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Introduccion A La Macroec Arg Parte II Cont PDF
Introduccion A La Macroec Arg Parte II Cont PDF
EN LA ARGENTINA:
UNA INTRODUCCIÓN
Segunda Parte
(continuación)
Mario Damill
CEDES
Buenos Aires, setiembre de 2004
2
Diagrama 7.1
CAJA DE CONVERSIÓN
ACTIVO PASIVO
E. R CIRCULANTE
Diagrama 7.2
BANCO CENTRAL
ACTIVO PASIVO
1
Las instituciones bancarias aparecen por primera vez aquí, pero juegan un papel primordial en los
procesos monetarios de la economía, como describiremos enseguida.
2
En la hoja de balance que hemos presentado se ha supuesto que el patrimonio neto del banco
central (es decir, la diferencia entre el activo y el pasivo) es nulo (hicimos lo mismo en el caso
anterior, con la caja de conversión). Ésta es una simplificación útil y razonable, puesto que dicho
patrimonio es muy pequeño en relación con el tamaño normal de las operaciones monetarias, y
porque además nos interesa aquí describir el proceso de creación y absorción de dinero, en el que
esa cuenta no juega un papel relevante.
5
distinción entre las cuestiones relativas al manejo financiero fiscal, que pertenece
a la órbita del Ministerio de Economía y del Tesoro (que de él depende) y las
relativas al manejo de la política monetaria, que describiremos en este capítulo y
que es el terreno del banco central.
Volviendo a las operaciones de éste último: si, por ejemplo, la autoridad
monetaria compra bonos en el llamado mercado secundario, adquiriéndolos a
tenedores particulares, inyecta dinero en circulación al tiempo que aumenta el
saldo de la cuenta GOB en su activo. Si, por el contrario, quiere por alguna razón
reducir el circulante, podría vender bonos públicos que tiene en cartera (adquiridos
en períodos anteriores). Estas transacciones de la autoridad monetaria con títulos
públicos se suelen denominar operaciones de mercado abierto.
Las operaciones de mercado abierto y las que se realizan a través de los
redescuentos pueden en general emplearse para regular la cantidad de dinero en
circulación, y las denominamos operaciones de política monetaria.
El tercer tipo de operación, correspondiente a la intervención cambiaria, estará
presente o no de acuerdo con las características del régimen cambiario. Con un
régimen de tipo de cambio fijo o a alguna variante del mismo veremos con
seguridad intervenciones frecuentes. Por el contrario, en condiciones de flotación
pura el banco central se abstendría de comprar o vender divisas, con lo cual las
variaciones de la cantidad de dinero en circulación quedarían en cierto modo
“aisladas” de lo que sucede con las transacciones entre residentes y no residentes
que refleja el balance de pagos (este tendría un resultado nulo). Las variaciones
en el circulante dependerían únicamente, en ese caso, de las operaciones de
mercado abierto y de los créditos que la autoridad monetaria pueda conceder a los
bancos. Éste es un aspecto muy importante de diferenciación entre distintos
regímenes cambiarios, que volveremos a tocar más adelante.
Otro punto que cabe enfatizar al examinar la hoja de balance del banco central
se refiere al financiamiento monetario al gobierno. Ya hemos destacado la
distinción institucional entre la autoridad monetaria (el banco central), y la
autoridad fiscal. Se comprende que si el banco central compra títulos públicos a
terceros mediante operaciones de mercado abierto, aunque no los está
adquiriendo a la Tesorería, la está financiando, indirectamente. Se convierte en el
acreedor de esa deuda.
En ocasiones, sin embargo, el banco central podría recibir directamente de la
Tesorería ciertos papeles de deuda a cambio de circulante. Es decir, podría actuar
como comprador primario, en lugar de hacerlo en el mercado secundario. En este
6
caso la hoja de balance del banco central no mostraría, de todos modos, nada
distinto que cuando se trata de una operación expansiva "de mercado abierto". Sin
embargo, el sentido económico de esa acción será diferente, en la medida que los
pesos que se emiten pueden estar cubriendo necesidades fiscales, en vez de
engrosar directamente las tenencias de recursos monetarios de particulares.
En ocasiones, los bancos centrales pueden también contraer o expandir el
circulante vendiendo o comprando letras de corto plazo emitidas por la propia
autoridad monetaria, como es el caso de las Lebac (Letras del Banco Central)
utilizadas actualmente en la Argentina. Para incorporarlas en nuestro análisis
tendríamos que introducir una nueva cuenta (“Lebacs”) en el pasivo de nuestro
banco central. Las emisiones de esos instrumentos engrosan el saldo de esa
cuenta, pero en detrimento de la base monetaria, sin modificar el pasivo total.
