Está en la página 1de 40

EJECUTIVIDAD Y EJECUTORIEDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La autotutela administrativa
La administración está capacitada como sujeto de derecho para tutelar por sí misma
sus propias situaciones jurídicas, incluso sus pretensiones innovativas del status quo,
eximiéndose de recurrir al órgano jurisdiccional en busca de tutela.
El principio de autotutela comprende dos potestades:
1. Autotutela declarativa, mediante la cual la Administración Pública define una
situación jurídica que la enfrenta a un particular o resuelve una controversia
entre dos o más particulares.
2. Autotutela Ejecutiva, que le permite a la Administración Pública disponer el
cumplimiento de aquellos asuntos jurídicamente relevantes y que habían sido
previamente decididos o declarados por ella misma, aun en contra de la
voluntad del administrado obligado a dicho cumplimiento.
El reconocimiento de estas facultades le otorga a la administración Pública un estatuto
jurídico particular, pues a diferencia de cualquier entidad particular, la Administración
puede prescindir de los órganos jurisdiccionales para obligar a un particular a la
realización de determinada conducta ajustada a derecho.
La autotutela declarativa es también conocida como la ejecutividad del acto
administrativo
La autotutela ejecutiva es también conocida como la ejecutoriedad del acto
administrativo

Ejecutividad y ejecutoriedad en la Ley N° 27444


La ejecutividad es entendida como aquella característica que doctrinariamente se ha
considerado como propia de todo acto administrativo, desde la emisión del acto sin
que la oposición del particular a través de los recursos administrativos pueda impedir
su ejecución.
La ejecutoriedad alude a aquellos actos administrativos que impongan una obligación
al administrado (dar, hacer o no hacer) y que en función de su contenido obligacional,
puede llegar a la ejecución forzosa, en caso de negativa del administrado.
Por su parte, el Tribunal Constitucional al respecto ha señalado lo siguiente:
“(…) 44. La ejecutividad del acto administrativo está referida al atributo de eficacia,
obligatoriedad, exigibilidad, así como al deber de cumplimiento que todo acto
regularmente emitido conlleva a partir de su notificación; está vinculada a la validez
del acto administrativo. La ejecutoriedad del acto administrativo, en cambio, es una
facultad inherente al ejercicio de la función de la Administración Pública y tiene
relación directa con la eficacia de dicho acto; en tal sentido, habilita a
la Administración a hacer cumplir por sí misma un acto administrativo dictado por ella,
sin la intervención del órgano judicial, respetando los límites impuestos por mandato
legal, así como a utilizar medios de coerción para hacer cumplir un acto administrativo
y a contar con el apoyo de la fuerza pública para la ejecución de sus actos cuando
el administrado no cumpla con su obligación y oponga resistencia de hecho.
Expediente N º 0015-2005-PI/TC. Municipalidad Metropolitana de Lima cc.
Congreso de la República

Ejecutividad y ejecutoriedad en la Ley N° 27444


En la Ley del Procedimiento Administrativo General (Ley N° 27444) se consagra la
eficacia de los actos administrativos y su ejecutoriedad, salvo para casos de
procedimientos administrativos de carácter sancionador.
Art. 258.2. (D.S. N° 004-2019-JUS). La resolución será ejecutiva cuando ponga fin a la
vía administrativa. La administración podrá adoptar las medidas cautelares precisas
para garantizar su eficacia, en tanto no sea ejecutiva.
Artículo 104 EJECUCIÓN DE SANCIÓN (D.S. N° 004-2013-ED). El acto
administrativo, debidamente notificado, que dispone sanción disciplinaria tiene carácter
ejecutorio, conforme al artículo 192 de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General y conforme a los precedentes administrativos que dicte la
Autoridad Nacional del Servicio Civil. Las resoluciones de sanción generadas en
procesos administrativos disciplinarios, no se suspenden por la interposición de
recurso administrativo alguno.
Asimismo, para caracterizar la ejecutoriedad de los actos administrativos, dicha Ley
consagra como uno de sus requisitos el de contener una obligación de dar, hacer o no
hacer a favor de la Administración Pública

Ejecutividad y ejecutoriedad en la Ley N° 27444


• En primer lugar, la Ley determina de manera categórica la eficacia de los
actos administrativos que favorecen al
administrado, al extremo que no es necesario para que surja dicha eficacia que
el beneficiario sea notificado de ello, bastando que el acto se haya emitido para
que la Administración Pública se encuentre obligada a sus propias
determinaciones.
• En segundo lugar, aunque la Ley en
cuestión establezca el carácter ejecutorio de los actos administrativos, dicha
regla no es de aplicación en el caso de los actos emitidos en un procedimiento
administrativo sancionador sino hasta el momento en que dicho procedimiento
haya concluido de manera definitiva, ya sea porque se agotó la vía
administrativa (no siendo posible interponer ningún nuevo medio impugnatorio)
o porque dicho acto quedó consentido (el administrado afectado pudiendo
hacerlo no impugnó el acto sancionador)
Esta última excepción está destinada, a nuestro entender, a garantizarle a los
sujetos administrados un debido procedimiento administrativo y evitar la ejecución de
una sanción administrativa por los efectos que el ejercicio de dicha potestad puede
llegar a tener respecto de determinados derechos fundamentales.
En la práctica, pueden presentarse situaciones en las cuales un procedimiento
administrativo que no sea de naturaleza sancionadora pueda ocasionar perjuicios y
ocasionar la lesión de derechos de terceros (a modo de ejemplo, el otorgamiento de
una licencia de construcción o la autorización para el funcionamiento de determinado
tipo de actividades), en tales supuestos consideramos que el acto administrativo
mantiene su ejecutividad y que los eventuales afectados tendrían que transitar por la
vía administrativa, salvo que puedan demostrar que dicho acto puede generar la
eventual lesión de un derecho fundamental.

La ejecutividad del acto administrativo y la tutela jurisdiccional efectiva


Artículo III.- Finalidad
“La presente Ley tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la
actuación de la Administración Pública sirva a la protección del interés general,
garantizando los derechos e intereses de los administrados y con sujeción al
ordenamiento constitucional y jurídico en general”.
En ese sentido, es importante determinar algunos alcances respecto de la tutela
jurisdiccional efectiva (consagrada constitucionalmente) en relación con la ejecutividad
del acto administrativo
Existen derechos fundamentales que se ven limitados o afectados por la ejecutividad
de los actos administrativos. Uno de ello es, por ejemplo, aquel mencionado
anteriormente; a saber, el de la tutela jurisdiccional efectiva.

La ejecutividad del acto administrativo y la tutela jurisdiccional efectiva


Si entendemos que ante cualquier pronunciamiento de la Administración Pública
siempre tendremos la ocasión de cuestionarla en sede jurisdiccional, cuando dicho
pronunciamiento pueda ser ejecutado de manera forzosa, la necesidad de contar con
una tutela jurisdiccional verdaderamente efectiva que impida que la actuación material
de la Administración, cuando proceda a la ejecución de sus actos, lesione los
derechos de los ciudadanos resulta absolutamente necesaria y esencial.
Se debe tener en cuenta, que no basta únicamente con que el acto administrativo y su
ejecución puedan ser cuestionados en sede jurisdiccional para considerar que
se respeta el derecho a la tutela jurisdiccional, sino que debe darse un paso adelante,
tratando de asegurar la plena efectividad de dicho derecho, y se propone entender que
la Administración Pública no puede ejecutar un acto administrativo hasta que el órgano
jurisdiccional no se pronuncie respecto de la solicitud cautelar de suspensión del acto,
una vez que fuera presentado por el administrado, garantizándole al extremo su
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.

Art. 24°.- Efecto de la Admisión de la demanda.


La admisión de la demanda no impide la vigencia ni la ejecución del acto
administrativo, salvo que el Juez mediante una medida cautelar o la ley, disponga lo
contrario.
D.S. N° 011-2019-JUS – TUO de la Ley N° 27584.

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EJECUTIVIDAD Y EJECUTORIEDAD?


EJECUTIVIDAD: Alude al común atributo de todo acto administrativo de ser eficaz,
vinculante o exigible.
EJECUTORIEDAD: Especial manifestación de la eficacia; por la que, cuando se
imponen deberes y restricciones a los particulares, pueden ser realizados aún contra
su voluntad por los órganos de la Administración Pública. EJEMPLO: Una
municipalidad emite un acto administrativo a través del cual ordena demoler a una
empresa constructora un edificio por no cumplir con las normas técnicas de la materia.
Al momento de emitirse el acto administrativo, este goza de ejecutividad que supone el
cumplimiento libre del administrado. Si este no cumple, la Administración Pública, en
virtud de la ejecutoriedad, tiene las herramientas para hacer cumplir de manera
forzosa al administrado.

Ejecutoriedad del Acto Administrativo


Artículo 203.- Ejecutoriedad del acto administrativo
Los actos administrativos tendrán carácter ejecutario, salvo disposición legal expresa
en contrario, mandato judicial o que estén sujetos a condición o plazo conforme a ley.
Artículo 204.- Pérdida de ejecutoriedad del acto administrativo
204.1 Salvo norma expresa en contrario, los actos administrativos pierden efectividad
y ejecutoriedad en los siguientes casos:
204.1.1 Por suspensión provisional conforme a ley.
204.1.2 Cuando transcurridos dos (2) años de adquirida firmeza, la administración no
ha iniciado los actos que le competen para ejecutarlos.
204.1.3 Cuando se cumpla la condición resolutiva a que estaban sujetos de acuerdo a
ley.
204.2 Cuando el administrado oponga al inicio de la ejecución del acto administrativo
la pérdida de su ejecutoriedad, la cuestión es resuelta de modo irrecurrible en sede
administrativa por la autoridad inmediata superior, de existir, previo informe legal sobre
la materia.

EJECUTIVIDAD FORZOSA DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La ejecutoriedad y la ejecución forzosa de los actos administrativos


El acto administrativo tiene como característica común el de la ejecutividad, empero no
todo acto administrativo tiene ejecutoriedad. Mientras el primero está relacionado con
la fuerza obligatoria como efecto inherente a todo acto administrativo frente a los
administrados (por lo que el administrado siempre tendrá derecho a impugnarlo), el
segundo está relacionado con la ejecución forzosa como una potestad de la
Administración Pública para hacer valer su derecho de la autotutela administrativa ante
situaciones de orden imperativo.
La diferencia entre la ejecutoriedad y la ejecución forzosa de los actos administrativos,
se relaciona con los momentos y con la actuación del administrado frente a un acto
administrativo que le ordena hacer, no hacer o dar algo.
Es posible que un acto administrativo sea ejecutorio y que no se recurra a la ejecución
forzosa del mismo, por lo menos no en el sentido de coacción por la fuerza. Ello
ocurriría cuando un administrado decide por su propia voluntad acatarlo dispuesto por
el acto administrado, situación que permitiría señalar al acto emanado como ejecutable
y ejecutorio, mas no como de ejecución forzosa

Es por ello que siempre se deberá requerir al administrado a que cumpla con la
prestación espontáneamente.
Art. 205.4.- Que se haya requerido al administrado el cumplimiento espontáneo de la
prestación, bajo apercibimiento de iniciar el medio coercitivo específicamente
aplicable. (D.S. N° 004-2019-JUS).
En caso el administrado decida hacer caso omiso al acto administrativo (ello implica
naturalmente que el mismo haya sido debidamente notificado), entonces, se podrá
iniciar el medio coercitivo específicamente aplicable. Aquí, empieza a surgir los efectos
de la ejecución forzosa en stricto sensu.

