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Discurso de la directora de la Escuela Primaria Nº 40 el 20 de junio de 2016
en Quequén.

«Autoridades, alumnos, docentes, padres…

Quiero hacer mías las palabras de la Sra. Directora Silvina Panarese,


tomándome la licencia de incluir algunas consideraciones propias dentro de
sus glosas, a las cuales considero un reflejo de ideas compartidas.

Y también quiero pedirles que hagamos

Hoy conmemoramos un nuevo aniversario de la muerte de Manuel Belgrano.

La historia oficial relegó a Manuel Belgrano al papel de “creador de la


bandera nacional” a tal punto que hasta en el calendario la fecha de su
muerte quedó asociada al símbolo patrio, aunque su creación y jura fue el 27
de febrero de 1812 en las Barrancas del Paraná. Fue la manera de ocultar por
mucho tiempo el pensamiento y la acción de uno de los hombres más
lúcidos, innovadores y revolucionarios de nuestro país: no dejaron nada en su
biografía que evoque la pasión que no amasaba plata sino ilusiones.

Como hacemos habitualmente recorreremos la vida del prócer: abogado,


economista, desobediente por naturaleza; desobediencia que permitió a otro
hombre declarar la independencia de países hermanos: Chile y Perú.

Como docentes trabajamos en las aulas para que los alumnos se constituyan
como ciudadanos críticos, reflexivos y analíticos capaces de tener un
pensamiento autónomo que busquen explicaciones, desplieguen actitudes
solidarias hacia individuos y grupos postergados y también condenen las
situaciones de injusticia y opresión.

Por eso hoy permítanme con estas palabras realizar una ejercitación casi
escolar. Un paralelismo entre las ideas de Belgrano y nuestra actualidad.

Comprometido, adelantado a su tiempo, Belgrano participó de la revolución


americana que fue radical en sus propósitos y orgánicamente democrática
por la índole de sus pueblos. Fue no solo una insurrección de las colonias
hispanoamericanas contra su metrópoli sino, principalmente, de la raza
criolla contra los españoles. Hoy sin embargo observamos cómo funcionarios
piden disculpas a los empresarios españoles por lo que llaman “mal trato”,
“sufrimiento del capital español”, en lo que se constituye en una singular
forma de humillación individual y colectiva, una declinación de las potestades
de un país.

Belgrano fue el primero en nuestras tierras en estudiar y difundir las ideas de


la economía política, adaptándolas a la realidad y los intereses rioplatenses
algo que no hace mucho tiempo escuchábamos de manera agiornada como
“que los números cierren pero con la gente adentro”

Hoy observamos como en la Argentina soñada por Belgrano, está


nuevamente atada por más de cien años con las cadenas financieras de una
deuda externa de la que hace poco nos habíamos librado, y que los números
que deben cerrar son los que dictan nuevos y actuales imperios a través de la
mano del FMI, y solo para beneficio de algunos, los socios del nuevo
imperialismo neoliberal, no para todos los argentinos
Belgrano fue el primer promotor de nuestra industria; industria que hoy se
encuentra en una situación crítica producto del indiscriminado aumento de
las tarifas en los servicios públicos y la apertura de las importaciones.

Pionero, junto con Moreno, de nuestro periodismo, ese que en algunos


casos se autoproclama independiente, mientras se presta a todo tipo de
operaciones políticas, que ha llegado al fondo de la canallada, al fabricar y
difundir noticias falsas, y que más que informar, desinforma, haciendo que el
árbol nos tape el bosque, como se dice habitualmente. Ese que manipula la
información al contar con los medios de mayor alcance y difusión, el de las
empresas de medios de comunicación dominantes. Para ese periodismo
autoproclamado independiente, la libertad de prensa pareciera existir solo a
su favor, el de sus intereses particulares. No parecieran existir garantías para
los periodistas que reflejan los propósitos e ideales de Belgrano, y
desenmascaran la mentira de aquellos que estafaron a la ciudadanía
prometiendo un cambio para asegurar bienestar, progreso y honradez y
realizaron lo contrario, hasta el nivel del escándalo.

Belgrano fue un hombre de avanzada en ideas culturales y educativas;


educación que no depende de plazos para ser de calidad, sino de sus
prácticas y de las oportunidades que brinde a sus alumnos. Defensor de los
pueblos originarios, pueblos que ven hoy a sus dirigentes presos en Jujuy.
Belgrano falleció pobre y vivió con honestidad, humildad y patriotismo
valores que queremos que porten a cada uno de nuestros representantes y
ciudadanos. Hoy, en el día de la bandera, en el día en el que nuestros chicos
juran lealtad a la misma no permitamos la destrucción de lo simbólico, de lo
político, del proyecto de país que queremos, porque somos más los que
trabajamos para que el país salga adelante, somos más y mejores, los
honestos y portadores de los valores de Belgrano, somos más los que
queremos un país que no lleve adelante políticas que causen hambre y
desigualdad. Para que la democracia siga siendo una experiencia de vida y no
una cascara vacía. Pensemos juntos cuáles son las banderas que queremos
levantar, vivamos con memoria de los errores y horrores del pasado y de
nuestras propias equivocaciones. Hagamos honor a los hombres que hicieron
grande a nuestra patria, sigamos siendo solidarios con aquellos que lo
necesitan, estando atentos a esos falsos discursos que desde hace unos
pocos años nos quieren vender y teniendo el coraje de defender y luchar por
cada uno de los derechos conquistados para los habitantes de nuestro suelo,
hagamos realidad el propósito al que dedicó su vida Belgrano: una patria
justa, libre, y soberana para todos.

Muchas gracias.»

19/06/2019

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