Colocar (o amortizar) esos instrumentos financieros es otra forma de hacer política
monetaria, es decir, de procurar alcanzar ciertas metas en materia de cantidad de
dinero en circulación (o de tasas de interés, según veremos un poco más
adelante).
Para avanzar hacia una mayor precisión en la caracterización de los aspectos
monetarios de la economía, digamos ahora que el dinero que el banco central crea
(y que hemos designado hasta aquí con el término genérico de “circulante”), se
denomina más propiamente base monetaria, o también, a veces, dinero primario3
o “dinero de alto poder”.
De modo que podemos replantear nuestra hoja de balance así:
Diagrama 7.3
BANCO CENTRAL
ACTIVO PASIVO
3
Para distinguirlo del dinero que resulta del proceso de expansión “secundaria” en el que
intervienen los bancos y que veremos enseguida.
7
(1) BM = CM + ENC,
BM ≤ R.E.
4
Por “circulación monetaria”, aunque el concepto no corresponde con exactitud a lo que se
denomina así en la práctica. La circulación monetaria incluye los billetes y monedas en poder del
público pero también los billetes y monedas en caja de los bancos, que nosotros consideraremos a
continuación. El tratamiento que seguimos aquí está un poco simplificado a fin de facilitar la
comprensión de los procesos monetarios básicos.
8
BM = R.E,
Diagrama 7.4
BANCOS
ACTIVO PASIVO
Hemos definido a ENC como las existencias de caja de los bancos más las
disponibilidades de esas instituciones mantenidas en la forma de depósitos a la
vista (es decir, en cuenta corriente) en el banco central. Como ya indicamos, la
denominación de esta cuenta la tomamos del término encaje. Este término hace
referencia a los recursos que los bancos están obligados a retener en forma
líquida, y que se establecen como proporción de los depósitos captados.
Habitualmente, distintos tipos de depósito tienen requerimientos diferentes de
encaje (o de efectivo mínimo). Aquí ignoramos esas variantes, dado que
trabajamos con un agregado de todos los depósitos (DEP).
Por otro lado, los bancos pueden mantener ENC en el nivel mínimo establecido
por la autoridad monetaria (que fija los requerimientos correspondientes), o, si lo
prefieren, ubicarse por encima de esos valores. En lo que sigue supondremos en
general, por simplicidad, que ENC se mantiene normalmente en el mínimo legal (si
una entidad se ubica por debajo del nivel requerido, estará sujeta a punición por
parte de la institución reguladora).
Conviene, por otro lado, explicitar las más importantes de las diversas
simplificaciones que estamos haciendo al plantear las hojas de balance. De
manera congruente con el supuesto de que, por el momento, tratamos con una
economía financieramente cerrada, ignoramos las operaciones financieras con
agentes residentes en el resto del mundo. En economías financieramente abiertas,
tanto el banco central cuanto el sistema bancario pueden tener pasivos externos
(lo mismo que el gobierno y el sector privado no bancario, pero nos concentramos
aquí en las instituciones que tienen el papel central en el proceso de creación
monetaria).
Así, los bancos, por ejemplo, estarán normalmente en condiciones de financiar
parte de sus activos con deuda externa, y eso debería incorporarse en la hoja del
balance, como una nueva cuenta del pasivo. Por contrapartida, también podrán
conceder créditos al resto del mundo (más en general, podrán poseer activos
contra no residentes5), aspecto que también, por el momento, ignoraremos.
Otro punto importante es que, como hiciéramos con el banco central,
supondremos nulo el patrimonio neto bancario. Esta simplificación apunta a poner
el foco en la actividad de intermediación financiera (es decir, en la relación entre
depósitos y créditos), que es un tema central de esta sección y la actividad
bancaria por excelencia.
5
Incluyendo tenencias de moneda extranjera en caja. Los dólares en poder de los bancos locales,
por ejemplo, son pasivos de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
10
Asumiremos también que las tenencias de base monetaria por parte del sector
público son insignificantes (es decir, consideraremos a CM como un activo del
sector privado, exclusivamente) y que el crédito bancario está dirigido, en su
totalidad, al sector privado (y no al sector gubernamental). Estos supuestos
simplificadores pueden levantarse sin inconvenientes y no afectan en lo sustancial
a la argumentación que se desarrolla en este apunte.
