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TESTIGO DE REFERENCIA

I. INTRODUCCION

Decía el profesor Florencio Mixán Mass que testigo “es una persona (natural)
con respecto a las partes en el proceso que es citado por el tribunal correccional
para que imparcialmente y en audiencia declare lo que sabe sobre el “hecho”
materia del juzgamiento o sobre alguna circunstancia anterior o posterior a este.
Lo afirmado es muy cierto. El testigo directo relata sobre el hecho que percibió
su sentido y el testigo de referencia relata lo que otros sentidos han percibido.

Una condena penal solo se debe fundamentar en una efectiva actividad


probatoria con prueba de cargo obtenidas respetando la dignidad de la persona
humana, así las pruebas testimoniales tienen que ser corroboradas con otros
elementos probatorios, pues solo así se puede enervar el estado de inocencia,
de las pruebas testimoniales, el testimonio de referencia es uno de los que
mayor problema suscita hoy por hoy en los tribunales.

La figura del testigo de referencia también llamado testigo de oídas ha sido un


tema que no ha merecido un tratamiento serio ni ha despertado la atención en
los juristas de nuestro medio, prueba de ello es que nuestro añejo Código de
Procedimientos Penales de 1940 no lo ha previsto, sin embargo, en los últimos
tiempos este tema ha cobrado mucha vigencia, así si uno hace una revisión de
los procesos anticorrupción se dará cuenta que esta institución se ve con mucha
frecuencia y que por lo general el testigo indirecto tiene un protagonismo de
primer orden. El tema en referencia ha sido incluido entre las novedades que
trae el Código Procesal Penal del 2004, así en el artículo 166 se señala lo
siguiente: “2.- Si el conocimiento del testigo es indirecto o se trata de un testigo
de referencia, debe señalar el momento, lugar, las personas y medios por los
cuales lo obtuvo. Se insistirá aun de oficio, en lograr la declaración de las
personas indicadas por el testigo de referencia como fuente de conocimiento. Si
dicho testigo se niega a proporcionar la identidad de esa persona, su testimonio
no podrá ser utilizado”.

A manera de ejemplo se tiene el siguiente caso práctico: “la testigo X afirmó que
preparó un sobre con dinero y que luego se lo entregó a Y, que no vio
personalmente ni por video la entrega de dinero a la señora M, pero Y le
comentó la entrega”.

La interrogante que salta a primer plano es si esta declaración puede ser


tomada en cuenta como prueba de cargo para fundamentar una condena penal,
más aún si al caso le añadimos como dato objetivo que a lo largo del proceso
penal se probó que la testigo en mención, no ha presenciado directamente la
supuesta entrega de dinero, es decir se trata sin duda alguna de un testigo
indirecto o testigo de referencia.

El caso mencionado se dio con el número signado R.N No. 14-2002, conocido
también como el caso “Martha Chávez” y “Cáceres Velásquez”.

Anota el profesor Sánchez Velarde que “el testigo es la persona física que se
encuentra presente al momento de la comisión del delito y que es llamada al
proceso penal para que declare sobre lo que conoce de los hechos que se
investigan”1.

Siendo ello así, el testigo directo, llamado también testigo presencial, vendría a
ser, como señala el mismo autor “aquel que tiene una percepción directa sobre
el delito y que se manifiesta a través de la vista principalmente, pero no puede
olvidarse que pueden ser de gran utilidad el empleo de otros sentidos, así por
ejemplo el testigo que escucho el diálogo entre el imputado y la víctima 2.

1
SÁNCHEZ VELARDE, Pablo “Manual de Derecho Procesal Penal”, Ideosa. Lima 2004, Pág. 684
2
Idem, Pág. 687.
También se daría el caso de que el testigo haya presenciado el asesinato de
una persona a manos del imputado, etc.

A decir de Jauchen, tomando lo afirmado por Carnelutti, el testigo no es


“narrador de un hecho” sino “narrador de una experiencia” 3.

