalismo tardío un papel clave
icano, acogiéndose, a su vez, a las matrices del dentro de los procesos de globalización y trans-
gran relato del arte moderno. En esta línea, puede nacionalización de la cultura. Estas exhibiciones
ser leído tanto el relato curatorial construido por mencionadas presentan algunas huellas de las
Waldo Rasmussen para la exposición itinerante formas en que este proceso se fue consolidando
de arte latinoamericano que se inició en Sevilla en el área específica de la construcción de una
’92, pasó por el Pompidou y terminó en el MOMA zona de conocimiento relativo a las artes visuales
y –aunque con matices superadores como los de de Latinoamérica.
señalar que se trata de artistas en Latinoamérica y Retengamos estas cuestiones como referencia.
no arte de Latinoamérica en el ensayo, escrito por Entre tanto, en 2007, Robert Storr, Rector de la
Edward Sullivan para acompañar esa exposición- Yale School of Art de Estados Unidos, es el re-
la cuestión de la irradiación de influencias del cen- sponsable de la curaduría general de la Bienal de
tro a las periferias sigue rondando y el catálogo ha Venecia. “El arte es un network (red) mundial”
quedado como testigo y continuador en el tiempo sostuvo Store y expandió las fronteras de la an-
de esta impronta conceptual. (11) tigua bienal con una alta inclusión de artistas no
Diez años más adelante, Maricarmen Ramírez y europeos, creando el primer pabellón africano de
Héctor Olea buscan otra alternativa al emprender la historia además de alcanzando la mayor rep-
el proyecto de Heterotopías llevado a cabo en el resentación de artistas de América latina en esta
MNCARS y replanteado luego como Utopías in- edición. Los medios hablaron entonces de una
vertidas en Texas. bienal muy democrática y altamente política. De
Entre los presupuestos que sostienen estas com- ella participaron, por ejemplo León Ferrari con
paraciones está el considerar –en los términos su avión cazabombardero de 1966 con el que se
en que lo plantea Foucault y son retomados por pronunciaba frente a La civilización occidental
Said- (12) el carácter artificial de los discursos y cristiana, contra la Guerra del Vietnam y el co-
de la modernidad y allí el del arte moderno así lombiano Oscar Muñoz, con su Proyecto para un
como la pretendida universalidad de su apara- memorial, cinco videos sincronizados, que instan
to conceptual y político. Ambos casos tienen a reflexionar sobre la memoria. Fue una bienal
en común el hecho de que, como afirmó García que incluyó la denuncia contra las dictaduras
Canclini, están “relatados a distancia” ya que se militares, la hipocresía de la iglesia, la violencia, la
trata de proyectos llevados adelante por cura- memoria, especialmente de la mano de las presen-
dores que residen y trabajan en los Estados Uni- cia de artistas de América latina y de África.
dos. Por otra parte, se considera que la IIª post De manera similar a lo que se observó en la es-
guerra aportó, junto con un nuevo proceso de cena parisina de los ’60, Venecia se presentaba
expansión del capitalismo y la modernidad, nue- como un sitio de alta visibilidad para hacer oir la
vos elementos discursivos para pensar el mundo. voz y a su vez Storr se valió de estas otras voces
Éstos, distribuidos desde las instituciones de re- para dar cuenta de procesos globales, que lejos de
producción del sistema – centros de formación, mostrarse de forma homogénea hacían estallar el
universidades, espacios e instituciones cultura- eurocentrismo en la diversidad.