Requisitos de la Ejecución forzosa


Artículo 205.- Ejecución forzosa
Para proceder a la ejecución forzosa de actos administrativos a través de sus propios
órganos competentes, o de la Policía Nacional del Perú, la autoridad cumple las
siguientes exigencias:
1. Que se trate de una obligación de dar, hacer o no hacer, establecida a favor de la
entidad.
2. Que la prestación sea determinada por escrito de modo claro e íntegro.
3. Que tal obligación derive del ejercicio de una atribución de imperio de la entidad o
provenga de una relación de derecho público sostenida con la entidad.
4. Que se haya requerido al administrado el cumplimiento espontáneo de la
prestación, bajo apercibimiento de iniciar el medio coercitivo específicamente
aplicable.
5. Que no se trate de acto administrativo que la Constitución o la ley exijan la
intervención del Poder Judicial para su ejecución.
6. En el caso de procedimientos trilaterales, las resoluciones finales que ordenen
medidas correctivas constituyen títulos de ejecución conforme a lo dispuesto en el
artículo 713 inciso 4) del Código Procesal Civil, modificado por la Ley Nº 28494, una
vez que el acto quede firme o se haya agotado la vía administrativa.
En caso de resoluciones finales que ordenen medidas correctivas, la legitimidad para
obrar en los procesos civiles de ejecución corresponde a las partes involucradas.

Requisitos de la Ejecución forzosa


Artículo 206.- Notificación de acto de inicio de ejecución
206.1 La decisión que autorice la ejecución administrativa será notificada a su
destinatario antes de iniciarse la misma.
206.2 La autoridad puede notificar el inicio de la ejecución sucesivamente a la
notificación del acto ejecutado, siempre que se facilite al administrado cumplir
espontáneamente la prestación a su cargo.

Medios de Ejecución Forzosa

Medios de Ejecución Forzosa

Medios de Ejecución Forzosa


Artículo 207.- Medios de ejecución forzosa
207.1 La ejecución forzosa por la entidad se efectuará respetando siempre el principio
de razonabilidad, por los siguientes medios:
• Ejecución coactiva
• Ejecución subsidiaria
• Multa coercitiva
• Compulsión sobre las personas
207.2. Si fueran varios los medios de ejecución aplicables, se elegirá el menos
restrictivo de la libertad individual.
207.3. Si fuese necesario ingresar al domicilio o a la propiedad del afectado, deberá
seguirse lo previsto por el inciso 9) del artículo 20 de la Constitución Política del Perú.

Ejecución Coactiva
Artículo 208.- Ejecución coactiva
Si la entidad hubiera de procurarse la ejecución de una obligación de dar, hacer o no
hacer, se seguirá el procedimiento previsto en las leyes de la materia.

Ejecución Coactiva

Ejecución coactiva
Artículo 209.- Ejecución subsidiaria
Habrá lugar a la ejecución subsidiaria cuando se trate de actos que por no ser
personalísimos puedan ser realizados por sujeto distinto del obligado:
1. En este caso, la entidad realizará el acto, por sí o a través de las personas que
determine, a costa del obligado.
2. El importe de los gastos, daños y perjuicios se exigirá conforme a lo dispuesto en el
artículo anterior.
3. Dicho importe podrá liquidarse de forma provisional y realizarse antes de la
ejecución, o reservarse a la liquidación definitiva.
Multa Coercitiva
Artículo 210.- Multa coercitiva
210.1 Cuando así lo autoricen las leyes, y en la forma y cuantía que éstas determinen,
la entidad puede, para la ejecución de determinados actos, imponer multas coercitivas,
reiteradas por períodos suficientes para cumplir lo ordenado, en los siguientes
supuestos:
a) Actos personalísimos en que no proceda la compulsión sobre la persona del
obligado.
b) Actos en que, procediendo la compulsión, la administración no la estimara
conveniente.
c) Actos cuya ejecución pueda el obligado encargar a otra persona.
210.2 La multa coercitiva es independiente de las sanciones que puedan imponerse
con tal carácter y compatible con ellas.

Multa Coercitiva
Compulsión de personas
Artículo 211.- Compulsión sobre las personas
Los actos administrativos que impongan una obligación personalísima de no hacer o
soportar, podrán ser ejecutados por compulsión sobre las personas en los casos en
que la ley expresamente lo autorice, y siempre dentro del respeto debido a su dignidad
y a los derechos reconocidos en la Constitución Política.
Si los actos fueran de cumplimiento personal, y no fueran ejecutados, darán lugar al
pago de los daños y perjuicios que se produjeran, los que se deberán regular
judicialmente.
REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Revisión de oficio
Los ordenamientos jurídicos prevén la posibilidad de que los actos administrativos
puedan ser revisados, debido a que siempre existe la posibilidad de que, en su
generación y emisión, se cometan errores o vicios.

Formas de control
 Control Político
 Control Social o ciudadano
 Control Administrativo
 Control Jurisdiccional: Proceso contencioso administrativo, proceso de
cumplimiento, acción popular, procesos constitucionales en general.
Artículo III TP – TUO Ley N° 27444
“La presente Ley tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la
actuación de la Administración Pública sirva a la protección del interés general,
garantizando los derechos e intereses de los administrados y con sujeción al
ordenamiento constitucional y jurídico en general”.
Revisión de actos administrativos
- La ley establece la posibilidad de que los actos de las autoridades
administrativas sean susceptibles de revisión.
- Mecanismo de control administrativo. Puede ser interno o externo.
- Esta revisión puede hacerse de oficio o a pedido de parte

Revisión de oficio
- Es de oficio cuando la propia autoridad corrige, anula o revoca el acto
administrativo.
- Existen diversos mecanismos de revisión de oficio, que pasaremos a ver a
continuación.
Rectificación de errores
- Los errores materiales o aritméticos en los actos administrativos pueden ser
rectificados con efecto retroactivo, en cualquier momento, de oficio o a
instancia de los administrados.
- Opera siempre que no se altere lo sustancial de su contenido ni el sentido de la
decisión.

Rectificación de errores
Artículo 212.- Rectificación de errores
212.1 Los errores material o aritmético en los actos administrativos pueden ser
rectificados con efecto retroactivo, en cualquier momento, de oficio o a instancia de los
administrados, siempre que no se altere lo sustancial de su contenido ni el sentido de
la decisión.
212.2 La rectificación adopta las formas y modalidades de comunicación o publicación
que corresponda para el acto original.

Rectificación de errores
Si el error no es esencial, esto es, no afecta el sentido del acto administrativo, la propia
autoridad que emitió el acto puede corregirlo.
No es necesario que ese pedido sea de parte, ni que se derive el expediente al
superior del órgano que emitió el acto.
Ello es una expresión del principio de celeridad, que consiste en que quienes
participen en el procedimiento realice todas aquellas actuaciones que permitan
obtener una decisión en el tiempo más breve que sea posible, evitando así cualquier
vulneración a los derechos de las partes o al interés público
Rectificación de errores
Cabe indicar que si la revisión fuese a pedido de parte, esta acción no podría
considerarse como la puesta en marcha de un recurso administrativo, por cuanto la
redacción del contenido o sentido del acto aún no es definitivo.
Recién una vez que se corrijan los errores que se hubiesen cometido es que se tendrá
un acto definitivo, fecha a partir de la cual se empezará a computar el plazo para que
el administrado pueda ejercer su derecho de contradicción.

Rectificación de errores
Asimismo, se encuentra proscrita cualquier rectificación de oficio que corrigiendo los
supuestos errores aritméticos o materiales, en realidad modifiquen la decisión final
contenida en el acto administrativo. Incluso si el órgano administrativo competente
identificara que el acto en cuestión ha incurrido en una causal de nulidad, no puede
modificar su contenido, sino que deberá solicitar a su superior jerárquico para que este
analice y evalúe si procede declarar la nulidad de oficio de ese acto.

Clases de errores no esenciales


Errores aritméticos: son errores en la consignación de números o la operación
matemática o lógica de algunas unidades que no dejan lugar a dudas de que fue un
error de consignación formal.
Errores materiales: son errores de tipeo del texto, que no cambia accidentalmente el
sentido primigenio de la decisión contenida en el acto administrativo.

Nulidad de oficio del acto administrativo


La declaración de oficio de la nulidad de un acto administrativo es una potestad por la
cual la Administración, a iniciativa propia, deja sin efecto un acto administrativo que
está produciendo efectos sobre los derechos, obligaciones o intereses de un particular
en una situación jurídica concreta, debido a la constatación de un vicio de validez.

Nulidad de oficio del acto administrativo


Si bien con el ejercicio de esta potestad se podría perjudicar al particular beneficiado
con el acto administrativo, es deber de la autoridad ejercer esta potestad cuando dicho
acto vulnera el interés público. La idea de otorgar la posibilidad de dejar sin efecto las
consecuencias establecidas por un acto que adolece de un vicio grave es defender —
de manera oportuna y con las garantías que el procedimiento administrativo brinda—
el interés público.

Nulidad de oficio
- Causales de nulidad señaladas en el artículo 10° del TUO de la Ley, aun
cuando hayan quedado firmes.
- Dentro del plazo establecido por la Ley.
- Siempre que agravien el interés general, a ello se le llama requisito de doble
lesividad.
Proceso de lesividad
- Proceso judicial mediante el cual la Administración solicita la nulidad de un acto
emitido por la misma.
- Requiere de un acto administrativo de lesividad, así como que la demanda se
interponga en el plazo de dos años desde que prescribe la facultad de declarar
dicha nulidad de oficio.

Requisitos para declarar la nulidad de oficio de un acto administrativo


Primer requisito: Acto viciado por alguna de las causales previstas en el artículo 10
del TUO de la LPAG.
Segundo requisito: Agravio al interés público.
Consecuencia: Nulidad del acto administrativo.
Nota: El interés público se encuentra determinado por la finalidad pública establecida
en la norma que se le encarga garantizar a la autoridad.

Nulidad de oficio de un acto administrativo


Finalmente, debe indicarse que la declaración de nulidad tendrá efecto declarativo y
retroactivo a la fecha del acto, salvo derechos adquiridos de buena fe por terceros, en
cuyo caso operará a futuro, de conformidad a lo dispuesto en el Numeral 12.1 del
Artículo 12 del TUO de la LPAG.

Órgano competente para declarar de oficio la nulidad de un acto administrativo


De acuerdo al Numeral 213.2 del Artículo 213 de la LPAG, la nulidad de oficio sólo
puede ser declarada por el funcionario jerárquico superior al que expidió el acto que se
invalida. Si se tratara de un acto emitido por una autoridad que no está sometida a
subordinación jerárquica, la nulidad será declarada por resolución del mismo
funcionario.
Cabe precisar que la nulidad no la tiene que declarar el órgano de mayor jerarquía —
como sucede en la revocación, sino el órgano superior inmediato del que emitió el acto
a invalidar.

Órgano competente para declarar de oficio la nulidad de un acto administrativo


En el caso particular de los actos administrativos emitidos por consejos o tribunales
competentes para resolver controversias en última instancia, la declaración de nulidad
no corresponderá al superior jerárquico, sino que serán los propios consejos o
tribunales los que definirán tal situación mediante acuerdo unánime, conforme al
Numeral 213.5 del Artículo 213 de la LPAG. Dicha atribución podrá ser ejercida en el
plazo de un dos años contados desde la fecha en que el acto haya quedado
consentido, También procede que el titular de la Entidad demande su nulidad en la vía
del proceso contencioso administrativo, siempre que la demanda se interponga dentro
de los tres años siguientes de notificada la resolución emitida por el consejo o tribunal.
Plazo para declarar de oficio la nulidad de un acto administrativo
De acuerdo al Numeral 213.3 del Artículo 213 del TUO de la LPAG, la facultad para
declarar la nulidad de oficio de los actos administrativos prescribe en el plazo de dos
años, contado a partir de la fecha en que hayan quedado consentidos o contado a
partir de la notificación a la autoridad administrativa de la sentencia penal condenatoria
firme, en lo referido a la nulidad de los actos previstos en el numeral 4 del artículo10.
Se debe precisar que el establecimiento de un plazo tiene como objetivo otorgarle
seguridad jurídica a los administrados respecto del tiempo en que la autoridad podría
revisar y, si fuera el caso, declarar nulo un acto administrativo.

Plazo para solicitar la nulidad de un acto administrativo ante el Poder Judicial


cuando el plazo prescribió en sede administrativa.
El Numeral 213.4 del Artículo 213 del TUO de la LPAG establece que en caso de que
haya prescrito el plazo previsto en el numeral anterior, sólo procede demandar la
nulidad ante el Poder Judicial vía el proceso contencioso administrativo, siempre que
la demanda se interponga dentro de los tres (3) años siguientes contados desde la
fecha en que prescribió la facultad para declarar la nulidad en sede administrativa.
Nota: Procurador Público – Resolución que identifique el agravio a la legalidad
administrativa y al interés público. (2do párrafo del Art. 13 del TUO de la Ley N°
27584.

Debido proceso y notificación


Si bien es cierto que el Artículo 213 del TUO de la LPAG no establece una obligación
legal expresa a cargo de la Administración a efectos de incorporar al administrado a
quién beneficia el acto administrativo intervenido –entiéndase nulo–, el Tribunal
Constitucional ha sostenido que existe esta obligación para que el administrado ejerza
su derecho de defensa respecto de los intereses que se vean afectados e informarle
sobre el inicio de dicho procedimiento, de conformidad con lo dispuesto en el acápite
a) del Inciso 24 del Artículo 2 de la Constitución Política del Perú

Revocación del acto administrativo


En nuestro ordenamiento jurídico, como regla general, no es posible que la autoridad
administrativa revoque, modifique o sustituya un acto administrativo declarativo o
constitutivo de derechos por razones de oportunidad, mérito o conveniencia.
La revocación es una potestad excepcional que tiene la Administración para modificar,
reformar, sustituir o extinguir los efectos jurídicos futuros de un acto administrativo
válido. El ejercicio de esta potestad se sustenta en un cambio de las circunstancias
(fácticas o jurídicas) que dieron lugar a la emisión del acto declarativo o constitutivo de
derechos y a que el interés público exija la revocación de dicho acto.

Revocación del acto administrativo


- Hay supuestos en los cuales, excepcionalmente, cabe la revocación de actos
administrativos, basándose en criterios de interés general.
- Dicha revocatoria, a diferencia de la nulidad de oficio, opera únicamente con
efectos hacia delante.

Revocación del acto administrativo


De acuerdo a lo señalado en el Artículo 214 del TUO de la LPAG, los supuestos
habilitantes para revocar un acto administrativo son:
(i) La existencia de una norma con rango de legal que autorice la revocación del
acto;
(ii) La modificación de las condiciones exigidas legalmente para la emisión del
acto, cuya permanencia resulta indispensable para la existencia de la relación
jurídica creada; o,
(iii) La apreciación de elementos de juicio sobrevinientes que favorezcan
legalmente a los destinatarios del acto y no generen perjuicios a terceros.
(iv) Cuando se trate de un acto contrario al ordenamiento jurídico que cause
agravio o perjudique la situación jurídica del administrado, siempre que no
lesione derechos de terceros ni afecte el interés público.

Procedimiento que se debe seguir para revocar un acto administrativo


Antes de revocar cualquier acto, la autoridad debe garantizarle un debido
procedimiento al administrado perjudicado con esa decisión, de acuerdo a lo señalado
por el Tribunal Constitucional respecto de que las garantías mínimas de un debido
proceso deben ser observadas en sede administrativa.
Descargos alegatos del administrado – no menor de 5 días. Art. 214.1.4 del TUO.

Órgano competente para declarar la revocación del acto administrativo


De acuerdo al Numeral 214.1.4 del Artículo 214 del TUO de la LPAG, la revocación
prevista en este numeral sólo podrá ser declarada por la más alta autoridad de la
entidad competente, previa oportunidad a los posibles afectados otorgándole un plazo
no menor de 5 días para presentar sus alegatos y evidencias en su favor.
A diferencia de la declaración de nulidad de oficio, la revocación solo podrá ser
declarada por la más alta autoridad ─y no solo por el superior jerárquico─ de la
entidad donde se emitió el acto a revocar. Este acto también agotará la vía
administrativa y solo se podrá cuestionar ante el Poder Judicial.

Indemnización por la revocación


De conformidad con el Numeral 216.1 del Artículo 216 del TUO de la LPAG, cuando la
revocación origine perjuicio económico al administrado, la resolución que la decida
deberá contemplar lo conveniente para efectuar la indemnización correspondiente en
sede administrativa.
Así, el Tribunal del Indecopi ha señalado que dicha resolución deberá contener, como
mínimo, la cuantía de la compensación y la autoridad encargada del pago.
Fundamento 66. Punto III.1.5. Alcances de la indemnización contenido en el
precedente de observancia obligatoria recaído en la Resolución Nº 1535-2010/SC1-
INDECOPI del 3 de mayo de 2010 emitida por la Sala Nº 1 del Tribunal del Indecopi
La cuantía de la compensación debe comprender el daño emergente y lucro cesante
causados al administrado producido hasta la notificación de la resolución de
revocación.
Fundamento 66. Punto III.1.5. Alcances de la indemnización contenido en el
precedente de observancia obligatoria recaído en la Resolución Nº 1535-2010/SC1-
INDECOPI del 3 de mayo de 2010 emitida por la Sala Nº 1 del Tribunal del Indecopi
La indemnización de la revocación de un acto administrativo se justifica en que el acto
administrativo que le otorgaba un derecho al administrado era un acto válido, motivo
por el cual éste no debe verse perjudicado por situaciones que no eran de su
responsabilidad. Si bien la autoridad administrativa tiene la potestad de revocar un
acto administrativo, el administrado no debe verse perjudicado en su patrimonio por
esa revocación.
Numeral 30 de la Resolución Nº1006-2013/SDC-INDECOPI del 20 de junio de 2013
(caso Transportes Solidaridad)

Recurso administrativo
- Acto del particular en el cual se formula un pedido de modificación o sustitución
de un acto administrativo a la entidad que lo emitió.
- Los recursos administrativos son mecanismos de revisión de actos
administrativos a pedido de parte, empleando la facultad de contradicción
No serán en ningún caso revisables en sede administrativa los actos que hayan sido
objeto de confirmación por sentencia judicial firme.
Art. 215° del TUO

Irrevisabilidad de actos administrativos


En aparente numerus clausus, la Ley señala que existen tres recursos administrativos:
a) Recurso de reconsideración
b) Recurso de apelación
c) Recurso de revisión

RECURSOS ADMINISTRATIVOS

Revisión de los actos administrativos a través de los recursos administrativos


Cuando el error o vicio perjudica al administrado, aquel será el único legitimado para
pedir su revisión ante la misma autoridad o su superior jerárquico a través de la
interposición de los recursos administrativos que prevé el ordenamiento jurídico para
tal efecto.
Los recursos administrativos, sin embargo, no significan el reconocimiento institucional
del derecho a la doble instancia. El Tribunal Constitucional en la Sentencia Exp. Nº
010-2001-AI/TC, ha señalado:
“En efecto, el derecho a la pluralidad de instancias no es un contenido esencial del
derecho al “debido proceso administrativo” –pues no toda resolución es susceptible de
ser impugnada en dicha sede–; pero sí lo es del derecho al debido proceso “judicial”,
pues la garantía que ofrece el Estado constitucional de derecho es que las
reclamaciones de los particulares contra los actos expedidos por los órganos públicos,
sean resueltas por un juez independiente, imparcial y competente, sede ésta en la
que, además, se debe posibilitar que lo resuelto en un primer momento pueda ser
ulteriormente revisado, cuando menos, por un órgano judicial superior.” Fundamento 3.

Finalidad de los recursos administrativos


Los recursos tienen por finalidad que la autoridad administrativa, a través del propio
órgano del que procede el acto cuestionado o a través de un órgano superior revise un
acto administrativo que vulnera algún derecho o interés legítimo del impugnante.
Artículo 217. Facultad de contradicción
217.1 Conforme a lo señalado en el artículo 120, frente a un acto administrativo que se
supone viola, desconoce o lesiona un derecho o interés legítimo, procede su
contradicción en la vía administrativa mediante los recursos administrativos señalados
en el artículo siguiente, iniciándose el correspondiente procedimiento recursivo.
217.2 Sólo son impugnables los actos definitivos que ponen fin a la instancia y los
actos de trámite que determinen la imposibilidad de continuar el procedimiento o
produzcan indefensión. La contradicción a los restantes actos de trámite deberá
alegarse por los interesados para su consideración en el acto que ponga fin al
procedimiento y podrán impugnarse con el recurso administrativo que, en su caso, se
interponga contra el acto definitivo.
217.3 No cabe la impugnación de actos que sean reproducción de otros anteriores que
hayan quedado firmes, ni la de los confirmatorios de actos consentidos por no haber
sido recurridos en tiempo y forma.
217.4 Cabe la acumulación de pretensiones impugnatorias en forma subsidiaria,
cuando en las instancias anteriores se haya analizado los hechos y/o fundamentos en
que se sustenta la referida pretensión subsidiaria.

Características del acto impugnable


De acuerdo a lo mencionado, el acto administrativo que pretenda cuestionarse a
través de la interposición de recursos administrativos debe reunir las siguientes
características:
- Debe violar, desconocer o lesionar un derecho o interés legítimo del recurrente.
En sentido contrario, si el acto no vulnera el derecho del impugnante, su
recurso deberá ser declarado improcedente.
- Debe ser un acto definitivo que ponga fin a la instancia o, en caso sea un acto
de trámite, éste debe impedir la continuación del procedimiento o producir la
indefensión del recurrente. Puede tratarse, por ejemplo, de la improcedencia de
un pedido del administrado, toda vez que en este caso, si bien no se ha
obtenido un pronunciamiento de fondo, la decisión de la autoridad impide al
administrado resolver su caso. La suspensión del procedimiento también
podría ser susceptible de impugnación, toda vez que si no se permite su
impugnación, el administrado no tendría la posibilidad de discutir ese tipo de
actos, lo cual lo dejaría en indefensión.
- No debe haber quedado firme ni consentido. En efecto, para impugnar un acto
administrativo es necesario que el recurso sea interpuesto dentro del plazo
establecido en el TUO de la LPAG
Por una cuestión de seguridad jurídica, la revisabilidad de los actos no puede
encontrarse abierta indefinidamente, sino que debe sujetarse a un plazo.
Vencido dicho plazo, se entiende que el administrado ha perdido su interés en recurrir
del acto.
Así los dispone de manera expresa el Artículo 222 del TUO de la LPAG.
“Una vez vencidos los plazos para interponer los recursos administrativos se perderá
el derecho a articularlos quedando firme el acto”.

Mediante los recursos solo se pueden impugnar actos administrativos y no


reglamentos
Las Empresas Electronorte S.A. y otras impugnaron la Resolución Nº 0652013-OS/CD
que emitiera OSINERGMIN (en adelante, la Resolución Nº 065), la cual tenía una serie
de mandatos que tenían efectos sobre la situación jurídica de las recurrentes. Cabe
indicar que los mandatos contenidos en la Resolución Nº 065 se basaban en lo
dispuesto por el Reglamento de Licitaciones de Suministro de Electricidad aprobado
por Decreto Supremo Nº 052-2007-EM (en adelante, el Reglamento de Licitaciones.
En su recurso de reconsideración, las impugnantes le pidieron al OSINERGMIN que
reformule el contenido del Artículo 10 del Reglamento de Licitaciones de Suministro de
Electricidad, debido a que su aplicación los perjudicaba.
Criterio del Consejo Directivo de OSINERMIN
El Consejo Directivo de Osinergmin, a través de Resolución Nº 140-2013-OS/ CD del 2
de julio de 2013, señaló que las recurrentes plantean que se reformule el contenido de
la norma contenida en el Artículo 10 del Reglamento de Licitaciones; sin embargo, los
recursos administrativos no son el mecanismo procesal idóneo para tal efecto.
Si las recurrentes pretenden cuestionar esa norma deben plantear una acción popular
a efectos de que se deje sin efecto dicho Artículo. En ese sentido, señaló que el
cuestionamiento de los reglamentos tiene una vía específica de impugnación prevista
en normas especiales, como es el proceso de acción popular regulado por los Títulos
VI y VII del Código Procesal Constitucional, Ley Nº 28237, normas que desarrollan lo
dispuesto en el Inciso 5 del Artículo 200 de la Constitución Política del Perú.

Solo son recurribles los actos definitivos que se pronuncian sobre la situación
jurídica de un administrado
El 18 de noviembre del 2013, Activos Peruanos S.A.C. (en adelante, Activos
Peruanos) solicitó a la Comisión de Protección al Consumidor que declare la nulidad
de la Resolución Nº 4204-2012/CPC, alegando que esta resolución contendría una
serie de vicios que violaban sus derechos. Mediante Resolución Nº 2608-2013/CC2, la
Comisión solicitó a la Sala del Consumidor (en adelante, la Sala) que evalúe si
procede iniciar un procedimiento para declarar la nulidad de la Resolución Nº 4204-
2012/CPC.
Activos Peruanos apeló la Resolución Nº 2608-2013/CC2, por considerar que esta
resolución no se pronunció sobre su pedido de que se declare la nulidad de la
Resolución Nº 4204-2012/CPC, sino que solo ha derivado su pedido a la Sala.

Criterio de la Sala de Consumidor


Al respecto, la Sala mediante Resolución Nº 1922-2014/SPC-INDECOPI del 11 de
junio de 2014, señaló que la Resolución Nº 2608-2013/CC2 no era una decisión
apelable porque no emitió pronunciamiento alguno sobre un tema de fondo que ponga
fin a la instancia, ni ha determinado la imposibilidad de continuar con el procedimiento
o ha causado indefensión al denunciado. Por el contrario, dicha resolución es una
resolución que decidió pedirle a la Sala que evalúe si se debe o no iniciar un
procedimiento para declarar la nulidad de la Resolución Nº 4204-2012/CPC.
Por esa razón, declaró improcedente el recurso de apelación contra la Resolución Nº
2608-2013/CC2, dado que este acto no contenía acto recurrible alguno,

Los recursos administrativos

Los recursos administrativos


De otro lado, si bien los actos administrativos definitivos son emitidos bajo la forma de
una resolución, el que no se cumpla con esta formalidad no impedirá que se pueda
impugnar una decisión administrativa que reúna las características de un acto
administrativo.
Lo que debe analizarse en estos casos es si la decisión impugnada cumple con los
presupuestos necesarios para ser considerado un acto administrativo impugnable, y
de ser así, éste se pronuncie de manera negativa sobre un pedido del administrado y/o
vulnere su derecho o interés legítimo.

La carta es un acto administrativo a juicio del Tribunal Constitucional


La señora Vilma Álvarez Aguilar, interpuso una demanda de cumplimiento contra la
Derrama Magisterial-Cajamarca, con el objeto de que, en cumplimiento de la Carta Nº
179-09-DM-EPS, se levante el flac de descuento de aportes. Argumentó que pese a
haber renunciado a la entidad, esta era renuente a acatar el acto administrativo
contenido en la mencionada carta. La demanda fue declarada liminarmente
improcedente por estimarse que la carta cuyo cumplimiento se reclamaba no era un
acto administrativo firme y de imperatividad manifiesta, sino por el contrario un acto de
administración interna.
Criterio del Tribunal Constitucional
A través de la Sentencia recaída en el Expediente Nº 01264-2012-PC/TC, el Tribunal
Constitucional (en adelante, el TC) resolvió el presente caso y señaló que la carta cuyo
cumplimiento se solicita es un acto administrativo, pues responde a una petición que la
demandante formuló ante la Derrama Magisterial; es decir, es una consecuencia del
ejercicio del derecho de petición que ejerció esta persona, reconociéndole además en
su contenido un derecho: el levante del flac de descuentos de aportes.
En sus propios términos el TC afirmó que “(…) Resulta obvio que la carta citada, en
tanto señala que “estamos procediendo a solicitar al área respectiva levantar el flac de
descuento de aportes”, le genera a la demandante una situación jurídica sobre su
derecho a la remuneración, pues como consecuencia de lo dispuesto en ella ya no se
le iba a descontar de su remuneración la aportación correspondiente a la Derrama
Magisterial.
Fundamente jurídico 13 de la Sentencia recaída en el Exp. N° 01264-2012-PC/TC.

Una esquela puede ser recurrible si reúne los elementos del acto administrativo
En el presente caso, mediante la Esquela Nº 553-2001/IA031, la SUNAT se pronunció
sobre el pedido de determinación de la deuda tributaria formulado por un administrado.
Siendo dicho pronunciamiento desfavorable, este es impugnado por el administrado.
Así, el Tribunal Fiscal al resolver el recurso de apelación señaló que la esquela reunía
los requisitos de una resolución toda vez que se trataba de un acto a través del cual la
Administración se pronunciaba sobre una solicitud no contenciosa.
Criterio del Tribunal Fiscal
Por Resolución Nº 00539-4-2003 del 30 de enero de 2003, el Tribunal Fiscal consideró
que si bien formalmente una esquela no es una resolución administrativa, dicho
documento contenía todos los elementos necesarios para ser considerado como un
acto administrativo impugnable, puesto que se pronunciaba sobre un pedido del
administrado, tenía efectos directos y concretos sobre su situación jurídica (el pago de
una deuda tributaria) y constituía una decisión final respecto de su pedido.
En atención a este caso, el Tribunal Fiscal aprobó un precedente de observancia
obligatoria.

Requisitos del recurso para su procedencia


Artículo 221.- Requisitos del recurso
El escrito del recurso deberá señalar el acto del que se recurre y cumplirá los demás
requisitos previstos en el artículo 124.
Artículo 124.- Requisitos de los escritos
Todo escrito que se presente ante cualquier entidad debe contener lo siguiente:
1. Nombres y apellidos completos, domicilio y número de Documento Nacional de
Identidad o carné de extranjería del administrado, y en su caso, la calidad de
representante y de la persona a quien represente.
2. La expresión concreta de lo pedido, los fundamentos de hecho que lo apoye y,
cuando le sea posible, los de derecho.
3. Lugar, fecha, firma o huella digital, en caso de no saber firmar o estar impedido.
4. La indicación del órgano, la entidad o la autoridad a la cual es dirigida,
entendiéndose por tal, en lo posible, a la autoridad de grado más cercano al usuario,
según la jerarquía, con competencia para conocerlo y resolverlo.
5. La dirección del lugar donde se desea recibir las notificaciones del procedimiento,
cuando sea diferente al domicilio real expuesto en virtud del numeral 1. Este
señalamiento de domicilio surte sus efectos desde su indicación y es presumido
subsistente, mientras no sea comunicado expresamente su cambio.
6. La relación de los documentos y anexos que acompaña, indicados en el TUPA.
7. La identificación del expediente de la materia, tratándose de procedimientos ya
iniciados
Requisitos del recurso para su procedencia
Atendiendo a lo señalado en ambos artículos, se puede señalar que, al interponer un
recurso administrativo, el administrado deberá sustentar lo siguiente:
- El agravio que le ocasiona el acto administrativo impugnado. Para tal efecto, indicar
qué derecho o interés legítimo estaría siendo vulnerado por el acto impugnado; y,
- El vicio o error en que habría incurrido la autoridad al emitir el acto impugnado.
En caso no se cumpla con señalar lo anterior, la autoridad podrá declarar
improcedente el recurso.

Requisitos del recurso para su procedencia


Tipos de recursos
Artículo 218. Recursos administrativos
218.1 Los recursos administrativos son:
a) Recurso de reconsideración
b) Recurso de apelación
Solo en caso que por ley o decreto legislativo se establezca expresamente, cabe la
interposición del recurso administrativo de revisión.
218.2 El término para la interposición de los recursos es de quince (15) días
perentorios, y deberán resolverse en el plazo de treinta (30) días.
Artículo 219.- Recurso de reconsideración
El recurso de reconsideración se interpondrá ante el mismo órgano que dictó el primer
acto que es materia de la impugnación y deberá sustentarse en nueva prueba. En los
casos de actos administrativos emitidos por órganos que constituyen única instancia
no se requiere nueva prueba. Este recurso es opcional y su no interposición no impide
el ejercicio del recurso de apelación.
El objetivo es que el mismo órgano revise si existen nuevos elementos de juicio
fácticos que permitan cambiar su decisión inicial. Son estos elementos los que le
deberían llevar a cambiar de opinión, porque se entiende que la autoridad ya ha
analizado todas las aristas jurídicas de su decisión, motivo por el cual no se le puede
plantear este tipo de argumentos para la revisión de su acto administrativo inicial.
En caso existiera un cuestionamiento jurídico a su decisión inicial, este recurso
debería ser encausado como una apelación y elevarse al superior jerárquico.
Si la decisión es solo adoptada por una única instancia, entonces sí podría
interponerse este tipo de recurso al existir una sola instancia.

