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ECONOMIA MEXICO 2012-

2018
MACROECONOMIA

LIC. ADMINISTRACION EMPRESAS.

Tapia, Axel
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2012

El crecimiento de la economía mundial en 2012 fue menor que el año anterior debido, entre otros
factores, al proceso de desendeudamiento en los principales países avanzados, las dificultades en
la zona del euro y la incertidumbre sobre la magnitud del ajuste fiscal previsto para 2013 en
Estados Unidos. La desaceleración del crecimiento mundial fue generalizada. En particular, el
ritmo de expansión de la economía mundial, que pasó de 4.0 por ciento en 2011 a 3.2 por ciento
en 2012, afectó tanto a las economías avanzadas como a las emergentes, si bien estas últimas
siguieron creciendo a un ritmo mayor que las primeras. La inflación a nivel mundial registró una
tendencia a la baja durante la mayor parte de 2012 ante la desaceleración de la actividad
económica global y menores precios internacionales de la mayoría de los productos primarios. En
este entorno, la política monetaria de las economías avanzadas y en la mayoría de las emergentes
se volvió más acomodaticia durante 2012. Cabe destacar que, en el contexto de tasas de interés
de referencia cercanas a cero, los bancos centrales de algunas de las principales economías
avanzadas también adoptaron medidas no convencionales adicionales, con el objeto de apoyar la
recuperación económica y el empleo. Los mercados financieros internacionales registraron una
elevada volatilidad durante el segundo trimestre de 2012 y la mayor parte del tercero debido,
principalmente, al agravamiento de las dificultades de refinanciamiento de diversos países de la
zona del euro, ante el surgimiento de dudas respecto a la capacidad de algunos países de la región
para alcanzar sus metas de consolidación fiscal. Ello, junto con un detrimento de las perspectivas
de crecimiento de la economía mundial, se reflejó en el deterioro de las condiciones en los
mercados financieros internacionales. Sin embargo, en los últimos meses del año los mercados
financieros tuvieron una mejoría significativa, principalmente como resultado del mayor estímulo
monetario en las principales economías avanzadas, del anuncio de medidas por parte del Banco
Central Europeo para apoyar la liquidez y mejorar el funcionamiento de los mercados de deuda
soberana e interbancario en la zona del euro, y de los avances observados hacia una mayor
integración financiera y bancaria de la región. Cabe resaltar que durante el año que se reporta,
dichas medidas fueron fundamentales para sostener la recuperación de la actividad económica y
evitar una fragmentación de los mercados financieros internacionales. La mayor volatilidad en los
mercados financieros internacionales durante el segundo trimestre del año y la mayor parte del
tercero contribuyó a un aumento en la demanda de activos percibidos como de menor riesgo. No
obstante, la mejoría observada durante los últimos meses del año en dichos mercados se reflejó
en un repunte de los flujos de capital hacia los mercados emergentes. Ello resultó en una
apreciación de las monedas y en alzas de los índices accionarios de la mayoría de las economías
emergentes. La fortaleza de los fundamentos macroeconómicos de la economía mexicana
permitió que durante 2012 la actividad económica del país presentara una tendencia positiva y
registrara un crecimiento anual del PIB de 3.9 por ciento. No obstante, la desaceleración de la
economía mundial y la volatilidad de los mercados financieros internacionales condujeron a un
menor ritmo de crecimiento de la actividad productiva en México durante el segundo semestre del
año, en relación al primero. En particular, este entorno global propició menores tasas de
expansión de las exportaciones y la transmisión de este choque a algunos componentes de la
demanda interna. En este contexto, no se registraron presiones derivadas del comportamiento de
la demanda agregada sobre la inflación ni sobre las cuentas externas del país. Ello fue evidente en
el comportamiento de diversos indicadores relacionados con las condiciones de holgura que
prevalecieron en la economía durante 2012, en particular, con una ausencia de presiones de
demanda en los mercados de los principales insumos para la producción, tales como el laboral y el
de crédito. Al respecto, destaca que el ritmo de crecimiento de la economía registrado durante
2012 E Resumen condujo a que la brecha del producto se haya mantenido cerca de cero. Desde
finales de los años noventa la inflación general anual ha mostrado un proceso de convergencia
hacia la meta establecida por el Banco de México de 3 por ciento. Así, este indicador finalizó 2012
dentro del intervalo de variabilidad de más o menos un punto porcentual alrededor de la meta
señalada. Al cierre de 2012 la inflación general anual se ubicó en 3.57 por ciento, mientras que en
diciembre de 2011 fue 3.82 por ciento. Sin embargo, durante el curso del año 2012 la inflación
general anual se vio afectada por choques de naturaleza transitoria que incidieron especialmente
sobre los precios de los productos agropecuarios y de las mercancías, los cuales comenzaron a
diluirse hacia el último trimestre del año. Estos factores ocasionaron un repunte temporal de la
inflación general que la ubicó durante algunos meses en niveles superiores a 4 por ciento.
Posteriormente, en el último trimestre del año ésta retomó una tendencia convergente al objetivo
permanente de inflación de 3 por ciento una vez que comenzaron a desvanecerse los choques
referidos. La inflación subyacente anual, que es el principal indicador de la tendencia de mediano
plazo de la inflación, se mantuvo a lo largo del año dentro del intervalo de más o menos un punto
porcentual alrededor de la meta de 3 por ciento, lo cual refleja que el proceso general de
formación de precios no se vio contaminado por los mencionados choques de naturaleza
transitoria. En particular, en diciembre de 2012 este indicador se situó en un nivel de 2.90 por
ciento, lo que implicó una baja respecto al nivel de 3.35 por ciento que se observó en el mismo
mes de 2011. La evolución de la inflación subyacente fue influida por el bajo nivel que exhibió la
variación anual del subíndice de precios de los servicios –rubro del componente subyacente que
refleja en mayor grado las condiciones domésticas de la inflación. Esta variable al cierre de 2012
fue 1.15 por ciento, mientras que en diciembre de 2011 fue 2.40 por ciento. El fortalecimiento del
marco de conducción de la política macroeconómica y la mejoría en los fundamentos económicos
del país durante los últimos años, han permitido que la economía mexicana sea más resistente
ante los diferentes choques que la afectan. Desde hace más de una década, una política monetaria
enfocada en preservar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, junto con una
política fiscal prudente, ha permitido avanzar significativamente en el control de la inflación. Lo
anterior quedó de manifiesto durante 2012. Como se mencionó, en el año una serie de
perturbaciones de oferta afectaron a la economía nacional y propiciaron un repunte transitorio de
la inflación. Sin embargo, los cambios en precios relativos asociados con dichas perturbaciones se
dieron de manera ordenada y sin contaminar el proceso de formación de precios y salarios en la
economía. Considerando lo expuesto y dado que las expectativas de inflación de mediano y largo
plazo permanecieron estables, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener el
objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 4.5 por ciento durante 2012.

