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En la antigüedad los egipcios hacían censos de las personas y de los bienes inmuebles que
permitían conocer la distribución de las propiedades para volver a restituirlos después de la
inundación anual que provoca el río Nilo. En la biblia hay referencias a censos del pueblo
judío. Los griegos y los romanos hacían censos de personas y de propiedades.
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«Era un hombre honrado y con una ética irracional para su época, que no se metió en
política, de ahí que sea tan desconocido», señala Laborda. Además, según el estudioso,
«Ibáñez tuvo una muerte repentina cuando tenía 63 años, de ahí también que pasara un
poco desapercibido en la época».
José María Ibáñez nació en Granada el 20 de octubre de 1793 y fue bautizado, al día
siguiente, en la parroquia de la Virgen de las Angustias. Su padre, Antonio Ibáñez Navarro,
era originario de Teruel, y su madre, María Ramos de la Tita, de Ronda. El joven Ibáñez
ingresó en el colegio dirigido por el matemático y cartógrafo Francisco Dalmau en donde
cursó estudios de Matemáticas, Geografía y Ciencias con notas excelentes. Fue
seleccionado por el mismísimo Dalmau para crear una estadística de Granada en 1819. Sus
conocimientos matemáticos le llevan a dar clases en la Real Academia Militar y en el
Colegio de Humanidades. Forma parte de la Sociedad de Amigos del País de Granada e
ingresa en la Universidad donde cursa tres años de Filosofía y ocho de leyes hasta obtener
el título de bachiller en Derecho Civil en 1826 y ese mismo año es nombrado abogado de la
Real Chancillería. Posteriormente contrae matrimonio con María de la Presentación
Moreno, cuya familia era originaria de Almería.
En 1833 consigue el título de abogado de los Reales Consejos y, poco después, el puesto de
agente fiscal del Juzgado de Correos y Caminos, lo que le obligó a trasladarse a Madrid,
donde fijará su residencia, junto a su mujer y su hija Emilia. Ya en Madrid, en 1834, recibe
el nombramiento de ministro de la Audiencia de Granada y es nombrado para ocupar el
cargo de fiscal general del Juzgado de Correos y Caminos. Al año siguiente es nombrado
también ministro del Tribunal Superior de Hacienda.
A lo largo de los siguientes años, Ibáñez escribe un tratado elemental sobre principios de
administración y derecho administrativo, que concluye a comienzos de 1840. El tratado
permaneció inédito debido a que es suspendido por la junta revolucionaria de Madrid, la
que provocó la salida de la regente María Cristina, y Espartero modificó el sistema judicial
eliminando el juzgado de Correos. Ibáñez buscará la actividad en este tiempo de cese en la
Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid. En 1843 es nombrado vocal secretario
de la Junta de Estadística presidida por Pascual Madoz. A partir de ahí, el granadino se
vuelca en el estudio de la nueva ciencia Estadística, que por aquellos años se encontraba
aún buscando sus fines y principios.
Madoz definirá a Ibáñez como «uno de esos hombres que, por exceso de modestia, quieren
vivir en la oscuridad, pero cuyos talentos debe aprovechar el Gobierno, cualesquiera que
sean las opiniones de los ministros».
Cátedra
En 1844 Ibáñez es elegido para ocupar la Cátedra de Estadística, creada ese mismo año por
la Sociedad Económica de Amigos del País, tarea a la que dedicó de forma desinteresada su
tiempo y sus conocimientos en los años sucesivos y que se plasmarían en la publicación del
'Tratado elemental de Estadística' destinado a la formación de los alumnos de su cátedra.
En 1848 Ibáñez presenta en la Sociedad Económica un proyecto para la creación de un
Instituto Central de Estadística similar al ya existente en Francia y que debía dedicarse a la
investigación. El proyecto chocó con la indiferencia del Gobierno y fue abandonado.
Los últimos años de la vida de José María Ibáñez estuvieron ocupados por sus muchos
intentos para ser readmitido en la carrera judicial y con su paso por una nueva Comisión de
Estadística creada en 1855 para valorar el proyecto de estadística territorial presentado por
Mariano de Marcoartú y Antonio López del Rincón.
«Este nuevo contacto con la estadística oficial -señala Laborda- le habría valido, sin duda,
para su paso a la Comisión de Estadística del Reino, creada por Narváez en noviembre de
1856, pero la fatalidad quiso que el 7 de octubre de ese mismo año muriese repentinamente
de un ataque de epilepsia en su domicilio de Madrid».
Laborda pretende la recuperación de este personaje a través de la edición de sus obras, entre
ellas el 'Diccionario geográfico de España', que recoge cada una de las poblaciones,
cortijadas y topónimos de las provincias españolas
A partir del siglo XVI la Estadística inicia su etapa de gran desarrollo gracias a la
contribución de personajes sobresalientes de esta época, como fueron:
Desde la antigüedad los estados han recogido informaciones (Datos) sobre sus habitantes.
• Los censos realizados por Moisés y David A.C., con el propósito de cuantificar los
Guerreros Disponibles en las Tribus de Israel.• El recuento Agrícola, Industrial y Comercial
levantado en la China, según afirmaciones hechas por Confucio y que fue llevado a cabo
bajo las ordenes de un rey llamado Yao, A.C.• Los estudios llamados rentas vitalicias,
realizados durante la época del Imperio Romano, en las cuales se realizaban cálculos para
determinar el promedio de la vida de sus habitantes.
En la actualidad y por la gran importancia que tienen las estadísticas educativas en nuestro
sistema educativo, existe la necesidad de que en cada centro los directores que dirigen el
funcionamiento de las diferentes tandas, debe tener una base de datos da las diversas
variables que pueden ser medidas en términos cuantitativos y cualitativos a la población
estudiantil que representa cada centro y con el objetivo básico y fundamental de: