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Silvia Nagy-Zekmi
y otras...
A Nadir, siempre
AGRADECIMIENTOS
Para realizar este libro he tenido la suerte de contar con el apoyo valioso de muchos.
Entre ellos, quisiera expresar mi gratitud infinita a Luis Correa-Díaz por haber leído
pacientemente este manuscrito en varias fases de su desarrollo. Sus lúcidas sugerencias me
sirvieron de guía y me han ayudado inmensamente. De igual manera, estoy agradecida por
las observaciones de José Paredes que han mejorado el texto.
Aprecio mucho las acertadas sugerencias de Catherine Poupeney-Hart,
latinoamericanista íntimamente familiarizada con el mundo norafricano.
Doy las más sinceras gracias a Alicia Partnoy, a Karima Benremouga, a Abdelhak El
Kebir y a Ahmed Bouguarche por ofrecerme información y apoyo.
Finalmente, quisiera agradecer a mi familia en Argelia aquella montaña de material
que me enviaron, sin la cual este libro no se hubiera realizado.
INDICE
Silvia Nagy-Zekmi, encarnando esa mano anónima, ha dedicado su libro a las víctimas de la
opresión, rescatándolas del anonimato.
Alicia Partnoy.
INTRODUCCIÓN:
LAS HERMANAS DE SHERAZADA
Margo Glantz
10
La expresión literaria del llamado Tercer Mundo es el tema de varios escritos críticos
en nuestros días en un esfuerzo de deconstruir el discurso colonial(ista), puesto que la
decolonización no termina con la desaparición de la presencia física del colonizador. El
discurso de decolonización tampoco puede ser el mero recuento de los dańos hechos por
el colonizador en contraste con las virtudes indígenas, sino que es una confrontación activa,
con un sistema hegemónico de ideas, y como tal, es un proceso histórico y cultural de
liberación. De esta manera, la decolonización se convierte en la contestataria de todas las
formas dominantes, ya sean éstas ideológicas o discursivas.
De manera similar, el discurso femenino tiende a ser contestatario frente a la
dominación del discurso masculino. La mentalidad eurocéntrica (hegemónica) se refleja en
el discurso colonial, así como la hegemonía masculina se manifiesta en los cánones
tradicionales de la literatura. Varios críticos (Velazco, Mince) consideran que tanto los
hombres como las mujeres3, están involucrados en la marginalización de las mujeres, por lo
Alfred Savvy, demógrafo francés empleó por primera vez el término "Tercer Mundo" en 1952. B Harlow cita en
su Resistence Literature a Savvy: ". . . this Third World, ignored, scorned, exploited, as was the Third Estate, also
wants to say something." (5) (este Tercer Mundo, ignorado, despreciado, explotado, como lo era el Tercer
Patrimonio, también quiere decir algo.)
Varios intelectuales iniciaron el proyecto de denunciar las actitudes eurocéntricas, etnocéntricas, incluso
racistas de algunos críticos del Occidente hacia el objeto de sus estudios, el Tercer Mundo. Entre ellos se
destacan los escritos de Edward Said, Orientalism; Abdallah Laraoui, L'histoire du Maghreb; y los siguientes
artículos: Anwar Abdel Malek, "Orientalism in Crisis"; Aijaz Ahmad, "Orientalism and After"; Abdelkebir Khatibi,
"L'Orientalism désorienté"; además de los otros Gayatri Chakravorty Spivak, "Can the Subaltern Speak?" Franz
Fanon, "On National Culture"; Homi Bhabha, "Remembering Fanon: Self, Psyche and the Colonial Condition";
convenientemente seleccionados by Patrick Williams and Laura Crisman en Colonial Discourse and Post-
Colonial Theory. Más adelante (Capítulo I) volveré a discutir en detalle la evolución del discurso postcolonial y
las contribuciones de algunos críticos mencionados aquí.
tanto, ambos tendrían que jugar un papel activo en la subversión de la condición existente.
Si las mujeres adoptan un programa contra-masculino, lo más probable es que el "otro" no
quiera escuchar, ni dialogar. De esta manera, la de-marginalización queda como un proceso
incompleto, un monólogo sin eco. Lo más probable es que no sea posible la inversión de
ninguna condición sin la dialéctica causada por el diálogo de las partes, regida por un
deseo de negociación. La síntesis (la nueva entidad ideológica) nace del confrontamiento
de la tesis y la antítesis, en términos kantianos.
Ambas hegemonías, la colonizadora y la masculina y su reflejo en los cánones
tradicionales de la literatura, son cuestionadas en "Whose Canon Is It, Anyway" de Henry
Louis Gates, Jr. El autor caracteriza "the high canon of Western masterpieces" (el alto canon
de obras maestras occidentales) de la siguiente manera:
Por estas razones, entre otras, se pone en duda la validez del canon literario, como
categoría, por varios críticos. De acuerdo a Josaphat Kubayanda:
áreas? ¿Cómo escribir a un destinatario que no lee, o no habla el idioma dominante, el del
colonizador? En su examen histórico del desarrollo de la comunicación del conocimiento
Angel Rama señala que la diglosia en los territorios colonizados se resolvía "nítidamente
separando" las dos lenguas. Una fue pública que servía para la "oratoria religiosa, las
ceremonias civiles, las relaciones protocolares de los miembros de la ciudad letrada y
fundamentalmente, para la escritura, ya que sólo esta lengua llegaba al registro culto." (44)
La otra lengua fue cotidiana y popular y se restringía al uso privado. Walter Mignolo
comenta sobre la división jerárquica en el registro del conocimiento, que la introducción de
la escritura alfabética incrementaba la diferenciación entre la escritura como tal y el dibujo
(que formaba la base de la escritura jeroglífica). (293) Una de las consecuencias de esta
diferenciación es el distanciamiento entre la oralidad y la escritura. De esta manera se han
establecido, en la sociedad colonizada, las relaciones jerárquicas a un nivel lingüístico, no
sólo al nivel administrativo e ideológico. La tradición eurocéntrica percibe a Europa como el
"centro" y al resto, especialmente al mundo postcolonial, lo considera como "la periferia",
algo secundario, que no es, sino el reflejo (descolorido, por cierto) del "centro". La periferia
está condenada a imitar.
Esta división entre centro y periferia (o margen) no sólo ocurre con referencia a las
obras literarias, sino que se observa en la división de la "rigid theoretical criticism" "crítica
teórica rígida" tomando las palabras de Christopher Miller. Según su recomendación,
¿Cuáles son, entonces, las opciones del/a lector/a "occidental" leyendo obras
postcoloniales, producidas en el Tercer Mundo? Quizás, la consideración de tal dilema
debería comenzar recordando lo que los críticos del mismo Tercer Mundo dicen sobre el
tema. Wole Soyinka, un escritor africano, a quien se le otorgó el Premio Nobel, se queja de
los críticos occidentales que leen literatura africana, la consideran solamente en función de
su propio contexto cultural.
Angel Rama, en La ciudad letrada, (especialmente en el capítulo III y IV) discute extensamente las formas en
que la "ciudad letrada" se convirtió en "ciudad escrituaria" por "la distancia entre la letra rígida y la fluida
palabra hablada." (41)
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Para que este juicio cambie, es indispensable que el/la lector/a occidental contextualice la
obra leída en términos históricos, culturales, lingüísticos, etc. Según Arturo Arias es
imposible
"sustituir el lenguaje oral que sí está allí, por una experiencia, una sensación
de una sociedad que no lo está, sino por inferencia o deducción del lector
implícito." (79)
La ortografía con que se deletrea Sherazada cambia de autor en autor. La tradición narrativa en torno a
Sherezada se origina y se transmite en culturas (india, persa, árabe) de alfabetos diferentes al nuestro (llamado
latín). En persa antiguo y en árabe, tanto los sonidos emitidos como su representación gráfica, difieren de los
fonemas registrados con letras latinas. Al apropiarse de los cuentos, cada idioma occidental creó varias
interpretaciones de los sonidos que construyen el nombre de Sherazada, Dinarzada, Shahriar y Shahzenan, los
protagonistas de la historia que sirve de marco a Las mil y una noches.
Lucy Stone Mcneece comenta este hecho en su artículo, "Heterographies: Postmodernism and the Crisis of the
Sacred in Maghrebian Literature": "In addition to the Koran, one of the books deeply embedded in the
Maghreb imaginary is the anonymous The Thousand and One Nights, in which the heroine, Sheharazade, tells
stories to the Sultan in order to stay alive." (64) (Además del Korán, uno de los libros profundamente impresos
en el imaginario maghrebino es [la obra] anónima Las mil y una noches, en la cual la heroína, Sheherazade,
cuenta historias al Sultán para sobrevivir.)
El libro de Las mil y una noches fue compilado en el período de los mamelucos de Egipto, desde el siglo XII al
XVI. Las fuentes son indúes, persas, árabes, narraciones de El Cairo, cuentos judíos, elementos caballerescos,
temas de viajes, apólogos, reminiscencias clásicas.
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de Isabel Allende, que alude al uso que la mujer hace de la palabra (pronunciada o escrita)
para obtener el poder, la palabra es empleada como vehículo para su subsistencia en
circunstancias adversas. "Like the Scheherazade of Oriental tales, Eva Luna embodies a
weaver of stories and savior of lives. . ." (Rivero 144) (Como la Scheherezade de los cuentos
orientales, Eva Luna personifica la tejedora de historias y la salvadora de vidas) Acaso para
acentuar la intencionalidad, Allende incluyó una cita de Las mil y una noches en la solapa de
Eva Luna:
Dijo entonces a Scheherazada: 'Hermana, por Alá sobre ti, cuéntanos una
historia que nos haga pasar la noche...'
Según la terminología de Genette, el paratexto incluye todos los elementos anexos al texto, los epígrafes,
dedicatorias, títulos, etc. (692)
El métissage es un término utilizado por los críticos (Mortimer, Lionnet) de la literatura francohablante de
Africa y del Caribe, que indica la representación textual de la mezcla racial, cultural lingüística de estas áreas
debido a la influencia de la colonia. El métissage es un término esencialmente postcolonial, en cuanto a su
campo semántico, pues incluye el intento de recuperación de la "cultura, lengua, raza indígena" como
resultado de la liberación, pero a la vez, manifiesta el reconocimiento de que es imposible erradicar la
presencia del colonizador, porque ha dejado una huella imborrable en la raza, cultura y lengua de las ex-
colonias.
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convencionalmente beurs. En otra novela de Sebbar, Parle mon fils, parle ŕ ta mčre (1984),
un diálogo entre una madre maghrebina con su hijo nacido y criado en Francia, la mención
de Las Mil y una noches hace un puente entre la oralidad y la escritura, (el recuento oral de
las historias de Las Mil y una noches por la madre analfabeta, y la lectura de las mismas por
el hijo), y a la vez, sirve para ilustrar la continuidad de la tradición cultural árabe de los
maghrebinos que viven en Francia:
". . . c'est moi qui vous racontais . . . dans la chambre. . . . [T]u n'a pas oublié
les histoires, Les Mille et Une Nuits, elle dit le nom du livre en arabe. . . . Un
jour tu es revenu avec un gros livre en français. . . Imma, Imma, regarde, je
vais te lire. . . C'était Les Mille et Une Nuits. (34, 35)
(. . . soy yo la que les había contado . . . en el cuarto . . . No se te olvidaron las
historias, Las mil y una noches, ella nombró el libro en árabe . . . Un día tú has
vuelto con un libro grueso en francés. . . . Mamá, Mamá, mira, yo te voy a
leer. . . Era Las mil y una noches.)
Las mil y una noches provee el marco narrativo de Ombre sultane (1987) de Assia
Djebar. En los epígrafes la autora intenta reescribir el architexto masculino, pero en vez de
resaltar el poder infinito del Sultan Shahriar sobre su(s) esposa(s), Djebar enfatiza el papel
de la solidaridad entre las hermanas que juega un papel decisivo en la salvación de
Sherazada. La interpretación de Djebar de Las mil y una noches aparece en forma
palimpséstica en Ombre Sultane:
Beur es un término originalmente peyorativo, que indica la segunda generación de inmigrantes norafricanos
vivendo en Francia, quienes, con el tiempo, han adoptado este nombre como legítimo. Beur viene de la
palabra berber, la población norafricana anterior a la conquista árabe (siglo VII). Según otras opiniones, del
vocablo árabe 'El ber', el país. Trataré en detalle la narrativa beur en el capítulo V.
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Ombre sultane se desarrolla abriendo paralelos y dobles creados entre dos mujeres, esposas
consecutivas del mismo hombre. Djebar pone incapié en la solidaridad femenina (sororial)
como la única manera de contrarrestar el poder masculino. Los epígrafes que aluden a la
Sultana (Sherazada) colocan el texto en un marco particular de tradición vernacular árabe,
de solidaridad practicada en la periferia entre los miembros subalternos como medio de
salvación; es más, Djebar decentraliza la alusión a Sherazada, poniéndolo al marco y
recontextualizándolo. El hecho de que los epígrafes estén seguidos de la reescritura del
cuento clásico, representa un elemento de repetición, que es rasgo prominente de la
literatura árabe. (Donadey 98)
Más allá de la tradición sherezadiana, la literatura de Africa del Norte propiamente
dicha también comienza a dejar huellas en la conciencia latinoamericana. El ejemplo más
elocuente es la reciente película titulada El callejón de los Milagros (1995) dirigida por Jorge
Fons, basada en la novela, Zoqaq al midaq (Midaq Alley) de Naguib Mahfouz. La traducción
inglesa no revela el significado del título en árabe, que viene siendo "Callejón de los
Milagros" y que corresponde al título de la película. La novela se desarrolla en un barrio
popular de El Cairo. En la película el espacio novelesco se trasplanta a la Ciudad de México,
mientras que la trama de la misma y los conflictos humanos se mantienen intactos. La
credibilidad de tal trasplante demuestra la proximidad cultural de las dos áreas.
Walter Mignolo presentó en 1995 una ponencia, en Georgetown University, que
llevaba por título: "Bi-language love: Identities and Identification of a Transnational World."
En este título se evoca la novela titulada Amour bilingue de Abdelkebi Khatibi, sociólogo,
escritor y crítico marroquí. A su vez, Khatibi cita, en espańol, en la misma novela una
canción entera, titulada "Punto y raya" (73-74), refiriéndose al absurdo hecho, que un punto
y una raya: marcas que representan las fronteras en el mapa, puedan separar a los pueblos.
La canción citada es un modesto ejemplo del conocimiento y el interés de los escritores de
Africa del Norte por la cultura de América Latina. Constituye otro ejemplo el artículo de
Marie Fayad publicado en el French Review, en el cual compara la obra de Jorge Luis Borges
y la de Tahar Ben Jelloun (marroquí) "beyond intertextuality" (más allá de la
intertextualidad). (291) En otro trabajo crítico, escrito por Christiane Achour sobre Myriam
Ben, escritora y pintora argelina, Achour cita a Eduardo Galeano sobre el placer de leer, que
se debe, de acuerdo a Galeano, a "les forces créatrices que chacun porte en soi." (a las
fuerzas creadores que cada uno lleva adentro.) (Myriam Ben 10)
El mutuo interés y el intento de intercambio literario entre las dos áreas me dio la
inspiración necesaria para escribir este libro. Sin embargo, yo deseo examinar un sujeto
específico, el femenino. Mi propósito al tratar este sujeto es doble: Por un lado, deseo
comparar la escritura femenina en las dos áreas mencionadas, prestando atención especial
al desarrollo de los códigos de expresión literaria propiamente femenina. Por otro lado,
considero prudente hacer un paralelo entre la condición postcolonial, la incorporación del
sujeto postcolonial en la mentalidad del Occidente y la escritura femenina en el Tercer
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PARALELISMOS TRANSLATLANTICOS Y
LA DECOLONIZACION DEL DISCURSO FEMENINO
1. La definición de paralelismo.
La postmodernidad se caracteriza, entre otras cosas, por la supuesta desaparición de
las fronteras, y por la transformación del mundo en el "global village". A la idea del "gobal
village" conrtibuyeron muchos factores, entre los cuales se destacan las actividades
comerciales de las empresas multinacionales. El temor a la uniformización (consecuncia de
la actividad comercial global) acrecenta la importancia de lograr la definición de la
identidad del individuo, y la de las pautas culturales de su grupo (racial, social, nacional,
genérico, etc.) Una manera de llegar a tal definición es enumerar las diferencias que
distinguen a un grupo de los otros. Este método "distintivo" basa la definición del grupo en
cualidades que lo separan del resto, y la identidad del individuo que los forma se basa en
elementos negativamente categorizados. (La definición de la identidad se realiza
enumerando lo que no se es.)
En vez de marcar las diferencias, que a menudo agudizan los conflictos, me parece
particularmente importante extender puentes de conocimiento y entendimiento entre áreas
geográficamente distantes, cuyas expresiones literarias, sin embargo, encierran la
posibilidad de trazar paralelismos, naturalmente sin llegar a una correspondancia exacta,
tratándose de áreas muy diversas y complejas en sí. Marnia Lazreg habla de la noción de
"cultural universals, or that of the human mind, [which] no matter how problematical, are
expressions of a common link between various peoples." (7) ([normas] culturales
universales, o las de la mente humana, las cuales, aunque sean problemáticas, son
expresiones de un lazo común entre varios pueblos.) Lo que varias y diversas entidades
pueden tener en común, y lo que se manifiesta en sus "discourses of diversity which are
heterogeneous in inspiration" (discursos de diversidad, que son heterogéneos en su
inspiración) (Kubayanda 7) es muy difícilmente definible. Por mi parte, estoy consciente de
la complejidad de la tarea, tratando espacios tan diferentes y diversos en sí, como son el
La postmodernidad tiene varias definiciones. Una de las más concisas viene de la pluma de Peter Brooker:
"The trio of terms postmodern, postmodernity and postmodernism are all used as a way of periodising
(usually post-war) developments in capitalist economies and societies" (49). (El trio de términos,
postmoderno, postmodernidad y postmodernismo, se usan con el intento de periodización del desarrollo
(generalmente de postguerra) en economías y sociedades capitalistas.) Jameson reconoce la relación
simbiótica entre la postmodernidad y la expansión y consolidación de la hegemonía del capitalismo (xv y
61-65). En términos históricos, la postmodernidad, o más bien el postmodernismo representa la crítica del
proyecto de la Ilustración, el cual ha llevado al mundo a varios desastres políticos y sociales. (Lyotard,
passim) Por eso, las "grand récits" (grandes relatos), que tienen raíces en la Ilustración, han perdido
credibilidad. De acuerdo a Ihab Hassan, el postmodernismo se caracteriza por el "anti-elitism, anti-
authoritarianism. Diffusion of the ego." (99) (anti-elitismo, el anti-autoritarianismo y la difusión del ego.)
21
Maghreb y Africa del Norte se usarán como términos equivalentes. Aunque, como explicaré más adelante,
Maghreb es más apropiado para los propósitos de este libro.
22
de tal aplicación es que, una vez más, se aplican categorías europeas (las del discurso
colonial/imperial, según Kubayanda) de evaluación, aunque se trate de textos
postcoloniales. Hecho que me obliga a prestar más atención a la formación y características
del discurso postcolonial.
. . . it is worth beginning with Fanon, whose Black Skin, White Masks and The
Wretched of the Earth snatched the leadership of revolution away from the
first-world proletariat . . . and revived the metropolis's paranoid fears of the
vengeance that pullulated the ill-lit streets of the native quarters. (359)
(. . . vale la pena comenzar con Fanon, cuyos Peau noire, masques blancs y Les
damnés de la terre quitaron el liderazgo de la revolución del proletariado del
"primer mundo" . . . y revivieron los temores paranoicos del metrópoli de la
venganza que germina en las calles mal alumbradas de los barrios nativos.)
El colonialismo ha creado el centro (la "madre patria") y las periferias (las colonias) en la
conciencia de los ciudadanos y el discurso colonialista ha inculcado diferentes mitos sobre
el carácter y mentalidad del sujeto colonial, tales como "laziness, deceit and irrationality"
(pereza, falsedad e irracionalidad). (Said 27)
La crítica postcolonial examina, más que todo, las relaciones de poder entre los
llamados Occidente y Tercer Mundo. La evolución del pensamiento moderno de Occidente,
lo que normalmente se entiende por "cultura" o "civilización" se origina en obras europeas
como las de Homero, Dante, Cervantes, Shakespeare, Flaubert, etc. y marginaliza, o
sencillamente excluye las tradiciones o manifestaciones culturales no-occidentales. Por eso,
desde la perspectiva postcolonial los vocablos como "cultura" y "civilización" están
cargados de eurocentrismo.
Sin embargo, algunas teorías occidentales resultaron útiles para explicar y
desarticular la concentración del poder en el centro. Uno de estos conceptos es el
dialogismo de Bakhtin. El diálogo, de hecho, supone más de un participante y está basado
en la aceptación de la heteroglosia, o la polivocalidad del discurso. De acuerdo a James
Clifford, la heteroglosia sugiere una estrategia textual alternativa, "a utopia of plural
authorship that accords to collaborators not merely the status of independent enunciators,
23
but writers" (una utopía de autoría plural, que confiere a los colaboradores el estatuto del
escritor, no meramente el de enunciatarios independientes). (51) Esta dimensión de la
heteroglosia se refiere a la creación plural de obras, pero se la puede ampliar para designar
la pluralidad de conceptos discursivos, como es mi intención ahora. El dialogismo y la
heteroglosia, en este sentido, se definen mútuamente: el dialogismo es el modo
espitemológico de un mundo dominado por la heteroglosia.