2013
Durante el segundo trimestre de 2013 la economía mexicana continuó en proceso de expansión,
de acuerdo con los resultados de los principales indicadores macroeconómicos, aunque si bien a
una menor tasa que la observada en la primera mitad de 2012. El entorno externo se deterioró,
dado que se registraron un crecimiento económico global menor que el anticipado y una mayor
volatilidad en los mercados financieros internacionales en la segunda mitad del trimestre. La
producción industrial de los Estados Unidos se desaceleró, la actividad productiva en la zona del
euro permaneció débil y algunas economías emergentes siguieron perdiendo dinamismo. Los
mercados financieros internacionales tuvieron una volatilidad elevada a partir del 22 de mayo,
cuando comentarios de Ben Bernanke ─presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos
(FED) ─ se interpretaron como un indicio de que a finales de este año la FED podría comenzar el
retiro de estímulos monetarios. Posteriormente, comentarios adicionales del Sr. Bernanke,
realizados el 19 de junio, exacerbaron la volatilidad en los mercados financieros internacionales
provocando reasignaciones en portafolios de inversión hacia activos con menor riesgo. A pesar de
dicha volatilidad, las exportaciones no petroleras crecieron en el trimestre a una tasa anual
ligeramente mayor que la del trimestre anterior. Por otro lado, la demanda interna continuó
creciendo. La expansión del consumo y de la inversión estuvo apuntalada por la generación de
empleos formales, el aumento en el otorgamiento de crédito y el gasto del gobierno federal. Se
estima que durante el segundo trimestre de 2013 el valor real del Producto Interno Bruto (PIB)
haya registrado un crecimiento anual de alrededor de 2.5 por ciento.

Durante el primer trimestre de 2013 el PIB se expandió a una tasa anual de 0.8 por ciento en
términos reales. Cifras ajustadas por estacionalidad indican que el PIB tuvo un crecimiento de 2.2
por ciento con respecto al mismo trimestre del año anterior. A su interior:

• La producción de las actividades primarias aumentó a una tasa anual de 2.8 por ciento. Lo
anterior debido a la mayor producción de cultivos como maíz, trigo y cebada en grano, maíz
forrajero, aguacate, avena forrajera y caña de azúcar, entre otros. Al considerar la estacionalidad,
este sector se incrementó a una tasa anual de 2.7 por ciento.

• La producción industrial registró una disminución anual de 1.5 por ciento debido,
principalmente, a la menor producción de edificación; equipo de transporte; construcción de
obras de ingeniería civil u obra pesada; equipo de generación eléctrica y aparatos y accesorios
eléctricos; e industrias metálicas básicas. Cifras ajustadas por estacionalidad indican que la
producción industrial se incrementó a una tasa de 0.5 por ciento con respecto al mismo trimestre
de 2012.

• La oferta de servicios registró un crecimiento anual de 1.9 por ciento, como resultado del
dinamismo observado en las actividades de información en medios masivos; inmobiliarias y de
alquiler; comercio; financieras y de seguros; y apoyo a los negocios y manejo de desechos y
servicios de remediación. Al excluir el efecto estacional, los servicios se expandieron a un ritmo
anual de 4.1 por ciento.

Al 30 de junio de 2013 el número de trabajadores afiliados al IMSS se ubicó en 16 millones 357 mil
421 personas, nivel que representa un crecimiento anual de 550 mil 591 plazas (3.5 por ciento).
Por tipo de contrato, la afiliación permanente se incrementó en 488 mil trabajadores (88.6 por
ciento del total) y la eventual lo hizo en 62 mil 588 personas (11.4 por ciento del total)
Durante el segundo trimestre de 2013 la tasa de desocupación se ubicó en 4.98 por ciento de la
Población Económicamente Activa (PEA), mientras que un año antes fue de 4.83 por ciento. Cifras
ajustadas por estacionalidad indican que la desocupación se situó en 5.1 por ciento, cifra mayor en
0.14 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre del año anterior. Asimismo, durante el
periodo abril-junio de 2013 la tasa de subocupación fue de 8.44 por ciento de la Población
Ocupada, cifra inferior a la de 8.93 por ciento registrada en el mismo periodo de 2012. Por su
parte, durante el segundo trimestre de 2013 la desocupación en las principales áreas urbanas fue
de 5.91 por ciento de la PEA, tasa mayor en 0.03 puntos porcentuales a la observada durante el
mismo trimestre de 2012. Al considerar la estacionalidad, la desocupación urbana se situó en 5.86
por ciento, en tanto que en el mismo trimestre del año previo fue de 5.83 por ciento.

• La inflación subyacente anual disminuyó en 23 puntos base durante el segundo trimestre del
año, al pasar de 3.02 por ciento en marzo a 2.79 por ciento en junio. Lo anterior se debe a la
menor inflación registrada en las mercancías que fue parcialmente compensada por el incremento
registrado en los precios de los servicios. Dentro del componente subyacente se observó lo
siguiente: - La inflación anual de las mercancías se ubicó en 3.14 por ciento en junio, lo que implicó
una reducción de 67 puntos base con respecto a marzo (3.81 por ciento). Se observó un menor
ritmo de crecimiento tanto en el rubro los alimentos, bebidas y tabaco como en el de las
mercancías no alimenticias. - La inflación anual de los servicios fue de 2.49 por ciento en junio,
aumentando en 14 puntos base con respecto a marzo (2.35 por ciento). Se reportaron aumentos
en los precios de los subíndices de la vivienda y de otros servicios, siendo los más significativos los
observados en este último grupo.

• La inflación no subyacente registró una variación anual de 8.39 por ciento en junio de 2013,
equivalente a un incremento de 10 puntos base con respecto a marzo (8.29 por ciento). Ello se
explica por el incremento en los precios de algunos energéticos y tarifas autorizadas por el
Gobierno, el cual fue parcialmente contrarrestado por el menor ritmo de crecimiento en las
cotizaciones de los productos agropecuarios. Dentro del componente no subyacente se observó lo
siguiente:

La inflación anual de los productos agropecuarios disminuyó en 5.3 puntos porcentuales, al pasar
de 14.29 a 8.99 por ciento de marzo a junio de 2013. Esto se atribuyó a mejores condiciones de
oferta en algunas frutas y verduras. - La inflación anual de los energéticos y tarifas autorizadas por
el Gobierno se incrementó en 3.04 puntos porcentuales, al pasar de 5.02 por ciento en marzo a
8.06 por ciento en junio, debido, principalmente, a incrementos en los precios del gas doméstico
natural y del colectivo, respectivamente.

• Los precios internacionales del petróleo continuaron con una alta volatilidad durante el segundo
trimestre de 2013. El precio del WTI promedió 94.1 dólares por barril, equivalente a un
decremento marginal de 0.2 dólares por barril (-0.2 por ciento) con respecto al precio promedio
registrado en el primer trimestre (94.3 dólares por barril).

Los menores precios se atribuyeron, fundamentalmente, a la debilidad de la actividad económica


mundial, al incremento en la producción de petróleo de países no miembros de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a los elevados niveles de inventarios de petróleo crudo en
las economías avanzadas y a la reducción de las estimaciones de demanda de crudo para 2013 de
algunos organismos internacionales. Los conflictos geopolíticos continuaron en el Medio Oriente y
el Norte de África, principalmente en Egipto, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Yemen, provocando
interrupciones parciales en el suministro de crudo e impulsando temporalmente las cotizaciones
del petróleo.

2014

Los resultados de los indicadores macroeconómicos disponibles indican que durante el 2014, la
economía mexicana aceleró su ritmo de crecimiento, no obstante el deterioro del entorno
externo. En los mercados financieros internacionales se incrementó la volatilidad de manera
significativa debido a la caída en los precios del petróleo, a la expectativa de que la Reserva
Federal de los Estados Unidos comience a aumentar su tasa de interés de referencia y por
preocupaciones por el crecimiento económico global, en particular en la zona del euro y países
emergentes. Esto se reflejó en una caída de los principales índices accionarios, así como en un
fortalecimiento del dólar frente a otras divisas. En este contexto, México se ha diferenciado de
otras economías emergentes por el ajuste ordenado de sus indicadores financieros.