Caso
El 11 de diciembre de 2012, San Miguel Servicios Logísticos S.R.L. (en adelante, San
Miguel) interpuso un reclamo contra el área de facturación de Terminales Portuarios
Euroandinos Paita S.A. (en adelante, TPE) que le requirió la cancelación de un
servicio denominado “asignación y seteo” de contenedor, el cual no se encontraba
contemplado dentro de los servicios estándar que prestaba el terminal y, además,
nunca había solicitado ese servicio.
Mediante Resolución Nº 004-2013-GAF, TPE declaró infundado el reclamo presentado
por San Miguel. Ante este pronunciamiento, San Miguel interpuso recurso de
reconsideración, adjuntando para tal efecto prueba nueva.
Mediante Resolución Nº 008-2013-GAF, TPE declaró improcedente el recurso de
reconsideración indicando expresamente lo siguiente: “las pruebas presentadas en el
recurso impugnativo no contienen una motivación que genere la modificación de la
resolución en cuestión” y “por no presentar nueva prueba que motive la modificación,
se declara improcedente el recurso de reconsideración”. Ante ello, San Miguel
interpuso recurso de apelación, el cual fue elevado al Tribunal de Solución de
Controversias del Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de
Transporte de Uso Público (en adelante, Tribunal del Ositran).
Criterio del Tribunal del Ositran
El Tribunal del Ositran, por medio de la Resolución Nº 002 del 5 de noviembre de
2013, recaída en el Expediente Nº 042-2013-TSC-OSITRAN, resolvió que el objeto del
recurso de reconsideración consiste en que, a partir de la nueva prueba, la misma
instancia modifique su decisión inicial.
En el presente caso, TPE solo descarta las nuevas pruebas presentadas sin realizar
análisis alguno sobre ellas. Solo manifiesta que las nuevas pruebas no le generan
convicción alguna sin señalar cuál es el fundamento de dicha decisión. Por esa razón,
el Tribunal le ordenó a TPE que emita nuevo pronunciamiento sobre todos los medios
probatorios que San Miguel adjuntó en su recurso, debiendo explicar las razones por
las que no fue amparada y los fundamentos que le llevaban a desestimar las nuevas
pruebas aportadas

Recurso de apelación
Artículo 220.- Recurso de apelación
El recurso de apelación se interpondrá cuando la impugnación se sustente en diferente
interpretación de las pruebas producidas o cuando se trate de cuestiones de puro
derecho, debiendo dirigirse a la misma autoridad que expidió el acto que se impugna
para que eleve lo actuado al superior jerárquico.
De acuerdo al artículo en mención, el recurso de apelación debe ser presentado ante
el mismo órgano que emitió la resolución administrativa que se impugna. Este órgano
será el encargado de elevar todo lo actuado a su superior jerárquico el mismo día en el
que se presenta el recurso (Numeral 1 del Art. 143 del TUO de la LPAG. (pregunta…)
El órgano jerárquicamente superior resolverá la apelación, pudiendo fallar en dos
sentidos: (i) de manera estimatoria; o, (ii) de manera desestimatoria.
Resulta importante destacar que en el primer caso el órgano superior le da la razón al
impugnante y al hacerlo, puede optar entre dejar sin efecto lo resuelto, de manera que
devuelve el expediente para que el órgano inferior se vuelva a pronunciar, o sustituir lo
resuelto en la instancia inferior por una nueva decisión.

Recurso de revisión
Artículo 218. Recursos administrativos
(…)
Solo en caso que por ley o decreto legislativo se establezca expresamente, cabe la
interposición del recurso administrativo de revisión.

Acto firme
Artículo 222.- Acto firme
Una vez vencidos los plazos para interponer los recursos administrativos se perderá el
derecho a articularlos quedando firme el acto.
Significa que el acto administrativo ya no pueda ser cuestionado directamente por los
administrados ni vía el contencioso administrativo. La razón de esta norma se
encuentra en dotar de seguridad jurídica a los actos administrativos emitidos por la
autoridad.
Sin embargo, la única forma de revisar un acto administrativo firme es mediante el
inicio de un procedimiento de oficio de declaración de nulidad por agravio al interés
público, dado que existe una prioridad del interés público sobre el privado.
El hecho de no impugnar el acto administrativo en la vía administrativa impide que el
administrado pueda acudir al PCA. Ello debido a que el agotamiento de la vía
administrativa constituye un requisito establecido en el artículo 20 del TUO de la Ley
Nº 27584, aprobado por D.S. Nº 011-2019-JUS.
En ese sentido, Priori Posada señala lo siguiente:
“Nuestro sistema del contencioso – administrativo se caracteriza por la necesidad de
agotar la vía administrativa para poder acudir al órgano jurisdiccional(…) Este sistema
parece encontrar justificación en el propio Artículo 148 de la Constitución que, al
momento de referirse al proceso contencioso administrativo, señala que las
resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles de ser cuestionadas
en el proceso contencioso – administrativo. Precisamente ese causar estado haría
referencia a la necesidad que existe de agotar la vía administrativa.
Como puede apreciarse, si el administrado no impugna el acto administrativo dentro
del plazo respectivo, el acto administrativo adquiere la calidad de acto firme.

Error en la calificación
Artículo 223.- Error en la calificación
El error en la calificación del recurso por parte del recurrente no será obstáculo para su
tramitación siempre que del escrito se deduzca su verdadero carácter.
Este artículo debe ser interpretado conjuntamente con el numeral 3 del artículo 86 del
TUO de la LPAG que establece que la autoridad debe encausar de oficio el
procedimiento, cuando advierta cualquier error u omisión de los administrados, sin
perjuicio de la actuación que les corresponda a ellos.

Caso
En este caso, el administrado interpuso una reclamación en contra del acto
administrativo que lo excluyó del Régimen Especial del Impuesto a la Renta del
periodo de enero de 2005 incluyéndolo en el Régimen General del Impuesto a la
Renta. Este reclamo fue resuelto mediante Esquela Nº 004539-2006-2102020 (en
adelante, la Esquela) donde la SUNAT le informó al administrado cuáles fueron las
razones por las cuales fue incluido dentro del Régimen General del Impuesto a la
Renta.
El administrado interpuso una queja contra la Esquela alegando que ésta habría
violado su derecho al debido procedimiento y de contradicción administrativa.
Criterio del Tribunal Fiscal
El Tribunal Fiscal, mediante Resolución Nº 07036-5-2006 del 28 de diciembre de 2006,
señaló que la queja presentada por el administrado debía ser tramitada como un
recurso de apelación porque dicho escrito estaba dirigido a cuestionar la decisión
contenida en la Esquela, la cual contenía todos los elementos necesarios para ser
considerado como un acto administrativo final. En ese sentido, dicho Tribunal señaló
que el error en la calificación de un recurso no era obstáculo para que la autoridad lo
tramite de acuerdo a su contenido.

Error en la calificación
Tal como puede apreciarse de la LPAG y de la jurisprudencia administrativa, la
autoridad administrativa tiene atribución para corregir los defectos en los que incurrió
el administrado y encausarlos correctamente. Para ello, deberá tomar en cuenta lo
siguiente:
• Que del escrito se pueda deducir la voluntad de recurrir el acto administrativo.
La idea es que la autoridad procure tomar en cuenta lo que el administrado
deseaba obtener al momento de presentar el escrito, a efectos de darle el
trámite que corresponda a su pedido.
• Que deba existir ambigüedad u oscuridad en la redacción del escrito, lo cual
propicie diversas interpretaciones sobre su sentido. Estas posibles
interpretaciones del escrito deben ser analizadas al momento de calificar su
contenido y justificar por qué se opta por una u otra interpretación; y,
• Que, ante la duda sobre el sentido del escrito, se debe calificar el escrito de la
forma más beneficiosa para el administrado.

Alcance de los recursos


De acuerdo al Artículo 224 del TUO de la LPAG, los recursos administrativos se
ejercitarán por una sola vez en cada procedimiento administrativo y nunca
simultáneamente.
En ese sentido, un administrado no puede interponer al mismo tiempo un recurso de
reconsideración y otro de apelación.
En el supuesto de que erróneamente ambos recursos fueran presentados de manera
concurrente, correspondería tramitar la solicitud como un recurso de apelación, por
cuanto la voluntad del administrado es que el acto administrativo impugnado llegue a
ser revisado por el superior jerárquico de la primera instancia.
Decisión sobre el recurso
Artículo 227.- Resolución
227.1 La resolución del recurso estimará en todo o en parte o desestimará las
pretensiones formuladas en el mismo o declarará su inadmisión.
227.2 Constatada la existencia de una causal de nulidad, la autoridad, además de la
declaración de nulidad, resolverá sobre el fondo del asunto, de contarse con los
elementos suficientes para ello. Cuando no sea posible pronunciarse sobre el fondo
del asunto, se dispondrá la reposición del procedimiento al momento en que el vicio se
produjo.
Al momento de pronunciarse sobre el recurso del administrado, la autoridad debe
responder cada una de sus pretensiones impugnatorias. No es necesario que se
pronuncie exhaustivamente sobre cada uno de los argumentos del administrado, sino
solo sobre aquellos que resulten relevantes sobre las cuestiones impugnadas.
Aquellos argumentos que no estén vinculados con dichas cuestiones serán declarados
irrelevantes con la argumentación que justifique dicha declaración.
De otro lado, en caso se constate una causal de nulidad, la autoridad, además de la
declaración de nulidad, resolverá sobre el fondo del asunto, de contarse con los
elementos suficientes para ello. Cuando no sea posible pronunciarse sobre el fondo
del asunto, se dispondrá la reposición del procedimiento al momento en que el vicio se
produjo.
Esta norma regula el principio de prohibición de reenvío, que establece que si el
superior jerárquico tiene elementos suficientes para resolver el fondo del asunto
cuestionado, entonces debe pronunciarse sobre el asunto. El objetivo es evitar
demoras innecesarias que vulneren el derecho del administrado a obtener un
pronunciamiento en un tiempo razonable.

Suspensión de la ejecución
Artículo 226.- Suspensión de la ejecución
226.1 La interposición de cualquier recurso, excepto los casos en que una norma legal
establezca lo contrario, no suspenderá la ejecución del acto impugnado.
226.2 No obstante lo dispuesto en el numeral anterior, la autoridad a quien competa
resolver el recurso suspende de oficio o a petición de parte la ejecución del acto
recurrido cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
a) Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación.
b) Que se aprecie objetivamente la existencia de un vicio de nulidad trascendente.
226.3 La decisión de la suspensión se adoptará previa ponderación suficientemente
razonada entre el perjuicio que causaría al interés público o a terceros la suspensión y
el perjuicio que causa al recurrente la eficacia inmediata del acto recurrido.
226.4 Al disponerse la suspensión podrán adoptarse las medidas que sean necesarias
para asegurar la protección del interés público o los derechos de terceros y la eficacia
de la resolución impugnada.
226.5 La suspensión se mantendrá durante el trámite del recurso administrativo o el
correspondiente proceso contencioso-administrativo, salvo que la autoridad
administrativa o judicial disponga lo contrario si se modifican las condiciones bajo las
cuales se decidió.