Utilizar el término "Tercer Mundo" me causa cierta incomodidad, no solamente
porque esta denominación esté cargada de las mismas nociones jerárquicas que estoy
tratando de combatir, sino también, porque la categorización siempre sugiere algo
uniforme. Por eso quiero subrayar la diversidad discursiva en el Tercer Mundo y espero que
los modos de expresión que forman la polivocalidad será reconocidos como modos
legítimos de producción textual.
El discurso postcolonial ha llegado a un punto cardinal con la aparición de
Orientalism (1978) de Edward Said. De acuerdo a la definición del autor, el orientalismo es
una práctica discursiva compleja, por medio de la cual, el Occidente "produjo" el Oriente.
Este discurso refleja un sistema de conocimiento que se basa en las diferencias entre el
Occidente y el Oriente. Tanto el resultado, como la raison d'ętre de este discurso es
comprobar y representar que (y cómo) el Oriente es atrasado, primitivo e inferior en
comparación con el Occidente (civilizado y superior).
Al principio, el libro se consideraba como el cuestionamiento de la literatura de viajes
y los modos de representación. Mas, con el tiempo, el "orientalismo" llegó a ser un término
equivalente a la conciencia occidental sobre el Oriente y por extensión, sobre el Tercer
Mundo. El orientalismo puede definirse como la distinción culturalmente construida entre el
Occidente y el Oriente, en la cual el Occidente se destaca como culturalmente superior. De
modo que este discurso autoritario facilitó el establecimiento y el mantenimiento del
sistema colonial. Nancy Vogeley pone de manifiesto las diferencias fundamentales entre el
orientalismo franco-británico (el enfoque en el estudio de Said) y las manifestaciones
espańolas del orienalismo, destacando tres aspectos:
1. Mientras Francia e Inglaterra se encontraban en una fase expansionista de su
historia, Espańa estaba en decadencia imperial.
2. Tanto el liberalismo francés como el protestantismo inglés diferían del catolicismo
espańol, que jugaba un papel importante en la interpretación del concepto Otro.
3. Como el orientalismo originalmente se asocia con el mundo árabe y musulmán,
cabe decir, que en la experiencia histórica espańola los musulmanes no eran Otros
distantes, sino que eran parte del Ego espańol debido a los extensivos matrimonios mixtos
e intercambios culturales durante varios siglos. La experiencia espańola sugiere la formación
de varios Otros, "the tamed internal Other [el judío y el moro] demonized when official
policy expelled the Jews and the Moors from the country in 1492" (el Otro interno,
domesticado, que se retrató como demonio cuando los judíos y los moros fueron
24
expulsados del país en 1942) (9) y el Otro colonial (el indígena americano). Para la definición
de la idea espańola sobre estos Otros, los postulados teóricos de Said, tales como el
eurocentrismo y los problemas de la relación directa del europeo con el Otro (97, 98, 108)
han tenido mucha influencia en la formación de la teoría postcolonial.
Otra destacada estudiosa del postcolonialismo es Gayatri Chakravorty Spivak. En sus
escritos, en vez de sintetizar sus fuentes teóricas, tales como la deconstrucción, el marxismo
y el feminismo, ella preserva la discontinuidad de las mismas, las mantiene eclécticas y
observa la crisis que resulta de su confrontamiento mutuo. La crítica postcolonial en general
indaga la cuestión de la identidad del sujeto humano, incluso la del/a crítico/a mismo/a. En
este sentido, la identidad de Gayatri Spivak le sirve como ejemplo para desarrollar la idea
de las varias identidades simultáneas. En su caso, ¿es ella profesora estadounidense
reconocida, o bien, es bengalí exiliada de clase media, o más aún, es, sencillamente una
mujer del Tercer Mundo? Ella posee a la vez todas estas identidades. El ejemplo que sigue
ilustra el conflicto de identidad del educado tercermundista, especialmente en los ojos de
los académicos occidental/ista/(e)s como Benita Perry, quien, en un artículo sobre
postcolonialismo, postula que Homi Bhabha, Abdul JanMohammed y Gayatri Spivak "[are]
not being able to listen to the voice of the native" (no son capaces de escuchar la voz del
nativo). (99) En su respuesta, Spivak acierta al decir que "the three of us, postcolonial, are
'natives' too." Irónicamente ańade, "we talk like Defoe's Friday, only much better" (Los tres
somos postcoloniales y también 'nativos'. [H]ablamos como Viernes de Defoe, sólo mucho
mejor). ("Three Women's Texts" 60)
Uno de los mayores logros teóricos de Spivak es denunciar el silenciamiento del
subalterno. En su "Can the Subaltern Speak?" deduce que, en efecto, el subalterno (y
particularmente la subalterna) en el discurso colonial ha sido privado de su habilidad de
hablar por sí mismo. Esta condición equivale a la carencia de identidad, a la marginalización
total. En otro artículo, titulado "Three Women's Texts and a Critique of Imperialism", Spivak
habla de Wide Sargasso Sea escrito por Jean Rhys, en el cual Rhys cambia la mirada (la
perspectiva) de Jane Eyre de Charlotte Brontë, y reescribe aquella novela focalizando la
narración en Bertha, un personaje secundario en Jane Eyre. Bertha, en realidad Antoinette,
es la Otra, criolla, silenciada por la locura. El mutismo y la locura la privan de su condición
de ser humano. Jean Rhys, en su novela, que se puede considerar una novela postcolonial
par excellence, (cf. Rodríguez 108-131) le devuelve la voz, la historia personal (i.e. identidad)
Al llevarla a Inglaterra desde su tierra natal, Guadeloupe a Antoinette se le cambia el nombre por Bertha.
El cambio de nombre simboliza la imposición del cambio de identidad. (La Otra, guadalupana, tiene que
convertirse, en todos los detalles posibles, en una seńora británica. Ya que su color no puede cambiarse,
"al menos", se le cambia el nombre.)
25
Esta cita de Lavisse aparece en el libro de Girardet (88), y en el de Samir Amin (3), quien la emplea para
crear la contextualización de Africa del Norte (Maghrib) en relación al Medio Oriente (Machriq) como
"otro" distante, desconocido.
26
La empresa colonial francesa comenzó en Africa del Norte en 1830 con la caída de
Árgel, y gradualmente se expandió e incluyó Tunisia y Marruecos, declarando a ambos
como protectorados franceses en 1881 y 1912, respectivamente. Luc Barbulesco (225), en su
intento de explicar el significado del Maghreb, cita a Nabil Farčs, escritor argelino, quien
extiende su examen sobre las raíces de la palabra maghrib y llega al vocablo gharaba, del
cual maghrib, según él, se deriva. Gharaba significa 'alienarse', 'llegar a ser extrańo',
'exiliarse'. Si consideramos que el territorio del Maghreb fue expuesto a varias olas de
dominación política, económica, cultural y lingüística anterior a la presencia francesa, es
lógico suponer que esta 'alienación' encuentre un eco en las obras de los autores
maghrebinos, como Samia Mehrez lo sugiere en su artículo. (256)
Con respecto a la condición femenina y su eco en el discurso dominante euro- y
falogocéntrico, las mujeres maghrebinas siguen siendo "la otra" y a veces se tildan de
"mujeres musulmanas", "mujeres árabes", identidades generalizantes, que no
necesariamente les corresponden. El adjetivo "musulmana", no puede aplicarse a todas las
mujeres maghrebinas, debido a la presencia de comunidades cristianas y judías. En cuanto
al adjetivo "árabe", cabe decir, que la población del Maghreb no se constituye solamente
por árabes, sino por varias minorías, como los mozabitas, los tuareg (o bedouine) y, la más
numerosa, los berebere (o kabyle). Todos estos grupos tienen su propio idioma y cultura,
aunque, en términos religiosos, la mayoría es musulmana. Por eso la diferencia entre estas
minorías se caracteriza, más que todo, por la diversidad lingüística. Abdelkebir Khatibi sitúa
el plurilingüismo maghrebino en un contexto histórico: "Nous, les Maghrebins, nous avons
mis quatorze sičcles pour apprendre la langue arabe (ŕ peu prčs), plus d'un sičcle pour
Muchos autores reconocidos son oriundos de las comunidades judías del Maghreb. Su origen determina
la perspectiva manifiestada en sus escritos, que textualiza el triple problema de identidad. (Ser judío/a, es
decir pertenecer a un grupo cultural y lingüístico diferente, en un país dominantemente de lengua árabe y
de religión musulmana, colonizado por Francia (otra lengua, religión y cultura). El ejemplo más
representativo de la narrativa autorreflexiva sobre esta problemática es Statue de sel de Albert Memmi,
aunque las obras de Élisa Chimenti y Katia Rubinstein son de interés, particularmente, porque se ańade en
ellas la perspectiva femenina, que es el tema fundamental de este estudio. (Cabe notar que eminencias
intelectuales, como Hélčne Cixous y Jacques Derrida, provienen de la comunidad judía de Argelia, lugar
donde ambos nacieron.)
apprendre le français (ŕ peu prčs); et depuis de temps immémoriaux, nous n'avons pas su
écrire le berbčre. C'est ŕ dire que le bilinguisme et le plurilinguisme ne sont pas, dans ces
régions, des faits récents. Le paysage linguistique maghrébin est encore plurilingue:
diglossie (entre l'arabe et le dialectal), le berbčre, le français, l'espagnol au nord et au sud
du Maroc." (Nosotros, los maghrebinos, hemos tomado catorce siglos [más o menos] para
aprender la lengua árabe, más de un siglo [más o menos] para aprender el francés, y desde
tiempos inmemoriales, sólo que no sabíamos escribirlo, el berebere. Es decir, que el
bilingüismo y el plurilingüismo no son hechos recientes en estas regiones. El paisaje
lingüístico maghrebino es todavía plurilingüe: la diglosia (entre el árabe y la versión
dialectal [del mismo]) el berebere, el francés, el espańol al norte y al sur de Marruecos.)
(179) Abdelhamid Zoubir explica de la manera siguiente esta diferencia entre "l'arabe et le
dialectal": "Written Arabic was a stabilized and codified medium of communication which
was given authority as the language of Allah. Moroccan [Dialectal] Arabic developed as a
form of oral exchange perceptibly different...." (El árabe escrito era un medio de
comunicación codificado y estable, que poseía autoridad como la lengua de Alá. El dialecto
marroquí se desarrolló como una forma de intercambio oral y es perceptiblemente
diferente.) (9) "There is a perceptible difference between classical Arabic and Algerian
Arabic. The latter is a strong vernaculizing version of the former which alters its phonology
and simplifies its grammar." (Hay una diferencia perceptible entre el árabe clásico y el árabe
argelino. El segundo es una versión fuerte y vernacularizante del primero que altera su
fonología y simplifica su gramática.) (69-70)
La complejidad lingüística es una característica fundamental de las obras
maghrebinas. Por un lado, crea dificultades en el proceso de escribir, originarias de la
problemática en torno a la identidad, pero por otro lado, los autores pueden usar su
bilingüismo (o plurilingüismo) a su ventaja y ańadir una dimensión más a la expresividad de
sus obras, simplemente recurriendo a las imágenes de una u otra lengua. En el segundo
capítulo hablaré en detalle de la praxis autobiográfica en francés, el idioma del colonizador,
en la cual el idioma se usa como arma de resistencia.
En América Latina, similarmente al Maghreb, ya la denominación del área es
discutible, porque corresponde al discurso colonialista. Este nombre, en términos tanto
geográficos como sociales es inexacto, porque deja fuera algunos países caribeńos de habla
inglesa, como Jamaica y Belice, entre otros, o de habla holandesa (Surinam) o papiamento
(Aruba), que manifiestan un desarrollo similar histórica y socialmente, que el resto de los
países de Latinoamérica. En términos lingüísticos también flaquea el nombre Latinoamérica,
porque en ninguno de sus países se habla latín. ¿Sería más exacto América Neolatina? José
María Arguedas, entre otros, intentó introducir el nombre Indoamérica, para incluir a los
pueblos aborígenes, sin darse cuenta, que Indoamérica también corresponde al discurso
colonial, pues no se origina de la América Indígena (que también sería un nombre inexacto),
sino que viene del vocablo India, rindiendo homenaje al error espectacular de Colón. En vez
28
de preguntar a los nativos cuál era el nombre del área (Abya Yala, por ejemplo) Colón
decidió asignarle uno, como típico gesto colonialista. Manifestando el espíritu
neocolonialista, seguimos usando este término inexacto, que además manifiesta el defecto
de reunir un gran número de países que difieren enormemente entre sí en muchos
aspectos. No obstante, un elemento que todos los países de América Latina comparten,
además de la larga experiencia colonial, es la dominación de un colonizador (europeo) de
raza, lengua y cultura diferente a la del indígena, y la subsiguiente imposición de la raza,
lengua, religión y cultura europea sobre la nativa, que resulta en una mezcla desigual hasta
el presente. La continua imposición de valores europeos resultó en la internalización de
estos valores por el sujeto colonizado causando los profundos problemas psicológicos y
sociales del Tercer Mundo en general y de América Latina en particular. Rolena Adorno
observa:
El sujeto colonial americano borraba los retratos ajenos que lo identificaban
con la naturaleza, la pasión, lo femenino, lo doméstico, lo rústico, lo pagano,
para identificarse con los valores contrarios: la cultura, la razón, lo varonil, lo
público, lo cortesano o caballeresco, lo cristiano. (57)
Al hablar del mundo andino, me refiero a las culturas quechua y aymara, y a las relaciones sociales y de
género que se observan hoy en día en los ayllus, comunidades agrícolas. Para mayor elaboración de las
condiciones de la mujer latinoamericana desde una perspectiva antropológica, véase el artículo de Adriana
Valdés, "Mujeres, culturas, desarrollo."
29
Jean Franco aborda esta problemática en el capítulo, "On the Impossibility of Antigone and the
Inevitability of La Malinche" de su libro, Plotting Women.
Consuelo Navarro escribe en 1985: ". . . el campo literario se mantiene todavía como de dominio
masculino, no porque las mujeres no hayamos producido literatura, sino debido a que - salvo honrosas
excepciones - nuestro trabajo se ha perdido sin el debido reconocimiento en la historia de esta disciplina."
(87)
Los libros revisados son los siguientes: L. A. Amestoy, América en la encrucijada de mito y razón; J. S.
Brushwood, La novela hispanoamericana del siglo XX; C. Fernández M. (ed), América Latina en su literatura;
C. Fuentes, La nueva novela hispanoamericana; M. Gálvez, La novela hispanoamericana contemporánea; J.
Giordano, La edad de la náusea; C. Goic (ed), La Novela hispanoamericana; J. Ortega, Poetics of Change; D.
Shaw, Nueva narrativa hispanoamericana; P. Trigo, Narrativa de un continente en transformación.
Margot Badran y Miriam Coke en el Prefacio de su antología sobre la escritura femenina del
mundo árabe, Opening the Gates, se refieren al hecho que varias escritoras del mundo árabe han sido
relegadas al olvido por el público e ignoradas por la crítica. "We have seen our work as a conscious effort
to retrieve texts that have been buried in public archives and libraries, or in private houses. We hope to
30
autoras latinoamericanas y maghrebinas, a primera vista, tienen poco en común, pero una
lectura más detenida revela paralelismos entre ellas, particularmente en lo que se refiere a:
assist in the global recovery of women's feminist voices, either previously unknown, lost, or forgotten." (IX)
(Hemos considerado nuestro trabajo, como un esfuerzo consciente para recuperar textos enterrados en
archivos públicos, en bibliotecas, o en casas privadas. Tenemos esperanzas de participar en la
recuperación global de voces femeninas y feministas, que han sido previamente desconocidas, perdidas u
olvidadas.)
Si se quiere llevar este pensamiento a sus últimas consecuencias, se puede sugerir que la mujer ha sido
"colonizada" por el hombre. Después de alcanzar cierto grado de "liberación" (o "emancipación", término que
se ha aplicado también al proceso de liberación de los países del Tercer Mundo) la mujer se encuentra en una
31
tanto en América Latina como en Africa del Norte, surge desde el ángulo de esta doble
marginalidad que determina sus alternativas temáticas, metodológicas e ideológicas. Esto
no quiere decir, por supuesto, que toda escritura femenina, en las dos regiones discutidas o
en cualquier otra parte, sea comprometida. Pero escribir en sí es un acto de subversión en
sociedades donde expresarse de una manera igualitaria, que no siga/"respete" las normas
falogocéntricas, puede calificarse como la violación de un tabú. De acuerdo a Patricia
Geesey, "for an Arab Muslim woman to write [is] an act that has traditionally been seen as a
transgression against male authority and power." (Escribir, para una mujer árabe y
musulmana, tradicionalmente ha sido considerado como la transgresión contra la autoridad
y el poder masculinos.) (22) Lo dicho parece una generalización, que puede darnos la idea
de que las dos áreas en cuestión se entienden como homogéneas en sí, lo que
definitivamente no es el caso. Acertadamente seńala Cynthia Steele en su ensayo "Toward a
Social Feminist Criticism on Latin American Literature", que en el caso de Latinoamérica, la
oposición hombre/mujer debe entenderse, primero, dentro del contexto de las clases
sociales. (325) Aunque estoy de acuerdo con la idea de Steele en cuanto al contexto de las
clases sociales, no me parece útil asumir esta posición militante, que habla de oposición
hombre/mujer, porque pienso que, al definir el poder patriarcal sobre la mujer como una
simple oposición, agudiza el conflicto, pero ignora las dimensiones históricas de la
problemática. Sin embargo, me parece muy relevante la importancia de la diferencia de
clases en la definición de la condición femenina de la mujer en Latinoamérica. Por lo tanto,
descarto las expectativas de una idealizada "solidaridad femenina", como lo ilustra la
conversación de Domitila Barrios de Chungara, una boliviana de origen indígena, esposa de
un minero, con una dama mexicana, líder de la delegación mexicana a la Tribuna del Ańo
Internacional de la Mujer. (Me parece de tanto significado este altercado, que me doy la
libertad de citarlo extensamente.)
condición "tercermundista", es decir, al incorporarse en el universo (masculino) tiene que confrontar varias
dificultades: vencer la resistencia del orden patriarcal y sobrepasar sus propios prejuicios causados por la
internalización de los valores patriarcales. Del mismo modo, los países del Tercer Mundo deben confrontar el
eurocentrismo y sus propias ideas eurocéntricas que provienen del deseo de indentificarse con el colonizador.
Este deseo es la consecuencia de la "mente colonizada".
32
un barrio también elegante, ¿no? Y, sin embargo, nosotras, las mujeres de los
mineros, tenemos solamente una pequeńa vivienda prestada y cuando se
muere nuestro esposo o se enferma o lo retiran de la empresa, tenemos
noventa días para abandonar la vivienda y estamos en la calle.
Ahora, seńora, dígame: ¿tiene usted algo semejante a mi situación?
¿Tengo yo algo semejante a su situación de usted? Entonces, ¿de qué
igualdad vamos a hablar entre nosotras? ¿Si usted y yo no nos parecemos, si
usted y yo somos tan diferentes? Nosotras no podemos, en este momento,
ser iguales, aun como mujeres. (Viezzer 225)
Aunque las escritoras en ambas áreas provengan de capas sociales diferentes, sus clases
son productos de una realidad postcolonial, y su condición femenina las marginaliza,
aunque sea en medidas muy diferentes. La misma Ocampo relata incidentes, en los cuales
ella ha sido víctima de discriminación como mujer. (Autobiografía II, 56-58). Además de las
de clase, hay otras diferencias que también juegan un papel importante en la diversidad de
la escritura femenina en el Tercer Mundo.
33
Kaye y Zoubir dicen lo siguiente: "Before the Arab conquest in the seventh century and the Islamization of the
Berbers, Algeria, [Tunisia and part of Morocco were] Roman province[s]. And before it was annexed by the
French in the 19th century, the Turks, who subyugated the Berbers and Arabs in the 16th century, turned [the
Maghreb] into a pirate state open to a multiplicity of cultural models during two centuries of Ottoman
presence. (69) (Antes de la conquista árabe y la islamización de los berebere, en el siglo VII, Algeria, Tunisia y
parte de Marruercos eran provincias romanas. Antes de que fuera anexado por los franceses en el siglo XIX, los
Turcos, subyugando a los berebere y a los árabes, hicieron del Maghreb un estado pirata, abierto a una
multiplicidad de modelos culturales durantes los dos siglos de presencia Otomana.)
Mencionando los ańos 1930-40 me refiero a la expresión literaria maghrebina aborigen. Entre 1900-1930 se
publicaron docenas de novelas escritas por mujeres de origen francés (como Magali Boisnard, Marie Bugeja y
Lucienne Favre) nacidas en el Maghreb. (Eran "pieds noirs" como llaman a los colonos franceses.) No incluyo la
obra de estas autoras en mi análisis, porque, siendo de la clase colonial, su experiencia y perspectiva era muy
diferente de las autoras indígenas del Maghreb. Sakina Messaadi trata la escritura de estas mujeres en Les
romancičres coloniales et la femme colonisée, un análisis excelente sobre las escritoras mencionadas, que
denuncia la perspectiva colonialista y dominante de estas autoras desde el punto de vista de la mujer aborigen
del Maghreb.
34
Este término es utilizado por Sandra Guilbert en The Madwoman in the Attic y se refiere al hecho que la mujer
ha internalizado los valores falogocéntricos, según los cuales, ella es jerárquicamente inferior al hombre, y su
discurso manifiesta esta "inferiorización." (50)
35
"Robar el texto fue como robar el fuego . . . Una mujer siempre volvía a
encender la lámpara y en el estremecimiento de este poder conquistado
reverberaba una remota, a veces vergonzante, noción de lo sagrado. El acto
[de escribir] no podía ejercerse sino en reclusión, de incógnito y de manera
furtiva." (131)
36
Además de su referencia metafórica, el título parece hacer un juego intertextual con el de la novela Le passé
simple (1954) de Driss Chraibi.