La demanda interna siguió fortaleciéndose de forma que el consumo y la inversión registraron una
aceleración respecto a lo observado en el periodo enero-septiembre de 2014. En particular,
destacó la recuperación de la industria de la construcción, cuya producción tuvo un crecimiento
anual de 5.7 por ciento en el bimestre octubrenoviembre. El repunte de la demanda interna
estuvo apuntalado por una mayor generación de empleos formales, la recuperación de la
confianza de los consumidores y el crecimiento del crédito.

Durante el 2014, la generación de empleos formales se aceleró. Al 31 de diciembre de 2014 el


número de trabajadores afiliados al IMSS fue de 17.2 millones de personas, nivel que representa
un crecimiento anual de 715 mil plazas (4.3 por ciento), el segundo mayor aumento desde 1996.
Por tipo de contrato, la afiliación permanente se incrementó en 532 mil trabajadores lo que
representa el 74.5 por ciento de los empleos generados y la eventual lo hizo en 182 mil personas
25.5 por ciento de las plazas generadas.

En 2014 el déficit total se ubicó en 544 mil 991 millones de pesos y sin considerar la inversión de
Pemex fue de 188 mil 302 millones de pesos. Así el déficit público resulta menor a la meta anual
aprobada por el H. Congreso de la Unión en alrededor de 75 mil millones de pesos, en ambos
casos. El Poder Ejecutivo en su compromiso por mantener finanzas públicas sanas y la
transparencia de la información fiscal, reporta que los RFSP, bajo la definición tradicional,
ascendieron a 4.0% del PIB en 2014, por debajo del 4.2% que aprobó el Congreso de la Unión.
Asimismo, en línea con las adecuaciones a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad
Hacendaria antes mencionadas, se publica por primera vez una medida más amplia sobre la
posición fiscal denominada “Requerimientos Financieros del Sector Público Ajustados”. Esta
medida resulta de ajustar los RFSP tradicionales, por el monto de ingresos provenientes de activos
financieros netos que se obtuvieron en el ejercicio. En 2014, de acuerdo con esta nueva medida,
los “RFSP Ajustados” ascienden a 4.7 por ciento del PIB.
Los ingresos presupuestarios del sector público al cuarto trimestre de 2014 se ubicaron en 3
billones 983 mil 412 millones de pesos, monto superior en 0.8 por ciento anual en términos reales
respecto al ejercicio fiscal de 2013. La evolución de los principales rubros de ingreso fue la
siguiente:

 Los ingresos tributarios no petroleros ascendieron a 1 billón 815 mil 514 millones de pesos al
incrementarse 6.1 por ciento en términos reales con respecto a 2013. Una vez que se ajustan por
el efecto del programa “Ponte al Corriente” aplicado en 2013, la recaudación tributaria muestra un
crecimiento real anual de 8.7 por ciento. Destacan los crecimientos anuales en la recaudación del
IEPS y del IVA, de 51.7 y 15.2 por ciento en términos reales, respectivamente. La recaudación del
sistema renta disminuyó 2.5 por ciento real, lo que refleja la eliminación del IETU y el IDE a partir
de 2014, al excluir estos recursos, la captación por el sistema renta aumenta 0.4 por ciento real,
mientras que la recaudación por el ISR crece 7.7 por ciento. Estos resultados favorables se
explican, principalmente, por la entrada en vigor de la reforma hacendaria a partir de enero,
incluyendo las nuevas disposiciones y las medidas de administración tributaria.

 Los ingresos petroleros se ubicaron en 1 billón 213 mil 348 millones de pesos, inferiores en 7.5
por ciento anual en términos reales a los de 2013. Este resultado se explica, principalmente, por
un menor precio de exportación de la mezcla mexicana de petróleo (9.1 por ciento) y la menor
plataforma de producción (3.3 por ciento), ambos con respecto a 2013, lo cual fue contrarrestado
parcialmente por un mayor precio del gas natural (20.5 por ciento en dólares). Con respecto a lo
programado, los ingresos petroleros fueron inferiores en 52 mil 377 millones de pesos debido,
primordialmente, a la menor producción de crudo y de gas natural, así como a mayores
importaciones de petrolíferos.

 Los ingresos propios de las entidades de control presupuestario directo distintas de Pemex se
ubicaron en 654 mil 718 millones de pesos, con un incremento de 2.5 por ciento en términos
reales respecto a 2013. Esto se explica, principalmente, por un mayor valor de las ventas de
energía eléctrica.

 Los ingresos no tributarios del Gobierno Federal sumaron 299 mil 832 millones de pesos, lo que
representa un aumento real de 2.8 por ciento con respecto a 2013 debido a mayores ingresos por
aprovechamientos.

Las acciones para el manejo de la deuda interna se orientaron a promover el buen funcionamiento
de los mercados locales, fortalecer la liquidez de los instrumentos del Gobierno Federal y
desarrollar el mercado local en un ambiente de tasas de interés que registró menor volatilidad que
en 2013.

En materia de deuda externa las acciones realizadas durante el año se encaminaron a mejorar los
términos y condiciones de la deuda externa de mercado y fomentar la liquidez de los bonos de
referencia del Gobierno Federal, buscando ampliar y diversificar la base de inversionistas,
manteniendo presencia en los mercados internacionales de mayor importancia y profundidad. En
este sentido se realizaron cinco colocaciones en los mercados internacionales, con emisiones en
dólares americanos, libras esterlinas, euros y yenes. Asimismo, también destaca la colocación
realizada en el mes de noviembre de un nuevo bono de referencia a 10 años en dólares, con el que
el Gobierno Federal introdujo un nuevo estándar internacional en sus contratos de deuda externa.
2015

En el tercer trimestre de 2015, el PIB creció 2.64 por ciento anual, cifra superior a la observada en
el mismo periodo de 2014 (2.30%); además, fue mayor al 2.19 por ciento previsto por el sector
privado y superior al 2.4% estimado por el INEGI. x En el periodo julio-septiembre de 2015, el
impulso económico fue resultado del desempeño positivo, pero diferenciado, de las actividades
que lo integran: las actividades primarias y secundarias perdieron dinamismo al registrar un
aumento de 4.12 y 1.24 por ciento, respectivamente (7.70 y 2.90%, en ese orden, un año atrás);
las terciarias repuntaron al elevarse 3.29 por ciento (1.72% en el mismo periodo de 2014). x Bajo el
análisis de corto plazo, el desempeño económico continuó avanzando. El PIB ajustado por los
factores de estacionalidad se dinamizó al pasar de una elevación de 0.63 por ciento en el segundo
trimestre de 2015 a un aumento de 0.75 por ciento en el tercer, cifra última superior a la
anticipada por INEGI (0.6%).