Por ello al relatar su experiencia debe transmitir lo percibido sensorialmente. No


es posible que el testigo exprese su parecer sobre su experiencia, no puede
hacer juicios de valor ni emitir opiniones sobre lo que relata el Juez Penal. Estas
están reservadas para el perito.

En cambio el testigo de referencia vendría a ser aquel testigo que no estuvo en


el lugar del hecho delictivo pero que conoce la comisión del hecho delictivo por
intermedio del testigo directo quien le narró sus propias percepciones. Se
entiende entonces que el testigo de referencia es aquel transmisor de lo que
otros ojos y oídos han percibido. La Doctrina suele también llamarlos testigos
mediatos o indirectos que vendrían a ser aquellas personas que declaran sobre
hechos que no han percibido directamente por si mismos ni a través de sus
sentidos, sino que han tenido conocimiento de ellos por medios de otra persona.
La doctrina dominante niega que la declaración de estos testigos pueda llegar a
ser tenida en cuenta por el tribunal como fundamento de su convicción, debido a
que estos testigos ausentes del hecho acaecido impiden y obstaculizan al
imputado y a su defensa técnica el derecho fundamental de interrogar.

Para Cubas Villanueva, el testimonio del testigo referencial no es de interés 4.


Por su parte, Sánchez Velarde destaca que si bien es cierto la testimonial del
testigo indirecto no está prohibida se “debe proceder con sumo cuidado y
extraer del mismo los datos que la autoridad judicial debe verificar”.

3
JAUCHEN, E. tuardo M “Tratado de la prueba en materia penal” Rubinzal-Culzoni Editores. Buenos Aires.
4
CUBAS VILLANUEVA, Víctor “El proceso penal”. Quinta edición, Palestra Editores, Lima, Pág. 340.
El profesor colombiano Parra Quijano anota que “en esta clase de testimonio
existen dos posibilidades de error el (posible) de la primera percepción y el
(posible) de quien está oyendo lo que otro percibió, lo que hace patente el
principio que dice que la prueba cuanto más se aleja de su fuente original, más
disminuye en fuerza y eficacia5.

II. FORMAS DE LA REFERENCIA

1. REFERENCIA PRIMARIA

El testigo de referencia primario es aquel testigo que conoce la comisión del


hecho delictivo por intermedio del testigo directo. Un ejemplo de ello se da
cuando un testigo, Pedro que presencia una entrega de dinero (soborno), le
comenta a un tercero Luís. Lo que relata este tercero Luís se llama
testimonial indirecto o de referencia. Está también es conocida como
referencia de primera mano.

2. REFERENCIA SECUNDARIA

La referencia secundaria se configura cuando aquel testigo toma


conocimiento del hecho delictivo por intermedio del testigo de referencia. A
manera de ejemplo tenemos lo siguiente: Fulano toma conocimiento de la
comisión de un hecho delictivo debido a que presenció el evento criminal,
luego comenta a Sutano quien a su vez relató de lo sucedido a Mengano. Es
decir lo conocido y relatado por Mengano vendría a ser un testimonio de
referencia secundaria. Sobre esta forma de manifestación, la regla es que
cuanto más se aleje de su fuente original menor será su credibilidad.

3. CREDIBILIDAD DEL TESTIGO DE REFERENCIA

5
PARRA QUIJANO, Jairo “Manual de derecho probatorio”. Sexta Edición. Ediciones Librería del Profesional.
Bogotá, 1996. Pág. 148.
La doctrina aconseja que el juzgador para efectos de valorar la prueba
testifical deba examinar con especial atención las características de la
persona que declara y las circunstancias que concurrieron en el hecho a fin
de fijar su credibilidad. Muñoz Conde señala al respecto que la credibilidad de
un testigo tampoco es una verdad tautológica, sino algo que admite
discrepancias respecto a su valoración que en última instancia es el resultado
de la experiencia, del conocimiento psicológico, de factores personales y
profesionales, del nivel intelectual o moral del testigo, todo ello valorado por el
juzgador en un determinado contexto, teniendo en cuenta también las
declaraciones de otros testigos, la corroboración de sus declaraciones por
otras fuentes de información, etc. Por ello, para tener en cuenta la testimonial
no solamente del testigo indirecto sino también del testigo directo se debe
tener en cuenta lo siguiente:

- El testigo no debió ser condenado por perjurio, falsedad o


deshonestidad.