Rojas escribe: "Sin necesidad de una cuantificación estadística, es posible distinguir dos elementos lexicales
que aparecen reiteradamente a lo largo de la novela, los cuales están íntimamente relacionados con la historia
de la cultura: miedo y vergüenza." (311)
Soumaya Naamane-Guessous en su libro, Au-delŕ de toute pudeur da una definición de hchouma, que
37
En la crítica sobre la novela se han destacado las similitudes entre La Soif y Bonjour Tristesse de Françoise
Sagan. Estas coincidencias eran de naturaleza superficial, tales como los largos viajes errantes en automóbil y
la imagen del pelo largo de la protagonista que ondea al viento. (Mortimer 8)
La autora ha sido criticada otra vez, después de la aparición de su segunda novela, por no ser
(suficientemente) comprometida. Durante los ańos de la guerra de liberación de Argelia se requería el
alineamiento político de las escritoras, y que sus obras manifiesten explícitamente sus ideas políticas. Esta
crítica se refleja elocuentemente en el comentario de Patrice Catrice sobre Les Impatients: "Donc, Assia Djebar,
semble-t-il, n'est pas, ne veut pas ętre un éscrivain engagé. Il y a une profonde différence dans ce refus
comme dans le style et le genre de culture française, entre elle et Dib, Malek Haddad ou Kateb Yacine. A peu
prčs, tout proportions gardées, la différence entre Françoise Sagan et Simone de Beauvoir." (25) (De modo
que, parece que Assia Djebar no es, no quiere ser escritora comprometida. Hay una profunda diferencia entre
ella y [Mohammed] Dib, Malek Haddad o Kateb Yacine, tanto en este rechazo, como en el estilo y el género de
cultura francesa. Más o menos, todas las proporciones guardadas, como la diferencia entre Françoise Sagan y
38
mecanismos psicológicos internos de las mujeres que sufren bajo el dominio de su familia,
pero nunca llegan a la rebelión abierta y siguen sufriendo la claustrofobia. La clausura es un
definitivo leitmotif en la obra de Djebar. En Femmes d'Alger dans leur appartement (1980),
publicado después de una década de silencio, la escritora caracteriza a sus sujetos como
"femmes en attente toujours dans cette atmosphčre raréfiée de la claustration" (mujeres
siempre a la espera, en esta atmósfera enrarecida de clausura.) (171) En otra novela de Assia
Djebar, Ombre Sultane (1987) vuelve el motivo de la clausura y la obediencia, pero
acompańado por otro motivo opuesto: la desobediencia. La estructura de la novela se
construye en torno a dos historias paralelas sobre la vida de dos mujeres de trasfondo, nivel
educacional y carácter diferentes, cuyo punto común es el hombre con quien comparten la
vida sucesivamente. Aunque estas historias sean cronológicamente sucesivas, en la novela
se desarrollan paralelamente en capítulos intercalados, quizás para enfatizar que, en cierto
sentido, son antitéticas y complementarias. Una de estas historias es la de un matrimonio
de relaciones igualitarias que goza del intercambio intelectual y sexual que, al fin y al cabo,
llega al divorcio causado por la presión social insistente en que la mujer se deje encerrar
por su marido. La esposa llega al punto de saturación con las prohibiciones que se le
imponen y al final decide dejar a su marido. El otro hilo narrativo relata la historia del
segundo matrimonio del mismo hombre, en el cual no hay comunicación alguna entre la
pareja y la relación es jerárquica, donde el hombre manda y la mujer obedece. Sin embargo,
la protagonista en esta historia desobedece las reglas de la sociedad (algunas tácitas, otras
abiertamente impuestas sobre la mujer, basadas en la interpretación fundamentalista del
Corán) y se rebela contra la insensibilidad de su marido. Su rebelión no es espectacular, es
más para su satisfacción personal, que para combatir la tiranía del marido abiertamente,
pues consiste en que ella sale a la calle, sin que su marido lo sepa. El objetivo de esta
rebelión es el rechazo consciente de la clausura, por consiguiente, la oposición al marido
quien actúa de acuerdo a los valores patriarcales.
Simone de Beauvoir.)
Ombre Sultane es traducido al inglés con el título: Sisters of Sheherezade. Este título se explica con las
referencias explícitas en la novela a la historia de Sherazada en las Mil y una noches por dar una dimensión
mítica a la condición de las co-esposas que es el tema central de esta novela. Como se ha mencionado en la
"Introducción", la aparición del motivo de Sherazada recuerda a Eva Luna y Cuentos de Eva Luna de Isabel
Allende, donde los cuentos interminables de Sherazada aparecen como leitmotiv. Sospecho que esta
coincidencia es significativa desde el punto de vista de la crítica feminista. Sherazada y su hermana, Dinarzada,
son símbolos de la solidaridad femenina contra la opresión masculnia. A la vez, este motivo crea otra imagen,
la de la mujer que es capaz de vencer a su opresor con astucia. Esta imagen es una clara manifestación de la
mujer como ser oprimido, pues se la puede aplicar en cualquier situación antagónica entre oprimido y
opresor, sin tener en cuenta el sexo de éstos. En este sentido, la palabra es un arma de defensa que la mujer
tiene a su alcance.
39
La clausura, el callejón sin salida, estar entre la espada y la pared, son motivos
recurrentes en la literatura femenina maghrebina y latinoamericana, que reflejan la carencia
de poder de la mujer sobre su destino, originada en su desigualdad con respecto al
hombre. Mora, Ovares, y Rojas comentan en un artículo escrito en equipo:
según la manera de la cual la ley religiosa lo permite, y ahora ella se siente destruida y
desamparada:
"He simply sat down and said, 'Your papers will be sent to you along with
whatever the law provides'. My papers? How worthless a woman is if she can
be returned with a receipt like some store bought object! How uttelry
worthless!
. . . Those few seconds destroyed the whole foundation of my being,
annihilated everything I trusted." (1)
(El simplemente se sentó y me dijo: 'Te manadré tus papeles junto a lo que la
ley requiere.' ¿Mis papeles? ˇCómo carece de valor una mujer, si ella puede
devolverse con una factura, como un objeto comprado en una tienda!
ˇCompletamente sin valor!)
La necesidad de cambiar la ley religiosa por una ley civil aparece más explícitamente:
"'Whatever the law provides'. And what is that? Expenses for a hundred days.
That shows the extent of the law's regard for women. Throw them out on the
street with a hundred days of expenses." (11)
('Lo que la ley requiere'. ¿Y qué es eso? Gastos para cien días. Esto muestra la
extensión de la consideración legal hacia las mujeres. Arrójenlas a la calle con
gastos para cien días.)
La ley religiosa musulmana, que se llama "Shariâa", es una colección de leyes y reglas que rigen el
comportamiento del individuo hasta los detalles más mínimos. En el Corán está estipulado (2,226-237) que si
el marido le dice a su mujer tres veces en alta voz: "Yo te divorcio" la mujer debe considerarse divorciada.
Leila Aslaoui, juez argelina ha escrito su primer libro en 1986 titulado Dame Justice: Réflexions au fil des Jours,
(1990) que debía ser publicado en 1988, pero los eventos trágicos en octubre de 1988 en Argelia han
impedido la publicación del mismo. En Dame Justice... la autora hace una serie de reportajes y comentarios
sobre el sistema judicial. Los capítulos se titulan "mitos": primer mito, segundo mito, etc., y en cada capítulo se
yuxtapone el mundo ideal de la Dama Justicia con la realidad que denuncia.
41
6. La doble marginación
Como las obras mencionadas lo manifiestan, en la sociedad postcolonial el sistema
disfuncional junto a la prevalencia de los conceptos falogocéntricos causan la doble
marginación de la mujer. La pregunta que surge es la siguiente: Para analizar esta doble
marginación desde el punto de vista feminista, ¿se pueden aplicar los mismos conceptos
feministas que se emplean en las sociedades occidentales? Lo mismo plantea Juliette Mince,
"Can the evolution of the condition of women in the Arab world be evaluated by the same
criteria as in the West?" (¿Puede evaluarse, aplicando los mismo criterios que en el
Occidente, la evolución de la condición femenina en el mundo árabe?) (45) Esta pregunta,
siendo categórica, se responde con un "sí" o "no". Como la respuesta afirmativa sería
inaceptable, uno debe optar por la negativa. Las razones en contra de la respuesta
afirmativa son variadas y complejas, porque las ideas sobre el feminismo en sociedades
industrializadas (definidas por muchos como "el Occidente") se basan en modelos que
Las razones de la ineficiciencia y de la corrupción dentro del sistema legal en el Maghreb y en algunos países
de Latinoamérica (por ejemplo, México) deben buscarse en el sistema colonial, en el cual por definición se
aplicaba una norma doble en los juicios legales; una para los colonos y otra para los aborígenes. Esta norma
doble se origina, como lo reconoce Fannon, en la subordinación incondicional de un área a las necesidades
(económicas, políticas, sociales, etc.) de la "madre patria." (23-26)
42
El comentario de Eltit plantea una relación inversa entre los problemas de subsistencia y las
posibilidades del feminismo como se lo conoce en el Occidente.
La marginación económica no solamente afecta a las mujeres, sino a amplios
segmentos de la sociedad. En los textos de Eltit los personajes experimentan la pobreza y
las mujeres el desamparo, causado, de igual manera, por la marginalización económica y la
subordinación al varón. En Vaca Sagrada, por ejemplo, el motivo de la sensación de ser
perseguida aparece en relación a varios personajes de diversas maneras (La mujer,
Francisca).
La jerarquía económica en la sociedad se traduce en una jerarquía social y sexual.
Este hecho afecta el desarrollo del feminismo en Latinoamérica. Amy Kaminsky desarrolla
este concepto en detalle en su libro Reading the Body Politics: Feminist Criticism and Latin
American Women Writers:
43
"A blindly middle class, Europeanized femninism will not do for Latin America,
especially when the very models of such feminism are well into the process of
scrutinizing their own class and racial biases." (23)
(El feminismo ciegamente burgués y europeizante no servirá en
Latinoamérica, especialmente, porque los mismos modelos de este tipo de
feminismo están en el proceso de escudrińar sus propios prejuicios de clase y
y raza.)
Sin embargo, debe reconocerse que, gracias a la labor de feministas oriundas de sociedades
postcoloniales, tales como Gayatri Spivak y Trinh Minh-ha, el programa del feminismo ha
cambiado considerablemente en el mismo "occidente", e incluye en su análisis las
características específicas de clase, raza y nacionalidad. Trinh Minh-ha desarrolló el
concepto del "triple bind", de la triple marginalización de la mujer del tercer mundo: la
racial, la económica y la sexual, no necesariamente en este orden. (6-7)
Tanto en América Latina como en el Maghreb la escritura femenina incluye muchas
variantes, sin embargo, la marginalización de las mujeres es una constante temática,
aunque su tratamiento literario varía considerablemente. Sobre la naturaleza marginal de la
literatura femenina que corresponde a la marginalidad de su destinatario, Marta Traba
comenta en una entrevista:
Es una literatura marginal para marginados, más que una literatura fetiche
para iniciados. Y esto ofrece suficiente ilustración para explicar la ausencia
casi general de textos femeninos no sólo como base de teorías literarias, sino
como parte integrante de antologías... (García 208)
Recientemente, las obras escritas por mujeres se incluyen más y más entre los libros
publicados y tratados por la crítica. Además de la evaluación de obras recién publicadas, la
crítica vuelve a descubrir autoras olvidadas o encasilladas de siglos pasados. La escritura
femenina está en un proceso de continua (auto)evaluación, tratando de desarrollar sus
propios conceptos sobre las pautas estéticas. La indagación en las posibilidades de la
representación del sujeto femenino ocupa un espacio amplio en la discusión sobre la
literatura femenina.
La cineasta, fotógrafa y crítica feminista sugiere que la mujer del Tercer Mundo experiencia una triple
marginalización, "a triple bind". En primer lugar, como mujer, segundo, por su condición racial y, tercero, como
miembro de una sociedad postcolonial marhinalizado en sí por las sociedades industrializadas.
Me refiero a que, en las dos últimas décadas se han publicado más estudios sobre Sor Juana, por ejemplo, de
los que se escribieron durante los siglos anteriores.
44
La problemática del idioma es una diferencia fundamental entre las dos áreas geográficas. En el Maghreb,
debido a la experiencia colonial reciente y el afrancesamiento vehemente de los colonizadores que impusieron
la educación exclusivamente en francés hasta los ańos 60. En el momento que los franceses se veían obligados
a retirarse de sus colonias y protectorados, las mayoría de los intelectuales maghrebinos no dominaba su
lengua materna, el árabe, con la misma sofisticación que el francés. Sin embargo, el francés era el idioma de
los odiados colonizadores, hecho que ha causado irresolubles conflictos de identidad. Hasta el presente varios
autores escriben en francés (posiblemente esto incluya consideraciones sobre el destinatario de sus obras), y
sólo unos cuantos eligen el árabe, "for political and personal reasons", (Fernea xii) (por razones políticas y
personales), aunque les sea más difícil, como dice Leila Abouzeid (ix) sobre su preferencia por el árabe.
45
Tomando el término de la heráldica, donde la expresión designa una pieza situada en el centro del escudo
46
que reproduce en escala reducida los contornos del propio escudo, André Gide lo utilizó para indicar una
peculiar forma de visión en profundidad, similar a la manera en la cual las cajas chinas o muńecas rusas están
construidas. (Dällenbach 32-34)
II.
EL GÉNERO AUTOBIOGRÁFICO:
Yo escribo, yo me escribo...
zona de enfrentamiento entre lo real y lo imaginario,
mi escritura se convierte en una opción ineludible.
La autoridad cultural, a la que se refiere Adams, en otras palabras, el canon, está puesta al
servicio de la cultura oficial, tradicional o convencional. Una cultura que representa, en
primer lugar, lo occidental-dominante y, en segundo lugar, lo masculino, que en la tradición
cultural eurocétrica (y de mayor extensión) se ha convertido en la norma de la expresión
literaria, en referencia mayor (universal) y la expresión literaria del Tercer Mundo y la
femenina en referencia menor (particular, subordinada). En este sentido, es difícil definir el
canon de la literatura femenina, debido a que "fue siempre ignorada por la crítica, y
marginalizada por el mundo editorial." (Araújo 40) ¿Acaso se puede comparar la fama (por
más merecida que sea) de Carlos Fuentes con la de Elena Garro? O al pensar en las novelas
que describen el horror de las dictaduras, se piensa más en las de Asturias y de Benedetti, y
no se recuerda los escritos de Elvira Orphée, de Griselda Gámbaro y de Ana Vásquez. En el
Maghreb a Naguib Mahfouz se le otorgó el Premio Nobel. ¿Cuándo se le dará a Assia
Djebar o a Leila Sebbar?
En la expresión femenina de América Latina y Africa del Norte, siendo áreas de
legado colonial, juega un papel de importancia considerable la doble marginación: sexual y
literaria. La producción literaria no es re/conocida por la crítica internacional, como lo es la
expresión literaria de los llamados países "desarrollados" o "industrializados", sino que se
49
considera en comparación con las normas de expresión establecidas en los mismos. Según
Beatriz González,
Es cierto, que las autoras maghrebinas están buscando/inventando los códigos necesarios
para autorrepresentarse. Pero cuando la autorrepresentación choca con los conceptos del
orden masculino, las autoras son criticadas por su "posición extrema" como lo fue Fadela
M'rabet, quien, después de haber publicado su segundo libro, titulado Les Algériennes
(1967), fue despedida de su trabajo de docente y, a raíz de eso, se vio obligada a vivir en el
exilio. Estos casos extremos son ejemplos de los factores externos que refrenan la escritura
Cabe ańadir que no existe una imposición pura de valores o sistemas de un grupo sobre el otro. Siempre se
manifiesta una relación dialéctica y dialógica entre lo hegemónico y lo subalterno. Por eso, entre otras razones,
sugiero que la producción literaria femenina, especialmente en el Tercer Mundo, es una reacción a la
imposición de valores que marginalizan al grupo subalterno, en este caso, a la mujer.
Joan Phyllis Monego dice de Fadela M'rabet que la escritora ha sido fuertemente criticada por su abierta
50
True for most women in most of the world still. Unclean; taboo. The Devil's
Gateway. The three steps behind; the girl babies drowned in the river; the
baby strapped to the back. . . . Stoned to death for adultery. Beaten, raped.
Bartered. Bought and sold. Concubinage, prostitution, white slavery. Purdah,
the veil of Islam, domestic confinement. Illiterate. Denied vision. Excluded,
excluded, excluded from council, ritual, activity, learning, language, when
there was neither biological, nor economic reason to be excluded. . . . For
twentieth-century woman: roles, discontinuities, part-self, part-time; conflict,
imposed 'guilt'; a man can give full energy to its profession, a woman cannot.
(53-54)
(Todavía es realidad para la mayoría de las mujeres en la mayor parte del
mundo. Impura, tabú. La entrada del Diablo. Tres pasos atrás. Las nińas de
pecho ahogadas en el río, el bebé atado a la espalda. Apedreadas por
adulterio. Pegadas, violadas. Maltratadas. Compradas y vendidas.
Concubinaje, prostitución, esclavitud blanca. Purdah, el velo islámico,
clausura. Analfabetas. Se les niega la visión. Excluidas, excluidas, excluidas de
consejos, rituales, actividad, aprendizaje, lenguaje; cuando no ha habido
razones económicas para excluirlas . . . Para las mujeres del siglo XX, roles,
discontinuidad, medio-tiempo, medio-ser, conflicto, culpabilidad impuesta,
un hombre puede dedicarle toda su energía al trabajo, una mujer no puede.)
resistencia al velo islámico. (130) El primer libro de M'rabet, La Femme Algérienne (1964), de acuerdo a Anne-
Marie Nisbet, ha creado recciones violentas de parte de los lectores y del gobierno, "because the truth is grim,
and . . . it hurts." (36) (porque la verdad es deprimente y . . . hiere). Barbara Harlow ańade que las escritoras
maghrebinas (entre ellas se refiere explícitamente a M'rabet) "have broached an area of interrogation from
within their own tradition that calls into question not only tradition, convention, and religion but the modern
uses of power in postindependence North Africa as well." ("Introduction" XXI) (mencionaron por primera vez
un área de interrogación a partir de su misma tradición, que questiona, no sólo la tradición, la convención y la
religión, sino también pone a tela de juicio los usos de poder en África del Norte después de la
independencia.)
51
Women . . . are estranged from their own experience and unable to perceive
its shape and authenticity, in part because they do not see it mirrored and
given resonance in literature... They are expected to identify with masculine
experience, which is presented as the human one, and have no faith in the
validity of their own perceptions and experiences, rarely seeing them
confirmed in literature, or accepted in criticism. (27)
(Las mujeres están enajenadas de su propia experiencia y no son capaces de
percibir su forma y autenticidad, parcialmente, porque no la ven reflejada en
la literatura... Se espera que ellas se identifiquen con la experiencia masculina,
presentada como la experiencia humana, y no tienen fe en la validez de sus
propias percepciones y experiencias, porque raras veces las ven confirmadas
en la literatura, o aceptadas por la crítica.)
La mujer debería, entonces, identificarse con la experiencia masculina para satisfacer las
expectativas patriarcales. Pero si ella obedeciera estas expectativas, nunca podría salir de la
cocina, aunque quisiera. (Se supone que no todas quieren.) En realidad, el mayor dilema de
la mujer es tener que elegir entre el papel tradicional de esposa, de madre, y sus
aspiraciones profesionales. Rosario Ferré, además de incluir este fenómeno como tema en
su cuento "La Bella Durmiente", comenta sobre el mismo en "La cocina de la escritura":
En estas circunstancias escribir no puede ser, sino un acto subversivo, un acto en que la
mujer demuestra su poder. Así lo confirma Suzanne Wilson: "L'importance de la parole de la
femme ne peut pas ętre sous-estimée. L'acte de prendre la parole est un acte de pouvoir."
(La importancia de la palabra de la mujer no puede ser subestimada. El acto de tomar la
palabra es un acto de poder.) (El destacado es mío.) (620) El deseo de "aniquilar el mundo" y
sus reglas (tácitas o no) que rigen la vida de la mujer, impulsan a las escritoras a rebelarse
mediante sus escritos y crear una voz propia, desarrollar un lenguaje femenino. Para ello es
necesario renunciar, primero, a la aprobación del mundo masculino, y luego, deshacerse del
sentimiento de culpabilidad causada por la renuncia. Esta parece ser la única manera de
sobrepasar el silencio, que surge "first out of fear, then out of guilt," (primero de miedo,
después de culpabilidad) (Brooke-Rose 18) que desde tiempos bíblicos era el código de
Como lo dice San Pablo, "Que las mujeres se callen en las asambleas, como se hace en todas las Iglesias de los
santos. No les está permitido tomar la palabra; que sean más bien obedientes, tal como lo dice la misma Ley."
52
(1. Cor.14.34)
Esta palabra representa la fusión de 'falocentrismo' masculino y el 'logocentrismo' occidental, según lo explica
Derrida en "La Facteur de la vérité". Su sugerencia esencial es que el discurso psicoanalítico identifica el falo
con el logos, entidad sobre el cual se basa el significado. (84)
La exclusión lingüística de las mujeres es común en sociedades tradicionales. Según lo indica Yaguello, los
indígenas cuna utilizan un "langage cryptique" ("lengua críptica") para que las mujeres no los comprendan. De
la misma manera proceden los Kamilaroi de Australia, los mazatecas de México y los ba-ila en Rodesia. (16-17)
Susan Rubin Suleiman (43-65) discute las ideas de Luce Irigaray expuestas en Ce sexe qui n'en est pas un sobre
la necesidad de inventar un lenguaje femenino.