Con relación al consumo, los ingresos de las empresas comerciales repuntaron en el bimestre
julio-agosto de 2015: las empresas al mayoreo tuvieron un incremento anual de 6.27 por ciento
(1.25% un año atrás), en las de al menudeo aumentaron 6.09 por ciento (2.77% previamente). Con
cifras ajustadas por estacionalidad, los ingresos registraron resultados positivos pero
diferenciados: los de al mayoreo tuvieron un incremento de 0.24 por ciento en el periodo
julioagosto de 2015 con respecto al bimestre anterior (1.43% en mayo-junio de 2015); y, los de al
menudeo tuvieron un alza de 2.02 por ciento (0.87% bimestre anterior). x Con datos del tercer
trimestre de 2015, el valor de las ventas de los establecimientos afiliados a la Asociación Nacional
de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) con más de un año de operación (sin
incluir nuevas tiendas, siendo comparables contra periodos anteriores) se incrementó a un ritmo
anual de 7.53 por ciento; considerando que la inflación anual promedio fue de 2.61 por ciento en
este periodo, la tasa de crecimiento real anual de las ventas se elevó 4.79 por ciento, lo que
representa una mejora respecto a la contracción de 3.09 por ciento que se tuvo en el mismo
trimestre de 2014.

Otro componente de la demanda agregada es la inversión fija bruta, la cual tuvo un crecimiento
anual de 4.64 por ciento en julio de 2015, cifra superior a la que registró en el mismo mes de 2014
(3.17%). Con cifras actualizadas a agosto, la inversión continuó aumentando al presentar un
incremento anual de 2.91 por ciento (4.16% un año atrás). Así, en el periodo julio-agosto de 2015,
la inversión presentó un avance anual de 3.65 por ciento (dato similar a la de un año atrás);
aunque en términos ajustados por estacionalidad, la inversión disminuyó 0.47 por ciento (1.15%
en el bimestre anterior).

En el tercer trimestre del año, sin considerar los factores estacionales, la producción industrial
aumentó 1.1 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, lo que significó un avance de
0.4 puntos porcentuales con relación al trimestre previo. Este resultado se explica por la caída de
5.7 por ciento que mostró el sector minero como efecto de la contracción de 4.8 por ciento en la
extracción de petróleo y gas, mermando los favorables resultados de la industria de la
construcción y las manufacturas que crecieron 3.5 y 2.7 por ciento, respectivamente. Por su parte,
la generación y suministro de electricidad, gas y agua, recuperó su dinamismo al aumentar 3.7 por
ciento como reflejo del incremento de la demanda de los sectores industriales. En conjunto se
observa una ligera mejora en comparación al trimestre anterior, no obstante, las manufacturas
atraviesan por una desaceleración contagiada por el menor crecimiento de la producción
industrial en Estados Unidos y el descenso de la minería petrolera que a pesar de haberse
estabilizado aún registra variaciones negativas.

Con relación a las exportaciones manufactureras mexicanas, éstas desaceleraron en agosto (-2.9%)
y septiembre (-0.6%), reflejando con ello el menor dinamismo de la demanda externa, en
particular de Estados Unidos, principal socio comercial de México. Ello, junto con las menores
exportaciones petroleras, las cuales cayeron en septiembre 49.6 por ciento a tasa anual, que
contribuyeron a un descenso de las exportaciones totales, las cuales registraron una contracción
de 5.0 por ciento en el tercer trimestre del año respecto al mismo periodo de 2014.

A septiembre de 2015, el número de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) se ubicó en 17 millones 908 mil 989 personas; es decir, 728 mil 896 nuevas plazas,
equivalente a un crecimiento anual de 4.24 por ciento. Con cifras actualizadas, a octubre del
presente año los afiliados totalizaron 18 millones 055 mil 468, generándose 703 mil 241 nuevos
empleos (4.1%). Al tercer trimestre de 2015, los TPEU -excluye a los trabajadores eventuales del
campo- totalizaron 17 millones 761 mil 278 cotizantes, equivalente a un crecimiento anual de 715
mil 899 nuevas plazas (4.20%); de los cuales 636 mil 530 (88.9%) corresponden a trabajadores
permanentes y 79 mil 369 (11.1%) a eventuales urbanos. Con datos recientes a octubre, los TPEU
ascendieron a 17 millones 904 mil trabajadores; esto es, 696 mil 190 puestos de trabajo,
equivalente a un crecimiento anual de 4.05 por ciento.

En septiembre de 2015, la tasa real de crecimiento anual del salario se situó en 1.70 por ciento,
dato mayor al observado un año atrás de 0.39 por ciento; en tanto, tratándose de la tasa de
crecimiento anual nominal del salario base de cotización al IMSS, ésta se situó en promedio al
tercer trimestre de 2015 en 4.28 por ciento, mientras que un año atrás fue de 4.66 por ciento.
Considerando la información reciente del INEGI, se tiene que al tercer trimestre de 2015, la tasa de
desocupación nacional se ubicó en 4.60 por ciento con relación a la Población Económicamente
Activa (PEA), tasa menor respecto al nivel de la observada en el mismo trimestre de 2014 (5.24%).
En tanto la PEA del país se ubicó en 53.2 millones de personas.

El índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV mantuvo un comportamiento a la baja debido,


principalmente, al debilitamiento observado en las expectativas de crecimiento económico de los
países emergentes, tales como China; además, de la baja en los precios de las materias primas. De
este modo, el IPC presentó una caída trimestral de 5.4 por ciento y acumuló una caída de 1.19 por
ciento en lo que va del año (al 30 de septiembre).

Durante el tercer trimestre de 2015, el peso continuó depreciándose frente al dólar, esto debido al
fortalecimiento de la divisa estadounidense relacionado a la expectativa de normalización de la
política monetaria de Estados Unidos, la caída en los precios de las materias primas y la
preocupación por el débil crecimiento económico mundial. Así, de acuerdo con información de
Banxico, en el tercer trimestre de 2015 el tipo de cambio FIX promedió 16.40 pesos por dólar
(ppd). En el mes de octubre, el comportamiento del tipo de cambio continuó mostrando un
comportamiento al alza al cerrar el mes en 16.52 ppd (30 de octubre).
Ante este panorama internacional, el 28 de septiembre, Banxico a través del Anuncio de la
Comisión de Cambios mencionó que, debido a la continua volatilidad observada en los mercados
internacionales y a que el nivel de las reservas internacionales más la Línea de Crédito Flexible
contratada con el Fondo Monetario Internacional son suficientes para soportar el ritmo de
subastas mantendría los siguientes mecanismos: A partir del 1 de octubre y hasta el 30 de
noviembre de 2015 se subastarán diariamente 200 millones de dólares en las subastas sin precio
mínimo. x Se ofrecerán diariamente 200 millones de dólares mediante subastas con precio mínimo
equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil anterior incrementado en 1 por ciento.
Sin embargo, con información actualizada el 19 de noviembre Banxico, a través del Anuncio de la
Comisión de Cambios, realizó las siguientes modificaciones en las medidas tomadas: x A partir del
23 de noviembre de 2015, se suspenden las subastas diarias sin precio mínimo por 200 millones de
dólares (mdd) y se extiende el plazo de vigencia para las subastas diarias con precio mínimo, por lo
que continuarán hasta el 29 de enero de 2016. x Banxico convocará subastas de dólares
suplementarias con precio mínimo, por un monto total adicional de 200 mdd. El precio mínimo de
asignación para estas subastas será equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil
inmediato anterior incrementado en 1.5 por ciento.

En septiembre de 2015, la inflación general anual fue de 2.52 por ciento, cifra inferior en 0.35
puntos porcentuales a la observada en junio (2.87%); así, se registró el incremento de precios más
bajo desde que se inició la medición de dicha variable (1970) y, por sexto mes consecutivo desde
que se estableció la meta de inflación (3.0%) y en los últimos nueve meses se mantuvo dentro del
intervalo de variabilidad (2.0-4.0%) establecido por el Banco de México. La evolución de la
inflación se explicó, fundamentalmente, por las reducciones en los precios de los energéticos, de
las telecomunicaciones y las materias primas. Además, el traspaso de la depreciación de la
moneda nacional a los precios ha estado en línea con lo previsto, reflejándose especialmente en el
costo de los bienes durables y no ha dado lugar a efectos de segundo orden.