Además, en lo que sigue supondremos que RED es igual a cero, es decir,
ignoraremos a los redescuentos.
Para concluir, cabe destacar una simplificación muy importante, en especial si
se mira esta cuestión a la luz de la experiencia argentina de los años noventa.
Supondremos que los bancos captan depósitos y otorgan créditos denominados
en moneda nacional, y no en moneda extranjera. En casi todas las economías del
mundo los sistemas bancarios operan fundamentalmente en la moneda local, por
lo que no se trata de una simplificación forzada. Sin embargo, en la Argentina de
los años noventa una parte muy significativa (y creciente a lo largo de la década)
de las transacciones financieras internas se realizó en moneda extranjera. Más
concretamente, los depósitos y créditos se denominaban, en una alta proporción,
en dólares de los Estados Unidos.
En términos del planteo analítico, la incorporación de este elemento requeriría
desdoblar cada variable del sistema bancario agregado, distinguiendo una fracción
denominada en pesos y otra en dólares. Tendríamos algo así como un sistema
superpuesto a otro, distinguiéndose por la moneda de denominación de sus
operaciones. A los efectos de la descripción del proceso de creación de dinero,
podemos evitar esta duplicación sin daño, y casi seguramente ganando en
claridad. En capítulos posteriores retomaremos la cuestión de la dolarización, al
examinar el caso concreto de la Argentina en la última década del siglo XX.
Volviendo al balance de los bancos, y dejando ahora de lado los redescuentos,
tenemos:
Los depósitos, al igual que una fracción del circulante, constituyen lo que
denominaremos recursos monetarios en poder del público, es decir, integran una
definición ampliada del concepto de dinero, a la que designaremos con la letra M.
De modo que tenemos:
11
(3) M = CM + DEP.
Diagrama 7.5
SECTOR PRIVADO
NO FINANCIERO
ACTIVO PASIVO
CM DEP CRED
(4) cm = CM/DEP.
6
Nos referimos aquí únicamente a los pasivos y activos financieros del sector privado no financiero
en su conjunto, ignorando los derechos de propiedad sobre activos físicos. También, por las
mismas razones esgrimidas en el caso de los bancos, suponemos por el momento que este sector
no tiene activos ni obligaciones financieras con el exterior.
12
(5) e = ENC/DEP.
En este caso supondremos también, para comenzar, que "e" está dada,
exógenamente, en el nivel e0, que coincide con el coeficiente de efectivo mínimo
que la autoridad monetaria exige mantener a los bancos.
momento un exportador vende cien dólares, que recibió por una exportación, a la
autoridad monetaria7, recibiendo (a la paridad 1 a 1 que utilizaremos para
simplificar) 100 pesos a cambio.
Como se ve, el pasivo y el activo del banco central se incrementan
simultáneamente en esa cantidad. El sector privado no financiero, por su parte,
tendrá ese mismo día un incremento de $100 en sus tenencias de circulante. Se
ha creado dinero por $100 a través de una operación de intervención cambiaria.
¿Cómo sigue el proceso? Bien, si la cartera del sector privado no financiero
estaba inicialmente en equilibrio8, ahora ese sector tiene una proporción de
circulante mayor que la deseada. Por lo tanto, esa cartera habrá de ser
recompuesta. En el ejemplo, eso sucede en el día 2.
Tal vez el exportador9 que recibió los $100 deposite $50 en su banco.
Entonces su tenencia de circulante se reduce y sus depósitos aumentan en la
misma cantidad. Con ello, la relación “cm” retorna a su valor 1.
Esta última operación la vemos en la segunda línea debajo de la hoja de
balance del sector privado no financiero: el circulante en poder de este sector cae
en 50 pesos, mientras que suben correspondientemente las tenencias de
depósitos.
Al mismo tiempo, también el "día 2", los bancos registran un aumento de $50
en su pasivo (DEP). Asumimos que aún no han tenido tiempo de prestar esos
fondos, por lo que la contrapartida de esos nuevos depósitos es un asiento
positivo similar (es decir, por $50) en la cuenta ENC.
Observe ahora la línea correspondiente a ese "segundo día" en la hoja del
banco central. Esta institución no ha intervenido en las operaciones producidas
este día, y no se modifican ni su activo ni su pasivo total, pero cambia la
composición de éste último (es decir, la composición de la base monetaria). Como
resultado de las transacciones ocurridas entre el SPNF y los bancos habrá 50
pesos menos de circulante y 50 pesos más de encaje que "el día anterior".