El profesor colombiano Devis Echandia, señala que “de la existencia y


validez de un testimonio no se deduce necesariamente su eficacia
probatoria. Por el contrario muchos testimonios válidos carecen de fuerza
probatoria respecto a los hechos que se narran en él debido a diversas
causas. El fundamento del valor probatorio del testimonio lo constituye
una máxima o regla de la experiencia, que permite el establecimiento de
un conjunto de requisitos de eficacia probatoria que el juez debe verificar
para poder dar valor a la declaración testimonial. Uno de los requisitos de
eficacia probatoria de la prueba testifical es que el testigo no cuente con
antecedentes de perjurio, falsedad o deshonestidad. La credibilidad del
testigo se determina por la ausencia de circunstancias que pongan en
duda su honestidad y buena fe.
- Testimonio por interés del testigo.

Asimismo, la declaración de un testigo de referencia no debe tener como


antecedente que esta se dé como consecuencia de algún interés o
beneficio, es decir, esta tiene que darse de manera espontánea y no
porque el testigo previamente negocia su manifestación o se acoge algún
beneficio, esto debe ser tomado con cuidado ya que toda declaración
debe tener como regla la espontaneidad.

III.REQUISITO PARA SER ADMITIDO COMO MEDIO PROBATORIO

Cuando se trata de un testigo indirecto, dice el nuevo Código Procesal Penal


que este debe señalar con precisión el momento en que toma conocimiento de
la noticia criminal, el lugar de la comisión del hecho, qué personas estuvieron
presentes y los medios por los cuales obtuvo el conocimiento del hecho
delictivo.

Del mismo modo, se debe priorizar tratar de obtener la testimonial del testigo
directo ya sea a pedido de las partes o de oficio por el órgano juzgador. Una
condición para que la testimonial tenga validez como elemento probatorio es
que el testigo indirecto proporcione la identidad de la persona que le dio la
información, es decir, la identidad del testigo directo. Particular problema suscita
el caso en el que se conoce con precisión la identidad del testigo directo pero el
titular de la acción penal no lo ofrece como testigo de cargo. Es decir, el hecho
de no convocar al testigo directo habiendo la posibilidad de hacerlo, no
solamente priva al órgano juzgador de apreciar directamente el elemento de
prueba, sino que también vulnera el derecho a interrogar al testigo de cargo que
tiene la defensa del imputado, esto a nuestro parecer no tendría que ser tenido
en cuenta, es decir no habría ningún impedimento para admitir la testimonial de
un testigo de referencia en el supuesto de que facilite la identidad del testigo
principal, en cambio, si sería discutible en el caso de que la declaración del
testigo de referencia no guarde identidad con la ofrecida con el testigo directo o
sea evidentemente contradictoria. En este caso, señala el profesor Miranda
Estrampes, hay dos posibilidades: por un lado, que la declaración del testigo de
referencia pueda ser apreciada por el juzgador para acreditar los hechos; y por
otro lado que pueda ser utilizada para verificar la credibilidad o veracidad de la
testimonial del testigo principal.

Particular problema se daría en el supuesto en que el testigo directo varíe su


manifestación inicial realizada ante el testigo de referencia; en esta, si es que se
prueba que esta variación es consecuencia de una amenaza o es fruto de una
coacción, obviamente se dará por válida la primera declaración; de igual modo,
si se constata que el testigo de referencia ha alterado conscientemente esta no
tendría validez.