2016

después de que la inflación general anual alcanzó un mínimo histórico en el último mes de 2015,
las condiciones inflacionarias de la economía continuaron siendo favorables en el periodo que se
reporta. En efecto, si bien en el primer trimestre de 2016 la inflación general anual exhibió un
ligero incremento derivado de algunos factores que la afectaron al alza transitoriamente y que, en
varios casos, habían sido previstos, esta se mantuvo por debajo de la meta permanente. Así, la
inflación general anual promedio aumentó de 2.27 por ciento en el cuarto trimestre de 2015 a
2.69 por ciento en el primer trimestre de 2016. Por una parte, en enero se presentó un efecto
aritmético ocasionado por las reducciones de los precios de los servicios de telefonía fija ocurridos
en enero de 2015, mismas que no se repitieron en el presente año. Adicionalmente, durante
enero y febrero, los precios de algunas hortalizas registraron incrementos considerables, como
consecuencia de factores climáticos. Por su parte, la inflación subyacente mantuvo una moderada
tendencia al alza derivada de ajustes en el precio relativo de las mercancías respecto de los
servicios. En línea con la postura de política monetaria que se ha adoptado, no se han observado
efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios de la economía. Así, la
combinación de estos factores condujo a que la inflación general anual disminuyera a 2.53 por
ciento en la primera quincena de mayo.

Al interior del componente subyacente de la inflación, cuya variación anual promedio entre el
cuarto trimestre de 2015 y el primer trimestre de 2016 pasó de 2.40 a 2.69 por ciento, y
posteriormente a 2.92 por ciento en la primera quincena de mayo, destaca que: i. En lo que se
refiere al subíndice de precios de las mercancías, su tasa de variación anual continuó reflejando el
ajuste en su precio relativo respecto de los servicios, derivado de la depreciación que presentó el
tipo de cambio real desde finales de 2014. En particular, entre el cuarto trimestre de 2015 y el
primer trimestre de 2016, la variación anual promedio de este subíndice pasó de 2.78 a 3.04 por
ciento. Hacia adentro de este índice, la tasa de variación anual de los precios de las mercancías no
alimenticias se incrementó de 2.98 a 3.17 por ciento en los trimestres mencionados. Por su parte,
la tasa de variación anual promedio del subíndice de precios de las mercancías alimenticias pasó
de 2.55 a 2.88 por ciento entre el cuarto trimestre de 2015 y el primer trimestre de 2016 (Gráfica
5a). ii. Como reflejo del grado de holgura prevaleciente en la economía y del efecto de la reforma
estructural en telecomunicaciones, los precios de los servicios continuaron exhibiendo tasas de
crecimiento relativamente bajas. Así, su tasa de variación anual promedio pasó de 2.09 por ciento
en el cuarto trimestre de 2015 a 2.40 por ciento en el primer trimestre de 2016.

En Estados Unidos, el crecimiento del PIB se desaceleró significativamente durante el primer


trimestre de 2016, al presentarse una expansión de solo 0.5 por ciento a tasa trimestral
anualizada, cifra inferior a la esperada y al aumento de 1.4 por ciento observado en el cuarto
trimestre de 2015. El consumo privado creció de forma más moderada que en el trimestre previo,
a pesar de condiciones crediticias favorables, los elevados niveles de confianza y la fortaleza del
empleo. Por su parte, la inversión en equipo y en estructuras continuó contrayéndose, reflejando
la debilidad en los pedidos y envíos de bienes de capital y la menor actividad de extracción de
petróleo y gas. Además, las exportaciones netas siguieron disminuyendo, como consecuencia de
los efectos rezagados de la apreciación del dólar y del lento crecimiento de la demanda externa
(Gráfica 9a). En el caso particular de la actividad industrial en ese país, esta se contrajo 1.6 por
ciento a tasa trimestral anualizada. Este comportamiento se explica en parte por la reducción de la
minería (-18.3 por ciento), reflejando principalmente la persistente caída de la actividad de
exploración y extracción de petróleo y gas (-65.5 por ciento), por una nueva contracción del sector
de electricidad y gas (-0.7 por ciento), y por el estancamiento de la producción manufacturera,
excluyendo vehículos y autopartes (0.1 por ciento). En abril, la producción industrial creció 0.7 por
ciento a tasa mensual. Esto en buena medida como resultado del repunte en el sector de
electricidad y gas, ante una mayor demanda por calefacción, después de las condiciones
inusualmente cálidas que prevalecieron en meses previos. Cabe aclarar que la reciente revisión
histórica de las cifras reveló que la producción industrial ha presentado una evolución
considerablemente más débil que lo anteriormente calculado, especialmente a partir de 2014, con
lo que se concluye que el volumen de producción, con base en las nuevas cifras, se mantiene por
debajo de su nivel máximo previo a la crisis (Gráfica 9b). Las condiciones del mercado laboral
continuaron mejorando en el periodo que cubre este Informe. Por una parte, la nómina no
agrícola se expandió en un promedio mensual de 203 mil plazas durante el primer trimestre de
2016, si bien su crecimiento se moderó a 160 mil puestos en abril. Por otra parte, la tasa de
participación laboral se incrementó de 62.6 por ciento en diciembre de 2015 a 62.8 por ciento en
abril de 2016, y la razón de empleo a población aumentó de 59.5 a 59.7 por ciento en el mismo
periodo. En este contexto, la tasa de desempleo se mantuvo alrededor del 5.0 por ciento, cifra
cercana a la mediana de las proyecciones de largo plazo de la Reserva Federal (4.8 por ciento; No
obstante, el crecimiento de los salarios aún es moderado, sugiriendo la existencia de cierta
holgura en el mercado laboral.

En el primer trimestre de 2016, la economía mexicana presentó una expansión superior a la


observada el trimestre previo. Esto reflejó principalmente el dinamismo del consumo, toda vez
que la inversión se mantuvo estancada y la demanda externa continuó registrando un
comportamiento desfavorable. En efecto, en los primeros tres meses de 2016 las exportaciones
manufactureras siguieron mostrando una tendencia negativa, en un contexto de desaceleración
del comercio mundial Si bien la disminución ha sido más notoria en el caso de estas últimas, las
primeras registraron una fuerte contracción en marzo, en parte como consecuencia del cierre
temporal de algunas plantas armadoras en México por ajustes en sus líneas de producción. En su
clasificación por destino, las exportaciones manufactureras dirigidas a Estados Unidos, así como
las canalizadas al resto del mundo, presentaron un comportamiento desfavorable. En este sentido,
el impacto positivo que la depreciación del tipo de cambio real pudiera estar teniendo sobre las
exportaciones manufactureras se ha visto contrarrestado por la debilidad de la producción
industrial de Estados Unidos y de la demanda global. En cuanto a las exportaciones petroleras, a
pesar de la ligera recuperación que exhibió en marzo, el precio promedio de la mezcla mexicana
durante el trimestre siguió siendo inferior al observado en el trimestre anterior. Esto, junto con el
hecho de que la plataforma de exportación de crudo ha permanecido en niveles bajos, condujo a
que estas exportaciones continuaran mostrando una tendencia decreciente.

Si bien en el mercado laboral se ha presentado una mejoría en la mayor parte de sus indicadores,
aún prevalecen condiciones de cierta holgura.

En el primer trimestre de 2016, las tasas de desocupación nacional y urbana continuaron


disminuyendo paulatinamente, aunque aún se encuentran por encima de los niveles
observados antes de las crisis
ii. Asimismo, el número de puestos de trabajo afiliados al IMSS siguió aumentando, si bien
se observa cierta desaceleración en su ritmo de crecimiento .
iii. No obstante, a diferencia de lo observado en el trimestre previo, en los primeros tres
meses de 2016 la tasa de participación mostró una disminución, de modo que se ubicó en
niveles cercanos a los de principios de 2015
iv. En cuanto a los indicadores de informalidad, en el primer trimestre del año en curso
tanto la tasa de informalidad laboral, como la de ocupación en el sector informal,
registraron descensos respecto a las tasas promedio alcanzadas en el periodo octubre -
diciembre de 2015.

En el primer trimestre de 2016, las fuentes de recursos financieros de la economía se


incrementaron a un mayor ritmo que en el trimestre previo, al pasar su variación real anual de 7.5
a 8.0 por ciento. Ello reflejó un aumento en las fuentes externas, en parte como reflejo de la
mejoría de las condiciones financieras en los mercados internacionales en la segunda mitad del
primer trimestre, toda vez que las fuentes internas mantuvieron un ritmo de crecimiento similar al
observado al final del trimestre anterior (Gráfica 25). Esto, aunado a un menor uso de recursos por
parte del sector público, permitió que continuara expandiéndose el financiamiento al sector
privado a un ritmo elevado. Este resultado destaca en el contexto del incremento a la tasa de
referencia de política monetaria que tuvo lugar en el trimestre que se reporta. En efecto, si bien
dicho incremento indujo mayores costos de financiamiento de corto plazo, estos se mantuvieron
reducidos, a la vez que los costos de financiamiento de largo plazo no se vieron afectados
significativamente. Así, a pesar de dicha acción de política monetaria, las condiciones de
financiamiento del sector privado continuaron siendo favorables.

La evolución reciente de la inflación general anual ha continuado siendo favorable. En efecto,


entre el primer y el segundo trimestre de 2016, la variación anual promedio del Índice Nacional de
Precios al Consumidor (INPC) disminuyó de 2.69 a 2.56 por ciento. Posteriormente, para la primera
quincena de agosto la variación anual de dicho indicador alcanzó 2.80 por ciento, con lo que este
indicador ha acumulado más de quince meses consecutivos por debajo de la meta permanente de
3 por ciento. Este comportamiento se debe, por una parte, a la conducción de la política
monetaria, la cual ha evitado que el deterioro que ha presentado el entorno externo, afectando el
valor de la moneda nacional, tenga efectos adversos sobre el anclaje de las expectativas de
inflación y, de esa manera, que condujera a revisiones de precios más elevadas y generalizadas. De
igual forma, durante el periodo que se reporta no se observaron presiones sobre los precios
provenientes de la demanda agregada. Adicionalmente, también ha contribuido el bajo nivel de
los precios internacionales de gran parte de las materias primas, producto del débil dinamismo de
su demanda a nivel global, el menor crecimiento que exhibieron en el segundo trimestre los
precios de bienes agropecuarios, así como las reducciones de precios que se presentaron a
principios de año en algunos energéticos, lo que continúa favoreciendo el nivel que muestra la
variación anual del índice de precios no subyacente. En particular, el bajo nivel que ha presentado
la inflación general anual es resultado del buen comportamiento tanto de la inflación subyacente,
como de la no subyacente. Si bien, como se anticipaba, la inflación subyacente anual ha exhibido
una tendencia gradual al alza, esta sigue ubicándose por debajo de 3 por ciento. En efecto, pasó
de una variación anual promedio de 2.69 por ciento en el primer trimestre, a 2.91 por ciento en el
segundo, registrando 2.97 por ciento en la primera quincena de agosto. En este comportamiento
ha influido el efecto de la depreciación cambiaria sobre los precios relativos de las mercancías
respecto a los servicios. Si bien se observó una aceleración del crecimiento anual de los precios de
las mercancías, las tasas de variación de los precios de los servicios han mantenido niveles bajos y
estables. Cabe señalar que, hasta el momento, no se han presentado efectos de segundo orden en
el proceso de formación de precios de la economía. Por su parte, la inflación no subyacente anual
pasó de una variación anual promedio de 2.71 a 1.46 por ciento en los trimestres señalados. Como
ya se mencionó, este resultado se debió, principalmente, a las bajas tasas de crecimiento que se
han registrado en los precios de los productos agropecuarios, en combinación con disminuciones
de precios de algunos energéticos. Por su parte, en la primera quincena de agosto, la variación
anual del componente no subyacente fue de 2.26 por ciento, lo cual refleja el efecto de los
incrementos de los precios de las gasolinas en julio y en agosto

2017
Los Requerimientos Financieros del Sector Público, una cuestión clave para el gobierno mexicano,
alcanzaron 1.1% del producto interno bruto (PIB), incluyendo la trasferencia del banco central, y
2.6% del PIB, excluyendo la misma. Estos niveles fueron inferiores a la meta de 2.9% del PIB para
2017. Además, el gobierno utilizó de manera prudente los recursos del banco central para
recomprar deuda y reducir los préstamos en los mercados locales y externos, así como para
incrementar los depósitos en los fondos de estabilización.

En noviembre de 2017, el Indicador Coincidente se ubicó por debajo de su tendencia de largo


plazo al registrar el valor de 99.7 puntos y una variación negativa de 0.02 puntos respecto al mes
anterior.

En noviembre de 2017, el Indicador Coincidente se ubicó por debajo de su tendencia de largo


plazo al registrar el valor de 99.7 puntos y una variación negativa de 0.02 puntos respecto al mes
anterior.

En el trimestre julio-septiembre de 2017, las entidades federativas que reportaron el crecimiento


más significativo en su actividad económica con cifras desestacionalizadas, con relación a la del
trimestre anterior, fueron: Baja California Sur, Michoacán de Ocampo, Puebla, Quintana Roo,
Colima, Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí y Nuevo León, básicamente. En cuanto a las
variaciones anuales ajustadas por estacionalidad, los estados que mostraron el aumento más
importante en su actividad económica durante el tercer trimestre de 2017 fueron: Baja California
Sur, Puebla, Nuevo León, Guanajuato, San Luis Potosí, Coahuila de Zaragoza, Estado de México,
Jalisco, Yucatán, Michoacán de Ocampo, Aguascalientes y Querétaro, principalmente.

En 2017, la Actividad Industrial disminuyó 0.7% en términos reales con relación a e 2016, producto
de la caída en tres de los cuatro sectores que la integran. La Minería disminuyó 7.7%, la
Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos
al consumidor final cayó 1.6%, las Industrias manufactureras se redujeron 0.1%. Por el contrario, la
Industria de la construcción se elevó 3.6 por ciento.

Con base en cifras desestacionalizadas, el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado
Interior (IMCPMI) creció 0.5% durante noviembre de 2017, con relación al nivel del mes inmediato
anterior.

