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en quien

JUAN ARIAS

EL DIOS EN QUIEN NO CREO


ESTELA
83

SEGUNDA EDICIÓN

EDICIONES SIGÚEME
Apartado 332
SALAMANCA
1970
Censor: GERMÁN MÁRTIL; Imprimase: MAURO RUBIO, obispo de
Salamanca, 13 de setiembre de 1969

Cubierta de Jesús Gáldeano Echarri

CONTENIDO

Un Cristo siempre nuevo 11


Palabras duras del evangelio 19
La revelación de los pobres 29
Cristo no pide documentos 38
El código de la libertad 48
Mi Dios es joven 55
Convertirse es aceptar la felicidad de manos de
otro 58
Nuestra experiencia de resucitados 73
Mi Dios es desconcertante 84
© attadeiia Editríce, 1969 Las preguntas del que no cree 87
Quién es verdaderamente feliz 95
© Ediciones Sigúeme, 19S9 M i D i o s es distinto 105
Cristo no usó el poder 108
La desobediencia de Cristo 116
Es propiedad Printed in Spain Mi Dios es pobre 126
Depósito Legal: S. 46-1970 Núm. Edición: ES. 467 La Iglesia que amo 129
El lado débil de Dios 136
es a
Industrias Gráficas Visedo. Hortaleza, 1. Teléf. *21 7001 - Salamanca, 1970 " SÜ 145
Cómo seremos juzgados 148
Cristo nos ha llamado amigos 162
Mi Dios es celoso 172
Cada hombre es una casa de Dios 176
La autoridad según Cristo 185
Mi Dios es gratis 200
La violencia nueva de Cristo 202
Por qué está en crisis la esperanza 213
Mi Dios no tolera los ídolos 224
Mi Dios es todo 232
¿Dónde está tu Dios? 235
Mi Dios es poeta 245
El Dios en quien no creo 249 A cuantos, creyentes o no, se esfuerzan
por penetrar la "novedad" del evangelio.
UN CRISTO SIEMPRE NUEVO

V IVIMOS a caballo de dos mundos: uno que


hace agua por todas partes y otro que se
nos echa encima irremisiblemente con su tre-
menda carga de novedad, de interrogantes, de
sorpresas.
Desde el lomo de este caballo, no siempre fá-
cil de montar; desde el difícil equilibrio de esta
cuerda tendida entre dos orillas cada vez más
claras ambas y más oscuras, quiero recoger cuan-
to abarca mi mirada. Un mirar que se hace idea
y una idea que quiere hacerse palabra para no
caer en el reproche de Chesterton: "La idea que
no trata de convertirse en palabra es una mala
idea". Pero una palabra que lleve el calor capaz
de engendrar vida y por eso reflejo de la palabra
primera, la vida que se hizo carne y sangre, ac-
tualidad humana, esperanza nueva. Es el mismo
Chesterton quien dice: "Una palabra que no em-
puje a la acción es una mala palabra".
Será para mí un pensar en voz alta acerca de
este nuevo mundo que se nos cuela ya por puer-

il
tas y ventanas, y para vosotros u n recoger mi pre vivas del evangelio y quizás de un modo
pensamiento como el esfuerzo amigo, pobre pero particular en esas páginas que con frecuencia
leal, sencillo pero realista, arriesgado pero since- hemos escamoteado con el fácil pretexto de ser
ro, de daros lo mejor de mí mismo. "oscuras"; de ese Cristo que más de una vez
hemos tenido miedo de predicar; de ese Cris-
Se trata además de una posibilidad nueva que
to que tiene que seguir siendo un escándalo para
nos brinda el concilio:
que pueda ser Dios de verdad.
Reconózcase tanto a los eclesiásticos como a Hablar de Cristo es hablar de algo que es
los seglares la libertad de investigar, de pensar, siempre "nuevo", de algo que es siempre "ac-
de manifestar con humildad y con valentía su tual", de algo que borra definitivamente las fron-
propia opinión en el ámbito de su competencia
teras entre el ayer, el hoy y el mañana. Cristo
(Gaudium eí spes, 62).
no es un personaje del pasado ni una invención
del futuro. Cristo no puede ser inventado por los
Si son las ideas lo que ayuda a transformar el
hombres. Cristo "es" siempre. Pero es más gran-
mundo, ahí va mi pobre puñado de semillas: es
de, más actual, más nuevo que todo lo que nace.
u n tributo de fe a la vocación dinámica, creado-
ra, cristiana del hombre. Y sobre todo un tributo Camina siempre delante; amanece antes que el
de fe a la "novedad" infinita de Cristo y de su sol. Y el hombre nunca podrá abarcarlo total-
evangelio capaz de seguir sorprendiendo al hom- mente. Por eso es distinto cada momento; por
bre concreto de cada generación. eso podemos profundizar en su luz y en sus en-
trañas indefinidamente.
El hecho de dedicar estas páginas no sólo a
mis amigos creyentes sino también a quienes vi- Por eso un Cristo ya terminado, ya biogra-
ven en la soledad de la fe o caminan con dolor y fiado, ya predicado definitivamente, sin posibili-
esperanza en la búsqueda de la luz, me obliga a dad de nuevas sorpresas es un Cristo demasiado
un esfuerzo mayor de sinceridad. pobre que lógicamente ha sido rechazado por
tantos a quienes hoy llamamos ateos; es un Cris-
Han sido precisamente los amigos no creyen- to, un Dios en el que yo tampoco creo. Habíamos
tes quienes me han estimulado siempre de un empequeñecido de tal modo al Dios cristiano que
modo particular a no traicionar nunca mi luz por lo habíamos hecho a la medida de los personajes
una errónea condescendencia con ellos. meramente humanos que tienen un arco de in-
terés limitado en la historia.
Quieren que les hable del Cristo que vive en
mi fe; de ese Cristo que es nuevo cada instante; Pero Cristo es el único personaje que resiste
de ese Cristo tal como late en las páginas siem- al tiempo porque está fuera del tiempo.

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El es en este sentido el verdadero futuro, por- gencias de caballos, les gustaba contemplar lo
que todo lo que será, todo lo que vendrá, todo que iba quedando a sus espaldas.
lo que nacerá en la tierra de los hombres ya exis- ¿Meter, pues, el pasado en la caja de los re-
te en él. cuerdos con olor a naftalina? No, porque po-
Pero nosotros tenemos que hablar de Cristo dríamos caer en la tentación de la añoranza y
desde nuestro ángulo del tiempo, ya que es el podríamos perder el autobús entretenidos en
tiempo nuestra única propiedad y es en el tiem- contemplar viejas fotografías de familia.
po donde nosotros construimos la historia que es ¿Pisarlo como una colilla bajo nuestros pies
ya historia de salvación y comienzo de la pascua nerviosos? Tampoco, porque en la prisa podría
final. quedar una chispa de fuego que, encolerizada,
hiciera saltar la nueva casa en llamas.
Por eso si es verdad que creer en el futuro,
que tener vocación de futuro es tener esperanza ¿Pasar de largo, como se pasa delante de los
en el Cristo siempre presente en todo lo que cementerios que en algunas ciudades se alinean
nace, también lo es que el pasado vive en nos- a la orilla de las grandes carreteras y de cuyo
otros, que nuestra justicia debe abarcar todo el símbolo nos hablaba hace poco el gran escritor
arco de la historia, que nosotros somos lo que y periodista español Emilio Romero? Creo que
somos y preparamos el futuro que vive en nos- tampoco. Para él sí vale la comparación porque,
otros gracias a la realidad del pasado que nos ha apasionado como es por lo que viene después, no
dado la posibilidad de seguir engendrando la his- caería nunca en la tentación de echar marcha
toria. atrás para convertirse en plañidera ante las ce-
nizas de las tumbas. Pero ¡cuántos siguen heri-
Por eso se impone una pregunta honrada cada dos por la nostalgia provinciana del pasado que
vez que nos lanzamos a profundizar en las reali- sacudía ya a los israelitas en el desierto que olvi-
dades de lo nuevo, de lo desconocido. daban el "maná", símbolo de lo nuevo, y prefe-
Y esta pregunta es: ¿qué hacemos con el pasa- rían y añoraban los ajos y cebollas de Egipto!
do? Porque es sabido que hoy, la nueva genera-
¿Qué haremos, pues, con el pasado, nosotros,
ción, tiene sobre todo vocación de futuro ya que
hombres de una generación más veloz ya que el
comprende que "para estar presentes hay que ser
sonido y con un pie en las estrellas?
contemporáneos del futuro". Y hoy se vive co-
rriendo, con el pie en el metro o en el acelera- ¿Qué haremos con el pasado para que, sin
dor del automóvil y no hay tiempo, ni posibi- pecar de injusticia, no nos sirva de pretexto para
lidad, ni demasiadas ganas de mirar para atrás seguir sentados sobre las cenizas muertas de lo
como las antiguas matronas que, desde sus dili- que ya no volverá a nacer?

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Estoy seguro de que las actitudes ante este oscuridad, con sensación de inutilidad, le van
fenómeno serán m u y varias. creciendo las alas. Cuando se siente un nuevo ser,
se rompe su envoltura y el sol empieza a llenar
No sé si valdrá para todos, pero para mí fue de luz el color vivo de sus alas. Allí, a sus pies,
significativa la lección que me dio un insecto. Sí, yace su segunda mortaja, símbolo mudo del pa-
uno de esos grandes, magníficos insectos de los sado. ¿Qué hará con ella?, ¿despreciarla?, ¿con-
bosques. vertirla en recipiente de basura?, ¿conservarla
No sé cómo pudo ir a parar allí contra la como recuerdo de familia entre el musgo? No.
gran cristalera del restaurante del aeropuerto También ahora se comerá su propia envoltura y,
de Roma. Allí, pegado al cristal, nervioso, ame- hecha la comunión, se lanzará a la conquista de
drentado, pudoroso, semejaba a u n novicio me- nuevos mundos.
tido de repente en el bullicio de una sala de Yo pienso que el insecto se come su pasado,
fiestas. Era un raro contraste el cuerpo delicado, físicamente, como un símbolo sagrado de respe-
impalpable, suavísimo de aquel minúsculo aero- to y gratitud. El pasado estaba amasado con su
plano de la naturaleza pegado a la ventana que propia vida y con la que le habían legado sus
vibraba con el estruendo de los motores en mar- antepasados. Y ese pasado no despreciado, sino
cha de los Caravelles, de los DC-8, de los grandes asimilado, hecho carne propia, debería ser el es-
reactores internacionales. Era como el choque labón imprescindible entre dos mundos que de-
violento de dos generaciones: era la inteligencia, berían darse siempre la mano.
la técnica, la ciencia, la fuerza creadora del hom-
bre en competencia con la naturaleza, virgen y El insecto que no deja baúles de nostalgias
delicada pero incapaz de superarse a sí misma. porque se ha tragado con amor su pasado no cae-
rá en la tentación de abandonar su vuelo para
Pero, quizás por ese instinto primitivo que to- sentarse ante su antigua mortaja y añorar, can-
dos llevamos dentro, por ese beso difícil de olvi- sado quizás de tanto volar, su antigua vida de
dar que la naturaleza estampó un día en nuestra gusano tranquilo y gordinflón.
carne, yo me olvidé por un momento de los reac-
tores y me fui al mundo de estos insectos para El lleva el pasado en sus entrañas, construye
sentarme en el banquillo de su escuela. el presente y prepara el futuro con lo que ha asi-
milado del pasado y con la fuerza de su nueva
Y su lección fue una lección viva y actual: vida.
apenas nace la larva lo primero que hace es co-
merse su propia cascara. Cuando más tarde se ¿No podría ser algo así nuestra actitud ante
envuelve en su misma sustancia, en su pasado, y el pasado, ante el ayer, ante lo tradicional, ante
queda suspendida en el presente, inmóvil, en la lo que va quedando a nuestras espaldas? ¿Una

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comunión de gratitud y de respeto para asimilar
su sustancia y un caminar hacia nuevos mundos
PALABRAS DURAS
sin nostalgias estúpidas, sin posibilidades de re- DEL EVANGELIO
tornos perezosos, pero al mismo tiempo sin escu-
pir sobre lo que nos ha permitido volar, descu-
brir, avanzar, crear?
No sé dónde terminaría aquel insecto grande
del aeropuerto de Roma. Quizás en el bolso per-
fumado de alguna vieja turista inglesa o bajo la
bota implacable de algún fornido mozo de cuer-
da. Yo lo recordaré siempre tímido y hermoso,
con ese mensaje fuerte de luz que el creador ha
dejado grabado, para nosotros, en la corteza de
cada ser.
T ODOS somos fáciles al escándalo. Facilidad
que se agudiza en este momento de fer-
mentación de ideas por el que está atravesando
el mundo contemporáneo. Concretamente en el
Y su lección nos acompañará a través de las ámbito religioso y más concretamente en el cam-
páginas de este libro que, con gratitud a lo que po católico el escándalo está a la orden del día. Y
fue, intenta ofrecer una palabra nueva a los pro- esto en ambas vertientes: hay quienes se escan-
blemas nuevos del hombre de hoy. dalizan de que la Iglesia se desnude, se encarne,
abra sus ventanas para no perder el contacto con
el aire de la tierra y de los hombres y hay quie-
nes se escandalizan de que se haga más exigente,
más consecuente, más pura hacia dentro. Escan-
daliza la libertad religiosa, la desacralización y
escandaliza la encíclica sobre el celibato y uno
no puede menos de recordar las palabras de Cris-
to en Lucas y Mateo:

¿A quién compararé a los hombres de esta


generación? Porque salió J u a n el bautista que
no comía pan ni bebía vino y decís: "Tiene el
demonio". Salió el hijo del hombre, que come
y bebe, y decís: "Mirad qué hombre comilón y
bebedor, amigo de publícanos y pecadores" (Le
7, 31-35; Mt 11, 16-19).

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Si hay una palabra dura en el evangelio es enderezar el volante del coche para seguir mejor
aquella de Cristo a quienes "escandalizan" a los la carretera de Cristo las cosas empiezan a cam-
niños, a los pequeños, a los débiles, a los pobres. biar: empiezan a "rechinar" los grandes, mien-
Cristo usó la imagen más expresiva y más dura: tras empiezan a sonreír y a esperar los pobres.
"Más le vale que le aten una piedra de molino al Se escandalizaban el cardenal y el capitalista de
cuello y le echen al mar" (Le 17, 2). la Populorum progressio y se alegran el mecá-
Pero Cristo, que estalla contra quienes escan- nico y el barrendero negro de París. Se escanda-
dalizan a los pequeños, admite, al mismo tiempo: lizan teólogos escolásticos de que Pablo vi deje el
"Todos vosotros os escandalizaréis de mí" (Mt Vaticano para ir a visitar a un patriarca ortodoxo
26, 30), es decir, que él mismo será un escándalo que no está en comunión con la Iglesia y los
para todos, y esto hasta tal punto que llega a de- bonzos budistas del Vietnam envían mensajes
cir: "Feliz el que no se escandalice de mí" (Mt secretos de esperanza a Pablo vi. Se escandali-
11,6). zan los viejos católicos de que la santa sede ten-
ga en Roma un embajador acreditado de un país
¿Cómo conciliar estos dos textos? comunista mientras tantos marxistas sinceros
Hay un solo modo para no escandalizarse de empiezan a pensar que hay que revisar los con-
Cristo: hacerse niño, sencillo, pobre. Hubo una ceptos del ateísmo.
sola categoría de personas a quienes Cristo nun-
ca escandalizó: los niños. Y creo que ésta es la La Iglesia sólo será el verdadero rostro de
clave del escándalo: que jamás se escandalice Dios cuando, como Cristo, escandalice a todos,
a los pequeños, a los débiles por culpa nuestra y menos a los niños. Y nosotros podremos sentir-
que nos hagamos tan transparentes, tan abiertos nos de verdad en esa Iglesia de Cristo en la me-
a la luz, tan pobres, tan verdaderamente niños dida en que empecemos a entrar en esa nueva
que nada ni nadie pueda escandalizarnos: ni el bienaventuranza: "Feliz el que no se escandalice
misterio, ni el milagro, ni el pecado, ni la muerte. demí"(Mt 11, 6).
Cristo nunca evitó el escándalo de los pode- Si Cristo escandaliza a todos, una Iglesia sin
rosos, de los "adultos". Pero jamás escandalizó fuerza de escándalo sería una Iglesia de cartón,
a un pequeño. vacía, sin futuro.
A nosotros, a la Iglesia, suele ocurrimos lo Y Cristo fue un escándalo para todos:
contrario: escandalizamos al pobre, al débil, y
agradamos al poderoso, al fariseo, al rico. Por para los judíos por presentarse como Dios (Jn
eso, en un momento como este en que intentamos 10, 29);
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para los fariseos ("¿Sabes que los fariseos se han con las piedras de la calle, con el agua de la
escandalizado?" Mt 15, 10) que le llaman "en- fuente y con el barro de la cuneta. Jugará lo mis-
demoniado"; mo con el hijo del barrendero que con el hijo del
para los doctores de la ley, por su libertad de ministro, con la inocente que con la prostituta.
espíritu y su misericordia; Ellos dominan la materia y hacen caer al hom-
bre de rodillas a sus pies. Sólo ante Dios y ante
para los apóstoles por sus exigencias (se escan-
u n niño es capaz de arrodillarse un hombre.
dalizan de la eucaristía, de su muerte, de su
trato con las pecadoras); Antes de escandalizar a u n niño, a u n pobre,
para los poderosos: Caifas le llamará "blasfemo"; a u n débil en la fe, deberíamos estar dispuestos,
para sus parientes que no creen en sus milagros; como Cristo, a renunciar incluso a nuestros "de-
para sus amigos: para Marta y María porque rechos". "Si t u mano o tu pie te escandaliza, cór-
dejó morir a su hermano Lázaro; talo. Si tu ojo te escandaliza, arráncatelo" (Mt
para su misma madre: "¿Por qué nos has hecho 18, 6). Cristo no estaba obligado a pagar tributos
esto?", le recrimina cuando se perdió en el pero le dice a Pedro: "Los hijos son libres, pero
templo; para que no demos escándalo (a los recaudadores
que no creían en él) vete al lago, echa el anzuelo,
para el "pueblo" que, envenenado, acabará gri-
saca el primer pez que pique: al abrirle la boca
tando: "crucifícale".
encontrarás u n a moneda; tómala y dala por ti y
Jamás un niño se escandalizó de Cristo. El les por mí" (Mt 17, 24-27).
defendió: "Porque han creído en mí". Por eso el
niño será siempre la imagen más clara y más También hoy la Iglesia antes de escandalizar
evangélica de Dios. Los niños aceptaron a Cristo (a los pobres, a los que no creen) a los que se
sin discutirle. Se dejaron atraer por él sin deseo acercan como niños grandes hacia la luz, a los
de acaparárselo. El niño toca vitalmente el lími- que están a medio camino de la verdad, debería
te de la libertad en el abandono, en el amor. Para renunciar a muchos de sus justos derechos. Cier-
el niño es normal que su padre haga milagros, to que tiene derecho a "comer del altar", pero
que sea el más poderoso, el mejor. Le parece nor- ¿no sería mejor no hacerlo si esto escandaliza?
mal ser corregido, enseñado; jamás podrá soñar Cierto que podría ser dispensada de muchas ta-
que su padre se equivoque, aunque diga co- sas y obligaciones, pero ¿no sería mejor que las
sas que le resulten misteriosas. Hará preguntas, pagara y que compartiese la suerte de los demás
pero acabará creyendo. hombres si esto puede escandalizar a los débi-
El niño siente vitalmente que el amor es el les? Cierto que los eclesiásticos y los religiosos
centro de las cosas. Por eso es capaz de hablar y los seglares cristianos comprometidos en el

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apostolado no están obligados a vivir una pobre- 1. Por su fuerza sobrenatural:
za heroica, saboreando el mismo pan de los po-
bres reales que les rodean, pero ¿no sería mejor Los gerasenos le piden que se marche de su
hacerlo si lo contrario escandaliza a esos pobres territorio viendo su poder de enviar los demonios
a quienes intentamos predicar a un Cristo que a los cerdos (Mt 8, 34).
no tenía casa propia? Nicodemo, el intelectual, se escandaliza ante
la perspectiva de u n nuevo nacimiento del espí-
Ya sé que ciertas verdades cristianas escue-
ritu: ¿cómo puede el hombre nacer siendo viejo?
cen. Por eso somos especialistas en el arte de
¿Acaso puede entrar de nuevo en el vientre de
buscar justificaciones. Pero Cristo lo dijo muy
su madre? (Jn 3, 4 s.).
claro: "¡corta, arranca!" Es mejor el dolor que el
escándalo de los débiles. Cuando habla de su identidad con el P a d r e
buscan piedras para matarle (Jn 10, 39).
Dirá alguno: no podemos evitar que se escan-
dalicen los demás: la masa nunca podrá com-
prender muchas cosas. Pero Cristo inmediata- 2. Por su "no" al triunfalismo:
mente después de ese pasaje en que pide que nos
arranquemos los ojos que escandalizan añade "Yo no recibo gloria de los hombres" (Jn
como saliendo al paso de esta objeción: "Mirad 5,41).
que no despreciéis a uno solo de estos pequeños,
J u a n Bautista se escandaliza de que Cristo le
porque el hijo del hombre ha venido a salvar
pida ser bautizado (Mt 3, 13).
lo que estaba perdido" (Mt 18, 10-12). Luego lo
"perdido", lo que no está en nuestra casa, lo que Pedro se escandaliza de que le lave los pies
nosotros llamamos "pecador", "ateo", "pagano", (Jn 13, 8 s.).
"anticlerical", es ese "pequeño", ese "débil" de Todos se escandalizan de su muerte, de su pa-
quien Cristo nos dice: "no le despreciéis"-, es sión, de su fracaso humano, de que se resista a
decir, tened en cuenta su grito de angustia, su ser coronado como rey, de que no se defienda, de
opinión, su deseo de luz, su crítica, sus razones que se deje abofetear.
de incredulidad, su debilidad o su fondo de jus-
ticia.

En todo lo demás la Iglesia no debe temer el 3. Por sus manos rotas de misericordia
escándalo. Más aún, debe hacerlo si quiere ser y de comprensión humana:
fiel a Cristo.
"¿Por qué come vuestro maestro con publica-
Cristo escandalizó por mil razones: nos y pecadores?" (Mt 9, 11).

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Ante la mujer que le perfuma en casa de Si- ¿No sería un poco de demagogia decir tales
món: "Se escandalizaron los discípulos y dije- cosas a la "masa"? Pues Cristo dijo aún más:
ron: ¿para qué este desperdicio?" (Mt 26, 8). "Ay de vosotros, hipócritas, que cerráis a los
hombres el reino de los cielos" (Mt 23, 14). Según
Ante la mujer adúltera, los escribas y fariseos Cristo tuvieron más culpa los representantes de
le proponen: "Maestro, esta mujer ha sido sor- la Iglesia de entonces que el mismo poder civil
prendida en adulterio. La ley manda matarla a (Jn 12, 4 1 - 1 9 , 11).
pedradas". Cristo les escandaliza y avergüenza
hasta el punto de arrancarles las armas de las Tanto les escandalizó, tanto les irritó, tanto
manos: "Mujer, ¿dónde están esos que te acu- les humilló, que le llevaron a la cruz.
san? ¿Nadie te ha condenado?... Yo tampoco te
condeno: vete y no peques más" (Jn 8, 1-12).
5. Por su espíritu de libertad:
Ante la prostituta que le besa los pies lloran-
do y los enjuga con sus cabellos, Simón el fari- Se escandalizan de que no ayuna (Mt 9, 8 s.).
seo piensa: "Si éste fuera profeta conocería quién
es la mujer que le toca porque es una pecadora". Se escandalizan de que hable a solas con una
Cristo le dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, mujer samaritana, junto al pozo de Jacob (Jn
vete en paz". 4,27).
Escandalizó que llamara "felices" a los pobres De que permitiera a los discípulos coger es-
y "malditos" a los ricos; que condenara al fariseo pigas en día de sábado porque tenían hambre:
"justo" y justificase al publicano "pecador". "Mira que tus discípulos hacen lo que no se debe
hacer". El les responde: "Si supierais qué quiere
decir: «misericordia quiero, y no sacrificio», no
4. Por su severidad acusaríais a los inocentes" (Mt 12, 2-8).
con la Iglesia de entonces:

"Habló a la gente diciendo: en la cátedra de 6. Por las exigencias de su moral:


Moisés se han sentado los sabios y los fariseos...
Haced todo lo que os digan, pero no actuéis se- "Os digo que el que repudia a su mujer, si no
gún sus obras... todo lo hacen para ser vistos... es por adulterio, y se casa con otra, adultera".
les gusta aparentar con sus vestiduras... buscan Los discípulos se escandalizan de su severidad y
siempre los primeros puestos... y les gusta que exclaman: "Si ésa es la situación del hombre con
les llamen «doctores»" (Mt 23, 2-8). la mujer, no conviene casarse" (Mt 19, 9-10).

26 27
1

"Os doy mi palabra de que un rico entrará LA REVELACIÓN DE LOS POBRES


difícilmente en el reino de los cielos..." Y los
discípulos exclaman: "Entonces ¿quién puede
salvarse?" (Mt 19, 24 s.).
No temamos el escándalo evangélico de una
Iglesia que está forcejeando por reflejar mejor
el rostro de Dios. Veamos más bien si somos lo
suficientemente niños, sencillos, abiertos a la luz,
para aceptar con gozo el "hoy de Dios". Ese
"hoy" que es nuestro pedazo de gracia, nuestra
parcela de historia de salvación en la construc-
ción del mundo que Dios nos ha confiado a todos
y a cada uno. s i el nacimiento de Cristo pertenece a la his-
toria de los hombres, si la tierra ha sentido
alguna vez el golpear físico de sus pisadas, si la
resurrección es tan real como la aparición de un
nuevo ser a la vida, entonces es cierto que, desde
Cristo, la historia de la humanidad empieza a ser
distinta. Y esto lo creamos o no, nos guste o nos
irrite. Desde entonces el hombre camina hacia
el encuentro con Jesús de Galilea: más o menos
consciente, más o menos palpablemente, pero ca-
mina.
El hombre ya no lo será "íntegramente" sin
Cristo. El hombre ya no tendrá paz completa
sin cruzarse con su mirada. No se realizará ni
intelectual ni existencialmente sin fundirse en
su luz, sin pegarse a su corriente de vida.
Si el mundo, mientras corre hacia las estre-
llas, sigue en la angustia; si mientras logra el
transplante de los órganos más vitales como
el corazón sigue temblando ante la muerte; si
mientras conquista el placer y la comodidad más

28 29
refinada no logra apagar el amargor del vacío; sienta a vuestra misma mesa, que viaja cada ma-
si mientras se hacina a los demás hombres cons- ñana con vosotros en el mismo autobús, que toma
truyendo mastodónticas ciudades cosmopolitas, café en vuestro mismo bar, que lee vuestro pe-
sigue sintiéndose más dramáticamente solo, es riódico, que ama y trabaja y se divierte como
porque aún no se ha tropezado conscientemente vosotros, bajo el mismo sol. Cada uno de nos-
con Cristo. otros, en esa búsqueda de los caminos mejores
para el hallazgo de soluciones auténticas que
Cree la Iglesia... que la clave, el centro y el aceleren la epifanía del Cristo, hemos llegado a
fin de toda la historia humana se hallan en su conclusiones que, sin ser plenamente satisfacto-
Señor y maestro. Afirma además que bajo la rias, pueden ser un trozo de verdad. Yo os ofrez-
superficie de lo que cambia hay muchas cosas co hoy mi trozo de meditación, mi pedazo de luz.
permanentes que tienen su último fundamento Mañana vosotros me ofreceréis la vuestra. Es un
en Cristo quien existe ayer, hoy y siempre (Gau- repartirnos el pan de Dios que deberá multipli-
dium et spes, 10). carse en nuestras manos para los otros.
Sí, Cristo está, como decía el padre Teilhard Hay una verdad revelada que servirá para los
de Chardin, en la entraña de cada cosa. Pero hombres de todos los tiempos en esta pedagogía
¿cómo descubrirle a este Cristo? He aquí el tor- de ayudar a los hombres a encontrarse con Cris-
mento de cuantos, en posesión de la fe como don to. Según san Mateo Cristo se revela sólo a los
gratuito, forcejean por revelar a sus hermanos pequeños (Mt 11, 25 s.), y esto será hasta el fin
ese Cristo presente en el corazón de todo lo crea- de los tiempos. Sin pobreza, sin ojos limpios, sin
do, ese Cristo imprescindible, ese Cristo que todo aceptación serena de nuestra indigencia y debi-
hombre necesita para abrazar o para destruir. lidad, sin ternura, sin conversión al amor, sin
transparencia de esperanza, nadie se hace niño
Yo que suelo escribir normalmente para quie- de nuevo. Y sólo los niños son capaces de leer
nes viven en los márgenes solitarios de la fe, hoy hasta en las piedras el nombre de Jesús y sentir
me dirijo a vosotros que tantas veces os habréis su voz y masticar su presencia.
preguntado llorando: "¿Cómo revelar a Cristo
a mi prójimo? ¿Cómo llenar sus ojos de luz, Ahora bien, sólo el Espíritu, es verdad, es ca-
cómo cultivar su corazón para que descubra la paz —según el discurso de Nicodemo— de ofre-
presencia caliente de nuestro hombre-Dios, nues- cer al hombre la posibilidad de un nuevo naci-
tro Jesús padre de la historia?" Porque sentís miento. Pero ¿no es cada día más claro a nuestra
—si de verdad os quema la fe— el aguijón de lle- teología que el Espíritu obra a través de nos-
var al encuentro con Cristo a ese prójimo que otros? Hoy suena a hueco la frase bíblica: "So-
comparte tan de cerca vuestra existencia, que se mos templos de Dios". Pero rompamos la imagen

30 31
y mordamos la realidad: "El amor está en nos- explicando las Escrituras" (Le 24, 27); un hom-
otros, es nuestro, somos nosotros". Por eso, hoy, bre que no se conforma con entregarles la pa-
después de la encarnación es cada hombre quien labra de Dios sino que "partió el pan con ellos
debe revelar a Cristo a su hermano. Si el hombre y se lo dio" (Le 24, 30); un hombre que no sólo
moderno siente la exigencia de lo concreto, de lo les dio su pan sino que se lo dio "de tal manera"
positivo, de lo físico, nosotros tenemos todas las que "se abrieron sus ojos y le reconocieron" (Le
posibilidades de revelarle, a través de nosotros, 24, 31) y "les hizo arder el corazón" de gozo
ese Cristo físico. El hombre moderno puede pal- (Le 24, 32).
par a Cristo, oir su voz, sentirse quemado por su
caridad a través de ti y de mí. Ya sé que los exégetas no se han puesto de
acuerdo en descifrar ese "modo" de partir el pan
Si el hombre de hoy como el de ayer y el de y que algunos piensan en la eucaristía. Pero yo
mañana necesita hacerse pequeño, nacer de nue- me he preguntado siempre por qué iba Cristo
vo para encontrar a Cristo, será sólo nuestro a partir el pan de u n modo diverso al de los de-
amor quien podrá obtener esa metamorfosis del más judíos de su tiempo. ¿No sería más bien su
espíritu. Por eso estoy convencido de que la epi- actitud fraterna, su bondad nueva al repartir lo
fanía de Cristo al mundo moderno pasa más que suyo, su "no sé qué" mezcla de caridad, de ter-
nunca hoy por los caminos de Emaús. Por eso nura, de majestad, de humildad de campo, de au-
estoy convencido de que los Magos reconocieron tenticidad, de amor igual pero distinto del de los
a Cristo no tanto en el niño, que era un rebujo demás hombres, lo que le "caracterizaba"?
de carne como tantos otros niños, sino en la mi-
Cuando les explicaba las Escrituras "les ardía
rada de María y José, en su actitud con ellos, en
el corazón", y sin embargo lo hizo como habría
su bondad evangélica, en su fe gozosa y pobre.
podido hacerlo cualquier otro doctor de la ley.
Fueron ellos quienes les descubrieron que en
¿Por qué, les hizo vibrar las entrañas? ¿Por qué
aquel niño vibraba el eterno.
un sacerdote que proclama la palabra deja frío
Emaús es la página evangélica más de nues- al pueblo de Dios y otro con la misma página
tros días. Cristo, un hombre de la calle que se bíblica les conmueve?, ¿por qué u n hombre en-
hace compañero de viaje; un hombre que entra tregando en abundancia su dinero humilla y
en conversación con su prójimo hablándole del exaspera y engendra odios mientras su vecino
tema que le absorbía en aquel momento y le an- entregando el simple pan de su pobreza convier-
gustiaba; un hombre que para devolver a los te y consuela? El gesto material es el mismo.
hombres una esperanza perdida no acude a la Pero es el "modo" lo que es distinto. Es lo invi-
filosofía o a la sabiduría humana, sino al libro sible que comunica con el don material el que
de la vida, a la palabra del creador: "Les fue sabe hacerse amor, lo que lleva semillas de sal-

32 33
vación. El primero hace a su hermano más encuentro mientras caminan hacia el vacío; en
"grande", más "soberbio"; el segundo le acerca, los que saben entablar u n diálogo con él no para
le desarma, le hace niño, le descubre la dulce predicarse a sí mismos sino para descubrirles la
necesidad de dejarse amar: "Quédate con nos- palabra que es de todos.
otros" (Le 24, 29). Creó Cristo en ellos, hombres
maduros y desengañados de la vida, la "necesi- Y sé que alguno me dirá: "También rezando
dad" de él. Les hizo adivinar en él, compañero al Padre, en silencio, en oculto, podemos revelar
de viaje, la presencia misteriosa pero real de algo a Cristo a nuestro prójimo". Yo le responderé
que ellos no tenían o habían perdido, pero que sencillamente con la palabras de un gran escri-
en el fondo deseaban, buscaban, esperaban, ama- tor y teólogo, de u n gran amigo: Charles Moe-
ban: esperanza, fraternidad, palabra divina. 11er:

Sí, el hombre moderno que se vuelve malhu- Los seglares deben encontrar a Cristo, amar-
morado y escéptico porque le dicen que "Dios ha le, hacerle amar y conocer en y a través de la
muerto", necesita encontrarse en su camino con acción, en el corazón de este inmenso fenómeno
la voz recia y franca de su hermano que le sa- del desarrollo... Se puede, se debe encontrar a
lude, que le despierte, que le abra a la esperanza, Cristo en el rostro del otro. El otro es una mani-
que le haga sentir la "necesidad" de los demás festación del infinito... Si todas las bellezas de
para realizarse y serenarse. los rostros, si todas las miradas profundas —luz
en los ojos—, si todos los verdaderos gestos de
Y para poder hacernos "epifanía" de Cristo cariño, de amistad, si todo eso se encuentra —en
para los otros necesitamos ser pobres, ser libres, el corazón de la analogía— en Dios, si todo esto
ser dulces, ser justos. Necesitamos ojos más lim- ayuda a descubrir a Cristo en el rostro, en la
pios, vida más sincera, corazón más misionero; mirada, en el corazón de los gestos, entonces
necesitamos salir a los caminos al encuentro del descubrir a Cristo no es abandonar lo humano,
prójimo y hacernos compañeros de viaje con to- la vida, la comunidad.
das sus consecuencias: dándoles hasta nuestro
pan. Por eso el hombre moderno, más crítico, Y añade:
más exigentes, más auténtico, descubre hoy me-
jor a Cristo en el gran mundo de los pobres que La Iglesia es el pueblo de Dios que peregrina
son los auténticamente niños; en los maltratados en el mundo mezclado con el mundo... y la luz
por la injusticia que son los que esparcen más del Dios que salva pasa a través de la acción de
ternura; en los que se hacen compañeros de tra- los creyentes en la justicia y en la paz.
bajo, de esperanzas, de ideales, de angustias y
de alegrías; en los que salen generosamente a su Y responde también a la objeción:

34 35
Yo no digo que esta sea la única vía (de co- Pablo vi, convertido en peregrino, en compañero,
nocer y revelar a Cristo a los otros): siempre en h e r m a n o y amigo, en ternura humana y com-
será necesario retirarse en secreto a rezar al prensión divina descubrió ante aquella mujer
Padre. Pero es también su camino, y yo diría una presencia nueva que rompía todos sus es-
que hoy, sobre todo, i quemas. Acababa de revelarle a Cristo.
Y que el hombre de hoy tiene una sensibili-
dad especial (¿no es el Espíritu quien se la da?)
para descubrir a través del prójimo que se le en-
trega, que sale a su encuentro, que le ayuda a
empujar la rueda del progreso, que sufre y es-
pera con él, lo demuestra aquella anécdota en-
cantadora, de sabor bíblico que contó un gran
rotativo internacional con motivo del viaje de
Pablo vi a la India. El papa, peregrino, uno más
en la calle de los hombres, no en los caminos de
Emaús, pero sí en la plaza de Bombay cruzó su
mirada con una mujer que se acercó a saludarle:
"Mujer, ¿de qué religión eres?", le pregunta Pa-
blo vi. Y ella, quién sabe en medio de qué sole-
dad del alma, de qué laborío interior, de qué
problemas de conciencia, de qué luz misteriosa,
fundiendo su mirada en la luz prodigiosamente
caliente de la mirada metálica de Pablo vi y le-
yendo quién sabe qué cosas en aquella luz, y sin-
tiéndose electrizada quién sabe por qué corriente
del espíritu mientras el papa estrechaba sus ma-
nos pobres y rugosas, rompiendo a llorar ante el
profeta de Roma exclamó: "Ahora ya no lo sé".

1. Symposium de la fe, 16 octubre 1967, en el Palazzo Pío,


durante el ni Congreso mundial de apostolado seglar.

36 37
y su mensaje, lo que no contrasta con él, eso es
CRISTO NO PIDE DOCUMENTOS
la Iglesia. No puede existir en la Iglesia nada
que no tenga su vida en Cristo, ni hay un solo
rasgo de Cristo que no deba hallarse en la ver-
dadera Iglesia.
Por eso si contemplo a Cristo, encuentro todo
lo que debe ser la Iglesia; pero si miro a la Igle-
sia en sus actuaciones, en sus hombres, no siem-
pre veo la cara de Cristo.
Por eso nuestro esfuerzo deberá consistir cada
vez más en poner a Cristo en el centro de nues-
tra fe y, a partir de él, con una cruda desnudez
N o puedo negarlo; cada vez que me encuen-
tro con una persona que, a pesar de vivir
al margen de la Iglesia o de actuar fuera de su
de todo lo demás, hacer nuestro examen de con-
ciencia acerca de la Iglesia.
apostolado jerárquico, me cita con calor, con Así, cuanto veo en Cristo puedo hacerlo Igle-
convicción, con amor, una palabra de Cristo, sia; puedo sentirlo Iglesia sin miedo, sin pro-
siento que algo me quema dentro de alegría. In- blemas. ¡Todo! Su deseo heroico de realizar la
dica, en el fondo, que Cristo es más grande que voluntad de su Padre; su defensa del hombre
nosotros y que la misma Iglesia; que si las cris- personal, caído, débil, humillado; su actitud crí-
tiandades mueren o se marchitan, el evangelio tica, casi provocativa, contra toda estructura re-
sigue siendo una cantera de donde pueden ex- ligiosa o civil que esté impregnada de fariseísmo
traerse siempre nuevas realidades y nueva vida. y atente contra la autenticidad; su exigencia he-
roica en el amor que alcanza hasta el enemigo;
Solemos decir: la Iglesia es Cristo; pero en su concepto revolucionario del poder y de la au-
realidad sería más justo decir: Cristo es la Igle- toridad exigiendo que el mayor se convierta en
sia. Son dos cosas distintas, a mi entender. Decir el más pequeño y sirva a todos; su desafío al
que la Iglesia es Cristo puede llevarnos al error mundo del poder y del dinero confiando más en
de echar sobre los hombros de Cristo todas las la fuerza irresistible de los valores morales y re-
debilidades, las imperfecciones, los desaciertos y ligiosos, en la pobreza y en la humilde y tenaz
los pecados de la Iglesia en camino. confianza en el Padre común; su falta de arre-
Sin embargo nunca nos engañaremos diciendo pentimiento frente al don de la libertad conce-
que Cristo es la Iglesia: es decir, que sólo lo que dido al hombre con todas sus terribles y magní-
existe en Cristo, lo que sintoniza con su persona ficas consecuencias, etc.