Pero ahora son los bancos los que han pasado a estar en desequilibrio. Sobre
los nuevos depósitos están obligados a retener como encaje sólo el 10%, es decir
$5 (según indica la razón “e”). En consecuencia, pueden prestar los $45 restantes.
7
Como sabemos, eso indica que el banco central está interviniendo en el mercado de divisas.
8
En este contexto, ese equilibrio inicial simplemente significa que se verificaba que cm = 1.
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Para simplificar la exposición, razonamos como sí cada agente individual se comportara igual a
los restantes de su sector. Es decir, como sí cm = 1 para cada individuo (y e = 0,1 para cada
banco). Pero estos cocientes reflejan en realidad el comportamiento promedio de cada sector.
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Eso es lo que suponemos que harán en el “día 3”, en el que los bancos tienen la
voz cantante. Vea el asiento en la fila correspondiente debajo de su balance: ENC
se reduce en $45, al tiempo que CRED sube en la misma magnitud.
Diagrama 7.6
BANCO CENTRAL
ACTIVO PASIVO
E. R BM = CM + ENC
1) +100 +100
2) - 50 + 50
3) + 45 - 45
4) - 22,5 + 22,5
5) + 20,25 - 20,25
BANCOS
ACTIVO PASIVO
2) +50 +50
3) + 45 - 45
4) +22,5 +22,5
5) + 20,25 - 20,25
SECTOR PRIVADO
NO FINANCIERO
ACTIVO PASIVO
CM DEP CRED
1) +100
2) - 50 +50
3) + 45 + 45
4) - 22,5 +22,5
5) + 20,25 + 20,25
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¿Qué impacto tiene esto en el sector privado no financiero? Bien, en ese tercer
día alguien ha recibido un crédito por $45, y suponemos que retiró el dinero (que
proviene de la caja de los bancos). Luego, CM aumenta en esa cantidad, en la
hoja de balance del SPNF. La contrapartida es, como se ve, un aumento
semejante del pasivo financiero de ese sector (es decir, de CRED).
De nuevo habrá un cambio en la composición de la base monetaria, que puede
constatarse en la hoja de balance del banco central. El pasivo de las autoridades
monetarias con los bancos (ENC) se reduce en $45, y aumenta
concomitantemente el circulante. El nivel de BM no se modifica. En realidad, no
cambiará en todo el ejercicio, luego del impulso inicial de cien pesos que ya
hemos descrito.
Ahora, una historia semejante a la anterior se inicia. De nuevo las carteras del
SPNF están en desequilibrio, ante el aumento de la tenencia de circulante (de $45,
el tercer día, por si hace falta recordarlo). De modo que podemos anticipar que, en
el “día 4”, otra vez una parte de los billetes y monedas en poder del público
ingresará a los bancos. Éstos captarán nuevos depósitos (ahora por $22,5) de los
cuales luego prestarán una fracción, y así sucesivamente.
No es necesario continuar con las rondas siguientes. Como puede verse, los
incrementos del crédito y los depósitos que se producen en las sucesivas etapas
son decrecientes. El proceso expansivo converge hacia cifras definidas que
pueden calcularse de manera relativamente sencilla, aunque no es necesario
hacerlo aquí.
Lo que queremos destacar ahora es que la intervención de los bancos ha dado
lugar a una expansión adicional de la cantidad de dinero en circulación, en la
definición amplia que hemos designado como "M". Tomemos en cuenta lo
sucedido hasta el momento en que quedó completada la quinta ronda en nuestro
ejemplo. El circulante (CM) en poder del sector privado no financiero ha
acumulado un incremento de $92,7510. Al mismo tiempo, los depósitos del mismo
sector aumentaron en $72,5.
Es decir que la cantidad total de dinero (en la definición M = CM + DEP) ha
aumentado en $165,25, a partir de los $100 de expansión primaria en la primera
operación considerada en nuestro ejemplo, correspondiente al banco central.
10
Es la suma algebraica de los sucesivos asientos en la cuenta CM del balance del sector privado
no financiero en el cuadro precedente.
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Usted puede ver que esos 165,25 pesos equivalen a la variación inicial de la
base monetaria ($100) más el incremento posterior del crédito creado por los
bancos.
Hemos presentado una descripción del proceso de expansión secundaria, a
través del cual los bancos crean simultáneamente dinero y crédito.