IV. CARÁCTER SUBSIDIARIO O SUPLETORIO DEL TESTIGO DE


REFERENCIA.

La prueba testifical de referencia tiene un carácter supletorio y como tal es


excepcional, es decir, se da como última ratio y solo es admisible cuando no es
posible la prueba directa. En la judicatura española se tiene la sentencia
303/1993 del 25 de octubre de 1993, sentencia 422/1996 del 13 de mayo de
1996, así como la sentencia 146/2003 del 14 de junio del 2003.

En nuestro país la declaración del testigo de referencia o de oídas solo ayuda a


aclarar un hecho, mas no lo valida. El testimonio de este tipo de testigos no
tiene mérito probatorio suficiente para terminar con la presunción de inocencia.

“Él me comentó que fue él quien lo mandó a matar”. “Ella me dijo que le
robaría”. Declaraciones de este tipo, de los denominados testigos de referencia
o de oídas, no tienen valor probatorio ni constituyen prueba directa. 

La participación de esta clase de testigo en un proceso solo puede colaborar a


esclarecer hechos que se han dado por ciertos, y no para validarlos con esa
declaración. En ese sentido, no se podrá expedir sentencias condenatorias
basadas exclusivamente en lo que cuenten estos testigos. 

Así lo ha establecido la Corte Suprema en el Recurso de Nulidad No. 173-2012-


Cajamarca, en donde sostiene que “los testigos de referencia u oídas tienen un
carácter supletorio y un peso más relativizado respecto del juicio de credibilidad
que el testigo fuente o presencial”.

El recurso dispuesto por la máxima instancia judicial fue por un caso particular.
Tres testigos de referencia afirmaron que el imputado les había comentado que
fue el asesino de la víctima. El acusado, sin embargo, nunca admitió los hechos
y rechazó esta versión. 

Al ser, precisamente, el imputado una fuente de dicha información y al negar la


historia de los testigos de oídas, no es posible otorgarle mérito probatorio a
estos testimonios y considerarlos prueba suficiente para acabar con la garantía
de presunción de inocencia. Esto solo cambiaría si existiera una prueba que
determine lo contrario o que avale lo expuesto por los testigos de referencia. Sin
embargo, en este caso resuelto por la Corte Suprema, no ocurrió.

Por ser esta una prueba indiciaria, tiene como primer elemento un indicio, hecho
probado o demostrado, que puede relacionarse estrechamente con otro, injusto
culpable, a través de una conclusión natural o inferencia.

“Lo que ha de evitarse en estos casos es la falta de racionalidad de la inferencia,


que puede producir tanto por la falta de lógica de la inferencia (…) como por el
carácter no concluyente de la inferencia por excesivamente abierta, débil o
indeterminada”, precisa la sentencia que resuelve el recurso de nulidad.

 
V. CONCLUSION

La inclusión de la figura del testigo de referencia en el Código Procesal Penal de


2004 es una de las novedades ya que anteriormente solo era tratado por la
doctrina. El testigo de referencia como se vio está en una relación de
accesoriedad con el testigo directo y su admisión solo opera si se cumplen
ciertos requisitos, como señalar el momento en que tomó conocimiento del
hecho, qué personas estuvieron cuando tomó conocimiento del hecho y cuál es
el medio por el cual tomó conocimiento del hecho, esta por sí misma, en
condiciones normales de ninguna manera puede enervar el estado de inocencia
del ciudadano sometido a un proceso penal.

No se podrá expedir sentencias condenatorias basadas exclusivamente en lo


que cuenten estos testigos, así lo ha establecido la Corte Suprema en el
Recurso de Nulidad No. 173-2012-Cajamarca, en donde sostiene que “los
testigos de referencia u oídas tienen un carácter supletorio y un peso más
relativizado respecto del juicio de credibilidad que el testigo fuente o presencial”.

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