53
En el Capítulo I he trazado varios paralelos entre el discurso femenino y entre el discurso postcolonial,
tomando como punto de referencia la resistencia al discurso hegemónico (masculino en un caso, colonial en el
otro). Aquí se da la primera diferencia entre la teoría de la mímica desarrollada por Irigaray, y la teoría
expuesta por Homi Bhabha en el capítulo titulado "Of Mimicry and Man" incluído en su último libro, The
Location of Culture. Bhabha desarrolla el concepto del "mimic man", parte del "élite" indígena, cuidadosamente
seleccionado por el colonizador para servir de mediador entre el colonizador y el nativo. En este contexto,
"mimicry emerges as one of the most elusive and effective strategies of colonial power and knowledge." (86)
(la mímica surge como una de las estrategias más elusivas y efectivas del poder y saber colonial.) La
incongruencia entre las dos teorías se debe a la motivación diferente de cada una: según el concepto de Freud
sobre la repetición compulsiva, en el cual Freud concluye que la repetición siempre incluye un elemento de
diferencia. El esfuerzo de imitar el discurso del colonizador (por un deseo de parecerse a él) es inconsciente en
el colonizado, sin embargo en el discurso femenino, de acuerdo a Irigaray, la repetición (y alteración
consecuente) del discurso masculino es parte de una estrategia de resistencia.
54
Carme Riera, en "Literatura femenina: ¿Un lenguaje prestado?", seńala que "la
especificidad femenina de la literatura radica en el tono". Por otro lado, Hélčne Cixous,
después de haber insistido en que la mujer "debe escribirse": "I write woman: woman must
write woman. And man, man." (Yo escribo [como] mujer. La mujer debe escribir [como]
mujer. Y el hombre [como] hombre.) (The Speculum 310) Sin embargo, más tarde la misma
Cixous acaba diciendo que el sexo del autor no tiene nada que ver con masculinidad /
femineidad inscrita en el texto, y alude a Jean Genet, como autor de un "texto femenino."
(315) Angeles Maeso está de acuerdo y declara: "...al texto lo mismo le da ser masculino,
femenino, andrógino o angelical, y querer ponerle sexo va contra natura." (7-15) Parecida es
la opinión de Josefina Ludmer: "La escritura femenina no existe como categoría, porque
toda escritura es asexual, bisexual, omnisexual." (275)
Finalmente, Rosario Ferré concluye -con humor refrescante (y muy sui generis)- que
"el secreto de la escritura [femenina], como el de la buena cocina, no tiene absolutamente
nada que ver con el sexo, sino con la sabiduría con la que se combinan los ingredientes",
aunque reconoce que, por lo general, la escritura de las mujeres es más subversiva que la
de los hombres, porque a menudo toca zonas prohibidas, porque las mujeres son "vecinas
a lo irracional, a la locura, al amor y la muerte." ("La cocina" 154)
Mi proposición, en torno a la problemática de la escritura femenina, es recalcar la
necesidad de hacer una distinción entre la escritura femenina y la escritura de mujeres. La
escritura de mujer es, sencillamente un texto firmado (y creado) por una mujer. La escritura
femenina, sin embargo, internaliza una reflexión sobre la problemática de los géneros y
sobre las construcciones de lenguaje que textualizan la diferencia genérico-textual. Esta
característica de la escritura femenina induce el estudio del lenguaje femenino o "prestado"
por la crítica feminista, que no se realiza a priori, sino que se estudian las formas en que se
emplea el lenguaje "prestado" para la representación de lo femenino.
Helena Araújo llama estos géneros la "novelística de la opresión". Explica que estos géneros confesionales se
asumen en función de una identidad "que parece vacilante ante prejuicios e inhibiciones." (Scheherezada 127)
En la expresión femenina del Maghreb la auto/biografía era un género muy practicado. Christiane Achour en
su Anthologie de la literature algérienne de langue française menciona no menos de diez autoras que
escribieron lo ella llama "récits de vie". (269-73)
Victoria Ocampo escribió los seis tomos de su Autobiografía entre 1952 y 53. Al igual que Fadhma Amrouche
prohibió la publicación de su Histoire de ma vie, escrita en los ańos 40, hasta 1968, Ocampo también "prohibe
publicarlos hasta después de su muerte, así es que aparece cada volumen por ańo, desde 1979 hasta 1984."
(Kapschutschenko-Schmitt 216)
56
Amrouche, hija de Fadhma Amrouche. Esta última novela es de interés particular, porque el
"yo" es un doble yo: "l'auteur s'identifie ŕ Marie-Thérčse, c'est-ŕ-dire Maďthé, qui accueille
une nouvelle venue dans la pension de famille: Reine, ŕ laquelle Marie Louise Amrouche
s'identifie aussi." (la autora se identifica con marie-Thérčse, es decir con Maďthé, quien
acoge a una allegada en la familia: Reina, con quien Marie Louise Amrouche también se
identifica.) (Déjeux, Les Femmes 309) El primero en seńalar este fenómeno del doble ego,
"ce cas de narcissisme assez peu fréquent" (68) (este caso de narcicismo poco frecuente) fue
Paul Jacquelin el mismo ańo de la aparición del libro. Me parece que, en vez de calificar esta
estrategia "un mero juego narcisista", se debería considerarla como una búsqueda de
identidad por parte de la autora.
Ambos géneros parecen servir al propósito de la (auto)definición, como sujeto
literario y como persona. Djoher Amhis sugiere que "grâce ŕ la force du verbe, la conscience
identitaire donne présence ŕ un corps, ŕ une voix, ŕ une personnalité totale." (gracias a la
fuerza del verbo, la conciencia de identidad le da presencia a un cuerpo, a una voz, a una
personalidad entera.) (176) Esta observación hace un eco a la de Paul de Man, quien opina
que el sentido de narrar la propia historia (en este sentido las "memorias" y la
"autobiografía" son géneros hermanos), proviene de la necesidad de dotar de un yo,
mediante el relato, a aquello, que previamente carece del yo. (67-81) En efecto, la
autodefinición es un proceso de descubrir, de hacerse consciente del yo y de sus
características. En la escritura este proceso de autoconocimiento puede realizarse por
medio de la auto/representación. En realidad, más que las memorias, el género
más apropiado para este tipo de auto/representación, que, a la vez, corresponde a los
deseos del autodescubrimiento, es la autobiografía, aunque sea éste un "género de
titubeos", como lo llama Sylvia Molloy, quien comenta: "...the autobiographer [is] an
inordinately wary writer, conscious of his or her own vulnerability and of the reader's
potential disapproval" (El/la escritor/a de la autobiografía es un/a escritor/a demasiado
cauteloso/a, consciente de su propia vulnerabilidad y de la posible desaprobación del
lector.) (6)
Shoshana Felman aborda la problemática desde la perspectiva de la recepción.
¿Cómo se debe leer la autobiografía (auto/representación) femenina? ¿La voz de quién se
manifiesta en la autobiografía?
Expresarse en contra de la "usanza correcta" del lenguaje, en el contexto maghrebino alude al dilema
lingüístico del área. Robert Elbaz lo seńala: "Le roman dans son entier incorpore la problématique de l'ętre
linguistique maghrébin." (418) (La novela en su totalidad incorpora la problemática del ser lingüístico
maghrebino.)
Es intraducible la diferencia entre el uso coloquial y la forma literaria de "tener", que se manifiesta, sobre todo,
en la pronunciación. Por eso, en mi traducción, me serví de este chilenismo para indicar la diferencia de ambas
formas del verbo "tener" que Rubinstein cita en su novela.
58
Para ilustrar la subversión lingüística en América Latina, las observaciones de Rosario Ferré
sobre el uso de obscenidades en la escritura femenina constituyen otro ejemplo. Ferré ha
sido furiosamente atacada por el uso de palabrotas en sus cuentos, que ella atribuye al
hecho de que la escritura femenina está contaminada de ira, de rebeldía y de violencia.
Ańade además, que paradójicamente en la crítica feminista hay un "silencio absoluto" sobre
este tema. ("La cocina..." 146)
Las memorias constituyen el otro género preferido por las mujeres como medio de
autorepresentación en un sentido más general, más abarcador que la autobiografía. Las
memorias, como género, difieren de la autobiografía en cuanto a su sujeto, que no
necesariamente tiene que ser el/la autor/a. En Memorias de Mamá Blanca, la necesidad de
escribir aparece como un legado. La narradora, explica Teresa de la Parra, no es ella misma,
pero declara que mantiene con ella "a falta de todo parentesco... misteriosas afinidades
espirituales" (17). En ambos géneros, sin embargo, se manifiesta el afán de conocerse, es
decir, la inclinación hacia el autodescubrimiento, mediante la escritura, en la cual lo real se
entremezcla con lo imaginario. Según la terminología de Lacan, lo imaginario es el discurso
ilusorio con que se hace el camuflaje y la disimulación de una realidad insoportable y
censurada. Al leer La voyeuse interdite (1991) (ˇqué revelador es el título!) la supuesta
autobiografía de Nina Bouraoui, un psiquiatra, amigo de la familia, comentó: "C'est curieux.
Ce qu'elle raconte n'est pas vrai". (Es curioso. Lo que ella cuenta no es verdad.) (Amhis 160)
La libertad de expresión y la subjetividad de la escritora se contrastan con las expectativas
del destinatario masculino. Lo inaceptable para este público se califica, por él mismo, como
mentira.
Si bien la autorrepresentación es el objetivo principal de la autobiografía, el sujeto de
la misma puede ser un sujeto plural, por la similitud de sus condiciones que se inscriben en
ella. Mary, la narradora en A Room of One's Own (1928) de Virginia Woolf, dice que ella
podría ser "Mary Beton, Mary Seton, Mary Carmichael, or 'me'" (103). El conjunto de estos
nombres revela un juego intertextual que nos conduce a una balada anónima, escocesa del
siglo XVIII, "Marie Hamilton" que desenmascara los propósitos de la autora:
Aunque Virginia Woolf obviamente no es escritora del Tercer Mundo, discutiré su tratamiento del sujeto
femenino brevemente, porque Woolf representa un modelo para muchas escritoras, incluyendo las del Tercer
Mundo, quienes, además de manifestar influencia directa de Woolf en su narrativa, incluyen en sus ensayos
numerosas referencias a la obra de la escritora inglesa. (Cf. Rosario Ferré, "La cocina de la escritura" (140);
Lucía Guerra, "Rites of Passage" (6); Helena Araujo, La Scherezada criolla (23).) Una de las escritoras
latinoamericanas para quien Woolf ha tenido importancia cardinal es Victoria Ocampo. Trataré este punto en
detalle más adelante.
59
Marie (o Mary) Hamilton, ha sido ejecutada por abandonar a su bebé en el río, mientras el
padre del bebé se casó con otra mujer. La historia parece representar el pináculo de la
dominación masculina. Woolf devuelve la vida a Mary Hamilton, y da voz a las cuatro
Marys, cuya condición social es similar a la de Marie Hamilton, estableciendo así la
continuidad histórica de la condición femenina colectiva, y convierte a Mary, a su narradora,
en un sujeto plural. Este sujeto plural le sirve de modelo de identidad que encierra
alternativas, y que no cae en la representación del arquetipo llano, aunque no
necesariamente intente representar varias personalidades a la vez. Woolf, hablando sobre
su escritura, reconoce que "the precariousness of the female subject causes names to
proliferate without multiplying personae." (lo arriesgado del sujeto femenino causa la
proliferación de los nombres sin multiplicar las personae). (citado en Herrmann 103) Sin
embargo, Woolf en su obra asigna diferentes papeles a los sujetos (yo), que juntos
transforman el "yo" individual, en un sujeto múltiple, en vez de crear una subjetividad
dividida. De este modo se borra la diferencia entre la "yo" persona (la autora, o al menos, la
narradora) y el sujeto (plural) de las "yo" personajes.
Victoria Ocampo escribió extensamente sobre el trabajo de Virginia Woolf, y quizás
no sea demasiado trivial el uso de la metáfora del espejo para caracterizar el significado que
tienen los escritos de Woolf para Ocampo. Con las palabras de Bernice Hausman, "Ocampo
consistently used Woolf's texts to identify and clarify her image of herself." En su "Carta a
En el Capítulo I hice referencia a la leyenda mesoamericana de la Llorona, una historia similar, en la cual la
mujer rechaza al bebé de una unión ilegítima, cuando esta unión se descompone, (i.e. el padre abandona a la
mujer y a su hijo/a.)
El espejo, por los varios significados que une, ha sido una de las metáforas predilectas de las autoras y críticas
feministas. Me refiero a The Speculum of the Other Women de Luce Irigaray, a Herself Beheld: The Literature of
the Looking Glass de Jenijoy La Belle, "Words between Women" de Berenice Hausman (véase la nota siguiente)
entre los ensayos, y a "Isolda en el espejo" de Rosario Ferré (115-167) en la narrativa.
En su interesante artículo Bernice L. Hausman desarrolla el paradigma del espejo a partir de sus orígenes
mitológicos, la historia de Echo y Narciso, donde Narciso habla, inspirado por su propia imagen, y Echo pierde
su capacidad de hablar (por haber dicho demasiado en un tiempo inoportuno) y se condena a repetir lo oído.
No es difícil ver el paralelo entre el mito y la escritura femenina. (204-226)
60
Virginia Woolf," Ocampo cuestiona, revisa y rearticula el concepto del 'cuarto propio' de
Woolf. La posición de Ocampo celebra la subjetividad y la expresividad del/a escritor/a y la
del/a lector/a. Su reacción ante la crítica de Woolf hacia Charlotte Brontë, quien, según
Woolf, escribe con demasiada emoción y enfado, es defender la pasión como parte legítima
de la escritura: "¿Cree Usted, por ejemplo, que La Divina Comedia haya sido escrita sin
vestigios de rencor?" (14) En Virginia Woolf, Orlando y Cía Ocampo se sirve de los
conceptos de Woolf para dar fundamento a su propia crítica del orden masculino:
Ocampo habla de su propia vida, y se identifica con la experiencia de Orlando. En los tomos
de su Autobiografía la representación del 'yo' se desarrolla paulatinamente por medio de
una serie de lecturas literarias y la evaluación de las mismas. Molloy describe este método "I
quote therefore I am" (Cito y por eso existo). (35) De esta manera, Ocampo crea un diálogo
entre su sujeto (ella misma) y entre los sujetos de sus lecturas. Este diálogo convierte la
autobiografía en el simulacro de la polivocalidad del género narrativo. El sujeto de la
Autobiografía no es enteramente plural, sino que es un sujeto dialógico en el sentido
bakhtiniano. La creación del dialogismo no es una maniobra estética, sino que es una
manera de crear la dialéctica necesaria para generar respuestas a una serie de preguntas y
dudas que la autora/narradora se plantea. Hablando de George Sand, Ocampo expone el
deseo de comprenderse, conocerse y representarse, como sus motivos para escribir su
Autobiografía.
. . .yo no trato de hacer una obra de arte o una novela contando esta vida
que me atormentará con sus enigmas hasta mi último suspiro. Trato de
liberarme. Aquí la palabra liberación es sinónimo de alumbramiento. (Sur y
Cía 13)
Al decir, "no trato de hacer una novela" (el destacado es mío) Ocampo pone en duda el
género de su Autobiografía. Verdaderamente, esta obra no puede ser calificada como
novela, porque la descripción detallada de los viajes recuerdan a literatura de viajes, el trato
extensivo de las obras literarias parece ser más bien crítica literaria, la creación de una
Aunque Ocampo dice en el El imperio insular, Tomo II de su Autobiografía: ". . . jamás podré crear un
personaje. . . Y todos mis personajes serían un 'yo' disfrazada... żcómo demonios puede uno deshacerse de su
'yo'? (85)
61
4. La autobiografía femenina
La característica más evidente de la autobiografía es el nombre propio compartido
por el/la autor/a, el/la narrador/a y el/la protagonista. Lejeune basa sus argumentos (Le
Pacte autobiographique passim) sobre la distinción hecha por Benveniste y Jakobson entre
el enunciado y la enunciación. En la obra de Lejeune esta distinción se traduce en la
diferencia entre dos modos autobiográficos: el pasado recreado en la autobiografía, y la
representación del pasado en el presente mediante el (p)acto autobiográfico en progreso.
En realidad, el verdadero locus de referencia en la autobiografía no se encuentra al nivel de
la enunciación, sino que al nivel del enunciado, porque lo vivido y lo representado se
refieren a dos temporalidades diferentes. El destinatario es capaz de captar el acto
autobiográfico, porque la identidad del autor, del narrador y del protagonista es postulada
textualmente.
Lejeune observa que el "yo" se refiere al acto de enunciación (el 'ego' es el que dice
'ego' 8), pero la enunciación no es la referencia final; el pronombre personal, por último, se
La misma Ocampo atribuye las características de la literatura confesional a su obra: "Estas páginas se parecen
a la confesión en tanto que intentan explorar, descifrar el misterioso dibujo que traza una vida..." (Autobiografía
I, El archipiélago 59) (El destacado es mío.)
Lejeune incluye las autobiografías escritas en segunda y tercera persona, cuya discusión omitiré aquí.
62
refiere a una entidad humana que lleva un nombre, y este nombre es la última referencia
del acto de autoreferencia. "Ontogenetically speaking", opina Eakin, "the emergence of self
and the acquisition of language go hand in hand." (Hablando ontogenéticamente, el
surgimiento del ego y la apropiación del lenguaje se realizan juntos.) (209) Émile Benveniste
concuerda en que existe una relación interdependiente entre el sujeto y la lengua. La
subjetividad de un individuo se establece por medio de la lengua y, al mismo tiempo, la
lengua se hace posible porque el ser humano es un sujeto autoconsciente.
C'est dans et par le langage que l'homme se constitute comme sujet; parce
que le langage seul fonde en réalité, dans sa réalité qui est celle de l'ętre, le
concept d'ego . . . . Le langage n'est possible que parce que chaque
interlocuteur se pose comme sujet, en renvoyant ŕ lui-męme comme je dans
son discours. (259-60)
(En medio y por medio del lenguaje el hombre se constituye como sujeto;
porque solamente el lenguaje se basa en la realidad, en su realidad, la misma
de la existencia, el conecpto del ego. . . El lenguaje es posible solo en caso
que cada interlocutor se presente como sujeto, refiriéndose a sí mismo como
yo en el discurso.)
5. "L'autobiographie au pluriel"
El contexto del desarrollo del género autobiográfico "d'expression française" en el
Maghreb se inicia con la colonización francesa. La política asimilacionista de Francia
proponía que unos miembros de la élite local se educaran y se transformaran en modelos
del ciudadano francés en las colonias, con la expectativa de que estos sujetos, debido a su
situación privilegiada ayudarían a mantener el status quo, i.e. el sistema colonial. A medida
que este grupo nativo selecto se iba familiarizando con los principios idealistas, que
supuestamente forman la base de la sociedad francesa ("liberté, fraternité, égalité"), se iba
sintiendo cada vez más decepcionado, al darse cuenta, que ellos no serían tratados como
iguales a los ciudadanos franceses. Para dar voz a su decepción y ser lo más efectivo
64
En los países del Maghreb, colonizados por Francia, se enseńaba solamente la historia de Francia en las
escuelas. A los nińos se les enseńaba que eran sujetos franceses y, de esta manera, se los privaba de sus raíces
berbero-árabes. Tampoco se incluía en el curriculum la lengua o la historia árabe. Por esta razón sugiero que la
memoria histórica del pueblo argelino ha sido mutilada.
Eduard Glissant, en su libro Caribbean Discourse sugiere que la técnica literaria del métissage sirve para
esablecer "cross-cultural relationship in an egalitarian and unprecedented way" (462).
Lionnet dice: "for me métissage is a praxis and cannot be subsumed under a fully elaborated theoretical
system. Métissage is a form of bricolage, in the sense used by Lévi-Strauss, but as an aesthetic concept it
encompasses far more: it brings together biology and history, anthropology and philosophy, linguistics and
literature." (8) (para mí, el métissage es una praxis y no se puede englobarlo bajo un sistema teórico
totalmente elaborado. El métissage es una forma de bricolage, en el sentido usado por Lévi-Strauss, pero
como un concepto estético abarca mucho más: reúne biología e historia, antropología y filosofía, lingüística y
literatura.)
66
Otra novela de Dejbar, Femmes d'Alger dans leur appartement se abre con una
referencia a dos pintores franceses del siglo XIX: Fromentin y Delacroix. La representación
narrativa de la realidad se inicia por la descripción de la pintura, "El rapto de Rebecca", que
aparece en la cubierta de esta novela y forma la base de las dos metáforas o motivos
principales de la misma: rapto y violación, que se conciben a nivel individual y a nivel
nacional.
La "autobiographie au pluriel" de Djebar difiere de la definición convencional de la
autobiografía: "un récit retrospectif en prose qu'une personne réelle fait de sa propre
existence, lorsqu'elle met l'accent sur sa vie individuelle, en particulier sur l'histoire de sa
personnalité" (un relato retrospectivo en prosa hecha por una persona real de su existencia,
en el cual se enfatiza la vida individual, particularmente la historia de su personalidad)
(Lejeune 14), porque se entremezclan en ella el relato de la historia y la voz de la
autora/narradora individual representativa de la voz colectiva de las mujeres argelinas. De
esta manera construye Djebar a su sujeto autobiográfico, que es un sujeto plural. La autora
inicia un proceso de autodefinición a nivel individual, (qué significa ser mujer berberoárabe,
musulmana, maghrebina) y a nivel colectivo: la definición de la condición femenina después
Geesey, al utlizar el vocablo tzarl-rit se refiere al tzaghrit, ululado agudo de mujeres. En la lengua árabe no
existen consonantes subsiguientes r-l-r. Después de sospechar error por parte de Geesey, confirmé con tres
fuentes árabehablantes, de que en efecto, se trata del tzaghrit.