Agotamiento de la vía administrativa


Artículo 228.- Agotamiento de la vía administrativa
228.1 Los actos administrativos que agotan la vía administrativa podrán ser
impugnados ante el Poder Judicial mediante el proceso contencioso-administrativo a
que se refiere el artículo 148 de la Constitución Política del Estado.
228.2 Son actos que agotan la vía administrativa:
a) El acto respecto del cual no proceda legalmente impugnación ante una
autoridad u órgano jerárquicamente superior en la vía administrativa o cuando
se produzca silencio administrativo negativo, salvo que el interesado opte por
interponer recurso de reconsideración, en cuyo caso la resolución que se
expida o el silencio administrativo producido con motivo de dicho recurso
impugnativo agota la vía administrativa; o
b) El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo de la
interposición de un recurso de apelación en aquellos casos en que se impugne
el acto de una autoridad u órgano sometido a subordinación jerárquica; o
c) El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo de la
interposición de un recurso de revisión, únicamente en los casos a que se
refiere el artículo 218; o
d) El acto que declara de oficio la nulidad o revoca otros actos administrativos en
los casos a que se refieren los artículos 213 y 214; o
e) Los actos administrativos de los Tribunales o Consejos Administrativos regidos
por leyes especiales.

POTESTAD SANCIONADORA EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Potestad sancionadora en la Administración Púbica


La potestad sancionadora de la Administración Pública constituye una manifestación
del ius puniendi y por tanto, posee la misma fuente que el derecho penal, quedando
limitada al procesamiento, evaluación y/o sanción de aquellas infracciones que
vulneran el orden jurídico al incumplir las disposiciones emanadas de la
Administración, por tanto, también queda constituido como el instrumento de coerción
a ser empleado para garantizar el cumplimiento de las decisiones de la Administración
Pública.
• Potestad sancionadora en la Administración Púbica
El derecho público se encarga de sancionar tres tipos de transgresiones normativas,
distribuidos de acuerdo al nivel de afectación que producen y al tipo de bien jurídico
que se vulnera.
Primer nivel de infracción o afectación social está constituido por los delitos
Segundo nivel se encuentran los supuestos de faltas penales.
Estas dos clases de infracción se encuentran en la competencia del derecho penal y
su procesamiento es inherente de la labor jurisdiccional.
Tercer lugar se encuentra la infracción administrativa, cuyo procesamiento recae en la
función administrativa y es materia del proceso administrativo sancionador.
El derecho administrativo sancionador involucra la realización de un conjunto
concatenado de actos conducentes a la determinación de responsabilidad y sanción al
infractor, dicho estadio debe encontrarse premunido de los principios que garanticen el
ejercicio de la defensa del procesado.

Procedimiento Sancionador
Artículo 247.- Ámbito de aplicación de este capítulo
247.1 Las disposiciones del presente Capítulo disciplinan la facultad que se atribuye a
cualquiera de las entidades para establecer infracciones administrativas y las
consecuentes sanciones a los administrados.
247.2 Las disposiciones contenidas en el presente Capítulo se aplican con carácter
supletorio a todos los procedimientos establecidos en leyes especiales, incluyendo los
tributarios, los que deben observar necesariamente los principios de la potestad
sancionadora administrativa a que se refiere el artículo 248, así como la estructura y
garantías previstas para el procedimiento administrativo sancionador.
Los procedimientos especiales no pueden imponer condiciones menos favorables a
los administrados, que las previstas en este Capítulo.
247.3 La potestad sancionadora disciplinaria sobre el personal de las entidades se rige
por la normativa sobre la materia.

Potestad sancionadora en la Administración Púbica


El proceso administrativo disciplinario es una derivación del poder de dirección del
empleador, en la relación existente entre el trabajador y el empleador
Existen multiplicidad de regímenes normativos disciplinarios como regímenes
laborales, pero todos están relacionadas con la conducta de las personas que
desarrollan actividades en la Administración Pública.
D. Leg. N° 276 - Régimen Disciplinario de los Servidores Públicos.
Ley N° 30057 - Ley del Servicio Civil
Ley N° 30714 - Ley de Régimen Disciplinario de la PNP.
Ley N° 29944 - Ley de la Reforma Magisterial.

Potestad sancionadora en la Administración Púbica


La Resolución 008-2020-JNJ, Aprueban el Reglamento de Procedimientos
Disciplinarios de la Junta Nacional de Justicia.
Establece las normas para regular los procedimientos disciplinarios contra jueces,
fiscales de todos los niveles, así como los jefes de la Autoridad Nacional de Control del
Poder Judicial y del Ministerio Público. También serán pasibles de estos procesos los
jefes de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y del Registro Nacional
de Identificación y Estado Civil (Reniec).

Potestad sancionadora en la Administración Púbica


El régimen laboral de la actividad privada - TUO del Decreto Legislativo N° 728, no
cuenta con un apartado normativo que regule el régimen disciplinario, pero ello, no
significa que dicho régimen laboral es ajeno o se encuentre excluido de contar con un
apartado normativo que regule el aspecto sancionador, por el contrario, resulta posible
identificar con claridad que sus artículos 22 a 33 se encuentran dedicados a regular las
infracciones, sanciones, procedimiento y garantías de la actuación disciplinaria.

Potestad sancionadora en la Administración Púbica


La Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil contempla una regulación especial para el
régimen disciplinario.
El título V, establece las disposiciones particulares referidas a las faltas, al régimen de
sanciones y al procedimiento sancionador, resaltando en ello la configuración de las
autoridades que se encontrarán encargadas de llevar adelante este procedimiento.
El artículo 92, establece que son autoridades del procedimiento administrativo
disciplinario:
a) El jefe inmediato del presunto infractor,
b) El jefe de recursos humanos o quien haga sus veces,
c) El titular de la entidad,
d) El Tribunal del Servicio Civil;
También ha previsto al secretario técnico como encargado de precalificar las
presuntas faltas, documentar la actividad probatoria, proponer la fundamentación y
administrar los archivos emanados del ejercicio de la potestad sancionadora
disciplinaria.

Principios de la potestad sancionadora


Artículo 248.- Principios de la potestad sancionadora administrativa
La potestad sancionadora de todas las entidades está regida adicionalmente por los
siguientes principios especiales:
1. Legalidad.- Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la
potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias
administrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un
administrado, las que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de
libertad.
Exp. N° 8957-2006-PA/TC
Fundamento 14: Como lo ha expresado este Tribunal (Caso de la Legislación
Antiterrorista, Exp. N.° 010-2002-AI/TC), el principio [de legalidad] impone tres
exigencias: la existencia de una ley (lex scripta), que la ley sea anterior al hecho
sancionado (lex praevia), y que la ley describa un supuesto de hecho estrictamente
determinado (lex certa).
2. Debido procedimiento.- No se pueden imponer sanciones sin que se haya
tramitado el procedimiento respectivo, respetando las garantías del debido
procedimiento. Los procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad
sancionadora deben establecer la debida separación entre la fase instructora y la
sancionadora, encomendándolas a autoridades distintas.
Expedientes N° 4944-2011- PA/TC y N° 03741-2001-AA/TC.
“El derecho al debido proceso, y los derechos que contiene son invocables, y, por
tanto, están garantizados, no solo en el seno de un proceso judicial, sino también en el
ámbito del procedimiento administrativo. Así, el debido proceso administrativo supone,
en toda circunstancia, el respeto –por parte de la administración pública o privada– de
todos los principios y derechos normalmente invocables en el ámbito de la jurisdicción
común o especializada, a los cuales se refiere el artículo 139° de la Constitución (juez
natural, juez imparcial e independiente, derecho de defensa, etc.). El fundamento
principal por el que se habla de un debido procedimiento administrativo encuentra
sustento en el hecho de que tanto la jurisdicción como la administración están
indiscutiblemente vinculados a la Carta Magna, de modo que si ésta resuelve sobre
asuntos de interés de los administrados, y lo hace mediante procedimientos internos,
no existe razón alguna para desconocer las categorías invocables ante el órgano
jurisdiccional”
x.x.x.x.
El derecho al debido procedimiento implica el cumplimiento de otras garantías, como:
derecho a no ser discriminado en el procedimiento administrativo, derecho de acceso
a la autoridad, derecho a participar en el procedimiento, derecho a la autoridad
competente predeterminada por ley, derecho al desdoblamiento de las instancias de
instrucción y sanción, derecho a ser notificado previamente de decisiones
concernientes, derecho a probar, derecho a que la decisión se emita sobre la base de
la probanza actuada, derecho a la no exigencia de probanza sobre hechos que la
Administración debe tener por ciertos o debe actuar prueba de oficio, derecho al
ofrecimiento y actuación de pruebas de parte, entre otros.
3. Razonabilidad.- Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta
sancionable no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las normas
infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las sanciones a ser aplicadas deben ser
proporcionales al incumplimiento calificado como infracción, observando los siguientes
criterios que se señalan a efectos de su graduación:
a) El beneficio ilícito resultante por la comisión de la infracción;
b) La probabilidad de detección de la infracción;
c) La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;
d) EI perjuicio económico causado;
e) La reincidencia, por la comisión de la misma infracción dentro del plazo de un (1)
año desde que quedó firme la resolución que sancionó la primera infracción.
f) Las circunstancias de la comisión de la infracción; y
g) La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor.
• Principios de la potestad sancionadora
STC N° 00535-2009-PA/TC,
Sobre el particular, considera el Tribunal Constitucional que “el establecimiento de
disposiciones sancionatorias, tanto por entidades públicas como privadas, no puede
circunscribirse a una mera aplicación mecánica de las normas, sino que se debe
efectuar una apreciación razonable de los hechos en cada caso concreto, tomando en
cuenta los antecedentes personales y las circunstancias que llevaron a cometer la
falta. El resultado de esta valoración llevará a adoptar una decisión razonable y
proporcional “y con relación expresa al principio de razonabilidad, precisa:
15.A su vez, el principio de razonabilidad conduce a una valoración respecto del
resultado del razonamiento del juzgador expresado en su decisión, mientras que el
procedimiento para llegar a este resultado sería la aplicación del principio de
proporcionalidad.
6. La razonabilidad es un criterio íntimamente vinculado a la justicia y está en la
esencia misma del Estado constitucional de derecho. Se expresa como un mecanismo
de control o interdicción de la arbitrariedad en el uso de las facultades discrecionales,
exigiendo que las decisiones que se tomen en ese contexto respondan a criterios de
racionalidad y que no sean arbitrarias. Como lo ha sostenido este Colegiado, esto
―implica encontrar justificación lógica en los hechos, conductas y circunstancias que
motivan todo acto discrecional de los poderes públicos.
4. Tipicidad.- Solo constituyen conductas sancionables administrativamente las
infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su
tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las
disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden especificar o graduar aquellas
dirigidas a identificar las conductas o determinar sanciones, sin constituir nuevas
conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los casos en que la ley o
Decreto Legislativo permita tipificar infracciones por norma reglamentaria.
A través de la tipificación de infracciones no se puede imponer a los administrados el
cumplimiento de obligaciones que no estén previstas previamente en una norma legal
o reglamentaria, según corresponda.
En la configuración de los regímenes sancionadores se evita la tipificación de
infracciones con idéntico supuesto de hecho e idéntico fundamento respecto de
aquellos delitos o faltas ya establecidos en las leyes penales o respecto de aquellas
infracciones ya tipificadas en otras normas administrativas sancionadoras.

