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Mariagalindogomez
Introducción
Definir el rol del docente como líder integral dentro de la sociedad pareciera ser una tarea
simple, pero no es así, analizar el liderazgo de un docente es complejo, implica mirar la función
docente desde los diversos espacios en los cuales se mueve su ser-hacer-saber. En tal sentido;
la escuela, la familia y la comunidad determinan los tres escenarios que marcan
principalmente la acción y liderazgo del docente dentro de la sociedad, es la representación en
micro del denominado país. La familia, la escuela y la comunidad son los ámbitos en los cuales
una persona desde su infancia se desarrolla, crece, convive, interactúa, entre otras actividades
y funciones.
Ahora bien, es necesario delimitar los tres elementos conceptuales que permitirán una mejor
comprensión de estas líneas; ¿qué es un docente?, ¿qué significa ser líder integral? Y ¿qué es
la sociedad? La claridad de estos elementos dará las herramientas necesarias para hacer una
valoración personal de ese liderazgo asignado al docente y hacia dónde debe direccionar esa
condición de líder lo cual representa el propósito del presente ensayo.
Para cerrar esta breve, pero precisa reflexión, se incorporan las consideraciones finales de la
temática que se encargan de hacer una valoración pertinente y definitiva del rol del docente
como líder integral dentro de la sociedad.
Desarrollo
Esta es la tarea del docente en la posición de liderazgo que se le otorga, motivar a sus
estudiantes para hacerles crecer como personas y como individuos con gran potencial capaces
de desarrollarse y crecer integralmente en la sociedad. El docente se debe enfocar a formar
ciudadanos integrantes de una sociedad.
La sociedad marca el espacio de convivencia general para el ser humano. Todos somos
individuos netamente sociales porque somos capaces de interactuar, convivir y comunicarnos
con nuestros semejantes en una vida en común marcada por normas, principios y cultura en
general, este espacio de vida común es lo que se denomina sociedad a efectos del análisis que
se ofrece.
Ahora bien, la misión de estas líneas se dirige a la conjunción de los elementos descritos: el
docente, el liderazgo del mismo y la sociedad como el espacio común de vida de todas las
personas. Dentro de esta perspectiva, el docente no debe ser focalizado como un sólo dador
de conocimiento como si estuviera al frente de pequeños vasos que esperan ser llenados por
su caudal de conocimiento, esta es una posición muy errática, antigua y desligada de las reales
demandas de esta actual sociedad globalizada en la cual actuamos y convivimos.
El docente del siglo XXI debe ejercer un liderazgo condicionado al progreso, al desarrollo, al
uso de la tecnología en términos evolucionistas, a la producción del conocimiento como pilar
de su práctica que implica su formación y desarrollo como docente-investigador, siendo este
punto de especial importancia porque la actual demanda no está direccionada a un docente
repetidor de teorías y conocimientos de otros, la sociedad globalizada reclama un docente que
investigue sobre su práctica y su realidad, que produzca conocimiento, que dentro de su
posición de líder forme ciudadanos críticos, analíticos, con competencias para propiciar su
desarrollo y avance y esto sólo lo puede lograr el docente-investigador que se demanda
actualmente.
Dentro de este orden de ideas, es pertinente citar como el periódico digital ALTABLERO del
Ministerio de Educación de la República de Colombia (2005) define la condición o función
docente desde una perspectiva globalizante:
El maestro del siglo XXI es un formador de ciudadanos, capaz de leer los contextos locales y
globales que le rodean y de responder a los retos de su tiempo. Es un facilitador que domina
su disciplina y que, a través de metodologías activas, ofrece las herramientas necesarias para
que los estudiantes comprendan el mundo desde diversos lenguajes, aprendan a vivir con los
demás y sean productivos.
Desde el sentido crítico, este concepto permite ampliar la visión del significado de la docencia,
un docente forma “ciudadanos” entiéndase estos como aquellos individuos capaces de
reconocer, valorar y defender sus derechos y deberes en cualquier espacio de la vida en
sociedad. La función docente no está limitada a sólo ser un “dador de clases”, un docente debe
tener la amplitud necesaria para sentirse y reconocerse líder del proceso educativo y de la
formación de un individuo.
A un docente se le exige poseer competencias que van más allá de un aula de clases, un
docente tiene el compromiso y la capacidad de analizar, comprender y transformar su propia
realidad. El fin último de ser docente es que los estudiantes aprendan a convivir y a ser
productivos, esto implica activar un liderazgo hacia esas metas.
Al actual docente se le exige no sólo ser líder en su aula, su misión debe ir más allá, por esta
razón se habla en términos de un docente líder integral dentro de la sociedad, porque sus
enseñanzas deben llegar a todos los ámbitos en las cuales se desempeña el ser humano. En
este marco de acciones, vale la pena preguntarse ¿qué caracteriza un buen líder? Porque
indiscutiblemente de un docente se espera un líder positivo. Para el Instituto Europeo de
Postgrado un buen líder tiene las siguientes características:
Es importante destacar que la función de la familia debe estar conectada con el liderazgo del
docente como figura influyente en la vida de una persona. Es preciso tener claridad que el
docente no le corresponde sustituir el vital rol de la familia en la sociedad, sencillamente, su
liderazgo se direcciona a la formación de ese sujeto crítico, reflexivo que se reconoce como un
ciudadano. Desde la óptica personal, el liderazgo debe estar acompañado de los valores del
grupo familiar, pues él solo no podrá hacer posible la visión de construir el ciudadano que
reclama la sociedad.