38 39
Pero si miro a la Iglesia no siempre puedo paz de ahogarlas. A veces nos gustaría amorda-
decir que es Cristo, que revela a Cristo; porque zarlas p a r a que no gritaran, pero ellas están ahí,
Cristo fue pobre: él y su comunidad primera; siempre vivas, como la mejor defensa de los sin-
porque Cristo no excomulgó a nadie: él mismo ceros, como una prueba irrefutable de que Cris-
dio con su mano la comunión a Judas a quien to, su nombre bendito, su fe en él, en su persona
conocía traidor; porque Cristo confió más en el real y presente entre nosotros, es más grande
Espíritu Santo que en la ciencia o en el poder que la Iglesia misma y no está monopolizado por
o en la diplomacia para la extensión de su reino; ninguno.
porque nunca claudicó ante las exigencias de
El texto evangélico, que hoy merecería una
ninguna política; porque nunca aceptó la espada
especial meditación por parte de no pocos ecle-
para defender no ya su doctrina sino ni siquiera
siásticos dice textualmente:
su persona; porque Cristo fue siempre libre y
defensor de todas las libertades más legítimas J u a n empezó a decirle: Maestro, hemos visto
predicando la verdad y toda la verdad sin miedo a uno que echaba demonios en tu nombre, y h e -
al riesgo; porque no se avergonzó de predicar las mos tratado de impedírselo, porque no viene con
bienaventuranzas sino que las hizo carne propia: nosotros. Pero Jesús dijo: no se lo impidáis, por-
era un pobre, fue perseguido, repartió la paz. que el que no está contra vosotros, está con vos-
otros (Le 9, 49-50).
Y sobre todo porque Cristo dijo claramente
una verdad que nos está costando aceptar a no El texto paralelo de Marcos añade: "Ninguno
pocos hombres de Iglesia: "El que no está contra que haga un milagro en mi nombre hablará lue-
vosotros, está con vosotros" (Le 9, 49). Quizás go mal de mí". Ambos textos recuerdan el pasaje
pocas veces como hoy tengan un sentido de ac- de Núm 11, 26:
tualidad estas palabras de Cristo. El movimiento
Habíanse quedado en el campamento dos de
desencadenado en el mundo hacia la búsqueda
ellos, uno llamado Eldad y otro llamado Medad;
de los principios básicos morales, sociales, reli- y también sobre ellos se posó el espíritu... pero
giosos que puedan salvar a la presente genera- no se presentaron en el tabernáculo y se pusie-
ción lleva a muchos hombres de hoy que no son ron a profetizar en el campamento. Corrió un
"de los nuestros" a invocar también ellos el nom- mozo a avisar a Moisés, diciendo: "Eldad y Me-
bre y la doctrina de Cristo. dad están profetizando en el campamento". J o -
sué, hijo de Nun, ministro de Moisés desde su
Y nosotros, con frecuencia, nos rebelamos, juventud, dijo: "mi señor Moisés, impídeselo".
aunque realicen milagros, por el mero hecho de Y Moisés le respondió: ¡ojalá que todo el pueblo
que no son de los nuestros. Y sin embargo las de Yavé profetizara y pusiese Yavé sobre ellos
palabras de Cristo son tajantes y nadie será ca- su espíritu!

40 41
Moisés no se escandalizó de que también pro- Si al apóstol J u a n le molestaba ya el que al-
fetizaran aquellos a quienes él no había impuesto guien que no iba con ellos hiciera milagros aun-
las manos porque sabía que Yavé era más gran- que fuera en nombre de Cristo; si no sólo le mo-
de que él y podía enviar su espíritu libremente lestaba sino que trataba de impedírselo abusando
a cualquiera. Y su corazón grande y sencillo se de su autoridad de apóstol, no es extraño que
alegra de ello. a lo largo de la historia se haya repetido la ten-
tación en la Iglesia y hayamos condenado y pro-
En el evangelio de Lucas y Marcos este inci- hibido, más de una vez, hacer uso del nombre de
dente de J u a n con el maestro viene inmediata- Cristo, de su palabra, de su doctrina a quienes
mente después de la lección que el maestro les "no eran de los nuestros".
da a los apóstoles acerca de la humildad evan-
gélica, presentándose él mismo bajo la imagen Pero si no hemos de extrañarnos de estas de-
de un niño indefenso y afirmando solemnemen- bilidades y tentaciones tampoco podemos ignorar
te: "El menor entre vosotros ése será el más que las palabras de Cristo siguen siendo actuales
grande". y vivas: "No se lo impidáis". Cristo sale en de-
fensa de la libertad de todo aquel que honrada-
La tentación de ambición sacudía ya a los mente busca el bien, arroja cualquier demonio
mismos apóstoles. Cristo la corta de raíz. Una que esclavice al hombre, descubre la verdad en
tentación que no apagará sus ardores a lo lar- nombre de aquél que es la verdad misma.
go de los siglos y que seguirá golpeando a la
puerta de tantos eclesiásticos. Una tentación que Es un mandamiento de Cristo y a mi juicio
cristalizará tantas veces en ansia de poder, de grave y solemne: "¡No se lo impidáis!" Todo el
grandeza, de dominio, de monopolios para la que no está contra la Iglesia está con ella, sobre
todo si invoca el nombre, la fuerza, el mensaje
Iglesia. Esa tentación que Pablo vi advirtió tan
de Cristo.
agudamente en la Iglesia ya antes de llegar a la
cátedra de Pedro y contra la que está luchando ¡Qué lejos estaba Cristo de exigir, para poder
con un esfuerzo titánico quizá como ningún otro realizar el bien, insignias y carnets de cualquier
papa. Pienso que esta intuición de una Iglesia tipo!
liberada de la tentación de poder será uno de los Cristo admite que, en su nombre, puede hasta
carismas que u n día reconoceremos en el papa hacer milagros quien no pertenece a su Iglesia
Montini. La historia no podrá olvidar que ha sido jerárquica. Es la visión de un Cristo que no tiene
el primer papa que ha pedido perdón pública- fronteras, que siembra en todos los campos; un
mente en un concilio por los posibles pecados de Cristo que es de todos; u n Cristo presente en el
la Iglesia. corazón de quien le invoca.

42 43
¿Podemos decir que hemos profundizado del cias; reparten la alegría pascual; descubren
todo esta verdad del evangelio? ¿Que la hemos la fraternidad universal; revelan la tremenda
hecho realidad en nuestra pastoral? Ciertamen- dignidad del hombre; luchan por madurarlo
te el concilio ha tenido muy presente esta pági- en el ejercicio de la libertad creadora que
na evangélica. Y algunos resultados son reales. hace al hombre colaborador directo y amigo
Pero, en la práctica de cada día, en las pastorales íntimo de Dios; abren caminos nuevos en la
concretas queda aún mucho por recorrer hasta búsqueda de formas de vida que sean más
que nos hayamos atrevido a dar luz verde, con conformes no sólo a las exigencias del hom-
fe, con inquebrantable esperanza, al "¡no se lo bre nuevo sino del mismo evangelio.
impidáis!" de Cristo.
Limitándonos a este último capítulo hemos de
Porque la realidad es que la tentación de ser sinceros y afirmar que la tentación y el pe-
J u a n sigue viva en nosotros. cado de J u a n de prohibir "hacer milagros" a los
Nos sigue molestando, y buscamos mil excu- que no eran de su compañía asedia continuamen-
sas para prohibir que en nombre de Cristo hagan te a más de uno de nuestros superiores eclesiás-
milagros, echen demonios, empujen la conquista ticos.
de los derechos humanos y hasta religiosos: Si tuviéramos el coraje de aplicar con valen-
personas que no son cristianas pero que invocan tía el criterio evangélico de Cristo en Lucas y
a Cristo: como puede ser un musulmán; Marcos, no caeríamos tantas veces en el pecado
personas que no son católicos pero que profesan de matar tantas iniciativas del Espíritu; de es-
una fe viva en Cristo: basta pensar en los terilizar tantos esfuerzos heroicos de almas real-
monjes de Taizé; mente santas; de sofocar tantos carismas que el
bien Dios sigue repartiendo para enriquecer a
personas que llamándose ateas invocan y reali- su Iglesia porque sus manos no se han secado y
zan en más de u n aspecto la doctrina de Cris- porque, en frase de san Pablo, su medida sigue
to: por ejemplo tantos marxistas sinceros; siendo la "superabundancia"; sobre todo con los
seglares que, sin pertenecer a ninguna acción pequeños, con los libres de espíritu, con los que
católica, a ninguna institución canónica, sin no temen la luz porque tienen los ojos llenos de
ningún mandato jerárquico, pero sí en nom- hambre de verdad; con los que son capaces de
bre de Cristo, de la fe que tienen en él, del descubrir la presencia de Dios en las pequeñas
amor que les quema las entrañas y hasta de cosas que florecen cada día a nuestro alrededor.
los mismos carismas extraordinarios que de
él han recibido, hacen verdaderos milagros; Bastaría que, frente a la persona o al movi-
obran conversiones; transforman las concien- miento que realiza "milagros", que abre caminos

44 45
nuevos, que arrastra al pueblo de Dios a la bús- EL CÓDIGO DE LA LIBERTAD
queda de una Iglesia más de Cristo y menos
nuestra nos preguntáramos sencillamente: ¿está
contra Cristo? ¿está contra la Iglesia? ¿lo hace
en nombre de Cristo? Todo lo demás no cuenta.
Si la fuerza para hacer el milagro le viene de un
carisma especial o de un esfuerzo de su voluntad,
poco importa. Si el milagro se realiza y se realiza
en nombre de Cristo, allí está Dios y allí está la
Iglesia; porque el que no está contra Cristo está
con él.
"¡No se lo impidáis!" ¡Qué mandamiento car-
gado de esperanza! ¡Y es de Cristo! ¡Y a sus após-
toles!
U N grupo de jóvenes, estudiantes y trabaja-
dores, se maravillaban de esta afirmación
mía pronunciada en el curso de una conferencia:
"Soy libre".
¿Libre usted, me dijeron, que es sacerdote?
¿Libre usted que pertenece a una Iglesia estruc-
turada jerárquicamente, que se ha atado con los
tres votos de religión, que lleva años luchando
para poder comunicar a los demás sus ideas más
personales?
¿Qué es, entonces, para usted la libertad?
¿Cómo es, a su juicio, un hombre libre?
Las preguntas descarnadas y sinceras de mis
amigos me han inspirado este artículo que no
pretende ser otra cosa más que unas líneas ge-
nerales, capaces de abrir un diálogo más pro-
fundo acerca de un tema que no puede dejar de
apasionar a todos ya que la libertad es la gran
riqueza del hombre, el gran don que le ha con-
ferido el creador. Sin la libertad el hombre no

46 47
hubiera podido amar y sin el amor el hombre hu- Soy libre cuando la muerte para mí no es más
biera sido un solitario, u n condenado, u n sin- que la pasarela hacia la plenitud de la vida.
Dios. Soy libre cuando logro ser persona.
La libertad fue la gran conquista de Cristo. Soy libre cuando logro descubrir la parte de bon-
dad que existe en todo ser creado.
El cristianismo es la religión de la libertad.
Soy libre cuando no creo en el imposible.
Por eso san Pablo pudo escribir a los gálatas:
"Habéis sido llamados a la libertad" (Gal 5, 13). Soy libre cuando acepto que en mi vida el pri-
Una libertad que no viene de la ley sino del mado pertenece a mi conciencia.
Espíritu: "Donde está el Espíritu allí está la li- Soy libre cuando no existe un precio a mi li-
bertad" (2 Cor 3, 17). bertad.
Soy libre si mi única ley es el amor.
Una libertad que nace del corazón mismo de
la verdad: "La verdad os hará libres" escribe san Soy libre cuando sé darme a otros sin exigir el
J u a n (8, 32). poseerlos.
Soy libre cuando mi voz contribuye a determinar
Una libertad tan íntimamente ligada al amor
el curso de la historia.
que san Juan afirma: "El que no ama está muer-
to" (1 J n 3, 14). Soy libre cuando sigo diciendo ¡no! a la opresión
incluso con la boca pegada al acero de los tan-
¿Cuándo soy, pues, realmente libre? ques.
Soy libre cuando amo lo que hago y cuando hago Soy libre cuando desde la cárcel sigo gritando el
sólo lo que amo. derecho a mi libertad.
Soy libre cuando después de haber amado las Soy libre cada vez que defiendo con convicción
cosas y los hombres ellos son más libres y yo y con riesgo la libertad de los otros.
menos esclavo. Soy libre cuando regalo mi libertad sólo a quien
Soy libre cuando atenazado por el dolor una voz amo más que a mí.
me grita en las entrañas: estás resucitando. Soy libre cuando siendo rico sigo prefiriendo y
Soy libre cuando creo en un Dios que todo lo ha envidiando la libertad de los pobres.
creado con libertad. Soy libre cuando siendo pobre sigo prefiriendo
Soy libre cuando acepto la libertad de los otros. mi libertad al dinero de los demás.
Soy libre cuando mi libertad vale m á s que el di- Soy libre cuando creo que mi Dios es más grande
nero. que mi pecado.

48 49
Soy libre cuando a la hora del fracaso creo que Soy libre cuando puedo ofrecer mi conquista, mi
Dios y el sol y yo somos nuevos cada día y hallazgo, mi carisma, mi pensamiento sin que
que siempre es tiempo de empezar. nadie me condene.
Soy libre cuando estoy convencido de que el bien Soy libre cuando creo en los demás.
realizado ya no se destruye. Soy libre cuando soy capaz de amar el pedazo
Soy libre cuando creo que en la balanza de Dios de vida que tengo entre las manos, sin an-
pesa más su misericordia que nuestra vileza. gustiarme del mañana.
Soy libre si soy capaz de descubrir detrás de Soy libre cuando soy capaz de descubrir en los
cada dolor, de cada traición, de cada maldad ojos de mi prójimo el frescor de la primera
el fruto de u n pecado contra el amor. mirada del creador.
Soy libre cuando después de haber amado des-
Soy libre cuando soy capaz de sentir que en la
cubro que el amor que nos funde no es algo
materia vibra u n clamor de unidad como ex-
sino alguien que mantiene siempre viva y
presión del amor que mueve desde dentro to-
fresca aquella felicidad que él hace nacer en
das las cosas.
nosotros.
Soy libre cuando creo firmemente que ha exis- Soy libre cuando sólo el amor es capaz de enca-
tido un hombre como yo que después de ha- denarme.
ber muerto sigue viviendo para siempre.
Soy libre cuando creo que la salvación me ven-
Soy libre si me siento menos que Dios pero más drá no de la ley sino del Espíritu.
que todo lo creado.
Soy libre cuando soy consciente de que "todo me
Soy libre cuando soy abofeteado por defender está permitido, pero no todo me conviene"
que la libertad es Dios y que Dios condena a (1 Cor 10, 23).
quien pisotea o abusa de la libertad de un
Soy libre cuando se me respeta el derecho a es-
solo hombre.
coger según mi conciencia.
Soy libre cuando puedo tratar de tú a Dios. Soy libre cuando tengo la capacidad hasta de
Soy libre si advierto que los demás me necesitan. decir "no" a Dios.
Soy libre cuando me siento capaz de transfor- Soy libre cuando soy capaz de recibir la felicidad
mar la creación sin injuriar al creador. que me regalan los otros.
Soy libre donde la autoridad no se confunde con Soy libre cuando siento vergüenza de la escla-
el poder sino que nace de la fuerza de la con- vitud de mi prójimo.
ciencia de cada uno puesta al servicio de los Soy libre cuando acepto a los demás tal como
demás. son y no como yo desearía que fueran.

50
n
Soy libre si tengo la capacidad de transformar- Soy libre cuando nadie ni nada intenta sustituir-
me a mí mismo lo suficiente para poder cami- se a mi conciencia que es la última palabra
nar al lado de mis hermanos en una aventura del creador en mí.
común.
Soy libre cuando no se me prohibe correr detrás
Soy libre si sólo la verdad puede hacerme cam- de ese alguien misterioso pero real que siento
biar de camino. necesario y absoluto para realizarme definiti-
Soy libre si soy capaz de dar la vida por un hom- vamente.
bre antes que por una idea. Soy libre cuando, amordazado, disfruto como mía
Soy libre si se me concede la capacidad de re- la libertad de mi hermano.
nunciar a mis derechos. Soy libre cuando, ante cada elección, escojo no
Soy libre cuando no existen ídolos en mi vida y lo que más me agrada sino lo que más me
cuando percibo en todo y en todos la presen- hace persona.
cia de un ser único, personal, libre e inmortal. Soy libre mientras exista una sola persona en el
Soy libre cuando creo en un Dios que ya no se mundo que me ame.
arrepentirá de haberme creado libre. Soy libre cuando no creo en el destino sino en el
Soy libre cuando tengo la certeza de que Dios designio que el creador me ha encomendado
cree en mí. en la historia.
Soy libre cuando he conseguido pronunciar esa Soy libre cuando logro que florezca la libertad
palabra que Dios me ha confiado como mi a mi alrededor.
contribución a la historia. Soy libre cuando amo el bien de mi prójimo más
que mi misma libertad.
Soy libre cuando he comprendido que mi trabajo
es la continuación de la obra del creador. Soy libre cuando logro convencer a los demás
de mi verdad sin vencerles ni humillarles.
Soy libre cuando tengo la certeza de que todo lo
creado me ayuda a realizarme y a descu- Soy libre cuando estoy persuadido de que no soy
brirme. vaso lleno sino que sigo necesitando siempre
de los demás.
Soy libre cuando vivo en una comunidad en la
que la persona cuenta más que la estructura. Soy libre cuando no he perdido la esperanza de
poder enriquecer a los otros.
Soy libre donde el orden civil admite que cada
hombre es el rey de cuanto existe y. que vale Soy libre mientras no me resigno a no serlo.
más que todo lo creado. Soy libre si amo ser libre.

52 53
Por eso cuando me siento libre me siento un MI DIOS ES JOVEN
poco como Dios, capaz de crear con él, de dar, es
decir, de amar.
Me siento persona.
Me siento con derecho a un nombre propio
que al pronunciarlo Dios una sola vez lo hace
inmortal y eterno.
Me siento, existencialmente, el rey de la crea-
ción porque es muy cierto que: "Felices los li-
bres porque ellos poseen la tierra". Mi Dios tiene el frescor del amanecer.
Mi Dios es el nacer.
Por eso es joven cada instante.
En mi Dios no hay gérmenes de muerte.
Mi Dios no puede envejecer.
Es la plenitud, la madurez siempre joven.
Es un día sin fin.
Es una juventud continua.
Por eso es la vida.
Ser joven es parecerse a mi Dios.
Por eso, en lo más hondo de cada ser, duerme
escondido un deseo secreto de juventud.
Por eso nadie querría envejecer.
Por eso sufre siempre quien camina hacia el atar-
decer.
Por eso existe una misteriosa atracción del an-
ciano hacia el joven y una dulce-amarga nos-
talgia-envidiosa.
La juventud es plenitud de ilusión, es madurez
de donación, de fantasía, de esperanza, de be-
lleza. Es el sí del amor.

54 55
Es más fácil al joven que al anciano regalar la Y llaman experiencia a lo que quizás es desilu-
vida. sión.
Es más fácil al joven ser heroico, quemarse por Y llaman madurez a lo que tal vez sólo sea can-
una idea. sancio.
Y llaman prudencia a lo que es sólo conformismo.
En el joven el amor bulle aún con toda su fueriza
virgen. Y llaman fecundidad a lo que seguramente no
es más que apego a sus últimos retales de
La juventud no es u n tránsito, un aprendizaje, vida.
un noviciado. Pero mi Dios es joven siempre.
Es el momento sublime de dar sentido a la vida, Y cuando el hombre envejece en su alma, Dios
es la hora de las grandes decisiones, es el cul- sigue siendo joven.
men de la espontaneidad. Por eso mi Dios está más cerca siempre de quie-
Es el momento mejor para entender la voz de nes son más jóvenes en cada momento de la
Cristo cuando dice: "El que no expone su historia.
vida la perderá". Mi Dios es joven porque espera siempre, porque
sabe leer la bondad que esconden las cosas,
Por eso sólo es maduro, vivo, fecundo quien con-
porque sabe captar el rumor imperceptible de
serva, en el inexorable correr del tiempo el
l a vida q u e despunta por todas partes p a r a
frescor, la ilusión, el heroísmo, la espontanei-
que el mundo siga siendo joven.
dad, la viveza del joven.
Mi Dios joven sabe que el triunfo definitivo es
Sólo es divino quien se resiste en su alma a dejar de la vida.
de ser joven. Mi Dios no tiene los defectos de los jóvenes pero
Por eso es difícil mi Dios joven, mi Dios rabio- tampoco los vicios de los viejos.
samente joven, mi Dios necesariamente jo- Mi Dios tiene las cualidades de todos pero en él
ven, mi Dios divinamente joven para quienes, todo está impregnado de juventud porque mi
al perder el tren de la juventud y con él sus Dios es el joven eterno, o mejor, el eterna-
valores mejores, intentan, como triste consue- mente joven.
lo, proyectar en él la mezquindad de su derro- Mi Dios es el que hace nuevas, es decir, jóvenes
ta elevándola a categoría de bien. todas las cosas.
Y querrían que mi Dios pensara como ellos, sin- Mi Dios es el que al final de los tiempos, inaugu-
tiera como ellos, mirase al mundo, y a sus rará, con la resurrección de todo, la juventud
cosas con el color cansado de sus ojos. perenne de los siglos.

56 57
CONVERTIRSE era suficiente para sentir estallar en mi carne y
en mi espíritu una pascua continua desde enero
ES ACEPTAR LA FELICIDAD hasta diciembre?
DE MANOS DE OTRO Sí, el paréntesis sombrío de la cuaresma me
parecía entonces una de tantas cosas que debía
aceptar sin comprender su razón de ser.
Cierto que en mis pensamientos y sensaciones
de entonces existía mucho de inmadurez e infan-
tilismo. No sé lo que hubiese podido escribir en-
tonces acerca de la cuaresma. Probablemente
hubiera escrito sólo tópicos recogidos de algún

C UANDO yo era estudiante el tiempo de la cua-


resma me resultaba rabiosamente triste y
frío; una sensación espiritualmente semejante a
libro. Hubiera dicho cosas que no sentía, que no
creía, que no entendía. Hoy me ocurre lo con-
trario: teniendo que escribir para mis amigos
la que experimentaba todo mi ser cuando, estan- acerca de esta realidad litúrgica de la cuaresma
do jugando a pleno sol en la calle, sonaba la sólo me siento capaz de decir lo que significa
campana para entrar a rezar a la Virgen en una "para mí", lo que es "mi" cuaresma. Y hoy com-
capilla fría y oscura. Era algo así como interrum- prendo que, junto a mi lógica inmadurez de en-
pir bruscamente una fiesta para entrar a dar un tonces, existía también un tirón de mi alma que
pésame; como dejar el aire libre, puro, para en- me hacía vislumbrar y presentir que en aquella
trar a respirar un ambiente saturado. repugnancia innata existía algo muy real. La
cuaresma que se presentaba a mi mirada tenía
Si yo sentía a mi Dios presente en el sol, en mucho de formalista, de superficial y hasta de
el aire, en mis amigos, en la luz, en la alegría, escondido paganismo.
¿por qué tenía que interrumpir mi gozo para ir
a buscarle en la tristeza, en la oscuridad, en unas Pero ¿es que no sigue ocurriendo todavía esto
penitencias que debía aceptar sin entender ni a tantos y tantos de nuestros jóvenes de hoy? ¿Es
profundizar? que puede decirle algo al joven moderno una
cuaresma que se anuncia, como la última de Ma-
¿Pero es que no había yo abrazado definitiva- drid, poniendo de relieve que se preparaban 15
mente al Dios vivo, presente y resucitado para toneladas de hierro para los penitentes de sema-
siempre en todas las cosas, caliente en mi alma, na santa y que en los primeros días se habían
portador de esperanzas nuevas? ¿Pero es que el vendido en Madrid 2.000 cilicios y más de 1.000
sentir la bondad gratuita de Dios en mi vida no disciplinas?
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Más de una vez tuve la sensación de que la entonces tenían todas u n mismo significado: ce-
importancia vital que dábamos a ciertas fiestas, lebrar la glorificación de Jesús. Por eso todas las
a ciertas formas externas nos acercaban más al fiestas se concentraban en la eucaristía.
budismo o al judaismo que al cristianismo ge- Nosotros, en cambio, habíamos extremado las
nuino. cosas hasta el punto de prohibir la comunión
Entonces no conocía lo que Orígenes había el día de viernes santo. P a r a muchos el Cristo
escrito ya contra Celso (8, 22): muerto era más importante que el Cristo resu-
citado. Alguien ha escrito que en España la cua-
El cristiano no tiene necesidad de fiestas resma termina en la semana santa y ésta en el
como los paganos. Toda su vida es una fiesta, un viernes santo. Mientras que Pablo dice que, si
domingo, una pascua. Cristo no ha resucitado, somos "absurdos", por-
que "vana es nuestra esperanza". Un cristianis-
Ni lo que había escrito san Pablo a los gala- mo que termina en la cruz es la negación de su
tas (4, 9-12): esencia. Es u n paganismo.

Ahora que habéis conocido a Dios, o mejor


dicho, que habéis sido conocidos por Dios, ¿cómo El gran dilema del hombre:
volvéis otra vez a los elementos sin fuerza ni "O con Cristo o contra Cristo"
valor, a los que otra vez queréis esclavizaros
como antes? ¡Observáis días y meses, y fiestas
La cuaresma era sinónimo de tiempo de "pe-
y- años! Me temo que he trabajado en vano por
vosotros. nitencia" y penitencia significaba única y exclu-
sivamente "sacrificio corporal": ayuno (ahorran-
Ni lo que había escrito a los colosenses (2, do la comida en vez de distribuirla a los pobres);
16-17): abstinencia (comiendo pescado incluso cuando
nos resultase más apetitoso que la carne); cilicio
Que nadie os juzgue... en cuestión de fiestas (incluso a los 12 años); caras tristes, ausencia de
anuales o mensuales o semanales, todo lo cual música y de alegría por sana que fuera, seriedad
es sombra de lo que vendrá, cuya realidad es forzada, etc., cuando Cristo había prescrito que
Cristo. aun en tiempo de ayuno nos "perfumásemos" y
nos "alegrásemos".
En los dos primeros siglos de cristianismo se
observó rigurosamente el espíritu de Pablo. No El medio se convertía en fin y, lógicamente,
existía ninguna fiesta fuera del domingo. Las el arco extremadamente tenso acababa quebrán-
fiestas fueron apareciendo poco a poco. Pero aún dose.

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Es muy posible que a este desenfoque, a esta es al mismo tiempo "sangrienta" porque el hom-
casi paganización de la cuaresma cristiana se bre tiene que quemar en el altar de su existencia
deba en gran parte el que haya perdido todo sen- no ya a su propio hijo, sino algo más íntimo, más
tido para el hombre moderno de la cultura con- suyo, más doloroso: su propia libertad.
temporánea.
Convertirse es devolverle a Dios lo más gran-
Hoy los estudios bíblicos y la profundización de que el hombre ha recibido de él, lo único que
de la teología patrística nos han iluminado de puede agradarle: su libertad. Y aquí entra en
una forma nueva esta realidad litúrgica. Hoy sa- juego la increíble grandeza del ser humano que
bemos que el concepto de "penitencia" en la Es- se siente capaz de dar un "no" libre, satánico,
critura significa sobre todo "conversión". Por eso destructor al Dios creador, al omnipotente, al
la verdadera preparación a la cuaresma tanto libertador, al redentor.
individual como colectiva debe consistir en un El hombre cara a cara con Dios para decirle
proceso de conversión profunda de nuestro ser. "sí" o "no", para escogerse a sí mismo o abando-
Algo que es mucho más serio, más profundo, más narse a un amor que llama y promete pero que
trascendental que ciertas caricaturas de peniten- no coacciona. Que invita a la conversión porque
cias en las que se resolvía la cuaresma clásica. sabe que lo que libera al hombre es el bien; por-
que sabe que el hombre tendrá siempre la ten-
El tiempo de preparación pascual debe ser el tación de dar un "no" a Dios para salvar su li-
recuerdo "alegre" de nuestra conversión "san- bertad que en realidad acabará esclavizándole
grienta" al amor. Es el recuerdo de nuestra res- porque le asfixiará con las cadenas más odiosas
puesta definitiva al grito de Cristo: "Convertios"; para un hombre: la incapacidad de amar. Pero
"haced de nuevo"; "buscad el reino de Dios y la que no coacciona, porque Dios no se arrepentirá
justicia"; "haceos pobres"; "sed dulces"; "bende- jamás de haber regalado al hombre el misterio,
cid a quien os maldice"; "amad a los otros". pavoroso y gozoso al mismo tiempo, de su liber-
tad.
El hombre tiene que decidir, una vez para
siempre, el destino de su vida: o con Cristo o con-
tra Cristo.
El hombre moderno
Es la gran decisión de nuestra vida. Es una y su conciencia de la libertad
responsabilidad escalofriante porque entra en
juego nuestro destino definitivo, más allá del La verdadera pasión de Cristo —que podría-
tiempo. Es una decisión "alegre" porque, pasa por mos llamar en cierto modo su "conversión"—
el amor y está impregnada de esperanza; pero empieza en Getsemaní cuando renuncia a su "vo-

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luntad" para aceptar la de su Padre: "No se haga orgullo, nos hace disponibles para el encuentro,
mi voluntad sino la tuya" (Mt 26, 39); y termina para la aceptación, para el abrazo del prójimo.
con su última palabra en la cruz, su grito final:
Y el hombre moderno que se hace cada vez
"Padre, en tus manos me entrego" (Le 23, 46).
más radical puede comprender hoy mejor que
Que era como decir: "Me fío de ti; prefiero tu
nunca esta "intransigencia" del evangelio. El
libertad a la mía".
"o con Cristo o contra Cristo" es hoy más actual
Cierto que Cristo no renunció a su voluntad, que nunca. La nueva generación que se está ha-
a sus criterios, a su libertad sin dolor, sin angus- ciendo en nuestra sociedad moderna no es diplo-
tia, sin agonía, sin pánico, sin horror. Cristo hu- mática: prefiere el riesgo de la sinceridad; pre-
biera preferido escoger un camino "suyo": "Si fiere al "sí, sí" y el "no, no" del evangelio. Una
es posible pase de mí este cáliz", es decir, este conciencia moral más aguda está poniendo de
modo de aceptarte, de seguirte, de amarte. Pero manifiesto que el hombre de hoy debe ser justo
prefirió el "sí" sangriento al "no" glorioso. Cristo o injusto. No va quedando puesto en los valores
entró también de algún modo en el misterio de humanos para el evasivo, para el desentendido
la conversión cuando prefirió a su Padre a sí porque hoy empezamos a sentirnos todos com-
mismo. prometidos. Hoy, el no actuar empieza a con-
siderarse como la más repugnante de las injus-
Esta conversión, que es en cierto modo un ticias. Hoy se debe amar u odiar, creer o negar;
salto en el vacío para aceptar la felicidad de las y al hombre que rehusa entrar en el juego de
manos de otro, es realmente nuestra cuaresma sus hermanos se le empieza a considerar más
y el vestíbulo a la fiesta pascual de la alegría. como bestia que como persona.
Es la conversión de la que dice el evangelio
que "se hace fiesta en el cielo". Es el triunfo de Sartre decía sarcásticamente: "El ateo es un
Dios sobre Satán, de la vida sobre la muerte, hombre de convicciones; el cristiano de costum-
del amor sobre el orgullo. Para el hombre mo- bres". Por eso muchos cristianos, fundados en la
derno, más sensible que nunca a los valores de religión de las "costumbres", sienten la fuerte
la propia libertad, de la propia responsabilidad tentación del ateísmo para sentirse más auténti-
y de su papel de transformador de la materia y camente "personas". Es una terrible meditación
de la historia, es más que nunca necesario po- para los creyentes.
ner de relieve esta realidad bíblica de que la
verdadera penitencia para el cristiano es esta Si hoy los jóvenes se echan a la calle para
conversión al amor a través de la oferta libre al protestar; si la Iglesia se hace más comprometida
creador y al redentor de nuestra libertad. Una con las angustias de los hombres es porque em-
oferta que, al despojarnos de la raíz de nuestro pezamos a intuir que no estar decididamente,

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públicamente, comprometidamente con Cristo, zosa. Tengo que tener la posibilidad de decir-
con el hombre, con la historia, es estar contra, le: "prefiero mis cadenas a tu libertad", y esto
enfrente. aunque le haga llorar como sobre Jerusalén, para
que se trate de una verdadera donación capaz de
Hoy, no asomarse a la ventana, no abrir la transformarme y no de un juego de niños.
puerta de casa, no levantar los brazos al cielo
pidiendo paz y justicia para los hombres no es Este misterioso dilema humano, este dramá-
sólo estar enfermo, ser cobarde, ser indiferente; tico salto en el vacío, empujados por la luz de
es algo más: es estar muerto, ser traidor, ser la fe que no coacciona nunca, es la respuesta al
incrédulo. "confesad vuestros pecados", es decir, vuestras
profanaciones a la libertad propia y ajena; el
Pero, precisamente por eso, es hoy más ne- "toma tu cruz", es decir, acéptate limitado, de-
cesario que nunca que el hombre adquiera plena pendiente, inacabado, inseguro, débil, enfermo,
conciencia del inmenso don que Dios le ha dado solo; y "sigúeme", es decir, fíate, abandónate,
de la libertad. Sólo el que se siente persona, res- porque en realidad "yo he vencido al mal"; por-
petable, independiente, es capaz de pronunciar que cuando yo pido la libertad como un don libre
un fiat que salve. es sólo para devolvértelo purificado, transforma-
do, divinizado. Es tan difícil, sin embargo, este
Nadie puede llamarse con derecho "hombre" salto en el vacío para el hombre consciente de la
si no siente como propia la capacidad, la libertad grandeza de su libertad que sin la entrada de
de bendecir o de maldecir, de darse o de rete- Cristo en el mundo, sin su renuncia inicial a su
nerse, de amar o de odiar. voluntad, sin su entrega primera al amor le hu-
biera resultado imposible al hombre preferir a
Nadie es capaz de una elección con consecuen- Dios a sí mismo.
cias definitivas, eternas, si antes no ha adquirido
plena conciencia y posesión de su libertad. Con esta fuerza interior y misteriosa de Cris-
to el hombre se sentirá dulcemente inclinado
Cierto que la única libertad auténtica y sal- hacia la vertiente de la vida; se encontrará con
vadora para el hombre, creado semejante al Dios el "sí" libre en sus labios casi sin percibir la
creador, es Cristo, palabra intangible, inviolable, atracción interior de Cristo. Este "sí" sólo le será
eterna, infinita, porque sólo la verdad hace li- imposible cuando se niegue conscientemente, vo-
bres. Sí, Cristo mismo es la libertad, pero es una luntariamente, irrevocablemente a este dulce ti-
libertad "libre". Es una libertad que yo necesito rón de la gracia. Por eso me decía un amigo que
sentirme capaz de aceptarla o rechazarla libre- ha entrado con fuerza en el mundo de lo sobre-
mente para que pueda comprenderla como go- natural: "Hace falta más fe para condenarse que

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para salvarse", es decir, Dios puede salvar por
misericordia, pero no puede condenar por igno- te. Todo verdadero amor es irrevocable; y la li-
rancia; puede aceptar nuestro "don" con un mí- bertad sólo se puede consagrar a un amor que
nimo de libertad por nuestra parte, pero no pue- sea más profundo que nuestro mismo ser.
de aceptar nuestra "repulsa" si no es con toda la Por eso si el bautismo es sincero; si se recibe
fuerza de nuestra voluntad libre. Para condenar- sobre todo en la edad madura con plena concien-
nos necesitamos poner en juego toda la fuerza cia y libertad (o se acepta al saber que se ha
de nuestra libertad para decir "no" a Dios; para recibido de niños), nos tiene que arrancar defini-
salvarnos bastan unos ojos humedecidos de lá- tivamente de nosotros mismos para ponernos en
grimas. función de nuestros hermanos que son el Cristo
total. Es la entrada a los campos del amor sin
fronteras y que supone ya una participación de-
El bautismo es el momento del riesgo finitiva en el reino que predicaba Cristo y que
decía que "estaba ya presente". Es como empe-
P a r a el cristiano esta elección se realiza en zar a vivir la plenitud de los tiempos; como ade-
el bautismo. Es el fiat, el "sí", la conversión. Por lantar el futuro sin sombras.
eso el bautismo es "irrepetible". Por eso en el
bautismo se realiza el único "exorcismo" que hoy En este estado es donde adquieren plena rea-
admite la Iglesia. Es el "sí" de Dios en los labios lización las palabras enigmáticas de J u a n el após-
y en el corazón del hombre capaz de vencer a tol: "Sabemos que todo el que nace de Dios, no
Satán. El que acepta ser bautizado escoge la mi- peca" (1 J n 5, 18). Toda conversión verdadera y
rada del Dios vivo (Hech 14, 15); escoge los ca- definitiva nos constituye en hijos del Dios vivo
minos de la justicia y del amor; acepta ponerse y libertador. Por eso no hay puesto para el pe-
en camino hacia la tierra nueva de la generosi- cado por antonomasia, el que condena, el que es
dad; prefiere la libertad de Cristo a la propia. "de muerte", el que consiste en preferirnos a
Por ser el bautismo el momento de la conver- Dios, en adorarnos, en reservarnos nuestra liber-
sión definitiva del hombre al amor total es tam- tad. Ese pecado que "no puede ser perdonado"
bién el momento del riesgo; del cambio de una porque en realidad no podrían conciliarse fe
libertad que siente y conoce como propia por e idolatría, amor y reserva de la libertad.
otra libertad que desconoce y que sólo por fe
cree que es más genuina. Sólo el pecado que destruye el "sí" del bau-
tismo, que reniega de la conversión libre, es el
El bautismo es irrepetible porque la libertad verdadero pecado, el pecado de apostasía, porque
no se puede entregar a medias ni temporalmen- elimina a Dios de nuestra existencia.
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Existen, cierto, otros pecados que son debili- Para el que se siente gozosa y fundamental-
dades, que son recortes más o menos voluntarios mente fiel a su fiat definitivo, la cuaresma con-
a nuestro "sí", que son heridas propias de la lu- sistirá en empujar la rueda para que sigan cre-
cha por la fidelidad a nuestra entrega. Pero, ciendo y fortaleciéndose las raíces sanas de su
como dice san Juan, no son pecados de muerte: fiat y en repetirle al Dios creador y redentor la
"Toda injusticia es pecado, pero hay pecados que sencilla y serena desconfianza en las propias
no son de muerte" (1 Jn 5, 17). Por eso termina fuerzas y el deseo eficaz de que él incline a cada
recomendando: "Guardaos de los ídolos" (5, 21), instante nuestra cabeza hacia la vertiente de la
es decir, de la idolatría, de la apostasía, de toda luz y de la verdadera libertad, sobre todo en los
sustitución de vosotros mismos o de vuestras co- posibles momentos de oscuridad, de incertidum-
sas temporales por el Dios vivo y creador. bres, de dudas.

