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TALLER DE Géneros Históricos.
TALLER DE Géneros Históricos.
Aprendizajes esperados:
Lee comprensivamente fragmentos y muestras de obras literarias, analiza su contenido, su
propósito o intención, los relaciona con la teoría sobre géneros literarios históricos y los clasifica
apropiadamente de acuerdo a sus características.
Instrucciones:
Lee con atención cada uno de los textos propuestos en este ejercicio, analiza las características
que encuentras en cada uno de ellos, identifica el género histórico al que pertenece y explica
brevemente las razones o argumentos que te han llevado a esa conclusión. Utiliza los textos que
se encuentran al principio de nuestra guía (El mito, la epopeya, el cantar de gesta, la leyenda,
la fábula, la parábola, el cuento, la novela…) y que te pueden servir como modelos para
elaborar tu trabajo.
Mientras rezaba, un rayo del sol iluminó a una fila de hormigas en un roble, algo que hizo que el
rey decidiera pedir que surgieran tantas personas como hormigas había visto sobre el árbol. Éaco
de Egina se durmió y soñó que las hormigas en el roble caían al suelo y al hacerlo se
transformaban en personas. Al despertar, la isla había recuperado el número de habitantes de
antaño, siendo nombrados en honor de las hormigas de las que procedían (mirmidón podría
traducirse como hombres hormiga)”.
2. Había una vez una joven, hija de un granjero que iba al pueblo a vender
leche, y mientras trasladaba la vasija llena de leche, planificaba su futuro.
De repente tropezó con una piedra y cayó al suelo junto con el recipiente de
leche el cual se derramó completamente, destruyéndose también cada uno de los planes que
había hecho.
Moraleja: No debes desear tener una fortuna mayor pues nada de lo que tengas te parecerá
suficiente. No pienses en el futuro sin antes haber asegurado tu presente pues solo así tu futuro
tendrá resultados.
4. El Ciervo Escondido
Un leñador de Cheng se encontró en el campo con un
ciervo asustado y lo mató. Para evitar que otros lo
descubrieran, lo enterró en el bosque y lo tapó con
hojas y ramas. Poco después olvidó el sitio donde lo
había ocultado y creyó que todo había ocurrido en un
sueño. Lo contó, como si fuera un sueño, a toda la
gente. Entre los oyentes hubo uno que fue a buscar el
ciervo escondido y lo encontró. Lo llevó a su casa y
dijo a su mujer:
-Un leñador soñó que había matado un ciervo y olvidó
dónde lo había escondido y ahora yo lo he encontrado.
Ese hombre sí que es un soñador.
-Tú habrás soñado que viste un leñador que había matado un ciervo. ¿Realmente crees que hubo
un leñador? Pero como aquí está el ciervo, tu sueño debe ser verdadero -dijo la mujer.
-Aun suponiendo que encontré el ciervo por un sueño -contestó el marido- ¿a qué preocuparse
averiguando cuál de los dos soñó?
Aquella noche el leñador volvió a su casa, pensando todavía en el ciervo, y realmente soñó, y en el
sueño soñó el lugar donde había ocultado el ciervo y también soñó quién lo había encontrado. Al
alba fue a casa del otro y encontró el ciervo. Ambos discutieron y fueron ante un juez, para que
resolviera el asunto. El juez le dijo al leñador:
-Realmente mataste un ciervo y creíste que era un sueño. Después soñaste realmente y creíste
que era verdad. El otro encontró el ciervo y ahora te lo disputa, pero su mujer piensa que soñó que
había encontrado un ciervo que otro había matado. Luego, nadie mató al ciervo. Pero como aquí
está el ciervo, lo mejor es que se lo repartan.
El caso llegó a oídos del rey de Cheng y el rey de Cheng dijo: