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Memorias del subdesarrollo

(Transiciones políticas en la Revolución Cubana)

Presentado por:

Karen Jhoanna Sandoval Contreras

Id: 573532

Docente: Gerardo León Vargas

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Psicología

2020
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Memorias del Subdesarrollo es una película cubana de 1968 del director Tomás Gutiérrez Alea

que está basada en la novela del escritor cubano Edmundo Desnoes. En el filme a blanco y negro

el personaje principal es un escritor aspirante de la burguesía cubana, Sergio, quien se queda en la

isla luego de ver partir a su familia y amigos en exilios voluntarios hacia Miami un par de años

después de la Revolución Cubana de 1959. La voz de Sergio nos recuerda periódicamente a lo

largo de la película que nadie sabe a dónde irá a parar el proceso histórico que se está viviendo en

Cuba, pero nos deja claro el impacto feroz del subdesarrollo en el que yace ahora su país no sólo

es evidente y tangible en la arquitectura decadente del lugar, en la incapacidad de mecánicos de

arreglar automóviles por la falta de piezas, sino también en la forma de pensar de algunos

cubanos, como por ejemplo el de la inconsecuente Elena quién pretende atarse a él a la fuerza

luego de inventar que ha perdido su virginidad en los brazos de Sergio. Sin embargo, a lo largo

del film, que transcurre entre la invasión de Bahía de Cochinos y la Crisis de los Misiles, el

mismo Sergio es ambivalente ante su postura política, sentimientos personales, y rol social. A lo

largo del largometraje Sergio recuerda a viva voz como La Habana se ha convertido en una

ciudad que parece de provincia, que desde que se quemó El Encanto, La Habana que antes era

conocida como la Paris del Caribe ahora no es más que una Tegucigalpa del Caribe. Las palabras

y recuerdos de Sergio están mayormente llenos de desesperanza y apatía. Por ejemplo, Sergio

critica a Picasso por considerarse un “comunista” cuando este vive como millonario en Paris con

todas las comodidades que el comunismo no tiene y que de hecho quita a la gente. Titón, como

era conocido Gutiérrez Alea por amigos, utiliza muchos elementos visuales y narrativos para

retratar el profundo impacto del gobierno Castrista en la vida privada y colectiva de su gente. El

símbolo de dejar obligatoriamente sus relojes es importante pues refleja por un lado la opresión

del régimen comunista que toma control sobre los bienes materiales de las personas y por otro la
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abnegación de las personas dejar atrás “su tiempo” en la isla, de ver por última vez las manecillas

de reloj avanzando allí en Cuba, para irse en un exilio a otra parte.

Otro elemento narrativo y visual importante para demostrar el subdesarrollo en el que se

encuentra Cuba, son las tomas en la casa - museo del escritor Hemingway en la isla. Aquí Sergio

por un lado ve como Elena es incapaz de apreciar el valor histórico y educativo de la casa del

famoso americano y así demuestra la poca sofisticación y madurez intelectual y estética de la

joven que es semejante a la de muchas personas en la isla. Del mismo modo, al hacer todo un

recorrido por la casa de Hemingway encontramos que el escritor realmente no tenía nada de valor

cultural o folclórico de la isla por lo que Sergio interpreta que Cuba era realmente insignificante

para el americano. Todas las cosas de las que Hemingway disfrutaba en Cuba. Tomás Gutiérrez

Alea usa una narración fragmentada similar a la de la memoria humana y es así como vemos a su

protagonista recordando partes de su vida con su ex - esposa antes de que abandonara Cuba, con

su ex - novia europea cuando estos eran muy jóvenes y tal vez narrando subjetivamente algunas

partes y poniendo más valor sentimental en algunas memorias que en otras. De cómo Sergio es

visitado por gente del gobierno que viene a investigar sobre sus posesiones, inmuebles, y estilo

de vida, y como eventualmente pierde derecho sobre algunas de estas para acomodar el bienestar

de todos, pues ese es el objetivo del comunismo; de dejar de ser un individuo y formar parte de

un todo. Así mismo Gutiérrez Alea, emplea a Noemí, la muchacha que limpia la casa de Sergio

para demostrar cómo el gobierno comunista censura la religión. Pues vemos a Noemí confesarle a

Sergio que ella es protestante y que fue bautizada en secreto en el río. Sergio imagina a la bella

joven siendo sumergida en el agua con un traje blanco que al pegarse a su piel muestra su cuerpo;

más adelante Noemí comparte fotos de su bautizo con Sergio y este se da cuenta como su

imaginación fue más lujuriosa que las vivencias reales de Noemí. Así Gutiérrez Alea muestra

nuevamente que la mente humana puede ser subjetiva y también emplea fotografías como un
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recurso del recuerdo. Noemí muestra estas fotografías a Sergio con mucha timidez, y vemos

como a la mujer no le queda más remedio en el régimen comunista que ocultar la práctica de su

fe. Es así como también Sergio reflexiona en un momento casi al final de la película que “en el

subdesarrollo todo se olvida. Al final de Memorias del Subdesarrollo Tomás Gutiérrez Alea nos

da a entender que alrededor de tres años han pasado desde que Fidel Castro tomó control de

Cuba. A través de Sergio vemos esa impotencia de no saber qué pasará en cualquier segundo,

mas este mismo personaje ve a muchos de su compatriota caminando por las calles de La Habana

sin miedo a lo que pueda pasar, tal vez ignorando las repercusiones de un desastre

armamentístico. Esto puede ser interpretado como el subdesarrollo analítico de las personas en

Cuba, quienes en realidad no entienden las consecuencias de esta amenaza, o su indiferencia a

morir, o tal vez la insensibilización a este tipo de amenazas puesto que se han acostumbrado a

vivir bajo un gobierno militarista donde las libertades y los derechos humanos son pocos.
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Bibliografía

Montero, M. (2014). https://www.redalyc.org/pdf/805/80516303.pdf, Revista

latinoamericana de Psicología.

Montero, M. (2014). https://www.redalyc.org/pdf/805/80516303.pdf. Psykhe (Santiago),

13(2), 17-28.

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