Esta es la realidad profunda de todo bautismo Existen p e r s o n a s •—pocas, poquísimas— a


en Cristo. Pero ¿qué ocurre en la realidad? ¿Es quienes el Cristo de la fidelidad ha dado ya en
que no estamos los bautizados inundados de ido- esta tierra la certeza sensible de haber escogido
latría? Sí, la triste realidad es que pocas veces definitiva e irrevocablemente los caminos de la
nuestro fiat es definitivo y a cada esquina de luz. Es una especie de confirmación en gracia
nuestra vida el hombre tiene que enfrentarse como la que tuvieron María y los apóstoles. Una
con el espíritu del mal que le tienta, como Pedro certeza fundamental que no excluye instantes de
a Cristo: "No subas a la cruz", es decir, no en- dolor o de angustia pasajera, pero que se advier-
tregues tu libertad, tus proyectos, tu voluntad. te real como un río de agua viva que corre por
las entrañas del ser. Entonces es cuando se ad-
Por eso el hombre necesita convertirse cada vierten los frutos de haber pisado los campos de
momento; necesita revisar su fiat, necesita podar la libertad creadora de Cristo. Son personas a
los rebrotes del egoísmo para que no ahoguen el quienes ya no puede tocar el mal y que trans-
crecimiento de la generosidad. forman en bien y en luz todo lo que tocan. Estas
personas ya no saben vivir para ellas. En ellas
Y es aquí donde encuentra un puesto la cua- la pascua ha estallado definitivamente y hasta el
resma. La mejor forma de prepararse a la fiesta dolor ha cambiado en ellas de nombre porque
de la alegría pascual es miramos con valentía a el amor es más fuerte que la misma muerte.
los ojos, enfrentarnos con nosotros mismos y ante
el peligro de que se pueda apagar la llama de ¿Pero es que existen personas así en nuestra
nuestro don definitivo estar dispuestos, en frase tierra de pecado, de injusticia, de dolor? Sí, son
evangélica, a cortar, a arrancar, a volver a em- esos cristianos transparentes en cuya mirada bri-
pezar. lla la luz caliente, salvadora de Cristo. Son los

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más cercanos al hombre, los más comprensivos,
los más dulces precisamente porque Dios está
NUESTRA EXPERIENCIA
vivo y presente hasta en la piel de sus manos. DE RESUCITADOS
Son cristianos que "conocen" a Dios, al Dios de
los hombres. Ellos son un aliento y una esperan-
za para los que caminamos a trompicones. Son
los verdaderos amigos de la humanidad; los que
—como decía el cardenal Suenens de Juan xxin—
"hacen la tierra más digna de ser habitada". Son
la presencia caliente del Cristo de nuevo presen-
te en los caminos de la humanidad peregrina ha-
cia la patria.
Ellos son los que, codo a codo con sus seme-
jantes y corazón a corazón con Cristo, transfor-
man la materia y cambian la historia.
M UJER", fue la primera palabra que pronun-
ció Cristo resucitado (Jn 20, 15). Y el pri-
mer nombre que brotó de sus labios fue también
Ellos son el mejor testimonio de que la pas- un nombre de mujer: María. Fueron unos ojos
cua ha empezado ya y de que el cielo comienza de mujer quienes recogieron la primera imagen
en la tierra. del Cristo nuevo y fueron manos de mujer quie-
nes primero tocaron la carne resucitada del nue-
vo Adán: "Ellas se acercaron a abrazar sus pies"
(Mt 28, 9).
La mañana de pascua se enlaza, así, miste-
riosamente, con la primera mañana de la crea-
ción. Allí la mujer se escondió del creador aver-
gonzada de su pecado; aquí el salvador sale al
encuentro de la mujer regenerada para conver-
tirla en mensajera de la buena nueva: Cristo ha
vencido al pecado y a la muerte y ha restable-
cido la virginidad primera del paraíso.
Desde entonces la muerte cambiará de nom-
bre: "la vida no se quita, se cambia" (liturgia de
difuntos). Desde aquel momento María Magda-

72 73
lena, y con ella todos los hombres de la historia, Me impresionó hace unos días un joven uni-
pueden gritar con gozo: "Soy inmortal": yo, mi versitario que, al final de un largo diálogo acerca
persona, mi cuerpo y mi espíritu, mi totalidad. de la problemática del filme de Bergman Los
comulgantes, me preguntó casi brutalmente, pero
Este es el grito pascual del cristiano.
con gran sinceridad: "Yo lo que desearía es sa-
ber por qué usted se ha hecho sacerdote y qué
Pascua es siempre significa la fe en su vida".

Pero hoy, por desgracia, la pascua tiene para Creo, sinceramente, que el hombre de hoy
nosotros más de fiesta, de aniversario, que de necesita más que nunca llegar a la fe a través de
hecho existencial, constante. P a r a muchos es el la vivencia existencial de su prójimo. Y puesto
recuerdo de algo que fue: Cristo resucitó; pero que lo siente como una necesidad, ¿por qué no
no de algo que sigue existiendo: nosotros esta- pensar que es el camino, hoy, deseado por el Es-
mos resucitando. píritu?
La pascua debería ser sencillamente el día Quizás porque el hombre de hoy está saturado
en que, de un modo especial, los cristianos nos de ideología, de intelectualismo. Por lo que se
gritásemos los unos a los otros y sobre todo gri- refiere a la fe es m u y posible que necesite co-
tásemos al mundo juntos, la alegría de nuestra nocer la luz de la verdad en la mirada caliente
certeza de resurrección, el gozo de nuestro amor de su prójimo y sentir la esperanza y el bien en
nuevo, la esperanza del triunfo definitivo de la sus manos abiertas a la generosidad y en su co-
vida sobre la muerte. razón cargado de comprensión, de capacidad de
Porque pascua, en realidad, es cada instante diálogo, de amistad, de confianza.
de nuestra existencia. Nuestra pascua es ya con-
Por eso más que decir lo que yo sé de esta
tinua; nuestra pascua "es".
realidad espiritual, más que dar la visión cien-
Por eso, al querer escribir de esta realidad tífica de los teólogos de hoy, he preferido ofrecer
viva de la pascua siento u n cierto temor de que- la versión de la pascua en edición popular. He
darme en la esfera de lo puramente teórico, "de preferido que diga lo que es la pascua uno de
decir lo que es la pascua y no "nuestra" pascua. esos cristianos anónimos, cuyo nombre no se lee
Pienso que una buena parte del ateísmo ac- en los periódicos ni en las revistas, una de esas
tual se debe al hecho de que hemos presentado personas que comparten contigo cada día la
las vivencias de nuestra fe demasiado desencar- aventura humana en su grandiosa sencillez y tri-
nadamente; nos cuesta hablar de "nuestra" fe. vialidad.

74 7f
He escogido a una m u j e r en homenaje a Si nuestro corazón fuera sencillo descubriría-
mos verdaderas maravillas dentro de la Iglesia,
que también Cristo escogió a una mujer para qtfe
no sólo en los anales de la historia grande, sino
anunciara a los hombres la pascua. también en la fidelidad escondida, en la bondad
Una joven, para que su voz sea aún virgen, desinteresada, en la profesión sin compromisos
audaz, espontánea, sincera, viva. de la verdad incómoda, en la certeza de que el
corazón de Dios es más grande y más rico en
No una universitaria ni una intelectual para misericordia que el nuestro.
obligarla a que te diera mejor un trozo de su
experiencia más viva y no una página de su libro Esta página que ofrezco de una cristiana anó-
de religión. nima y sin estudios es u n ejemplo, entre millo-
Se trata de una joven de tantas como te tro- nes, de la riqueza de esa otra Iglesia escondida,
piezas cada día en la calle, en la oficina, en el las más de las veces desconocida por la misma
bar, en el cine, en la iglesia. Una "cristiana" Iglesia jerárquica, y que sin embargo es la ver-
como ha firmado su cuartilla añadiendo entre dadera levadura que hace fermentar la masa y
paréntesis: estudios primarios, 19 años. Asistía la verdadera sal que mantiene incorrupta a la
a una conferencia organizada para jóvenes. Les Iglesia de Cristo.
pedí que escribieran, improvisándolo, qué era
para ellos la pascua. La de esta joven anónima Decimos con demasiada ligereza que los jó-
m e h a parecido l a m á s limpiamente cristiana y venes de hoy son insensibles a las realidades
profundamente teológica. sobrenaturales, que son superficiales en el m u n -
do del espíritu. ¿No será más bien que nos falta
Después de haberla leído varias veces pensa- sensibilidad para escuchar la voz más profunda
ba en las palabras del teólogo K. Rahner cuando de sus conciencias y el mensaje nuevo que nos
escribe en Lo dinámico en la Iglesia: comunica a través de ellos el Espíritu?

No tenemos el derecho de poner límites arbi-


trarios, fuera de la Iglesia, a la gracia de Dios y
de afirmar que el elemento carismático es exclu- La pascua en la voz de la calle
sivo de la Iglesia.
La pascua equivale para mí a alegría. Sé que
Si esto es cierto lo es aún más que tampoco Cristo ha resucitado, lo palpo y me introduce en
tenemos derecho a poner límites al carisma den- la alegría. Alegría de sentirme en comunión con
tro de la Iglesia limitándolo a la élite eclesiástica el creador y con la creación; alegría de verme
o jerárquica. Es también K. Rahner quien dice reflejada en los ojos del hombre y de poder d e -
en el mismo lugar: cirle: ¡somos nuevos!

76 77
Ha pasado la prueba; Cristo nos ha rescata- religiosa genuina, libre, fresca como un prado de
do de la soledad que nos empobrecía cada vez montaña sembrado de flores silvestres. Una vi-
más para llevarnos al amor; es decir, a nuestra vencia en la que entran todos los elementos de
auténtica naturaleza de seres creados para amar. la teología de la pascua.
Por fin podemos pasearnos por la creación
dándonos a todos; por fin podemos llamarnos En efecto, mientras la pascua judía conme-
hombres que llevan impresa la imagen del crea- moraba el éxodo que libraba a los judíos de la
dor, o sea descubrir, poseer la capacidad de ser esclavitud de Egipto, hoy la pascua cristiana
don y de olvidar la soledad de nuestra larga reúne a los discípulos de Cristo en la comunión
peregrinación por la tierra después de la culpa con el Señor que los libra del pecado por la
inicial. muerte y la resurrección. Por eso ella ve su pas-
cua centrada en Cristo y experimenta que ha
Ahora podemos caminar hacia esa perfección
sido liberada del pecado en su dimensión más
del hombre que se llama Cristo. Ahora podemos
sentirnos de la familia de Dios, dado que Dios,
existencial de soledad. Se trata de una liberación
por medio de Cristo, además de creador y dueño que hace entrar al hombre, ya desde ahora, en
de su creación, ha venido a ser verdadero padre la única tierra prometida: el amor.
y hermano del hombre; y por este motivo po-
demos colaborar junto con Dios en la continua La pascua es alegría vivida cuando la fe es
perfección creadora del hombre y de las cosas. tan luminosa que se convierte en sabiduría, en
experiencia. Una pascua sólo "entendida" sería
¡La pascua! Para mí es al mismo tiempo un una pascua fría. Por eso ella dice de la resurrec-
misterio que hay que explicar y una maravillosa ción: "Sé que Cristo ha resucitado, lo palpo y me
realidad que hay que vivir. Si fuese capaz de
expresar mi concepto en una imagen diría: la
introduce en la alegría".
humanidad, por medio de María, se desposa con
Dios en Cristo. Y a los hombres libres que acep-
Y si la pascua, ya en su origen, era una fiesta
tan ser engendrados por este misterioso despo- de familia, con Cristo lo será más aún: será una
sorio se les concede conocer el amor, la sola cosa verdadera comunión. El mismo se dará en co-
que da sentido a nuestra vida. ¿Qué más podría mida y el discípulo, comulgando con él, entrará
decirle acerca de mi pascua? en comunión con el cielo y la tierra. Por eso la
alegría de la pascua será una alegría compartida,
Una cristiana. familiar, fraterna, porque la liberación de Cristo
mata todo egoísmo.
C i e r t o q u e e n e s t a p á g i n a e s p l é n d i d a lo m e -
n o s i m p o r t a n t e es la p r e c i s i ó n t e o l ó g i c a ; lo q u e Esto es lo que la joven expresa cuando escri-
c u e n t a es la r i q u e z a e s p o n t á n e a d e u n a v i v e n c i a be: "Alegría de sentirme en comunión con el

78 79
creador y con la creación; alegría de verme refle- el verdadero resucitado siente el empujón de en-
jada en los ojos del hombre y de poder decirle: contrar la mirada del prójimo, de comulgar con
¡somos nuevos!" él, de hacerse don.
Y ¿cuáles son los frutos de esta vida nueva?
Es como un grito bíblico: "¡somos nuevos!"
Es una especie de retorno al paraíso, antes de la
San Pablo anuncia una vida nueva en Cristo re-
caída. Por eso esta joven se siente empujada a
sucitado (Rom 6, 14; Col 2, 12); el profeta Daniel
"pasear por la creación dándonos a todos". Es
habla de la nueva vida transfigurada; san J u a n
la nueva amistad del hombre con todo lo creado;
afirma que hemos anticipado ya nuestra resu-
es como el presagio de que ya nada le dañará
rrección (Jn 1, 34).
porque, como dice san J u a n : "Quien ha nacido
La realidad teológica es que de tal modo so- de Dios, no peca" (1 J n 3, 9); "en el amor no hay
mos "nuevos" después de la resurrección de Cris- temor" (4, 18).
to que según san Pablo esto condiciona la moral En toda la página de la joven se siente palpi-
del hombre nuevo, del nacido en Cristo (Col tar el acento de la resurrección bíblica. No es la
3, l s . ) . concepción griega, que tienen aún tantos cristia-
nos, de un alma inmortal que se libera del cuer-
El cristiano, según san Pablo, sigue sintiendo
po para entrar en la inmortalidad divina, sino
en su carne la impaciencia de la transformación
la idea genuinamente bíblica de la resurrección
total, pero es porque lleva ya en sus entrañas las
de la persona, cuerpo y alma, llamada a triun-
arras de las bodas futuras (Rom 8, 23; 2 Cor 5, 5).
far de la muerte. La persona que resucitará cor-
La resurrección final pondrá sólo de manifiesto
poralmente en la tierra nueva y que será her-
lo que es ya la realidad del misterio en nosotros
mana del Cristo terrestre. De ahí que la alegría
(Col 3, 4). Por eso es lógico que el que vive de de la pascua la lleve al pensamiento del crea-
verdad la pascua sienta en su misma carne la dor; de ahí su deseo de comunión con todo lo
sensación de ser nuevo y la alegría y la necesi- creado; de ahí que sienta que la perfección del
dad de gritarlo al hermano. hombre corre en la línea de Cristo que nos llama
Y existe una sola prueba de autenticidad para a "colaborar junto con Dios en la continua per-
saber si nuestra experiencia de resucitados es fección creadora del hombre y de las cosas". ¿No
es éste el pensamiento de la nueva teología, de
auténtica: el amor a los hombres. Es palabra
la llamada teología de "encarnación", de la teo-
revelada en san Juan: "Nosotros sabemos que
logía "escatologizadora", según la cual la esca-
hemos pasado de la muerte a la vida (es decir
tología no es "otro lugar" sino el término defini-
que hemos resucitado), porque amamos a los
tivo de un proceso que ya ha comenzado y que
hermanos" (1 J n 3, 14). Por eso, como esta joven,

80 81
nosotros realizamos cada momento empujando el vo", como Cristo dijo al intelectual Nicodemo.
progreso del mundo y fermentando la historia Nacer o resucitar a través de ese misterio espon-
con la levadura de la salvación? sal de Dios con la humanidad y que, después de
la encarnación y de la resurrección, sólo puede
¿No es una idea bíblica que Cristo, por su en-
realizarse pasando misteriosamente a través del
carnación y resurrección, "une indisolublemente
corazón de Cristo y del de su madre, María.
el cielo y la tierra"? (Flp 2, 6) ¿que recibe "todo
poder en el cielo y en la tierra" y que ha sellado Ellos, Cristo y María, son símbolo y realidad;
la "nueva alianza"? son el fruto de la nueva vida y el espejo limpio
El hombre nuevo no ha perdido sus raíces donde se contempla toda criatura. Son camino y
terrestres; al contrario, "reina sobre la t i e r m " gracia; son semilla y alimento. Por eso en el Apo-
(Apoc 5, 10) y mientras camina peregrino hacia calipsis, María aparece como el prototipo de la
la plenitud de los tiempos no puede ser sordo a nueva Eva, mientras que Cristo es el nuevo
los gemidos de la creación material que espera Adán. Aquí habría que buscarle un sentido al
también ella su salvación (Rom 8, 22). dogma de la asunción ligado íntimamente a la
resurrección de Cristo.
Y lo que entraña de misterio esta realidad no
puede ser una excusa para la pereza ni para la El alma fundamentalmente cristiana intuye
desesperanza ya que la tierra nueva ha empeza- mejor quizás que tantos teólogos realidades pro-
do ya y podemos tocarla a través de la "sabi- fundas y escondidas que sólo adquieren su plena
duría". Esa sabiduría es Cristo mismo viviendo luz al calor de la sabiduría gustada y aceptada
en nosotros y que se convierte en una escatolo- con sencillez evangélica.
gía anticipada (Jn 6, 35; 4, 14; 5, 24) puesto que
ya en la tierra había restablecido la armonía y
la amistad primera del paraíso: "moraba entre
las ñeras" (Mt 1, 13).
Por eso cuando el cristiano sincero acepta al
Cristo vivo, aunque no logre eliminar la inevita-
ble angustia del misterio, puede exclamar con
esta joven: "¡La pascua! Para mí es al mismo
tiempo un misterio que hay que explicar y ufia
maravillosa realidad que hay que vivir".
Ella intuye también que para llegar a "vivir
la pascua con alegría", es preciso "nacer de nue-

82 83
MI DIOS ES DESCONCERTANTE Graba su ley en la conciencia de cada uno y fun-
da una Iglesia cuyo magisterio crea no pocas
veces conflictos con este grito interior de la
conciencia.
Está siempre presente y nadie ve su cara.
Quien ama a un prójimo lo ama a él, y sin em-
bargo sigue siendo el único.
Es toda nuestra vida y no tiene nombre.
Cuanto más te acercas a él, cuanto más le amas
Mi Dios es desconcertante:
menos le entiendes.
es íntimo y es trascendente,
es dulce y es violento, Es la libertad y vino a obedecer.
es eterno y nace siempre. Es el amor y existe el infierno.
Nos crea para la dicha y nos alimenta con el Ensalza el matrimonio hasta hacerlo sacramento
dolor. e imagen de su unión con la Iglesia, y él y su
Bendice lo que tantos temen, madre son vírgenes.
ama lo que tantos desprecian,
pide lo que parece imposible. Es el corazón de nuestra historia; ni u n solo ca-
bello cae de nuestra cabeza sin su permiso, y
Vino a traer la guerra y es el pacífico.
millones de hombres siguen sintiendo la tie-
Es Dios y es hombre, rra vacía de él y considerándole superfluo.
es uno y es trino.
Es alegría y dolor a la vez.
Maldice a los injustos y soporta la injusticia,
es Padre omnipotente y el dolor sigue atena- Es el santo y fue amigo de pecadores,
es el virgen y se dejó tocar y amar por las
zando a la tierra.
prostitutas,
Exige que conquistemos el mundo, que vivamos
clamó contra los ricos y comía con ellos.
dentro de él, que amemos todo lo humano y
nos quiere escatológicos. Es difícil mi Dios desconcertante para el hombre
que desea medirlo todo, para quienes quisie-
Pide la santidad para todos y escoge para cabeza
ran imponerle una lógica.
de su Iglesia al apóstol que apostató de él.
Pero mi Dios escapa a todas las lógicas y a todas
Su predilección corre en pos de los débiles y de
los pobres y son los que más siguen sufriendo. las medidas nuestras.
84 85
Mi Dios es así: maravilloso e inefable, único y LAS PREGUNTAS
desconcertante.
Es el ser y es movimiento,
DEL QUE NO CREE
es lo que fue, lo que es y lo que será.
El es todo y nada es él.
Mi Dios desconcertante es aquél a quien
se le cree sin verle,
se le ama sin tocarle,
se espera en él sin entenderle,
se le posee sin merecerle.

E L ateísmo es uno de los fenómenos más gra-


ves de nuestro tiempo", ha dicho el concilio
(Gaudium et spes, 19). Pero nuestro tiempo está
en nuestras manos. Y los problemas no se pue-
den dejar olvidados, como a un perro, debajo de
la cama. El hombre es responsable de su propia
historia.

El que cree tiene la obligación de tender su


manto de luz al paso de los hombres; y el que
no cree tiene también derecho a que se respete
su camino en la soledad y que quizás el deber, en
conciencia, a defender las razones de esa soledad
suya.

Pero al mismo tiempo todos los que nacemos


con la inteligencia y el amor en nuestro haber
como un regalo, podemos y debemos hablar, dia-
logar, intentar una comunión de pensamiento. Y
si esto está en la entraña misma del ser humano
que es sociable, hoy toma conciencia especial en
el hombre religioso de la nueva era que ha inau-
gurado la iglesia. Partiendo de nuestra fraterni-

86 87
dad, esa básica, descarnada, misteriosa frater- como dice el sociólogo-religioso M. Steeman en
nidad que nos da el nacer y morir iguales, hoy el estudio que acaba de publicar el IDO-C (Infor-
ya no nos conformamos con decir "pobres ateos", mación Documentación sobre la Iglesia conci-
"desgraciados ateos", "incomprensibles ateos". liar), "si hasta hace poco la afirmación de la
Hoy deseamos más bien sentarnos, como Cristo existencia de Dios, en una u otra forma, era lo
con Nicodemo, a la puerta del hermano que no normal, y la negación de Dios era la excepción,
comparte nuestra fe, bajo la higuera de la paz y tal vez la situación se invierta en el futuro y
del respeto, y escuchar, conocer, analizar por qué haya que hablar de una «presencia de Dios» «dig-
él rechaza lo que para nosotros es el centro y la na de notar» en la vida de algunas personas".
raíz y la razón y la medida de nuestra misma
existencia. Pero creemos que la Iglesia ha tenido el acier-
to de coger el toro por los cuernos; es decir, que
Y esto con nobleza. No para que él deje de en vez de limitarse a atajar el fenómeno del
decir a su vez: "pobres ingenuos creyentes", ateísmo con nuevas condenas infructuosas, se ha
"desgraciados ilusos", "misteriosos fanáticos". hecho dos preguntas fundamentales: ¿por qué
No, es una exigencia viva y personal; es la re- no cree el ateo? y ¿qué es lo que no cree el ateo?
sultante de una maduración sociológica y reli- El problema es enorme y complejo. Pero sólo
giosa; es uno de los signos de nuestro tiempo. zambulléndonos en sus aguas hay una esperanza
de salvar lo que aún sea salvable.
Hoy, el católico, en la nueva coyuntura con-
ciliar, tiene las puertas abiertas a esta posibili- Personalmente creo que esto no sólo creará
dad: puede dialogar, colaborar incluso con el una posibilidad de diálogo con ese gigante que
hermano que no cree, tomar el problema en sus se levanta desafiando a la fe, sino que será sobre
manos y mirarle a los ojos con valentía, sin pre- todo una bendición para purificar nuestro con-
juicios preconcebidos, con alma limpia, con res- cepto religioso. Como acaba de afirmar un obispo
ponsabilidad, buscando sólo el triunfo de la ver- anglicano, "el cristiano de hoy debe tomar en
dad. serio el ateísmo no sólo para poder responderle
sino para poder seguir creyendo en medio del
La Iglesia ha tomado tan en serio el problema siglo x x " . La fe del hombre moderno deberá pa-
del ateísmo y bajo un aspecto tan positivo y nue- sar a través de la crítica del ateísmo.
vo que ha creado un secretariado permanente de
estudio para todo lo que se relaciona con este Y quizás nos llevemos más de una sorpresa
fenómeno. Y es que la Iglesia no ignora que si los que hemos dado soluciones demasiado sim-
bien el ateísmo es un fenómeno reciente en la plistas a las cosas dividiendo a los hombres en
cultura occidental, es de tal envergadura que, buenos y malos como en las películas america-

88 «5»
ñas. Yo recordaré siempre la descarnada frase caer de rodillas: "porque con la exposición in-
del cardenal Máximos iv, ese patriarca oriental adecuada de la doctrina, o incluso con los defec-
octogenario que tanto recuerda la estampa de loS tos de su vida religiosa, moral y social, han ve-
primeros apóstoles: "Muchos ateos en lo que no lado más bien que revelado el genuino rostro de
creen es en un Dios en el que yo tampoco creo"- Dios y de la religión" (Gaudium et spes, 20).
Entonces comprendí mejor por qué tantas vece?
a lo largo de mi vida apostólica, frente a perso- Yo he insistido mucho acerca de la responsa-
nas que se me presentaban como ateas, yo nota- bilidad moral y social de los católicos como testi-
ba una sintonía de pensamiento religioso mucho monio vivo de la fe. Pero en la medida en que
mayor que ante otras personas católicas a ultran- se madura mi experiencia religiosa y se me ilu-
za, profesionales de la religión que pretendían mina la teología de la historia de la Iglesia voy
que la fe era tan fácil como comprarse una lava- comprendiendo mejor la dolorosa, la trágica, la
dora... responsable consecuencia de esa "inadecuada ex-
posición de la doctrina". Sí, el rostro bendito de
El hombre moderno se está haciendo práctica- nuestro Dios, el de la luz, el de la vida, el del
mente ateo, pero quizás es porque esté llevando amor, el amigo de la humanidad, el alguien, al
a la tumba el concepto de un Dios que nos estaba que se le multiplica el pan en las manos, que
estorbando, es decir un Dios que estaba empe- llama misericordia a la justicia, que sólo acepta
zando a ser más temido que amado; Dios de al- entrar por la puerta de la casa abierta libremen-
mas y no de hombres, comodín capaz de explicar te, que ha dejado al hombre el quehacer de do-
los misterios de la ciencia y de la psicología hu- minar y conquistar el cosmos, que puede pe-
mana; respuesta simplona al gran problema del netrar en la intimidad del hombre con la misma
dolor, justificación a cualquier pereza humana
delicadeza virginal con que salió del vientre
bajo la esperanza de un más allá, única realidad
de María, sin romper ni destrozar su esencia de
verdadera.
hombre, sin esterilizar su razón, sin inútiles he-
El concilio lo ha dicho con otras palabras pero morragias de sus valores más íntimos, porque
no con menos escándalo de muchos píos: "En la aun la carga inevitable de misterio que lleva
génesis del ateísmo actual pueden tener parte no siempre con él cabe en ese otro misterio de es-
pequeña los propios creyentes". ¿Pero cómo pue- peranza, en la sed de infinito que sienten todos
de decir esto la Iglesia, y oficialmente? ¿Cómo menos los tarados y los atrofiados, ese rostro
han podido ser los mismos creyentes los que ha- bendito "ha quedado velado" por un sin fin de
yan tenido "parte no pequeña" en el nacimiento mistificaciones y claudicaciones de no pocos hom-
de este monstruo que amenaza con comerse la bres de Iglesia. Y espera aún la hora de la "re-
fe del mundo? Y la respuesta nos debería hacer velación" total.

90 91
significantes. El único procedimiento de que dis-
La Iglesia reunida en concilio ha tenido la ponían los predicadores para retener a este tipo
valentía de confesarlo y ha hecho un esfuerzo de hombre era inspirar en él un profundo t e -
sobrehumano, noble y hasta arriesgado para bus- mor de la muerte y del juicio subsiguiente. De
car nuevos caminos que nos lleven "a revelar esta forma la religión aparece situada en los
ese rostro de Dios". linderos de la vida, como una válvula de segu-
ridad para casos de emergencia; el verdadero
Está ahora en nuestras manos, secundando dinamismo de la vida está en otra parte. No p a -
o boicoteando este mensaje de la Iglesia del con- sará mucho tiempo sin que el hombre deje de
cilio, que el mundo recupere la conciencia del temer la muerte y Dios sea dejado de lado.
valor de lo sagrado o que por mucho tiempo, qui-
zás durante siglos, el hombre olvide a Dios por Si Dios no ocupa el puesto que le correspon-
completo. de, el hombre caerá continuamente en la tenta-
ción de prescindir de él en la medida en que,
No necesitamos plañideras, sino "exposición consciente de sí mismo, vaya reconociendo que
adecuada de la doctrina". para dominar la materia no necesita bendiciones
especiales sino buenos científicos.
No podemos permitir que se repita o que con-
tinúe —si es que aún existe entre nosotros— la El Dios que existe antes de las cosas, realidad
situación existente en Francia durante el si- eterna, tiene forzosamente que tomar un nom-
glo x v n descrita por el padre Steeman en su es- bre nuevo para el hombre de cada generación
tudio de sociología religiosa antes citados: que va descubriendo cada día uno de los infini-
tos rostros de Dios.
Existía entonces (en Francia) una clase m e -
dia consciente de sí misma que creía en la bon- Lleva razón Fisac cuando le dice al periodista
dad de la vida, que estaba dispuesta a ir ade- Hermida: "Lo mágico ya no nos choca. Nuestra
lante, a explorar, a correr riesgos, a vivir con vida se ha tecnificado de tal forma que sólo so-
valor. Este tipo de hombre no necesitaba u n Dios mos sensibles a lo auténticamente natural. No
dispuesto a castigarle por el más pequeño error. a los cielos pintados. Somos sensibles a la piedra-
A sus ojos el Dios de la Iglesia cristiana no era piedra, a la madera-madera, al cemento-cemento,
más que u n obstáculo a su evolución, atravesado al aire-aire, a la luz-luz".
en el camino del progreso cultural y social.
Frente a esta actitud, los predicadores insistían Y a este hombre de hoy sensible sólo a la
en un Dios severo que no tomaba en serio lo que piedra-piedra, no se le puede presentar a un Dios
el hombre creía ser la perfección de su propia
que para hacer buena a la piedra necesita ro-
vida, que castigaba por pecados insignificantes
ciarla de agua bendita como se ha creído muchas
y bendecía por buenas acciones igualmente in-

92 93
veces. Hay que hacerle descubrir la verdad pro- QUIEN ES
funda de las cosas y esta verdad es que la piedra
y el aire y el hombre y la vida y el amor y nues- VERDADERAMENTE FELIZ
tro automóvil merecen ser bendecidos, besados,
amados porque están cargados de esa fuerza mis-
teriosa pero real que en ellos dejó la mano del
creador como una vibración de bondad, y de esa
vida sorprendente, aún apenas sin descubrir, que
el hecho de la encarnación, del beso de lo divino
con lo humano, ha hecho brotar en cada molécu-
la del ser: en la piedra y en el amor.

s i Dios existe, Dios tiene que ser la felicidad.


Nadie lo pone en discusión. Que el cristia-
nismo es una vocación a la dicha tampoco se
atrevería a negarlo ningún teólogo. Cierto que
queda sin respuesta el misterio del dolor sobre
la tierra. Los cristianos apuntamos u n a solución,
que creemos la única válida, con la esperanza en
el dogma de la resurrección de la carne.

Pero, ¡cuidado!, que ni Cristo ni la Iglesia


como tal han enseñado nunca que para el cris-
tiano existan dos reinos separados: uno aquí,
"valle de lágrimas", y otro allá, "felicidad eter-
na". "El reino de Dios está ya entre vosotros",
anunció Cristo. Dios vive entre los hombres y
los hombres viven en Dios. Luego la dicha debe
comenzar ya en la tierra. Una dicha en la carne
y en el espíritu, es decir, en el hombre. Una di-
cha que, si no puede ser total y absoluta, puede
llegar a ser inmensa, con sensación a veces de
plenitud, hasta con riesgo de la vida.

94 95
Y en toda dicha completa, que abarque cuer- hizo que durante diez años no se volvieran a en-
po y alma, sangre y espíritu, corazón y concien- contrar. Al pequeño le hablaban de su madre
cia está presente el aliento de Dios y despierta pero no entendía aquel lenguaje; se la describían
el gusto de lo que desearíamos eternizar y hace como podían pero seguía llorando porque quería
estallar en el hombre el deseo de la Dicha, con "verla". Una mañana —¡esa vida que a veces es
mayúscula. cruel y a veces bendita!— se encuentran el hijo
y la madre. Esta le estrecha con pasión sagrada
Por eso, si tantas veces hemos dicho que el contra su pecho, contra su seno, contra su vien-
dolor y el sufrimiento acercan el hombre a Dios, tre, le cubre de besos, suspira y llora con él.
que lo hacen santo, nadie nos puede prohibir afir- "¡Eran un rebujo de carne convertida en felici-
mar, en sana teología, que la dicha, la felicidad, dad", decía la enfermera. Ya no tenían que expli-
también pueden dar la cercanía de Dios, reve- carle al niño cómo era su madre aunque seguía
larle, santificar con el fuego de una nostalgia deseando poder ver su cara, hundirse en la luz
que empieza con el último bocado de felicidad de sus ojos, ver cómo eran aquellas lágrimas que
y que puede tener el sello de lo eterno. le bañaban la cara y las manos y se le colaban
por el cuello vistiéndole con la caricia caliente
Sí, es cierto que para el cristiano la felicidad
de una dicha nueva.
no es algo sino que es alguien. La dicha tiene un
rostro, porque la dicha es Dios personal. Pero la
Escritura dice que "a Dios no le ha visto nadie" A través del amor había descubierto a su
y la teología enseña que "ningún humano podría madre.
ver a Dios sin morir". Podría, pues, objetarse Si Dios es el amor, a través del amor el hom-
que para el cristiano es imposible la dicha en la bre puede empezar a gozar en la vida de la pre-
tierra. ¿Cómo podría gozar de la pintura un cie- sencia de Dios. Por eso el que ha probado una
go incapaz de ver los colores?, ¿cómo podría dis- vez la felicidad sabe que Dios existe aunque le
frutar de la música el que no puede oir? Nuestra
llame de otro modo.
dicha sería una dicha sólo "para mañana". Y sin
embargo no es así: los cristianos no renuncian Pero, ¿quiénes son los felices? He aquí el in-
a la posibilidad de la dicha ya en la tierra, ahora. terrogante.

Esto empecé a entenderlo cuando era aún un ¿Son felices los que cacarean y presumen de
muchacho, cuando me contaron esta escena: una felicidad? ¿Son desdichados los que lloran? Re-
pobre mujer ciega y muda había dado a luz a un cordaré siempre la tremenda impresión que me
pequeño, ciego también. Estando en trance de causaron las palabras de Cristo sobre las biena-
muerte la separaron de su churumbel y la vida venturanzas la primera vez que me las eché

96 97
conscientemente a la cara. ¿Cómo combinar po- Hoy empiezan a airear ya los grandes rotati-
breza y felicidad, lágrimas y alegría, persecución vos mundiales que donde desaparece toda nece-
y dicha, pureza y placer, dulzura y poderío, ham- sidad aumenta el suicidio, que donde sobra el
bre y hartura? dinero sobreabunda la locura y la estupidez, que
se aburre la gente que ya no tiene por qué llorar,
Recuerdo que leía con avidez en el libro de la que la sexualidad empieza a asquear desde que
vida, que empujaba con curiosidad la puerta de se vende en los escaparates, que se empieza a
la casa de los hombres esperando encontrar plas- necesitar un aprendizaje de algo que nadie tuvo
mada en alguna parte la realidad de esta para- nunca que enseñar al hombre: el amor.
doja increíble y a la vez apasionante. Pero la
cruda realidad parecía burlarse de mi ingenui- Preguntémonos con sinceridad y con coraje,
dad: los ricos reían y los pobres temblaban; los quién conoce mejor la felicidad, más profunda-
mansos eran pisoteados y los violentos triunfa- mente, más realmente y quién está más capaci-
ban; los inocentes me parecían congelados y los tado para comprender al Dios de la dicha:
licenciosos exuberantes; los perseguidos aplasta-
dos y los perseguidores incensados. ¿Llevaría ra- aquella madre de la calle de Serrano que, a fuer-
zón aquel hombre que me infundía más miedo za de tenerlo todo, se angustiaba porque su
que asco y que me decía: "El profeta de Nazaret hija única se quedaba a comer en el mejor
muere por sí mismo cuando los pobres van vien- colegio de Madrid, porque no podía verla
do que la riqueza les hace felices; los inocentes "hasta las seis de la tarde",
que el cielo es «soso» y el infierno «picante», los o aquel violinista español de un suburbio de
pacíficos que la borrachera de la gloria y del po- Roma que tenía a sus dos hijos en un inter-
der sólo se adquieren dando muchos puntapiés
nado pobre de Madrid y que me decía: "Llevo
y llenando las cunetas de «impertinentes»"?
diez años sin dormir una noche, siempre co-
¿Quiénes son, de verdad, los felices? rriendo de bar en bar. En el invierno sobre
todo es duro volver de madrugada a casa ca-
Poco a poco la vida me ha ido enseñando, fe- minando dos horas a pie, pero si usted tuviera
lizmente, que no es oro todo lo que reluce ni son hijos comprendería la felicidad que supone
amargura todas las lágrimas; que la felicidad, la para mí el que después de diez años pueda ir
verdadera, tiene muchas vertientes y que unos a abrazarles. Pensando en la alegría que van
segundos de felicidad en "profundidad" pueden a recibir al encontrarse con su padre, me pa-
valer inmensamente más que años enteros de di- recen ridículos diez años de esta vida ajetrea-
cha "en superficie". da y dura";

98 99
aquel director de empresa que, mientras sus hi- que salía de la casa pálido como la cera él
jos se aburrían el domingo en casa con los decía a sus hijos: "¡sólo el que perdona sabe
coches eléctricos y su mujer jugaba a la ca- lo que es la felicidad";
nasta con aire de solterona aburrida, con
cuenta corriente en casi todos los bancos de la del novio, hijo de papá, que se daba el lote
Madrid, aparcaba su descapotable en la Ave- cada tarde con su novia en su estudio privado
nida de Barajas mendigando lujurioso la com- de pintura y que el día en que se casaron dur-
pañía de una mujer pública, mieron separados porque ella se había em-
perrado en ir al Japón en vez de a Miami,
o aquel policía que ganaba entonces tres mil
pesetas y que le encontré una tarde de do- o aquella joven trabajadora inocente que des-
mingo en su casa, sentado en el suelo, jugan- pués de ocho años de relaciones con un chico,
do a los botones con sus tres pequeños y que trabajador también y a quien sólo podía ver
me decía: "Muchos se reirían de mí si les las tardes del domingo, besó a su novio por
dijese que soy plenamente feliz aquí con mis primera vez cuando estaba agonizando y des-
hijos. Es el único rato a la semana que pue- pués se dedicó toda su vida a trabajar con los
den disfrutarme. Si quisiera no me faltarían pobres porque decía: "Llegué a amar tanto a
aventuras, pero hacer felices a mis hijos vale aquel chico que para mí sigue vivo. Con él,
más que todo"; invisible a mi lado por la fuerza del Dios en
quien creíamos, dedicaré mi vida a repartir
aquel cacique del pueblo d e . . . que desde la ta- a los demás la felicidad de ese gran amor, más
berna, con aire triunfador, espiaba la llegada fuerte que la muerte, que el cielo me hizo
del coche del gobernador que venía en perso- gustar en la tierra y que sé que es eterno";
na a arreglar las cuentas a un pobre funciona-
la felicidad de Pedrito que llegó a director d e . . .
rio a quien él, con sus amigotes, había calum-
habiendo estudiado con el dinero de papá, ha-
niado gravemente recogiendo ñrmas falsas,
biendo disfrutado de tres meses de vacaciones
o el funcionario que teniendo a las pocas sema- cada año y teniendo tiempo y dinero para ir
nas en su mano el vengarse del cacique y de- cada tarde con su novia al cine,
jarle en la ruina le mandó llamar y desde la o la de Ramón que llegó a director de empresa
cama, postrado aún por el dolor, le dijo: "No habiendo tenido que formarse a sí mismo, es-
te preocupes, he estado toda la noche pensan- tudiando y trabajando, leyendo de noche a la
do cómo podría arreglarse tu asunto y ya he luz de una linterna para no molestar a sus
encontrado la solución". Y mientras el caci- otros dos hermanos que dormían con él en el

100 101
mismo cuchitril, teniendo que conformarse de la cárcel, casi desvanecidos ambos de feli-
con comprarle u n helado a su novia cada do- cidad, exclaman: "Perdonamos todo a todos.
mingo y teniendo que descansar el verano Nos basta esta inmensa felicidad"?
dando clases particulares a los hijos de los ¿El católico fofo que se cree feliz en la seguridad
ricos. de una fe burguesa que no compromete, ni
¿Quién sabe mejor lo que son unos instantes de electriza el alma, ni transforma el corazón,
felicidad, la mujer del mecánico que se en- o aquel joven, portero de un hotel que, des-
cuentra con el sobre de una paga extraordina- pués de haber perdido la fe y haber sufrido
ria que "no esperaba" y que la saca de apuros su vacío, la recupera un día durante una con-
aquel mes, o la del presidente de la compa- ferencia en la que se hablaba del encuentro
ñía x que acaba de entrar, "también sin espe- del hombre con Dios en la profundidad de la
rarlo", en otros tres consejos de administra- conciencia y que para prepararse mejor al
ción que le permitirán comprarse algunas don que empezaba a reverdecer en su vida y
acciones más? para agradecer a Dios el haber salido a su
encuentro se va voluntaria y generosamente
¿La madre de Agustín que después de años de a una de las misiones más pobres de África a
espera y de lágrimas abraza al hijo que se ayudar durante tres años a los catequistas
hace santo, o la mamá de Pablito que nunca negros?
le ha dado un disgusto y que se ha emparen-
tado con una familia de abolengo pero que Yo sé por cuál de estas felicidades que hemos
no le ha dado nietos porque quiere estar libre enfrentado pondría mi mano en el fuego. Y vos-
para poder ir a ver los canguros de Australia, otros también. Y sé también a qué puerta de és-
ni ha tenido grandes amores porque su amor
tas llamaría si tuviera necesidad de saber cómo
no llegaba más allá de sus caballos?
es la felicidad verdadera y quiénes son los hom-
¿El hijo de don Antonio que airea su alegría de bres felices, capaces de entender al Dios de los
que su padre ha salido inmaculado del ban- cristianos.
quillo de los acusados porque era muy amigo Siempre será un misterio el dolor del hombre,
del ministro, o ese joven italiano que siendo
su pobreza, su angustia, su soledad, sus lágrimas
testigo desde los nueve años de la inocencia
cuando se siente continuamente herido por la
de su padre condenado a cadena perpetua por
homicidio lucha durante veinte años para pro- nostalgia de la felicidad; pero quizás se nos acla-
bar la inocencia de su padre y que cuando lo re un poco al caer en la cuenta de que la dicha
consigue, abrazado a su padre, en la puerta más profunda, más verdadera, con sabor de eter-

102 103
nidad, aun en un ámbito exclusivamente huma- MI DIOS ES DISTINTO
no, brota de los grandes contrastes del dolor.
Y que nadie, por favor, nos interprete torci-
damente estas reflexiones. Decir que la felicidad
que llegan a probar los pobres y los que lloran
y los dulces y los inocentes tiene una vertiente
misteriosa de profundidad que puede llegar a to-
car a Dios, no significa justificar y dar por buena
la pobreza injusta ni despreocuparnos por las
lágrimas de los demás. Sería blasfemo. Cristo
dijo: "Los pobres los tendréis siempre con vos-
otros", pero también "¡Ay de vosotros, los ricos!"
Mi Dios es todo lo que el hombre ama.
Dijo: "Felices los que lloran", pero él dio su vida
para que los hombres pudieran llegar a la dicha Pero es también y sobre todo eso "distinto" con
sin fronteras. que el hombre sueña.
Es todo lo que el hombre aún no tiene.
Lo que yo he querido decir es que nosotros,
los situados, hemos de tener el coraje de admitir Es todo lo que intenta alcanzar.
que los que llamamos "infelices", a quienes nues- Mi Dios es ese algo que el hombre sabe que pue-
tro egoísmo mantiene aún en la pobreza y en las de existir y que es distinto de todo.
lágrimas, tienen paradójicamente en su haber la
Mi Dios es la capacidad de sorpresa para el hom-
llave de una dimensión nueva de la felicidad,
bre.
aunque esto haga retorcerse a nuestro orgullo.
El hombre ama más las cosas materiales antes de
Si alguien ha entendido de otro modo estas poseerlas que cuando las ha obtenido.
páginas, que las eche al fuego y ardan en buena A mi Dios se le ama menos antes de descubrirle
hora. que cuando uno se encuentra con él.
Al niño, el juguete le atrae hasta que no le abre
las tripas y ve que no tiene nada dentro.
Al hombre, Dios empieza a atraerle cuando al
hurgar en su misterio, al tocarle, al abrirle
el corazón advierte que es siempre distinto y
nuevo; que no puede ajarse.

104 105
Cuando comprende que es precisamente dentro Mi Dios no es un agua que le quita la sed al hom-
donde está "todo". bre, buscador siempre de "más", sino una
Cuando el hombre toca el límite de las cosas; fuente viva, siempre en acto, siempre henchi-
cuando ha pisado la frontera de lo que había da de agua, capaz de apagar incesantemente
soñado, e m p i e z a inmediatamente a desear una sed que tendrá siempre porque el hom-
bre, como creado, seguirá teniendo sed de
algo "distinto".
más, hasta el infinito: siempre.
Y esto en todo: en la técnica, en la ciencia, en el
Porque mi Dios infinito no cabrá nunca total-
arte, en la política, en el amor.
mente en el corazón y en el pensamiento del
Eso "distinto" que el hombre busca al borde de hombre.
la posesión de lo concreto, ese "más", ese "di- Pero mi Dios es una fuente capaz de saciar la
verso", ese "nuevo", es precisamente mi Dios, sed nueva de cada instante del hombre.
mi Dios escondido como un deseo silencioso Al acercar el hombre sus labios a la fuente de
de infinito en los pliegues más secretos de la Dios no exclama como ante la posesión de lo
psicología humana. creado: "¡Esto es todo!", sino más bien: "¡Esto
Mi Dios empieza donde el hombre dice: "Pensé es maravillosamente inagotable!"
que sería otra cosa". Y quiere seguir teniendo sed para poder conti-
nuar bebiendo siempre un agua nueva que no
Sueña el hombre y lucha y trabaja y peca por
le sacia nunca pero que le hace feliz cada vez.
conquistar un puesto, u n amor, una cuenta
Mi Dios es ese algo "distinto" que el hombre ne-
corriente, un t í t u l o , un descubrimiento, y
cesitará siempre para sentirse "semejante a
cuando ya está masticando su triunfo empieza Dios".
a parecerle pequeño; se le achica, se le apaga,
Pero es difícil mi Dios distinto, mi Dios nuevo
se le acartona.
cada vez, mi Dios inagotable para quienes se
Y vuelve a girar en su corazón la rueda de un resignan a la felicidad de un sorbo de agua
nuevo deseo. estancada, para quienes Dios no es distinto
Mi Dios está detrás de cada desilusión del hom- de las cosas, para quienes Dios puede tam-
bién cansar.
bre como la voz que grita: "Necesitas algo
que sea siempre distinto, nuevo, que nunca Es difícil mi Dios sin fondo, sin fronteras, sin
se te quede pequeño". medida, para quienes no han sentido aún,
como la samaritana, la sacudida ardiente de
¿No sería eso lo que le dijo Cristo a la mujer de su presencia "única" y "distinta".
Samaría, junto al pozo?

106 107
CRISTO NO USO EL PODER san Pablo. Y aquí radica el cambio profundo que
Dios introduce en el concepto humano de poder.
Tanto que para los paganos era un "escándalo".
Era incomprensible un poderoso débil, encade-
nado, perseguido, burlado, crucificado.
Y sin embargo Cristo, niño, indefenso, pobre
y esclavo no deja de ser el todopoderoso; pero
su fuerza no es, ni menos se ejerce, como la de
los poderosos de este mundo. Su autoridad, su
fuerza moral y la protección que sobre él ejerce
su P a d r e nacen del misterio de su renuncia al

D ios, que es todopoderoso, podía haber hecho


su entrada en el mundo con un acto de po-
der, de autoridad, de dominio.
poder como coacción.
Podía haberle quitado la vida a Herodes cuan-
do empezó a perseguirle desde la cuna y sin em-
El hombre había caído; había perdido todos bargo no ejerce el poder que tiene sobre la vida;
sus derechos, era incapaz de autosalvarse: Dios pero el Padre le defiende y siendo pobre e inde-
podría haber ejercido su poder para obligarle a fenso es más fuerte que el rey.
algo que era evidentemente bueno: "salvarse".
La autoridad a Cristo le viene de su identifi-
Y sin embargo Dios renuncia a realizar la re- cación con el Padre: "Quien me ve a mí ve al
dención del hombre con u n acto de poder. Padre". Tiene autoridad porque habla en nom-
bre del Padre y habla a lo más profundo de la
Hasta para entrar en la historia humana no
conciencia que es el punto de encuentro entre
lo hace hasta que María le da su consentimiento:
el hombre y su creador. Por eso la gente decía:
¡hágase!
"Habla como el que tiene autoridad".
El mandar el Padre a su Hijo a la tierra es
Pero no imponía su autoridad y menos su po-
ciertamente un acto de autoridad pero que se
der.
resuelve íntegramente en el misterio del amor
porque el Hijo está identificado con la voluntad Se imponía por la fuerza irresistible de su
de su Padre y él es el primero en desear ser sal- palabra, de su vida, de su sabiduría, de su profe-
vación de su pueblo. cía, de su milagro.
Pero siendo Dios, siendo poderoso, siendo el Cuando salvó a la adúltera no lo hizo con u n
mismo poder, "se hace esclavo" en expresión de acto de poder sino con la fuerza moral de su

108 109
denuncia y con el juicio severo acerca de la hi- precio es pagar en persona. Y es éste el poder
pocresía que dejaba al desnudo a sus adversarios que engendra una autoridad moral que alcanza
ante la conciencia del pueblo. hasta la misma conciencia.
Y menos ejerció su poder en el orden tempo- Cuando yo estudiaba teología en la universi-
ral: "Dad al César lo que es del César". dad una página del periódico me dio una mañana
Y si alguna vez ejerció su poder sobrenatural, más luz sobre este problema que varias semanas
fue al servicio de los hombres que se lo pedían: de estudio sobre los libros. La noticia era escalo-
"En virtud del poder que me ha sido confiado friante y de profundo contenido teológico: a las
levántate y anda". afueras de Roma, u n niño de tres años jugaba
con una pelota al borde de la carretera. La ma-
Sólo sobre los demonios ejerce su poder di- dre estaba cerca de él. El pequeño corre detrás
rectamente. Al hombre siempre le respeta su li- de la pelota en medio de la carretera mientras
bertad. Se limita a despertar su conciencia, a u n gran camión aparece de repente a gran velo-
descubrir su hipocresía, a llamarle a la perfec- cidad. La madre grita, suplica al hijo que se aleje
ción, a descubrirle el abismo de la perdición. pero éste sigue en medio de la carretera. Y en-
El poder que ejerce Dios sobre el mundo que tonces, sin pensarlo dos veces, ofrece la vida para
se había cerrado a sí mismo el camino a la sal- salvar al pequeño: se lanza delante del camión
vación es el de mandar a su Hijo como "rescate" para empujar al niño hacia la otra orilla de la
de todos. Se trata de u n acto de poder díametral- carretera mientras ella queda aplastada bajo las
mente opuesto al que nosotros solemos imaginar. ruedas del imponente camión.
En vez de exigir a los hombres la expiación de
su culpa con un acto de autoridad; en vez de obli- El último acto de poder que la madre ejerció
gar a la humanidad a subir a la cruz para expiar sobre su hijo fue el de ofrecerle el sacrificio de
su pecado, ofrece a su Hijo, nacido de los hom- su propia vida para que él siguiera viviendo.
bres, en forma de esclavo, para que manifieste al Y yo me pregunté muchas veces cuál hubiera
mundo que la única forma que Dios tiene de sido la autoridad moral de aquella madre sobre
"dominar", de ejercer su "poder" es el amor ge-( el hijo si por un imposible hubiera resucitado,
neroso que toma sobre sus hombros el pecado porque el que manda, el que llama, el que pide,
de la humanidad; que la única forma de redimir exponiendo antes su misma vida compromete
la esclavitud colectiva es cargar sobre su carne seriamente la conciencia.
con la esclavitud de los otros.
No fue desde un trono desde donde Dios ejer-
Y entramos así en un orden nuevo de poder ció su poder al entrar en la historia de una hu-
cuya raíz es el adelantarse en el amor y cuyo manidad que se había cerrado las puertas a la

110 111
vida, sino desde el pesebre de Belén y desde el derse de la muerte confía en su Padre y salva a
patíbulo de Jerusalén. Herodes. Cristo irá a la muerte más tarde para
Dios podía coaccionar y no lo hizo. dar la vida al mundo. Pilatos crucificará a la
Vida para salvar su persona.
Nosotros no podemos o no debemos y lo ha-
cemos con frecuencia. El poder del mundo usa la fuerza para de-
fensa propia. El poder de Dios usa el amor para
Cristo pudo haber excomulgado a Judas, ale-
la salvación de los demás. Y sin embargo es el
jarlo del colegio apostólico y lo mantuvo hasta
poder que se humilla, la riqueza que se hace
el último beso de traición.
pobre, la libertad que se hace voluntariamente
Cristo pudo imponer bajo pecado unas leyes esclava lo único capaz de ejercer una verdadera
a sus discípulos y más bien les liberó del formu- autoridad moral sobre las conciencias. La úni-
lismo de las leyes y costumbres existentes: por ca autoridad que puede decir: "Aprended de mí".
eso se escandalizan de que los discípulos cojan La única que puede afirmar: "Yo soy el cami-
espigas en día de sábado y de que no ayunen no". La única capaz de gritar: "No te es lícito".
como los discípulos de J u a n Bautista. La única que puede atreverse a decir: "Ven, si-
Cristo ni siquiera impuso la oración a sus dis- gúeme".
cípulos. Como dice Evely fueron ellos mismos Y si la Iglesia es la prolongación viva de Be-
quienes, viéndole a él orar, le pidieron un día:
lén, la continuadora del misterio total de Cristo,
"Enséñanos a orar".
entonces su poder, el ejercicio de su poder, el
Cristo arrastra, convence, convierte, pero no que Cristo le ha confiado, no puede ser diverso
coacciona jamás. Se podría decir que no usa de ni puede ejercerlo de un modo distinto a como
su poder. Cristo lo ejerció.
Habría mucho que profundizar en el misterio Más aún, la Iglesia tiene más motivos para
de Belén como la nueva era del poder en el mun- presentarse al mundo bajo esta imagen de Cris-
do ante el espectáculo de un Dios que, siendo el to que sólo manda "sirviendo", que no coaccio-
todopoderoso y la fuente de todo poder, se pre- / na, que prefiere pagar él en persona, porque la
senta frágil e indefenso, necesitado de casa y de Iglesia es de la misma carne del mundo, peca-
protección. dora como él, aunque sea el pueblo predilecto.
Herodes tiene en sus manos el poder y es in- Una Iglesia que nazca y se presente al mundo
justo. El es la debilidad y trae la justicia y el no en la debilidad y desamparo de Belén sino en
amor. Herodes para defender su imperio usa su la cuna de oro ante la que se arrodillan los He-
poder asesinando inocentes. Cristo para defen- rodes de la tierra y que ejerza su poder no desde

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el patíbulo, desde la humildad, desde la senci- No me resisto a terminar sin recordar el últi-
llez, desde el respeto a la libertad, desde la au- mo ejemplo que conozco de J u a n x x n i y que en-
tenticidad, desde la santidad de costumbres, sino tra plenamente en esta nueva línea de poder y
desde la política, desde el poder temporal, des- de autoridad que introdujo Dios en el mundo
de la inquisición, es una Iglesia que reniega de con el misterio de Belén y que quizás hoy más
su carisma y que acabará desobedecida, burlada que nunca se revela a la Iglesia.
o al máximo halagada y temida como los gran-
des del mundo. Sólo si sabe responder a la po- Era patriarca de Venecia. Supo que uno de
tencia del mundo, a su injusticia con la entrega sus sacerdotes llevaba una vida turbia y que fre-
de su vida y su confianza en el Padre; a la coac- cuentaba un lugar poco digno para un eclesiás-
ción con el espíritu de libertad y con la acep- tico. Pudo suspenderle de sus funciones; pudo
tación humilde de su riesgo; al temor por la pér- aplastarle con su poder; pudo ejercer toda la
dida del poder y del prestigio renunciando a sus fuerza de su autoridad. Pero ¿qué hizo? Le es-
coronas y ciñéndose con sinceridad la toalla pata peró un día en el lugar que solía frecuentar. El
lavar los pies a los hombres, a todos, a sus mis- sacerdote palidece. El patriarca le toma del bra-
mos enemigos, a los que la traicionan, la persigan zo y con naturalidad le pide que le acompañe al
y hasta la niegan como Cristo lo hizo con Judas; palacio. Y una vez en su despacho se arrodilla
sólo si habla al mundo en nombre de Dios, con ante el sacerdote caído y le pide: "Por favor,
la palabra de Dios, podrá tener audiencia en el confiéseme". Y lo hace con toda humildad y na-
santuario de las conciencias y los hombres "reco- turalidad.
nocerán su voz", una voz que ellos llevan ya
dentro; sólo entonces se oirá decir: "Habla como El sacerdote le absuelve y el patriarca abra-
el que tiene autoridad". Sólo entonces será obe- zándole le dice: "Hijo mío, me gustaría que re-
decida como Dios quiere ser obedecido: con amor flexionases acerca del don maravilloso que Dios
y por amor. te ha dado de perdonar los pecados a los hom-
bres incluso a tu mismo arzobispo. Que esto te
Cristo niño, nacido de mujer; Cristo fugitivo anime a evitar lo más posible el pecado en tu
apenas nacido; Cristo niño en el exilio debería misma vida y como gratitud a Cristo".
ser en este tiempo «le fermentos eclesiales vivísi- No sé más de la historia ni creo que haga
mos, de evidentes contrastes en el interior de la falta. Pero tiene sabor a Belén porque habla de
Iglesia, de chirridos entre autoridad y obediencia paz, de bondad, de comprensión, de salvación
la meditación más seria para todos nosotros acer- que no humilla, de autoridad que sirve, del ma-
ca de nuestra actitud de Iglesia como poder, yor que se hace el más pequeño para revelar
frente al mundo que nos rechaza y nos contesta. mejor la imagen de Cristo en el mundo.

114 115
LA DESOBEDIENCIA DE CRISTO verdad que Cristo manda "poner la otra mejilla
al enemigo"; pero no es menos verdad que ha
dicho tajantemente: "No he venido a traer la paz
sino la guerra". Es cierto que en el evangelio en-
contramos la base para una teología de la obe-
diencia, de la sumisión, de la resignación, de la
aceptación; pero ¿no existe también u n material
precioso para elaborar una teología de la revolu-
ción, de la indignación, de la ira, de la rebelión?

Y uno se pregunta forzosamente por poco que


reflexione, por qué los elementos de la obedien-
F UE durante el concilio. Fue un cardenal. To-
dos escuchaban con u n silencio significativo:
"Venerables padres..." Y lanzó la bomba. Dijo
cia han sido tan analizados, tan estructurados,
tan gritados, mientras los valores revoluciona-
rios apenas si empiezan hoy a verdear en el
sencillamente que si durante los veinte siglos de
campo de la teología, de la espiritualidad, de la
cristianismo la Iglesia hubiera predicado tantas
pastoral. ¿Por qué cuando escribimos o pronun-
veces las "maldiciones a los ricos" como el "pri-
ciamos "revolución", "ira", "indignación" nos
mado de Pedro", el comunismo seguramente no
sentimos siempre empujados a añadirle el adje-
hubiera existido.
tivo "sana", "santa", "justa", "buena", como un
Al día siguiente la prensa mundial habló del secante que le chupe su fuerza, mientras que
coraje del cardenal. ¿Porque se trataba de una cuando hablamos de "obediencia" lo hacemos a
intervención sensacionalista? No sólo. Más bien secas, sin necesidad de añadirle calificativos? Y
porque la opinión mundial descubría en las pa- sin embargo lo mismo que decimos "santa indig-
labras del cardenal una carga honda de verdad. nación", "santa ira", "revolución justa", debería-
J u a n X X I I I confesó una tarde a un amigo ín- mos decir "obediencia consciente", "obediencia
timo: "El evangelio está aún sin estrenar". Yo responsable", "obediencia legítima". Más aún,
diría que por lo menos la mitad del evangelio sí cuando hablamos de "rebeldía" nunca la consi-
está por descubrir. Y digo la mitad porque en deramos así, sin más, porque pensamos que la
esa gran verdad que es la revelación existen dos rebeldía, la revolución, la ira sólo pueden ser jus-
grandes vertientes de las que sólo una hemos tas dentro de ciertos límites, mientras que cuan-
puesto especialmente en evidencia. La palabra do hablamos de obediencia nos parece que decir
de Cristo al hombre es una eterna paradoja, una sólo "obediencia" es poco y le añadimos "ciega",
continua antinomia que no se puede separar. Es es decir, hasta límites que hoy calificamos de

116 117
"inhumanos". Y sin embargo hoy nadie duda que Pienso que para todos nosotros constituyen
también puede existir una obediencia "malsana", una seria meditación ciertas imágenes que nos
una obediencia "perezosa", "evasionista", "ange- presenta la televisión en la que miles y miles de
lista", "injusta". chinos se manifiestan en las calles con el libro
rojo de Mao en la mano, cantando sus máximas
¿Por qué se han escrito libros enteros sobre revolucionarias en busca de unas estructuras hu-
el inciso de san Mateo: "Felices los pobres de manas que ellos creen más justas que las impe-
espíritu" (Mt 5, 3) y apenas si existe u n trabajo rialistas. Pero ¿nos hemos parado alguna vez a
completo sobre las "imprecaciones" de san Lu- pensar que esa sustitución del evangelio por el
cas: "\Ay de vosotros, ricos!" (Le 6, 24)? libro rojo de Mao que, a nuestra fe y a nuestro
No creo que sea difícil responder. Basta un amor a Cristo suena a sacrilega, se deba tal vez
poco de sinceridad; la predicación, la catequéti- a que hemos castrado la palabra de salvación
ca, la teología se han hecho más de arriba abajo quitándole o camuflándole su mejor fuerza revo-
que al revés. Se han hecho de autoridad a sub- lucionaria?
dito, de superior a inferior, de Iglesia situada,
De ahí los esfuerzos que Pablo vi está hacien-
acomodada a Iglesia de los pobres; de los selec-
do por hacer comprender al pueblo chino que en
tos a la masa. Y hemos tenido una inflación de la
el evangelio existe un verdadero mensaje de li-
teología del poder.
beración y que en su movimiento revolucionario
Y así cuando se presenta al Cristo de la ira, pueden existir elementos valiosos que en nada
al Cristo de la rebelión, al Cristo colérico, al Cris- contrastan con la fuerza revolucionaria del evan-
to revolucionario se hace bajo la imagen de gelio. Y de ahí también la incomprensión que
Cristo "maestro", "superior", "autoridad" que Pablo vi encontró en no pocos círculos de cató-
tiene derecho a "indignarse" con los subditos, licos eclesiásticos y seglares cuando se atrevió
con los inferiores, con los discípulos. Pero la a declarar esta realidad a pesar de haber medido
verdad es que Cristo era al mismo tiempo "su- una a una sus palabras.
perior" y "subdito", "autoridad" y "obediencia".
Cristo fue un "subdito" que para obedecer in- Yo he pensado más de una vez que quizás
condicionalmente a Dios, su Padre, tuvo que en- ciertos silencios pastorales nuestros se deban a
frentarse muchas veces con los hombres que se una especie de pudor que nos embarga con ra-
presentaban como superiores suyos. zón a tantos católicos.

El resultado de todo esto ha sido el oscureci- Habría que ser o muy santos o muy hipócri-
miento de una parte vital del mensaje de Cristo. tas para poder predicar íntegramente y con con-
Y, en definitiva, una traición. vicción el sermón de la montaña. Habría que ser

118 119
pobres de verdad y no estar condicionados por Tardé en contestarle. Iba a decirle que había
los ricos de este mundo. Sólo el que ha sentido hecho voto de pobreza pero me dio vergüenza.
hundirse en su carne el aguijón doloroso de la Pude decirle solamente:
pobreza real puede gritar: "¡Felices los pobres!" —Ciertamente no soy rico.
Sólo el que tiene las manos limpias de compro- —Pero esto no basta, me dijo, para ser u n po-
misos puede gritar: "¡Ay de vosotros los ricos!" bre "real" de esos que usted ha hablado. Y si no,
Sólo el que lleva en sus miembros los estigmas dígame: ¿verdad que no piensa ni una sola vez
de la persecución por la defensa de la justicia desde hace muchos años en que puede amanecer
podrá gritar: "¡Felices los que sufren persecu- un día en que no tenga para comer?, ¿en que
ción " puede llegar una noche en que no tenga una ha-
Pero en realidad la Iglesia ha sido más rica bitación donde dormir? ¿en que llegue el día
que pobre, más incensada que perseguida. Por en que tenga que pedir a un desconocido una
eso hemos gastado más esfuerzo en buscarle una camisa y unos pantalones usados? ¿en que pue-
explicación metafórica o lingüística a las duras da mañana quedarse sin trabajo y rodeado de
palabras de Cristo: "Es más fácil que un camello hijos que le piden pan y que no pueden ir a la
pase por el ojo de una aguja que un rico se sal- universidad? Y añadió sereno pero duro como
ve", diciendo que la "aguja" era un "puente" un un profeta: o ustedes no creen en lo que dicen
poco estrecho, ciertamente, pero por el que pue- cuando predican las bienaventuranzas o es tan
de pasar el camello "agachándose" un poco, que difícil cumplirlas que aun creyendo en ellas ni
en convencer honrada y valientemente a los ri- ustedes consiguen ponerlas en práctica y, en este
cos que sólo poniendo sus riquezas legítimas caso, sería mejor que sólo predicaran las biena-
o ilegítimas a servicio de la comunidad, de la so- venturanzas los pobres reales, los perseguidos de
ciedad, de sus hermanos, pueden salvarse. verdad, los que tienen los ojos secos de llorar.
No he vuelto a ver a aquel obrero. Pero no
Una de las veces que pasé vergüenza en mi
lo olvidaré jamás, ni tampoco olvidaré la lección
vida fue una tarde en que después de un sermón
magistral que me dio. Cierto que él poseía un
en el que había hablado con calor acerca de las
concepto de pobreza más sociológico que evan-
bienaventuranzas se" me presentó a la salida del
gélico, pero habría que preguntarse si la ver-
templo un obrero que me dijo:
dadera pobreza evangélica no deberá pasar, de
—¿Usted cree en lo que ha predicado? algún modo, necesariamente por la pobreza so-
—Me parece que sí, respondí sinceramente. ciológica real.
—¿Pero usted sabe lo que es ser pobre?, aña- Quizás desde entonces sueño en el día en que
dió. el evangelio sea predicado por la gran masa de

120 121
los pobres reales y no por nosotros, borrachos de mente al esfuerzo de la teología católica hoy ten-
incienso; por los que siempre han "obedecido" y dríamos una teología de la encarnación por lo
no por los que siempre han "mandado". Sueño menos tan elaborada como nuestra eclesiología.
con el día en que se predique no sólo al Cristo Y nuestra moral tendría algunos capítulos más
obediente al "espíritu" sino también al Cristo re- acerca de la justicia. Si a nuestros jóvenes y
belde a la "letra". No sólo al Cristo que obedeció a nuestras jóvenes les hubiesen formado y pre-
a su Padre, sino también al Cristo que se negó dicado el evangelio menos sacerdotes y religiosas
más de una vez a obedecer a los hombres. y más padres y madres de familia quizás ten-
dríamos hoy algunas vocaciones menos pero no
¡Qué poco hemos predicado y profundizado careceríamos de una verdadera teología de la
aquella escena de Cristo narrada por san Lucas sexualidad y de una verdadera espiritualidad
en el capítulo 13! Un grupo de fariseos se le acer- matrimonial.
ca en nombre de Herodes para decirle que se
vaya y deje de hacer milagros. Herodes era una Estamos viendo la enorme tensión que existe
autoridad; Jesús predicaba seguramente en las en todo el mundo entre universitarios y profeso-
inmediaciones de su castillo de Maqueronte. res. Se llega al límite de pedir una verdadera
¿Obedecerá Jesús aunque sólo sea por u n cierto revolución en las estructuras de la enseñanza;
respeto a la autoridad de Herodes? Cristo no se presiona para salir de los cauces de privilegio
sólo no obedece sino que responde con u n insulto de una enseñanza universitaria basada en con-
a Herodes: "Id a decirle a ese zorro: ya verás cepciones puramente capitalistas de la sociedad.
que echo los demonios y hago curaciones hoy y Y en una cosa están todos de acuerdo, incluso
mañana" (Le 13, 31-33). Seamos sinceros: ¿cómo los más tradicionales: que hay muchas cosas que
sería juzgado hoy un sacerdote, un seglar cual- ya están superadas en la enseñanza; que hay mu-
quiera que respondiera en estos términos a una cho que cambiar.
autoridad constituida si en conciencia cree que
debe hacerlo? Cómo mínimo como un rebelde, ¿No podríamos nosotros preguntarnos si no
como un insolente, como un soberbio. estamos necesitando algo semejante en nuestros
seminarios, en nuestra enseñanza religiosa? ¿No
Sí, está por descubrir la otra cara del evan- debería tener también aquí la "base" más parti-
gelio. La que tantos esperan quizás para aceptar cipación en la enseñanza? El concilio lo ha dicho
a Cristo a quien encuentran mutilado en nues- o por lo menos ha abierto el camino. Pero existe
tras predicaciones. la impresión de que las cosas siguen práctica-
mente lo mismo. Y mientras tanto se empieza a
Si el mundo del trabajo en vez de haberse hablar de tantos que vuelven a dejar a la Iglesia
alejado de la Iglesia hubiese contribuido eficaz- mientras se quedan con el evangelio. Cierto que

122 123
toda ruptura es dolorosa y trágica porque en toda evangelio el concepto del diálogo? ¿Cuándo nos
sacudida violenta se pierde parte de verdad. Y hemos atrevido a decir sin miedo que Dios puede
sin embargo se trata a veces de personas carga- llevar a cabo sus planes de salvación a través de
das de sinceridad y sedientas de justicia. Tam- las religiones no-cristianas? ¿Cuándo hemos te-
bién aquí podríamos pensar si Dios no podrá nido la valentía de admitir que no va contra la
servirse de estas sangrías dolorosas para humi- divinidad de la Iglesia el aceptar humildemente
llarnos, permitiendo que nos roben en cierto que nos hemos equivocado más de una vez en
modo una parte del evangelio al tener ellos más nuestras actuaciones humanas concretas? ¿Cuán-
coraje para poner de relieve ciertas verdades en do hemos roto definitivamente el divorcio entre
las que nosotros, desde nuestro aburguesamiento la ciencia y la fe?
material o espiritual, no nos atrevemos a profun-
dizar. Sí, hemos de decirlo con sinceridad: ha sido
en gran parte cuando nos ha llegado, dolorido, el
En realidad esto ha venido ocurriendo coíi grito del Espíritu a través de las gargantas de
frecuencia a lo largo de la historia de la Iglesia. tantos que no eran de los nuestros. Y es que se-
El concilio tuvo el valor de reconocerlo. Pablo Vi guirán siendo misteriosas pero reales las pala-
no se avergonzó de pedir por ello perdón. Y para bras de Cristo: "Cuando Jesús oyó al centurión,
todos nosotros ha sido una meditación y un duro se admiró y dijo a los que le seguían: os doy mi
examen de conciencia. palabra de que en Israel no he encontrado en
ninguno tanta fe" (Mt 8,10). "Saldrán de oriente
Seamos sinceros: si hoy hemos descubierto y de occidente y del norte y del sur, y se senta-
que "también" en el evangelio existen ciertas rán en el banquete del reino de Dios. Y veréis
realidades que, sin haberlas negado la Iglesia, que hay últimos que serán primeros y prime-
habían quedado en un segundo plano, ha sido ros que serán últimos" (Le 13, 29-30).
bajo la presión, más de una vez, de quienes tra-
bajaban en el campo de enfrente. ¿Cuándo he- Debemos prepararnos con humildad a que los
mos empezado, por ejemplo, a decir que es po- "últimos" sean los "primeros" en sentarse en el
sible una teología cristiana de la revolución? banquete de la verdad para predicarnos el Cristo
¿Cuándo hemos aceptado el concepto de libertad que nosotros no nos hemos atrevido a proclamar.
religiosa como un derecho de la persona humana Y con más fe que nosotros.
que tiene su fundamento en el evangelio? ¿Cuán-
do hemos consentido en que se introduzca en el
concepto evangélico de obediencia el del "respeto
a la personalidad"? ¿Cuándo hemos empezado a
defender que pertenece a la entraña misma del

124 125
La riqueza es como la grasa: mancha.
MI DIOS ES POBRE
La pobreza es como el jabón: limpia.
Agua clara, de manantial; agua pobre y limpia
es mi Dios.
En sus ojos está la luz, toda la luz.
Es el sol la riqueza de los pobres.
Es el día la riqueza del que vive de su trabajo.
La noche es sólo para los ricos.
Mi Dios es la luz, el sol, el día porque es pobre.
Sí, es pobre mi Dios: Es difícil mi Dios pobre, mi Dios limpio, mi Dios
"Aprended de mí que soy un pobre" (Mt 11, sin oro, mi Dios libre para el hombre con sed
29). de todo lo que encadena, con predilección
para lo que brilla, para lo complicado; para el
Mi Dios-Cristo fue un humilde.
hombre insensible ante un hilo de hierba
Trabajó con sus manos. fresca.
Al final de su vida no tuvo ni casa: Por eso muchos hombres sienten la tentación de
"Los zorros tienen madrigueras, y los pájaros presentar a Dios y a su madre también ricos;
del cielo tienen nidos, pero el hijo del hom- de cargar de oro sus templos, y sus imáge-
bre no tiene donde reclinar la cabeza" (Mt nes; de vestir de seda a sus ministros; de ce-
8,20). der el primer puesto y quitarse el sombrero
y arrodillarse si fuera necesario ante quien
Por eso mi Dios es libre. posee un mayor trozo de poder y una cuenta
corriente más abultada.
No amó lo que a nosotros nos encadena: el po-
der, el honor, la riqueza. Pero mi Dios no cambia, mi Dios es pobre y ami-
go de los pobres.
Amó lo que a nosotros nos haría libres: el bien,
la justicia, la misericordia, la naturaleza. Mi Dios es de los libres, de los que saben amarlo
todo sin que se les quede nada entre las ma-
Amó a su Padre. nos.
Pobre, como es, mi Dios ama lo pequeño, lo sen- Mi Dios es de los que saben descubrir en la po-
cillo, lo olvidado, lo humilde, lo limpio, lo ge- breza la única riqueza posible en él: la luz
nuino. que ama.

126 127
LA IGLESIA QUE AMO la que no se casa ni hipoteca con ningún progra-
ma ni político, ni social, ni religioso porque
sabe que su misión es fecundar y denunciar
el sí o el no de cada programa humano;
la que al descubrir la mezquindad de la fe de los
hombres a la hora en que la barca parece
zozobrar, no empuña el látigo sino que se li-
mita a decir, como Cristo, con inmensa com-
prensión y certeza: "¡Pero por qué teméis!";
la que prefiere ser sembradora de esperanzas que
espigadora de miedos;

D ESPUÉS de una larga conversación acerca de


la Iglesia con un grupo de no-creyentes
me pidieron que les hiciera un retrato de la Igle-
la que, ante el hereje, prefiere cantar gozosa su
fe eterna e inquebrantable que amordazar su
sia que yo amo. Y que lo hiciera con un lenguaje libertad;
que ellos pudieran soportar y, sobre todo, que la que admite con sencillez que de Dios es menos
lo hiciera con sinceridad. lo que sabemos que lo que ignoramos;
Un retrato completo es imposible porque la la que prefiere tener siempre sus puertas abier-
Iglesia tiene mil facetas y puede significar mil tas, aunque pueda colársele algún intruso, por
cosas. Me limitaré a trazar algunos brochazos miedo a que pase de largo un solo mensajero
generales que puedan servirles para tener una del Espíritu que venga a enriquecerla;
primera idea. la que puede permitirse el lujo de ir delante
siempre, de afrontar cualquier riesgo porque
La Iglesia que yo amo es así: cree en una promesa divina y definitiva y por-
la que en vez de decir: "Debéis obedecerme", que sabe que puede desviarse pero no perder
dice más bien: "Debemos obedecer todos al el camino que es Cristo;
creador"; la que es consciente de que cuando peca o se
la que está convencida y lo demuestra que el equivoca no es Cristo quien se tambalea;
puerto es Cristo y que ella es sólo el faro que la que me dice honradamente, sin soberbia, "so-
señala: el puerto está allí; mos un pueblo en camino, hacia una meta
la que cree que el Espíritu está más realmente común y necesitamos ir cogidos todos de la
presente en un solo hombre que ama que en mano, beber en la misma fuente y tantear los
todas sus organizaciones y estructuras; mismos peligros".

128 129
la que cuando me equivoco me ayuda a endere- la que acaba venciendo no con el poder sino con
zar el camino en vez de empujarme a aban- la fuerza misteriosa y santa de su debilidad;
donarlo definitivamente; la que ofrece el mismo margen de libertad y de
la que demuestra al mundo que se puede con- confianza a los que creen en ella que a sus
ciliar el máximo de libertad humana con la adversarios;
obediencia al creador; la que escucha con la misma atención las críticas
la que sabe darme gratis lo que ha recibido gra- de los de dentro que las de los de fuera;
tis; la que duda de su fidelidad a Cristo cuando pasa
la que demuestra que se puede ser feliz ya en la mucho tiempo sin que sea perseguida por los
tierra sin dinero y sin poder; que están oprimiendo al pueblo y a su liber-
la que tiene tal instinto para el amor que sabe tad;
descubrirlo incluso donde nadie lo advierte; la que no se conforma con no ser rica sino que
la que no me impone cargas que ni ella misma ama ser pobre y lo es;
es capaz de soportar y que acaban pesando la que tiene ministros escogidos por la comuni-
sobre las espaldas de los pobres; dad cristiana y no por los grupos de presión
la que me ofrece, generosa, toda su riqueza espi- sean los que sean;
ritual pero sin imponérmela bajo sanciones; la que prefiere en sus ministros la sinceridad que
la que me asegura que seré más cristiano cuanto escuece pero despierta que el incienso que ha-
más busque, más pruebe, más profundice, más laga pero emborracha;
descubra aunque pueda equivocarme; la que admira en sus hijos las heridas adquiridas
la que escucha con más seriedad y con mayor en la lucha por la defensa de los débiles más
esperanza la voz de los pobres y de los dé- que la incolumidad moral, intelectual y reli-
biles que la de los ricos y poderosos porque giosa de quienes viven en el dulce equilibrio
sabe que stíñ más libres, menos comprometi- del "carrierismo";
dos, más abiertos al Dios que llama siempre; la que ante cada nuevo problema que me pre-
la que tiene más vocación de defensora de cual- senta la vida sabe darme no "su" respuesta
quier derecho humano que de protectora de sino la de Cristo. Y en caso de ignorarla me
privilegios propios o ajenos; llama a colaborar con ella en una búsqueda
la que salva bendiciendo, perdonando y excu- común;
sando más que vigilando y castigando; la que admite con humildad que sólo una peque-
la que cree en Cristo más que en los bancos y en ñísima parte de la revelación ha sido defini-
la diplomacia; tivamente interpretada;

130 131
la que acepta con gozo el que Dios siembre tam- la que no sólo no teme a los que abren caminos
bién en otros campos que no son los suyos y nuevos sino que los empuja y protege;
a veces hasta con mayor abundancia; la que prefiere defender a los santos en vida que
la que es consciente de que puede equivocarse en muerte;
en la búsqueda y pecar en la lucha pero nun- la que no hace ascos de nada nuevo antes de ha-
ca dudar de su esperanza que es Cristo; berlo probado;
la que no me ofrece un Dios congelado y defini- la que huye al monte cuando intentan coronarla
tivo sino un Dios vivo, que está presente, que reina y ofrece voluntaria las manos para ser
sigue hablando y que podemos descubrirlo crucificada porque está cierta de que después
distinto cada momento porque es un Dios que de la muerte por la justicia está la vida y des-
no se agota; pués del triunfo por el poder está la derrota;
la que tiene capacidad para injertarse en cual- la que sabe ser maestra y discípula al mismo
quier cultura, en c u a l q u i e r lengua, eh tiempo;
cualquier arte, en cualquier técnica, en cual-
quier historia humana; la que es consciente de poder repartir a Dios y
de necesitar constantemente de todos;
la que tiene capacidad de ser actual siempre;
la que es centro de todas las experiencias que
la que teme mucho más pecar de autoritarismo puedan hacer al hombre más hombre;
que de espíritu evangélico;
la que va siempre delante del rebaño, como los
la que teme más a los que no se mueven por no pastores del oriente, dispuesta a recibir ella
pecar que a los que han pecado por caminar; la primera embestida del ladrón, sin esperar
la que me habla más de Dios que del diablo, del en retaguardia a que se sacrifiquen los demás
cielo que del infierno, de la belleza que del pe- para aprovechar sus experiencias después de
cado, de la libertad que de la obediencia, de haber condenado su temeridad;
la esperanza que de la autoridad, del amor la que prefiere decir que "Cristo es la Iglesia" y
que de la inmoralidad, de Cristo que de ella no que "la Iglesia es Cristo";
misma, del mundo que de los ángeles, del
hambre de los pobres que de la colaboración la que admite que la medida del hombre es Cris-
con los ricos, del bien que del mal, de lo que to, pero que el hombre es la medida de todo
me está permitido que de lo que me está pro- lo creado;
hibido, de lo que aún está abierto a la bús- la que para ser cristiano no me exige renunciar
queda que de lo ya conquistado, del hoy que a ser yo sino que me ayuda a descubrir mejor
del ayer; las maravillas que Dios ha sembrado en mí;

132 133
la que me asegura que la pascua ha estallado ya; un "id", un "buscad", un "echad de nuevo las
que hemos empezado a resucitar; que estamos redes" en vez de un "no", un "espera", un
preparando la tierra definitiva de mañana; "vuélvete", un "renuncia", un "basta";
que nuestro Dios sigue vivo y está aquí y es la que sabe ser dulce con toda debilidad y fuerte
inefable y es nuestro y es distinto de todo y contra toda hipocresía, incapaz siempre de re-
es como nosotros y ama y ríe y llora y es ce- galar las margaritas a los cerdos;
loso y tiene una debilidad innata por los caí- la que tiene el fogón siempre encendido para
dos, los humillados, los sin-nombre, los sin- todos los fríos y todas las soledades; el pan
patria, los encadenados, los hambrientos, los caliente preparado para todas las hambres y
últimos, los "nadie"; la puerta abierta, la luz encendida y la cama
la que se preocupa más de ser auténtica que de hecha para cuantos van de camino, cansados,
ser numerosa; de ser sencilla y abierta a la en busca de una verdad y de un amor que
luz que de ser poderosa; de ser ecuménica aún no han encontrado.
que de ser dogmática; de ser santa que de ser
popular; de ser de todos que de ser monolí- A otros podrá gustarles la Iglesia con otra
tica; cara. Yo a la Iglesia la amo así porque es de este
la que me ofrece el mayor margen de libertad modo como mejor me asegura en ella la presen-
en las decisiones de mi conciencia; cia viva de Cristo, el Cristo amigo de la vida, el
que vino no a juzgar sino a salvar cuanto estaba
la que sabe intuir y apreciar mejor que nadie el
perdido.
trabajo que el Espíritu realiza en lo íntimo
de mi ser;
la que es luz para mi conciencia sin ser su susti-
tutivo;
la que no tiene otra moral que la supremacía del
amor en todo;
la que me ofrece un Dios tan semejante a mí que
puedo jugar con él, y tan distinto que puedo
encontrar en él lo que ni puedo soñar;
la que es más madre que reina, más abogado que
juez, más maestra que policía;
aquella cuyo mensaje, esencia, palabra, vida, mi-
sión es un "sí", u n jiat, un "levántate y anda",

134 W
EL LADO DÉBIL DE DIOS El es la fuente siempre viva y nueva que re-
parte un agua que nunca es vieja. Puede cambiar
la arquitectura de la fuente; pueden cambiar las
personas y los cántaros que vienen a recoger el
agua, pero el manantial es siempre una corriente
de vida que se hace indispensable al hombre de
cada generación.

Por eso él y su mensaje son una realidad y


u n programa siempre válidos.

Pasan los libros; se olvidan los mejores pre-


L A historia tiene una fuerza terrible para rele-
gar al olvido a los mayores personajes y las
obras mejores que en u n momento del tiempo
mios de literatura, se entumecen las ideas más
geniales. Hay sólo un libro que cada mañana es
brillaron como estrellas entre los hombres. nuevo como el sol, fresco como una planta, actual
como un periódico: la Biblia.
Un amigo mío decía en un diálogo con inte-
lectuales marxistas que Cristo es el único per- Es un fenómeno que me llamó tremendamen-
sonaje del mundo a quien la historia no ha sido
te la atención ya desde mis años de estudiante.
todavía capaz de "digerir".
Caía en mis manos un libro que me entusiasma-
Todo hombre que pasa por la tierra con u n ba y lo leía con pasión. A veces pensaba: "he
mensaje nuevo y con una carga de personalidad encontrado mi libro". Lo conservaba como un
deja indudablemente su huella, su tributo, a la tesoro: prometía releerlo. Pero mi sorpresa era
gran marcha de la historia. Pero terminan siendo enorme cuando pasado el tiempo aquel libro ya
arrollados por la corriente. Su obra habrá con- no me decía nada nuevo. Hasta me resultaba ex-
tribuido al progreso pero la persona muere, des- traño que hubiera podido entusiasmarme un día.
aparece.
Sólo Cristo es un ser siempre vivo y actual, Era algo así como cuando se vuelve después
incapaz de pasar a la lista de los muertos. de largos años de ausencia y de haber recorrido
una buena parte del mundo, al pueblo de tu in-
Por eso es el resucitado, el presente. fancia. Todo te parece que ha encogido. ¿Dónde
Pasan incluso las formas de cristianismo pero están aquellas calles que nos parecían enormes?
él no deja de ser rabiosamente u n hoy continuo. ¿Aquellos prados que no terminábamos de reco-

136 137
rrerlos nunca? ¿Aquel inmenso castillo sobre el más sencillas. En el libro se trata de una palabra
monte? Ahora todo nos parece una miniatura, bonita sin la persona, en el teléfono es la perso-
pobre, insignificante. na misma, invisible pero presente, real, quien
Hay sólo un libro que nos reserva sorpresas entra en contacto con su corazón a través del
cada día y que cada vez que cae en nuestras ma- ropaje de una palabra "para ella".
nos resulta más impresionante; un libro que no Una joven me decía un día: "Tengo un libro
sólo nos parece superado sino que conforme pa- con las mil mejores poesías de amor que se han
san los años lo descubrimos más nuevo, más in- escrito en el mundo pero debo confesar que nin-
creíblemente actual, más sin confines. guna me gusta tanto ni me produce tanta impre-
sión y alegría como el Cantar de los cantares de
Y no sólo es la actualidad de la Biblia lo que
la Biblia. Allí siento latir a una persona viva".
nos admira sino la fuerza que llevan dentro sus
palabras. Fue ésta una experiencia que toqué Un teólogo ha escrito que la mayor estrategia
con las manos desde los primeros meses de mi del espíritu del mal durante la Keforma protes-
apostolado: ninguna frase, ni la más original, ni tante no fue tanto el conseguir la división de
la más genial, ni la más cargada de realismo la Iglesia cuanto el miedo que desde entonces la
creaba u n silencio tan profundo en quienes me Iglesia católica tomó a la Biblia.
escuchaban como las frases más sencillas de la
Escritura. Sólo ahora, después de siglos y gracias sobre
todo al concilio, la palabra de Dios vuelve a ocu-
Más tarde comprendí mejor que no se trataba par en la Iglesia su puesto de honor y de prima-
de una palabra que revelaba el recuerdo de Dios cía. En efecto, el concilio ha colocado de nuevo
sino que era Dios mismo escondido en su pala- a la Escritura —como en los mejores tiempos
bra. apostólicos y patrísticos— en el centro de la teo-
logía, de la espiritualidad, de la liturgia, de la
Por eso, frente a una palabra de la Biblia,
toda otra palabra del hombre resulta vacía y po- Iglesia misma.
bre. Puede gustar y hasta admirar, pero no llega Y toda la Escritura: el antiguo y el nuevo
a tocar las fibras más secretas de nuestro ser. testamento porque todo es palabra del mismo
Dios.
La muchacha enamorada que lee una poesía
de amor puede disfrutar y sentirse acariciada Más aún, estoy convencido de que cada vez
por sus versos. Pero la sensación será muy di- necesitaremos adentrarnos más en el antiguo tes-
versa cuando escucha a través del hilo del te- tamento para poder descubrir mejor el verdade-
léfono a la persona querida que le dice las cosas ro rostro de Cristo. Y esto no debe sorprender

138 139
a nadie. Fue en realidad Dios mismo quien ins- Jesús" (Constitución Dei Verbum, 19), en el fon-
piró y reveló la imagen futura de Cristo. Por do son una visión parcial de la persona y de la
eso las pinceladas maestras de la persona y de obra de Cristo:
la misión del mesías están ya descubiertas por
el Espíritu Santo siglos antes de su venida en Los autores sagrados escribieron los cuatro
las páginas de la Biblia. evangelios escogiendo algunas cosas de las mu-
chas que ya se transmitían de palabra o por es-
Es lo que intenta demostrar precisamente el crito, sintetizando otras o explicándolas aten-
evangelista Mateo. diendo a la condición de la Iglesia (Constitución
Dei Verbum, 19).
Cristo apareció en la tierra siglos después. El
nos habló, se manifestó y hemos dicho que lo El mismo autor del cuarto evangelio, que lo
que "era oscuro se hizo luz". Pero ¿quién puede escribió teniendo ante la vista los otros tres, ter-
afirmar después de veinte siglos que conoce de- mina diciendo:
finitivamente a Cristo? ¿Quién ha osado presen-
tar su retrato completo? ¿Quién ha escrito su Pero hay también otras muchas cosas que
biografía definitiva? hizo Jesús, que, si se escribiesen una a una, creo
que no cabrían en este mundo los libros que
Guardini escribió que si es posible hacer la se tendrían que escribir (Jn 21, 25).
biografía de un santo, nunca será posible hacer
la de Cristo, porque Cristo rompe todas las ló- Nadie puede, pues, pretender, saber todo, ni
gicas, porque se pueden seguir sus huellas hasta siquiera de la vida de Cristo; mucho menos de
un momento determinado pero después se pier- su infinita personalidad divina y humana.
den. Cristo es siempre desconcertante. Nadie po- Por eso, estando así las cosas, yo me pregunto
d r á presentar a Cristo, por ejemplo, como a un si no sería posible que a través del antiguo tes-
asceta y sin embargo ningún santo fue más libre tamento podamos aún conocer o por lo menos
que Cristo frente a cualquier criatura: "No sólo profundizar más de un rasgo del corazón del
de pan vive el hombre". Cristo histórico y del Cristo de nuestra fe hasta
ahora no completamente iluminados.
Casi podríamos decir que existen tantos re-
tratos de Cristo como personas le han amado en Hemos dicho quizás con demasiada ligereza
la tierra. que el antiguo testamento está ya superado y
consumado en el nuevo, cuando aún podría dar-
Los mismos evangelios que son inspirados y nos mucha luz para seguir trazando los rasgos
que nos "comunican la verdad sincera acerca de infinitos de Cristo.

140 141
Ahora que se empieza a leer un poco más la porque flota en ella el amor de Dios. Si Dios de-
Biblia muchos cristianos se encuentran con ad- jara de amar algo o alguien caerían irremedia-
mirables sorpresas, con páginas que nunca soña- blemente en la nada. Por eso mientras existen,
ron leerlas en los libros del antiguo testamento están impregnadas del amor del creador.
y que parecen arrancadas al autor religioso más
Un Dios a quien el perdón le es más fácil que
moderno.
el castigo porque las cosas son suyas; porque es
Tengo a este respecto una experiencia pasto- creador de la vida; porque él ama todo como
ral interesante. Hablaba hace poco a u n grupo jamás nosotros seremos capaces de amarlo. Por
de jóvenes universitarios más bien difíciles; fuer- eso sólo puedo concebir a Cristo como el Dios
temente anticlericales y muy hijos de nuestro amigo de la vida, como el que vive ya presente,
tiempo; con inquietud religiosa pero con fuertes por la fuerza del amor con que abraza las cosas
interrogantes acerca de nuestro modo clásico de que él ha creado y resucitado en la entraña de
presentar la espiritualidad; jóvenes que busca- cada átomo, en el pétalo de cada rosa, en la mi-
ban a Dios pero que en la práctica renegaban del rada y en la piel de cada ser humano que ya no
concepto de Dios recibido en su formación reli- es sólo humano porque el corazón de Dios late
giosa. Conocían bien el nuevo testamento pero con sus mismas fibras y ama con su mismo
amor".
la figura de Cristo —vista sobre todo a la luz de
sus estudios oficiales— no acababa de entusias- Sin dejarme terminar, u n joven se levantó y
marles. me dijo: "Un Dios así lo aceptaría ahora mismo,
Me pidieron que les diese con sinceridad al- pero ¿quién me asegura que es el verdadero Dios
gunos rasgos del Cristo en el que yo creía. y no el Dios que usted se fabrica?" Su sorpresa
fue cuando abriendo yo la Biblia le dije: "Puedes
Mis palabras fueron éstas: "Para mí Cristo estar tranquilo porque este Dios lo ha revelado
es el Dios que, p o r ser el que lo puede todo, es así el Espíritu Santo. Es una página de la Escri-
siempre un débil en el perdón. Un Dios a quien tura en el libro de la Sabiduría, que dice textual-
su misericordia anula en la práctica su poder. mente:
Un Dios que no sólo perdona sino que excusa
para que los hombres puedan volver a él después Te compadeces de todos porque todo lo p u e -
de su pecado sin sentirse demasiado humillados. des y disimulas los pecados de los hombres para
Un Dios que ama todas las cosas; un Dios a quien que se arrepientan.
no repugna nada de lo que ha creado; un Dios Amas a todos los seres y nada de lo que h i -
que mantiene en el ser todas las cosas porque las ciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo h u -
está amando. Por eso podemos besar la creación, bieras creado.

242 143
Y ¿cómo podría subsistir cosa que no hubie- MI DIOS ES FRÁGIL
ses querido?
¿Cómo se conservaría si no la hubieses lla-
mado?
Mas tú todo lo perdonas porque todo es tuyo,
Señor que amas la vida, pues tu espíritu impe-
recedero está en todas las cosas (Sab 11, 23 -
12, 1).

A la reunión siguiente vinieron todos con una


Biblia en la mano. La habían hecho "su libro". Mi Dios no es un Dios duro, impenetrable, in-
sensible, estoico, impasible.
Mi Dios es frágil.
Es de mi raza.
Y yo de la suya.
El es hombre y yo casi Dios.
Para que yo pudiera saborear la divinidad
él amó mi barro.
A mi Dios le hizo frágil el amor.
Mi Dios conoció la alegría humana, la amistad,
el gozo de la tierra y de sus cosas.
Mi Dios tuvo hambre y sueño y se cansó.
Mi Dios fue sensible.
Mi Dios se irritó, fue pasional.
Y fue dulce como un niño.
Mi Dios tembló ante la muerte.
Mi Dios se alimentó a los pechos de una madre
y sintió y bebió toda la ternura femenina.
No amó nunca el dolor, no fue nunca amigo de
la enfermedad.

144 145
Por eso curó a los enfermos. Es difícil para tantos mi Dios frágil, mi Dios que
Mi Dios sufrió el destierro. llora, mi Dios que no se defiende.
Fue perseguido y aclamado. Es difícil mi Dios abandonado de Dios.
Amó todo lo humano mi Dios: las cosas y los Mi Dios que debe morir para triunfar.
hombres; el pan y la mujer; a los buenos y Mi Dios que hace de un ladrón y criminal el pri-
a los pecadores. mer santo canonizado de su Iglesia.
Mi Dios fue un hombre de su tiempo. Mi Dios joven que muere acusado de agitador
Vistió como todos, habló el dialecto de su tierra, político.
trabajó con sus manos, gritó como los pro- Mi Dios sacerdote y profeta que sube a la muerte
fetas. como la primera vergüenza de todas las inqui-
Mi Dios fue débil con los débiles y severo con los siciones religiosas de la historia.
soberbios. Es difícil mi Dios frágil, amigo de la vida,
Murió joven por ser sincero. mi Dios que sufrió el mordisco de todas las
tentaciones,
Lo mataron porque le traicionaba la verdad en
mi Dios que sudó sangre antes de aceptar la
sus ojos.
voluntad de su Padre.
Pero mi Dios murió sin odiar.
Es difícil este Dios, este mi Dios frágil para quie-
Murió excusando que es más que perdonando. nes creen que sólo se triunfa venciendo, para
Mi Dios es frágil. quienes creen que sólo se defiende matando,
Mi Dios rompió la vieja moral del "diente por para quienes salvación es sinónimo de esfuer-
diente", de la venganza mezquina para inau- zo y no de regalo, para quienes lo humano es
gurar la frontera de Tin amor y de una violen- pecado, para quienes santo es igual a estoico
cia totalmente nuevos. y Cristo igual a ángel.
Mi Dios, tirado en el surco, aplastado contra la Es difícil mi Dios frágil para quienes siguen so-
tierra, traicionado, abandonado, incomprendi- ñando con un Dios que no se parezca a los
do, siguió amando. hombres.
Por eso mi Dios venció a la muerte.
Y brotó con un fruto nuevo entre sus manos: la
resurrección.
Por eso estamos resucitando todos: los hombres
y las cosas.

146 147
COMO SEREMOS JUZGADOS de salvación, de bendición y de maldición, de
llamada y de repulsa: de eternidad.
Cristo —¡él personalmente!— descubre uno
de los misterios más grandes para el hombre y
que ya había sido objeto, durante su vida, de pre-
guntas por parte de los doctores de la ley; des-
cubre el criterio que Dios tiene de selección;
descubre la cruda verdad de quien es cristiano
y de quien no lo es; quien —a la hora desnuda de
la verdad— entrará definitivamente en su reino
y quien se quedará a la puerta y para siempre.

U NA de las páginas del evangelio a la que los


eclesiásticos le hemos tenido siempre más
miedo es la parábola del juicio final.
La parábola en apariencia es muy clara y
pueden entenderla hasta los niños. Pero quizás
por eso, porque es tremendamente clara, porque
Presentimos que en ella hay una enseñanza está inundada de luz, nos ciega los ojos, acostum-
del maestro dura de roer, desconcertante, inex- brados como estamos a juzgar las cosas de Dios
plicable. con nuestros criterios complicados, con nuestra
lógica calculista.
Nosotros que arrastramos todavía, después de
Lo que la parábola tiene de desconcertante
veinte siglos de cristianismo, no pocos resabios no es de la parábola sino del Dios que late en
del legalismo judío, seguimos poniendo el acen- ella; un Dios que no puede medirse con nuestra
to de la salvación en el rito, en lo legal, en el matemática, un Dios que, con ser lo más cercano
mandamiento, en la dimensión p u r a m e n t e ver- a nosotros, es lo más lejano porque es el "distin-
tical del amor a Dios y, lógicamente, nos senti- to", el "diverso", el "otro".
mos incómodos con una parábola como la del
juicio final. ¿Qué dice la parábola?
En el límite del tiempo, el hijo del hombre se
En efecto, se trata de una parábola cuya im- sentará sobre un trono y juzgará al mundo.
portancia es indiscutible. Cristo habla del mo-
mento supremo del hombre, del momento en que Como el pastor separa las ovejas de los cabri-
deberá rendir cuentas a su creador. tos así él separará a los justos de los impíos. Los
justos estarán a su derecha, que era el puesto de
La fórmula de la parábola es solemne. Su len- honor según la tradición rabínica; los injustos
guaje es categórico. Se habla de condenación y a la izquierda.

148 149
Cristo dirá a los de la derecha: "Venid ben- mos de tal forma sin entenderla, que hemos pre-
ditos de mi Padre porque tuve hambre y me dis- ferido minimizarla o echar sobre ella un púdico
teis de comer; tuve sed y me disteis de beber, velo".
estuve preso y me visitasteis en la cárcel, estuve
desnudo y me vestisteis". Y dirán éstos sorpren- Y es que, francamente, Cristo rompe aquí to-
didos: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y das nuestras categorías prefabricadas; todo nues-
te alimentamos?" Y entonces el rey les dirá: tro montaje religioso formalista y estructural.
"Cada vez que lo hacíais a mis hermanos lo ha- Más de una vez he pensado que si esta pará-
cíais a mí". bola no existiera en el evangelio y hubiéramos
Del mismo modo dirá a los otros: "Id, maldi- tenido que crearla nosotros, la parábola hubiese
tos, al fuego eterno porque cuando tuve hambre sido radicalmente distinta.
no me disteis de comer, cuando tuve sed no me Al menos hasta ayer; y el "ayer" es la revolu-
disteis de beber, cuando estuve preso no me vi- ción que el Espíritu ha desencadenado en la Igle-
sitasteis". Y ellos le preguntarán: "¿Cuándo te sia después de Juan X X I I I ; una revolución de luz
vimos con hambre y no te dimos de comer?" Y y de coraje para leer el evangelio en una clave
el rey responderá: "Cuando dejasteis de hacer nueva, más objetiva, más limpia, más compro-
eso a uno de mis hermanos es como si no lo hu- I metida, con una fe más fe.
bierais hecho a mí".
Nosotros, ante el tribunal supremo de Dios
Alguien ha llamado a esta parábola la pará- que juzga al mundo, hubiésemos puesto en ma-
bola de los ateos porque da a entender que en nos de Cristo dos criterios, dos metros diversos
ese día, todos, los cristianos y los no-cristianos, para juzgar a los creyentes y a los ateos; a los
descubrirán que no habían conocido verdadera- cristianos y a los que no lo fueron.
mente a Cristo ya que todos se hacen, asombra-
dos, la misma pregunta: "Señor, ¿cuándo te vi- Sin caer quizás en el extremo del judaismo
mos...?" que admitía que Israel sería juzgada con mise-
ricordia mientras los paganos se condenaban to-
Me decía una vez un seglar impresionante- dos o que sólo los justos resucitarían con su cuer-
mente evangélico: "En esta parábola se cumple po, sí hubiésemos aceptado fácilmente un metro
para nosotros lo que una vez Cristo dijo a los más abundante en misericordia con aquellos que
apóstoles: "Hablo en parábolas para que oyendo murieran con la fe que con los otros.
no entiendan". Y añadió: "Después de tantos
siglos de cristianismo nos sigue sorprendiendo Y sin embargo en la parábola dos cosas son
de tal manera esta página del evangelio y segui- m u y claras:

150 151
"Se reunirán todos los pueblos en torno a Un criterio tan desconcertante para los mis-
Cristo". Dios pedirá cuentas a todos porque todos mos cristianos y discípulos que se asombrarán y
le pertenecen, porque él ha, estado presente en aparecerán también ellos como "ateos": ¿cuándo
la historia de todos. te hemos dado a ti de comer?

Ni se puede objetar, como se hizo antaño, qtfe Ellos eran conscientes de haber rezado, de ha-
el juicio se refiere sólo a los creyentes porque en ber predicado el evangelio, de haberle hecho pre-
aquel momento ya todos se habrán convertido. sente entre los hombres por medio de la eucaris-
El famoso biblista Schmid escribía ya hace más tía, de haberle confesado en público, de haberle
de diez años: visitado en el sagrario, de haber pasado hambre
por amor suyo, de haber sufrido corporalmente
para unirse a su pasión y muerte. Pero eso de
No es posible limitar el juicio a sólo los cris-
sentirse llamar "benditos" por algo que ellos hi-
tianos, o admitir como presupuesto que el día
del juicio todos los pueblos, o sea la humanidad cieron a Cristo sin saber que se lo hacían: por
entera, se habrán convertido a la fe del evange- haberle dado de comer "a él", por haberle visi-
lio. Lo que aquí acontece se refiere más bien a tado en la cárcel "a él", eso no lo entienden:
todos los hombres, paganos, judíos y cristianos. ¿a ti?, ¿cuándo?

Y sin embargo es evidente que es un criterio


El juicio se desarrollará bajo u n solo criterio universal que sirve también para los que no h a n
universal válido para todos. La ley por la que encontrado a Dios en su camino. Ellos evidente-
serán juzgados cristianos y no-cristianos se re- mente no podrían ser juzgados por el número de
duce al mínimo: el bien hecho no para atraerse comuniones, por las horas de oración, por los
la bendición de Dios, o por la esperanza de una actos de fe, por su apostolado religioso. Ellos no
recompensa usando al prójimo como un instru- conocieron a Cristo. Pero el prójimo, el hermano
mento de benevolencia divina, sino el bien hecho sí les era algo real, cercano, imprescindible.
al hombre por el hombre: el amor por el amor
mismo. El ateo puede recorrer las calles del mundo
sin encontrar a Dios, pero no puede dejar de cru-
Un criterio que servirá en aquel momento zarse con su prójimo y con su prójimo más po-
para creyentes y ateos porque la ley del amor bre, menos libre, más oprimido, más solo.
a los hermanos, el impulso hacia el bien, la lla-
mada a la fraternidad la lleva escrita cada hom- Pero precisamente lo que nos desconcierta a
bre en el misterio de sus fibras más íntimas antes nosotros, cristianos, es el que este criterio de
de toda revelación externa. amor al prójimo sea el mismo con que seremos

152 U3
juzgados nosotros que hemos comido con Cristo Pero en todas ellas existe u n mismo denomi-
y le hemos escuchado en nuestras plazas (Le nador común: se trata de una página del evan-
13, 26). gelio desconcertante, misteriosa.

De haber creado nosotros la parábola, cierta- Es ciertamente grave e inconcebible para nos-
mente que, sin excluir la caridad hacia el pró- otros el que Cristo silencie todos los criterios
jimo, hubiésemos dado la primacía en el juicio que nosotros pondríamos en primer plano.
a otros criterios como la conversión y la fe en Aunque Cristo no haya querido excluir los
el evangelio (Me 1, 5); la profesión de fe en Cris- demás criterios, es indudable que intenta dar el
to (Me 8, 38); los mandamientos del decálogo primado absoluto, a la hora del juicio, a la cari-
(Me 10, 19); el amor de Dios (Le 10, 27); la pu- dad con el prójimo. El que ha amado a los hom-
reza del corazón (Mt 5, 8); la humildad, la re- bres desinteresadamente, honradamente, es u n
nuncia a los afectos y a los bienes terrenos (Me "justo" para nuestro Dios. Pero el que no haya
10, 15); el dolor (Mt 10, 38); la fidelidad a los amado al prójimo, aunque haya rezado mucho
sacramentos, etc. o haya tenido una gran fe capaz de hacer mila-
gros, es un "impío" para Dios.
Cristo nos desconcierta: no sólo no da la pri-
macía a estos criterios sino que ni los nombra. En nuestra lógica, que no es ciertamente di-
vina, razonaríamos así: Cristo habla sólo del
Desde que, hace doce años, me enfrenté se- \
amor al prójimo porque presupone todo lo de-
riamente con el estudio de la palabra de Dios,
más ya que, en realidad, es imposible amar de
no he dejado ocasión de plantear la paradoja de
verdad, desinteresadamente, al prójimo, sin una
esta página del evangelio de Mateo a los mejores
fe grande en Dios, sin una vida de piedad inten-
biblistas y teólogos y obispos que me he trope-
sa, sin la mortificación de los sentidos, sin la fre-
zado en mi camino. Siempre me quemaba la
cuencia de los sacramentos. Por tanto el que ha
misma pregunta: ¿por qué Cristo habla solamen-
amado a los demás indica que ha sido fiel a todo
te del amor al prójimo y de un amor al prójimo
lo otro.
que ni siquiera está en relación directa con Dios
puesto que se pone de relieve que los justos se Según Cristo, en la parábola, no es así.
maravillan de que Cristo considere hecho a él lo
que hicieron sólo a los hombres: cuándo te dimos Cristo da a entender más bien dos cosas:
a ti de comer? que puede darse fe en Dios sin amor al pró-
jimo;
Cientos de respuestas de especialistas tengo que puede haber verdadero amor al hombre
reunidas en mis notas. sin fe en Dios.

154 155
Cristo; ésta será precisamente su sorpresa, cuan-
Lo primero no puede ser más claro. Baste re-
do él les diga: "Venid, benditos de mi Padre
cordar a Mateo (7, 22); es el mismo Cristo quien
afirma que en el momento del juicio más de uno porque me disteis de comer cuando tuve ham-
sacará su carnet de creyente y que no le servirá bre". ¡Pero si ni le habían conocido! ¿Cuándo te
de nada si no lleva las manos llenas de amor a dimos de comer?
los hombres: "Muchos me preguntarán en aquel
Más aún, según san Lucas (13, 25-31), mien-
día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nom-
tras muchos de estos que sin conocer a Cristo se
bre, y no hemos echado demonios en tu nombre,
salvarán por haber amado al hombre, muchos
y en tu nombre no hemos hecho muchos mila-
otros, que habían conocido de cerca a Cristo, se
gros? Yo entonces les diré: nunca os he conocido:
condenarán porque su amor al hombre estaba
apartaos de mí, los que realizáis la injusticia".
agusanado: "Entonces empezaréis a decir: comi-
E inmediatamente antes les había hablado de la
mos y bebimos contigo y enseñaste en nuestras
parábola del árbol que da buenos frutos. Lo que
cuenta para Cristo es la bondad del corazón: el plazas. El os responderá: os repito que no sé de
fruto maduro y bueno. Poco importa dónde y dónde sois. Alejaos de mí, todos los que cometéis
cómo ha madurado, bajo qué sol, si en oriente injusticias... y saldrán de oriente y de occidente
o en occidente, si a las orillas fértiles de la fe o en y del norte y del sur, y se sentarán en el ban-
la estepa quemada del ateísmo. quete del reino de Dios. Y veréis que hay últimos
que serán primeros, y hay primeros que serán
Por el contrario si el fruto es malo o no exis- últimos".
te, de nada valdrá decir que el árbol había sido
Queda, pues, claro que en la dinámica evan-
regado con las aguas del bautismo, con la sangre
gélica lo que salva es la proyección en el amor
del sacrificio o alimentado con el sol ardiente de
hacia el hermano y hacia el hermano más pobre,
la fe. No sirve, es malo.
más débil, menos libre; y amado en sí mismo, es
San Pablo diría más tarde: "De nada serviría decir amado por una exigencia interna del amor
dar el cuerpo a las llamas o distribuir todos los que en su esencia más genuina y divina es don,
bienes a los pobres si no amo". entrega, efusión, fracción del pan.

También lo segundo es claro en la parábola, Tan esencial es este amor, este modo de amar,
quizás lo más claro de todo: que puede existir de abrazar y de aceptar a mi hermano más pe-
verdadero amor al hombre sin fe en Cristo. Se- queño y más oprimido, que el amor es una par-
gún la página de san Mateo muchos se sentarán ticipación clara de la entraña misma de Dios,
a la derecha del Señor por el solo hecho de ha- un valor absoluto en sí mismo. Por eso Cristo
ber amado a sus hermanos aun desconociendo a puede recogerlo sin más como un fruto maduro

156 157
para su reino, por eso puede ser bendecido por San Juan, el apóstol, había entendido bien a
el amor, por eso Dios mismo puede reconocerse Cristo cuando escribió aquella frase lapidaria:
en quien lo posee. Por eso basta por sí mismo, "En esto conocemos que pasamos de la m u e r t e
incluso sin referencia explícita de Dios. a la vida, en que amamos a los hermanos".
Todo lo que es amor es ya de Dios. Todo el Es el único criterio que Cristo empleará para
que se ha convertido en amor para los demás ver si en nuestros ojos está la luz que salva o la
se ha hecho como Dios: vive en Dios. tiniebla que mata.

Todo lo demás, a lo que nosotros solemos San J u a n dice aún más: "El que no ama ya
darle la primacía en la salvación, sirve sólo en la está muerto".
medida en que ayuda a la posesión y a la madu- Y es importante no olvidar que en la parábo-
ración de ese amor al hombre. Todo lo que ayude la del juicio final Dios no condena "por haber
al hombre a ser más como Dios, como el hijo del hecho el mal" ni salva "por no haber hecho el
hombre, que dio su vida "por los hombres" es mal". Condena por "no haber hecho el bien". No
bueno. Pero todo eso, sin frutos de amor al her- dice: "Vete, porque robaste a tu prójimo o por-
mano, a los hombres que viven a nuestro lado, que no le diste lo que le pertenecía en justicia",
compartiendo nuestra misma historia, es peso sino "porque no me diste lo tuyo cuando lo ne-
muerto, es hipocresía, es impiedad, es un "des- cesitaba".
conocido" para Cristo, es condenación: "No os
Y no dice: "Ven, porque no robaste a nadie,
conozco".
porque a todos diste lo que le pertenecía en jus-
Quien tenga un poco de práctica pastoral será ticia", sino "porque diste de comer de lo tuyo,
testigo de haber encontrado en su camino per- porque renunciaste a tu dinero, a tu tiempo, a tu
sonas de una fe de roca, prontas a dar su vida vida, para darlo al hermano que lo necesitaba
incluso por la defensa de un dogma; pero que al más que tú".
mismo tiempo son terriblemente duros con su
prójimo, impermeables a la misericordia, a la Por eso se trata de una ley no sólo para los
comprensión; prontos a la inquisición y a las ricos hacia los pobres; es universal: todos hacia
hogueras y para quienes el hacer el bien al pró- todos, especialmente cada uno hacia el más ne-
jimo es sólo un salvaconducto de salvación. cesitado.
Cristo ¿nos juzgará sólo individualmente o
Personas que defienden el dogma con los dien- también colectivamente?
tes y son sordos al grito de angustia de los po-
bres que mueren vacíos de pan y hartos de ca- Pienso que el examen de conciencia serio a
denas. que nos lleva esta parábola desconcertante del

158 159
evangelio no deberíamos hacerlo sólo personal- ¿Por qué? Porque una parte de mi pueblo
mente sino también a escala institucional, colec- gemía bajo el peso de las cadenas que le tenían
tiva. mudo y vosotros le conquistasteis la libertad de
expresión y de pensamiento; era vilmente explo-
Cristo no sólo podrá decir a u n individuo "no tado y vosotros le ayudasteis a liberarse; vivía
te conozco", sino que podrá decirlo también a bajo el yugo de la opresión capitalista que le
una institución religiosa, a una comunidad ecle- transformaba en máquina, en producto de interés
siástica. comercial y luchasteis para devolverle la digni-
dad humana, las igualdades fundamentales ha-
En vano diremos: "Señor, acuérdate; hicimos
ciéndoles conscientes de que el hombre vale no
unos votos, nos consagramos al servicio del altar,
por lo que tiene ni por lo que produce sino por
vivimos sólo para ti", si nos falta colectivamen-
lo que es.
te, como comunidad, la dimensión del amor a
nuestro prójimo, el que está ahí, detrás de las Sí, la parábola del juicio sigue siendo hoy de
tapias de nuestros conventos, quizás con más frío rabiosa actualidad. ¿Tendremos el valor de mi-
y con más hambre y con menos libertad que nos- rarle a los ojos con la luz nueva que nos trae el
otros. Espíritu desde los cuatro costados del mundo?
Una comunidad religiosa o eclesiástica que
proclame públicamente su fe en Cristo, su en-
trega al servicio de Dios y que después viva al
margen del grito de los oprimidos, indiferente a
los abusos contra la libertad de los hombres, in-
sensible a los que mueren cada día desnutridos,
despreocupada de los que nunca sabrán leer, in-
sensible ante los explotados en cualquier campo
que sea, se tendrá que esperar, según la parábola
de Cristo, sus duras palabras: "Nos os conozco".

Mientras que podremos llevarnos la sorpresa


de ver que instituciones que quizás nosotros he-
mos calificado demasiado precipitadamente como
masónicas, filantrópicas, políticas, sociales, etc.,
recibirán la palabra de bendición: "Venid, ben-
ditos de mi Padre".