67
La autobiografía ha sido clasificada por Lejeune y otros como parte de la literatura confesional.
Debo ańadir que el/la interlocutor/a, aunque sea "mudo/a e invisible" (Jörgensen, "Perspectivas femeninas"
112) tiene un poder especial sobre el texto, porque lo "transcribe" desde la forma original (oral) y,
consecuentemente, lo "contamina" con su manera de pensar (pese a las buenas intenciones de minimizar esta
"contaminación").
68
"Hasta no verte... is not a novel at all but a testimonio along the line of E.
Burgos and Rigoberta Menchú's Me llamo... and M. Viezzer and D. Barrios' Si
me permiten... It is widely acknowledged that many of Poniatowska's books
straddle the line between fiction and nonfiction, novel, novella, and short
story; and novel and biography, throwing conventional literary classification
into a healthy state of confusion. (142) (Las abreviaciones y el destacado son
míos.)
(Hasta no verte de ninguna manera es una novela, sino que es un testimonio,
como Me llamo de E. Burgos y de Rigoberta Menchú y Si me permiten de M.
Viezzer y de D. Barrios. Es ampliamente reconocido el hecho que muchos
libros de Poniatowska expanden el límite entre ficción y no-ficción, novela,
cuento y relato; novela y biografía, arrojando la clasificación literaria
convencional en el sano estado de confusión.)
A mi juicio, el género de Hasta no verte Jesús mío es discutible. Uno de los problemas es el
alias, el cambio de nombre de Josefina Bórquez a Jesusa Palancares, hecho que Josefina
resintió, "la [debía haber] hecho con su nombre y con fotografías de ella" dice Poniatowska
refiriéndose a la opinión de Josefina. (García Pinto 181); que es un filtro más entre el
personaje, la autora, la narradora, y el lector. En los testimonios mediados, idealmente, la
autora no debería interferir, ni mínimamente, porque se destruye el valor del testimonio,
que viene a "atestiguar" lo narrado, y el elemento de veridicción, una de las características
fundamentales del testimonio, se pone en duda.
Los críticos, por lo general, no prestan mucha atención al aspecto autobiográfico,
sino que los libros de Barrios y de Menchú se consideran como narraciones etnográficas, o
se destacan sus características ideológicas y se acentúa su dimensión política. En cambio, la
mayoría de los críticos (Tatum, Poot Herrea, López González) toman Hasta no verte como
novela. Es posible que el aspecto autobiográfico haya perdido crédito en los ojos de los
críticos, porque los etnógrafos (como lo son Burgos y Viezzer) tenían que "efectuar el paso
de la forma oral a la escrita" (Burgos 17). El resultado es un texto depurado de preguntas y
de verba dicendi: un texto monologizado tanto formal como ideológicamente. La diferencia
marcada entre la voz del testimoniante y la voz subyacente del/a mediador/a preserva la
69
persona del testimoniante como el/la Otro/a. "La voz del Otro aparece como una voz
distinta de la del mediador que se hace presente en notas a pie de página y otros
paratextos." (Achugar, "Notas" 65)
El carácter mediado del discurso autobiográfico no permite que el destinatario se
entere directamente del proceso de autodescubrimiento del testimoniante. En este sentido,
la veridicción del testimoniante no es evaluable. Como dice Sklodowska,
"lo único que sí podemos evaluar son las peculiaridades discursivas que van
configurando el poder de persuasión del testimonio: su capacidad de
hacernos creer en sus intenciones, su éxito en armonizar sus objetivos
(aspecto ilocutorio) con los efectos que de hecho tiene sobre el destinatario
(aspecto perlocutorio)." (120-21)
Tal y como Rey Chow dice, "Western Postmodernism transforms ethnicity into an abstract list of differences
which fails to challange the literary canon." (44) (El postmodernismo occidental transforma la etnicidad en una
lista abstracta de diferencias, que fracasa en su desafío del canon literario.)
70
EL PODER PATRIARCAL:
EL MODELO MARIANO Y EL MODELO MUSULMÁN
2. El modelo mariano.
En el catolicismo el lugar y el comportamiento de la mujer se define por el modelo
mariano, basado en la exégesis de la Biblia. Varias críticas (Stevens, Jehenson, Velasco) ven
el marianismo y el machismo como dos tradiciones complementarias. La polarización entre
lo femenino y lo masculino proyecta, en un nivel latente, conflictos de poder, y en un nivel
patente crea espacios separados, que se reflejan no sólo en las relaciones interpersonales,
Adriana Valdés y Teresita de Barbieri definen el origen del poder patriarcal y sus múltiples extensiones en las
instituciones legales, sociales, y en el espacio doméstico. (Valdés 30, Barbieri 112)
Cf. Los escritos de Lucía Guerra, Adriana Valdés y Helena Araújo, entre otras, que citaré más tarde.
Margot Badran comenta sobre los conceptos religiosos que mantienen la autoridad patriarcal: "Para los
varones, los imperativos morales están planteados en términos generales, mientras que para las mujeres, éstos
están estipulados específicamente, obligándolas a la sumisión frente a la autoridad masculina. ("Islam" 93)
73
No obstante, María Mercedes de Velasco opina: "el marianismo no es un fenómeno religioso, aunque su
nombre se deriva de la Virgen María. Este término se refiee a las actitudes consideradas culturalmente como
femeninas." (190) Sin embargo, Velasco no explica la relación entre el nombre del marianismo y su
caracterización del mismo.
74
Luce Irigaray destacó la posibilidad de subvertir lo simbólico en el discurso místico, porque se encuentra fuera
de la lógica del sistema lingüístico. (193)
La jerarquía Dios/hombre se encuentra en todas las religiones monoteístas, así como la jerarquía
hombre/mujer se encuentra tanto en el Catolicismo, como en el Islam y en el Judaísmo.
75
ultimately legitimized the authority of the Catholic Church and reinforced the opposition
between female emotion and male intellect." (165) (Confinado dentro del dogma católico la
experiencia mística, al fin y al cabo, legitimizó la autoridad de la Iglesia Católica y reforzó la
oposición entre la emoción femenina e intelecto masculino). De acuerdo a Diana Taylor
(37), en Latinoamérica las mujeres son consideradas con respecto al falo (sexualidad
practicada) en una de las cuatro posiciones:
madre virgen
(monja)
falo
Cabe añadir, que la palabra "civilizador" debe entenderse irónicamente, ya que, especialmente durante el siglo
XIX, frecuentemente se usaba del modo empleado por Sarmiento en Facundo, quien entiende por "civilización"
lo europeo y por "barbarie" lo americano. La formación ideológica de las naciones nacientes en América Latina
es un problema complejo, cuya discusión no cabe dentro de los marcos de este libro. Me limito a decir, que en
la época de la Independencia los intelectuales (como Sarmiento) exhibieron un esfuerzo por adquirir valores
europeos que formarían la base ideológica y cultural de los nuevos países. Este esfuerzo, manifestación de una
parte integral de la conciencia criolla, es el resultado de una conciencia "colonizada" que considera los valores
del colonizador como superiores a los de la cultura aborigen.
76
privada fue explicada "científicamente" según las pautas del positivismo, ya que durante la
Modernidad, entre tantas otras cosas, la mente y el cuerpo de la mujer se convirtieron en el
objeto de indagaciones científicas. En este contexto se concebía la conducta sexual de la
mujer, de acuerdo a la oposición cultura/naturaleza, que se ilustra en el modelo elaborado
por A.J. Greimas y François Rastier (141-43).
Permitido Excluido
(Cultura) (Naturaleza)
Se distinguen aquí cuatro categorías desde lo "prescrito" hasta lo "prohibido", que están en
yuxtaposición respectivamente. Vemos que las dos categorías permitidas o toleradas, lo
"prescrito" y lo "no prohibido" pertenecen a las relaciones humanas caracterizadas por la
"cultura". La "naturaleza" además produce otros tipos de relaciones, ambos vedados: no
prescritos o prohibidos. De esta manera la cultura domina a la naturaleza. Cabe mencionar,
que el adulterio masculino y el adulterio femenino se distinguen enormemente, no sólo en
su tolerabilidad, sino en que el adulterio masculino es juzgado como "cultural", mientras el
adulterio femenino es calificado como "natural". Cristine Brooke-Rose observa sobre la
opresión sexual de la mujer: "the system was doomed from the start, or rather, had to
depend for aeons on womens' silence, on the repression of their signified into the
unconscious." (el sistema se condenaba desde el comienzo, o más bien, por una eternidad,
tenía que depender del silencio de las mujeres, de la represión de su significado en la
inconsciencia.) (12) Las mujeres que manifestaban su "signified", fueron castigadas (Brook-
Rose 13) o se las tildó de "histéricas". (Cixous y Clément 23)
Esto explica, aunque sea en parte, el silencio profundo, "una castración ya sellada al
nivel histórico" (Guerra, "Invasión..." 50) en la escritura femenina decimonónica, que marca
el espacio de la sexualidad. Las protagonistas femeninas en las novelas decimonónicas son,
"signifié" Saussure comenta sobre el signifié: "I propose to retain the word sign [signe] to designate the whole
and to replace concept and sound-image respectively by signified [signifié] and signifier [significant]." (67)
(Propongo mantener la palabra signo para designar la entidad y reemplazar conepto y imagen sonora
respectivamente por significado y significante.)
77
ante todo maternales, ésta es su característica principal, ideal que corresponde a la Mater
Dolorosa. Su sexualidad se acalla, de acuerdo al deseo patriarcal y obedeciendo al modelo
mariano. En este contexto las escritoras del siglo XIX siguen, paso a paso, las imágenes ya
ficcionalizadas (idealizadas) sobre la mujer por el orden masculino, y así sus personajes
femeninos son sumisos, maternales y silenciosos. Sirven de ejemplo las obras de Clorinda
Matto de Turner, en especial Aves sin nido (1889), en la cual se encuentra la siguiente
conversación entre Lucía, la protagonista, y su marido:
En esta cita se ejemplifican varios indicios de una mujer que cumple con los requisitos del
ideal patriarcal. Es sumisa: "tampoco te contradigo" y muy ama de su casa, que se preocupa
de todo y de todos, en especial de la alimentación, que es un obvio gesto maternal.
Mercedes Cabello de Carbonera, contemporánea y compatriota de Matto de Turner, trata el
tema tabú de la prostitución en Blanca Sol (1889), pero lo hace de manera elusiva y con un
acentuado tono de censura: "ˇSilencio!... No se debe describir el mal sino en tanto que sirva
de ejemplo para el bien." (189) El "mal" se refiere al primer acto sexual de la protagonista
como prostituta. Surge la pregunta, si el tono desaprobatorio se refiere al acto de
prostitución, o al acto sexual abiertamente practicado por una mujer.
ˇAh! ˇel amor... el amor!... [...] ˇes esta brasa siempre chispeante y encendida,
es esta quemadura dolorosa y ardiente, que me hace sentir el dolor terrible
de la carne y me pone a pensar con ansia y con infinita nostalgia, en el dulce
silencio de la nada!... (219) (El destacado es mío)
Pese al "dulce silencio", Parra ya habla del "dolor terrible de la carne" y, en otras ocasiones,
la imaginación es el vehículo que lleva a María Eugenia, la protagonista, a librarse de su
calidad de objeto y a asumir su subjetividad femenina. No obstante, María Eugenia sigue las
Lucía Guerra describe el ambiente ficcional del siglo XIX, como un "scenario where men were the Subject
while women remained as the Other. ("Rite of Passage..." 6) (un escenario donde el hombre era el Sujeto
mientras que la mujer permanecía como la Otra.) En otro artículo la misma Lucía Guerra dice a propósito de
78
normas decimonónicas en la novela: se casa sin amor y vive en la "mentira sublime del sufrir
callando!... ˇSacrificio!" (360) El sufrimiento y el sacrificio son claves importantes en la
novela, cuyo título, Ifigenia, se refiere a la mujer que muere sacrificada en "los altares
patriarcales". (Castellanos 14) La idea de "sufrir callando", de unir el silencio y el sufrimiento
recuerda a la definición de Consuelo Navarro sobre el marianismo, el cual según ella, es la
"aceptación-realización de la condición femenina a través del sufrimiento como catarsis
permanente." (91) El silencio simboliza la aceptación o resignación frente al sufrimiento. Sin
embargo, la novela de Teresa de la Parra no sigue enteramente el modelo mariano y acaba
con una intensa descripción de la unión carnal imaginaria de la protagonista con el amante
imaginario. Aunque la subversión de María Eugenia no llegue a realizarse, sino que se
mantiene al nivel imaginario, definitivamente representa un paso adelante respecto al
silencio total de las obras anteriormente mencionadas, en las cuales a los personajes
(femeninos, sobre todo) no se les permite expresar ni siquiera lo imaginado o deseado en
cuestiones de la carne.
De acuerdo a los criterios esbozados arriba, la "pureza" u "honestidad," son dos
cualidades indispensables de la mujer "decente". La mujer se tildaba de "honesta" o
"indecente" según el espacio donde circulaba. Por ejemplo, la prostituta tenía acceso al
espacio público a cambio de su "honor", pero la mujer "decente" se veía obligada a
permanecer en el espacio privado para no perderlo. Estas categorías se ven ampliamente
ilustradas en la novela de Martha Abreu de Esteves, Meninas Perdidas: Os populares e o
cotidiano do amor no Rio de Janeiro da Belle Epoque (1989), un "estudio" del crimen de la
defloración (por violación), donde el énfasis no cae sobre la realización del acto, sino sobre
la posición moral de la mujer. En esta novela se ve ejemplificado lo que se dijo
anteriormente sobre la relación entre el "honor" de la mujer y el espacio en que ella se
mueve. En Meninas Perdidas los personajes femeninos podían considerarse "deshonestas"
por la sociedad, si su comportamiento no se conformaba a las normas burguesas, si ellas
salían a la calle (espacio público) o participaban en festivales populares, o, simplemente,
demostraban el menor indicio de independencia. El modelo de conducta conformado por
Teresa de la Parra, que su "protagonista deja de ser Objeto pasivo y Otro subordinado para convertirse en una
Subjetividad femenina que es iniciadora/receptora de la actividad sexual y el placer." ("Invasión..." 51)
Rosario Castellanos comenta sobre la connotación de la "pureza" femenina: "Desde luego es sinónimo de la
ignorancia. Una ignorancia radical absoluta de todo lo que sucede en el mundo pero en particular de los
asuntos que se relacionan con "los hechos de la vida" como tan eufemísticamente se alude a los procesos de
acoplamiento, reproducción y perpetuación de las especies sexuadas, entre ellas, la humana. Pero más que
nada, ignorancia de lo que es la mujer misma." (13) (El destacado es mío.) Consecuentemente, la "pureza" sirve
para dos propósitos: 1. controlar la capacidad procreativa de la mujer y 2. mantenerla en la ignorancia para
facilitar la dominación.
79
Me refiero a los relatos siguientes: Somers, "El derrumbamiento"; Peri-Rossi, "La anunciación"; Valenzuela,
"Proceso a la Virgen."
80
con todo el cuerpo." (Schóo 63) Escribir "con todo el cuerpo" es una manera de conocerse,
representarse. María Luisa Lerer relaciona directamente el autoconocimiento y la escritura.
[ella] supo de sus líneas perfectas y de su piel. Esa piel, El, oscuro. . . . Animal
de la noche, él se estira a lo largo de su cuerpo y ella sabe que es lo más bello
que ha tenido al alcance de la mano. Acaricia la tersura, la sedosa piel de boa
constrictor en lo más lujurioso y profundo de la selva. Su selva... (69)
En este pasaje se percibe la inversión de recursos del discurso erótico tradicional. El relato
"revierte la metáfora . . . mujer/madre" (Morello-Frosch 26) y, de este modo, pone de
manifiesto la subversión del modelo mariano, al destacar a la figura de la mujer/amante.
Una preocupación frecuente de la crítica femenina/feminista (cf. Castro-Klaren, Masiello, Maeso, Guerra y
muchas otras) es el hecho que la mujer fue descrita por el hombre, según los conceptos, juicios y posibles
prejuicios que éste poseía sobre la mujer. Según estas críticas, una de las tareas más importantes de las
escritoras es hablar de ellas mismas "desde adentro."
81
Sobran ejemplos en la escritura femenina, ya sea ésta narrativa o ensayo, de la inclusión irónica de la tradición
culinaria para subvertir los conceptos falogocéntricos, específicamente para combatir la idea de que el (único)
lugar apropiado para la mujer sea la cocina. Me refiero a Las mil y una calorias, novela dietética de Margo
Glantz, al "Recetario" de Talking back, de Debra Castillo. (ix-xii), a "Alta Cocina" de Amparo Dávila, a "Lecciones
de cocina" de Rosario Castellanos, y finalmente al ensayo de Rosario Ferré: "La cocina de la escritura".
En Como agua para chocolate la relación entre la comida y las cualidades humanas es irónica. Sin embargo, en
la literatura universal hay ejemplos que manifiestan una relación metonímica entre la comida y la naturaleza
humana. La obra en la cual se pone en relieve esta relación es A la rechčrche du temps perdu de Proust.
82
Con lo perfeccionista que era Mama Elena y el cuidado que siempre ponía
para que no quedara aire dentro de los chorizos, fue verdaderamente
inexplicable para todos que una semana después encontraran los chorizos
invadidos de gusanos en la bodega donde los había puesto a secar (103)
"Postmodern discourse demands not the negation of the already said, but its ironic rethinking." (Eco 68) (El
discurso postmoderno no exige la negación de lo que se ha dicho ya, sino [propone] repensarlo irónicamente.)
83
la expresión femenina en el futuro, porque son los más apropiados para deconstruir o
subvertir las normas establecidas, cuyo cuestionamiento es un hecho hoy en día.
Joan Phyllis Monego comenta: "While the Koran upholds the equality of men and women in the sight of God,
the sharia, the man-made code of islamic law, based on an interpretation of the Prophet's teachings, spells out
women's subordinate nature and inferior status." (127) (Mientras que el Corán mantiene la igualdad entre el
hombre y la mujer ante Dios, the Sharia'a, el código de leyes islámicas hecho por el hombre y basado en las
enseńanzas del Profeta, registra la naturaleza subordinada y el estatuto inferior de la mujer.)
Haram (árabe) quiere decir pecado, prohibido, transgresión de normas religiosas. (Esta palabra es el origen
del harén (harem or haram).
84
"South of the Mediterranean, the veil no longer hides only the hair, but the
entire face. . . . The Greek wife who shows her face at the front window of her
house is committing a breach of conjugal fidelity, which, in her husband's
eyes, is worthy of divorce. (Aristophanes, Thesmophoriazusae, lines 797-801)
It is likewise a breach of conjugal fidelity for the Roman wife (2nd Century BC)
to go out of her house without her husband's knowledge or to show her
uncovered face in public. (Plautus, Mercator, Act IV, Scene 5.)" (171)
(Al sur del Mediterráneo el velo no sólo oculta los cabellos, sino el rostro
entero. . . La esposa griega, quien muestra su cara en la ventana delantera de
su casa, comete la violación de la fidelidad conyugal, lo cual, a los ojos de su
marido, merece el divorcio. De igual manera viola la fidelidad conyugal la
esposa romana al salir de su casa sin que su marido lo sepa o al mostrar su
cara descubierta en público.)
Una de las instituciones que mejor muestra la naturaleza de este sistema es el harén. El
harén no es un lugar de holgura donde se encuentran encerradas centenares de mujeres
esperando al amo/marido. De acuerdo a Mernissi "the harem to most arab families referres
to a gender segregated lifestyle, reinforced at home. It has very little to do with sex, and
much to do with control, and it vanished some 30 years ago." (el harén, para la mayoría de
las familias árabes, se refiere a un estilo de vida de segregación genérica reforzado en casa,
El harén ha constituído uno de los mitos orientalistas más importantes. Malek Alloula en The Colonial Harem
demuestra la costrucción psicológica de este mito, y a la vez, denuncia la mirada del colonizador sobre las
criaturas exóticas, cuasi humanas... Como lo dice Wlad Godzich, "Western thought has always thematized the
other as a . . . potential same-to-be, a yet not same." (xiii) (El pensamiento occidental siempre ha tematizado el
otro como un igual potencia, pero no del todo igual.)
85
que tiene muy poco que ver con el sexo y mucho con el control, y desapareció hace unos
30 ańos). ("Out of the Harem")
Por estas razones en la novela maghrebina, tanto en la escrita por mujeres, como en
la de hombres domina el tema del intercambio sexual. El modelo maghrebino de conducta
femenina es determinado por el espacio. La sociedad es segregada, los hombres y las
mujeres tienen contacto esporádico y superficial. La esfera pública pertenece al hombre y la
privada (doméstica) a la mujer. La seńal más evidente de esta división es el hijab, o velo
islámico que se le asigna a las mujeres para crear un "pequeńo espacio doméstico"
alrededor de ellas, cuando penetran en el espacio público. Esta territorialidad "sets patterns
of ranks, tasks, and authority" (establece los patrones de rango, quehaceres y autoridad).