Principios de la potestad sancionadora


STC N° 00535-2009-PA/TC.
Este principio se traduce en la descripción legal de una conducta específica que
aparece conectada a una sanción administrativa, exigencia deriva de dos principios
jurídicos específicos como el de libertad y el de seguridad jurídica. De acuerdo al
primero, las conductas deben estar exactamente delimitadas, sin indeterminaciones, y
en relación al segundo, los ciudadanos deben estar en condiciones de poder predecir,
de manera suficiente y adecuada, las consecuencias de sus actos.
Resolución N° 00173-2013-SERVIR/TSC-Segunda Sala, del 13 de marzo de 2013.
El Tribunal del Servicio Civil, considera como un límite a la potestad sancionadora, a
razón del cual no sólo surge la obligación por parte de las entidades públicas de
señalar la norma o disposición que se ha incumplido, sino también precisar cuál es la
correspondiente falta que se ha cometido, la que debe tener un correlato con la
sanción a imponer.
5.- Irretroactividad.- Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el
momento de incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las
posteriores le sean más favorables.
Las disposiciones sancionadoras producen efecto retroactivo en cuanto favorecen al
presunto infractor o al infractor, tanto en lo referido a la tipificación de la infracción
como a la sanción y a sus plazos de prescripción, incluso respecto de las sanciones en
ejecución al entrar en vigor la nueva disposición.
Este principio deriva de la norma constitucional, cuyo artículo 103 prescribe que: […]
La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las relaciones
y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos; salvo, en
ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo […], lo que representa la
aplicación de la teoría de los hechos cumplidos.
No obstante, el principio admite una excepción a la regla y es el caso de la aplicación
de la norma posterior de manera retroactiva cuando ella resulta más favorable al
administrado.
Morón Urbina, dice, esta excepción se centra en el juicio de favorabilidad o benignidad
que la autoridad debe realizar respecto de los efectos que la norma posterior tendrá en
la esfera subjetiva del infractor, por ejemplo, si esta norma posterior contempla una
sanción más benigna, establece plazos inferiores de prescripción, deroga el carácter
ilícito de la conducta o si modifica los elementos del tipo de modo que no aplique a los
hechos incurridos.
6. Concurso de Infracciones.- Cuando una misma conducta califique como más de
una infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor gravedad, sin
perjuicio que puedan exigirse las demás responsabilidades que establezcan las leyes.
Esta referido a los supuestos en los que una sola conducta cometida por el sujeto
logre infringir dos o más preceptos normativos, con lo cual no se produciría como
consecuencia la aplicación de una sanción por cada una de las infracciones
cometidas, sino que se le impondrá como sanción aquella que corresponda a la
infracción de mayor gravedad de las cometidas.
7. Continuación de infracciones.- Para determinar la procedencia de la imposición
de sanciones por infracciones en las que el administrado incurra en forma continua, se
requiere que hayan transcurrido por lo menos treinta (30) días hábiles desde la fecha
de la imposición de la última sanción y que se acredite haber solicitado al administrado
que demuestre haber cesado la infracción dentro de dicho plazo.
Las entidades, bajo sanción de nulidad, no podrán atribuir el supuesto de continuidad
y/o la imposición de la sanción respectiva, en los siguientes casos:
a) Cuando se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto dentro del
plazo contra el acto administrativo mediante el cual se impuso la última sanción
administrativa.
b) Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto
administrativo firme.
c) Cuando la conducta que determinó la imposición de la sanción administrativa
original haya perdido el carácter de infracción administrativa por modificación en el
ordenamiento, sin perjuicio de la aplicación de principio de irretroactividad a que se
refiere el inciso 5.

Principios de la potestad sancionadora


Para la aplicación de este principio se debe verificar determinados elementos, como
son:
a) Que exista identidad en el sujeto responsable del conjunto de acciones que
constituyen infracciones administrativas.
b) Que exista identidad respecto a la entidad que es afectada con la conducta
cuyo desarrollo constituye una infracción administrativa.
c) Que se den varios hechos o conductas que sean capaces de constituir por sí
solas, una infracción administrativa sancionable.
d) Que exista proximidad en el tiempo (por lo menos 30 días) a fin de que las
diversas acciones tipificadas como infracciones administrativas respondan a
una sola unidad de finalidad.
e) Que exista ―identidad normativa de los preceptos lesionados por el conjunto
de comportamientos, es decir, que las conductas infractoras lesionen los
mismos preceptos normativos.
No será aplicable en aquellos casos, que:
a) Se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto contra el acto
administrativo que impuso la última sanción.
b) Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto firma,
y c) cuando la conducta materia de la sanción inicial haya dejado de ser
infracción administrativa por modificación normativa.
• Principios de la potestad sancionadora
8. Causalidad.- La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o
activa constitutiva de infracción sancionable.
Este principio está relacionado con la determinación de la persona responsable en
concreto de la autoría de la infracción cometida, es decir, que la sanción a imponer
recaiga sobre la persona que cometió la infracción.
9. Presunción de licitud.- Las entidades deben presumir que los administrados han
actuado apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en contrario.
Este principio posee una clara derivación del principio de presunción de inocencia,
contemplado en el inciso e) numeral 24 del artículo 2 de la Carta Magna, que consagra
la inocencia de toda persona hasta que se haya declarado judicialmente su
responsabilidad.
La Administración tiene la obligación que si durante el procedimiento administrativo
sancionador no logre formar convicción sobre la ilicitud del acto del administrado
(presunto infractor), la autoridad se encuentra en la obligación de dictar el mandato de
absolución que lleva implícito la presunción.
Morón Urbina, señala: El desarrollo de este principio conlleva la adquisición de ciertos
atributos por parte del procesado, como son:
a) No ser sancionado sino en virtud de pruebas que generen convicción sobre la
responsabilidad del administrado y siempre que hayan sido obtenidas
legítimamente.
b) A que no se le imponga la carga de probar su propia inocencia,
c) A un tratamiento como inocente a lo largo del procedimiento sancionador,
respetando sus derechos subjetivos, y,
d) A la absolución en caso de insuficiencia probatoria o duda razonable sobre su
culpabilidad.
10. Culpabilidad.- La responsabilidad administrativa es subjetiva, salvo los casos en
que por ley o decreto legislativo se disponga la responsabilidad administrativa objetiva.
Se trata de un principio propio del derecho penal que es traído al procedimiento
administrativo sancionador y por ello su aplicación debe contar con determinados
matices.
Recordemos que en el derecho penal, este principio implica que la pena no podrá ser
impuesta al autor atendiendo sólo a la producción de un resultado lesivo, sino ello se
dará en función a que se le pueda atribuir a éste dicho resultado por dolo o culpa, y
ello se fundamenta en la capacidad de autodeterminación de la persona.
Expediente N° 2050-2002-AA/TC, sobre el particular, es necesario precisar que los
principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen principios
básicos del derecho sancionador, que no sólo se aplican en el ámbito del derecho
penal, sino también en el del derecho administrativo sancionador, el cual incluye,
naturalmente, al ejercicio de potestades disciplinarias en el ámbito castrense. Una de
esas garantías es, sin lugar a dudas, que las faltas y sanciones de orden disciplinario
deban estar previamente tipificadas y señaladas en la ley.
11. Non bis in idem.- No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena y
una sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se aprecie la
identidad del sujeto, hecho y fundamento.
Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, salvo la
concurrencia del supuesto de continuación de infracciones a que se refiere el inciso 7.
El principio de Non bis in ídem representa en nuestro sistema la prohibición de
imponer un doble castigo a una persona por una misma acción antijurídica.
Expediente N° 1670-2003-AA/TC, fundamento jurídico 3, señala: “El principio ne bis
in ídem tiene una doble configuración: por un lado, una versión sustantiva y, por otro,
una connotación procesal:
a) Desde el punto de vista material, el enunciado según el cual, “(...) nadie puede ser
castigado dos veces por un mismo hecho (...)”, expresa la imposibilidad de que
recaigan dos sanciones sobre el mismo sujeto por una misma infracción, puesto que
tal proceder constituiría un exceso del poder sancionador, contrario a las garantías
propias del Estado de Derecho. Su aplicación, pues, impide que una persona sea
sancionada o castigada dos (o más veces) por una misma infracción cuando exista
identidad de sujeto, hecho y fundamento.
b) En su vertiente procesal, tal principio significa que “(...) Nadie pueda ser juzgado
dos veces por los mismos hechos (...)”, es decir, que un mismo hecho no pueda ser
objeto de dos procesos distintos o, si se quiere, que se inicien dos procesos con el
mismo objeto. Con ello se impide, por un lado, la dualidad de procedimientos (por
ejemplo, uno de orden administrativo y otro de orden penal) y, por otro, el inicio de un
nuevo proceso en cada uno de esos órdenes jurídicos (dos procesos administrativos
con el mismo objeto, por ejemplo)”.

Este principio desborda el ámbito de la sanción y se traslada al estadio del


procesamiento, es decir, no sólo queda vedada la posibilidad de que se imponga una
doble sanción a un infractor por el mismo hecho, sino que también se encuentra
prohibido que a este administrado se le someta a más de un proceso sancionador por
los mismos hechos.
Para su aplicación correcta debe producirse una triple identidad de presupuestos:
a) Identidad subjetiva o de persona, lo que significa que la persona física a la cual
se le persigue tenga que ser necesariamente la misma.
b) Identidad de hecho u objetiva, conocida también como la identidad de la causa
de persecución, que no es más que la estricta identidad entre los hechos que
sirvieron de fundamento para la apertura de los procesos penales, que no sólo
reside en analizar el nomen iuris con que se le denomina al delito o infracción
que se imputa, sino va mucho más allá y debe verificar el suceso fáctico en el
que se sustentaron uno y otro proceso o sanción.
c) Identidad causa de persecución o de fundamento

Determinación de la responsabilidad
Artículo 251.- Determinación de la responsabilidad
251.1 Las sanciones administrativas que se impongan al administrado son compatibles
con el dictado de medidas correctivas conducentes a ordenar la reposición o la
reparación de la situación alterada por la infracción a su estado anterior, incluyendo la
de los bienes afectados, así como con la indemnización por los daños y perjuicios
ocasionados, las que son determinadas en el proceso judicial correspondiente. Las
medidas correctivas deben estar previamente tipificadas, ser razonables y ajustarse a
la intensidad, proporcionalidad y necesidades de los bienes jurídicos tutelados que se
pretenden garantizar en cada supuesto concreto.
251.2 Cuando el cumplimiento de las obligaciones previstas en una disposición legal
corresponda a varias personas conjuntamente, responderán en forma solidaria de las
infracciones que, en su caso, se cometan, y de las sanciones que se impongan.