160 151
CRISTO NOS HA LLAMADO humana necesaria para el candidato al sacer-
docio. Hoy sale mejor a la luz que la amistad es
AMIGOS precisamente el amor más puro que existe sobre
la tierra.
Jóvenes marxistas recriminan a muchos de
nuestros cristianos la falta de sensibilidad para
crear amistades sinceras, capaces de sobrevivir
a las pruebas más duras. Y más de uno de nues-
tros jóvenes cristianos puede caer en la tenta-
ción de creer que este descubrimiento de la
amistad humana sea una conquista del simple

L A amistad es uno de los valores que más apre-


cian los jóvenes de nuestra época. Siempre
la amistad fue una de las realidades más concre-
humanismo ateo. Supondría en el fondo una ig-
norancia de las mejores páginas de la Biblia. Ya
que el concepto de amistad y de amistad huma-
tas en la vida de los hombres. La literatura de na, caliente, alegre, corre a través de toda la
todos los tiempos le ha prodigado sus mejores Biblia como el agua que canta entre las piedras
páginas. La amistad es uno de esos valores co- del arroyo para terminar en el lago sereno de
munes a todos los hombres de todas las razas y las más dulces amistades del maestro, el "amigo
de todos los credos. Hoy, en clima de diálogo, la de los hombres". Y de los hombres concretos: de
amistad es como la mesa familiar alrededor de Lázaro, de María, de Marta: "Lázaro nuestro
la cual los hombres de ideas diversas pueden amigo, está dormido"; de los discípulos: "Ya no
buscar caminos de salvación. os llamo siervos sino amigos". Sólo a Judas le
niega el nombre de amigo. Cuando le encuentra
Pero, como el amor, como todo lo bello, tam- en el Huerto de los Olivos le llama "compañero"
bién la amistad se había prostituido hasta el (hetairos), y no "amigo" (phüos), como a Lázaro,
punto de confundirla injustamente con no sé qué como a los demás discípulos. Usa la misma ex-
pringosos remedos. Y esto sobre todo en ambien- presión del rey con el invitado que entró al ban-
tes marcadamente religiosos y eclesiásticos. quete sin el vestido de boda: "Compañero (he-
El joven de hoy, seglar, consagrado o eclesiás- tairos), ¿cómo has entrado aquí sin el vestido
tico, no soporta ya los viejos prejuicios de in- nupcial?"
ternado que descubrían malicias misteriosas en
todo género de amistad. Más aún, hoy, se exige La amistad es algo más grande, más profun-
la capacidad de amistad como una dimensión da, más vital que el compañerismo. Hoy los hom-
bres son con frecuencia compañeros de viaje, de
162
163
trabajo, de diversión y hasta de apostolado. Pero Uno de los ejemplos más claros y más con-
es un compañerismo que no toca a las raíces del movedores de amistad humana que nos ha trans-
alma: no se abre a la amistad. Es hierba de un mitido la Biblia es la del joven Jonatán, hijo de
día, amor de superficie. Por eso puede terminar Saúl, con el joven David.
con un beso traidor, a lo Judas, o carecer de la
más elemental cortesía como el invitado a las ¿Cómo nació esta amistad?
bodas del rey. Como nace el amor: como una descarga mis-
La verdadera amistad supone un pacto de fi- teriosa que atraviesa tu ser; como un regalo de
delidad, una capacidad de dar sin esperar la res- los dioses en tu ventana o como un parto de tus
puesta. entrañas. La Biblia lo describe gráficamente:
"Cuando hubo acabado David de hablar con Saúl
La amistad está por encima de las ideas. La el alma de Jonatán se apegó a la de David, y le
amistad no se rompe con la adversidad. Si ha amó Jonatán como a sí mismo" (1 Sara 18, 1). El
nacido no puede ya morir. Hasta su recuerdo es alma de Jonatán se estrechó al alma de David
eterno. No conoce la traición. Es siempre fresca como la yedra se abraza al árbol, decía un poeta.
como la hierba recién nacida; genuina y calien- Y en este abrazo, Jonatán se encuentra a sí mis-
te como la leche apenas ordeñada; dulce como la mo; es el encuentro con el otro que nos descubre
miel aún entre la cera virgen. y revela de golpe a nosotros mismos; es como
La amistad virginiza. amarnos en el otro. Encontrada esta amistad, "el
mejor tesoro", teme perderla porque amaba ya
La amistad fue el primer regalo que el crea- a David "como a su propia alma" (18, 3). Y per-
dor ofreció al hombre. derla hubiera significado perderse a sí mismo, el
La amistad será siempre la primera palabra retorno a la soledad inicial. Por eso nace el pacto
de esa poesía que Dios seguirá escribiendo cada que la selle, la asegure, la perpetúe. Y le entrega
mañana a la humanidad hasta que estallen los lo suyo, lo que le caracteriza y le representa: su
nuevos cielos y la nueva tierra. manto, su espada, su arco, su cinturón (18, 4). Es
como trasladarse a vivir en el otro.
La amistad es abierta como el mar: no está
condicionada ni al sexo, ni a la edad, ni a la be- Pero nace la prueba. Saúl, padre de Jonatán,
lleza; y se madura con el tiempo, como el vino. determina matar a David y lo comunica a su
Nace a la vez del espíritu y de la carne. Por hijo. Pero el amor de amistad se impone al amor
eso tiene sabor a Cristo. Por eso es fácil encon- de la sangre. Y Jonatán se pone de parte de Da-
trar las mejores esencias del amor entre los plie- vid: le comunica el secreto, le promete defen-
gues de la amistad sincera. derle. Y lo hace. Con tanto calor, con tanta fuer-

164 te
za de convicción que su padre acepta: "Vive amigo con los acentos más íntimos: "Angustiado
Yavé, no morirá" (19, 6). estoy por ti, Jonatán, hermano mío. Eras mi gran
amigo y tu amor era para mí dulcísimo, más que
Pero Saúl, olvidada su promesa, vuelve a la
el amor de las mujeres" (2 Sam 1, 26).
carga y prepara la muerte de David. Esta vez,
sin embargo, no dice nada a su hijo. Sabe que Como han comentado los mejores exegetas,
Jonatán ama a David y sabe que este amor de David, con esta expresión coloca el amor de
amistad es más fuerte que el de la carne y la amistad por encima de todos los amores, aun
sangre. Y no se fía de su hijo. Así se lo explica el más dulce y atractivo como es el de hombre
David a Jonatán: "Sabe muy bien tu padre que y mujer. Que su amor, desligado de la atracción
eres mi amigo y se habrá dicho: que no lo sepa de la carne, llegue a superar en dulzura incluso
Jonatán" (20, 3). a los demás amores sólo se explica porque en
¿Qué hará Jonatán? Será fiel al amigo: "Di ese amor de amistad existe una dimensión que
qué quieres que haga, que yo haré cuanto me pi- toca directamente al espíritu, que lleva pegada
das" (20, 4). a su piel la mejor esencia de lo divino.

La amistad es incondicionada, no conoce el En el mundo de hoy el hombre tiene el peli-


peligro, se hace luminosa. gro de sentirse más solo que nunca. Al mismo
tiempo que va conquistando la ciencia y la máxi-
Y Jonatán, con una bien estudiada estratage- ma libertad en el amor, se va sintiendo cada vez
ma, salva a David de la ira de su padre. Este se más impotente para darse una respuesta a sí
encoleriza: "Hijo perverso y contumaz. Ya sabía mismo. De ahí que el catecismo holandés, en su
yo que tú preferías al hijo de Isaí (tu amigo)" esfuerzo pastoral de llegar al hombre de la calle,
(20, 30). Y ahora amenaza a ambos. Jonatán si- empiece por el problema del hombre interrogán-
gue fiel a su amigo y le defiende en medio de las dose acerca de su realidad y de su destino. La
amenazas: "¿Por qué debe morir mi amigo? soledad que amenaza al hombre moderno es más
¿Qué ha hecho?" (20, 32). Saúl responderá con
bien una incapacidad de encuentro con Dios. No
la espada e intentará herirle. Pero Jonatán no
es "soledad sonora" de la que habla el místico
cede. El que ama se compromete hasta el final:
J u a n de la Cruz; es soledad de desierto, fría,
"Levantóse de la mesa muy enojado y no asistió
a la comida por estar muy apenado por David" amarga, devoradora. La soledad más cruel, aqué-
(20, 34). lla en la que el hombre se pregunta a sí mismo
si el amor es u n a realidad o u n mito, si Dios es
Corre la historia y un día mueren juntos Saúl alguien o es una teoría. Es la soledad que cierra
y su hijo Jonatán. David llora la muerte de su el camino a la esperanza.

166 167
Y frente a esta soledad existencial, motivada llamaría a su modo pero que, en realidad, era
en gran parte por los condicionamientos de la Cristo vuelto a aparecerse en los caminos de los
vida moderna, pienso que el camino de Dios, el hombres por la fuerza de la amistad.
camino de la fe, tiene que pasar forzosamente
por los campos de la amistad. Hoy el hombre ne- Un año más tarde uno de los presos presentes
cesita palpar a su prójimo para no sentirse solo. declaró ante las cámaras de televisión: "Desde
Y necesita tocarle como "prójimo", como "cer- aquel día me siento libre"; la amistad que en
cano", como "alguien" en quien pueda apoyarse sus ojos dejó el papa Juan había hecho el mila-
y a quien pueda ofrecer su porción de duda y gro de sentirse libre entre las cadenas. Le había
de esperanza. dejado a Cristo, el libertador.

Estoy convencido de que el hombre moderno Hoy existen soledades atroces dentro del mis-
encontrará a Dios sobre todo a través del hom- mo matrimonio, entre padres e hijos, entre her-
bre, y del hombre visto como amigo, como un manos, entre compañeros, entre vecinos. La so-
segundo yo en quien pueda afirmarse, apoyar- ledad no la eliminan la simple compañía, ni
se, encontrarse, descubrirse, realizarse, contem- siquiera el sacramento de la unión. Por eso se
plarse. empieza a decir que los esposos entre sí, que los
padres y los hijos, que los hermanos deben co-
Aquí toman especial realismo las palabras de menzar por ser "amigos". Y esto es más profun-
Cristo: "Donde dos se reúnen en mi nombre, allí do de lo que parece. ¿Amigos dos que deben ser
estoy yo". Sí, donde dos seres humanos se en- una sola carne? ¿Amigos quienes han nacido de
cuentran mirándose a los ojos sin odiarse, sin un mismo vientre? Sí, porque la amistad es una
temerse, sin humillarse, sin herirse, sin sentirse categoría distinta. La que más da el sentido de
extraños y con deseo secreto de comunicarse lo la compañía. Porque al amigo, más que a ningún
mejor de sus vidas, lo más serio de su existencia, otro, se le ama por sí mismo, y con el amigo se
allí empieza a nacer una realidad divina. "He comunica lo mejor del hombre interior, nuestras
venido a poner mis ojos en vuestros ojos", dijo profundidades más secretas. ¿No lo vemos en la
aquella tarde inolvidable Juan x x n i a los presos vida de cada día? Una joven cuenta a su amiga
de la cárcel de Roma. Se miraron y lloraron to- lo que no cuenta a su madre; un hombre cuenta
dos: los presos y él. No hizo falta ya hablar de a su amigo lo que nunca dijo a su esposa. La
Dios porque su rostro estaba reflejándose vivo amistad tiene un algo misterioso que empuja a
en aquellas lágrimas comunes de amistad recién la confianza, al abandono más completo. Es una
nacida que daba vida a una presencia misteriosa, dimensión del amor sólo descubierta cuando se
caliente, dulce, serena, liberadora que cada uno comparte.

168 169
Cristo liga la amistad a la comunicación de en el reino de la amistad total que no conoce
los secretos: "Ya no os llamaré siervos sino ami- fronteras de edades, ni de sexos, ni de contratos?
gos"; ¿por qué? Porque es al amigo a quien se
Sí, pienso que la amistad, ahora, sea ya uno
le confían los secretos. No dice "hermanos" sino
de los reflejos más claros de ese gran abrazo que
"amigos".
estrechará a la humanidad entre sí y a Cristo
Y aun en la unión de esposos ideal, perfecta con la humanidad en el misterio profundo y
no puede faltar esta dimensión de la amistad. grandioso del Dios del amor.
Más aún, en el Cantar de los cantares que siem-
pre se ha interpretado como el canto por antono-
masia de los dos esposos ideales que representan
el amor de Cristo y de la Iglesia, en el texto ori-
ginal se llaman "amigos" y no "esposos". O para
ser más exactos, sólo una vez se llama esposa a la
Sulamita (4, 8-5).

La teología moderna está realizando después


del concilio un esfuerzo para pasar de u n con-
cepto del matrimonio basado sólo en la procrea-
ción y en el remedio de la concupiscencia, al con-
cepto de matrimonio como "amor fecundo", como
"compañía": "Y se dijo Dios: no es bueno que
el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda
semejante a él" (Gen 2, 18). En esta perspectiva,
quizá sea importante revisar esta realidad del
Cantar de los cantares donde los esposos son dos
"amigos". ¿No habrá querido decirnos el Espí-
ritu que, aun dentro del matrimonio, la dimen-
sión más maravillosa del amor es la de la amis-
tad?

Según el evangelio, en la plenitud de la esca-


tología no existirán casados, ya que "todos sere-
mos como ángeles"; ¿no será esto una expresión
para decir que todos entraremos definitivamente

170 171
MI DIOS ES CELOSO Por eso no cabe eternizar nuestros amores.
Por eso mi Dios no permite amores a puerta ce-
rrada, donde él no está presente.
Sólo si él está allí, en medio del amor, creando
el amor de quienes se están queriendo, el
amor no es idolatría.
El hombre puede sentir y tocar el infinito, puede
considerar a la persona amada "casi un Dios"
sin que ello sea idolatría.
Sólo quien convierte en Dios a la persona de su
amor, cerrando la puerta al infinito, está arro-
dillado ante un ídolo.

Mi Dios tiene celos. Si el esposo abraza a su esposa y excluye a Dios


de su abrazo, es un idólatra.
¿No lo ha dicho él mismo?
"Yo, Yavé, soy un Dios celoso" (Dt 5, 1). Si abraza a la prostituta y no excluye a Dios, es
un adúltero pero no idólatra.
Es celoso porque lo da todo.
Mi Dios que ha sembrado el mundo de los refle-
Es un amor que se entrega de tú a tú, sin reser-
jos y participaciones de su amor quiere que
vas.
los hombres se amen, pero quiere también
El Cantar de los cantares es más que una bella que a través de ese mismo amor se le adore,
poesía. se le ame, se le reconozca a él como el origen
Es el poema de los amores de mi Dios. y la causa de todo amor.
Mi Dios es terriblemente celoso. Todo es amable en el mundo, pero nada es ado-
Por eso la idolatría fue y será siempre el gran rable.
pecado. Todo amor nace en definitiva de mi Dios, pero
Por eso mi Dios abomina los ídolos. sólo Dios es el amor.
Es el único Señor. Mi Dios que se da todo no se conforma con mi-
Es la fidelidad. gajas.
Es el absoluto. Mi Dios celoso no se sienta a la mesa con otros
Es el primero y el último. ídolos.

172 173
Lo que quiere mi Dios es que, al beber el agua,
Mi Dios quiere que el hombre ame todo lo que
no me arrodille ante el arroyo sino que man-
ha creado y lo que nosotros transformamos.
de mi gratitud al manantial que llena las ve-
Y miles pueden ser nuestros amores, nuestras nas del arroyo.
ilusiones, nuestras esperanzas, nuestros de-
seos más secretos. Mi Dios celoso es un Dios que quiere sentirse en
cada instante de mi felicidad aún más terrena
Pero uno solo es el Señor. y humana,
Con él todo es divino. el "indispensable"
Sin él todo es pecado. el "insustituible"
el "exclusivo"
Por eso es difícil mi Dios celoso para quienes,
inmaduros en el amor, necesitan compartir su el "único"
pan con los ídolos; para quienes, raquíticos en el que está creando, para nosotros, la misma
sus deseos, son incapaces de amar en la mul- posibilidad de seguir amando.
tiplicidad de las cosas el centro único de la
vida; para quienes necesitan para sentirse
"algo" negar el "todo".
Pero también es difícil mi Dios celoso para quie-
nes analizan los celos de Dios a la luz estre-
cha de su ruindad.
Porque mi Dios es el Señor, pero el Señor gene-
roso y grande que siembra él mismo el amor
en nuestra sangre y nos empuja él mismo a
amarlo todo.
El jamás nos prohibió amar.
El es celoso en el "modo" con que amamos.
Mi Dios quiere que el amor a todo esté vitalmen-
te injertado en el amor al todo.
El no me prohibe acercar mis labios al arroyo de
agua.

174
W
CADA HOMBRE —En ningún lugar. Dios no está, Dios "es". Si
acaso, somos nosotros y las cosas quienes esta-
ES UNA CASA DE DIOS mos en él. Y para el cristiano Dios está realmen-
te en el corazón del hombre.
El ingeniero, que era jovencísimo, abandonó
su ironía y cambió de expresión:
—Es la primera vez que oigo hablar así de
Dios. Eso es muy distinto de lo que yo he leído.
Y la esgrima se convirtió en diálogo de ami-
U N ingeniero ruso, comunista, se encontró
una tarde de sopetón conmigo, sacerdote
católico, en una reunión de amigos. Y la conver-
gos. Me dio hasta su tarjeta: "venga a verme".
¿Dónde está Dios? Es una pregunta que me
sación resbaló irremediablemente al terreno re- han hecho miles de veces a lo largo de mi mi-
ligioso. nisterio pastoral. Y la pregunta la hacen tanto
ateos como creyentes. Los unos porque no aca-
La conversación era delicada y tensa; casi u n ban de aceptar el escozor de que no exista y los
juego de esgrima. otros porque realmente no acaban de saber dón-
—Me pregunto muchas veces —disparó el in- de está.
geniero aludiendo a mis estudios sacerdotales— Mi respuesta, cierto, no puede ser la misma
cómo es posible estudiar durante doce años algo cuando hablo a un ateo que a un creyente. Yo no
que no existe. puedo decirle a un ateo de golpe: "Dios está en
—¿Sería usted capaz de demostrarme cientí- la eucaristía", porque significaría prejuzgar toda
ficamente que ese "algo" no existe realmente? una problemática revelada que él niega en prin-
cipio. Puedo empezar diciéndole que Dios está
—¿Y usted, que existe? presente en esa alegría que hace vibrar su ser
cada vez que hace estallar la felicidad en su pró-
—Para estudiar algo en lo que yo creo since-
jimo con un gesto de bondad desinteresada.
ramente no necesito certezas científicas; me bas-
ta mi convicción personal. Pero lo que siempre me ha turbado y lo que
me ha obligado a profundizar este tema, que de
—Y ¿dónde me coloca usted a ese Dios? Por-
una manera u otra inquieta o apasiona a todos,
que eso del lugar donde está Dios es algo que
es el que tantos cristianos —y que se dicen ma-
siempre ha despertado mi curiosidad, me dijo
duros— sigan abriendo unos ojos como platos
con cierta mordaz ironía.
177
176
cada vez que sobre este t e m a oyen las cosas más carística. Y las aceptó con gozo. Por eso san Pa-
elementales de la teología bíblica. blo les decía a los cristianos impunemente: "Vos-
otros sois u n templo de Dios" (1 Cor 3, 16-17; 2
Cada vez que oigo decir: "Me voy al campo Cor 6, 16); "vuestro cuerpo es templo del Espíri-
para encontrar allí a Dios en el corazón de la t u " (1 Cor 6, 19). Cada cristiano es u n templo. Por
naturaleza virgen", no puedo menos de sonreír- tanto el templo, donde un día el israelita encon-
me porque me parece como si escuchara al sol traba la presencia del Dios vivo, se ha trasla-
que dice: "Voy a darme u n paseo por la tierra dado al corazón del hombre. Después de Cristo
para ponerme mejor en contacto con la luz". Y el templo es u n museo, un recuerdo o al máximo
cada vez que veo que tantos cristianos para rezar u n lugar de reuniones para la oración en común.
y encontrar a su Dios necesitan salir corriendo Pero Dios, el Dios vivo, el Dios uno y trino está,
a una iglesia, pienso si la venida de Cristo a la vive en el hombre. Y no sólo en su espíritu sino
tierra no habrá servido para nada y si no segui- en su misma carne: "Vuestro cuerpo es templo
remos siendo más israelitas, cuyo Dios estaba del Espíritu". Los primeros cristianos lo habían
sólo en el templo, que adoradores nuevos del entendido tan bien que la misma eucaristía se la
Padre que ya no adoran en este monte ni en J e - llevaban a sus casas y la custodiaban en su pecho
rusalén sino en espíritu y en verdad (Jn 4, 24). junto con la sangre de los mártires. La Iglesia
eran ellos; donde ellos se reunían: en casa, en la
Y entonces me pregunto si habremos enten- plaza, en la cárcel, en la catacumba, en el circo
dido realmente unas palabras de Cristo que su- ante las fieras, allí estaba la Iglesia, allí podía
ponen una de las revelaciones cristianas más hacerse presente Cristo corporalmente por medio
grandiosas y estupendas: "Si alguno me quiere, de la eucaristía, porque cada uno de ellos era u n
guardará mi palabra y mi Padre le querrá, y Dios vivo. Ya no necesitaban salir de ellos, de su
vendremos a él, y haremos morada en él" (Jn vida, para buscar ni encontrar al Dios tres veces
14, 23). Estamos ante el misterio, revelado por santo e infinito en su misericordia.
el mismo Cristo, de una nueva presencia de Dios
en el mundo a partir de la encarnación. Yo sé muy bien que esta tremenda revelación
¿Ha revelado la Iglesia al mundo, con eficacia de Cristo, repetida después por san Pablo, ha
y con coraje, esta verdad pavorosa de que Dios perdido la fuerza de su contenido explosivo a
ha puesto su casa en el corazón de los hombres fuerza de repetirla sin vida, como un disco ra-
que aman? yado.
La Iglesia primitiva ciertamente entendió es- Pero la verdad es que el respeto, la admira-
tas palabras de Cristo con la misma claridad con ción, el temor casi sagrado que el buen israelita
que entendió las palabras de la consagración eu- sentía por la presencia de su Dios en el tem-

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pío, no es nada en comparación con lo que nos- contra un solo pecado: el pecado de la carne,
otros, cristianos, deberíamos sentir de respeto, de como si no hubiese otros pecados que ensucian y
amor, de admiración, de sorpresa, de alegría, profanan mucho más este templo vivo de Dios.
de conmoción y de santo estupor hacia nuestro
cuerpo y hacia la persona más sencilla que ha- Cristo mismo arrojó del templo a latigazos,
bite sobre la tierra en amistad con Dios o sin como profanadores, no a los que a veces nosotros
haberle rechazado; porque nuestro cuerpo no hemos alejado de los sacramentos, sino a los ava-
sólo es u n templo que contiene a Dios como un ros, a los mercaderes, a los estafadores. A la pros-
recipiente sagrado, sino que el hombre es un ser tituta que le enjugó los pies con sus lágrimas y
en el que Dios habita transformándolo continua- se los secó con sus cabellos no la echó de su pre-
mente y preparándolo para la resurrección final. sencia, que era más sagrada que el templo, aun-
Nuestro cuerpo físico no es sólo un montón de que el fariseo Simón se escandalizó de su gesto.
ladrillos que encierra la presencia de Dios, por- Ni tampoco hizo ascos de la pobre mujer cogida
que nosotros no podemos ya separar nuestra car- en adulterio y acusada quizás por aquellos mis-
ne de nuestro espíritu, nuestro cuerpo de nuestra mos a quienes Cristo había arrojado del templo.
alma. Somos un ser vivo, una persona en la que
Dios vive penetrando y transformando hasta la Estoy seguro de que si hubiésemos tenido una
última fibra de esa realidad humana corporal, teología más audaz acerca de esta verdad esca-
no en un ser "espiritual", sino en una realidad lofriante de que Dios está vivo, con una presen-
que, aun transformada a lo divino, seguirá sien- cia total, en el corazón del hombre; una teología
do para siempre corporal y humana. San Pablo que hubiese llevado esta verdad a sus últimas
lo llamaba: "cuerpo de gloria"; pero siempre consecuencias, q u i z á s tendríamos hoy menos
"cuerpo". iglesias y catedrales pero también una teología
más viva del hombre que vive en Dios, una me-
Es verdad que el cristianismo ha sido siempre nor profanación de la mujer como objeto de pla-
fiel al espíritu de esta verdad divina inspirando cer y una visión menos maniquea y más lumino-
u n respeto sagrado por el cuerpo humano. Es sa de la vida conyugal. Es el biblista A. Leboisset
verdad que no ha faltado nunca una espirituali- en la obra nada sospechosa Grandes temas bíbli-
dad ascético-mística de esta verdad evangélica, cos, de divulgación religiosa, quien escribe:
pero creo francamente que aún no hemos hecho
la teología de esta misteriosa pero real presencia Propiamente hablando Dios no puede estar
de Dios en el corazón de un hombre justo. presente fuera de sí en ningún lugar excepto en
una persona humana que se abre a él en el amor.
Más bien hemos "usado" el contenido de esta Las otras presencias no son posibles sino en un
verdad para crear una ascética de "protección" sentido débil y analógico... Esta revelación es

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la base del "personalismo" cristiano; toda la dig- pensar en la explosión de sano misticismo, es
nidad de la persona humana, comprendido el decir, de experiencia directa y gustada de Dios
cuerpo, está fundada sobre esta posesión de que podría acarrear en la gran masa de los cris-
nuestro ser por parte del ser divino. tianos la conciencia de que el infinito y el eterno,
el Dios amigo de la vida, el Cristo salvador de
Por eso ante un hombre que mantenga su los hombres, se ha venido a vivir a su casa. Baste
amistad con Dios puedo arrodillarme y puedo pensar en las nuevas dimensiones que esta ver-
rezar como ante un sagrario. Por eso puedo y dad daría a las relaciones humanas, a la vida de
debo a m a r y besar y cuidar a mi cuerpo. Puedo comunidad, a la ordenación del m u n d o teniendo
decir que Dios está en mi sangre, en mi piel, en como centro y fin de la historia al hombre que
cada latido de mi ser. No está Cristo "corporal- vive en Dios o al Dios escondido en el hombre.
mente" como en la eucaristía pero está toda la
trinidad santa, el Dios que ha creado los cielos Porque en sana exégesis y en sana teología
sin fin y ha sembrado el cosmos de vida. esta presencia "nueva" e increíble de Dios en el
hombre no se limita a los bautizados o a los que
El mismo Cristo que dijo: "Tomad y comed viven en amistad consciente con Dios, sino que se
porque éste es mi cuerpo" es el que dijo también: extiende a todos los hombres que viven en la
"Si alguno me quiere, haremos morada en él". justicia y en el amor desinteresado, aun cuando
¿Por qué no creemos ambas revelaciones con la todavía no hayan encontrado a Dios personal-
misma fuerza y con las mismas consecuencias? mente.
Pienso que estamos ante una verdad cristiana
Porque Cristo dice: "Si uno me ama obser-
que el día que explote toda su fuerza teológica
vará mi palabra", y ésta es la condición previa
y bíblica podrá revolucionar verdaderamente
para esta nueva presencia de Dios en el hombre.
nuestra vida y la misma historia. Baste pensar
Pero es bien sabido que para san J u a n esta pa-
en los horizontes nuevos que se abren al amor
labra, este precepto, este mandamiento es siem-
humano a la luz de esta verdad. Baste pensar
pre la misma cosa: el amor; y un amor que no
en la fuerza religiosa que podría impregnar la
tiene garantías de ser aceptado por Dios si no ha
sexualidad humana en los que son conscientes
sido antes probado en el amor a los semejantes.
de llevar al Dios vivo en sus entrañas; al Dios
Por eso todo hombre justo que ame desinteresa-
que es la fuente de la vida, al Dios que es el
damente a sus hermanos, que practique el bien
amor.
y la justicia, está amando ya a Cristo sin conocer-
le, está observando su palabra, vive ya en la Igle-
Ya un famoso moralista español se ha atre-
sia. Por eso la Iglesia admite para ellos la salva-
vido a definir la sexualidad, en la perspectiva de
ción. Por tanto, ya ahora, Cristo, con el Padre y
esta verdad, como la "liturgia del amor". Baste

182 183
el Espíritu, viven también en él y le están trans- LA AUTORIDAD SEGÚN CRISTO
formando en "cuerpo de gloria".
Todo esto no es más que una simple reflexión
para hacer ver mejor cuánta fuerza escondida
existe aún en las palabras de Cristo capaces de
transformar la vida cristiana y que apenas si he-
mos tenido el coraje de balbucear porque nos
falta con frecuencia la audacia de la sencillez,
esa que no teme ahondar en el misterio más com-
prometedor, que no teme la luz y que la busca
con pasión.
Por eso quizás estemos todavía más lejos de
C ADA vez que leemos con atención y sin pre-
juicios el evangelio, sentimos la necesidad
de confesar que, en muchas cosas, hemos inten-
algunas realidades escondidas en el evangelio tado corregir a Cristo.
que la tierra lo está de la estrella más lejana del J u a n x x i n llegó a decir al principio del con-
cosmos. cilio que el evangelio estaba aún "sin estrenar".
El mismo Pablo vi dijo hace algún tiempo con Pablo vi, después de los ejercicios espirituales
fuerte intuición teológica: "Es mucho más lo que que le había predicado el continuador de la obra
ignoramos que lo que conocemos de nuestro de Foucauld, el padre Voillaume, afirmó:
credo".
Debemos aplicar el evangelio... creíamos ha-
Hay cristianos que han tenido el coraje de berlo ya vivido y personificado y sin embargo
creer con todas sus fuerzas en algunas de estas nos hemos convencido mejor que casi debemos
verdades explosivas de nuestra fe y son ellos, empezar de nuevo.
muchas veces perseguidos y humillados, incom-
prendidos y castigados quienes a fin de cuentas Y sin embargo, cuando llegamos a las conse-
transforman la historia y revelan a Dios, preci- cuencias prácticas de esta comprobación doloro-
samente con la fuerza de ese Cristo que vive en sa, tenemos pánico de confesar con serena humil-
ellos y que seguirá siendo siempre un escándalo dad que nos hemos equivocado muchas veces,
para quienes temen la revolución que trae con- que hemos empobrecido o corregido el mensaje
sigo cada una de las verdades que Dios no temió de Cristo.
revelar a los hombres.
No están tan lejos los escándalos de quienes
no comprendieron cómo Pablo vi se permitió du-

184 18?
rante el concilio pedir perdón por las culpas co- sino en resolver la antinomia sano-indigesto por
metidas por la Iglesia a través de los siglos. otros medios que no eliminen la "genuinidad" de
Esto supone que la Iglesia es ciertamente in- los productos.
falible en su magisterio solemne y definitivo,
pero que es falible, pecadora, débil en todo lo Cristo dijo que ofreciésemos la otra mejilla
demás. De ahí el que cada mañana, desde el papa a quien nos maltratara, y al mismo tiempo que
hasta el último sacerdote y hasta el último fiel no había venido a traer la paz sino la guerra. La
que se reúne en torno a la eucaristía, proclame lectura dialéctica de ambos textos en apariencia
en alta voz, públicamente, un acto de penitencia: antinómica no podrá desembocar nunca en una
"He pecado mucho de pensamiento, palabra, obra "diplomacia azucarada", o en un "neutralismo"
y omisión. Por mi culpa, por mi gran culpa". sin fuerza profética. Habrá que descubrir más
bien en ambas afirmaciones la fuerza revolucio-
Pecados de acción y pecados de omisión; pe- naria que engendran; habrá que descubrir que
cados de interpretación y pecados de cobardía; Cristo pide una revolución, aunque "distinta";
pecados de negligencia y pecados de egoísmo. pero este "distinta" no significa menos eficaz,
Por eso desfiguramos cada día el rostro de menos comprometida, menos valiente, sino al
Cristo. contrario más segura, más duradera, más impla-
cable, más irresistible porque lucha por la justi-
Lo que más nos ha costado siempre es leer el cia; la revolución que promueven los que saben
evangelio con sencillez: leer blanco donde dice luchar sin amargura, sin odio, con esperanza,
blanco y negro donde dice negro, que no es lo amando, es de una fuerza única, la verdadera-
mismo que leer gris. La sencillez tiene una fuer- mente definitiva, porque carece de los gérmenes
za explosiva. Por eso nos da miedo. Siempre he- de destrucción que lleva consigo toda guerra que
mos temido a la sencillez del evangelio simple- es sólo "ojo por ojo y diente por diente".
mente "leído" y no "interpretado".
Hoy decimos que hay que leerlo con una cier- Hoy estamos viviendo una de las horas más
ta dosis de "desmitologización" y con una gran problemáticas de la historia de la Iglesia. Deci-
carga "dialéctica". Y es verdad, pero siempre que mos que todo está en crisis: crisis de autoridad,
esto no rompa la transparencia de su terrible de obediencia, de fe, de moral, de esperanza. Un
sencillez. forcejeo por resolver esta crisis aparente o real
se advierte por todas partes. Pero a veces me da
Todo lo genuino, lo auténtico, lo natural, como miedo que se trate más bien de un deseo de re-
el pan, el vino, los huevos, la leche, es sano y al solver la crisis para volver a la tranquilidad,
mismo tiempo es indigesto porque es fuerte. Pero para evitarnos lo incómodo de la problemáti-
la solución no consiste en echar agua al vino, ca, para ahorrarnos el dolor que entraña toda
186
187
revisión profunda, toda confesión cruenta de pectos de la autoridad y de la obediencia que es
nuestros errores, de nuestras limitaciones. u n fenómeno que escapa a los límites puramente
religiosos: baste pensar en el fenómeno mundial
En medio de la oscuridad de la crisis, para de los universitarios.
nosotros, cristianos, Cristo sigue siendo la luz
Pienso, sin embargo, que la solución comple-
segura: "¿A quién iremos? Tú sólo tienes pala-
ta, para nosotros, cristianos, no nos la podrá dar
bras de vida eterna".
exclusivamente la psicología. Siempre necesita-
En los grandes momentos de crisis de la his- remos recurrir a Cristo.
toria religiosa pienso que menos que nunca de-
Desde que terminó el concilio y desde que el
bemos conformarnos con la sola respuesta de la
problema de la autoridad en la Iglesia se ha
filosofía, de la cultura, de la ciencia o de cual-
quier humanismo. puesto sobre el tapete de la actualidad, he leído
muchas veces el evangelio en las páginas en que
Cristo deberá ser nuestra respuesta viva; una Cristo confiere la autoridad al primer "superior"
palabra tan sencilla que sea capaz de ser leída de la Iglesia.
por todos los hombres; tan actual que sirva para
¿Debo confesarlo? He tenido la impresión de
todos los problemas más calientes, tan nueva y
que, por mucho tiempo, los criterios que nosotros
tan revolucionaria que pueda llenar las exigen-
cias más profundas de los que buscan siempre, usamos para nombrar "superiores" en el sentido
de los que aman lo nuevo, de los que desean res- más largo de la palabra: papa, obispos, párrocos,
puestas inéditas a los problemas personales; de superiores religiosos, directores de instituciones
los que sueñan con un Dios que sea distinto cada y organismos católicos, son con frecuencia dia-
mañana con tal que siga siendo siempre el Dios metralmente opuestos a los que usó Cristo.
del amor. Veamos un ejemplo concreto. Cristo va a nom-
Hoy se escribe por todas partes que existe cri- brar al primer "superior" de su Iglesia: a Pedro,
sis de autoridad, mientras que otros insisten que que deberá ser cabeza del colegio apostólico, que
la crisis es de obediencia: "Los superiores no son en el futuro deberá "confirmar" en la fe a sus
obedecidos porque no saben «servir»"; "los sub- hermanos y que será sujeto de unos poderes es-
ditos no obedecen porque no saben «renunciar»"; peciales que, en cierto modo, le constituirán por
dicen los unos y los otros. encima de los demás apóstoles y que cargará so-
bre sus hombros una tremenda responsabilidad.
La psicología, la sociología, la pedagogía y
tantas otras ciencias están jugando un papel muy Cristo nombra a Pedro para que presida su
importante en la profundización de ciertos as- primera comunidad, para que sirva a sus herma-

188 189
nos, para que sea el responsable en los difíciles Pedro no era ningún modelo de "prudencia"
caminos de la fe. en el sentido tradicional en que nosotros enten-
demos la prudencia y que la identificamos a me-
¿Qué cualidades le exigirá? nudo con "diplomacia". Pedro no fue nunca u n
diplomático; no era un hombre fácil para medir
Si Cristo hubiera tenido que nombrar hoy a
las cosas, para recortar anticipadamente el ries-
una persona para presidir su comunidad y hu-
go. Ha sido el mismo Pablo vi quien describió a
biese empleado los criterios que con frecuencia
Pedro como un hombre "entusiasta y voluble".
usamos nosotros, le exigiría fundamentalmente
¡La antítesis del prudente clásico!
lo siguiente:
Si acaso poseía la prudencia concebida por el
que fuese prudente;
cardenal Garrone: "Perpetua aventura, ensayo
que no haya creado nunca problemas; continuo, riesgo". Y más abajo: "La prudencia
que no se le conozca ninguna debilidad moral; para el cristiano es la virtud de lo imposible con-
que posea una buena dosis de diplomacia; vertido en razonable... es la virtud de la incan-
sable iniciativa". 1
que tenga recortadas todas las uñas de extre-
mismos; Pedro no era de los que "no crean problemas".
que posea una buena cultura; Los creó en vida del maestro y más tarde. Baste
que se haya demostrado siempre moderado, recordar que Cristo se vio obligado a llamarle
"centrista"; Satanás porque se oponía a que subiera a la cruz;
que en el huerto de Getsemaní usó la violencia
que dé garantías de que no va a "hacer ruido". de la espada contra toda la doctrina del maestro;
que obligó más tarde a san Pablo a "resistirle
Quizás mis expresiones pequen de demasiado en la cara porque no tenía razón", amenazando
gráficas, pero ¿nos atreveremos a negar que esto con su modo de proceder intransigente los co-
ocurre en el 90 % de los nombramientos de su- mienzos de la primera Iglesia.
periores?
Pedro no era "inmaculado". Pecó públicamen-
Ahora bien, basta leer el evangelio para con- te de apostasía, negó tres veces a Cristo por co-
vencerse de que Cristo escogió para cabeza de su bardía, tuvo miedo al martirio, no fue ningún
Iglesia, para primer superior a un personaje que
no poseía ninguna de estas "cualidades".

En efecto: 1. ¿Qué hay que creer?