Es fácil percibir que ese proceso de creación de dinero bancario y de crédito
será más o menos intenso según qué valores tomen cm y e.
Será más intenso cuanto menor sea cm, porque en ese caso una fracción más
elevada de CM volverá a los bancos en cada ronda, dando así lugar a una mayor
expansión del crédito, también ronda tras ronda. Asimismo, será mayor cuanto
menor sea "e", porque en ese caso los bancos prestarán en cada ronda una
fracción más elevada de los depósitos que captan.
En síntesis, y poniendo el foco en el crédito, diremos que la cantidad de crédito
que se crea en la economía, que llamaremos “oferta de crédito” (CREDo), tiene
tres determinantes fundamentales: el tamaño de la base monetaria, y las
relaciones de comportamiento cm y e:
Diagrama 7.7
cm
o
e CRED
BM
El mercado de crédito
Diagrama 7.8
cm
o
e CRED
BM i
d
P CRED
11
La letra “i” designa a la tasa de interés nominal. La tasa real aparecerá en escena más adelante,
cuando examinemos el problema de la inflación.
18
12
Si “i” es el costo del crédito (o tasa “activa”, porque es la que pagan las operaciones de crédito
que corresponden al activo de los bancos), los depósitos pagarán en realidad un rendimiento algo
menor (o tasa “pasiva”). La diferencia (denominada spread) es la fuente principal del valor
agregado generado por los bancos, a partir del cual cubren costos operativos y obtienen utilidades.
Ignoramos aquí la diferencia entre ambas tasas. Podríamos alternativamente suponer, por ejemplo,
casi sin alterar nuestro tratamiento, que el spread es una magnitud exógena, de manera que las
tasas activa y pasiva se mueven juntas. Eso nos dejaría con una única tasa de interés determinada
endógenamente.
Por otro lado, no todos los depósitos pagan intereses, y no todos pagarán la misma tasa, lo
que también dejamos de lado aquí.
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esos fondos. Ese costo está reflejado por la tasa de interés (además, el banco
paga un interés por obtener esos fondos del público, y lo que abona por esos
saldos que no utiliza no está siendo recuperado). En consecuencia, una mayor
tasa tenderá a reducir las tenencias de caja en estas instituciones.
Ahora, asumiendo que cm y e dependen de i, la oferta de crédito será también
una función de la tasa de interés. ¿Cómo será esta relación? Veámoslo paso a
paso. Si i sube, cae cm. Eso hará más intenso el proceso de expansión
secundaria. Por ende, el crédito ofrecido aumentará cuando la tasa de interés
suba.
¿Y qué sucede con “e”? Este dependerá seguramente del coeficiente de
efectivo mínimo establecido por las autoridades monetarias (que llamaremos
“emin”). Pero además, una tasa de interés más alta llevará a los bancos a reducir
su caja (es decir, a aumentar sus préstamos), siempre que no se encuentren
sobre ese valor mínimo (emin) exigido por las regulaciones. De modo que también
en este caso i estará positivamente vinculada con la oferta de crédito.
Correspondería afirmar que la oferta de crédito dependerá entonces de la tasa de
interés (porque cm y e dependen de ella), y dependerá también del coeficiente de
efectivo mínimo y de la base monetaria.
La relación entre el crédito ofrecido y la tasa de interés no presenta
ambigüedad: a mayor tasa, mayor oferta de crédito.
Para representar gráficamente el mercado de crédito con estos “ajustes”,
puede ser útil hacerlo recurriendo a las habituales curvas de oferta y demanda de
mercado, en un diagrama de coordenadas cartesianas:
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Diagrama 7.9
El mercado de crédito
o
i CRED (BM, emin)
i*
d
CRED (P,Yint)
CRED
Diagrama 7.10
o
i CRED (BM, emin)
o
CRED (BM', emin)
a
i*
i**
d
CRED (P,Yint)
CRED
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Diagrama 7.11
i I*
G*
X*
DA Y
Ca
E
Cy
YD T
Q*
La política monetaria
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Dada nuestra descripción de las operaciones normales de un banco central, podríamos haber
pensado también en una operación de mercado abierto. Las autoridades monetarias podrían
actuar, por ejemplo, en el mercado secundario de bonos públicos, comprando bonos, con lo que
expandirían también la base.
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Mediante esa operación expande la base monetaria. Eso induce una expansión
de la oferta de crédito. A la tasa de interés vigente, aparece, en consecuencia, un
exceso de oferta de crédito y la tasa de interés de equilibrio bajará.