La Inversión Fija Bruta disminuyó en 4.5% en noviembre de 2017, producto de los resultados por
componentes que fueron los siguientes: los gastos de inversión en Maquinaria y equipo total
cayeron en 1.4% (los de origen importado aumentaron 2.0% y los nacionales se redujeron en
5.9%) y los de Construcción disminuyeron 6.8% derivado de la caída de 6.4% en la no residencial y
del aumento de 7.2% en la residencial.

Las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, consultados por el Banco de
México en su encuesta de enero de 2018, han indicado una expectativa de crecimiento anual del
PIB de 2.19% para 2018 y 2.35% para 2019. Mientras que la expectativa de inflación general es de
4.06% para 2018 y 3.65% para 2019.

En lo que respecta a la exportación por países durante el primer mes del 2018, son los mercados
de Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y Alemania representando el 77.3%, 7.4% y 3.2% de
las exportaciones respectivamente.
Los resultados relativos a las expectativas de inflación general y subyacente anual para el cierre de
2018, para los próximos 12 meses, así como para los cierres de 2019 y 2020. La inflación general
mensual esperada para cada uno de los próximos doce meses y los pronósticos de inflación
subyacente.

El contexto externo estuvo marcado por signos encontrados. La economía de Estados Unidos
recuperó un crecimiento más rápido después de la desaceleración de 2016 que había afectado
especialmente a la producción industrial (véase cuadro 1). El precio de la mezcla mexicana de
petróleo.

se recuperó en casi 30% después de haber caído entre 2014 y 2016 a una tercera parte de su valor
en 2013 (cuadro 1, el precio promedio anual de la mezcla fue 98.5 dólares por barril en 2013). Al
mismo tiempo, la elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos generó,
especialmente en el primer trimestre del año, un ambiente de incertidumbre y pesimismo en
torno, en particular, al futuro del tlcan y las relaciones entre México y Estados Unidos que, como
veremos, afectó el comportamiento de la economía mexicana de varias maneras. Hacia fines de
año, la aprobación por el Congreso estadounidense de una reforma fiscal que, en particular,
reduce el impuesto sobre la renta a las empresas (de 35 a 21%) generó elementos adicionales de
inquietud sobre sus consecuencias en la recaudación impositiva en México. En materia de política
macroeconómica, ante una continua presión en el mercado cambiario a principios de 2017 y una
aceleración inflacionaria que desbordó el límite superior de la meta de inflación del Banco Central
(en la mayor medida desde el establecimiento del régimen de metas de inflación) la política
monetaria siguió en la postura restrictiva iniciada a fines de 2015 con un diferencial creciente con
respecto a la tasa de interés de la Reserva Federal en Estados Unidos. Esta postura, sin embargo,
no fue crecientemente restrictiva en 2017 si se toma en cuenta que el aumento de la tasa de
interés objetivo (aproximadamente 2.5 puntos porcentuales) fue menor que el de la inflación (3.4
puntos porcentuales), aunque mayor que el de la inflación subyacente (1.5 puntos porcentuales)

). El salario mínimo real se vio además afectado por el cambio ocurrido en la política salarial que
elevó en enero de 2017 el salario mínimo nominal significativamente por encima de la tasa de
inflación pasada, permitiendo un crecimiento real de 4.2% en 2017 (aunque su aumento es mucho
menor en términos de la canasta alimentaria). Vale la pena observar que, contrariamente al
argumento de los que se oponían a abandonar la política de mantener estancado el salario mínimo
real, la revisión al alza de los salarios mínimos se ha traducido en un achatamiento de la
distribución de los ingresos salariales y no en una elevación generalizada de los salarios medios y
altos que comprometa el cumplimiento de la meta de inflación (esta no se cumplió en 2017 pero
no debido al comportamiento de los salarios medios). El salario mínimo como porcentaje del
salario diario de los asegurados del imss ha aumentado ligeramente de 22.4% en 2014 a 24.2% en
2017, mientras que el salario medio nominal del imss se ha mantenido en línea con la meta de
inflación (un aumento de 4.8% en 2017 comparado con 3.8% en 2016). Ello condujo a una ligera
reducción del salario medio real del imss (que a su vez debe haber contribuido a la desaceleración
del consumo privado).

la economía se desaceleró en 2017 pasando la tasa de crecimiento del pib de 2.9% en 2016 a 2%
en 2017 2.3% Con la única excepción de las exportaciones de bienes y servicios, que se vieron
alentadas por la recuperación de la economía de Estados Unidos y un tipo de cambio real
favorable a pesar de su apreciación durante parte del año, todos los componentes de la demanda
final por nuestros bienes y servicios desaceleraron su crecimiento con respecto al 2016.

Las importaciones aceleraron su crecimiento. La inversión pública continuó su colapso, a


consecuencia del ajuste fiscal durante el año, mismo que se reflejó en la atonía del gasto de
consumo de gobierno. Por su parte, la inversión privada continuó la desaceleración iniciada en
2016 en un contexto de alta incertidumbre sobre el futuro del tlcan (aunque ello no se reflejó en
una fuerte reducción de los flujos netos de inversión extranjera directa, véase cuadro 4). En
contraste, el consumo privado, aunque menos dinámico que en 2016, resultó ser el componente
de mayor crecimiento del gasto interno. La desaceleración del consumo privado refleja
probablemente el cuasi-estancamiento de los salarios medios reales, que habían crecido
ligeramente en 2016, mientras que su dinamismo relativo frente a otros componentes del gasto
interno se vincula con la reducción de las condiciones de holgura en el mercado de trabajo ya
comentadas. Reflejando un buen desempeño de las exportaciones manufactureras y la
recuperación industrial de Estados Unidos, la industria manufacturera retoma su dinamismo
después de la atonía de 2016. El resto de los principales sectores económicos, en cambio,
desaceleran su expansión con respecto al año anterior. El colapso de la extracción de petróleo y
gas se profundiza, arrastrada seguramente por la continua contracción de la inversión pública,
mientras que la minería no petrolera se desacelera bruscamente después de un buen desempeño
en los dos años anteriores. La industria de la construcción se contrae empujada por la caída de la
inversión total. También la producción de electricidad registra tasas muy bajas de crecimiento
(ligeramente negativas) e inferiores a las de 2016. Sólo en la agricultura y las actividades terciarias
se registra una desaceleración más leve. El mejor comportamiento de los sectores de bienes
comerciables (en particular manufacturas y agricultura) que el de los bienes no comerciables se
explica posiblemente por el nivel del tipo de cambio real (favorable a los bienes comerciables) y la
recuperación de la economía norteamericana.

RESUMEN

El estado de la economía de México ha cambiado, y mucho, desde que el presidente Enrique Peña
Nieto tomó posesión en diciembre de 2012. Desde entonces a la fecha, factores como la
aprobación de las reformas estructurales, la caída de los precios del petróleo, la depreciación del
peso, el Brexit, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos o más recientemente la
renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), han causado
movimientos drásticos en los principales indicadores. Aquí te presentamos un comparativo de los
últimos cinco años.

El Presidente de México presentará su Quinto Informe de Gobierno en un escenario de mayor


fortaleza del peso frente al dólar (respecto a 2016, cuando cayó 20%), pero presionado por el
inicio de la segunda ronda de diálogos para reestructurar la relación comercial entre México y su
principal socio comercial. De diciembre de 2012 al segundo semestre de este año, la moneda
mexicana se depreció un 40% frente al billete verde.
La economía mexicana reflejó en 2013 un fuerte impacto por la desaceleración del sector
manufacturero de Estados Unidos, además de un complejo comportamiento del mercado interno
y externo. En el contexto actual, analistas prevén que el Producto Interno Bruto (PIB) se debilitará
para cerrar el año con un crecimiento en torno al 2.0%.