190 191
ejemplo de fortaleza. Su miedo a la cruz fue más rechazada su candidatura con una nota que di-
fuerte que su fidelidad tantas veces proclamada ría: "poco prudente, demasiado impulsivo, falta
al maestro. de voluntad, extremista, poco dotado intelectual-
mente".
Pedro fue el personaje más en contraste con
nuestro concepto de "diplomático". Temperal- Y sin embargo, Cristo escribió su nombre en
mente era lo que hoy llamarían los psicólogos su papeleta blanca.
u n "primario": todo espontaneidad, que hablaba Sería ridículo interpretar que Cristo escogió
a impulsos del corazón sin medir las palabras, a Pedro precisamente por sus defectos, para que
u n hombre que llevaba el alma en las manos y apareciera así mejor la mano de Dios. Son razo-
en los ojos. nes trasnochadas que ya nadie medianamente
Pedro fue el prototipo del extremista: cuando serio admite.
preguntaba el maestro, era siempre el primero en Entonces, ¿por qué le escogió?
responder y sin atenuantes: "Jamás te negaré".
El primero en confesarle al maestro y defender- Digamos al menos que, para Cristo, todos los
le, y el primero en renegar de él; el primero en defectos y pecados que nosotros encontramos en
oponerse a que sufriera, y el primero que le ha- Pedro, eran más bien accidentales.
ría beber el cáliz amargo de la traición; el que se Más aún, puede ser que algunas de las cosas
echa al agua al reconocer al maestro en la orilla que nosotros apellidamos "defectos" por la fuer-
del lago sin esperar como Juan a que llegue la za de una tradición secular, fuesen para Cristo
barca, y el que después se siente herido en su más bien "cualidades": piénsese en la esponta-
amor propio porque le parece entender de las neidad, en la capacidad de entusiasmo, en la sin-
palabras del Señor que J u a n tendrá al final de ceridad, en la ausencia de toda diplomacia de-
su vida un trato diferente al suyo: "Señor, y masiado humana (Judas era más diplomático:
éste, ¿qué?", le dice refiriéndose al apóstol Juan. cuando se rompe un frasco de perfume precioso
Y Cristo le responde: "Si quiero que éste se que- a los pies del maestro protesta porque "sería me-
de hasta que venga yo, ¿a ti qué? Tú sigúeme". jor darlo a los pobres..." El evangelista dice que
Probablemente Pedro era el menos culto y el Judas decía eso porque era "ladrón").
menos preparado intelectualmente de todos los Pero sin negar que Pedro tuviera defectos,
apóstoles. sin negar que Pedro pecó y seriamente, debemos
Si a Pedro hubiésemos tenido que nombrarle admitir que en Pedro debían existir cualidades
no ya papa sino simple superior de una comuni- que para Cristo estaban por encima de todos sus
dad religiosa, con toda seguridad hubiese sido defectos y debilidades.

192 193
Pedro poseía una capacidad extrema de ser- A distancia de veinte siglos yo hubiese pre-
vicio, un sentido innato de pobreza: una vez ferido hoy el papel de Pedro, apóstata pero al
aceptado el maestro, el no poseer nada le era lado de Cristo, que el de los demás apóstoles lim-
normal: "Nosotros que lo hemos dejado todo..." pios de pecado pero escondidos del peligro.
Al paralítico que le pide a la salida del templo
le dice claramente: "No tengo oro ni plata; pero Pedro era como el té de montaña: áspero pero
lo que tengo te lo doy: en el nombre de Jesús de genuino; era sincero en la debilidad y sincero en
Nazaret, ¡camina!" (Hech 3, 6). el heroísmo. Pronto a dejarse llevar de su primer
impulso, cosa que le arrastró al pecado, pero
Para Pedro Cristo lo era existencialmente pronto también a dejarse poseer por el Espíritu
todo. y a convertirse en su más limpio portavoz. A la
pregunta de Cristo: "¿Vosotros quién decís que
Su secreto era una misteriosa capacidad de soy yo?" Simón Pedro contestó: "Tú eres el Cris-
amar. Nadie ha negado en veinte siglos que to, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le responde:
Pedro amó ardientemente, apasionadamente al "Dichoso eres tú, Simón, hijo de Jonás, porque
maestro. Le amaba más que le entendía; le ama- no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Pa-
ba antes de entenderle, le amaba con sus mismos dre que está en los cielos" (Mt 16, 15).
defectos naturales, le amó mientras le negaba y
le amó después de su pecado: "Tú sabes que yo Pedro era un canal limpio para que por él pa-
te amo". saran las más formidables inspiraciones.
Si Pedro lloró amargamente después de su Si es verdad que Pedro estaba orgulloso de
pecado era porque había amado mucho. Todos su amor al maestro también es verdad que era
hemos revuelto hasta la saciedad en el pecado de profundamente humilde. Y su pecado lo hizo aún
apostasía de Pedro la noche de la pasión, pero más humilde.
pocas veces nos hemos detenido a pensar que,
mientras los demás apóstoles huyeron, se escon- Esta sencilla humildad de Pedro que tenía
dieron, Pedro, a pesar de su miedo, a pesar de todo el sabor de la gente de mar le hacía espe-
su horror al dolor, pudo en él más el amor al cialmente apto para "servir", para sacrificarse
maestro y aceptó el riesgo de seguirle "más de por los demás, para darse. El sabía que Cristo
cerca". Pedro cayó en la tentación, pero fue un era todo y que él era sólo un enamorado de su
soldado que cayó en la brecha. Si hubiese amado maestro.
menos hubiese huido como los demás: cierto que Hemos predicado poco, y es sagrada, la pá-
no habría pecado, pero ¿es que es mayor pecado gina de los Hechos de los apóstoles donde Pedro
el riesgo que la cobardía? el primer papa, el príncipe de los apóstoles, el

194 195
que resucitaba a los muertos, ante el centurión
Cornelio que se postra a sus pies, reacciona y se Por desgracia nuestros criterios suelen ser
siente turbado: "Pedro le levantó diciendo: le- con frecuencia los opuestos a Cristo. De ahí el
vántate, que yo también soy un hombre" (Hech que hayamos acuñado esa palabra tan horrible
10, 26). La certeza de sus límites, la pasión por de "superior". ¿Superior el que debe "servir" a la
el maestro, el único Señor y salvador, le hace comunidad ? Y lo tremendo es que buscamos que
capaz de servir a sus hermanos sin perder la con- sea "superior" en todo menos en lo que Cristo
ciencia de su responsabilidad pero sin olvidar puso su acento y su importancia: el amor.
que también él era un hombre como los demás, A la comunidad, a la parroquia, a la diócesis,
capaz de equivocarse. Y esta convicción le llevó a la Iglesia debe gobernarla, "servirla" el que
al heroísmo de aceptar ser reprendido por san más ama y esto aunque sea menos prudente, me-
Pablo y de doblegarse a sus criterios en el pri- nos preparado intelectualmente, menos espiritual
mer concilio de la historia de la Iglesia cuando que los demás. A no ser que queramos "corre-
comprendió que era el Espíritu quien daba la gir" a Cristo.
razón a su hermano Pablo.
Es c u r i o s o que haya sido un papa como
Todo esto no nace sino de un corazón con una
J u a n x x n i , a quien se eligió como de "transi-
carga extraordinaria de amor que comporta un ción" hasta encontrar un candidato más "prepa-
olvido total de sí mismo. rado intelectualmente", un papa de quien se ha
Cuando Cristo le pregunta por tres veces jun- dicho que no era diplomático, que creó una serie
to al lago, no si es el más prudente, el más di- de problemas a la Iglesia-estructura, quien ha
plomático, el más santo, el más sabio, sino "si producido un entusiasmo más delirante en el
ama más que los otros", en el fondo le está di- mundo entero.
ciendo: "Porque sé que me amas más que nin-
guno, te confío mi rebaño". No era un sabio, no era un asceta, no era un
"prudente" y conmovió al mundo y dio un giro
Sólo el que ama, el que ama más que los de- no sólo a la Iglesia católica sino a la misma his-
más, es capaz de gobernar, de servir, de presidir toria, como comentó un teólogo protestante a su
la comunidad. muerte.
Este debe ser el gran criterio en la selección
¿Por qué?
de los superiores.
Frente al "mayor amor" todos los demás de- Porque amó más que los demás, porque supo
fectos son accidentales. Sin un gran amor todas amar a todos con la fuerza irresistible de su sen-
las demás cualidades son inútiles. cillez espontánea y rica que es lo único capaz de
llevar al riesgo y al heroísmo.
196
197
Lo dice él mismo en dos frases en la Historia mo inspirado por el Espíritu del Dios vivo; un
de un alma: amor que queme todos los obstáculos humanos
y que sea luz de esperanza y comida en todas las
El sucesor de Pedro sabe que en su persona mesas, la crisis de autoridad habrá desaparecido
y en su actividad es la ley del amor lo que sos- y con ella la crisis de obediencia.
tiene, vivifica y adorna todo.
Necesitamos una fuerza nueva para leer el
Y en otra página:
evangelio con ojos y corazón de niño que son, en
definitiva, los ojos y el corazón del Dios de los
La sencillez puede suscitar no digo desprecio, cristianos.
pero sí menos consideración entre los sabihon-
dos. Pero poco importa que los sabihondos pue-
dan infligir alguna humillación. El sencillo es
siempre el más digno y el más fuerte.

¿Quién es el sencillo para Juan XXIII? Lo dice


él mismo:

El que no se avergüenza de confesar el evan-


gelio incluso delante de hombres que lo consi-
deran una debilidad y cosa de chiquillos, ni de
confesarlo en todas sus partes y en todas las
ocasiones y en presencia de todos. El que en
todo asunto distingue la sustancia y no se deja
imponer por los accidentes. 2

El día que tengamos el coraje de poner a la


cabeza de nuestras comunidades cristianas per-
sonas como el apóstol Pedro y como el papa Juan
cuya única ley sea el amor, cuya única pastoral
sea la sencillez evangélica con las puertas abier-
tas a todo riesgo, a toda aventura y a todo heroís-

2. Historia de un alma, 389.

198 199
MI DIOS ES GRATIS Mi Dios florece cada instante, para todos.
Pero mi Dios quiere ser recibido como un regalo.
Mi Dios se negaría sólo a quien quisiera ponerle
un precio.
Es difícil mi Dios, mi Dios gratis, para el hombre
moderno.
Es difícil mi Dios para quien sueña comprarlo
todo;
que desea las cosas en propiedad;
que desprecia lo que no tiene precio;
que mide los objetos y las personas por el
No tiene precio mi Dios. puñado de oro que le cuestan;
Nadie puede comprarle. que ama más lo que es más caro.
Ni el dinero ni la santidad. Pero mi Dios no cambia porque es el amor y el
Mi Dios se recibe gratis, como las plantas reci- amor sólo puede darse.
ben el sol. El amor no se vende.
Nadie se lo merece. Un amor que exigirá sólo una respuesta de amor,
Puedo llamarlo, puedo gritarle mi sed y mi ham- también gratis.
bre de él, puedo golpear a su puerta, puedo Quien se abra a este amor regalado que llueve
llorarle mi pena y mi soledad. sobre nosotros continuamente sentirá fecun-
Pero no tengo derechos sobre mi Dios. dar sus entrañas.
Mi Dios es un puro regalo. Sentirá germinar en él, como el fruto mejor, ese
Es el don de mi vida. único amor sustancial capaz no de comprar
sino de enamorar al mismo Dios: u n amor
Es él quien debe amarme primero.
sólo amor.
Sólo él puede abrirme su puerta.
Un amor que ya no puede morir y crece siempre
Pero mi Dios no es avaro, no es tacaño. y es nuevo cada instante porque lleva en sus
Mi Dios se da con abundancia como el sol y el venas el secreto único y gozoso de lo inago-
aire. table.
Mi Dios brota al borde de todas las cunetas de
la vida.

200 201
LA VIOLENCIA NUEVA Sin negar que también ésta es una interpre-
tación posible, no podemos dejar de pensar que
DE CRISTO en esas palabras de Cristo hay mucho más. Su
misma frase final: "El que tenga oídos, que oiga"
indica que Cristo es consciente de haber dicho
algo nada fácil de entender. Es la misma expre-
sión que usa en otras circunstancias en las que
ha expuesto una doctrina difícil, casi ininteligi-
ble: por ejemplo, cuando habla de "los castrados
por el reino de los cielos", es decir de los que se
sacrifican renunciando a una familia para entre-
garse al anuncio del reino.

L os escrituristas están conformes en conside-


rar a Mt 11, 12-15 s.: "El reino de los cielos
sufre violencia, y los violentos lo conquistan,..
Es muy posible, como afirmó Pío x n , que ter-
mine el mundo sin que hayamos conseguido
El que tenga oídos, que oiga", como uno de los entender algunos pasajes de los revelados por
pasajes más difíciles de interpretar del nuevo Cristo en la Escritura. Es en el fondo una de-
testamento. El biblista Schmid, por ejemplo, es- mostración de que su palabra nos supera y lleva
cribe: "Es uno de los pasajes más oscuros del en sí algo de esa infinitud que le confiere la pre-
evangelio". sencia de Dios en ella.
Y ya sabemos que uno de los principios de Pero no por eso debemos cruzarnos de brazos
exégesis es considerar los textos más oscuros ante los pasajes difíciles. Debemos más bien es-
como los más auténticos, porque fue siempre una
tar atentos a los signos del tiempo que pueden
tentación de los copistas de manuscritos "acla-
r a r " los textos que eran de difícil interpretación. ayudarnos, más de lo que pensamos, a descubrir
el sentido de la Escritura.
Hasta hoy no se ha llegado a una explicación
convincente de este pasaje de Mateo. Nos hemos Es muy posible que para cada época, para
conformado más bien con la interpretación sen- cada nuevo problema del hombre, Cristo nos ten-
cilla y obvia de una "violencia interior". Según ga preparada, escondida, una respuesta suya que
la interpretación clásica, Cristo nos enseña aquí nosotros deberemos descubrir bajo la docilidad
que para alcanzar la santidad debemos violentar- al Espíritu Santo que actúa siempre e incansa-
nos a nosotros mismos, vencer nuestras pasiones, blemente en nosotros "descubriéndonos todas las
sacrificar nuestros gustos. cosas".

202 203
Ahora bien, si existe un signo claro de nues- de los pobres para librarse del yugo de la opre-
tro tiempo es que la violencia constituye un pro- sión económica, política, social y hasta religiosa.
blema grave de nuestra época, que casi la condi- Violencia que puede ser satánica y violencia
ciona y la estructura. que puede ser justa como enseña Pablo vi en la
Es cierto que siempre hubo violencias en el encíclica Populorum progressio.
mundo; pero hoy la violencia se hace signo por-
La violencia es hoy un fenómeno colectivo, es
que ha tomado unas características especiales.
como un arma universal esgrimida en todos los
Hoy la violencia no sólo constituye un argumen-
campos.
to de fuerza y de defensa, sino un elemento de
filosofía, de sociología, de política y hasta de teo- Hoy los católicos se hallan en pleno análisis
logía. de uno de los conceptos más delicados y vidrio-
sos de su actitud cristiana: la violencia.
Violencia en sus formas extremas de revolu-
ción sangrienta. Actitud desconcertante porque toda nuestra
religiosidad ha estado más bien basada en la
Violencia en los encuentros de los estudian- fuerza de una violencia puramente interna y en
tes con las fuerzas del orden. la pasividad frente a la violencia extraña.
Violencia en las expresiones de rebeldía, de
Difícil porque el sermón de la montaña, que
desobediencia, de brazos caídos. bendice a los pacíficos, indica que no toda vio-
Violencia pasiva de las huelgas, de la protesta lencia es cristiana.
silenciosa, de las manifestaciones pasivas.
Apasionante porque el cristiano es hijo de su
Violencia hasta de los pequeños: hace poco el tiempo y la violencia activa o pasiva es un signo
periódico daba la noticia de la huelga de 30 niños evidente de nuestra generación.
de una clínica en protesta contra un superior.
Conozco, en efecto, cristianos que sufren an-
Violencia en los no-cristianos, como los bu- gustiosamente en su conciencia frente al dilema
distas que se queman vivos. de la violencia. Mientras el evangelio, como se
lo han enseñado siempre, les grita un mensaje
Violencia de los católicos que ocupan catedra- de resignación pasiva, el aguijón de la solidari-
les, palacios episcopales, curias generalicias, se- dad con los hijos de su tiempo, con los más jus-
minarios, etc., como protesta contra la jerarquía. tos, con los más comprometidos, con los menos
Violencia de los poderosos para amordazar la egoístas, les espolean a embarcarse en las aguas
libertad y asegurarse sus privilegios, y violencia de la agitación.

204 205
En estos casos es lógico que los mejores se el viento, es decir no es un "manejado", no es u n
vuelvan hacia la Iglesia, hacia Cristo y le pidan, "panzista" que come y viste muellemente como
le exijan, una palabra de luz. Como Pedro, tam- los que habitan en las moradas de los reyes. El
bién ellos sienten en el fondo de su espíritu que Bautista es un profeta y no un profeta cualquie-
"sólo Cristo tiene palabras de vida eterna", defi- ra, es "más que un profeta". Es uno que ha en-
nitivas, auténticas, insobornables. trado en el reino de Dios "con violencia", "arre-
batándolo".
Y es en estos momentos cuando debemos pro-
fundizar con mayor sinceridad, con mayor espe- La violencia de que habla Cristo hay que exa-
ranza y con mayor decisión en el tesoro de la minarla a la luz de la actitud de J u a n bautista
revelación para intentar leer la respuesta de Dios cuya imagen tiene ante sus ojos mientras habla
a nuestro problema de hoy. a los apóstoles.
¿Por qué no ahondar, pues, en ese pasaje de Ahora bien, ¿cómo actuaba el Bautista, el ma-
Mateo que habla claramente de la violencia y que yor de los profetas, "el más grande entre los na-
si hasta ayer ha sido uno de los pasajes más oscu- cidos de mujer"?
ros de interpretar, quizás hoy resulte más claro
a la luz de los nuevos signos del tiempo y de las Es necesario verlo en el contexto de su tiem-
nuevas necesidades de los hombres? po. Y no es difícil descubrir en él el tipo clásico
del inconformista. Es en el fondo u n rebelde con-
Por nuestra parte nos limitaremos a dar al- tra la sociedad burguesa de su tiempo que "viste
guna sugerencia que pudiera despertar en otros de seda y gusta de habitar en los palacios de los
el interés por un estudio más completo. reyes"; contra la Iglesia de su tiempo cuyos mi-
El texto de Mateo hay que leerlo en todo su nistros gustaban de vestirse con pompa "para ser
contexto al que está estrechamente ligado. saludados en las calles".

La frase "el reino de Dios sufre violencia y J u a n es el "inconformista", de temperamento


los violentos lo conquistan" se la inspira la acti- un tanto salvaje que se prepara en el desierto y
t u d de Juan el Bautista. en la montaña, como los grandes revolucionarios,
vistiéndose de pieles de animales y alimentándo-
Acaban de marcharse los discípulos de Juan se de miel silvestre.
a quienes les manda desde su prisión para que
pregunten a Cristo si es él el mesías. Cristo, des- Es un violento que cuando desciende a la are-
pués de haberle dado su respuesta, hace el gran na, entre los hombres, grita su rebeldía contra
elogio del Bautista: no es una caña agitada por todas las hipocresías y las injusticias de los hom-

206 207
bres. Y lo hace con la convicción del que cree de J u a n el Bautista va a pronunciar unas pala-
verdad y con la pasión del que ama aquello en bras que le costarán la cárcel y la vida; que pro-
lo que cree. vocarán una verdadera revolución en las altas
esferas, que serían un acto de violencia; pero lo
No lleva armas en las manos, pero las lleva hace porque sabe que el reino de Dios sólo se
en sus palabras que son más duras que el acero: conquista con violencia y no con concesiones co-
"Al ver que venían al bautismo muchos fariseos bardes. No caben neutralidades ni tapujos frente
y saduceos, les dijo: ¡Raza de víboras! ¿Quién os a las injusticias y al atropello público. Por eso el
ha enseñado a huir de la ira que se acerca? Dad, Bautista grita, denuncia: "No te es lícito tener
entonces, fruto digno de conversión... El hacha a la mujer de tu hermano". Se lo dice a Herodes
ya está puesta junto a la raíz de los árboles, y que se había apoderado de Herodías, la mujer
todo árbol que no dé buen fruto será cortado de su hermano Filipo.
y echado al fuego".
Herodes quiere matarle, pero "tuvo miedo de
El Bautista en su celo y en su violencia santa la muchedumbre que le tenía por profeta".
"provoca", "amenaza", "exige".
Juan, sin armas, ejerce una violencia mayor
Sabe que se las juega todas; sabe que sería sobre Herodes denunciando en público su injus-
más prudente y menos peligroso el endulzar sus ticia. Y Herodes le tiene miedo porque ve que
palabras, el aceptar la realidad de los hechos ex- la multitud le sigue. Es la fuerza del violento
cusando muchas injusticias. Pero es consciente desarmado que golpea con la fuerza de la ver-
de hallarse frente a una sociedad impregnada de dad; del violento justo o irreprochable que posee
pecado y de hipocresía y prefiere el camino de la la fuerza moral de salir en defensa de los valores
violencia; esa violencia desarmada que hace tem- humanos pisoteados; y que lo hace sin odio y con
blar a las piedras; esa violencia del que camina riesgo de la propia vida.
consciente hacia el sacrificio de la propia vida
La violencia del bien realizado, de la defensa
en defensa de la justicia y de los oprimidos; esa
de la verdad y de la justicia a todo riesgo, es de
violencia que no mata físicamente pero que se
una eficacia que aún no hemos descubierto del
juega la propia vida por gritar en las plazas y
todo. Y es legítima, es evangélica, es profética y
en las calles la verdad desnuda que amarga
arranca la admiración del mismo Cristo.
e irrita a los injustos y a los poderosos y que
revela a los pobres y a los débiles el verdadero Cristo no fue menos blando en la denuncia de
Dios "que vino a defender lo que estaba opri- las lacras de su tiempo. Por eso lo llevaron a la
mido". muerte joven. Y su violencia del bien realizado

208 209
a los pobres irritó más a los poderosos eclesiás-
ticos y civiles de su tiempo que si los hubiese se tratara de una violencia meramente personal
defendido con las armas. e íntima en lucha contra nuestros instintos.
Pero hoy que la Iglesia misma, bajo la acción
Cuando J u a n el Bautista, en el pasaje que
del Espíritu, y a la luz de un mayor conocimien-
comentamos, manda a sus discípulos a pregun- to de la Escritura, nos enseña que la salvación
tarle si es él el verdadero mesías, Cristo les res- es también y sobre todo una obra comunitaria;
ponde solamente enumerándoles las cosas que que la verdadera santidad se labra en la entrega
hace: "los ciegos ven y los' inválidos andan, a los hermanos; que no existe amor sincero a
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los Dios si no se ha amado antes realmente a los
muertos resucitan y a los pobres se les da la hombres, nos es más fácil leer bajo otra luz estas
Buena Noticia". palabras de Mateo.
Esa era su misión, su "violencia". Su aposto- Si, para salvarme, necesito hacerme don para
lado se reduce a redimir a los últimos, a los des- mis hermanos y don universal, es normal que
preciados, a los evitados, a los sin prestigio, a los la violencia de la que habla Cristo no sea sólo
ineficaces, a los sin-poder. Era realmente el me- una violencia interior, sino también una violen-
sías del proletariado y del proletariado más bajo. cia que me sirva para defender, ayudar, redimir
No dice: "los reyes se convierten, los rabinos y a mi prójimo.
fariseos hacen penitencia, los ricos entregan sus
tesoros, las sinagogas se llenan de fieles". Yo no puedo ver a la mujer de mi hermano
injustamente acaparada por el egoísmo de un
Es la gama inmensa de la "miseria" la que poderoso y cruzarme de brazos si mi ley es el
Cristo redime, la que Cristo ama, a la que anun- amor.
cia el reino. Y esta dedicación al pueblo, al débil,
No puedo caminar al lado de los ciegos, de los
al pobre, al pecador, es la mayor violencia que
leprosos, de los sin libertad, de los hambrientos,
puede hacerse al gran mundo de los opresores de los oprimidos y de los convertidos en máqui-
que temen más las bendiciones de la gente al na y en producto de explotación, de los sin espe-
profeta que la dinamita de sus pistolas. ranza, de los imposibilitados de amar, sin que
empuñe el arma de esa violencia del profeta, del
Ayer pensábamos que el esfuerzo de la santi-
Bautista, de Cristo: la violencia de la denuncia,
dad se realizaba sobre todo a escala individual
de una denuncia sin demasiado azúcar.
y en un reino del todo interior. Por eso era lógi-
co que interpretáramos esta frase de Cristo: "Los La violencia de resistir sin claudicar, fieles
violentos arrebatan el reino de Dios", como si a la llamada del Espíritu, a nuestra misión per-

210 211
sonal; la violencia de arriesgarlo todo por fideli-
dad al propio carisma que, si bien no mata en
POR QUE ESTA EN CRISIS
raíz toda duda, sí nace de una conciencia limpia LA ESPERANZA
que busca a Dios como su todo. J u a n Bautista
está ya en la cárcel, lo ha arriesgado todo y no es
aún cierto si Cristo es el mesías; por eso manda
a sus discípulos a preguntárselo.
La violencia de una denuncia tan sincera, tan
generosa, tan eficaz que normalmente termine
poniendo en peligro nuestra vida.
No podemos olvidar que si es cierto que el
evangelio niega todo fundamento para una vio-
lencia armada y sangrienta, para una violencia
que atente físicamente contra la vida de los de-
L os cristianos no sólo creemos en Dios sino
que también creemos que "Dios cree en nos-
otros".
más, también es cierto, y quizás más claro aún,
Puede, a primera vista, parecer lo mismo; sin
que la persecución de la Iglesia por parte de los
injustos y de los opresores y de los poderosos y embargo es muy distinto. Más aún, pienso que es
la fidelidad de los justos al bien y a su misión, uno de los aspectos más olvidados de nuestra fe.
es una nota de la verdadera Iglesia de Cristo Un olvido que ha contribuido no poco a la
y es una de las grandes bendiciones del Maestro: crisis de fe actual.
"Bienaventurados los perseguidos por defender
la justicia". Quedarnos en una fe en Dios sin llegar a una
fe de Dios en nosotros, es permanecer en los
Una Iglesia sólo incensada por los grandes y esquemas de las religiones primitivas.
nunca perseguida, una Iglesia que claudica por
cobardía o por interés al propio carisma, sería Por eso no es difícil encontrar cristianos con
una Iglesia sin violencia, una Iglesia sin fuerza una fe de roca y que sin embargo viven en el
profética, una Iglesia que no revelaría al mesías temor, en la angustia. Más aún, hasta en las al-
y a sus profetas mejores, sería una Iglesia após- mas extraordinariamente espirituales este aspec-
tata. to de la fe queda siempre en sombra y con gran
dificultad de purificación. Recuerdo que, en mis
tiempos de estudiante, en un coloquio con el pa-
dre Garrigou-Lagrange, ya al final de su vida,
tremendamente maduro espiritualmente y sen-

212 213
cilio como un niño, me confiaba una tarde: "¡Qué De esta dificultad del hombre para aceptar la
difícil es la esperanza! Me siento ya cerca de mi grandiosa realidad de la fe de Dios en él han
encuentro con Dios; no puedo negar que mi fe nacido no pocas herejías. Casi se podría decir
y mi caridad se h a n purificado y son virtudes que es la raíz de todas las herejías. De ahí el que
que las poseo con paz, pero la esperanza es mi pudiera escribir Tresmontant:
tormento".
Las herejías han consistido en la impotencia
En realidad este aspecto de la fe que consiste para esperar lo más. La metafísica bíblica es la
en ser conscientes de que Dios cree en nosotros, metafísica del sí. La medida de Dios es la super-
está directamente enlazado con la esperanza. Y abundancia, i
el hecho de que la hayamos olvidado tanto es lo
que nos ha llevado a perder casi el sentido de El cristiano ha tenido siempre la tentación de
la esperanza. La crisis de fe ha empezado por recortar la generosidad de Dios. Ha sido siempre
aquí. reacio a creer en la plena fe de Dios en el hom-
bre.
Quizás la dificultad que siempre hemos en-
Sólo las traducciones modernas de los textos
contrado en distinguir estas dos realidades; qui-
zás el hecho de que la Biblia en el texto original originales hebreos traducen el salmo 8: "Has he-
hebreo no distinga prácticamente la fe de la es- cho al hombre poco menos que Dios; le has co-
peranza ya que usa la misma raíz para ambas ronado de gloria y de honor". La Vulgata, por
realidades, se deba al hecho de que en realidad ejemplo, traduce: "Le has hecho poco menos que
la raíz de la esperanza esté incluida en este se- los ángeles".
gundo aspecto de la fe de Dios en el hombre. La fe que Dios tiene en el hombre responde
Sólo san Pablo hace la tricotomía entre fe, espe- a la realidad de la grandeza que gratuitamente
ranza y caridad (1 Cor 13, 13; Gal 5, 5). le ha dado, al amor con que se ha adelantado
a amarle. Un amor que, en Dios, es creador
Si el cristiano ha tenido siempre u n a dificul- e inunda inmediatamente de "gloria y de honor".
tad casi innata en "esperar" (basta comparar lo
Dios, cuando ama, se comunica a sí mismo y
que se ha escrito sobre la fe y lo poquísimo sobre
transforma.
la esperanza), yo creo que prácticamente sólo
ahora se empieza a poner de relieve ese otro as- Que Dios cree en mí significa que Dios sabe,
pecto de la fe que es la fuente de la verdadera que Dios tiene la certeza de que yo soy capaz de
confianza y de una confianza capaz de llenar to-
das las aspiraciones del hombre: la fe de Dios
en él. 1 Ensayo sobre el pensamiento hebreo. Taurus, Madrid
1962.

214 215
realizarme totalmente, que soy capaz de entrar rán como nieve; aunque sean rojos como escar-
en la esfera divina sin abandonar mis márgenes lata, quedarán como lana" (Is 1, 18).
creados. Y que esto es posible pase lo que pase
Pero ¿cómo puede la humanidad creer de ver-
porque la fe de Dios en mí no se apoya en mi
bondad subjetiva sino que nace del valor que dad en esta fe de Dios en ella cuando su triste
a mi persona ha conferido el hecho de haberme experiencia de cada día es que hasta los mejores
amado él primero. Yo soy un valor digno de Dios amores se prostituyen y la fe más inquebranta-
mismo. Y un valor que en sí es definitivo porque ble se desmorona? Porque no hay medida capaz
Dios en su amor es irreversible, inquebrantable, de medir la capacidad de fe que Dios tiene en el
definitivo. Dios no puede traicionarse a sí mismo. hombre. Según nuestros metros estrechos hasta
Dios, cuando ama, ama sin posibilidad de arre- una madre puede perder la fe en el fruto de sus
pentimiento. entrañas. Dios, no: "¿Puede una madre olvidarse
de su criatura, dejar de querer al hijo de sus en-
¿Y no es esta verdad una constante de toda la trañas? Pues, aunque ella se olvide, ya no te ol-
Biblia? ¿No nos dice de mil modos que Dios no vidaré. Mira, en mis palmas te llevo tatuada" (Is
se arrepiente de su obra y que su amistad con el 49, 15-16).
hombre es definitiva? ¿Y no es esto porque Dios
Pero ¿si la humanidad deja la casa y se va;
cree para siempre en nosotros?
si pierde la cabeza y la fe en Dios; si es ella la
Ha sido el abandono de la Biblia lo que más que libremente se prostituye? Dios le responde
nos ha apartado de esta gran verdad de nues- a través de san Lucas (15, 20) que aun en este
tra fe. caso él sigue "creyendo" en el amor que ha pues-
to en ella, en su capacidad de retorno y por eso
Dios es consciente de la dificultad del hombre saldrá cada mañana y cada tarde a la puerta para
para creer en esta fe de Dios en él ya que está esperarle con los brazos abiertos, seguro de su
obligado a masticar continuamente sus limita- vuelta. Y apenas lo vislumbre desde lejos con
ciones, sus debilidades, sus traiciones, su herida los ojos vueltos hacia él, se adelantará de nuevo
moral. De ahí sus continuas llamadas en la Bi- en el amor; correrá hacia ella y hará más fiesta
blia y el continuo repetir que él sigue creyendo que antes de haberse ido.
en el hombre a pesar de todas sus traiciones y
debilidades. Es un decirle continuamente: "Te Dios es machacón en la insistencia con que
ocurra lo que te ocurra, cree que yo sigo creyen- intenta, a través de la revelación, convencer al
do en ti". ¿A pesar de las infidelidades, de las hombre de que su fe en él es inquebrantable.
claudicaciones de la humanidad? Sí: "Aunque Pero al hombre, fácil en perder las esperan-
vuestros pecados sean como púrpura, blanquea- zas incluso humanas, se le hace difícil en todos

216 217
los tiempos esta esperanza en una fe divina en eso el hombre moderno si siente empujado a se-
él. Esto lo toca hoy con una crudeza especial el guir a quienes le ofrecen un trozo mejor de es-
hombre contemporáneo. Toda la filosofía existeü- peranza, a quienes creen en él aunque aparezcan
cial está impregnada de desesperanza. Por esso en contraste con la cristiandad. Charles Moeller
Evely ha podido escribir: "La desesperanza rc>e ha escrito:
a nuestra época".
Instintivamente entrevemos que el mundo
Y, por desgracia, al hombre triste y amargo pertenecerá en esta tierra al que le ofrezca, des-
de nuestra época civilizada no le sirve el testi- de esta tierra, la más grande esperanza. 2
monio que le ofrece una cristiandad que ha he-
cho con frecuencia de su esperanza una carica- Pero no sólo el hombre solitario de Dios, azo-
tura, una evasión, una coartada, un seguro de tado por la inseguridad, por el relativismo, por
vida. la técnica, siente sed de esperanza inmediata,
sino que el mismo cristiano adulto no acepta ya
Precisamente cuando la esperanza cristiana
una esperanza sólo para mañana. No le basta un
es auténtica y nace de la fe que Dios tiene en la
Dios que ahora sólo le soporta, esperando creer
humanidad, entonces es energía, es entrega, es
en él mañana, cuando le transforme definitiva-
encarnación en la vida y en la historia de los
mente. Necesita u n Dios que crea en él ahora,
hombres "casi dioses". Si creo que Dios cree en
ya, y que esta fe de Dios en él dé sentido, ale-
mí, debo manifestar la certeza de que cree t a m -
gría, serenidad, empuje a su historia, a cada ges-
bién en toda la humanidad. Y entonces la alegría
to y a cada impulso de su acción terrena. El
de mi esperanza total me empujará a compartir
cristiano moderno ha borrado las fronteras entre
las alegrías y las penas de quienes viven conmigo
el hoy y el mañana. Aun sintiéndose peregrino,
sean o no conscientes de la sublime realidad de
inacabado, tiene plena conciencia de haber co-
ser, todos, objeto de la fe de Dios.
menzado ya su historia definitiva.
Si el amor al prójimo es, según san Juan, el
termómetro seguro para distinguir el genuino El hecho de que nuestra esperanza cristiana
amor de Dios, podemos decir que nuestra fe en ha sido más añoranza que fe en la fe de Dios
el prójimo, en su historia, es la señal que nos en nosotros, es lo que nos ha llevado a implicar
a Dios abusivamente en nuestra historia para
detectará si creemos de verdad que Dios cree en
buscarle una respuesta demasiado fácil, y a ve-
nosotros.
ces hasta blasfema, al problema del dolor, mien-
Pero por desgracia es con frecuencia entre
los cristianos donde existe más pesimismo, más
2. Literatura del siglo XX y cristianismo, 3. Gredos, Madrid
desesperanza, más profetas de desventuras. Por «1966, 559.

218 219
tras le alejábamos al mismo tiempo de la esfera su proceso ya en acto de divinización, de inser-
de nuestra mejor esperanza que es de donde depe ción en el misterio trinitario y eterno; en su po-
sibilidad nada menos que esponsal con él. En el
arrancar en definitiva la única explicación a lo
Cantar de los cantares, símbolo de las relaciones
que parece inexplicable, absurdo, contradictorio,
de amor que Dios es capaz de entablar con la
imposible.
humanidad y con cada hombre, los protagonis-
Porque Dios cree en nosotros, nos ha confiado tas, los amigos, los esposos no son un rey y una
la tarea del mundo y porque su fe en nosotros esclava, un rico y una pobre; son dos pastores,
es irrevocable, ya no volverá a tomar en sus ma- dos iguales, dos enamorados revestidos ambos de
nos esta tarea. Será siempre nuestra. Nosotros los mismos encantos y quemados por un mismo
debemos vivir entre el difícil equilibrio de saber amor.
que el mundo depende de nosotros y que tene-
mos en nuestras manos la clave de la mayor par- Esa conciencia que el hombre moderno va to-
te de la alegría y del dolor y que la esperanza mando de su dignidad, de su poder, de su valor
nos dice que lo que quedará por hacer, lo que personal le hace cada vez más reacio a toda for-
nosotros habremos estropeado, será definitiva- ma de amor paternalista incluso en el campo re-
mente rehecho, purificado, transformado, resuci- ligioso.
tado al final de los tiempos porque "Yo he venci- Un Dios que amase por mera compasión no
do al mundo". Porque el triunfo está ya jugado: serviría para el hombre de hoy.
ha ganado la vida sobre la muerte, venció el
amor. Si existe una experiencia fuerte en el campo
psicológico del amor humano moderno es preci-
Decir que Dios tiene fe en el hombre no es samente ésta: el hombre quiere sentir que se
lo mismo que decir que Dios le ama. Es una fe tiene fe en él; "necesito que creas en mí, que te
que encierra ciertamente el amor; pero no un fíes de mí, que me necesites" son los slogans del
amor cualquiera, y menos un amor meramente amor del hombre moderno.
de compasión, paternalista. No es un amor que
humilla. No es el amor que despierta en mí Por eso es hoy quizás más fácil y más urgen-
o que yo puedo ofrecer al anormal, al retrasado te descubrir esa dimensión real de u n amor de
mental, al degenerado. Mi amor será sobre todo Dios al hombre que es fe en él. El hombre de hoy
de compasión. No tengo fe en su valor humano. más que una limosna de Dios necesita una posi-
Pensar que el amor que Dios tiene al hombre es bilidad para poder realizarse; necesita no sólo
algo así, sería hacerle la mayor de las injurias. recibir sino poder dar; pero no puede dar quien
Dios no sólo ama al hombre, sino que cree en él, no está convencido de que es poseedor de algo,
en su valor real, en su capacidad creadora, en que es algo, que se cree en él.

220 221
Cierto que cuanto tiene el hombre es recibido, ción tal en la vida del creador que la ha conver-
es don y don gratuito, pero cuando Dios da lo tido en un prodigio de gracia. Y no lo oculta: lo
hace irreversiblemente. Lo que ha dado es ya grita, lo canta. Dios la ha hecho "grande". Y ella
del hombre, es suyo con todas sus consecuencias. es consciente y lo disfruta ya aquí, sin esperar
el después: "Desde ahora me llamarán feliz to-
Cierto que siempre quedará clara y misteriosa das las generaciones" (Le 1, 48). No sólo los án-
al mismo tiempo la distancia infinita dentro del geles y los santos en el cielo, sino también los
amor esponsal entre Dios y la humanidad crea- hombres, sobre la tierra, reconocerán la fe de
da; pero tampoco podemos olvidar el misterioso Dios en ella.
salto y sus consecuencias de Dios hacia abajo en
la encarnación, y el gran salto del hombre hacia "Feliz la que ha creído que se cumplirán las
arriba al ser hecho hijo de Dios. palabras que le han dicho de parte del Señor"
(Le 1, 45), le dice su prima Isabel.
Es algo mucho más grande y sublime que un
juego de limosna entre el rey y el pobre que Sí, María no sólo creyó en Dios sino que creyó
llama a la puerta. El misterio de Cristo, no sólo en la fe que Dios ponía en ella. Y esa fe la hizo
Dios sino también hombre, presente en la tierra, dichosa ya en la tierra.
amigo de la humanidad, es algo tan tremendo Ese salto es el más difícil del hombre. Es más
que sólo hemos empezado a escarbar en su mis- difícil "dejarse amar por Dios" que amarle; acep-
terio. t a r "su fe en nosotros" que nuestra fe en él.
Dentro de esta línea de la fe que el cristiano P a r a ello es necesario ser tan pobre, tan abier-
debe tener en la fe que Dios tiene en él hay una to a la verdad, tan virginalmente consciente de
página en el evangelio que necesitamos verla la propia d i g n i d a d , tan audazmente humilde
bajo una luz nueva: la página en que María, la como María.
madre de Cristo, la primera cristiana auténtica,
hace su profesión solemne y pública en la fe que
Dios tiene en ella. Me refiero al Magníficat. Se
ha presentado siempre como el canto de la hu-
mildad de María, pero en realidad ¿no es más
bien una profesión pública de alegría? Siente es-
tremecerse sus entrañas al descubrir que el todo-
poderoso ha confiado en ella, ha creído en ella y
le ha hecho "maravillosa". Es la alegría del que
recibe no sólo una limosna, sino una participa-

222 223
MI DIOS NO TOLERA Pero también en este punto es difícil trazar
LOS ÍDOLOS una línea que separe netamente a los creyentes
de los ateos. Porque en el corazón de cada hom-
bre difícilmente crece sólo el trigo o la cizaña.
Hay siempre espacio para todo.

Todo hombre es mitad idólatra y mitad cris-


tiano.

Todo hombre es sacudido por la tentación de


arrodillarse ante los ídolos, que son los dioses

H OY los ídolos y las divinidades del hombre


moderno no son estatuas de oro y de plata
como en Atenas, en tiempo de Pablo. Pero el
que él se crea, y arrastrado al mismo tiempo por
el deseo secreto de adorar a u n Dios que siente
"desconocido", que intuye o desea "distinto" de
hombre moderno que se va descubriendo ateo sus dioses aunque quizás tema encontrárselo de
masivamente no ha sabido librarse de los ídolos. verdad porque presiente que le obligaría a que-
Y sigue adorándolos. Quizás no con un culto re- mar muchas de sus estatuas de idolatría.
ligioso pero sí con el corazón, con el deseo, con la
angustia y el ansia de poseerlos. Pero en su interior el hombre se siente atraí-
do por lo mismo que teme. Es quizá su capacidad
ídolos más peligrosos que los dioses paganos
secreta de novedad, su impulso hacia lo desco-
de los atenienses porque entran más profunda-
nocido lo que le atrae y le repele al mismo tiem-
mente en el corazón y en la vida misma del hom-
bre. po descubriendo siempre en sí mismo esa anti-
nomia misteriosa que todo hombre lleva en su
Hoy el ateo moderno sigue adorando igual- ser de sentirse mitad dios y mitad hombre, mitad
mente como a dioses un sin fin de realidades ángel y mitad bestia, mitad muerte y mitad re-
terrestres convertidas en ídolos: el dinero, el surrección, mitad santo y mitad demonio, mitad
poder, la técnica, el bienestar, el lujo, la sexua- creador y mitad creado, mitad rey y mitad es-
lidad, la salud, la independencia, etc. Y el pecado clavo, mitad ciudadano y mitad gitano, mitad
no radica en que estas cosas sean malas sino en
angustia y mitad esperanza, mitad niño y mi-
que las idolatra, las absolutiza y es capaz de
arrodillarse ante ellas, de divinizarlas hasta el tad anciano, mitad técnica y mitad poesía.
punto de tener siempre el incienso encendido
Es difícil catalogar a los hombres en creyen-
para ofrecérselo.
tes y ateos.
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El hombre siente la tentación de crearse sus no se hace sin dolor— se revele como el Dios
ídolos, de convencerse a sí mismo que esos son nuevo, capaz de llenar las más íntimas y más se-
los dioses verdaderos, pero al mismo tiempo si- cretas exigencias del corazón y de la mente del
gue deseando, buscando, creyendo en el Dios des- hombre.
conocido, el único Dios que no sabe crearse y que
en los momentos de mayor sinceridad cree que es El Dios que enseñe a descubrir al hombre lo
el verdadero Dios, el único capaz de dar una res- que de divino y de auténtico tienen esos mismos
puesta a sus últimos interrogantes y de dar sen- ídolos que son criaturas suyas y deben revelar
tido al misterio de su propia existencia. y obligar al hombre a cantar su gloria.
El Dios siempre distinto para un ser como el
Pero en ese Dios desconocido que busca y que hombre con sed constante de novedad, con voca-
advierte que es u n Dios que no soporta los ídolos ción de descubridor, de explotador.
debe hallar dos cosas:
El Dios exigente que empuja, que no deja
El Dios que destruya sus ídolos para que pue- dormirse, que anima a la escalada porque el hom-
da ser un Dios total, capaz de llenar el nuevo bre necesita siempre el grito que le anime, que
templo vacío de ídolos, y el Dios que responda le recuerde que la meta está al final y que la som-
a esas exigencias más íntimas, más sinceras, más bra del árbol a lo largo de la escalada es sólo un
nobles de todo lo que el hombre va creando legí- momento de descanso para restaurar las fuerzas
timamente en su corazón, en su mundo, en su y seguir con más ánimo; pero al mismo tiempo
historia. el Dios que cuando el hombre cae exhausto,
cuando se ha dormido, cuando se ha perdido en
Si es grave enmascarar al Dios verdadero el bosque en busca de la fruta prohibida, no le
bajo la careta de los ídolos para que el hombre despierte con una coz, ni le busque con las sire-
tranquilice su conciencia y siga adorándolos en nas de la inquisición.
paz, si es grave rociar de agua bendita los tem-
plos paganos que el hombre se construye, no lo El Dios que diga: ¡ánimo!, ¡corre!, ¡sube! y
sería menos el presentar al Dios cristiano como no el Dios que te lleve a empujones, que te suba
un simple y vulgar destructor de ídolos, como el maniatado a su carro de oro.
Dios siempre "no", el hombre que sólo sirviera El Dios que se haga desear aunque sea un
para descubrir al hombre esa mitad de demonio, Dios difícil e incómodo muchas veces, pero no
de idólatra, de muerte que lleva en sus venas. el Dios que te coaccione a aceptarle.
El Dios desconocido deberá ser el Dios que Un Dios fácil como los ídolos sería un dios
una vez destruidos los ídolos —cosa que, cierto, pagano como ellos.

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Un Dios t a n difícil, tan inhumano que resul- bre toda ilusión de búsqueda, de conquista de la
tase insoportable incluso a los más generosos, naturaleza porque sólo él tiene la facultad de
sería un Dios apto para demonios o para mons- intervenir en la naturaleza y en la historia. El
truos y no p a r a hombres creados para la dicha. Dios que ya creó en épocas no lejanas de la his-
toria un pueblo perezoso y de brazos caídos fren-
Pienso que hoy la humanidad, especialmente te a las realidades más dolorosas del mundo.
en occidente, se halla en esta encrucijada dia-
léctica, frente a dos tentaciones religiosas igual- Toda presentación que desee ser sincera y
mente peligrosas: la tentación de buscar un Dios realista del mensaje cristiano, del Dios desco-
hecho por sus propias manos en armonía con su nocido que san Pablo predicaba a los atenienses
sed de absolutizar y eternizar sus dulces con- deberá hoy, más que nunca, tener muy en cuenta
quistas y la tentación de utilizar al Dios cristia- estos dos escollos religiosos en que ha caído ya la
no como una simple medicina, como una vacuna, humanidad a lo largo de estos veinte siglos.
como una vulgar purga contra esta tentación. Ignorar estas dos realidades dolorosas supon-
Existe el peligro de oponer al paganismo sen- dría volver a repetir los errores que tan dura-
sualista del mundo moderno un Dios angelista y mente han azotado a las viejas cristiandades y de
maniqueo como verdadero Dios de los cristianos?- los que el ateísmo contemporáneo es un fruto no
pequeño.
A. la borrachera d e autosuficiencia del m u n d o
moderno que se siente cada vez más señor de la El verdadero Dios, ese que llamamos el Dios
materia, el Dios envidioso del hombre que ame- desconocido, deberá ser forzosamente el Dios que
naza con destruir su trabajo y con detener su permita al hombre ser fiel al primer mandamien-
mano para que no siga hurgando en el misterio to gozoso que le dio en el paraíso: "poseed la
de la materia. tierra", es decir, sed los artistas del mundo, es
decir, arrancad a las entrañas de la creación los
A la expansión del ateísmo materialista que misterios y la grandeza que encierran; transfor-
ya no encuentra a Dios ni en el cosmos ni en el maos vosotros mismos mientras transformáis la
átomo ni en los truenos, ni en los terremotos ni materia, es decir, sed los cultivadores inteligen-
en el cáncer que está seguro de vencer, el Dios tes de la vida, los defensores de esa verdad que
mago, relojero, propietario único de las cosas sin lleva en su entraña cada ser creado.
posibilidades para el hombre de transformarlas
y desarrollarlas; el Dios que caprichosamente Deberá ser el Dios que deje al hombre la to-
manda la lluvia y el sol y el cáncer y el número tal libertad para poseer la tierra con todas sus
premiado de la lotería. El Dios que quita al hom- consecuencias y con todas sus exigencias de jus-

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ticia universal y fraternidad mundial y que al pan, la pocilga al prado de margaritas y al agua
mismo tiempo siga siendo el Señor, el absoluto, de manantial. Pero para éstos no servirá ningún
el insustituible, la razón de existencia del mismo Dios. Estos será incapaces incluso de levantar
hombre, su capacidad de esperanza, su respuesta altares a los ídolos; les falta la capacidad de ado-
continua y actual, su fortaleza y su camino, su rar: no son hombres.
sed, su última palabra.
Yo me reñero a los hombres-hombres; a los
El Dios capaz de enamorar de tal modo al que saben amar; a los que se resisten a morir
hombre que le ahorre la tentación de la idolatría. para siempre; a los que no se avergüenzan de
llorar; a cuantos son capaces de gozar con la di-
El Dios tan rico en perdón que le ahorre la cha de los demás; a cuantos son capaces, al me-
sutil tentación de eliminar el sentido del pecado. nos con el deseo, de sentir el gusto de poder ser
semejantes al Dios vivo.
El Dios tan respetuoso con la libertad perso-
nal de la conciencia de cada hombre que le aho- Y es éste el Dios que nos revela el evangelio
rre al hombre la tentación de construirse sU si sabemos leerlo con los ojos de los sencillos, de
camino al margen de la fe. los débiles, de los no-soñsticados, de los no-con-
taminados por esquemas demasiado burgueses
El hombre cristiano debería sentir tan aguda o maniqueos.
la realidad de la libertad que Dios le ha conce-
dido que sintiese él mismo el deseo y la necesi- El Dios que vibra quizás de un modo especial
dad de acercarse como un niño a Dios para de- en esas páginas del evangelio a las que nosotros
cirle: "Señor, que yo no me estrelle con esta hasta ahora hemos tenido miedo y hemos procu-
fabulosa libertad que me has regalado". rado escamotear en la predicación; en esas fra-
ses que hasta ahora hemos llamado "oscuras"
El Dios amigo de las cosas; el Dios que no quizás porque su demasiada luz hería nuestros
destruirá nada de lo que el hombre ama. El Dios ojos difíciles a aceptar el Dios "que nos sorpren-
que prometa eternizar todo lo que el hombre de siempre" porque no cabe en nuestras manos
sano siente como bueno y legítimo para que no frágiles y estrechas.
caiga en la tentación de levantar estatuas a feti-
ches creados que le resulten más sabrosos y más
interesantes y más dignos que él.

Siempre quedará, cierto, el degenerado o el


demonio que preferirá el plato de lentejas a la
primogenitura, las bellotas de los cerdos al buen

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MI DIOS ES TODO Un hombre no es Dios.
Si lo hago Dios hago un ídolo y ya no es ni hom-
bre,
es un monstruo.
Pero Dios es hombre porque no hay nada en el
hombre: carne y sangre, inteligencia, amor,
vida en todas sus formas, presencia del Espí-
ritu, que no exista en Dios.
Por eso yo puedo besar todas las cosas creadas,
no porque ellas son mi Dios sino porque mi
Dios, el increado y el creador, es todas las
Mi Dios es todo: cosas.
es espíritu y es materia, No sólo mi Dios está en las cosas sosteniéndoles
es flor y es viento, el ser, manteniéndoles la vida, sino que mi
es pensamiento e intuición, Dios es todas las cosas.
es el ser y es el crear,
es alegría y es llanto. Por eso todas las cosas creadas gritan a mi Dios,
porque no hay nada que él no sea.
Mi Dios es todo lo que veo, lo que toco, lo que Es difícil m i "Dios todo" para quienes desearían
oigo que todo fuera Dios para justificar sus ídolos.
y es todo lo que ignoro.
Y es difícil, más difícil todavía, mi "Dios todo"
Lo visible y lo invisible. para quienes lo creado es sólo el anti-Dios, el
maligno, el no-ser, la antítesis del Espíritu.
Mi Dios es todo.
Pero mi Dios es todo, es espíritu y es materia,
Por eso todo es bueno. porque es Dios-hombre y porque no puede
Pero todo no es Dios. existir nada que no le pertenezca.
Pero mi Dios es "todo" de un modo diverso a
Una rosa no es Dios.
como lo es el hombre.
Si la hago Dios hago un ídolo y ya no es ni rosa. Porque el hombre sólo transforma lo que Dios
Pero Dios es rosa, porque no hay nada en la rosa: ha creado.
materia, belleza, perfume, vida, color, que no El hombre que construye una nave espacial no
exista en Dios. puede decir que él es nave espacial.

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El está de algún modo en su obra pero no es su ¿DONDE ESTA TU DIOS?
obra.
Por eso cuando yo beso la obra del hombre no
beso al hombre sino que sigo besando a mi
Dios.
Es sólo mi Dios el Señor, el creador de la vida y
de las cosas, el presente sustancialmente en
todo.
Sólo mi Dios tiene el privilegio de ser las cosas
mientras las cosas no podrán nunca preten-
der ser él.
Por eso yo abrazo y gozo a mi "Dios todo" en to-
das las cosas aunque sé que ninguna de ellas
T E escribo a ti que tantas veces me has dicho
que no crees. A ti que me preguntas entre
nostálgico y escéptico: ¿dónde has visto a tu
es mi Dios. Dios? ¿dónde has sentido su aliento? ¿dónde
Porque uno solo es mi Dios, mi "Dios todo". oíste crujir sus pisadas? A ti que me pediste u n
Dios es el ser de todas las cosas. día al borde de la locura: ¡dame un trozo de tu
esperanza!
Y ese ser está hecho de vibraciones de amor.
Porque Dios es amor. A ti que me confesaste en un momento de
Por eso cuando yo amo en la creación el amor grandiosa debilidad: "Mi ateísmo está vacío".
que mueve por dentro a las cosas, el amor que
A ti, madre, que ante tu único hijo atrope-
hace las cosas, el amor que son las cosas, amo
llado por un tranvía me escupiste a la cara lo
necesariamente a mi Dios porque no se puede
absurdo de mi fe.
amar nada que entrañe amor sin amar a mi
Dios, mi Dios que es el amor mismo escondido A ti, esposo, que con tu mujer muerta en los
y vivo en todo. brazos después de su primer parto me gritaste
a la puerta del quirófano: ¡Dios ha muerto en
mi vida!
A todos cuantos, apellidándoos ateos, me ha-
béis preguntado alguna vez "con fe": ¿dónde
está tu Dios?, os mando esta carta escrita desde
mi balcón abierto a la luz; una luz que sé no es

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mía o que sólo puedo sentirla mía en la medida paraíso de cartón. Es el sol que hubieses deseado
en que os la entrego. ver brillar cuando la tiniebla estalló en tus ojos.
¿Dónde está mi Dios? Dios está pegado a cuanto desearías eternizar.
No os contestaré con el catecismo que en el
cielo, porque esa palabra es hueca para vosotros. Dios empieza a latir donde t ú soñarías llegar.
Ni en el templo porque vuestra fe en la Iglesia Dios termina allí donde tú nunca hubieses
está marchita. Ni en la tierra sin más porque querido pisar.
vosotros vivís pegados a ella y seguís sintiéndola
fría. Quisiera deciros que está allí donde también Está en aquellos ojos llenos de luz que al mi-
vosotros le habéis tocado, como yo, pero quizás rarles, amándolos, te hicieron más niño, más ino-
sin percibir el roce de su presencia; donde habéis cente, más libre; más poeta y más concreto; más
oído su voz sin escucharla; donde habéis vibrado pasivo y más vivo; más tierno y más entero; me-
ante su beso, sin descubrirle. nos "tú" y más "prójimo".
Si me equivoco, contradecidme. Está en esa sed de limpieza que se despierta
en tu boca reseca y pastosa después de toda in-
Si acierto, querrá decir que, juntos, vamos ya fección del espíritu o de la carne.
de camino...
Está a la puerta de cada desengaño; son esas
manos invisibles, en las que no crees, pero que
desearías estrechar preñadas de fidelidad, calien-
*
tes de comprensión, electrizadas de un afecto que
resista al tiempo. Es ese corazón que desearías
existiera y que se dibuja en tu imaginación y en
Dios está en tu vida vacía. Es todo eso que tu deseo después de cada decepción. Esa fidelidad
desearías meter en ella para llenarla. que fuese al menos como la de tu perro, el único
ser que sigue acurrucándose a tus pies. La que
Dios está donde termina tu bocado de fe-
tú soñabas fresca y madura como un racimo de
licidad ficticia. Es lo contrario a cuanto sueles
uvas sin arrancar aún de la cepa y ahora se te
masticar después de haber estrujado tu diosa
desgrana agusanado entre tus manos encrespadas
de espuma entre las manos. Es lo contrario a
esa náusea, a esa decepción, a esa amargura, a esa de odio.
vergüenza de ti mismo, a esa nada que te roe Está Dios en el latido virgen de cada nuevo
las entrañas después de haber digerido mal tu ser.

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Está en la hierba que crece. briéndome con trozos de periódicos soñando que
amaneciera para sentarme al sol y dejar de tiri-
Está en el agua que corre. tar".
Está en la vida, porque la vida no muere. Dios estaba vibrando en cada molécula de
aquella joven pastora que, en el corazón del in-
Está en ese manojo de vibraciones que corre
vierno, en medio de sus bosques, saltaba de ale-
por todo el ser de la mujer que acaba de ser ma-
gría besando dos violetas blancas mientras de-
dre. En esa corriente de amor nuevo que va des-
cía: "Si Dios no existiera yo lo crearía en este
de su hijo hasta el hombre que lo hizo posible. momento: lo necesito para gritarle mi gozo he-
Está en la dicha de esos dos amores que ahora cho de violetas blancas nacidas, para mí, entre
siente juntos, inseparables, inefables: de madre la nieve".
y de esposa.
Dios estaba presente en el corazón y en el
Dios está también en esa corriente misteriosa
primer amor de aquella niña del poema ruso,
que sacude hasta lo más profundo al padre que
limpia como un arroyo de plata, que mirando
espera en el pasillo de la clínica saber si ha na-
extasiada a Alexander lloraba de dicha mientras
cido ya su hijo. Ese algo que le desborda y le
decía con un hilo de voz encantada: "Me miro en
obliga a pasear nervioso, a fumar desesperado,
la luz de tus ojos y me pareces nacido del sol".
a sorber u n café detrás de otro, a masticar, dis-
traído, una oración. Está en la esperanza, sentida o añorada, de
Está en eso, que no tiene adjetivo adecuado, y eternidad, que te embarga cada vez que besas
que percibe cada hombre ante la primera sonrisa por última vez la frente helada del ser que nun-
de su hijo. ca pudiste imaginarte muerto.

Dios estaba en aquella sensación profunda Está en todo lo que posees con gozo y en cuan-
e indescriptible que sintieron millares de perso- to sueñas alcanzar.
nas, durante un programa de radio, escuchando Está en eso que sientes en tu carne cuando
a una joven obrera que decía ante los micrófo- imaginas una dicha tan grande que te crees inca-
nos: "Me he levantado de la cama, me he esca- paz de soportar.
pado de casa y vengo a traer mi jornal de una
semana para que compren una manta para al- Está en ese instante en que oyes sonar el tim-
guien más pobre que yo. Sé muy bien lo que es bre de la puerta mientras esperas a la persona
el frío porque durante años enteros dormí cu- con quien estabas soñando.

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Está en el gozo del bien que hiciste sin que se
Está en eso que siente cada molécula de tu enterase nadie.
ser cuando, abrasado de sed, tienes ya el cuenco
de agua helada entre las manos. Está en la paz del lago sereno de tus lágrimas
al reconciliarte con tu conciencia y que te en-
Dios está allí, en el rincón más secreto de tu vuelve en la sensación de un nuevo despertar a
vida, donde no llega nadie, donde una voz que la vida.
no sabes de dónde viene ni a dónde va te dice lo
que no querrías escuchar, te recuerda lo que hu- Está en toda belleza.
bieses deseado olvidar, te profetiza lo que nunca Está en todo gesto de amor.
desearías saber. En esa voz que no oyes pero que
te grita, que no es tuya pero que nace dentro de Está en cada mano que se abre al bien.
ti y que no consigue amordazar ni el sueño, ni el Está allí donde respira un ser humano: blan-
ruido, ni la bebida, ni la carne. Está en esa res- co o negro, inocente o malvado, sano o enfermo,
puesta que aún no te has atrevido a pronunciar libre o encarcelado.
y que adviertes, dolorosa pero eñcaz, como una
operación quirúrgica. Está en la tarde de la vida; en el ocaso sereno
del anciano; en todos sus recuerdos dulces; en
Está en ese abismo profundo de tu increduli- su encuentro con la medida justa de las cosas;
dad. Es eso que sientes haber perdido, que temes en esa cálida esperanza de un algo que se resiste
no volver a encontrar y que querrías poseer aun- a morir. En la alegría de sus nietos que cantan
que te avergüence confesarlo a los demás. y juegan para él; en la bolsa de caramelos de su
hijo ya ingeniero; en el recorte de periódico que
No está tanto en la noche del domingo, cuanto habla de su hija que ha triunfado en la vida.
en la tarde del sábado. Está en la paz que calienta como una manta
en invierno al que se conforma con lo que posee
Está no en lo que ya has devorado sino más
y al que no le desencaja lo que justamente desea.
bien en lo que aún no has probado.
Está detrás de cada pobre que grita justicia.
Está en esa brisa que te refresca y te abraza Está en ese paraíso que sólo puede recorrer con
como una caricia de campo, en la mañana de la su imaginación y su deseo, donde las injusticias
vida, cada vez que te haces amor para otro. del poderoso han muerto; donde no existen ya
tiranías de soberbios; donde la igualdad funda-
Está en esa felicidad que te corre por las ve-
mental y legítima no es una palabra ni un pro-
nas cuando ves estallar en el prójimo una dicha grama político sino una fruta madura entre los
que tú has engendrado.
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16. EL DIOS
dientes. Donde la libertad se entrega sólo volun-
tariamente cuando llegamos a amar a alguien Está en ese descanso, más dulce que el mismo
más que a nosotros mismos. amor, de tu sueño no turbado por una conciencia
sucia.
Está en el trabajo que realizas con vocación,
sin que te embrutezca, ni te devore. En el trabajo Está en todo eso que no le llamas Dios pero
que te sensibiliza para la vida, que te fortalece que sientes tentado de adorar, de besar, de fun-
para el amor, que te prepara para comprender dirte en sus entrañas.
y gustar la dicha de empujar la rueda de la crea- Está en el niño que juega en la calle con el
ción. barro y a todos tutea porque a nadie teme.
Está en la compañera que te ayuda a aliviar Está en el hombre que, de regreso de la vida,
esa soledad que indefectiblemente debe masticar de la hipocresía, de la mentira, del vicio, siente
todo ser creado. la necesidad de jugar otra vez, como los niños, al
aro y a la pelota y de hacer bailar la peonza y
Está detrás de la barrera del perdón.
de revolcarse en la hierba y hasta de tirar pie-
Está en la pasión de toda ambición, de todo dras a los tejados.
estímulo, de toda búsqueda que no asesine al Está en el gusto de la inocencia nunca per-
prójimo. dida.
Está en las cosas más insignificantes que pue- Está en la paz fuerte y segura de una virgini-
dan darte serenidad, que te ayuden a realizarte, dad recuperada.
a ser más hombre, a saborear todo lo bueno que Dios está detrás de todo dolor, de todo marti-
te brinda la creación: un cigarro o una flor; una rio, de toda agonía, de toda atrocidad, de toda
poesía o un concierto; u n viaje o una siesta; un guerra, de toda injusticia, de toda miseria, en
minuto de soledad o una hora de fiesta; un ves- ese deseo secreto, agudo, misterioso, purificador
tido o un perfume; un amigo o una taza de café; de que sea verdad la resurrección.
un beso o una oración.
Dios está en esa fuerza misteriosa que nos
Está en todo lo bueno que deseas para los que mantiene vivos, que nos impide enloquecer, que
amas. nos evita el suicidio después de ciertas pruebas
criminales de la vida, de ciertas amarguras más
Está en ese trabajo que agota tu cuerpo pero crueles y trágicas que la muerte.
que alientan tus hijos que esperan pan, cultura
y un futuro menos perro que tu presente. Dios está flotando siempre en el mar agitado
de nuestra vida, nunca completamente realizada,
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nunca plenamente satisfecha, nunca inmaculada,
como un lejano pero seguro salvavidas.
MI DIOS ES POETA
Dios está en lo que tu apellidas "destino" y
yo "providencia" y que se levanta cada mañana
más temprano que nosotros.
Dios está en el corazón de toda esperanza ver-
dadera; y la esperanza puede esconderse a veces,
como las estrellas, pero nunca apagarse porque
es el reflejo del sol y el sol no muere porque es
la luz de Dios. Y Dios no cierra sus ojos a nadie.
Si lo hiciera no sería el amor. Mi Dios es poeta.
Por eso Dios está sobre todo ahí, donde ca- Porque el poeta es el que mejor sabe expresar
lienta el amor. en palabras los sentimientos más profundos
y escondidos del mundo.
Y mi Dios se hizo palabra.
Una palabra tan clara, tan sugestiva, tan nueva,
que es la poesía.
Una palabra que el mundo esperaba desde siem-
pre.
Una palabra que lo dice todo.
Una palabra que es inédita.
Una palabra que asombra.
Mi Dios es una poesía nueva porque crea lo que
canta.
Los demás poetas cantan lo que sueñan, lo que
aman, lo que quizá nunca será.
La poesía de mi Dios es un milagro:
"¡Niña, levántate!": es un verso de amanecer,
pero un verso creador porque la niña m u e r t a
volvió a la vida.
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"¡Este es mi cuerpo!": es un verso de atarde- los peces que él acerca a las brasas junto al
cer, pero desde entonces Dios es del mundo lago, la austeridad ascética del Bautista y la
y se le puede comer. sencilla libertad de espíritu de sus discípulos
"¡Tus pecados te son perdonados!": es un ver- que no ayunaban.
so en el corazón de la noche, pero desde en-
Y mi Dios sigue siendo poesía eterna, porque si-
tonces la nieve es ya de todas las estaciones.
gue siendo la palabra sonora o silenciosa.
"¡Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso!":
es un verso fuera del tiempo y desde entonces Sigue siendo en el corazón de los hombres el
lo infinito y lo eterno corren gozosos por nues- gran juglar de la historia.
tra sangre alimentando nuestra esperanza.
Mi Dios sigue siendo poeta porque en mi Dios
Mi Dios es poeta porque sabe decir las cosas más no hay más que belleza, sensibilidad, ternu-
difíciles y más asombrosas con la sencilla na- ra, inteligencia, profecía, pasión por todo lo
turalidad del niño. que es.
Mi Dios es poeta porque sabe llenar de luz lo más Todo poeta verdadero es en algún modo un revo-
sombrío, porque sabe dar calor a lo más frío, lucionario porque escarba, con arte, en el fon-
porque sabe dibujar la esperanza hasta en el do de las cosas y las aguas se alborotan y gri-
muro sucio de la vergüenza. tan su suciedad escondida.
Mi Dios es poeta porque hace vibrar cuanto toca;
Por eso mi Dios es el verdadero revolucionario
porque sabe hacer el milagro de que en él
de la historia.
todo merezca u n verso: hasta la miseria.
Mi Dios poeta recogió, en sus ojos, a su paso por Por eso su poesía es siempre actual y viva.
la tierra, toda la poesía escondida en las cosas Por eso sus versos, su palabra son siempre una
y en los hombres. sacudida, un empujón, una alarma.
Por eso su mirada está cuajada de poesía. Es difícil mi Dios poeta, mi Dios sensible, mi
Por eso no existe un verso que él no haya ya es- Dios revolucionario para quienes piensan a
crito, recitado, sentido. Dios con la matemática, para quienes no con-
ciben a Dios enamorado de las cosas tangi-
Para mi Dios todo era poesía: la gallina, una mo- bles, para quienes prefieren un Dios mudo,
neda, las espigas, un pozo de agua, un niño impenetrable, impasible.
sucio, una mujer que ama, un hombre que
teme y duda, una esposa que se abre a la vida, Pero mi Dios será poeta siempre.

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Poeta del infinito y poeta de la tierra, de mi tie- EL DIOS EN QUIEN NO CREO
rra, de mi pobre tierra, de mi dulce tierra.
Mi Dios es sensible a toda vibración de poesía
viva, de carne y sangre, humana.
Mi Dios es la poesía hecha persona.
Mi Dios es la inspiración de todo ser creado que
deja que su frágil caña se llene cada instante
de esa palabra misteriosa que le mantiene en
el ser y le recuerda que la vida no es absurda.

D URANTE una entrevista en Roma con el fa-


llecido cardenal Máximos rv, el anciano
patriarca oriental me dijo una frase que conmo-
vió a no pocos lectores: "Muchos ateos, en lo que
no creen es en un Dios en el que yo tampoco
creo".

Fue entonces cuando muchos de mis lectores


me pidieron que escribiera un artículo descri-
biendo a este Dios en el que yo tampoco creía.

No pretendí hacer una tesis doctoral sino más


bien entablar un diálogo personal, vital y serio
sobre todo con aquellos que aún pueden encon-
t r a r a Dios en el camino de su vida.

Era entonces consciente de que cuando un


hombre habla del Dios que vive en su ser, las
palabras se le quedan siempre estrechas porque
Dios es la vida y la vida no cabe en fórmulas.
Toda palabra dice siempre más y menos de lo
que contiene.

248 249
Sabía, y eso me consolaba de antemano, que Es verdad que también me han hecho pensar
me entenderían los sencillos, los limpios, los hon- quienes se han escandalizado de mis cuartillas
rados, los inocentes y los que no se avergüenzan hasta el punto de haber temido por mi fe. Pero
de llorar sus pecados; y sabía que más de uno mi conciencia es testigo de que mi artículo desea
habría descubierto con gozo que era menos ateo ser sólo y exclusivamente un modo "nuevo" de
de lo que él se temía. gritar mi fe en ese Dios inefable que tantas ve-
ces me han pedido, hasta como una limosna, mu-
El artículo que pasó la prueba del fuego y chos que se apellidan ateos.
que me creó no pocas espinas fue al mismo tiem-
po una de mis mayores satisfacciones apostólicas. Por eso he querido terminar mi libro con este
escrito que es mi palabra de fe sencilla y honra-
Recordaré siempre entre los miles de cartas da, imperfecta pero sincera para mis amigos no-
recibidas a través del diario "Pueblo" de Madrid creyentes.
donde apareció por vez primera, la de aquel ma- *
trimonio que me decía: "Le mandamos el re-
corte de su artículo para que nos lo firme. Nos- Sí, yo nunca creeré en:
otros somos ateos pero tenemos cuatro hijos el Dios que "sorprenda" al hombre en un pecado
pequeños y queremos que si un día creyeran en de debilidad,
Dios, sea en este Dios que usted llama "el otro
el Dios que condene la materia,
Dios".
el Dios incapaz de dar una respuesta a los pro-
Ni olvidaré tampoco la carta autógrafa de un blemas graves de un hombre sincero y hon-
arzobispo italiano, hoy muy cercano a Pablo vi, rado que dice llorando: "¡No puedo!",
quien me escribía en plena polémica: "Su artícu- el Dios que ame el dolor,
lo es una de las mejores páginas que se han es- el Dios que ponga luz roja a las alegrías huma-
crito después del concilio; antes hubiera sido im-
nas,
posible. Será como una bola de nieve capaz de
destruir muchos viejos prejuicios anticlericales. el Dios que esterilice la razón del hombre,
Mi más cordial enhorabuena, padre Arias". el Dios que bendiga a los nuevos Caínes de la
humanidad,
Ni olvidaré tampoco la carta del joven uni- el Dios mago y hechicero,
versitario que me escribía: "Llevo varios mesí;s
meditando su artículo y finalmente me he deci- el Dios que se hace temer,
dido a hacerme sacerdote. Deseo darle las gra- el Dios que no se deja tutear,
cias". el Dios abuelo del que se puede abusar,

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el Dios que se haga monopolio de una Iglesia, de el Dios que exija al hombre, para creer, renun-
una raza, de una cultura, de una casta. ciar a ser hombre,
el Dios que no acepte una silla en nuestras fiestas
El Dios que no necesita del hombre, humanas,
el Dios quiniela con quien se acierta sólo por el Dios que sólo pueden comprender los madu-
suerte, ros, los sabios, los situados,
el Dios arbitro que juzga sólo con el reglamento el Dios a quien no temen los ricos a cuya puerta
en la mano. yace el hambre y la miseria.

El Dios solitario, El Dios capaz de ser aceptado y comprendido por


el Dios incapaz de sonreír ante muchas trastadas los que no aman,
de los hombres, el Dios que adoran los que van a misa y siguen
el Dios que "juega" a condenar. robando y calumniando,
el Dios aséptico, elaborado en gabinete por tan-
El Dios que "manda" al infierno, tos teólogos y canonistas,
el Dios que no sabe esperar, el Dios que no supiese descubrir algo de su bon-
el Dios que exija siempre un diez en los exá- dad, de su esencia, allí donde vibre un amor
menes, por equivocado que sea,
el Dios capaz de ser explicado por una filosofía, el Dios a quien agrade la beneficencia de quien
el Dios que adoren los que son capaces de con- no practica la justicia,
denar a un hombre, el Dios para quien fuese el mismo pecado com-
el Dios incapaz de amar lo que muchos despre- placerse con la vista de unas piernas bonitas
cian, y calumniar y robar al prójimo y abusar del
poder para medrar o vengarse,
el Dios incapaz de perdonar lo que muchos hom-
bres condenan, el Dios que condene la sexualidad,
el Dios incapaz de redimir la miseria, el Dios del "ya me las pagarás",
el Dios incapaz de comprender que los niños de- el Dios que se arrepintiera alguna vez de haber
ben mancharse y son olvidadizos, dado la libertad al hombre,
el Dios que impida al hombre crecer, conquistar, el Dios que prefiera la injusticia al desorden,
transformarse, superarse hasta hacerse casi el Dios que se conforma con que el hombre se
un Dios, ponga de rodillas aunque no trabaje,

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el Dios mudo e insensible en la historia ante los el Dios de los curas que tienen respuestas prefa-
problemas angustiosos de la humanidad que bricadas para todo.
sufre,
el Dios a quien interesan las almas y no los hom-
El Dios que negase al hombre la libertad de pe-
bres,
car,
el Dios morfina para la reforma de la tierra y
sólo esperanza para la vida futura, el Dios que no siga ironizando sobre los nuevos
fariseos de la historia,
el Dios que cree discípulos desertores de las ta-
reas del mundo e indiferentes a la historia de el Dios a quien le falte perdón para algún pe-
sus hermanos, cado,
el Dios de los que creen que aman a Dios porque el Dios que prefiera a los ricos y poderosos,
no aman a nadie, el Dios que "cause" el cáncer o "haga" estéril a
el Dios que defienden los que nunca se manchan la mujer,
las manos, los que nunca se asoman a la ven- el Dios a quien sólo se le puede rezar de rodillas,
tana, los que nunca se echan al agua, a quien sólo se le puede encontrar en la Igle-
el Dios que les gusta a aquellos que dicen siem- sia,
pre: "Todo va bien". el Dios que aceptase y diese por bueno todo lo
que los curas decimos de él,
El Dios de los que pretenden que el cura rocíe
con agua bendita los sepulcros blanqueados el Dios que no salvase a quienes no le han co-
de sus juegos sucios, nocido pero le han deseado y buscado,
el Dios que predican los curas que creen que el el Dios que "lleva" al infierno al niño después de
infierno está abarrotado y el cielo casi vacío, su primer pecado,
el Dios de los curas que pretenden que se puede el Dios que no permitiese al hombre la posibili-
criticar de todo y de todos menos de ellos, dad de poder condenarse,
el Dios de los curas burgueses, el Dios para quien el hombre no fuera la medida
el Dios que dé por buena la guerra, de todo lo creado,
el Dios que ponga la ley por encima de la con- el Dios que no saliera al encuentro de quien le
ciencia, ha abandonado,
el Dios que fundase una Iglesia estática, inmovi- el Dios incapaz de hacer nuevas todas las cosas,
lista, incapaz de purificarse, de perfeccionarse el Dios que no tuviera una palabra distinta, per-
y de evolucionar, sonal, propia para cada individuo,

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el Dios que nunca hubiera llorado por los hom- el Dios incapaz de divinizar al hombre, sentán-
bres, dole a su mesa y dándole parte en su heren-
cia,
el Dios que no fuera la luz,
el Dios que no supiera ofrecer un paraíso don-
el Dios que prefiera la pureza al amor,
de todos nos sintamos hermanos de verdad
el Dios insensible ante una rosa, y donde la luz no venga sólo del sol y de las
el Dios que no pueda descubrirse en los ojoS de estrellas sino sobre todo de los hombres que
u n niño o de una mujer bonita o de una ma- aman,
dre que llora, el Dios que no fuese amor y que no supiera trans-
el Dios que no esté presente donde los hombres formar en amor cuanto toca,
se aman, el Dios que al abrazar al hombre ya aquí en la
el Dios que se case con la política, tierra no supiera comunicarle el gusto y la fe-
el Dios que no se revele alguna vez a quien le licidad de todos los amores humanos juntos,
desee honestamente, el Dios incapaz de enamorar al hombre,
el Dios que destruyese la tierra y las cosas que el Dios que no se hubiera hecho verdadero hom-
el hombre ama en vez de transformarlas, bre con todas sus consecuencias,
el Dios que no tuviera misterios, que no fuera el Dios que no hubiera nacido milagrosamente
del vientre de u n a mujer,
más grande que nosotros,
el Dios que no hubiese regalado a los hombres
el Dios que para hacernos felices nos ofreciera
hasta su misma madre,
una felicidad divorciada de nuestra natura-
el Dios en el que yo no pueda esperar contra
leza humana,
toda esperanza.
el Dios que aniquilara para siempre nuestra car-
ne en vez de resucitarla, Sí, mi Dios es el otro Dios.
el Dios para quien los hombres valieran no por
lo que son sino por lo que tienen o por lo que
representan,
el Dios que aceptara por amigo a quien pasa por
la tierra sin hacer feliz a nadie,
el Dios que no poseyera la generosidad del sol
que besa cuanto toca, las flores y el estiércol,

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