Alcanzado este punto en el razonamiento, es decir, habiendo concluido que la
política monetaria expansiva tenderá a reducir la tasa de interés, tenemos que
desplazar la mirada hacia la determinación de Y. Este cambio en el costo del
crédito alentará la inversión, y la demanda agregada DA aumentará. ¿Cuánto?
Depende de la magnitud de la caída de "i" y de cuán grande sea la respuesta del
gasto de inversión a variaciones en la tasa de interés.
Cabe aquí una referencia inicial a la eficacia de la política monetaria. Vemos,
en una primera aproximación, que la misma dependerá de algunos parámetros de
comportamiento. Es inmediato reconocer que la “elasticidad-interés” de la
inversión (o, más en general, del gasto planeado) es uno de ellos. Si esta
elasticidad fuese nula, la tasa de interés no gravitaría en la determinación de la
inversión y tampoco, en consecuencia, en el ingreso de equilibrio. Éste se
establecería tal como lo vimos en la versión más simple del modelo keynesiano.
Por cierto, dada la forma en que estamos planteando nuestra argumentación aquí,
la eficacia de la política monetaria dependerá también de cuánto se expanda la
oferta de crédito luego del impulso monetario. Sobre esto último gravita el
comportamiento de cm y de e, como hemos visto más arriba. El otro dato
relevante corresponde a la sensibilidad de la demanda de crédito a la tasa de
interés. Cuanto menor sea ésta, es decir, cuanto menos sensible sea a cambios
en el interés, mayor será la variación de la tasa de interés que seguirá a
determinada variación de la oferta de crédito.
En realidad esta historia no ha concluido aún. Pese al riesgo de complicar un
poco las cosas, debemos decir que al subir Y como consecuencia de la caída de
la tasa de interés, aumenta la demanda de crédito (recuerde que CREDd es una
función de Y, entre otras variables). Esto a su vez hace que "i" no decline tanto
como lo haría con un ingreso agregado constante. Pero es claro que la tasa de
Eso es correcto, pero en verdad no es completamente lícito plantearlo en el modelo que estamos
desarrollando aquí, porque para hacerlo deberíamos, en rigor, desplegar otro mercado en dicho
modelo: el mercado de bonos, en el que posiblemente se determinaría otro precio, es decir, otra
tasa de interés. Si optamos por no hacer esto último, debemos suponer que los bonos están
agregados al crédito, el único activo no monetario que tenemos en danza. Es decir, están ocultos,
integrando ese agregado. A los efectos de esta sección es práctico simplemente dejar en suspenso
a los bonos, y pensar que las medidas de política monetaria, expansivas o contractivas, operan
esencialmente por la vía de los redescuentos.
24
La política fiscal
14
Porque la expansión del gasto público (o del consumo privado, si la medida fiscal se basa en una
modificación de las tasas impositivas) produce un "desplazamiento" de parte del gasto privado en
inversión. Se utiliza a veces la expresión en inglés crowding out para designar al mismo
fenómeno.
25
Esterilización
15
Hablamos aquí de la esterilización de una contracción monetaria originada en un déficit del
balance de pagos. Si tuviéramos, en cambio, un balance de pagos superavitario, la acumulación de
reservas estaría acompañada por expansión del dinero y el crédito. En este caso, la esterilización
podría consistir en operaciones de venta de bonos preexistentes en la cartera del banco central
(que retirarían dinero de la circulación), o en subas del encaje, por ejemplo. En ocasiones, los
bancos centrales también emiten sus propios papeles de deuda, con fines de regulación monetaria,
los que suelen ser de corto plazo y no constituyen, naturalmente, deuda del Tesoro, como hemos
visto más arriba al mencionar las “Lebac” que emite el Banco Central de la Argentina. Las medidas
de esterilización monetaria apuntan a mantener la cantidad de dinero o de crédito, o bien la tasa de
interés, según cuál sea la variable que la autoridad monetaria esté procurando estabilizar o esté
monitoreando como indicador principal del estado de los mercados financieros internos.
27
16
Recordemos que que estamos enfocando una situación de déficit de las cuentas externas. Si, en
cambio, éstas estuvieran en superávit, las reservas aumentarían, y con ella lo harían el dinero el
crédito, caerían las tasas de interés y la economía se expandiría (siempre suponemos, por ahora,
que no se está operando sobre la frontera de recursos) hasta que el aumento de las importaciones
lleve al balance de pagos al equilibrio.
28
Los bancos que operaban en ese ámbito se encontraron entonces con una
masa sustancialmente mayor de recursos prestables, y el crédito internacional de
origen privado se expandió en forma acelerada.
Así, aparecieron nuevas fuentes de financiamiento a las que pasaron a tener
acceso, sobre todo en la segunda mitad de los setenta, economías que hasta
entonces habían operado en condiciones de relativo aislamiento financiero, como
ejemplificáramos en los capítulos precedentes.
Hemos señalado que, en Latinoamérica, había quienes sostenían que se
requería avanzar en el proceso de sustitución de importaciones e incentivar
exportaciones para romper la recurrencia del ciclo de stop-go y crecer de manera
sostenida, y eso requería tiempo, es decir, financiamiento. Los recursos
financieros aparecieron en los setenta. ¿Permitieron avanzar en el sentido
sugerido por los estructuralistas? Este capítulo no está destinado todavía a
abordar esa cuestión histórica, que abordaremos algo más adelante. Trataremos
aquí de reunir elementos y recursos analíticos que son imprescindibles para
abordar esa cuestión. En especial, es necesario que ampliemos nuestro
instrumental para incorporar un nuevo elemento a los que hemos planteado ya: la
movilidad de los capitales.
17
Lo planteamos como posibilidades en términos generales. Que esas transacciones sean
factibles o no depende de qué regulaciones existan a las operaciones "por cuenta de capital" entre
residentes y no residentes. En una apertura completa, cualquier tipo de transacción sería viable,
pero el grado de apertura tal vez no sea pleno. En tal caso, habrá restricciones o incluso
prohibiciones, para algunos tipos de operación, establecidas por la autoridad cambiaria.
30
18
Como estamos desarrollando un análisis macroeconómico (y no decidiendo sobre una
transacción financiera concreta) trabajamos con tasas agregadas, que son algo así como “tasas
representativas” de cada mercado. Éstas deben referirse a condiciones aproximadamente iguales
para poder ser objeto de comparación (es decir, debe tratarse de operaciones semejantes en
términos de plazos, con garantías equivalentes, riesgos asimilables, etc.). O, en todo caso, la
comparación tiene que hacerse "traduciendo" las tasas a términos equivalentes.
31
operaciones de arbitraje unen. En síntesis, como idea general, digamos que los
arbitrajistas son agentes que compran allí donde los precios están bajos para
vender donde están más altos, haciéndose con una diferencia. Volveremos sobre
ellos un poco más adelante, porque juegan un papel muy importante en los
mercados financieros.
Las operaciones financieras a las que nos hemos referido en el párrafo anterior
(toma de créditos en el exterior por parte de residentes, préstamos internos por
parte de no residentes) darán lugar a ingresos de capitales a nuestra economía.
Es incluso plausible imaginar, como primer paso, que, ceteris paribus, estos
ingresos serán mayores cuanto mayor sea el diferencial entre la tasa interna y la
internacional, es decir, cuanto más amplia sea la brecha (i – if).
Naturalmente, esa diferencia puede ser, en ocasiones, negativa. Si la tasa de
interés de una economía abierta a los movimientos de capitales es inferior a la
internacional, puede esperarse, en principio, una salida de fondos (en términos
netos) hacia el exterior.19
19
Los ingresos netos de capitales son los ingresos brutos de fondos, menos las salidas (incluyendo
entre éstas a las amortizaciones).
32
registrará una salida de fondos. Las salidas incluyen también las amortizaciones
de títulos emitidos en el pasado por residentes, que están en poder de no
residentes, y cuando los que se amortizan son papeles extranjeros en poder de
residentes se registran, por el contrario, entradas.
La distinción entre las operaciones de ID y aquellas que involucran acciones
es sólo convencional. Si, por ejemplo, un no residente adquiere acciones de una
empresa residente, se genera un ingreso que nuestro balance de pagos incluirá
dentro del cómputo de la ID si la transacción supera el 10% del paquete accionario
de la empresa, pero aparecerá como “inversión de cartera en acciones” si la
operación no alcanza a esel 10%.
Resta considerar las “otras inversiones”. Estas corresponden esencialmente a
las operaciones bancarias más típicas. Cuando un residente toma un crédito en el
exterior se registra un ingreso de fondos, y una salida cuando lo amortiza.
También se registra una salida si un residente efectúa un depósito en un banco
del exterior, y un ingreso si un no residente hace una colocación de ese tipo en un
banco residente.