Prescripción de infracciones administrativas


Artículo 252.- Prescripción
252.1 La facultad de la autoridad para determinar la existencia de infracciones
administrativas, prescribe en el plazo que establezcan las leyes especiales, sin
perjuicio del cómputo de los plazos de prescripción respecto de las demás
obligaciones que se deriven de los efectos de la comisión de la infracción. En caso ello
no hubiera sido determinado, dicha facultad de la autoridad prescribirá a los cuatro (4)
años.
252.2 EI cómputo del plazo de prescripción de la facultad para determinar la existencia
de infracciones comenzará a partir del día en que la infracción se hubiera cometido en
el caso de las infracciones instantáneas o infracciones instantáneas de efectos
permanentes, desde el día que se realizó la última acción constitutiva de la infracción
en el caso de infracciones continuadas, o desde el día en que la acción cesó en el
caso de las infracciones permanentes.
(…)
EI cómputo del plazo de prescripción sólo se suspende con la iniciación del
procedimiento sancionador a través de la notificación al administrado de los hechos
constitutivos de infracción que les sean imputados a título de cargo, de acuerdo a lo
establecido en el artículo 255, inciso 3. Dicho cómputo deberá reanudarse
inmediatamente si el trámite del procedimiento sancionador se mantuviera paralizado
por más de veinticinco (25) días hábiles, por causa no imputable al administrado.
252.3 La autoridad declara de oficio la prescripción y da por concluido el procedimiento
cuando advierta que se ha cumplido el plazo para determinar la existencia de
infracciones. Asimismo, los administrados pueden plantear la prescripción por vía de
defensa y la autoridad debe resolverla sin más trámite que la constatación de los
plazos.
En caso se declare la prescripción, la autoridad podrá iniciar las acciones necesarias
para determinar las causas y responsabilidades de la inacción administrativa, solo
cuando se advierta que se hayan producido situaciones de negligencia.

Caracteres del procedimiento sancionador


Artículo 254.- Caracteres del procedimiento sancionador
254.1 Para el ejercicio de la potestad sancionadora se requiere obligatoriamente haber
seguido el procedimiento legal o reglamentariamente establecido caracterizado por:
1. Diferenciar en su estructura entre la autoridad que conduce la fase instructora y la
que decide la aplicación de la sanción.
2. Considerar que los hechos probados por resoluciones judiciales firmes vinculan a
las entidades en sus procedimientos sancionadores.
(…)
3. Notificar a los administrados los hechos que se le imputen a título de cargo, la
calificación de las infracciones que tales hechos pueden constituir y la expresión de las
sanciones que, en su caso, se le pudiera imponer, así como la autoridad competente
para imponer la sanción y la norma que atribuya tal competencia.
4. Otorgar al administrado un plazo de cinco días para formular sus alegaciones y
utilizar los medios de defensa admitidos por el ordenamiento jurídico conforme al
numeral 173.2 del artículo 173, sin que la abstención del ejercicio de este derecho
pueda considerarse elemento de juicio en contrario a su situación.
254.2 La Administración revisa de oficio las resoluciones administrativas fundadas en
hechos contradictorios con los probados en las resoluciones judiciales con calidad de
cosa juzgada, de acuerdo con las normas que regulan los procedimientos de revisión
de oficio.

Caracteres del Procedimiento Sancionador


Artículo 255.- Procedimiento sancionador
Las entidades en el ejercicio de su potestad sancionadora se ciñen a las siguientes
disposiciones:
1. El procedimiento sancionador se inicia siempre de oficio, bien por propia iniciativa o
como consecuencia de orden superior, petición motivada de otros órganos o entidades
o por denuncia.
2. Con anterioridad a la iniciación formal del procedimiento se podrán realizar
actuaciones previas de investigación, averiguación e inspección con el objeto de
determinar con carácter preliminar si concurren circunstancias que justifiquen su
iniciación.
3. Decidida la iniciación del procedimiento sancionador, la autoridad instructora del
procedimiento formula la respectiva notificación de cargo al posible sancionado, la que
debe contener los datos a que se refiere el numeral 3 del artículo precedente para que
presente sus descargos por escrito en un plazo que no podrá ser inferior a cinco días
hábiles contados a partir de la fecha de notificación.
4. Vencido dicho plazo y con el respectivo descargo o sin él, la autoridad que instruye
el procedimiento realizará de oficio todas las actuaciones necesarias para el examen
de los hechos, recabando los datos e informaciones que sean relevantes para
determinar, en su caso, la existencia de responsabilidad susceptible de sanción.
(…)
5. Concluida, de ser el caso, la recolección de pruebas, la autoridad instructora del
procedimiento concluye determinando la existencia de una infracción y, por ende, la
imposición de una sanción; o la no existencia de infracción. La autoridad instructora
formula un informe final de instrucción en el que se determina, de manera motivada,
las conductas que se consideren probadas constitutivas de infracción, la norma que
prevé la imposición de sanción; y, la sanción propuesta o la declaración de no
existencia de infracción, según corresponda.
Recibido el informe final, el órgano competente para decidir la aplicación de la sanción
puede disponer la realización de actuaciones complementarias, siempre que las
considere indispensables para resolver el procedimiento. El informe final de instrucción
debe ser notificado al administrado para que formule sus descargos en un plazo no
menor de cinco (5) días hábiles.
6. La resolución que aplique la sanción o la decisión de archivar el procedimiento será
notificada tanto al administrado como al órgano u entidad que formuló la solicitud o a
quién denunció la infracción, de ser el caso.

Medidas de carácter provisional


Artículo 256.- Medidas de carácter provisional
256.1 La autoridad que tramita el procedimiento puede disponer, en cualquier
momento, la adopción de medidas de carácter provisional que aseguren la eficacia de
la resolución final que pudiera recaer, con sujeción a lo previsto por el artículo 157.
256.2 Las medidas que se adopten deberán ajustarse a la intensidad, proporcionalidad
y necesidad de los objetivos que se pretende garantizar en cada supuesto concreto.
256.3 No se puede dictar medidas de carácter provisional que puedan causar perjuicio
de difícil o imposible reparación a los interesados o que impliquen violación de sus
derechos.
256.4 Las medidas de carácter provisional no pueden extenderse más allá de lo que
resulte indispensable para cumplir los objetivos cautelares concurrentes en el caso
concreto.
(…)
256.5 Durante la tramitación, la autoridad competente que hubiese ordenado las
medidas de carácter provisional las revoca, de oficio o a instancia de parte, cuando
compruebe que ya no son indispensables para cumplir los objetivos cautelares
concurrentes en el caso concreto.
256.6 Cuando la autoridad constate, de oficio o a instancia de parte, que se ha
producido un cambio de la situación que tuvo en cuenta al tomar la decisión
provisional, esta debe ser cambiada, modificando las medidas provisionales acordadas
o sustituyéndolas por otras, según requiera la nueva medida.
256.7 El cumplimiento o ejecución de las medidas de carácter provisional que en su
caso se adopten, se compensan, en cuanto sea posible, con la sanción impuesta.
256.8 Las medidas de carácter provisional se extinguen por las siguientes causas:
1. Por la resolución que pone fi n al procedimiento en que se hubiesen ordenado. La
autoridad competente para resolver el recurso administrativo de que se trate puede,
motivadamente, mantener las medidas acordadas o adoptar otras hasta que dicte el
acto de resolución del recurso.
2. Por la caducidad del procedimiento sancionador.

Eximentes y atenuantes por infracciones


Artículo 257.- Eximentes y atenuantes de responsabilidad por infracciones
1.- Constituyen condiciones eximentes de la responsabilidad por infracciones las
siguientes:
a) El caso fortuito o la fuerza mayor debidamente comprobada.
b) Obrar en cumplimiento de un deber legal o el ejercicio legítimo del derecho de
defensa.
c) La incapacidad mental debidamente comprobada por la autoridad competente,
siempre que esta afecte la aptitud para entender la infracción.
d) La orden obligatoria de autoridad competente, expedida en ejercicio de sus
funciones.
e) El error inducido por la Administración o por disposición administrativa confusa o
ilegal.
(…)
f) La subsanación voluntaria por parte del posible sancionado del acto u omisión
imputado como constitutivo de infracción administrativa, con anterioridad a la
notificación de la imputación de cargos a que se refiere el inciso 3) del artículo 255.
2.- Constituyen condiciones atenuantes de la responsabilidad por infracciones las
siguientes:
a) Si iniciado un procedimiento administrativo sancionador el infractor reconoce su
responsabilidad de forma expresa y por escrito.
En los casos en que la sanción aplicable sea una multa esta se reduce hasta un monto
no menor de la mitad de su importe.
b) Otros que se establezcan por norma especial.

Resolución que concluye el procedimiento


Artículo 258.- Resolución
258.1 En la resolución que ponga fin al procedimiento no se podrán aceptar hechos
distintos de los determinados en el curso del procedimiento, con independencia de su
diferente valoración jurídica.
258.2 La resolución será ejecutiva cuando ponga fin a la vía administrativa. La
administración podrá adoptar las medidas cautelares precisas para garantizar su
eficacia, en tanto no sea ejecutiva.
258.3 Cuando el infractor sancionado recurra o impugne la resolución adoptada, la
resolución de los recursos que interponga no podrá determinar la imposición de
sanciones más graves para el sancionado.

Caducidad del procedimiento sancionador


Artículo 259.- Caducidad administrativa del procedimiento sancionador
1. El plazo para resolver los procedimientos sancionadores iniciados de oficio es de
nueve (9) meses contado desde la fecha de notificación de la imputación de cargos.
Este plazo puede ser ampliado de manera excepcional, como máximo por tres (3)
meses, debiendo el órgano competente emitir una resolución debidamente sustentada,
justificando la ampliación del plazo, previo a su vencimiento. La caducidad
administrativa no aplica al procedimiento recursivo.
Cuando conforme a ley las entidades cuenten con un plazo mayor para resolver la
caducidad operará al vencimiento de este.
2. Transcurrido el plazo máximo para resolver, sin que se notifique la resolución
respectiva, se entiende automáticamente caducado administrativamente el
procedimiento y se procederá a su archivo.
(…)
3. La caducidad administrativa es declarada de oficio por el órgano competente. El
administrado se encuentra facultado para solicitar la caducidad administrativa del
procedimiento en caso el órgano competente no la haya declarado de oficio.
4. En el supuesto que la infracción no hubiera prescrito, el órgano competente
evaluará el inicio de un nuevo procedimiento sancionador. El procedimiento caducado
administrativamente no interrumpe la prescripción.
5. La declaración de la caducidad administrativa no deja sin efecto las actuaciones de
fiscalización, así como los medios probatorios que no puedan o no resulte necesario
ser actuados nuevamente. Asimismo, las medidas preventivas, correctivas y
cautelares dictadas se mantienen vigentes durante el plazo de tres (3) meses
adicionales en tanto se disponga el inicio del nuevo procedimiento sancionador, luego
de lo cual caducan, pudiéndose disponer nuevas medidas de la misma naturaleza en
caso se inicie el procedimiento sancionador.

También podría gustarte