El déficit del Gobierno está en la mira de las calificadoras e inversionistas. A principios de 2017, la
agencia Moody's advirtió del crecimiento de la deuda de México a 2.9% del PIB en 2016 y la
inestabilidad generada en la economía local por la relación entre México y Estados Unidos. Ahora
el panorama muestra un Producto Interno Bruto a un ritmo de crecimiento superior al esperado y
un Donald Trump con menor credibilidad. Las finanzas públicas de México muestran una reducción
en el déficit.

La implementación de reformas, como la de telecomunicaciones, permitió una caída de la inflación


a niveles mínimos históricos; sin embargo, la fuerte depreciación del peso frente al dólar, aunado
al incremento de los precios de la gasolina, este año, elevaron al Índice Nacional de Precios al
Consumidor (INPC) más allá del objetivo de 3.0% más/menos un punto porcentual de Banxico. La
tasa de referencia del banco central se ubica en niveles no vistos desde marzo de 2009.

Una desaceleración de la economía mundial influyó en el desequilibrio, aún vigente, en el mercado


petrolero. La sobreoferta del commodity influyó en una caída de los precios internacionales
superior a 50%, impactando los ingresos petroleros de México (el precio de la mezcla mexicana),
una de las principales fuentes de recursos económicos del país.
MEXICO 2040

En 2040, ¿cuál será la posición de México en el escenario mundial? ¿Seguirá rezagado con
respecto a las economías emergentes dinámicas, las habrá igualado o las habrá aventajado? ¿La
pobreza en el país habrá aumentado o disminuido? ¿El desempleo y subempleo habrán subido o
descendido? Estas respuestas dependen, en lo fundamental, del ritmo de crecimiento que la
economía mexicana logre en los próximos años. Es claro que nuestra economía no puede seguir
creciendo lentamente, como hasta ahora, pues sería incapaz de absorber en los próximos años la
creciente fuerza de trabajo, y mucho menos podrá abatir la tasa de desempleo y subempleo, así
como los alarmantes niveles de pobreza que prevalecen en el país.

A principios de 2015, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)


elaboró un estudio prospectivo sobre la economía mexicana, en el cual estima que el impacto
potencial que tendrán las 11 reformas estructurales (laboral, telecomunicaciones, competencia
económica, financiera, educativa, procedimientos penales, amparo, política electoral, de
transparencia, hacendaria y energética) será del orden de un punto porcentual del PIB. Pero
considera que si se realizan reformas adicionales (unas de índole judicial, otras relativas al
mercado laboral, otras relacionadas con el campo) se lograría un punto porcentual más. En total,
la OCDE prevé un impacto de dos puntos porcentuales en la tasa potencial de crecimiento del PIB
para los próximos años.4 Por su parte, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estima
que el impacto sería de 1.9 puntos del PIB: la energética contribuiría con 1.1 puntos, la financiera
con 0.4 puntos, la de telecomunicaciones con 0.2 puntos y la fiscal también con 0.2 puntos.5
Considerando lo anterior, el Centro de Análisis Macroeconómico (Camacro) realizó un ejercicio de
prospectiva para el periodo 2016-2040 denominado Escenario Económico con Reformas, y otro
más con el fin de confrontarlo, al que llamamos Escenario Económico Inercial, cuyo supuesto
central es que se mantenga inalterada en los próximos años la tendencia de crecimiento
observada entre 1990 y 2005. Se supuso, por otra parte, que el PIB per cápita mundial registrará
entre 2016 y 2040 una tasa promedio anual de crecimiento de 3% (entre 1990 y 2015 la tasa fue
de 4.6%), siendo la globalización, entendida como apertura comercial y liberalización, el principal
determinante del crecimiento económico mundial. Un escenario de globalización en retroceso.
De acuerdo con el Escenario Macroeconómico con Reformas, la tasa real de crecimiento anual
promedio del PIB de México será de 4.5% entre 2016 y 2040, por lo que el ingreso per cápita se
elevará 3.7% anual en promedio. De esta manera, en 2040 el PIB per cápita de México medido en
dólares internacionales (con ajuste PPP) ascenderá a 69 mil, más del triple de lo observado en
2015. A lo largo de este periodo, se crearán en promedio anual 1 millón 400 mil puestos de
trabajo, por lo que la tasa de desocupación y subempleo se reducirá de los actuales niveles de 11%
de la población ocupada a 7%. A su vez, entre 2015 y 2040 la tasa de ocupación en el sector
informal de la economía bajará de 27 a 12% de la población ocupada. Finalmente, de los 145
millones de habitantes que se estima poblarán el país en 2040, 26 millones estarán en situación de
pobreza, esto es, 18% del total de la población, cifra menor a la de 54% observada en 2105.

En cuanto a la posición relativa de la economía de México con respecto a la economía mundial,


destaca el hecho de que su participación dentro del PIB Global pasará de 2% en 2015 a 2.8% en
2040. De esta manera, el Índice Relativo del Desarrollo Económico de México se elevará en dicho
lapso de 117.9 a 171.5, para ubicarse paradójicamente en el mismo nivel que a principios de la
década de los años ochenta del siglo pasado, es decir, antes del estallido de la crisis de la deuda
externa de 1982, la peor que había experimentado el país desde la gran depresión de los años
treinta. En términos comparativos, en 2040 el PIB per cápita de México (69 mil dólares
internacionales) será superior al de Argentina (53 mil dólares internacionales) y al de Brasil (50 mil
dólares internacionales), pero menor al de Chile (78 mil dólares internacionales), y mucho menor
al de China, que se estima rondará los 100 mil dólares internacionales.
Los resultados que arroja el Escenario Económico Inercial no son para nada alentadores.
La tasa real de crecimiento promedio anual del PIB sería de 2.1%, entre 2015 y 2040,
inferior a la de 2.7% observada en los últimos años. El ingreso per cápita real de la
población se elevaría en promedio anual 1.4%, una tasa similar a la observada entre 1990
y 2015. En consecuencia, en 2040 el PIB per cápita de México medido en dólares
internacionales sería de solamente 32 mil, esto es, apenas el doble del alcanzado en
2015. Entre 2015 y 2040 se crearían anualmente en promedio 770 mil empleos, por lo que
la tasa de desempleo y subempleo sería en 2040 de 14%, más alta que la de 2015. En
cuanto a la tasa de ocupación en el sector informal de la economía, en 2040 esta se
mantendría en niveles similares a los de 2015, en alrededor de 23%. Como resultado del
lento crecimiento de la actividad económica, el porcentaje de la población en situación de
pobreza se mantendría elevado, en alrededor de 48% en 2040, tasa un poco menor a la
registrada en 2015, de 54%. De esta manera, en 2040 habría en el país 33 millones de
personas en situación de pobreza.

En el contexto de la globalización, la economía de México seguiría rezagándose con


respecto al resto del mundo y a las economías emergentes dinámicas. Su participación
dentro del PIB mundial descenderá de 2% en 2015 a 1.9% en 2040. De esta manera, el
Índice Relativo del Desarrollo Económico de México solo ascenderá entre 2015 y 2040 de
117.9 a 123. En consecuencia, en 2040 el PIB per cápita de México, medido en dólares
internacionales, será inferior al de Chile, Brasil y Argentina, y equivaldrá a una tercera
parte del de China.

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