(Mernissi, Beyond 169) La socióloga marroquí no cree que la segregación sea de naturaleza
religiosa, más bien piensa que es la expresión social de una división específica de poder y
autoridad dentro del sistema económico. (Beyond xvi) De acuerdo a Issa J. Boullata, quien
comenta sobre el trabajo de Mernissi, la tesis principal de la socióloga no plantea que el
sistema patriarcal maghrebino se oponga a las mujeres a priori, sino que se opone a las
relaciones de los dos sexos, que, de acuerdo al sistema patriarcal, tiene "consecuencias
destructivas" con respecto al ordenamiento de la sociedad entera. (132) En el espacio
público y aun en el espacio doméstico la segregación impide la intimidad entre la pareja. El
concepto islámico de la praxis sexual dentro del el matrimonio también sirve el mismo
propósito. Según la interpretación religiosa, el impulso amoroso del hombre se considera
como la pérdida de control sobre sí. El abrazo íntimo es símbolo del caos, cuando el mal
puede actuar. (Qur'an, 3, 113) Todo esto expresa un antagonismo entre Alá y la mujer. Esta
idea es la base de la misoginia en el Maghreb. Es más, el hombre, como en América Latina,
es responsable por la "pureza" de las mujeres en su familia, y si alguna de ellas practica
sexualidad "ilícita", este hecho crea un estigma en el honor de toda la familia. Aquí vemos la
misma relación entre la actividad sexual femenina y el honor de la familia, particularmente
el de los miembros masculinos, que se observa en América Latina. Cabe ańadir que, al igual
que en América Latina, este concepto de honor está en relación directa con la masculinidad.
La mancha en el honor equivale a la castración sexual. En sociedades, donde el rol sexual
La más novela más destacada escrita por un hombre sobre este tema es La répudiation (1969) de Rachid
Boudjedra.
Jean Franco explica, en relación al status privilegiado de la madre, y la relación especial que goza la madre
con el (los) hijo(s) en una sociedad (como muchas en el Tercer Mundo), "scarred by violence and death . . . it is
not surprising to observe a certain feminization of values." (508) (El destacado es mío.) ([sociedad] herida por la
violencia y la muerte, no es sorprendente observar una cierta feminización de valores). Debra Castillo sugiere,
en respuesta a la idea de "feminization of values", que en la sociedad, donde esto ocurre, se enfatizan los
"'macho' values, while hiding the scars of an inbred inferiority complex..." (16) (los valores 'macho' mientras
ocultan las cicatrices de un complejo de inferioridad ingénito).
86
está tan clara y rígidamente definido, poner en duda la capacidad sexual de un hombre (ya
que las mujeres no deben practicar sexualidad activamente, excepto dentro del matrimonio)
resultan devastadoras, no sólo para el hombre, sino por extensión, para todos los miembros
masculinos de la familia. La segregación social causa, como consecuencia secundaria, que la
solidaridad sea muy fuerte entre los miembros del mismo sexo, a costas de la represión
sexual, que se experimenta en ambos sexos. Esta represión tiene amplia manifestación en la
narrativa maghrebina, según Evelyn Accad lo sugiere en su análisis sobre literatura
norafricana, Veil of Shame.
"Ce que j'ai voulu montrer, c'est la prise de conscience de Dalila, une jeune
Algérienne en révolte contre la tradition, son milieu, sa famille. J'ai voulu
montrer comment dans un monde calme oů rien objectivement n'avait
encore changé se développait un processus qui laissait deviner les
boulversements futurs." (Djebar citado por Memmi, Anthologie 101-02)
(Lo que yo quería mostrar es la toma de conciencia de Dalila, una joven
argelina en rebelión contra la tradición, contra su medio, contra su familia. Yo
87
El hammam es el bańo turco público, muy frecuentado hasta la fecha por los maghrebinos, aunque muchas
familias tienen todas las facilidades higiénicas en su hogar. La razón es la tradición, el contacto social y la
dimensión religiosa del hammam transmitida por la tradición y por el requisito de la limpieza física como
símbolo de la limpieza espiritual, un concepto fundamental en la religión musulmana. Este concepto se lleva a
la práctica por medio de las abluciones rituales que los musulmanes practicantes realizan cinco veces al día
antes de rezar. De acuerdo a Abdelfettah Kilito, en el hammam, además de la practica higienica, se
experimentan "significant moments of human existence in the way they are depicted by religion: life and
death, submission and revolt, virtue and vice, pardon and blame, hope and despair, this world and the next
one, joy and suffering, the appeal addressed to God and the problematic answers that descend from above."
(203) (momentos significantes de la existencia humana de la manera descrita por la religión: vida y muerte,
sometimiento y rebelión, virtud y vicio, perdón y culpa, esperanza y desesperación, este mundo y el siguiente,
placer y sufrimiento, la súplica hacia Dios y las respuestas problemáticas que descienden desde arriba).
89
Muchos autores ven la "modernidad" como equivalente a los valores occidentales, que no son
particularmente atractivos para muchos en el Maghreb, porque los igualan con los valores del colonizador
francés. Este problema se manifiesta con muchas variantes en el mundo postcolonial.
En la cultura occidental (hoy en día) es deseable que la mujer se eduque hasta donde le sea posible. Según la
tradición maghrebina, la mujer debe educarse hasta cierto punto, pero su obligación primaria y su raison d'ętre
es casarse y criar hijos.
90
(El libro inspira una nostalgia colonial, por haber atribuido los cambios de
costumbres a una francesa benevolente quien simboliza el colonialismo
benigno).
Será la mirada del colonizador, internalizada por Lemsine, que la motiva a descartar varias
costumbres tradicionales como "supersticiones" y la novela contenga varias expresiones en
árabe (¿como couleur locale?) bien explicadas en notas a pie de página para el destinatario
(¿francés?) que no habla árabe. Surge la pregunta: ¿a quienes está destinada la novela? El
hecho que Lemsine no intentó publicarla en el Maghreb, sino que la publicó en París, apoya
el prospecto del destinatario francés. En cuyo caso, la novela es una apología del "nativo
salvaje" y una demostración de que las mujeres maghrebinas, después de la liberación de
su país, no han perdido "la civilización", que el colonizador les había inculcado. La
preocupación de la autora por el destinatario parece motivar, en parte, el comentario de
Mildred Mortimer:
"Why does Lemsine denies her heroine a life of happiness? There are two
equally plausible and conflicting answers. Perhaps she is too conservative, or
believes her reading public is." ("A Feminist Critique" 37) (El destacado es mío.)
¿Por qué le niega Lemsine a su heroína una vida feliz? Hay dos respuestas,
igualmente creíbles y conflictivas. Quizás ella sea demasiado conservadora, o
que crea que su público lo es).
El personaje que Mortimer llama "heroine" es Faiza, uno de los tres personajes claves en la
novela. Ella fue a completar sus estudios (de medicina) en la capital y volvió a su pueblo
embarazada. Después de muchos conflictos, al final, la familia y los habitantes del pueblo se
resignan a la presencia del nińo, pero Faiza es estrictamente supervisada y se ve obligada a
renunciar a la posibilidad de una vida privada y sexual. Estas condiciones mutilan parte de
su ser e impiden su felicidad. En La chrysalide, en contraste con las novelas de Assia Djebar,
Lemsine no subvierte los valores patriarcales, porque sigue representándolos como modelo
en sus novelas, pese a su propia caracterización de La chrysalide como una novela
feminista. (Achour 112) En su deseo de lograr una conciliación entre la tradición
maghrebina y los valores "modernos", occidentales, la autora se presta a reforzar el discurso
hegemónico, tanto el colonial como el masculino. Khodja (110) y Lazreg (203) atribuyen
Rama dice que estas prácticas "[S]iguen certificando . . . la conciencia del letrado de que está desterrado en las
fronteras de una civilización cuyo centro animador (cuyo lector también) está en las metrópolis europeas." (La
ciudad letrada 52) Sin admitirlo, o quizás sin estar consciente de ello, Lemsine actúa de acuerdo a estos
criterios en la creación y publicación de sus obras.
91
Lemsine misma, siendo la esposa de un diplomático de alto rango, es parte y "mouthpiece" de la burguesía
maghrebina. (Lazreg 202)
La problemática es muy compleja, porque todas las coordenadas que podrían ayudar a proveer una
respuesta, se están alterando también. Todos estos cambios se interrelacionan y se influyen mútuamente. La
condición de la mujer frente a la hegemonía masculina depende, en gran medida, de la condición política y
social del medio en que se encuentre. El medio postcolonial, a su vez, se caracteriza por sus ambvivalencias
políticas, económicas, sociales y, por supuesto, culturales. El colonizador de ayer pertenece al mundo
postmoderno de hoy, cuya característica principal es el movimiento constante, el cambio constante. (Eppur si
mouve.)
Es un caso paralelo a los chicanos de los Estados Unidos, quienes se educan en inglés y en casa hablan
espańol, un espańol básicamente oral en naturaleza y en extensión léxica.
92
embargo, en la burguesía todavía existen mitos sobre los usos del francés, como idioma de
gestiones oficiales, idioma de comunicación intersexual. En cuanto a la comunicación entre
el hombre y la mujer, se debe recordar que, según la tradición árabe-maghrebina se
prescribe la segregación de los sexos. De modo que, ciertas cosas "no se pueden/deben
decir" en árabe, porque parecen transgredir las normas de la segregación, pero sí en
francés, cuyos códigos permiten la comunicación intersexual.
Assia Djebar explicó repetidas veces, que ella escribe en francés por varias razones: 1.
porque ella no es de descendencia árabe (cosa que no quiere decir que no hable ese
idioma), sino que es de origen kabyle (berebere). 2. Pertenece a la generación descrita
anteriormente, de los que se educaron en francés únicamente. 3. Está consciente de violar
los tabúes de la tradición maghrebina al tratar explícitamente el intercambio sexual entre la
pareja. (Me refiero al capítulo "Au-delŕ" de Les alouettes naives.) El uso del francés le da
mayor libertad para tratar este tema. (Djebar, entrevistas con Mortimer, Zimra passim) Page
resume las razones de la preferencia de Djebar por el francés: "French thus simbolizes an
escape route of resistance against the Muslim sexual economy" (de esta manera el francés
simboliza un camino de escape de la resistencia contra la economía sexual musulmana).
(46)
La resistencia contra el patriarcado y el deseo de cambiar la condición femenina
parece ser la motivación de la escritura de muchas autoras, tanto maghrebinas, como
latinoamericanas, que incluyen el tema del intercambio sexual en sus escritos. El cambio es
deseado en el terreno social y discursivo. La subversión del discurso impregnado de valores
patriarcales puede influir en la mentalidad de la sociedad en general y en la mentalidad
masculina en particular, y resultar en cambios positivos para la mujer, siempre y cuando la
sociedad esté en condiciones de aceptar tal discurso.
Andrea Page trata el conflicto lingüístico en la obra de Djebar en su artículo "Rape or Obscene Copulation?:
Ambvivalence and Complicity in Djebar's L'amour, la fantasia." Aunque algunos puntos de su análisis parecen
insuficientemente fundamentados, como la supuesta equivalencia entre amor y violencia (en L'amour, la
fantasia), (44) otros, sobre la opción de utilizar el francés para "textual treatment of the patriarchal economy of
desire" (44) (el tratamiento textual de la economía patriracal del deseo) sin considerar los códigos lingüísticos
inscritos en el idioma, apoyan mi opinión sobre la ambvivalencia lingüística manifestada en el texto de Dejbar
y de otras escritoras maghrebinas que escriben en francés.
Mucho se ha discutido (sin resolver el dilema) el uso del idioma del colonizador vs. el uso del idioma
vernacular en la literatura maghrebina. (Cf. Mortimer, Adalai, Page, Woodhull, etc., además de las entrevistas
de la misma Djebar con Zimra, Mortimer)
En Argelia el surgimiento del fundamentalismo en la última década causó un bloqueo vehemente de todo
discurso feminista, tanto literario como social.
93
Se ha hablado mucho del carácter cíclico de la fisiología femenina (el cíclo menstrual, por ejemplo), a
diferencia del carácter linear del hombre. Luce Irigaray propone que la fisiología de la mujer es fuente natural
para la creación del lenguaje. (Ce sexe 103)
IV.
LA CONTRAHISTORIA FEMENINA
considerablemente del discurso del siervo. El amo tutea al siervo, y éste, a su vez, se dirige a
su amo tratándolo formalmente de Usted y llamándolo "amitosumercé" (Icaza) o bien,
"Seńor Patrón" (Jácome).
Para dar un ejemplo, en Argelia durante el período colonial a los nińos (argelinos) se les enseńaba solamente
la historia de Francia, (en francés) que infaliblemente comenzaba con "Nos ancętres, les gaulois..."
La exclusión se lleva a cabo borrando la individualidad de los que carecen del poder. Se sabe el nombre de los
que poseen el poder, pero el de los otros no se guarda en los registros. A menudo, se hace una masa anónima
de la gente que muere en las guerras, por ejemplo.
97
escritura femenina que se expresa sobre la historia es una forma de contrahistoria. Para
iniciar el análisis partiré desde el modelo siguiente, en el cual se observan las características
no sólo diferentes, sino opuestas de la historia oficial y de la contrahistoria.
contrahistoria las voces antes excluidas: la de las mujeres, la de los pobres, la de los que no
tienen cargo oficial. Como estas fuentes se expresan desde una perspectiva individual, su
discurso es espontáneo y manifiesta esperanza, la fe del ser humano en el futuro. Se puede
argüir que la historia oficial también proyecta un futuro positivo en su tono triunfalista,
aunque la fe no se expresa en el futuro de los seres humanos, sino que en el sistema, que la
historia oficial trata de defender, justificar y mantener.
La contrahistoria es una reacción a la historia oficial, es la versión del subalterno
sobre eventos históricos, algunos ya registrados en los textos de la historia oficial, otros ni
mencionados. De modo que el programa de la contrahistoria es contradecir, o corregir
ciertos aspectos de la historia oficial, o revelar otros aspectos no incluídos. El discurso de la
contrahistoria no es el único discurso en el Tercer Mundo, por supuesto. Los intelectuales
latinoamericanos y maghrebinos (y los otros) se han apoderado del discurso hegemónico,
cultivan el discurso bajtiniano, foucaultiano, habermasiano, el discurso deconstructivista,
etc. "Pero ojo", nos advierte Arturo Arias, los intelectuales tercermundistas cultivan estos
discursos "siempre carnavalizando, siempre ironizando, porque existe la conciencia de un
ser, un sujeto diferente, que se apropia del discurso hegemónico, buscando transformarlo
de acuerdo a sus propios intereses." (77)
Para dar un ejemplo, en los libros sobre la historia de Latinoamérica, por lo general, al tratar el período
colonial no se incluyen las numerosas sublevaciones indígenas, (al menos 314, solamente en la audiencia de
Quito) (Moreno Yáńez 17) con la excepción de la de Túpac Amaru (1781-82)
La representación masculina y femenina de la guerra y sus consecuencias difieren enormemente. Elias Khoury,
un escritor libanés compara a Beirut devastada por la guerra civil a una prostituta que se entrega a cualquiera.
En cambio, Ethel Adnan, libanesa también, quien recurre igualmente a una metáfora sexual para hablar de la
ciudad destruida, la ve como víctima de violación. (Accad, Sexuality 1-2, Marx-Scouras 175)
Gioconda Belli declara en una entrevista: ". . . quería tocar el tema de la participación revolucionaria del sector
pequeńo burgués y burgués de la sociedad. . . El otro tema fundamental es el de la mujer, żno?" (Waters 128)
99
participación sexual de la mujer que brota de la misma energía que su participación en las
actividades bélicas. Esta energía inspira la toma de conciencia, tanto política como
femenina. De esta manera se llega a la fusión de los dos motivos, la de la historia nacional,
colectiva y la de la historia femenina, individual. La contrahistoria se inscribe en ambas
novelas por medio de la voz femenina. La voz femenina en La mujer habitada aparece en
primera persona y pertenece a una narradora homodiegética: Itzá, la indígena (mítica)
centenaria quien habita en el naranjo en el jardín de la protagonista, Lavinia; y la nińa, a
quien no se nombra, es una 'je', 'une petite fille arabe'('yo', una nińa árabe) (3), en L'Amour,
la fantasia. En ambas novelas a las narradoras se les concede la voz en los capítulos
intercalados con el otro hilo narrativo, relatado por una narradora hetero y extradiegética
anónima, cuyo género no se aclara, solamente se sospecha que es mujer por los detalles
que se incluyen en la narración.
En ambas novelas se retratan dos épocas históricas, la de la invasión por el
colonizador y la lucha por la liberación del país. La diferencia está en que en L'Amour, la
fantasia el enemigo en la lucha por la liberación es el mismo colonizador y en La mujer
habitada es otro, es la oligarquía nacional apoyada por los esfuerzos neocolonialistas. Lo
que parece ser una relación inversa, es la aparición de la narradora homodiegética: Itzá
relata en primera persona la lucha contra el colonizador espańol, en cambio, la invasión de
Argelia por los franceses está narrada por la narradora hetero y extradiegética,
posiblemente, para mantener la distancia temporal, aproximadamente 125-130 ańos. Esta
diferencia se explica por los aspectos autobiográficos inscritos directamente en L'amour, la
fantasia, que se refieren a la época de la guerra de liberación. En La mujer habitada, en
cambio, las referencias, tanto autobiográficas como geográficas, se inscriben
indirectamente. El espacio geográfico llamado Faguas es el paradigma de una república
centroamericana, en la proximidad de los Estados Unidos y habitada por muy ricos y muy
pobres. María A Salgado opina: "La mujer habitada se desarrolla en la capital del imaginario
país de Faguas, cuyos lagos y volcanes sugieren la ciudad de Managua." (232) Con respecto
a los aspectos autobiográficos, éstos no son evidentes, pero lo que se sabe de la vida de
Gioconda Belli, el ambiente privilegiado de su infancia y de sus experiencias en el
movimiento FSLN, corresponden a la vida de Lavinia. Ambas novelas delinean diversos
patrones de resistencia, que surgen como una respuesta a los diferentes aspectos de la
Cherrie Moraga formuló este pensamiento de la siguiente manera: ". . .the only hunger I have ever known was
the hunger for sex and the hunger for freedom and somehow, in my heart, they were related and certainly not
mutually exclusive." (16) (La única hambre que he conocido era por sexo y por libertad que, de alguna manera,
en mi corazón estaban relacionadas, y por cierto, no eran mútuamente exclusivas).
En La mujer habitada los capítulos narrados por Itzá comienzan con el signo gráfico de un círculo y los
capítulos narrados por la narradora heterodiegética comienzan con un pequeńo cuadrado.
100
La Otra se apropia del lenguaje del colonizador para comunicar su mensaje. "ˇCómo
aprendimos a odiar esa lengua que nos despojó, nos fue abriendo agujeros en todo lo que
hasta que llegaron habíamos sido!" (La mujer 27) La narradora de Djebar va más allá y
utiliza la lengua del colonizador no solamente para expresar su odio, sino la emplea como
un arma de resistencia consciente. Hablando de Pélissier, un historiador francés quien, en
un recuento osado, registró para la historia el horror de los cadáveres argelinos
(masacrados por los franceses) la narradora reacciona: "me renvoi nos morts vers lequels
j'élčve aujourd'hui ma trame de mots français" (me devuelve nuestros muertos hacia los
cuales yo alzo hoy día mi trama de palabras francesas) (El destacado es mío.) (92) La
narradora de Djebar no sólo se apropia de la lengua del colonizador sino de su escritura
también. Mientras Itzá se mantiene en la oralidad, la narradora anónima de Djebar asume la
escritura como un arma de liberación, esta vez no del colonizador, sino de la opresión
patriarcal. En un juego de palabras, a la manera de la "différance" de Derrida, Adrea Page
En La mujer, Itzá dice: "'La tierra es redonda y achatada como una naranja'. Era el gran descubrimiento de los
espańoles. Me río de ellos." (37)
101
seńala la relación homonímica entre la oralidad (les cris) y la escritura (l'écrits) en francés.
"'L'écrit' in French becomes 'les cris' of a newly-found liberation that allows her to evade
'l'interdiction d'amour' prevalent in Algerian culture". (La 'escritura' en francés se convierte
en 'los gritos' de una liberación redescubierta, que le permite evadir la 'prohibición del
amor', prevalente en la cultura argelina.) (45) En la lengua árabe, según la tradición, no se
expresa el amor verbalmente, a un destinatario vivo, a no ser de que se trate de poemas o
canciones, que se consideran abstractas. Por eso, muchos escritores maghrebinos recurren
al francés para manifestar sentimientos de amor y para escribir de la sexualidad, como lo
explica en largos pasajes metatextuales Khatibi en Amour bilingue (4-6). De esta manera el
lenguaje del colonizador constituye una ruptura con la tradición patriarcal. El uso de la
lengua y escritura francesa (a diferencia de la lengua y escritura árabe) desempeńa un doble
papel de resistencia en L'amour, la fantasia, por un lado, como sujeto (post)colonial y por
otro, como sujeto femenino.
Kalaam o kalma, kalima (son variaciones dialectales del mismo vocablo) aparece también relacionado al
francés mot (vocablo) en Amour bilingue. (4) No se debe confundirla con qalam (pluma de escribir) que se
refiere además a la palabra escrita.
102
La mano amputada simboliza a Argelia mutilada físicamente por la guerra, así como por la
pluma (qalam) por una historia escrita por el colonizador (historiadores, escritores, artistas
franceses) y, al mismo tiempo, en el aspecto femenino, la mano amputada representa el
deseo de las mujeres argelinas de escribirse, de expresarse por ellas mismas. (Marx-Scouras
176)
En La mujer habitada también se une la imagen del cuerpo femenino con el "cuerpo"
del país. Itzá, penetrada el cuerpo de Lavinia, lo describe desde adentro "en términos del
paisaje atemporal del país." (Salgado 234)
Lavinia guarda grandes espacios del silencio. Su mente tiene amplias regiones
dormidas. Me sumergí en su presente y pude sentir visiones de su pasado.