Ahora bien, al incluir en nuestro análisis la cuenta de capitales del balance de
pagos estamos obligados a revisar también la cuenta corriente (que hasta aquí
sólo incluía exportaciones e importaciones). En efecto, además de los flujos
generados por las compras y ventas de bienes y de servicios reales que se
producen entre residentes y no residentes habrá que considerar ahora, en cada
período y en la medida en que haya transacciones de capital, los ingresos y
egresos corrientes correspondientes a las rentas que esos capitales producen en
períodos subsiguientes. Si un residente toma hoy un crédito en el exterior, eso
genera un ingreso por cuenta de capital. Pero enseguida ese tomador de fondos
comenzará a efectuar pagos de intereses. Estos pagos no son “de capital”. Son
una renta por el uso del capital, equivalentes al pago de un servicio. Una analogía
permitirá tal vez comprender mejor lo que estamos diciendo. La compra de una
vivienda es una operación “de capital”: cambia la estructura patrimonial de quien la
lleva adelante. Pero el pago del alquiler de una vivienda es la remuneración de un
servicio. Mientras que, como acabamos de indicar, la primera es una operación de
capital, la segunda es una operación corriente.
Las remuneraciones del capital que tenemos que incorporar en la cuenta
corriente del balance de pagos son de dos tipos: intereses, que corresponden a la
remuneración de activos y pasivos financieros, y utilidades y dividendos, que
34
Diagrama 8.1
f f
P .x – P .q + RNI0 + F = Variación de Reservas
f
E Y i-i
20
En la cuenta corriente hay también “otras rentas”, distintas de las generadas por intereses y
utilidades y dividendos, por las que se registran también salidas. Corresponden esencialmente a la
remuneración del trabajo (salarios percibidos por no residentes por servicios desarrollados aquí,
etc.), y también hay transferencias corrientes sin contrapartida (como donaciones). No las
incluiremos aquí. De hacerlo, deberíamos tratarlas como exógenas, sin ganar nada relevante en
nuestro análisis; por otra partem estas cuentas no son significativas normalmente en la Argentina.
36
21
Aunque sí tendremos un nivel de Y que equilibra la cuenta corriente del balance de pagos, al que
llamaremos Ycc.
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ia = if0.
Diagrama 8.2
o
CRED (BM, emin)
i
f
ia i
d
CRED (P,Yint)
CRED
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Con el mismo fin de simplicidad, razonamos ahora como si los préstamos del exterior asumieran
la forma de depósitos de no residentes en el sistema bancario interno (para lo que previamente los
dólares que ingresan deben cambiarse por pesos en el banco central, de modo que aumenta la
base monetaria). El sistema bancario, a su vez, a partir de esos recursos, genera crédito interno.
41
Diagrama 8.3
o
i CRED (BM', emin)
o
CRED (BM, emin)
(1)
ia
d
(2) CRED (P,Yint)
CRED
´
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Política fiscal
ambos mercados, pensarán que es más rentable colocar sus fondos al 6% anual
en el país vecino, en lugar de hacerlo en el Canadá, en operaciones denominadas
en una moneda que, según estiman, va a desvalorizarse.
Observe que estamos argumentando que, aunque las tasas nominales sean
iguales (cumpliéndose la ecuación de arbitraje tal como la entendimos en la
sección precedente), habrá salidas de fondos del Canadá, y la tasa de interés en
esa economía deberá subir. ¿Hasta dónde? Posiblemente hasta que la nueva
tasa, más elevada, compense no sólo el 6% que pagan los títulos de los EE.UU.
sino también la devaluación esperada del CAD.
Para captar este efecto tenemos, en verdad, que modificar nuestra condición
de paridad de tasas de interés (o condición de arbitraje), lo que vale por cierto no
sólo para el Canadá sino para cualquier economía pequeña, para replantearla así:
ia = if0 + deve0,
24
La relación que acaba de plantearse corresponde a lo que suele llamarse condición de
paridad no cubierta de las tasas de interés. El valor que damos a deve es allí simplemente una
expectativa. Si, en cambio, el riesgo cambiario puede asegurarse de modo más o menos
generalizado a través de contratos de compra-venta de monedas a futuro, la ecuación de
paridad cubierta debería dar una mejor descripción de los hechos. Sería formalmente igual a
la condición que hemos planteado, pero la variable deve correspondería en este caso al tipo
de cambio pactado en los mercados a futuro, o mejor, a la tasa de variación del tipo de cambio
que surge de comparar su valor al día de hoy con el pactado a futuro.
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