les, etc.- construyeron nociones como la de Lati-
noamérica y en el caso que nos interesa, de arte De esta bienal a la de 2009 se advierte un inte-
moderno y arte latinoamericano que se inscri- resante proceso de inclusión de las propuestas de
ben dentro de la lógica del nuevo orden mundi- los artistas latinoamericanos dentro de las nar-
al. Esta fuerte tendencia a la occidentalización raciones generales, algo que resulta interesante
asume, en las últimas décadas del siglo XX en el señalar, dado que contemporáneamente en esta
marco de la expansión de lo que se conoce como última década se produjeron exposiciones muy

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abarcativas que sin embargo, curiosamente no visión no depende del tipo o complejidad de los
incluyeron referencias latinoamericanas. Vayan instrumentos puestos en escena. Por ello todas
como ejemplo: Mimesis, la extensa exposición re- las expresiones artísticas están presentes: insta-
alizada en el Museo Thyssen en 2005 y Huellas lación, video y film, escultura, performance, pin-
de lo sagrado, en el Pompidou en 2008. tura y dibujo, incluso un desfile en vivo. El ‘crear
Retomando entonces Venecia 2009. Allí, un en- mundos’ como punto de partida también permite
jambre organizado de tensiones inundó el espa- a la exposición resaltar la fundamental trascen-
cio de una sala amplia y diáfana de la exposición dencia de determinados artistas clave para la
central de la 53ª Bienal de Venecia. Como una creación de sucesivas generaciones, además de
visión aumentada de un mundo microscópico de explorar nuevos espacios para el desarrollo del
células de distintos tamaños que crecen, se ex- arte fuera del contexto institucional y más allá de
panden, agrupan, elevan o aíslan mostrándose las expectativas del mercado del arte. Fare Mondi
ante el espectador como un universo alternati- es una exposición impulsada por la aspiración de
vo; o bien, poniendo en el espacio un poderoso investigar los mundos que nos circundan, a la vez
campo de fuerzas materializado por tensores ne- de imaginar mundos futuros. Se trata de posibles
gros que organizan las direcciones de un enorme nuevos comienzos y esto es lo que quisiera com-
cubo blanco generando otros espacios e invitan- partir con los visitantes de la Bienal.”
do al espectador a transitarlos explorando en Toda una declaración de principios que sostiene
ese acto otros modos de habitar, obligándolo a la perspectiva inclusiva de Birnbaum en la mues-
agacharse, realizar torsiones inusuales, mirar tra central en la que los dos artistas mencionados
en distintos sentidos, moverse con sigilo, en fin, compartieron la deriva propuesta por el curador
ocupando literalmente todo el espacio, el artis- con otros de orígenes europeos, asiáticos, afri-
ta argentino Tomás Saraceno presentó sus Gal- canos. Una vez más la bienal aparece como un
axias. Una apuesta estética poderosa que cap- modelo a escala del mundo, aunque en este caso
turó quizás más que ninguna otra – el menos en particular, dado el discurso con el que se con-
en su modo de imponerse en el espacio- el con- vocó a participar, un modelo que traccionaría ha-
cepto Fare mondi, propuesto por el curador. cia el futuro, buscando instalar otras/nuevas per-
spectivas en el horizonte.
Venice suitcase, es la intervención que la bra-
sileña Renata Lucas realizó en las principales En este contexto, las presencias nacionales, en-
calles de los Giardini y del Arsenale. En la ex- focando particularmente las de los países latino-
posición central, entre más de 80 artistas de americanos, asumieron distintos formatos, desde
diversos orígenes, la presencia de estos dos aquellos que se presentaron en sus propios pa-
creadores sudamericanos respondió a la se- bellones, como Brasil, Venezuela o Uruguay, has-
lección del curador general de la bienal Daniel ta quienes integraron la exhibición reunida a in-
Birnbaum. En paralelo, lo que en el marco de las stancias del Instituto Italo-latinoamericano en un
bienales se define como las participaciones na- sector del Arsenale, en la Artiglierie, con curadu-
cionales, se fue situando en distintos espacios y ría de Irma Arestizábal, (su último trabajo, vaya
asumió diversos formatos. Antes de avanzar so- esta mención como pequeño homenaje).