Cafetos, volcanes humeantes, manantiales. Envueltos en la densa bruma de la
nostalgia. (48)
En el Capítulo II incluí la misma cita en otro contexto. Ahora la vuelvo a emplear, porque me parece una
manifestación clave de la estrategia literaria de Djebar.
La palabra qalam (pluma de escribir) no es la misma que kaalam (palabra pronunciada) [citado anteriormente]
aunque, evidentemente, los dos vocablos tienen origen común.
103
"The first person voice of an Indian woman in the resistance to the Spanish
conquest that finally merges with the third person relation of Lavinia's
political development suggests, too, a deeper history to the question of
gender, ethnicity and politics in Central America. . . . Lavinia has her very class
and gender positions enlisted by the resistance - and materially transformed."
(160-161)
(La voz, en primera persona, de una indígena en la resistencia contra la
conquista espańola, es la que finalmente se funde con el relato, en tercera
persona, del desarrollo político de Lavinia, que también sugiere una historia
más profunda sobre la cuestión de género, etnicidad y política en América
Central. . . Las posiciones de clase y de género de Lavinia son enlistadas por la
resistencia, y se transforman materialmente.)
Belli misma explica la razón de elegir a Lavinia, una mujer de la clase privilegiada como la
protagonista de una novela sobre la lucha contra la dictadura:
Lavinia, por pertenecer a la "vieja aristocracia" estaba destinada a tener una vida como su
alter-ego, Sara. Pero Lavinia tiene la capacidad de pensar libremente, "a liberal attitude"
(una actitud liberal), que la lleva a ejercer su libertad sexual y "her sexuality comes coupled
with proposals for national liberation." (Su sexualidad está unida a las propuestas de
liberación nacional.) (Rodríguez 181)
La función contrahistórica de la literatura no sólo se relaciona con eventos históricos
incluidos o excluidos en la versión oficial, sino que se manifiesta en el énfasis en la
participación femenina. A su vez, contradice lo diseminado por la historia oficial sobre la
participación de pobres exclusivamente en el FMLN. Belli misma, en una entrevista (citada
anteriormente en este Capítulo), subraya la importancia de la participación directa de
diversos sectores sociales en el movimiento FMLN, a cuyas filas no sólo se incorporaban los
pobres. Como dice Flor, amiga e inicidadora de Lavinia en el "Movimiento", hablando de la
actitud del gobierno sobre los que forman el "Movimiento": "[L]a verdad es que, en este
país, cuando pertenecés a determinada clase, sos prácticamente fuera de toda sospecha. . .
Tienen una visión muy clasista de la represión y la conspiración." (271)
La contrahistoria está inscrita en el discurso de Itzá, porque relata un evento histórico
(la conquista), desde una perspectiva que no está incluida en la versión "oficial", donde la
lucha de Itzá y Yarince apenas se menciona. Se la conoce como una leyenda (que puede ser
cierta o no).
"Hay un Yarince indígena, cacique de los Boacos y Caribes, que luchó más de
quince ańos contra los espańoles. Es una historia hermosísima. . . Por cierto,
aunque no se sabe si es leyenda o realidad, Yarince tuvo una mujer que peleó
con él. Deberías leer sobre eso." (205) (Los destacados son míos.)
Itzá, refuta la versión oficial con su existencia textual. Flor, quien está incorporada en el
"Movimiento" contra la dictadura, cuenta la historia de Yarince e Itzá a Lavinia denunciando
los silencios en la historia oficial:
"Casi no se conoce la resistencia que hubo aquí. Nos han hecho creer que la
colonia fue un período idílico, pero no hay nada más falso." (205)
La contextualización es muy importante en ambas novelas. Además de las estrategias
descritas arriba, los epígrafes en ambos textos desempeńan una función hermenéutica,
105
De acuerdo a Wolfgang Iser, el texto intertextualizado puede incluir: obras literarias anteriores, normas
sociales e históricas, o todo el cúmulo cultural del cual surge el texto intertextualizante. (62)
La "fantazya" en la cultura árabe es la ostentación de juegos militares a caballo en conjunto, donde la estética
juega un papel importante. Los participantes demuestran su habilidad guerrera en el uso de la espada.
106
Entre las cuatro funciones del epígrafe la segunda es la más evidente. El amour, la
fantasia está dividida en tres partes. Cada parte se introduce por un epígrafe. El primer
epígrafe viene del diario de Fromentin, un pintor viajero en Africa del Norte, quien dio
noticia de la colonización en sus escritos y pinturas. En la primera parte de la novela se
destacan los aspectos autobiográficos, porque la narrativa está enfocada en la infancia de la
"petite fille arabe", narradora anónima y, en pasajes intercalados, se recuentan las
atrocidades de los colonizadores, eventos que fueron registrados en la versión oficial de la
conquista de Argelia. La segunda parte representa organización colonial en Argelia,
(paralelamente a la historia de la muchacha árabe, aunque este aspecto es menos enfático
en esta parte, que en la primera). La segunda parte del texto está escrito como
contrahistoria, pues "draws on the archives, and disinters little-known eye-witness accounts
written at the time by artists, obscure officers, publicists (whom we would call now war-
correspondents) and various camp-followers." (extrae [información] de archivos y
desentierra relatos poco conocidos de testigos escritos en aquel tiempo por artistas,
oficiales oscuros, publicistas [a los que hoy día llamaríamos correspondientes de guerra] y
diversos seguidores de campamento.) (Blair n.p.) El epígrafe de la segunda parte viene de la
pluma de Ibn Khaldún y habla de la penetración árabe en el área y el maltrato de las tribus
berebere. El paralelo es obvio entre la ocupación árabe y la francesa. En cambio, la tercera
parte, además del epígrafe sobre Beethoven tiene otro, de Las Confesiones de San Agustín.
Este epígrafe encaja en el texto, porque alude a la visita sobre los campos esparciendo
memorias. Es exactamente lo que Djebar hace para escribir esta parte, visita las montańas
donde se realizaban las batallas más feroces de la guerra de liberación de Argelia (1954-62).
Dejbar inserta en su texto, como vemos, varias tradiciones lingüísticas y culturales. El
texto orientalista de Fromentin es el que se deconstruye en la primera parte de L'Amour, la
fantasia. El segundo epígrafe, del Ta'rif (Autobiografía) de Ibn Khaldún no sólo ata la novela
a la tradición árabe, sino que establece el lazo genérico: entre la autobiografía y la historia
narrada por "la petite fille arabe", evidentemente autobiográfica. El epígrafe de la tercera
parte también se relaciona con esta tradición, San Agustín era de Africa del Norte y escribió
sus confesiones en una lengua que no era la suya (como Djebar). El epígrafe, considerando
su tercera y cuarta función, y el texto entran en una relación dialógica, en el cual el texto
contesta, reescribe, (acaso deconstruye) y, finalmente, utiliza como marco o "borde" las
ideas y el punto de vista representado en los epígrafes.
El epígrafe en La mujer habitada desempeńa básicamente dos funciones: transmite
un mensaje mítico, indígena y uno feminista. El epígrafe es un texto de Eduardo Galeano,
quien (re)escribe el mito de la creación de los indígenas Makiritare en su Memorias del
Fuego.
107
El carácter repetitivo y cíclico se destaca en el epígrafe como atributo habitual de los mitos.
En la novela, Itzá, quien murió en la guerra, vuelve a nacer ("habitar") en Lavinia, quien, a su
vez también muere, en la guerrilla. Son las circunstancias históricas (la guerra) y la doble
motivación (la convicción y el amor) de las mujeres los que relacionan las dos historias.
El mensaje feminista se transmite por la subversión de la versión Bíblica de la
creación, donde Eva ha sido creada como un apéndice de Adán y es secundaria,
temporalmente y en importancia. En el mito de los Makiritare, se menciona la creación de la
mujer primero, y el "proceso" de creación es el mismo que la del hombre. Por elegir este
mito como epígrafe, Belli ha contextualizado su novela en la tradición indígena, que se ve
simbolizada en el discurso de Itzá, cuya historia "contradice la de los otros, de los
espańoles, la historia oficial, que dice que vinieron a dar vida a través del lenguaje y de la
religión." (Cabrera 244-45) Las dos historias (que son una, debido a la continuidad histórica
establecida en la novela por la supervivencia de Itzá) se transmiten por medio de las dos
mujeres quienes son protagonistas y cronistas de las mismas, para completar y contradecir
la historia protagonizada y representada por hombres. Ambas mujeres tienen fe en el
renacimiento histórico, porque "la muerte es mentira." Con la idea de la inmortalidad
comienza y también termina la novela: "Nadie que ama muere jamás" (338). De esta
manera, cerrando el círculo, se justifican los sacrificios (como el de Yarince, Itzá, Felipe y
Lavinia) de vidas humanas que se hacen con las esperanzas de un mejor futuro.
La contrahistoria no sólo le ha servido a Belli y a Djebar para corregir el recuento
histórico (falogocéntrico), sino que para incluir la mirada femenina en la representación de
los eventos, legitimizar a las participantes (activas) de la historia y legitimizar lo que motiva
la participación: el amor, la solidaridad. Con la revisión histórica femenina se van llenando
los vacíos de la "historia oficial".
"Cronistas" debe entenderse en el sentido más amplio posible, que incluye el testimonio oral, como es el de
Itzá.
V.
André Jacques
109
1. La emigración y el exilio.
El movimiento de grandes masas se ha hecho una de las características importantes de
nuestra era. Exilio, refugio, emigración son expresiones de diversas condiciones humanas
que tienen un aspecto en común: el hecho que el exiliado, el refugiado, el emigrado ya no
vive en su patria, en su ciudad. Aunque el movimiento humano hoy ha llegado a extremos
jamás vistos, el fenómeno no es nada nuevo. Todorov reconstruye la genealogía del
exiliado en La Conquęte d'Amérique:
Las dos razones principales para iniciar el desplazamiento son políticas o económicas.
Cuando la expulsión de una persona (o un grupo) se hace por razones políticas,
obviamente, los afectados no tienen opciones. Cuando el individuo o un grupo parte por
razones económicas, dejar el país natal es una decisión voluntaria, pero, frecuentemente, se
la lleva a cabo a falta de alternativas, en cuyo caso es discutible si el abandono del país es
Según la definición de Paul Tabori "exile [is a] forced separation from one's native country, expulsion from
home or the state of being expelled, banishment; sometimes voluntary separation from one's native country."
(el exilio es una separación forzada del país natal de uno, la expulsión del hogar o del estado, destierro; a
veces, separación voluntaria del país natal.) (23)
110
voluntario o no. Por consiguiente, diría que lo que caracteriza la adaptación del exiliado en
el nuevo país es la confusión, el dolor, la nostalgia y la esperanza de la vuelta. Para él que
no ha vivido esta experiencia, es difícil imaginar la situación del exiliado, como lo dice
Willam Gass,
For many Americans the idea of exile must be a highly romantic one,
consisting principally of poets in Paris passing their time in cafés. . . (1)
(Para muchos estadounidenses la idea del exilio debe ser altamente
romántica, consistiendo principalmente de poetas en París pasando su
tiempo en cafés).
En varias instancias, especialmente en los casos políticos, el "nuevo" país no es elegido por
el exiliado. El emigrado tiene la mirada "hacia atrás", porque emocionalmente está más
atado a lo que ha dejado atrás de lo que tiene por delante. La experiencia de vivir en otro
país sin la posibilidad de la vuelta, al menos temporalmente, se imprime profundamente en
la psiquis del individuo. A veces, aún cuando la vuelta fuera teóricamente posible, se la
pospone, indefinidamente, por razones prácticas, como la educación de los hijos, un trabajo
fijo, razones económicas. La experiencia del emigrado en su país adoptivo se determina por
varios factores, entre ellos:
1. la razón de la emigración
2. el nivel educacional de la persona
3. la presencia/ausencia de la familia
4. aspectos lingüísticos, culturales y religiosos.
5. "el mito del retorno" (Anwar 3)
Mohamed Anwar seńala que, habiendo cruzado fronteras físicas y metafísicas, el migrante
construye una versión idealizada de su sociedad de origen. Eastmond observa que entre los
chilenos exiliados "Chile and Chilean culture became a simbol of the losses suffered by the
political refugees." (Chile y la cultura chilena se convirtió en el símbolo de las pérdidas que
sufrieron los refugiados políticos) (40-41)
De acuerdo a varios investigadores, (Abdulrahim, Summerfield) las mujeres forman
un grupo particularmente vulnerable entre los exiliados. El caso de las refugiadas palestinas
muestra que la "occidentalización" no conduce a relaciones igualitarias entre el hombre y la
mujer, al contrario, los patrones de la dominación patriarcal se imponen con mayor vigor.
En espacio doméstico (en el Occidente) se convirtió en un medio de para aumentar el
control sobre las mujeres e inculcar la ideología patriarcal sobre las relaciones de género.
(Abdulrahim 73) En cambio, en las relaciones interpersonales de los exiliados chilenos en
Silicon Valley (EEUU), se produjeron otros tipos de alteraciones. Los exiliados de este grupo
111
no tenían alto nivel educacional y la mayoría (tanto los hombres como las mujeres) no
dominaba el inglés. Muchos se emplearon en las fábricas. Algunas mujeres por primera vez
en su vida tenían empleo y cobraban salario. A medida que iban aprendiendo el idioma y
otras habilidades de supervivencia en la sociedad americana, su autoconfianza crecía, y esto
se notaba en la incrementada autoridad de la mujer en el espacio doméstico. (Eastmond
46-48) La alteración de las relaciones sociales, de cualquier manera que sea,
necesariamente, llega a la consecuencia de causar fricciones en el hogar, porque liberan
una gran escala de emociones. La situación del inmigrante ha sido ampliamente tratado en
la literatura. En lo que sigue examinaré la manifestación literaria de las condiciones del
inmigrante.
La emigración puede aparecer en la literatura con el motivo del paraíso perdido. El
poema escrito por Fouzi al Asmar, poeta palestino ofrece una apta representación de tal
motivo:
Como lo pone Nuruddin Farah: "What is the topic of literature? It began with the expulsion of Adam from
Paradise." (żCuál es el tópico de la literatura? Comenzó con la expulsión de Adán del Paraíso) (Gass 4)
112
era el antifascismo que se manifestaba en los escritos tanto dentro como fuera de los países
en cuestión. Como no era nada fácil compartir la experiencia traumática de la dictadura, los
autores se lanzaban a experimentar nuevas formas artísticas para expresar lo inexpresable.
¿Cómo hacerle entender, mucho menos, hacerle sentir al destinatario lo que siente un
torturado? Durante una dictadura se desintegra el concepto de lo humano, lo nacional, lo
artístico. De acuerdo a Epple, la creación artística en estas circunstancias no es sino el
"proceso de recuperación de una cultura nacional y de reformulación de sus posibilidades
expresivas, de acuerdo a las exigencias de este momento histórico." (211)
Durante la década de los setenta muchos países de Latinoamérica cayeron bajo
dictadura, como si fuera una epidemia. La simultaneidad las condiciones políticas se ve muy
bien ilustrada en Conversación al sur (1981) de Marta Traba. El espacio novelesco abarca
tres capitales del Cono Sur: Buenos Aires, Santiago y Montevideo. De acuerdo a María Solá,
la novela, además de lucir un obvio compromiso político por parte de la autora, es "una
reconciliación con el modo femenino de hacer literatura." (105) De acuerdo a Nancy Kason,
no es posible separar en la obra de Traba la conciencia política de la conciencia
femenina/feminista, porque el proceso creativo de una escritora, particularmente en
América Latina, "está vinculado con una conciencia política y en su ficción estas dos
posturas están presentes". (222) Traba aborda un tópico decididamente político, como lo es
la anatomía de la dictadura, desde la mujer, mediante la experiencia de dos mujeres y la
reacción de las mismas a esta experiencia. De esta manera se implementa el discurso
femenino para representar la violencia física y psicológica vivida en la dictadura. La novela
se construye a base de contrastes parciales que vienen a simbolizar el contraste
fundamental: antes de la dictadura/durante la dictadura. La vida de las dos protagonistas
(Irene y Dolores) se representa como muy diferente (por la diferencia en su edad, su
profesión, su inclinación política, etc.) De los dos contactos que se realizan entre ellas, uno
"antes" y otro "durante" la dictadura. Es en el contacto posterior, que la vida de las dos se
une inseparablemente en el trágico final. (Las matan a balazos los militares.)
La estructura de la novela es simétrica. Una narradora hetero y extradiegética
presenta la perspectiva de Irene hasta que le cede la voz al mismo personaje. En la segunda
parte se repite esta técnica con la perspectiva de Dolores, hasta el último encuentro de las
dos, donde la narradora extradiegética recupera la voz, porque al no sobrevivir ninguna de
las protagonistas, nadie puede relatar en primera persona lo que pasó. La novela toca el
tema del exilio, donde se destaca el motivo de la soledad. Relacionar el exilio con el motivo
de la soledad, podría interpretarse como una reflexión sobre la condición de exiliada de la
misma Traba.
Estoy consciente de las diferencias fundamentales entre la producción literaria en el exilio y dentro del país
bajo dictadura. En este capítulo me concentraré en la escritura producida en el exilio.
114
The Little School fue escrito en espańol, traducido por Alicia Partnoy en colaboración con Lois Athey y Sandra
Braunstein. Utilizo aquí la versión en inglés, ya que la espańola nunca fue publicada.
115
. . . There is also talk of 'disappeared' persons who are still held under arrest
by the Argentine government in unknown places of our country. All of this is
nothing but a falsehood stated with political purposes, since there are neither
secret detention places in the Republic nor persons in clandestine detention
in any penal institution.
Final Document of the Military Junta on War Against Subversion and Terrorism,
April 1983. (Citado en Partnoy 23)
. . . Se habla también de personas 'desparecidas', que supuestamente, todavía
están arrestadas por el gobierno argentino en lugares desconocidos en
nuestro país. Todo esto es falsedad motivada por razones políticas, porque ni
hay lugares secretos de detención en la República, ni tampoco hay personas
en detención clandestina en ninguna institución penal.
Documento Final del Junta Militar sobre la guerra contra subversión y
terrorismo.
control del discurso en los sectores de poder. En este sentido, el discurso testimonial,
aunque esté mezclado con el discurso literario, como en las obras analizadas, es una
manifestación de la "contrahistoria", porque representa la "otra voz" frente al discurso
monolítico de la dictadura (argentina, en este caso) autonombrada "Proceso de
Reorganización nacional." (O'Donnel 48)
La autora recurre a varios intertextos, que sitúan la novela entre las escritas por
intelectuales izquierdistas expulsados escapados en varias oleadas de Chile después del
golpe de estado en 1973. Como lo seńala Juan Armando Epple, los dos elementos
fundamentales que orientan la práctica creadora son el compromiso político en contra del
fascismo, y la activa cultivación de la tradición cultural chilena, que "tiene raíces poderosas
en la historia cultural del país." (211)
Se destaca el primer elemento en la referencia a una lectura de la
protagonista/narradora:
117
Plongée ŕ nouveau dans Les veines ouvertes d'Amérique latine, je vois défiler,
telle une douloureuse histoire qui se répčte, les troupes espagnoles se frayant
un chemin dans ce continent inexploré, ŕ coups d'épée, et avec l'aide des
chiens, ces quelques chiens dressés ŕ mordre la chair brune de l'Indien, de
męme que les fascistes au Chili recrutčrent aussi des chiens pour blesser
indignement jusqu'au plus profond d'elle męme, le corps de la femme
soumise ŕ leur pouvoir. . . (141)
(Sumergida de nuevo en Las venas abiertas de América Latina, yo veo desfilar
una dolorosa historia que se repite, las tropas espańoles abriendo camino en
ese continente inexplorado, a golpe de espadas y con la ayuda de perros;
perros, adiestrados a morder la carne morena del indio, al igual que los
fascistas en Chile también reclutaron perros para herir indignamente, hasta
las profundidades de su ser, el cuerpo femenino sometido a su poder. . .)
. . .ils chantaient tous avec ces voix fortes et bien timbrées, . . . [et avec] le
tam-tam de la grosse caisse et de la flűte indienne des Andes et Manuel
Rodríguez au galop et lŕ-bas, dans les montagnes, . . . ou encore le doux et
actuel 'En souvenir de toi Amanda. . .'" (55)
(. . . cantaban todos con sus voces fuertes y sonoras, . . . con el tam-tam de la
caja gruesa, con la flauta india de los Andes y Manuel Rodríguez galopa allá,
en las montańas, . . . o todavía el dulce y actual "Te recuerdo Amanda. . .")
Manuel Rodríguez y el masacrado Víctor Jara, el autor de "Te recuerdo, Amanda" son
mártires de resistencia, y a la vez, son representantes de la cultura chilena.
Concluyo sugiriendo, que uno de los elementos más destacados en la narrativa sobre
el exilio es el afán de guardar en la memoria el país que se ha dejado atrás, y establecer una
continuidad histórica y mediante ella, reconstruir la identidad interrumpida del exiliado.
El término "deterritorialización" viene de Kafka: Towards a Minor Literature de Gilles Deleuze y Felix Guattari
como característica clave de la literatura "menor". La definición de la literatura menor para estos autores no se
basa en la lengua, en la cual la obra en cuestión había sido escrita, sino que se construye a partir de la
inclusión de tal obra en los cánones establecidos en "lenguas mayores." La teoría de la literatura "menor" ha
sido refutada por, al menos, dos críticos, Renato Rosaldo y Caren Kaplan.