En este orden de ideas, un ciudadano es aquel que reconoce que la tolerancia, el respeto, la
comunicación son valores claves para la vida en sociedad. El docente debe impulsar que sus
estudiantes asuman y practiquen estos valores desde todos los espacios donde se desarrolle.
En este sentido, el docente está llamado a convertirse en un líder activo en todos los espacios,
esto empieza por indagar, conocer e investigar sobre la realidad que circunscribe a su hacer
docente para poder transformarla y lograr en una sociedad más justa, equilibrada y
direccionada al desarrollo y progreso.
Desde la visón integral del liderazgo del docente en la sociedad, este tiene un liderazgo
pedagógico; caracterizado por su práctica docente en aula con sus estudiantes en particular,
igualmente tiene un liderazgo organizacional sustentado en la administración de procesos
educativos, se suma su liderazgo comunitario como promotor del desarrollo local, de igual
manera ejerce liderazgo como investigador pues le corresponde asumir el rol de producir
conocimiento lo cual lo incentiva a la formación en su condición de docente-investigador.
García(s/f) señala al respecto “Todo profesor debe ser un líder y en el ejercicio de la función
docente debe actuar sin demora, cuando ha tomado consciencia de la necesidad de cambio en
la realidad en que se desenvuelve.”. Un docente se convierte en ese líder integral cuando es
capaz de transformar su realidad. Desde lo personal, esto es realmente lo que hace a un líder,
su capacidad de cambiar y transformar la sociedad en sí. Y este cambio pasa por formar
estudiantes bajo la visión de la democracia y de la libertad de pensamiento y así como la crítica
para hacer posible la constitución de ciudadanos creativos, innovadores, demócratas y no de
individuos pasivos, repetidores y seguidores de ideologías sin conocer sus orígenes y
propósitos reales.
El docente está llamado a ejercer un liderazgo transformador, es decir, ser ese líder que
motiva al cambio y la transformación en positivo de la sociedad, para ello se requiere el
fomento de reflexión, el análisis y la autocrítica. El resultado de estos dará pie a conocer qué
debemos cambiar, qué debemos mejorar, qué debemos fortalecer.
Desde la posición de líder que ejerce el docente, algunos erradamente le pueden adjudicar
como poseedor de la verdad, lo cual no es así, el docente como líder guía a sus alumnos a
diseñar los caminos para encontrar la verdad, es por ello, que una de sus cualidades es motivar
a la indagación, a la investigación como el proceso acorde para encontrar la verdad que
permita solucionar problemas y transformar realidades.
Para García (s/f) existen tres elementos que definen el liderazgo transformador del docente, a
saber
La meta de cada docente en este siglo, es poder construir una sociedad más justa, menos
desigual, con valores y justicia social. La sociedad se caracteriza por cambios constantes y
diversos, ello significa que el liderazgo asumir, tiene que ser un liderazgo critico, capaz de leer
realidades locales y mundiales que permitan comprender este mundo, es indispensable un
liderazgo que entienda que su función es formar ciudadanos y no individuos pasivos sumisos a
cualquier ideología de turno, esos no son los hombres capaces de cambiar el mundo. El mundo
y la sociedad se transforman con conocimiento, con ética y valores, y sobre todo con el
compromiso de ejercer un liderazgo docente capaz de cambiar y transformar realidades.
CONSIDERACIONES FINALES
El docente en su condición de líder debe reflexionar permanente sobre su ser docente, saber
docente y hacer docente, ello le permitirá consolidar una práctica coherente e integral
sustentada en reales demandas.
Al docente le corresponde asumir que su liderazgo está inmerso en una sociedad globalizada
que cambia constantemente, una sociedad dominada por la aplicabilidad de la ciencia, es
decir, una sociedad de grandes avances tecnológicos, que lo obligan a formarse permanente
para ser un docente-líder del siglo XXI, y no un docente sumergido en la involución.
El liderazgo docente debe ser caracterizado primordialmente por su gran poder de
comunicación, dialogo, tolerancia, respecto, pertenencia, entre otros, todos ellos representan
valores propios que apoyan humana y filosóficamente su acción de guiar e influir en otros.
El docente debe asumir que su liderazgo del ser-hacer-saber tiene como base la investigación,
por tal razón reconocerse y actuar como un genuino docente-investigador asegura un
liderazgo basado en la producción de conocimiento. Esta condición le permite al docente
reconocer que su misión es despertar a sus estudiantes a la crítica, al análisis, a la
transformación, al desarrollo y al progreso individual y colectivo.
Un docente líder debe proyectar su liderazgo hacia todos los espacios, primordialmente la
familia y la comunidad ya que estos representan pilares para la formación del ciudadano que
se aspira.
Un docente líder toma conciencia de transformar y cambiar en términos positivo la realidad
que le rodea. Un docente líder es el promotor nímero uno de la “ciencia”
Un docente líder impulsa los talentos contenidos en sus estudiantes y fija objetivos para que
estos alcancen desarrollo y progreso dentro de la sociedad.
REFERENCIAS
Periódico digital Al Tablero (2005) Ser maestro hoy, El sentido de Educar y el Oficio docente.
Nº 34 Abril-Mayo. [Periódico en línea] Disponible:
http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-87608.html [Consulta: 2016, Abril 16]