bre ellos, retomemos las palabras de Birnbaum:
“El título de la exposición Fare Mondi expresa Aquí, la política de selección estuvo guiada por
mi deseo de enfatizar el proceso creativo. Una un concepto complementario del de la convoca-
obra de arte representa una visión del mundo y toria general. Mundus Novus - Arte Contempo-
si la tomamos en serio puede llegar a verse como ranea dell’America Latina, fue la idea de Ares-
una manera de hacer un mundo. La fuerza de la tizábal en la que incluyó trabajos de artistas de

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distintos sectores del continente. aciones de Latinoamérica en la escena interna-


cional. Un vasto repertorio que sin embargo pre-
La propuesta fue presentar al conjunto como scinde de las viejas aspiraciones totalizadoras
tal, como una única muestra enlazando diversos para operar sobre ciertos tópicos en red, invitan-
temas en una unidad orgánica y articulada que do a transitar recorridos como los observados.
pone en dialogo las obras entre sí y con el espa-
cio. Artistas de Bolivia, Colombia, Costa Rica, Entonces, 2009 y 2010 fueron los años de las
Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Hon- dos últimas bienales. La de Venecia, portando
duras, Perú y República Dominicana fueron re- su tradición más que centenaria convocó con el
unidos aquí. Proyectos de larga exploración lema Fare mondi a una exhibición internacion-
como El herbario de plantas artificiales de Al- al que más allá de las presentaciones nacionales
berto Baraya (Colombia) que reelabora los viajes buscara integrarse con propuestas que ofrecier-
científicos de los siglos XVIII y XIX, se encuen- an distintos modos de mirar, ocupar, situarse o
tran con la instalación de Fernando Falconi (Ec- des localizarse en el, o mejor dicho, en los mun-
uador) – Olimpo- en donde nuevamente se hace dos que habitamos. Entre tanto la de Sao Paulo,
centro en esos viajes apropiándose de la figura fue convocada por los curadores Agnaldo Farías
del Volcán Chimborazo como referente geográfi- y Moacir dos Anjos desde una plataforma en apa-
co e histórico americano. riencia más clásica a partir del lema arte y políti-
ca aunque resignificado, desde las perspectivas
Las mitologías americanas se reactivan en el teórico críticas contemporáneas.
trabajo de Dario Escobar (Guatemala) y sus es- En la 29ª bienal de Sao Paulo, las dimensiones
trategias de re-contextualización de los objetos: en cruce arte y política aparecen a su vez puestas
la cola de un Quetzalcoatl rojo, la serpiente em- en juego con otras dos indispensables para pen-
plumada, se construye con llantas de bicicletas. sar las anteriores: tiempo y espacio. Así reivindi-
Y si de recontextualizaciones se trata, La luna de cando la magnitud “verdaderamente pública” del
Paul Ramirez Jonas (Honduras) plantea la local- arte, el discurso de los curadores convocó desde
ización en el territorio desde las fases de la luna, los presupuestos de la lógica de los conflictos di-
en tanto La nube de Ramsés Larrazábal (Cuba) versos y las intervenciones artísticas también
reenvía desde una perspectiva constructiva a otra diversas, desde la capacidad de señalar o de re-
tradición del arte en América Latina, retomado inventar que albergan las artes, los curadores
por el trabajo de Luis Roldán (Colombia) desde la convocaron experiencias artísticas del pasado
experiencia urbana recreada por fragmentos que cercano y del presente para mapear las maneras
testimonian sus “expediciones” arqueológicas por en que la tensión arte y política se ha expresado,
sus espacios personales y por las calles de Bogotá haciendo un particular subrayado en los casos
y de New York. Las ciudades, a su vez, aparecen latinoamericanos.
en el trabajo de Carlos Garaicoa (Cuba), en tan-
to la presencia de otros mundos alternos aparece Por cuestiones geográficas y económicas, quizás
en el de Raquel Paiewonsky con la presencia de tanto como por razones procedentes a los mun-
raros especímenes que los pueblan. dos de referencia con los que se trabajó, la bienal
de Sao Paulo nucleó centralmente artistas y pro-
Federico Herrero (Costa Rica), Gastón Ugal- puestas estéticas de la región ofreciendo un rep-
de (Bolivia), Nils Nova (El Salvador), Sandra ertorio del arte contemporáneo desde esta singu-
Gamarra (Perú) aportan desde sus trabajos fuer- lar mirada.
temente coloridos otros juegos ilusorios que des
y re localizan las marcas de lugar, las represent- Interesa señalar aquí la presencia de gestos fuer-

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temente disruptivos recuperados para esta bi- americanos en ellas, proponiendo debates o di-
enal como los de Alberto Greco (Argentina) o vergencias tanto respecto del mundo artístico en
Alfredo Jaar (Chile), Anabella Gaiger (Brasil), particular como en términos ampliados, arrojan-
Cildo Meireles (Brasil), David Lamelas (Argenti- do cuestiones sobre otras escenas de la realidad
na), Francys Alÿs (México) o Flavio da Carvalho contemporánea.
(Brasil) y el Archivo Tucumán Arde (Argentina),
junto a propuestas contemporáneas vinculadas Cierre. Retomando hilos…
con distinto tipo de conflictividades contem-
Como parte de los procesos de reinscripción de la
poráneas en las que resuenan varias de las rele-
cultura y las artes en un (aparentemente) nuevo
vadas del pasado. Entre ellas, por ejemplo la de
mapa mundial calificado como global, las exposi-
Claudia Joskowicz (Bolivia), Yoel Díaz Vázquez
ciones de arte reforzaron su lugar entre aquellos
(Cuba), el grupo PixaçaoSP (Brasil), o Ana Gal-
dispositivos capaces de dar entrada o de reaf-
lardo (Argentina). Con una compleja topografía,
irmar –según los casos- la imagen de un país o
los curadores pusieron en relación las diferentes
una región del mundo ante el resto. Es por esta
propuestas y tiempos para ofrecer al público un
razón que elegí este nuevo formato de la crítica,
montaje abierto y complejo destinado a repensar
(o formato ampliado) ligado a la construcción de
una y otra vez las dimensiones convocantes en ti-
narraciones curatoriales para centrar este ensayo.
empo y espacio.
Entre ellas, a su vez, las bienales - la de Sao Paulo
a partir de 1951, la documenta de Kassel a partir
Más allá de los puntos de partida asumidos por
de 1955 y hoy día tantas otras bienales que pro-
cada curaduría, en ambas convocatorias, conver-
liferan en diferentes sitios del planeta y son mo-
gieron diversas políticas del arte en donde se en-
tivo de otros trabajos- han tenido un papel clave
trecruzan lógicas de procedencias diversas, desde
a la hora de señalar tendencias, establecer redes
las institucionales, las de los artistas hasta las que
de intercambio y sobre todo –y especialmente en
remiten más directamente al interior del debate
las últimas décadas- crear un circuito interna-
estético. Entre todas ellas, las participaciones
cional –hoy diremos global-. Es posible pensar a
latinoamericanas en ambos escenarios. Del con-
este escenario, con una cierta autonomía, como
traste entre las presencias en ambas exhibiciones
si asumiera una existencia paralela a la de otros
internacionales emergen algunas consideraciones
circuitos como los de las exposiciones itinerantes
finales -aunque no conclusivas sino meramente
que se gestionan en los museos de las diferentes
indiciarias- que permiten observar que en uno y
metrópolis culturales. En palabras de Andrea
otro encuentro, se advierte la paradójica relación
Giunta “el circuito global del arte –refiriéndose
entre el arte y la política, en palabras de Jacques
a las bienales y la itinerancia de ciertos artistas
Rancière,
y curadores en ellas- no sólo da cuenta de la re-
“arte y política se sostienen una a la otra como currencia de determinados lenguajes, también de
formas de disenso, operaciones de reconfigura- ciertas temáticas.” (13)
ción de la experiencia común de lo sensible (…) Junto a las bienales, otro circuito que fue con-
hay así, una política del arte que procede de la solidándose en la última década –o un poco más-
política de los artistas, una política del arte como es el de las ferias de arte. En ellas las represent-
recorte singular de los objetos de experiencia aciones nacionales o regionales también están
común, que opera por sí misma, independien- presentes. Se trata de pensar la producción cura-
temente de los anhelos que pueden tener los torial y la producción de textos críticos como ac-
artistas de servir a tal o cual causa.” ciones políticas (entendidas como estrategias de
posicionamiento dentro del espacio de la produc-
En el cruce de estas lógicas diversas se leen las
ción de saberes), dado que son gestos respons-
dos convocatorias y las presencias de los latino-

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ables de la delimitación de un conjunto y una arte latinoamericano necesariamente una mirada


mirada precisa sobre ciertos aspectos del mundo política, o de carácter regional como ocurre con
contemporáneo: construyen representaciones buena parte de las obras seleccionadas por Al-
socio culturales de distinta índole interviniendo phonse Hug para el pabellón del Instituto Italo
en la formación de diversas nociones identitar- Latinoamericano de la actual Bienal de Venecia.