119
De acuerdo a Abdel Malek Sayad, la situación del inmigrante norafricano en Francia es una reproducción de la
condición colonial, especialmente en vista de la relación entre los inmigrantes y la sociedad francesa, donde
las comunidades "coexisten", pero "no cohabitan". (209)
En este sentido, la expresión beur se parece un poco al vocablo chicano, término que se usaba por la sociedad
dominante, como despectivo, para seńalar a los mexico-americanos, hasta que, durante los ańos 60, los
chicanos se apoderaron del mismo, y lo usan con orgullo. Este fenómeno, la subversión de la opresión verbal
ocurre con la palabra beur. Hay otros paralelos entre los beurs y los chicanos, frecuentemente su falta de
dominio de la lengua de sus padres (el árabe y el espańol), su alienación y las reacciones negativas frente a su
grupo, tanto en la sociedad de su residencia, como en la del origen de sus padres.
120
6. La narrativa beur.
En estas circunstancias se presentan hacia el comienzo de los ańos 80 los primeros
escritos de los beur. Es un fenómeno nuevo, la generación anterior, cuya mayoría era
iletrada, o tenía poca educación formal, no estaba en posición de escribir de sus
experiencias, con la excepción de los intelectuales maghrebinos que vivían en Europa,
quienes, por su nivel educacional y posición social, ciertamente no tenían que confrontar
los mismos problemas de inseguridad (económica, política, etc.) y confusión que los
inmigrantes obreros.
De acuerdo a Alec G. Hargreaves, los beur representan una generación caracterizada
por la inseguridad y por una continua crisis de identidad. Una de las motivaciones de la
escritura beur es resolver estos problemas: "the exploration of that uncertainity is the
central dynamic which informs most Beur writing." (la exploración de esta incertidumbre es
la dinámica central que inspira la mayoría de los escritos beur.) (661) Hargreaves tilda a
Leďla Houari, hija de inmigrantes marroquíes en Bélgica, como histérica que sufre de "full-
blown identity crisis, nervous breakdowns and suicide attempts" (una crisis total de
identidad, ataques de nervios e intentos de suicidio) y aparte de este hecho, no comenta
sobre ninguna novela suya, Quand tu verras la mer (1988) y Zeďda de nulle part (1985). Ya el
título (Zeida de ninguna parte) es revelador de la idea central de esta novela. La
protagonista beur, por no encajarse bien en Europa y por ser víctima de racismo se embarca
en un viaje al país de sus padres (Marruecos), pero vuelve, porque allá tampoco es capaz de
adaptarse, por las restricciones del poder patriarcal incontestado. Los cuentos reunidos en
el tomo Quand tu verras la mer manifiestan una dualidad de valores, que frecuentemente se
encuentra en los escritos beur por razones anteriormente detalladas. Los cuentos
representan la "double rupture fondatrice" (doble ruptura fundadora) (Bonn 101); por un
lado, con la identidad de la cultura de "origen" (de los padres, en realidad) y por el otro, con
la cultura del lugar de residencia.
Varias novelas escritas por autores beur (tanto hombres como mujeres) tratan la
infancia y representan las tensiones culturales entre la casa y la escuela, los dos espacios
decisivos en la formación de un individuo. Los ańos formativos de una nińa sirven como
Debo ańadir, que, aunque el artículo de Hargreaves es indudablemente informativo, su posición paternalista
plantea un problema, en cuanto a la evaluación de sus ideas. Propone que la escritura de los beur es "heavily
autobiographical" y que "their material deprivation slow[s] their progress through the French educational
system, and has sometimes provoked serious behavioral problems." (muy autobiográfico . . . la privación
material frena su progreso en el sistema educacional francés, y algunas veces provoca serios problemas de
comportamiento.) Hargreaves no parece notar el papel (fundamental) del racismo y su consecuencia, la
alienación que desgarra a esta generación, y menciona a dos autores educados (uno es médico, Nacer Kettan,
y el otro es economista, Azouz Begag), como algo extraordinario.
121
tema para Georgette! de Farida Belghoul. Hay cierta distinción entre la escritura masculina y
femenina de los beur. Esta novela difiere de las otras sobre valores culturales opuestas,
escritas, por ejemplo, por Mehdi Charef o Azouz Begag. por su tono compasivo. La
narradora de Georgette! es una nińa de origen berebere quien vive con sus padres y
hermanos en París. Con una sensibilidad profunda, la autora captura y representa la crisis
en la vida de esta nińa de siete ańos quien está aprendiendo a escribir en la escuela. Como
lo seńala Mireille Rosello, "l'enfant se trouve confrontée ŕ toutes sortes de discours qui
tiennent ŕ lui imposer une identité complexe et problematique." (la nińa se encuentra en
confrontación con todo tipo de discursos que tienden a imponerle una identidad compleja
y problemática). (35) Pero los discursos más importantes son el del padre y el de la maestra,
situados en los dos polos ideológicos opuestos. Además de la problemática lingüística y la
comlejidad étnica del Maghreb (siendo la nińa berebere y no árabe), se presenta la
contradicción entre la cultura oral, la de las raíces, la de los padres; y la escritura que abre
puertas, pero también las cierra, porque el mundo de los padres estará fuera del alcance de
la nińa para siempre. No es una casualidad que sea una escritora la que trata el tema del
aprendizaje de la escritura, que más allá de la trama, ofrece un significado metafórico sobre
la escritura femenina. Belghoul, siendo ésta su primera novela, también está "aprendiendo a
escribir" y este acto tiene serias consecuencias para ella (como para la nińa), porque la
escritura conduce al autoanálisis, mediante el cual, la autora tendrá que reflexionar sobre su
propia identidad y plantear, aunque no sean soluciones, pero al menos, conclusiones en su
escritura. La estructura de esta novela es muy sencilla, la narradora es homodiegética, la
trama abarca un ańo de su vida y todo se realiza en tiempo presente linealmente (la acción
y la representación son simultáneas). La sencillez estructural permite que Belghoul resalte
todas las contradicciones, aunque sean éstas experimentadas instintivamente por la nińa, y
todavía mantenga la credibilidad de su narradora. La problemática se concentra en dos ejes:
el de la carencia (la nińa no es suficientemente francesa - en la escuela, o no es
suficientemente berebere - en la casa) y el del exceso: ¿cómo ser a la vez francesa y
berebere y maghrebina (bilingüe, bicultural, binacional)? Por tener una narradora de siete
ańos, el tratamiento de los problemas culturales y sociales en ningún momento parece
demagógico, a pesar de que la escritora es profundamente crítica del discurso hegemónico
Hasta la publicación de Georgette!, su primera novela, Belghoul se conocía en Francia como activista o como
cineasta, directora de la película Le départ du pčre. (Rosello 35) Es interesante notar, que varias autoras del
Maghreb se han hecho conocidas cultivando otras formas de arte. Entre ellas Assia Djebar, quien ha hecho
varias películas y Djura, la cantante berebrere, quien forma parte del grupo musical Djhurdjura de sumo éxito,
y publicó dos novelas, ambas autobiográficas, La Voile de silence en 1990, y La Saison des narcisses en 1993.
Me refiero a Le Gone du Chaâba de Begag y a Le Thé au harem d'Archi Ahmed de Charef. De este último se
hizo una película con bastante éxito, bajo la dirección del mismo Charef.
122
[Mirelle:] Tu sais, moi aussi, ze [sic] prefčre les z'indiens. Ze prefčre pas les
cow-boys. Les z'indiens, ils massacrent pas toujours les gens. Y'en a qui sont
gentils comme toi.
[Georgette:] T'as raison Mireille. Tout le monde les prefčre quand ils n'ont pas
de couteau. (89)
([Mirelle:] Sabes, yo también prefiero a lo' indio'. Yo no prefiero a lo' cowboys.
Lo' indio' no masacran siempre a la gente. Alguno' son gentile' como tú.
[Georgette] Tené' razón, Mireille. Todo el mundo lo' prefiere cuando no
tienen cuchillo'.)
La respuesta de Georgette, sin duda, es irónica. Pero la ironía no es planteada por la nińa,
sino por la autora. En otra instancia la nińa habla de los indios como capaces de violencia,
pero esta violencia no es la misma que de los cowboys, es contra-violencia, es resistencia.
"Les indiens son sans pitier. Ils attrapent un cow-boy et ils jouent au foot avec sa tęte sur la
terre rouge." (Los indios son sin piedad. Agarran a los cowboys y juegan fútbol con su
cabeza sobre la tierra roja.) (72) La resistencia violenta a la opresión impresiona a la nińa,
quizás porque es una reacción opuesta a la pasividad de sus padres. (Rosello 41)
En mi traducción seguí al francés original, donde también se hacen cambios ortográficos para que reflejen la
pronunciación coloquial de las nińas.
Michael Parenti, en Inventing Reality: The Politics of Mass Media habla del reversamiento de roles en las
123
Les jeunes Algériennes dont je parle sont nées en France, ou y sont arrivées
dans leur prime enfance. Scolarisées dans notre pays, elles parlent le français
sans accent. Certains ignorent męme leur langue d'origine -- arabe ou kabyle.
La plupart ne sont jamais allées en Algérie. Pourtant, elles disent: 'Je suis
Algérienne,' mais veulent vivre en France. Elles refusent la naturalisation
française, mais veulent travailler ici. ('Les Femmes...')
(Las jóvenes argelinas de quienes hablo nacieron en Francia, o llegaron allá a
una tierna edad. Educadas en nuestro país, ellas hablan el francés sin acento.
Algunas hasta ignoran la lengua de su origen -- el árabe o el kabyle. La
mayoría nunca ha ido a Argelia. Sin embargo, ellas dicen: 'soy argelina', pero
quieren vivir en Francia. Ellas rechazan la naturalización francesa, pero
quieren trabajar aquí.)
Uno de sus personajes favoritos es la madre iletrada quien es "very protective, very
attentive and very courious about everything. . . very alert and very often the head of the
family." (muy protectora, muy atenta, y muy curiosa de todo. . . muy alerta, y
películas de tipo Hollywood, como son las "western". Parenti opina que el inmigrante europeo (settler),
aparece en las películas como víctima de los indios, porque éstos lo atacan en su carroza, le roban, violan y
raptan a su mujer, etc. Sin embargo, en realidad es él, el "settler" quien agrede a los indígenas, se apodera de
sus tierras e imposibilita la vida para sus familias. El verdadero víctima históricamente es el indígena.
frecuentemente encabeza la familia) (du Plessis 30). Este mismo personaje aparece en
varios escritos de Sebbar, en primer plano en Fatima, ou les algériennes au square (1981) y
en Parle mon fils, parle ŕ ta mčre (1984); en segundo plano en Le chinois vert de l'Afrique
(1984) en la trilogía sobre Shérazade, un "personaje-fetiche", según Charles Bonn (100),
quien ha abandonado su hogar. Shérazade, 17 ans, brune, frisée, les yeux verts (1982), en Les
carnets de Shérazade (1985), y en Le Fou de Shérazade (1991). Aunque Sebbar nunca pone
de manifiesto explícitamente por qué los hijos (de ambos sexos) abandonan el hogar, deja
traslucir la posibilidad de que la causa de la fuga sea el poder patriarcal (sólido en el hogar
maghrebino) que, en su inflexibilidad, aumenta la tensión entre las dos culturas. En la
narrativa de Sebbar, este poder es subvertido de varias maneras: por la madre quien se
muestra capaz de valerse por sí misma durante la ausencia del padre y por los hijos que se
van de la casa.
En Parle mon fils, la madre (iletrada mghrebina) le habla a su hijo, quien vuelve para
una visita corta después de haber abandonado el hogar mucho tiempo atrás. La madre le
cuenta que una de las hijas también se fue de la casa. La novela es casi un monólogo de la
madre, con esporádicas respuestas monosilábicas del hijo. La madre es un personaje tierno,
atento, quien nunca ha tenido la oportunidad de educarse, pero demuestra curiosidad por
los eventos del mundo. Sebbar pinta el personaje con mucha simpatía y compasión. El
choque de las dos generaciones y culturas se revela poco a poco en el diálogo. Madre e
hijo no se entienden, aunque se quieren, y desconocen mutuamente el mundo del otro, y la
manera en que el otro ve el mundo. La madre dice:
Mais toi, tu connais pas tout ça, tu ne connais rien, la nature, les plantes de la
montagne, les feuilles des arbres, tu sais rien; pour dire le nom, tu vas aller
chercher dans le dictionnaire... (32)
(Pero tú, tú no conoces todo esto, tú no conoces nada, la naturaleza, las
plantas de la montańa, las hojas de los árboles, tú no sabes nada; para decir
el nombre tú lo buscas en el diccionario.)
El choque de los dos mundos resulta en la fuga de los hijos. En esta novela, tanto el hijo
que ha vuelto, como una de las hijas, se han ido de la casa. En Fatima, ou les algériennes au
square la hija de la protagonista, Dalila opta por abandonar el hogar. La trilogía Shérazade
está enfocada, de modo picaresco, en la vida transeúnte de una joven que ha dejado su
Este pasaje viene de Lettres parisiens (1986), la publicación de la correspondencia de Sebbar con la escritora
canadiense, Nancy Houston. No teniendo acceso a las cartas originales, las cito indirectamente, por medio del
artículo de Nancy du Plessis (415)
véase arriba la caracterización de este personaje por la misma Sebbar citado en el artículo de du Plessis.
125
casa, y Le chinois vert de l'Afrique (1984) también examina las condiciones y posibilidades de
un nińo de 12 ańos, quien abandonó su hogar.
En todas las novelas de Sebbar está presente el elemento del métissage, pero es esta
sobresale, porque en la narrativa se cruzan las historias de tres continentes (Africa, Asia y
Europa) a raíz de las guerras surgidas en la segunda mitad de este siglo. Los nombres del
protagonista indican esta identidad compuesta: Mohammed y también Momo, Mehmet,
Hammidou, Hami o Madu, dependiendo de quién lo nombra, es fruto de estas historias
cruzadas. Él está consciente de sus identidades múltiples como lo muestra la carta, en la
cual se presenta a Myra (ella misma es de madre italiana y padre marroquí) quien más tarde
sería su amiga.
Mira,
Je sais ton nom.
Moi c'est:
Mohamed pour mon pčre
Mehmet pour ma mčre
Madou pour ma soeur Melissa
Hammidou pour ma grand-mčre Minh
Momo pour le copains
ou Le Chinois
ou Le Chinois vert d'Afrique. (83)
(Mira,
Yo sé tu nombre.
Yo soy:
Mohamed para mi padre
Mehmet para mi madre
Madou para mi hermana, Melissa
Hammidou para mi abuela, Minh
Momo para los amigos,
o el Chino,
el Chino verde de Africa.)
Durante la novela se refiere a la nińa como Myra, sin embargo, en la carta de Mohamed ella aparece
nombrada como Mira.
126
Charles Bonn aplica este concepto a la literatura en general, no sólo a la escritura femenina, y lo contextualiza
relacionándolo con los espacios reales e imaginarios: "La littérature n'est pas monument mais désir, et comme
telle sa relation avec les espaces réels ou imaginaires dont elle se réclame ne peut ętre que dynamique, mais
aussi déstabilizante par nature." (La literatura no es un monumento, sino un deseo, y como tal, su relación con
los espacios reales o imaginarios, de donde ella misma surge, sólo pueden ser dinámicos, pero también
desestabilizantes por naturaleza.) ("L'irregularité" 130)
127
criterio más inclusivo y tolerante que acepta una gran variedad de textos articulados en
espacios y por voces que no son identificables en los cánones existentes.
128
VI.
REPRESENTACIÓN POSTCOLONIAL
Y ESCRITURA FEMENINA
J'étais vętu d'une veste et d'un pantalon.
Aux pieds une paire de chaussures. Un chemise.
Un ceinture ŕ la taille. Un mouchoir dans ma poche.
J'étais fičre. Comme un petit Européen!
Sitôt parmi mes camarades, je me trouvais grotesque.
Et je l'étais.
definición y su existencia carece de rumbo. Las voces masculinas, como las de Octavio Paz,
parecen afirmar esta noción.
Sin embargo, la representación del sujeto femenino está cambiando: los personajes
femeninos toman iniciativas y hacen decisiones en su vida. De esta manera se subvierte el
concepto masculino sobre el ideal femenino, según el cual la mujer debe ser pasiva,
obediente y silenciosa.
Me parece muy importante subrayar la relación entre la opresión de la mujer y la
desarticulación de una sociedad, ya que estos dos hechos se complementan, el uno se
manifiesta en el otro y viceversa. Tratándose de sociedades postcoloniales, esta relación
explica (aunque no justifica) la condición de las mujeres en ellas. Comparando la condición
histórica del Maghreb y la de América Latina, la última se liberó del colonizador hace más
de un siglo y medio, mientras que, los países del Maghreb llevan apenas una generación sin
la presencia del colonizador. El sistema postcolonial no les ayuda a resolver sus problemas
financieros, sociales y emocionales, pues aún lleva la estampa de la dominación colonialista,
que se manifiesta en la jerarquía social y en los notorios problemas como la corrupción, el
nepotismo y la inmobilidad social.
Como Julia Kristeva, muchas de las consideradas feministas occidentales descartan la
idea de que las condiciones históricas y sociales (en este caso, el colonialismo) sean
responsables por la opresión del sujeto postcolonial, por la doble marginalización de la
mujer. Estas críticas manifiestan un notable eurocentrismo que distorciona
considerablemente su idea del llamado Tercer Mundo.
El Otro, representado aquí como el temible Goliat del Tercer Mundo, cancela la
validez de los postulados de Kristeva para las mujeres del mundo postcolonial. Gayatri
Spviak, indignada, formula la siguiente crítica sobre la base política de los escritos de
Kristeva:
I am repelled by Kristeva's politics: what seems to me to be her reliance on
the sort of banal historical narrative to produce "women's time"; . . . what
seems to me to be her sort of ferocious Western Europeanism. . . ("In a Word"
17)
(Encuentro repulsiva la política de Kristeva: lo que me parece ser su confianza
en un tipo de banal narrativa histórica para producir "el tiempo de las
mujeres"; lo que me parece ser su tipo de feroz europeismo occidental.)
Las mujeres en el Tercer Mundo no pueden encontrar respuestas a sus dilemas en los
escritos de feministas que compartan la misma ideología que había causado muchos
aspectos de su condición de subalternas.
Mucho se ha hablado de la crisis de identidad que se sufre en el mundo postcolonial
como consecuencia de la imposición de un sistema económico y un idioma ajeno a lo
aborigen, los cuales se han integrado en la conciencia de los ciudadanos. Por consiguiente,
definirse, reconocerse, poseer una identidad es imperativo para la mujer en América Latina
y en el Maghreb.
La inclinación ideológica de algunas feministas destacadas del llamado Occidente
manifiesta, si no una abierta hostilidad, al menos, una indiferencia o falta de comprensión
de las condiciones del mundo postcolonial, y las de la mujer que forma parte de ese
mundo. Por esta razón, en mi opinión, surge la necesidad de que las mujeres en el mismo
Tercer Mundo se definan, elaboren las bases de una teoría que refleje sus condiciones de
En las últimas décadas se ha hablado mucho del Otro y la reacción del Occidente frente al mismo y del
intercambio entre los dos "otros" que se perciben como tales. En el contexto postcolonial las obras
particularmente importantes son los siguientes: Albert Memmi, Portrait du Colonisé précédé du Portrait du
Colonisateur. Edward Said, Orientalism, y sobre los aspectos antropológicos e ideológicos Trinh T. Minh-
ha, Woman, Native, Other. Sobre la representación literaria del Otro véase: Michel de Certeau, Heterologies:
Discourse on the Other, and Djelal Kadir, The Other Writing.
132
Mi intención al decir, que hay que definir el sujeto femenino, no es, por supuesto, sugerir que el tema
exclusivo de la mujer sea ella misma. Pero en el contexto de la autodefinición me parece apropiado hablar
del sujeto femenino, pues es imperativo que la mujer cree su propia definición sobre ella misma y sobre lo
femenino, anulando la definición falogocéntrica de la femeneidad.
133
sociales, que raras veces les conceden la palabra. La representación femenina del sujeto
femenino hizo posible que la mujer se exprese como agente de conocimiento.
Las sociedades postcoloniales están en una mutación constante. Refiriéndome al
futuro, recurro a las palabras de Gioconda Belli, quien dice que no sólo se necesita obtener
"nuevas relaciones de producción, sino nuevas relaciones de amor." (Costilla 78) Al hacer
esta observación, Belli une la idea de los cambios sociales deseables en el Tercer Mundo, y
los cambios individuales deseables en la condición femenina. Cuando la prevalencia del
pluralismo y los valores democráticos en la sociedad se traduzcan en relaciones igualitarias
en el intercambio del hombre y la mujer, el feminismo podrá dejar de existir. Pero, como
todo esto es ilusorio o poco probable por el momento, el feminismo tendrá razón de
formar parte de la vida y de los escritos de las autoras.
La crítica feminista dialógica puede crear una influencia positiva en el curso del
feminismo. El programa del feminismo no puede ser monológico, (ni dogmático), porque la
exclusión del otro, conduce, de nuevo, a la polarización y al desequilibrio. Elaine Marks dice:
"Feminist studies' worst ennemies have been those who have treated 'feminism' like a new
religion with dogmas that can allow for only one possible interpretation." (Lo(a)s peores
ennemigo(a)s de 'los estudios feministas' eran aquello(a)s que trataban el 'feminismo' como
una nueva religión con dogmas que permiten una sola interpretación.) (72) La única
manera de salir de este "feminist impasse" (Lionnet, Postcolonial Representations 188) es
(re)conocer las dimensiones multilingües, multiculturales y multiraciales de la escritura
femenina, e incorporarlas en la crítica literaria, feminista o no. Espero que este libro
contribuya al diálogo continuo.
134
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