ias de género, nación, región, clase, etc. (según Otra cuestión pendiente es la dificultad de inte-
los casos) que se van instalando en el imaginar- gración de los repertorios de obras latinoameri-
io de nuestras sociedades. Tras la presentación/ canas con otros repertorios quebrando con estas
re-presentación del “arte latinoamericano” en la inclusiones los relatos canónicos.
escena internacional subyacen algunas preguntas Posiblemente, ambos problemas resultan con-
más tales como: ¿Cuál es el estatuto socio políti- vergentes. A pesar de lo que la propia produc-
co de esos relatos? ¿A quiénes están destinados? ción artística latinoamericana está planteando
¿Cómo intervienen en la construcción / discusión en relación con cuestiones globales al parecer el
/ redefinición de nociones ligadas directamente corsé teórico crítico aún impide o complica que el
con la institución artística como arte, moderni- hecho de que los artistas latinoamericanos salgan
dad, arte moderno, arte latinoamericano y otras del gheto.
que la desbordan, como género, nación, clase, Sin embargo, es posible avanzar sobre las mar-
etc.? cas alcanzadas en los casos observados: bienal-
Junto con estas cuestiones, el problema de la his- es que pernean arte y artistas latinoamerica-
toria atraviesa buena parte del análisis ya que es nos con distinta fortuna y presupuestos muchas
este uno de los conceptos cuestionados o revisa- veces ligados a las demandas de lo identitario, o
dos no sólo desde las obras, sino también desde exposiciones itinerantes que recuperan estas de-
los relatos curatoriales y con ellos la selección de mandas o sostienen como marcos referenciales
obras y los ensayos críticos que los sustentan. los de los relatos canónicos. Alternativas críticas
Las muestras aquí consideradas, fueron asumi- como las que plantean Gerardo Mosquera para el
endo el lugar de la representación de un territo- arte contemporáneo, señalando la necesidad de
rio, de su identidad y los modos en los que ésta reconocer la condición de producir reconciendo
se expresa a través de un conjunto de imágenes el formar parte de una cultura impuesta y traba-
artísticas. Este panorama, pensado además desde jar desde ese sitio, haciendo del contexto un obje-
el concepto de “la cultura como recurso” tal como to más que supone plantear las cuestiones “desde
lo propone George Yudice para pensar los usos aquí” a lo que ha de sumarse lo que se viene pro-
de la cultura en la era global, (14) nos enfrenta a poniendo desde diferentes espacios, acerca de la
una serie de cuestiones vinculadas tanto a la ob- necesidad de modificar los flujos de circulación y
servación de la delimitación del corpus de artis- generar otras vías más allá de la tradicional norte
tas y obras como a la del campo semántico que la sur o del binarismo centro periferia, construy-
noción de “arte latinoamericano” adquiere. Una endo relaciones sur sur, por ejemplo. Así como
noción que, con la pretensión de homogeneizar, aquello que propongo pensar acerca de las mane-
sólo terminará dando cuenta de una falsa totali- ras de revisar los relatos canónicos recuperando
dad. el “fuera de foco” de las grandes fotografías del
arte moderno y contemporáneo y con esta recu-
El problema de la demanda de la identidad –la peración activar las lecturas a partir de la posib-
demanda de señalar el origen- sigue filtrándose ilidad de pensar tanto los procesos modernos
entre los presupuestos de muchas exposiciones como contemporáneos como procesos co-pro-
y selecciones, muchas veces a través de aspectos ducidos en donde se retomen las dimensiones
como los de demandar a las presentaciones de dialécticas de estos procesos. Retomando la pre-

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gunta inicial, evidentemente, cuando hablamos bre de 2002, Madrid.


de arte latinoamericano, aludimos a demasiadas (14) George Yudice, El recurso de la cultura. Los usos de la
cosas, tantas que posiblemente estén poniendo a cultura en la era global, Barcelona, GEDISA, 2002
prueba la noción y señalando su imposibilidad…. ¿Cómo citar correctamente
el presente artículo?
WECHSLER, Diana; “¿De qué hablamos cuando deci-
Notas mos Arte Latinoamericano? Exposiciones y perspectivas
(1) Este texto fue presentado como Conferencia inaugural críticas contemporáneas”. En Caiana. Revista electrónica
del Congreso Internacional, Del indigenismo a la intercul- de Historia del Arte y Cultura Visual del Centro Argentino
turalidad: Balance del debate identitario en la crítica de arte de Investigadores de Arte (CAIA). Nº 1 | Año 2012, en línea
latinoamericana. Universidad Carlos III, de Madrid, Madrid, desde el 4 julio 2012.
octubre 2011 URL:http://www.caiana.org.ar/arts/Art_Wechsler.html
(2) También señala a las exposiciones como sitio clave
donde observar la producción de las narraciones planetar-
ias Suely Rolnik cuando afirma: “Así llegamos al territorio
de la producción artística: es evidente que esta situación
lo afecta directamente. Las artes plásticas nunca habían
tenido tanto poder en el trazado de la cartografía cultural
del presente como en estos últimos diez o quince años.
Más allá de la prominencia que la imagen en general ha
adquirido en este trazado en el transcurso del siglo XX, en
el campo específico del arte, las exposiciones internacio-
nales se han convertido en un dispositivo privilegiado para
el desarrollo de narrativas planetarias. De hecho, en ellas
se concentra y se compone, en un solo espacio y tiempo,
la mayor cantidad posible de universos culturales -tanto del
lado de las obras como de su público” en Des-borden nr. 0,
www.des-bordes.net
(3) Fragmentos retomados de mi texto “Imagens entre o es-
paço e o tempo”, en Jozami, Marlise (coordinación general),
Argentina hoy, São Paulo, CCBB, 2009, pp. 12-24.
(4) Sacco, Graciela, Metro 2, Rosario, Ediciones Castagni-
no+macro, 2009, pp. 109-124.
(5) Didi-Huberman, Georges, Ante el tiempo, Buenos Aires,
Adriana Hidalgo, 2006, p. 12.
(6) Cfr. van Alphen, Ernst, “¿Qué historia, la historia de
quién, historia con qué propósito? Nociones de historia en
historia del arte y estudios de cultura visual”, en Estudios
Visuales, nº 3, diciembre de 2005, Murcia, Cendeac, 2005,
pp. 79-99.
(7) Cfr. Klibansky, Raymond; Panofsky, Erwin y Saxl, Fritz,
Saturno y la melancolía, Madrid, Alianza, 1991.
(8) Cfr. Claire, Jean, Malinconía, Madrid, Visor, 1999.
(9) Gerardo Mosquera….1996
(10) Mosquera, contra el arte latinoamericano…Ramona
91…
(11)Waldo Rasmussen….Edward Sullivan….
(12) Cfr, Foucault, Michel La arqueología del saber, (1970)
y Said, Edward Cultur and Imperialism (1993)
(13) Andrea Giunta, “Arte y globalización. Agendas, repre-
sentaciones, disidencias” en: Centro de arte, nº 4, noviem-

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